Historias de Vida:Mario López

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Historias de Vida

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EL KAMAYOQ DE LAS ALTURAS DE SICUANI.

Mario López

Coordinación: Rita BorquezElaborador Por: Elisa WienerImágenes: Elisa WienerDiseño y Diagramación: Corporación PROCASUR

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“El kamayoq es la persona que innova, el que hace cosas nuevas, el que construye”. Cuando Mario se hizo kamayoq empezó a construirse una nueva vida. Una infancia difícil le había dejado pocos cimientos desde dónde comenzar, sin embargo, él fue buscando hasta encontrar un oficio que le ha permitido crecer profesionalmente. Ser kamayoq implica aprender y transmitir a otros lo aprendido y es en ese ir y venir de conocimientos que ha girado la vida de Mario.

Entre todas las cosas que ha aprendido a hacer: ser técnico en sanidad animal, especialista en riego por aspersión, conductor de programas de radio, constructor baños ecológicos, rellenos sanitarios, etc; lo que más le gusta es enseñar. Ha sido enseñando a otro que Mario se ha posicionando en el mercado de servicios desde que hace aproximadamente una década se hizo kamayoq. Ha trabajado para un gran número de instituciones públicas y de la sociedad civil capacitando y brindando servicios técnicos.

Ese lugar se lo ha ganado debido al interés que ha mantenido en el aprendizaje continuo y al apoyo que ha tenido de su pareja que lo ha impulsado a seguir creciendo. Este es un punto importante en la historia de Mario, pues ser kamayoq implica también construir un hogar con equidad de género en el que hombre y mujer se valoren mutuamente.

De Acco Acco Phalla a Lima y el camino de retorno

La madre de Mario era par tera, conocía sobre las plantas medicinales que crecen en el campo y el arte de ayudar a las madres a dar a luz. Ella tuvo nueve hijos de los cuales tres murieron cuando eran muy pequeños. Le quedaron siete hijos, dos hombres y tres mujeres. Las mujeres aprendieron de los conocimientos de la madre y hoy algunas de ella se dedican a la venta de hierbas en Sicuani. Mario también aprendió de ella algunos usos de esas plantas que también servían para curar a los animales de la comunidad y años después esos conocimientos se enriquecerían hasta volverse un experto en la sanidad animal.

Pero antes de que eso sucediera la niñez de Mario transcurriría en una entorno de violencia y escases. Su padre era un hombre respetado en el pueblo pues había pasado el cargo de directivo de la comunidad reiteradas veces. Sin embargo también bebía y era en esas circunstancias cuando se iniciaba el ciclo de violencia en el hogar. Un hecho fortuito hizo que la situación en el hogar se volviera insostenible. El padre y la madre de Mario tuvieron que hacerse cargo de los cuatro hijos de su ahijado cuando éste murió, ahora eran once niños que alimentar. En esa situación Mario terminó siendo criado por una vecina que primero pareció acogerlo con amabilidad pero luego empezó a maltratarlo.

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En ese contexto, a los dieciséis años tuvo que dejar el colegio cuando cursaba primero de secundaria y decidió irse a Lima a buscar a su hermano mayo. Nunca lo encontró. Lo buscó durante un año por la calles del distrito de Barranco donde le habían dicho que vivía, pero no dio con él. En ese tiempo se las arregló como pudo, trabajó como limpiador en una peña; fue ayudante de jardinero; recolector de cartón y papel; dormía en la calle sin saber muy bien qué hacer. Hasta que se asoció con un amigo que vendía ceviche en un triciclo ambulante y las cosas mejoraron.

