Historia y Conflictos

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LA HISTORIA Y EL MANEJO DE CONFLICTOS J

/ La Historia y el manejo de los conflictos /

LA HISTORIA Y EL MANEJO DE LOS CONFLICTOS" Sin una memoria histrica estamos a merced de la ltima moda pasajera (...) La historia, como representacin del mundo adoptada por una sociedad, constituye junto con la ideologa el espritu nacional que orienta su comportamiento"

Frederick HartmanEl concepto de hombre, y de humanidad, es inseparable del de historia . El hombre, por tener poder de decisin tiene historia, va construyendo, voluntaria o involuntariamente su historia como realidad pasada. Y de ello tiene conciencia. Excelsa diferencia con el resto del mundo animal. Pero adems, para poder razonar sobre su existencia el hombre necesita sentirse parte de la historia. Utilizando la expresin de Raymond Aron, el hombre es una historia. Es una historia a nivel individual pero lo es como parte de esa sociedad que integra y en cuyo seno se desarrolla como ser. No puede prescindir del sentimiento de pertenencia. El hombre es un ser . La conducta de cada individuo afecta a lo colectivo, entonces su historia personal interesa en la medida que incide sobre ese colectivo. Si el hombre es social, la historia tambin lo es. El hombre existe y tiene historia si es en sociedad. El destino social marca el destino individual. La historia es el equivalente, en lo social, a la experiencia en lo individual. Es la experiencia acumulada por dicha sociedad, determina su cosmovisin y configura sus pautas esenciales de comportamiento.

La necesidad de saber historia obedece en primera instancia a conocerse a s mismo, como individuo y como sociedad, a tener un pasado que d respuestas a la existencia actual, a tener un de donde venir. Ya antes de la existencia de la escritura, los mitos constituan la historia verdadera y sagrada cuyo conocimiento deba asegurarse pese al paso de las generaciones. La prdida de aquella historia verdadera y sagrada equivala a la desaparicin de sus protagonistas.

As como se estudia la historia propia tambin se puede estudiar la historia de los otros. De qu otros?.

Todo grupo humano se desenvuelve en un escenario compartido, del cual debe extraer recursos para su vida, circunstancia que genera una interrrelacin con los otros grupos que est afectada por la mayor o menor disponibilidad de recursos. La cantidad, calidad y accesibilidad de estos derivar en conflictos.

El estudio de la historia de quienes nos rodean permite descubrir factores preponderantes en su devenir histrico de suma utilidad para obtener experiencia aprovechable en la conduccin del grupo, sociedad, pueblo o nacin de pertenencia, que no es otra cosa que accin de gobierno. El conjunto de acciones emprendidas por el gobierno del pas para que ste satisfaga sus intereses se llama estrategia. Estudiar la influencia de un determinado factor en el pasado de un pas es analizar la importancia estratgica que le cupo al mismo y permite obtener experiencia aplicable en la interaccin. Porque un factor puede tener influencia histrica, y por ende importancia estratgica, pero si esto no es apreciado correctamente por quienes tienen responsabilidad poltica, el manejo estratgico que llevarn a cabo producir resultados desfavorables para la sociedad cuyo destino tienen a cargo.

Uno de los principales sustentos en la conduccin racional de las interacciones humanas es la experiencia, fundamental pilar del proceso decisorio humano.

Napolen sostena que sus exitosas concepciones estratgicas no eran producto de una inspiracin, sino de la aplicacin, an subconsciente, de conocimientos histricos y sus anlisis. En toda actividad o profesin caracterizada por la baja estructuracin y la alta creatividad es imperiosa la incorporacin de juicios a travs de la historia. Los abogados recurren a los inicios del Derecho Romano, los pintores estudian historia del arte, los militares estudian batallas en las que an no se utilizaba la plvora, entonces con mayor razn los gobernantes deben conocer la historia de sus pueblos y la de aquellos con los que interactan.

