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HISTORIA DE SAN ANTONIO DE PRADO, MEDELLIN UNIÓN TEMPORAL CORPORACIÓN CASA DE LA CULTURA SAN ANTONIO DE PRADO Y CORPORACIÓN CULTURAL Y ECÓLOGICA CIUDAD RURAL

Historia de San Antonio de Prado

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Corregimiento de Medellín

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HISTORIA DE SAN ANTONIO

DE PRADO, MEDELLIN

UNIÓN TEMPORAL CORPORACIÓN CASA DE LA CULTURA SAN ANTONIO DE PRADOY CORPORACIÓN CULTURAL Y ECÓLOGICA CIUDAD RURAL

EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

DAIRO CORREA GUTIÉRREZ

Historiador y Candidato Magister en Ciencia Política

GEFREY VALENCIA MORENO

Antropólogo y especialista en Ciencia Política, Investigador del área etnográfica

JOSÉ LUÍS ARBOLEDA

Historiador, Asistente de Investigación del área histórica

ISABEL CRISTINA ALZATE ORTIZ

Antropóloga, Asistente de Investigación del área etnográfica

YULY ANDREA AGUDELO PUERTA

Historiadora, Auxiliar de investigación del área histórica

NATALIA MARÍA GUTIÉRREZ URQUIJO

Estudiante de Historia, Auxiliar de investigación del área histórica

JUAN CARLOS GIRALDO GARCÍA

Estudiante de Historia, Auxiliar de investigación del área histórica

Coordinador e Investigador principal

ALONSO SALAZAR Alcalde de Medellín

JORGE HUMBERTO MELGUIZO POSADA

Secretario de Cultura Ciudadana

MARÍA ROSA MACHADOSubsecretaria de Metrocultura

ADRIANA ZAFRA KIASUAPrograma Planeación Local y Presupuesto Participativo

CAMILO PÉREZ QUINTEROInterventor

JOSÉ RODRIGO ATEHORTÚA CASTAÑORepresentante Legal

Unión Temporal CORCASAP-CIUDAD RURAL

ÍNDICE

Anotaciones previas Capítulo 1

LA SOCIEDAD PREHISPÁNICA EN SAN ANTONIO DE PRADO

La época prehispánica el en el Valle de Aburrá y el corregimiento Capítulo 2

OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE SAN ANTONIO DE PRADO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XIX

Descubrimiento y conquista Valle de Aburrá Las tierras de Prado durante el periodo colonial hasta mediados del siglo XIX Actividades comerciales, economía agrícola y minería en el sitio de Prado

Capítulo 3

LA CONSOLIDACIÓN DE LA FRACCIÓN DE PRADO EN EL CONTEXTO DEL VALLE DE ABURRÁ, 1850 – 1902

Fundación del centro poblado e independencia eclesiástica

Población, mortalidad, epidemia de viruela y fundación del primer hospital de caridad La sociedad agraria: producción agropecuaria, minería y comercio La enseñanza de la educación básica en la fracción de Prado Relaciones políticas y guerras civiles Delitos y control del orden público

Capítulo 4

DE MUNICIPIO AUTÓNOMO A CORREGIMIENTO DE MEDELLÍN, SAN ANTONIO DE PRADO ENTRE 1903 - 1950

Erección en municipio de la Fracción de Prado y su posterior incorporación a Medellín El crecimiento demográfico, epidemia de sarampión y apertura del segundo hospital Actividades de la economía agraria y el comercio en el corregimiento El arribo de la modernización: servicios públicos, casas higiénicas para obreros, vías de comunicación La instrucción primaria y la apertura de la primera biblioteca Sociedad y religión: la Iglesia Católica en San Antonio de Prado Inspección de policía y control de la delincuencia

Capítulo 5

SOCIEDAD, ECONOMÍA Y POLÍTICA EN EL CORREGIMIENTO DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

Demografía y procesos de urbanización Rupturas y pervivencias en la economía y las obras de infraestructura Prestación de servicios de salud y construcción de la nueva sede del hospital Ampliación de la enseñanza a la educación media y apertura de la segunda biblioteca Panorama político y el tema del orden público Expresiones artísticas, organizaciones culturales y actividades recreativas

MAPAS, TABLAS Y GRÁFICAS

Mapa 1. Mapa 2. Gráfica 1. Defunciones por estado civil en la parroquia de San Antonio de Prado, 1887 - 1902 Gráfica 2. Población por oficio distribuida entre La Limona y La Manguala, 1869 Gráfica 3. Principales grupos de enfermedades reportadas como causa de muerte en la parroquia de San Antonio de Prado, 1913 – 1950

Gráfica 4. Habitantes de San Antonio de Prado, 1964 – 2005 Gráfica 5. Principales grupos de enfermedades reportadas como causa de muerte en la parroquia de San Antonio de Prado, 1951 – 1997

Tabla 1. Cronología de eventos, periodo colonial – mediados del siglo XIX Tabla 2. Denuncios de minas de oro en el territorio de Prado, 1854 – 1895 Tabla 3. Cronología de eventos, 1850 – 1902 Tabla 4. Presupuesto municipio de Prado, primer semestre de 1907 Tabla 5. Censo de la industria agropecuaria. Cultivos en Prado, 1912 Tabla 6. Censo de la industria pecuaria. Ganado en Prado, 1912 Tabla 7. Número de estudiantes de las escuelas de San Antonio de Prado, 1919 - 1936 Tabla 8. Cronología de eventos, 1903 – 1950 Tabla 9. Población estudiantil y número de instituciones educativas de San Antonio de Prado, 1983 – 1989

Tabla .10 Cronología de eventos, 1951 – 2007 TEXTOS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ALGUNOS PERSONAJES RELACIONADOS CON ACTIVIDADES ARTÍSTICAS Y CULTURALES DE SAN ANTONIO DE PRADO, SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

GRUPO DE INVESTIGACIÓN

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San Antonio de Prado es uno de los cinco

corregimientos de Medellín. Se ubica al

sur occidente de la ciudad capital del

departamento de Antioquia, en la parte periférica

centro-occidental del Área Metropolitana del

Valle de Aburrá, la cual a su vez está ubicada en

la Cordillera Central colombiana entre las

coordenadas planas 1.171.000 - 1.186.390 mN y

819.050 828.500 mE.

El corregimiento se encuentra en el área de la cuenca de la quebrada Doña María y ocupa su mayor parte. Corresponde a un pequeño sub-valle dentro del contexto del Valle de Aburrá con acceso a los municipios de Armenia, Heliconia y Ebéjico, e indirectamente a otros municipios del occidente. Sus límites actuales son: al norte con los corregimientos de San Cristóbal y Palmitas; al oriente con el corregimiento de Altavista; al sur

con los municipios de Itagüí y La Estrella; y al occidente con los municipios de Heliconia y Angelópolis.

La división política administrativa del corregimiento comprende un área rural integrada por nueve veredas [La Florida, Potrerito, Yarumalito, El Salado, El Astillero, Montañita, La Verde, El Vergel y San José], y una zona urbana que conecta de manera directa con la zona urbana de Itagüí. En la parte urbana existen algunos barrios o sectores como Paloblanco, Naranjitos, Los Salinas, La Oculta, Horizontes, Halcones, Pradito, Santa Rita, La Pradera. Igualmente, se distribuyen en la parte baja del corregimiento más de 30 urbanizaciones, entre ellas, El Limonar, Aragón, Rosaleda, Compartir, Prados del Este, Ciudadela Prado, Varichara, Villa Loma y Pallavecini.

Casa campesina. San Antonio de Prado, Vereda PotreritoArchivo personal Dairo Correa

ANOTACIONES PREVIAS

Eocupado por San Antonio de Prado ha sido escenario de diferentes procesos. La distribución de mercedes de tierras tempranamente durante el periodo colonial, el desarrollo de actividades mineras auríferas y salinas durante los siglos XVIII y XIX, el establecimiento de una ruta comercial con el occidente cercano de Antioquia y el paulatino asentamiento de población española, son aspectos importantes en la génesis del corregimiento. Sobresale además la conformación de una sociedad autónoma, respetuosa de la tradición y valores católicos, especialmente a partir de la fundación de un centro poblado en 1869, de la erección en parroquia en 1887 y de la segregación de Itagüí como un municipio independiente en 1903 y su posterior integración a Medellín. Asimismo, se destacan procesos más recientes, entre los cuales sobresale una preocupación constante por la enseñanza, por la salubridad, los transportes, los servicios públicos, la política y la promoción de actividades artísticas y culturales. Finalmente, el territorio ha sido espacio para un acelerado proceso de urbanización con sus diferentes matices y una mayor diversificación de actividades económicas, hechos que han tenido por resultado la conformación de una sociedad plural.

Si bien existen enormes vacíos documentales

para abordar la historia del corregimiento, la

reflexión sobre los distintos procesos

socioeconómicos y políticos ocurridos en San

Antonio de Prado, ha motivado la elaboración de

diversos estudios. En el aspecto monográfico, se

distinguen, entre otros, los de Celina Escobar

Betancur y el Centro Cultural [Monografía de San

Antonio de Prado, 1986], de Ignacio Bustamante,

Nelson Ortiz y Jorge Restrepo [Las huellas de

mis ancestros, 1994], de María Gertrudis

Betancur [Aportes para la recuperación de la

historia de San Antonio de Prado, 1995] y de

Nelson Ortiz [Nostalgia de un pasado, 1998]. La

presente investigación, formulada en la línea de

n el aspecto histórico, el territorio actualmente la historia local, da continuidad a los anteriores

estudios sobre el corregimiento y se elabora

en cumplimiento de la iniciativa de la

comunidad pradeña para el rescate de su

memoria histórica y de su patrimonio cultural.

Contó para su financiación con recursos de

Presupuesto Participativo de la Alcaldía

Municipal de Medellín y su ejecución fue

posible gracias a la unión temporal de la Casa

de la Corporación Casa de la Cultura de San

Antonio de Prado y la Corporación Cultural y

Ecológica Ciudad Rural. Temáticamente está

planteada como una caracterización histórica

de cuatro grandes periodos desde la época

colonial hasta la actualidad, teniendo como

ejes principales la economía, la tenencia de la

propiedad, la política, la demografía, la

educación y otros aspectos de orden cultural.

El resultado que a continuación se presenta

debe mucho de su contenido a las excelentes

condiciones y servicio en el acceso a la

información del Archivo Histórico de Antioquia,

el Archivo Histórico de Medellín, el Archivo de

la Parroquia de San Antonio de Prado y el

Archivo de la Alcaldía Municipal de Itagüí.

También debe su elaboración al recuento oral

de diversos habitantes del corregimiento a

quienes se entrevistó y facilitaron parte del

material fotográfico que ilustra esta

publicación.

DAIRO CORREA GUTIÉRREZ, junio de 2008.

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MAPA 1.UBICACIÓN DE SAN ANTONIO DE PRADO

CON RELACIÓN A MEDELLÍN

Elaborado porJuan Carlos Giraldo Garcíagiraldogarcí[email protected]

Medellín y sus Corregimientos

Medellín

Corregimientos

Altavista

San Antonio de Prado

San Cristóbal

San Sebastian de Palmitas

Santa Elena

0 2625 5.250 10.500

Meters

N

S

EW

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MAPA 2.DIVISIÓN POLÍTICO - ADMINISTRATIVA DEL CORREGIMIENTO

DE SAN ANTONIO DE PRADO

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CAPÍTULO 1CAPÍTULO 1CAPÍTULO 1CAPÍTULO 1

Cerámica Prehispánica, Aplicación, Fragmentos de vasijas y detalle antropomorfo (Veredas La Florida y Potreritos)

LA SOCIEDAD PREHISPÁNICA EN SAN ANTONIO DE PRADO

Se denomina sociedad prehispánica alconjunto de grupos humanos que habitaron el territorio de Centro y Sur

Améric,a antes y durante la conquista efectuada por exploradores españoles en el transcurso del siglo XVI. Como característica especial, este tipo de sociedades se mantuvieron al margen de acontecimientos ocurridos durante épocas anteriores en el Antiguo Continente. Mientras los americanos atendían sus propias realidades al practicar un estilo de vida que por milenios les permitió adaptarse y transformar su entorno, en África, Asia y Europa los humanos desarrollaron simultáneamente otros complejos sistemas cosmogónicos para explicar el universo, la naturaleza y la sociedad. Para finales del siglo XV los europeos en particular intentaban consolidar extensas rutas de comercio, por lo cual fortalecieron una avanzada técnica militar para emplearla en la lucha constante de diversas naciones por consolidar imperios autónomos. Este progreso bélico les permitió, luego de descubierto el continente americano, la conquista y sometimiento de a la mayor parte de la población nativa, tras lo cual la redujeron a formas de organización social semejantes a las del mundo occidental.

Se sabe mediante las evidencias materiales dejadas por las sociedades prehispánicas que su desarrollo se remonta a miles de años atrás y su distribución espacial por el territorio americano era muy amplia. Durante la llegada de los conquistadores europeos tomaban una diversidad estilos de vida, luego transformados por la interacción con los conquistadores en el periodo de la colonia y en los dos siglos siguientes. Los datos más tempranos para este tipo de sociedades en Colombia anteceden el año 10.000 ap. Semejante a otros lugares del mundo, las sociedades prehispánicas practicaron la cacería, la agricultura, el trabajo con metales y el intercambio de productos.

La arqueología y la historia han podido entregar información valiosa que se aproxima a la realidad de las sociedades prehispánicas. Sin embargo, es necesario emprender muchas más investigaciones que permitan llenar los vacíos actuales sobre el pasado remoto de las sociedades americanas de la conquista, sus interacciones entre sí y con su entorno.

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LA ÉPOCA PREHISPÁNICA EN EL VALLE DE ABURRÁ Y EN EL

CORREGIMIENTO

Se cuenta en la actualidad con un variado número de investigadores dedicados al estudio de las sociedades prehispánicas del Valle de Aburrá y Antioquia, aunque se presenta fragmentación de análisis y la carencia de investigaciones arqueológicas de amplio espectro teórico y territorial, lo que lleva a la imposibilidad de inferir algunos aspectos generales de las poblaciones prehispánicas para el centro de Antioquia. Ahora bien, esto contrasta con la gran variedad de evidencias materiales de carácter lítico, cerámico y orfebre obtenidas en investigaciones y, tristemente, debido a actividades de saqueo al patrimonio. Estos testimonios materiales evidencian la presencia humana en épocas anteriores a la conquista en diversidad de sitios de la geografía antioqueña, incluido San Antonio de Prado. Desde la arqueología se demuestra la presencia en el territorio de seres humanos que utilizan

1instrumentos líticos como puntas de flecha en posibles actividades de cacería. Así mismo, el registro arqueológico obtenido en los diferentes municipios del Área Metropolitana muestra una tendencia a la práctica de actividades como la agricultura, la minería y el intercambio, pero aún queda mucho por conocer de sus características sociales antes de la l legada de los conquistadores europeos.

Los vestigios materiales de las sociedades

prehispánicas se complementan con datos

históricos que refieren a la presencia de grupos

humanos a la llegada de los conquistadores al

actual Valle de Aburrá. No obstante la existencia

de las crónicas de la conquista sobre las

campañas de descubrimiento, es imposible a

partir de ellas una profunda caracterización de

los nativos y su realidad, pues son relatos

permeados por una visión sesgada. Las

crónicas cuentan los enfrentamientos bélicos

con los llamados grupos indígenas y detallan

algunos aspectos de la población aborigen de

Antioquia.

Con respecto a San Antonio de Prado, las investigaciones han sido de carácter exploratorio y se asocian con estudios generales para toda el Área Metropolitana o municipios circunvecinos, realizados por el sector público (Prospecciones) y privado (Planes de Manejo Ambiental). En estas investigaciones el corregimiento se aborda de manera aleatoria y tangencial, asunto que contrasta con las evidencias materiales de grupos prehispánicos en el territorio obtenidas en algunas investigaciones y en las recolecciones superficiales efectuadas por

2particulares en labores agroindustriales y del saqueo. Muchos de estos hallazgos, representados en piezas de material lítico y cerámico, se encuentran en manos de personas de la comunidad.

Por su parte la documentación historiográfica

sirve de apoyo en el rastreo de evidencias que

esclarezcan lo acontecido en el contacto entre

americanos y europeos, en especial cuando se

viene consolidando la tesis de que la ruta de

los conquistadores de la hueste de Jorge

Robledo hacia el Valle de Aburrá, tras hallarse

en Heliconia en 1541, pasó por territorio del 3corregimiento . Las crónicas de esa campaña

de conquista relatan la presencia de grupos

humanos dispersos, y aunque todas son muy

generales, se sabe de la presencia humana en

San Antonio de Prado antes y después de la

1 Aunque una sola evidencia no es suficiente para hablar con solides sobre el tema, siempre se alude a las puntas líticas halladas en el municipio de Bello. Ver Castillo Espitia, Neyla. “Las culturas indígenas prehipánicas”. En Melo, Jorge Orlado (compilador). Historia de Medellín. Bogotá, Compañía Suramericana de Seguros, 1996.

llegada de los conquistadores. Por ahora se

h a c e n e c e s a r i a l a r e a l i z a c i ó n d e

i n v e s t i g a c i o n e s a r q u e o l ó g i c a s e

historiográficas detalladas, para comprender la

dinámica particular de estos grupos humanos y

su localización exacta.

Sin asumir una posición pesimista del estado actual de las investigaciones arqueológicas en el corregimiento, el avance es poco, adoleciendo de causales normales propias de la situación por la que pasa la disciplina arqueológica en el país. El conjunto de indicios

2La Corporación Pasado Humano ha realizado una labor de reconocimiento y defensa del patrimonio arqueológico del corregimiento, de donde se han obtenido algunos vestigios de material cerámico que en este texto se presenta.3Aunque no existe unanimidad sobre la ruta exacta tomada por los conquistadores en San Antonio de Prado para llegar al Valle de Aburrá, se cuenta con información de archivo en Tobar 1993, Vélez y Botero 2000.

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materiales muestra la presencia humana en San Antonio de Prado en épocas pasadas, más aún si se tiene en cuenta que estos grupos se articulan a una problemática más amplia que trasciende los límites corregimentales y cuyas realidades han sido estudiadas con un poco más de detalle para otras regiones del departamento. De gran importancia es el Plan de Desarrollo Cultural 2007-2017 que dejó un aporte in ic ia l para la e jecución de intervenciones arqueológicas de carácter científico con la participación de la comunidad en el proceso de reconocimiento de su patrimonio histórico.

Vista de la vereda Potreritos de San Antonio de Prado, Archivo Personal de Alex Betancur Mejía

CAPÍTULO 2CAPÍTULO 2CAPÍTULO 2CAPÍTULO 2

OCUPACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO DE SAN ANTONIO DE PRADO

DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XIX

En el transcurso de los tres siglos de dominación española del actual territorio colombiano y durante la primera mitad del

s i g l o X I X , l a s t i e r r a s o c u p a d a s contemporáneamente por San Antonio de Prado fueron espacio para el tránsito de los conquistadores europeos, el asentamiento de grandes propietarios, el desarrollo de actividades tanto agrícolas como mineras y lugar de tráfico comercial hacia las salinas ubicadas en el sitio de Guaca al occidente de Antioquia. La

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dispersión de las familias asentadas en el territorio, una fuerte vinculación social y económica de los pobladores con otros propietarios y habitantes del sur y centro del valle de Aburrá, principalmente distribuidos en Envigado, Itagüí y Medellín, caracterizan el primer periodo de configuración histórica del corregimiento. A diferencia de lo acontecido en otras partes del valle, en el periodo colonial y durante las primeras décadas de autonomía política de Colombia, las tierras de Prado no fueron objeto de fundación de poblados. Al ser un espacio periférico comprendido en la jurisdicción de la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria, limítrofe con el Pueblo de Indios de Nuestra Señora de la Estrella luego de 1685, estuvo eclesiásticamente adscrito primero al curato de Envigado a finales del siglo XVIII y luego al de Itagüí desde 1825.

Fuente: AHA. Fondo Salinas, , documento Nº 6944. Pedro Galeano y Compañerosson amparados en un ojo de sal en el sitio de Prado a pesar del amparo que tenía de él Antonio Velásquez

Año 1722

Tomo 373

EL DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DEL VALLE DE ABURRÁ

Posterior al hallazgo del Nuevo Mundo a finales del siglo XV por exploradores europeos, se inició un proceso de conquista y colonización del suelo americano. De las primeras incursiones a las costas del mar Atlánt ico colombiano, rápidamente se dio paso a la fundación de ciudades en tierra firme y a constantes expediciones al interior, adentrándose los españoles en búsqueda de riquezas. El afán de inspeccionar una geografía desconocida y de adquirir oro acumulado por los indígenas motivó a las huestes de conquistadores para avanzar desde distintos puntos hacia los caudalosos ríos, las selváticas montañas y valles tropicales. A Antioquia ingresaron por varios lugares. Si bien es cierta la efímera existencia de la ciudad de San Sebastián en la región de Urabá en 1510, las exploraciones iníciales de parte del territorio sólo comenzaron en 1537 cuando Francisco César, Teniente de Pedro de Heredia, recorrió los lados de la serranía de Abibe. No obstante estos logros, los principales descubrimientos y fundaciones comenzaron con Jorge Robledo y sus hombres provenientes de Popayán.

Como Capitán en varias campañas al sur con el fundador de Popayán Sebastián de Belalcázar, y previo a su llegada a Antioquia, Jorge Robledo conoció de las exploraciones efectuadas por Francisco César y las inmediatamente posteriores de Pedro Vadillo en la región del río Cauca y Buriticá. Interesado en continuar los reconocimientos de la zona, y tras haber fundado entre 1539 1540 las ciudades de Anserma y Cartago, partió al norte en 1541 al mando varios hombres a pie y a caballo. Las diferencias mantenidas con Belalcázar propiciaron su idea de capitular los posteriores descubrimientos a su nombre en España. Con este objeto, recorrió

regiones pobladas por grupos indígenas, destacándose los de Cinifaná, el pueblo de Las Peras y el denominado Murgia o de La Sal debido a las salinas allí explotadas por los nativos. Desde este último punto envió al Capitán Jerónimo Luís Tejedo a recorrer unas sierras alejadas, actividad que dio lugar al descubrimiento del Valle de Aburrá.

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Geografía General y Compendio Histórico del Estado de Antioquia en Colombia

En: Historia de Antioquia. Medellín, Presencia, 1988

Melo, Jorge Orlado . (compilador)

Retrato autografiado de Jorge Robledo.Imagen elaborada durante el siglo XIX.

Aunque las descripciones efectuadas por diversos cronistas de las posibles rutas emprendidas por Tejelo para su ingreso al Valle no son completamente detalladas, el acceso fue por el abra del Chuscal y su tránsito cruzó parte del territorio actual de San Antonio de Prado, ya fuera continuando hacia el oriente luego del Chuscal o viajando por la vertiente sur de la Doña María. En el primer caso, debió descender por el curso de la Quebradalarga hasta encontrar la Doña María, para después remontar las cuchillas de El Barcino o Piedra Gorada. En el segundo, posiblemente viajó en dirección sureste por las faldas de la cuchilla de Romeral .1

1 Vélez Escobar, Norberto y Sofía Botero Paez. La búsqueda del Valle de Arví. Medellín, Corantioquia, 2000.

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El descubrimiento del valle puso en contacto por primera vez a los españoles con la población nativa allí asentada. En la crónica de Juan Bautista Sardela quedan registrados la percepción de la geografía del valle y, muy especialmente, los enfrentamientos de los indígenas con Tejelo y sus compañeros. Así, según lo narra el cronista,

“[…] aquel día fue a dormir sobre un valle que en lo baxo dél paresçía aver cierta poblazón q(ue) como era puesto el sol y hazia niebla no se devisava bien y opúsese en lo más secreto que pudo por no ser sentido, e no pudo caminar tanto que antes que al valle llegase salió el sol y los indios le divisaro(n) y como los viero(n) tocando sus atambores e bozinas e juntárose hasta myll indios y los españoles serían hasta XX de a pie e doze de a cavallo e como ellos nunca avían visto xristianos, saliéro(n)les al camyno sin dar lugar a que se les hiziese par lam(me)nto ning(un)o e toviero(n) con ellos su guzavara que les turaría tres oras, donde fue bien reñyda de am(b)as partes e hiriero(n) seys o siete españoles y mataro(n) e hirieron cavallos donde los españoles se viero(n) en muy gran riesgo de p(er)derse, p(er)o como nuestro señor nunca desampara los suyos, la gente de a pie lo hizo tan bien que con ayuda de los de a cavallo rompiro(n) a los indios e los metiero(n) en el pueblo e se metían en los boyos e otros subia(n) en las cumbres de ellos como si allí no los pudiera(n) […]” 2

Luego del enfrentamiento con los indios del valle hubo otro donde estos iban armados con dardos. Su sometimiento final a los españoles fue violento, y resultado de ello fueron los continuos suicidios de los indios prisioneros y el aprovechamiento de los cultivos de las tribus para la a l imentac ión de la hueste conquistadora. Después de estos sucesos, los españoles pasaron al Valle de Arví en el oriente antioqueño, tras lo cual regresaron a la región del Cauca donde se efectuó ese mismo año por parte de Jorge Robledo la fundación de la ciudad de Satafé de Antioquia en las cercanías a Ebéjico. Con la fundación, Robledo intentaba asegurar los territorios descubiertos, incluyendo el valle de Aburrá, pero su plan demoró en ejecutarse. Disputas entre lo gobernantes de las ciudades de Cartagena y Popayán por hacerse al control del territorio de A n t i o q u i a g e n e r a r o n u n c o n f l i c t o medianamente resuelto con el título de Mariscal de las tierras descubiertas otorgado a Robledo, pues en 1546 fue asesinado por hombres de Belacázar que lo tuvo siempre como traidor.

Desde mediados del siglo XVI con el proceso de conquista del territorio por Robledo y la fundación de la ciudad de Antioquia se inició la lenta colonización del espacio geográfico del centro de Antioquia por grupos de españoles. La existencia de recursos auríferos y su posible explotación, junto con la distribución de tierras e indios entre los peninsulares, sentaron las bases del establecimiento propiamente de la sociedad colonial. Al núcleo inicial de blancos y mestizos ubicados en las cercanías de la Ciudad de Antioquia, le siguieron otros asentamientos humanos dispersos entre las montañas y valles interandinos, entre ellos el que daría origen a Medellín y sus poblaciones cercanas.

2 Sardela, Juan Bautista. “Relación de lo que subcedio en el descubrimyento de las provincias de Antiochia; Anserma y Cartago y cibdades que en ellas están pobladas por el s(eño)r Capita(n) Jorge Robledo”. En: Tovar Pinzón, Hermes. Relaciones y vistas de los Andes. Siglo XVI. Bogotá, Tercer Mundo, 1993.

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LAS TIERRAS DE PRADO DURANTE EL PERIDO COLONIAL HASTA

MEDIADOS DEL SIGLO XIX

Producto de las campañas de conquista y la fundación de ciudades los españoles comenzaron el poblamiento de los territorios recién descubiertos sobre la base de actividades económicas como la minería, el comercio y el desarrollo de explotaciones agrarias. De un asentamiento principal de peninsulares y sus descendientes en la región del Cauca y del norte de Caldas [Ciudad de Arma], se desplegaron colonizaciones hacia diversas zonas. Notorio fue entre los primeros pobladores hispanos el interés en la distribución de mercedes de tierra en el Valle de Aburrá, un sitio intermedio entre el Cauca y las tierras del oriente antioqueño. Las adecuadas posibilidades para el comercio con las regiones mineras, la fertilidad del suelo y unas mejores condiciones climáticas respecto al cañón del Cauca fueron motivos para la creciente importancia del valle a partir del el siglo XVI. A él llegaron diversos propietarios de grandes extensiones de tierra con sus familias, establec iendo haciendas d ispersas y privatizando el suelo antes ocupado por los indígenas.

En el transcurso de varias décadas el valle de Aburrá en su conjunto fue objeto de reparticiones entre inmigrantes españoles. La particularidad de los repartos estuvo dada por la entrega de enormes porciones de tierra, de delimitación no siempre precisa, en algunos casos como reconocimientos a servicios en las campañas de conquista o mediante su adquisición a través de compras, luego de lo cual se daba lugar a un fraccionamiento de la propiedad debido a las herencias de los primeros poseedores. Con respecto al sur del Valle, incluyéndose el territorio ocupado por San Antonio de Prado, estudios que

incluyen referencias a la tenencia de la propiedad para el periodo colonial en su etapa temprana, señalan a María de Quesada, viuda del Capitán Juan Daza, como beneficiaria de una merced de tierras de caballería y pan coger en 1616 . La merced comprendía las tierras de Itagüí y el Ancón de los Yamesíes [llamadas así por los indios Yamesíes que las dejaron], y su entrega se presentó con el fin de compensarle otras que perdió en el paraje de los Tafetanes al fundarse el resguardo de indios de Nuestra Señora de Sopetrán. La entrega de la merced se hizo a efecto de un decreto dado por el Oidor y Visitador de Antioquia Francisco Herrera y Campuzano, y señalaba por límites.

“Desde la quebrada que está pasando el Guayabal toda la tierra que hay valle arriba, orilla del río Aburrá y de la sierra que llega al margen del llano hasta la otra banda de la quebrada que llaman “Aguasal” [Doña María] todas las sabanas , mon tes y cañadas que hay en dichos término y llano”

La merced pasó luego en 1639 a don Juan Mejía de Tobar, y tras su muerte, a su esposa doña Elvira Ramírez. Propietaria además de unos pocos esclavos y reses de ganado, Elvira Ramírez tuvo ocho descendientes, cinco hijas y tres hijos. Antes de ser sepultada en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria en el sitio de Aná, indicó en su mortuoria, fechada en 1670, haber dejado casadas a

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3Álvarez, Víctor. “La sociedad colonial, 1580 – 1720”. En: Melo, Jorge Orlando [Editor]. Historia y presencia, Medellín, Presencia, 1991. 4Betancur, Agapito. Monografía de Itagüí. Medellín, Imprenta Oficial, 1931. Pág. 12. Cita como fuente este autor lo expresado por el Señor Juan de la C. Cogote, Archivero Departamental y miembro de la Academia Antioqueña de Historia en el diario medellinense Colombia No. 2.776 de 27 de enero de 1930.

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varias de sus hijas. Una de ellas, doña María Mejía, contrajo nupcias con el Alférez don Álvaro Pérez de Valderrama, recibiendo como dote lo correspondiente mediante escritura . La dote, si bien es una costumbre como contribución al patrimonio de los nuevos matrimonios, en este caso tiene una significación especial. Con ella el Alférez Álvaro Pérez de Valderrama obtuvo las tierras de la merced, reafirmando su prestigio social al desempeñar uno de los cargos políticos más importantes del Cabildo de la Ciudad de Antioquia.

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Los siguientes propietarios de la merced de tierras donde estaba incluido parte el actual territorio de San Antonio de Prado, fueron en 1655 don Diego Muñoz de Bonilla y su esposa doña María de Alarcón por compra al Alférez. En adelante, y debido a ventas efectuadas por

Fuente: AHA. Serie Mortuorias. Tomo 283. Do. 5776. “Mortuoria de Doña Elvira Ramírez”,

Año de 1670.

María de Alarcón, a donaciones a sus parientes, a las capellanías con que se gravaban tierras para misas por el alma de su esposo Diego Muñoz y al reparto de sus bienes terrenales entre sus herederos, dichas tierras de merced en Guitagüí perdieron su unidad y pasaron como lotes menores a sus hijos y otros comparadores. Como tal, fueron tierras que estuvieron disputadas en 1644 por litigio entre don Diego Muñoz y don Antonio Zapata , y en ellas estaba ubicada, según lo anotaba María de Alarcón en su testamento de 1680, su ranchería con varias herramientas de trabajo, una esclava, algunas reses y bestias. En ese documento, además, se detalla su primer matrimonio con Luís de Zerpa del cual sobrevivieron tres hijos, hermanos a su vez de cuatro hijos más de su segundo matrimonio con don Diego Muñoz .

La desmembración de la extensa merced de tierras a partir de la propiedad que de ellas tuvo María de Alarcón, también dueña de tierras en el Valle de Rionegro, separó parte del territorio actual de San Antonio de Prado de Guitagüí. Uno de los compradores, don Juan Jaramillo de Andrade, patriarca de una importante familia y esposo de doña Ana Chacón de Poveda, recibió dos lotes de terreno en 1678 . La familia Jaramillo de Andrade se distinguió por su vocación minera con explotaciones salinas en Guaca y auríferas en el Nus, propietaria además de 33 esclavos distribuidos en las distintas minas y en sus posesiones en Prado para el desarrollo de actividades agrícolas. En la causa mortis de su esposa Ana Chacón, celebrada en el sitio de Nuestra Señora del Rosario de Guitagüí a 14 de octubre de 1682, ella había hecho mención de su ascendencia española y de los bienes que disfrutaba. A parte de dos mil pesos de a ocho reales castellanos que dejó a una heredera y de 100 pesos de ocho reales castellanos que dio a un convento en la Ciudad de Cartagena, señala que

“[…] yo a mis herederos los

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5AHA. Serie Mortuorias. Tomo 283. Do. 5776. “Mortuoria de Doña Elvira Ramírez”, Año de 1670. Folios 30. 6AHA. Fondo Tierras. Tomo 185. Doc. 4663 “Autos entre Don Antonio Zapata y Don Diego Muñoz sobre las tierras de Itagüí”. Año de 1664, once folios. 7AHA. Fondo Escribanos de Medellín, Juan de Alzate, “Testamento de María de Alarcón”, 1680, folio 6v.8AHA. Escribanos, Caja # 1, 1678 “Venta de tierras de María Alarcón al capitán Juan Jaramillo de Andrade y Ana Chacón” día 8 mes 10, folio 34. Año 1678

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impongo y cargo sobre el ato de ganado mayor, tierras y casa y ranchería que tengo y poseo en términos de la dicha villa y sitio que llaman de Guitagüí cuyos linderos son desde dicha quebrada que llaman de Doña María hasta confinar con los montes y salinas y tierras del sitio de Guaca que tengo y poseo en la jurisdicción de Antioquia […]” .

Los bienes de doña María Chacón de Poveda y de su esposo don Juan Jaramillo de Andrade pasaron a sus herederos. En testamento de don Juan Jaramillo, dejó a su vez parte de las tierras de Prado a dos hijos, el Alguacil Alonso Jaramillo y el Bachiller Esteban Jaramillo, pues otra parte había de venderse posteriormente a don Juan de Menoyo y Angulo en 1697. Otros de los hijos herederos fueron el capitán Juan Jaramillo [demente], el Padre Jesuita Francisco José Jaramillo y su hija María Jaramillo .

La parte de las tierras que quedó en igualdad de dominio entre los dos hermanos, el Alguacil Alonso Jaramillo y el Bachiller Esteban Jaramillo, se sumó a las riquezas de la familia. Por otros bienes poseían esclavos, ganados y en la región de Guaca [Heliconia] tierras de pan y caballería, salinas, bohío y casa. De una fracción de sus tierras posteriormente hicieron en 1724 venta a

don Francisco Ramírez Betancur, casado con Úrsula Tello de Meneses y propietario asimismo de nueve esclavos . Para ese momento, figuraban ya otros tantos propietarios en la zona de Prado. Tenían tierras el Alférez Francisco Aguirre, Gregorio Acevedo, don José Vélez, Anastasia García, el Doctor Francisco Betancur e hijos herederos, María Gertrudis Ramírez Betancur por dote de su padre don Francisco Ramírez Betancur, y Lorenzo Gil González quien vendió a Alonso de Restrepo.

De la inicial gran merced de tierras que

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comprendía la mayor parte de Itagüí, incluyéndose terrenos de San Antonio de Prado, se procedió a un constante fraccionamiento de la propiedad. Durante el siglo XVIII y los primeros cincuentas años del siglo XIX esa tendencia a la subdivisión del territorio se mantuvo muy ligada a diversos conflictos sobre el dominio de las propiedades. Varios fueron los procesos de litigios por terrenos adelantados por las autoridades españolas del Cabildo de la Villa de la Candelaria y de la Gobernación de la Provincia de Antioquia. La nota especial de tal documentación es usar por primera vez la palabra Prado para designar las tierras motivo de disputa, ya fuera que allí se reportara actividades mineras o agrícolas.

Ejemplos de litigios por las tierras de Prado se dieron en 1759 cuando fue presentado al Cabildo de la Villa de la Candelaria un pleito de Pedro Arboleda contra Francisco González sobre linderos de las tierras de Prado . También en 1780 ocurrió otro enfrentamiento por la tenencia de la propiedad. En esta oportunidad, don Francisco Miguel Velásquez en compañía de su hermano manifestaron tener compradas unas tierras de montaña en el sitio de Prado a los señores Manuel Jerónimo y Nicolás Hurtado en precio y cantidad de 425 pesos y oro en polvo. Señalaban que estas tierras tenían cierto cargo en capellanía para Pedro de Restrepo, difunto, que posteriormente pasó a servir al doctor Don Juan Felipe de Restrepo . Finalmente, en 1805 otra disputa territorial, que llegó hasta las autoridades del Virreinato de la Nueva Granada en Santa Fe de Bogotá, sucedió entre Francisco Miguel de Restrepo y Miguel Bolívar por las tierras de Yarumal[lito] en Itagüí, tierras ubicadas cerca al camino de Guaca para arriba y distantes a las

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9 AHA. Fondo Escribanos de Medellín, Juan de Alzate, “Causa mortis Doña Ana Chacón Poveda”, 1682. folio 71r.10 AHA. Fondo Escribanos de Medellín, Juan de Alzate, “Traspaso y cesión de bienes de Juan Jaramillo de Andrade a favor de de sus hijos”, 1684, folio 8r.11 AHA. Escribanos de Medellín, “Alonso Jaramillo de Andrade a Francisco Ramírez Betancur”, 1724, F. 11r-12v

12AHM, Fondo Consejo de Medellín, sección Colonia, Serie Actas, Tomo 13, Año 1759. Folios 225r – 226r.13AHM, Fondo Consejo de Medellín, sección Colonia, Serie Actas, Tomo 31, Año 1780. Folio 421

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escrituradas por los Betancures camino de Guaca abajo .

n materia del territorio, adicional a lo comentado acerca de la tenencia de la propiedad, se destaca durante el siglo XVIII un lento proceso de individualización de Prado como un sitio especial dentro de Itagüí. A pesar de ser confusos cualquier tipo de límites, al mencionar a Prado se designa el espacio montañoso de la quebrada Doña María arriba entre el pueblo de Indios de Nuestra Señora de la Estrella [sólo suprimido a mediados del siglo XIX] y los confines del sitio de Guaca [Heliconia]. En términos eclesiásticos, primero hubo una adscripción al curato de Medellín hasta 1776 cuando fue erigido el curato de Envigado, tras ponerse en funcionamiento la iglesia de Santa Gertrudis La Magna. Los límites de este último curato llegaban a principios de la década de 1820 hasta encontrar los de Amagá, separados ambos por un camino público que de el sitio de La Mantequilla iba a Pueblito, y de allí a la quebrada de La Orcona . Posteriormente, con el afianzamiento eclesiástico del partido de Itagüí al alcanzar la categoría de curato en 1825, según lo informado por el gobierno de Cundinamarca del cual depende Antioquia para esa fecha , Prado quedó dentro esta nueva jurisdicción eclesiástica, la misma jurisdicción que se aplicó a lo civil.

ACTIVIDADES COMERCIALES, ECONOMÍA AGRÍCOLA Y MINERÍA EN EL

SITIO DE PRADO

Los vecinos propietarios de las estancias establecidas durante el periodo colonial en el actual territorio del corregimiento, unas veces residentes en el perímetro urbano de la villa de la Candelaria y otras asentados propiamente en Prado, tenían una fuerte relación con la economía agraria. La tenencia de esclavos

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dedicados a cultivos domésticos en las estancias o destinados al trabajo en las minas de sal, es muestra de ello. Mediante la explotación de recursos provenientes de la tierra, los propietarios y sus familias aseguraban un mediano nivel de ingresos para su sostenimiento y, en algunos casos, un excedente, tal como acontecía con la ya citada familia Jaramillo de Andrade a finales del siglo XVII, familia que además de capitales acumuló poder político en el cabildo de la villa.

En el orden colonial, la posesión de tierras y su explotación constituían una fuente de poder económico de mucha importancia. Claramente la tierra era símbolo de status social y connotaba riquezas. Al tratarse de un bien, entraba fácilmente en el mercado como un producto comerciable a altos costos, sobre todo al tratarse de zonas fértiles cercanas al centro poblado de la villa. Las constantes ventas de tierras en Prado y las diversas subdivisiones entre herederos de antiguos propietarios, dan cuenta de un fuerte interés por controlar el territorio y hacerlo productivo. De los múltiples usos para el suelo, a parte de los pequeños cultivos de maíz, la extracción de madera y el pasto de ganado, sobresale documentalmente uno: Se trata de la explotación de salinas en la parte alta de la Quebrada Doña María. La producción de sal a lo largo del siglo XVIII fue uno de los elementos que caracterizó a Prado en dos sentidos. Primero, a través de su comercio en cargas proveniente de Guaca hacia el valle de Aburrá y el abastecimiento con alimentos desde el valle a las cuadrillas que laboraban en las salinas. La ruta, que atravesaba gran parte del territorio pradeño, fue tempranamente usada por los españoles, y ella se estableció también como corredor de poblamiento con la creación de grandes y medianas unidades agrarias a ambos lados de la vía. Segundo, por el hallazgo, explotación y litigio de ojos de sal propiamente en Prado.

14AGN. Fondo Tierras Antioquia. Tomo VI. Rollo 19. “Pleito por las tierras de Yarumal en Itagüí” 15AHA. Serie Gobierno Provincial. Tomo 1237. Documento No. 17399. Comunicaciones de varios empleados para varios. Año 1826. Folio 50.16AHA. Serie Gobierno Provincial. Tomo 1224. Documento No. 17368. Comunicaciones de la Intendencia de Cundinamarca para el Gobernador y Comandante. Año 1825. F. 333

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La importancia de las salinas como renglón de producción económica deriva de varios hechos. El aislamiento del interior de Antioquia respecto al mar o a las minas salinas del centro de la Nueva Granada, hacía altamente costoso la importación de la sal, por lo que la extracción doméstica era fuertemente demandada. Salinas en el cercano oriente antioqueño y en Heliconia, ya explotadas en tiempos prehispánicos, tuvieron un largo periodo de auge desde la llegada de los españoles. Asimismo, la sal constituye un artículo con una demanda constante, tanto para nutrición humana como para el alimento de ganados con los cuales atender a su vez la dieta básica de la población. Y abastecer la demanda de la sal generaba a los mineros y comerciantes buenas ganancias, de allí que el control de la propiedad sobre los ojos de sal fuera motivo de constantes disputas.

