Homicidios en Medellín 2011

APROXIMACIÓN AL HOMICIDIO JUVENILEN EL MUNICIPIO DE MEDELLÍN:

Enero a Septiembre de 2011

Carlos Fernando Timaná KureSergio González Franco

Leidy Catalina Valencia Pérez

Con el apoyo de:

APROXIMACIÓN AL HOMICIDIO JUVENILEN EL MUNICIPIO DE MEDELLÍN: Enero a Septiembre de 2011

Cáritas Arquidiocesana Medellín – Pastoral SocialISBN: 978-958-57234-0-5Primera edición: febrero de 2012

Investigadores:Carlos Fernando Timaná KureSergio González FrancoLeidy Catalina Valencia Pérez

Auxiliares de investigación:Cristian Camilo Arias AcevedoDiana Patricia Torres GutiérrezDiana Marcela Montoya ÁlvarezJorge David Vallejo GómezYuliana María Cardona Jaramillo

Con el apoyo de:

Diagramación:Jorge I. Correa - DCG

Impresión:Industria Gráfica Litoservicios S.A.SImpreso en Medellín, Colombia2012

7Aproximación al homicidio juvenil en el Municipio de Medellín: Enero a Septiembre de 2011

TABLA DE CONTENIDO

Prólogo ....................................................................................................................

Presentación ..........................................................................................................

Introducción ...........................................................................................................

1. Colombia: entre ilusiones de paz y realidades de guerra .............................

2. Una historiografía de los combos en Medellín ............................................. La plaza de “Federico” ....................................................................................

3. Las Fronteras Invisibles .................................................................................

4. Acercamiento a los homicidios juveniles desde los medios de comunicación ..............................................................................................

5. Presentación de resultados del homicidio juvenil .......................................

6. Alternativas brindadas por la Administración Municipal ..............................

7. Propuestas para Medellín ..............................................................................

Bibliografía .............................................................................................................

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Pág.

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PRÓLOGO

Una de las situaciones que más preocupa a la sociedad colombiana y por ende a la Iglesia Católica, y muy especialmente a la ciudad de Medellín, es

el incremento de las tasas de homicidios entre la población de los 14 -26 años. De los 1317 homicidios de enero a septiembre en el 2011, 665 son población joven.

Esta situación podría pensarse, es la consecuencia de un Estado que desde su mismo nacimiento, su configuración como República y en su desarrollo actual ha estado sometido al estigma de la guerra, la violencia, el conflicto armado en sus diferentes configuraciones y expresiones. Ésto hace pensar en la historia de un País en estado permanente de guerra civil.

Una de las causas generadoras de muerte en la población joven de la ciudad de Medellín la constituye las nuevas estructuras delincuenciales que van confi-gurando la realidad de violencia de la ciudad. Estas estructuras conocidas como combos, bandas, carteles, bacrim, etc., están organizadas alrededor de prácticas delictivas como el sicariato, el hurto, la extorsión, el secuestro, el dominio de las rutas del tráfico y micro tráfico de drogas, armas, etc.

Estas estructuras que operan en un amplio territorio conocido como “plazas de vicio”, ejercen un control tan asfixiante de la vida social de todos sus habitan-tes, que prácticamente los encierran en cárceles con libertad condicionada, con la consecuente pérdida de identidad social, la desconexión de la gran ciudad y por el contrario la concentración en un pequeño universo llamado barrio, cuadra, esquina, donde la único importante es conocer el territorio como estrategia de subsistencia y dominio. Este pequeño universo es lo que llama Marc Auge “un no lugar”, es decir, un espacio al que no se pertenece, donde reina el anonimato, el miedo, la ley del más fuerte y en el cual las relaciones se configuran de acuerdo al status y roles que resultan del dominio de las redes de narcotráfico, comercio y consumo de la droga.