Gobernar es hacer estrategia. Estrategia es la operacionalizacin de las Ciencias Polticas. Y estrategia es un proceso por el cual se relacionan medios con fines, intenciones con capacidades, objetivos con recursos, y uno de sus principales sustentos es la experiencia como pilar del proceso decisorio humano. Hacer estrategia es adquirir, desarrollar y aplicar las capacidades necesarias para conducir un conflicto.

Para autores como Thomas Schelling racionalidad interdependiente, para Beaufre dialctica de voluntades o de racionalidades, para otros ciencia de voluntades, es decir interaccin plena. Todas son definiciones de estrategia. No quedan dudas, la estrategia es parte de las Ciencias Sociales, tal como lo es la Historia. Pertenecen al mbito del espritu del comportamiento humano. La historia ineludiblemente tiene que ver con el espritu, an cuando se estudien los modos de produccin, porque el homo habilis surgi de la inteligencia de un ser y de su espritu innovador, pero tambin de quienes con l integraban el grupo y apoyaron sus decisiones. La historia continu su desarrollo, mostrando que las evoluciones siempre se dieron por directa consecuencia de las interacciones entre sociedades o grupos humanos, cuyo comportamiento puede analizarse reconstruyendo sus realidades contemporneas.

Si hacer estrategia, gobernar, est ntimamente relacionado con la interrelacin humana, hablamos de comportamiento humano, hablamos de comunicacin. En las ciencias sociales es prioritaria la comunicacin, es decir la construccin de significados a partir de una gran variedad de smbolos. Voluntaria o involuntariamente todo grupo humano, a travs de su comportamiento, emite mensajes en forma permanente, que son captados por otro grupo humano receptor, que procura interpretarlos y llevar la interaccin entre ambos por un camino favorable a sus intereses. Estos mensajes, por emanar de la conducta humana poseen un lenguaje natural de baja estructuracin. No es un lenguaje simblico, maneja significados y no smbolos. Cuando esos mensajes son colectivos, estn referidos a actitudes socializadas y por ende afectados intensamente por las culturas que ostentan el emisor y el receptor, respectivamente. Cultura que hace que el hombre no perciba el hecho material en s sino su significado, transformando las acciones humanas o sociales en hechos ideales. Las actitudes humanas recibidas o apreciadas por el receptor, estn influenciadas por elementos no materiales, caractersticos de cada cultura (fe, tica, ideologa) y motivarn que cada mensaje emitido por una sociedad no sea igual al de otra aunque los smbolos materiales o conductas empleadas sean las mismas.

El interpretar los mensajes recibidos de todas las sociedades interactuantes, es decir hacer estrategia, consiste en conformar una representacin de la realidad, dependiente de la forma en que el receptor transforme los smbolos en significados por aplicacin de sus propios factores ideales y de los que le atribuya al emisor. Los mensajes pueden ser errneamente interpretados si el receptor desconoce los elementos ideales del emisor.

Esta interpretacin, que es una construccin mental, es una representacin del mundo, y constituye el saber humano o saber social, que condiciona el comportamiento. Saber que puede ser estudiado desde el punto de vista individual (psicologa cognoscitiva) o social (psicologa social). La primera para determinar en que forma el otro actor individual realiza su representacin del mundo. La segunda para determinar el tipo de interaccin que se desarrollar entre los actores sociales. Desde el punto de vista individual corresponde a la personalidad, y comprende las actitudes, la experiencia y los conocimientos. Mientras que desde el punto de vista social comprende a los valores, la historia y la ciencia que conforman la cultura.

ACTOR INDIVIDUALPERSONALIDADACTITUDESEXPERIENCIACONOCIMIENTOS

ACTOR COLECTIVOCULTURAVALORESHISTORIACIENCIA

La cultura o saber social est estructurada en esos tres niveles, los valores, la historia y la ciencia, en orden creciente. Cada uno de ellos orienta el comportamiento de su sociedad y afecta la representacin que ella har de su actualidad, pero tambin cada nivel incide en los otros de manera considerable. Es as como los valores, que en definitiva constituyen la ideologa, condicionan el desarrollo histrico de una sociedad, y en sentido inverso el adecuado conocimiento de su propia historia contribuye a mantener vivos aquellos valores.

