Historia de las universidades en AL, Tünnermann.pdf

7/25/2019 Historia de las universidades en AL, Tnnermann.pdf

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H IST O RIA DE L A UNIVE RSIDAD E N AM E RICA L AT INA

D e la poca colonial a la R eforma d e C rdoba

C O L E C C IO N A U L A
http://enriquebolanos.org/


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Carlos Tnnermann Bernheim

H istoria de la U niversidad

en A mrica Latina

De la poca colonial

a la R eforma de C rdoba

E D I T O R I A L U N I V E R S I T A R I A C E N T R O A M E R I C A N A


4/195

P rimera E dicin

EDU CA, Centroamrica, 19 91

Reservados todos los Derechos

Hecho el Depsito de Ley

Edidn: Alfredo A gu ilar

378.800

9

T9 26b T nnermann B ernheim, Carlos .

H istoria de la u niversidad en

Am rica L atina: de la poca colonial

a la reforma de C rboba /

Carlos Tnnermann Bernheim. 1 ed --

Sart Jos, C.R ED UC A. 19 91 .

p 206

ISBN 9977-30-1f37-0

1 Au tonoma universitaria 2 M ovimientos

estudiantiles. 3 Reformas de la

educacin.

4 Universidades - Historia I 'Mulo.

O

EDITORIAL UNIVERSITARIA CENTROA MERICANA

-EDUCA-

'Org anismo de la Confederacin Universitaria Centroamericana CSUCA inte

grada por U niversidad de San Carlos de G u atemala, Universidad de El Salva-

dor, Universidad Nacional Au tnoma de Hondu ras, Universidad Nacional

Au tnoma de Nicaragu a, Universidad Nacional de Costa Rica, Universidad de

Costa Rica, Universidad Nacional de P anam

Apartado 64, 2060, San Jos, Costa Rica


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A la memoria de mi madre

Lydia Bernheim de Tnnerm ann.


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INTRODUCCIN

Este trabajo, cu y a elaboracin inici hace vados a os, sale

a

la lu z pblica grad as al patrocinio de la Secretara G eneral del

Consejo Su perior Universitaria Centroamericano (CSU CA )

El estudio, qu e hoy ponemos en manos de los u niversita-

rios centroamer icanos, com prende el desarrollo histrico de la

U niversidad en Am rica L atina desde la poca colonial hasta

la Reforma de Crdoba Q u eda, para otra oportunidad, el relato

sobre el acontecer de la U niversidad, en esta parte del mu ndo,

du rante las ltimas dcadas del presente siglo, caracterizado

por u na permanente voluntad de reestructu racin acadmica

y revisin de las fu nciones qu e a la Universidad corresponde

cu m plir en el seno d e la sociedad latinoamericana A l an lisis

de algu nos de estos tem as estn ded icados otros trabajos del

su scrito, publicados anteriormente por ED UC A , bajo los ttulos

sigu ientes: "E nsayos sobre la Universidad L atinoamericana"

(1 9 81) y "Estu dios sobre la Teora de Universidad" (19 83)

E n esta breve historia de la U niversidad en nu estro con-

tinente, se examina el devenir u niversitario en el contexto de

los acontecimientos h istricos m s imp ortantes (colonizacin,

independencia, su rgim iento de las sociedades n acionales); de

los fenmenos socioeconmicos que determinaron el ser y

qu ehacer de nu estras academias y de las corrientes ideolgicas

qu e inspiraron su s procesos de transformacin y los contenidos

de su enseanza

Los dos prim eros captu los est n dedicados a la U niver-

sidad C olonial. En el primero de ellos, se analiza el fenmeno

de la temprana fu ndacin de u niversidades en tierras del Nu e-

vo M u ndo, pocas dcadas despus de la l legada de los espao-

les, cu ando "a n ola la plvora y todava se trataba de limpiar

las armas y herrar los caballos", seg n la socorrida frase del

cronista Fr. Francisco V zqu ez

9


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Fu e el carcter de cru zada que asum i la conquista lo

qu e llev a la temprana fu ndacin u niversitaria, o fue la con-

cepcin imp erial de los Habsb u rg os, basada sobre la idea de

u na "confederacin

de

reinos cerrados en s mismos" y qu e, por

lo tanto, deban tener tambin su propia U niversidad para

evidenciar su au tonoma interna? O fue, m s bien, la poltica

seg u ida por las rdenes relig iosas lo qu e explica la temprana

proliferacin de colegios, sem inarios y u niversidades en el

Nu evo Mu ndo? Tam poco est au sente la explicacin pragm -

tica L as u niversidades respondieron a u na triple necesidad: a)

proveer localmente de instruccin a los novicios de las rdenes

religiosas; b) proporcionar oportu nidades de edu cacin a los

hijos de los peninsu lares y criollos y , por excepcin a los ind-

g enas, y c) preparar a los fu ncionarios menores de la adminis-

tracin colonial

En este m ismo captulo se estud ia el rg imen legal de la

Universidad colonial, su doble dependencia (de la C orona y de

la Iglesia), y los modelos o arqu etipos u niversitarios m s fre-

cu entemente imitados: el de la Universidad de Alcal de H ena-

res, creada por el regente C ardenal Cisneros sobre el esqu ema

"convento-universidad", y el de la Universidad de Salamanca,

la m s importante y prestigiosa de la Espaa de aqu ella poca,

org anizada, a su vez, sobre la base del modelo de la Universi-

dad de B olonia, la clebre "U niversidad de estu diantes"

Cierra este primer captulo el examen sobre el acceso a la

Universidad colonial, donde qu eda demostrado qu e sta, como

la sociedad para cu y o provecho se cre, fu e u na institucin

elitista y aristocratizante Los indios qu e lleg a adm itir en su

seno fu eron nicamente los hijos de los caciqu es e indios prin-

cipales,

en

cu anto se encontraban al servicio de la clase domi-

nante e integrados a sta

En el captu lo seg u ndo se presenta la org anizacin-y

rgimen acadmico de la U niversidad colonial P ara ello des-

cribimos principalmente la organizacin de las dos fundado-

nes u niversitarias m s importante del perodo colonial: las

U n i v e r s id a d e s d e L i m a y M x ic o

E n este mismo cap tu lo nos referimos a las reformas

universitarias de mayor trascendencia que tuvieron lugar en el

perodo colonial: la promovida, en pleno sig lo XV II, por Ju an

de P alafox en la Universidad de M xico, qu e propici "el acrio-

Ilamiento" del modelo salmantino; las reformas introdu cidas

en la Universidad de San M arcos de Lima por el Virrey A mat,

inspiradas en la ilus tracin borbnica; y la singu lar reforma, de

1 0


8/195

inspiracin cartesiana, llevada a cabo en la Universidad de San

Carlos de G u atemala, la m s criolla o americana de las u niver-

sidades coloniales, por extraordinario e ilu strado fraile fran-

ciscano, nacido en Cartago, C osta Rica, Jos Antonio Liendo y

G oicoechea, mentor de la g eneracin de donde su rgieron los

prceres de la independencia centroamericana Cierra este ca-

ptulo u n ensay o de ju icio valorativo sobre la U niversidad del

perodo colonial, qu e con todo y su s defectos, no dej de ser

u na U niversidad completa, u nitaria, con u na concepcin del

mu ndo y u n propsito mu y bien definido.

El Captu lo III est consagrado a la "Universidad republi-

cana", es decir, el esqu ema u niversitario qu e promovieron las

recin independizadas repb licas am ericanas. Se advierte, en

est captu lo, qu e el advenim iento de la R epblica no implic

la mod ificacin de las estructu ras socioeconmicas coloniales,

qu e persistieron por mu chos aos m s Igu al su cedi con las

u niversidades, qu e sigu ieron siendo en su m ay ora, "coloniales

fu era de la colonia", seg n la feliz frase de Rodrig o Fado Y

cu ando la Rep blica decidi desemp olvar los viejos claustros

coloniales, lo hizo sobre la b ase de ad optar el modelo napole-

nico. de U niversidad, es decir, el esqu ema profesionalizante y

centralista qu e Nap olen introdu jo en Francia como parte de

su poltica de consolidacin imp erial D e esta su erte, la rees-

tructu racin u niversitaria au spiciada por la R epblica careci

del sentido de innovacin y afirmacin nacional qu e se amb i-

donaba y devino en simple imitacin o "prstamo cu ltu ral".

A la adopcin de dicho m odelo se atribu y e en parte, la

au sencia, por largos a os, de la investigacin cientfica en el

qu ehacer u niversitario latinoamericano, casi exclu sivamente

consag rado a la formacin de p rofesionales

Fu e en contra del excesivo profesionalismo y de los resa-

bios coloniales enqu istados en nu estras U niversidades, qu e

levant sus banderas el Movimiento de Crdoba, a cu y o estu-

dio consagram os los dos ltimos captulos de esta obra.

La Reforma de C rdoba, qu e tanto contribuy a definir

el perfil de la U niversidad L atinoam ericana, fu e el primer

cu estionamiento serio, el primer cotejo entre u na sociedad qu e

se transformaba, por el ascenso de las clases m edias, y u na

U niversidad empe ada en mantenerse enclau strada entre pa-

redes anacrnicas C rdoba representa tamb in u na aspira-

cin, quizs no plenamente lograda, de originalidad

americana, de bsqu eda

de

soluciones propias a nu estros pro-

blemas D esde 19 1 8, la Reforma es, como afirma Darcy R ibeiro,


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prindpal fu erza renovadora de nuestras u niversidades", la

carta de presentacin de Amrica Latina para hacer su ing reso

d e c o r o s o e n e l s i g l o X X

En estos captu los finales se resean los orgenes ideol-

g icos, culturales y sociales del M ovimiento; su estallido en

Crdoba el 21 de ju nio de 19 1 8; su proyeccin latinoamericana

y su program a. Cierra esta resea u n intento de balance o ju icio

sobre la R eforma, a m s de setenta dios de su irru pcin en la

vida poltica y cu ltu ral de Am rica Latina Com o lo ha dicho

G ermn A rciniegas: "L a Universidad, despus de 19 1 8, no fue

lo que ha de ser, pero dej de 92r lo qu e haba venido siendo; 19 18

fue u n paso inicial, la condicin previa para qu e se cu mpliera el

destino de la Universidad en Amrica amo Universidad"

Finalmente, y por estar este trabajo dirigido a los u niver-

sitarios centroamericanos, se ag rega , en calidad de apndice,

u n somero bosquejo del desarrollo histrico de

la

educacin

su perior en Centroamrica, desde la poca colonial hasta prin-

cipios de la dcada

de

los aos setenta. Intencionalmente no se

ha qu erido ir m s all de ese momento por cu anto, a partir de

1 9 74, el su scrito dej de participar activam ente en la vida

u niversitaria centroamericana

O jal esta obrita sea de alg u na u tilidad para qu ienes se

interesan por conocer la apasionadamente historia de nu estras

mximas casas de Estudios, llamadas a desempear un rol cada

vez m s importante en el destino de nu estros pueblos

Carlos Tnnermann Bernheim

Man agua, 28 de febrero de 1989.

