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El ejército ecuatoriano del Cenepa no se hizo de la noche a la mañana; varios fuimos parte de su formación entre 1981 luego del conflicto de Paquisha y 1995 la guerra de Tiwintza. Un teque en la dura caballería (1987) Por: Jenner Baquero Foto: Mi madre entregándome el arma en el GC7 Cazadores de los Ríos ¡Pista carrera maaaar! grita el capitán Freddy Torres, nuestro comandante; estamos en el Grupo de Caballería de Sangre 7 "Cazadores de los Ríos" en la provincia de Loja fronteriza con el Perú; 89 reclutas bachilleres volamos a darle la vuelta al estadio...¡los instructores y antiguos hacer correr a los reclutas! añade el oficial; avanzamos a toda carrera por el suelo terroso y engravillado

Historia de Un Teque

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El Ejército ecuatoriano que luchó en el Cenepa no se hizo de la noche a la mañana

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Page 1: Historia de Un Teque

El ejército ecuatoriano del Cenepa no se hizo de la noche a la mañana;

varios fuimos parte de su formación entre 1981 luego del conflicto de

Paquisha y 1995 la guerra de Tiwintza.

Un teque en la dura caballería (1987)

Por: Jenner Baquero

Foto: Mi madre entregándome el arma en el GC7 “Cazadores de los Ríos

¡Pista carrera maaaar! grita el capitán Freddy Torres, nuestro comandante; estamos en el Grupo

de Caballería de Sangre 7 "Cazadores de los Ríos" en la provincia de Loja fronteriza con el Perú;

89 reclutas bachilleres volamos a darle la vuelta al estadio...¡los instructores y antiguos hacer

correr a los reclutas! añade el oficial; avanzamos a toda carrera por el suelo terroso y engravillado

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de la pista; correr sin calentamiento te jode, peor en la modorra de las 3 de la tarde cuando en la

vida civil como estudiante duermes a pierna suelta con la boca abierta después de clases; voy

jadeando por el súbito esfuerzo; muy cerca de mí, un compañero casi cae de bruces por una

patada en la espalda; es sorprendente que el cabo Molina, un gordito de un metro cincuenta alce

la pierna tan alto; en los teques nadie le gana en velocidad cuando tiene que patear el trasero de

los “reclutas mal amansados” pero en tiempo de paz es una gran persona, él suele referirse a sí

mismo como "maldita raza" por su pequeña estatura … me adelanto a toda velocidad por la curva

del estadio y llego entre los primeros; me presento al capitán, quiero que me vea como muchacho

obediente y esforzado; espero caerle bien para que me diga “sal a un lado nomás”, más bien me

manda a esperar al resto de compañeros flexionando de patos (sentadillas) con los brazos

extendidos; ya veo que la cosa sigue de largo… 100 flexiones después grita Torres: ¡pista carrera

maaaar!; entre los reclutas se mezclan los clases repartiendo maldiciones, palazos en cualquier

lugar visible, planazos de machete, bayonetazos, puñetes en la espalda y "guachazos" (bofetadas

en la nuca); se lucen nuestros instructores practicando las patadas voladoras con nosotros: "corre

recluta mal amansado..." …”qué te quieres barajar recluta mareador” (engañador)…”corre, corre

recluta pécora..”; yo me esfuerzo por llegar en buena posición; ya veo que ahora sí los 3 primeros

se libran del teque; llego 4to; el corazón late con furor; respiro con desesperación; y entonces

debo seguir flexionando de "patos" esperando a los demás; sudo copiosamente y me duelen las

piernas; llueven los planazos de machete entre los reclutas encuclillados; "pista carrera maaar"

grita el capitán mientras camina tranquilamente por el césped del estadio junto a sus oficiales

ayudantes, entre ellos el subteniente Dávila; corremos a toda madre procurando la mitad delantera

pues es allí donde menos golpes se reciben; llego esta vez entre los 10 primeros; mientras

flexiono veo al compañero "Cantimplora", un gordito pequeño con las mismas dimensiones de alto

y de ancho que va escoltado por dos conscriptos antiguos a quienes ha convencido con su

historia; se dirige a hablar con Dávila: "Mi subteniente solicitó salir del teque pues apenas me he

sacado una muela y me puede dar una hemorragia"...¡Claro que si recluta…como no¡ le responde

Dávila; ¡ven aquí junto a mí...!; mientras tanto el capitán grita una vez más: "Pista carrera maaar";

el esfuerzo está cobrando su precio en este cuerpo flaco; el corazón se me quiere salir del pecho,

