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que es la hipoglucemi
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Nerviosismo, sensación de ahogo, debilidad, palpitaciones, irritabilidad, visión
borrosa, sudoración, sensación de hormigueo o entumecimiento en las extremidades,
embotamiento, mareo, temblores,… Éstos son algunos de los síntomas principales de
una crisis de ansiedad, pero…. también de la hipoglucemia reactiva.
La identificación de los síntomas y tratamiento del problema de la hipoglucemia ha cambiado
la vida de muchas personas. Sus ataques de pánico han desaparecido, han dejado de estar
cansados, han recuperado la concentración y su necesidad imperiosa de comer dulces, pan y/o
alcohol ha desaparecido.
DESENMASCARANDO A LA HIPOGLUCEMIA:
Cuando un paciente llega a la consulta médica y expone los anteriores síntomas, sin ser
diabético, en muchos casos no se hace el análisis bioquímico pertinente que podría evitar un
falso diagnóstico. Los errores más frecuentes son el de diagnosticar de crisis de ansiedad o
de Trastorno de Ansiedad Generalizada. El médico prescribe la toma de
ansiolíticos/antidepresivos y, en ocasiones, acudir a psicoterapia. También se puede confundir
la hipoglucemia con el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).
En algunos de estos casos, puede haber un origen físico de los síntomas (hipoglucemia), o
una causa psicológica o bien puede ocurrir que ambas causas, físicas y psicológicas, se estén
retroalimentando.
¿Qué es la hipoglucemia? Pues como su propio nombre indica es un bajo nivel de glucosa en
la sangre (por debajo de 70mg/dl). No es una enfermedad, aunque si no se controla, puede
predisponer a padecer enfermedades crónicas como la diabetes, migrañas, úlceras, artritis
o alergias.
La hipoglucemia puede ser tratada fácilmente. El secreto está fundamentalmente en tu dieta.
Pero no adelantemos… veamos, con mayor claridad cómo se produce la hipoglucemia.
Nuestro sistema digestivo convierte los alimentos que ingerimos en glucosa. Esta es lo que la
gasolina para el coche, nos proporciona la energía para que nuestro organismo funcione.
Tardamos entre una y tres horas en realizar la digestión. La duración va a depender del tipo de
alimento que comamos. Si nuestra dieta es variada y saludable, nuestro organismo de forma
progresiva irá incorporando los nutrientes (minerales, aminoácidos, glucosa,…) a nuestra
sangre. Esa aportación de glucosa hará que el páncreas segregue insulina. Esta última realiza
una función de “portera” que deja pasar a la glucosa al interior de la célula. Así unos niveles
normalizados de glucosa (entre 70 y 110mg/dl) son muy importantes para que el organismo
funcione adecuadamente.
Algunas personas creen que si comen muchas comidas azucaradas estarán llenas de energía
y el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre será normal. Pero lo cierto, es que es justamente lo
contrario. Cuando nuestra dieta está fundamentalmente basada en carbohidratos de
absorción rápida (dulces, pan blanco, cereales, pasta, arroz,…) y dejamos periodos largos
entre comidas, la aportación de glucosa en la sangre es muy rápido y elevado. Esto hace que
el páncreas reaccione (por esto lo de hipoglucemia “reactiva”), y produzca una gran cantidad de
insulina. Por lo que en un corto periodo de tiempo, se reabsorbe la glucosa y los niveles caen
en picado seguido de una inundación de adrenalina. Aquí es donde podemos decir que
aparece la hipoglucemia. El organismo se estresa y se siente falto de energía. Le cuesta seguir
funcionando porque la fuente de energía está por debajo de los niveles normales, y demanda
ingerir algún alimento calórico.
Es decir, el resultado es que estos alimentos se queman demasiado rápido y no podemos
mantener los niveles de glucosa en la sangre necesarios para funcionar con normalidad. Y es
cuando pueden aparecer lossíntomas de la hipoglucemia reactiva:
– Visión borrosa – Dolores de cabeza o migrañas – Somnolencia
– Baja concentración – Sensación de pánico y Miedo – Falta de coordinación
– Hiperactividad – Ansiedad generalizada – Dolor en el pecho
– Estado de ánimo bajo – Dolor en el pecho – Palpitaciones
– Irritabilidad – Sensación de temblor interno – Acidez de estómago
– Alergias – Fumar en exceso – Antojos de ciertas
comidas
– Tensión premenstrual – Falta de libido – Pies y manos frías
– Entumecimiento u hormigueo en las extremidades – Musculatura y
articulaciones rígidas
Si desestabilizas tu nivel de azúcar en la sangre, puede que no notes los efectos hasta la
medianoche o al día siguiente. Cualquier persona que haya sufrido ataques de pánico sabe que
los peores momentos son durante la noche y a primera hora de la mañana. Esto no es de
extrañar, ya que la glucosa llega a su pico más bajo justamente en esos momentos,
normalmente cuando la persona lleva sin comer alrededor de 8 ó 10 horas, desde la última
comida. Estas personas normalmente necesitan un café o un cigarrillo (o ambos) recién
despertados para poder enfrentarse al día.
