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Historia de la literatura chilena Un clima de prosperidad económica y tranquilidad política, consecuencia de la explotación minera de Chañarcillo; las exportaciones de trigo a California y a Australia; la obra política de Diego Portales, el triunfo en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, fueron algunos factores que propiciaron el surgimiento del llamado Movimiento Literario de 1842 o Generación del 42. Por otra parte, la presencia de Andrés Bello y su dedicación a la creación de una tradición cultural y al fomento en la juventud chilena del amor por la literatura, además de la oleada de emigrantes argentinos llegados a Chile, entre los que se cuentan a José Joaquín de Mora y Domingo Faustino Sarmiento, impulsaron este nuevo movimiento. En términos generales el escenario dentro del cual se desarrolló el llamado Movimiento Literario de 1842 fue el de la polémica. Así, una de las discusiones que dio inicio a este período fue la llamada "controversia filológica". El 27 de abril de 1842, Pedro Fernández Garfias publicó "Ejercicios populares de la Lengua Castellana" en el diario El Mercurio de Valparaíso exponiendo una serie de términos y palabras que consideraba reprobables. La reacción ante este artículo fue dividida, mientras Domingo Faustino Sarmiento lo recibió favorablemente, dos artículos firmados con los pseudónimos "Un recoleto" y "T.R.E.S", respectivamente, lo impugnaban. A estos dos artículos respondió nuevamente Sarmiento, mientras a éste respondía Andrés Bello firmando con el seudónimo "un quidam". La respuesta de Sarmiento a Bello no se hizo esperar, así con el título "Contestación a un quidam" y luego "Segunda contestación a un quidam", lo acusó de impulsar a la juventud a estudios que iban en menoscabo de los ideales de la ilustración. La batalla se extendió hasta el 30 de junio de 1842, integrándose a ella José María Núñez. Una segunda polémica comenzó con la publicación de "Clasicismo y Romanticismo" de Vicente Fidel López en la Revista de Valparaíso, la que recibió en forma casi inmediata la réplica de Salvador Sanfuentes con su artículo "El Romanticismo" publicado en El semanario de Santiago. A Sanfuentes contestó José Joaquín Vallejo en un artículo, publicado en El Mercurio, que hacía burla del Romanticismo. Las repercusiones continuaron con nuevos artículos de Vicente

Historia de La Literatura Chilena

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Historia de la literatura chilena

Un clima de prosperidad econmica y tranquilidad poltica, consecuencia de la explotacin minera de Chaarcillo; las exportaciones de trigo a California y a Australia; la obra poltica deDiego Portales, el triunfo en laGuerra contra la Confederacin Per-Boliviana, fueron algunos factores que propiciaron el surgimiento del llamadoMovimiento Literario de 1842 o Generacin del 42. Por otra parte, la presencia deAndrs Belloy su dedicacin a la creacin de una tradicin cultural y al fomento en la juventud chilena del amor por la literatura, adems de la oleada de emigrantes argentinos llegados a Chile, entre los que se cuentan a Jos Joaqun de Mora yDomingo Faustino Sarmiento, impulsaron este nuevo movimiento.

En trminos generales el escenario dentro del cual se desarroll el llamado Movimiento Literario de 1842 fue el de la polmica. As, una de las discusiones que dio inicio a este perodo fue la llamada "controversia filolgica". El 27 de abril de 1842, Pedro Fernndez Garfias public "Ejercicios populares de la Lengua Castellana" en el diarioEl Mercuriode Valparaso exponiendo una serie de trminos y palabras que consideraba reprobables. La reaccin ante este artculo fue dividida, mientras Domingo Faustino Sarmiento lo recibi favorablemente, dos artculos firmados con los pseudnimos "Un recoleto" y "T.R.E.S", respectivamente, lo impugnaban. A estos dos artculos respondi nuevamente Sarmiento, mientras a ste responda Andrs Bello firmando con el seudnimo "un quidam". La respuesta de Sarmiento a Bello no se hizo esperar, as con el ttulo "Contestacin a un quidam" y luego "Segunda contestacin a un quidam", lo acus de impulsar a la juventud a estudios que iban en menoscabo de los ideales de la ilustracin. La batalla se extendi hasta el 30 de junio de 1842, integrndose a ella Jos Mara Nez.

