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Hollywood y el Pentágono han copulado en la oscuridad desde los inicios de la industria del cine y de paso han copulado con tu mente con una incesante —a veces sutil, a veces explícita— propaganda, que es lo que sustenta la demencia planetaria que permite que vivamos en guerra. Parte fundamental del entretenimiento es que el producto final no revela lo que hay detrás: esto es lo que ha sido llamado “la magia del cine”. No vemos los monumentales sets (maquetas, animaciones digitales o cartón); no vemos a los cientos de personas que participan para lograr una toma; no vemos, en lo absoluto, las cámaras, las luces, los micrófonos y toda la tecnología que permite que la imagen con todo su brillo y poder entre a tu mente. Pero tampoco vemos, a menos de que seamos muy atentos, la ideología y la propaganda que motiva, de raíz, los programas y películas de “mero entretenimiento” que millones de personas ven todos los días. Como expondremos aquí, basándonos en datos verificables, todos somos objeto de una operación propagandística de control mental, que tiene uno de sus frentes más claros y mentalmente más invasivos en la relación entre el Ejército de Estados Unidos y Hollywood, tanto, que es apropiado hablar de estas industrias como una sola de Entretenimiento-Militar (o Military-Entertainment Complex, como se le llama en inglés).

Hollywood y el Pentágono y la Guerra

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Hollywood y el Pentágono han copulado en la oscuridad desde los inicios de la industria del cine y de paso han copulado con tu mente con una incesante —a veces sutil, a veces explícita— propaganda, que es lo que sustenta la demencia planetaria que permite que vivamos en guerra.

Parte fundamental del entretenimiento es que el producto final no revela lo que hay detrás: esto es lo que ha sido llamado “la magia del cine”. No vemos los monumentales sets (maquetas, animaciones digitales o cartón); no vemos  a los cientos de personas que participan para lograr una toma; no vemos, en lo absoluto, las cámaras, las luces, los micrófonos y toda la tecnología que permite que la imagen con todo su brillo y poder entre a tu mente. Pero tampoco vemos, a menos de que seamos muy atentos, la ideología y la propaganda que motiva, de raíz, los programas y películas de “mero entretenimiento” que millones de personas ven todos los días.

Como expondremos aquí, basándonos en datos verificables, todos somos objeto de una operación propagandística de control mental, que tiene uno de sus frentes más claros y mentalmente más invasivos en la relación entre el Ejército de Estados Unidos y Hollywood, tanto, que es apropiado hablar de estas industrias como una sola de Entretenimiento-Militar (o Military-Entertainment Complex, como se le llama en inglés).

Esta estrecha relación se basa en una conveniente dependencia entre ambas industrias. Por una parte Hollywood necesita de los “juguetes” del Ejército para filmar cualquier escena de guerra o incluso del género futurista (usando tecnología que dé verosimilitud); por otra parte, el Pentágono necesita de la difusión, del marketing de Hollywood para promover un perenne estado de  guerra, convencer a los ciudadanos de enlistarse en la milicia o mostrarse complacientes con un Estado que tolera que sus contribuciones sean usadas para financiar la monstruosa máquina bélica. La publicidad directa, el Ejército lo ha notado, no es tan efectiva como la glorificación de la guerra y la empatía que logran, con todo el arte dramático, los magos del show business, los forjadores de sueños del bosque sagrado de Hollywood.  Además existe un lazo profundo entre los grandes estudios de Hollywood, sus

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dueños y los dueños de las grandes compañías como General Electric, NBC y Universal, que también tienen participación en la industria militar. Un negocio redondo. 

Cuando podríamos pensar que la sociedad está cansada de la guerra, se viene, necesariamente para dinamizar esta economía neuropolítica, una cuantiosa camada de cintas que exaltan el espíritu de la guerra  y lo incrustan en la profundidad de la psique de los ciudadanos —que a fin de cuentas son los que pagan, lo mismo los boletos de cine que los misiles y aviones de guerra.

David Sirota, cuyo trabajo encomiamos por dar a conocer en el mainstream la colusión entre Hollywood y el Pentágono, advierte que se aproxima una serie de películas cuyo objetivo es ensalzar a los Navy Seals y, claro, reforzar la ideología pro-guerra. El director Peter Berg acepta incluso que en su próximo tributo cinematográfico a los Seals contó con la aprobación del Pentágono. “La idea de una vieja cinta de combate, en la que la política está muy clara —apoyamos a estos hombres— fue más atractiva para ellos”, dijo Berg, haciendo notar que la película será “un desinhibido tributo a la valentía de los Seals”. Saquen los violines, las gotas perladas de su sudor en close-up, los lentes de nightvision y las ráfagas de artillería de última generación.