12


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C aptulo I

L A U N IV E R S ID A D C O L O N IA L


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E

l fenmeno de la temprana fu ndacin de u niversidades en

tierras del Nu evo M u ndo, cu ando an no haba terminado

la Conqu ista y a pocas dcadas del D escubrimiento, ha sido

explicado de distintas maneras y desde diferentes posiciones

El socilogo alem n Hanns-Albert Steger sostiene qu e tal

vez este proceso se comprenda mejor, " si consideramos qu e la

conqu ista se pu ede entender como u na repeticin, en la medida

en qu e estaba investida con el car cter de una cru zada, de la

Reconquista de la Pennsula Ibrica que acababa

de terminar"

)

1

anns-A lbert Steg er: "P erspectivas para la planeacin de la

enseanz a su perior en Latinoamrica", articu lo publicado en

LATINOAMERICA,

Anu ario de Estu dios Latinoamericanos

UN AM -Mxico No 4 , 1 9 71, p 25 En su obra las

universidades

en el desarrollo social de la Amrica Latina,

Steger agrega: "Nu eva

Espa a es u n programa qu e deba vincular, de manera especial,

la conqu ista con la reconqu ista La may or parte de los territo-

rios g anados du rante la reconqu ista fu eron incorporados, bajo

el nombre de C astilla la Nu eva, a los dominios de los reyes de

C astilla Solo despu s de finalizada la reconqu ista, solo des-

pus qu e Cast illa y A ragn se u nen puede hablarse de u n

"Estado Espaol" (K onetzke) Ya para el sucesor de los Rey es

Catlicos, Carlos I (el Em perador Carlos V ) es "Espa a", en

tanto u nidad firme, algo evidente P ara l se repite

a

nivel

mu ndial, la (re-) conqu ista A la antig u a u nidad Espaa ("la

vieja") se agreg a ahora una "E spaa la Nu eva" Este proceso de

repeticin es comparable, hasta en los menores detalles, con la

1 5


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apreciacin qu e se apoy a en la opinin del historiador R ichard

K onetzke A esta consideracin Steger ag rega, como pu nto de

partida espa ol para la fun dacin de u niversidades, la misma

concepcin im perial de los Habsb u rg os, qu e en oposicin al

centralismo de los B orbones siempre pensaron en u na confede-

racin o reu nin de "reinos cerrados en s m ismos, qu e se

mantenan unidos por la Corona, y no por u na administracin

central. Sobre la base de esta concepcin fundamental, se realiz

tambin la incorporacin de los reinos del N u evo M u ndo al

Imperio Habsbu rg o". Esta idea, seala Steg er, exista antes de

la Conquista, pues la propia Espaa

s e

conceba a s misma como

u na federacin de "repos", cada u no de los cu ales posea, para

evidenciar su au tonoma interna, su propia universidad. Estas

institu ciones gozaban del monopolio docente en el reino respec-

tivo, por lo qu e eran studia g eneralia respectu regni, condicin

qu e unida a su car cter de bastiones de la Cru zada de la Recon-

qu ista, las diferenciaba del resto de las u niversidades eu ropeas,

distincin qu e se inici con Alfonso X el Sabio, qu e las vincul

al poder real para fortalecer el concepto de "estado-nacin".' D e

ah qu e, posteriormente, esta nocin condujo al pronto estable-

cimiento de u niversidades en los N u evos Reinos y su stent las

voces qu e en todos los virreinatos, capitanas g enerales y au -

diencias pedan la ereccin de u niversidades cu ando "a n ola

la plvora y todava se trataba de limpiar las armar y herrar los

caballos'', seg n la frase del cronista V zqu ez.' De lo anterior

Steger dedu ce qu e corresponde "considerar las fu ndaciones de

de la nomenclatura de lu g ares en el Nu evo Mu ndo: los nom-

bres de las ciu dades principales de la Vieja E spaa se repiten

en la "Nu eva Espaa H anns-Albert leger: Las universidades

en

el desarrollo social de la A mrica Latina

Fondo de Cu ltu ra

Econmica-Mxico 19 74, p 1 05

2

La colonizacin espaola de los territorios descubiertos y conquis-

tados en u ltramar se inspir en las tradiciones de la R econquista

medieval ibrica" Richard K onetzke Am rica L a t in a : la p o c a c o l o -

nial Siglo XX I Editores, Segu nda edicin, 1 972, p.34.

3. anns-Albert Steger, Op

Cit , p 104

4

Steger,

Op Cit.,

pp 106 y 159

5

itado por Jos Mata G avidia:

Fundacin de la Universidad de

G u a t e m a l a ,

Editorial Universitaria de la Universidad de San

Carlos de G uatemala, 19 76, p 7

16


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u niversidades latinoamericanas dentro del g ran contexto g lobal

de la formacin de u n imperio y de u n se oro espiritual trans-

cu ltural, qu e reemplaz las formaciones de au toridad "ecu m-

nicas" transtnicas de la Edad M edia (Emperador

y

P apa)"

Tam bin es preciso tener presente la poltica u niversitaria

de las principales rdenes relig iosas para explicarse la tempra-

na proliferacin de colegios y u niversidades P ara los domini-

cos, los Nu evos R einos ofrecan la extraordinaria oportu nidad

de crear u n orden tem poral dentro del Im perio Desde la

clebre prdica de A ntonio de M ontesinos en Santo Dom ingo

en 1 51 1 , pasando por todos los esfuerzos de Bartolom

de

Las

C asas, la Orden no ocu lt su oposicin al sistema colonial y a

la clase dominante, cu yos excesos denu nci Los esfu erzos de

los dominicos se encaminaron a crear "u niversidades misione-

ras", contrapu estas a las "u niversidades reales" y destinadas a

formar, dentro de la m s rigu rosa escol stica, los "cu adros"

para la labor misionera, fundamentalmente eclesisticos A su

vez, la Societas Jesu fund su s colegios y u niversidades como

parte de u na estrategia m u ndial de "conqu ista espiritual"

Su rgi as un nu evo tipo de institucin, la "u niversidad-redu c-

6 Steger, articu lo citado p 26.

7 El hech o de qu e la O rden, qu e dependfa directamente del

P apa, hubiese fundado en Santo Domingo, en 1 538 (cuatro arios

despu s de la traduccin de la Biblia por Lu tero), u na u niver-

s idad sobre la base de una B u la del P apa P au lo III , puso de

manifiesto la pretensin de establecer un o rden temporal den-

tro del Imperio E spaol y signific al mismo tiempo, u n recha-

zo de la tradicin de las escu elas reales fu ndadas p or Alfonso

el Sabio, tradicin segu ida por la Un iversidad de Salamanca"

H Steger, Op C it , p 108

8

De la actitud pro indgena de los M isioneros surg i una dis-

cusin pblica acerca de los derechos hu manos y del derecho

natu ral a la libertad del indio americano, discusin qu e culm i-

n con las famosas lecciones de otro dom inico, el P adre Fran-

cisco de Vitoria en Salamanca (1532), y que encontr su

formu lacin ju rfdica en Las N u evas Leyes de 1 5 4 2

H Steger,

op cit , p 1 66

"L a diferencia fu ndam ental del sistema edu cativo de los jesu i-

tas con respecto a la situ acin anterior

incide

en el hech o de

qu e, a partir de ese mom ento; la formacin cientfica no fu

considerada -como en la poca del hu manism o- u n valor en s

1 7


14/195

dn", qu e se impu so a los esquem as anteriores, verdadero

"cu artel" dentro de la estrategia antes mencionada y pu ntal del

pretendido "imperio secu ndario" de los jesuitas

D esde otro ng u lo, M anu el Ballesteros, profesor de la

U n i v e r s id a d C o m p l u t e n s e d e M a d r i d , a s e g u r a q u e l o s c e n t r o s

docentes surg ieron como u na necesidad del M u ndo Nu evo" y

como parte integral del "fenmeno h ispanocolonial", qu e con-

sisti en "u n trasplante total de la vida espaola a A mrica, con

dos m viles bien definidos: la conversin espiritu al del indgena

y su transformacin a la vida civilizada" 1 0 El propsito era,

seg n esta apreciacin, trasladar el complejo dela vida espa ola

de la poca al Nu evo M u ndo, reprodu ciendo en l los esqu emas

espiritu ales, polticos, cultu rales y u niversitarios de la pennsu -

la La u niversidad fue as, dice P edro Lan Entralg o "u no de los

constitu tivos germ inales de la naciente vida americana"

Explicaciones de carcter m s bien pragm tico sealan

como factores qu e determinaron las prim eras fu ndaciones,

e n t r e o t r o s , l o s s i g u i e n t e s : a ) L a n e c e s i d a d d e p r o v e e r l o c a l m e n t e

de instru ccin a los novicios de las rdenes religiosas qu e

acomp a aron al conqu istador espaol, a fin de satisfacer la

creciente demanda de personal eclesi stico creada por la am -

pliacin de las tareas de evangelizacin; b) La conveniencia de

proporcionar oportu nidades de edu cacin, m s o menos simi-

lares e las qu e se ofrecan en la metrpoli, a los h ijos de los

peninsu lares y criollos a fin de vincu larlos cu lturalm ente al

imperio y , a la vez, preparar el personal necesario para llenar

los pu estos secu ndarios de la bu rocracia colonial, civil y ecle-

sis tica P or otro lado, las dificultades de las comu nicaciones,

arriesgadas y costosas, aconsejaban impartir esa instruccin en

las mismas colonias;1 2 c) L a presencia, en los primeros a os del

mismo, sino u n arma

de

la cruzada misionera en contra de

herejes y pag anos" H Steger, O p

Cit , p 132

1 0

itado por Agu eda M ara Rodrgu ez Cruz, O P

: H istoria de las

Universidades Hispanoamericanas - Perodo hispnico

Imprenta

P atritica del Instituto Caro y Cu ervo. Bog ot 1 9 73, p 5 TI

11

edro Lan Entralgo:

