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Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Hoja parroquial Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106 1 ¡Viva Cristo Rey! N.º 47 • Solemnidad de Ntro. Sr. Jesucristo, Rey del Universo, Ciclo A • 20 de Noviembre de 2011 D ecir: "Hoy celebramos la fiesta de Cristo Rey", así, sin más, supone una osadía enorme. Los cien cristianos que escuchan la frase, evocan inmedia- tamente (entre todos) cien imágenes de ese Cristo anunciado, y posiblemente entre ellas existan numerosas diferencias e, incluso, antagonismos incompatibles. Cristo Rey llevará a unos a imaginar al Cristo Majestad, entre ángeles bizan- tinos y oro de los solemnes mosaicos de las grandes basílicas de todos los tiempos. El Cristo Rey de otros, tal vez los transporte al Cerro El Cubilete, evo- cando: "Que viva mi Cristo, que viva mi Rey...". Para otros, Cristo Rey está unido a esa pequeña estatua de escayola y purpurina centrando el comedor de su casa, confirmando con su gesto de ben- dición una promesa en la que se confía. Algunos encontrarán, como Teresa de Jesús, a ese Jesús-Rey, coronado de espinas y con llagas, burlado por los soldados y ofrecido en almoneda a un pueblo despectivo e implacable. En contraste, otros lo verán como la joven imagen de Jesucristo "Superstar", arrojando a los siempre reconocibles mercaderes de ese templo relleno de armas y de todas las brillantes menti- ras de nuestra sociedad de consumo. Y así, tantas y tantas imágenes de nuestra devoción, de nuestro particular afecto y concepción de la fe. ¿Valen todas las imágenes? ¿Es que hay muchos Cristos? ¿Podemos, hoy, predicar indiscriminadamente a un Cristo Rey que se conforme con todo lo que los cristianos piensan? ¿Hay "algún Cristo" con el cual tengamos que con- formarnos hoy? Sin negar el valor real de todas esas imágenes y el mensaje sig- nificativo que llevan, hemos de recordar que cada una de ellas -y otras muchas que hemos omitido- han surgido y son fruto de momentos muy diferentes de la vida de la Iglesia, llevando consigo un mensaje concreto: una respuesta a los hombres a quienes se ha presentado, y a los que ha manifestado un aspecto de la inagotable riqueza de Jesús de Naza- ret, el Cristo, el Señor, el Hijo de Dios, el Principio y Fin de toda la creación, a quien, por abreviar y compendiar, llama- mos también Jesucristo. Aunque todas estas imágenes sean verdaderas, hemos de reconocer que algunas de ellas, por su parcialidad, por la concreción de su mensaje, por estar destinadas a dar respuesta a hombres y épocas muy diferentes de las nuestras, hoy nos resultan menos expresivas, menos significativas, intrascendentes, si no totalmente inadecuadas y contrapro- ducentes. Y la razón es obvia: no vivimos bajo Constantino, ni en el Medievo. Esta constatación nos lleva de nuevo al corazón del problema: cuando cele- bramos hoy a Cristo Rey, ¿existe alguna imagen privilegiada a la cual tengamos que referirnos ahora? Es ahí donde la Liturgia nos brinda su inigualable servi- cio -aquel que tiene como primordial-: revelar el rostro que hoy y aquí tiene Jesús para nosotros, los hombres de esta época -al menos esa es la misión de una Liturgia que pone, en cada instante, al servicio de los hombres la Palabra de Dios como respuesta a nuestras necesi- dades, y utopía que anuncia hacia dónde caminar-. En nuestros días, la Liturgia de la Igle- sia nos presenta a Jesús como el Señor de la Historia -la presente, la pasada, la futura-: el que hace verdad entre los hombres, y quien nos da el criterio de pertenencia o exclusión de su Reino: el compromiso real por el hombre. "Lo que hicisteis con un hermano mío de esos más humildes, lo hicisteis conmigo". Celebrar a Cristo Rey en la actuali- dad, nos dice la Iglesia, es volver a ver y ponernos a escuchar a Jesús de Nazaret, pobre hombre entre los hombres, sen- cillo maestro de la humanidad, que ha hecho con el material de su propia vida el modelo regio para todo hombre que pisa este mundo. La pertenencia o exclu- sión del Reinado que Él proclama, viene como resultado de nuestra responsable decisión respecto a los demás hombres: solidaridad y pertenencia al Reino o insolidaridad y dimisión irrevocable. Y el criterio más visible para saber en qué lado estamos, surge de lo que en verdad hacemos con los maltratados, los pobres indefensos, la víctimas de nuestra propia capacidad de humillar o dignificar. Jesús no habló de limosnas o de "obras de misericordia" para con los pobres, sino de auténtica justicia interhumana, lo cual es obvio para el conocedor del texto. En el Reino de Jesús se entra por una prác- tica de vida. Ahora ya sabemos a qué Cristo Rey nos referimos cuando hoy celebramos su fiesta.