Dijimos anteriormente que la cultura de una sociedad orientaba su comportamiento y que en su nivel ms bajo de estructuracin encontrbamos los valores. Valores que son tomados como verdades por aquellos que los detentan y que condicionarn sus conductas, actuando racional y coherentemente con los mismos. El conflicto surge cuando los actores no estn en capacidad de apreciar la racionalidad de los otros, de determinar correctamente sus valores para prever sus posibles reacciones.

Cada actor tiene desarrolladas creencias, normas y valores, y las sostiene merced al conocimiento, actualizacin y difusin de su historia. Las naciones o grupos sociales muy cerrados actuarn racionalmente en funcin de esos factores culturales, construyendo sus representaciones del mundo concordantemente con ellos. Es decir que actuarn y juzgarn las conductas de los dems con criterios afectados por aquellos factores. Como dijramos unas lneas ms arriba el conflicto surgir cuando los actores no aprecien acertadamente la racionalidad de los otros o construyan realidades diferentes. No quiere decir que esas construcciones estn equivocadas, son diferentes y si no se posee la capacidad para determinar la diferencia el conflicto ser conducido por caminos desfavorables. Cada actor construye su realidad, la adopta como verdadera y si no conoce al otro actor, asume que ste construye la misma realidad. Si esto no es correcto desembocan en un conflicto, o en una escalada del mismo.

Conflicto no implica, imperiosamente, ruptura de los canales de comunicacin entre los actores. No quiere decir, en el marco externo, que imperiosamente se llegar a una guerra ni que se rompern relaciones diplomticas; ni en el orden interno que se generar violencia o se cortar la comunicacin entre los grupos interactuantes. El conflicto es una forma ms de interaccin humana, individual o social, que se puede desarrollar en diferentes estadios que tendrn una evolucin en funcin de como lo conduzcan los lderes de cada grupo, sociedad, empresa, nacin, etc.. Surge al constituirse interpretaciones del mundo -como medio en el que acta todo ser humano- diferentes en lo individual y en lo social. Las coincidencias desembocan en consenso y cooperacin, las discrepancias, en disenso y competencia pudiendo llegar a la hostilidad. El conflicto ha sido definido como la forma en que los hombres comprenden la interaccin humana, es decir como interpretan los mensajes de los grupos con los que se relacionan. El conflicto puede desarrollarse desde la negociacin hasta la guerra, desde la persuasin al acto de fuerza. Queda en manos de los responsables de su conduccin evitar la escalada, restando tensin a la situacin o adoptando previsiones como resultado del estudio del escenario, los actores y sus probables acciones. Lo lograrn en la medida que conozcan el saber social de su interlocutor.

Para el manejo del conflicto dentro de cauces de racionalidad se debe conocer a los otros actores del escenario en cuestin, an aquellos que no se encuentran directamente involucrados en la situacin, porque pueden llegar a conformarse alianzas que alteren la conduccin del conflicto, o, como consecuencia de interacciones entre terceros, algn actor no estudiado reaccionar en forma totalmente imprevista. Se deben considerar todos los actores, an aquellos a los que errneamente se le adjudiquen conductas irracionales, porque dentro de la supuesta irracionalidad su historia siempre aportar elementos esenciales para la conduccin de la situacin. Este es el conflicto predominante desde la dcada del 70. Es el actual, el que en su opcin de acto de fuerza se caracteriza por haber cambiado el tipo de actor. Antes eran las naciones, ahora son las culturas.

