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HISTÒRIES EMBOLICADES Relats escrits col·lectivament pels nens de 1r d’ESO de l’Escola Povill

Històries embolicades

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HISTÒRIES EMBOLICADES Relats escrits col·lectivament pels nens de 1r d’ESO de l’Escola Povill

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Contingut “Así es mi vida”, vertebrado por Juanfran Moreno ...................................................................... 2

“Crisis de trabajo”, vertebrado por José Pujante .......................................................................... 3

“Cuento sin sentido”, vertebrado por Xavi Villalba ...................................................................... 4

“De Libia a España”, vertebrado por Adrià Ortega ....................................................................... 5

“El infierno llamado Siria”, vertebrado por Juan Sánchez ............................................................ 6

“El reloj bomba”, vertebrado por Anaïs García ............................................................................. 7

“El sueño”, vertebrado por Miriam Giménez................................................................................ 8

“Estado de choque”, vertebrado por Dani López ......................................................................... 9

“Falsa alarma”, vertebrado por Aurea Genovés ......................................................................... 10

“La Muerte impensable”, vertebrado por Eric Cañizares ........................................................... 11

“La pesadilla”, vertebrado por Víctor Rodríguez ........................................................................ 12

“La tele desgracia”, vertebrado por Sebas Mendoza .................................................................. 13

“La vieja y el camión de cervezas”, vertebrado por Andrea Santágueda ................................... 14

“L’impossible”, vertebrat per Joan López ................................................................................... 15

“Malson explosiu”, vertebrat per Georgina Alba ........................................................................ 17

“Però de què va això?!” vertebrat per Ferran Cerdeira .............................................................. 18

“¡Qué follón!”, vertebrado por Gerard Ortega ........................................................................... 19

“Setena Quarta”, vertebrat per Núria Sastre .............................................................................. 20

“Sólo son desgracias”, vertebrado por Irene Martín .................................................................. 21

“Sueño tras sueño”, vertebrado por Montse Avilés ................................................................... 22

“Un dia boig”, vertebrat per Albert Juventeny ........................................................................... 23

“¿Un sueño?”, vertebrado por Judith Expósito .......................................................................... 24

“Una simple explosió”, vertebrat per Mireia Pedrero ................................................................. 25

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“Así es mi vida”, vertebrado por Juanfran Moreno

Aquella madrugada me desperté de repente al escuchar una explosión. Alguien se había tirado un pedo en mi cara. Fue mi hermana mayor. Fui tras ella para cantarle las cuarenta. Fue una gran batalla, aunque acabé unos pelos más calvo. Mi madre entró por la puerta de la habitación, el olor era insoportable, y empezó a toquetear mis cosas. ¡Pero qué alivio, era un sueño, uf! Quería ver al Español, que jugaba contra el Atlético de Madrid y cogí mi Ferrari y me fui a verlo. Era un partido muy importante. Vi a un amigo y me dijo que el partido había sido una porquería. Me lo traje a casa y comimos espagueti. Después yo y mi hermana lo cogimos y lo metimos en una sala llena de excrementos de periquito y seguidamente le dije que así estaban los periquitos, de caca hasta el cuello.

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“Crisis de trabajo”, vertebrado por José Pujante Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Resultaba ser una ventosidad de mi amigo Max, con el que yo compartía piso. Éramos buenos amigos del instituto y vivíamos en un pequeño piso alquilado. Nos reíamos y nos encontrábamos juntos por el sueño de acabar la carrera de ingeniero civil. Aquel día teníamos la primera clase del tercer trimestre de la carrera en la universidad.

La primera clase fue un poco rara, el profesor no apareció y además no nos hemos llevado trabajos de ampliación. Después, a la hora del descanso apareció el profesor. La verdad es que él y yo no teníamos mucho “fealing”, pero bueno. Me explicó que a él se le había muerto un miembro de su familia y por eso había tardado en llegar a la universidad. No tenía muchos ánimos. No nos puso trabajos ni deberes.

Estábamos en la clase de química haciendo mezclas para descubrir posibles resultados. Observé las notas del , y mis puntuaciones eran muy bajas. El profesor fue al baño y yo intentaba buscar una respuesta a mis bajas notas. Cuando vino el profesor y le vi esa cara de cabreado y deprimido, me entraron ganas de tirarle a la cara la mezcla química. Sin pensarlo, lo hice, y salí expulsado del clase y claramente, de la universidad.