Los conflictos sobre el monopolio de la producción salina en Prado durante el siglo XVIII se dieron en diferenciados momentos. Una de las primeras propietarias de explotación salina a finales del siglo XVII había sido doña Ana María del Toro Zapata, viuda de maestro de campo Don Antonio Zapata. Una de las mujeres más adineradas de su época en la ciudad de Antioquia y residente en el valle de Aburrá, señaló en su testamento de 1667 ser hija legítima y única heredera del capitán Fernando del Toro Zapata y

de doña María de Ordaz y Figueroa . Encomendera y propietaria de negros esclavos, tuvo la extracción de sal en Prado para su comercio como un renglón importante, pasando dicha extracción en el siglo XVIII a otros. Así, en 1723 Juan de Herrera, vecino de la Villa, afirmó que él y su madre tenían derecho a las unas tierras de pan coger en la salina de Prado a orillas de la quebrada que llaman Doña María gracias a dádiva dada en 1691 por su difunto tío el Capitán Felipe de Herrera a su padre Lucas de Herrera. Desde entonces manifiestan haber poseído y labrado las tierras, pero los herederos de Juan Gil González, y en particular Lorenzo Gil y su sobrino

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Ignacio Galeano, pretendían últimamente arrebatarles. Esta razón motivó un conflicto para definirle los límites a las tierras de los Herrera y los Gil, siendo necesario aclarar el trazado original del viejo camino a Guaca que dividía las propiedades, pues en el terreno había dos posibles rutas. Sirvieron de testigos Alejandro Lión, Toribio de Ibargüen, Francisco de Aguirre, Francisco Quintero, Albino Gil Vásquez y Toribio de Murcia, negro esclavo del Alcalde Provincial Alonso Jaramillo de Andrade. Para resolver el diferendo fue visitado el terreno por Antonio Londoño, Juez encargado, cuya declaración fue la siguiente:

“De las tierras del sitio Prado sobre que se ha formado el presente litigio, subimos por el sitio que llaman la Montañuela y habiendo llegado a su cumbre en donde reconocíamos dos caminos uno que coge a mano derecha y otro que coge a mano izquierda, reparé, vi y observé que dicho camino es al parecer intratable, áspero, fragoso y muy pendiente y no hallé señal alguna de que pudiera haber sido camino real porque además de ser la tierra blanda y de poco _____ no se hallan canalones antiguos modernos pasados de dos o tres los cuales son abiertos a mano por ser los s i t ios donde están muy pendientes y llegando al fin de dicho camino que cae a la quebrada que llaman de Doña María para llegar al salado se ofrece un penol grande dilatado tan dificultoso que parece imposible pudieran subir cargas por él además de no haber en todo el camino, a un lado y a otro el despeñadero y precipicio, lo

17AHA. Escribanos, Caja # 1, 1702 “Testamento de Ana María del Toro Zapata” día 12 mes 11, folio 93-106. Año 1702

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que se verifica porque dicho el juez esto lo reconocimos todo y hallamos ser lo que llevo expresado. Y habiendo subido por la otra cuchilla y camino que cae un poquito más arriba del salado que será dos cuadras poco más o menos y es el de mano derecha que hallamos ser mucho mas tratable sin riesgos ni peligros y que sobre estar todo lo más del camino sobre peña se halla todo el lleno de canalones antiguos y modernos que denota parecer haber sido el camino real que por además que dicho camino no es al parecer mas dilatado que el otro fuera de ser en también parte mas ancho y mas apacible respecto del otro y muchos canalones que al parecer son antiquísimos y están dentro de dicho monte”18

En la sentencia del juez, éste señaló que según lo visto y revisado en los autos y respetando los linderos de dichas tierras, así como el trazado de los caminos, convenía hacer mojones como correspondía al señor Lorenzo Gil y coherederos en la parte de abajo, y al señor Juan Herrera y coherederos en la parte de arriba.

El segundo momento de los litigios por las salinas de Prado fue poco después. En 1726 Lorenzo Gil, vecino de la Villa de la Candelaria, instauró un juicio contra Martín Uribe por uno ojo de sal que hacía muchos años explotaba con sus hermanos en unas tierras antes de sus padres y ahora de su propiedad. Las tierras se ubicaban en el sitio de Prado a orillas de la quebrada Doña María, en el lugar donde su f a m i l i a h a b í a c o n s t r u i d o c a s a y permanentemente realizaban limpieza de las malezas. De dicho ojo de sal había sacado también provecho el Capitán Francisco Vélez de Vivero durante doce o trece años con su yerno, sus esclavos y su ganado. Sin embargo, recientemente Marín Uribe había llevado leña y registrado el ojo de sal para iniciar por su cuenta la explotación. Por lo tanto, Lorenzo instauró un proceso ante las autoridades españolas para esclarecer la propiedad de las tierras. En un pleito atendido por el Alcalde Ordinario de la Villa de la Candelaria, Martín Uribe afirmaba el derecho que lo asistía para la explotación del ojo de sal al no estar previamente denunciado por ninguna persona y por haberle comprado en ochenta pesos oro y veinte tomines de a veinte quintales las tierras a doña Anastasia García, viuda de Bernardo Martínez, quien las adquirió en su momento mediante compra a Esteban Jaramillo de Andrade bajo los detalles siguientes:

“[…] desde donde desemboca la quebrada de Guaca al camino y por el camino hasta la cepa del monte porque yo no vendo ni he vendido el monte sino el derecho que adquirí de don Alonso con

Fuente : Tomo 373, Documento 6944.

“Pedro Galeano y sus compañeros son amparados en un ojo de sal en el sitio Prado a pesar del amparo

que tenía de él Antonio Velásquez”. Año 1749

AHA. Fondo Colonia - Salinas,

18AHA. Fondo Colonia - Salinas, Tomo 373, Documento 6944. “Pedro Galeano y sus compañeros son amparados en un ojo de sal en el sitio Prado a pesar del amparo que tenía de él Antonio Velásquez”,. Año 1722. F. 33

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todas sus entradas, salidas, leñas, usos y servidumbres y así le vendo el derecho que tengo y puedo tener del salado de Prado y por haberle descubierto, trabajado y puesto en estado Bernardo Martínez mi marido difunto ”

Según lo manifestó Uribe, la señora García poseía las tierras desde hacía trece años y Lorenzo Gil, de color pardo, sólo buscaba molestarlo sin tener titulo alguno. Vistos estos argumentos por las autoridades, fue llamada inicialmente para testificar a Anastasia García. Ella afirmó tratarse de un salado antiguo que se había perdido y sólo reencontrado por su esposo luego de las señas dadas por su antigua labradora doña Ana María del Toro Zapata, tras lo cual le fue muy costoso poner en servicio el charco del cual brotaba. Test i f icaron adicionalmente Lalo Ruíz, Miguel de Herrera y don Jesús de Herrero, quien declaró haber cocinado allí sal con Bernardo Martínez. Gracias a los anteriores argumentos, le fue reiterado el derecho a la veta de sal a Martín Uribe, pese a los reclamos de Lorenzo Gil sobre tener su familia en propiedad el ojo de sal en más de setenta años.

Un tercer momento de las disputas por la explotación de salinas en el territorio de Prado surgió en 1749 cuando Pedro Galeano Gil y sus compañeros fueron amparados en un ojo de sal, desconociendo el amparo que de él tenía el Alférez don Antonio Velásquez de Obando. En esta oportunidad, Antonio de Velásquez, vecino de la villa de Medellín, afirmó haber descubierto un salado en el sitio de Prado y solicitó ante el Gobernador de la Provincia se le concediera por descubridor. No obstante recibir el ojo de sal para su explotación con las tierras anexas, se presentó Pedro Galeano Gil aduciendo fueran recibidos los testimonios de varias personas para confirmar que dicho ojo de sal ha sido explotado desde hace muchos años por sus familiares los Giles. El primero de los testigos, Ignacio Ángel

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del Prado, dijo bajo juramento que la explotación del ojo de sal había estado a cargo de Bernardo Martínez con una paila del Capitán Juan Vélez; después, dentro de dicho salado, también conoció a Don Martín de Uribe, luego a Lorenzo Gil y posteriormente el mismo el Alférez Don Antonio Velásquez. Sin embargo, expresó no saber con qué títulos han cocinado la sal, pero reconoció que las tierras eran limítrofes a las posesiones de la familia Gil.

Para clarificar la propiedad del salado al proceso, Lorenzo Gil expresó que su padre, el Alférez Juan Gil González, compró hacía varios años a Juan Prudente de Cerdeña, sin dejar escritura, una tierra, montes y abrevaderos en las salinas de Prado en el Valle de Aburrá, con los siguientes detalles

“[…] media estancia de una que tiene por título en el sitio que llaman las salinas de Prado y quebrada del Aguasal que oy llaman Doña María en el Valle de Aburrá, jurisdicción de dicha Villa por cuarenta pesos de oro, los cuales le tengo pagados por dicha media estancia. Sus linderos: desde donde desemboca la quebrada en el llano de los Yamesíes para arriba camino de Guaca y por la otra parte con tierras del Capitán Javier Jaramillo y de la parte de acá donde tuve mi rancho e vía que es de otra banda de esta quebrada con tierras del Capitán Antonio Zapata que he estado poseyendo desde que compré este sin contradicción”

Otros testigos, Nicolás Correa y Marcos Berrío, ratificaron lo dicho por Juan Gil González. Agregaron que la compra de las tierras se hizo a precio de 40 pesos de oro, suma que se pagó con la entrega de un macho colorado de silla, un

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19AHA. Fondo Colonia - Salinas, Tomo 373, Documento 6945. “Lorenzo Gil instaura un juicio contra Martín de Uribe sobre un ojo de sal en el Prado. Se mandaron a Medellín para que allí siguieran su curso”, Año 1726, F. 122V20AHA. Fondo Colonia - Salinas, Tomo 373, Documento 6944. “Pedro Galeano y sus compañeros son amparados en un ojo de sal en el sitio Prado a pesar del amparo que tenía de él Antonio Velásquez”. Año 1749. F. 83v. Ver además: AHA. Sección Salinas. Tomo 373 Doc. 6940 “Autos y diligencias sobre el amparo de tierras de don Juan Gil en las salinas de Prado y en las del Valle de Aburrá. Obran los documentos originales de sus derechos e instrumentos.” (6 hojas), Año 1782.

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caballo alazán, una saya guarnecida y dos jubones blancos, luego de lo cual Juan Gil hizo casa allí y tuvo ganado. Con estos testimonios y otros, las autoridades españolas definieron no ser cierta la categoría de realengo el ojo de sal aducida por Antonio Velásquez. Por tanto, el ojo de sal justamente pasó a manos de Pedro Galeano Gil.

Un cuarto y final momento en los pleitos sobre salinas se dio en 1786 al denunciar la falta de contribución a la Real Hacienda de don Juan Jaramillo de Andrade, Alcalde Provincial de la Villa, propietario de un ojo de sal en el sitio de Prado. La denuncia mencionó que en el transcurso de cuarenta años más de treinta mil arrobas de sal no fueron registradas, no pagaron el real derecho de alcabala, ni fundido o entregado los quintos perteneciente a su majestad. Este hecho era preocupante si se tiene en cuenta que para el momento cada arroba de sal equivalía a dos pesos oro, lo cual motivó examinar los libros de cuentas de la Real Hacienda en la Ciudad de Antioquia. El resultado fue demostrar pagos de Juan Jaramillo durante 1783 por veinte pesos oro en polvo a razón labranzas y el quinto, pero no hizo contribución alguna por concepto de explotación de sal .

El último registro de la extracción de sal en el sitio de Prado con fines comerciales data de 1800. En ese año Nicolás González, vecino de la Villa de Medellín, denunció un ojo de sal que venía trabajando en la montaña de Prado en un callejón que daba tránsito a la vega que forma la Doña María . Con posterioridad, la actividad minera refirió no a la extracción de sal, sino de oro por dos métodos, el aluvión y la veta. Hasta 1845 se denunciaron dos minas en diferentes puntos. El primer denuncio de una mina de veta lo hizo en 1825 Gabriel Rodríguez, cura de la Estrella, y José Antonio Molina, vecino del mismo sitio, en el paraje de Prado en el distrito de Itagüí, exactamente en la confluencia de la quebrada Limona con la Doña María . Por su parte, el segundo lo hizo Celedonio Trujillo por sí y en

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nombre de los señores Felipe Posada, Rafael y Víctor Arango en 1845 al comunicar el hallazgo de una mina de oro corrido en el paraje denominado el Astillero, jurisdicción de Itagüí. Según denunciaba, dicha mina de aluvión comprendía como linderos el “cause de la quebrada el Astillero desde su nacimiento hasta la confluencia en la quebrada Doña María y diez varas a uno y otro lado de dicho cause y las labores de los causes de los arroyos por entrar en la misma quebrada el Astillero”. A este denuncio le fue expedido el correspondiente titulo de propiedad en atención a pagar lo correspondiente en la Tesorería de Rentas Provinciales . Como se ha expresado anteriormente, el territorio ocupado hoy por San Antonio de Prado fue objeto de apropiación por grandes y medianos propietarios desde inicios del siglo XVI. La siembra de pequeños cultivos, el desmonte para la cría de ganado, las compra ventas de fajas de terreno y el fraccionamiento de la propiedad, el comercio hacia Guaca y las explotaciones de salinas y de minas de oro caracterizaron la economía local. Socialmente, los propietarios descendieron de inmigrantes españoles, algunos de ellos mineros y esclavistas con al tos cargos en la administración colonial. Aunque en el contexto de la Villa de la Candelaria el sitio de Prado no pasó de ser un espacio periférico de menor importancia respecto del centro y norte del valle de Aburrá, una vez consolidado el proceso independentista en la primera mitad del siglo XIX la situación tendió a cambiar. Muestra de ello fue la importancia que en materia del recaudo de impuestos tenía tal como lo denotaba el cobro del diezmo, cuyos remates en Prado para 1846, por ejemplo, sumaron 470 pesos . El creciente protagonismo del territorio dio por resultado que se transformara durante la segunda mitad del silo XIX en la fracción más importante de Itagüí, proceso este desarrollado en el siguiente capítulo.

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21AHA. Fondo Colonia - Salinas, Tomo 373, Documento 6943. “Testimonio enviado al Gobernador de Antioquia sobre la solicitud hecha por don Diego Castrillón relativa a las salinas de Prado”, Año 1786. F. 72r – 72 v. 22AHA. Fondo Minas de Antioquia. Tomo 1, Denuncio Nº 564, año de 1800, folio 137v23AHA. Fondo Minas de Antioquia. Tomo 3. Denuncio No. 1153, Año de 1825. Denunciante Gabriel Rodríguez.24AHA. Fondo Minas de Antioquia. Tomo 69, Denuncio Nº 4889, año de 1845. Denuncia Celedonio Trujillo.25AHM, Fondo Consejo de Medellín, Serie certificaciones, Tomo 167, folios 602v. Año 1846

Cronología de eventos, periodo colonial – mediados del siglo XIX

Fecha Evento en el sitio de Prado Evento en la Nueva Granda y la provincia de Antioquia

1541 Exploración del valle de Aburrá por Jerónimo Luís Tejedo, capitán de Jorge Robledo

Fundación de la ciudad de Antioquia por Jorge Robledo

1550 Creación de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá

1563 Se constituye la Provincia de Antioquia

1616 Entrega de merced de tierras a María de Quesada, viuda del Capitán Juan Daza, en Itagüí y tierras de los Yamesíes

1675 Erección de la Villa de la Candelaria

1639 La merced de tierras de María de Quesada pasó a Juan Mejía de Tobar, y tras su muerte a su esposa Elvira Ramírez

1655 Traspaso de las tierras de Elvira Ramírez a Don Diego Muñoz de Bonilla y su esposa María de Alarcón

1678

Venta de parte de las actuales tierras de Prado por María de Alarcón a Juan Jaramillo de Andrade y su esposa María Chacón de Poveda

1697

Los hermanos el Aguacil Alonso Jaramillo y el Bachiller Esteban Jaramillo, heredaron las tierras en Prado de Juan Jaramillo

1738

Restablecimiento del Virreinato de la Nueva Granda

1723

Pleito de Juan de Herrera contra Lorenzo Gil e Ignacio Galeano por tierras de pan coger en el sitio y minas de Prado en la quebrada Doña María

1726

Pleito entre Lorenzo Gil contra Marín Uribe por un ojo de sal en Prado en quebrada Doña María

1749

Pleito entre Pedro G aleano Gil y el Alférez don Antonio Vásquez de Obando por salina en Prado

1785

Llegó a Antioquia el Visitador Antonio Mon y Velarde

1786

Denuncia por fraude a la Real Hacienda de Juan Jaramillo de Andrade, Alcalde Provincial, al extraer sal de una mina en Prado

1800

Denuncio de salina en Prado por Nicolás González

1810

Inició el proceso independentista en la Nueva Granada

1821

Congreso de Cúcuta

1825

Denuncio de una mina de oro de aluvión y veta en Prado por Gabriel Rodríguez, Cura de la Estre lla, y José Antonio Molina

1845

Denuncian de una mina de oro corrido en Prado [Astillero] por Felipe Posada, Rafael y Víctor

TABLA Nº. 1

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Arango

Varios son los procesos ocurridos durante la segunda mitad del siglo XIX en las antiguas tierras del sitio de Prado. En el

transcurso de cincuenta años se consolidó un centro urbano independiente de Itagüí, se creó una oficina de inspección para atender diversidad de delitos y se erigió una parroquia propia al servicio de los feligreses católicos. El aumento de población, el funcionamiento de los primeros centros de enseñanza y de salud, un mayor fraccionamiento de la propiedad en medianos predios, una diversificación de la producción agraria y el comercio, caracterizaron la vida social y económica. Detrás de esos

CAPÍTULO 3CAPÍTULO 3CAPÍTULO 3CAPÍTULO 3

LA CONSOLIDACIÓN DE LA FRACCIÓN DE PRADO EN EL CONTEXTO DEL VALLE DE

ABURRÁ, 1850 1902

San Antonio de Prado a principios del siglo XX Archivo personal de Alonso Betancur Cano

cambios se encontraba una elite local interesada en mejorar las condiciones de vida de la población en materia vial, de salubridad, de educación y, muy especialmente, en conseguir autonomía territorial con la constitución del municipio de Prado. No obstante los progresos, dificultades como la peste de viruela y la plaga de langosta en la década de 1890, por ejemplo, afectaron fuertemente a los habitantes y generaron transitoriamente inestabilidad.

Sin lugar a dudas uno de los eventos primordiales en la historia de San Antonio de Prado fue el desarrollo de un núcleo urbano en su territorio. Una vez fundado el asentamiento

FUNDACIÓN DEL CENTRO POBLADO E INDEPENDENCIA ECLESIÁSTICA

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nucleado principal en inmediaciones del parque actual, aceleradamente inician otros tantos procesos como la erección de la parroquia, la instalación del primer hospital, el funcionamiento de escuelas elementales y la inauguración de la Inspectoría. Si bien Prado se había distinguido por ser la fracción más importante de Itagüí, fue a partir de 1869, luego de que personas de la elite local hicieron el trazado del marco urbano y la plaza, cuando hizo aún más evidente sus particularidades sociales, económicas y políticas respecto a distritos vecinos como La Estrella, Heliconia e incluso del mismo Itagüí. Una mayor autonomía para el intercambio de productos, por ejemplo con el establecimiento de un mercado local en la plaza algunos días de la semana, o el fortalecimiento de las relaciones vecinales para emprender obras públicas, son más notorios tras la creación del centro urbano.

Dotar a la fracción de una plaza para el funcionamiento de los servicios religiosos, educativos y civiles, útil además para el comercio y el encuentro de los vecinos, fue promovido por uno de los personajes más influyentes en los destino de la fracción durante la segunda mitad

del siglo XIX: Manuel Betancur Uribe. Portador de uno de los apellidos más representativos de los habitantes del territorio pradeño desde inicios del siglo XVIII, Manuel se había distinguido como defensor de la feria de ganado de Itagüí, y en 22 de julio de 1869, junto con otros vecinos de la fracción y algunos de La Estrella, hizo compra - venta del terreno donde se demarcó la plaza y las principales calles de Prado de diez varas de longitud cada una. En escritura pública de la Notaría Primera de Itagüí aparece por pago de doscientos pesos oro como compradores del terreno Tomas Betancur, Francisco Betancur y José María Mesa Betancur. Los vendedores fueron Manuel Betancur Uribe, Julián Acosta, Pablo Acosta, Benedicto Arango y su esposa María Chiquinquirá Acosta, Nepomuceno Castaño, José Betancur Arango, José María Muñoz, Justo Mejía, Dolores Muñoz, Concepción Uribe, Braulio Castaño, Eulogio Betancur, Juan Nepomuceno Betancur, Víctor Betancur, Juan José Betancur e Ignacio Betancur, vecinos de Prado, y Floriano Betancur, Miguel Garcés y Justiniano Garcés, residentes en La Estrella. A la nueva población le dieron por nombre San Antonio .1

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Fuente. AHA. Fondo Notaria 1ª de Itagüí.

Caja 124, Tomo 6204, Escritura 69. Año 1869

1AHA. Fondo Notaria 1ª de Itagüí. Caja 124, Tomo 6204, Escritura 69, 1869, “Venta de terreno de Julián Acosta, Pablo Acosta, Benedicto Arango y su esposa María Chiquinquirá Acosta, Nepomuceno Castaño, José Betancur Arango, José María Muñoz, Justo Mejía y Dolores Muñoz, Miguel Garcés, Justiniano Garcés y Eulogio Betancur, Floriano, Concepción Uribe, Manuel Betancur Uribe, Juan Nepomuceno Betancur, Víctor Betancur, Juan José e Ignacio Betancur y Braulio Castaño a Tomas Betancur, Francisco Betancur y José María Mesa Betancur”. Folio 41r - 41v.

Con la fundación la población de San Antonio en la fracción de Prado el reciente centro poblado se impuso a otros sitios como Astilleros, Limonal, Yarumalito, Llano Grande, Buga y El Tigre. Poco después le fueron clarificados los límites a la fracción en su conjunto. Así, por Decreto de 11 de julio de 1871, “Fijando los límites de la fracción Prado perteneciente al distrito de Itagüí”, se anotó:

“Artículo único. Los límites de la fracción de “Prado”, perteneciente al distrito de Itagüí, creada por decreto de 15 de mayo último, son los siguientes: “De los nacimientos de la quebrada “Simona”; ésta abajo hasta su desemboque en la quebrada de Doña María; ésta arriba hasta donde se encuentra la primera cuchilla al lado derecho; por ésta arriba hasta la cordillera límite con Belén, por ésta arriba á linde con Evéjico, Eliconia y la Estrella, á los nacimientos de la “Simona”, primer lindero”

Simultáneamente a dificultades como la supresión de la fracción en julio 1883 y su restablecimiento en 1885 , los vecinos adelantaron la erección de una parroquia en su territorio independiente a la de Itagüí. Para 1880 ya funcionaba una capilla, pero había sufrido deterioros en su fachada a causa de un rayo que destruyó el frontis y de los malos cimientos, aunque sus enseres y paramentos estaban en perfecto estado y limpieza . Pocos años después, el 3 de febrero 1887 por Decreto del Señor Obispo Bernardo Herrera Restrepo, empezó funcionamiento la viceparroquia, y el 30 de noviembre del mismo año por otro decreto del mismo Obispo, se creó la parroquia con el presbítero José Mesa como sacerdote . Su existencia creó fricciones con Itagüí, de quien se

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le segregó, y con La Estrella por el cobro de diezmos e indefiniciones limítrofes. En los distintos pleitos, La Estrella reclamaba se respetara como límite entre ambas parroquias desde el alto de La Granja, pasando por La Limona hasta un camino que partiendo de una casa que se llama Ferrería termina en La Limona, y que esta misma calle o camino formara el lindero de La Estrella y la parroquia de Itagüí .

Con la nueva parroquia, aparte de las diferencias con otras cercanas por el recaudo de los diezmos [que para Prado sumaban en 800 pesos oro el año de su creación], incidió fuertemente en la mentalidad de los pobladores. Hubo un reforzamiento en el tradicional arraigo a valores cristianos, el respeto a la autoridad y costumbres conservadoras propias de una sociedad básicamente agraria. Un mayor peso de la Iglesia en las conductas sociales marcó el ritmo en la vida pradeños, sus festividades y conductas. Desde el nacimiento hasta la muerte, los ritos católicos estuvieron presentes con parámetros de vida buena al dar reglas de comportamiento para alcanzar un ideal superior a la vida terrenal. Además, la religión católica fue un espacio de socialización para la comunidad local en dos sentidos. Primero, la parroquia fue escenario para la creación de diversidad de congregaciones con vocación social. En otro sentido, la centralidad de la Iglesia justificó una gran injerencia de las autoridades clericales en los asuntos públicos. Tempranamente el sacerdote conformó una fuerza muy significativa para la realización de obras públicas y una voz importante en temas sociales. Estas razones explican, por ejemplo, el peso dado a los párrocos en el primer relato monográfico del corregimiento escrito por Celina Escobar Betancur y el Centro Cultural

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2AHA. Boletín Oficial. Medellín, sábado 7 de octubre de 1871. Año VIII. No. 488. p. 4693AHA. Fondo Decretos. Tomo 6870. Folio 20. Decreto No. 450 de 1883. Por el cual suprime la fracción Prado. 4AHA. Boletín Oficial. Medellín, viernes 11 de septiembre de 1885. Año I. No. 45. p. 350. “Decreto No. 283 de 9 de septiembre de 1885, Por el cual se restituye cierto territorio al distrito de Itagüí y se restablece la Fracción Prado” 5AAM. Fondo: Despacho Arzobispal. “Autos de las visitas Pastorales”. Caja 10, Libro 1, 1880, folio 22.6Gómez, Antonio. “Parroquia de Prado”. Monografía eclesiástica y civil de Medellín. Medellín, 1951. Pág. 5737A.A.M. Fondo: Despacho Arzobispal. “Parroquia, correspondencias, peticiones e informes de La Estrella e Itagüí”. Caja 101, Carpeta 3. folios sin marcar. Año 1907

de San Antonio de Prado en 1986. Es claro en este texto que los hechos históricos responden a las acciones de los sacerdotes en búsqueda del bienestar social y espiritual de los habitantes, y por tanto, la historia de Prado es la historia de las obras de sus párrocos.

Producto de la religiosidad de los pobladores se emprendieron tres construcciones en el centro poblado de Prado. De un lado, la remodelación de la vieja capilla afectada por un rayo con la adecuación de un segundo templo más grande debidamente dotado de imágenes sagradas y de ornamentación. Los terrenos para este y la casa cural fueron dados por la familia Arango, Manuel Betancur, Baltasar Montoya y Vicente Hurtado . De otro, estuvo la inauguración en 1889 de una capilla en honor a Nuestra Señora de los Dolores y al servicio de la parroquia . Asimismo, se inició el proyecto de dotar a la fracción de un cementerio para la sepultura de los feligreses.

La fundación del centro poblado en la fracción condujo, aparte a cambios en materia religiosa, a un mayor control de las autoridades civiles mediante la creación en la década de 1870 de una Inspectoría. El tipo de negocios atendidos por esta oficina, sobre el cual se volverá en otro acápite, tendió a ser variado. La vigilancia en el cumplimiento de las normas, la sanción a los infractores y la supervisión del funcionamiento de los establecimientos educativos, entre otras, eran sus tareas cotidianas. Finalmente, la fundación de un centro poblado llevó consigo la aspiración más importante de la fracción: su definitiva separación de Itagüí al transformarse en municipio. Romper los lazos de dependencia fiscal y política fue tema de constante debate no sólo entre la elite local, sino que ocupó a concejales de Itagüí, dividiendo opiniones.

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POBLACIÓN, MORTALIDAD, EPIDEMIA DE VIRUELA Y FUNDACIÓN

DEL PRIMER HOSPITAL DE CARIDAD

La documentación de la Alcaldía de Itagüí en el siglo XIX suele definir a Prado como su fracción más importante. No es de extrañar este adjetivo, pues muchos de los negocios en materia de venta de tierra, número de ciudadanos y de contribuyentes a obras públicas, mineros y arrieros, residían en Prado. La creciente población de la fracción es una de las razones que explica su progresiva importancia. Si en el transcurso del periodo colonial y los primeros años del siglo XIX Prado estuvo habitado por pocos números de familias dispersas entre los montes, los caminos, las minas y quebradas, rápidamente la situación cambió. Para 1883 se estimaba que de 4.687 habitantes de Itagüí, 2.000 se distribuían en Prado , y en 1897 ya se hablaba de más 3.000 pradeños . Ese crecimiento, si bien es notorio, se vio afectado por varios factores negativos. Malas condiciones sanitarias, el poco progreso de la medicina y la escasa prevención de enfermedades, adicional al impacto de males como la viruela y la lepra, son algunos de las limitantes al crecimiento.

Entre los datos demográficos para San Antonio de Prado de la segunda mitad del siglo XIX se distingue el Censo de 1869 , simultáneo a la fundación del centro poblado. Pese a contabilizar sólo el territorio comprendido entre la quebrada Limona y La Manguala, una quinta parte del área actual del corregimiento, es una muestra representativa de la composición de la población para ese momento. El censo registró 246 personas, la mayor parte de las cuales menores de 25 años de ambos sexos, [171 habitantes en total]. Los restantes habitantes se distribuían en otros dos grupos. Uno compuesto por los mayores de 25 años y menores de 60 años [67 personas] y otro por

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8 A.A.M. Fondo: Parroquias. “Índice”. Archivador A, Cajón 1, Hojas sueltas, folios sin marcar.9 A.A.M. Fondo: Despacho Arzobispal. “Autos de las visitas Pastorales”. Caja 10, Libro 1, Año 1889, folio 98 – 99.

10AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año de 1912 Tomo 5164. F. 64-65. 11AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1896. Tomo 5075. F. 460. 12Archivo Histórico de Antioquia, Censos, Tomo 2703. Documento 20 "Contiene movimiento de población de Itagüí, Fracción Prado". Año 1869.

los mayores de 60 años [sólo 8 personas]. En cuanto a su distribución por sexo, la población masculina la componen 119 habitantes. Según su estado civil, la mayor parte de los hombres eran solteros, 81 personas, pues en tal categoría están incluidos los menores de edad. Le seguían los casados, con 33 personas, todos ellos mayores de 20 años. Finalmente, estaban los viudos, 5 personas, todos mayores de 20 años. Por su parte, la población femenina, mayoritaria a la masculina, estaba constituida por 127 mujeres. De acuerdo con su estado civil, principalmente figuraban las mujeres solteras, correspondiendo 83 personas. En segundo lugar, se encontraban las mujeres casadas, 34 en total. Finalmente se hallaban las mujeres viudas, compuestas por 10 personas. Por el escaso tamaño del territorio que cubrió el censo de 1869 es posible plantear la población total para la misma fecha aproximadamente en unos 1.100 y 1.300 habitantes, pues en las restantes zonas [Astillero, Yarumalito, Llano Grande, Las Cuchillas, entre otras] los patrones de asentamiento son semejantes. Según se infiere de los registros notariales de la época y otra documentación, todavía eran familias dispersas en medianas propiedades dedicadas en su mayor parte a actividades agrícolas.

Semejante a como acontecía en muchas partes de Antioquia, la tasa de crecimiento de la población se veía muy afectada por altos índices de mortalidad, principalmente entre la población infantil o párvula. Malas condiciones sanitarias en el manejo de las aguas para el consumo doméstico figuran como las responsables más directas de los decesos de niños, conjuntamente con las enfermedades respiratorias. Es difícil precisar el alcance total de la mortalidad entre los párvulos de Prado durante la segunda mitad del siglo XIX. Los datos más certeros se expresan en la siguiente gráfica. De las 603 defunciones registradas en los libros parroquiales entre 1887 y 1902, un total de 348 [o sea el 57.71%] son de párvulos de ambos sexos, cifra muy superior a la registrada por los adultos solteros, casados y viudos de ambos sexos.

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Las dimensiones de la mortalidad infantil constituían un grave problema. No obstante el gran número de bautizos para el mismo periodo [1.723 bautizados de ambos sexos], la frecuencia y el número de párvulos muertos afectaron tanto a matrimonios jóvenes como a otros consolidados. Incluso, sobresalieron casos como el de los esposos Antonio Vélez y Sabina Mejía que entre los años de 1890 – 1899 sepultaron a doce hijos, seis hombres y seis mujeres. Como este caso aparecen registrados otros tantos. Fueron reiteradas las parejas con dos, tres o cuatro párvulos muertos, y de allí la costumbre de reutilizar el nombre de los hijos muertos para bautizar a los recién nacidos. Tampoco fueron extraños los fallecimientos de mujeres durante el parto.

A los casos de muertes por malas condiciones sanitarias y la ausencia de prácticas médicas apropiadas, se le incluyeron los efectos de la propagación de dos graves enfermedades: la viruela y la lepra. La primera de ellas, aunque desde los tiempos coloniales hizo presencia al ser importada por los conquistadores, fue reportada como una epidemia a finales de 1881 en todo el territorio de Itagüí. Según lo manifestaban los funcionarios de tal distrito, había familias hasta con seis de sus miembros afectados. Para combatirla, fue reunida la Junta de Sanidad a fin de arbitrar el tratamiento y alimentación de los enfermos . Sin embargo, en el transcurso de los siguientes años el control de la propagación fue inefectivo y nuevos casos se siguieron reportando en La Estrella, Caldas, Envigado y también en la fracción de Prado. Se solicitó entonces aislar a todos los enfermos del sur del valle, procurando el mayor aseo donde se encontraran y que fueran atendidos por las personas encargadas de darles los cuidados necesarios como curación, limpieza y alimentación. Se pidió además la colaboración de todos los vecinos con limosnas para conseguir recursos, cuyos resultados sumaron

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13A.H.A. Fondo Documentos. Tomo 2139. Doc. 4. 1881. F. 576

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14AHA. Fondo Documentos, Tomo 2155, Documento 1 “Carta del secretario de Gobierno y Guerra al Jefe Municipal de Itagüí”, folio 10315AHA. Fondo Decretos, Tomo 6881, “Decreto 309, Sobre la viruela, reglamento de la ordenanza No. 3 de 1896.”, f. 29316AAI. Fondo: Alcaldía varios, tomo 1897, “Decretos No. 5 de Febrero de 1897.”

GRAFICA No. 1

Fuente: Archivo Parroquial de San Antonio de Prado, Libros de Defunciones, 1887 – 1902.

en 1883 unos 20 pesos, insuficientes por demás para combatir la peste al no disponerse de un lugar apropiado donde llevar a los enfermos y tener que aislarlos en sus mismas casas .

Desafortunadamente los esfuerzos para combatir la viruela fueron úti les sólo momentáneamente . Luego de 1896 , reaparecieron nuevos brotes aún más importantes. A fin de reglamentar su control, el Gobernador de Antioquia expidió el Decreto 309 de 1896, Sobre la viruela, reglamento de la Ordenanza No. 3 de 1896. Entre otros asuntos, por recomendaciones de la Academia de Medicina y del Vacunador General, a los municipios afectados se les posibilitó adquirir recursos voluntaria o forzosamente entre los habitantes para hacer frente a la epidemia, y crear hospitales y establecer cordones de sanidad para evitar nuevos casos . Igualmente, el Alcalde de Itagüí expidió el Decreto No. 5 de febrero de 1897 mediante el cual obligaba a

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todos los habitantes del distrito a asear casas y solares, a no arrojar basuras en las calles, a desecar pantanos, blanquear habitaciones, limpiar pesebreras y caños. En el decreto además se conminaba a la denuncia de virulentos y se informaba de las patrullas de policía que harían recorridos permanentes. El incumplimiento de las medidas daría lugar a una multa de cien pesos .

Ese mismo mes el Inspector de Prado daba cuenta de contagios en el territorio de la fracción. Solicita a la Alcaldía fuertes medidas contra el manejo de animales domésticos, los chiqueros de cerdos y las pesebreras de Prado. Indica asimismo que hacía fuertes esfuerzos para supervisar la vía hacia Ebéjico al denunciar cualquier portador de viruela proveniente de esa zona . La situación llegó al punto de ser prohibido el ingreso de vecinos de otros distritos a Itagüí ni a la cabecera de la fracción de Prado sin un pasaporte de sanidad que certificara no estar infectado, incluídos los

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17Itagüí, febrero 20 de 1897. A.A.I. Fondo: Alcaldía varios, tomo 1897, “Libro copiador comunicaciones 1897” 18 AAI. Fondo Alcaldía varios, Tomo 1897, Decreto Nº 9 de 20 de marzo de 187119 A.A.I. Fondo Alcaldía varios, Tomo 1897, Comunicación de la Junta de Sanidad de Prado, Junio de 1897.

20AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1896. Tomo 5075. “Carta de varios vecinos”. F. 44021 AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1896. Tomo 5075. F. 440

arrieros conductores de ganado para la feria . A ello se agregó el funcionamiento de la Junta de Sanidad Pública de Prado, dirigida por el párroco Luís María Merino, que dio a conocer la noticia del hallazgo en el Salado y el Barcino de seis casos de viruela en la casa de Vicente Cárdenas y dos en la de Lorena Cárdenas. Se trataba de dos familias en extrema pobreza y para la cual se pedía ayuda a fin de aislarlos y alimentarlos .

En cuestión de días empezó a funcionar el cordón sanitario entre Medellín – Itagüí – Heliconia, al declararse completamente infectado el sitio de Pueblito, funcionamiento debido en parte a las presiones de Manuel Betancur Uribe para supervisar el ingreso de víveres por esta zona. Simultáneamente se creó un hospital para los enfermos de viruela en la casa de Cristóbal Ortiz, lugar muy cercano a la población de Prado [a unas siete u ocho cuadras en la parte alta], aspecto que fue motivo de conflictos. Quejas sobre sus malas instalaciones, la pésima alimentación de los pacientes, la contaminación de un arroyo que cruzaba la casa y del cual se servían varios vecinos y, sobre todo, su antihigiénica ubicación por los vientos que llevaban el contagio al resto de la fracción, fueron elevadas al Secretario de Gobierno y Guerra del Departamento. Menc ionaban l os vec inos en va r i as oportunidades su afán en controlar la epidemia, la inversión de 101 pesos 30 centavos y la efectiva disminución de los casos hasta tener unos cuantos en la zona rural .

A las presiones de la comunidad el gobierno departamental envió un visitador, el señor Lotero Escobar. En su informe ratificó las condiciones antihigiénicas del lugar, la contaminación de una acequia de uso público y la desfavorable dirección de los vientos. Recomienda fuera trasladado a las riveras de la Manguala, a la casa de Vicente Cárdenas donde estaban reportados la mayor parte de los contagios. Aunque pudiera haber quejas sobre la contaminación de la quebrada, al tratarse de un gran riachuelo su cause

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prácticamente no sería afectado. Si bien con el informe se aliviaba los reclamos de la comunidad, problemas sobre la financiación motivaron nuevos reclamos y la decisión del Gobernador en destinar más fondos para los 5 pacientes aislados a mediados de julio de 1897, cifra que en agosto sumaba 27 afectados, 16 provenientes de la Limona y los restantes de otros sitios de Prado .

No sólo la viruela afectó la estabilidad social a finales del siglo XIX. Otras terribles enfermedades como la lepra fueron una preocupación constante y motivaron la creación del primer hospital de la fracción. En 1889 es entregado para tal fin un lote de terreno con casa, agua y 14 varas de frente sin edificar propiedad de Manuel Betancur Vásquez. La entrega propició la conformación de una Junta de Beneficencia pro hospital encabezada por el párroco Francisco María Calderón [presidente], Manuel Betancur Uribe [vicepresidente], Abelardo Betancur [tesorero] y Matías Montoya [secretario]. La Junta, luego llamada Directiva, tomó la decisión de poner en funcionamiento un hospital de caridad con sus propios estatutos y reglamentación, dándole por nombre San Rafael de Prado. Escogió los jueves para reuniones y debates sobre el apoyo a personas pobres, el asilo en el hospital a los necesitados, el nombrar personas para solicitar de los vecinos limosnas para el hospital y la realización de los trámites para conseguir la personería jurídica y ratificar el nombramiento de Ismael Betancur como síndico. El funcionamiento de la Junta permitió recibir auxilios departamentales, y ya en 1897 detallar más a fondo su objeto en el Acuerdo No. 1 de ese año. Así, definió que gratuitamente daría alojamientos, alimentación, asistencia y medicinas a los enfermos pobres y personas desvalidas de Prado. Estableció seguidamente que su funcionamiento se amparaba en la Ordenanza No. 12 de 1888 y los decretos reglamentarios No. 36 y 37 expedidos por el

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GRÁFICO No 2

Fuente: AHA, Censos, Tomo 2703. Documento 20 "Contiene movimiento de población de Itagüí,Fracción Prado". Año 1869.

22 AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1896. Tomo 5075. “Reglamento del hospital de caridad de la fracción Prado del distrito de Itagüí y acuerdos expedidos por la Junta del Hospital, 1889 – 1897”. F. 411 – 427.

Gobernador en 1889 .

LA SOCIEDAD AGRARIA: PRODUCCIÓN AGROPECUARIA, MINERÍA Y COMERCIO

Con el acelerado proceso de fraccionamiento de la propiedad en Prado, unos 272 negocios de compra – venta, hipotecas y aseguros entre 1843 a 1874 registrados en la Notaría Primera de Itagüí, también se desarrolló un aumento de actividades económicas. La pequeña artesanía, la arriería, la cría de ganado, la minería y los cultivos domésticos para el consumo local y para el intercambio en mercados cercanos de Itagüí, Medellín y Heliconia son claros ejemplos. Pequeñas y medianas propiedades fueron la principal base productiva, y la fuerza laboral la conformaron las mismas familias dispersas en los campos y la escasa población concentrada en el núcleo urbano. El aumento de las actividades agrarias dio lugar a un mayor interés de parte de

22 las autoridades municipales de Itagüí por el control fiscal de la fracción y por la supervisión de la distribución de licores y el castigo al contrabando. Igualmente, la mayor diversidad de actividades económicas tuvo un fuerte impacto en la infraestructura de caminos de la época. El correcto funcionamiento de caminos ancestrales para conectar con el occidente de Antioquia y la apertura de otros tantos entre los sitios de Prado y algunos más de servidumbre al interior de los predios privados tuvo un auge.

