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KIERKEGAARD La revolución cristiana Marx representa la revolucion socialista frente al mundo tranquilo y burgues, avalado por la filosofia de Hegel; Kierkegaard representa, frente a ese mismo mundo, una revolucion de lo cristiano. Es preciso tener en cuenta este paralelo. Ambos pensadores arrancan de Hegel; ambos se sienten insatisfechos con la mediacion y reconciliacion hegeliana de los contrarios: de lo burgues y lo humano, de lo espiritual y lo material, de lo temporal y lo eterno, de lo cristiano y lo mundano, del Estado y la Iglesia. Ambos quieren calar mas hondo y vienen a hacerse fuertes en una posicion unilateral. Kierkegaard mas aun que Marx. Kierkegaard, en efecto, no quiere ya en absoluto el equilibrio y la sintesis, sino que agudiza intencionadamente el contraste y lo singular, lo unico y lo paradojico. Y en ese sentido se mueve Kierkegaard no ya solo en contra de Hegel, sino tambien en contra del mismo Marx y de su sociedad sin clases. La significacion de Kierkegaard no se ha revelado en toda su luz hasta nuestro siglo actual, precisamente a traves de su influjo en la teologia dialectica protestante y en la filosofia de la existencia. Vida y obras Soren Kierkegaard nacio en 1813 en Copenhague; curso alli mismo filosofia y teologia protestante; asistio tambien, en Berlin, a los cursos de Schelling en 1841 y desplego despues gran actividad como escritor particular. Se vio envuelto en diferentes controversias, en especial con su Iglesia local, cuya situacion interior acabo por distanciarle de ella hasta la total ruptura. Muere a los 42 anos de edad, en Copenhague, en 1855. De sus numerosos escritos mencionaremos aqui (en danes) Enten-Eller (Aut-Aut) 1843, Frygt og Baeven (version east.: Temor y temblor, Buenos Aires 1958) 1843, Begrebet Angest (version cast.: El concepto de la angustia, Madrid 1963) 1844, Philosophiske Smuler (Migajas filosoficas) 184446, Sygdommen til Doeden (Enfermedad de Muerte) 1849, Indovelse i Christendom (El ejercicio del cristiano) 1850. En favor de la vida y en contra de la teoría Muy pronto se hace patente en Kierkegaard un leitmotiv que se afirmara a lo largo de toda su existencia, y que cabe reducir a la formula siguiente: No teoria y puro saber, sino accion y vida; no objetividad neutral e imparcial, sino empeno y decision total de la persona. Escribe el en su Diario (1 de agosto de 1835): Lo que me hace de veras falta es ver 1

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KIERKEGAARDLa revolucin cristianaMarx representa la revolucion socialista frente al mundo tranquilo y burgues, avalado por la filosofia de Hegel; Kierkegaard representa, frente a ese mismo mundo, una revolucion de lo cristiano. Es preciso tener en cuenta este paralelo. Ambos pensadores arrancan de Hegel; ambos se sienten insatisfechos con la mediacion y reconciliacion hegeliana de los contrarios: de lo burgues y lo humano, de lo espiritual y lo material, de lo temporal y lo eterno, de lo cristiano y lo mundano, del Estado y la Iglesia. Ambos quieren calar mas hondo y vienen a hacerse fuertes en una posicion unilateral. Kierkegaard mas aun que Marx. Kierkegaard, en efecto, no quiere ya en absoluto el equilibrio y la sintesis, sino que agudiza intencionadamente el contraste y lo singular, lo unico y lo paradojico. Y en ese sentido se mueve Kierkegaard no ya solo en contra de Hegel, sino tambien en contra del mismo Marx y de su sociedad sin clases. La significacion de Kierkegaard no se ha revelado en toda su luz hasta nuestro siglo actual, precisamente a traves de su influjo en la teologia dialectica protestante y en la filosofiade la existencia.Vida y obrasSoren Kierkegaard nacio en 1813 en Copenhague; curso alli mismo filosofia y teologia protestante; asistio tambien, en Berlin, a los cursos de Schelling en 1841 y desplego despues gran actividad como escritor particular. Se vio envuelto en diferentes controversias, en especial con su Iglesia local, cuya situacion interior acabo por distanciarle de ella hasta la total ruptura. Muere a los 42 anos de edad, en Copenhague, en 1855. De sus numerosos escritos mencionaremos aqui (en danes) Enten-Eller (Aut-Aut) 1843, Frygt og Baeven (version east.: Temor y temblor, Buenos Aires 1958) 1843, Begrebet Angest (version cast.: El concepto de la angustia, Madrid 1963) 1844, Philosophiske Smuler (Migajas filosoficas) 184446, Sygdommen til Doeden (Enfermedad de Muerte) 1849, Indovelse i Christendom (El ejercicio del cristiano) 1850.En favor de la vida