Sobre la Universidad Hispnica

Ediciones

Cu ltu ra Hispnica - M adrid, 19 53, p 10

1 2

rlando Albornoz

ideologa

y poltica

en

la

Universidad Latinoa-

mericana, inst ituto Societas - Caracas, 19 72, p 92 H Steger

seala qu e los h ijos de espaoles nacidos en A mrica qu e

aspiraran acceder a las m s altas posiciones de la jerarqu a

1 8


15/195

perodo colonial, en los colegios

y

seminarios del N u evo M u n-

do, de religiosos formad os en las au las de las u niversidades

espaolas, principalmente Salamanca, deseosos de elevar el

nivel de los estud ios y d e obtener au torizacin para con ferir

grados may ores

D e ah qu e las g estiones para conseg u ir los

privileg ios u niversitarios fueron con frecuencia iniciadas por

estos relig iosos de alta preparacin acadm ica

Steg er estima qu e estas consideraciones prag m ticas no

son su ficientes para explicar el fenmeno q u e analizamos, des-

de lueg o qu e las necesidades podran haber sido satisfechas sin

recu rrir a las u niversidades P ortu g al no cre ningu na u niver-

sidad en el Bras il du rante la poca colonial: la U niversidad

portu g u esa de Coimbra asum i buena parte de las tareas qu e

en los dom inios espa oles desem pearon las u niversidades

coloniales "T ambin Ing laterra construy todo u n imperio sin

qu e por ello otorgar importancia algu na a la fund acin de

u niversidades E spaa constitu y e , pu es , u na g ran

excepcin

entre las potencias coloniales, en lo qu e se refiere a la fu ndacin

de u niversidades europeas fuera de Eu ropa" 1 4

Steger nos pone de manifiesto, mediante una inteligente

u tilizacin del concepto de principia media de M annh eim,

colonial deban estud iar en las u niversidades

de la pennsu la,

au nqu e existieran universidades en su s ciu dades de orig en

"Du rante todo el perodo colonial, de entre los 1 66 virreyes, 55 8

capitales g enerales, goberna dores y p residentes de provincia

(es decir, entre 724 dig natarios del E stado), slo 18 fu eron

criollos D e los 706 arzobispos y ob ispos qu e, de acu erdo con

el sistema

de

P atronato, eran designados por el virrey, slo 1 05

fu eron criollos" O p cit , p 202

1 1

M Rodrgu ez C , en la obra que hem os citado, menciona la

presencia en el convento de Santo D oming o de la Espa ola de

los frailes Antonio de M ontesinos, P edro de Crdoba, D omingo

de Betanzos y Toms de Berlanga, todos ellos con grados

otorgados por Salamanca; en los Colegios fundados en M xico

por tos franciscanos impartan lecciones frailes g radu ados en

Salamanca, Alcal y Pars, entre ellos el historiador indigenista

Fray B ernardino de Sahagn y Juan de G aona

En el Estu dio G eneral de los dominicos enseaba u n discpulo

de Vitoria, Fray B artolom de Ledesma O tro alu mno de Vito-

ria, Fray A lonso de la Veracru z, profesaba en el Colegio de los

agu st inos de la misma ciu dad Op dt , pp 1 47 y 246

T 1

1 4

Steger,

Op C it ,

p 104

1 9


16/195

como "el mecanismo de la adecuacin de u na legislacin pro-

veniente de la lejana E spa a, qu e necesariamente deba ser

abstracta, en una regin de principia media diferente, encontr

su expresin en la famosa frmu la: "obedezco pero no cu mplo"

Este mecanismo hizo posible que, a pesar de la inmensa distan-

cia geog rfica y espiritu al, la administracin del enorme impe-

rio no se quebrantara en estos siglos, sino qu e, por el contrario,

dejara su s profund as races en las m s diferentes regiones del

mundo"

1 5

Es to su cedi tam bin con la u niversidad colonial,

cu y a labor efectiva no se compag in con mu chos de los prop-

sitos enu nciados en los textos legales

V emos as qu e mientras las reales cdu las expresaban el

deseo de abrir la enseanza u niversitaria a todos los habitantes

d e l o s N u e v o s R e i n o s , 1 6 l a r e a l i d a d f u e m u y d i s t i n t a y , e n

definitiva, las au las estuvieron reservadas, salvo escasas excep-

ciones, a los h ijos de los peninsu lares y criollos L a u niversidad

colonial fue seorial y clasista, como la sociedad cu yos intereses

serva Una vez m s la utopa de la C orona se vi desvirtuada

p o r l o s h e c h o s 1 7 D e s d e d i s t i n t a p e r s p e c t i v a S e v e r o M a r t n e z

1 5 Steger,

Op C i t , p 63

1 6

a Ley de la Recopilacin de Indias qu e se refiere a la fundacin

de las universidades oficiales de Lima y M xico dice lo sigu ien-

te: "P ara servir a D ios nuestro Seor, y bien pblico de Nu estros

Rey nos, conviene qu e nu estros vasallos, sbditos y naturales

tengan en ellos universidades y Estu dios G enerales donde sean

instru idos y gradu ados en todas ciencias y facu ltades" A M

Rodrgu ez C , Op cit, p 83 T I

t7 n su obra Subversin y cambio social (Ediciones T ercer M u ndo

- Bog ot, 1 9 68), el socilogo colombiano O rlando Fals Borda

describe la formacin del orden seo rial en hispanoa m rica

haciendo ver como la "utopa misional" de los Rey es Catlicos

y su s su cesores encontr eco slo en alg u nos miembros de la

lite gu bernamental de Espaa y en u nos cuantos religiosos en

el Nuevo Mundo, pero no pudo ser traducida al contexto

americano (ni al espaol) sino a travs de segu ndones y repre-

sentantes qu e eran menos idealistas y qu e, en el proceso

de

creacin de la

soc iedad colonial, diluyeron la u topa relativa

con su propia ideologa: esta era la de ag entes del seoro qu e

tenan qu e hacerle frente a la realidad inmediata de los indge-

nas y a la conqu ista As , la u topa absoluta qu eda registrada

en las Leyes de las Indias y simbolizada en la corona del

Rey-Patriarca; la utopa relativa se traduce

a l

ambiente am eri-

20


17/195

P el ez seala que no poda ser de otra manera, pues "ningn

imperio ha existido nu nca para elevar el nivel de vida de

aqu ellos sobre qu ienes se extiende, au nqu e eventu almente ha-

y a ocu rrido tal cosa en la medida qu e convena a la explotacin

-fin verdadero y nico de todos los imperialismos- o com o

resu ltado no deseado de las contradicciones propias de todo

sistema de clases" 1 8 La u niversidad colonial, creada dentro del

cqntexto de la poltica cu ltural trazada por el imperio, tu vo

como m isin servir los intereses de la Corona, la Ig lesia y las

clases su periores de la sociedad P or va de excepcin fu eron

admitidos a la edu cacin u niversitaria los hijos de los caciqu es

cano en el derecho consu etudinario indiano L as leyes de la

u topa absolu ta se obedecen; pero no se cu mplen en la realidad

Se brinda hom enaje al rey com o lejana deidad qu e u nifica el

imperio; pero se gobierna a travs del mu y h u mano C onsejo

de Indias" De ah qu el conqu istador, al transformarse

en

colono reconstruy era la sociedad local segn la utopa relativa:

"As por ejem plo, tomaron la idea de la behetra y la transfor-

maron en la encomienda; se liberaron de las constricciones de

la M esta e inventaron la hacienda" "Estas formas dilu idas de

la utopa fueron las institu ciones que su rgieron de las situacio-

nes reales, la im ag en social propia y del mu ndo y el est ilo

hispano -criollo, de

actuar,

percibir y evalu ar V ale decir , se

dibuja el nu evo orden seorial -basado en el gru po clave de los

"seores"-, qu e se forma en elperodo su bversor de la Conqu is-

ta como consecu encia de la decantacin de la utopa m isional

absoluta S i la meta final era la formacin de u na "C iud ad de

Dios" las m etas reales resu ltaron ser la traslacin y reprodu c-

cin de una ideolog a, con condiciones, sustitu ciones y adop-

ciones: esto es, la

de

la sociedad seorial que rega en la

pennsula ibrica" "E l P atriarca de las Indias haba de g ober-

nar, al fin de cuentas, a vasallos qu e qu eran ser no ng eles sino

hom bres; y m s qu e hombres, seores A esta decantacin de

propsitos qu eda su jeta la sociedad colonial" O p

Cit , p 39 y

sigu ientes A su vez G onzalo Ag u irre Beltrn nos dice: "Los

esfuerzos m isioneros por alcanzar la u topa de u na comu nidad

para todos fracasaron ante los imperativos de la estructu ra

econmica impu estas por la explotacin colonial qu e exiga la

divisin en castas de los g ru pos sociales y fijaba la hidalgu a de

los espaoles como status privativo de los pobladores y su s

descendientes criollos" En' Estructu ra y funcin de la U niver-

sidad latinoamericana" -R evista L a

Educacin No 1 8 - Unin

P anamericana - W ashington, D C 19 60 p 37

1 8 evero M artnez P elez: La Patria del Criollo Editorial Univer-

sitaria G u atemala, 19 71, p 636.

21


18/195

e indgenas principales, en cu anto se hallaban vinculados a la

casta dom inante

El proceso de acu ltu racin no condu jo a la iransmisin

de toda la cu ltu ra espa ola a todos los estratos de la sociedad

colonial, pese a las h erm osas declaraciones contenidas en los

textos legales: "La cultura espaola, seala Martnez Pelez, se

proy ect a travs de mecanismos m u y diferentes , en propor-

ciones m u y d esigu ales, sobre las distintas clases y capas g ene-

radas por la dominacin y es obvio qu e jam s fue u n regalo" .

