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48 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004 Hernando Rojas y los fantasmas de la ciudad Hernando Rojas y los fantasmas de la ciudad * Entrevista realizada por la asistencia editorial de El Hombre y La Máquina Detalle de Hernando Rojas en su taller *

Hernando Rojas - red.uao.edu.co · El Hombre y La Máquina Hernando Rojas y los fantasmas de la ciudad Sin título, acrílico sobre papel, 56 x 56 cm, 2002 Sí, claro, todo ser humano

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48 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004

Hernando Rojasy los fantasmas de la ciudad

Hernando Rojasy los fantasmas de la ciudad

* Entrevista realizada por la asistencia editorial de El Hombre y La Máquina

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Hernando, comentábamosahora que nos interesa sabercómo surge realmente esavocación, ese sentimiento, esasensibilidad artística...

Mi abuelo era el intelectual dela casa, junto con mi madre. Mi ma-dre escribía en El País y mi abueloera una persona erudita en muchascosas y le encantaban las artes; legustaba verme pintar, me compra-ba colores, lápices, y lo dibujaba aél; los dibujos míos le encantaban;él me apoyaba mucho.

Entré al conservatorio muy niñotenía 14 años, era el “pelao” del sa-lón, el más joven, había personas demucha más edad. Me encantaba pin-tar y hacía deporte, trotaba muchohacia Pance porque yo era de largadistancia. Cada vez me metía y memetía más y me enriquecía muchocon lo del trabajo artístico. Mi pa-

dre me decía que yo nunca iba a te-ner plata pero mi mamá siempre meapoyó.

En esa temprana edad ¿cómo seestablecen las relaciones entre elmundo en que vivías y esapreocupación por el arte, por lapintura?

Todos los días, cuando salía delcolegio, no me venía para la casa,me iba para el conservatorio. Ha-cíamos tertulias, tomábamos tinto,hablábamos de pintura, de política,arreglábamos el país; en esa épocasurgieron los movimientos de pro-testa, de izquierda.

Era más o menos el 66, 67, 68;comenzaba mayo del 68, el movi-miento hippie contra la guerra deVietnam, hubo una huelga en el con-servatorio, después Enrique se fuedel conservatorio y fundó el TEC,la Universidad Santiago era belige-

Hernando Rojas y los fantasmas de la ciudadEl Hombre y La Máquina

Mauricio Babilonia, acrílico sobre papel,112 x 82 cm, 2002

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rante. Cuando la huelga del 26 defebrero Carlos Lleras Restrepo sacóa los estudiantes y hubo toque dequeda. En Cali hubo alrededor decincuenta muertos. Éramos testigosde la historia, todo el estudiantadocomprometido con la lucha de jus-ticia social, de unos ideales de paz,de fraternidad, de que se arreglaranmuchas cosas; eso nos ayudó mu-cho a enriquecernos más. Inicial-mente eso me nutrió por muchotiempo, trabajaba la plumilla y lautilizaba para la denuncia; comodice Goya uno no podía pintar flo-res habiendo problemas. No perte-necía a ningún partido, sólo veía quehabía una guerra injusta en un paísque era pobre y que no merecía esasuerte. Mucha gente se volteaba afavor de los gringos y a mí me pa-recía injusto e hice muchos cuadros,series con esa problemática.

Tú eres producto de esa granebullición que se genera en elmundo y que tiene en larevolución cubana un hitoimportante que irradia elsocialismo en América Latina...

Hernando Rojas y los fantasmas de la ciudadEl Hombre y La Máquina

Sin título, acrílico sobre papel,56 x 56 cm, 2002

Sí, claro, todo ser humano eshijo de su época. Seguía trabajandopero quería enriquecerme más ar-tísticamente y no quedarme única-mente en la pintura, necesitaba tam-bién cómo vivir. Me salí del con-servatorio, casi como al cuarto añoy me metí a estudiar diseño gráficoal Sena porque veía que podía ga-nar allí, que podía hacer vainas so-bre cartelones; a mí me fascinabala denuncia y también me gustabael color, me gustaban las formas, megustaba una serie de cosas que seestaban viendo en Cali sobre la pu-blicidad, me empezó a “picar”. Me

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gradué en diseño gráfico, me fui atrabajar a Cartón Colombia. CartónColombia organizaba muchas cosasen La Tertulia, aquí en Cali.