Una segunda polmica comenz con la publicacin de "Clasicismo y Romanticismo" de Vicente Fidel Lpez en laRevista de Valparaso,la que recibi en forma casi inmediata la rplica deSalvador Sanfuentescon su artculo "El Romanticismo" publicado enEl semanario de Santiago.A Sanfuentes contestJos Joaqun Vallejoen un artculo, publicado enEl Mercurio,que haca burla delRomanticismo. Las repercusiones continuaron con nuevos artculos de Vicente Fdel Lpez, de Sarmiento y de Antonio Garca Reyes. Esta polmica concluy en agosto de 1842.

En forma paralela, comenz su gestin la Sociedad Literaria, cuyo discurso inaugural fue ledo porJos Victorino Lastarriael 3 de mayo de 1842. LaSociedad literaria de 1842surgi, de acuerdo con lo sealado porJacinto Chacn, "gracias al espritu de protesta contra los perseguidores y sus reaccionarios" que naci en esta generacin debido a la persecucin emprendida por los conservadores en contra de los intelectuales liberales tras la muerte de Diego Portales.

En 1888,Rubn Daropublic el artculo "La literatura centroamericana" en laRevista de Artes y Letrasy fue esta la primera vez que emple el trmino modernista, haciendo alusin a un supuesto espritu nuevo caracterstico en la obra de un grupo de escritores y poetas hispanoamericanos. Ese mismo ao, publicAzul,hito que la crtica instituira como fecha de inicio del modernismo en Chile. Once aos ms tarde, public la crnica "El Modernismo", refirindose esta vez al movimiento literario nacido en Hispanoamrica, caracterizado por "la expresin individual, la libertad y el anarquismo en el arte".

El Modernismo, propuesta esttico ideolgica, ligada a la masificacin de los ideales capitalistas, surgi a fines del siglo XIX, entre los aos 1890 y 1910 y sustent unacosmovisinque tuvo como ejes la conciencia del desajuste y desencanto ante una realidad degradada. De este modo la belleza pas a ser el fin ltimo del arte, dicho de otro modo, el Modernismo pas a convertirse en rechazo y denuncia de la realidad social. En consideracin de lo anterior el canto de los poetas modernistas pas a constituirse en la primera expresin de autonoma literaria de los pases hispanoamericanos y fue Daro, con su obra excepcional, quien lo consolid como movimiento continental. Los fundamentos del modernismo nacieron de la decadencia y el refinamiento potico del Simbolismo y el Parnasianismo francs, sumados a los ideales de la cultura de un nuevo mundo.

Segn Cedomil Goic y su criterio histrico generacional, la llamada generacin modernista correspondi a la de los escritores nacidos entre 1860 y 1874 y su perodo de gestacin comprendi los aos 1889 y 1904, en tanto que, su vigencia se inici en 1905 y se prolog hasta 1919.

Arturo Torres Rioseco, en tanto, propone la existencia de dos fases modernistas. Una primera fase correspondera a un movimiento de evasin, caracterizada por la recurrencia de temas exticos e imaginarios. Sobre sta, Max Henrquez Urea seala que se trat de un culto preciosista que propici un estilo refinado, en alguna medida artificioso. En trminos generales se trat de la masificacin de los temas provenientes de civilizaciones exticas y de pocas pretritas. Luego comenz la fase Mundonovista. En ella se apost por una vuelta a la tierra, a la historia, al paisaje y a las gentes propias de Hispanoamrica. El ansia que impuls esta fase era la de encontrar una expresin artstica cuyo sentido fuera indiscutiblemente americano. ElModernismo chileno, si bien es cierto que ha sido considerado como de menor envergadura en relacin a los alcances que tuvo la generacin Mundonovista, cont con numerosos representantes. Cabe destacar tambin, el escenario abierto por variaspublicaciones nacionalespara la difusin de la poesa modernista chilena.