Ese trabajo le permitió ahorrar para emprender el camino de regreso a Sicuani. Sin embargo las cosas no serían tan fáciles. Un accidente en el triciclo lo obligó a pagarle a su amigo una indemnización por los daños y tuvo que usar el dinero de su pasaje. Con lo que tenía solo le alcanzaba para la mitad del trayecto. Lo que sigue es una historia con final feliz. Una vez en el autobús que lo llevaría a la ciudad de Arequipa, Mario se las ingenió para organizar una colecta entre los pasajeros que le permitiera comprar su pasaje a Cusco. Cantó canciones en quchua y con ello provocó los aplausos de todos. En Arequipa también se las arregló para conseguir más dinero ayudando a diversas personas. Así logró comprar su pasaje y hasta le alcanzó para comprar regalos:

“Conseguí plata y hasta pude comprar regalos, le compré zapatos a mi papá porque a él le gustaban los zapatos, a mi mamá su falda, a mis hermanos también les he comprado, he

comprado galletas, panes, cantidad de cosas y así llegué a la comunidad, estaban discutiendo, mi hermano me vio y gritó Mario!, Mario! Entonces mi mamá me vio y lloró. ”

Mario estaría aproximadamente un año en la comunidad antes de irse al ejército. Cuenta que fue en ese tiempo que se reencontró con la que sería sus esposa “a mi esposa la veo. Éramos vecinos, de chiquita la había visto pero ahora estaba ya grande (…) de ahí nos hemos enamorado”. Estuvieron varios años de enamorados, tres años de los cuales él estuvo en el cuartel. A los 21 año volvió y a los 23 años se juntaron. Empezaron a construir su vida juntos casi desde cero. Mario no tenía nada, ella tenía algunas cosas más, su vida no había sido tan dura como la de él, su abuela la había criado y nunca le había faltado nada, cuenta Mario. Un tiempo vivieron en casa de ella y luego decidieron irse a Sicuani.

“Luego nos vinimos a Sicuani, me compré mi triciclo y nos compramos una camita, con cartones nos hemos tendido y con su mantoncito de ella nos hemos tapado, así hemos comenzado la vida. Lo bueno es que siempre nos hemos entendido. Nunca, nunca ha habido violencia, nunca le he pegado a mi esposa, eso es lo que hasta ahora fortalece la familia, no hay violencia familiar en mi familia”.

En Sicuani Mario empezaría a trabajar haciendo taxi con el triciclo y como ayudante de construcción civil. Su esposa se dedicaría a la venta de hiervas y preparados medicinales en un puesto en el centro de la ciudad. De eso vivirían durante varios años hasta que un día las cosas empezarían a mejorar cuando Mario estableció contacto con los ingenieros de ITDG y lo motivaron a participar en la escuela de kamayoq que desde hacía algunos años venían desarrollando en la provincia.

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Ser kamayoq

Desde mediados de la década de los noventa, ITDG-Soluciones Prácticas trabajaba en la zona gestionando escuelas de capacitación técnica dirigidas a agricultores y ganaderos. Para ello recuperaron la palabra quechua Kamayoq utilizada por los incas para referirse a aquél que tenía conocimientos vinculados con la actividad agrícola. Bajo ese concepto, su apuesta fue la formación de kamayoqs cuya definición contemporánea sería la de “ciudadanos activos que viven en la comunidad, con vínculos fuertes y positivos con la organización de la misma y que tienen capacidad para aprender nuevas técnicas y trasmitir conocimiento”1.

Fue a finales de esa década que la institución llegaría a la comunidad de Acco Acco Phalla de donde es originario Mario, para dar una capacitación. En ese momento él tenía una preocupación concreta: la pérdida de la papa nativa Turín en su comunidad. Mario se acercó a preguntar cómo podía hacer para propagarla y los ingenieros, luego de orientarlo, le invitaron a participar en la Escuela de Kamayoqs que iba a iniciar su tercera promoción.

En 1999 Mario entró a la Escuela. La formación que recibían los futuros kamayoqs en esa época era integral: “se aprendían muchas cosas: riego, forestación, cultivos andinos, sanidad,

1 Información sacada de la web de ITDG-Soluciones prácticas: http://infoalpacas.com.pe/kamayoq-alpaquero/

hor ticultura. Después de la tercera promoción ya son por especialidades, son kamayoq alpaqueros o de riego o en saneamiento básico”. El propósito de la institución, como lo explica Mario, era formar a extensionistas rurales, como los que había habido durante el gobierno de Belaúnde y que luego el Estado había retirado del campo.