Otros posibles síntomas son: estar embotado por la mañana, sentirse débil y confuso a
media mañana o media tarde, querer algo dulce una hora después de las comidas principales,
despertarse entre las 2 ó 3 de la madrugada con hambre y ansiedad.
Otro dato importante, es lo que ocurre durante el Síndrome Premenstrual. Un alto porcentaje de
sus síntomas están causados por una excesiva cantidad de estrógenos y unos niveles bajos de
progesterona. Ambas hormonas controlan los niveles de glucosa, por lo tanto, cualquier
desequilibrio entre ellas puede fácilmente producir hipoglucemia reactiva.
También existe la hipoglucemia reactiva asintomática (no presenta ningún síntoma de los
nombrados anteriormente).
Todos estos síntomas pueden estar provocados por otras causas menos frecuentes:
Insulinoma (tumor del páncreas), deficiencia de cortisol o tiroides, insuficiencia cardíaca o renal,
algunos tipos de cirugía para bajar de peso,…
Resumiendo, la causa más frecuente de la hipoglucemia, en personas que no tienen diabetes,
es una dieta desequilibrada, rica en carbohidratos de absorción rápida y con periodos
largos entre comidas.
¿Quién es más propenso a tener un problema de hipoglucemia? Las personas que están a
régimen, las nerviosas y los atletas.
DIAGNÓSTICO:
Los exámenes médicos pueden incluir análisis de glucosa sanguínea y de tolerancia a la
glucosa para descartar otros problemas.
El test que suele llevarse a cabo para verificar una posible hipoglucemia reactiva es el Test
de Tolerancia de la Glucosa (que suele hacerse en un periodo de 2 a 6 horas). Sin embargo,
pocos médicos lo recomiendan.
Personalmente opino que si se decide llevar a cabo este test de laboratorio, debe ser
únicamente para confirmar el diagnóstico, y NUNCA para descartarlo.
Es importante respetar la individualidad bioquímica de cada paciente: hay personas que
durante el test pueden mostrar síntomas y malestar con tan sólo un reducción de 2 mg de
glucosa dentro de los parámetros aceptados y, sin embargo, el test no indicará ningún
desequilibrio.
Se ha demostrado en diversos estudios, por ejemplo el de la Dra. Taylor publicado en el
Journal of Behavioural Medicine, en 1988, que los síntomas que aparecen durante el test son
más intensos no en el momento más bajo del nivel de glucosa, sino media hora más tarde. Esto
puede despistar a la hora de hacer un diagnóstico.
Por otro lado, el punto más bajo del nivel de glucosa puede durar muy poco rato, y si las
muestras de sangre no se toman muy regularmente la hipoglucemia reactiva puede pasar
desapercibida.
Si se lleva a cabo el test, es importante también tener en cuenta la dieta del paciente; los
horarios de comida; historia familiar de migrañas, alergias, diabetes, epilepsia, depresión… ;
desequilibrios sufridos en el pasado como hepatitis, problemas de vesícula, nauseas durante el
embarazo…; y posibles deficiencias nutricionales.
TRATAMIENTO:
1. Alimentación: Una dieta equilibrada es fundamental para prevenir, controlar y combatir la
hipoglucemia reactiva. Es importante que consultes con un nutricionista.
Tu dieta ha de ser baja en carbohidratos de rápida absorción y refinados, moderada en grasas
y que contenga proteínas, frutas y vegetales.
Consejos importantes:
– Haz de cinco a seis comidas al día, dejando tres horas entre ellas. Las comidas más fuertes
han de ser el desayuno y la comida.
– No te saltes las comidas.
– Evita el azúcar y los alimentos que contienen azúcar (especialmente con el estómago vacío).
Una alternativa muy saludable es sustituir el azúcar por la estevia, un edulcorante natural sin
calorías con propiedades muy interesantes (antioxidante, reforzador del sistema inmunitario,
antialérgico,…).
– Sustituir el pan blanco, por el pan de centeno. Tiene muy buen sabor, es mucho más
digestivo y aporta más nutrientes que las harinas refinadas.
– Evita en lo posible el alcohol, fumar, la cafeína, la teína y las bebidas gaseosas.
– Bebe zumos de fruta sin azúcar añadida. Cuidado con los zumos envasados.
2. Ejercicio: El ejercicio es fundamental para nuestra salud. Sin embargo, el exceso de
ejercicio puede disminuir el nivel de glucosa. Así pues, se recomienda seguir una rutina de
ejercicio suave. Se sabe que éste ayuda a mantener unos niveles óptimos hormonales, además
de ayudar a que la glucosa entre mejor en las células aumentando la energía, sin requerir
insulina. Buenas opciones de ejercicio son: caminar, nadar, ir en bicicleta, yoga, tai-chi,… Es
importante hacer algo de ejercicio suave diariamente con sesiones de media hora de duración.
3. Psicoterapia: En ocasiones, el problema no es sólo debido a factores físiológicos, sino que
también hay aspectos psicológicos que pueden haber iniciado, agravado o mantenido la
situación. Por ejemplo, personalidad ansiosa, situaciones de estrés continuado, asuntos por
resolver, trastornos de ansiedad, duelo,…. La psicoterapia puede ayudarte de forma paralela
para solucionar tus problemas.