En términos generales, según se observa en el censo de la fracción de Prado efectuado en 1869 a una parte de la población, sobresale como principal actividad económica la agricultura [superada sólo por la administración doméstica en la cual se agrupan a las mujeres amas de casa y a los menores de edad]. La vocación agrícola, semejante al resto del valle de Aburrá, tenía como objeto los cultivos de subsistencia y en menor medida a los

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23AAI. Fondo Alcaldía Varios. “Lista de individuos que han pedido guía para consumo de ganado”, 15 de mayo de 1872.24AAI. Fondo: Alcaldía Varios. Tomo: 1884, “Sobre la Plaga de langostas en el distrito de Itagüí.” 25AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1896. Tomo 5066. F. 69726AHA, Censos, Tomo 2703. Documento 20 "Contiene movimiento de población de Itagüí, Fracción Prado". Año 1869.

sembrados comerciables, principalmente aquellos vendidos en el mercado local del parque ya en funcionamiento en 1887. Plantaciones especialmente de maíz, plátano, yuca, arracacha, sagú, algunos árboles frutales y de caña eran notorias. En cuanto a la cría de ganado [caballar, mular, vacuno y porcino] su uso tenía dos finalidades: como forma de transporte para comerciar con las poblaciones vecinas y al interior de la fracción y como producto de consumo en la dieta, caso típico para los porcinos como es señalado en mayo 12 de 1872. Para ese día, se solicitó una res y 15 cerdos para el consumo en la fracción .

Esa dependencia de los productos agrícolas como principal renglón económico fue problemática. La vulnerabilidad frente a desastres naturales como sequías y plagas quedó demostrada tanto en 1884 y 1896 con las pérdidas ocasionadas por la plaga de langostas. Si bien los destrozos a los cultivos de la langosta no eran nuevos y desde los tiempos coloniales cíclicamente atacaba, esos dos años los efectos fueron aún mayores. Según lo anotaban las autoridades del Estado Soberano de Antioquia en el primer caso, la plaga de langosta germinaba de manera alarmante en todo el distrito de Itagüí. Por tanto, insistían en aplicar los correctivos necesarios para destruir el insecto con la ayuda de los vecinos y evitar el hambre de la población . En el segundo, se daba cuenta de la total destrucción completa de los cultivos de maíz en Prado. Según testimonio de la época dado por Julio Viana solicitando ayuda, afirma

“[…] actualmente nace el pollo y en proporciones tan considerables, que nos tiene alarmado a todos: las arboledas están cubiertas de ese animal, las sabanas están vestidas con el color del insecto, por que este las cubre completamente. La ruina, la miseria, el hambre, la muerte surge instintivamente a la vista de las masas que forma el animal. Si el gobierno del departamento nos diera alguna suma para

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ayudar a tanto pobre a matar el pollo, nuestro agradecimiento sería ilimitado”

De acuerdo con la gráfica No. 2, después de la agricultura, se distinguía como reglones importantes el comercio, la arriería y la artesanía [la categoría sin oficio refiere a los niños menores de 8 años]. Pese a que éste censo sólo contó una porción del territorio actual de Prado [un total de 246 habitantes], ilustra el impacto de comercio y la arriería. Al comercio se dedicaban mayormente las mujeres, unas 15 comparadas con 8 hombres. Eran comerciantes femeninas, entre otras, Concepción, Mercedes y Balbaneda Restrepo; Concepción y Balbaneda Betancur; María y Liboria Saldarriaga; y Ana María y María Jesús Cortés. En cuanto a los hombres, algunos de los comerciantes eran Fernando, Augusto y Abelardo Betancur; Juan Bautista y Jesús María Vásquez, y Pedro María Cortés. Por su parte la arriería la ejercían nueve personas: Baltazar y Marco Antonio Gil; Hermengildo y Faustino Escobar; Faustino Montoya, Pedro María Martínez, Cortés Marco Antonio, José María Puerta y Gabriel Noriega. Finalmente la artesanía ocupaba mayoritariamente a seis mujeres y tres hombres: Petronia y Reinaldo Betancur, Abelina Agudelo, Genoveba Vásquez, Francisco Palacio, María Inés Vélez, Raimunda Rodas, Romualdo Cuartas y María Josefa Arango . En el ramo de la artesanía se ubicaba también un pequeño tejar a orillas de la quebrada Doña María ya en funcionamiento en 1873 .Junto con la agricultura, la arriería, el comercio y la artesanía figuraban en la fracción otras actividades. Continuando con la antigua vocación minera del periodo colonial, en la segunda mitad del siglo XIX la explotación aurífera siguió siendo un renglón importante. El denuncio de minas de oro, principalmente de veta, tuvo dos momentos. Hasta la década de 1880, sólo se efectuó un denuncio por parte de Javier Arango en 1854 en la zona del Astillero.

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En adelante, y hasta 1895, hubo un periodo de auge minero. Zonas periféricas del territorio como el mismo Astillero, El Barcino, la quebrada Doña María y Quebrada Larga, La Loma del Encanto y El Romeral, y otras zonas más cercanas como Las Despensas y El Tigre, fueron de especial interés para los denunciantes. En general, la explotación fue de pequeña escala y en ella fueron constantes las creaciones de sociedades con pocos miembros para la inversión de capitales y la repartición de las ganancias. Los terrenos denunciados y entregados para la explotación diferían en tamaño, pero se privilegió las medianas propiedades. De aproximadamente 20 denuncios de minas, sobresalió como minero Aureliano Orta con varios denuncios en El Barcino, El Encanto, Quebrada Larga y Doña María

Un denuncio de mina iniciaba con una petición del interesado ante las autoridades locales anunciando el hallazgo y solicitando le sea otorgado el derecho a la explotación, definiendo el lugar exacto de la mina y los linderos que requiere para extraer el mineral. Se procedía después, siempre respetando el Código de Minas, a la publicación del denuncio para averiguar por la propiedad donde está el hallazgo y si existen otros interesados o dueños de la mina. Un caso tipo que ejemplifica cómo se desarrollaba el proceso de denuncia es el Pedro María González, vecino de Medellín, quien en octubre de 1883 manifestó que en el punto denominado Montañita descubrió una mina de oro de veta nueva. Denuncia este hallazgo a su nombre y el de Luís María Pérez, y por límites le señala

“Del paraje denominado la Montañita lindando con la mina de este nombre de propiedad de Benito Zuleta, Manuel Betancur y otros, de allí por la quebrada nombrada despensas con dirección al punto nombrado Potreritos y de allí hasta la quebrada Manguala”

Para darle posesión a los denunciantes, se fijó un cartel por tres semanas en un lugar público del

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distrito de Itagüí, y al momento de expedir el título, le fue entregada la explotación a ocho personas al dividirse la mina en 24 acciones. Así, para Pedro María Gonzáles P. siete acciones, para Celestino Echeverri también con siete acciones, a Luís María Pérez cuatro, Zoilo Vásquez U. con dos, Eugenio Parra con Dos acciones y con una acción cada uno los señores Pedro Peñalosa y Pedro Ortiz.

E l m a y o r d i n a m i s m o e c o n ó m i c o experimentado por Prado en la segunda mitad del siglo XIX afectó positivamente la red de caminos del territorio y posibilitó un mayor recaudo fiscal. En el primer aspecto, al antiguo camino Valle de Aburrá - Prado - Heliconia constantemente reparado en 1871, 1872 y 1893, se le agregaron otros. Se mencionaban los de Prado – El Tigre en 1856 , La Estrella – Prado en 1871 , Prado – La Doña María y Prado – La Manguala, en reparaciones durante 1900 . Asimismo en materia de vías de

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Fuente: AHA. Fondo Minas de Antioquia, tomo 3,

denuncio Nº 1153. Año 1825. folio 255 R. El PárrocoGabriel Rodríguez y Antonio Molina denuncian una mina

de veta en la quebrada Doña María Arriba

27AAI. Fondo: Alcaldía Varios. Tomo: 1873, “Sumario de Policía” (Folios 1-24)28AHA. Fondo Minas de Antioquia. Tomo 69, Denuncio Nº 4891, año de 1884.

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29AHA. Fondo Prefecturas, Tomo 1746, Documento 1 “Oficios de los Cabildos Parroquiales para el gobernador”, folio 754-755. Año 185630AAI. Fondo Alcaldía Varios. 4 de octubre de 1871, “Solicitud del cabildo de La Estrella para designar la vía por donde se debe abrir el camino que comunique a este municipio con Prado”. 31AAI. Fondo Alcaldía Varios. 29 de septiembre de 1900, “Cuadro de los trabajadores que han servido en la construcción de un camino en La Manguala”. 32AAI. Fondo Alcaldía Varios. 27 de diciembre de 1901.33AAI. Fondo Alcaldía varios, tomo 1897, “Inspección 1897”

comunicación, se hizo la apertura de las calles del casco urbano de la población, no sin efectuarse diversos conflictos. Ejemplo de los conflictos de este tipo fue el de Benjamín Betancur en 1901, quien compró un terreno en Prado a Abelardo Betancur por donde debían pasar dos calles. Sin embargo, en el momento en el cual Eloy Escobar decidió hacer la apertura de las vías, se opuso. Como resultado, fue obligado a permitir el trazado de las vías y multado con 500 pesos . Problemáticas además fueron las reparaciones a la calle principal de la fracción, medianamente empedrada en 1897, pues los propietarios de las casas vecinas a las vías sólo empedraban las entradas de sus viviendas. Por

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Denuncios de minas de oro en el territorio de Prado, 1854 – 1895

Lugar y tipo de mina Denunciante En Astillero, mina de veta Javier Arango En Mont añita [quebrada Candela], mina de veta de oro y plata Manuel Betancur Uribe

En Montañita, mina de veta Pedro María González En la quebrada Doña María, mina de aluvión Ángel María Montoya En El Barcino, mina de veta Aureliano Orta En Loma El Encanto, mina de veta Aureliano Orta En El Barcino, entre Quebrada Larga – Doña María, de veta Aureliano Orta En El Romeral, de plata aurífera José Fernando Rivera En Las Despensas, de veta José Fernando Rivera En El Tigre, veta de oro y plata Crisóstomo Soto En Las Despensas, de veta Marcelino Hernández Uribe

En Doña María, de veta Marcelino Hernández Uribe En Astillero, de veta Francisco Gutiérrez

En Doña María, de veta de oro y plata Manuel Cruz Torres En Quebrada Larga, de veta abandonada Aureliano Orta En Potrerito, de veta Juan Crisóstomo Soto

TABLA Nº 2

Fecha 1854 1882

1883 1886 1889 1889 1890 1892 1892 1892 1892 1893 1893 1893 1895 1895

tal motivo, el Inspector de Prado, Belisario Betancur, buscó fueran amonestados y obligados a mejorar toda la vía .

En cuanto al sostenimiento de los caminos, fue notorio el cobro principalmente a la población masculina de jornales para su apertura y mantenimiento, tanto para los de primera, segunda y tercera clase. De las diferentes listas de contribuyentes, para 1854 se contabilizaban en el sitio de Prado 252 personas, principalmente de apellido Betancur, Arango, Espinoza, Garcés, Gil, Gómez, Hurtado, Escobar, Montoya y Restrepo . Para 1870 el número de contribuyentes aumentó a 434 hombres grabados con uno, dos o tres jornales

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Fuente: AHA. Fondos Minas de Antioquia, años 1854 - 1895 y AAI. Fondo AlcaldíaxVarios, “ Copia de Avisos de Minas”, varios años.

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o con varios pesos. Así, los mayores contribuyentes fueron con seis pesos cada uno Juan Nepomuceno Espinoza, Indalecio Garcés, el Presbítero José Ignacio Montoya, Julián Restrepo, José Domingo Robledo y Juan Francisco Vélez. La distribución geográfica de los contribuyentes para ese año fue 308 en el primer partido y los restantes 126 en el segundo .

El cobro de contribuciones para otras obras públicas, como la construcción de la Iglesia de Itagüí en 1855 con 413 contribuyentes pradeños distribuidos en seis categorías , hicieron parte del recudo fiscal. Además, durante el funcionamiento del Estado Soberano de Antioquia las autoridades emprendieron diversas medidas para la inspección en el pago de contribuciones. Con tal propósito, por mencionar un caso, en 1884 se hizo una evaluación de propietarios en tierras y semovientes en su haber. La Evaluación dividió el territorio actual de Prado por sectores: Buga, Llano Grande y la parte del centro [del nacimiento de la quebrada Manguala abajo, hasta su desembocadura en la Doña María, Doña María arriba hasta un último paso en el camino que gira para Heliconia, y luego por todo el camino hasta el alto de la ceja, siguiendo por este alto a buscar el límite con el Distrito de Amagá y de allí a buscar el nacimiento de la Manguala primer lindero]. La mayor parte de los propietarios, unos 181 se encontraban en el centro, otros 61 en Buga y finalmente 79 en Llano Grande. La mayor concentración de la riqueza se daba en Buga con propietarios como Indalecio Garcés con 8.080 pesos, Salvador Mejía con 2.840, Francisco Escobar con 2.240 y Cesáreo Escobar con 2.000 pesos. Le sigue en importancia el centro con propietarios como Manuel Betancur con 2.989,50 pesos, Cristóbal Betancur con 2.304,25 y María de los Santos Gutiérrez con 1673,30. Los restantes propietarios disponían de un capital inferior a los

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1.000 pesos .

La inspección en el recaudo fiscal motivó en 1874 la creación del cargo de recaudador auxiliar en la fracción de Prado . Pero especialmente propició la persecución a los evasores de las contribuciones. Dos sumarios de policía ejemplifican este tema. En 1870 se adelantó un proceso contra los señores Evaristo Mejía, Rafael Toro, Pedro Agudelo y Ángel María Acosta por considerarse que estaban defraudando las rentas de degüello en los lugares El Salado y “Cuchillas de Prado”. En las indagaciones, la mayoría de los testigos [todos casados y vecinos del distrito] afirmaron no saber de estos casos, y algunos apuntan que los señores Evaristo Mejía y Pedro Agudelo [casado, negociante y agricultor] han repartido carne de cerdo, pero no sabían si han defraudado la renta . El otro sumario refiere a delitos contra la renta de licores. En 1884 fue inspeccionada la casa de habitación de Elenteria Quiroz, casada y negociante, con el objeto que exhibiera el licor que tenía y la guía respectiva para poderlo dar al consumo. Al presentar una pequeña cantidad de aguardiente de anís se juzgó que era contrabando por su sabor y olor. Por tanto, se hizo examinar de peritos quienes confirmaron el hecho y se le acusó de contrabando y fraude a la renta de licores. En su defensa, Elenteria dijo tener permiso de su marido para vender licores destilados en el estanquillo que tiene en su casa . Adicionalmente, se reportó en 1891 que Caledonio Montoya, propietario de un estanquillo en Prado, estaba introduciendo licores de contrabando, por lo cual se le decomisaron varias botellas .

LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACIÓN BÁSICA EN LA FRACCIÓN DE PRADO

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34AAI. Fondo: Alcaldía Varios. Tomo: 1854, “Libro de cargo de las cuentas de caminos de la parroquia de Itagüí en el año de 1854” 35AAI. Fondo: Alcaldía Varios. Tomo: 1870, “Libro de cargo de las cuentas de contribución de caminos de Itagüí en el año de 1870” 36AAI. Fondo Alcaldía Varios, Tomo 1855, “Contribuyentes para la construcción de la Iglesia”, 1855.37AAI. Fondo: Alcaldía Varios. Tomo: 1884, “Contribución por lugares Prado” 38AAI. Fondo Alcaldía Varios. “Acuerdos Municipales”, 15 de abril de 1874.39AAI. Fondo Alcaldía Varios, enero 9 de 1870. 40AAI. Fondo Alcaldía Varios, “Sumario”, 15 de diciembre de 1884.

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Durante el siglo XIX la educación fue un tema de gran preocupación para los gobiernos. Desde la separación de la metrópoli española, diversas medidas reformistas fueron emitidas para impulsar un modelo de educación laica y moderna, lo cual condujo a una oposición directa de una institución heredada de la colonia, la Iglesia, y de paso, a contrareformas. Expresiones de los esfuerzos por establecer un tipo de educación que posibilitara el progreso económico e instruyera al pueblo a fin de mejorar los niveles de alfabetización se dieron durante las reformas del General Francisco de Paula Santander en la década de 1820. En esa oportunidad, se ordenó fundar escuelas en las ciudades, villas y lugares con bienes propios, y en parroquias con más de 30 vecinos blancos y pueblos de indios. Otras tantas medidas posteriores se dieron para promover la enseñanza en colegios, universidades y, a principios de la década de 1840, para impulsar la instrucción en “ciencias útiles” o ciencias exactas en reemplazo de los estudios tradicionales de teología, derecho y medicina, tal como lo buscara el Ministro del Interior Mariano Ospina Rodríguez.

Aunque la tensión sobre el modelo de educación aplicable en el país fue un asunto divisorio para sectores de la sociedad y entre los partidos políticos Liberal y Conservador, el periodo de mayo r po lém ica y deba te comenzó conjuntamente con la fundación de las primeras escuelas en la fracción de Prado durante la década de 1870. La reforma educativa era uno de los pilares del programa del liberalismo radical en el poder para conquistar la “civilización”, y con ella se intentaba promover una enseñanza primaria gratuita, religiosamente neutral y ob l i ga to r i a pa ra ambos sexos , una profesionalización del maestro y una dotación de adecuados espacios físicos de enseñanza. Los cambios introducidos al sistema educativo, la formulación de una concepción pedagógica coherente con el desarrollo de las ciencias y con la concepción política de los fines del Estado, fue

mot ivo de enf rentamiento con sus contradictores. A la reforma se le culpaba de afectar profundamente la tradición nacional y estuvo atacada por jerarcas de la Iglesia dadas las mayores libertades de enseñanza y el menguado papel en que se dejaba a la instrucción en materias religiosas. También se le culpaba de haberse constituido en uno de los motivos de la guerra civil de 1876.

Las reformas de los liberales en materia educativa y el ahínco para expandir la alfabetización en todo el territorio nacional como una medida más allá del interés de los Estados soberanos, dio lugar a la apertura de escuelas en el distrito de Itagüí, incluida la fracción de Prado. De 1870 data la primera lista de estudiantes de Prado, y no es de extrañar que esta época se conmemore al llamar a una de las escuelas más antiguas con el nombre del presidente liberal de entonces, Manuel María Mallarino. La lista da cuenta de estudiantes de edades entre los 6 y los 16 años, y se envió a las autoridades de Itagüí para la correspondiente inspección de la educación con el concerniente número de faltas por estudiante. Proporcionalmente, el mayor número de estudiantes es de apellido Betancur, unos 35 de 115 niños. Le siguen en importancia los apellidos Mesa con once estudiantes; el Ortiz con ocho, siete el Montoya y cinco el Mejía .

Las medidas que en materia educativa emitieron los gobiernos tanto nacional como el de Antioquia fueron de diverso tipo. En primera instancia, la reglamentación de los contenidos de la instrucción infantil no fue un asunto tardío. Mucho antes de la apertura de las escuelas de Prado, ya la Ordenanza No. 44 de 1856 , sob re I ns t rucc ión P r ima r i a , reglamentaba el tipo de materias para la enseñanza. Según la Ordenanza, la instrucción primaria en las escuelas de ambos sexos comprendía la lectura, la escritura, moral y doctrina cristianas, urbanidad, principios fundamentales de aritmética, gramática, ortografía castellana y los

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41AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1891. Tomo 5024. F. 54742AAI. Fondo Alcaldía Varios, “Lista de estudiantes escuela de Prado”, 1870, S.F.

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principios fundamentales del gobierno político de la República y del municipal de la Provincia. Menciona esta disposición una dedicación diaria al estudio de tres horas en la mañana y tres en la tarde, excepto los fines de semana. A más de múltiples recomendaciones pedagógicas sobre estímulos y sanciones a los escolares, menciona el tipo de exámenes y la inspección que se debía efectuar sobre el funcionamiento de las escuelas de parte del Gobernador, los Alcaldes y los Concejales .

Acerca del funcionamiento de las escuelas elementales en Prado, en el periodo comprendido entre 1870 y 1903 se hace mención a tres establecimientos. En la cabecera operaban dos de ellos, uno para niñas y otro para niños, y el restante, ya a finales del siglo XIX, en el sector de La Limona. Por las referencias documentales conservadas, ya en 1878 están en servicio los dos primeras, ambas en casa de teja arrendada en regulares condiciones. La de niños estaba bajo la dirección de Waldino Díez con 68 matriculados de edades entre 7 y 15 años; la de niñas era dirigida por Mercedes Cuervo y tenía 95 estudiantes . En cuanto a la del Limonar, en 1897 apareció con 49 niñas y 31 niños a cargo de la directora María Antonia Alzate . A las estudiantes se les enseñaban además de los temas tradicionales otras actividades para la vida cotidiana como la costura, y tanto ellas como los niños eran sometidos periódicamente a exámenes públicos. Así, en 1875 se realizaron pruebas en lectura, escritura, aritmética, doctrina cristiana y urbanidad a los niños. Fueron premiados con libros propios para la enseñanza moral, entre otros, los alumnos Nacianceno González, Esmaragdo Escobar, David Saldarriaga, Rosendo Mesa, Rubén Montoya, Agustín Puerta, Pedro María Arango, Juan de D. Montoya, Juan de D. Meza, Daniel Betancur Arango, Lázaro María Toro, Marco Antonio Betancur, Néstor Betancur, Ángel María Betancur, José María Montoya, José María

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Acosta, Epitafio, Fabriciano, Pío Quinto, Ismael, Rafael y Belisario Betancur. El Curador de la Enseñanza decía sobre el éxito de los exámenes en su informe que a pesar de su corta edad, los niños de esta escuela, reflejaban grandes progresos en su educación, además que el director era un buen institutor, honrado y consagrado, pero con carencias en su método de enseñanza para algunas ramas .

La financiación de la educación fue de dos tipos: directa e indirecta. La primera fue registrada en 1870 con la contribución de 210 vecinos para costear una escuela, entregando entre medio y ocho pesos por persona. Los mayores contribuyentes en esa ocasión fueron Indalecio Garcés con ocho pesos, José D. Robledo con ocho pesos, Juliana Restrepo con seis y Manuel Arango, Antonio Acosta E., Joaquín Betancur V., Juan Nepomuceno Espinoza, Joaquín María Gaviria y Juan Francisco Vélez con cinco pesos cada uno . En ese mismo año, la escuela recibió por donación de Manuel Betancur Uribe, entre otros elementos, cuadro sinóptico de la lengua castellana de los Estados Unidos de Colombia y del Estado de Antioquia, una docena cuadernos, cuatro ejemplares de cartilla, un tratado de cálculo por Porse Martínez, dos ejemplares del cuaderno de Gómez para corregir palabras y frases mal usadas y una docena libros del catecismo del Padre Astete corregida por el Arzobispo Mosquera. Además, Manuel entregó tres ejemplares de aritmética corregida por Arroyo, y tres de gramática castellana por J.V. González, un libro de ortología y ortografía castellana por Marroquín, edición de 1869; media docena de Urbanidad por Carreño, ocho pizarras de piedra, treinta lápices de pizarra, diez encabadores para estos y media caja de plumas de acero, y un mapa por Greiff del Estado de Antioquia .

En cuanto a la financiación indirecta, ella

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43Constitución y Ordenanzas Municipales de Medellín. Ordenanza No. 44 de 1856 Sobre Instrucción Primaria. Medellín, Imprenta Lince, S.F44AHA. Fondo Documentos, Tomo 2222, Documento 1 “Cuadros de notas, listas y oficios de la Inspección General de Instrucción Pública”, Año, 1878. F. 29 - 3345AAI. Fondo: Alcaldía varios, tomo 1897, “Libro de matriculas de niñas para el año 1897, escuela alternada de Limonar”.46AHA. Fondo Documentos, Tomo 2067, Documento 2 “Oficios del prefecto del Departamento del Centro”, Año 1875. F. 264. 47AAI. Fondo Alcaldía Varios, “Lista de contribuyentes a escuela de Prado”, 1870, S.F.

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Portada Catecismo de la Doctrina Cristianadel Padre Gaspar Astete. Bogotá, 1845

Portada Manual de Urbanidad y Buenas Manera Manuel Antonio Carreño. París, 1880

provenía de recursos destinados por el Distrito de Itagüí para el pago de los maestros, el alquiler de las casas para los locales de las escuelas, la entrega de decretos sobre ley general de estudios y la adquisición de nuevo material didáctico [en 1873 cuatro ejemplares de tablas para aprender a contar, dos ejemplares del sistema de enseñanza objetiva, un ejemplar de gramática general por don Pedro D., y cuatro ejemplares de geología] .

La apertura y funcionamiento de las escuelas encerraba un fuerte significado. Aunque en sí misma la educación fue entendida como un elemento de progreso, también fue fuertemente valorada por los habitantes de Prado. Peticiones para el mejoramiento de locales y sueldos de maestros fue una práctica recurrente. Motivo de interés era la puesta en práctica de nuevos modelos de educación, caso puntual del sistema

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de enseñanza silenciosa implementado en 1876, como lo comentaba la directora de la Escuela pública de niñas, señora Josefa María Escobar. Ese método era herramienta útil, pero poco práctica porque al parecer las niñas eran peores que los niños y tenían costumbres groseras con poca sumisión, por lo que considera la directora necesario se dictaran castigos fuertes .

El impulso dado a la educación durante el periodo del liberalismo radical dio paso a contrarreformas de los siguientes gobiernos de la llamada Regeneración. En 1886, producto de la guerra civil de 1885, fue emitida una nueva constitución política centralista que le restaba completa autonomía a los antiguos Estados soberanos y reforzaba los vínculos con la Iglesia Católica. En adelante, esta organización

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48AAI. Fondo Alcaldía Varios, 27 de octubre de 1870, S.F.49 AAI. Fondo. Alcaldía Varios. Tomo: 1873, “Inventario de los útiles y textos de la Escuela Pública de Niños de la Fracción Prado” 50AHA. Fondo Documentos, Tomo 2067, Documento 2 “Oficios del prefecto del Departamento del Centro”, F. 384.

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religiosa tuvo un mayor control de los temas de enseñanza y el manejó la inspección de textos escolares para revisar su concordancia con los principios cristianos. Los efectos de la hegemonía conservadora en el poder, a parte de las dos guerras civiles contra los liberales en 1895 y 1899 – 1902, fueron el fortalecimiento de valores hispánicos y un mayor control social y de las costumbres, aspectos estos muy visibles en Prado donde tuvo mucho peso la jerarquía eclesiástica.

RELACIONES POLÍTICAS Y GUERRAS CIVILES

Finalizado el proceso independentista respecto del gobierno español, inició en la mayor parte de los territorios americanos un nuevo orden social y político. Para inicios de la década de 1820 el autogobierno, distintos mecanismos de participación en las decisiones políticas y la construcción un Estado soberano fundamentado en un sistema jurídico nuevo, caracterizaron la naciente república. Aunque se conservaron muchos elementos de la tradición hispánica, en el pasado quedaba la subordinación a la autoridad del Rey, la segregación entre criollos y peninsulares, las limitaciones en las relaciones internacionales y muchas de las restricciones económicas. Con el nuevo orden además se dio origen a fuertes disputas entre los centros de poder de las viejas provincias coloniales por imponerse unos a otros y, muy especialmente, a múltiples debates y decisiones sobre temas como el papel de la Iglesia Católica, quienes podían elegir y ser elegidos para los cargos políticos [ciudadanos], el centralismo o el federalismo, la viabilidad de la esclavitud y de los estancos de aguardiente y tabaco. Resultados de los cambios introducidos por el nuevo orden político y social fueron la puesta en marcha de los partidos políticos Liberal y Conservador, y de Estados Federales con un sistema colegiado independiente, un presidente y una legislación

particular desde mediados de la década de 1850 hasta 1886.

Aunque los efectos de nuevo orden político y social fueron de impacto variado en todo el territorio colombiano, según los escasos vestigios históricos conservados para la fracción de Prado, dos fueron significativos. A parte del interés en el autogobierno local al pretender la erección de la fracción en municipio, sobresalió primero la participación política de los ciudadanos de Prado en la elección de representantes a los cargos públicos y, segundo, los efectos indirectos de las guerras civiles. En el primer aspecto, desde 1855 se empezaron a reportar electores en la fracción para las votaciones. En ese año, en Prado figuraron 294 hombres ciudadanos, 221 de los cuales sin saber leer y escribir y sólo 73 alfabetas. Se registran entre la mayor cantidad de ciudadanos aquellos de apellido Betancur, Agudelo, Castaño, Correa, Escobar, Garcés, Gómez, Mejía, Montoya, Ortiz, Restrepo y Velásquez . Pocos años después las listas de ciudadanos electores de Prado cambiaron la tendencia de alfabetismo. Así, en 1869 se registran 249 votantes, 142 sin saber leer y escribir, y 107 alfabetas . En cuanto a la distribución geográfica de los ciudadanos de Prado los datos más precisos son 1873. En esa fecha, de los 427 electores activos y dados de baja, la mayor parte se ubicaban en el centro, unos 179. Seguía en importancia el sitio denominado El Tigre con 86, Astillero con 64 y Yarumalito con 62. Finalmente, se reportaron 34 ciudadanos en Llano Grande y 2 en Montañita .

Los ciudadanos de Prado, numéricamente muy representativos en el contexto de Itagüí, en conjunto son sólo una parte de la población masculina mayor de 21 años privilegiada con la posibilidad de elegir y aspirar a cargos públicos. Inicialmente estos ciudadanos, según la constitución Nacional de 1853, podían votar directamente por Presidente y Vicepresidente de la República, Magistrados de la Corte

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51AAI. Fondo Alcaldía Varios, Tomo 1855. “Electores de Itagüí para el año 1855”52AAI. Fondo Alcaldía Varios, “Lista de votantes”, 1869.53AAI. Fondo Alcaldía Varios. Tomo año 1873. "Lista de votantes por lugar de residencia", 1873

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54“Constitución Política de la República de la Nueva Granda, 1853”. En: Restrepo Piedrahita, Carlos. Constituciones Políticas Nacionales de Colombia. Bogotá, Universidad Externado de Colombia - Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, 2003. Pág. 273 – 290. 55“Constitución Política de los Estados Unidos de Colombia, 1863”. Op. Cit. Pág. 345 - 38356“Constitución Política de la República de Colombia”. Op. Cit. Pág. 387 – 430.57Duque Escobar, Francisco. Historia del Departamento de Antioquia. Medellín, Imprenta Departamental, 1963, pág. 836 – 838.

Suprema de Justicia, Procurador General de la Nación, Gobernador de la Provincia, por Senador o Senadores y por Representante o Representantes de la respectiva provincia . Posteriormente con el funcionamiento de los Estados Soberanos, la elección del Presidente de la Unión no fue directa, y pasó a ser definida de la sumatoria del voto de cada Estado Soberano . Finalmente, en 1886 con la adopción del modelo centralista, los ciudadanos estuvieron facultados para votar directamente por Presidente de la República, Concejos Municipales y Diputados a las Asambleas Departamentales .

El segundo aspecto, las guerras civiles, reflejó sus efectos con el reclutamiento de hombres para combatir y en las contribuciones en dinero y especie para el desarrollo de las contiendas. En el contexto nacional hubo ocho grandes guerras civiles: la de 1839 – 1841 [de los Supremos o Conventos], la de 1851, la de 1854, la de 1859 – 1862 que acentúa el federalismo, la de 1876 – 1877 [de las Escuelas], la de 1884 – 1885 que da inicio al centralismo, la de 1895 y finalmente la de 1899 – 1902 [Guerra de los Mil Días]. Las guerras civiles del siglo XIX encerraron un fuerte contenido político y fueron la expresión bélica de las disputas de los partidos Liberal y Conservador por dominar los destinos del Estado. Las guerras polarizaron políticamente a la población y emergieron regiones con mayor tendencia a uno u otro partido. En el caso de Antioquia fue significativo una mayor cercanía al conservatismo como de comportamiento modelo social, pero con elementos de un liberalismo en materia económica. Asimismo, similar a como aconteció en Antioquia, Prado tuvo más afinidad con el partido Conservador. Este partido representaba una fundamental defensa de valores hispánicos, de la Iglesia, la tradición y el orden.

La participación de Prado en las guerras civiles

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del siglo XIX documentalmente se registró en dos ocasiones, pues en las restantes difícilmente se distinguía entre Itagüí y su fracción Prado. La primera fue mediante las contribuciones a guerra local de 1879, fecha muy posterior a la contienda de nacional de 1859 – 1862 que se desarrolló en parte en el territorio antioqueño. La contribución forzosa se hacía para defender al gobierno del presidente del Estado Soberano de Antioquia, el General Tomás Rengifo, liberal, de intentos para derrocarlo y poner en su lugar a otro liberal, el General Daniel Aldana, apoyado por los conservadores. Rengifo provenía del sur del país y había hecho carrera en los ejércitos del General Mosquera. La revuelta en su contra inició el 25 de enero y se extendió durante los meses siguiente. Para el 28 de enero hubo un combate contra las fuerzas revolucionarias en el Ancón del sur del Valle de Aburrá, sitio cercano a Prado, para luego continuar en el municipio de Caldas, y de allí al oriente antioqueño y el viejo Caldas hasta finalizar la disputa en marzo .

Para costear la guerra de 1879 en Prado se confiscaron algunos animales a varios propietarios para el remate, propietarios que manifestaron rebeldía para su entrega por estar en desacuerdo con el gobierno liberal de Rengifo. A los señores Simón, José, Ignacio y Aparicio Vélez se les tomaron cinco bueyes en total; a Lázaro Manuel Restrepo R. seis vacas, una de ellas parida, y dos bueyes; a Manuel Arango E. cuarenta y ocho reses de cría; a Manuel Betancur cuatro terneros, tres toretes, dos vacas paridas y una novillona; a Baltasar Montoya dos vacas con terneros, dos yeguas y un caballo; a José María Ruíz G. dos vacas sin cría; a Juan N. Ruíz dos vacas, una de ellas parida; y a Francisco Escobar E. tres vacas paridas y dos novillonas, una de ellas flaca. Asimismo, se hizo confiscación a Luís María Arango R. de una cama francesa, dos camas de columnas torneadas, una mesa grande con

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58AAI. Fondo Alcaldía Varios, 19 de febrero de 1879, folio 7-10.59AAI. Fondo Alcaldía Varios, 4 de abril de 1879, folio 12r.60AAI. Fondo Alcaldía Varios, 4 de abril de 1879, folio 12r.61AAI. Fondo Alcaldía Varios, 23 de junio de 1879, folio 16r.62AAI. Fondo Alcaldía Varios, 16 de julio de 190163AAI. Fondo Alcaldía Varis, 17 de agosto de 190164AAI. Fondo Alcaldía Varios, 29 de junio de 190065AAI. Fondo Alcaldía Varios, 4 de julio de 1900.66AAI. Fondo Alcaldía Varios. “Contribución a guerra, 1900”

cajones y otra mesa sin cajones por valor de 2.890 pesos . Así mismo, fueron embargadas varias casas. Primero, una de tapias cubierta de tejas con su solar, mejoras y muebles en ella existentes de propiedad del señor Abelardo Betancur cerca al camino de servidumbre que conducía a La Estrella avaluada en 146 pesos y cinco centavos . Segundo, otra de tapias cubierta de tejas, con su solar, mejoras e inmuebles lindando por el frente la calle o camino real que de Itagüí conducía al distrito de Heliconia. Y tercero, una casa de tapias cubierta de tejas, con su solar, mejoras e inmuebles de propiedad de Gregorio González con dieciséis cuadras de terreno poco más o menos y sus anexidades, lindando por el pie con la calle que giraba para Heliconia . Este predio fue avaluado por dos mil doscientos cuarenta pesos .

Similar a la guerra de 1879 fueron los efectos de la guerra de Los Mil Días, 1899 - 1902. Pese a no haber sido luchada en el territorio de Antioquia, la guerra ocasionó un periodo de inestabilidad social y condujo a las autoridades de Itagüí a efectuar un fuerte control de cualquier brote de resistencia liberal y para el reclutamiento. Así por ejemplo, Ezequiel Montoya fue retenido en julio de 1901 por encontrarse con un grupo de hombres gritando vivías al partido Liberal cuando estaba de regreso a su casa en Prado . Esa supervisión de las autoridades se debía en parte a los brotes de liberales que tenían un corredor entre el municipio de Caldas y el de Heliconia y se dedicaban a sabotear las líneas de telégrafo, a destruir oficinas en los pueblos y en cualquier momento a levantarse y reunir cuadrillas en contra del gobierno departamental en Itagüí . Los casos de reclutamiento forzoso de hombres para la guerra eran caracterizados por la inspección de domicilios. En algunas ocasiones,

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como a mediados de 1900 tenía buenos resultados. En esa oportunidad, fue apresado Emiliano Arango en su casa de Prado, pues no estaba amparado en el Decreto No. 1928 que excluía combatientes . Asimismo, el control se hacía para evitar interrupciones al tránsito de armas para los conservadores efectuadas por las fuerzas liberales. Un ejemplo de ello lo dio Germán Pérez, persona conocida como conservador patriota, quien fue protegido por las autoridades para traer las armas a Prado, cuya transporte fue contratado por ochenta centavos . Finalmente, semejante a la guerra de 1879, hubo contribución forzosa para la contienda. En 1900 a hombres con capital superior a 2.000 pesos se les gravaron con cuotas. Aportaron dinero en esta ocasión, entre otros, Manuel, Salvador e Ignacio Mejía, Francisco Amaya, Agustín Sánchez y Valentín Salazar .

DELITOS Y CONTROL DEL ORDEN PÚBLICO

En términos sociales la población de Prado durante la segunda mitad del siglo XIX fue en esencia conservadora y con fuerte apego a las tradiciones católicas, fundamentalmente tras la erección de una parroquia independiente en la década de 1880. Estos aspectos son corroborados por el bajo número de hijos por fuera del matrimonio católico, sólo 73 de 1.848 bautizados en entre 1887 – 1903. También reafirma esta situación el número de matrimonios de igual periodo, unos 213, muchos de los cuales entre Betancures entre sí y Betancures con Escobares. Obedecer las normas cristianas, asistir a las celebraciones religiosas y respetar la ley fueron asuntos cotidianos. No obstante, al tratarse de un territorio de tránsito comercial hacia el occidente de Antioquia y de otros fenómenos como la disputa entre los partidos políticos y los pleitos entre vecinos, fue necesario efectuar un control del orden público de parte de las autoridades de Itagüí con la creación de una

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inspectoría en la fracción hacia la década de 1870. Constantemente esta oficina atendía riñas entre propietarios de fincas, robos, juegos prohibidos, vagancia, las relaciones ilícitas y evasiones al pago de los impuestos.

Fundamentalmente el tema de la delincuencia y el control del orden público enfatizaron en asuntos propios de una sociedad básicamente agraria como litigios relacionados con la propiedad: por tenencia de animales, por el uso de caminos de servidumbre, por el robo de ganado, por la invasión de predios y por la tala de maderas en fincas ajenas. De los sesenta y seis negocios conservados de la Inspectoría de Prado para el periodo de 1870 y 1903, veintiséis se refieren a estas problemáticas. Un buen ejemplo de litigios de este tipo se dio el 22 de enero de 1873 cuando se inició sumario para averiguar el robo de una vaca parida y dando leche de color blanco mezclilla propiedad del señor Isidro Betancur. Según se anotaba en el expediente, hacía pocos días se había perdido la vaca de un potrero de propiedad de Diego Montoya, dejando el ternero sólo. Para esclarecer el hecho fueron llamados por testigos a los señores Bernardo Pulgarín, Pedro Nolasco Meza, Custodio González, Manuel Antonio González, Eleuterio González, Plácido Quintero y Cruz Cardona, mayores de edad, vecinos y labradores. El último de los testigos manifestó que Braulio Garcés estuvo ofreciendo la vaca en venta a varias personas, entre ellas, a Joaquín Betancur. Pese a los serios indicios del robo, la Inspectoría decidió archivar el caso .

Semejante a los pleitos relacionados con la propiedad, se encontraban los casos de riñas e insultos entre vecinos por diferentes motivos. Con mucha frecuencia se reportaban ataques verbales y físicos en la Inspectoría y se conminaba a los responsables, luego de un breve sumario, al pago de conminaciones para resarcir

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los daños o las ofensas y esencialmente para evitar volver a cometer el hecho. Riñas como las de Luís María Restrepo y Braulio Cortés en 1873 y la de Manuel Cuartas y Macario Bedoya ese mismo año recibieron tal tratamiento . En otras oportunidades los hechos llegaban al derramamiento de sangre. Por heridas estuvo detenido en 1872, por citar uno de los sumarios, Nasario Restrepo . Cuando la disputa llegaba a este punto, había prisión por un tiempo diferente dependiendo la gravedad de los hechos.

A los asuntos relacionados con la propiedad y pleito entre vecinos le siguió en importancia la asidua persecución de los juegos prohibidos [de dados, monte y gallos]. Desde 1870 se iniciaron sumarios para castigar a las personas involucradas en este tipo de juegos, pues eran considerados una manera ilícita de lucrarse y afectaban las buenas costumbres. Además, junto con los juegos prohibidos se asociaban conductas negativas como el ocio, la embriaguez y la delincuencia. Los sectores favoritos para la práctica de estos juegos eran las zonas alejadas de la cabecera de la fracción como Yarumalito, El Salado y La Montañuela. Hasta 1894 se habían adelantado once sumarios para investigar y sancionar a los implicados en estos asuntos. La característica principal de estos casos era el gran número de personas involucradas, generalmente agr icul tores y arr ieros de di ferente procedencia: Heliconia, Ebéjico, La Estrella e Itagüí. Así, por ejemplo, en 1871 se siguió proceso por juegos prohibidos celebrados en las casas de Marcelino Moreno, Joaquín Escobar Muñoz, Dolores Muñoz, Gregorio González (catire) y Manuel Antonio González. Esta situación fue confirmada por los testigos, quienes permiten involucrar a 128 personas, tanto de Prado como de otros distritos. Al respecto, el inspector comentó que en este

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67AAI. Fondo: Alcaldía Varios. Tomo: 1873, “Sumario Para averiguar el hurto de una vaca de Isidro Betancur”.68AAI. Fondo: Alcaldía Varios. Tomo: 1873, “Sumario de Policía sobre riña entre Luis María Restrepo y Braulio Cortés” (folios 1) y A.A.I. Fondo: Alcaldía 69Varios. Tomo: 1873, “Sumario de Policía sobre riña entre Manuel Cuartas y Macario Bedoya” (folios 1-24).

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nuevo pueblo de Prado se habían desarrollado de poco tiempo acá los vicios. Allí se veía una multitud de pobres agricultores padres de familia con sus hijos jóvenes jugando dados y naipes. Además de mujeres que dejan los oficios domésticos por “entregarse a la ociosidad y perjuicio de la moral y las buenas costumbres”. Por tales razones, los varones serían condenados con la pena de trabajos en obras públicas y las mujeres a la pena de arresto .