Tiempo después descubrí que no quería seguir con aquella carrera e intenté encontrar trabajo. También descubrí que es muy, pero que muy difícil hoy en día encontrar trabajo.

¡Vaya crisis!

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“Cuento sin sentido”, vertebrado por Xavi Villalba Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Fue el pedo de Iron Man, que olía tan mal que se murieron hasta las moscas. Y hubo un terremoto a causa del pedo que destrozó la ciudad. Por 3 vez en mi vida me desperté en el hospital. Me dijeron los médicos y una enfermera japonesa que había sufrido “Kawasaki”, y que todo lo que le había contado al médico era fantasía. ¡Todo lo que había soñado de la rubia de ojos azules era mentira! ¡Noooooo! Aterrizaron unos alienígenas y yo me quedé extrañado. Intenté hablar con ellos, pero eran demasiados... Bueno, al final acabé luchando. Nos tiramos pedos para morir y un kebab de pollo con kétchup, ensalada y mostaza.

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“De Libia a España”, vertebrado por Adrià Ortega

Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión.

Me levanté corriendo, salí a la calle y vi en la otra calle un coche que había

explotado, y me acordé de que vivía en Libia y estaba en guerra. Salí de mi

casa con las maletas para irme del país e irme a España con mi familia. Fui

al aeropuerto, pero los vuelos estaban cerrados porque pensaban que había

bombas en los aviones y los estaban revisando, y de un momento a otro se

escuchó una explosión en el aeropuerto. Fui al lavabo a esconderme y

luego de paso a orinar. Entonces hubo otra explosión en el aeropuerto y salí

corriendo porque el lugar no era seguro. Al final, me fui del país a pie y

cuando llegué a España estaba tan agotado, tan agotado, que me fui a mi

casa a dormir y dormí tres días seguidos. Me desperté y me fui a comer

churros con chocolate.

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“El infierno llamado Siria”, vertebrado por Juan Sánchez Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Me sobresalté. En Siria, mi ciudad, había estallado la guerra. Me asusté. No sabía si quedarme en casa o intentar cruzar la ciudad hacia el refugio. Pero aquella explosión fue muy diferente, no era una explosión normal, sino como si hubiera una bomba de 3kg de peso y 20 balas de fuego. Veía por la calle infantes huyendo de esa desgracia, mujeres dañadas que buscaban un buen refugio, y los hombres luchando por su ciudad. Me dolía todo eso, ver tanta muerte y destrucción. Yo también estaba asustado, no sabía qué hacer ni dónde ir. Y me acordé de que en mi casa había un conducto que llevaba a una casa abandonada fuera de la ciudad. Pensé en ir por ahí. El problema era que me alcanzara una bala perdida de camino a mi casa. Corrí sin mirar atrás, pero no podía atravesar la guerra. Una granada me estalló muy cerca y un trozo de metralla me alcanzó la pierna. Iba cojeando con mis últimas fuerzas, pero una segunda granada me cayó muy cerca. No tenía fuerzas para apartarla, ni para huir, y sin poder hacer nada, esperé a que la granada estallara y llegó mi muerte.

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“El reloj bomba”, vertebrado por Anaïs García Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Era el nuevo despertador que me había comprado para no llegar tarde al trabajo. Después de desayunar me fui caminando a devolver el despertador, pero de repente, me encontré con la vecina del 2º piso, esa vieja pesada que no paraba de charlar. Pensé que no me habría servido de nada comprarme el nuevo despertador si seguía encontrándome con ella cada mañana. Hoy volveré a llegar tarde al trabajo. Entonces la ignoré y salí corriendo. La vecina me seguía. Yo corría cada vez más. Pero ella me amenazó con que le contaría a mi novio que le ponía los cuernos con cinco chicos más. Me había pillado. Pero yo seguía a la mía hasta que me di cuenta de que no podía perder a mi novio. Me paré y escuché lo que me decía. Yo hacía ver que la escuchaba, pero yo como si nada, como si estuviera hablando a un perro. Cuando dejó de hablar suspiré. Estábamos en guerra, así que me importaba poco lo que decía y me largué. Entonces encontré a mi novio y le pegué un tiro al tonto ése. Era un chulo, siempre sin camiseta. Me supo mal matarlo, pero estaba contenta de que se muriera de una vez. Al día siguiente me fui de fiesta en la discoteca Chocolate. Encontré a un chico muy feo y muy presumido, así que pasé de él. Aún no había devuelto el despertador y lo tenía en el bolsillo, e hizo ese ruido tan molesto como despertador, y todos se tiraron al suelo, como si una bomba estallase. Salí corriendo y me fui a la tienda de relojes, donde me compré otro despertador igual. Uno lo tiré a la guerra y la gente se asustó y se fue. Se acabó la guerra. Y el otro se lo tiré a la vecina del 2º piso, y se asustó tanto que se fue de su casa, para vivir en otro lugar. Me quedé sola y a gusto.