y en contra de la teoraMuy pronto se hace patente en Kierkegaard un leitmotiv que se afirmara a lo largo de toda su existencia, y que cabe reducir a la formula siguiente: No teoria y puro saber, sino accion y vida; no objetividad neutral e imparcial, sino empeno y decision total de la persona. Escribe el en su Diario (1 de agosto de 1835): Lo que me hace de veras falta es ver perfectamente claro lo que debo hacer, no lo que debo saber, fuera del conocimiento estrictamente requerido para todo obrar. Lo que me importa es entender el propio sentido y definicion de mi ser, ver lo que Dios quiere de mi verdaderamente, lo que debo hacer; es preciso encontrar una verdad; la verdad es para mi hallar la idea por la que yo quiero vivir y morir. Nada aprovecha a Kierkegaard saber especulativamente una verdad denominada objetiva, familiarizarse con la historia de la filosofia, poder desarrollar una teoria del Estado, construir un mundo, delinear hasta en sus ultimos detalles la significacion del cristianismo en el mundo. Si todo esto lo realizo meramente para que otros lo contemplen, sin vivirlo yo mismo, es trabajo perdido. Ningun sentido tiene para Kierkegaard la verdad colocada ante el, fria y desnuda, en su pura objetividad. La cosa esta en reconocerla y aceptarla vitalmente. Lo que me hacia falta era llevar una vida perfectamente humana, no una vida de puro conocimiento, hasta llegar a cimentar mis reflexiones mentales sobre algo... tan hondo como las mas profundas raices de mi existencia, por las que estoy, por decirlo asi, inserto en lo divino, y aferrarme a ello aunque se hunda el mundo. Esta postura basica se explicita en una serie de conceptos particulares, que constituyen la caracteristica mas saliente del pensamiento de Kierkegaard. Existencia. Uno de esos conceptos, el principal, es el de existencia. No es todavia lo que entiende por el la moderna filosofia de la existencia, pero lo prepara. Conciencia o yo? Con este concepto se aparta efectivamente Kierkegaard de la filosofia de la conciencia, del puro pensamiento conceptual, de Hegel, en especial de aquella su universalidad y objetividad despersonalizada, y va tras el yo, en su singularidad e interioridad; busca un vivir desde esta interioridad del yo. Esto representa algo mas profundo que el pensamiento, puesto que la misma manera de pensar y de concebir las cosas depende de esta interior comprension del yo. Leemos en el mismo pasaje antes citado del Diario: Quiero ahora tratar de fijar reposadamente la mirada sobre mi mismo y comenzar a obrar interiormente; solo asi estare en situacion de llamarme yo a mi mismo, con una significacion mas intima, como el nino se llama yo en la primera accion que realiza consciente y deliberadamente; este interno obrar del hombre, este lado de Dios, es lo que importa; no una masa de conocimientos; porque asi vendran despues esos conocimientos, no como agregados casuales, no como una serie aditiva de unidades meramente yuxtapuestas, sin un sistema, sin un centro focal que reuna a todos los radios; ese centro de luz es lo que yo he buscado. La palabra sistema aqui empleada no es para Kierkegaard sino otra expresion de ese centro focal en el que confluyen todos los rayos, y del que a su vez parten todos, para imprimir asi a toda decision positiva o negativa del espiritu un sello individual, la singularidad y la actividad irrepetible de la existencia personal, que es algo mas que un mero saber comprensivo. Un sistema conceptual cerrado, en el sentido usual, no cabe ciertamente en el yo existente de Kierkegaard. Y con esto se enfrenta de nuevo contra Hegel: Todo lo que sea hablar de una unidad superior que une en sintesis a los contrarios absolutos, es un atentado metafisico contra la etica. Kierkegaard teme por la substancia del yo, por su realidad, que es actividad originaria y radicalmente personal. Su yo existencial quiere estar siempre en movimiento, siempre abierto. Mas importante que el sistema es para Kierkegaard el tiempo, mas que el concepto el hecho, y por encima de lo universal esta lo particular y el individuo. Una conciliacion eventual de los contrarios deberia ante todo suponer que esos contrarios son cosas reales. La superacion en un concepto mas elevado es solo cosa de la mente, mientras la realidad misma esta bajo la ley del singular. Este es el verdaderamente real.Repeticion en vez de recuerdo. Al universal de Hegel opone Kierkegaard su autaut. Ya el titulo de este celebre libro Aut-Aut (Enten-Eller) expresa bien la idea. Traducido al lenguaje de la