En cuanto a las riñas de gallos especialmente llama la atención un caso registrado en 1893. En esa fecha se implicó por riñas de estos animales en el paraje de Yarumalito a Florentino Garcés, Antonio Sierra, Pedro Escobar, Pedro León Garcés, Juan Vélez (de la Estrella), Bacilio Villegas (de la Estrella), Pedro José Díaz (de Envigado), Isamel Salazar (de la Estrella), Juan Henao, Vicente Acosta, Atanasio Acosta, Agapito Velásquez, Miguel Escobar, Antonio Escobar, Cleto Mejía, Hilario Mejía, Celestino Muñoz, Crisanto Muñoz, José María Ochoa, Juan Mejía, Manuel Montoya, Rafael Díaz, Rafael Montoya. Luego de las averiguaciones con varios testigos que confirmaron los hechos, se encontraron culpables a los implicados y fueron sancionados. Ya con anterioridad las autoridades había visitado la zona con varios agentes de policía y hallaron en plena riña de gallos a un grupo de personas, decomisándoles los animales. Entre los implicados en esta oportunidad había apostadores de buen modo económico y otros pobres. Las riñas llevaban funcionando dos meses y se jugaba todos los sábados .

Unos últimos temas de interés para la Inspectoría fueron las conductas contrarias a lo socialmente aceptado como el amancebamiento o la prostitución, y el castigo de crímenes como el infanticidio. Por amancebamiento y prostitución fueron procesados en 1891 Magdalena Sánchez y su presunto amante Isaías Vásquez. Para evitar que se siguieran frecuentando y manteniendo relaciones ilícitas se le conminó a

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cada uno con la multa de 10 pesos . Sobre infanticidio se reportó un caso. En 1903 Belisario Betancur manifestó que en el sitio de Las Cuchillas había resultado preñada una joven soltera que poco tiempo después ya no lo estaba, dando lugar con ello a sospechas de infanticidio. Para dilucidar la queja, se realizó sumario contra la joven de nombre Felicidad Saldarriaga. Fueron llamados varios testigos y familiares de la implicada quienes explicaron que ella dio a luz una niña por nombre Ana Félix, bautizada en La Estrella. Se le había visto lavar pañales y amamantar a la infante, pero escondía a su hija para evitarle vergüenzas a su madre. Observando tales testimonios, las autoridades resolvieron en 1904 absolver a la acusada del delito .

Estas conductas delincuenciales y aquellas contrarias al orden público ocurridas en la fracción de Prado no fueron de corte general, sino esporádicas y eventuales. Muchas de ellas se solucionaron con conminaciones y multas para resarcir daños ocasionados o para establecer la paz entre los vecinos. Para atenderlas la Inspectoría funcionaba en una casa alquilada por el municipio de Itagüí en la cabecera de la fracción. La oficina estaba a cargo de un Inspector que constantemente se quejaba por la falta de códigos, por mal estado de los muebles y por la ausencia de cepo, coso y cárcel para los delincuentes. En el cargo figuraron, entre otros, Vicente Castaño en 1876, Ismael Betancur en 1890, Miguel Bonet en 1891 y Enrique Vásquez en 1897.

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70AAI. Fondo Alcaldía Varios. 18 de agosto de 1872, S.F.71AAI. Fondo Alcaldía varios, tomo 1893, “Sumario por juego de gallos”.72AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1891. Tomo 5024. F. 56 y AHA. Fondo Gobierno municipios – Itagüí. Año 1892. Tomo 5034. F. 49673AHJM. Fondo criminal, documento 9807, caja 443, 9 de septiembre de 1903, folio 1r. y AHJM. Fondo criminal, documento 9807, caja 443, 11 de marzo de 1904, folios

Cronología de eventos, 1855 - 1899

Fecha Evento en la fracción de Prado Evento en Colombia y Antioquia

1855 Primera lista de electores de la fracción. Reportados 413 electores

1856 Constitución Política del Estado Soberano de Antioquia. Inicio de la organizac ión federalista de Colombia

1869 Fundación del centro poblado principal con el nombre de San Antonio en la fracción de Prado

1870 Primera lista de estudiantes pradeños con 115 niños.

Impulso de la reforma educativa por los Liberales Radicales

1870 Comenzó a funcionar una Inspectoría para atender casos de orden público

1871 Decreto No. 11 “Fijando los límites de la fracción de Prado perteneciente al distrito de Itagüí”

1876 Inició la guerra civil de “las escuelas” que enfrento a los Conservadores y los liberales

1879 Contribuciones forzosas para la guerra en dinero, ganado e inmuebles

Guerra civil en Antioquia para derrocar al General Tomás Rengifo

1883 Decreto No. 450 que suprimió la fracción Prado del distrito de Itagüí

1885 Decreto No. 283 que restableció la fracción de Prado

Guerra civil que permitió el regreso del conservatismo al poder

1886 Se instauró el periodo de la Regeneración por el cual regresa el partido Conservador al poder y se proclamó una nueva constitución política

1887 Erección de la Parroquia independiente de Itagüí

Firma del Concordato entre el Estado Colombiano y la Iglesia Católica.

1889 Comenzó a funcionar el primer hospital de caridad con el nombre de San Rafael de Prado

1895 Guerra civil entre los Conservadores y los Liberales descontentos con el regreso al modelo político centralista

1896 La plaga de langosta acabó con los cultivos de la fracción Estalla la epidemia de viruela con el reporte de varios casos. En Prado funcionó un hospital para virulentos

1899 Contribuciones para la guerra y reclutamiento

Inició la Guerra de los Mil Días . La contienda enfrento los partidos Liberal y Conservador

TABLA Nº 3

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CAPÍTULO 4CAPÍTULO 4

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CAPÍTULO 4CAPÍTULO 4CAPÍTULO 4CAPÍTULO 4

Congregación de pradeños con motivo de una celebración religiosaArchivo personal de Alonso Betancur Cano, mediados del siglo XX

DE MUNICIPIO AUTÓNOMO A CORREGIMIENTO MEDELLÍN,

SAN ANTONIO DE PRADO

ENTRE 1903 - 1950

Luego de finalizar la Guerra de los Mil Días y del ingreso a un periodo de relativa estabilidad social y política en el país, la

fracción de Prado inició un breve periodo de esplendor. En 1903 se cumplía una de las más importantes aspiraciones de sus habitantes: la separación definitiva de Itagüí al conformar un municipio independiente. La posibilidad de un autogobierno con mayor participación de las decisiones políticas locales y de invertir los recursos fiscales recaudados en el territorio

realmente en necesidades de Prado, finalmente era posible. No obstante, durante 1909 en un polémico y confuso proceso, el nuevo municipio terminó absorbido por la ciudad de Medellín, de la cual pasó a ser p e r i f é r i c o , d e p e n d i e n t e y a i s l a d o geográficamente. Tras la anexión a la capital de Antioquia y hasta mediados del siglo XX, Prado se distinguió por una economía agraria y por su vinculación comercial con municipios del cercano occidente departamental. En mater ia socia l y pol í t ica, hubo un fortalecimiento del partido Conservador al transformarse en la fuerza hegemónica entre los habitantes y de la Iglesia Católica como institución central en la vida cotidiana, papel reforzado con la llegada de dos instituciones religiosas al corregimiento: Las Carmelitas Misioneras en 1934 y los Hermanos Cristianos

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en la década de 1940. Igualmente, en ese lapso temporal el corregimiento experimentó varias transformaciones con el arribo de elementos de la modernización: el fluido eléctrico, el teléfono, el acueducto público domiciliario, la adecuación de un nuevo hospital y otras obras de infraestructura vial.

ERECCIÓN DEL MUNICIPIO DE PRADO Y SU POSTERIOR INTEGRACIÓN A MEDELLÍN

Durante la segunda mitad del siglo XIX la creciente importancia de la fracción de Prado por el aumento de su población y por la diversidad de n e g o c i o s e c o n ó m i c o s , d i f i c u l t a b a completamente su control por las autoridades de Itagüí. No era suficiente la inspectoría para atender las necesidades de una comunidad en aumento, y por ello, ante la petición de los vecinos de Prado para segregarse, no se dio una oposición en el Concejo de este municipio. En los debates de 18 y 22 de junio de 1898, se mencionaba la conveniencia de la creación en distrito de la fracción Prado en atención a que dicho vecindario contaba con los recursos, población y territorio suficientes para llevar vida independiente. Para los concejales, los habitantes de Prado se distinguían por la armonía que reina entre ellos, su laboriosidad, su amor al progreso, el respeto al principio de autoridad y el “entusiasmo que se había apoderado de todos los vecinos del lugar para alcanzar el mayor de los beneficios a que pueden aspirar los pueblos, cual no era otro que poder resolver libremente sus elementos de progreso en todas sus manifestaciones, sin más limitación que aquellos indispensables para conservar la unidad de la Patria a que pertenecen” .

Según argumentaban los concejales de Itagüí, con la separación su municipio recibiría perjuicio, pues su territorio queda reducido a la mitad poco más o menos y su número de habitantes

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disminuido notablemente. Pero estos males se compensaban con el beneficio que recibirían parte considerable de sus hijos con una administración independiente, que haría sentir pronta y eficazmente la acción protectora y benéfica de la autoridad. La única preocupación se refería al tema limítrofe, sobre todo en la parte de La Limona, pues para Itagüí era importante desprenderse del territorio alejado de su cabecera para ser mejor atendido por otra entidad político – administrativa .

Por Ordenanza No. 2 de abril de 1903 fue creado el municipio de Prado tras cumplir con los requisitos de ley como suficiente territorio y población . Por l ímites la Asamblea Departamental asignó:

"Con I tagüí: del “Alto del Manzanillo", á buscar, en línea recta, los nacimientos del arroyo "Piedragorda"; éste abajo hasta su desembocadura en "Doñamaría"; ésta abajo, hasta el punto en que desemboca "La Limona”; ésta arriba hasta el camino público que de Prado conduce á La Estrella, y por este camino, hasta el paraje de la "Ferrería". Con La Estrella: del paraje de la "Ferrería", por la calle del mismo nombre, hasta la cordillera de "Romeral". Con Angelópolis: desde el paraje de "Romeral", por la cordillera del mismo nombre, hasta el “Alto de las Despensas”. Con Heliconia: del “Alto de las Despensas”, por la cordillera de este nombre, hasta el "Alto de las Cruces", y siguiendo la cordillera denominada de "Las Cruces", hasta el "Alto de Canoas". Con Ebéjico: del "Alto de Canoas", por la cordillera de este nombre, hasta el camino público que de Medellín conduce á Ebéjico. Con Medellín: del camino últimamente dicho, y por la misma cordillera, y la del "Manzanillo", hasta el "Alto del Manzanillo", primer lindero"

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1AAI. Fondo Alcaldía Varios, 18 y22 de junio de 1898.2Ibíd. 3AHA. Repertorio Oficial. Medellín, martes 7 de abril de 1903. Época 2ª.-Año V. Número 649. p. 4193.4Ibíd.

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La creación del nuevo municipio permitió la formación de una administración propia, representada en un Alcalde designado por el Gobernador del Departamento, un grupo de concejales electos por los ciudadanos de Prado y otra serie de oficinas y dependencias para la atención del recaudo fiscal, del manejo de los asuntos judiciales y de policía. Para 1904 ya figuraba en el Concejo Rafael Betancur J., P r e s i d e n t e ; J a c o b o M a r í a M e s a , Vicepresidente; y Luis Gutiérrez, Secretario; entre otros miembros como Manuel Betancur, José María Ortiz, Jacobo Mesa y Eulogio Escobar .

En cuanto al Alcalde, en 1906 Pedro Antonio Hurtado fue reemplazado por el señor Rafael Monsalve y luego éste por Raquel de J. Uribe. El último cambio de mandatario fue negativo. El rechazo de los vecinos a la salida de Pedro Antonio Hurtado se transformó en oposición muy marcada contra Raquel de J. Uribe, del cual hicieron constantes quejas sobre su actuación, moralidad y desempeño en el cargo. Según lo afirmaban el personero Matías Montoya, dicho Alcalde en vez de velar por la tranquilidad pública y por el respeto de las personas y sus propiedades, lo mismo que para el progreso material y moral, “ha descuidado sus deberes, negándose a dar protección a los ciudadanos”. Asimismo, “ha atropellado la ley, la constitución y ha coartando la libertad individual”. Muchas fueron las reconvenciones particulares hechas al señor Uribe para que se moderara y pudiera conservar su puesto, pero poco efecto tuvieron. S e t r a t a b a d e “ h o m b r e v i c i o s o ” , “constantemente entregado al uso de bebidas embriagantes”, motivos por los cuales algunos de los vecinos acudieron al señor Fiscal del Tribunal con la respectiva información sumaria para adelantar el proceso correspondiente por denegación de justicia y abuso de autoridad y otros cargos .

Para responder a las quejas de la comunidad se inició en el Juzgado de Prado el proceso de indagatoria sobre la veracidad de las acusaciones contra el Alcalde. Testificaron Ladino Escobar, Ángel María Escobar, Miguel M.

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Bonet, Manuel C. Cuartas, Vicente Escobar, Abelardo Betancur, Antonio Betancur, Rafael Penagos, entre otros. Los testimonios fueron contradictorios, y mientras para algunos pobladores el Alcalde oprimía a los pradeños con multas e impuestos, para otros era una persona ejemplar y progresista . Dados los problemas de gobernabilidad, el conflicto sólo finalizó con la remoción de Raquel de su cargo. Aunque momentáneamente la llegada de un nuevo funcionario a la Alcaldía aquietó la inestabilidad social, comenzó otro gran problema: la supresión inexorable del municipio de Prado.

Del conjunto de testimonios documentales sobre la eliminación del municipio de Prado se evidencia que su disolución se hizo por problemas fiscales. No fue el caso de falta de recursos con los cuales atender la administración del territorio, sino las presiones de propietarios no residentes en él para evadir el pago de impuestos. Mientras Prado hizo parte de Itagüí, el deficiente control en el recaudo había beneficiado a varios propietarios, pero al erigirse en municipio la situación cambió al emprenderse una campaña para el pago legal de las contribuciones. La solución de los propietarios fue insistir en anexar el territorio de Prado a otro municipio, y para lograrlo, como lo denunciaba en mayo 31 de 1906 el sacerdote de la parroquia presbítero Próspero María Merino, se recurrió al “soborno dando 50 pesos a muchos firmantes de la petición” y al engaño de los restantes. De acuerdo con lo dicho por el sacerdote, las peticiones de eliminación se presentaban apoyadas por el pueblo, pero no era cierto. Muchos de los interesados eran foráneos. Además, eliminar el municipio perjudicaba a sus habitantes y el adelanto material del territorio .

El último aspecto fue ratificado inicialmente por el Concejo de Medellín, a propósito del debate de eliminación y la petición de varios vecinos para que Prado se le anexara. En mayo de 1907 se comentaba el desacuerdo entre los Concejales para desaparecer un distrito que cuenta con más de 3.000

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5AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1904. Tomo 5010. F. 326AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5121. F. 34- 467Ibíd. 8AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5121. F. 30 - 32

habitantes, escuelas, casa consistorial y recursos . Posteriormente el Concejo de Medellín, tras haber pasado la petición de anexión para su estudio en una comisión especial, cambió de parecer y aprobó la integración de Prado .

Entre los intentos por evitar la eliminación del municipio, a parte de los efectuados por el sacerdote en sus cartas al Gobernador y al

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9AHM. Concejo, Comunicaciones, tomo 279, 14 de mayo de 1907, folio 527r-527v.10AHM. Concejo, Comunicaciones, tomo 279, 31 de mayo de 1907, folio 104r.11AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5125. F. 23 - 25

Presidente Rafael Reyes, estuvieron las gestiones realizadas por Pablo Castrillón, Alcalde de Prado durante 1907. Sobre el tema indicaba que eran pocas las rentas del municipio, pero las suficientemente productivas para cubrir sus gastos. El déficit de ese momento no era superior al de otros distritos y fácilmente se redimía . Durante el primer semestre de ese año entraron y salieron del Tesoro Municipal de Prado las siguientes sumas:

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Presupuesto municipio de Prado, primer semestre de 1907

Ingresos Cantidad

Rentas existentes en 1906, primer semestre 323.58 Por degüello de ganado menor 7256 Por derechos de tiendas 1675 Multas 1400 Coro 160 Registro de marcas 620 Sellos de pesas y medidas 10 Contribución directa 29106 Recargo 1213 Venta de bienes 80 Rifas 50 Debido cobrar 466.56 Instrucción pública 102

Suma total 42462.14

Gastos primer semestre de 1907

Cantidad

Departamento de Deuda Pública 9964 Departamento de Obras Públicas 3007 Departamento de Instrucción Pública 1180 Departamento de Gobierno 9230 Departamento del Interior 6260 Departamento de Hacienda 7800 Departamento de Justicia 3015

Total 40456

Fuente: AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5125. F. 24R – V.

TABLA Nº 4

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De las cifras precedentes se deduce haber entrado al tesoro la suma de 42.462 pesos con 14 centavos y salido la suma de 40.456, quedando en existencia para el segundo semestre la cantidad de 2006.14. Por tanto, el tesoro se hallaba a paz y salvo con todos sus ramos y contaba con entradas suficientes para sostenerse sin alcance de ninguna clase hasta 31 de diciembre más algún superavit, pues muchas de las cantidades asignadas en el presupuesto de rentas han dejado ya en estos seis meses algún rendimiento mayor al que se les fijó. Lo único que faltaba era oficina de telégrafo.

No obstante los intentos por evitar la anexión del territorio de Prado a otro municipio, por Decreto No. 10 de 5 de enero de 1909 del Presidente de la República fue suprimido el municipio de Prado . Esta decisión permitió a Medellín, mediante el Acuerdo No. 6 de 1909, incorporarse a Prado como una fracción . Con la medida Medellín asumió el pasivo de ochocientos pesos oro dejado por Prado para el pago del alquiler del local para las escuelas y sueldos del inspector, el secretario y los maestros. Los empleados del extinguido distrito, a saber, Juez Municipal, el Personero Municipal y el Tesorero de Rentas, pasaron a las oficinas respectivas de Medellín junto con los archivos de las oficinas. Asimismo, se prometió la instalación de un teléfono en la Inspección de Prado por valor de 100 pesos oro , promesa incumplida según quejas de la comunidad. Todavía para 1910, personas como el sacerdote Benjamín Aristizabal enviaban cartas al Secretario de Gobierno Departamental reclamando la injusticia de la eliminación del municipio de Prado por intereses exclusivos de algunos caciques locales y la negligencia de Medellín para hacer efectiva la instalación del teléfono .

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EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO, EPIDEMIA DE SARAMPIÓN Y

APERTURA DEL SEGUNDO HOSPITAL

Durante la primera mitad del siglo XX la población de Prado tuvo un aumento continúo, no obstante los problemas de alta mortalidad infantil debido a malas condiciones sanitarias. De acuerdo con lo expresado por el Alcalde Pablo Castrillón, durante 1907 en el territorio de Prado, de una circunferencia estimada de 5.330 hectáreas, habitan 3.100 personas, las cuales se ocupan en agricultura y arriería . Estos habitantes se distribuían en sitios como el centro poblado, Montañita, El Salado, Yarumalito, La Manguala, Pradito, La Doña María, Llano Grande, La Verde, Tinajas, El Barcino, La Loma, Paloblanco, Buga, El Astillero, Potreritos, San José, La Limona, Quebrada Larga, Las Cuchillas, Despensas y El Chuscal. Generalmente se trataba de familias numerosas ubicadas en pequeños y medianos predios en los sectores rurales o asentadas en la cabecera del corregimiento.

El crecimiento natural de la población dio como resultado un aumento en el número de habitantes, lo cual se reflejaba en las 3.767 personas estimadas para el año de 1930 y las

184.388 de 1937 . A ese aumento por crecimiento vegetativo se le sumó el constante flujo migratorio proveniente de municipios del occidente antioqueño como Armenia y Heliconia, en parte debido a fenómenos como las mejores condiciones económicas ofrecidas por Prado y, tardíamente, por los efectos de la Violencia política de mediados del siglo. Las familias recién asentadas llegaron principalmente a zonas periféricas del corregimiento como el Vergel .

Los principales factores negativos al crecimiento de la población, semejante a lo acontecido en el siglo XIX, provenían de los efectos de diversas

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12AHA. Diario Oficial, Bogotá, martes 12 de enero de 1909. Año XLV, doc. 144, pág. 37-38. 13 AHA. Gaceta Departamental. Medellín, viernes 26 de marzo de 1909. Época 1ª.-Año I. Número 27. p. 24614AHA. Gaceta Departamental. Medellín, viernes 26 de marzo de 1909. Época 1ª.-Año I. Número 27. p. 24615AHA. Fondo Gobierno municipios – Medellín. Año 1910. Tomo 5143. F. 8516AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5125. F. 23 - 2517AHA. Departamento de Antioquia. Boletín de Estadística. Medellín, Junio de 1930. Año VI, No. 27. Pág. 49.18Anuario Estadístico del distrito de Medellín 1937. Medellín, Tipografía Bedout, p. 2519Entrevista con Julián Vélez Muñoz. Habitante de la vereda El Vergel. Edad 46 años. Hijo de Lino Jesús Vélez y Ana del Carmen Muñoz. Fecha noviembre 19 de 2007.

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enfermedades que atacaban principalmente a la población infantil. De las 2.660 defunciones registradas en la Parroquia de San Antonio de Prado entre 1903 y 1950, unas 1.674 [un 62.9%] son de niños menores de 10 años. Estos altos índices llegaron a su etapa más crítica a comienzos de la década de 1930 cuando estallaron brotes de una epidemia de sarampión. Por esta casusa en el lapso de pocos meses entre 1933 y 1934 un total de 34 niños fallecieron. Este episodio y el tratamiento de las enfermedades son así recordados por Romelia Ortiz de Guzmán, habitante del corregimiento nacida en 1916:

“Tuve 15 hijos y un brote de sarampión se los llevó y quedaron 5. En esa época no había médicos, sólo señoras. Se enfermaba un muchachito y se curaban con bebidas. No había clínicas. […] Habían días que no había leche o panela y se les daba a los niños agua con cilantro y una pizca de sal, y ese era el tetero”

El restante grupo de enfermedades que más afectaron a la población infantil fueron las digestivas [desnutrición o raquitismo, parásitos intestinales, disentería, colerín, tifo, cólera infantil, diarrea y gastroenteritis] con 532 casos reportados como causa de muerte. Le sigue en importancia las enfermedades respiratorias [tosferina, bronquitis, bronqueoneomonía, gripa y neomonía] con 166 casos. Otras enfermedades fueron las neuronales [derrame cerebral, meningitis y beriberi] con 59 casos y las urinarias [afecciones a los riñones y nefritis] con 26 casos respectivamente. Para combatirlas, según anotan las hermanas Margarita y Luz Inés Vélez Castaño “en las casas se mantenían maticas de hierbabuena, paico y manzanillo” . Asociado también con la mortalidad infantil estaba la muerte de mujeres por problemas durante y después del embarazo, pues pese a existir una alta natalidad, no siempre se les brindaba la mejor atención. Dicha situación es recordada así por Luís Carlos Cano Restrepo:

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“La única forma de bajar de la vereda era en bestia, las mujeres en embarazo cuando se complicaban se armaba una camilla y se bajaba, a la mayoría le llevaban partera, de la que me acuerdo era de Teresa Castaño, cuando iba a nacer un bebé eso era herméticamente sellado como dice el cuento, si había forma lo sacaban de la casa y después 40 días de dieta comiendo gallina, toda la gestación duraba el corral lleno, el bautizo se hacia en los días siguientes al nacimiento, no se hacia fiestas ni nada” .

En los restantes grupos de edades las causas de muerte eran semejantes a las de la población infantil. Según se presenta en la siguiente gráfica, por cuenta de problemas digestivos y respiratorios entre 1903 – 1950 murió el mayor número de personas. El impacto de las enfermedades respiratorias se asociaba al empleo de la leña para la cocción de alimento, la producción de carbón y alto consumo del tabaco. A diferencia de lo ocurrido con los niños, hubo gran incidencia de padecimientos cardiacos y del cáncer. La tendencia en cuanto a las defunciones de las personas adultas fue un mayor número de fallecimiento de aquellas mayores de cuarenta

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20Entrevista con Romelia Ortiz Guzmán. Habitante del corregimiento. Edad 92 años. Fecha noviembre 13 de 2007.21Entrevista con hermanas Margarita y Luz Inés Vélez Castaño. Habitantes del corregimiento. Hijas de Marcos Vélez. Mayores de cincuenta años. Fecha diciembre 3 de 2007.22 Entrevista con Luís Carlos Cano Restrepo. Habitante vereda La Florida. Jubilado. Hijo de Hernando Cano y Alicia Restrepo. Fecha noviembre 29 de 2007.

Ana Rita Betancur y Alfonso BetancurArchivo personal de María Nohemí Escobar Betancur

años, y muy especialmente entre los habitantes de edad avanzada. Hay reportes de personas muy longevas con edades superiores a los ochenta años. También se reportan casos aislados de violencia: en 1917 el asesinato de Vicente Antonio Puerta Rodríguez y en 1928 de Ascensión Rojas Bedoya son los más antiguos.

Por fuera del grupo de enfermedades reportadas como causa de muerte, hizo su reaparición otro padecimiento de mucha gravedad: la lepra. Aunque no llegó a convertirse en un foco infeccioso, se reportaron a las autoridades varios casos. En 1907 fue acusado el señor Darío Muñoz de estar contagiado en el barrio El Tigre. Por tal motivo, fue aislado en su casa para evitar cualquier propagación. No obstante las extremas medidas de seguridad, Muñoz escapó de su residencia y marchó al parque de Prado asegurando no padecer la enfermedad de Lázaro . Su conducta despertó el temor entre los habitantes, pues los afectados necesariamente eran tratados con desprecio y asilados en lazaretos lejanos de sus familiares. Además, como aún se recuerda, era una conducta usual

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quemar las casas de los afectados para combatir la enfermedad . Pese a todos estos agravantes, ya para 1914 se reportaba la inexistencia de caso de lepra en el corregimiento .

El temor frente al avance de las enfermedades y el interés por la protección de la infancia condujo a los pobladores de Prado a presionar la creación de un nuevo hospital. Distantes estaban los logros conseguidos con el efímero hospital de caridad de finales del siglo XIX, y las prácticas locales para atender los partos y curar los enfermos no eran suficientes. Testimonio de ese interés fueron las peticiones realizadas por los inspectores y la comunidad del corregimiento durante la década de 1930 para disponer de un médico en el casco urbano. En 1934 y 1936 Rafael Ruíz, Inspector del Prado, a su nombre y el de los pradeños, envió informes a la Alcaldía de Medellín recomendando el establecimiento del servicio médico al menos una vez en la semana, a fin de evitar las numerosas muertes por ausencia de tratamiento en una comunidad que se distinguía por extendida pobreza .

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FALTA FOTO

23AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1907. Tomo 5125. F. 2724Entrevista con Rogelio Barrera. Originario del municipio de Armenia. Asociado al sector del comercio y participa activamente en Junta de Acción Comunal de La Loma. Fecha noviembre 9 de 2007. 25AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, mayo 21 de 1914, folio 2r.26

AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 1 de diciembre de 1934, folio 9r-14r y AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia

Familia Vélez Castaño mediados del siglo XXArchivo personal hermanas Margarita y

Luz Inés Vélez Castaño

Casa de la familia Correa Cadavid, Vereda La FloridaArchivo personal de Dairo Correa Gutiérrez

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GRÁFICA Nº 3

Fuente: Archivo Parroquial de San Antonio d e Prado, Libros de Defunciones, 1903 - 1950

Una solución parcial a los problemas de ausencia de servicio médico llegó a finales de la década de 1940 con la apertura del segundo hospital. En esta oportunidad el interés altruista privado y el apoyo oficial, condujeron a la creación de unas modestas instalaciones para atender especialmente la maternidad. Desde 1946 se había celebrado un contrato entre el municipio de Medellín y el señor Diego Echavarría Misas por un valor de 44.000 pesos,

suma divida por en partes iguales. El contrato obligaba a construir un edificio que comprendía una planta baja o sótano con área aproximada de 385 metros cuadrados y la planta principal con área aproximada de 594 metros cuadrados. El área total del hospital sería de unos 980 metros cuadrados aproximadamente, sin incluir los prados o jardines que lo rodearan, y sería levantado más o menos de la forma siguiente: fundaciones en piedra seca, con un 30% de su altura en concreto ciclópeo y con sus

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correspondientes drenajes; desagües en tubería galpón con sus correspondientes accesorios; bajantes en tubería de hierro colado; tubería de aguas en hierro galvanizado; muros cargueros, divisorios, pasamanos y columnas de sótano en adobe. Se emplearía además concreto reforzado en vigas, baldosas, escalas, linteles y columnas de segundo piso; los techos llevarían una estructura de madera; las canoas y tubos para agua fluviales serían en lámina galvanizada. Entre otras recomendaciones, se pidió emplear en los entresuelos piedra seca y cemento en pisos de pasillos, corredores y demás d e p e n d e n c i a s d e p o c a i m p o r t a n c i a , especialmente en el sótano. En cuanto a la sala de cirugía, los sanitarios y las vertederas, se emplearía pisos en baldosa americana, y en otras dependencias del hospital como sala de partos, de espera y la cocina se usaría el cedro o palo santo .

El Hospital entró en funcionamiento en 1948. Fue una de las primeras obras en el corregimiento del industrial Diego Echavarría, quien además tenía terrenos en San Antonio de Prado. Su funcionamiento estuvo inicialmente a cargo de las Hermanas de la Presentación y en poco tiempo amplió sus servicios a todos los grupos poblacionales. Asimismo, la atención médica se complementó con la apertura de boticas para la venta de medicamentos. En este punto, se destaca la farmacia atendida por don Erasmo Mesa como una de las primeras en especializarse en el comercio de las medicinas .

ACTIVIDADES DE LA ECONOMÍA AGRARIA Y EL COMERCIO EN EL CORREGIMIENTO

En un informe de 1907 el Alcalde de Prado, Pablo Castrillón, indicaba que muchas de las hectáreas del territorio de dicho municipio se dedicaban a plantaciones de caña, de yuca, plátano, maíz, cebada y el resto a la cría de ganado. En su

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cabecera se encontraban cerca de 100 casas, cuyos habitantes eran de reconocida honradez, laboriosidad y de conducta ejemplar . En su mayor parte eran agricultores diseminados en fincas, arrieros y pequeños comerciantes. En años siguientes la tendencia no cambió mucho. Para 1912, año del Censo Agrícola y Agropecuario, la entonces fracción de Prado reportó 473 cuadras cultivadas con productos como arracacha, maíz, yuca, plátanos, papas y por primera vez café.

Como se observa en latabla Nº 5, los tres principales cultivos por extensión de cuadras totales lo eran la yuca, el maíz y los plátanos, productos básicos de la dieta, de gran demanda en el mercado local y de siembra conjunta en pequeñas porciones de terreno. Le sigue en importancia el cultivo de café con 60.000 árboles plantados. Este otro producto, cuyas primeras plantaciones datan de la década de 1880 , para el momento estaba en pleno auge por las excelentes ganancias de su e x p o r t a c i ó n a m e r c a d o s c o m o e l Norteamericano. El café igualmente se sembraba conjuntamente con los plátanos, pero su uso básicamente es para la venta y el número de cosechas anuales era reducido. Finalmente se encontraban el cultivo de la caña para su uso doméstico y el comercio. De todos estos cultivos en términos de rentabilidad anual medida en pesos oro, los más importantes eran los plátanos y en menor medida el café.

El siguiente renglón de producción agraria era la cría de diferentes tipos de ganado. Según se observa en la tabla No. 6, la principal clase de ganado para 1912 fue el vacuno. Bueyes, toros, vacas y terneros se destinaban a la cría para el mercado local y para la feria de ganado de Itagüí. Para el consumo local se destinaba igualmente los cerdos. El resto del ganado, tanto el mular como el caballar, tenían un uso especial: el transporte. A principios del siglo XX pocos son los vehículos en el valle de Aburrá, y gran parte de la circulación de mercancía y

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27AHM. Alcaldía, Contratos, tomo 80, 5 de agosto de 1946, folio 223 - 22428Ciudad Rural. San Antonio de Prado, Año 2, Nº 10, mayo de 2000, p. 829AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5125. F. 23 – 2530Uribe Ángel, Manuel, “Prado o San Antonio”. Geografía general y compelido histórico del Estado de Antioquia en Colombia, París, Imprenta de Víctor Goupy y Jourdan, 1885. pág. 122

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personas se hacía al lomo de bestias. Por este medio se llevaban a los centros de acopio el café y se realizaba el flujo comercial hacia Armenia, Heliconia y Ebéjico. Tal actividad comercial estaba a cargo de un grupo amplio de arrieros, similar a como lo fuera en el siglo XIX. En inmediaciones del parque central se encontraba una bodega y de este punto salían varios de ellos hacia diferentes rutas. A este oficio, con sus respectivas recuas de dos a diez mulas, se dedicaron, entre muchos más, Heliodoro

Laverde y su hijo Daniel, Vitalino y Luís Laverde, Fidel Vélez y Ananías Vélez, Celiano Muñoz, Simón Bustamante y su hijo Arsesio, Lisandro Cano y Manuel Salvador Gómez, Félix Arenas y Andrés Jiménez que transportaba cerveza y víveres desde Medellín. Los relatos sobre los arrieros pradeños señalan que su equipo era demasiado grande y pesado. Según Rogelio Barrara, cargaban un “guarniel” con navaja, frasco con petróleo, tabacos, mechero, un

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Censo de la industria agropecuaria. Cultivos en Prado, 1912

Cultivo No. De árboles

Extensión cultivada en

cuadras

Producción en kilos Valor del producto en pesos oro

Arracacha 8 20000 140 Café 60000 56 60000 12000 Caña dulce 16 24000 1900 Bananos 1 10000 150 Maíz 120 30000 1800 Papas 7 11200 392 Plátanos 100 1200000 18000 Yuca 150 600000 4800 Otros cultivos 15 150000 1000

Totales 40182

Fuente: Departamento de Antioquia. Boletín de Estadística. Medellín, Febrero de 1913. Año I, No. 7. Pág. 1290

TABLA Nº 5

dulceabrigo, unas tenazas, un martillo, seis herraduras y juego de clavos para esas herraduras. Llevaban asimismo una lima de herrar, un pedazo de garra de tocino y cabuya, una libra de panela y en la “secreta” un par de dados. Otros artefactos empleados eran las alpargatas, un zurriago, bolsillos llenos de cabuya y machete. En sus rutas había varios campamentos como los del Chuscal y el café de don Samuel donde además había juegos y pianolas .32

La importancia de la industria pecuaria en el corregimiento motivó la apertura de un matadero para el sacrificio higiénico de las reses. En 1923 por Acuerdo No. 123 se aprobó un contrato celebrado por el señor Ismael Mesa y el municipio de Medellín sobre compraventa de un lote de terreno destinado al matadero público. El lote entregado por Mesa medía 25 varas de frente por otras tantas de centro, y su área total era de 625 varas cuadradas de a 80 centímetros lineales cada uno. Quedó lindando por el oriente y por el sur con predio del mismo vendedor Mesa; por el norte con una calle pública y por el occidente con propiedad del

31Entrevista. Julián Vélez Muñoz Op. Cit. 32 Entrevista con Rogelio Barrera Díaz. Op. Cit.

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Censo de la industria pecuaria. Ganado en Prado, 1912

Cabezas Precio medio por cabeza en pesos oro Valor en pesos oro

Ganado caballar

Caballos 120 30 3600

Yeguas 100 30 3000

Potros 10 10 100

Ganado de cerda

Cerdos 150 8 120

Ganado mular

Mulas 300 70 21000Muletos 20 30 600

Ganado vacuno

Bueyes 25 30 750

Toros 20 30 600

Vacas 800 30 24000Terneros 150 10 1500 Terneras 150 12 1800

Totales 1855 300 58250

TABLA Nº. 6

Presbítero Benjamín Aristizábal. Entró adicionalmente en la venta un derecho de servidumbre gratuito, y se definió que el agua para las labores cotidianas sería tomada de la fuente de agua que surtía las escuelas y la pila pública de la cabecera. Con posterioridad se construiría el edificio del matadero y la cañería de desagüe. El precio de esta venta fue de 80 pesos oro, suma que pagó el distrito al vendedor en la Tesorería de Rentas. El derecho de dominio que vendía el señor Mesa lo adquirió por compra

hecha al señor Ismael Betancur con mayor cabida del terreno, mediante la escritura 1.600 de fecha 11 de octubre de 1901 pasada en la Notaría Primera de Medellín .

En las décadas siguientes esa vocación agraria del corregimiento continuó. El producto de los cultivos de legumbres, cebollas, arracacha, café, col, yuca, cilantro, habichuela y arveja, comúnmente se transportaba y vendía en la vieja plaza de Cisneros de Medellín y en toldillos en el

parque . Todavía hacia 1946 seguía la venta

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Fuente: Departamento de Antioquia. Boletín de Estadística. Medellín, Febrero de 1913. Año I, No. 7. Pág. 1272.

33AHM. Crónica Municipal. No. 379, Año XII, Medellín, septiembre 29 de 1923. pág. 299334Entrevista con Conrado Ortiz Cano. Nacido el 24 de abril de 1927. Padres Félix Antonio Ortiz y María de las Mercedes Cano. Habitante vereda El Salado. Agricultor. Fecha noviembre 26 de 2007. E Isidro Betancur Puerta. Mayor de setenta años, músico jubilado y autor del himno de Prado. Padres Juan de Jesús Betancur Molina y María Inés Puerta. Fecha noviembre 6 de 2007.35Entrevista con Luís Hernando Gómez Patiño. Nacido 25 de marzo de 1925. Padres César Gómez y Sofía Patiño. Conserva y líder de las actividades de proyección

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de leña y de otros productos para uso doméstico traídos por los campesinos al mercado local,

incluida la carne . La importancia de la producción agropecuaria la hizo sobresalir en el conjunto de impuestos cobrados en el corregimiento. Así, por ejemplo, en todos los reportes de de la Inspección a las autoridades de Medellín durante 1936, la ganadería ocupa los primeros reglones. Entre enero y julio de ese año por degüello de ganado menor se pagó $ 159.38, por examen de carne e impuesto de matadero de ganado menor $ 83.30 y por examen de carne e

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impuesto de matadero de ganado mayor $ 196.30 mientras que por coso sólo se cobró $

13.60 y por multas $ 4.00 .

Las transformaciones económicas se dieron por cuenta de pequeñas industrias artesanales y por el impacto de la demanda de trabajadores para las industrias asentadas en Itagüí. Sobresalió de este periodo actividades familiares en la Vereda El Vergel para la fabricación de costales, sandalias, sombreros, esteras y madejas, el cual se abastecía de cultivos de fique cercanos. Además, se alude a los empleos generados por una ferrería propiedad de “Venilla y Escobar llamada

FAES”, bastante útil para elaborar herraduras . Por su parte, el empleo de habitantes del corregimiento como obreros en Itagüí hizo posible que para la década de 1940 hubiera muchos de ellos en empresas como Sedeco, Cervecería Unión y Grulla. Diariamente los obreros descendían a otros municipios, est imulando ot ra pequeña indust r ia relacionada con el transporte en vehículos tipo

“escalera”. Se distinguieron como primeros transportadores de pasajeros: Toño Acosta, Benito Betancur, Delio Escobar y Octavio Escobar, que compraron automóviles viejos y cobraban por llevar hasta Itagüí y Medellín

entre 5 y 10 centavos .

EL ARRIBO DE LA MODERNIZACIÓN: SERVICIOS PÚBLICOS, CASAS HIGIÉNICAS PARA OBREROS

Y VÍAS DE COMUNICACIÓN

Conjuntamente a las actividades económicas propias de la una sociedad básicamente agraria se inició la dotación de servicios

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Marcos (Marquitos) Vélez Archivo personal de las Hermanas Margarita

y Luz Inés Vélez Castaño)

36AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 14 de julio de 1936, folio 23r-25r.37Entrevista con Julián Vélez Muñoz. Op. Cit.38Entrevista con Jaime de Jesús Ortiz Espinoza. Nació en 1932. Padres Rafael Ortiz Betancur y Ana María Espinosa. Comerciante y sastre. Fecha noviembre 25 de 2007. 39Escobar Betancur, Celina. Monografía de San Antonio de Prado. Mecanografiado. 1985

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públicos a los pobladores, principalmente aquellos distribuidos en el sector central del corregimiento y en las inmediaciones a Itagüí. Agua potable, fluido eléctrico y telefonía lentamente se instalaron. De principios del siglo XX databa el funcionamiento de una pila de agua ubicada en la plaza de Prado para abastecer a los habitantes. Para su funcionamiento, terminación y reparación fueron destinados recursos por el municipio de Medellín poco después de agregarse la fracción en 1909. En el contrato No. 53 de ese año, y en vista de los destrozos ocasionados por la temporada lluviosa al acueducto público que conduce el agua a la pila, se gastaron cuatro pesos oro en reparaciones y en la construcción de una poceta de cal en la esquina de la casa del señor Román Acosta . Algunos años después el agua dejó de llegar a la pila, y en 1936 se reportaba el poco interés de los habitantes en el aseo y sostenimiento de las cañerías y pocetas de las calles para distribuir las aguas. Toda clase de “inmundicias” caían en las pocetas destapadas, y se había tomado la medida de tener que disponer que los niños y niñas de las escuelas salieran a la calle por falta de agua para el baño, los escusados y agua para tomar. Era sin duda alguna, según lo informaba el Inspector ese año, el mal estado del agua la causa principal para que no faltara en el corregimiento la epidemia y el tifo. Además, de acuerdo con lo expresado por el funcionario, se podía asegurar que no había al menos ocho familias escrupulosas y conscientes de la inconveniencia en no ingerir agua cruda por los parásitos en ella almacenados .

En años posteriores inició el proceso de mejoramiento del acueducto de Prado. Había sido tradicional la compra de pajas de agua de

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acueductos privados para surtir casas, fincas y escuelas. Sin embargo, la calidad de las aguas era, según lo manifestaba el Inspector en 1934, mala y antihigiénica, y constantemente sufría de averías debido al mal estado de las canoas . Solicitudes para cambiar la situación fueron hechas a las autoridades de Medellín a propósito de la adecuación de tanques para contener el agua. El resultado fue la contratación de un estudio para la construcción de un moderno acueducto. En 1939 el informe del Super Intendente del Medellín, Rafael Posada, analizó la necesidad de construir una acequia, hacer el tratamiento de sedimentación de las aguas, su purificación y filtración, y realizar un adecuado almacenamiento del líquido para poder extender redes de distribución .

La construcción del acueducto se contrató ese mismo año con la casa de ingenieros Ingar. En septiembre se hizo una inicial apertura del servicio de agua potable, faltando únicamente unas obras en el colador y la carga de los filtros . En el año siguiente se continuó la obra con la legalización de la compra de terrenos en la parte de La Capilla para la planta de tratamiento , y los señores Eduardo Montoya y Luís González se comprometieron con adecuaciones para el suministro de agua. Fue responsabilidad suya obras en la boca toma, la acequia, los tanque de sedimentación, filtros, tanque de almacenaje y la instalación de una red de distribución del agua luego de recibir las plantas suministados por el Departamento Técnico del municipio .