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“El sueño”, vertebrado por Miriam Giménez Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una explosión. Era la alarma del despertador, tenía que ir a trabajar. Me levanté, desayuné, me vestí, y salí hacía la parada del autobús. De camino me encontré con un amigo de cuando iba a la universidad. Me dijo que si había visto las noticias y yo le dije que no, porque sólo tenía tiempo para el trabajo, y me explicó que había tenido lugar en China un terremoto y yo no le di la menor importancia. Llegó la noche y me fui a dormir. Entonces sentí un temblor y me comencé a marear, era como si todo diera vueltas. Cuando me desperté miré a un lado y al otro lado y me di cuenta de que esa no era mi ciudad. Me sentía muy atada. De golpe se oscureció. Encendí la luz y vi a mi ex compañero de la universidad en mi cama. Me asusté mucho... Entonces un estallido se oyó y se apagó la luz. Tropecé en un lavabo de apariencia abandonada. Una especie de marioneta me hablaba de una prueba en la que si fallaba, moriría torturado. No superé la prueba y... ¡Uf! Menos mal, era un sueño. Esto me pasa por ver pelis de terror. Me levanté, tomé un vaso de leche y vi la tele. En ese momento daban las noticias e informaron sobre un terremoto que había pasado ese mismo día. Entonces me asusté y me quedé dormida. Al día siguiente me encontré con el amigo de cuando fuimos a la universidad y le invité a tomar algo en mi casa y también le invité a cenar.

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“Estado de choque”, vertebrado por Dani López Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Pensé que el mundo se acababa, ya que la anterior noche estuve en el cine de Florida viendo “El fin del mundo”. Me puse un batín, me armé de valor y salí fuera a ver lo que ocurría. Abrí la puerta y había un coche negro con bombas y con el signo oficial de Playboy. Era el sueño español. Explotó el coche y de repente empezaron a salir chicas vestidas de conejitas.

Cerré la puerta y me dirigí a coger la cámara, porque era una ocasión especial. Abrí la puerta y ya no había nadie, sólo un cerdo con un vestidito de conejo. Me quedé muy sorprendido con la situación. Cerré la puerta. Y empezó a sonar el teléfono. Lo cogí y, cómo no, era mi madre. Me dijo que había un coche negro en su puerta y que habían empezado a salir gallinas de él. Por suerte también estaba mi abuela, y ella tiene mucho “coraje”. Yo me quedé en una situación de estado de choque por lo que había pasado, no entendía nada. Cuando mi abuela me llamó diciendo eso me quede “watar fack?” .Volviendo al asunto, mi abuela me llamó por segunda vez y me dijo que tenía mucho miedo, y eso es raro en ella. Me dijo que sus vecinos habían empezado a comerse entre ellos. Creía que se habían vuelto zombis, y sin pensarlo, cogí la escopeta de calibre 98. Me llevé tres cartuchos. Preparado para todo.

Pero esta carta te la estoy explicando porque me desperté en el médico. Todo esto no era nada más que una pesadilla. Los médicos no sabían lo que me pasaba, porque cuando llegué empecé a sudar y a sudar y no paraba de hablar solo. Según ellos dicen que me di un golpe a las 4:00 de la mañana contra la mesita de noche y que tuve un tremendo caos en mi cabeza. Se me infló tanto que parecía un tomate podrido. Ellos decían al principio que nunca despertaría, pero desperté, porque cuando fui a ayudar ‘’supuestamente’’ a mi abuela, cuando llegué a su calle se me lanzaron todos. Me largué del coche, peté la puerta y era demasiado tarde. Mi abuela estaba muerta. No pude suportarlo y me suicidé, me pegué un tiro en la “chola”.

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“Falsa alarma”, vertebrado por Aurea Genovés

Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión.

Bajé las escaleras, pero no me encontré nada raro. Miré por la ventana y

resultaba que enfrente de casa estaban

haciendo un parque temático, donde había

muchas atracciones y muchos juegos.