La renombrada dierctora Kathryn Bigelow (primera mujer en ganar el Oscar al mejor director y esposa del agente de la industria militar, James Cameron) es la elegida para dirigir la oda fílmica a la captura de Osama bin Laden. La película hará uso de información clasificada brindada por la CIA y evidentemente contará una historia para que se regodee el Pentágono. “La misión fue un triunfo estadounidense, tanto heroico como apartidista, y no hay ninguna base para sostener que nuestra película representará esta enorme victoria de otra forma”, dijo Bigelow, endulzando los bigotes de los peces gordos del Pentágono.

Ahora veamos que esta connivencia, como brazo de propaganda, es tan vieja casi como la industria del cine y mucho más sutil y poderosa que lo hecho por Goebbels.

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FUEGO AMIGO: UNA BREVE HISTORIA DE AMOR ENTE HOLLYWOOD Y LA INDUSTRIA MILITAR

David L. Robb documenta en su libro Operation Hollywood la enorme cantidad de películas que han sido subvencionadas y avaladas por la industria militar. Esta sociedad, que a fin de cuentas hace su merchandising sobre la mente de las masas, se sella cuando Estados Unidos entró a la Primera Guerra Mundial, estableciéndose paralelamente el Comité de Información Pública que formula las pautas a seguir para promover el apoyo doméstico. En 1917 el diario de la industria del cine, Motion Pictures News, proclama: “Todo individuo trabajando en la industria ha prometido proveer afiches, películas, tráilers y negativos para esparcir la propaganda necesaria para la inmediata movilización de los grandes recursos de la nación”.

La ganadora del primer Premio de la Academia a la Mejor Película, Wings (una especie de proto Top Gun de 1927), contó con todo el apoyo del Pentágono.

Con la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial la colaboración se expandió niveles inéditos. Los estudios de Hollywood produjeron, a la velocidad de las palomitas de maíz, una serie de dramas de guerra para exaltar el heroismo del esfuerzo estadounidense en combate. Numerosas películas se produjeron, pero quizás la más conocida sea el documental Why We Fight, presentado en siete entregas (1942-1945), obra del brillante director Frank Capra (italiano de origen), quien en cierta medida jugó el mismo papel que Leni Riefenstahl  en la Alemania Nazi.

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En los años 50 la milicia trabajó con Lassie para mostrar nueva tecnología militar y produjo “Mouse Reels” para el Mickey Mouse Club: uno de los programas mostraba a unos niños visitando el primer submarino nuclear (eso es lo que se llama formar futuros). Al respecto el periodista David Robb descubrió un memorándum del Pentágono, de esa misma época, en el que sea hacía notar que la producción mediática enfocada en los niños “es una excelente oportunidad para introducir a una nueva generación a la Marina nuclear”.

Los niños siguen siendo el blanco del Pentágono. Como afirma David Sirota en su nuevo libroBack to Our Future, buena parte de la industria de los videojuegos fue subsidiada en el inicio por contratistas militares, de donde se entiende por qué la mayoría de los primeros juegos tuvieron una inclinación marcial (Atari Combat, Misile Command, Contra, etc.) Y si bien esto es algo que aún prevalece, será el tema de un artículo próximo. 

Sin embargo, la influencia del Pentágono no se limita a películas de guerra o videojuegos. La comedia disparatada Stripes, con Bill Murray, fue drásticamente alterada en su preproducción, evitando mencionar las bases militares y la influencia del Ejército de Estados Unidos en América Latina.

Jurassic Park III (2001) recibió dos helicópteros Seahawk, cuatro vehículos anfibios de asalto y ochenta miembros de la fuerza naval para redar una playa al final de la película (porque además, por si lo anterior no bastara, en la nueva gama de películas de Navy Seals se obliga a los soldados a ser actores). Esto se dio bajo el acuerdo de hacer “product placement” militar. Un beauty shot muestra el logo de la Fuerza Naval durante el momento cumbre del rescate de los protagonistas y se incluyó una línea de diálogo donde se agradece a los marines (esos héroes de la forzada imaginaria pop).

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Se sabe bien que películas como Rambo y Top Gun aumentan el reclutamiento militar. Según la Fuerza Naval, el estreno de Top Gun hizo que aumentara hasta 400% el número de jóvenes que se enlistaron para la aviación naval. Tanto se entusiamó el Ejército por dicha película que incluso organizaron eventos de reclutamiento en las salas de cine —pretendiendo vorazmente  canalizar la fresca inspiración pro militar de la cinta. “Los chicos salían de la sala con los ojos tan grandes como platillos y decían ‘¿Dónde firmo’”, declaró el mariscal David Georgi (“¡Hey! ¡Tú puedes ser el próximo Maverick!”). Incluso hoy en día, como parte de ese tenebroso feedback, se nombran misiones militares con personajes y códigos de la película Top Gun y otras fantasías militares de los ochenta, implantando estos memes en las psiques de “Los lobeznos que han crecido y han ido Irak”, según se refiere el Ejército a esa generación.