La construcción del acueducto estuvo vigilada

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40AHM. Concejo, Contratos, tomo 285, 23 de mayo de 1909, folio 598r.41AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 14 de julio de 1936, folio 23r-25r.42AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 1 de diciembre de 1934, folio 9r-14r.43 AHM. Crónica Municipal. No. 1082 - 1090, Año XXVI, Medellín, octubre 15 de 1939. pág. 463944 AHM. Crónica Municipal. No. 1.154, Medellín, agosto 10 de 1940. pág.562645 AHM. Crónica Municipal. No. 1.104, Año XXVII, Medellín, enero 22 de 1940. pág. 4781. Contrato No. 179 de 1939. Bernardo Betancur vende para el acueducto el derecho de dominio que tiene en un lote de terreno situado en el barrio La Capilla con área de 1.946 varas que es equivalente a 1246 metros cuadrados. El vendedor adquirió lo que vende en mayor extensión del señor Luís Ángel Betancur escritura No. 1729 de 22 de julio de 1938, de la Notaría Segunda. La venta es de 681 pesos, o sea a 35 centavos la vara. 46AHM. Crónica Municipal. No. 1.102, Año XXVII, Medellín, enero 13 de 1940. pág. 4765. Acuerdo No. 149 de 1939. Por el cual se aprueba un contrato celebrado entre el personero Municipal y los señores Eduardo Montoya y Luís González, sobre construcción del acueducto en San Antonio de Prado.

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semanalmente por el Ingeniero del Municipio, y según fuera el avance, se pagaba. El municipio apoyó la obra con materiales y equipo de trabajo, pero en su ejecución hubo inconvenientes. Momentáneamente el pago de perjuicios por filtraciones de las tuberías en el sector de Paloblanco en predios de Lázaro Garcés B., opacaron el buen desempeño de la obra . El abastecimiento del agua potable estuvo precedido por la llegada del teléfono y del fluido eléctrico. Desde finales del siglo XIX se hacía mención a redes de telégrafo atravesando la fracción de Prado, pero nunca pasó de ser un servicio poco masificado y constantemente averiado. El telégrafo suponía la mediación de un código sofisticado para descifrar los mensajes y un alto costo comparado con las ventajas del teléfono. No obstante, todavía para mediados del siglo XX se reportaba el funcionamiento de una oficina telegráfica . En cuanto al teléfono, desde 1910 se habían realizado peticiones de instalar uno en la Inspección, pero el contrato para su adquisición demoró hasta 1912 y luego de

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entrar a operar, presentaba fallas como la de 1923 y las de 1936 que incomunicaron totalmente al corregimiento. Las deficiencias de funcionamiento y la apertura de nuevos números de teléfono demoraron algunos años más cuando abarataron los costos de operación.El alumbrado público para la cabecera del corregimiento fue otra de las innovaciones introducidas luego de anexado el territorio a Medellín. Antes, como lo manifestaba Romelia Ortiz de Guzmán,

“Nos alumbrábamos era con mechas de higuerilla ensartadas en alambre, se planchaba con planchas que se calentaban en el fogón, se lavaba la ropa machacando hojas de borrachero, cocinar con leña verde. Y si no me hervían las ollas ligero, me castigaban”

En 1925 se celebró un contrato con la empresa de energía El Ancón para abastecer a Prado hasta con 5 Kw de energía en las noches para cincuenta lámparas durante el término de 10 años. Si los vecinos querían también acceder al servicio en sus domicilios, debían pagar directamente lo consumido a la empresa dependiendo el tipo y cantidad de focos. Así, por un foco 12 bujías (15 W) al mes pagaba $ 0.40, uno 16 bujías (20 W) unos $ 0.50, el de 20 bujías (25 W) costaba $ 0.60 y el de 70 bujías (100 W) equivalía a $ 1.10 . El suministro de electricidad luego pasó a provenir de La Estrella. En 1930 se celebró contrato con el personero de este otro municipio para suministrar el alumbrado público de 50 lámparas de 60 W cada una por el término de 5 años en Prado. El costo sería de 55 centavos mensuales por lámpara en funcionamiento .

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Casa de Casco Urbano de San Antonio de PradoArchivo personal de Dairo Correa

47AHM. Crónica Municipal. No. 1.187, Medellín, noviembre 1de 1941. pág.619048Anuario Estadístico Antioquia para los años de 1942 - 1943, Medellín, Imprenta Departamental, de 194749AHM. Concejo, Contratos, tomo 298, 4 de junio de 1912, folio 483r.50AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 27 de marzo de 1923, folio 8r.51AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 3 de octubre de 1936, folio 30r-31r.52Entrevista con Romelia Ortiz de Guzmán. Op. Cit.53AHM. Crónica Municipal, # 454, año XIV, Medellín Julio 1º de 1925, pág. 309-31054AHM. Crónica Municipal. No. 665, Año XIX, Medellín, octubre 11 de 1930. pág. 536255AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 1 de diciembre de 1934, folio 9r-14r.

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No obstante, era usual el incumplimiento en el fluido eléctrico domiciliario y por ejemplo en 1934 se reportaban cortes en la luz hasta de 12 horas .

La dotación de servicios públicos trajo consigo elementos de la modernización. Sin embargo, su implementación demoró en llegar a los sectores rurales donde pervivieron métodos tradicionales para la preparación de alimentos como el uso de las cocinas de leña. Propio también de la modernización fueron los esfuerzos por el mejoramiento de las calles principales con cascajo que remplazó el empedrado, la adecuación del parque y la demarcación del espacio urbano. Con este propósito en 1934 se insistía de parte de las autoridades en el arreglo de las calles, la apertura de unas nuevas y especialmente en realizar la nomenclatura de carreras, calles y casas de habitación. Por tales razones se emitió el Acuerdo No. 97 de ese año, mediante el cual se definió el perímetro urbano del corregimiento, así: el punto de partida fue crucero de una carrera situada a dos cuadras al Este de la plaza y que se denominó Tarapacá, con la calle de entrada de Medellín a la población que se denominó Berrío; por esta calle al Oeste, hasta una carrera situada a dos cuadras al occidente de la Plaza y que se denominó Uribe Uribe; por ésta al Norte, hasta la calle que pasa por el costado norte de la plaza y que se denominó Benjamín Herrera; por esta al Este, hasta la carrera Tarapacá; por esta al Sur hasta el punto de partida en el cruce con la calle Berrío . El diseño del parque fue obra de Ismael Betancur y estuvo en reparaciones durante 1934 a fin de tenerlo en condiciones óptimas para el disfrute de los habitantes y de los turistas . En e s e m o m e n t o e s t a b a a r b o r i z a d o caprichosamente sin la menor estética y presentaban un aspecto melancólico con su pila sin una gota de agua. Además, durante la temporada lluviosa la carretera cercana por

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donde transitan los vehículos ordinariamente se rompía y se formaban grandes barriales por la falta de cascajo . Las adecuaciones dieron lugar a una plaza bien adornada, empedrada, con una fuente en la mitad, jardines, pinos recortados y unas banquitas . Con él se homenajeaba al mandatario conservador Mariano Ospina Pérez y en su interior se ubicaron var ios bustos de pol í t icos colombianos, entre ellos el ex – diputado de la Asamblea de Antioquia y ex - representante a la Cámara conservador Manuel J. Betancur.

Producto del interés en mejorar las condiciones materiales de los habitantes se desarrollaron dos procesos importantes: la creación de juntas locales para el ornato y la construcción de varias casas para obreros. En el primer caso, t e m p r a n a m e n t e e n 1 9 2 0 e n t r ó e n funcionamiento una junta de fomento para dar cumplimiento al Acuerdo No. 64 de ese año. La junta la integró el corregidor, el recaudador auxiliar y tres miembros con suplentes e s c o g i d o s e n t r e l o s v e c i n o s m á s sobresalientes y progresistas para un periodo de un año. Por Presidente se designó al señor Rafael Betancur. El objeto de la junta era impulsar proyectos de beneficio en diferentes aspectos para el corregimiento: cuidar la salubridad pública al vigilar que no se ensuciaran las aguas potables, la vacunación especialmente de los niños y que nadie habitara en casas donde hubieran vivido o muerto enfermos contagiosos sin previa desinfección. También entre sus funciones se encon t raba o rgan iza r las ren tas y contribuciones conforme a los acuerdos municipales; organizar y fomentar los mercados públicos del corregimiento; solicitar la creación de escuelas en parajes distantes a la cabecera donde el número de niños lo requiera; vigilar el respeto a los linderos en predios de vía pública; cuidar el alumbrado

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56AHM. Crónica Municipal. No. 844, Año XXIII, Medellín, junio 6 de 1934. pág. 679057Escobar Betancur, Celina. Op. Cit.58AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 1 de diciembre de 1934, folio 9r-14r.59AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 14 de julio de 1936, folio 23r-25r.60Entrevista con Hermanas Margarita y Luz Inés Vélez Castaño. Op. Cit.61Gómez, Antonio. “Parroquia de Prado”. Monografía eclesiástica y civil de Medellín. Medellín, 1951. Pág. 575.62AHM. Crónica Municipal, # 277 y 278, año IX, Medellín Abril 28 de 1920, pág.2207.

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público de la fracción y cumplir comisiones del Concejo Municipal en el cual tendrían voz y voto . Por este mismo estilo se inauguró otra junta de Progreso en 1944 con miembros principales Rafael Muñoz, Alberto Baena, Don Pedro Pablo Posada, Dr. Manuel Betancur y Don Justo López .

El segundo proceso consistió en la construcción de cinco casas higiénicas para obreros cerca del lugar donde hoy funcionan las instalaciones de la comunidad Hermanas Carmelitas Misioneras. La dotación de casas para trabajadores de las industrias se desarrollaba en respuesta a lo impuesto por la Ley 46 de 1918 y en su cumplimiento el municipio de Medellín ejecutó varios proyectos. En San Antonio de Prado comenzó la construcción de este tipo viviendas en 1926 con la compra de terrenos a Juan G. Betancur y Alfonso Betancur. El primero entregó un lote de 250 varas de frente por 50 que lindaba por pie con predio de Alfonso Betancur, por un costado y cabecera, con terreno del mismo vendedor; y por el otro costado, con una calle pública; el precio de venta fueron 150 pesos. El segundo, vendió en el mismo precio un lote de 250 varas de frente por 50 y que lindaba por pie y por el costado con predio de Juan J. Betancur, por la cabecera con una calle pública, y por el otro costado, con otra calle pública .

Las casas comenzaron a funcionar en 1927. De ellas se beneficiaron, entre otros, Jesús María Gil, Nolasco Arango, Vicente A. Acosta, Enrique Vásquez y la señorita Laura Sarrázola. Se trataba de viviendas de tapia, tejas y solar más o menos de 250 varas cuadradas, de un valor estimado de entre los 850 y 1.100 pesos y dotadas de agua por el municipio . Su alquiler se hacía por un tiempo no definido, lo cual dio posteriormente la posibilidad de comprarlas. Su construcción se hacía precisamente en sectores

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impactados por el desarrollo industrial, así fuera indirecto como en Prado, donde más que industria se estableció como lugar de residencia de obreros.

Un últ imo aspecto del arribo de la modernización fueron distintas obras viales para mejorar las comunicaciones entre Prado con el sur del Valle de Aburrá y el occidente de Antioquia, además de otras vías entre la cabecera del corregimiento y sus veredas. Durante el siglo XIX una de las características principales fue el funcionamientos de una red caminos de herradura y de servidumbre para el tránsito comercial hacia Heliconia y La Estrella. En la primera mitad del siglo XX de esa red de caminos se adecuaron esencialmente la vía Prado – Itagüí y, en menor medida, la vía Prado – Heliconia. Las mejoras se debían a una importante innovación: el transporte automotor que revolucionó completamente la movilización de mercancías y personas acortando el tiempo de los viajes y haciéndolos mucho más cómodos. A pesar de los altos costos de las nuevas vías y del empleo de materiales no muy duraderos, con ellas se pretendía posibilitar mejoras para el comercio de productos agrícolas de una amplia región con los mercados de Itagüí y Medellín.

Antes de los 1927 se mencionaba reparaciones en los caminos de Prado. Reporte del estado de los caminos, peticiones para adecuar tramos en mal estado y la inversión en reparaciones se hicieron en 1910, 1916, 1921 y 1922 . Sólo con la aprobación en 1927 del plano para la construcción de la una nueva vía Itagüí – Prado se comenzó a hablar de la carretera no pavimentada . Después de 1928 iniciaron las compras de fajas de terrenos para una carretera en el sector de La Manguala y la construcción de tres puentes. Vendieron

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63AHM. Crónica Municipal. No. 1199, Medellín, marzo 30 de 1944. pág.8264AHM. Crónica Municipal. No. 482, Año XV, Medellín, junio 16 de 1926. pág. 3872- AHM. Crónica Municipal. No. 482, Año XV, Medellín, junio 16 de 1926. pág. 3873.65AHM. Crónica Municipal. No. 534, Año XVI, Medellín, octubre 7 de 1927. pág. 4301 – AHM. Crónica Municipal. No. 532, Año XVI, Medellín, septiembre 23 de 1927. pág. 428366AHM. Concejo, Comunicaciones, tomo 288, 13 de enero de 1910, folio 752r. - Crónica Municipal. No. 334, Año XI, Medellín, octubre 4 de 1922. pág. 2725 - AHA. Tomo 6706. Folio 197r67AHM. Alcaldía, Correspondencia, tomo 6, 6 de abril de 1927, folio 230r.

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terrenos de diferente extensión, todos para la carretera que tendría 10 metros de ancho y unos 4.400 metros de largo desde la Limona hasta la cabecera de la fracción, entre muchos más, Ángel de J. Escobar, Luis María Hurtado, Horacio Betancur, Vicente Betancur, Rafael A. González, Eduardo Escobar y Pedro Cano . Los precios de las ventas oscilaron entre 28 y 200 pesos. En cuanto a los puentes, ellos se ubicaron sobre las quebradas Limona, Manguala y Cabuyala, y fueron realizados todos en concreto reforzado, con pasamano, seis metros de luz y 4.70 de ancho. El valor invertido en la obra se estimaba para 1929 en unos 20.446,31 pesos, sin incluir los puentes [el de La Limona unos 2798.29 pesos, el de la Manguala 2.600 y aún sólo invertidos 38 en La Cabuyala] .

La vía Prado – Itagüí era el primer trayecto de una más extensa hacia Heliconia y Armenia. El primer proyecto de ordenanza para extender la vía de Prado hacia el occidente data de 1929 y fue presentado por Eduardo Lema, José Ríos y Marco A. Barrientos. Se esperaba que la Dirección General de Caminos procediera a la construcción y consolidación de la carretera hasta el alto de las Cruces. Los gastos necesarios para la obra se tomarían de la partida global que para el sostenimiento y construcción de los caminos del presupuesto siguiente. Con la nueva vía se pretendía el desarrol lo manufacturero, agrícola y pecuario de una de las más activas y ricas comarcas de Antioquia.

Según los ponentes, la creación de la carretera de Prado al alto de las Cruces, sería el único modo como se resolvería el problema de superávit de productos de Prado, Heliconia y Armenia; pues bastaba con tener en cuenta que Armenia despachaba más de 4.000 cargas al año, lo que implicaba dificultades para el transporte como pérdida de tiempo, de trabajo y

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por consiguiente de capital. Respecto a Heliconia, nadie ignoraba la producción de gran escala de sal, panela y frísoles, maíz y demás .Los trabajos en esta otra vía se ejecutaron en la décadas de 1930 y 1940 . También sin pavimentar y sólo con cascajo, en 1937 se reportaba aún por construir unos 28 kilómetros de la vía . Simultáneamente a esta obra se le sumaron otras en el corregimiento. Por mencionar un solo ejemplo, estuvo la vía abierta por los Hermanos Cristianos en el sector de Paloblanco y La Florida para comunicar sus instalaciones con la cabecera de Prado. La importancia de la apertura de las nuevas carreteras y el mejoramiento de caminos antiguos se debe a que las vías se convirtieron en ejes de poblamiento. Al lado de caminos y carreteras fueron emergiendo nuevos asentamientos, viviendas y locales comerciales. Igualmente, las carreteras permitieron el desarrollo de la industria del transporte de carga y de pasajeros mediante el cual mucha de la fuerza laboral de Prado pudo trabajar en las industrias de Itagüí sin cambiar de domicilio.

LA INSTRUCCIÓN PRIMARIA Y LA APERTURA DE LA PRIMERA

BIBLIOTECA

Durante el funcionamiento del municipio de Prado había cuatro escuelas, dos en la cabecera y dos en casas particulares en los campos. De ellas, en 1907 tres la pagaba el municipio y la otra particulares. Según mencionaba el Alcalde Pablo Castrillón, los directores de todas ellas eran de intachable conducta y acrisoladas virtudes. La instrucción adelanta día por día de una manera notable a

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68Crónica Municipal. No. 616-617, Año XVIII, Medellín, noviembre 28 de 1929. pág. 4969 - Crónica Municipal. No. 601, Año XVIII, Medellín, agosto 5 de 1929. pág. 4850 - Crónica Municipal. No. 579, Año XVIII, Medellín, enero 31 de 1929. pág. 467669Informe de la Junta Municipal de Caminos firmado por José Botero Mejía. En: Crónica Municipal. No. 622-623-24, Año XVIII, Medellín, diciembre 16 de 1929. pág. 503870AHA. Anales de la Asamblea Departamental. Medellín, Marzo 26 de 1929. Año 19, No. 25. Pág. 189.71La apertura de la vía fue formalmente apoyada por la Ordenanza No. 21 de 1936, “Por medio de la cual se provee a la construcción de la vía Prado – Heliconia –

Armenia”. En: Asamblea Departamental de Antioquia. Ordenanzas de 1939. Medellín, Imprenta Oficial, 1936. 72Correa Machado, Bernardo, Memoria del Secretario de Hacienda 1938, Medellín, Imprenta Oficial, 1938, pág. 118 - 125

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pesar de carecer de útiles indispensables, tales como cuadernos, pizarras, lápices, tintas, plumas, doctrinas, libros de lectura, geografía y geometría . La instrucción enfatizaba en la enseñanza elemental de las primeras letras, la aritmética, historia y valores cristianos a grupos de niños de ambos sexos. Sin embargo, para una población de 3.001 habitantes en 1918, la mayor parte niños y jóvenes, la deserción escolar y los altos índices de analfabetismo frenaron los avances en materia educativa hasta muy entrado el siglo XX. Para ese año, por ejemplo, no sabía leer un poco menos de la mitad de la población, unos 1.402 habitantes, incluidos los menores de siete años, y 151 personas eran analfabetas completas .

El aumento de cobertura escolar, el

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sostenimiento de los establecimientos educativos, el pago de los salarios a los maestros y la mejora en la calidad de la educación fueron temas de preocupación para los pobladores del corregimiento y para las autoridades del municipio de Medellín. Gran parte del desarrollo económico colombiano provenía de las nuevas generaciones, y por ello la formación en distintos saberes fue un asunto de gran interés. Con un país en tránsito hacia la modernización el papel del Estado en la educación varió y dejó de apoyarse en la Iglesia como organización rectora de la enseñanza, fundamentalmente con la llegada del Partido Liberal a la Presidencia en 1930. En adelante, el Estado fue intervencionista, regulador, agente activo en la orientación de la instrucción en todos los segmentos del sistema educativo,

73AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5125. F. 23 – 2574Anuario Estadístico del distrito de Medellín 1918. Medellín, Tipografía Bedout, julio de 1919, p. 34

Desfile Congregación Niñas de María, al fondo escuela Manuel J. BetancurArchivo persona de Blanca Inés Ortiz

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presentándose un mayor énfasis luego de la reforma constitucional de 1936 que autorizó al Estado, respetando la libertad de enseñanza,

para intervenir en su funcionamiento .

El propósito del aumento de cobertura escolar se vio reflejado con la apertura de nuevos establecimientos. Para 1910 aparte de las escuelas urbanas de niños, la urbana de niñas y la alternada del Limonar, el municipio de Medellín pagó locales para otras alternadas en Yarumalito, Llano Grande y Montañita. A ellas se les adicionó en 1923 el arrendamiento de una casa para la escuela de San José . Según los datos del siguiente cuadro en 1919 estudiaban un total de 577 niños de ambos sexos; en 1925 274; y en 1936 unos 563.

Normalmente las escuelas rurales funcionaban

en casas de tapia y tejas con solar pertenecientes

a particulares y alquiladas anualmente al

municipio. Los arrendatarios se obligaban a

dotarlas de agua potable y a blanquear las

paredes. El costo del alquiler oscilaba entre 8 y

12 pesos mensuales dependiendo la calidad del

inmueble. Por su parte, en aquel los

establecimientos de propiedad del municipio

constantemente se hacían inversiones para

arreglos y mejoras. Así, por ejemplo, en 1908 se

celebró un contrato para el suministro de ladrillos

con destino a la escuela de niñas de Prado entre

el municipio de Medellín y José Julián

Saldarriaga, vecino de Itagüí. Con el contrato,

Saldarriaga comprometió por la cantidad de

1.150 pesos papel a suministrar 500 ladrillos y a

enladrillar uno de los salones de la escuela de

niñas . Otras de las mejoras importantes era el

suministro de agua tanto en el sector urbano

como rural. De 1915 data el contrato entre el

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municipio de Medellín y los señores Cesáreo y

Esmaragdo Escobar para la venta de una faja

de terreno para el acueducto de las escuelas de

la cabecera de la fracción. La venta representó

el pago de 120 pesos oro .

El tipo de enseñanza aplicado en Colombia y en San Antonio de Prado para la primera mitad del siglo XX tuvo dos momentos: el de la pedagogía de la enseñanza tradicional pasiva y el de la educación bajo el modelo de la escuela nueva activa. Era costumbre dividir el aprendizaje en las escuelas en tres elementos: el intelectual, el moral y el físico. Sobre ellos se aplicaba toda una teoría y práctica. La llamada escuela tradicional, que fue el modelo más extendido en el corregimiento, se caracterizaba por impartir cada uno de estos aspectos con métodos de la antigua escuela europea de enseñanza memorística. El uso de castigos, la recitación de conceptos abstractos por los estudiantes y el poco interés que despertaba en los infantes, hacía de ésta un tipo de escuela aislada, circunscrita a los cuatro muros de clase . Por el contrario, la escuela activa, muy impulsada durante los Gobiernos Liberales, se constituía a partir de los avances en la psicología experimental. Sus propósitos eran adaptar los métodos educativos a la naturaleza del niño y preparar a la juventud para la vida social, electoral y moral, sin estar en contradicción con las creencias religiosas. Las bases de esta corriente partían de la investigación, el trabajo manual y agrícola, y la formación integral del niño para la vida. La escuela activa contemplaba inicialmente un estudio científico del menor y la adaptación de los programas académicos a él. Asimismo, se ocupaba de la preparación del maestro, la colaboración de la familia en el proceso educativo y, finalmente, de

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75Correa Gutiérrez, Dairo. “La administración pública en materia de educación”. La administración pública de Antioquia durante la república Liberal. Medellín, Tesis de Grado en Historia, Universidad de Antioquia, 2004. 76Crónica Municipal. No. 379, Año XII, Medellín, septiembre 29 de 1923. pág. 299377AHM. Concejo, Contratos, tomo 281, 5 de marzo de 1908, folio 415r.78AHM. Crónica Municipal. No. 73, Serie 4, Medellín, Abril 16 de 1915. 79Correa Gutiérrez, Dairo. Op. Cit.

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la asociación entre maestro y el médico para cuidar su salud, nutrición e higiene .

Son significativos los relatos que se conservan de la manera como se realizaba la enseñanza primaria en Prado, fundamentalmente entre las décadas de 1930 y 1950. Uno de testimonios tardíos es el de Nolasco Mesa Tobón. Según anotaba al respecto:

“Estudiábamos con cuadernos y en los pupitres. Como era con tinta y teníamos pluma, el pupitre traía un orificio donde se metía el frasco de tinta, y para que no se derramara, lo pegaba con brea caliente. La educación de esa época era diferente. Veíamos caligrafía, ortografía, civismo y urbanidad, geografía, historia, catecismo, historia sagrada. La mayoría [de los estudiantes] eran descalzos y con fiambres de hoja, sin uniforme. La jornada era de 7:00 a.m. a 11:30 a.m.

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y de 1:30 p.m. a 4:00 p.m. de lunes a viernes; los sábados hasta las 1:00 a.m. y los domingos tenía que estar uno a las 7:00 a.m. y debíamos ir hasta la iglesia. […] La autoridad pasaba al autoritarismo de profesores y hasta de los vecinos. Cualquiera podía castigar a un niño. A mi me tocó ver una vez un muchacho hizo una pilatuna y lo mandaron al patio, lo hicieron arrodillar sobre dos pepas de maíz con las manos arriba y en cada una un ladrillo, eso al medio día. Castigos con reglas de madera, nos tiraban pedazos de tiza… A un compañero le hicieron borrar el tablero con la lengua. Sólo había hasta cuarto de primaria y los que salían se iban para la escuela de los Hermanos y el bachillerato era muy exclusivo, pero iban a ordenasen el bachillerato se los daban gratis ya fuera acá, en San José, en San Pedro ”81

Número de estudiantes den las escuelas de San Antonio de Prado, 1919 – 1936

1919 1925 1936 Escuela / distribución M F M F M F

Urbanas Cabecera 106 97 111 115 158 133 Rural alternada Limonar 50 57 55 55 43 40 Rural alternada Yarumalito 20 20 22 23 Rural alternada San José 46 34 16 33 16 37 Rural alternada Llanogrande 30 77 17 25 Rural alternada Montañita 20 20 26 21 20 19 Rural alternada Astillero 30 22 Rural alternada Manguala 15 11 Totales estudiantes por sexo 272 305 129 145 289 274 Total estudiantes año 577 274 563

TABLA Nº 7

Fuente: Anuario Estadístico del distrito de Medellín. Años 1919, 1925, 1936. Medellín, Tipografía Bedout.

80Correa Gutiérrez, Dairo. Op. Cit.81Entrevista con Nolasco Mesa Tobón. Nacido en 1952. Habitante d e la parte central del corregimiento. Hijo de Erasmo Mesa. Regente de farmacia. Fecha noviembre 24 de 2007.

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La instrucción impartida en los establecimientos escolares del corregimiento se acompañó de varias granjas escolares o infantiles, todavía reportadas en 1951 antes de ser algunas trasladadas al Ancón de Copacabana . Este tipo de espacios estaban diseñados para la enseñanza de labores agrícolas con métodos modernos, y se diferenciaban de otros como las colonias escolares, por no ser sitios propiamente de reclusión. Con las granjas se buscaba apoyar la labor del maestro al poner en práctica los elementos teóricos con la enseñanza de oficios prácticos para la vida, puesto que muchos escolares no alcanzaban a finalizar la primaria antes de ocuparse en algún trabajo. En materia educativa, a parte de la enseñanza básica rural y urbana, sólo hubo un esfuerzo por impartir instrucción en adultos y otro para la población adolescente. En el primer caso se trató de la apertura de un centro de enseñanza nocturna en 1937 con asignación mensual de 20 pesos , cuya duración no fue mucha. El segundo se corresponde con la creación en 1943 de un colegio para señoritas regentado por las Hermanas Carmelitas Misioneras pocos años de su llegada al corregimiento. Se ubicaba este colegio donde hoy existen las instalaciones de la Institución Educativa San Antonio de Prado y sólo estuvo abierto durante tres años. Problemas económicos motivaron su cierre. Como en los restantes centros de enseñanza, la instrucción en costumbres y valores católicos hizo parte de los temas abordados en clase. De él se informaba en los autos de las visitas pastorales de 1943 – 1945 que en buen momento las Religiosas se dedicaban a esta labor. Ahora

“[…] en sus manos está la suerte más delicada de la feligresía, ya que las niñas que hoy acuden a sus aulas, mañana irán a los claustros a consagrarse al señor o vendrán al tiempo a recibir las bendiciones de la madre Iglesia para entrar de lleno,

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por medio del sacramento del matrimonio en la sociedad que exige de ellas el que llenen a cabalidad con los delicados oficios de esposas perfectas y madres cristianas” .

Complementario al funcionamiento de la educación básica en Prado se presentaron otros esfuerzos para mejorar el nivel de instrucción en la población. El más significativo fue la conformación de la Junta Bibliotecaria en 1907. Los miembros principales de esta Biblioteca, que llevó por nombre Simón Bolívar, eran Antonio Betancur, Presidente; Julio Ángel M., Vicepresidente; Julián Zuloaga, Secretario; y los vocales Marco A. Betancur y Belisario Betancur. En comunicación enviada a las autoridades departamentales con fecha de septiembre 23 de ese mismo año se daban a conocer la noticia de la organización de la biblioteca y se invitaba al Gobernador don Dionisio Arango a ser partícipe de la misma como Presidente Honorario . El material bibliográfico provenía de donaciones particulares y se esperaba con ella apoyar el trabajo pedagógico de las escuelas. Sin embargo, pese a los esfuerzos locales para su sostenimiento, posteriormente fue clausurada.

SOCIEDAD Y RELIGIÓN: LA IGLESIA CATÓLICA EN SAN ANTONIO DE PRADO

En la primera mitad del siglo XX uno de los elementos articuladores de la vida de los pobladores de San Antonio de Prado continuó siendo el peso social y político de la Iglesia Católica. Siguiendo una tradición visible desde cuando Prado perteneció a Itagüí, el culto religioso y la práctica de valores cristianos m a r c a r o n l a s c o s t u m b r e s y l o s comportamientos de los parroquianos.

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82Gómez, Antonio. Op. Cit. Pág. 575.83AHM. Crónica Municipal. No. 974, Año XXVI, Medellín, agosto 17 de 1937. pág. 7974 Acuerdo No. 117 de 1937. “Por el cual se crea una nueva sección nocturna en Prado”.84AAM. Fondo: Despacho Arzobispal. “Autos de las visitas Pastorales”. Caja 10, Libro 4, 1933-1941 y 1943-1945, folio 373-378.85AHA. Fondo Gobierno municipios – Prado. Año 1906. Tomo 5125.

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Asociado a la religión se desarrollaban algunas lecciones en las escuelas públicas, se llevaban a cabo festividades populares y se organizaban diversas actividades para la ayuda de personas en situación de pobreza. Asimismo, la religión fue un escenario regulador de la vida de los feligreses en momentos principales de sus existencias a través del bautismo, la primera comunión, la confirmación, el matrimonio y la defunción. La asistencia regular a misa y diversas celebraciones católicas, el acatamiento de las normas dictadas para llevar una vida buena y el respeto a la autoridad del sacerdote fueron aspectos cotidianos.

Productos del papel ejercido por la Iglesia en el corregimiento se dieron dos fenómenos: una fuerte religiosidad en la comunidad y un activismo de los ministros sacerdotales en temas políticos y en el incentivo del desarrollo material de Prado. El primer fenómeno resalta por el funcionamiento de un mayor número de congregaciones religiosas, por la consolidación de festividades católicas y, muy especialmente, por un fuerte control del comportamiento social que se vio reflejado en aspectos como los escasos bautismos de niños por fuera del matrimonio católico, un 2,6% del total de bautizos efectuados entre 1903 - 1950 [191 bautizos de este tipo comparados con los restantes 7.042].

Las congregaciones religiosas constituían una forma asociativa de feligreses para obras piadosas, para la oración, las lecturas del evangelio y para las celebraciones religiosas como la Semana Santa, comuniones y procesiones. Generalmente se dividían por edades, por el objeto específico de la congregación y entre las masculinas y las femeninas. Se trataba de organizaciones consideradas por los jerarcas de la Iglesia como “un medio poderosísimo para conservar la piedad y mantener las buenas costumbres”. En sus reuniones mensuales, frecuentaban los santos sacramentos y recibían instituciones que les daban ánimo y fuerza para seguir el “camino

de la virtud” hacia Dios . Ejemplo de congregaciones fueron las Madres Católicas, compuesta de mujeres casadas; las Hijas de María, integrada por mujeres solteras; la Divina Infancia, frecuentada por niñas; la Cruzada Eucarística donde participaban niños pequeños; la de San Luís de Gonzaga a la cual asistían hombres solteros y la congregación de los Josefinos donde acudían hombres casados. Otras congregaciones fueron los Franciscanos, La Virgen Milagrosa y los Socios de San José .

Igualmente reflejo la importancia de la religiosidad era la celebración de múltiples festividades católicas. Las más importantes eran el Corpus Cristi, la fiesta de la Virgen del Carmen, la Semana Santa, las fiestas patronales y de San Isidro, las cuarenta horas, la navidad, la del Sagrado Corazón y de San Luís de Gonzaga, entre otras más, que se sumaban a los encuentros dominicales de la misa . Las festividades se convertían en momentos de reuniones masivas de parroquianos, rurales y urbanos, y en expresión de la fe popular. Algunas se efectuaban para la conmemoración de un evento especial del calendario religioso y otras, como las de San Isidro, debían su objeto para la recolección de fondos destinados a obras sociales. Así rememora estos eventos María Eugenia Gómez P.

“En el parque se celebraban la salves de San Antonio más o menos desde 1948, las personas participaban mucho, se hacia con mucho fervor, cada vereda tenia un día y todos los de la vereda se reunían en grupos y se visitaba al Señor y cuando estaba pequeña la única forma de asistir era que otra persona mayor nos llevara y se hiciera a cargo”

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86A.A.M. Fondo Despacho Arzobispal. “Visita Pastoral Monseñor Manuel José Caicedo”. Caja 10, Libro 3, Año 1926. folio 21587Entrevista con María Nohemí de Jesús Escobar Betancur. Nacida en 1926. Padres Alfonso Escobar y Ana Rita Betancur. Habita los Halcones. Fecha noviembre 11 de 2007. Entrevista con Rosa Ester Tobón. Llegó en 1950 a Prado proveniente de Liborina. Obrera en Medellín. Fecha noviembre 24 de 2007. Entrevista con María Teresa Ortiz Cano. Mayor de cincuenta años. Esposa de Luís Carlos Cano Restrepo. Fecha noviembre 29 de 2007. Entrevista con Luís Hernando Gómez Patiño y Isidro Betancur Puerta. Op. Cit. 88Rosa Ester Tobón, Ignacio Betancur , Luís Carlos Cano Restrepo, María Teresa Ortiz Cano, Martha Elena y Edelmira Grajales Sepúlveda89Entrevista con María Eugenia Gómez P. Op. Cit.

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El papel central de la Iglesia en la vida social de los habitantes del corregimiento reaparecía en episodios especiales como los matrimonios [unos 1.020 entre 1903 – 1950]. La aprobación sacramental a las uniones de las parejas era indispensable. De lo contrario, el rechazo social marcaba negativamente a las personas y su descendencia. Además, cualquier acercamiento o contacto físico previo al matrimonio era reprobado. Al respecto comentan las hermanas Vélez Castaño.

“En los noviazgos ni siquiera nos dejaban coger de la mano, no podíamos estar solas con el novio. Salíamos del catecismo y enseguida llegaba el novio a la casa, pero si no estaba mamá o una señora que vivía con nosotros le tocaba devolverse porque no había visita. Nos enviábamos carticas, razoncitas, confititos, serenatas. Cuando de pronto una muchacha quedaba en embarazo ese era el escándalo del pueblo y decían que la habían descuidado en la casa, pero eso era una rareza”.90

La centralidad de la Iglesia se vio reforzada por la l legada al corregimiento de dos organizaciones religiosas: las Hermanas Misioneras Carmelitas en la década de 1930 y Los Reverendos Hermanos de las Escuelas Cristianas en la década de 1940. La primera de ellas construyó instalaciones para el albergue de las madres de más avanzada edad y de aquellas que necesitaran de un descanso luego de haber cumplido labores misionales en sitios de frontera como la región de Urabá antioqueño. Las instalaciones estuvieron compuestas por una casa con el nombre de Nazaret, capilla y huerta. Allí desarrollan desde entonces actividades propias de su vocación religiosa como la oración, sin dejar de lado su participación en labores de catequización de la población infantil y, durante breve tiempo, la dirección de un colegio para mujeres del corregimiento.

Por su parte, los Hermanos Cristianos construyeron uno de los edificios más representativos del corregimiento en la vereda La Florida. Las instalaciones, compuestas de una planta con tres pisos y patio central, capilla, piscina, jardines y huerta, se usaron para funcionamiento de un noviciado, un escolástico

Diferentes festividades religiosas en dos momentos de la historia del corregimiento Archivo personal de Argemiro Guzmán

90Entrevista con Hermanas Vélez Castaño. Op. Cit.

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y algunos apartamentos destinados a los hermanos mayores. Simultáneamente, la comunidad hizo apertura de una pequeña escuela en límites con el barrio Paloblanco para l a i ns t rucc ión de n iños de l sec to r. Posteriormente, debido a la crisis vocacional, la comunidad se marchó y su edificio pasó al Departamento de Antioquia y fue destinado a asilo de enfermos mentales. En la actualidad es sede de San José Obrero, una de las instituciones educativas de San Antonio de Prado.

Producto de la centralidad de la Iglesia en el corregimiento y de la religiosidad popular se dotó a la feligresía de un nuevo templo de modestas dimensiones a mediados del siglo XX. La obra fue diseño de Agustín Restrepo y su ejecución estuvo a cargo de Manuel Ricardo Vásquez. El anterior templo fue renovado por su deteriorado estado. Materiales empleados como piedras y arena provinieron de las quebradas La Manguala y Doña María, mientras que las herramientas y el cemento se trajeron de Medellín . El estilo de la obra conservó en su interior el aspecto tradicional de los templos católicos, mientras que su exterior fue ecléctico con reminiscencias a la arquitectura de la Europa medieval. Para su decoración el sacerdote Salazar introdujo oro por Panamá de contrabando y poco después se importó un costoso órgano.

La preponderancia de la Iglesia Católica en los asuntos sociales tenía un correlato en el aspecto político. Junto con la injerencia de los sacerdotes en organizaciones sociales de distinto tipo como el Mutuo Auxilio y la Casa del Campesino, participaban del debate de los temas públicos. Tempranamente esta conducta se presentó, por ejemplo, cuando el sacerdote Próspero María Merino intervino en 1907 para evitar la supresión del municipio de Prado. Fue común observar en

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las opiniones de ministros del clero un decidido apoyo al partido Conservador, pues esta tendencia política representaba muchos de los intereses de la Iglesia. Además, el peso de tales opiniones aumentaba dada la fuerte influencia de los sacerdotes, algunos de los cuales hasta con 25 años de servicio en la parroquia, como fue el caso de Benjamín Aristizabal entre 1909 – 1934.

INSPECCIÓN DE POLICÍA Y EL CONTROL DE DELINCUENCIA

Con la desintegración del municipio de Prado en 1909 nuevamente entró en funcionamiento la Inspectoría o Inspección de Policía como terminó por denominarse. Esta oficina se convirtió en puente de contacto entre los habitantes del corregimiento y las autoridades de la ciudad de Medellín. Constantemente el Inspector informaba acerca de las necesidades en materia de obras públicas, educación y atención local a los enfermos. A su disposición se halla además un Secretario y un grupo de policías, siete en total en 1934, incluido un agente de vereda . Por ser la principal autoridad local, el Inspector, un funcionario de libre nombramiento y remoción, conocía los casos relacionados con la infracción de las leyes y los delitos ocurridos en su territorio. Las instalaciones donde despachaba, una casa de tapia y teja con solar y agua potable frente a la plaza, para 1920 eran propiedad de Joaquín Antonio Betancur, quien las arrendaba por ocho pesos mensuales tanto para Inspección como para la cárcel . Luego, tanto predio como casa, fueron adquiridos por la Alcaldía en 1926 en la cantidad de 2.000 pesos oro .

Aunque los habitantes del corregimiento se distinguieron en términos generales por un comportamiento acorde con el respeto a la ley y

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91Entrevista con Gustavo Velásquez Betancur. Nació en 1925. Padres María José Betancur y Manuel Ricardo Velásquez. Albañil. Difunto. Noviembre 4 de 2007. 92Entrevista con Luís Hernando Gómez Patiño. Op. Cit. 93Crónica Municipal. No. 753, Año XXI, Medellín, junio 20 de 1932. pág. 6064 94Acuerdo No. 26 de 1920 “Por el cual se aprueba un contrato celebrado con el señor Joaquín Betancur”. En: Crónica Municipal. No. 273, Año IX, Medellín, febrero 27 de 1920. pág. 217095Acuerdo No. 143 de 1926 “Por el cual se un contrato celebrado con el señor Juan José Betancur, sobre compra de una casa para Inspectoría, cárcel y coso del corregimiento de Prado y se hace un traslado en el presupuesto de gastos vigente”. Los linderos era: por el frente con la plaza pública; por un costado, con propiedad de herederos de Abelardo Betancur; por el pie con terreno de Eduardo Escobar y por el otro costado, con inmueble del Presbítero Benjamín Aristizábal. En: Crónica Municipal. No. 482, Año XV, Medellín, junio 16 de 1926. pág. 3875 68

la autoridad, ocasionalmente se presentaban pleitos entre vecinos, riñas y algunos robos. Ni siquiera la disputa política entre los partidos Liberal y Conservador fue motivo de importantes fenómenos de violencia interna. Así quedó demostrado con los registros electorales que se preservan para los años 1923, 1934 y 1949. En el primer caso, el Inspector reportó absoluta tranquilidad el día de las votaciones. Al ser un territorio tradicionalmente conservador, de los 352 votos, 348 fueron por ese partido, mientras por los liberales sólo votaron 4 ciudadanos . En el segundo caso, de los 584 ciudadanos aptos para votar sólo lo hicieron de forma pacífica 109 por el liberal Alfonso López debido a que el partido Conservador no se presentó a las elecciones . Finalmente en el tercer caso, pese a un mayor avance del liberalismo en el corregimiento y del pleno auge de la Violencia política en el resto de Colombia, tampoco fue reportado ningún tipo de alteración del orden público. En esa ocasión, votaron por listas oficiales 825 ciudadanos distribuidos en cuatro mesas. Fueron 747 votos por el partido Conservador y 78 por el Liberal .

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Un ejemplo del reporte de actividades de la Inspección y su control de los delitos, de acciones contrarias a las normas y a las leyes, se presentó en 1934. Para ese año fueron atendidos un total de 40 negocios. Entre ellos, siete fueron por hurto, otros siete por robo, cuatro por daños en propiedad ajena, dos por heridas, tres casos de abigeato, tres afrentas, una conminación y dos abusos de confianza. Además, se reportaron algunas querellas de policía: dos por servidumbre de tránsito, dos por perjuicios en un predio, una sobre cerca y una por el uso del agua. Finalmente se comunicó como prófugos a Ignacio Betancur, culpado de daños en propiedad ajena; a Manuel Ceballos, Gilma Jaramillo y Manuel Sierra perseguidos por hurto; y a Heriberto Gil perseguido por robo . Acciones como estas sirvieron de antecedente para la captura de varios sindicados de distintos delitos. Así, en el año de 1936 fue informado que se encontraban en las cárceles de la ciudad algunas personas cuyos sumarios iniciaron en la Inspección de Prado. Entre los detenidos figuraban Francisco Estrada, acusado de hurto; Eleázar Marulanda, sindicado de estafa y Horacio Cano, perseguido por robo .