Las hiptesis de conflicto existen, y deben considerarse en la implementacin de polticas de Estado. Hiptesis de conflicto no es igual a hiptesis de guerra. Deben indicar claramente con que actores, con los que se interacta o no, es posible tener un conflicto, su nivel de intensidad, escenario en el que se desarrollar, coaliciones a producirse, intereses superpuestos y apreciacin histrica. En el mundo actual esta apreciacin demanda mucha experiencia, dada la cantidad de actores, las diferencias enormes entre sus realidades circundantes -es decir reales-, pero tambin en las construidas por cada uno, y la densa red de interdependencias. Si Argentina se ha volcado plena y activamente al teatro mundial, debe estar en capacidad de hacer estrategia sin equivocacin. Un error o una apreciacin incompleta puede resultar muy peligroso y caro a nuestros intereses.

En este mundo de conflictos las naciones deben tener conciencia histrica si desean hacer pervivir los valores que le dieron origen, es decir, si no reniegan de su pasado. La cultura, como personalidad de la sociedad, es responsable del "como somos" y "cmo nos ven". Por otra parte se debe analizar la historia de los actores con quienes se interacta porque a travs de ella conocern los valores que condicionan su comportamiento. En particular determinar todo lo que est enraizado en la historia popular porque ser aquello que tendr ms peso en las decisiones de gobierno.

Para la conduccin de conflictos el anlisis de los documentos escritos no es suficiente para efectuar representaciones de la realidad. Cada uno de esos papeles fue elaborado respondiendo a elementos mentales que no llegan a plasmarse en la letra, pero que pueden conocerse, en cierta medida, mediante la reconstruccin de las cuestiones que estuvieron presentes, en quienes adoptaron las decisiones y en sus asesores, reconstruyendo su saber social.

Ninguna persona de gobierno, ningn estratega, puede decidir absoluta y permanentemente en forma racional. Cuando decide en tiempos crticos debe sustentar sus decisiones en un elevado porcentaje de informacin histrica, en procura de incrementar el grado de objetividad en su proceso mental. Ante situaciones no crticas el decisor puede manejarse en el campo de las ideas, y decidir polticamente, ante la crisis el fundamento de la decisin traslada su peso hacia lo histrico. Despus de todo, el hombre tiene historia porque tiene eleccin, decisin. El tiempo no transcurre inexorablemente viendo producirse las mutaciones naturales solamente. La humanidad, para bien o mal, ha llegado donde se encuentra porque ha ejercido su facultad de decisin. Ha construido la historia. Y por ende la tiene a su alcance para estudiarla, aprovecharla, o simplemente rechazarla y constituirse en una sociedad cristalizada que acta por hbitos e instintos.

Las decisiones de gobierno que siempre afectan a los hombres son tomadas de realidades histricas. Histricas no quiere decir lejanas, quiere decir de la experiencia.

En la mayora de las ciencias y de otras actividades humanas no tan estructuradas la experiencia se obtiene en forma directa, por vivencia o experimentacin propia, provocando y viviendo la situacin. Pero hay otras en que la nica forma razonable de alimentar la experiencia, es decir de perfeccionar los patrones condicionantes del comportamiento o respuesta humana, es a travs del estudio histrico. Una de estas actividades es la estrategia, la accin de conduccin. No se puede ensayar en este rea. Se puede determinar patrones de respuesta pero no leyes que se cumplirn como en la fsica. Se trata del comportamiento del espritu desenvolvindose en niveles de estructuracin prcticamente inexistentes. Su estudio previo no permitir al decisor predecir, pero s construir modelos que le permitirn interpretar los mensajes que reciba de los otros actores en el escenario y respaldar una decisin en concordancia con aquella interpretacin.