Asesores especiales militares reciben un nombramiento especial para asegurarse que los directores no intenten introducir innovaciones fuera del guión que se alejen de las directrices del Pentágono. El mariscal David Georgi, asesor de la película Clear and Present Danger, le dijo a Robb: “Siempre está en la mente de los productores intentar darle un giro a la película en la dirección original que nos habían presentado [...]. Es mi trabajo como consejero técnico asegurarme que la película no se desvíe sustancialmente de la versión aprobada” (Operation Hollywood, p. 38).

Esta intereferencia es tal que hoy en día ni siquiera la tratan de ocultar. La Oficina de Entrenimiento de la Fuerza Aérea incluso tiene su propio sitio web Wings over Hollywood y la CIA nombró en el 2001 a su asesor oficial para la industria del cine.

Después del 11 de septiembre el principal asesor político de George W. Bush, Karl Rove, se reunió con los jefes de las grandes casas productoras para obtener su apoyo en la guerra contra el terror.

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En junio de este año, Michelle Obama reunió a 500 productores, escritores y actores en Los Ángeles para pedirles que incorporaran más historias militares familiares al entretenimiento como parte de la iniciativa de la Casa Blanca ”Joining Forces”.

Entre las películas más recientes que han contado con el apoyo de equipo militar se encuentran los blockbusters Trasnformers 3 y Battle of Los Angeles (una película en la que el Ejército lucha contra unos OVNIs, algo que podría ser parte de la nueva gran agenda de programación predictiva del Pentágono: extraterrestres y transhumanismo).

En contraste, hay que resaltar las películas que no recibieron apoyo de la industria militar porque sus directores se negaron a modificar la historia: The Last Detail (1973), Apocalypse Now (1979), An Officer and a Gentleman (1982), Born on the Fourth of the July (1989) y Forrest Gump (1994).

Por otra parte, como señala David Robb, la manera preferencial en la que el Pentágono apoya a ciertas películas y  a otras no es una violación de la Primera Enmienda de Estados Unidos, en la que se hace manifiesto no solo el derecho a la libre expresión, sino también que el gobierno no deberá favorecer una expresión sobre otra. La infraestrcutura militar de Estados Unidos le pertenece a los ciudadanos, por lo cual, en teoría, no debería de comportarse como una corporación privada en la que se puede escoger, arbitrariamente, con qué empresa se trabaja. En todo caso se debería de licitar el uso de su tecnología a cualquier película y no solo a aquellas que aceptan glorificar sus intereses.

Hoy en día un manojo de compañías controlan el cine  en Estados Unidos, princpalmente Disney, AOL-Time Warner, Sony, General Electric, News Corporation y Seagram. Los intereses de estas compañías generalmente están alineados con los de la industria militar y sus contratistas, como parte de una gran obra (sangrienta) de ficción planetaria.  Como dijera Rupert Murdoch en el 2003, después de la invasión de Irak, una ocupación exitosa bajaría los precios de petróleo y beneficiaría la economía: “Esto sería más grande que cualquier reducción de impuestos en cualquier país”.

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Lo que vemos, y hay que llamarlo por su nombre, es una sociedad semisecreta, a caballo entre el poder político-militar y el poder de entretenimiento-económico, intercalando posiciones hasta fundirse en un aparato de control único. La sociedad del espectáculo en la que vivimos no es solamente la casualidad del mercado libre y de la naturaleza humana de buscar entretenimiento o de consumir historias. Lo sabían los grandes políticos griegos: el teatro es el perfecto escenario de adoctrinamiento justamente porque los ciudadanos no lo rechazan reempaquetado, glamorizado y supuestamente libre de la ideología política oficial. El cine es el aparato de adoctrinamiento más poderoso inventado hasta la fecha porque simula la realidad al incorporar todas las artes en un mismo flujo, convirtiéndose en una extensión de nuestros sueños, de nuestras imágenes mentales y, por lo tanto, penetra el inconsciente, donde implanta sus semillas. Esta frase de F.Scott Fitzgerald (citado por Jason Horsley) encierra la magnitud  de esta brujería: 

“La películas nos han robado nuestros sueños. De todas las traiciones esta es la peor”.

Sueños minados, mentes militarizadas. Para que el mundo permita que siga sana y campante la industria de la guerra (algo totalmente demente) se necesita una imperceptible lobotomía de la mente global. ¿De qué otra forma aceptaría un joven ir a morir a una tierra lejana solamente para que los CEOs de las grandes compañis petroleras, de los bancos, de las grandes productoras, engrosen los ceros en sus cheques a fin de año? ¿De qué otra forma odiaríamos a los habitantes de un país que no conocemos y que no nos han hecho nada (solo han agredido un supuesto ideal), que viven a miles de kilómetros, si no somos bombardeados mentalmente para conseguir el efecto de que percibamos a estas personas como malignas y pensemos que debemos destruirlas en pro de la libertad o alguna otra abstracción?

