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Historia Zaraza
Uno de los aportes más importantes que desglosan y describen la historia de Zaraza es
el trabajo “Historia del Estado Guárico” del poeta y escritor José Antonio de Armas
Chitty. Dicho trabajo –que recoge la historia y el contexto socioeconómico de todos los
pueblos del Estado Guárico- fue terminado de escribir para 1981 y en noviembre de
1982 es finalmente impreso.
De Armas Chitty hace alusión a la historia del actual municipio Pedro Zaraza
refiriéndose a “Chaguaramal del Batey”, nombre que da origen a la actual población de
Zaraza. Resalta el nombre de Don Carlos del Peral, fundador del ya mencionado hato
“Chaguaramal del Batey” quien adquirió de manos del Rey el 11 de noviembre de 1740
un lote terreno que “iba desde la boca del Quebrada Honda, al norte, hasta quizás el
Quebradón del Colegio, al sur; y luego todo el Unare”. El citado autor hace mención
especial en diez palabras a la cantidad de dinero que le costó a Carlos del Peral el
terreno en el que hoy está asentada Zaraza: “…Y todo lo adquirió en 30 pesos de ocho
reales”.
En cuanto al origen del fundador Don Carlos del Peral, en la Web se encuentra un
material digital del “Instituto venezolano de genealogía” que recrea un poco el origen
de esta familia. Según esta fuente, Carlos del Peral –fundador de la actual Zaraza- era
oriundo de Cumaná. Éste se casó con doña María de la O' Guedes quien era nativa de
Cagua. Esta pareja antes de poblar en Chaguaramal del Batey "habían vivido en
Lezama, Altagracia, Chaguaramas y La Pascua”, destaca el citado material digital.
Siguiendo con el hilo de la fundación de Zaraza, es importante acotar que dentro del
mismo trabajo de De Armas Chitty -aunque no inserto en la parte que describe la
historia de Zaraza- se encuentra una coyuntura en cuanto a una confusión del origen de
Chaguaramal del Batey. Ésta es: “San Miguel del Batey” fue un pueblo que existió unos
15 años aproximadamente ubicado entre los ríos Quebrada Honda y Unare. Para Chitty
“algunos historiadores no bien informados de la geografía de la región del Unare y del
proceso de fundación de los pueblos de dicha región, quisieron ver en San Miguel del
Batey el origen de la actual Zaraza…” Según este autor, existió una confusión para el
momento, pues “Chaguaramal del Batey” (Zaraza) fue levantada entre la unión del Río
Ipire y Unare, que se encuentran a unos 40 kl de la unión de las aguas del Río
Quebrada Honda con el Unare.
No obstante a la aclaratoria de esta confusión geográfica suscitada aproximadamente
en 1873, el verdadero origen de Zaraza es, como ya se ha mencionado en líneas
anteriores, el hato “Chaguaramal del Batey”. El asentamiento de la familia Del Peral en
estas tierras y su relación con habitantes de otras cercanas hicieron posible el
crecimiento de un vecindario que, tiempo más tarde, se vería consolidado por la unión
de familias y por la llegada de otras que poco a poco van conformando una sociedad.
A partir de 1778, dice Chitty, que los vecinos de Chaguaramal del Batey buscaban la
aprobación del Rey para expandir el territorio y consolidar la conformación de ese
vecindario en un pueblo. Es en este momento cuando Juan Bautista Arveláiz, quien se
habría casado con una hija o nieta de Don Carlos del Peral, encamina las
conversaciones en Caracas para lograr la expansión.
Habían pasado cuarenta y tres años desde que en 1740 Don Carlos del Peral había
fundado su hato, cuando en 1783 tras un censo realizado durante ese año, y que De
Armas Chitty publica en su obra, se contabilizaban mil seiscientos siete habitantes entre
blancos, mestizos, pardos, negros y esclavos. Eran diecinueve las casas hechas de
paja y de palma dentro del pueblo donde vivían dieciséis familias; y unas ciento setenta
y siete casas que se encontraban en lugares aledaños donde vivían doscientas
cincuenta familias. Estas cifras indican que estaban constituidas doscientas sesenta y
seis familias aproximadamente en el pueblo “Chaguaramal del Batey” para ese tiempo.
José Francisco Torrealba en su obra “Pequeños apuntes de algunas familias del
Oriente del Guárico especialmente de Zaraza”, indica que en 1795 los habitantes de
“Chaguaramal del Batey” solicitaron al Gobierno de la Colonia una legua de tierra para
expandir el poblado la cual fue concedida, quedando desde ese entonces y hasta 1854
establecidos los linderos de Chaguaramal.
Durante la Guerra de Independencia se desarrollaron dos grandes incendios en el
poblado. Uno de estos, según De Armas Chitty se le atribuye al General Pedro Zaraza
quien junto a Jose Tadeo Monagas sostienen la resistencia republicana en el llano
central y oriental entre 1815 y 1817. Para este autor existen varias versiones, pero su
hipótesis basada en supuestas pruebas sostiene que el incendio fue generado por “el
odio que los republicanos tenían al pueblo por ser acusado de realista”. El pueblo
permaneció en cenizas hasta 1828 cuando gentes del lugar y otras familias
provenientes de pueblos vecinos comenzaron su reconstrucción.
A partir del incendio y por un lapso de doce años, la vida de Chaguaramal es una pausa
de cenizas. El Padre José Antonio Arveláiz recogió los libros y vasos sagrados y se
traslado a Sabana de Uchire en el momento que el General Pedro Zaraza tomaba el
pueblo. La condición de realista del religioso le impedía tratar con los enemigos de su
Rey, algo así como los enemigos de la religión. A finales de 1828, acallados los odios el
cura regresa al pueblo y solo encuentra un deseo de reconstruirlo.
A mediados del siglo XIX o un poco antes, tal vez a partir de 1830, empiezan a llegar
italianos, españoles y portugueses que unirán lazos de sangre con los lugareños.
Desde el 5 de abril de 1853 hasta la actualidad la región pasa a llamarse Zaraza, en
homenaje al Prócer de la Independencia, el General Pedro Zaraza.
Origen del trompo
El origen del trompo es más bien incierto aunque se tiene conocimiento de existencia
de peonzas desde el año 4000 a. C., ya que se han encontrado algunos ejemplares,
elaborados con arcilla, en la orilla del río Éufrates.
Hay rastros de trompos en pinturas muy antiguas y en algunos textos literarios que citan
el juego.
Por ejemplo es mencionado en los escritos de Marco Porcio Catón el mayor político e
historiador romano. Además, el trompo aparece en los escritos de Virgilio,
destacándose en su obra Eneida (siglo I a. C.). En el Museo Británico se conservan
restos antiguos fechados en el 1250 a. C. en los que se aprecia a un niño dedicándole
al dios Zagreo gran número de juguetes, entre ellos un trompo con su látigo.
A Platón le servía como metáfora del movimiento y Aristófanes se confesaba aficionado
al trompo. El poeta romano Ovidio también menciona el trompo en sus poemas y Aulus
Persius Flaccus, otro poeta romano, decía que “en su niñez tuvo mayor afición al
trompo que a los estudios“. Incluso en la mismísima Troya fueron encontrados unos
trompos hechos de barro.
Todo parece indicar que fueron las culturas de Oriente, China y Japón, quienes
introdujeron en Occidente este juguete tan peculiar.