Elcriollismo en Hispanoamrica, como movimiento asociado a las letras nacionales, surgi a fines del siglo XIX, en medio de un menosprecio generalizado por el mundo campesino y una tendencia a privilegiar la ciudad como centro de desarrollo de las nacientes repblicas de la regin. Sin embargo, gracias a los primeros exponentes del Naturalismo, comenz a variar la atencin de intelectuales y escritores hacia el universo rural, para retratarlo por medio de un registro "objetivo" y contribuir as a su conocimiento. As,Alberto Best Ganaintrodujo en sus novelas una incipiente preocupacin por el mundo del campesinado.

A comienzos del siglo XX, el Criollismo encontr su apogeo, al incorporar en los motivos literarios la preocupacin por el campesino, conocido en Chile como "huaso". Entonces aparecieron los tpicos que, a partir del Criollismo, incorporaron a la narrativa chilena al fenmeno hispanoamericano del Mundonovismo.

Las obras literarias adscritas al Criollismo son, en su mayora, de carcter pico y fundacional: si estas, como afirmaba su mximo mentor,Mariano Latorre, interpretaban "la lucha del hombre de la tierra, del mar y de la selva por crear civilizacin en territorios salvajes, lejos de las ciudades", esta lucha siempre apareca en desventaja para el hombre frente a las fuerzas telricas y terminaba generalmente en la derrota. Lo mismo ocurre cuando los personajes se enfrentan a un estado social jerrquico o a las fuerzas de la elite dominante. La concepcin de la novela criollista es ciertamente pica, pero lo que ms caracteriza a los cultivadores del criollismo es su anhelo de convertir la "chilenidad", en su mltiple y variada fisonoma, en entidades estticas de valor universal, planteados en un lenguaje propio de los grupos sociales que pretenden mostrar.

El escritor que ms contribuy para el desarrollo de una"potica" criollistay que adems la puso en prctica, fue, sin duda, Mariano Latorre; para Latorre la esttica criollista es fundamentalmente "cognitiva y didctica", como seala Dieter Oelker en elDiccionario de Movimientos y grupos literarios en Chile.Efectivamente, Latorre, adems de poner en duda la razn primera del trmino criollista, que es reductivista y peyorativa en las acepciones que le dieronAugusto D'Halmaren su crtica aSub-TerradeBaldomero Lillo, en 1904, tratndolo de "zolaina" y "descriptiva hasta decir basta"; y, posteriormente, tantoHernn Daz Arrieta, que lo considera como "un reflujo del naturalismo francs", enLa Nacindel 20 de diciembre de 1925;Ral Silva Castro, que lo tilda de incapaz de "animar" a los personajes que resultan "ahogados" por el ambiente; y la crtica de los imaginistas, comoSalvador ReyesyLuis Enrique Dlano-quin posteriormente abandon esta esttica, sumndose a una concepcin de la literatura socialmente comprometida-, que lo cuestionaba por su carcter extremadamente mimtico y su falta de imaginacin para construir mundos propios. Latorre emprende su defensa desde una perspectiva identitaria de la"chilenidad", y, por extensin, podramos decir de lo latinoamericano. As, para Latorre, "ahondar en el rincn es la nica manera de ser entendido en el mundo"

Lo cierto es que si bien el problema del criollismo es complejo, tanto por la variedad de autores, poca y enfoques, concretamente es una tendencia que se identifica con su contexto espacial -ya sea rural, urbano o martimo- y tiende tanto hacia elregistro de la realidadcomo al establecimiento de ciertas tesis que varan segn los contextos espaciales y epocales, sobre la compleja sociedad chilena.