Así que si alguna vez te habías preguntado por qué incluyen balaceras y persecuciones injustificadas en casi todas las películas de Hollywood, ahí tienes tu respuesta. Ahora pide que te regresen un cerebro que pueda estar en paz.

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Como vemos el mundo?

En los primeros días, meses y a veces incluso años de vida, la experiencia directa nos nutre de un conocimiento que se traduce en la forma de ver y sentir la realidad mas completa que existe. Esta forma de ver el mundo es una forma de observación iluminada, libre de prejuicios, cargas o miedos. La realidad “es” tal y como aparece ante los ojos y se siente tal y como llega al cerebro. La imagen vibra en una intensidad eléctrica, vivaz.

Un acto de vida como un juego en el que la magia es posible. Un acto de vida en el que lo mas importante es la acción instantánea y el gozo de recorrerla con todos los sentidos. No existe ninguna vocecita en la cabeza, nadie dirige allá arriba. Somos magia creadora en movimiento. La satisfacción de permitirse ser uno mismo en relación con el mundo interno y el externo. Cuerpo, mente y energía funden las diferentes dimensiones en una: La existencia.

No existen los filtros. El lenguaje y sus etiquetas no se han asentado aun y por lo tanto la capacidad de ver las cosas tal y como son no se ha visto desvirtuada. Vemos la matriz en su esencia.

En cierto momento imposible de determinar la vida empieza a concebirse de una manera completamente diferente.

Seguimos aprendiendo mediante la vivenciacion in situ, pero a su vez comenzamos a relacionar los diferentes elementos de la realidad con los símbolos conceptuales con los que han sido relacionados ahí donde nacemos. Conocemos el lenguaje. Poco a poco nuestra perspectiva se amolda a la perspectiva predominante. Relacionamos trozos de realidad con conceptos virtuales y abstractos. Empezamos a acumular información sobre las experiencias que vivenciamos en el presente, constituyendo un bagaje de recuerdos que denominamos pasado. Este bagaje actúa como un filtro a través del cual tamizamos las experiencias venideras. Lo que hemos vivido condiciona nuestro presente. El ego despliega sus poderes. El pasado se materializa en el presente. La historia se repite, una y otra vez .Nos hemos convertido en esclavos de nuestro pasado. En esclavos de nuestra mente.

El primer entorno que configura nuestro bagaje es la familia, el segundo la escuela y el tercero todo el espectro de la sociedad en sus infinitas variantes con los medios de comunicación a la cabeza. Aprendemos que “eso” se llama mesa, que “eso” se llama manzana, que “eso” es malo, que “eso” es bueno, que “eso” no se dice ,que “eso” no se hace, que “eso” no se toca, que tienes que ser “asi”, que tienes que hacer “esto”, que tienes que decir “aquello” y que nunca jamás debes de ser de “esta manera”.

Empieza la robotización, la esclavización, el adoctrinamiento, el alienamiento, la educación, llamémoslo como queramos. Quizás guste mas aquello de –aprender conductas éticas y morales en practica directa con nuestro entorno y nuestros semejantes-. Una cadena de producción en masa.

Producción al limite, fabrica de fieras, el arte de extirpar la imaginación, la inocencia y el autentico placer de ser una criatura completamente única y diferente.

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Imaginemos que un conjunto de organizaciones poderosas quieren dominar a toda una sociedad compleja sin que esta se de cuenta. Para conseguirlo no basta solo con desplegar toda una serie de depuradas técnicas de carácter político, social, psicológico, químico o electromagnético que contribuyan al sometimiento. Es de vital importancia que se configure nuestra mente de tal forma que lleguemos a disfrutar esclavizando a otros y a nosotros mismos. Y este es uno de los papeles que sin duda subyace detrás del sistema educativo moderno.

Las mentes configuran la realidad. Esto es algo que pese al rechazo ortodoxo de la ciencia clásica contemporánea se ha descubierto gracias a mentes abiertas pertenecientes al campo de la física quántica. Y que sin embargo no ha sido mas que un reencuentro con la ya ancestral vision de la realidad del misticismo oriental. Nuestras mentes son vortices creadores de realidad, el planeta es un entramado de entidades generadoras de realidad. Creamos nuestra realidad, dia a dia, pero la creamos sobre una base, y esta base cognitiva procede de las entidades que se encargan de educar a la sociedad, del conjunto de valores derivados de la educación (visión del pasado, presente, futuro, filosofia, etica, psicología, etc) asi como de los medios de comunicación, la ciencia, la política y como no, la propia sociedad. La sociedad extiende la perspectiva predominante como un cáncer a través de las relaciones interpersonales, a traves de la infancia, de la familia, de la tradición, etc.