Cuando egresó, pasó un tiempo para que empezara a desempeñarse en lo había aprendido. Siguió trabajando como triciclero hasta que un día cuando estaba trabajando se encontró con uno de los ingenieros de ITDG:

“Yo ya me había capacitado pero yo seguía trabajando en triciclo (…) él me para y yo de miedo estaba, qué me va a decir el ingeniero, él me riñó, ¡qué hace Mario! - me dijo- tú eres uno de los bueno, el mejor de esta promoción. Me llevó a la oficina y me dieron una jeringa y unos cuantos productos. Ahora corre y vete y en 15 días me vas a pagar –me dijo-. Todavía no había ejercido como Kamayoq, el ingeniero me motivó entonces me fui a trabajar y mi primera fue una vaca a la que inyecté y una patada me mandó.

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Luego de eso se iniciaría un trabajo continuo en distintas instituciones. La primera fue Heifer en el año 2000. En esa oportunidad los capacitaron en equidad de género y metodologías campesina y lo contrataron para trabajar en tres comunidades de Puno. Este aprendizaje fue fundamental en el desarrollo de Mario. La metodología campesina es una forma de proceder en el campo que no todos los técnicos que han estudiado e un instituto conocen, por eso es un conocimiento que es muy valorado cuando se trata de realizar un trabajo en el campo:

“Uno tiene que partir del conocimiento de los comuneros, del criador, para que ellos se sientan valorados, yo le tengo que decir ¿con qué curas a tus animales cuando está enfermos? Con esto, tal, ah muy bien, entonces de esa manera yo estoy valorando su conocimiento y de esa manera el campesino se siente contento, ya no desconfía de mi porque soy uno de ellos”.

Poco tiempo después, este conocimiento sería el que le permitiría ganar el concurso para trabajar dentro del proyecto MARENASS2. Estuvo un mes trabajando en Ayacucho como par te de ese proyecto dando capacitación en riego y sanidad animal a chivos. Ese trabajo marcó un hito en la vida de Mario. Ganó mil quinientos soles, era la primera vez que recibía tanto dinero junto:

2 Proyecto Manejo de Recursos Naturales en la Sierra Sur.

“Esa vez que gané eso mil quinientos soles mis manos temblaban, escalofríos me daban, nuca había recibido esa plata. Eso lo traje y desde ese momento ella (mi esposa) dijo que vale la pena. Esa fue una motivación para seguir capacitándome” (…) Entonces desde ahí mi esposa no quiere que me falte las capacitaciones sí o sí cuando hay alguna ella me motiva (…) Nos compramos ropita, terrenito en mi comunidad, alimentación para la casa.

Juntos construyeron una casita en la comunidad en un pequeño terreno que el padre de Mario les regaló, ella le traía el barro y él preparaba los adobes. Antes de que entrara a la escuela de kamayoqs ya habían nacido sus tres hijas e iniciando el nuevo siglo, llegaría su hijo menor. “Trabajamos en pareja” dice Mario. Parte importante de su formación fue en equidad de género. Esto no solo le ayudaría en su trabajo sino también en su vida familiar: “cuando uno es kamayoq es un cambio radical, yo lo digo así, porque cuando eres kamayoq en tu familia cambian las cosas, tu pareja ya no está humillada, sino un kamayoq valora a la mujer, practicamos igualdad de género”.

INTERVIDA fue otra de las primeras instituciones donde trabajó Mario, esta vez en el manejo de pastos cultivados y por un periodo de seis meses. ITDG siempre era un nexo fundamental para conseguir información sobre los concursos de trabajo que aparecían. Posteriormente participaría en un convenio entre ITDG y Heifer dirigido principalmente a mujeres y que trataba sobre la crianza de cuyes y chanchos. Mario fue contratado para trabajar como técnico de campo para capacitar sobre equidad de género en las comunidades.