"C ada u no de esos sectores recibi los elem entos de cultu ra

espaola qu e convenan a su dominacin y al tipo de produ c-

tividad qu e de ellos se esperaba para provecho de la C orona y

de los criollos Nu nca m s qu e eso" 19 Sobre el carcter aristo-

cr tico de la un iversidad colonial volveremos m s adelante

cu ando examinemos sus requ isitos de admisin y g radu acin

O tros socilogos y edu cadores descu bren en la u niversi-

dad colonial las races mismas de la alienacin y la dependencia

cu ltu ral qu e padecen los pu eblos latinoamericanos La ense-

anza impartida en sus aulas, sealan, tena un propsito

"domesticador" m s qu e formativo A s lo hizo ver, incluso en

pleno virreinato, el doctor Jos de Baq u ijano y C arrillo, catedr -

tico limeo, en clebre discurso pronu nciado en la Universidad

de San M arcos en elogio del Virrey J u regu i: "La edu cacin y

la cultu ra tienen como fin instalar la paz con qu e se hu maniza

y dom estica al infiel indio" 20 P or otro lado,

el esqu ema u niver-

sitario, la tem tica, los mtodos de ense anza de la u niversidad

colonial estaban centrados m s en la realidad peninsu lar' qu e

en la americana, salvo la enseanza, por lo dem s raqu tica de

las leng u as indgenas, inici ndose as el larg o proceso de de-

1 9

Martnez

P

Op Cit ,

pp. 633-634

20

itado por Leopoldo Chiappo en su trabajo: "La Universidad

privada: ser o no

ser

P u blicado en el

volumen:

Identidad y

realizacin de la Universidad -Seminario FUP AC No 2 P anam ,

Noviembre, 1971, editado por la Secretara General de la Fede-

racin de U niversidades P rivadas de Amrica Central (FU-

P A C ) G u a t e m a l a 1 9 7 2 . C h i a p p o a g r e g a : D e l o q u e s e t r a t a

pu es, para educar, es de dom esticar al dominado y de hacerlo

fiel al imperio La cu ltura, la edu cacin, las u niversidades, en

este caso y qu izs las privadas, sirven para "aceitar la maq u i-

naria del imperio"

pp 132-133

22


19/195

pendencia cu ltural del continente 21

"La U niversidad Latinoa-

mericana, dice Darcy R ibeiro, en el perodo colonial, fue u na

rplica del modelo hispn ico de ensea nza su perior: se orial,

escolstica, clerical Cu mpli la fun cin social de formar las

capas letradas criollas qu e rigieron la vida colonial como u n

patriciado poltico

su balterno respecto a los representantes de

la metrpoli y m s su miso a los intereses de sta qu e atro-

nato nativo, propietario de las empresas productivas"

R E G IM E N L E G A L

El funcionamiento de cada universidad fue autorizado en

virtu d de su propia real cdu la o bu la pontificia de ereccin, o

por ambos dispositivos en el caso de las que eran a la vez "reales

y

pontificias" Con todo, existi u n cu erpo de preceptos qu e de

man era general norm la vida de las u niversidades hispanoa-

mericanas y q u e, de cierta forma, tuvo para ellas el car cter de

legislacin com plementaria L as fu entes de ese ordenam iento

legal fueron: a) las disposiciones sobre asu ntos u niversitarios

contenidas en las S iete P artidas de A lfonso X el Sabio; b) las

constituciones y estatu tos de la Universidad de S alamanca,

cu y a estru ctura acadmica y organizacin fue el

modelo con

m s frecuencia mandado a observar; c) las normas u niversita-

rias inclu idas en la Recopilacin de L ey es de Indias; y d) los

privilegios pontificios g enerales otorg ados, en materia u niver

sitaria, a la Orden de P redicadores (dominicos) y a la Compa a

d e J e s s 2 3

A gu eda M ara Rodr g u ez , O P , quien ha pu blicado

(1 9 73) u na extensa historia, mu y bien docum entada, de las

u niversidades h ispanoamericanas du rante el perodo colonial,

sostiene qu e "el derecho u niversitario espa ol", y por ende el

21 n el mism o sentido Csar Ag u iar en: ''L a Universidad situa-

da", ensayo pu blicado en el volum en:

Universidad y R eforma,

Ediciones C orporacin de P romocin Universitaria (CP U )

Santiago, C hile, Sin fecha p 18

22

arcy R ibeiro:

LA

U niversidad nueva:

un

proyecto

Editorial Cien-

cia Nu eva Bu enos

Aires -

1 9 73, p 77

23

na amplia exposicin de

esta legislacin universitaria

puede

verse en A. M Rodrgu ez C

Op C it ,

captulos I y II, T 1

23


20/195

latinoamericano, "arranca de las Siete P artidas del rey Sabio,

qu e a su vez no hicieron otra cosa qu e reproducir las costum -

bres de la vieja Universidad salamantina" 24 En la ley primera

aparece la clebre definicin qu e del "estu dio" enu ncia Alfonso

X : "A y u ntamiento de maestros e de escolares que es fecho en

algn lug ar con volu ntad e entendimiento de aprender los

saberes" L a palabra "un iversidad" no se m enciona en este

cu erpo legal, pu es an no era

frecuente su uso,

emplendose

nicamente la de "estu dio" qu e poda ser "general" o "particu -

lar segn su s g raduados recibieran o no el "iu s u bique docen-

di" Importante es su bray ar qu e las Siete P artidas sancionaron

el reconocimiento de la potestad papal para crear "estudios" en

los dominios espa oles, lo qu e en determinado mom ento per-

miti el fu ncionamiento de un iversidades au torizadas nica-

mente po r el pontfice 25

n las Siete Partidas encontramos

algu nos antecedentes qu e prefig u ran ciertas caractersticas de

la actu al un iversidad latinoam ericana: las disposiciones qu e

config u ran el fu ero especial de los miembros d e la comu nidad

u niversitaria y la facu ltad concedida a los estudiantes de eleg ir

su rector, de clara estirpe bolo esa 26 E special importancia,

para el

conocimiento del rgimen

legal de las universidades

2 4

M Rodrguez C , O p cit , p 34, T 1

25

Steg er sostiene qu e toda fu ndacin universitaria, au n cuan-

do no procediera directamente de la Corona , necesitaba al

menos del "pase" realpara poder ser eficaz, desde lueg o qu e

las fundaciones de u niversidades en el

N u e v o

Mu n d o

eran

actos polticos conscientes d el ejercicio oficial del poder, per-

fectamente planeado" P or ese motivo, agreg a Steger, no fue

posible qu en Am rica se produ jeran los fenmenos del exo-

du s o de la dispersio, que en la Edad M edia eu ropea 'dieron

lug ar a la fundacin de nu evas universidades O p cit, p.1 9 9 S in

embargo, A M Rodrgu ez seala qu e la Universidad privada

de Am rica, la de Santo D omingo, fu e creada por la bu la "In

apostolatus cu lmine" de Pau lo III, del 28 de octu bre de 1538,

qu e jam s obtuvo el "pase" reg io, aunq u e tampoco consta qu e

hu biese sido vetada por la Corona

26 n el t tu lo XX X de la P artida II , bajo e l epgrafe: "D e los

estudios en qu e se aprenden los saberes, et de los m aestros, et

de los escolares" se inclu y en normas com o las sig u ientes: la

concesin de inmunidad

a las

cosas que

los

estudiantes trajeran

a S alamanca; la posibilidad reconocida a los escolares de esco-

g er como ju ez, para fallar sus litig ios, a su maestro, al obispo o

24


21/195

coloniales, reviste el estu dio de la Reco pilacin de ley es de

Indias P romu lgada por Carlos II el 1 8 de mayo de 1 680, en su

Tftu lo veintids del libro P rimero se inclu y en cincuenta y siete

leyes qu e versan sobre los m s variados aspectos de las u niver-

sidades de Indias, algu nas de car cter general y otras especfi-

cas para determ inadas u niversidades, principalm ente las de

Lim a y M xico L a Recopilacin clasifica las u niversidades en

g enerales y particu lares L as g enerales u oficiales eran las u ni-

versidades m ay ores, consideradas com o "reales" "estatales" o

"p blicas" por su dep endencia del real patronato y la decisiva

intervencin de la Corona en su organizacin y fu ncionamien-

to Gozaban de los mismos privilegios de las universidades

peninsu lares Las de L ima y M xico fueron las primeras qu e

tu vieron este carcter Las u niversidades particu lares o meno-

res tenan privileg ios y cam pos de enseanz a m s lim itados

A su mieron este car cter, en u na primera etapa, las u niversida-

des surgidas de los colegios conventuales Sin embargo, es

preciso tener presente qu e, en virtud de la au torizacin conte-

nida en las S iete P artidas, las u niversidades pon tificias eran

tambin pblicas au nqu e se tratara de u niversidades menores,

pu es en u n principio las bu las no necesitaban del pase reg io

p a r a s u p l e n a v a l i d e z . 2 7 L a m a y o r a d e l a s l e y e s i n c l u d a s e n l a

al juez del correspondiente fuero; la exencin qu e se otorga a

los profesores del servicio de las armas y del pago de tributos

Aparecen disposiciones relativas no solo a los aspectos acad-

micos del estud io (que los maestros enseen bien y expliqu en

determinados textos) sino tambin a los financieros (su eldos de

los profesores y monto d e los mismos, a cargo del real tesoro;

escala de salarios seg n la preparacin del maestro y la imp or-

tancia de la disciplina) y disciplinarios (se prohibe a los escola-

res levantar bandos y peleas con los vecinos del pueblo; qu e no

anden armados por la noche ni provoqu en alborotos; qu e se

recojan en sus posadas, estudien y vivan honestam ente) Hasta

antecedentes de lo qu e hoy l lamam os "planeamiento fsico"

descubrimos en este antigu o cu erpo de leyes: "D e bu en ayre et

de fermos as salidas debe ser la villa do qu ieren establecer el

estudio, porqu e los maestros qu e mu estran los saberes et los

escolares qu e los aprenden vivan sanos, et en el pu edan folgar

et recibir placer a la tarde cu ando se levanten cansados del

estu dio; ef otros debe ser abond ada de pan , et de vino et de

buenas posadas en qu e pu edan morar"

