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EL CAMPEÓN... QUE NUNCA FUE CAMPEÓN

Holanda

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Mini-Guía de la selección holandesa para el Mundial de 2014. Incluye reportaje vintage. Proyecto: El Milagro de Berna

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EL CAMPEÓN...

QUE NUNCAFUE CAMPEÓN

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HOLANDA

INTRODUCCIÓNLa historia de Holanda en los Mundiales está íntimamente ligada a la expresión ‘casi pero no’. En 1974,llegaron a la final y cayeron contra la anfitriona, la Alemania Federal de Gerd “El Torpedo” Müller. Tansolo cuatro años más tarde repetirían la hazaña para volver a quedarse a las puertas. Esta vez el verdugofue la Argentina de Kempes, Ardiles o Passarella entre otros. Lo tuvieron ahí. Pero no. La que probable-

mente ha sido la mejor generación de futbolistas neerlandeses se quedaba sin el cetro mundial quemerecía. Cruyff, Neeskens, Rensenbrik y Krol todavía deben de estar preguntándose cómo pudieron ter-

minar sus carreras deportivas como jugadores sin un Mundial bajo el brazo.

El último ‘casi pero no’ llegó en la última Copa del Mundo. Con un fútbol bastante menos estético que elque practicaba aquel combinado que maravilló en los setenta, se plantaron en la final por tercera vez ensu historia, contra la gran favorita: España. Y por tercera vez, cayeron. A la cita de Brasil llegan tras unafase de clasificación impecable y en medio de un relevo generacional. Sin el cartel de favoritos pero conun equipo joven y competitivo, tratarán de acabar con la maldición del ‘casi pero no’. Una tarea que si yade por sí era complicada, lo es todavía más al estar encuadrada en uno de los grupos de la muerte, junto a

España, Chile y Australia.

LA LISTA DE: LOUIS VANGAAL

JAVIER CARRIÓN | @jAV_CARRION

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La mala imagen que dejó Holanda en la finalde la Mundial de Sudáfrica, traicionando dealguna manera al estilo que históricamentesiempre había caracterizado a la Oranje, fuemuy criticada entre la opinión pública delpaís. Por ello, tras la cita mundialista se optópor volver a los orígenes. Y para ello llegótodo un clásico de los banquillos, un auténticoexponente de la escuela holandesa: Louisvan Gaal. Desde su llegada hasta el día dehoy, el modelo ha sido el mismo. Apuestatotal por un fútbol ofensivo con un 4-3-3marca de la casa. Laterales de largo recor-rido, trivote en el medio y extremos bienabiertos. Si bien el esquema está muydefinido, no ocurre lo mismo con los posiblestitulares en Brasil.En primer lugar, en la portería, no está nadaclaro quién será el titular en el Mundial. Car-entes de un guardameta de garantías, elpuesto se lo disputarán, presumiblemente,Jasper Cillesen (Ajax) y Michael Vorm(Swansea). La línea defensiva es, sin duda,el gran punto débil de este combinadoholandés. Una línea integrada mayoritaria-mente por jugadores muy jóvenes, sin ape-nas experiencia internacional. Las dosexcepciones son Van der Wiel, dueño y señordel lateral derecho, y Ron Vlaar, fijo en el cen-tro de la zaga. A su lado seguramente jugaráel central del Feyenoord Bruno Martins Indi.Y en el lateral izquierdo, el polivalente DaleyBlind, que esta temporada se ha destapadoen el Ajax como un buen mediocentro defen-sivo, circunstancia que quizás pueda seraprovechada por Van Gaal tras la baja de St-rootman.

Y es que la baja de Strootman supone unvarapalo importante en los planteamientos deVan Gaal. Vilhena, Schaars, Fer, De Guzmany Nigel de Jong o incluso el propio Blind sonlos que más papeletas tienen para suavizarla baja del jugador de la Roma. Jordy Clasiey Sneijder -con permiso de Van der Vaart-tienen todas las papeletas para ocupar losotros dos puestos del mediocampo oranje. Enataque, una de las bandas tiene nombre yapellidos: Arjen Robben. Y en la otra se pe-learán por un puesto Boëtius, Lens, Depay yKuyt, sin descartar a Quincy Promes, la rev-elación de la temporada en la Eredivisie. Y ar-riba, en la punta del ataque, tendremos, siningún contratiempo lo impide, a Robin vanPersie, capitán y gran líder de esta selección,que llegará con muchas ganas a la citamundialista tras la decepcionante temporadadel Manchester United. De su estado deforma dependen muchas de las opciones deHolanda en Brasil.