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“Trabajé en muchas comunidades. Al inicio cuando llegaba las señoras eran tímidas, luego cuando les hacía visitas domiciliares ya se soltaron, más confianza me tomaban. Yo les compartía mis vivencias. Yo les decía: en ningún hogar falta problemas, pero sí o sí todo eso hay que solucionarlo con el diálogo. Yo les bromeaba, hacía mis dinámicas”.

En 2003 el ganado de la región fue afectado por la fiebre aftosa. Esta vez SENASA3, mediante una resolución ministerial, reconoció a Mario como técnico de campo. Durante seis meses trabajó con el objetivo de combatir esa enfermedad en las comunidades. A partir de experiencias como esta, Mario se iba haciendo más cercano y más conocido en la zona como técnico en sanidad animal. A la gente le gustaba que él llegara muy temprano a trabajar con el ganado. Por esos mismos años, Mario también trabajaría para la institución Arariwa.

Un año después volvería a trabajar con ITDG. Durante siete meses trabajó para el proyecto de emergencia que se implementó debido a una intensa nevada que afectó principalmente a las alpacas. Esta vez no solo llegarían a las comunidades de la franja media y el piso de valle sino también a comunidades ubicadas a 5500. A la vez, la institución contrató a Mario para que fuera instructor de los kamayoqs alpaqueros de la sexta promoción.

3 Servicio Nacional de Sanidad Animal.

“Daba asistencia técnica al ganado. Salíamos cinco personas. Puros varones éramos. Yo iba enseñando en el mismo campo a inyectar de forma intramuscular y subcutánea, el diagnóstico de las enfermedades. Íbamos de cabaña en cabaña cargando los productos. Al final le dimos tratamiento a veinte mil alpacas”.

Luego vino el proyecto Altura Canchis de ITDG-Soluciones Prácticas en el que trabajó como técnico de campo y como conductor del programa radial “Kamayoqkunaq Yachayñin”. En ese proyecto Mario cumplió tres funciones: conductor de radio; capacitador en tema de riego por aspersión y apoyo en asistencia técnica en sanidad animal, que incluía la instalación de playas de esquila. A Mario le encantaba hablar en la radio, tenía dos corresponsales que eran también kamayoqs y que reportaban uno sobre la zona alta y el otro sobre la zona baja: se hablaba de lo que estaba pasando con los animales en determinada zona, si estaban enfermos, si estaban muriendo las crías, etc. Además de la experiencia práctica que tuvo como conductor del programa, durante este proyecto Mario fue formado en el tema por la institución CEDECAP4 en un encuentro internacional de comunicadores en el que participaron indígenas de diferentes países de América del Sur.

4 Centro de Demostración Capacitación en Tecnologías Apropiadas.

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El último proyecto en el que trabajó fue Allimpacc, también con ITDG. En esa oportunidad Mario fue parte de la implementación de un proyecto que tenía como objetivo mejorar las condiciones de vida de familias de alta montaña, reduciendo los riesgos ambientales a través del acceso y gestión de servicios básicos sostenibles. En esa oportunidad Mario trabajó en la construcción de baños ecológicos, instalación de paneles solares y rellenos sanitarios. Al terminar este proyecto en 2012, ITDG dejaría la ciudad de Sicuani y en los siguientes años el trabajo de Mario con esta institución se reduciría a servicios puntuales en los que él, al igual que otros kamayoqs, son requeridos para realizar alguna tarea especializada.