Injustamente desaparecida de la memoria literaria nacional, estageneracin de poetas y prosistasse desarroll y consumi en los agitados aos de la dcada de 1920, y la obra de la mayora de sus integrantes qued oculta bajo la sombra inmensa dePablo Neruda, con el que compartieron las noches de bohemia y exceso y los primeros pasos en el oficio literario. Slo se salvaron de este olvido, y relativamente, los nombres de Alberto Rojas Jimnez yRomeo Murga, y acaso el de Rubn Azcar por su posterior obra en prosa.

Como diceJorge Teillieren un artculo sobre Romeo Murga, es este "un grupo de poetas que en su mayora conservan un tono de exacerbado romanticismo, con una diccin elegaca y melanclica, preocupados de cantar en forma directa y sentimental -poesa hecha de sentimientos, no de razonamientos-", y en el cual el retorno a la provincia como ideal buclico o a la infancia como temtica no son para nada ajenos, y comparten espacio con la oda amante y una visin ciertamente melanclica, a ratos incluso angustiante, de la existencia que acompa a estos poetas de manera constante. La bohemia, los excesos y una vida en desorden permanente, llevaron a muchos de ellos a muertes tempranas, enfermedades crnicas como la tuberculosis y estadas en la crcel, todo muy de acuerdo a las vidas extremas de sus poetas de cabecera: Baudelaire, Verlaine y Rimbaud.

Aunquesus lmites no son del todo ntidos como generacin, en este grupo podemos ubicar a poetas y escritores como el propio Neruda, Murga, Rojas Jimnez,Joaqun Cifuentes Seplveda,Armando Ulloa, Vctor Barberis, Rubn Azcar, Raimundo Echevarra Larrazbal y Alejandro Vsquez, pudindose agregar ms tarde, con algo de flexibilidad, Gerardo Seguel,Toms Lago,Luis Enrique Dlano, Samuel Letelier Maturana y Antonio Rocco del Campo, segn seala el propio Teillier.

Muchos de estos poetas hicieron sus primeras armas en las Fiestas de la Primavera y al alero de laFederacin de Estudiantes de la Universidad de Chiley sus revistasJuventudyClaridad, puesto que un gran nmero de ellos eran estudiantes del Instituto Pedaggico de dicha casa de estudios, como Neruda, Murga, Azcar, Ulloa y Barberis.

An cuando se han realizado algunos intentos parciales de rescate de la obra potica de la generacin de 1920, esta permanece casi completamente en el desconocimiento, y muchos de los miembros de este grupo han pasado a la historia ms como miembros de la "banda negra" de Neruda -como la llamaba el poetaPablo de Rokha-, que como creadores originales y dueos de una voz propia. Es el caso de Armando Ulloa y Joaqun Cifuentes Seplveda, quienes han sido objeto de algunos estudios y nmeros especiales de revistas literarias, sin obtener todava el reconocimiento que merecen ms all de reducidos crculos poticos e intelectuales. An est pendiente la deuda de rescate y difusin de una obra que, en buena medida, prefigura los caminos de la poesa chilena en las primeras dcadas del siglo XX, pero que se vio truncada, entre otras cosas, por la muerte prematura de la mayora de sus integrantes.

Contaba Pedro Prado que, en momentos en que el pas atravesaba una aguda crisis econmica hacia 1914, comenz a trabajar con Julio Bertrand Vidal. Este ltimo, asombrado por la alegra y el entusiasmo del primero, le pregunt si existan ms hombres como l. Prado, entonces sonri y contest que tal vez podran encontrarse unos diez ms. Ante esta respuesta, Bertrand contest: "Me gustara conocerlos...". De ah el origen deLos Diez: pintores, escultores, msicos, arquitectos y poetas. Todos de gran vocacin, respeto por el arte y poseedores de una fina irona.