Si controlas el torrente de información que inunda a las mentes en el momento en que estas se están formando controlas la realidad en todo su espectro.

El “problema” se ha convertido en un monstruo titánico que es capaz de aparecer en todas partes a la vez. Se encuentra detrás de la piel de nuestros miedos, detrás de la voz inquisidora, de los prejucios, de la envidia, del odio. Actua subliminalmente detras de las películas de serie de B, de las películas de hollywood, de las de disney, de los libros de texto, de las grandes novelas, de las historias de toda la vida, del imaginario popular. El monstruo etereo lo inunda todo con su esencia: los medios de comunicacion, la radio, Internet, el patio del colegio, el campo de batalla, la luna, Marte y el interior de la tierra. La esencia de la rivalidad, de la competición, de la comparación, de la ansiedad, de la autoridad, de la total falta de empatia ante las desgracias humanas, reside en todos nosotros, esta en todas partes y se retroalimenta continuamente. Se observa en la actitud del policia, del frutero, del poeta, del bohemio, de la ama de casa, del psicologo, del masajista, del individuo generico, dentro de todo ser humano.

Es lo que podríamos llamar nuestra parte oscura. Todos la tenemos, todos estamos impregnados de ella. Y es en el acto de desprendernos de esa toxina racionalista donde se encuentra el camino hacia la dicha, en el acto de eliminación de ese globalizado cariz neoliberalista, capitalista, imperial, neurótico, ambicioso, egoísta y egotico, donde se origina el camino hacia la evolucion, hacia la compasión, hacia el equilibrio.

La propia sociedad y los individuos que la formamos defendemos las ideas que hemos amamantado del sistema con fervor, ya que nuestra perspectiva esta formada por ellas. Nuestra perspectiva forma parte de nosotros, de nuestra personalidad. Considerar la realidad como algo que haya podido ser manipulado, y por tanto barajar la posibilidad de que gran parte de lo que conocemos (gran parte de lo que somos) pueda ser falso significa

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perder una parte de nosotros mismos. Nos da miedo. De hecho duele, y no queremos sufrir, sin embargo, el parto es doloroso pero supone un maravilloso regalo, las crisis son duras, pero nos hacen evolucionar, sin lagrimas a uno se le agrieta la mueca, de eso no cabe duda.

Luchamos entre nosotros. Al nuevo orden mundial formado por las elites se le extiende la mueca de placer con nuestros conflictos mundanos. El carácter estéril de la lucha entre sometidos es producto de programas desarrollados por una elite conocedora del carácter condicionante de la mente humana. Sin embargo, somos nosotros los que aceptamos el juego. No queremos ver mas alla de nuestras propias narices.

Imaginemos un termitero, esa tipica imagen de un sinfín de seres actuando como uno solo, combínemoslo con las tipicas imágenes de un cerebro encendido electromagneticamente, ahí tenemos la tierra. Un gran cerebro constituido por dos hemisferios enfrentados, uno racional y otro intuitivo, uno tecnologico y otro espiritual, occidente y oriente. Cada hemisferio esta constituido por una infinidad de moléculas (nosotros) que mediante impulsos electricos (pensamientos, intuición) configuran la realidad que atañe y pertenece a la entidad a la que pertenece el cerebro (la conciencia colectiva, la tierra).

En un grado reducido, nosotros somos planetas tierras, cada uno de nosotros tenemos un conflicto similar entre lo que hemos aprendido (falso ego) y lo que somos (nuestra esencia), entre el impulso del espiritu y la represion de la mente, entre lo que deseamos realmente y lo que se nos impone o condiciona para que deseemos. Entre lo que imaginamos como posible y lo que se nos dice que es real. Nuestros hemisferios no estan equilibrados. Somos demasiado racionales. El pasado, la mente y el miedo configuran nuestra realidad, nuestro presente.

Tenemos que fraguar la llaves de la celda con nuestra propia mente.

La proporción de agua, oro, calcio o magnesio (entre tantos otros elementos) se encuentra en porcentajes similares tanto en la tierra como en nuestro propio cuerpo. Tanto la tierra como el ser humano consta de 7 chackras o vértices de energia mayores. Tanto dentro como fuera existen millones de parásitos capaces de generar la enfermedad. Dentro de nosotros se trata de seres unicelulares que se multiplican por doquier, en la tierra se trata de personas. Nosotros somos los artífices de la realidad, tanto de la maravillosa como de la terrorifica.

