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Anaximandro y Heráclito (fragmentos e interpretación). En el presente texto se hace referencia a dos de los grandes pensadores presocráticos, por un lado Anaximandro de Mileto y por el otro a Heráclito de Éfeso. El objetivo es dar una interpretación breve, pero clara, de su pensamiento. Refiriéndose en el caso de Anaximandro al único fragmento autentico que tenemos de él, y en el caso de Heráclito a 5 de sus fragmentos escogidos en una decisión propia. Heráclito: 1- Fr.1 (22 B 1) S. E., Adv. Math. VII 132: “Aunque esta razón existe siempre, los hombres se tornan incapaces de comprenderla, tanto entes de oírla como una vez que, la han oído. En efecto, aun cuando todo sucede según esta razón, parecen inexpertos al experimentar con palabras y acciones tales como las que yo describo, cuando distingo cada una según la naturaleza y muestro cómo es; pero a los demás hombres las pasan inadvertidas cuantas cosas

Heráclito y Anaximandro

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Anaximandro y Heráclito (fragmentos e interpretación).

En el presente texto se hace referencia a dos de los grandes pensadores presocráticos, por

un lado Anaximandro de Mileto y por el otro a Heráclito de Éfeso.

El objetivo es dar una interpretación breve, pero clara, de su pensamiento. Refiriéndose

en el caso de Anaximandro al único fragmento autentico que tenemos de él, y en el caso de

Heráclito a 5 de sus fragmentos escogidos en una decisión propia.

Heráclito:

1-

Fr.1 (22 B 1) S. E., Adv. Math. VII 132: “Aunque esta razón existe

siempre, los hombres se tornan incapaces de comprenderla, tanto entes

de oírla como una vez que, la han oído. En efecto, aun cuando todo

sucede según esta razón, parecen inexpertos al experimentar con

palabras y acciones tales como las que yo describo, cuando distingo

cada una según la naturaleza y muestro cómo es; pero a los demás

hombres las pasan inadvertidas cuantas cosas hacen despiertos, del

mismo modo que les pasan inadvertidas cuantas hacen mientras

duermen”.

Primero antes de comenzar tendremos que aclarar que Razón y verdad se entiende por lo

mismo que “Logos” y utilizaremos indistintamente estos tres términos a lo largo del texto.

Esta verdad es común a todos como nos lo refleja la frase “esta razón existe siempre”

no hay diferentes razones o verdades sino que solo hay una que es accesible para cualquier

hombre, válida para todos y todo cuanto existe. La razón aunque se presenta de distintas

maneras y se oculta no pierde su carácter común.

El logos se presentan al hombre ocultándose y de distintas maneras y no hay mas

verdad que la que se da en la naturaleza. Ya que como todos o la gran mayoría de los

presocráticos Heráclito se preocupa y pregunta por lo más común y perfecto que tenemos

que es la naturaleza. Solo en la naturaleza se da la verdad ya que es la que proviene de las

divinidades y no hay cosa más perfecta que esta.

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Tal y como lo indica la ultima parte del fragmento en cuestión, los hombres fracasan

en su intento por conocer esta verdad, la verdad del mundo, no se hacen cargo de ella, y así

cuando hablan y obran proceden como inexpertos, a causa de su ignorancia, pasan por

inadvertidas cosas aparentes ya que van con los ojos cerrados por el mundo y empecinados

por encontrar una razón personal. No pueden ver que la razón es común a todo y no está

dada en el individuo o en lo particular.

2-

Fr. 30 (22 B 30) CLEM., Strom. V 104-SIMPL., Del cielo 294,4: “Este

mundo, el mismo para todos, ninguno de los dioses ni de los hombres lo

ha hecho, sino que existió siempre, existe y existirá en tanto fuego

siempre vivo, encendiéndose con medida y con medida apagándose”

Evidentemente en este fragmento en un principio nos señala la eternidad del mundo.

Anaximandro lo define como un fuego perdurable que nunca se apaga. Así el Kosmos o el

mundo no fue creado sino que siempre ha sido y siempre será

Se refiere al fuego que se enciende y se apaga según medida, esto en el sentido de

equilibrio y con una unidad de opuestos, Ya que si este equilibrio se perdiera solo vendría

destrucción. Y cuando algo se apaga, a su vez, se enciende más fuego en parte proporcional;

no todo está en llamas o todo apagado siempre. De la misma manera siempre conserva su

misma forma sino que todo está en constante movimiento y como ya se refirió esta en

equilibrio.

El fuego no es el comienzo del mundo ni el creador o la sustancia causal del Kosmos

(tal como lo supondrá una visión cosmológica) sino que es el cambio del mundo, podría

llamarle la gasolina o el motor que provoca el movimiento y la vez la multiplicidad.

La importancia de la multiplicidad radica en que sin la multiplicidad no podríamos

entender el mundo tal y como lo entendemos ya que no habría cambio y esto supondría que

todo siempre es igual a cada segundo y a lo largo del tiempo, y evidentemente vemos como

las cosas están en constante cambio. Este cambio al que referimos sin embargo no es un

cambio que se dé en un solo momento (como un jarrón que se rompe) sino que es un cambio

que ocurre de manera constante y en equilibrio, no como cambio entendido como lo que es y

después deja de ser; sino un cambio entendido como lo que se transforma. El cambio no es

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una perdida sino lo que cambia permanece y deviene, cambia de manera imperceptible

(como la erosión de una roca) de ahí inferimos que todo fluye.