problematica historica en torno a los universales, quiere decir: asi como Aristoteles reclamo para el individuo (la substancia primera), frente a Platon, la autentica y decisiva realidad, relegando el universal abstracto a la esfera de la mente, asi hace parecidamente ahora Kierkegaard frente a Hegel. Por ello substituye la mediacion y el recuerdo de Hegel por su concepto de repeticion, al que dedicara uno de sus libros. Segun la dialectica de Hegel, la vida avanza a medida que los contrarios van quedando en recuerdo (Er-innerung = interiorizacion, internamiento; tengase en cuenta el valor semantico paralelo de re-cuerdo, lo guardado en el corazon, in corde), eliminados y absorbidos en el concepto que sirve de puente a la sintesis superior. Se mueven, por decirlo asi, por los railes del concepto que senala todos los caminos y, con ello, elimina toda decision, toda accion y toda responsabilidad, reduciendo el yo a un simple momento del proceso total. Frente a ello, Kierkegaard quiere salvar al yo del resbaladizo universal; cada yo ha de decidir por si. Tiene ciencia y recuerdo de lo que es; pero el uso de ese saber es personal y exclusivo de cada yo independiente en suexistir. A eso llama Kierkegaard repeticion. El recuerdo hegeliano es pasividad sobre la que cabalga el movimiento impersonal y universal del concepto; la repeticion kierkegaardiana es actividad radicada en el individuo singular (este o aquel concreto que inicia activamente una serie). La paradoja y el salto. Esta concepcion no presupone que el ser sea, como en Hegel, algo racionalmente intuible y que la ontologia sea propiamente logica, sino al reves, la racionalidad queda vencida por la irracionalidad. El mundo es paradoja y el hombre se encuentra en su vida siempre entre el riesgo y el salto. El proceso historico no esta determinado logicamente, ni puede ser deducido del recuerdo de lo precedente. No es continuidad, sino mas bien se realiza mediante el golpe seco de la decision, mediante el salto arriesgado. La historia de la vida individual avanza en un movimiento de situacion. Cada situacion se constituye por un salto (Obras, edic. Hirsch, XI y XII, 116). Esto trae la angustia; cada situacion lleva en si la posibilidad y, en ella, la angustia (l.c. 116). La angustia anticipa el futuro, adivina la consecuencia antes de que llegue, igual que barrunta uno el tiempo (l.c. 119). Pero en el trasfondo esta la libertad, y esta libertad es infinita y surge de la nada (111). La angustia, anclada en la libertad y en la nada, es justamente un existencial en la filosofia de Kierkegaard y constituye el rasgo caracteristico de la vida predicada por el, y personalmente, y en todo momento, vivida por el. Es esto revelador y decisivo para comprender su postura ante el mundo y ante Dios. La fe y el individuo. Al salto esta, efectivamente, vinculada la fe. Sin esta fe no tendria sentido el riesgo. A mas de la angustia, flota la fe sobre toda transicion de situacion a situacion. La fe tiene su expresion eminente en la religion. Caminos de la interioridad. Tres caminos llevan, segun Kierkegaard, a la interioridad del yo. El camino estetico, pura e inactiva contemplacion de lo que es. El camino etico, que conduce a la accion decisiva, a la eleccion libre, en especial a la eleccion de si mismo y de las propias posibilidades. Aqui se ve el hombre enteramente solo cara a la angustia, porque nuestros deberes son deberes eminentemente personales y como tales hemos de soportarlos y decidirlos. Finalmente, el camino religioso, en el que el hombre, situandose plenariamente en si mismo, conquista la mas radical interioridad. .De que modo? La fe religiosa se esfuerza por captar a Dios, el absolutamente eterno, en el devenir de la existencia. Esto es posible solo por la fe, no por el concepto, como en Hegel; pues el Dios eterno, enfrentado con este mundo temporal, es lo totalmente otro y trascendente, y por ello lo absolutamente paradojico. Pero cuanto mas paradojico es el contenido de la fe, tanto mas la fe es fe. Kierkegaard se complace en demostrar esto con especial ahinco recurriendo a un patetico psicoanalisis del caso de Abraham, puesto en la coyuntura paradojica de obedecer elmandato de Dios de sacrificar a su hijo Isaac, desoyendo al mismo tiempo los dictados eticos. La fe en Dios es un acto de obediencia que exige una postergacion de todos nuestros conceptos y consideraciones humanas, tan total que el hombre no puede recibir entonces apoyo alguno de nada humano, le deja absolutamente solo consigo mismo, y solo tiene