Historia en La Educacin

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  • 7/24/2019 Historia en La Educacin

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    Hace cuatro aos, ms de 200 profesoresde Historia e investigadores de su Di-

    dctica elaboraron un manifiesto endefensa de la historia como pieza fundamental

    en la educacin de nios y jvenes. Pretendansalir al paso de la oleada conservadora, apoya-

    da por algunos ingenuos postmodernistas del

    mbito educativo, de retirar la historia de loscurrculos escolares. Ha sido as en los ltimos

    aos y continua siendo, como es el caso de losproyectos del Gobierno tory encabezado por

    David Cameron o del felizmente defenestradoSilvio Berlusconi. En los planes de estudio de

    Educacin Secundaria Obligatoria (ESO) se laintent diluir, con poco xito, en unas inconsis-

    tentes Ciencias Sociales; pero en la Educacin

    Primaria ya ha perdido toda su identidad comomateria educativa al difuminarse en un rea lla-

    mada Conocimiento del medio.

    Las causas de esta tendencia son variadas:una de ellas es el declive general de las huma-nidades en todos los niveles de la enseanza,

    auspiciada por las organizaciones econmi-cas internacionales y por los gobernantes que

    buscan resultados ms ligados a las llamadas

    competencias y a la utilidad prctica de losaprendizajes. Otra, ms interna a la educacin,

    es el trasladar a la escuela las insatisfaccionesy los problemas que la sociedad no sabe solu-

    cionar. La ingenuidad pedaggica de pensarque tratar estos temas en los niveles escolares

    los estigmatiza y los neutraliza para el futuroha hecho que, lo que es fruto de la imprecisin

    y del no consenso en las distintas ciencias so-

    ciales, sean ncleos de aprendizaje curricular.

    Esta orientacin orilla a disciplinas como laHistoria, que sirven de intil sazonador para

    salpimentar los temas de actualidad. Algunoslo justifican diciendo que los problemas actua-

    les son ms motivadores para nios y jvenes.Todo lo contrario de lo que nos demuestra la

    investigacin en Didctica de la historia.

    Frente a estas tendencias, es posible afirmar

    que la Historia, en su mxima integridad epis-

    temolgica, tiene un alto poder formativo. Noensea cules son las causas de los problemas ac-

    tuales, pero muestra el funcionamiento de la so-

    ciedad en el pasado y es un inmejorable labora-torio de anlisis social. A principios del siglo XXI,la historia es una disciplina multidimensional, la

    ciencia que analiza mejor la complejidad social.Su valor formativo radica en sus posibilidades en

    el proceso de enseanza-aprendizaje, ya que ayu-

    da a una mejor comprensin del presente, con-tribuye a desarrollar las facultades intelectuales,

    enriquece otros temas del currculum y estimulalas aficiones hacia el disfrute de la cultura y el pa-

    trimonio. Todo ello potenciando al mximo lasensibilidad hacia los temas sociales y formando

    a personas con criterio para participar, de mane-ra ejemplar, en una sociedad democrtica.

    La visin que debe trasladarse a los escola-

    res es que la Historia no es una verdad acabada

    o una serie de datos que tienen que aprenderde memoria. Es imprescindible que se ensee

    incorporando toda su coherencia metodolgi-ca interna, de tal forma que ofrezcan las claves

    para acercarse a su estructura como conoci-miento cientfico del pasado. Tan solo es posi-

    ble esta orientacin si la historia es considerada,

    tambin a nivel escolar, como disciplina cient-fica. El alumnado deber descubrir que el co-

    nocimiento histrico est sometido al sentidocrtico y a la racionalidad como cualquier otra

    ciencia; Pierre Vilar nos deca que nos ayudara pensar mejor, a pensar histricamente. En

    este sentido constituye un medio vlido paraaprender a realizar anlisis sociales que integren

    muchas de las dimensiones epistemolgicas

    procedentes de otras ciencias, lo que permite, ala vez, estructurarlas con rigor.

    Como afirma C.A. Trepat, hay que seguir

    defendiendo la presencia clara de la Historia,tanto en la etapa Primaria, como en la Secun-daria, ya que presupone un aprendizaje inte-

    grado de diversas disciplinas. Edgar Morin lacaracteriza de ciencia multidimensional, que

    ha pasado a ser poliscpica, es decir, de ml-

    tiples miradas. En efecto: el conocimiento his-trico moviliza y estructura progresivamente

    la geografa, la economa, la sociologa, la pol-tica, el arte y otras disciplinas.

    Pero hay que recordar que no es posible llegara desarrollar todo el poder educativo e instructi-

    vo de la Historia sin una clara potenciacin de lainnovacin y la investigacin en nuevos mtodos

    didcticos, camino imprescindible para acercarla

    a los estudiantes de todas las edades. Tambin es

    necesario actualizar sus contenidos para que las

    nuevas corrientes de la investigacin histrica seincorporen progresivamente a los programas es-

    colares, propiciando un debate historiogrfico y

    didctico constante sin interferencias ocasiona-les de polticos y profesionales de la tertulia parauna adecuada elaboracin de los contenidos edu-

    cativos. Defiendo, por todo ello, que la historia seauna materia que ocupe un lugar importante en el

    currculo educativo, desde el inicio de la Educa-

    cin Primaria hasta la universidad.Estas ideas, contenidas en el manifiesto

    citado, son hoy ms necesarias que nunca. Enun tiempo en que el conocimiento se diluye

    ante la falsa contradiccin: instruccin-edu-cacin, la historia es cada vez ms necesaria

    para formar personas con criterio y con unavisin fundamentada, formacin muy nece-

    saria para vivir en un mundo desbocado y

    lleno de incertidumbres.

    Opinin

    Defensa de la historia en educacin

    JOAQUIMPRATS

    Catedrtico de la Universitatde Barcelona

    Nm. 3.948 (939) ESCUELA 37 de junio de 2012

    La Historia, en su mximaintegridad epistemolgica,

    tiene un alto poder formativo