3-

Fr. 88 (22 B 88) PLUT., Consol. Ad Apoll. 106e: “Como una misma cosa

esta entre nosotros lo viviente y lo muerto, así como lo despierto y lo

dormido, lo joven y lo viejo; pues estos, al cambiar, son aquellos, y

aquellos, al cambiar, son estos”

En este fragmento se refiere a la unidad de los opuestos (antes referido, pero en este

fragmento se analizara mas afondo).

Los opuestos como lo viviente y lo muerto, despierto y dormido, joven y viejo nos

llegan como uno mismo. Para conocer el significado de el joven se debe conocer a alguno

que es viejo, así para conocer al vivo se debe de tener la idea de lo que es lo muerto, así

adquieren sentido los términos. No se puede concebir uno sin el otro y no hay una

separación real o total de un opuesto a otro, sino que todo es uno en un constante devenir de

ambas partes.

Además nos deja ver que estos opuestos, son lo mismo con la sentencia “al cambiar, son

aquellos, y aquellos, al cambiar, son estos” nos indica que son lo mismo pero se nos

presentan de diferente manera. Estados que están enlazados y devienen, nuevamente

apelando a él “todo fluye”.

4-

Fr. 80 (22 B 80) ORÍG., C. Celso VI 42: “Es necesario que la guerra es

común, y la justicia discordia, y que todo sucede según discordia y

necesidad”.

Nuevamente se refiere a la confrontación y unidad de opuestos referido en el fragmento

anterior, pero esta vez en sentido de la lucha de los contrarios.

Esta guerra a la que refiere es una guerra entre opuestos una confrontación entre los

contrarios ya que además de que los opuestos se complementan y son armoniosos estos están

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en constante lucha o guerra. Y si la balanza se inclinara hacia alguno de los dos lados y la

lucha de opuestos cesara el mundo quedaría destruido, ya que esta lucha le da sentido y

orden al Kosmos.

5-

Fr. 114 (22 B 114) ESTOB., Flor. III 1, 179: “Es necesario que los que

hablan con inteligencia confíen en lo común a todos, tal como un Estado

en su ley, y con mucha mayor confianza aun; en efecto, todas las leyes se

nutren de una solo, la divina”

En este fragmento se puede ver un poco de le ética Heraclitea. El primer aspecto que debemos

señalar es la frase: “Es necesario que los que habla con inteligencia confíen en lo común a

todos” se puede ver nuevamente (con referencia al primer fragmento analizado en este texto)

el termino razón o logos como común y alcanzable para todos los hombres. Esta razón es el

único que confiere verdad e inteligencia, y tal como se menciono anteriormente está dada en

la naturaleza por su carácter divino.

El segundo aspecto: la ley de los hombres esta subsumida y se nutre de la ley divina por

ser la más perfecta, que igualmente es común y universal.

El hombre y el filosofo en particular, buscaran ante todo la perfección, acercarse a lo

divino, hay que mencionar que la finalidad de esta búsqueda divina (que es la perfección) no

es accesible para el hombre ya que nunca estará en la posición de compararse con un dios y el

hombre debe conformarse con la posibilidad de afrontar esta búsqueda inalcanzable.

Anaximandro:

(12 A y 12 B 1) SIPML., Fís. 24, 13-20: Anaximandro… dijo que el

principio y elemento de todas las cosas es lo infinito… Ahora bien, a

partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí se produce

también la destrucción, según la necesidad; en efecto pagan culpa unas a

otras y la reparación de la injusticia, según el ordenamiento del tiempo”

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El fragmento refiere a la principio de todas las cosas existentes que es lo infinito, también lo

podríamos referir como lo indeterminado o “to ápeiron”. A diferencia de los otros filósofos

milesios Anaximandro encuentra la explicación a todo mediante algo indefinido, ya no es un

elemento material como en el caso de Tales o Anaximandro.

Ápeiron es cierta naturaleza infinita e inmanente a todo cuanto hay; es lo que contiene sin

ser contenido, no tiene límites (de ahí que no pueda ser contenido) tiene la característica de

determinar cuánto existe, algo existen en tanto este contenida en el ápeiron.

Lo siguiente que podemos notar que al igual que en Heráclito en la frase “a partir de

donde hay generación para las cosas, hacia allí se produce también la destrucción, según la

necesidad” hay aquí una unidad o contraposición de contrarios al referirse a todo mediante un

ciclo, las cosas está destinada a generarse para después destruirse, todo en un ciclo en un

constante devenir.

BIBLIOGRAFIA:

Kirk, C., Raven, J., Schofield, M. Los filósofos presocráticos. Historia crítica con selección de textos (2ª edición), trad. Jesús García Fernández. Madrid: Gredos,1987.

Mondolfo, Rodolfo, El pensamiento antiguo. Historia de la filosofía greco-romana vol.1, trad. Segundo A. Tri, Buenos Aires: Lozada, 2003.

Colli, Giorgio, La naturaleza ama esconderse, trad. Miguel Monrey, México: Sexto Piso, 2009.

AA. VV., Los filósofos presocráticos Tomo I. Madrid: Gredos 2008.