ANALIZANDO A LA ORANJE

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El fútbol es caprichoso. Es un deporte en el queno siempre ganan los mejores. Ni muchomenos. Equipos que han asombrado al mundoentero terminan ciclos sin apenas poder pre-sumir de algún título. Sin embargo, muchosotros, sin enamorar a nadie, logran engordarsus vitrinas y ser así recordados durante toda lahistoria. Porque al fin y al cabo, la gente seacuerda de los campeones, de los vencedores.Mientras que los vencidos caen en el olvido. ¿Ono? Pues no siempre. Uno de los casos mássignificativos que ha dado la historia del fútboles el de la Holanda de 1974, un equipo de en-sueño que fascinó a todo el planeta pero que nollegó a traducir su maravilloso juego en la victo-ria en un Mundial.Aquella Holanda era impresionante. Daba gustoverla jugar. Hasta los menos apasionados poreste deporte disfrutaban con su fútbol. Su estiloera inconfundible. Atacar, atacar y volver a at-acar. Y todo ello sin descuidarse atrás, lo quehacía de la Naranja Mecánica un equipo prácti-camente invencible. El encargado de poner enmarcha toda esta maquinaria perfecta fue RinusMichels. Antes de llegar a la selección holan-desa, había cogido a un Ajax que peleaba porevitar a un descenso para después convertirloen un equipo campeón. Cuatro Eredivisie, tresKNVB Beker y una Champions League dejó enlas vitrinas del club de Amsterdam. Con laNaranja Mecánica acuño el término “fútbol total”que describía a la perfección estilo de aquellaselección. Liderados por Johan Cruyff y congrandes jugadores de la talla de JohanNeeskens, Ruud Krol, Johny Rep, WilhelmusJansen o Robert Rensenbrink, Michels logró for-mar un conjunto sólido, en el que el equipo es-taba por encima de las individualidades. Unequipo en el que todos atacaban y todos de-fendían. El intercambio de posiciones era per-manente, lo que les permitía ser muyimprevisibles en ataque. A Cruyff le podías verpor la izquierda, por la derecha, recibiendo enel medio, rematando en el área. Nadie tenía unaposición estática en el campo.

El campeón que nunca fue campeón

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El Mundial de 1974 fue el escenario donde elplaneta entero descubrió el fantasismo futbolís-tico que practicaba la Naranja Mecánica. En lafase de grupos, quedaron primeros, por delantede Suecia, Bulgaria y Uruguay, habiendo enca-jando únicamente un gol. En la segunda fase sevieron encuadrados en un grupo con Argentina,Alemania Democrática y Brasil. Y arrasaron.Ganaron los tres partidos, pasando por encimade todos, con ocho goles a favor y ninguno encontra. Los de Michels demostraron cómo eraposible compatibilizar un gran ataque con unamagnífica defensa. Memorable fue el 4-0 que leendosaron a Argentina con doblete de Cruyff in-cluido. Y así se plantaron en la final, con el cartel de fa-voritos y con la gran mayoría del público fut-bolístico a su favor, gracias al fútbol tan vistosoque ofrecía. Enfrente les esperaba la AlemaniaFederal, un conjunto más pragmático, menosespectacular. La final no pudo empezar mejorpara los intereses de Holanda. Apenas transcur-rido el primer minuto de juego, Cruyff recibió elbalón en el medio campo y en un abrir y cerrarde ojos fue derribado dentro del área. Neeskensfue el encargado de anotar el penalti. Pese algran inicio holandés, Alemania terminó dándolela vuelta al marcador y proclamándosecampeón tras vencer por dos goles a uno. Aqueldía el fútbol fue cruel. No premió al equipo quetanto había hecho disfrutar a la gente. Unequipo, la Naranja Mecánica, que siempre serárecordado como el campeón que nunca fuecampeón.

PARTIDO COMPLETO: HOLANDA 1-2 ALEMANIA, FINAL DE LA COPA DEL MUNDO 1974

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Jugar contra él era como hacerlo contra 12 ocontra 13. Él era diferente al resto. No semovía en el campo, levitaba. Fino y espigado,enganchaba la pelota y empezaba a dejaratrás rivales como si de conos de entre-namiento se tratasen. Johan Cruyff formaparte de ese selecto elenco de futbolistas queaparecen cada mucho tiempo. De esos quecuando les ves jugar, sabes que estás antealgo único, irrepetible. De esos a los que re-gatear a siete rivales no les parece una tareacomplicada. De esos que cuando reciben elbalón, sabes que algo increíble puede estara punto de pasar. Él era un jugador capaz decambiar un partido él solo, de levantar a todoun estadio con un regate. Rápido como unacentella, Cruyff era pura elegancia. Por laderecha, por la izquierda, llegando por elmedio. Y siempre dando espectáculo.

Lideró a una de las mejores selecciones detoda la historia del fútbol, la Holanda del 74,un equipo que maravilló a todo el planeta bajoel lema del “fútbol total”, pero que se quedó alas puertas de alzarse con el cetro mundial alcaer en la final ante la anfitriona, la AlemaniaFederal del Torpedo Müller. Seguramente elúnico pero que se le pueda poner a la brillantecarrera de Cruyff. Una carrera plagada de éx-itos, tanto individuales como colectivos. Unacarrera tan prodigiosa como las que se mar-caba él por la banda. Desde De Meer hasta DeKuip pasando por el Camp Nou. Una carrerade un futbolista que marcó a toda una gen-eración.

Johan Cruyff

JAVIER CARRIÓN | @jAV_CARRION