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siento que me ahogo al correr; reconozco que no tengo resistencia; nunca me ha gustado la

carrera larga...¡mucho menos a patadas!; terminando la vuelta me fijo en Cantimplora; dice algo

que no logro entender allí parado junto al Subteniente; me acerco a toda velocidad hasta

escucharlo gritar: "¿Por qué nací maricón....por que nací maricón....por que nací maricón”...otra

vez debemos flexionar de piernas hasta que lleguen los rezagados de la carrera..."Pista carrera

maaar"; será otra vuelta más; los latidos de mi corazón y mi respiración están descoordinados;

siento que me ahogo; estoy completamente exhausto...giro por el lado de Dávila y otra vez

escucho el monótono rezo de Cantimplora: "Por qué nací maricón....por que nací maricón”. El

polvo se levanta a través de la pista…se oye como el grave tropel de caballos y el sol te pega en

la cara; un compañero nos va dando ánimos: "Mete ñeque ñañito...todo pasa en la vida"; al final

de esa misma vuelta lo sacan desmayado; mi rendimiento ha bajado y llego entre los 20 primeros:

"Para piernas un doooos reclutas" grita Torres “tres cuatroooo" respondemos... ¡Cincuentaaaa¡;

"Vamooooos"; ¡trabajaaar!; las piernas no responden pero hay que seguir; "Uno, dos, tres...." miro

a los compañeros junto a mí; están tan exhaustos como yo..."Treinta, treinta y uno, treinta y

dos..."; Cantimplora sigue gritando ¡por qué nací maricón...!; no sé por qué prefiere estar allí

humillándose a sí mismo delante de los demás y no pide volver al teque…eso es no tener amor

propio. Cuando terminamos de flexionar se repite la orden: "Pista carrera maaaar"; corro con

decisión para llegar entre los 3 primeros; Cantimplora ya no grita; está arrodillado sosteniendo una

gran piedra encima de la cabeza; eso le pasa por "barajista"; aquí vienes a hacerte hombre ¿o

qué?...voy entre el pelotón de avanzada; es extraño pero son los pequeñitos y gordos quienes

llevan la delantera; los grandotes con piernas largas o van por la mitad o van de últimos; ellos

pescan todos los golpes… llego entre los 5 primeros; "Para pechos un dooos"..."Tres cuatro..."

gritamos; dos soldados miran a un compañero que está resoplando agitadamente como un toro

bravo y le increpan: ¿qué te pasa recluta?... "Llora madre....llora"; él flexiona clavando sus ojos

con furor en ellos mientras se le van las lágrimas de la ira y la impotencia; ellos lo festejan de gran

manera y yo me río para mis adentros; ¿por qué tomártelo de modo personal?; ¿por qué llora?;

¿sentirá que lo humillan?...¡abajo arriba¡; “uno”; ¡abajo arriba¡; “doooos”…no soy demasiado

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bueno para las flexiones de pecho pues no soy musculoso de brazos así que pego los codos al

cuerpo y así hago el mínimo esfuerzo; el problema ahora es que las piernas me tiemblan y no

puedo sostenerme; dos planazos me disuaden de ponerme “tabla” otra vez; Torres grita: "pista

carrera maaar", será otra tortuosa vuelta; siguen las patadas, machetazos de plano, "guachazos"

y a correr; la saliva está pegajosa y no puedo escupir; los rostros de mis compañeros han pasado

de rojo a blanco verdoso; algunos de ellos se vengan de los instructores gritando “cooorre

sufridor”…”cooorre sufridor” a lo cual algún sargento o cabo de reserva responde haciéndole

tropezar; el “mal amansado” va a dar en el suelo de donde le levantan de un guachazo; mientras

seguimos en la maratón algunos de los instructores nos dicen en voz baja: "Todo pasa en la vida

muchachos"...todo pasa...ese dicho resuena en mi cabeza ;lo recordaré en las situaciones

difíciles en ejército como otros teques, plantoneras o palizas. Uno de los más pequeños del

pelotón va junto a mí; es cuencano y con su dialecto cantado me dice "métele ñeque

hermano...mira como me toca correr a mí..." Efectivamente, el pequeño tiene unas botas 44 para

unos pies de talla 37; mientras corre, de la punta a la mitad, la bota oscila arriba y abajo, parece

que saluda haciendo la venia. Llego entre los 3 primeros; eso me da el derecho de tirarme sobre

el césped a descansar; estoy satisfecho de que me hayan “sacado la madre”; no me rompí una

pierna, no me desmayé, soporté el desafío con mis compañeros sin querer librarme “haciéndome

el enfermo”, no tuve que gritar por una hora “Por qué nací maricón” ..."... en la civil podrás

convencer a cualquiera victimizándote provocando que te tengan pena; aquí en el ejército o

demuestras que eres hombre como los demás o te jodes. Dos horas después de su comienzo, el

teque ha terminado y marchamos con los escuadrones de caballería al rancho que consistirá en

arroz con frijol duro; agua de Yerba Luisa y un pan; el subteniente Dávila nos grita: ¡la voz de una

canciooón!; la caballería retumba con nuestro canto: "La gente dice que soy el conscripto más

popular; por que salgo peladito a mi Loja a vacilar… corre que corre conscripto, corre que corre

nomás… por un platito de sopa 100 flexiones al cuadrar... por un platito de arroz vuelta al gol

carrera mar; corre que corre conscripto, corre que corre nomas..."

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Jamás recordé con odio a alguno de los oficiales o instructores; nunca me hice amargado por lo

vivido en el ejército; allí aprendí a disfrutar del deporte de alto impacto que lo practico aún hoy.