En 2013 Mario asumiría la secretaría de la directiva de su comunidad por dos años. Antes de eso había pasado otros cargos en la comunidad como autodefensa, teniente gobernador. En Sicuani, cuando pudo comprar su terreno y construir su casa, también par ticipó como presidente barrial de la Asociación Provivienda que congrega a propietarios de su barrio. A pesar de que la dirigencia no le entusiasma demasiado, Mario cumple con responsabilidad su función pues sabe que la gente le tiene confianza y que él debe responder a esa valoración. La dirigencia implica una dedicación que a veces es a tiempo completo, es por ello que desde que ha asumido el cargo de secretario de la comunidad, Mario no ha podido desempeñare de igual forma como Kamayoq.

“Durante dos años cuando eres dirigente sí o sí tienes que estar preocupado por la comunidad. Interdiario es el problema en la comunidad. Por eso he dejado de trabajar con las instituciones durante estos dos años”.

Aún así, ha logrado algunos contratos puntuales con Municipalidades como la de Pitumarca y Tungasuco para brindar capacitación en saneamiento básico y sanidad animal. De igual modo, ha seguido brindando servicios de este tipo a otros campesinos cuando sus servicios han sido solicitados. Sin duda, conforme ha ido pasando el tiempo Mario se ha ido convirtiendo en un profesional muy demandado por las comunidades y por las instituciones tanto públicas como privadas. Él es contactado directamente por unos y por otros para que brinde servicios tanto capacitando como realizando trabajos de sanidad animal, sin necesidad de mediación de ninguna institución.

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“A veces en Pitumarca me solicitan para ir a capacitar: 200 soles un día de capacitación. Yo tengo mis materiales hechos por mi sobre diferentes temas: riego, hortalizas, para eso me ha ayudado ITDG mejorando con un dibujante. Las mismas comunidades son las que reclaman al municipio para que yo vaya a capacitar. Ahora es directo el trato con las entidades”.

Este posicionamiento en el mercado de servicios lo ha logrado gracias a la prioridad que él le ha dado a este trabajo y la constancia que ha tenido para seguir aprendiendo. ITDG capacitó aproximadamente cuatrocientos kamayoqs en la provincia de Canchis, cuatro de ellos de la comunidad de Acco Acco Phalla de los cuales solo Mario sigue activo, pues supo identificar que valía la pena seguir por ese camino brindando sus servicios de forma independiente tanto a instituciones como a familias ganaderas.

Servicio a la comunidad: técnico de campo en sanidad animal Mario circunda con su moto las montañas de la comunidad de Acco Acco Phalla. Debe salir muy temprano desde Sicuani para llegar a curar al ganado antes de que estos salgan a pastear. El Apu Pucará lo cuida en su recorrido y también lo hará durante su trabajo. Por ello, lo primero que hay que hacer es pedirle permiso bebiendo un poco de aguardiente y chacchando un poco de coca. Sentados junto a la casa de la señora que ha pedido sus servicios Mario y ella chacchan y beben un poco antes de iniciar el trabajo. En un atado Mario lleva consigo los instrumentos que utiliza para realizar la sanidad animal. Explica que todo técnico de campo tiene que tener: una mocheta; dos jeringas: una de 20 ml y otra de 10 ml, y agujas de diferentes números que utilizará dependiendo del animal; antibióticos que utiliza en caso de que el propietario del ganado no tenga; y aguardiente que sirve tanto para desinfectar las agujas como para beber durante la actividad.

Curar al ganado es, como muchas otras faenas que se realizan en los andes, una actividad familiar en donde nunca falta la música y a alegría. El radio anima la sesión al interior del corral de las alpacas. El hijo pequeño de la dueña del ganado lleva la soga que se utilizará para coger a las alpacas. Algunas de ellas tienen la saliva pegajosa y ese es un síntoma de fiebre. Habrá que inyectarles a todas, un total de treinta, un antibiótico para prevenir que no se contagien.