27

l iu s u biqu e legendi "era un derecho ecum nico qu e poda

ser otorgado en cu alqu ier mom ento por algu no de los dos

poderes ecum nicos de aquel la poca El P apa y El E mpera-

dor" H . Steger, op eit , p 1 67

25


22/195

R ecopilacin se refieren a las universidades de Lima y M xico,

qu e sin duda fu eron las u niversidades coloniales m s impor-

tantes y de m ay or influ encia, como q u e tenan su sede en las

capitales de los virreinatos m s prsperos R eg u lan distintos

aspectos de la vida u niversitaria: rg imen interno, relaciones

con las autoridades , docencia , exm enes y g rados La Ley V

manda a los virreyes que no impidan la libre eleccin de

rectores, catedrticos y la colacin de g rados. La ley X X X IX

establece qu e deber segu irse el procedimiento de oposiciones

para proveer las ctedras La X LV I ordena establecer c tedras

de leng u as indgenas en las universidades de M xico y L ima y

en las ciu dades qu e tengan au diencias reales

T am bin los privilegios pon tificios concedidos a las r-

denes relig iosas contribu y eron a definir el marco leg al de la

institu cin u niversitaria colonial Dom inicos y jesu itas -y en

menor g rado los ag u stinos- rivalizaron en cu anto al nm ero e

importancia de su s fun daciones un iversitarias en Am rica

A m bas disfrutaron de privileg ios otorgados por el P apa, qu e

las facu ltaba a crear coleg ios y u niversidades 28 L os dominicos,

adem s de fu ndar la primera u niversidad, la tomista de Santo

Dom ingo, en La E spaola (1 538) establecieron la de San M arcos

de Lima (1 551 ), la de Charcas (1 552); a fines del XV I la tomista

de Santaf, en la N u eva G ranada yen el s ig lo sig u iente las de

Santiago, Q u ito y e l C u zco, m s la de La H abana en el siglo

X VIII L a Com paa de Jess fund en el siglo XV II universi-

dades en La P lata, Santaf, G u atemala, Santiag o, Crdoba,

Q u ito y E l Cu zco; en el s iglo sig u iente confirieron grados de

P opay n, Panam , C oncepcin y Bu enos Aires A los agu stinos

se debi la fund acin de dos universidades: la de San Fu lgencio

de Qu ito (15 86) y la de San Nicols de Santaf (169 4 )

28

l breve de P au lo V de 1 1 de marzo de 1 619 concedi a los

dominicos la facultad de gradu ar du rante diez aos en su s

coleg ios distantes doscientas m illas de alg u na u niversidades

pblica Urbano V III, a solicitud de Felipe IV, prorrog esa

facultad por otro decenio Los jesu itas, a su vez, obtuvieron de

G regorio X V u n breve (1621 ) qu e dio validez u niversal a sus

grados y

a

los cursos el mismo valor de los impartidos en las

u niversidades oficiales La secu lar rivalidad de dom inicos y

jesu itas haca qu e cu alquier privilegio concedido a unos de

ellos fuera de inmediato gestionado por los otros, hasta llegar

el ao 1 69 2, cuando Inocencio XII los equ ipara en cu anto a tales

privi legios A M Rodrgu ez C O p cit , p 90 y sg ts T I

26


23/195

L O S M O D E L O S

A tenas tu vo el gora, R oma el foro, Eu ropa la u niversidad,

nos dice en fe liz f rase M igu el A mado A s u vez , C harles

H omer H askins agrega: Las universidades, como las catedra-

les y los parlamentos, son un producto de la E dad M edia 30

M u cho se ha discutido si el mu ndo conoci

ins ti tuciones

qu e pu dieran considerarse como antecesoras de la u niversidad,

tal como sta su rgi a m ediados del siglo X II Se mencionan as

algu nas experiencias de las civilizaciones orientales qu e bien

podran considerarse como precu rsoras, as como tambin las

academias griegas, el complejo edu cativo qu e fue la clebre

biblioteca de Alejandra y las grandes escuelas rabes Lo

29

itado por Edg ardo Bu itrag o en artcu lo publicado en la "R e-

vista Conservadora" N o 1 , Vol 1 p 1 3 bajo el t tulo "Voz y

promesa de la Universidad en la crisis actual de la cu ltu ra"

Ag osto, 19 60

30

itado por Orlando Albornoz, Op cit , p 9 0

3 1 Se ha discu tido mu cho el problema de si esas Universitas de

maestros y discpu los son u na creacin nueva de la E dad M edia

o se v inculan con antecedentes m s antigu os Un ju icio mu y

equ ilibrado expres al respecto G u ido Calog ero en su

artculo

de la Enciclopedia Italiana sobre el tema L a antig edad clsica

(seala C alogero) conoci por u n lado, institu ciones culturales

de car cter privado y de larga tradicin continu ativa, com o la

casi milenaria Academ ia P latnica, y otras escu elas filosficas

y cientficas, qu e tenan a veces un carcter de corporacin

religiosa o thiasos parecido al qu e tu vo lu ego la Universitas

medieval, y conoci, adem s, otras institu ciones de carcter

pblico estatal, como las escu elas ju rdicas del imperio romano;

u nas y otras parecen anticipaciones de las u niversidades m e-

dievales y m odernas Sin embargo, por otro lado (agreg a Calo

gero), esas escuelas antig u as no otorgaban g rados acadmicos

o ttu los de valor jurdico a sus discpulos o eg resados, El ttulo

de doctor o la licentia docenti, qu e otorgan las u niversidades

medieval y moderna es u na institucin completamente nueva,

qu e no tiene antecedentes en la edad clsica; por eso no pu ede

decirse qu e la Universidad medieval recoja u na herencia ante-

rior, sino que representa una creacin nu eva" Rodolfo M on

dolfo: "Universidad: pasado y presente" Editorial

Universitaria

de

Bu enos Aires -Buenos Aires 1966, p 1 1 P edro

H enrqu ez Ure a, en cambio, sostiene que la u niversidad es

27


24/195

cierto es qu e todos estos antecedentes cu lturales s u nen a las

condiciones especiales que se dieron en la Edad M edia, de cu y o

espritu corporativo brota finalmente la un iversidad como u n

g remio m s: el gremio de los matros y aprendices dedicados

al oficio de aprender los saberes

P roducto de la sociedad m edieval, de la qu e era u na

su perestru ctura, la universidad estu vo determinada por las

necesidades y caractersticas de esa sociedad, en fu ncin de la

cu al nicamente pu eden entenderse su organizacin y prop-

sitos La idea de la salvacin del hom bre constitu a el centro de

su s preocupaciones, en consonancia con un a sociedad ecum -

nica y espiritu al De ah qu e, como observa Steger, las facu lta-

des de la un iversidad medieval eran los pelda os de u na

escalera para ascender y la estructu ra u niversitaria u n reflejo

del orden jerrq u ico del mu ndo en el qu e viva

una "herencia misteriosa

de

Grecia a la civilizacin moderna

Es la reaparicin del pensam iento libre y de la investig acin

audaz que abrieron su palestra bajo

los prticos de Atenas;

el

espritu cu rioso y g il de la Acad emia y del Liceo reaparecen

en las tu rbu lentas m u ltitu des internacionales , rebeldes a las

sanciones de la ley local que se cong regan clamorosas en torno

a los estudios de Bolonia, de P ars, de O xford, de Cam bridge

De su s orgenes helnicos la Universidad

recibi el espritu

de

discu sin" , P edro Henrqu ez Urea:

U niversidad y Edu cacin

U N A M , 1 9 69 , p 60

32

l origen de la palabra U niversitas hay qu e bu scarlo en el

Dig esto romano, donde la u niversitas es

lo contrario de los

singu li, y significa el conju nto de los seres particulares o ele-

men tos constitutivos de u na colectividad, distinta de los parti-

cu lares que la integran En la Edad M edia la palabra se us para

designar a los g remios, corporaciones o fraternidades integra-

das por personas dedicadas a u n m ismo oficio, entre qu ienes

caba distingu ir los maestros (m ag istri) de los aprendices (dis-

cipuli) La totalidad o corporacin de los maestros y discpu los

dedicados al oficio de aprender los saberes constituy la "uni-

versitas mag istroru m et scholarium ", o sea el grem io de los

maestros y d iscpu los, considerados en su conju nto, con privi-

legios y fu eron propios, o separadamente: "u niversitas mag ia-

trorum" y "u niversitas echolarium"

33

El escaln ms bajo, qu e iba ms all de la artesana y liberaba

a los hombres del dominio mec nico de sus necesidades vitales,

era el triviu m (g ram tica, retrica, dialctica)

En el segu ndo

escaln

se encontraba el qu adriviu m (aritmtica, g eometra,

astronoma, msica) Am bos g ru pos constituan las siete artes

28


25/195

La Universidad medieval conserv su estru ctura corpo-

rativa m ientras no se m odific la situacin econm ico-social

qu e le dio orig en G oz de privilegios y fu eros propios frente a

las autoridades locales, a fin de garantizar la libertad de ensear

y aprender D esde su s orgenes represent una aspiracin de

au tonom a frente a los poderes civiles o eclesisticos Saler-

no, B olonia y P ars fu eron las tres primeras u niversidades

Salerno, cronolg icamente la m s antig u a, tuvo u na du racin

limitada

y

se consag r exclu sivamente a los estu dios de medi-

cina En B olonia (principios del siglo M I) predominaron los

estu dios ju rdicos y en P ars (finales del mism o siglo) los de

teolog a Dos arqu etipos u niversitarios 'dieron lu g ar a dos tra-

diciones distintas: el modelo de B olonia (Universitas schola-

riu m) y el de P ars (Universitas mag istrorum ) El de Bolonia

liberales Estas siete "disciplinas" se ense aban en la Facu ltad

de Artes" "El stu diu m u niversale abarcaba cu atro etapas fu n-

damentales" (gradu s) mediante los cuales se elevaba la capaci-

dad de conocimiento del hom bre (facu ltas) hasta la cima del

conocimiento de Dios: 1) Conocimiento del mundo por el

hom bre (artes l iberales); 2) A u toconocimiento del h ombre

(m edicina); 3) Conocim iento de las vincu laciones secu lares y

eclesisticas del hombre (Jus civile y jus canonicum) y 4)

C onocimiento de Dios por los hombres (teologa) El conoci-

miento de Dios en la teologa era la suma del estudio del

esfuerzo cog noscitivo del hom bre El qu e qu era Ileg al al esca-

ln m s alto tena qu e haber pasad o por todos los restantes; los

m a e s t r o s , m a g i s t r , d e l a s

r t e s

de un escaln m s alto" H Steger, Op cit , pp 1 34 y 1 35

34

Es tambin la Universidad de la Edad M edia un replegamien-

to defensivo y lueg o combatiente contra los poderes

de

fuerza

de emperadores y rey es Espiritualmente fue creacin de u na

filosofa, la escolstica Su dialctica interna fue primero entre

fe y razn, lueg o entre fe y ciencia" G abriel del Mazo:

Reforma

U niversitaria y Cultural Nacional

Editorial Raiga Bu enos Aires,

1 9 55 p 83 "P recisamente, respaldada la Un iversidad medieval

en su au tonoma, deja oir su voz en los grandes debates de

trascendencia poltica La U niversidad de P ars se pronun cia,

por ejem plo, en favor del Rey en el conflicto qu e enfrenta a

Felipe el Herm oso de Francia con B onifacio VIII; se inclina al

conciliarismo en la poca del G ran Cism a y se define en contra

de Juana de Am o" Lino Rodrgu ez Arias Bu stamante

La U ni-

versidad: decadencia o renovacin?