Esa rotura en tu vida, ligada ala decisión de dedicartesolamente a la pintura, ¿en quéaño se realiza?

Yo realmente no podría decirte.Yo pintaba, eso me animó; me en-cantaba la fotografía; me gustaríahaber aprendido cine, uno de missueños era el cine; yo decía que al-gún día tenía que hacer cine. Unocomo artista ve las artes todas jun-tas, relacionadas. Cali era una ciu-dad con una gran dinámica cultu-ral, desde hace unos veinte años sevolvió muy acultural por toda lagente nueva que llegó, que ustedesya saben quiénes son.

¿Cuándo te decides por el oficiode pintor?

A partir de mi relación con elSalón de Artistas Nacionales. Allíya comienzo a tomar más en seriola cosa, me dedico más a pintar. Pe-dro Alcántara me llama a trabajaren el taller de él. Llegué al taller yme encuentro que tenía que traba-jar con Obregón, con Grau, gran-des maestros de Colombia, LuisCaballero, los Cárdenas. Todos losmejores de Colombia Augusto Ren-dón, Pedro Alcántara...

¿Cómo podrías resumir,Hernando, ese aprendizajeinicial en el taller de PedroAlcántara?

Fue una de las cosas que másme enriqueció; verdad que agradez-co mucho esto porque en el taller

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La Vida, acrílico sobre papel,70 x 100 cm, 2003

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estaba todo lo mejor. Imagínese quecomenzamos a trabajar el portafo-lio Cuba-Colombia, fue mi comien-zo. Por ejemplo, a mí me tocó ha-cerle la obra a Wilfredo Lam.

¿En qué consistía esa labor?

Aprendía a hacer serigrafía ynos volvimos técnicos. El artistavenía con las obras, nosotros leshacíamos las obras, la serigrafía.Hicimos, le decía, el portafolioCuba-Colombia con Obregón,Grau, Darío Morales, Pedro Alcán-tara y Antonio Rojas. Cinco gran-des artistas de Colombia y cuatrograndes cubanos: Portocarrero,Martínez, Carmelo, Lam.

¿Cómo se entronca el mundo dela política con el mundo de laactividad artística?

El artista, y vuelvo y lo repito,es un testigo, uno como artista esun testigo de la historia, pero ade-más creo que todo es política, degolpe yo en estos días estaba pin-tando otra vez las “cocinas”, mequería relajar un poco porque enverdad lo que estamos viviendo enColombia cada día uno no sabe quées lo que pueda pasar, así es el país,aquí no hay nada imposible, aquítodo puede pasar. Lo de las cocinasyo lo siento humanamente también,un utensilio me parece que tiene aire

Hernando Rojas y los fantasmas de la ciudadEl Hombre y La Máquina

Cocina, pastel,135 x 150 cm, 1990

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humano, una cuchara, son imple-mentos que los necesitas y son elrecuerdo de cosas muy nostálgicas,hay cocinas pobres, hay cocinas ri-cas, hay cocinas de todo tipo, en lacocina se habla de todo.

La muerte..., pensando en lamuerte hice El Muerto; era muy te-naz ese muerto pues puede estar encualquier época de Colombia. Alhacer el de Mauricio Babiloniavolví a la muerte y le pinté maripo-sas amarillas, entonces como que loencubrí un poquito, lo tapé pero si-gue el muerto y es un tipo que se veherido y puede ser cualquiera. Elhombre, ese hombre, puede ser unsoldado, puede ser un guerrillero,puede ser un ciudadano o una per-sona que hayan atracado, cualquie-ra de nosotros; un hombre puede serun hombre muerto: Mauricio Babi-lonia.