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Dentro del corral las tareas se reparte de la siguiente manera: Mario y la señora se encargan de agarrar a las alpacas que corren para evitar la inyección, a veces lo logran hacer con la soga, a veces ella las atrapa con mucha destreza solo cogiéndolas de una pata. Una vez que la han logrado atrapar Mario la inyecta mientras ella la sujeta y el niño marca la cabeza de la alpaca con un plumón. Es importante mantenerla inmóvil para que la aguja no se rompa y saber dónde colocar la inyección. Mario lo hace con mucha precisión y la aplicación no demora ni un minuto. Repiten la secuencia treinta veces entre risas, correteos y caídas en los intentos vanos de atrapar a la alpaca. A veces Mario puede encontrar que alguna alpaca tiene alguna herida o un desagarro que debe desinfectarse y curarse. Lo hace, le explica a la dueña qué es lo que tiene el animal y luego la dejan ir.

Al terminar el trabajo nuevamente se sientan a chacchar, a conversar y a beber un poco. Curar a las alpacas cuesta un sol por cabeza de ganado y los vacunos entre siete y diez soles, pero no siempre el trabajo que realiza le es pagado con dinero, en muchas ocasiones se le retribuye con comida, con productos de la chacra o haciendo ayni, es decir, que le retribuirán su trabajo en otra ocasión ayudándolo cuando lo necesite. Antes de irse, Mario limpia las agujas con aguardiente y guarda todos sus instrumentos en su atado. Una vez realizado el trabajo las alpacas salen a pastear y Mario se sube a su moto para emprender el camino de regreso a Sicuani.

“Ahora tengo mi propia moto con el apoyo de mi esposa. Me robaron la primera que tuve. El año pasado compramos la nueva moto, mi esposa me ha apoyado. Hemos comprado porque facilitaba para dar asistencia técnica. A veces en la noche llegaba alguien a pedir ayuda porque la vaca no podía dar parto entonces la método facilitaba.

Años atrás, antes de que pudiera comprarse la moto, tenía que caminar durante horas para llegar a la casa de las personas que tenía que visitar. Salía muy temprano de casa, a veces acompañado de su hija mayor para no dormirse en el camino. Cuando trabajaba para alguna institución usaba la moto que le daban y el trabajo era más fácil. Hoy cuenta con su propio medio de transporte y eso le permite realizar con más efectividad su trabajo.

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Enseñar a través de la radio Mario trabaja en dos programas de radio. Pachamamanchis en Radio Regional que se escucha en Sicuani y el programa Nuestras Voces en Radio Combapata. En ambos tienen una sección en la que trata temas relacionados con la sanidad animal enfocándose en los problemas más recurrentes que viven los ganaderos de la zona en determinadas épocas del años. Mario conoce al detalle los síntomas de las enfermedades y qué medicamento, ya sea natural o químico, debe aplicarse a qué animal. En sus programas siempre da la alternativa química y la natural. Le parece importante fomentar el uso de los medicamentos naturales pues implica un ahorro para las familias en base al aprovechamiento de plantas y deshechos orgánicos. Por ejemplo, para eliminar las garrapatas o los piojos se puede utilizar:

“Tarhui es un grano andino muy amargo y pica y eso mata la piojera, se mezcla con una cuchara de jabón raspado en dos litros de agua y eso se frota. También se puede usar dos cucharadas de cal más aceite quemado también se coloca en diferentes partes del cuerpo: nuca, lomo, pulmones. El orín fermentado también se utiliza para esto”.

Mario da en sus programas una charla integral que incluye recomendaciones sobre cómo alimentar el ganado. Por ejemplo, recomienda usar el orín fermentado para regar la alfalfa que come el ganado pues tiene muchos nutrientes y darle de comer a la vaca un preparado que es resultado de la amonificación: “consiste en traer paja seca, se pica y en una bolsa con orín fermentado y cañazo, harina de pescado y harina de soya eso se mezcla y se deja en la bolsa hasta el día siguiente y luego se le da a la vaca”. Este preparado le da a la vaca para complementar su alimentación.