Después me dirigí al parque y me encontré

con él. El chico más guapo del instituto

estaba mirando cómo construían el parque,

¡justo enfrente de mi casa! Ya tenía algo de qué hablar con él esa próxima

semana de clases. Pero vi que estaba besándose con una chica. Me fui

llorando hacia casa. Y no sabía qué hacer. Entonces se me ocurrió que

podía hacerles vudú al chico y a la chica. Ya que no entendía mucho de eso,

me fui a la biblioteca y cogí un libro de vudú. Cuando tenía una idea de

cómo fastidiarles, pensé: “Ja, ja, ja, soy maligna”. Pensé también que no

debía hacer nada. Me di la vuelta y allí estaba Pol, el chico al que quería

hacer vudú. Se acercó a mí y me dijo que si quería conocer a su hermano

gemelo. Era idéntico a él. Me dijo que sólo llegar al instituto ya había

encontrado novia. Yo me quedé más tranquila cuando me lo dijo. Le di un

beso y nos fuimos al parque temático de enfrente de mi casa.

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“La Muerte impensable”, vertebrado por Eric Cañizares

Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión.

Era la fábrica donde trabajaba mi padre. Fui corriendo a la habitación de mi

madre y se acababa de despertar por la explosión. Mi hermano también

vino corriendo a la habitación y estábamos los tres llorando porque nos

pensábamos que había muerto.

Después de diez minutos se oye “ding dong”. Era el timbre de casa y de

repente entró mi padre por la puerta, sucio de cabo a rabo. Le habíamos

preguntado qué había pasado y nos respondió que no se acordaba y que

sólo se acordaba de que había visto morir a sus compañeros de trabajo y

estaba muy confuso.

Fuimos a la policía para que mi padre les informara sobre qué podía haber

pasado y si sabían algo. Volvimos y nadie sabía nada. Había sido un

terrorista que había entrado para destruir la fábrica y ya lo habían

arrestado. Me largué, me caí y me rompí la cabeza. Me metieron un tiro y

me fui al cielo.

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“La pesadilla”, vertebrado por Víctor Rodríguez Aquella madrugada me desperté de repente en oír esa enorme explosión. Pareció como si explotasen tres bombas a la vez. Me asomé a la ventana y... unos extraterrestres arrasaban la ciudad. Estaban lanzando bombas que habían robado de la guerra de Libia. Quemaron toda la ciudad a excepción de una casa del río. Bajo todo el miedo que me quemaba por dentro, decidí coger un avión y me fui a Barcelona, donde todo era tranquilo, comparado con mi casa. Al llegar, fui a ver el Español -Atlético de Madrid, partido que por desgracia ganó el Atlético 0-4. De la decepción, decidí ir a China, donde hice un nuevo amigo. Al cabo de unos días, tras recorrer toda la gran muralla, me enteré de que un tal Víctor había nacido y que había dicho que China era mejor país que España. Y entonces me desmayé. Desperté en mi casa en Olesa de Montserrat, y sí, todo era un sueño. Y me fui a ver en Cornellá la final de copa del rey entre el Español y el Atlético. Acabé dormido, porque el Español ya ganaba 5-0 en el primer cuarto de hora. Y fui a celebrar el triunfo de mi equipo a la estatua de Colón, que acabó con la camiseta del Español.

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“La tele desgracia”, vertebrado por Sebas Mendoza

Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una gran explosión.

Era el bobo de mi padre, que se había tirado un pedo. Pero todo era un

sueño, en realidad. Pero después sé me desperté por una explosión en el

comedor. Se cayó la tele y pensé: “Me he quedado sin tele y ahora no

puedo ver el Barça-Madrid, me tendré que ir al bar a verlo. Pero antes, iré

a ver quién ha tirado la tele”. Era la vecina buscando compresas, las de mi

mujer. “Para no perderme el Barça iré al Media Market a comprarme una

tele tipo cine”. Al ganar el Barça hice una “fiestuky” en mi casa y al irse

todo el mundo la tele ya no estaba. Fui arriba a informar a mi mujer. Abrí la

puerta y vi a mi mujer viendo la tele.