¿En qué época aparece la CalleOcho?

Es la época de la rumba en Cali.Una rumba que se generalizó mu-cho, a mí me fascina bailar, me gustala música latina, he sido una perso-na demasiado sensible a la buenamúsica, sobre todo latina, por ejem-plo Rubén Blades a quien lo conocíen New York. De allí nacen muchasobras de la serie de la Calle Ocho,de la rumba de uno de pelao, Esca-linata, toda esa serie de vivencias.María la O”la hice como en el 80,en una edición muy pequeñita. Am-paro Arrebato me la compró RichiRey en San Juan. Expuse con Ma-rilyn. Marilyn es uno de los símbo-los de la mujer pecaminosa que unomiraba y eran los sueños prohibi-dos; yo siempre la he metido en miscuadros, vive en mí como un fan-tasma.

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Cocina con flores, acrílico sobre papel,70 x 100 cm, 2003

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El pintor y sus fantasmas...

Sí, el artista, el pintor hace desus fantasmas su obra. Esos interio-res venían de un interior, de una casaque puede ser San Antonio, SanNicolás, Libertadores, una casa vie-ja, de esos sitios donde uno entra-ba, vivía, habitaba, llenos de unmisterioso encanto.

¿Los interiores es posterior a laCalle Ocho?

Sí... Cuando gané el Salón Na-cional me lo gané por una cocina ypor un interior. En esa época yo sólousaba lápiz, carboncillo, la técnicadel dibujo.

¿Qué técnica utilizaste en laCalle Ocho?

Unos cuadros de la Calle Ochoestán en pastel, otros en dibujo, yen serigrafía directamente. Se enri-quece mucho la serigrafía, la seri-

grafía yo la manejaba; tenía muchaexperiencia con todos los artistasque había trabajado.

Desde el punto de vista de latécnica, ¿actualmente quétrabajas?

Los trazos, en pintura trabajomás que todo lo de la luz, la lumino-sidad, la sombra; a mí siempre meha gustado trabajar con la luz y lafigura, y en los materiales, en lasbotellas, en las cocinas, me ha fasci-nado trabajar la luz, el claroscuro yhe trabajado la fotografía con la luznatural. Los desnudos que yo hiceen blanco y negro son una muestrade esa preocupación plástica por elcontraste del claroscuro.

Uno ve aquí este cuadro ElHombre y no está el detalle de lalínea, sino esa granpreocupación por la luz y lasombra, el cuadro como una

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Pasión en la Ocho, serigrafía,52 x 72 cm, 2002

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totalidad y no la línea quebordea. Uno de los grandespintores que trabajó elclaroscuro fue Rembrandt,cuando uno mira su trabajopuede pensar en la influencia deese gran pintor holandés, perotú también hablas de lafotografía. ¿Qué pesa más en ti:la influencia de la culturapictórica o el trabajo con lafotografía?

Creo que la cultura académica...la fotografía... siempre la he senti-do como un recuerdo, la memoriahacia el presente.

Tú señalabas en alguna ocasiónla búsqueda abstracta. ¿Cómose expresa esa ruptura entre elfigurativismo y lo que estáshaciendo actualmente?

Ahora que estoy pasando a lo

abstracto me ha tocado mucho tra-bajo soltarme, la verdad es que estoes de lo más complejo que hay. Enlas primeras cocinas, los primerosinteriores, las fotografías, está pre-sente un realismo muy fotográficopero aquí ya hay una evolución.Siento la necesidad de hacerlo, yano quiero tener un boceto, que exis-tan las formas pero como lo hacenlos impresionistas, lo hago con elsentido más amplio de la impresióny del sentir...

La figura entonces impidecreatividad, impide soltura¿Cómo se da esa relación entrefigura y abstraccionismo?