que echar sobre si la carga de su decision. Paradojico no es simplemente lo dificil de concebir, sino aquello que, absolutamente hablando, en linea humana, no puede pensarse ni entenderse. Por eso se ve alli el hombre arrojado a cierto estado de desesperacion. Pero precisamente cuando a pesar de todo cree, entonces es esto su mayor seguridad. En el naufragio se encuentra el individuo a si mismo, se libera del mundo y se encuentra en Dios. Contra la religion de razon. La religion natural, Socrates es su tipo clasico, no rompe completamente con el mundo, sino mas bien lo presupone. La religion sobrenatural, la que trajo Cristo, es plenamente paradojica y tal debe continuar. Traicion seria bastardearla en una religion de la dulzura y del consuelo. Pide el dolor, la desesperacion, el escandalo, la paradoja. Dios es lo absolutamente desconocido, totalmente distinto de nosotros; es la frontera del hombre. El entendimiento humano no podra jamas trascenderse a si mismo. No se puede demostrar la existencia de Dios a la manera ordinaria. Quien quiera comprender a Dios se vera completamente confundido, hasta el punto de no conocerse a si mismo y, con entera consecuencia, pondra a si mismo en lugar de lo que es total diversidad (En el cap. 3 de las Migajas filosoficas, que lleva por titulo: La paradoja absoluta; Obras, edic. Hirsch, x, 43).Aqui esta, sin duda, aludido Hegel, que pone mediacion entre Dios y el mundo. Para Kierkegaard no hay mediacion, sino el riesgo del salto. En el mismo instante tiene el hombre a Dios, no en virtud de una consideracion objetiva, sino en virtud de la infinita pasion de la interioridad (Obras, XVI, l.a parte, p. 191). Objetivamente no tiene entonces el hombre mas que la incertidumbre, pero justamente esta pone en tension la infinita pasion de la subjetividad (interioridad) y la verdad consiste precisamente en esa hazana de elegir, con la pasion de la infinitud, lo objetivamente inseguro (1. c. 194s). Nadie podra arrancar este poder al individuo; es bien claro. En el orden religioso no hay publico, masa, sino solo individuos; pues lo religioso es lo serio, y lo serio es solo el individuo (Obras, XXX, 9).Consecuencias de Kierkegaard. La fe de Kierkegaard viene a coincidir con la fe del credo quia absurdum; presupone la doctrina radical protestante del pecado original y se mueve en las vias de la teologia dialectica, para la cual no se da mediacion alguna entre Dios y el mundo, ninguna analogia entis. Dios es lo enteramente otro, lo paradojico. La actitud fundamental de Kierkegaard frente al mundo y una serie de conceptos particulares suyos, como riesgo, angustia, desesperacion, fracaso en el limite, individuo e interioridad, paradoja, libertad basada en la nada, los volveremos a encontrar en la filosofia de la existencia. Nadie pondra en duda la intensisima religiosidad que se respira en Kierkegaard. Queda, sin embargo, abierta la pregunta de si no habra forzado sus conceptos hasta lo irreal, si no hasta lo inhumano. Se experimenta muchas veces, al leer a Kierkegaard, la sensacion de ser empujado hacia un desgarramiento de la conciencia. Critica del cristianismo de su tiempo Teniendo presente el concepto de fe de Kierkegaard, entenderemos facilmente la critica que hace del cristianismo de su tiempo y de su patria danesa.Contra un cristianismo mundanizado. En sus hojas volantes publicadas bajo el titulo El momento, donde se plantea la decision entre cristianismo y mundanidad, Kierkegaard protesta, con acerba ironia, contra la mediocridad protestante de los cristianos estatales, que se muestran conciliadores entre mundo y cristianismo, y a la par contra Hegel, que refrendo esta conciliacion viendo en el Estado a Dios en su evolucion sobre la tierra. En el Estado llamado cristiano, lo divino queda bajo la proteccion de lo humano. .Como ha podido venir en alguna parte del mundo, se pregunta Kierkegaard aludiendo a Hegel, a encajar, en un ser tan racional como es el Estado, una cosa tan paradojica? A esto responde: Es una larga historia; pero, en suma, la cosa esta en que el cristianismo, al correr del tiempo, fue servido cada vez menos segun su verdadero caracter, su caracter divino. Antiguamente ningun hombre de Estado hubiera mirado al autentico cristianismo, cual fue el primitivo, como una mision confiada a la proteccion del Estado. Un cristianismo adulterado por el cobarde temor de los hombres y por la mediocridad se concerto despues con el atado mundano. Pero el Estado es siempre algo mundano, y por ello es siempre mentira y absurdo