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“La vieja y el camión de cervezas”, vertebrado por Andrea Santágueda Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Era la vecina del quinto, que estaba como una cabra. La acababan de sacar de un manicomio, tenía tres hijos y ninguno de los tres fue a buscarla cuando salió. La pobre se sentía sola y desgraciada porque no tenía a nadie con quien hablar y para estar amargada, pues no estaba. Se intentó suicidar, pero no lo consiguió. La pobre sólo se desfiguró y se quedó sin una pierna y dos vértebras de la espalda. La volvieron a ingresar, pero esta vez en una asilo, para tener a gente con quien hablar. Yo estaba muy asustada, porque en el cuarto piso vivía mi novio, Gerard, y a lo mejor le había pasado algo. Menos mal que vino la policía e intentó calmar a la gente y a los familiares y evacuar el edificio, por si acaso se caía. Eso era un caos. Había mucha gente herida que se havía clavado cristales, astillas... pero a mí no me había pasado nada. La ambulancia no tenía suficientes camillas para todos, y muchos vecinos, familiares, amigos, tenían que llevar a los heridos al hospital. A mi padre le tocó llevar a mi novio. Iba yo detrás con él, por si le pasaba algo. Llegamos bien al hospital. Estaba todo lleno de heridos del accidente. A mi novio sólo le tuvieron que poner el brazo en su sitio y diez puntos en la cabeza. Nos fuimos para casa y cuando pudo volvimos a salir a la calle. Íbamos dando una vuelta cuando le atropelló un camión de cervezas. El funeral fue a los tres días, hasta que conocí a un chico nuevo.

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“L’impossible”, vertebrat per Joan López

Aquella matinada em vaig despertar de sobte en sentir una enorme

explosió.

Havia esclatat una guerra entre Corea del sud (el meu país), i els de

Corea del nord. Els coreans del nord eren un salvatges: a un home

l'havien disparat en un ull. Sort del meu avi, que d’herència només

em va deixar una K-87, una metralleta, 20 bombes, 25 segadores, un

casc i una armilla antibales.

Em vaig equipar i vaig sortir per la porta. I em vaig adonar que no

eren només els de Corea del nord, sinó que també eren els nazis, que

havien tornat.

Espantat, vaig anar-me’n corrent cap a casa. I no matava, perquè

em feia fàstic, però sí que en defensava.

Un home de Corea del sud em va agafar i em va portar a un refugi on

no hi havia ningú. Estava molt espantat. Llavors vaig veure que

l’home es deia Yaki Chan (ho posava en l’armilla). Em va dir que no

sortís d’ell fins que ell no tornés. Jo me’n vaig anar perquè ja havien

passat 15 hores. Estava molt estressat. Vaig agafar totes les armes

que hi havien en el refugi i vaig córrer cap a casa.

Mentre anava cap a casa em vaig trobar el meu amic ferit. El vaig

portar a casa. I el vaig intentar curar, però no tenia la farmaciola,

així que es va morir. Sense ell no sabia què seria de la meva vida i

vaig pensar en suïcidar-me. Quan ja estava a punt de disparar-me al

cap...vaig veure un nazi i un coreà del nord i els vaig matar a tirs.

Vaig pensar que em podia venjar matant-los a tots. Em vaig carregar

a 350 soldats nords coreans. Al final em van capturar i em van dir “Si

t’uneixes el nostre exercit et perdonaré la vida”. Jo li vaig escopir en

la cara i li vaig dir “Abans mort a unir-me amb vosaltres”. Vaig ser

torturat de manera increïblement cruel. Quan ja estava moribund un

nazi em va agafar i em va treure de la garjola on estava. Jo no em

podia ni moure, perquè tenia un tall de dos pams en la panxa, el forat

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d'una bala en la cama, amb un braç que no podia moure, sense un ull

i una orella.

Em van lligar a un cotxe amb les dues extremitats en el maleter. Vaig

escolar que em matarien. Jo estava cagat. Quan de sobte va venir un

coreà a deslligar-me. Li vaig donar un cop de puny el nas i li va

començar a sortir sang, perquè li havia partit. Li vaig agafar la seva

arma i el vaig matar. Jo, gairebé sense poder-me moure, vaig anar a

agafar el cotxe mentre escopia sang per la boca, i un nazi es va donar

compte i em va disparar a la panxa i em va travessar tot el cos. Em

vaig girar i el vaig disparar en tot el cap. I mentre anava a agafar el

cotxe tota la sorra estava quedant de color vermell per la sang que

anava escopint per la boca, sortint per les extremitats i la panxa. Vaig

agafar el cotxe i vaig intentar fugir, però vaig fer quatre voltes i em

vaig xocar.

Un soldat coreà em va veure i em va arrancar el retrovisor del cotxe i

me’l va introduir per l’ hemorràgia. Vaig fer tal crit que va fer-se

silenci de cop. El soldat em va dir “Fins aquí has arribat!” i em va

disparar cinc tirs en les extremitats i en la ferida de la panxa. Jo ja

volia morir, però el soldat encara volia alguna cosa més de mi. Em va

tallar la jugular. Mentre em desengrava ell em seguia mirant, rient.