Un iversidad de los Andes -

M rida, Venezuela 19 69, p 260

29


26/195

su rgi del impu lso

de estudiantes que bu scaban y pag aban

profesores para qu e les ense aran, por lo qu e el elemento

estu diantil predominaba en su g obierno y adm inistracin Los

estudiantes acu dan a Bolonia de todas partes de Eu ropa,

en

bu sca de lag explicaciones de los comentaristas o g losadores del

C orpu s Ju ris romano, escu ela fu ndada por Irnerio Seg n su

procedencia se agru paban en "Naciones", cada u na de ellas con

derecho a elegir u no o dos concejales, a qu ienes corresponda

anu almente la eleccin del Rector, qu e perfectamente poda ser

u n estudiante

D istinto fue, en cam bio, el origen y evolucin de la Uni-

versidad de P aris, nacida en el seno de las escu elas catedral idas

de Notre Dam e En P ars, la teolog a fue la preocupacin central

y A belardo el maestro m s insigne; en ella predom in el ele-

m e n t o p r o f e s o r a l 3 3 L o s p o n t f i c e s r o m a n o s l a c o l m a r o n d e

privileg ios, tratando d e convertirla en fortaleza de la fe y la

ortodoxia catlicas 36 Bolonia go z de ma y or libertad de en

seanza qu e P aris y fu eron famosos los privilegios de sus

e s t u d i a n t e s y m a e s t r o s 3 7

3 5 P a r s s e organiz en torno de un inters eminementemente

teolgico Los

debates realizados en su seno se destacan entre

los m s bril lantes y fecu ndos de su poca P or

l a

misma natu -

raleza de tales discu siones, la Universidad de P ars vivi bajo

la influencia fu ndam ental de su s

Maestros, al revs de la de

B olonia, donde los estu diantes ejercieron u na tu tora indiscu-

t ible" "E l modelo de

Paris

determin decisivam ente la estru c-

tura de las Universidades de la Europa Septentrional; el de

Bolonia y Salamanca, la de las Universidades de la Europa

M eridional, bajo cuy a rbita creci nu estra Am rica El tipo de

U niversidad nrdica pas, en el s iglo X VII, a las M iddle Colo-

nies; el de la Universidad meridional haba pasado, desde el

siglo XVI, o sea antes, a la Amrica Hispana" Luis Alberto

Snchez: La

U niversidad Latinoamericana

Impala, 1949, pp 6 y

7

36

odolfo M ondolfo

Op C i t ,

p 18

37

n test imon io de este espritu de l ibertad d e B olonia lo encon-

tramos en los estatutos de u na u niversidad hija de la bolofiesa,

la de G lasgow , donde en 14 82 se declara acoger los privilegios

establecidos por su "Universidad Madre la ms libre entre

todas las U niversidades"

(A cepta privilegia rnatris nostrae Stu di

bononiensis,

onmium U niversitatum liberrirnaer

Rodol fo M on-

dolfo, Op C i t ,

p 4 1

30


27/195

El modelo de Bolonia, la "Universidad de estu diantes ' fue

segu ido por la U niversidad de Salamanca y la may ora de las

u niversidades del sur de E u ropa; el de Pars, "la u niversidad de

maestros", influ y en la org anizacin de las del Norte

Salamanca y A lcal de H enares, las dos u niversidades

espaolas m s famosas de la poca, fu eron los modelos qu e

inspiraron las fun daciones universitarias en el N u evo M u ndo

Entre ambas existieron diferencias bastante significativas, que

se proyectaron en sus filiales del N u evo M u ndo, dando lu g ar

a dos tipos distintos de esqu emas u niversitarios qu e prefig u ra-

ron, en cierto modo, la actual divisin de la edu cacin u niver-

sitaria latinoamericana en universidades "estatales" y

"privadas" (fundamentalmente catlicas)

3 8

Salamanca, por entonces la m s importante y aeja u ni-

versidad peninsu lar, rivalizaba en prestigio con las u niversida-,

des eu ropeas m s famosas P rcticamente era 'la primera de

Espa a, la de mayor rendimiento y la qu e mantuvo entre todas

l a h e g e m o n a d u r a n t e m e d i o m i l e n i o 3 9 N o e s p u e s e x t r a o

qu e a ella recurrieran los poderes ecu mnicos Em perador y

P apa) para moldear las nacientes instituciones Au nqu e den-

tro de la lnea de Bolonia, Salamanca respondi en sus orgenes

a la idea de u na u niversidad al servicio de u n "estado-nacin",

concepto qu e recin su rga en Espa a (sig lo XIV ). En este

sentido, en una primera etapa de su existencia tu vo u n carcter

m s local qu e su s congneres europeos No fue sino hasta sig los

despu s, y al recibir estu diantes de todas las naciones, qu e

acu dan a ella atrados por el prestig io de su s catedrticos, qu e

asume un perfil ms ecumnico, tanto en su quehacer como en

lo referente a los temas d e su s preocu paciones y ense anza.

38

. Steger

Op C it ,

p

110

39

icente Beltrn de H eredia:

Cartulario de la Universidad de Sala-

manca (1218

-1600), T I

Salamanca 1 9 70, p 25 Sobre la historia

de la Universidad de S alamanca, vase del mismo au tor:

Los

orgenes de la U niversidad de Salamanca

Salamanca, 19 64 y de

Lu ciano P esea Vicente: La

Universidad de

Salamanca, 1964

4 0

M R o d rig u e z C Op cit., p 6 , T I

En la poca de su may or

esplendor Salamanca lleg a contar con m s de 6000 alu mnos

y 60 ctedras (1584 )

41

. Steger

O p cit ,pp

106y sigts Tam bin Q A lbornoz Op

Cit

,

P P

9 0 Y

9 1

31


28/195

La org anizacin y estru cturas acadmicas de Salamanca,

reprodu cidas lueg o con mu y pocas modificaciones por sus

filiales am ericanas, podemos describirlas, en pocas palabras, de

la manera sig u iente' E l clau stro pleno de profesores era la

mxima

au toridad acadmica,

al cual

incumba

la

direccin

su perior de la

enseanza y

la potestad para reformar los esta-

tu tos Al m aestrescuela, llamado tambin canciller o cancelario,

le correspondan las importantes funciones de ju ez de los estu-

dios, la colacin de g rados y la au torizacin de las incorpora-

ciones Este cargo, g eneralmente reservado a una alta autoridad

eclesistica, tena facultades qu e realmente superaban a las del

propio R ector, a qu ien se confiaba la representacin de la

corporacin u niversitaria y la su pervisin de la docencia. E l

R ector estaba asesorado por dos consejos: el clau stro de

consiliarios, con fu nciones electorales y de orientacin, y el

de dipu tados, encarga do de adm inistrar la hacienda de la

institu cin T odo el edificio de la transm isin del cono ci-

miento descansaba sobre la c tedra, cu y a

importancia era tal

que

con frecu encia se confu nda con la mism a facultad, des-

de lu ego qu e en ciertos momentos toda una ram a del saber

dependi de u na sola ctedra 4 3

Se otorgaban m ediante con-

4 2

na descripcin detallada de la estructu ra, organ izacin, rgi-

men docente, mtodos de ense anza y textos empleados en la

Universidad de Salamanca puede verse en: A M Rodrgu ez C

O p cit , pp 12 y s igts y pp 36 y s igts

4 3

as ctedras reciban diferentes nombres segn la hora en que

eran dictadas (de prima si a la primera h ora de la ma ana o de

vsperas si a la primera d e la tarde); seg n las m aterias (de

decreto, de instituta, de biblia, de anatoma, de filosofa moral)

o los au tores ledos en el las (de Santo T om s, de E scoto, de

A vicena) Las g anadas de por vida, previa oposicin, se llama-

ban "de propiedad" o may ores y "ad tempu s" o menores (cate-

drillas) ras ejercidas en forma temporal L as "extraordinarias"

eran servidas por pretendientes de ctedras o fu turos oposito-

res; fueron el antecedente de las c tedras libres o p aralelas L as

de prima y vsperas eran las m s importantes; se conferan en

propiedad y representaban la m xima aspiracin de los profe-

sores universitarios,

semejante la titularidad de nu estros das

Existan num erosas ctedras optativas qu e el estud iante poda

cu rsar para fines de formacin cu ltural, pero las oblig atorias

eran las llamadas "de propiedad" indispensable para optar al

grado. Materias bsicas para el desenvolvimiento cientfico,

como la matem tica fig u raban entre las denominadas "c tedras

raras", por la escasez de profesores y alumnos

32


29/195

cu rso de oposicin 4 4 La Facu ltad de A rtes o Filosofa tena el

rango de F acultad menor, pu es su funcin era preparar para el

ingreso a las facu ltades m ay ores, qu e eran las de teolog a,

d e r e c h o y m e d i c i n a 4 5 E n l a s f a c u l t a d e s d e A r t e y T e o l o g a s e

otorgaban los g rados de bachiller, licenciado y maestro; en las

de derecho y medicina los de bachiller, licenciado y doctor El

latn era el idioma u niversitario, cu y a su ficiencia era requ isito

de ing reso a cu alqu ier Facu ltad Andando el tiempo, alg u nas

materias comenzaron a explicarse en romance El m todo de

ense anza con sista en la lectio o lectu ra

viva voce

por el

catedrtico o lector del texto se alado, segu ida de las corres-

pondientes explicaciones L a lectio se com plementaba con la

disputatio, que activaba la docencia por la participacin de los

estu diantes en la formu lacin d objeciones o argu m entos en

relacin a las conclu siones qu e propona el profesor L os actos

de conclusiones eran program ados peridicamente y repre-

sentaban u na oportu nidad para ejercitar las capacidades dia-

lcticas de los estud iantes, principalmen te en materias como

teologa y filosofa C on el tiemp o degeneraron en rdu as dis-

cu siones sobre temas balades, donde los alardes de m emoriza-

cin despertaban g ran admiracin, como dem ostracin de la

m s alta sabidu ra.