No obstante el vacío documental sobre el control de los delitos ocurridos en Prado en la primera mitad del siglo XX, se conserva un proceso judicial de especial significación por ser atípico entre las conductas perseguidas por la autoridad en el corregimiento. Se trata de un sumario iniciado en 1919 por violación a María Benilda Betancur, niña de 12 años. El acusado fue Cipriano Arango, leñador de 35 años, “de conducta mala en todo sentido”, “pobre”, “ignorante”, y “pertenece a la clase baja de la sociedad”. Según denunciaba María Benilda:

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Libreta de Servicio Militar de Argemiro Guzmán 1935Archivo Personal de Antonio José Guzmán

96AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 4 de febrero de 1923, folio 6r.97Anuario Estadístico del distrito de Medellín 1934. Medellín, Tipografía Bedout, p. 11698AHM. Alcaldía, Comunicaciones, tomo 73, 5 de junio de 1949, folio 503r.99AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 1 de diciembre de 1934, folio 9r-14r.100AHM. Alcaldía, Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, tomo 34, 2 de octubre de 1936, folio 19r

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“El domingo ocho de los corrientes

por la tarde me mandó mi padre a

llevar a la casa de Cipriano Arango,

sitio en Potrerito de esta fracción,

una carne, y cuando le entregué la

carne, pues estaba solo dicho

Arango en su casa, éste me tomó

de los brazos y me subió a una

cama por la fuerza, me alzó el

vestido y se me montó, y yo sentía

un dolor por entre las piernas; yo

lloraba, gritaba pero nada me valía

porque me tenía oprimida, siendo

como es un hombre fuerte y soltero.

Yo no sentía dolor ni humedad de

ninguna clase. Advierto que anterior

a esto ocurrido el domingo, ya había

hecho conmigo este mismo hombre

lo mismo. Cuando yo gritaba me

decía que no gritara y me ofrecía

dinero. Yo le decía que me soltara

porque tenía que irme ligero.

Cuando e l hombre es taba

montando en mí, sentía una cosa

que me dolía mucho. Arango

montado en mí sin soltarme, vino a

desmontarse porque a esto llegó

Jesús María Ortiz Betancur y lo

encontró encaramado en mí; y

cuando vio a Ortiz B., ligero se tiró al

suelo, y yo salí con prontitud y me

fue para mi casa […]”101

Dos días después de consumado el hecho se

dio el reconocimiento perital a la afectada por

los médicos legistas, doctores Juan Uribe W. y

Jorge Saenz, pero ya se habían borrado los

rastros de la violencia o señales del delito. Sólo

se confirmó que María Benilda era impúber. Por

tanto, y debido a la ausencia de pruebas

fidedignas sobre el cuerpo de la víctima, las

autoridades le restaron importancia a la

denuncia y no enjuiciaron al acusado .

Del escaso número de expedientes

conservados sobre el tema del control de

delitos y conductas contrarias a las normas

efectuadas en el corregimiento, queda por

mencionar un último caso atípico. En 1949 la

Fiscalía tuvo conocimiento de que en San

Antonio de Prado ocurrieron graves hechos

delictuosos. A principios de diciembre, un

sábado por la noche, fueron violados varios

domicilios y lesionadas de gravedad Filemón

Aristizábal, Secretario de la Inspección; su

esposa, Olivia Giraldo y el señor Neftalí

Betancur. Estos sucesos ocasionaron una

investigación a fin de esclarecer los motivos y

responsables , pero no fue informado al

público de sus resultados.

102

103

101AHJM. Fondo criminal, documento 10166, caja 452, 10 de junio de 1919, folio 1r-1v.102AHJM. Fondo criminal, documento 10166, caja 452, 19 de septiembre de 1919, folio 22v.103AHM. Alcaldía, Comunicaciones, tomo 87, 7 de diciembre de 1949, folio 224r.

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Cronología de eventos, 1903 - 1950

Fecha Evento en San Antonio de Prado Evento en Colombia y Antioquia

1903 Erección del municipio de Prado mediante Ordenanza No. 2

1907 Fundación de la primera biblioteca

denominada Simón Bolívar

1909

.

Finalizó el gobierno del General Rafael Reyes

1912 Estuvo en funcionamiento una línea telefónica para la Inspección de Policía

1925 Contrato con la empresa El Ancón para suministrar fluido eléctrico

Terminó el gobierno del General Rafael Reyes luego de efectuar reformas económicas y de ordenamiento político administrativo

1923 Inició la construcción de un matadero público e higiénico

1927 Construcción casas para obreros

1928 Compra de lotes de terreno para la construcción de la carretera Prado – Itagüí

1930 Se estima en 3.767 la población del corregimiento, con un predominio de la rural sobre la urbana

Regreso del partido Liberal a la Presidencia de la República con Enrique Olaya Herrera

1934 Epidemia de sarampión. Llegaron al corregimiento las Hermanas Carmelitas Misioneras

Asumió la Presidencia el liberal Alfonso López Pumarejo con un amplio programa de reformas sociales

1937 Por Acuerdo 117 entró en funcionamiento un centro de enseñanza nocturna. Para ese año se estima la población en 4.388 personas

1939 Contrato para la construcción de un acueducto moderno

1940 En esta década llegaron los Reverendos Hermanos de las Escuelas Cristianas y levantan un amplio edificio en La Florida

1943 Fundado un colegio para señoritas por las Hermanas Carmelitas Misioneras

1946 Regresó el partido Conservador al poder con Mariano Ospina Pérez

1948 Apertura de un nuevo hospital con apoyo económico de Diego Echavarría Misas

Muerte del liberal Jorge Eliécer Gaitán y estallido del Bogotazo

1950 Llegada al corregimiento del sacerdote Lorenzo Salazar

Agudización de La Violencia con el gobierno conservador de Laureano Gómez

TABLA Nº 8

Decreto Presidencia No. 10 por el cual se elimina el municipio de Prado. Acuerdo No. 6 del municipio de Medellín por el cual se incorpora a Prado como fracción.Llegó al corregimiento el sacerdote Benjamín Aristizábal

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CAPÍTULO 5CAPÍTULO 5CAPÍTULO 5CAPÍTULO 5

SOCIEDAD, ECONOMÍA Y POLÍTICA EN EL CORREGIMIENTO DURANTE LA

SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

Los últimos cincuenta años del siglo XX y la primera década del siglo XXI han sido el e s p a c i o p a r a l a s g r a n d e s

transformaciones en San Antonio de Prado. Un aumento demográfico sin precedentes que entre 1973 – 2005 quintuplicó la población, pasando de 13.957 habitantes a 72.590, es un primer aspecto de los recientes procesos históricos. La mayor cobertura de los servicios públicos domiciliarios y de salud, el desarrollo de nuevas obras de infraestructura vial y la masificación de la educación en los niveles primario y secundario

son otros aspectos. Sobresale, asimismo, importantes rupturas. La hegemonía política del partido Conservador desaparece, la economía agraria disminuye su protagonismo como principal fuente de generación de recursos económicos y la sociedad hace cada vez más tránsito hacia modernidad. S imul táneamente, se for ta lecen las expresiones artísticas, deportivas y culturales, aumentan las organizaciones comunitarias y se incrementa la intervención social en la planeación del desarrollo local. Estos cambios han logrado que hoy San Antonio de Prado se posicione como el corregimiento más importante del área metropolitana en cuanto a población, a la vez de transformarlo en un territorio complejo social y políticamente.

Celebración religiosa a mediados del siglo XXArchivo Personal de Argemiro Guzmán

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DEMOGRAFÍA Y PROCESOS DE URBANIZACIÓN

En la década de 1950 San Antonio de Prado era descrito aún por las autoridades eclesiásticas como un espacio especialmente rural . Su fisonomía agraria, la dispersión de la población en asentamientos de pocas dimensiones y en medianas y grandes fincas quedó registrada luego de realizarse el primer plano catastral después de 1956 . Se trataba de una sociedad relativamente pequeña con menos de 5.000 habitantes, la mayor parte de los cuales residentes en las veredas del corregimiento. Familias numerosas, una alta tasa de natalidad, un moderado flujo de inmigración y constantes mejoras en la prestación de los servicios médicos, permitieron un constante crecimiento poblacional. No obstante el notorio aumento demográ f i co , por var ias décadas e l corregimiento parecía mantenerse al margen del fenómeno de urbanización que impactó fuertemente el centro del Valle de Aburrá y la ciudad de Medellín. Posteriormente la situación cambió de forma dramática. Para finales del siglo XX la parte baja y central del territorio fueron afectadas por el desarrollo de proyectos habitacionales de gran envergadura. La llegada de nuevos pob lado res aumen tó l as problemáticas socioeconómicas locales. Se agudizó la presión por los recursos naturales y por la inversión pública destinada a la construcción de obras de infraestructura vial y a la atención de las necesidades básicas en temas de educación y salud pública.

El crecimiento demográfico experimentado por San Antonio de Prado desde mediados del siglo XX hasta 2005, afrontó al menos tres etapas diferenciadas. Un primer momento se dio durante la década de 1950 hasta mediados de la década

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de 1960 cuando la población total no llegó a los seis mil habitantes. Las características principales fueron una fuerte tasa de natalidad contrastada con una alta mortalidad en niños de ambos sexos. Entre 1951 - 1965 se efectuaron en la parroquia 5.253 bautizos y 589 defunciones de menores de diez años [o sea el 54.4% de las defunciones totales de esos años]. En este primer periodo se conservan muchos de los troncos familiares de la primera mitad del siglo XX. Apellidos como el Betancur, Ortiz, Escobar, Montoya y Echavarría, son los más frecuentes. En términos generales, todavía se t ra ta de una poblac ión mayoritariamente rural que experimentó pequeños flujos migracionales de desplazados por la Violencia política. La relación con los centros industriales del sur del Valle de Aburrá como fuerza de trabajo apenas estaba iniciando.

1AAM. Fondo: Despacho Arzobispal. “Autos de las visitas Pastorales”. Caja 11, Libro 1, 1946, 1953 y 1957 folio 144- 149.2Acuerdo No. 21 de 1955. Por el cual se aprueban unos contratos [Plano Catastral de Prado]. En: Crónica Municipal. No. 1214, Medellín, enero 18 de 1956. pág.126

Casa de la Calle 10 Plan de Desarrollo Cultural de San Antonio de Prado

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Un segundo momento del crecimiento poblacional se presentó entre 1965 y 1989. Propiamente es un periodo de transición hacia la sociedad urbana. Hasta 1982 el mayor porcentaje de habitantes se distribuían en los sectores rurales , luego de lo cual inició el predominio de la población urbana con la consolidación de algunos barrios y la creación de las primeras urbanizaciones. Concretamente se pasó de 5.780 habitantes en 1964 a 13.957 residentes en 1973 [7.222 rurales y 6.735 urbanos] para llegar a unos 22.555 en 1989

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4

5.

3Alcaldía de Medellín - Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos. Anuario Estadístico de Medellín de 1982. Medellín, 1983. Pág. 1304Dato presentando en Revista de Planeación Metropolitana No. 7, “Corregimiento de San Antonio de Prado”. Medellín, 1993. Pág. 13. 5Alcaldía de Medellín. Op. Cit. Anuarios de 1973 y 1989.

GRÁFICO Nº 4

Fuentes: Anuario Estadístico de Medellín, años de 1973 a 2002; Corporación Ecológica y Cultural Penca Sábila – Departamento Administrativo de Planeación Municipal. Plan de Desarrollo Participativo del

Corregimiento San Antonio de Prado. Medellín, 2007 y Revista de Planeación Metropolitana No. 7, Medellín, 1993.

Familia Grajales año 1961. Archivo personal de las Hermanas Grajales

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Las características principales de este periodo fueron alta natalidad y disminución en la mortalidad infantil. Fueron bautizadas desde 1966 hasta 1989 unas 7.851 personas y fueron reportadas 507 defunciones de menores de 10 años [un 24% de las defunciones totales]. Otra de las características fue el poblamiento de muchos de los predios cercanos a la antigua vía principal y la periferia del casco urbano del corregimiento. Por tratarse en algunos casos de terrenos geológicamente inestables, las épocas de lluvia tuvieron efectos negativos como ocurrió en 1973 con un deslizamiento que sepultó a varias familias en la vía Prado – El Vergel, falleciendo en esa ocasión 13 personas. Asimismo, el aumento poblacional se dio endógenamente debido al nacimiento de hijos de antiguos habitantes de Prado y exógenamente con la llegada de nuevos residentes. En ambos casos, el crecimiento poblacional se vio afectado positivamente por el estímulo de fuentes de empleo generadas por las industrias del sur y centro del Valle de Aburrá.

Un último periodo de crecimiento poblacional inició desde 1990 y aún continúa. Entre sus características estuvo una drástica diminución de la mortalidad infantil durante 1990 – 1997. En esos años sólo se registraron 60 defunciones en la Parroquia en menores de 10 años [el 5.2% del total de defunciones] mientras fueron bautizadas 5.726 personas. Otra característica fue la acelerada urbanización de la parte baja y central del territorio con dos modelos de ocupación principales. De una parte, se ejecutaron proyectos de vivienda seriada con completa dotación de servicios públicos en grandes lotes antes dedicados a la producción agropecuaria o a la recreación. De fuerte incidencia fueron en la década de 1990 la construcción de las urbanizaciones Limonar [en sus distintas etapas] con 2.670 viviendas, Compartir con 600 apartamentos y Prados del Este con 170. A estas le siguieron después del año 2000 otros grandes proyectos. Fue el caso Ciudadela Prado con 674 apartamentos, Campiñas de San Antonio con

275 viviendas, El Remanso con 320, Prados del Campo con 337, Serranías con 600 y aún en construcción el complejo Barichara con 2.227. En su conjunto, son más de 30 nuevas urbanizac iones que en e l contexto metropolitano figuraron entre las más económicas. Con ellas emergieron barrios nuevos y otras centralidades que no siempre tuvieron la mejor aceptación, como lo fue la polémica construcción del Limonar para albergar familias provenientes de zonas de alto riesgo y barrios pobres de Medellín. Según el periódico local El Reflector, llegarían unos 15.000 nuevos habitantes, muchos de ellos en condiciones de extrema pobreza, lo cual agudizaría la fal ta de recursos del corregimiento para atender tantos habitantes .

En el proceso acelerado de urbanización se destacó otro modelo. Es el caso de la construcción de asentamientos en la periferia del casco urbano tradicional del corregimiento sin cubrir todos los requerimientos de servicios públicos y optimas condiciones del terreno. Por contraste a las urbanizaciones, estos otros lugares se caracterizan por mayores condiciones de hacinamiento, ausencia completa de espacio público y aún más visibles niveles de pobreza. Los habitantes edificaron sus viviendas adaptándolas al terreno montañoso y, en algunos casos, sobre las márgenes de las quebradas. Sobresalen entre los múltiples asentamientos de este tipo los barrios Las Coles, parte de Los Salinas, María Auxiliadora, Santa Rita, Guayabal La Oculta y algunos sectores de La Verde.

Los p rocesos de u rban izac ión de l corregimiento han tenido varios efectos. De los 22.555 habitantes proyectados para 1989 se pasó en 2005 a 72.590 , cifra que con la inauguración de las últimas urbanizaciones pueden aproximarse a las 83.000 personas. La consecuencia directa de triplicar en tan corto tiempo la población ha sido una problemática fuerte en el tema de la identidad. Se puede afirmar que la mitad de los residentes no llevan

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6Periódico El Reflector No. 43. “¡15.000 habitantes más en Prado!”. Medellín, Abril de 1988. Pág. 1, 57Ver: Corporación Ecológica y Cultural Penca Sábila – Departamento Administrativo de Planeación Municipal. Plan de Desarrollo Participativo del Corregimiento San Antonio de Prado. Medellín, 2007.

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más de 10 años en Prado y desconocen como ha sido la historia local y el funcionamiento de la administración corregimental. En el aspecto ambiental, la disminución de los espacios con vegetación y su reemplazo con construcciones ha representado una importante pérdida para los pradeños, no resarcida al menos con una reserva natural en el centro del territorio. Asimismo, los recientes procesos de urbanización y la llegada masiva de foráneos modificaron la situación de orden público y, relacionados con dinámicas del Valle de Aburrá y Colombia, aumentaron fenómenos de delincuencia común y organizada. Igualmente, se ha producido una mayor presión para la dotación servicios públicos. Ha sido constante la demanda por la construcción de establecimientos educativos y de salud, la adecuación y mejora de vías y la creación de infraestructura como canchas y parques para recreación, temas estos retomados en los siguientes acápites.

RUPTURAS Y PERVIVIVENCIAS EN LA ECONOMÍA Y LAS OBRAS DE

INFRAESTRUCTURA

Los pobladores de de San Antonio de Prado a mediados del siglo XX, mayoritariamente distribuidos en los campos en medianas y pequeñas propiedades, dedicaban mucho de su tiempo a las actividades agrarias. La tierra, el

comercio de distintos tipos de cultivos y la cría de ganado se distinguían por ser las actividades principales. Esa importancia del agro como fuente de trabajo y recursos económicos fue un elemento que continuó siendo importante hasta inicios del siglo XXI, pero ha sido impactado por algunos cambios. El desarrollo de proyectos económicos de corte más industrial-capitalista con la creación de granjas de aves de corral y de cerdos, además de la introducción de nuevas técnicas agrícolas y pecuarias, son las transformaciones más notorias. Igualmente, aunque se mantienen vigente la pequeña producción agrícola de familias campesinas, recientemente se ha diversificado la economía en el corregimiento. El sector del comercio y las medianas y pequeñas industrias son fuente de empleo local. Asimismo, el valle de Aburrá aporta cada vez más sitios de trabajo para los habitantes antiguos y los nuevos residentes de las urbanizaciones.

En el aspecto económico, semejante a como sucede en la demografía, la educación y las expresiones artísticas y culturales, se dan tres periodos diferenciados. El primer momento se desarrolló en la década de 1950 hasta mediados de los años sesenta. Son los años de la agricultura campesina tradicional y del auge de un cultivo nuevo: la azucena. Muy demandada por la moda, la azucena era transportada en vehículos tipo “escalera” a

Panorámica del casco urbano de San Antonio de Prado, Archivo Personal de Alex Betancur Mejía

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Medellín para abastecer un consumo en aumento. La flor incluso motivó la celebración de un reinado local y en su cultivo se distinguió Hernando Cano Restrepo en la vereda Astillero, Hernando Gómez o Raúl Cardona por contar algunos. Otros productos cultivados en pequeñas y medianas parcelas fueron la yuca, el plátano, la arracacha, el maíz, los árboles frutales y en algunas veredas [Llanogrande, El Vergel y La Florida] las plantaciones de café. Sobre este tema comenta Isidro Betancur Puerta:

“Mi papá tenía muchos cultivos, él cultivaba la yuca, la arracacha, la cebolla, también cultivaba la col y todos esos productos. Cuando ya estaban para sacar, nosotros los traíamos [Vereda La Verde] en hombros hasta Naranjitos, y después madrugaba a la mayoritaria donde es hoy la Alpujarra, la Plaza de Cisneros. Estamos hablando de 1944 en adelante”

La economía agrícola tenía complemento con el levante doméstico de ganado vacuno, caballar, mular y la cría de cerdos y de gallinas. En el centro del corregimiento se asentó un pequeño comercio local para la venta de productos traídos de las industrias del valle de Aburrá con toda

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clase de artículos, desde los platos de cerámicahasta el aguardiente y la cerveza. Los fines de semana el mercado dominical en la plaza fue sitio de encuentro para los habitantes y lugar de intercambio comercial para adquirir la carne, las verduras y la yuca para un consumo rápido por la ausencia de neveras. Así recuerdan el comercio durante esta época Luís Hernando Gómez Patiño:

“Sólo había dos tiendas, una de ropa y otra de víveres entre los conservadores, porque como le contaba, aquí habían tiendas de liberales y conservadores, eran de dos hermanos José Dolores y Pedro Antonio Betancur, Pedro tenía la agencia de compra de café y la agencia de víveres y José Dolores tenía la venta de ropa; en la Manguala había un almacencito chiquito para los liberales ”9

8Entrevista con Isidro Betancur Puerta. Fecha noviembre 6 de 2007.9Entrevista con Luís Hernando Gómez Patiño. Fecha noviembre 28 de 2007.

Ganado Caballar. Vereda La FloridaArchivo Personal Dairo Correa

Cultivos de Mostaza. Vereda La FloridaArchivo Personal Dairo Correa

La única obra de infraestructura destacada durante los años cincuenta y principios de los años sesenta continuó siendo la vía Heliconia – Prado – Itagüí que, pese a los continuos derrumbes y algunos pasos intransitables, ponía en contacto un amplio territorio con la ciudad. La ruta permitía el comercio automotor hacia Medellín y daba salida a excedentes de la

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producción agropecuaria. Con la carretera se posibilitó la conformación de las primeras sociedades para servicio particular de transporte, destacándose “Transportes Ortiz” hasta la primera mitad de los años sesenta cuando se transforma en cooperativa. Los tipos de transporte más utilizados fueron la escalera, el camión y el servicio de taxis. Sobre la génesis del transporte en el corregimiento recuerda asimismo Luís Hernando Gómez Patiño:

“El transporte empezó con un carrito c u a n d o l l e g ó e l g o b i e r n o conservador haciendo la carretera desde la Manguala hasta acá, antes era caminando, o a caballo. Un tipo que se l lamaba Monocucho consiguió un carrito de escalera. Al tipo le iba supremamente bien y luego consiguió un carrito de carga, pero uno debía avisar la víspera en que iba a ir a Medellín para él apuntar y saber cuantos pasajeros iban a haber y a qué horas iba a salir. Había días en que uno se sentaba a las 5:00 a.m. y salía a las 7:00am con 8 ó 10 pasajeros y de regreso sentarse en Medellín a las 2:00 p.m. porque no se sabía a que hora iba a salir. Eso no duró mucho porque se consiguió otro carrito, llegaron dos automóviles más al pueblo y la gente platuda contrataba el automóvil. Más que todo el día miércoles día de feria y todo los que mataban novillos ya tenían el cupo”

Un segundo momento se dio desde mediados de los años sesenta hasta principios de los años noventa. Las características más notorias fueron la introducción de algunos elementos de la economía capitalista al agro y la pervivencia de la producción campesina de pequeña escala, el desarrollo de la economía de transporte urbano, la expansión del comercio local y un aumento considerable de la población con puestos de trabajo en la industria, el comercio y los servicios en el sur y centro del valle de Aburrá. Este periodo es la época de transición de la sociedad rural a la sociedad urbana actual.

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Sigu iendo la vocac ión ag ra r ia de l corregimiento, la agricultura y la ganadería fueron las primeras fuentes de ingresos económicos. Sectores como Potreritos, El Vergel, La Florida, El Astillero, Llanogrande, San José, La Verde y Montañita estuvieron parcelados en pequeñas y medianas propiedades donde se cultivaban productos para la venta y para la alimentación familiar, en muchos casos simultáneos con la cría de diferentes ganados. Tres nuevos cultivos estuvieron en auge: el gladiolo, la rosa y el tomate de árbol. La siembra y comercio de la azucena dejaron de ser rentables por los cambios en la moda y el gladiolo se perfiló como su remplazo por poco tiempo. Las rosas, de m a y o r c o n s u m o e n l o s m e r c a d o s internacionales que en el interior de Antioquia, terminaron por decaer. Y en la década de 1980 las plantaciones de tomate de árbol se presentaban como el nuevo producto por excelencia , pero por cambios en los hábitos de los consumidores y cíclicas pestes pasó a un segundo plano en la economía agraria. Para su comercialización funcionó una cooperativa, COOFRUSANA, impulsada por el Euclides Betancur y algunos cultivadores de la fruta quienes fueron sus asociados.

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10Ibíd.11El Reflector. No. 33. Jorge Escobar. “Aportes a un análisis histórico sobre la actividad agraria en Prado”. Medellín, febrero de 1987. Pág. 7

Vereda San JoséArchivo personal de Juan Bedoya

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Con una población mayoritariamente rural, como quedó registrado en los anuarios estadísticos de Medellín durante la década de 1970, la agricultura y la ganadería se modernizaron parcialmente. Se introdujeron abonos químicos para mejorar el rendimiento de los cultivos y se generalizó el uso de plaguicidas para controlar los parásitos de las plantaciones. Igualmente, comenzaron a plantarse bosques de pinos en grandes extensiones en los sitios de La Florida, Astillero y El Salado. Con el establecimiento de empresas como Forestales Doña María hubo afectaciones sobre la biodiversidad del ecosistema nativo y, en el campo social, se dio la alteración de los patrones sociales de las familias campesinas que luego de vender sus parcelas se desplazan a otras partes del corregimiento o terminan siendo asalariados rurales.

construyeron granjas avícolas en las veredas La Verde, Llanogrande y Potrerito con dos fines: la producción de huevo y el engorde de pollos. La industria de las aves de corral propició la creación de una planta de procesamiento de pollos, Pollocoa, en la vereda La Verde con la consecuente apertura de fuentes de trabajo local para obreros del corregimiento.

Ligado a la economía agraria fue la explotación de materiales para la construcción en inmediaciones de la quebrada Doña María. Arenas para la construcción y piedras se transportaban para el mercado local de San Antonio de Prado. Este tipo de extracción fue rentable gracias a cambios en la técnica constructiva de las viviendas y de otro tipo de edificaciones que emplearon el cemento, dejando de lado las tapias levantadas con tierra.

En el aspecto comercial, este tuvo un fuerte impulso por varios fenómenos. Primero, una mayor movilidad generada por la vía de acceso a Itagüí y Medellín, y el desarrollo del servicio de transporte de carga y de pasajeros. Segundo, un mayor poder adquisitivo de los habitantes gracias a los trabajos que adquirieron en las fábricas y empresas de la ciudad. Rápidamente por tales fenómenos se consolidaron los negocios de abarrotes del corregimiento manejados por Pacho y Roberto Escobar, Ignacio Betancur, Pedro Luís Ortiz y Bernardo Hurtado “Monocucho”, quien igualmente distribuía El Colombiano y tenía negocio de sastrería, ferretería y cafetería . 12

Propiedad de Carlos MuñozSector El Astillero

Transporte de Escalera década de 1950Archivo Personal de Alonso Betancur Cano

Fuente: Buses

12Municipio de Medellín, Secretaría de Cultura Ciudadana: “Plan de Desarrollo Cultural San Antonio de Prado 2007-2017”. Unión Temporal Plan de Desarrollo Cultural. 2007.

En el campo pecuario, se intensificó el uso del alambre de púa para separar los potreros de las fincas y aumentar el rendimiento de la tierra. La leche empezó a ser comercializada fuera de los límites del corregimiento y se inició la industria de los derivados lácteos en pequeña escala. Asimismo empezó a darse una especializaciónde la cría de cerdos con algunas granjas en las veredas de Potrerito y Astillero. También se

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Relacionado con el comercio fue la venta de la carne. Empezaron a funcionar las carnicerías donde se encontraba una buena oferta del producto debido a la apertura del matadero local. En ellas se vendía carne de res y cerdo curada o salada por la ausencia de refrigeradores, y se utilizaba el hueso sobrante para sacar el aceite. Se abrieron también dos cacharrerías: la de Luís Castaño ubicada al frente de “Samuel Pecoso” y la de Jorge Betancur ubicada al lado de la iglesia. En el mismo sector central del corregimiento funcionaron bares y cantinas; los primeros propietarios fueron Porfirio, Tulio Ortiz y Samuel Escobar. Otro bar de recordación popular fue el de Modesto, donde además se vendía comida de fritanga .

Similar al estímulo que sufrió el comercio producto del moderado avance de la urbanización, se dio otro en el sector de los servicios. Aunque desde la década de 1950 hubo prestación de servicios como sastrería, barbería y albañilería, la mayor demanda por su prestación se dio desde mediados de los sesenta. En el caso de la sastrería, se encuentran artesanos representativos como Juan Rico [heredó el oficio de Otoniel González], Bernardo Hurtado, Luís Castaño y Jaime Ortiz, quien ofrecía además el servicio de alquiler de prendas. Al respecto anotaba el último:

“Yo empecé a trabajar en un local de Juan Rico, él era peluquero y sastre, eso estaba donde es hoy el asilo, era en una piecita, yo trabajé unos 4 años allá, pagaban 70 centavos por cada pantalón, pero había mucha competencia, podía hacer 10 ó 15 pantalones en la semana […]”

Al oficio de barbero se dedicaron a mediados del siglo XX Juan Rico, que tenía la barbería donde actualmente está el negocio de Don Joel, y Don

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José Castaño (Niño Jesús) con otra ubicada en Paloblanco. Con posterioridad abrieron algunas más, donde hoy funciona Mercados La Oferta, existió la barbería de Félix Acosta y en el sitio ocupado por el almacén de zapatos de Jorge Quiceno tuvo la suya Don Rubén Gutiérrez; el último de los barberos fue Misael Acosta. Ha desempeñado el oficio luego de haberse pensionado a principios de los sesenta en el local de las “Las Tías” .

En el ramo de los servicios, la carpintería y albañilería han sido los oficios tradicionales que no ha perdido su vigencia. Con respecto al segundo oficio, apareció como una adaptación del barequero y el tapiador a los nuevos materiales del adobe, la arena y el cemento. Como albañil se distinguió Manuel Velásquez, su hijo Gustavo y los nietos, quienes han heredado el arte de la construcción. El reconocimiento de su trabajo le posibilitó emplearse en la construcción del último templo parroquial y un sinnúmero de remodelaciones y construcciones de casas en San Antonio de Prado.

Uno de los avances en materia económica más destacado de éste segundo periodo fue el ramo del transporte de pasajeros, gracias a la creación en 1964 de la Cooperativa de Transporte de San Antonio de Prado, Cootrasana. En el proceso de organización del transporte público fue protagonista Ignacio Betancur, “Pinilla”, quien en materia política introdujo la Anapo en el corregimiento. Los primeros propietarios de un bus fueron Darío y Guil lermo Betancur, conocidos como “Malicias”. En su vehículo llevaban pasajeros a Itagüí y Medellín, mientras que las pocas Escaleras se destinaron al transporte rural, es decir, al transporte de pasajeros y carga desde Prado hacia Heliconia, Armenia y Sevilla.

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13Ibíd. 14Entrevista con Jaime de Jesús Ortiz Espinosa. Oriundo del corregimiento, está jubilado y atiende su propio negocio de Productos Botánicos. Fecha noviembre 25 de 2007.15

Cronología Plan de Desarrollo Cultural San Antonio de prado 2007-2017.

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El ingreso de más buses comenzó a cambiar las dinámicas de San Antonio de Prado. El parque varió parte de su función al servir de espacio de llegada de los buses. Le fue reemplazada la pileta de bronce por otra más adecuada a las necesidades del sector de transporte para surtir a los vehículos de agua para su limpieza . Durante los años 70 la cooperativa de trasportes pasó a ser la única en prestar el servicio en el corregimiento, pero tenía limitación para modernizar y ampliar su parque automotor, además de definir discrecionalmente las tarifas y los horarios del servicio. Estos problemas generaron en los usuarios inconformismo por que el servicio no se correspondía con las exigencias de comodidad y agilidad necesarias. El crecimiento del servicio permitió ampliar el número de buses. En la década de 1970, según Javier de Jesús Ruíz,

“El parque automotor era de 50 buses y el bus más elegante que había aquí era un carro que trajeron de Expreso Bolivariano un Ford 68, una piragua, era la nave del mundo, tenia carrocería agogo, era una cosa del otro mundo, habían también carros muy pequeños que todavía la puerta era en la mitad y abrían con manivela y siempre ha habido escaleras y también hacían parte de la cooperativa solo que esos eran para ir a carretera como a Heliconia, Sevilla y Ebéjico”

Si bien Cootrasana monopolizó el transporte de buses, los taxis empezaron con una dinámica más improvisada cuando algunas personas adquirieron automóviles y los ubicaron en el parque para brindar su servicio. En un principio había sólo 10. Estaba el de “La Mula”, el de don Bernabé, el de “Pate-coca” y el de don Bianor Escobar, entre otros. Los modelos y marcas eran Ford 61 negro, el Ford 55 y el Ford 61 . Con el

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aumento de población y necesidad de agilidad y la comodidad en los desplazamientos el número de vehículos creció en la década de 1980. Los taxis, junto con carros tipo Jeep, fueron los más demandados para hacer recorridos entre el centro del corregimiento y las veredas, transformándose en una fuente nueva de empleo. La mayor diversificación económica se vio reflejada también en la construcción de obras de infraestructura vial, especialmente entre el centro del corregimiento y las veredas. Impulsadas en gran medida por las Juntas de Acción Comunal, fue generalizada la pavimentación de los antiguos caminos para dar paso a es t rechas ca r re te ras . Simultáneamente inició la movilización popular para presionar la construcción de una nueva carretera para el corregimiento que solucionara los problemas de movilidad producto de aumento de vehículos. En 1989, El Reflector anunciaba un proyecto de conexión vial Prado – Medellín financiado por valorización. Se proponía unir por fin al corregimiento con la capital de Antioquia luego de noventa años de habérselo anexado. La obra costaba entre 4.500 y 5.000 millones en pesos de la época y su trazado arrancaría en Belén Rincón y pasaría por el Alto de Manzanillo – Alto de las Mercedes – Urbanización Calatraba – Pradito parte baja – Vereda Laverde – Vereda El Salado y cabecera de Prado. Aunque mucho fue el optimismo y las expectativas, nunca se realizó la carretera y aún hoy el territorio está aislado de Medellín.

El último periodo de los procesos económicos ocurridos a partir de 1950 tiene relación directa con el avance de la urbanización. Desde principios de la década de 1990 el auge urbanizador disminuyó el protagonismo del sector agrario como fuente principal de

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17Entrevista con Javier de Jesús Ruíz, “Terra”. No originario del corregimiento, pero ha estado incorporado a sus dinámicas de manera muy vivencial desde el trabajo, la política y la participación ciudadana. Fecha diciembre 5 de 2007.18Entrevista con Javier Ruíz, Op. Cit.

La descripción de este acontecimiento se encuentra relatado en: Ortiz Escobar, Roberto Adalid: “Los Perros y Medio”. Ed. Lealon. Medellín. 1999.

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empleo y de recursos económicos. La llegada de nuevos habitantes y flujos migratorios de población de las veredas hacia la parte central del corregimiento fueron factores positivos para un incremento del comercio. Pequeños establecimientos como minimercados, almacenes de muebles y ropa, papelerías y panaderías atienden mucha de la demanda en el suministro de alimentos, textiles y otro tipo de artículos. Son numerosas las carnicerías, los bares, las cantinas, ferreterías, depósitos de materiales y distribuidoras de productos para el agro en las inmediaciones del parque que suman, según la Ficha Física y Socioeconómica para el Presupuesto Participativo del año 2004, unos 296 establecimientos comerciales . En las últimas décadas iniciaron algunas labores pequeñas cerrajerías y varias industrias de pocas dimensiones, las cuales sumaban en 2003 unos ocho establecimientos industriales . En este último caso, existe una producción modesta de bloques de cemento en la Vereda La Florida, una empresa que fabrica puertas y ventanas de madera en el sector de la Limona pate baja y otra JA dedicado a la metalmecánica. La apertura de estos establecimientos se hizo más notoria luego de las reformas neoliberales del gobierno de César Gaviria que condujo a la quiebra de muchas empresas. Los trabadores despedidos, dado los altos niveles de desempleo, prefirieron reinvertir sus ahorros en pequeños negocios independientes de electrodomést icos, prenderías, sitios de comidas rápidas y zapaterías. Otro tanto corrió por cuenta de la inversión realizada gracias a las remesas introducidas al país producto de la inmigración de pradeños hacia Estados Unidos.

En el campo de los servicios, hubo un decaimiento en los oficios tradicionales de sastres, modistas y barberos. Se consolidan otros oficios como el peluquero, el mecánico, el fotógrafo, el técnico en sistemas, el taxista y el farmaceuta. Datos del año 2000 del Plan de D e s a r r o l l o L o c a l m e n c i o n a n 4 2 5

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establecimientos destinados a actividades económicas de este tipo. De ellos, el 10,9% se dedica a actividades mutuales, de corte y cepillado, de fotografía y de parqueadero. Otro 9% presta servicios de mantenimiento y reparación, telecomunicaciones, expendio de comidas, construcción, discotecas y actividades culturales y de recreación .

El fenómeno urbanizador en términos económicos no sólo benefició al comercio. El transporte público, específicamente la movilización de pasajeros en buses y colectivos para satisfacer una demanda constante, tuvo un resultado muy claro: la consolidación de Cootrasana como una de las principales empresas transportadoras y generadoras de empleo del valle de Aburrá. Varios de los cambios de la empresa han sido el relevo generacional de los fundadores, la entrada de nuevos socios al negocio, el aumento paulatino de buses, la depuración de los procesos administrativos y el mejoramiento de la infraestructura con oficinas, parqueaderos y acopio. Las transformaciones de Cootrasana la han articulado al sistema de movilidad de la ciudad, prestando eficientemente el servicio de transporte de pasajeros de Medellín al corregimiento y a los municipios vecinos en el occidente.

En el sector de los transportes también hubo un aumento en la oferta de taxis producto del desempleo generalizado por la crisis económica. Como una de las pocas alternativas para hombres que perdieron sus trabajos en las industrias, muchos tomaron su jubilación y compraron un carro, por lo general un Renault 9 o Mazda, y lo estacionaron en el parque. La organización de la oferta en el transporte motivó la aparición en 1994 de Cooprauto. La nueva empresa asoció a varios conductores y, pese a estar legalmente constituida, no obtuvo una licencia de transporte. Con las mismas características

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19Material de apoyo al Presupuesto Participativo de San Antonio de Prado, 2004. Por Departamento Administrativo de Planeación del Municipio de Medellín. 20Ibíd.. 21Departamento Administrativo de Planeación del Municipio de Medellín - Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila. “Plan de Desarrollo Local Corregimiento de San Antonio de Prado”. Medellín, 2007, pág.

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recientemente se conformó otra empresa, Cootranesa, que agremia bastantes asociados. Su situación es similar al caso anterior, cumple con la legalidad en su constitución, pero carece de licencia de transporte. Por el momento la única empresa que cumple con los parámetros exigidos por ley es Cootrasana, y para el servicio cuenta con una flotilla de taxis ubicados en la terminal de transportes. Sin embargo, el exceso de oferta en materia de transporte hoy afecta negativamente el escaso espacio público al no contar con adecuadas políticas de movilidad.

El restante sector económico de San Antonio de Prado, el agrario, en los últimos años pasó a un segundo lugar. Se mantiene la producción campesina para el mercado local y para la venta en los mercados de Medellín a una escala moderada. La variación más importante fue la introducción de invernaderos para mejorar la productividad de los cultivos con gran éxito. Por otra parte, la industria avícola ha sufrido periodos de crisis y aún sigue siendo destacadas las plantaciones de madera en algunas veredas. Ha sido notorio asimismo una mayor destinación del suelo a actividades pecuarias y el desarrollo de proyectos económicos con fuerte inversión de capital relacionados con el ganado porcino, donde la empresa líder en el sector es Porcicarnes.

Los efectos de las transformaciones urbanísticas recientes le dan la característica económica actual al corregimiento. Por encima de sectores como los servicios, las pequeñas industrias o la producción agraria, Prado pasó a ser lugar de habitación de familias de obreros y empleados del sur y centro del Valle de Aburrá. Esa dependencia económica de la mayor parte de la población recientemente establecida en el territorio generó fuertes conflictos. Parcialmente se solucionó uno referido a la movilidad con la apertura de una nueva vía, con el trayecto Prado – El Vergel – La Estrella – Estadio Ditaires comenzada un año después de posicionado Luís Pérez Gutiérrez y terminada por Sergio Fajardo Valderrama, su costo ascendió a 15.000 millones de pesos. Temas como el desempleo siguen siendo preocupantes.

PRESTACIÓN DE SERVICIOS DE SALUD Y CONSTRUCCIÓN DE LA NUEVA SEDE DEL

HOSPITAL

Con el proceso de urbanización y crecimiento de la población, el hospital Diego Echavarría Misas, inaugurado en 1948, rápidamente tuvo problemas para la atención eficiente de los habitantes, especialmente luego de 1990. Sus instalaciones, equipos y personal debían responder a una demanda continúa en la prevención de distintos tipos de enfermedades y atención de múltiples problemáticas de salud. Hasta entonces el principal logro hospitalario en el corregimiento, desde el punto de vista de las causas reportadas como motivo de muerte en los libros parroquiales, fue la disminución de la mortalidad infantil y de mujeres embarazadas entre 1951 y 1997. Tarea compartida con las mejores condiciones en el suministro de agua potable, gracias a los servicios de salud, a la vacunación, el avance cientí f ico en medicamentos más efectivos y los controles prenatales y durante el parto, descendió la tasa de mortalidad infantil enormemente. Por primera vez la población menor de 10 años ocupó el tercer puesto en la mortalidad, con un 26,6% de las defunciones que en total fueron 4.351. El segundo puesto lo ocupó la población mayor de 60 años con el 36,6% y el primero fue para aquellos entre los 11 y 60 años con el 37,6%. Estas cifras reflejan el impacto de un proceso sobre el cual se volverá en otros apartados. Se trató de la violencia de finales de los años ochenta y principios de los noventa. Por fenómenos de violencia murió, como se observa en la siguiente gráfica, la mayor cantidad de personas entre 1989 – 1997 en edades entre los 15 y 35 años.

La mortalidad infantil desde 1951 hasta 1997 fue causada en mayor medida por enfermedades digestivas como parásitos, desnutrición, gastroenteritis, peritonitis y difteria. Le siguió en importancia los padecimientos respiratorios como bronquitis, neumonía, tosferina, gripa e insuficiencia

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respiratoria. Otros padecimientos importantes fueron los cerebro - vasculares [trombosis, meningitis y derrames cerebrales], los accidentes y en varios casos heridas producto de la violencia doméstica y la delincuencia.

En términos generales, las defunciones en los otros grupos de edades tuvieron en gran medida padec im ien tos ca rd iacos , p rob lemas respiratorios y digestivos, padecimientos relacionados con el sistema circulatorio o sanguíneo [leucemia, septicemia, ictericia, acidosis] y, con un impacto constante, los distintos tipos de cáncer, fundamentalmente en los adultos mayores de ambos sexos. [Ver gráfica Nº 5]

Antes de la construcción de su nueva sede, el hospital no se distinguió por un gran número de personal empleado si se compara con el tamaño de la población de San Antonio de Prado. En 1978 se reportó un total de 23 profesionales laborando en sus instalaciones y un total de 15.936 habitantes del corregimiento. No hay registro de director, cirujano o higenista. Sólo había una secretaria, cuatro médicos, una enfermera, un odontólogo, 15 auxiliares de enfermería y un asistente de odontología. Para el momento, además, el hospital sólo tenía 36 camas en servicio .