Jo, amb l'última pisca de força vaig agafar un ganivet i li vaig llençar

al coll i va morir amb mi.

Els soldats van lligar al meu cadàver en un pòster en la frontera

perquè sabessin què passaria amb els rebels.

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“Malson explosiu”, vertebrat per Georgina Alba

Aquella matinada em vaig despertar de sobte en sentir una enorme explosió. Em vaig llevar ràpidament del llit, vaig baixar les escales i me'n vaig anar corrents cap a la cuina, per veure que el microones... havia explotat! Vaig anar a les habitacions del pares però no hi havia ningú. Jo no sabia què fer. Llavors va sortir un Gollum Ligthgear amb el seu amic Many, que tenia una cara de cogombre i es tirava pets.

Vaig llevar-me a les 7 del matí en mig del carrer. Tot el que he explicat abans

era un malson. Vaig aixecar-me com vaig poder, i no podia, perquè estava lligat al carrer amb unes 200 cordes, i de cop va començar a sonar un motor molt greu. Vaig mirar als costats i era un monstre, un cotxe de foc, que em volia fer trossos. I és clar, a mi no em feia gens de gracia això. Vaig cridar: “auxili”!, però no hi havia ningú, ni contestava ningú i el cotxe de cop va explotar. Em vaig anar com vaig poder, però amb el foc es van trencar les cordes i em vaig poder anar corrents. De sobte van començar a incendiar-se els altres cotxes que tenia pel voltant, van començar a vindre els bombers. “Que bé”, vaig pensar, per fi veig gent. Amb tranquil·litat vaig tornar a casa i es va acabar tot. Em vaig seure al sofà i vaig encendre la televisió.

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“Però de què va això?!” vertebrat per Ferran Cerdeira

Aquella matinada em vaig despertar de sobte en sentir una enorme

explosió. Vaig mirar per la finestra i vaig veure foc a la ciutat. Vaig

endinsar-me en la foscor del barri i ho vaig veure: un cotxe bomba havia

explotat tot matant a milers de persones.

I em vaig quedar pensant: “Mmmmm, doncs OK!” . Em vaig anar cap a

casa a fer el llit, que era més important que això dels explosius, que per

això ja hi ha Sant Joan! Quant estava fent el llit, tenia molta son, així que

vaig adormir-me. No veure l'explosiu m'era igual!

Llavors vaig anar a comprar els explosius. “Siva boom”, “crespes”,

“àguiles americanes”, “xipes”, “traques”. I llavors cada boom barra ( XD

XD XD XD XD XD XD XD XD LOL) em va esclatar a la mà.

Em van començar a sortir xurros de sang a la mà. Ho vaig provar i sabia a

ketchup! Què bo...! Doncs ok! Prou de tonteries! Vaig a embolicar-me amb

papers de diari, a veure si s’infecta.

Em vaig despertar de cop. Tenia una noia dormint a sobre meu. Estàvem

suats i enganxosos. La noia em va preguntar qui era. Jo em vaig enfadar, la

vaig llençar per la finestra. Es va matar, llavors em va aparèixer el dimoni

per darrere i em va menjar.

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“¡Qué follón!”, vertebrado por Gerard Ortega Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Salí a la calle y de repente sonó el teléfono y dije ''Vaya, hombre, en el mejor momento tenía que sonar el teléfono'' y se quedaron parados cuando dije: ''Lo teníais todo bien callado''. Y dije: ''Ahora vas y lo twitteas''. Apareció el concejal y le dije de todo, pero de todo, ¿eh? Empezamos a discutir y cuando estaba harto le cerré la puerta en todas las narices y literalmente, porque se le puso hinchada y se parecía hasta a Pinocho. Pensaba: La nariz de Pinocho. No es que se parezca mucho a una nariz, yo creo que se parece a otra cosa. Hablando de Pinocho, pues me acuerdo de mi infancia, qué recuerdos.... De pequeño tenía una obsesión por “Ice Age”, y mi personaje favorito era Manny. Estaba tan obsesionado con él que una noche hasta soñé con él. Lo que soñé fue que Manny y yo nos íbamos a la playa y que todo el mundo nos miraba.