Aquellos que albergan el poder dominan a las intuciones del conocimiento, de la historia y de la comunicación, dominan a las personas y por tanto dominan a sus mentes, son literalmente capaces de convertir una sarta de mentiras en una realidad plausible. Para la elite este ser humano capitalizado e inútil no es mas que una pila alcalina. El ser humano ha sido literalmente utilizado como ganado por aquellos que han tenido la maldad y el poder para hacerlo.

Los illuminatti (entendiendo este concepto como el conjunto de personas/entidades/sociedades secretas que gobiernan el planeta en la sombra) consiguen su propósito gracias a la implementación de sistemas maquiavelicos-democraticos basados en una formula que combina confianza, ignorancia y miedo. A su vez, el éxito depende en gran medida de la anulación de la duda, la salud y la intuición. Todo esto basado en un

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exhaustivo conocimiento del ser humano, de nuestras virtudes y nuestros defectos. Es evidente que nos conocen mejor que ninguna madre. Son conscientes de nuestra infinitud energética y creadora. Saben que la mente humana configura la realidad, que nuestras mentes están ahora mismo dibujando todo aquello que vemos y conocemos. Y es en evitar que nuestra magia se desarrolle donde esta la clave de su éxito. La dominación del ser humano se basa en hacernos creer que la iluminación es imposible, que el dolor es perpetuo por naturaleza y que la realidad es mecánica y fría.

Para conseguir que un pueblo confíe en aquello que lo somete el secreto esta en la instauración de un miedo basado en la ignorancia. A lo largo del tiempo la manipulación de la religión y la fe han supuesto una buena forma de aunar ignorancia, confianza (fe) y miedo en un solo paquete, dominando así a diferentes humanidades dormidas a lo largo de la existencia. Al igual que en nuestras vidas, la historia colectiva se repite constantemente hasta que rompemos con aquello con nos encadena. Una mente cerrada al cambio atrae a su vida a las mismas personas constantemente hasta que rompe con el problema de raíz. Esta humanidad fue dominada y sigue siendolo ahora mismo, de una manera mucho mas depurada y tenebrosa que en el imperio romano o el tercer reich. La confianza en el sistema es lo unico que nos impide descubrir esta realidad.

No hay que confiar en alguien a quien no se conoce.

El gran abanico de información que nos es comunicada nos inunda de un conocimiento que no necesita de la experiencia directa para existir, pero que sin embargo es recibido y asimilado de manera incondicional. El asentamiento de mucha de esta información esta basado en la confianza o en la admiración. Confiamos en nuestro sistema, confiamos en nuestros padres, confiamos en nuestros doctores, confiamos en nuestros profesores, confiamos en nuestros políticos, confiamos en nuestros científicos y puesto que confiamos en ellos (como personajes por encima de nosotros, capaces de lo que nosotros no somos capaces y sabios en lo que nosotros no entendemos) les creemos y aceptamos esta información como real y absoluta. Hemos sido sintonizados en la realidad impuesta, en la perspectiva oficial con la que se pretende que observemos el mundo. Una perspectiva basada en un conocimiento manipulado, por lo general flagrantemente falso.

Uno de los mejores ejemplos de la manifestación de este patrón lo podemos observar en el sistema educativo moderno:

Estamos sentados en un pupitre y se esta definiendo nuestro carácter, nuestra personalidad y la perspectiva con la que observamos el mundo. Nuestra mente se esta desarrollando en un tedioso proceso con niveles a superar, clases y jerarquías bien definidas. Se apuesta por un ambiente competitivo mediante puntos, pruebas y exámenes. Las enfrentaciones se suceden de manera cotidiana mediante insultos, abusos y burlas. El aprendizaje no es participativo. Los conocimientos se imponen sin que exista ni un ápice de elasticidad posible, la única versión es aquella que enseñan los “grandes”. El miedo y el sentimiento de inferioridad se infundan mediante estas figuras adultas a las que se ha de obedecer. Los valores, las ideas y los conceptos que se aprenden son acordes a la visión jerarquizada y represiva del sistema. Se impregna a los niños con la necesidad de ser alguien grande, alguien importante, alguien que este por encima de los demás.

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La pauta es clara y explicita: Premiar al sumiso y reprimir al inquieto para posteriormente transformar la inquietud en sumisión. Sumisión ante lo impuesto, ante los grandes, ante los sabios. Es decir, preparar en masa a los individuos para que en un marco social posterior la realidad impuesta se asimile de la manera mas efectiva posible. Esto es, sumisión ante la vision oficial, ante los medios, ante los gobernantes, ante la hedienta, viscosa y aberrante mentira.