La experiencia puede ser exterior (percepcin) o interior (intuicin). A partir de Kant y en especial en la actualidad la experiencia es tomada en sentido dinmico. Es decir no representa una actitud esttica y receptiva de conocimientos por parte del sujeto, por el contrario, el contacto entre este y el hecho observado impone relaciones y reflexiones que llevan a que el observador cambie los signos que aprecia y estructure sus propias conclusiones. La psicologa actual sostiene que la actividad mental no es ms que el procesamiento de informacin previamente almacenada como experiencia. La mente no produce nada si no ha tenido un input anterior. Entonces para relacionar o reflexionar el hombre necesita contar con informacin previa de lo contrario actuar motivacionalmente es decir irreflexivamente. Esto ni ms ni menos es lo que deben hacer los gobernantes, estrategas, empresarios, diplomticos, polticos y todo aquel que desarrolle tareas de conduccin de grupos sociales en procura de intereses propios. Raymond Aron tambin afirma "Fcil es invocar la experiencia, ms difcil utilizarla y ms difcil an olvidarla"

El encontrar regularidades y aprovecharlas es de sumo valor, pero es imperioso tener la capacidad para resistir la lgica tentacin de aplicarla directamente al presente. Para la adopcin de una decisin se deben mantener perfectamente claros el escenario en el que se acta, sus actores e intereses -propios y ajenos- y el contexto histrico de la analoga encontrada, y as con ella construir la realidad actual, pero sin tomarla como una verdad absoluta. Errores cometidos en Estados Unidos por el presidente Lindon B. Johnson cuando crey que la realidad de Vietnam era la misma que tuvo Harry Truman con la cuestin coreana, y en Argentina cuando la Armada en 1963 pens que estaba ante una realidad igual a la de 1955.

El estudio de la cultura o saber social de otros actores, como proceso de interpretacin de sus fenmenos sociales a lo largo de la historia, permite la realimentacin de datos por medio de un proceso iterativo que actualiza la construccin de los lenguajes -es decir actualiza la interpretacin de conductas- y elabora nuevos modelos de anlisis. De esta manera se va incrementando la experiencia en funcin de las representaciones o visiones del mundo que se van efectuando.

Estos conceptos no implican defender la postura de la circularidad de la historia ni mucho menos. Apuntan a inculcar que la estrategia debe nutrirse de la historia en la obtencin de regularidades, no porque se vayan a repetir indefinidamente, sino porque de ellas se pueden extraer conclusiones para estudiar la racionalidad de los otros actores.

En lo que respecta a regularidades, es muy importante tener siempre presente lo peligroso que puede resultar el tomar un hecho histrico que encuadre, luego de una traspolacin, en la situacin ahora en anlisis, para sustentar una apreciacin, o lo que sera peor, una decisin.

El estudio de la historia y su utilizacin debe servir al estratega, gobernante, poltico, empresario, diplomtico para sus funciones especficas de conduccin, pero evitando el generar fanatismos que una vez engendrados pueden tener derivaciones que escapan al manejo del conflicto - excepto que as lo desee el conductor, o que la cultura de esa sociedad as lo imponga. Sirva como ejemplo el caso de la Argentina cuando se convenci al pueblo que era justa la ocupacin violenta de las Islas Malvinas, pero lo ms grave cuando tambin se los convenci que el gobierno britnico no reaccionara. Para el primer caso se recurri a la historia para resaltar e insistir en nuestros derechos, pero en el segundo no se la utiliz para decir que el pueblo britnico no tolerara inactivamente el agravio.

Esto tiene que ver con la manipulacin de opiniones para incidir sobre la moral del pueblo. Este es un aspecto de vital importancia en la conduccin de conflictos. Del conservar la moral del grupo depender la capacidad de subsistencia del mismo. A nivel individual despersonalizar es quitarle a alguien el conocimiento de s mismo, la facultad de decidir y de actuar coherentemente. En lo social eso se consigue destruyendo la moral. Actuando sobre la moral de un grupo humano se lo puede llevar a condicionar su comportamiento e incluso llevarlo a la autodestruccin. La estrategia fue definida esencialmente como comunicacin. Comunicacin tambin es difusin de ideas, bsqueda de influenciar en la conducta de otros. Quienes no posean una cultura slida, estarn expuestos a los mensajes, a la influencia, de terceros actores.