Estos 10 hombres, que en la prctica fueron ms que diez, a los que haca referenciaPedro Prado(poeta, pintor y arquitecto) eran:Manuel Magallanes Moure(poeta, cuentista, pintor),Juan Francisco Gonzlez(pintor), Armando Donoso (crtico literario, periodista), Alberto Garca Guerrero (msico), Alberto Ried (poeta, cuentista, escultor, pintor),Acario Cotapos(msico),Augusto D'halmar(novelista, cuentista),Alfonso Leng(msico y compositor),Julio Ortiz de Zrate(pintor) Ernesto A. Guzmn (poeta y ensayista),Eduardo Barrios(novelista y dramaturgo) y Julio Bertrand Vidal (arquitecto y pintor).

La primera sesin oficial de Los Diez, se llev a cabo en laBiblioteca Nacional, ocasin en la cual Pedro Prado, dio lectura a laSomera iniciacin al Jels. En este texto, clara y presumiblemente un manifiesto, Prado seal: "Los Diez no forman ni una secta, ni una institucin, ni una sociedad. Carecen de disposiciones establecidas, y no pretenden otra cosa que cultivar el arte con una libertad natural". Adems, estableci una suerte de perfil, que en cierta forma resumira la actitud de sus integrantes frente al arte y frente a la vida: "Es requisito imprescindible para pertenecer a Los Diez estar convencidos de que nosotros no encarnamos la esperanza del mundo; pero (...), debemos observar con prolijidad todo nuevo ser que se cruce en nuestro camino, por si l encarnase esa esperanza, lo que no impide que, despus de ese examen, l y nosotros nos riamos con gran pesadumbre y bulliciosa algazara de los continuos engaos que por este motivo nos ocurran".

Debido al carcter multidisciplinario de esta agrupacin, sus obras alcanzaron casi todo el espectro del arte. As, se hizo posible notar su presencia en laliteratura,pintura,msica,arquitectura,poltica, e incluso llegaron a disear su propiocalendario.

En agosto de 1917, tras la publicacin dePobrecitasde Armando Moock, Los Diez, terminaron su labor editorial. En una carta dirigida aNathanael Yez Silvaa propsito de un artculo en el que se aluda a la supuesta muerte del grupo, Manuel Magallanes Moure, seal: "Los Diez no son una institucin formada ms o menos artificialmente, ni una sociedad cuyos miembros estn amarrados por algn nudo reglamentario, de esos que una vez que se cortan o que se desatan, producen el desparramamiento (...) Nuestra unin tiene una ms firme atadura: nos unen el arte y la amistad. No tenemos obligaciones que llenar ni compromisos que cumplir; nos acerca el placer de estar juntos".

La Generacin Literaria de 1938,conocida tambin como Generacin Literaria de 1942, evidenci el inters de los creadores por reflexionar sobre temas sociales, histricos y polticos.Ricardo LatchamyHernn Daz Arrietabautizaron a este grupo con el nombre de generacin neocriollista del 40, influidos por las caractersticas ms destacadas de estas producciones literarias: criollista, por su delectacin en lo nacional; nueva, por su actitud doctrinal, distanciada de la generacin anterior en cuanto a que las realidades enfocadas en las obras carecen de la polaridad o deformacin anteriores.

La segunda Guerra Mundial (1939), el estallido de la Guerra Civil espaola en 1936 y el advenimiento delFrente Popular, fueron factores determinantes para los escritores de esta generacin. Este grupo naci en medio de los turbulentos cambios polticos de las campaas del ao 1920. Hugo Montes, destacado estudioso de la literatura nacional, en su libroHistoria de la literatura chilena, describi esta generacin: "En 1938, como un anuncio de triunfos posteriores autnticos, lleg al poder un vigoroso sector de extraccin media, originando una eclosin de fe popular, traducida por los escritores en un naturalismo constructivo en que se integran significativamente las capas sociales en descomposicin y las fuerzas promisorias de los grupos en ascenso. No se trata ahora de una recreacin esttica de un ambiente de autenticidad discutible, sino de un hondo hurgar en busca de las causas infraestructurales que originan el proceso que angustia y oprime las clases desposedas o grupos laborantes. Este naturalismo proletario, esta verdadera pica social, como alguien seal, produjo un 'ansia apasionada de cambiar la vida nacional... de dar al obrero y al campesino... un sitio de dignidad'. Y as vemos el nacimiento de una literatura de mayor resonancia vital que no gira en torno al paisaje, sino al hombre comunitario".