4 4

as oposiciones para proveer las ctedras constituan u n acon-

tecimiento en la vida u niversitaria L os estu diantes participa-

ban activamente en los concu rsos formando bandos en pro y

en contra de los candidatos Exaltados los nimos m enu dearon

los desrdenes

a

propsito de estos ejercicios, lo qu e m ovi a

la Corona a retirar

a

los estu diantes el derecho de voto L as

oposiciones m s reidas, y qu e suscitaban may or expectacin,eran las de la Facu ltad de Teolog a por las rivalidades entre las

rdenes relig iosas, interesadas en controlar determinadas c -

tedras para imponer su s criterios en relacin a ciertos pu ntos

de doctrina P or tratarse de un asu nto capaz de producir enco-

nadas controversias, los estatu tos reglam entaban con proliji-

dad todo lo referente a estos concursos, a fin de precaver

fraudes y sobornos, lo qu e no siempre lograron

4 5

os estud ios impartidos por la Facu ltad de A rtes tenan as un

carcter propedu tico C onstituy en el antecedente dela prepa-

racin general qu e se exige para el inicio de u na carrera univer-

sitaria En cierto modo correspondan. a nuestra actual

enseanza secu ndaria o media

33


30/195

La matrcu la imp licaba el juram ento de obedienda al

R ector in lcitu s et honestis y el goce de los privilegios y fuero

u niversitarios. Todos los miembros de la comu nidad u niversi-

taria, inclu y endo los profesores y au toridades, deban matricu-

larse anualmente para pertenecer a la corporacin La

g raduacin estaba sujeta al cu mplimiento de u n ritual mu y

barroco, qu e en cierta medida evocaba la ceremonia de ingreso

en una h ermandad espiritual 4 6

El otro mod elo lo proporcion la Universidad de A lcal

de H enares, creada por el regente C ardenal Cisneros sobre el

esqu ema del Colegio-Universidad de Sig enza, au torizada por

bu la pontificia L a preocu pacin central de la u niversidad al-

calana fu e la teologa, m ateria qu e solo en pocas posteriores

ocup u n lug ar relevante entre los estudios salamantinos. Su

organizacin correspondi m s bien a la de u n convento-un i-

versidad, siendo el prior del convento a la vez rector del coleg io

y de la u niversidad E sta circu nstancia le daba a la institu cin

u na may or independencia del poder civil Adem s, como lea-

la Steger, en las u niversidades-coleg io imperaba u n espritu

diferente del de Salamanca: u na mentalidad de las "cru zadas",

mucho menos liberal

q ue

el salamantino 4 7 En Salamanca, en

u n principio, los coleg ios no tuvieron la importancia qu e les

concedi A lcal desde su s org enes El modelo de Alcal se

avena perfectamente a la estrategia misionera de la "conqu ista

espiritu al" de las rdenes relig iosas y a su s pretensiones de

poder temporal

Su esqu ema era el m s adecuado para la formacin de

"g ru pos dirig entes" De ah qu e el paradigm a alcalano fue el

modelo preferido por dominicos, jesuitas y ag u stinos para su s

fun daciones un iversitarias, siendo en cambio el arqu etipo sa-

lamantino el escog ido para las u niversidades 'reales", "impe-

riales", o

pb licas como las de

Lima y M xico En esta doble

4 6

Steger O p cit , p 1 35 U na descripcin pormenorizada del

ceremonial universitario

qu e deban cu mplir los aspirantes a

g rados en Salamanca, as como los requ isitos previos qu e de-

ban cu mplir para optar a los distintos grados, pu ede verse en

A M

Rodriguez C O p dt , pp 60 y s igts

4 7

Salamanca, con u n espiritu totalmente diferente del de Alcal,

haba propiciado expresamente las ideas de C oln y aceptado,

desde el primer mom ento, las ensean zas de Coprnico Y es

qu e desde sus comienzos dirigi su atencin a m s amplios

horizontes"

H Steger O p cit , p 1 63

34


31/195

modalidad es posible descu brir el antecedente de lo qu e m s

tarde configu rar la actu acin y trayectoria de las "u niversida-

des nacionales" y de las "u niversidades privadas". Sigu ieron el

modelo de Salamanca, Lima, M xico y S antiag o de La P az enSanto Dom ingo, entre otras; en cambio, adoptaron el esquem a

de Alcal, las universidades de Santo Tom s, en Santo D omin-

go y Bogot, entre Otras

Pese

a

qu e todas las u niversidades creadas conforme al

modelo alcalano reclamaron siempre los mismos privilegios

de Salamanca y qu e en cu anto a su estru ctura acadmica dife-

ran mu y poco del esqu ema salmantino Lo cierto es qu e fue

may or el nm ero de institu ciones qu e se gu i por el modelo de

A lcal , preferido, com o lo dijimos antes, por las rdenes reli-g iosas para su s "conventos-universidade

s elemento clave en

la estrategia para la "conquista espiritual" 4 9

L A S F U N D A C I O N E S U N I V E R S I T A R IA S

D E L P E R IO D O C O L O N I A L

La prim era u niversidad ereg ida por los espa oles en el

Nu evo Mu ndo fu e la de Santo Doming o, en la Isla Espaola (28

4 8

mb as concepciones tu vieron su prim era confrontacin en

Santo Domingo, en pleno siglo X VI H Steger O p cit

pp 165

y sigts

4 9 al sucedi con la Universidad de Santiago de la P az, en Santo

Doming o, Isla Espaola, fundada en 1558 y extingu ida en 1 767;

la de San Fu lgencio de Q u ito, fundada en 1 586 y extingu ida en

1 786; la de N u estra Seora del Rosario, en Santiag o de Ch ile,

creada en 1 61 9 funcion hasta 1738; la de San M igu el, de esta

misma ciu dad, fu ndada en 1621 y extingu ida en 1769 ; la de San

Ignacio de Loyola en Cuzco, P er, que existi entre 1621 y 1 767;

la de San N icols de Santaf, Nu evo Reino de G ranada, esta-

blecida en 1 694 y clau su rada en 1775; la de San Francisco Xavier

de P anam, qu e funcion entre 1749 y 1 767 Las extinguidas en

1 767 fu eron fund aciones jesu ticas qu e desaparecieron a raz

de la expu lsin de la Com pa a, salvo de la Santo Tom s de

Q u ito, qu e se transform en u niversidad pblica Para u na lista

completa de las fund aciones un iversitarias del perodo h isp-

nico, con indicacin de su s docu men tos leg ales de ereccin,

constituciones y estatu tos , pu ede consu ltarse la obra antes

citada de A M Rodrguez C , O p cit , Cu adro Sinptico I y II pp

226 y s igts T

II

35


32/195

de octu bre de 1538) La ltima fue la de Len de N icaragu a,

creada por decreto de las C ortes

de C diz del 1 0

d e e n e r o d e

1 812 E ntre mbas fechas su maron 32 las fundaciones u niver-

sitarias, si bien algu nas, como la

de

La P lata o Ch arcas (Bolivia);

la de M rida (Yu cat n, M xico) y la de Bu enos Aires (Arg enti-

na) solo existieron de ju re, pu es no llegaron a fu ncionar plena-

mente antes de la conclu sin del perodo colonial Una de ellas,

la de Oaxaca, (M xico), se qu ed en tr mites y varias se extin-

g u ieron antes qu e finalizara el rg imen colonial, entre ellas

algu nas establecidas por la Compa a de Jess, cu y os privile-

g ios para gradu ar cesaron a raiz

de

su expu lsin de todos los

dominicos espaoles"50

50 Steger

ha ensayado u na tipolog a de las u niversidades

coloniales, clasificndolas as:

universidades

imperiales" here-

dadas directas de la tradicin de Salamanca, "Estu dios G ene-

rales" de derecho pblico, corno lo fueron las u niversidades de

M xico y L ima (tipo I); los colegios conventu ales con privile-

g ios universitarios, tales corno la Universidad de Santo Tom s,

en Santo Domingo y, en general, las fundaciones dominicanas

en las qu e prevaleca un propsito misional, con carcter m s

bien de "Estudios particulares" (Bogot , Q u ito) (tipo II); las que

surgieron (poca pretridentina) del esquema conocido como

"hospitiu m", complejos misioneros constru idos sobre la base

de u n hosp ital, qu e era a la vez iglesia, convento y escu ela:

como la experiencia

de

Vaso; de

Quiroga

en Michoacn

con su

hospital de Santa F, caracterizados por u na a p e r t u r a a l mun-

do indgena" (tipo III); las universidades jesuitas" (poca pos-

tridentina) inspiradas en el esqu ema de la "redu ccin",

integradas en

la estrategia mundial diseada por la Societas

J e s u p a r a l a c o n q u i s t a espiritu al", modelo que marc la pauta

a lo largo del siglo XV II (tipo IV); las u niversidades qu e trataron

de ajustarse, sin

lograrlo,

a l a

situacin cread

a p o r l a

decadencia

en la "encomienda" y la aparicin de la "hacienda",

mezcla de

elementos jesuitas

y

estructuras tomadas de los "colegios-uni-

versidades" configuraron una modalidad distinta (tipo V), las

u niversidades qu e recibieron

la influ encia de la Ilu stracin

promovida por el propio E stado, en tiempos de los Borbn, y

qu e representaron "u n intento de la capa alta afrancesada

espa ola, por planear la ilu stracin y prescribirla como medi-

cina La Universidad de San Carlos de Guatemala fue el gran

centro de esta clase de ilu stracin en A mrica (Tipo V I) P ara

la poca republicana Steger ag rega tres tipos m s: L a Univer-

sidad estructu rada por don Andrs B ello para Ch ile (La U ni-

versidad de Abog ados, del sig lo XIX ) (tipo VII); la Universidad

Catlica de Santiago, creada segn el modelo de L ovaina a fines

36


33/195

L a m ay ora de las u niversidades coloniales fu eron a la

vez pontificias y reales Las c readas por las rdenes religiosas,

au torizadas por el P apa para otorgar g rados, gozaron de este

car cter en virtu d del privileg io g eneral conferido a la ordenEn m u chos casos, la bu la pontificia precedi a la real cdu la,

especialmente en el caso de u niversidades fu ndadas por inicia-

tiva de las rdenes relig iosas En otros, la C orona tom la

precedencia, naciendo as las u niversidades con car cter real,

siendo despu s qu e adqu irieron los privileg ios pontificios T al

su cedi con las u niversidades de San M arcos de Lima, M xico,

San Carlos de G u atemala, San Cristbal de Hu amanga y C ara-

cas A lgu nas no llegaron a recibir el reconocim iento papal,

como su cedi con las

de La Plata

o Ch arcas y Santiago de la

P az, por haberse extingu ido tempranamente O tras, sobre todo

las creadas a fines del siglo X V III o principios del XIX , no lo

obtuvieron nu nca

U na u niversidad, la de Len de Nicaragu a, fue au toriza-

da por las Cortes de C diz, au nqu e la Corona la confirm

despu s de la restauracin, por real cdula

P ertenecen al siglo X VI las universidades de Santo Do-

mingo (1 538), Lima (1551 ); M xico (1 551 ); La P lata o Ch arcas

(1 552); Santiago de La P az, Santo Doming o (1558); Tomista de

Santaf (1580) y S an Fu lgencio de Qu ito (1586) A l sig u iente

siglo pertenecen la de Nu estra Seora del Rosario de Santiago

de Chile (161 9 ); la Javeriana de Santaf (1621 ); Crdoba, Argen-

tina (1 621 ); San Francisco X avier, de la P lata, Ch arcas; San

M igu el, Santiag o de Chile (1621 ); San G regorio Mag no de Qu ito'

(1 621 ); San Ignacio de Loyola, Cu zco (1 621 ); M rida, Yucat n;

San C arlos de G u atemala (1676); San C ristval de Hu amanga

(1680); Santo Tom s de Qu ito (1681 ); San Antonio de Cu zco

(169 2) y San Nicols de Santaf (169 4 ).

