Historia Familia Sinchi Roca

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  • 7/31/2019 Historia Familia Sinchi Roca

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    Cmo se realizla investigacin

    La electricidadse llev las almas

    Detener el poderde la naturaleza

    Estos artculosson resulta-do de un traba-

    jo que empezhace tres aosel genealogis-ta holandsRonald Elward,con los aus-

    picios de El Comercio. Duranteeste tiempo l revis todos losarchivos parroquiales de la an-tigua capital imperial, as como

    gran cantidad de documentosde los ltimos 300 aos que to-dava se conservan en notarascusqueas.

    En total, Elward ha examinadounas 60.000 pginas, las queincluyen partidas de bautizo, dedefuncin, de matrimonios, ascomo testamentos de familiasde la antigua nobleza inca. Estetrabajo permiti establecer losvnculos entre los descendientesvivos y sus ilustres antepasados.Nunca antes en el pas se habarealizado un trabajo de estadimensin, que empieza areconectar los eslabones de unahistoria que se crea perdida .

    Una prima de don Octavio, doaAlicia Valderrama Sinchi Roca(83), tiene varios recuerdossobre las costumbres perdidas.Una de ellas es el servinacuy,y cuenta que ella misma vivipor dos aos con el hombre quedespus fue su esposo. Cuandose casaron, la fiesta dur tresdas. En los casos de un muerto,el fallecido iba vestido con elhbito de uno de los conventos,llamado la mortaja, y eraenterrado en esta manera.Tambin recuerda que de nochesiempre se contaban historiasde espritus. Solo haba velas ylas noches eran oscuras en todoslos sentidos. Con la llegada de laluz elctrica el mundo cambi. Laoscuridad y las almas perdidas sefueron para siempre.

    Por nacimiento, don Octaviopertenece al ayllu Sucso, uno de losms poderosos durante siglos. Nosolo los Sinchi Roca, sino tambinuna gran parte de las familiasnobles de San Jernimo y SanSebastin pertenecen a este ayllu.Segn el profesor Tom Zuidema,autor del libro El calendario inca,los Sucso eran responsables de losrituales en el mes de Pacha Pu cuy.Lo que en nuestro calendariocorresponde a la segunda mitad de

    febrero y la primera de marzo.En este mes los frutos de latierra han crecido y madurado y lalluvia podra daarlos. Los ritualesestaban enfocados en debilitar alas fuerzas de la naturaleza, paraevitar que esto suceda y paraproteger los cultivos. Para eso sesacrificaban 100 llamas negras ytambin perros negros y aves.

    La palabra sucsu en quechuatiene que ver con estar dbil,ictrico, tsico. El inca Wiracochaera visto como el rey viejo,vencido por los ataques de loschancas. Los sacerdotes de supanaca probablemente siempreeran de edad muy avanzada.

    RONALD

    ELWARD

    Genealoga identificada y recuperada

    Fuente: R. Elward, Archivo Arzobispal Cusco, Archivo Regional Cusco, Iglesia San Jernimo

    Wiracocha

    Otros hijos: ayllu SucsoPachactec

    FamiliaSinchi Roca

    5 generacionesDiego Sinchi Roca Ynga

    Probanza (1655)

    2 generaciones

    FamiliaInca Roca

    FamiliaQuisiyupanqui

    Familia ChalcoYupanqui

    Familia pacYupanqui

    Tomas Rocca(Nace: 1685)

    Fernando Rocca(Nace: 1724)

    Ignacio Sinchirocca(Nace: 1780)

    Apolinar Sinchirocca(Nace: 1815)

    Santos Si nchirocca(Nace: 1843)

    Santiago Sinchi Roca(1870-1954)

    Lorenzo Rocca/Sinchirocca

    (Nace: 1745), Alfrez Real en 1805

    Mara Teresa(Nace: 1908-?)

    Francisco(1914-1979)

    Ismael(1918-1993)

    Alicia Valderrama(Nace: 1928)

    Demetrio(Nace: 1959)

    Charles-Ed(Nace: 1984)

    Octavio(Nace: 1941)

    Nota: Este modelo es una sntesis de cada generacin.

    PERMANENCIA. La memoria que guarda est vinculada a la s historias que le contaron y a este paisaje, el mismo que ha mantenido a sus ancestros en esta pa rte del Cusco.

    Cuando conocemos a don Octa-vio Sinchi Roca Ziga (71 aos)es agosto y est empezando elmomento para arar la tierra ysembrar maz. En poco tiempoalgunos trabajadores estaciona-les llegarn para laborar en sustierras. Estas quedan en las afue-ras del distrito de San Jernimo,a unos 10 km de Cusco.

    Los Sinchi Roca forman unade las familias nobles ms im-portantes en esta antigua reduc-cin, junto con los Atayupanqui yTpac Yupanqui. Ellos descien-den del inca Wiracocha, que

    gobern probablemente en lasprimeras dcadas del siglo XV.Don Octavio cuenta: Gran partede las tierras aqu pertenecan ami abuelo, pero sus posesionesfueron divididas entre sus hijosy despus entre los nietos.

    El modelo de propiedad dela tierra que existe aqu siguereproduciendo el modelo esta-blecido en la poca inca: el incay los curacas tenan sus tierras enla parte baja del valle, que son lasmejores; despus venan las de laclase alta y, en las partes superio-res, las tierras del pueblo.