Hoja Parroquial - 20 de Noviembre de 2011 - Num. 47

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Boletín Semanal de la Arquidiócesis

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Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.

Hoja parroquial Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes.

INDA-04-2007-103013575500-106

1

¡Viva Cristo Rey!

N.º 47 • Solemnidad de Ntro. Sr. Jesucristo, Rey del Universo, Ciclo A • 20 de Noviembre de 2011

Decir: "Hoy celebramos la fiesta de Cristo Rey", así, sin más, supone una osadía enorme. Los cien cristianos

que escuchan la frase, evocan inmedia-tamente (entre todos) cien imágenes de ese Cristo anunciado, y posiblemente entre ellas existan numerosas diferencias e, incluso, antagonismos incompatibles.

Cristo Rey llevará a unos a imaginar al Cristo Majestad, entre ángeles bizan-tinos y oro de los solemnes mosaicos de las grandes basílicas de todos los tiempos. El Cristo Rey de otros, tal vez los transporte al Cerro El Cubilete, evo-cando: "Que viva mi Cristo, que viva mi Rey...". Para otros, Cristo Rey está unido a esa pequeña estatua de escayola y purpurina centrando el comedor de su casa, confirmando con su gesto de ben-dición una promesa en la que se confía. Algunos encontrarán, como Teresa de Jesús, a ese Jesús-Rey, coronado de espinas y con llagas, burlado por los soldados y ofrecido en almoneda a un pueblo despectivo e implacable. En contraste, otros lo verán como la joven imagen de Jesucristo "Superstar", arrojando a los siempre reconocibles mercaderes de ese templo relleno de armas y de todas las brillantes menti-ras de nuestra sociedad de consumo. Y así, tantas y tantas imágenes de nuestra devoción, de nuestro particular afecto y concepción de la fe.

¿Valen todas las imágenes? ¿Es que hay muchos Cristos? ¿Podemos, hoy, predicar indiscriminadamente a un Cristo Rey que se conforme con todo lo que los cristianos piensan? ¿Hay "algún Cristo" con el cual tengamos que con-formarnos hoy? Sin negar el valor real de todas esas imágenes y el mensaje sig-nificativo que llevan, hemos de recordar

que cada una de ellas -y otras muchas que hemos omitido- han surgido y son fruto de momentos muy diferentes de la vida de la Iglesia, llevando consigo un mensaje concreto: una respuesta a los hombres a quienes se ha presentado, y a los que ha manifestado un aspecto de la inagotable riqueza de Jesús de Naza-ret, el Cristo, el Señor, el Hijo de Dios, el Principio y Fin de toda la creación, a quien, por abreviar y compendiar, llama-mos también Jesucristo.

Aunque todas estas imágenes sean verdaderas, hemos de reconocer que algunas de ellas, por su parcialidad, por la concreción de su mensaje, por estar destinadas a dar respuesta a hombres y épocas muy diferentes de las nuestras, hoy nos resultan menos expresivas, menos significativas, intrascendentes, si no totalmente inadecuadas y contrapro-ducentes. Y la razón es obvia: no vivimos bajo Constantino, ni en el Medievo.

Esta constatación nos lleva de nuevo al corazón del problema: cuando cele-bramos hoy a Cristo Rey, ¿existe alguna imagen privilegiada a la cual tengamos que referirnos ahora? Es ahí donde la Liturgia nos brinda su inigualable servi-cio -aquel que tiene como primordial-:

revelar el rostro que hoy y aquí tiene Jesús para nosotros, los hombres de esta época -al menos esa es la misión de una Liturgia que pone, en cada instante, al servicio de los hombres la Palabra de Dios como respuesta a nuestras necesi-dades, y utopía que anuncia hacia dónde caminar-.

En nuestros días, la Liturgia de la Igle-sia nos presenta a Jesús como el Señor de la Historia -la presente, la pasada, la futura-: el que hace verdad entre los hombres, y quien nos da el criterio de pertenencia o exclusión de su Reino: el compromiso real por el hombre. "Lo que hicisteis con un hermano mío de esos más humildes, lo hicisteis conmigo".