Otro tipo de recomendaciones que se da en la radio están relacionadas con el cuidado del entorno en el que está el ganado. Por ejemplo, hay que tener cuidado con el perro que contamina el pastizal que luego comen los animales. Así como son buenos para cuidar al ganado, los perros pueden ser también fuente de enfermedades. Por otro lado, Mario se preocupa por enseñarle a los ganaderos la importancia de tener un registro de sus animales: cuando nacen deben apuntar todos los datos de la cría, sexo, peso, fecha de nacimiento y nombre; y deben marcar a los machos con un arete en la oreja derecha y a las hembras con un arete en la izquierda. De ese modo el ganado tiene más valor para la venta.

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Nuevos proyectos y aspiraciones Siendo kamayoq Mario se ha podido construirse una vida diferente, para él y su familia, a la que hubiera tenido si permanecía en su comunidad dedicado al trabajo agrícola y ganadero. Siendo kamayoq ha podido brindarles a sus hijas y a su hijo una educación y la perspectiva de un futuro con mayores posibilidades. Mario tiene una mirada crítica con la vida que se lleva en la comunidad y desde esa perspectiva y a partir de la experiencia y el aprendizaje que ha tenido a lo largo de estos años, dedica su tiempo como líder y dirigente de su comunidad a resolver los problemas que se presentan como es la violencia familiar, tan frecuente en el campo.

“Si hubiera seguido en el campo, hubiera seguido viviendo en la comunidad y sin capacitarme hubiera sido uno de los comuneros más tradicionales, trabajando todo mi chacra todo cansado, no hubiera vivido de la asistencia técnica sino de la chacra”.

Ser kamayoq le abrió las puertas a hacer una vida sostenible en la ciudad, a comprender de otro modo las relaciones al interior de la familia, procurando que haya equidad y respeto, dándole valor a la educación y al conocimiento para sí mismo y para los miembros de su familia.

“Mis hijos tampoco tendrían los conocimientos que ellos tienen, si no mis hijos estarían más atrasados con la vivencia solo del campo, de la comunidad (…) Si no me hubiera capacitado ya sería abuelo, porque ahora mi hija sigue estudiando en el instituto tecnológico Vilcanota como técnica de enfermería, la mayor quería ser enfermería pero no lo ha logrado pero sigue intentando. La otra de mis hijas está en quinto de secundaria y está estudiando cosmetología. Le gusta ser socióloga, cuando salga intentará. Mi hijo en las mañanas va a trabajar las maquinarias pesadas y en las tardes estudia. Es un familia bien organizada, no está perdiendo el tiempo. Si no hubiera sido kamayoq, si no hubiera recibido conocimientos, no hubiera sido así, quizás mi hija mayor ya sería mamá. Lo que han invertido las instituciones no ha sido en vano”.

Mario quería hacer algo diferente con su vida y siendo Kamayoq lo ha logrado. Una infancia complicada impidió que pudiera terminar sus estudios. Hoy sin embargo, a sus 43 años de edad, para él nada es imposible. Se está planteando terminar de estudiar la secundaria. Ese es un primer paso para luego poder postular al Instituto de Estudios Técnicos. Aún cuando tiene

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su certificado de kamayoq y un certificado de IPEBA5 considera importante obtener mayores conocimientos para lograr mayor profesionalismo en su activada. En esa línea también se encuentra su decisión de estudiar computación pues considera fundamental aprender a usar internet para poder comunicarse por correo electrónico y buscar información, así como para poder escribir documentos, pues son herramientas básicas para mejorar su trabajo.

Un proyecto a mediano plazo es abrir una veterinaria. Le gusta el trabajo con los animales y sabe que cuando llegue a una edad no podrá tener la misma actividad que hoy mantiene, por lo que esa perspectiva de negocio le ayudaría a asegurar su economía cuando se haga mayor. Junto con este proyecto también está el abrir una casa naturista que sea conducida por su esposa y así ya no tenga que vender sus plantas medicinales en la calle,

Sin duda, la constancia, el interés por la innovación y el aprendizaje son los elementos que lo han distinguido y que han hecho de él el talento que es hoy.

5 Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad en la Educación Básica.

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