El hombre se ha ido alejando de la animalidad en la medida que el proceso de socializacin fue teniendo xito basado fundamentalmente en el desarrollo de la cultura que le permiti crear y mantener un determinado orden social, freno de las pasiones, de lo motivacional, es decir preeminencia de lo racional. Este adelanto social es producto del progreso en el orden moral. Quien consiga quebrar ese orden moral tendr a su merced a la sociedad.

El mantenimiento de la moral le cabe a la cultura, a travs de la difusin del conjunto de valores que constituye la ideologa incorporada en la opinin pblica. Valores que fueron engendrados y sostenidos a travs de la vivencia y difusin de la historia del grupo. Es posible alterar ese sistema de valores hasta cambiar los patrones de conducta que le eran propios, manipuleando la opinin pblica. Pero tambin se puede hacer para conducir un conflicto, de acuerdo a pautas que no seran respaldadas, si se consigue efectuar y diseminar una construccin falseada de la realidad mostrando un sistema de valores del otro actor no concordante con la verdad, y adjudicarle reacciones que se espera que tengan pero nada indica que asumirn. ("Los ingleses no van a venir." Argentina -abril 1982-).

Este rol de la historia en su interaccin con los valores implica formar culturalmente a toda la sociedad, incluyendo a sus dirigentes, pblicos y privados. No se puede pretender que una persona por el slo hecho de acceder a un cargo, mgicamente incorpore cualidades que no asimil en su etapa formativa. Si la historia enseada no inculc, por ejemplo, que el mar tiene mucha importancia para la Argentina, ningn dirigente va a adoptar decisiones con este fin, ni manejar ningn conflicto sosteniendo como inters el mar. Tampoco la sociedad demandar acciones en este sentido. ni en ningn otro que no est reflejado en su sistema de valores. De la misma manera . si el saber social no demanda el cumplimiento de pautas morales aceptadas en la mayora de las sociedades con desarrollo similar al propio, en particular entre quienes integran los grupos de poder, sus dirigentes no se vern compelidos a su acatamiento. Si esto ocurre es porque est fallando la enseanza del sistema de valores propios, y de las imgenes histricas que lo respaldan y fortalecen.

El historiador debe tener siempre presente cuando estudie una sociedad en particular, su moralidad. No hay anlisis histrico o estratgico que d buenos resultados, o contribuya a consolidar la informacin disponible para la toma de decisiones, si no est incluida la moral del grupo en estudio.

El anlisis de los acontecimientos histricos no es para quedarse en lo fctico y prever la posibilidad de su repeticin para actuar en consecuencia, sino para tratar de determinar los principios que motivaron esa actitud. No quedarse en lo acontecimental sino llegar hasta el espritu de la situacin. Este avance slo podr hacerlo el hombre formado en la filosofa o en la historia, o en menor medida aqul que est imbuido de la importancia de ambas, que recurra a ellas para transitar rpidamente desde el hecho hacia el principio. No analizar solamente los actos, consumiendo tiempo en observaciones minsculas, sino que determinar rpidamente los fundamentos de ese proceder. El historiador le aporta los datos y sus anlisis, y el decisor acostumbrado en este manejo de informacin maniobrar en consecuencia.

Hacer poltica es una de las actividades ms desestructuradas que existe. El nivel de incertidumbre en el que debe manejarse el poltico es muy grande, y por ende sus decisiones emanan de anlisis poco estructurados y sin la posibilidad de una prctica previa. La decisin ser exitosa o no, segn el trabajo intelectual previo y la forma en que luego contine conduciendo el conflicto en base al feed-back que se produzca sobre el desarrollo de la situacin. Cuanto ms a largo plazo se vayan a concretar los resultados de las polticas implementadas ms necesaria es la prospeccin y la retrospeccin. En la primera cobrar preponderancia la construccin de realidades en base al conocimiento que se tenga de los otros actores que incidirn en la concrecin de nuestras objetivos. Conocimiento emanado del ejercicio de la segunda que en lenguaje tradicional no es ms que saber histrico, en corto, mediano o largo alcance. Por supuesto, no es aquel saber histrico referido a hechos singulares ordenados en el tiempo, es el saber integrado con otras ciencias sociales bajo el rigor metdico de la historia que le imprime en primer lugar el contexto imprescindible para iniciar su razonamiento. No se trata aqu de privilegiar una ciencia sobre otra, pero es indudable que si el estadista no sabe historia no podr conformar en su totalidad la realidad que necesita para la conduccin del conflicto, mientras que aquel que slo sepa historia s obtendr de ella la informacin mnima como para trabajar eficientemente.