En este sentido, los creadores de este movimiento pertenecieron al mundo popular y se sintieron cercanos al marxismo -a lo menos un gran nmero de ellos-, sus obras pusieron el nfasis en la problemtica social, propiciaron la apertura de parcelas literarias en las regiones del pas, el centro de sus creaciones fue el hombre y la constante lucha contra la naturaleza y la explotacin humana. Aun cuando estas caractersticas fueron compartidas por los miembros de la Generacin Literaria de 1938, un sector importante de la crtica especializada afirm que estuvo dividida en dos grupos.El primero, de mayor sentido social, lenguaje ms directo, apegado alrealismoy con un claro acento regionalista.El segundo, busc mayor novedad en los motivos literarios, fue ms esteticista y subjetivo, formado en su mayora por poetas impactados por elsurrealismoy elcreacionismo.

Entre los escritores adscritos a este grupo literario destacanNicomedes Guzmn,Gonzalo Drago,Andrs Sabella,Francisco Coloane,Volodia Teitelboim,Eduardo Anguita,Tefilo Cidy algunos miembros del grupoLa Mandrgora, entre otros escritores.

Existendos criterios y consecuentemente dos nombres, para aludir a este grupo de escritores nacidos entre 1920 y 1934.El primero y el ms difundido, Generacin del 50, fue propuesto por Enrique Lafourcade en 1954. El segundo, Generacin de 1957, fue propuesto por Cedomil Goic, quien aplic elCriterio Generacional Histricode Ortega y Gasset y el Mtodo de seriacin a la literatura hispanoamericana.

La Generacin literaria de 1950, hizo su entrada al escenario de las letras nacionales, con un escepticismo radical frente a la vida y a la literatura chilena anterior(buscando ante todo la superacin del criollismo). Por esta razn fueron estigmatizados como escritores despreocupados frente los problemas sociales. Una de las razones de este escepticismo fue el momento de cambios profundos en la sociedad, tanto a nivel nacional, como internacional, teniendo en cuenta, el escenario mundial de la poca. Todo esto provoc que en los escritores de esta generacin surgiera la idea de la realidad concebida como una mscara, y que se subjetivizara absolutamente la nocin de conciencia humana.

En trmino generales, todos los autores que conformaron esta generacin, fueron influenciados por la poesa y por la novela norteamericana (Walt Whitman entre los poetas, Ernest Hemingway y William Faulkner entre los novelistas) y por la novela clsica Rusa (Leon Tolstoy, Fedor Dostoievski). Tambin evidenciaron como especial referente el psicoanlisis de Sigmund Freud, el determinismo cientfico y el existencialismo.

Un hito de fundamental importancia para el desarrollo de esta generacin -compuesta pornarradores, poetas,dramaturgos, ensayistas y crticos-, fueron losEncuentros de Escritores realizados por la Universidad de Concepcin en 1958, ya que en ellos tuvieron tribuna algunos de sus integrantes ms destacados, como por ejemplo:Enrique Lafourcade, Jos Manuel Vergara, Armando Cassgoli,Jorge EdwardsyClaudio Giaconi, entre otros. Tambin, propiciaron el debate sobre esta generacin tantas veces cuestionada ya sea por su existencia efectiva dentro de la literatura nacional, o por su visin de mundo y aparente desinters ante la realidad del pas.