Mas tarde, las grandes instituciones educacionales repiten el esquema en un ambiente mas academico y formal, donde millones de estudiantes se ven sometidos a los denominados “tochos”. Indiferentemente del dudoso provecho que pueda suponer para los estudiantes la asimilación de determinadas informaciones, el esquema troncal del proceso académico, construido de tal manera que para ascender se haya de engullir información sin que apenas surja la oportunidad de la duda, supone sin lugar a dudas, un proceso preparatorio eficaz para que mas tarde,como ciudadanosla pauta se repitauna y otra vez.Y la dudatermine

muerta.

Engullir, competir, ascender, engullir, competir, ascender, engullir, competir… Y todo para que?

Salvando aquellos excepcionales casos de vocacionismo pasional, la meta acostumbra a ser, como no, el dinero.

En el ambito academico profesional, al igual que en el escolar, se somete al inquieto a la aceptación, esta vez, de la gran verdad oficial. Ya sea en un ambito medico, historico, nutricional, biologico, o de cualquier tipo, existe un elevado muro que franquea el marco oficial de pensamiento, y del que atreverse a escapar supone un sacrilegio.

Hacerlo (escapar del dogma imperante y consensuado) se traduce, inapelablemente, en el consiguiente rechazo del “buen academico”, asi como de las instituciones de las que este forma parte. Sin embargo, dicho acto, si bien no es comodo ni sencillo, para nada esta exento de beneficios, ya que es justamente aquello considerado no académico lo que tal vez mas nos pueda acercar a la verdad.

La verdad os hará libres, y libres de nada nos servís, es mas, libres suponéis un terrible peligro, así que haremos que nuestras instituciones os enseñen la mentira, maquillada de conocimiento, y vosotros os creeréis sabios y amareis a la ignorancia como a un preciado tesoro. Y es asi que nuestro reino perdurara, por los tiempos de los tiempos.

La ignorancia nos hace vulnerables a un sistema basado en el miedo. Y una vez nos sentimos aprisionados por el miedo acudimos a quien confiamos para conseguir una

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solución que no hará sino generar mas miedo. He aquí la formula maestra de la elite dominante. La aspirina del miedo es el consumismo, y ellos viven de eso.

La confianza/fe/admiración nos hace creer en la realidad/sistema/producto/entidad/partido político. La libertad de la que tanto nos enorgullecemos se basa en un abanico de alternativas aparentemente amplio, sin embargo todas ellas convergen en un mismo punto. La política esta supeditada a entidades mucho mas poderosas que cualquier gobierno, de hecho los lideres-títere de la típica pareja de facciones políticas que rivalizan en el circo-televisivo siempre están financiados por los mismos billetes, por las mismas personas. La elite mundial despliega ante nuestros ojos una farsa basada en personajes “carismáticos” y un puñado de promesas que o (1) simplemente no se cumplen o (2) no suponen una traba real para la continuidad del engaño.

El progreso que nos venden calza una mascara sonriente pero oculta en su espalda un puñal ensangrentado. Nadie ve el puñal. No queremos ver el puñal. Todo esta bien, soy feliz, no quiero preocuparme, confio en algo que no conozco, en alguien virtual, televisivo, holografico. Confío en un futuro que traera mas confio en un futuro y mas confio en un futuro y cuando te quieres das cuenta alguien esta cavando tu tumba por la tele.

Acomodarse bajo este concepto de libertad es similar al patetismo que supone creer estar boicoteando a coca cola por consumir pepsi. Pensar que la soja es la alternativa ética a la carne. Pensar que este politico cambiara las cosas. Que algun dia aparecerá la cura oficial para el cáncer. Que realmente se esta luchando por paliar el hambre en el tercer mundo.

Todo lo positivo que albergan estas frases es mas que posible, pero no interesa que sea posible, mientras, el pueblo vuelca su esperanza en alguien que no solo no le quiere satisfacer sino que le dice que lo hara, constantemente, mientras le sangra el dinero y la vida con una sonrisa de oreja a oreja.

La infinitud de las opciones nos deja obnubilados. Realmente deben de disfrutar viendo como trabajamos para ellos mientras rivalizamos por completas estupideces. Un partido politico u otro, un equipo de futbol u otro, este dios o aquel, al pacino/robert de niro, ruffles/lays, IBM/Macintosh, pepsi/cocacola, carnivoro/vegetariano, techno/drum and bass.

Para paliar el miedo al terrorismo nos venden guerras por la libertad y la democracia, utilizan nuestro miedo para crear estados policiales, para tenernos controlados, por dentro y por fuera, se llenan los bolsillos con trozos de carne, tierra y petróleo, para luchar contra el miedo a la enfermedad nos venden millones de medicamentos que nos enferman, vacunas que nos convierten en autistas, productos de higiene que nos llenan de desechos, para evitar el miedo al fracaso nos venden cosméticos, moda, operaciones quirúrgicas, un pene mas largo, una adicción a la pesadumbre, un callejón sin salida, el miedo a la drogadicción lo usan para que nos droguemos y les compremos su droga, el imperio del opio y de la coca, del alcohol y el tabaco, el narcotráfico mundial como una forma de financiar a elites, reyes y politicos, control demografico, aletargamiento. El miedo a la rebeldia como una forma de vender escepticismo, un antidoto contra la diferencia, una mascara para la particularidad; miedo a la muerte, religión, fe, fanatismo; miedo al miedo, miedo a uno mismo; comodidad, banalidad, con-su-mismo.