Los acontecimientos parecen sorprender a muchos conductores actuales, y recin despus del hecho adoptan decisiones, que aparecen ms como reacciones que producto de elaboraciones serias. Muy pocas cosas se dicen con antelacin, se muestran como objetivos a alcanzar, se explicitan con respaldo analtico y justificacin histrica.

Deberan tener presente que las grandes crisis y cambios en la historia de la humanidad se han producido por falta de comunicacin entre actores -internos o externos- y en momentos de escasa diseminacin de informacin al grupo social. La falta de comunicacin puede ser por ausencia de mensajes o porque alguien no est en capacidad de interpretar los que recibe. Por otra parte se debe tener en cuenta que una cosa es la velocidad de intercambio de informacin entre actores, y otra la que demanda la recepcin por parte de la sociedad. La psicologa social maneja tiempos psicolgicos que son los transcurridos entre que se instaura una nueva realidad y su asimilacin por el grupo humano. Siempre que el conductor no haya construido con suficiente antelacin, esa naciente realidad, no slo se le dificultar el manejo del conflicto, sino que adems no estar en condiciones de dar explicaciones coherentes a sus conducidos, ante un hecho que indique la irrupcin de la nueva realidad.

El decisor actual y sus asesores no tienen tiempo de alimentar su experiencia indirecta con conocimientos adquiridos instantes antes de asumir sus funciones o de enfrentar problemas emergentes sorpresivamente. Debe gozar de una formacin previa. La experiencia individual, directa o indirecta, a travs de la retrospeccin histrica, se suma a los valores y la historia -como experiencia colectiva- que ostenta el decisor, para enriquecer la apreciacin previa a la decisin y para favorecer la comunicacin con su propia sociedad. Sociedad que en su mente siempre tiene una historia que es poderosa por estar muy arraigada y que debe ser realimentada permanentemente en la interaccin conductor-conducido, para evitar falsas representaciones que afecten dicha interaccin. En muchas ocasiones, por comodidad o falta de formacin, se emplea la experiencia directa descartando la indirecta que suele ser ms rica, aunque demande ms tiempo, esfuerzo y organizacin para ser acumulada. Neustadt y May afirman que el liderazgo exitoso requiere fe ciega y certero anlisis en una misma proporcin. Cuidado, la historia alerta que la fe, cuanto ms ciega, ms violento es el cambio cuando se la pierde.

Si indagamos someramente sobre los usos que se les da a la historia en nuestro pas el resultado, con seguridad, producir desazn. El consumo de informacin histrica es de los ms escasos en nuestro mbito cultural. Ni que decir sobre su utilizacin en el manejo de conflictos.

Deben implementarse carreras universitarias donde se capaciten decisores, pblicos y privados. Donde se les ensee a hacer estrategia, a manejar conflictos como situacin normal entre actores interrelacionados. As la historia, como ciencia, adquirir un espacio destacado, y dejar de ser solamente una de las asignaturas ms repudiadas en la enseanza media, o constituir un mbito acadmico donde se explayan profundos eruditos cuya produccin es excelente y completa, pero de escasa utilizacin por parte de la sociedad como instrumento para el logro de sus intereses y su desarrollo humano. Si la cultura, el saber social, el saber acumulado por los argentinos encontrara en la historia un pilar de envergadura, para su sostenimiento y enriquecimiento, no se habra producido la reiteracin de graves errores que debieron padecer todos los estamentos de la sociedad (dirigentes-dirigidos).

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