convertirle en protector del cristianismo. Supongamos que el Estado hace una leva de mil funcionarios a quienes confiere un encargo particular, del que habran de comer ellos y sus familias: el encargo... de poner trabas al cristianismo. El intento seria hacer el cristianismo tan imposible como pudiera. Pues bien, este intento hipotetico... no seria tan peligroso como lo que de hecho esta ocurriendo. El Estado comisiona a mil empleados que, en calidad de predicadores del cristianismo... tienen especial interes: primero, en que las gentes se llamen cristianas... segundo, en que no lleguen a saber lo que de verdad quiere decir cristianismo... Y todo esto se lleva a cabo, no en nombre de una campana contra el cristianismo, por la que perciben su paga mil empleados con sus familias; no, ellos "anuncian" el cristianismo, "dilatan" el cristianismo, "trabajan" por el cristianismo. No es esto, por ventura, lo mas peligroso que imaginarse pudiera para hacer lo mas posiblemente imposible el cristianismo? Kierkegaard vio en la Iglesia estatal de Dinamarca lo contrario de lo que a su juicio pedia el Nuevo Testamento.Marx y Kierkegagrd. Uno y otro perdieron del todo la fe en el Estado y en la Iglesia de su tiempo y en los hombres formados por aquellos dos poderes. La reconciliacion dialectica de Hegel, que en fin de cuentas lo sancionaba y justificaba todo dentro del sistema, provoco en ellos una viva reaccion de repulsa, en lo social, en Marx; en lo cristiano, en Kierkegaard.Superacion de Hegel. Pero mientras Marx se convierte en el filosofo de la masificacion del hombre, y busca la salvacion en el hombre colectivo de la sociedad sin clases, es decir, en un hombre ideal que, reincidiendo en el espiritu de Hegel, se torna uniforme y puro concepto, sin espacio para el yo, para su decision, su responsabilidad y su libertad, Kierkegaard va hacia una superacion definitiva de Hegel al clamar por los derechos del particular con su unidad incomunicable, con su riesgo y su decision. El, este hombre de la interioridad humana, es el autentico hombre. No solo supera la sociedad burguesa, sino tambien toda la cultura humana; trasciende el mismo mundo. Justamente al trasluz de la angustia penetra su mirada en lo temporal transido de caducidad. No es, en modo alguno, esta realidad fragil una cara externa de la idea, su exteriorizacion o autoalienacion (Hegel). Muy al reves, una vision realista de las cosas ha revelado a Kierkegaard la inseguridad, mas aun, la nada de lo temporal. Y por ello sesumerge avidamente en el ser que es lo totalmente otro, esperando unicamente de su palabra la salvacion del hombre.La vida cristiana hacia el absoluto. No es que renuncie a buscar lo absoluto y lo eterno en la temporalidad, aspiracion eterna de la filosofia. Pero lo hara de modo distinto de Hegel. Para conquistar de nuevo la eternidad es preciso sangre, pero sangre de otro genero, no la de las victimas gregarias caidas a millares en las batallas, sino la sangre preciosa de los individuos, de los martires, de esos muertos poderosos que pueden lo que no puede ningun viviente de esos que ordenan el sacrificio de hombres a millares; que pueden lo que ellos mismos, muertos poderosos, no pueden cuando vivos, sino solo en cuanto muertos: someter a obediencia a una turba enfurecida, precisamente porque esa turba enfurecida llego, en su desobediencia, a matar aquellos martires. En los momentos decisivos de la crisis seran los martires los unicos que podran regir al mundo, pero nunca al estilo de los conductores humanos de aca. Lo que entonces hara falta son sacerdotes, no soldados ni diplomaticos. Sacerdotes, con poder de disociar a la masa y de hacer de ellos hombres, individuos; sacerdotes sin muchas pretensiones de estudio y a nada menos aplicados que a mandar; sacerdotes poderosos en palabras, a ser posible, pero no menos poderosos en callar y aguantar; sacerdotes conocedores del corazon humano, pero no menos maestros en contener sus juicios y sus anatemas; sacerdotes que sepan usar de su autoridad temperandola con el arte del desprendimiento y desinteres; sacerdotes preparados, educados y formados para obedecer y para sufrir, que asi puedan mitigar, amonestar, edificar, conmover, pero tambien rendir, no por la fuerza, todo antes que eso, no; sino obligar con la propia obediencia y, sobre todo, sufrir con paciencia todas las intemperancias y malos modos del enfermo, sin alterarse... Porque el linaje de los hombres esta enfenno, espiritualmente enfermo, y enfermo de muerte (cf. Lowith, I c., 129).