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Y nosotros ponemos el dinero y la espalda, dia a dia. Compramos y compramos y nos creemos dueños de nuestro destino pero no somos dueños ni de nosotros mismos. De hecho no tenemos nada. Nisiquiera nos conocemos. ¿Conozco a mis padres? ¿Conozco a mi mujer? ¿a mis hijos? ¿Por qué me duele oir estas preguntas? ¿se supone que debo hacer algo?

Las neurosis, los nudos emocionales, el miedo, el sentimiento de inferioridad, un trozo de bizcocho, dos riñones, 4 kilos de bacterias, 2 kilometros de intestino, una chirimoya, algun que otro sueño injustamente calificado como inalcanzable, estelas de contaminación, algo de inocencia, un sexo, amor, algo que se muere sin que nos demos cuenta, llantos, gritos, voces en la cabeza, pereza, ganas de besar el cielo, un pedazo de rabia junto a un estomago maltrecho, un alma, un traje impuesto, nuestra imagen, ¿nosotros mismos?

Ese tercer mundo que agoniza frente a gritos silenciados representa el tejido canceroso que inevitablemente va a surgir en nuestro interior. No podremos evitarlo a no ser que le hagamos frente, y hacerle frente significa hacernos conscientes del engaño. Engaño mundial e individual. Tanto dentro como fuera.

Los monstruos que tenemos dentro son un espejo del imperialismo planetario.

Las instituciones sanitarias están supeditadas al negocio de la enfermedad, supeditadas a la industria farmacéutica y a la necesidad de la elite de una ciudadanía enferma. El peor enemigo de un estado es un pueblo culto, pero sobretodo sano, consciente y despierto ante el carácter malvado de la elite. Tenemos que enfadarnos. No podemos alegrarnos por el mero hecho de que haya otro capitulo mas con el que matar el tiempo en el sofá. Tenemos que alegrarnos porque alguien ha tenido el valor suficiente como para hablar de asesinos con corbata en el congreso, en la calle, o en cualquier sitio. Decir las cosas claras convertira la tez rojiza del asesino en un globo lechoso. Porque ellos son conscientes de su silencio, son conscientes de su papel, y en el fondo de su cuerpo, bajo las mascaras de la mente y el miedo espeso que envuelve al corazon, el alma se averguenza por contribuir en la masacre de una parte de si misma.

Existen muchas formas de estar sano, baratas, naturales, eficientes y hasta “milagrosas”. Sin embargo, como dice el roto “si existen personas sanas es porque la industria farmaceutica no es perfecta”. Del mismo modo, si las formas de curar realmente efectivas no salen a la luz, es porque los medios de comunicación estan intimamente ligados a la industria farmaceutica y convergen en los intereses de la elite que domina el mundo. Aun asi, ni ellos, ni la industria, ni los medios son perfectos y las curas salen a la luz el tiempo suficiente como para que unos cuantos, a veces cientos, miles o millones comprueben que no existe nada incurable.

La salud del pueblo (informativa, fisica, mental y espiritual) es el mayor enemigo de cualquier imperio jerarquico.

Luego nos miramos al espejo con cara de gilipollas y nos preguntamos que se podría hacer para cambiar el mundo. Empezamos a plantearnos formas de ser util, de contribuir al

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cambio. ¿y a donde acudimos? O.N.G’s ¿de donde vienen? Televisión, radio, periodicos. ¿Quién controla los medios de comunicación masivos? La elite.

Aquellos capaces de paliar el hambre y la penuria con un chasquear de dedos ofrecen alternativas con las que tranquilizar al pueblo. 10 euros al mes, ayuda humanitaria, contribución, limpieza de conciencia, silencio.

El mundo es una mierda, pero que puedo hacer? Soy un inútil, soy uno, no tengo dinero, no tengo medios…

Mentira, mentira, mentira. Excusas, comodidad, fatalismo.

No nos atrevemos a ser los dioses que somos porque se han dedicado mucho tiempo a convencernos de que somos pequeños, de que somos materia, de que no podemos volar, traspasar, gritar, explotar, romper, forjar y follar hasta el santificado orgasmo de los cielos. ¡Pues claro que podemos! Podemos hacer todo lo que queramos y mas, y será mejor que se vayan preparando, porque vamos a cambiar este jodido mundo para siempre.

De hecho, ya no hay vuelta atrás.

Salud!