Una década después el hospital, dependiendo directamente de Metrosalud, continuó

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GRÁFICA Nº 5

Fuente: Parroquia de San Antonio de Prado. Libros de defunciones, 1951 - 1997

22 Alcaldía de Medellín. Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos. Anuario Estadístico de Medellín de 1978. Medellín, 1979. 84

prestando labores en asistencia a nivel primario y secundario, con servicios de hospitalización y cirugía. Sus actividades son complementarias a las existen en otros tres consultorios médicos particulares en el casco urbano, dos consultorios odontológicos, cuatro farmacias, y dos laboratorios clínicos particulares. Durante 1988, las causas de morbilidad principales, que refuerzan los datos de los registros parroquiales en cuanto a las defunciones, fueron en la población adulta diez infartos agudos del miocardio y otras cinco enfermedades distintas al corazón, ocho enfermedades cerebro vasculares, seis enfermedades hipertensivas y cinco homicidios. En cuanto a la población infantil, fueron reportadas una muerte por anomalía congénita, una de morbilidad perinatal, una de accidente y otra de neumonía .

Ante los problemas de espacio del hospital, para su funcionamiento en 1999 se inauguró la nueva sede, con una amplia construcción inicialmente para atención nivel cuatro en salud [operaciones complejas]. La edificación, de arquitectura contemporánea, se ubicó en el terreno donde por décadas funcionó una escuela para niños del corregimiento. Adicionalmente, y sin alcanzar el nivel cuatro de atención en salud, opera el Centro de Salud del Limonar. En cuanto a sus servicios, un año después de inaugurado el hospital reportó que el primer lugar de muerte en el corregimiento fueron causadas por agresión, enfermedad isquemica del corazón, enfermedad cerebro vascular, y accidentes de transporte. En el segundo l uga r, se encon t raban l as enfermedades crónicas de las vías de respiración .

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AMPLIACIÓN DE LA ENSEÑANZA A LA EDUCACIÓN

MEDIA Y LA APERTURA DE LA SEGUNDA BIBLIOTECA

La última mitad del siglo XX encierra un fuerte significado para la instrucción pública en el corregimiento. De la formación elemental en las escuelas rurales y urbanas se procedió a la apertura de liceos para la educación media con distintos énfasis. Los cambios en materia educativa tuvieron como característica principal el protagonismo de la acción colectiva y la movilización social para presionar soluciones de cobertura educativa por parte de la administración municipal de Medellín y de Antioquia. Conjuntamente con el auge de las organizaciones culturales, los habitantes buscaron mejorar las condiciones de enseñanza con la adecuación de espacios apropiados para los establecimientos educativos, la apertura de unos nuevos y la creación de más plazas docentes. Esta situación fue claramente detallada por El Reflector en la década de 1980 con los artículos sobre protesta de padres, estudiantes y líderes, quienes se volcaron a la calle para reclamar soluciones radicales . El resultado de la movilización popular deja apreciar en 2007 en funcionamiento un total 25 instituciones educativas, entre principales y secciones. Son ellas la Institución Educativa San Antonio de Prado con las seccionales Escuela Manuel María Mallarino, Escuela Carlos Betancur Betancur y Escuela Potreritos; Institución Educativa Monseñor Víctor Widerman con las seccionales Escuela Luís Guillermo Echeverri Abad y Escuela Laverde; Institución Educativa Manuel J. Betancur con la seccional Gustavo Rodas Isaza [El Vergel]; Institución Educativa Fe y Alegría Limonar con la seccional Escuela Ventanitas; Institución Educativa San José

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23 Bedoya Jiménez, Gladis y Gloria C. Betancur Restrepo. Equipamientos comunitarios en salud y propuestas de mejoramiento con participación de la comunidad en San Antonio de Prado. Medellín, Universidad de Antioquia, 1989, p.108

24 Monsalve, Isabel Cristina. Participación en la planeación de desarrollo local del municipio de Medellín, Estructura del corregimiento de Prado, periodo 1995 – 2000. Medellín, Universidad de Antioquia, 2001, p. 4425Periódico El Reflector. No. 14. “El año entrante en Prado: población escolar a la calle”. Medellín, noviembre de 1983. Pág. 2 y El Reflector No. 40. “Educación media en Prado: insuficientes cupos para 1988”. Medellín, noviembre de 1987. Pág. 2

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Obrero [Antigua Granja Taller]; Institución El Limonar e Institución Ángela Restrepo Moreno. Operan asimismo los Centros educativos El Salado, Quebradalarga, Montañita, Yarumalito y El Astillero. Finalmente existen los colegios por

cobertura: Cooperativo de San Antonio de Prado, Empresario [nocturna, sabatina], Fe y Alegría Corvide [Prescolar a once] y Colegio Universidad Cooperativa de Colombia [Pradito, hasta noveno con preescolar].

Antigua construcción de los Hermanos Cristianos de La Salle, hoy Colegio San José ObreroArchivos personales de Alex Betancur Mejía - Dairo Correa

La diversidad de establecimientos educativos en básica primaria y la apertura de colegios para la enseñanza del bachillerato iniciaron fuertemente durante la década de 1960. Hasta entonces habían continuado funcionando las escuelas tradicionales, tanto las urbanas como las rurales. Los temas de enseñanza y métodos cambiaron poco. De esa etapa comenta Jorge Escobar Arroyabe:

“Recuerdo que primero de primaria lo daba Celina Escobar, segundo lo daba Roberto Betancur y el tercero Carlos Betancur, no era más. Enseñaban a leer, escr ib i r, operaciones y un poquito de geografía e historia. El estudio era riguroso, porque al menos si usted perdía el año lo tenía que repetir, no como la promoción de ahora, pero no había tantas materias. La jornada era doble, uno iba e 8 a 12, luego iba

almorzar y volvía hasta las 4 de la tarde y los sábados hasta medio día, acá estudiaba la gente del casco urbano, porque ya existían las escuelas de las veredas, había un solo grupo por cada grado. Era un cambio grande salir de esta escuela y entrar a donde los hermanos, pero gustaba mucho a u n q u e h a b í a n p o l í t i c a s diferentes”

En ese momento era costumbre enviar a pocos egresados de las escuelas a realizar estudios más avanzados en otros establecimientos del Valle de Aburrá. La posibilidad de tener una mejor fo rmac ión académica es taba condicionada, en la mayor parte de los casos, por las posibilidades económicas de las familias para solventar la educación de los jóvenes en colegios o internados alejados. Con el aumento de población rápidamente la

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26Entrevista con Jorge Escobar Arroyabe. Psicólogo, Su familia es de las antiguas del corregimiento. Participa en procesos comunitarios. Diciembre 27 de 2007.

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situación cambió. La demanda por la apertura de colegios propios para los estudiantes motivó en la comunidad la realización de distintas actividades. De 1964 la conformación de la Sociedad Amigos de la Educación, cuyo fin fue luchar por encontrar soluciones apropiadas a los problemas educativos de la localidad. La junta fue integrada por el Pbro. Samuel Jiménez, Presidente honorario; José Betancur, Presiente; Gabriel Sierra, Secretario; Ananías Hurtado, Tesorero; y los vocales Srta. Celina Escobar y los Sres. Libardo Mesa, Aicardo Hurtado y Erasmo Mesa .

Según lo anotaba el licenciado Ovidio Ochoa R. en 1969,

“La primera campaña de esta junta fue procurar la creación de un colegio de señoritas en la población, y en este sentido se logró interesar a varios diputados lo mismo que a los señores de Educación y Obras Públicas Municipales, Dres. Horacio Correa e Ignacio Molina, quienes en octubre de ese mismo año en visita hecha a la población lograron convencerse de la situación real de la enseñanza media en esta fracción de la ciudad, e iniciaron la aprobación de la Ordenanza No. 13 del 7 de diciembre de 1964, la cual creó el bachillerato femenino enSan Antonio de Prado” .

Pese a la disposición normativa, en 1965 el Departamento no pudo darle cumplimiento por motivos fiscales. La solución provino de la Secretaría de Educación Municipal que solicitó al rector del Instituto Popular de Cultura, Luis Oscar Londoño, situar en San Antonio de Prado una agrupación femenina. La acogida de la idea por el Instituto Popular permitió que febrero de

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ese mismo año se iniciaron las matriculas y clases para el 1º de bachillerato. Se empleó un local cedido por la Parroquia y acondicionado por la Sociedad de Amigos de la Educación. El primer grupo de señoritas lo conformaron 53 estudiantes, de las cuales 50 culminaron el año . Este grupo fue la base para conformar el Liceo Manuel J. Betancur, nombre que homena jeó a uno de los po l í t i cos conservadores más importantes de San Antonio de Prado. Los temas de enseñanza hicieron énfasis en las ciencias naturales, las ciencias sociales y las matemáticas.

En el siguiente año por Acuerdo No. 6 se creó el ciclo básico de bachillerato con orientación laboral en el Instituto Popular de Cultura y luego se dispuso que uno de estos grupos funcionara en San Antonio de Prado. Con estas medidas, se comenzaron matriculas para el bachillerato masculino. Iniciaron cursos de primer año 53 jóvenes, de los cuales lograron finalizar 46. A tales cambios se le sumaron posteriores aumentos en plazas docentes para atender la población estudiantil en aumento. Así, para 1967 se llegó a

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27AHM. Fondo Alcaldía de Medellín, Sección Secretaría de Educación y Cultura, Caja # 2, Legajo 1 de 1968-1969. “Breve historia de la educación en San Antonio de Prado” por el Licenciado Ovidio Ochoa R. 28Ibíd. 29Ibíd

En la foto aparecen el señor Luís Tirado Vélez, Dr. Octavio Correa Flores;

Padre Aureliano Restrepo y señor José Betancur V.Archivo de la Institución Manuel J. Betancur

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Desfile de alumnas Colegio Manuel J. Betancur- Archivo Institución Manuel J. Betancur.

Antigua Sede del Liceo Manuel J. Betancur, hoy remodelada para la Institución

Educativa San Antonio de PradoArchivo Institución Liceo Manuel J. Betancur,

18 profesores de tiempo completo y 2 coordinadores para un gran total de 529 alumnos distribuidos en 14 agrupaciones. La sección masculina contó para el grado 1º con tres grupos y un total de 137 alumnos; grado dos con 3 grupos y 98 alumnos; grado 3º con tres grupos y 43 alumnos. Por su parte la sección femenina estuvo integrada por tres grupos en el grado 1º y 107 alumnas; dos grupos para el grado 2º y 61 alumnas; un grupo para el grado 3º y 48 alumnas; y un grupo para el grado 4º con 34 alumnas .

Para atender el embrionario grupo de estudiantes y los nuevos alumnos en la década de 1970 inició la construcción de locales adecuados y se ampliaron los estudios a los dos últimos grados de enseñanza. Aunque una década después fue trasladado el Manuel J. Betancur a las instalaciones que ocupa actualmente, el espacio y el personal docente no eran suficientes para cubrir la demanda estudiantil. Desde 1979 se comenzó a solicitar más nuevos cupos, pues de los 500 egresados de las escuelas sólo 200 podían ingresar al bachillerato. Con el p ropós i to de in tegra r los es tud ian tes desescolarizados fue solicitado al Liceo Abelino Saldarriaga abrir una seccional en Prado. En mayo de ese año en las instalaciones de la escuela Monseñor Víctor Widerman comenzó el Instituto de

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Enseñanza Media, IDEM. Estuvo conformado inicialmente por tres grupos de primero de bachillerato con 96 alumnos y bajo la dirección de cuatro profesores de tiempo completo que se nombraron para dar cumplimiento al decreto No. 0601 de abril de 1979, más un profesor de T.C que pasaba de las plazas departamentales que funcionan el Liceo Municipal MJB. Fueron docentes en ese momento Josué Gómez Henao, Noelia María Pérez Granada, Libia de J. Lezcano Torres y Day Setella Árias Gómez .

El nuevo colegio afrontó dificultades en cuanto al material didáctico y de espacio. En 1980 fue traslado a las antiguas instalaciones del Manuel J. Betancur y un año después formalmente fue creado por el Decreto No. 0093 de enero. La independencia respecto al Abelino permitió conformar ocho grupos, pero en condiciones de hacinamiento por falta de aulas adecuadas y de silletería. Los grupos fueron cuatro de primero de bachillerato, tres de segundo y un tercero .

La importancia de estos centros de enseñanza se dio en dos aspectos. El primero fue la capacitación local de los estudiantes más allá de la educación básica primaria, lo cual les

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30Ibíd.31Institución Educativa San Antonio de Prado. “Historia del Idem”. Historial, 1979 – 1990.32Ibíd.

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permitió a sus egresados acceder a la educación superior y a puestos de trabajo en el sector industrial dado su mayor nivel de instrucción. El segundo, fue el papel de estos espacios como lugares de socialización cultural y política. Los colegios en la década de 1980 tuvieron una fuerte conexión con las expresiones culturales y académicas del corregimiento, situación registrada por el periódico local El Reflector. En junio de 1983, por ejemplo, se anunciaba la creación de un Club Científico en el IDEM con objetivos como promover el interés por el estudio del medio ambiente, realizar eventos culturales, programar cursos y conferencia. El Club contaba con junta directiva cuyo preside fue Samuel Escobar . Otro ejemplo por el mismo estilo fue la celebración de actividades culturales en el Manuel J. Betancur ese mismo año. Según lo anuncia el periódico, la programación contaba con desfiles con trajes típicos, grupos de danza, bandas de música, obras de teatro, partidos de futbol y baloncesto, maratones y carrera de observación .

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Si bien con la apertura del IDEM se amplió los cupos de enseñanza secundaria, aún la demanda superaba la oferta. El crecimiento del número de estudiantes matriculados en los distintos establecimientos educativos se observa en el siguiente cuadro. Entre 1983 – 1989 hubo una tendencia al aumento de estudiantes y en menor medida a la apertura de otros establecimientos educativos de primaria [cuatro nuevos] y secundaria [uno nuevo]. Los esfuerzos se centraron en eliminar el analfabetismo, pero se frenaron en el campo de la educación media por la saturación de los colegios que se vieron imposibilitados para recibir los egresados de las escuelas.

Interesados en ofrecer salidas a la problemática educativa en la enseñanza media, en 1988 se hizo la apertura de un nuevo colegio. En esta ocasión bajo el modelo del

Celebración de Estudiantes Archivo Institución Manuel J. Betancur

33Periódico El Reflector. No. 10. “Se crea Club científico en el IDEM SADEP”, junio de 1983. Pág. 334Periódico El Reflector. No. 13. “Liceo Manuel J. Betancur, programación”. Septiembre de 1983. Pág. 5

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Grupos de Estudiantes del Liceo Manuel J. Betancur Archivo de la Institución Manuel J. Betancur

cooperativismo y por iniciativa de personas de la comunidad se consiguió la fundación del colegio Cooperativo Empresarial de San Antonio de Prado. Respecto a los dos anteriores, hizo énfasis en la formación en aspectos comerciales y técnicos. Su propósito fue una mayor conexión entre la formación académica y el mundo

Población estudiantil y número de instituciones educativas de San Antonio de Prado, 1983 – 1989

Preescolar Básica primaria Básica secundaria

Media vocacional Totales Año

1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989

Alumnos Alumnos Inst. Alumnos Inst. Alumnos Inst. Alumnos Inst. 211 3.476 12 1.011 2 162 2 4.860 16 207 3.380 12 997 2 219 2 4.803 16 214 3.518 12 1.056 2 241 2 5.029 16 228 3.577 13 1.068 2 237 2 5.110 17 224 3.813 14 1.164 2 256 2 5.457 18 223 4.020 14 1.175 3 294 2 5.712 19 277 4.018 16 1.264 3 318 2 5.822 21

TABLA Nº 9

Fuente: Ceballos Agudelo, Rubén Darío. Diversificación de la educación Media vocacional en el Instituto de Enseñanza Media de San Antonio de Prado. Medellín, Tesis Magíster en Educación: sociología de la Educación, Universidad de Antioquia, Facultad de Educación, 1991.

sociolaboral metropolitano. Geográficamente se ubicó en la parte baja del corregimiento y para 1989 contaba con 85 estudiantes matriculados en los grados sexto, séptimo, octavo y noveno de bachillerato comercial nocturno .35

Nuevamente la creación de otro colegio fue insuficiente para satisfacer la demanda de educación media. En la década de 1990 se presentaron nuevas acciones colectivas de los habitantes para presionar respuestas por parte de las autoridades de Medellín y Antioquia. Durante 1994 se reportó que al menos 810 estudiantes en edades entre 12 y 20 años no tenían cupo en el Manuel J. Betancur y el IDEM. Luego de una asamblea de padres de familia y de algunos representantes de la comunidad se decidió emprender gestiones para el traslado de los pacientes del sanatorio Granja Taller y destinar sus instalaciones para un nuevo plantel. Los encargados de tramitar el tema fueron el sacerdote René Botero, Raúl Cardona, Gonzalo Giraldo Salazar, Rodrigo Garcés, Horacio Castaño y Alex Faber Bedoya. Posteriormente

con plazas docentes pertenecientes al IDEM y del Manuel J. Betancur comenzaron las clases para 374 estudiantes de sexto a noveno. Sin embargo, la creación formal la institución se dio en 1995 con el Acuerdo No. 16 y tuvo la particularidad de integrar la enseñanza primaria y secundaria.

Luego de efectuada la apertura del nuevo colegio el tema de la educación en San Antonio de Prado se perfiló de manera distinta. Se presentó la creación de nuevas escuelas, por ejemplo los centros de enseñanza Fe y Alegría en el Limonar, y más recientemente la conformación de instituciones educativas integradas con secciones o escuelas anexas, caso claro de la institución Monseñor Víctor Widerman. Además, recientemente la administración municipal de Medellín ha tenido

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35Periódico El Reflector. No. 43. “Nace nuevo colegio”. Abril 1988. Pág.436Institución Educativa San José Obrero. “Reseña histórica”. Medellín, inédito, 2007.

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mayor protagonismo en la mejora de la infraestructura de los planteles. En este último punto se distingue la apertura en 2007 de la Institución Educativa Ángela Restrepo Moreno en honor a la bacterióloga antioqueña que ha hecho grandes aportes en el campo científico.

La formación en los establecimientos educativos, tanto las escuelas como los colegios, ha sido complementada desde finales de los años cincuenta por la apertura de una segunda biblioteca. Semejante a como aconteció a principio del siglo XX, por iniciativa de algunos moradores del corregimiento se impulsó la idea de poner en funcionamiento material bibliográfico y ampliar con ello el acceso a textos escolares y académicos a los estudiantes. Según la compilación de documentos que presenta en Nostalgia de un pasado Nelson Ortiz, la invitación para formar la biblioteca fue del Dr. Francisco Gómez Correa durante la celebración de una Semana Cultural en 1957. Para esta obra donó escritorio, un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y 250 obras. Un año después, y gracias a las gestiones del médico del Centro de Salud, Dr. Jorge Arboleda, la biblioteca pasó a ser filial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Como decididos colaboradores de la nueva biblioteca estuvieron el sacerdote Lorenzo Salazar, Diego Echavarría, Jorge Arboleda, Javier Ramírez y las señoritas Rebeca Villa y Ligia Betancur . El establecimiento fue dotado posteriormente de más material bibliográfico, catálogo y elementos audiovisuales.

EXPRESIONES ARTÍSTICAS, ORGANIZACIONES

CULTURALES Y ACTIVIDADES RECREATIVAS

A diferencia de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX, caracterizadas por las costumbres y mentalidad propias de una

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sociedad agraria y de fuerte protagonismo de la Iglesia Católica, las últimas décadas han sido espacio para la pluralidad de prácticas culturales y expresiones artísticas. Las celebraciones y festividades religiosas, que no han perdido importancia, fueron acompañadas de las primeras representaciones teatrales, de un especial interés en la literatura, la música y la danza. A las tradicionales preocupaciones por e l adelanto mater ia l con obras de infraestructura y la mejora de la educación en el corregimiento, le siguieron esfuerzos por generar lugares de encuentro para promover el arte y la recreación. El balance actual de esas actividades da cuenta de tres periodos diferenciados. Se distingue en primer lugar la continuidad del papel central de la religiosidad en todas las expresiones culturales durante los años cincuenta. En segundo, y desde la década de 1960, se dio la conformación de las primeras organizaciones sociales enfocadas a incentivar las expresiones artísticas y, con gran notoriedad, el éxito obtenido por artistas locales en el campo de la escultura, la literatura y la música. Finalmente, el tercer periodo, iniciado a finales de los años noventa, se relaciona con la consolidación de proyectos organizativos para apoyar manifestaciones artísticas – culturales. La característica más destacada de este último momento fue una mayor movilización social de líderes locales y habitantes del corregimiento para demandar soluciones a la Alcaldía de Medellín, fruto de la cual aparece la Corporación Casa de la Cultura Celina Escobar Betancur.

El primer periodo se desarrolló durante la hegemonía conservadora en San Antonio de Prado, con la consecuente participación de la Iglesia y de las organizaciones religiosas. El folclor popular y las expresiones artísticas reflejaron las costumbres conservadoras y la religiosidad en numerosas festividades católicas. Se celebraban la Semana Santa, las fiestas patronales, el Corpus y la fiesta del Corazón de Jesús, entre otras. Era

37Ortiz, Nelson. Compilación de documentos relacionados con la historia de San Antonio de Prado titulado Nostalgia de un pasado. Medellín, Inédito, 1998.

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fundamental la decoración del templo y de las calles por las cuales pasaban las procesiones. En la fiesta de San Isidro, incluso, se construía un esmerado altar para promover el interés de los pradeños en las donaciones para obras sociales. Más allá de estos eventos, sólo tuvo notoriedad uno: el Reinado de la Azucena en 1953. Organizado también por la Iglesia en cabeza del sacerdote Lorenzo Salazar, párroco entre 1950 – 1961, para recolectar fondos con los cuales financiar el reloj de la parroquia . Este acontecimiento homenajeaba el cultivo más importante de la época, la azucena, y fue todo un espectáculo sin precedentes. Se presentaron las candidatas Ofelia Betancur Vásquez, Olivia Acosta Gutiérrez y Ligia Rico Bermúez. De ellas,

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destinado para la realización de actividades culturales, además de servir para llevar a cabo los cursillos matrimoniales y otros eventos de carácter religioso. Según lo recuerda Nolasco Mesa Tobón:

“[…] El primer teatro estuvo ubicado donde es la entrada del auditorio del IDEM. Las películas eran en Blanco y negro. El primer proyector lo compró el padre Lorenzo, él lo llevaba a la farmacia y lo guardaba. Nosotros pelaos y todo el mundo esperando que llegara el señor con el maletín de los rollos para la proyección. Eso era una belleza. El primero que aprendió a manejar el proyector está entre J. Montoya y Roberto Ortiz. Entonces la entrada era a 40 centavos, y antes de las películas eran las cornetas ubicadas en la esquina de mi Ranchito y del Danubio colocando pasodobles y todo el mundo ansioso […]”

No sólo se proyectaron películas en esos años. El contacto con la modernización y la ciudad permitió introducción de más cámaras fotográficas y, muy especialmente, de las filmadoras. Se filmaron las bodas de plata delpadre Lorenzo Salazar, otras actividades religiosas y un documental. Al respecto, comenta también Nolasco Mesa:

“La primera filmación de Prado la hicieron Eusebio Puerta y Roberto que fue las bodas de plata del padre Lorenzo. Hubo un circuito ciclístico desde el parque subían hasta la japonesa, y de ahí hasta la carretera de Heliconia y bajaban… Esa filmación se ve desde la torre [de la parroquia] y casi no había casas. En esa filmación está el maestro Hernando Montoya…

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Reina de la AzucenaArchivo personal de Ligia Rico

38Entrevista con la señora Ligia Rico que en su momento fue la ganadora del certamen. Enero de 2008 39Entrevista con Nolasco Mesa Tobón. Fecha noviembre 24 de 2007.

fue coronada la última.

De este primer periodo fueron las proyecciones de cine en formato 16 mm. El proyector fue traído precisamente por el padre Lorenzo Salazar. Primero se hicieron proyecciones en la desaparecida Escuela Manuel J. Betancur y luego en el teatro Cordilleras, un espacio

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Luego se hizo la filmación del milagro de la Santa Cruz. Los

improvisados del corregimiento y otros de lugares fuera de San Antonio de Prado. Posteriormente aparecen dos equipos nuevos: El América y El Millonarios, que reemplazaron al San Lorenzo. Entre ellos enfrentaban duelos pactados y a sus partidos solía asistir muchos espectadores. Unos años después, el América desapareció y continuó el “Millos”, pero lo reemplazado por el INOX, equipo este patrocinado por dueño de la fábrica de ese

40 Ibíd.41 Periódico El Reflector. No. 42. Mesa, Elkin Alberto. “José Horacio Betancur: gran escultor Colombiano”. Medellín, enero de 1988. Pág. 4

Sacerdote Lorenzo SalazarArchivo Personal de Rogelio Barrera

el sacerdote Salazar construyó una cancha donde hoy se ubican las instalaciones de la Institución Educativa San Antonio de Prado, antiguo IDEM. La cancha fue dividida para los niños grandes y los pequeños. El auge del futbol motivó la conformación de lo primeros equipos locales. Nolasco menciona El San Lorenzo y los desafíos que protagonizó contra otros equipos

n o m b r e . Ta m b i é n s e o r g a n i z a b a n campeonatos.

Otro de los deportes de la época fue el ciclismo. Sobresalió a nivel profesional Honorio Rúa Betancur con triunfos tanto en Colombia como en el extranjero. En 1955 fue subcampeón de la Vuelta a Colombia y un año después fue subcampeón de la persecución individual de Brasil. Luego de participar en la Vuelta a México obtuvo el record de la hora en Bogotá con 43 km y 283 metros. A sus logros en ciclismo se le sumaron décadas después los de Héctor Manuel Castaño, nieto de Manuel J. Betancur. En 1985 participó de la Vuelta a Costa Rica, alcanzando el puesto de subcampeón. Ese mismo año fue campeón individual en Antioquia en la Ruta Juvenil y campeón en la Clásica Superior. Al año siguiente, obtuvo el tercer puesto en la Vuelta de la Juventud de

Banda de Musicos del Corregimiento, mediados del siglo XX

Archivopersonal de Gustavo Velásquez

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Escultor José Horacio Betancur. Sus Obras Casique Nutibara y la Madre Monte

Inauguración de Asilo con la presencia de Diego Echavarría Misas

Archivo Hogar Gerontológico Diego Echavarría Misas

Colombia .

El segundo periodo de expresiones artísticas y culturales se dio en un contexto de pérdida de centralidad del partido Conservador y el ingreso de nuevas corrientes políticas de izquierda. Todavía muy cercano a la Iglesia, y con el ánimo de formar a los pradeños, fue impulsado el grupo Amigos de la Cultura. Sobresalieron en esta organización Hernando Montoya [1912 – 1994] y Celina Escobar [1918 - 2007]. El primero, hijo del arriero Enrique Montoya y María Antonia Betancur, fue un reconocido organista. Inició sus estudios con el maestro Luís Mondragón y luego en el Instituto de Bellas Artes en donde tuvo su licenciatura. A parte de su trabajo en la parroquia de Prado y en la Basílica Metropolitana, dio conciertos en Estados Unidos. En cuanto a Celina Escobar, se distinguió por su oficio docente. La señorita Celina fue la maestra más reconocida en la segunda mitad del siglo XX en el corregimiento por su trabajo social y el empeño en el fomento de la educación.

A Hernando Montoya y Celina Escobar se le debió la creación en 1965 del Centro Cultural de San Antonio de Prado y el apoyo decidido de la Semana Cultural, evento celebrado anualmente.

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Según lo explica Luís Hernando Gómez Patiño:

“Hernando Montoya fue un gran luchador de la cultura. Se le metió en la cabeza la idea de que había que hacer un Centro Cultural y él empezó con 2 ó 3 personas amantes de la música, y les daba clases en la casa de él, y ahí empezaron algunos curiosos del pueblo. Luego en pleno desarrollo, Hernando se fue a tocar el piano de la Basílica en Medellín y allá se metió muy de lleno en la cultura y empezó a traer conferencistas de la casa cultural de Medellín. Entonces la señorita Celina se enganchó con Hernando y empezaron a dar unos conciertos

42Periódico El Reflector. No. 38. Escobar, Celina. “Prado y su historia”. Medellín, Agosto de 1987, pág. 7.

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Equipos en diferentes momentos del deporte en Prado. Archivo personal de Argemiro Guzmán

en el parque después de la misa (que en ese entonces solo habían 2). [Así] después de las 9:00 a.m. daban un concierto junto a un tocadiscos, y eso llegó a una organización que tuvo un festival anual […] los últimos festivales tenían desfiles de flores, ”

En la década de 1970, aparte del Centro Cultural, empezaron a funcionar otros espacios con la llegada de nuevas corrientes ideológicas. Grupos ecologistas y activistas políticos constituyeron organizaciones como La Escuela de Artesanías y el grupo medio ambientalista denominado Brutus que involucraba en sus propuestas la cultura y el deporte [Voleibol]. De estos años data parte de la producción literaria de Darío Ortiz Betancur. Sacerdote preocupado por el tema de las desigualdades sociales, Darío Ortiz nació y tuvo sus primero años de educación en Prado. Su novela más importante fue El Arenal, texto publicado en 1979. En esta narración abordó problemas de distribución de la riqueza en Colombia y el problema de los desplazados por la Violencia a su llegada a los centros urbanos .La tendencia a la creación de más organizaciones culturales continuó en la década de 1980. Pese al esfuerzo de mantener las Semanas Culturales, el antiguo Centro Cultural

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44

afrontó serios problemas fiscales. Para inicios de los años ochenta comenzó labores otro “Centro Cultural” producto del empeño de un grupo de jóvenes del corregimiento, entidad que luego se convierte en el Comité Cultural José Horacio Betancur, con un marcado enfoque al periodismo. Su papel en la promoción de las expresiones artísticas y en la difusión de las prácticas culturales del corregimiento fue decisivo con la publicación del primer periódico local en 1982. Se trató de la edición del Reflector, una publicación de pequeño formato en la cual se recogía la cotidianidad de San Antonio de Prado. El periódico daba a conocer los sucesos más importantes en temas políticos, económicos y sociales. Su comité editorial lo conformaron, entre otros, Rodrigo Garcés, Rodrigo Atehotúa, Samuel Bedoya, Humberto Betancur, Jonh Jairo Tangarife, Leonel Atehortúa, y Miriam Vanegas, en él escribían columnistas del corregimiento.

Otras organizaciones destacadas de la década fueron el Comité Cultural de Aragón y el movimiento “Alturas” integrado por Omar Cano, Ofelia Guzmán, Gustavo Pérez, Estela Saldarriaga, Euclides Betancur, Rodrigo Atehortúa, Alberto Mesa, Fernando Betancur, entre otros. De corte cultural asimismo fue la fundación en 1988 de la Emisora del

43Entrevista con Luís Hernando Gómez Patiño. Nació en 1925. Hermano de la señora María Eugenia Gómez Patiño. Un líder protagónico de las organizaciones cristiana junto al padre Lorenzo Salazar. Fecha noviembre 28 de 2007.

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44Correa Gutiérrez, Dairo. El discurso literario colombiano y la izquierda: representaciones de los actores y los espacios de la política en la novela y el cuento, décadas de 1970 y 1980. Tesis Maestría en Ciencia Política, Universidad de Antioquia, 2008.

Carátula del Arenal de Darío Ortiz Betancur

corregimiento con el nombre de Prado Cultural FM. Fernando Betancur relata así el proceso:

“En el año de 1988 la Acción Comunal Central con el empuje del señor Omar Cano y el profesor Antonio Sarrázola del IDEM, instituyen una emisora llamada Prado Cultural FM. Esta inició actividades el 12 de Noviembre de

1988 en la sede del núcleo educativo del IDEM […] la emisora funcionó hasta el año 1994, año en el cual pasó a ser manejada por la Corporación para la Cultura la Comunicación y el Desarrollo de San Antonio de Prado (Mucura), conformada por miembros de la familia Betancur, Sergio Sánchez, Javier Ruiz, entre otros, quienes se dedicaban al manejo de la emisora, talleres y eventos culturales”45

La emisora fue un espacio muy importante de auto reconocimiento para los habitantes. Sus transmisiones dieron a conocer los hechos cotidianos, sirvieron para difundir la cultura y fue un espacio de formación para muchas personas. Sin embargo, luego de años de funcionamiento, poco a poco fue perdiendo empuje por la exagerada regulación del Ministerio de Comunicaciones. Sus equipos pasaron a la Casa de la Cultura y hasta el momento no se ha podido consolidar una propuesta en este sentido.

En g ran med ida e l desp l iegue de organizaciones culturales y el apogeo de expresiones artísticas provinieron de las nuevas generaciones de estudiantes de los dos colegios locales, el IDEM y el Manuel J. Betancur. El aporte de los jóvenes amplió la proyección artística del corregimiento, y

Ejemplar número 12 del periódico El Reflector, agosto de 1983

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45Este es un aparte que se encuentra en: Municipio de Medellín, Secretaría de Cultura Ciudadana: “Plan de Desarrollo Cultural 2007-2107”. Unión Temporal Plan de Desarrollo Cultural San Antonio de Prado”.46Entrevista con Oscar Salazar. De origen pradeño, su padre y hermanos asociados al gremio del transporte. Se ha desempeñado como docente del Liceo Manuel J. Betancur y Director de Teatro.

ejemplo de ello fue el impulso dado al teatro y la música por el Liceo Manuel J. gracias a la dedicación de Marcel Díaz, Fidel Gaviria y Óscar Salazar. Así sintetiza este último docente su experiencia:

“[…] Empezaron a darse unos cambios significativos en teatro. Empecé a trabajar con grupos de madres, con padres no, porque la idiosincrasia pradeña no los dejaba. También trabajaba con los niños y adolescentes para formar semilleros para que no se muriera ese grupo y permaneciera en la escuela. En el caso de Fidel ya era una cosa en grande. Él formaba grupos artísticos de proyección y también formaba escuela, trabajaba instrumentos. Marcel fue un personaje muy importante en esta formación pero era muy cerrado, era sólo aquí y sólo aquí, era muy celoso, de pronto creía que le iban a dañar la institución de otras partes”

El ambiente artístico de la institución educativa facilitó la conformación de un grupo de música latinoamericana en 1989. Las actividades artísticas de este tipo en los establecimientos de enseñanza compartían el mismo interés que los deportes. En San Antonio de Prado funcionó durante la segunda mitad de los años sesenta un club parroquial, impulsado por el presbítero Aureliano Restrepo, que incentivó el juego del ajedrez con partidas y torneos. De 1979 data la personería Jurídica de la Club Deportivo San Antonio de Prado que incentivó con torneos vacacionales la práctica de deportes como el futbol, el baloncesto, el tenis de mesa, el ajedrez y el voleibol. Comprendía las categorías infantil, juvenil y mayores tanto para mujeres como para hombres. Sus actividades apoyaban la participación en torneos metropolitanos, fruto de los cuales la selección femenina logró coronarse

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como campeona en 1981 y 1983. El talento femenino llegó incluso a posicionar a Gloria Ortiz Arenas como la mejor deportista en 1985 durante la realización de torneo suramericano en Cúcuta . Para esos años se reportaba que en la sede de baloncesto se ubicaría frente al IDEM, cerca de la bomba de gasolina. Participaban en esta sede los equipos masculinos: Yentus, Fanáticos, Águilas, Kansas. En cuanto a los femeninos, fueron Las Once, Ángeles, Licenciadas.

Para fortalecer la práctica del deporte en la década de 1980 fue la construcción de la “cancha de arena”. Los arcos de las porterías eran de madera y sin malla. Aparecen rápidamente las Juntas de Deporte y se incrementan los torneos. Además, se vinculó la empresa privada a la práctica deportiva. En 1989 se realizó la Tercera Clásica de Coopdesarrollo. Los deportes escogidos para torneos fueron el futbol, baloncesto, natación, atletismo y volibol con más de 200 deportistas inscritos

La década de 1980 finalizó con la conformación de asambleas y un comité pro – Casa de la Cultura. Las actividades del comité vinculaban a muchas de las organizaciones artísticas y culturales de San Antonio de Prado para hacer campañas de integración y, como tarea prioritaria, adelantar gestiones para organizar una casa de la cultura. En 1987 acogieron la campaña el Teatro Taller San Antonio de Prado, Grupo Musical Mercurio, Grupo Música Latinoamericana, Centro Cultural, el periódico El Reflector, Teatro Liceo Manuel J., Grupo Tea t ra l Imagen y a lgunos a r t i s tas independientes . De las sesiones del comité se visionó un ambicioso proyecto para construir una edificación para sede de la Casa de la Cultura. El nuevo espacio tendría un auditorio – teatro con capacidad para 400 espectadores, salón de biblioteca para 200 personas, sala múltiple para realizar actividades artísticas y oficinas para instituciones de la localidad . No

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47 Periódico El Reflector. No. 38. Escobar, Celina. “Prado y su historia”. Medellín, Agosto de 1987, pág. 7.48Periódico El Reflector. No. 48. “Microolimíadas Coopdesarrollo”. Medellín, Marzo de 1989. Pág. 1049Periódico El Reflector. No. 37. “Asamblea pro – casa de la cultura”. Medellín, julio de 1987. Pág. 250Periódico El Reflector. No. 37. “Itinerario de la casa de la cultura”. Medellín, marzo de 1987. Pág. 2

obstante las grandes expectativas, nunca se ejecutó la obra. Desde el punto de v is ta asociat ivo, característicos de los años ochenta, cabe destacar una organización, que si bien no se enfocó en el tema cultural, desde entonces tiene mucha significación corregimental por sus labores sociales. Es el caso de la Fundación Compartamos que desde 1982 ha hecho presencia constante en San Antonio de Prado. Su trabajo se ha enfocado en la atención de personas en situación de pobreza con ayudas económicas para la vivienda, la canasta familiar, la salud y la educación. En sus orígenes contó con la participación de la parroquia a través del sacerdote Rafael Cadavid y de las Hermanas Carmelitas. Algunas de las personas de la comunidad relacionadas con su creación fueron Celina Escobar Betancur, Luís Gómez, Ignacio Lopera, Corina Betancur, Rafael Cadavid, Luz Elena Betancur y Emilia Gómez, entre otros.

El último periodo de actividades y de expresiones artístico- culturales de San Antonio de Prado se desarrolló durante la década de 1990 y en el transcurso de los primeros años del siglo XXI. En estos años se ha mantenido como patrimonio las celebraciones religiosas con gran acogida popular y ha habido un aumento de las organizaciones culturales. En el t ranscurso de es te per iodo fueron trascendentales, igualmente, dos hechos: la publicación de un segundo periódico local, Ciudad Rural, y la apertura de la Casa de la Cultura Celina Escobar Betancur. El primer hecho aconteció en 1999. Participaron en la Dirección del periódico John Jairo Villegas R.; en el Concejo Editorial Antonio J. Betancur, Gloria María Montoya, Olga Lucía Yepes y J. Fernando Betancur; y como columnistas Mario Ortiz Henao, Alonso Betancur, James Arroyave, Gabriel Jaime Gómez, Victoria Bedoya, Adriana Mesa y Johny Muñoz . Aunque inicialmente su interés se centró en San Antonio

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Jugadores de fútbol Pradeños, Archivo personal de Nolasco Mesa Tobón

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Representaciones teatrales durante la década de 1990Archivo personal de Óscar Darío Salazar

51Periódico Ciudad Rural. Año 1, No.1. Medellín, julio de 1999.

de Prado, rápidamente amplió su cubrimiento a los restantes cuatro corregimientos de Medellín al igual que el número de tirajes.

El proceso de conformación de la Casa de la Cultura estuvo asociado a las reuniones del COPACO [Comi tés de Pa r t i c i pac ión Comunitaria] durante la administración de Juan Gómez Martínez entre 1998 - 2000. Los delegados de Prado solicitaron la construcción de un nuevo hospital en la antigua sede de la escuela Manuel J. Betancur y la adecuación de la casa de la cultura en el espacio dejado por el hospital. Ambas propuestas fueron aceptadas. Se comenzó la construcción del hospital, pero el municipio no tenía aún un firme pronunciamiento sobre el espacio para una casa de la cultura. Según lo menciona Alberto Mesa Vásquez , se programó una reunión con el promotor cultural de la Secretaría de Educación y Cultura del municipio de Medellín, Javier Hurtado, para el 31 de mayo de 1999. La reunión fue coordinada por Alberto Mesa, Fernando Betancur y Gefrey Valencia Moreno. Asistieron también Jorge Blandón que acompañaba al promotor, además de representantes de organizaciones del corregimiento interesadas en apoyar la causa [Grupo de Oración, Alcohólicos Anónimos, Compartamos, la tercera edad y algunas Juntas

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de Acción Comunal]. En el evento se expuso una argumentación legal del derecho de la comunidad a tener una casa de la cultura, se discutió sobre la voluntad del municipio y se dejó sentado el interés de la comunidad por contar con un espacio para la cultura y las reuniones de los grupos.

El interés prestado por la comunidad para la destinación de la planta física del antiguo hospital a una casa de la cultura se vio reflejado de la misma manera en la conformación del Comité Pro-Casa de la Cultura. Hicieron parte de esta propuesta, entre otros, Alberto Mesa V., Fernando Betancur, Gefrey Valencia, Blanca Ortiz, Martha Garcés, Sergio Sánchez, Oscar Salazar, Natalia Salinas, Javier Ruiz y Jhonny Echavarría, entre otras personas que sin ser tan constantes a las reuniones apoyaron la propuesta. El comité se encargó de estudiar el tema y soc ia l i za r lo con los en tes representativos del corregimiento [Corregiduría y Junta Administradora Local], en el Concejo de Medellín, la Secretaría de Educación, con Planeación Metropolitana y Metrosalud.

Las dificultades para la casa de la cultura fueron subsanadas con la conformación de CORCASAP, Corporación Casa de la Cultura

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52Alberto Mesa es un personaje representativo del ámbito cultural en el corregimiento. Ha hecho parte de los grupos culturales desde los años setenta y fue cofundador de la Casa de la Cultura donde se desempeñó como directivo. En la actualidad habita en el barrio Paloblanco y sigue realizando actividades comunitarias.