    Don Octavio es uno de lospocos personajes que hemoshallado en esta investigacin

    que todava mantienen algo dela memoria de sus ancestros. Miabuelo y mi padre siempre nosdecan que somos una familiainca, que tenemos sangre real,que tenemos derechos, afirmacon solemnidad.

    PRUEBAS DE IDENTIDAD

    Su hablar es tranquilo, pausado.Ha recibido una buena educa-cin y es un hombre sofisticado,bien vestido. Dice sentirse or-gulloso de descender de reyesincas. Pero no siempre fue unaexperiencia feliz.

    A principios de los aos 50,con un grupo de 15 jvenes deSan Jernimo, fuimos los prime-ros en ir al colegio en Cusco. Nofue nada fcil porque nos discri-minaron social y racialmente.Fue una poca dura, pero eso hi-zo que los 15 seamos hoy los me-jores amigos, cuenta. Al colegiole sigui la universidad y trabajprimero como profesor y despusen varios cargos administrativos.

    Tiene en su posesin un do-cumento del ao 1655: es unaprobanza que seala que su an-tepasado, Diego Sinchi Roca Yn-ga, era hijo legtimo de A lonsoSinchi Roca Inga y de PascualaSinchi Roca usta Coya. Unaprobanza de nobleza era un do-cumento indispensable duran-te el virreinato para demostrarque uno era de ascendencia no-ble prehispnica. Eso serva pa-ra no pagar tributos, hacer laborpblica o servicio personal paralos espaoles.

    Las primeras probanzas apa-recen alrededor del ao 1570,

    Los Sinchi Roca: el poderosovnculo con la tierra ancestralDon Octavio y sufamilia han sidodueos de estas

    tierras durante losltimos 500 aos.A pesar de quese han reducidopor el reparto deherencias, este essu punto de partiday el lugar al que hadecidido volver.

    cuando el vir rey Toledo reor-ganiza el sistema tributario.Cada probanza tena que serargumentada y, generalmente,se haca con los testimonios demiembros reconocidos de la no-bleza cusquea.

    San Jernimo tiene la suer-te de que casi todos sus librosparroquiales han sobrevividocompletos desde el inicio del si-glo XVII, y estn guardados enel Archivo Arzobispal de Cuscoy en la iglesia misma, lo que po-sibilit reconstruir la genealogade esta familia.

    LINAJES PERDIDOS

    En los siglos XVII y XVIII ellosusaron otra variante del apelli-do: Rocca, en vez de Sinchi Roca.Un prominente antepasado fueLorenzo Rocca (Sinchi Roca),casado con Tomasa Guambotu-pa. l fue Alfrez Real de los in-dios nobles en 1805 (la posicincon ms estatus para las familias

    nobles incas durante el virreina-to), y como Alfrez Real tena elencargo de llevar el estandartedel rey en la procesin de CorpusChristi, la celebracin religiosams importante en el Cusco.

    Al revisar los libros parro -quiales se puede ver que duran-te varios siglos las uniones de lasfamilias nobles mantuvieron unestilo similar al que se vea, y to-dava se ve en menor grado, enEuropa: se casaban entre ellos.De este modo, se creaban alian-zas de poder poltico, social yeconmico.

    Un caso tpico de lo anteriorlo representan los hijos de donLorenzo quienes, ya en el sigloXIX, se casaron con las seoritasLuca Incarocca, Vicencia Atayu-panqui y Leandra Pachacuti, to-das de la ms rancia aristocraciaimperial cusquea de entonces.Hasta hoy da todos somos pa-

    rientes, dice sonriendo donOctavio. Pero esta es una cos-tumbre que ha venido desapa-reciendo con las generacionesactuales.

    Con el tiempo, como sucedicon todas las familias nobles cus-queas, los Sinchi Roca prime-ro perdieron influencia poltica ysocial. Esto, en gran medida, porel edicto de Simn Bolvar queelimin todos los ttulos nobilia-rios, que incluy el de cacique.

    MODERNIDAD

    Durante el siglo XIX y el siguien-te las tierras familiares empeza-ron a dividirse, ms por cuestio-nes de herencia y de divisin debienes. Recientemente, parien-tes de don Octavio han estado

    vendiendo parte de sus propie-dades ante la presin por la ex-pansin urbana de la ciudad.

    La antigua casona familiar de

    los Sinchi Roca en San Jernimofue demolida hace aos. En su lu-gar, en los aos 80, l construyuna casa moderna. Pero ya no vi-

    ve ah porque el trfico ha au-mentado tanto que ya no es po-sible por el ruido. Ha construidootra casa en el campo, donde to-do es verde. Tengo mis rbolesfrutales, tengo cuyes. Vivimostranquilos aqu, dice.

    Al mismo tiempo, en las ge-neraciones ms jvenes empiezaa surgir una nueva curiosidad:la de su pasado. Uno de ellos esCharles-Ed Sinchi Roca Du-rand, sobrino de don Octavio, de28 aos y dentista, quien decidicasarse con un ritual andino enun antiguo palacio inca, hoy elsitio arqueolgico de Tamboma-chay. Cuando le preguntamospor qu, responde: Porque hetomado la decisin de mante-ner la conexin con mi historia.

    Don Octavio encontr este es-

    cudo familiar en una casona del

    siglo XVIII en el pueblo de Maras.

    Durante sigloslas uniones delos nobles incaseran de un estilosimilar al europeo:se casaban entreellos, creando

    alianzas de poderpoltico, social yeconmico

    CHRISTIANUGARTE