En lo nuevo hay figura. Porejemplo, el del subway, en la seriede los metros se ve la figura, se veun poco difuminada pero está la fi-gura... cuando tú te sientas en un

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De Vacilón con Amparo Arrebato, serigrafía,72 x 52 cm, 1987

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subway, te sientes apretado, la an-gustia de estar sentado, de quererllegar rápido, la velocidad, la figu-ra de la mujer sentada en una sillade ruedas que tiene un bolso de WallStreet; la carrera de la sobreviven-cia en el mundo moderno.

Fotografía y Pintura. ¿Seestablece entre ambas unarelación de causalidad o no hayuna relación entre esas dosformas de aprehender o decaptar el mundo?

En estos últimos cinco años mehe dedicado mucho a la fotografía,hice varias exposiciones de fotogra-fía, hice lo de Cuba, que era una delas cosas que yo quería hacer. Cubase detuvo en el tiempo, la primeravez fui a Cuba en 1978, la segundavez a mediados de 1987, volví aCuba ahora en el 2000, recorrí todoCuba. Me enriqueció muchísimo

eso, tuve una cantidad de amigosfotógrafos, conocí al que hizo el tra-bajo espectacular para la NationalGeography. Sí, son formas distin-tas, pero estrechamente ralaciona-das; cada una tiene su tiempo.

Algo que me llama mucho laatención es tu preocupación porlo urbano, por la ciudad; pareceque es una constante en tusobras. ¿Cómo la ciudad y tuobra establecen un diálogo?

Me ha gustado examinar la idio-sincrasia de la gente, de la gente enCali, cuando se para a tomar un bus,el parado que tienen. Se paran allado de un café con un pie pegadoen la pared, el cigarrillo en la boca.Todos esos gestos y actitudes de laspersonas son muy interesantes. Laforma de ser de la gente de la ciu-dad. La parte urbana me nace por-que me gusta la arquitectura, yo ca-

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Marilyn, acrílico sobre papel,70 x 100 cm, 2000

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minaba mucho. Me iba al centro acaminar solo, sentía que estaba vi-viendo la ciudad, que estaba transi-tando la ciudad.

Para finalizar, dos preguntas:¿Qué estás haciendoactualmente? Como pintor,¿cuál es tu característicaesencial?

Estas preguntas están relaciona-das. Sin embargo, es muy difícilresponder. Eso realmente se lo dejoa la gente que ve mi obra. He pasa-do por etapas: he denunciado; ha-bía gente que decía que con las pin-turitas de las cocinas e interiores eraintimista. Ahora yo le decía a unamigo: hombre, desde que estoypintando abstracto estoy haciendolo que realmente, como dice unovulgarmente, me da la gana. Noquiero que me encasillen en una lí-nea. Como te digo, uno es un testi-go del mundo.

De verdad me he sentido muybien con todo lo que estoy hacien-do ahora. La gente que conoce miobra dice: “Ahí estás vos, no per-dés tu identidad”. Más bien diría queya tengo la identidad de hacer quela gente me reconozca. Hay muchasetapas, distintas, he evolucionado,no salía de lo figurativo, tuve mu-chos miedos, el miedo de salir delos interiores...

Finalmente, ¿cómo ves estepaís?

¿Sabes una cosa? He sido uneterno optimista, aunque no lo creas,he sido muy optimista y muy entu-

siasta, veo que aquí ha faltado másautoridad en el sentido de ver hu-manamente las cosas, pero mientrasexistan personas centradas en elegoísmo no habrá posibilidad de lohumano. Hay un letrero que pusie-ron hace años y estuvo allí bastantetiempo, que decía: “Con hambre nohay paz”. Yo creo en las personas ya pesar de todo creo en mi país.

Hernando Rojas y los fantasmas de la ciudadEl Hombre y La Máquina

Sin título, acrílico sobre papel,70 x 100 cm, 2003