Primer ejemplar del periódico Ciudad Rural

de San Antonio de Prado. Los estatutos fueron elaborados por Alberto Mesa, Rodrigo Atehortua y Gefrey Valencia con atención a los conceptos actuales en materia de entidades comunitarias y en los principios de la diversidad creativa de la UNESCO. Éstos se pusieron a consideración de la comunidad y luego se realizó la primera asamblea de constitución en febrero del año 2000. Los pasos siguientes fueron la composición de una asamblea de asociados, una Junta Directiva, una Dirección Ejecutiva y un órgano de control [veeduría]. La Junta Directiva quedó conformada por 12 representantes de diferentes instancias públicas y comunitarias, figura que ha ido cambiando.

Entre el año 2000 y el 2007 se ubicaron en la planta física de la Casa de la Cultura el Núcleo Educativo, el programa de la Red de Bandas, la Biblioteca Pública Piloto, el Simpad, la Ludoteka

del Inder, el Punto Común de UNE y la corporación Casa de la Cultura. La sede ha permitido realizar actividades constantes mediante la elaboración de planes y proyectos culturales impulsados por las diferentes Juntas Directivas. Uno de los más recientes es la publicación de la revista cultural Árcades desde 2007.

Hoy en día el proyecto Casa de la Cultura, que lleva el nombre de la maestra Celina Escobar Be tancur, con t inua en p roceso de consolidación, ha conseguido posesionarse ante la comunidad, es reconocida por la administración pública y ha demostrado su capacidad de contratación. Gracias a la elaboración del Plan de Desarrollo Cultural 2007-2017 puede definir unas acciones concretas en cuanto a impulso, proyección y defensa del patrimonio cultural.

Finalmente, en cuanto a las actividades deportivas, los últimos años dejan observar que en el corregimiento no ha habido una política clara al respecto. Son frecuentes la apertura y cierre de clubes y equipos. La realización de los torneos y las prácticas deportivas individuales han posicionado a San Antonio de Prado como líder deportivo en el contexto de los corregimientos de Medellín. Incluso, existen deportistas locales destacados con poco respaldo institucional. El sector público lo representa el INDER, quien sólo atiende eventos aislados, y el programa “Escuelas de Deporte” donde se impulsan actividades como el ciclismo, el fútbol y el baloncesto. En el caso de los particulares, sólo existen dos clubes de fútbol legalmente constituidos, otro en baloncesto y una serie de comités en las JAC.

PANORÁMA POLÍTICO Y EL TEMA DEL ORDEN PÚBLICO

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53 AAM. Fondo: Despacho Arzobispal. “Autos de las visitas Pastorales”. Caja 11, Libro 1, 1946, 1953 y 1957 folio 144- 149.

Primer número de la Revista Árcades, marzo de 2007

A principios de los años cincuenta el corregimiento seguía siendo un territorio por excelencia conservador como hasta entonces había sido costumbre. Se reconocía la existencia de unos pocos focos liberales, pero muy minoritarios. El predominio del conservatismo se veía apoyado por el peso social y político de la Iglesia Católica, aspecto este que reforzaba valores como el apego a la tradición, un marcado respeto de la autoridad y la práctica cotidiana de costumbres cristinas. Fueron los años del auge de las congregaciones y asociaciones religiosas y la época de más control de las conductas sociales, situación valorada positivamente por los jerarcas de la Iglesia durante sus visitas pastorales al pueblo .

53

El predominio de una fuerza política a mediados de siglo fue la razón por la cual en el contexto antioqueño, Prado parecía ser uno de los lugares más tranquilos en pleno auge de la Vio lencia pol í t ica entre L iberales y Conservadores. Así se mantuvo por poco tiempo. Durante la década de 1960 y en los años siguientes se fraccionó la hegemonía del partido Conservador y nuevas fuerzas políticas hicieron su arribo. Asimismo, hubo un desplazamiento de la política al ámbito local con la conformación de organizaciones como las Juntas de Acción Comunal y la Junta Administradora Local.

Políticamente, se pueden identificar hasta la actualidad tres grandes periodos. El primero, durante la década de 1950 y principios de los años sesenta, se correspondió con el apogeo de la corriente conservadora y la presencia de conflictos aislados con los liberales sin recurrir a la violencia extrema. Entre una de sus peculiaridades estuvo la creación del voto femenino que aumentó significativamente el número de ciudadanos. El segundo periodo tiene relación con la llegada de nuevas corrientes políticas, especialmente aquellas vinculadas con la izquierda. Temporalmente cubrió desde mediados de la década de 1960 hasta mediados de la década de 1980. Un último periodo, desde mediados de los años ochenta hasta la actualidad, estuvo afectado

Fachada Casa de la CulturaCelina Escobar Betancur

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Manuel J. BetancurArchivo Universidad Pontificia Bolivariana

por las reformas políticas nacionales como la elección popular de Alcaldes y Juntas Administradoras Locales y la sanción de la Constitución de 1991. Este periodo coincidió con fenómenos de violencia local relacionados con dinámicas metropolitanas y nacionales. Igualmente, los últ imos años se han caracterizados por un comportamiento electoral con grandes índices de abstencionismo, en parte explicados por la apatía y el desprestigio de la política.

El hecho más trascendental del primer periodo fue la muerte del líder conservador Manuel J. Betancur en 1950. Hijo de una familia conservadora de San Antonio de Prado, su carrera política le llevó a ocupar importantes cargos públicos dentro de su partido, en el Departamento de Antioquia y en el país. Se distinguió por su cercanía con Laureano Gómez y su línea de derecha, por sus vínculos con la Iglesia Católica y la academia como profesor de derecho y ciencias políticas. Su formación comenzó en Prado. Nacido en 1912, adelantó estudios elementales en la escuela urbana del corregimiento y luego completó el bachillerato en la ciudad. Tuvo gran interés en la medicina y el derecho. De la Universidad de Antioquia se retiró para formar la Universidad Pontificia Bolivariana en 1936, un establecimiento de corte católico y fundado como respuesta a los avances del liberalismo en materia educativa.

La militancia de Manuel J. en el conservatismo le permitió ser director entre 1941 - 1949 de La Defensa, un periódico de esta línea política y vocero del radicalismo de Laureano Gómez. Fue Concejal de Medellín, Diputado a la Asamblea Departamental de Antioquia y Congresista. Sus últimos años los dedicó a la Secretaría del partido Conservador y desde allí colaboró para el regreso de los conservadores a la Presidencia de la República en 1946. Su muerte se produjo en Bogotá a causa de un ataque al corazón. La velación de su cuerpo se efectuó en San Antonio de Prado en una ceremonia multitudinaria y sus

exequias se realizaron el 19 de enero de 1950 en Medellín.

Otro de los rasgos importantes del primer momento fue el protagonismo del la Iglesia en la política. El sacerdote Lorenzo Salazar, párroco desde 1950 hasta 1961, direccionó el asunto político para la conveniencia de los intereses locales más allá de los conflictos interpartidistas. Así lo recuerda Luís Hernando Gómez Patiño:

“[…] el padre Salazar necesitaba dos comités: uno liberal y otro conservador, para poder conseguir ayudas de la administración de Medellín, entonces, cuando iba a venir un secretario liberal él se reunía con el comité liberal y atendían al secretario, pero cuando venía un secretario conservador reunían a los conservadores del pueblo, y en esa forma el padre Salazar traía a todos lo políticos a Prado, y quedamos tildados el comité conservador y el liberal y eso fue

53AAM. Fondo: Despacho Arzobispal. “Autos de las visitas Pastorales”. Caja 11, Libro 1, 1946, 1953 y 1957 folio 144- 149

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54Entrevista con Luís Hernando Gómez Patiño. Fecha noviembre 28 de 2007.

por muchos años”

El segundo momento de la política en San Antonio de Prado estuvo muy relacionado con cambios nacionales. La dictadura de Gustavo Rojas Pinilla dejó por fuera del juego político y del disfrute de muchos de los cargos del Estado a los dos partidos tradicionales. Por esta razón, y en parte por el desprestigio debido a problemas de corrupción, decayó la dictadura y entró en funcionamiento el Frente Nacional. Como un modelo que permitía la alternancia de Liberales y Conservadores en el poder, el Frente institucionalizó el monopolio de la política en manos de los dos partidos. El cierre político que significó el Frente, justo cuando se dio una mayor influencia de las ideas de extrema izquierda, limitó la consolidación legal de otras corrientes políticas. La alternancia de los partidos y los grupos de oposición al Frente tuvieron profundas repercusiones en el corregimiento a mediados de la década de 1960.

Fue representativo inicialmente de este segundo momento político el despliegue de la Alianza Nacional Popular, Anapo. Desde 1961 esta organización hizo tránsito hacia un partido político nacional de amplio respaldo popular debido en gran medida a la exclusión de las masas de la política por las alas tradicionales de Liberales y Conservadores, sumándose a otros nuevas tendencias como el Movimiento Revolucionario Liberal, MRL. Su gestor y líder fue el General Gustavo Rojas Pinilla y, debido al diseño del Frente Nacional, necesitó de vínculos con el partido Conservador para presentarse a elecciones. A diferencia del conservatismo, el programa político de la Anapo incluía un fuerte discurso para atacar las desigualdades sociales. Propuestas para nacionalizar sectores de la economía, para la solución a problemas de salud y educación y la formulación de medidas redistributivas de la tierra ampliaron sus simpatizantes. Su impacto en San Antonio de Prado es así descrito por Jorge Escobar Arroyabe:

54 “Aquí eran conservadores a morir y se empieza a romper esa hegemonía conservadora con Ignacio Betancur “Pinilla” de la familia de Celina Escobar, fue un revolucionario en el sentido que metió aquí al “dictador” Rojas Pinilla y fue cuando Prado se volvió Anapista, un tercer movimiento que pasó a ser mayoría, porque Ignacio Betancur fue un tipo muy aguerrido, me atrevo a decir que los conservadores lo respetaron por ser parte de las familias pradeñas de tradición, pero si hubiera sido un foráneo de pronto hubiera tenido una mala pasada, además que él llegó con recursos económicos, él compró una casa en el marco de la plaza, tumbó, construyó, llegó pisando durito respecto al recurso económico, él rompió con la hegemonía de los conservadores ”.

El trabajo político de Ignacio Betancur para impulsar la Anapo en el corregimiento le sirvió para ganar el apodo de “Pinilla”. Las reuniones de este movimiento y la participación de pradeños cambiaron la cultura política local, antes enfocada al partido conservador. Las nuevas sociabilidades políticas fueron la génesis de otras corrientes posteriores que tuvieron mayor expresión luego de 1970. Con la pérdida de las elecciones presidencias ese año por la Anapo en un confuso proceso electoral, hubo mucho descontento popular. Diversas alternativas se tomaron, hasta llegaron a estructurar un movimiento insurgente denominado M 19, agrupación guerrillera con disidentes de la Anapo que a finales de los años ochenta se transformó en movimiento político. En éste se da la participación de jóvenes pradeños en el Movimiento, el periódico El Reflector en 1983 dio cuenta de este aspecto. En la publicación No. 10 de junio de ese año se transcribió la carta que Blanca Nieves Ángel de

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Ignacio Betancur y Señora Archivo personal Argemiro Guzmán

55Jorge Escobar Arroyabe. Entrevista 27 de noviembre de 2008.

Betancur, mujer pobre y habitante del corregimiento, envió al Procurador General de la Nación. En el texto informa que tenía gran preocupación por la desaparición de dos de sus hijos. Uno de ellos, Alfonso María, había sido beneficiado con la ley de amnistía al ser sindicado de pertenecer al M-19 y estuvo preso tres años. En cuanto al segundo, Carlos Alberto, sospecha que fue asesinado por el organismo M.A.S. Hacía dos años, en 1981, él salió para Medellín y nunca volvió. Poco después de su desaparición un grupo no identificado allanó su casa y lo vincularon con el secuestro de Blanca Nieves Ochoa, la hija de reconocidos narcotraficantes, efectuado por el M-19. Luego, parte de la familia fue hostigada por las autoridades militares en el municipio de Jardín.

Ante estos eventos, su esposo, Aureliano Betancur Betancur, un reconocido profesor, se hallaba en lamentable estado por medicamentos que debía tomar para tranquilizar sus nervios. Por tanto, reclama verdad y justicia en el caso de sus dos hijos a las autoridades .

En San Antonio de Prado durante este segundo momento político se distinguieron además otras

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corrientes menores de izquierda distintas a la Anapo. Es el caso del Movimiento Patriótico Revolucionario, sobre el cual anota Euclides Betancur:

“El surgimiento del “Homoparecus” [ M o v i m i e n t o P a t r i ó t i c o Revolucionario Colombiano] en Prado, que tenía sus padres también en Laureles, no era un grupo cerrado, un grupo de izquierda clandestino ni radical, pero si tenía su plataforma política tirando más a bolivariano, pero mire que era un grupo que se enredaba con los estudiantes de ese momento. El movimiento que trataba de surgir en Medellín que era muy distinto a ese otro grupo o influencia que hizo la escuela de a r te , s i b ien hubo c ie r ta temporalidad hay que establecer las diferencias, en la escuela de artes habían pintores, actores, talladores de madera, había toda la expresión cultural”

Los proyectos políticos alternos de izquierda, aunque de fuerte impacto, no tuvieron una recepción positiva por todos los sectores de

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Reunión Politica de Los Comandos Juveniles Conservadores. Archivo personal de Raúl Cardona

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56Periódico El Reflector. No. 10 “Carta de una madre pradeña al gobierno nacional”. Medellín, junio de 1983. Pág. 1, 3. Esta misma carta también fue publicada en el periódico El Colombiano de Medellín.57Euclides Betancur. Nacido durante 1951 en San Antonio de Prado. Hijo del profesor Carlos Betancur y Rosa María Hurtado. impulsor de procesos comunitarios de autogestión económica, en la actualidad se dedica a su propio negocio. Fecha enero 24 de 2008.

Prado, situación que afectó al emergente movimiento juvenil. Todavía para principios de los años ochenta el partido Conservador continuó ocupando el primer lugar entre las preferencias de los ciudadanos, y después de él, el liberalismo. Por esta vía tardíamente se posibilitó la elección de un pradeño, Raúl de Jesús Cardona Hurtado al Concejo de Medellín en 1988, quien conseguirá mantenerse por dos períodos más. Originario de la vereda Astilleros y cercano a J. Emilio Valderrama, Raúl Cardona tempranamente participó en la política como jurado de votación, posteriormente consiguió comandar el partido conservador en el corregimiento y luego hizo carrera política como vocero de los intereses de Prado en los espacios de debate político metropolitano.

En cuanto al liberalismo, se fortaleció con el funcionamiento del Directorio Liberal del Corregimiento. A finales de la década de 1980 incluso sobresalió como figura política de esta corriente Barlahan Henao. En su plataforma

política buscó canalizar sectores inconformes y ampliar las bases sociales del liberalismo en sus aspiraciones como Representante a la Cámara. Simultáneo a la emergencia de nuevas opciones políticas también aparecieron nuevos espacios de debates de los temas públicos en el ámbito barrial y veredal con el nombre de Juntas de Acción Comunal. Desde mediados de la década de 1960 se fundaron las primeras organizaciones de este tipo para actuar políticamente al decidir temas como: la pavimentación de calles, los servicios y espacio públicos. Las Juntas interactuaban con los entes municipales para impulsar proyectos en sus comunidades. Gran parte del desarrollo zonal del corregimiento debe su existencia a las gestiones de las Juntas. Su importancia es notoria en lugares como La Florida, Potreritos, Naranjitos, La Verde, Pradito, Paloblanco, San José y El Vergel. Al ser espacios de socialización política, también han servido de escuela para la formación de líderes con proyección corregimental y municipal.

Reuniones Políticas con el dirigente conservador J. Emilio Valderrama. Izquierda: finales de los años 60 en la casadel Señor Erasmo Mesa. Derecha: años 70 en la sede del Partido Conservador del Corregimiento

Archivo personal Raúl Cardona

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El último periodo político de San Antonio de Prado comenzó a mediados de los años ochenta. Estuvo precedido de procesos participativos locales como las Juntas de Acción Comunal y en él se presentaron la elección de Alcaldes por voto popular y la creación de la Junta Administradora Local. El marco normativo para las actividades ciudadanas de este otro periodo lo dio la Constitución Política de 1991, texto promulgado durante el desmonte de la Guerra Fría entre el Comunismo y el Capitalismo y que permitió el surgimiento de la Democracia Participativa (Estado Social de Derecho). El cambio más fundamenta l en mater ia po l í t i ca fue precisamente el funcionamiento de la Junta Administradora Local que enfatizó en labores coadministrativas y fiscalizadoras de los planes de inversión. En su funcionamiento participan ciudadanos elegidos por voto popular. Más recientemente se han ampliado los procesos de participación ciudadana como el Presupuesto Participativo.

En materia política, además, se evidencia un debilitamiento de la participación los ciudadanos en los partidos políticos tradicionales, Liberal y Conservador. Los momentos polí t icos principales relacionado con los partidos se perfilan durante las épocas pre y electorales,

Raúl Cardona y FamiliaArchivo personal de Raúl Cardona

luego de lo cual se invisibilizan estas organizaciones. Expresión de una crisis política nacional, los partidos han desvanecido muchas d e s u s d i f e r e n c i a s i d e o l ó g i c a s y, particularmente, llenan su cuota electoral por el carisma de candidato que recurre al partido de manera instrumental para alcanzar un cargo público.

Una de las particularidades del último periodo político fue desarrollarse en un contexto de violencia urbana durante la década de 1990 y principios del siglo XXI. Si bien la figuración del corregimiento en este tema en el Valle de Aburrá es mínima, no escapó a la dinámica generada por el narcotráfico y por grupos de pandillas. Tangencialmente, de forma sectorizada y conjuntamente con el masivo proceso de urbanización, aparecen asesinatos de jóvenes y aumentan los problemas de delincuencia común. Antes, como bien lo ilustra María Gertrudis Betancur en su estudio Apuntes para la historia de San Antonio de Prado, el tema delincuencial no era generalizado y menos aún lo era el asesinato. Desde 1952 hasta 1988 predominaron en los casos atendidos por la Inspección de Policía aquellos contra el patrimonio económico [hurto, robo, estafa, daños, abigeato] y no los que afectan la vida y la integridad personal [homicidio, lesiones personales, abandono de menores] .

La notoriedad de la violencia en San Antonio de Prado es registrada parcialmente en los libros de defunciones. Ello se debe a que no todas las víctimas de asesinato son sepultadas en el cementerio del corregimiento, ni todas las personas sepultadas por causas violentas fallecieron la jurisdicción de la parroquia. En la última situación, se da un impacto emocional en los habitantes con la cotidianidad de la muerte y la sensación de inseguridad. De las muertes anotadas en los registros eclesiásticos entre 1988 y 1997, la causa principal se asocia con violencia, presentándose unos 339 casos de un total de 1.393 fallecimientos. Entre las causas violentas se menciona las lesiones por arma

58

106

58Betancur B., María Gertrudis. Aportes para la recuperación de la historia de San Antonio de Prado. Medellín, Tesis de Grado en Historia, Universidad de Antioquia, 1995. Pág. 180 – 191. 59Material de apoyo Presupuesto Participativo de San Antonio de Prado, 2004. Por Departamento Administrativo de Planeación del Municipio de Medellín.

blanca, arma de fuego, heridos, los ahorcamientos y el shock hipovulémico. Los años más violentos fueron 1993 con 58 decesos violentos, 1996 con 55, 1994 con 46 y 1997 con 44. Datos posteriores para 2003 manifiestan un total de 45 homicidios, tres suicidios y 15 accidentes ese año .59

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Miembros de la Junta Administradora Local de San Antonio de Prado, acompañados del Alcalde Municipal de Medellín Alonso Salazar

Archivo Personal de Alex Betancur Mejía

Cronología de eventos, 1903 - 1950

Fecha Evento en San Antonio de Prado Evento en Antioquia y Colombia

1950 Murió el político conservador Manuel J. Betancur luego de una importante carrera

1953 Reinado de la Azucena Golpe de Estado del General Gustavo Rojas Pinilla

1955 El pradeño Honorio Rúa Betancur fue subcampeón de la Vuelta a Colombia

1957 Falleció el escultor de origen pradeño José Horacio Betancur

1958 Inició el Frente Nacional que permitió alternancia en los cargos públicos de Liberales y Conservadores

1964 Comenzó a funcionar Cootrasana 1965 Apertura de clases a los estudiantes que

integraría el liceo Manuel J. Betancur. Creación del Centro Cultural de San Antonio de Prado

1969 Construcción de escenario deportivos con la adecuación de una cancha de arena

1974 Finalizó el Frente Nacional 1979 Iniciaron labores académicas los primeros

estudiantes del IDEM San Antonio de Prado. Se dio personería Jurídica de la Club Deportivo San Antonio de Prado

1982 Fue constituida Compartamos para la ayuda de personas en situación de pobrezaPublicación del primer número de El Reflector

1988 Empezó el funcionamiento de la JuntaAdministradora Local. Comienza su funcionamiento el Colegio Cooperativo

Primeras elecciones municipales de Alcalde

1991 Se publicó la Nueva Constitución Política 1994 Creación de la Institución Educativa San

José Obrero Finaliza el gobierno de César Gaviria e inicia del Ernesto Samper Pizano. Elección popular de Gobernadores.

1999 En julio se publicó el primer número del periódico Ciudad Rural. Se inauguró la nueva sede del hospital Diego Echevarria M. Se gestionó con mayor presión popular una casa de la cultura para Prado

2007 Fue publicado el primer ejemplar de la revista Árcades por la Casa de la Cultura de San Antonio de Prado. Murió Celina Escobar Betancur

Tabla No. 10

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ALGUNOS PERSONAJES RELACIONADOS CON ACTIVIDADES ARTÍSTICAS Y CULTURALES DE SAN ANTONIO DE PRADO, SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX *

Celina Escobar Betancur (1918 - 2007)Archivo personal de Alex Betancur Mejía

CELINA ESCOBAR BETANCUR Modesto Escobar y Margarita Betancur. Maestra de profesión. Los primeros años de magisterio los realizó en la vereda Astillero y luego en la escuela Manuel J. Betancur. Durante 20 años dirigió la escuela Manuel María Mallarino. Su formación humanista y trabajo con la comunidad quedó expresada en la continua participación de organizaciones sociales y culturales. Fue fundadora del Centro Cultural y de Compartamos. Murió el 15 de octubre del 2007, y en su honor la Corporación Casa de la Cultura de San Antonio de Prado lleva su nombre.

[San Antonio de Prado, 1918 - 2007]. Hija de

* La información de este acápite hace parte de la investigación “ Biografías y genealogías de San Antonio de Prado, siglo XX”, que se desarrollarán con motivo del los 100 años del corregimiento, 1909 - 2009

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Hernando Montoya (1912 - 1994) Archivo personal de Alex Betancur Mejía

JOSE HERNANDO MONTOYA BETANCUR [San Antonio de Prado, 1912 – 1994]. Hijo de Enrique Montoya y María Antonia Betancur. Músico y líder comunitario. Inició estudios musicales con los maestros Luís Mondragón y Nicolás Torres, y luego se licenció en el instituto de Bellas Artes. Organista de la parroquia de San Antonio de Prado y maestro de la Catedral Basílica de Medellín, obtuvo gran reconocimiento como compositor clásico en la prensa nacional. Fue Invitado a Massachusetts, Estados Unidos, para presentar una serie de conciertos. Asimismo, participó en Morelia México, durante el X Festival de Órganos de la ciudad; reinauguró un órgano en Guatemala, y estuvo en España donde fue aplaudido con su obra “El Trompetista Voluntario”. En Colombia, realizó conciertos en la sala Luis Ángel Arango de Bogotá, y sus obras han sido reconocidas en Santa Marta, Ibagué, Medellín, Rionegro e Itagüí. Conjuntamente con otras personas fundó la Orquesta Filarmónica de Medellín y el Centro Cultural de San Antonio de Prado. Algunas de sus composiciones de más renombre son el himno del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, Salutación Angélica, Siete Corales y Fusa y Obras Corales San Juan de la Cruz. Murió en 1994 luego de asumir los problemas financieros que dejó el tesorero del Centro Cultural.

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Escultor José Horacio Betancur (1918 - 1957)Archivo Personal Carlos Rodríguez

JOSÉ HORACIO BETANCUR BETANCUR [San Antonio de Prado, 1918 – 1957]. Uno de los principales escultores antioqueños de mediado del siglo XX. Hijo de Rafael Betancur y María Betancur. Hizo estudios de primaria con los Hermanos de la Salle y luego con su familia se mudó a la ciudad de Medellín, y allí inició su producción artística. José Horacio primero fue autodidacta y posteriormente, debido a su talento, recibió una beca de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín para estudiar en el Instituto de Bellas Artes, donde también fue profesor. Su figuración en los círculos artísticos inició profesionalmente en 1944 y su primera exposición individual la hizo durante 1948 en el Museo de Antioquia con 36 obras. Su estilo escultórico se inscribió en la generación de artistas llamados “Bachué” por su interés en la búsqueda del arte autóctono. Entre sus obras sobresale El Cacique Nutibara, actualmente ubicado en el Pueblito Paisa, la Madre Monte, expuesta en el Jardín Botánico, La Llorona, La Bachué y el Cristo de los Andes.

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MARIO ORTIZ HENAO [San Antonio de Prado, 1960]. Hijo de Antonio José Ortiz Sánchez y María Teresa Henao. Estudió primaria en la Escuela Manuel J. Betancur y en su juventud se inclinó por los temas religiosos, situación que motivó su permanencia en el Seminario de Misiones de Yarumal, Antioquia. Apasionado por la literatura, ha escrito poesía constantemente. Participó de El Reflector en la década de 1980 y en los años noventa publicó Trinos y truenos, obra en la cual se recopilan varios de sus poemas. Otras de sus publicaciones son Notas y cenatas, Huellas en el tinajero, Girasoles y crepúsculo, Vasija de barro. Asimismo, ha publicado en Jornal de New York, El Periodista, El Sol de Colombia, entre otros.

Mario Ortiz HenaoArchivo Personal Dairo Correa

ISIDRO BETANCUR PUERTA [San Antonio de Prado, 1934]. Hijo de Jesús Betancur y María Inés Puerta. Músico de profesión. Desde joven hizo parte de la banda de música de la parroquia, dirigida por Belisario Villa. Posteriormente participó en el coro de la parroquia como cantor. Su talento le permitió marchar al municipio de Santa Bárbara para desempeñar la labor de conista. Prestó servicio como organista cantor en la parroquia del Rosario en Itagüí, en San Ignacio y San Antonio de Prado. En 1961 contrajo matrimonio. Autor de la letra del himno de San Antonio de Prado. En la actualidad está encargado del órgano de la parroquia del corregimiento.

LUIS HERNANDO GÓMEZ PATIÑO[San Antonio de Prado, 1925]. Un líder muy protagónico de la actividad de proyección cristiana junto al padre Lorenzo Salazar en los años cincuenta. Perteneció a un movimiento muy activo en lo moral y la cultura. Hijo de Cesar Gómez y Sofía Patiño, procedentes del municipio de San Pedro. Luego de la muerte de su esposa, hizo parte de la Sociedad de San Vicente en Prado. Junto con el padre Lorenzo Salazar, organizó comisiones para recoger víveres destinados a los pobres. Tiempo después, hizo parte del Centro Cultural junto con Hernando Montoya y otras tres personas amantes de la música.

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RENÉ BOTERO Sacerdote [1933 – 2007]. Hijo de un liberal, fue bautizado por el padre Gabriel Lalinde. Estuvo a cargo de diversidad de parroquias de Antioquia, entre ellas en dos ocasiones la de San Antonio de Prado, en la década de 1960 y en los años noventa. Además de su papel social como miembro de la Iglesia Católica, estuvo la creación de un Grupo Juvenil y el respaldo a varias obras educativas en el corregimiento.

CARLOS BETANCUR BETANCUR San Antonio de Prado, 1889 - 1986].

…. Profesor de amplia trayectoria en el corregimiento y otros municipios de Antioquia. Su primer año de magisterio lo realizó en Concordia. Posteriormente regresó a San Antonio de Prado donde por varios años se dedicó a la enseñanza de la población infantil. Sus métodos educativos se respondían a la pedagogía de la “escuela tradicional” con el uso de diferentes métodos de castigo. En la actualidad una de las escuelas más antiguas del corregimiento lleva su nombre.

[Hijo

de

RAÚL DE JESÚS [San Antonio de Prado, 1934]. Persona protagónica en la vida política del corregimiento durante los años 70, 80 y 90. Conservador y jefe de este partido en el corregimiento, fue concejal de Medellín. Hijo de Ramón Antonio Cardona y Dionisia Hurtado. Su familia se dedicaba a labores agrícolas y comerciales. A pesar de las dificultades para estudiar, su tuvo gran interés por la lectura y la historia. Algunos de sus debates políticos apoyaron la consecución de obras pública para San Antonio de Prado. Entre otros temas, se tiene recordación de su interés por la construcción de la escuela Carlos Betancur, la creación del colegio San José Obrero [antes Granja Taller], la dotación de la nueva sede del Hospital.

CARDONA HURTADO

Ignacio Betancur Betancur (Pinilla)Archivo Ciudad Rural

IGNACIO (PINILLA) BETANCUR

Fallecido en 1976. Líder pol í t ico y uno de los organizadores del Centro Cívico y de l a Coope ra t i va de Transportadores. Hijo de don Ismael Betancur. Gracias a sus actuaciones políticas se logró la pavimentación del parque, la remodelación de algunas calles y el arreglo de la carretera que conduce a Potreritos y la que va a Las Playas. Cancha de arena. Fundo la cooperat iva de transportadores. El apodo de “Pinilla” se debe al fuerte respaldo que dio a la ANAPO del General Gustavo Rojas Pinilla en la década de 1960.

BETANCUR [San Antonio de

Prado],

113

DAIRO CORREA GUTIÉRREZ. Coordinador e Investigador principal. Historiador, 2004, y candidato a Magister en Ciencia Política de la Universidad de Antioquia. Investigador del Instituto de Estudios Regionales, INER – Universidad de Antioquia. Proyectos de investigación: “La administración pública de Antioquia durante los gobiernos liberales, 1930 – 1944”, Medellín, 2004; “El discurso literario colombiano y la izquierda: representaciones de los actores y los espacios de la política en la novela y el cuento, décadas de 1970 y 1980”, Medellín, 2008. Publicaciones colectivas: “Universidad de Antioquia: culturas y caminos”. Publicación de la Vicerrectoría de Extensión y la División de Extensión Cultural de la Universidad de Antioquia, 2006. “Las fronteras de Antioquia: aspectos físicos, jurídicos, históricos y socioculturales”. 2006.

GEFFREY VALENCIA MORENO. Investigador,

área etnográfica. Antropólogo de la

Universidad de Antioquia, 1999, y

Especialista en Ciencia Política de la

Universidad Nacional, sede Medellín.

Docente de cátedra Universidad

Pontificia Bolivariana. Investigaciones:

“Colonialismo imperial: el Imperio

Español, conquista y colonización

en América Hispánica en el Siglo

XVI”; “Estado social de derecho:

democracia participativa y gerencia

pública local”, 2003; “Formulación

de la Agenda Ambiental Local para el

Corregimiento de San Antonio de

P r a d o y B a s e s p a r a l a

Implementación del Sistema de

Gestión Ambiental Corregimental”.

Publicaciones: “Cerro el Romeral:

P a t r i m o n i o n a t u r a l d e l

Corregimiento de San Antonio de

Prado” en: Revista Eolo, Medellín;

“Contaminación ambienta, residuos

sólidos y sociedad industrial”, En:

Revista Eolo, Medellín.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN

Gefrey Valencia e Isabel Cristina Alzate entrevistando a uno de los habitantes del CorregimientoArchivo personal de Alex Betancur Mejía

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JOSÉ LUÍS ARBOLEDA. Asistente de Investigación, área histórica. Historiador de la Universidad de Antioquia, 2007. Actualmente trabaja en la Biblioteca de la Universidad de Antioquia, sección de Patrimonio Documental. Investigaciones: “Veintiún años de historia política en la Universidad de Antioquia: una aproximación historiográfica a los trabajos de pregrado 1982 – 2003”, realizada en 2007. "Inventario de fuentes documentales para la historia de Andes". Publicaciones: "La Ruta de las misiones jesuiticas en América Latina Siglos XVII-XIX”. En: Puntos de vista, Revista virtual de Estudiantes del Departamento de Historia de la Universidad de Antioquia

YULY ANDREA AGUDELO PUERTA. Auxiliar de investigación, área histórica. Historiadora de la Universidad de Antioquia, 2008. Investigaciones: “Catálogo de la serie Acuerdos del Concejo municipal de Sabaneta. Fuentes para una historia local”, 2008; “Inventario de fuentes documentales para la historia local de Andes”. Publicaciones: “Declive de las misiones venezolanas en el siglo XIX”. En: Puntos de vista, Revista virtual de Estudiantes del Departamento de Historia de la Universidad de Antioquia

Yuly Andrea Agudelo y José Luis Arboleda con documentación del Siglo XIX

Archivo Personal Dairo Correa

ISABEL CRISTINA ALZATE ORTIZ. Asistente de Investigación área etnográfica. Antropóloga de la Universidad d e A n t i o q u i a , 2 0 0 6 . Investigaciones: “Cuerpo y moda: expresiones culturales de la ident idad de mujeres jóvenes”, 2006. “Formulación de la Agenda Ambiental Local para el Corregimiento de San Antonio de Prado y Bases para la Implementación del Sistema d e G e s t i ó n A m b i e n t a l Corregimental”. Docente Escuela de Diseño y Mercadeo de Moda Arturo Tejada Cano.

NATALIA MARÍA GUTIÉRREZ URQUIJO. Auxiliar de investigación, área histórica. Estudiante de Historia. Hace parte del Grupo de Investigación Religión, C u l t u r a y S o c i e d a d d e l a Universidad de Antioquia. Participa como auxiliar de investigación en el Instituto de Estudios Regionales, INER, de la Universidad de Antioquia. Investigaciones: “Delitos de aborto e infanticidio en Antioquia, 1825 – 1840”, 2008; “Estudio del diferendo limítrofe entre los municipios de San José de la Montaña y Belmira”, INER, 2008.

JUAN CARLOS GIRALDO GARCÍA. Auxiliar de

investigación, área histórica. Estudiante de Historia. Hace parte del Grupo de Investigación Religión, Cultura y Sociedad de la U n i v e r s i d a d d e A n t i o q u i a . Investigaciones: “Los bienes de la Compañía de Jesús en la Provincia de Antioquia tras la expulsión de 1 7 6 7 ” . P u b l i c a c i o n e s : “Antecedentes de la Universidad m o d e r n a y l a s p r á c t i c a s académicas: Siglo XII hasta primeras décadas del Siglo XX”. En: Voces y Sentidos de las Prácticas Académicas, Vicerrectoría de E x t e n s i ó n U n i v e r s i d a d d e Antioquia, 2006.

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TEXTOS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[AHA] ARCHIVO HISTÓRICO DE ANTIOQUIA

Serie Tierras, 1568 - 1823Reales Cédulas, 1603 – 1843.Serie Mortuorias, 1608 - 1870Serie Minas de Antioquia, 1800 - 1910 Serie Gobierno – Municipios, 1887 - 1965Serie Salinas, 1659 - 1882Serie Escribanos, 1676 - 1749Serie Límites, 1691 - 1889Serie Estadísticas y Censos, 1641 - 1860Serie Prefecturas, 1862 - 1899Serie Leyes y ordenanzas, 1825 - 1884Notaría Primera y Notaría Segunda de Medellín, 1850 – 1915Notaría Primera de Itagüí, 1848 - 1903Crónica Oficial y Gaseta Oficial, 1832 – 1909Departamento de Antioquia. Boletín de Estadística. Medellín, Junio de 1930. Año VI, No. 27. Fondo Límites, 1870.

[AHM] ARCHIVO HISTÓRICO DE MEDELLÍN

Crónica Municipal, Siglo XIXAnuario Estadístico de Medellín, 1919 – 2002Fondo Alcaldía de Medellín - Secretaría de Educación, 1963 – 1971Fondo Concejo de Medellín - Comunicaciones, 1907 - 1950Fondo Alcaldía de Medellín - Contratos, 1907 - 1940Fondo Alcaldía de Medellín - Secretaría de Servicios Administrativos, 1976Fondo Alcaldía de Medellín - Secretaría de Obras Públicas, 1972 – 1983Fondo Alcaldía de Medellín - Secretaría de Gobierno, División Administrativa, Policía Nacional, Informes, 1984Fondo Alcaldía de Medellín - Correspondencia General, Inspección Municipal de Permanencia de Prado, 1914 – 1950

[AAI] ARCHIVO ALCALDÍA DE ITAGÜÍ

Alcaldía – comunicaciones, 1852 – 1892Alcaldía – Decretos, 1873Alcaldía – Oficios, 1884Documentos judiciales, 1880 – 1897Oficios circulares, 1895Varios, 1891Oficios, 1879Concejo – Acuerdos, 1874 – 1903.Alcaldía – Correspondencia enviada y recibida, 1850 - 1903

ARCHIVO PARROQUIA DE SAN ANTONIO DE PRADO

Libros de defunciones, 1887 – 1997.Libros de matrimonios, 1887 – 1997.Libros de bautizos, 1887 – 1997.

116

[

Fondo Arquidiócesis de Medellín. Visita pastoral. C10; A 1. Visita del Señor Doctor Don Bernardo Herrera Restrepo. Prado febrero de 1889Fondo Arquidiócesis de Medellín. Visita pastoral. C10; A 4. Visita del Excelentísimo Joaquín Parso Vergara, 1895Fondo Arquidiócesis de Medellín. Visita pastoral. C10; A 4. Visita a distintas parroquias, entre ellas Prado, 1914Fondo Arquidiócesis de Medellín. Visita pastoral. C11; A 2. Visita de Monseñor Joaquín García. Prado noviembre de 1945.Fondo Arquidiócesis de Medellín. Visita pastoral. C11; A 1. Visita a distintas parroquias, entre ellas Prado, 1952

[AJM] ARCHIVO JUDICIAL DE MEDELLÍN

Fondo criminal, Doc. 10166. Sumario. Delito forzar a una niña. Sindicado Cipriano Arango. Ofendida María B. Betancur. Sumario iniciado por Inspectoría de San Antonio de Prado, 1903.

Fondo criminal, Doc. 9807. Sumario. Delito infanticidio. Sindicada Trinidad Saldarriaga. Funcionario Juez Municipal de San Antonio de Prado, 1919

[AGN] ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

AGN. Fondo Tierras Antioquia. Tomo VI. Rollo 19. “Pleito por las tierras de Yarumal[ito] en Itagüí”

FUENTE PRIMARIA PUBLICADA

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Uribe Ángel, Manuel, “Prado o San Antonio”. Geografía general y compelido histórico del Estado de Antioquia en Colombia, París, Imprenta de Víctor Goupy y Jourdan, 1885.

Gómez, Antonio. “Parroquia de Prado”. Monografía eclesiástica y civil de Medellín. Medellín, 1951.

Periódico Ciudad Rural, 1999 – 2008.

Periódico El Reflector, década de 1980

Restrepo Piedrahita, Carlos. Constituciones Políticas Nacionales de Colombia. Bogotá, Universidad Externado de Colombia - Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, 2003.

FUENTE SECUNDARIA

Alcaldía de Medellín. Presencia total en San Antonio de Prado. Medellín, Imprenta Municipal, 1998.

AAM] ARCHIVO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE MEDELLÍN

117

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Betancur B., María Gertrudis. Aportes para la recuperación de la historia de San Antonio de Prado. Medellín, Tesis de Grado en Historia Universidad de Antioquia, 1995.

Bustamante, Ignacio; Ortiz, Nelson; Restrepo, José y Guillermo Restrepo. La huella de mis ancestros: monografía de San Antonio de Prado. Medellín, 1994.

Bustamante, Ignacio. Historia de mi barrio San Antonio de Prado. Medellín, 1986.

Castillo Espitia, Neyla. “Las culturas indígenas prehipánicas”. En Melo, Jorge Orlado (compilador). Historia de Medellín. Bogotá, Compañía Suramericana de Seguros, 1996.

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Duque Escobar, Francisco. Historia del Departamento de Antioquia. Medellín, Imprenta Departamental, 1963

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Junta de Acción Comunal urbanización Rosaleda. Historia de la urbanización Rosaleda. Medellín, 1998.

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Montoya Escobar, Orlando. Historia de mi barrio: La Verde. Medellín, 1996.

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Restrepo Bustamante y otros. Historia de mi barrio: El Vergel. Medellín, 1996.

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Uribe García, Carlos Mario. Diagnóstico para la Elaboración del Plan de Desarrollo Cultural de San Antonio de Prado 2007-2017, Medellín, 2007.

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INFORMANTE

BBBBFECHA

María Eugenia Gómez Patiño Octubre 29 de 2007 Dolly Ortiz Noviembre1 de 2007 Ignacio Betancur Noviembre 3 de 2007 Gustavo Velásquez Betancur y Ana de Jesús Betancur Puerta Noviembre 4 de 2007 Isidro Betancur Puerta Noviembre 6 de 2007 Rogelio Barrera Días. Noviembre 9 de 2007 Oscar Salazar. Noviembre 9 de 2007 María Noemí de Jesús Escobar Betancur Noviembre 11 de 2007 María Teresa Pérez De Arredondo Noviembre 12 de 2007 Romelia Ortiz de Guzmán Noviembre 13 de 2007 Juan Bedoya Herrera Noviembre 16 de 2007 Julián Vélez Muñoz Noviembre 19 de 2007 Octavio Mejía Mejía Noviembre 20 de 2007 Efrén Álvarez Noviembre 22 de 2007 Mario Ortiz Noviembre 24 de 2007 Nolasco Mesa Tobón. Noviembre 24 de 2007 Jaime de Jesús Ortiz Espinoza Noviembre 25 de 2007 Conrado Ortiz Cano Noviembre 26 de 2007 Jorge Escobar Arroyabe Noviembre 27 de 2007 Guillermo Antonio Quiceno Montoya Noviembre 28 de 2007 Luís Hernando Gómez Patiño Noviembre 28 de 2007 Luís Carlos Cano Restrepo Y María Teresa Ortiz Cano. Noviembre 29 de 2007 Carlos Mario Muñoz Sánchez Diciembre 2 de 2007 Hermanas Vélez Castaño. Diciembre 3 de 2007 Javier De Jesús Ruiz Diciembre 5 de 2007 María Pastora Tor o Yépez Diciembre 6 de 2007 Martha Elena y Edelmira Grajales Sepulveda Enero 17 de 2008 Amparo Gallego Gil Enero 20 de 2008 Raúl de Jesús Cardona Hurtado Enero 23 de 2008 Euclides Betancur Hurtado Enero 25 de 2008 Ignacio Salinas López Febrero 4 de 2008

FUENTE ORAL. PERSONAS ENTREVISTADAS ENTRE OCTUBRE DE 2007 - FEBRERO DE 2008

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