Celebrar a Cristo Rey en la actuali-dad, nos dice la Iglesia, es volver a ver y ponernos a escuchar a Jesús de Nazaret, pobre hombre entre los hombres, sen-cillo maestro de la humanidad, que ha hecho con el material de su propia vida el modelo regio para todo hombre que pisa este mundo. La pertenencia o exclu-sión del Reinado que Él proclama, viene como resultado de nuestra responsable decisión respecto a los demás hombres: solidaridad y pertenencia al Reino o insolidaridad y dimisión irrevocable. Y el criterio más visible para saber en qué lado estamos, surge de lo que en verdad hacemos con los maltratados, los pobres indefensos, la víctimas de nuestra propia capacidad de humillar o dignificar. Jesús no habló de limosnas o de "obras de misericordia" para con los pobres, sino de auténtica justicia interhumana, lo cual es obvio para el conocedor del texto. En el Reino de Jesús se entra por una prác-tica de vida.

Ahora ya sabemos a qué Cristo Rey nos referimos cuando hoy celebramos su fiesta.

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ANTÍFONADE ENTRADA Ap 5, 12; 1,6

Digno es el Cordero que fue inmolado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A Él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.

SALMORESPONSORIALdel Salmo 22, l-2a. 2b-3. 5-6

R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar, y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

ACLAMACIÓNANTES DELEVANGELIOMc 11, 9. 10

R. Aleluya, aleluya.¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David!R. Aleluya.

ANTÍFONA DELA COMUNIÓNSal 28, 10-11

En su trono reinará el Señor para siempre, y le dará a su pueblo la bendición de la paz.

Lectura del libro del profeta Ezequiel 34, 11-12. 15-17Esto dice el Señor Dios: “Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e

iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y oscuridad. Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia.

En cuanto a ti, rebaño mío, he aquí que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos”. Palabra de Dios.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 15, 20-26. 28Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un

hombre vendrá la resurrección de los muertos.En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán a

la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo.

Enseguida será la consumación, cuando, después de haber aniquilado to-dos los poderes del mal, Cristo entregue el Reino a su Padre. Porque Él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la muerte. Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al Padre, y así Dios será todo en todas las cosas. Palabra de Dios.

EVANGELIOLectura del santo Evangelio segúnsan Mateo 25, 31-46En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hom-bre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante Él todas las naciones, y Él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mun-do; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfer-mo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sedien-to y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’. Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’.

Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’.

Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’. Y Él les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”. Palabra del Señor.

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Creo en un solo Dios,Padre todopoderoso,Creador del cielo y de la tierra,de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo,Hijo único de Dios,nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios, Luz de Luz,Dios verdadero de Dios verdadero,engendrado, no creado,de la misma naturaleza del Padre,por quien todo fue hecho;que por nosotros, los hombres,y por nuestra salvación bajó del cielo,y por obra del Espíritu Santose encarnó de María, la Virgen,y se hizo hombre;y por nuestra causa fue crucificadoen tiempos de Poncio Pilato;padeció y fue sepultado, y resucitóal tercer día, según las Escrituras,y subió al cielo, y está sentadoa la derecha del Padre;y de nuevo vendrá con gloriapara juzgar a vivos y muertos,y su Reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,Señor y dador de vida,que procede del Padre y del Hijo,que con el Padre y el Hijorecibe una misma adoración y gloria,y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una,santa, católica y apostólica.Confieso que hay un solo Bautismopara el perdón de los pecados.Espero la resurrección de los muertosy la vida del mundo futuro.

Amén

Gloria a Dios en el Cielo,y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor.Por tu inmensa gloriate alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos;te damos gracias, SeñorDios, Rey celestial,

Dios Padre todopoderoso.Señor Hijo único Jesucristo,Señor Dios, Cordero de Dios,Hijo del Padre;Tú que quitas el pecado del mundo,ten piedad de nosotros;Tú que quitas el pecado del mundo,atiende nuestra súplica;

Tú que estás sentadoa la derecha del Padre,ten piedad de nosotros,porque sólo Tú eres santo,sólo Tú, Señor,sólo Tú, Altísimo Jesucristo,con el Espíritu Santoen la gloria de Dios Padre.