Lospoetasintegrantes de la Generacin del 50, presentaron diferencias en su pensamiento poltico, religiosos y potico, sin embargo a juicio deMiguel Arteche, esto no influy en su modo de reaccionar frente a la herencia de los grandes poetas nacionales comoPablo Neruda,Vicente Huidobro,Humberto Daz CasanuevayRosamel del Valle. Tampoco influy en la actitud que adoptaron ante su quehacer como poetas, ya que el nfasis no slo estuvo centrado en la estructura del poema, sino tambin en la bsqueda de una conciencia que les permitiera el "control de la criatura potica" y de la carga emocional de sus elementos, con el fin de lograr poemas slidamente trabajados y construidos y adems cargados con una "densidad de pensamiento" estrechamente vinculada a la expresin.

La generacin de narradores de 1960, fue testigo de profundas transformaciones polticas y culturales: la revolucin cubana de 1959, el avance del movimientohippiey los sucesos estudiantiles de mayo de 1968 en Pars, provocaron no slo la cada de los discursos oficiales sino que motivaron la instalacin de renovados referentes. Marcados por estos importantes hitos, dicha promocin busc para s misma una nueva identidad, llegando a consolidarse, como explic Carlos Olivrez, "a puro instinto, sin contextualidad, soportes, o lecturas plurales, absorbiendo oxgeno puro, y toda la historia que se empezaba a escribir como ese milln de libros en seis meses deQuimant".

Consistentes lecturas de escritores extranjeros, especialmente norteamericanos y narradores delboomliterario latinoamericano, no slo posibilitaron la concrecin inmediata del proyecto sino que fue elpunto de convergenciade este grupo. Dejando atrs la visin literaria de laGeneracin literaria de 1950, estos escritores se nutrieron de nuevas fuentes y emprendieron rumbo hacia la bsqueda de temas distintos, que reflejaran la preocupacin tanto por el lenguaje, las tcnicas textuales como por la situacin colectiva del pas y del mundo.

Esta promocin fue estrechando sus lazos gracias a las diversas iniciativas culturales que surgieron desde principios de la dcada: la fundacin derevistas, la formacin degrupos literariosy las innumerables actividades realizadas en conjunto conlos poetasy las universidades. Sin embargo, lo que realmente los cohesion fue elTaller de Escritoresde laUniversidad Catlica, iniciado en 1969, y a partir del cual la mayora de sus miembros publicaron abundantementeentre 1966 y 1973.

La generacin de 1960 fue apoyada por una prolfica industria editorial, que fue desarrollndose paulatinamente, hasta que a partir de 1971 present un auspicioso despegue. Sellos tales como Universitaria yNascimento, motivaron la creacin de colecciones que difundieron la narrativa chilena y latinoamericana. Por su parte, existieron otras editoriales independientes como Huda, creada por el argentino Hugo Debandi, quien edit a autores nacionales, entre ellos: Fernando Jerez,Poli Dlano, Armando Cassigoli, Armando Menedn, Luis Merino Reyes yBraulio Arenas. Y, por supuesto, estuvo Quimant, que consigui romper el rgido circuito de ventas de libreras, efectuando tiradas de 30 mil a 50 mil ejemplares.

Si bien los narradores de esta promocin marcaron un hito importante, no debe desmerecerse la actuacin sobresaliente de autores de otras generaciones en esta dcada. En este perodo, por ejemplo,Carlos Droguettgan el Premio Alfaguara de 1970 con su libroTodas esas muertesyJos DonosopublicEl obsceno pjaro de la noche, obra con la que se insert en elboomlatinoamericano.

Elgolpe militarde 1973 trunc sin duda el proyecto literario de esta promocin. Elexilio, en definitiva, tuvo como consecuencia un prolongado y obligado alejamiento de los escritores de los lectores de su propio pas.