Pero esto no se ha hecho realidad, porque jugando a fútbol me caí y me rompí unos cuantos dientes y desde ese momento me llaman feo. Pero mi madre, que por cierto hace muy buenas croquetas, dice que no he encontrado novia aún porque tengo una personalidad muy especial.

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“Setena Quarta”, vertebrat per Núria Sastre Aquella matinada em vaig despertar de sobte en sentir una enorme

explosió. Vaig sortir de la meva habitació i vaig baixar les seixanta-tres

escales que hi havia al meu bloc de pisos. Clar ,vivint en una setena planta!

Era molt complicat, perquè aquell pis estava mig en ruïnes i aquelles

escales del diable, aquelles seixanta-tres escales...! Una mica més i em caic

per les escales . Jo, preocupada per tot allò . Vaig anar corrents per saber

què havia passat . Vaig veure una policia a la porta del meu pis. Em va dir

que no sortís de casa, perquè l'explosió havia ocorregut allà mateix.

Jo estava espantada perquè la meva mare estava a casa de la veïna, per si

li havia passat alguna cosa. Jo no parava de trucar a la meva mare , i ella no

contestava, fins que em va trucar. Em va dir que estava bé, però espantada,

i que la explosió havia sigut molt forta. La policia em va dir que no sortís

de casa , perquè hi havia molts morts, i a més a més em va dir que... que...

- Ehem, perdó, puc mirar el guió? És que no em recordo!

- Quina púrria de peli! Això no sortirà gens bé , mare de Déu ! - va dir el

director de la peli.

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“Sólo son desgracias”, vertebrado por Irene Martín

Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión.

No sabía qué era lo que había pasado. Yo estaba en mi casa, temblando y

con los cuatro sentidos alerta, pensando qué podía haber pasado. Mi madre

no me dejaba salir, era muy temprano, pero yo insistía. Se me ha olvidado

decir que soy periodista. Bueno, estoy en camino. Quería más que nada

enterarme de lo que pasó. Me di cuenta que sólo era una señora mayor a la

que le habían subido el alquiler y no llegaba para pagar la pensión y se

había intentado suicidar, pero había fallado y ahora está en el hospital.

¡Sobrevivió a una bomba! Es increíble, pobre mujer, le sale todo mal. Fui a

verla al hospital. Me dio una pena…Se había quedado vegetal.

Parecía la salsa barbacoa de mi tío. Al momento me llamó mi mejor amiga,

Carla, y dijo que mis padres habían muerto estando de viaje en Siria.

Me puse a llorar mucho. ¡Cuántas desgracias! Me llamó mi hermano, dijo

que me fuera a vivir a su casa. Cogí una depresión de un año entero. Se me

ha olvidado decir que no habían muerto, estaban en el hospital.

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“Sueño tras sueño”, vertebrado por Montse Avilés Aquella madrugada me desperté de repente al sentir una enorme explosión. Fui corriendo hacia la ventana, no veía nada. Entonces comencé a sentir olor como a quemado. Me giré y vi a mis animales muertos. Pocos segundos después me empecé a marear mucho y... no me acuerdo de nada más.

Tiempo después, me levanté en el hospital, sin nadie a mi lado. Pregunté a un médico si podía llamar a mis padres. Era demasiado tarde. Habían muerto. Llevaba en coma unos cinco años.

La tristeza de mi familia (la poca que me queda) iba menguando muy rápido.

Pasó una hora y me di cuenta de que tenía que ir al baño. Fui al baño y... vi en el espejo a una persona. Parecía un fantasma. Yo me decía que no podía ser, que los fantasmas no existen, pero en ese momento el fantasma me habló y dijo: “Cariño, no te preocupes, tú dedícate a mejorarte. Mira, sé que nunca has creído en estos temas, pero aquí estamos todos, tus animales y tu familia, apoyándote.” Y empecé a llorar.

Entonces pensé que estaba alucinando y me caí de espaldas desmayada. Cuando me desperté estaba en mi casa, con los animales muertos y en la explosión de la madrugada estaba yo, que había explotado con toda la gente.

Me volví a despertar, asustada e hiperventilando, y cuando me di

cuenta de donde estaba… ¡Estaba en la guerra! Pedí a mi madre que me pellizcara y esa era la verdad, estaba en una guerra de verdad.

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“Un dia boig”, vertebrat per Albert Juventeny Aquella matinada em vaig despertar de sobte en sentir una enorme explosió. Havia començat la guerra de les set malediccions. Era la bomba dels extraterrestres. A la nit següent els extraterrestres van destruir tot el poble i es van emportar els ciutadans.