Amén

Continúa en la página 4

La Gran Cabalgata de la Fe

Las manifestaciones de la religiosidad popular son ricas y variadas; los

modos de transportarse a los san-tuarios también: los motociclis-tas, en moto, peregrinan una vez al año a Hostotipaquillo; a Talpa se va a pie o a caballo; a la Villa de Guadalupe en camión o en automóvil. Y al Santuario de los Mártires, los caballerangos, una vez al año, en la Fiesta de Cristo Rey, les gusta ir a caballo. Así, este 26 de noviembre de 2011, se realizará "La octava Cabalgata de la Fe", y está invitado todo aquel que tenga caballo, pero, sobre todo, aquel que quiera renovar y fortalecer su fe.

ProgramaLa salida será a las 6.30 hrs. del Lienzo Charro de Santa María,

en Tlajomulco, para partir hacia el "Santuario de los Mártires de Cristo", donde se finalizará con la celebración de la Eucaristía a las 12 hrs., presidida por el Car-denal Juan Sandoval Íñiguez. A esta peregrinación de jinetes, se unirán las advocaciones maria-nas de Ntra. Sra. de Zapopan, de Talpa, el Favor, de Guadalupe, la Purísima, y del Rosario.

Impulsar la fe, recuperar tradiciones

Con el propósito de impulsar la fe de todos los mexicanos y, a la vez, de recuperar las tradiciones de México, como es el empleo del caballo tanto para las labo-res del campo como para activi-dades recreativas (por ejemplo la charrería) hace ocho años, en el 2003, se originó esta "Gran

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Consulta la Hoja Parroquial en nuestra página de Internet:www.arquidiocesisgdl.org.mx/publicaciones/hojaparroquial

Diseño e Impresión: Centro Católico de ComunicacionesTels. 3002-6470 • 3002-6471

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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento

JUBILEO CIRCULAR

Pedidos a domicilioal teléfono: 3613 3043

Te invita a escuchar

“MUNDO FAMILIA”Un programa conducido por

Lupita Venegas y Meche Covarrubias

Lunes a viernes 11:00 hrs.

1480 AM

Pabellón • La Gran Plaza • Plaza Patria • Arboledas • Iteso • Galerías

Viene de la página 3

25, 26 y 27 de noviembre de 2011Encuentros para Adolescentes

Este encuentro se realizará en la Casa Pastoral “Idelfonso Águila”,en el Deportivo Morelos, frente al Dermatológico.

Cabalgata de la Fe", según ha explicado el señor Juan Ramón Ochoa Zamora, Coordinador del ope-rativo del evento.

Este evento congrega a participantes de diferen-tes estados de la República como Nayarit, Nuevo León, Chiapas, Chihuahua, Sonora, Colima, Gua-najuato, Michoacán y, desde luego, Jalisco, tanto de Guadalajara como del resto de municipios. De hecho, no faltan jinetes que proceden de países extranjeros como Estados Unidos y Argentina.

"Cabalgata de la Fe"Esta peregrinación tiene este nombre porque va precedida por las imágenes de la Virgen María y de algunos santos, las cuales unen en la fe a todos los fieles que participan. Además, se integran des-cendientes de los evangelizadores e introductores de la fe en nuestra región, como son los Frailes Franciscanos, quienes también acuden montando a caballo.

2, 3 y 4 de diciembre de 2011

Encuentros con Cristo para SeñoresDirigirá el padre Eduardo Levy, S.J.

Noviembre 25, 26 y 27Lugar: Casa de EncuentrosInformes e incripciones: Tels. 3834 8019 y 3656 6073 de 10 a.m. a 2 p.m. y 4 a 6 p.m.

21, 22 y 23: Lunes, Martes y MiércolesSAN JOSÉ DE ANALCO

LA PIEDAD

MARÍA, ESTRELLA MATUTINA

SAN ANTONIO DE PADUA, Tlajomulco

NTRA. SRA. DE GUADALUPE, San Sebastián el Grande

SAN AGUSTÍN, Jamay

SAN ISIDRO LABRADOR, Santa Paula

SAN ISIDRO

NTRA. SRA. DE GUADALUPE REINA DE LOS ÁNGELES

CATEDRAL BASÍLICA, La Asunción de María

24, 25 y 26: Jueves, Viernes y SábadoEL SAGRADO CORAZÓN, Juchipila

MARÍA MADRE DE GRACIA, Atemajac

NTRA. SRA. DE LA PAZ, Tonalá

COFRADÍA, Tabachines

SAN MARTÍN OBISPO, Ciudad Granja

NTRA. SRA. DEL ROSARIO, El Molino

NTRA. SRA. DEL PERPETUO SOCORRO, San Pedrito