Despus del golpe de Estado de 1973, la literatura chilena se vio escindida, fraccionada, dividida en su desarrollo; producto de este corte histrico se produjo la dispora y las manifestaciones literarias quedaron divididas en dos instancias reales, aunque paradjicas, dado que la literatura de un pas es siempre una: la que se escribe en el interior (la literatura del "in-xilio" como la ha llamado el crtico Grnor Rojo) y la de los escritores que tuvieron, por unas u otras razones, que partir al exilio, y que en diferentes pases, como Suecia, Alemania Oriental, Estados Unidos, Mxico, Francia, Espaa o Canad continuaron con la produccin literaria alterada, que se situaba y vea a Chile desde la distancia y desde una nueva realidad.

La primera etapa de los escritores chilenos exiliados, estuvo definida por una literatura de carcter testimonial de esa nueva realidad, cuya perspectiva fue la del testigo. Cabe aclarar que este tipo de literatura no se inaugura en Chile el ao 73: tenemos como un ejemplo paradigmtico los poemas delCanto generaldePablo Neruda, escritos en gran parte durante su exilio bajo el Gobierno deGabriel Gonzlez Videla. En esta nueva narrativa testimonial se relatan -se hace relacin como diran los primeros cronistas- las experiencias de la tortura, el exterminio, y la no menos traumtica experiencia de integrarse en pases donde tanto la idiosincrasia como la lengua son otras. A esto se suma la imposibilidad de volver al pas por un extenso perodo, en el que nacen y crecen hijos de exiliados, con una patria ausente e imaginaria, que slo se conserva en el recuerdo de un pasado y en la literatura que va grabndolo. Otro aspecto de la literatura testimonial fue el intento de determinar cules fueron las causas del trance histrico. En una segunda etapa, se desarroll la reflexin sobre el destino de Chile y sobre el destino de una vida colectiva despus de 1973. Entre las obras de este tipo, cabe destacarUna especie de memoria, deFernando Alegra;El Libro Negro de la Intervencin Norteamericana en Chile, deArmando UribeyDiario del doble exiliode Osvaldo Rodrguez. Al comienzo, la literatura testimonial tiene un carcter de urgencia y denuncia. Lo ms importante es dar cuenta de los sucesos ocurridos durante la represin y sus consecuencias inmediatas, en un lenguaje transparente, ms cercano a la crnica que a la ficcin. Entre estas obras, podemos mencionarTejas verdes(1978) de Hernn Valds, sobre los campos de concentracin y tortura en Chile;Genocidio en Chilede Carlos Cerda yPrisin en Chile(1975) de Alejandro Witker.

En una segunda etapa aparecen novelas ms preocupadas por desentraar de la trama el nuevo lenguaje adquirido en el exilio. Son obras ms metafricas y alusivas, comoViudas(1987) de Ariel Dorfmann,No pas nada y otros relatos(1985) deAntonio Skrmeta,Frente a un hombre armado(1981) deMauricio WacquezoCasa de campo(1978) deJos Donoso. A fines de los aos setenta y comienzos de los ochenta, van llegando a Chile, de mano en mano, tambin libros de poesa editados en el exilio, comoLa ciudaddeGonzalo Milln,nsulas flotantesde Omar Lara,El puente ocultodeWaldo Rojas,Notas para una contribucin a un estudio materialista sobre los hermosos y horripilantes hechos de la (cabrona) tensa calma(1983) de Mauricio Redols yOscuro(1978) deGonzalo Rojas.

Una de las formas ms importantes de divulgacin literaria producidas en el exilio, fueron las revistas; las que buscaron reunir la dispersin de autores chilenos repartidos por el mundo y mantener un posible, aunque incierto, dilogo con lo que ocurra dentro de Chile. Estas revistas, adems de su valor literario, fueron muy significativas desde una perspectiva poltica y reunieron en torno a ellas a gran cantidad de chilenos exiliados, escritores y lectores, que encontraron en la escritura y la lectura un punto de referencia comn. Las ms significativas fueronLiteratura chilena en el exilio, la revistaAraucaria, yLar.