En el siglo XV III fueron creadas las de San Jernimo de

La H abana (1721); C aracas (1721 ); San Felipe, de Santiago de

Ch ile (1 738); Bu enos Aires, P opay n; San Francisco Xavier de

P anam (1 749 );

Concepcin,

Chile (174 9); Asuncin, Paragu ay

(1 779 ); G u adalajara, M xico (1 791 ) Al XIX pertenecen M rida,

Venezuela (1806) y L en de Nicaragu a (181 2). Com o puede

verse, el sig lo XV II fue el m s fecu ndo en fundaciones u niver-

del siglo XIX, primera universidad catlica latinoamericana

(tipo VIII) y, finalmente, la Universidad Mexicana de don Justo

Sierra (19 1 0) (tipo IX) A rtculo

citado, pu blicado en LA TI-

NOAM ERICANA-UNAM Mxico

No 4, 1 971, pp 26 y sigts

37


34/195

5 1

or real cdu la del 1 7 de enero de 1 59 3, Fele Il au toriz la

funda cin, en el barrio indgena de la ciuda d

e M ) d e o , d e t u t

colegio donde los h ijos de la aristocracia aborig en aprendieran

espaol, latn, m edicina y otras ciencias Richard K onetzlce

O p cit ,

p

314 E l

Colegio

de

la Santa

Cruz de

Tlatelolco

e r a

en

rigor una u niversidad para indgenas" afirma A M Carreo,

citado por H Steger, qu ien ag rega qu e esta institucin vino a

reforzar "la poltica de los espao les, tendiente a incorpora r

a

los

g ru pos dirig entes aborg enes en el nuevo aparato adminis-

trativo" Op cit , pp 122 y 1 66

sitarias, au n cu ando las dos tmiversidades m s importantes

del perodo colonial (L ima y M xico), pertenecen al sig lo

anterior

EL ACCESO A LA UNIVERSIDAD COLONIAL

L as reales cdu las de ereccin expresaban el propsito

de ofrecer la enseanza u niversitaria a todos los habitantes de

los N u evos R einos Sin embarg o, la realidad fu e bastante

distinta y , en definitiva, las au las de la u niversidad colonial

estu vieron reservadas, salvo escasas excepciones, a los h ijos

de los peninsu lares y criollos T am bin fu eron adm itidos los

hijos de los caciqu es e indios principales, qu e de alg u na m a-

nera formaba n parte de la clase dominante de la sociedad

colonial, para quienes tambin fundaron colegios especiales 51

Creada, como vimos, dentro del contexto de la poltica cu ltural

trazada por la Corona, la m isin de la universidad colonial fue

servir los intereses de sta, de la iglesia y de las clases altas de

la sociedad, a la vez qu e reforzar los lazos de dependencia a la

metrpoli

Si bien indios y mestizos tuvieron algn acceso a los

niveles inferiores de ense anza, y varios log raron cu lminar

estu dios, principalmente eclesiticos, esta posibilidad no se

daba pa ra el indio del comn ni para los otros componentes

de las clases bajas de la sociedad La s constitu ciones general-

mente excluan, en forma expresa, a los negros, ch inos, more-

nos, mu latos y los qu e tuvieran padres o abu elos qu e hu biesen

sido penitenciados por la Inqu isicin Tod ava en

1775

e r a

necesario presentar certificado de pu reza racial para entrar a

los coleg ios y para poder g radu arse en las u niversidades Loshijos ileg timos, au n blancos, tampoco eran admitidos E stas

disposiciones qu edaron sin efecto en el P er hasta

1 8 04 y

para

38


35/195

los negros hasta 1 812 Los indios aceptados en las au las, sepa-

rados las m s veces de los h ijos de los espaoles, pertenecan

a la minora indg ena qu e colaboraba con el sistema colonial

ejerciendo cierta au toridad en los llamados "p u eblos de in-

dios" Este era el sector indgena qu e poda aspirar a u na

formacin u niversitaria y , no obstante la igu aldad leg al, de

hech o era a ellos qu e se referan las constitu ciones de las

u niversidades coloniales cu ando declaraban qu e: "los indios,

como vasallos libres de Su M ajestad, pu eden y deben ser

adm itidos a grados" "

Para los criollos la situacin era distinta El criollo for-

maba parte del sector "espaol" de la sociedad En consecu en-

cia, disfru taba del complejo cultu ral trasplantado a las nu evas

ciu dades por los primeros pobladores "E spa a no le dio su

cu ltura a los criollos; ellos posey eron la cu ltura espa ola en

todo mom ento, porqu e la recibieron de los conqu istadores y

la conservaron con base en el poder econmico qu e tambin

heredaron de aqu ellos primeros espa oles llegados a la colo-

nia Los primeros criollos eran espaoles por raza y por cu ltu -

ra, y su condu cta de clase es u n ejemplo notable de cmo esos

dos factores, an hallndose ju ntos, no com pactan a los hom-

bres

si

los intereses econmicos no les son tambin com u -

nes" 53 La s contradicciones con la mona rqu a, en el camp o

econmico,

fu eron las qu e, posteriormente, definieron a los

criollos como clase distinta

L a u niversidad colonial, sealamos antes, fu e u na insti-

tu cin aristocrtica y seorial: para ingresar en ella era menes-

ter probar la "legitimidad y pu reza de sangre"; para gradu arse

era preciso presentar u na informacin de vita m oribu s y

cum plir u n ceremonial tan pomposo como caro 54 De ah qu e,

salvo excepciones, "ser rico e hidalgo eran condiciones necesa-

rias para vestir capelo y u sar borla" El g rado de doctor "antes

52

os Mata G avidia:

F u ndacin de la U niversidad en G u atemala,

G u atemala, Editorial Universitaria, 19 54 , p 11 1

53

evero M artnez P el ez Op Cit , p 633

54

eg n Joh n Tate Lanning , la ceremonia del g rado doctoral

alcanzaba, a veces, un costo de 1 0 000 piastras en el P er John

Tate Lanning:

Reales Cdulas de la Real .

y

Pontificia U niversidad de

San C arlos de G u atemala

Ed itorial Un iversitaria G u atemala,

19 54 , p XX I

39


36/195

qu e u n ttu lo cientfico, era u n blasn nobiliario qu e vena a

aumentar a

lustre de la persona qu e lo tena, qu e por necesidad

deba ser de ilustre prosapia" 55.

O tra forma de controlar y limitar el acceso a la u niversi-

dad su rg i cu ando se exig i, como requ isito de ing reso a la

u niversidad, la necesidad de cu rsar de previo los estu dios del

"Collegiu m", en el mom ento en qu e los antigu os estudios pro-

pedu ticos de la Facu ltad de Artes (el trivium) se separan de la

u niversidad y pasa n a impartirse en los colegios, antecesores

de nu estra actual enseanza secundaria P ronto los jesuitas

lograron el dom inio de este nivel de enseanza, con lo cu al

qu ed en su s manos el acceso a la u niversidad colonial Natu -

ralmente, qu ienes acudan a los coleg ios eran los hijos de las

clases dom inantes, acentandose as el car cter clasista de la

u niversidad, qu e perdi la comp etencia para determinar la

"m adu rez" necesaria para ing resar en ella y la facu ltad de

otorgar el grado de bachiller

Al examinar la interaccin social

de

la Universidad

de

M xico du rante el virreinato, Lu cio M endieta y N ez se ala

qu e sta influy de diversas maneras sobre las distintas clases

sociales: "N o todos los espaoles jvenes avecindados en M -

xico ni todos los hijos de los conqu istadores y colonos acu dan

a la Universidad, porqu e el clima social de una colonia es u n

clima p reponderantemente de explotacin y de neg ocio y n o

de cu ltura L os hijos de los ricos no tenan necesidad de hacer

u na carrera y los espaoles qu e llegaban de la metrpoli a las

nu evas tierras venan en plan de enriqu ecerse a la may or bre-

vedad posible, por cu alqu ier medio m s o menos lcito, y no a

enfrascarse

en estu dios que podan haber emprendido en Es-

paa en U niversidades de may or renombre y de may ores

posibilidades A s, el conting ente de civiles de la clase acom o-

dada qu e respondi al llama do de la Universidad de M xico

fu e siempre

reducido Mayor

fu e el contingente ju venil de la

55 am n E Salazar "H istoria del desenvolvimiento intelectual

de

G uatemala (Epoc a colonial

om o I ) , Editorial del M inisterio

de Educacin P blica, Ciudad de G u atemala, 1 9 51 , p 4 7

56 a regu lacin restrictiva del acceso a las u niversidades a travs

del "colegio" q u e se convirti en tradicin en el mbito hisp-

nico, es hoy u n obstcu lo para aquellas tendencias qu e persi-

guen una "democratizacin" del ingreso a las "universidades"

H S teger Op

Cit

,

p

157

4 0


37/195

58

l examinar el orig en social de los m iembros de la u niversidad

e n e l S i g l o X V I I S t e g e r n o s d i c e q u e l a m a y o r p a r t e d e l o s

estudiantes se dividan en dos gru pos: 1 ) el

de

los criollos de la

"clase media" (la "nobleza ru ral", "el administrador de las en-

comiendas", el propietario de las haciendas y los integ rantes de

la "bu rocracia media") y 2) el de los nuevos estratos mestizos

qu e, por m edio de la universidad deseaban integrarse a los

g ru pos "blancos" de la poblacin D e este ltimo g ru po salan

los sacerdotes rurales, los intendentes y concejales

de

pequeas

ciudades y los empleados de la admini

Documents

Historia de las universidades en AL, Tünnermann.pdf