La segona bomba va caure al riu, era la bomba seca. La bomba seca era la que treia l'aigua. Tot el poble va morir menys una persona, un nen que semblava un esquelet mig mort. Però de sobte vaig veure que era un somni. Em vaig despertar a casa del meu amic Joan i els seus pares no hi eren perquè estaven al seu bar i allà els pares estaven ballant. La bomba del somni era un pet del meu amic Joan, que es més lleig que una multa(sense ofendre). En veure'l el primer que vaig fer es demanar-li colònia perquè l'habitació feia pudor. I una agulla per ficar-me-la al nas.

Més tard va haver-hi una explosió i van arribar els extraterrestres, era un somni que s'havia convertit en realitat. Els extraterrestres van raptar al Joan, i per defensar-se, ell es va tirar un pet que va fer que s'anessin i no ens molestessin més. L’alcalde d'aquell petit poble li va dir “el Superpet”.

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“¿Un sueño?”, vertebrado por Judith Expósito Aquella madrugada de desperté de repente al sentir una enorme explosión.

Me pregunté qué era, así que me asomé al balcón deprisa. Miré de derecha

a izquierda y luego de izquierda a derecha, pero no vi nada extraño. Decidí

irme al restaurante de mi madre a desayunar, ya que yo soy una patosa en

ese tema de la cocina, así que me vestí y me puse en marcha. Mientras

bajaba las escaleras escuché a una mujer que gritaba “¡Socorro, no puedo

moverme!”. Pero se me olvidó del hambre que tenía.

Cuando llegué al portal nada más tenía que girar a la derecha y allí estaba

el restaurante de mi madre. Me fijé en el cielo y era raro. Vi un humo que

sorprendentemente iba hacia el restaurante. Pensé que todo estaba perdido,

mi familia, el restaurante...Así que entré sin pensármelo dos veces y

cuando entré vi a mi madre tirada en el suelo con un pie roto.

Estaba tan asustada que no sabía qué hacer. Estuve durante un par de

minutos parada mirando a mi madre, pero entonces me di cuenta de que mi

vida no estaba en peligro, la que estaba en peligro era mi madre, así que

como la ambulancia no podía venir decidí llevarla yo personalmente.

Estuvimos durante una hora caminando, pero aún faltaba otra más para

llegar. Por suerte apareció una chica con un cochazo que se llamaba África.

Decidió llevarnos y sólo tardamos diez minutos en llegar.

Cuando llegamos nos atendieron al instante. Después de tres horas de

sufrimiento apareció mi madre con el pie vendado. Cuando llegamos a casa

mi madre empezó a gritar mi nombre, “¡Mónica,

Mónica..!¡Mónica, despierta, tienes que ir al

cole!”

Entonces entendí que todo había sido una

pesadilla.

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“Una simple explosió”, vertebrat per Mireia Pedrero Aquella matinada em vaig despertar de sobte en sentir una enorme

explosió. Vaig anar a veure què passava i, sense voler, em vaig cremar i em

vaig tornar pols. Era una sensació molt rara, no sé per què, però seguia

tenint vida. Només em podia moure amb el vent, com les fulles, i estava

sol. Tenia molta por. La gent estava molt nerviosa i jo allà quiet com un

estaquirot, sense fer res.

De sobte, vaig escoltar cops molt forts al terra. Era la Mariona ,la meva

germana gran. Vaig cridar fort perquè m'escoltés, però ella no es va donar

compte que jo estava a dalt, perquè clar, era pólvora, qui s'anava a donar

compte. La Mariona va escoltar-me ,però no veia ningú, perquè m'estava

trepitjant. Ella estava molt nerviosa i no parava de córrer cap a dalt i cap a

baix.

Vaig sortir al carrer a veure què passava, però no es veia res, perquè tot era

ple de fum. De sobte vaig notar una punxada molt forta a l'esquena.

Era un ganivet fred com el glaç, i se’m va anar introduint per l'esquena fins

a tocar la columna. Vaig començar a escopir sang. No em podia moure.

Així que vaig anar ràpid i corrents al metge, com vaig poder. Quan hi vaig

arribar vaig notar que em moria, vaig veure una llum... Però noooo, era la

llum de la meu rellotge, que era molt potent. Me’n vaig anar al bosc per

relaxar-me, i em vaig menjar un bolet vermell i blanc molt bo. Però quan va

passar una estona, va ser molt rar, perquè vaig veure al ànec Donald, al

Fauno, i al Mikey...