10CÁRITAS ARQUIDIOCESANA MEDELLÍN - PASTORAL SOCIAL

Para tomar conciencia de esta realidad y medir el impacto de las acciones que desde las distintas instituciones del Estado, la empresa privada y otras institucio-nes no gubernamentales al igual que las iglesias se han venido realizando, la Cá-ritas Arquidiocesana con el apoyo de Misereor ha querido publicar los resultados de la presente investigación “Aproximación al homicidio juvenil en el municipio de Medellín: enero a septiembre de 2011”, cuyas conclusiones son orientadoras al momento de implementar a nivel de ciudad “iniciativas para el desarrollo respe-tando el principio de la centralidad de la persona humana”, como bien lo expresa el Papa Benedicto XVI en la Caritas in Veritate 47.

Entre las propuestas de solución aparece la necesidad de fortalecer la estruc-tura familiar de tal modo que sea el espacio ideal para el desarrollo de la” identi-dad, la aceptación y sentido de pertenencia” para los jóvenes entre los 8-14 años, por ser los más propensos a entrar en las estructuras delincuenciales; ingeniar proyectos productivos que remplacen las economías ilegales; la inversión de la empresa y el estado en renglones de la economía que puedan aprovechar la abun-dante mano de obra desocupada; incrementar la jornada escolar para cualificar mejor a los jóvenes mediante un uso más adecuado y controlado del tiempo de ocio en espacios educativos de “sana convivencia, acogedores y de promoción humana”; profesionalización de la fuerza pública, nuevas campañas que fortalez-can la cultura ciudadana y la convivencia, entre otras.

+ Hugo Alberto Torres Marín Obispo Auxiliar de Medellín


Resumen

Buscando brindar herramientas para comprender el homicidio juvenil, en-contramos que entre enero y septiembre del 2011, los mayores precur-

sores de estos homicidios son el control territorial y el microtráfico de droga distribuidos a lo largo y ancho del municipio de Medellín, lo que llevó a esta inves-tigación a tener que profundizar en la configuración de los combos de la ciudad en su jerarquía y en su accionar como organizaciones al margen de la legalidad.

Tras la búsqueda de indicadores oficiales en materia de homicidios juveniles como Medicina Legal, entre otros y monitoreando la prensa de El Colombiano y Q`hubo se buscó establecer lo que la población de la ciudad estaba percibiendo sobre el conflicto en contraposición a los datos oficiales otorgados.

Esta investigación pretende darle vos a los actores del conflicto, y darle im-portancia a los jóvenes que día tras día son reportados como asesinados en el Municipio de Medellín para no olvidarnos de ellos, y para que una vez expuesto el panorama de violencia se pueda llegar a la transformación social de la ciudad.


ABSTRACT

Looking for academic tools that can bring more comprehension about youth homicide, the research found between the months of January to Septem-

ber of 2011 shows that behind this phenomena is placed the territorial control and Little scale of drug´s traffic in Medellin’s area. This fact forced the investigation to research the conformation of the illegal organizations: the existence of hierar-chies inside them, and the way they operate.

The investigation took official information from state agencies and con-front it with information collected from two local newspapers: El Colombiano and Q´hubo; to found the relation between the official situation and the kind of infor-mation that the common citizen knows and how them visualizes the reality of youth homicide in the city.

This research gives a voice to the actors involved in the local conflict and in-tend to show the reality of thousands of young men and women, reported as as-sassinated, to keep their memories alive and to bring actions in the future, able to transform Medellin’s reality.


PRESENTACIÓN

La Pastoral Social de Medellín y los beneficiarios del proyecto Jóvenes líde-res con incidencia sociopolítica de Medellín, al realizar un análisis sobre la

situación de los jóvenes y sus principales problemáticas en la ciudad de Medellín, realizaron un diagnóstico rápido participativo en 2009 donde se agruparon cuatro grandes categorías de problemas a atender: La familia, la economía, la educación y la convivencia.

A partir de allí, se le prestó atención al tema de la convivencia por la partici-pación en el grupo de jóvenes artistas de rap, hip hop y otros ritmos musicales, quienes participaron en la movilización por la muerte de jóvenes raperos en la comuna 13. A partir de ese momento, algunos beneficiarios quisieron proponer una investigación sobre la forma cómo el homicidio ha afectado a los jóvenes de la ciudad.

De allí se constituyó un equipo de trabajo conformado por el Coordinador del proyecto, Carlos Fernando Timaná Kure, una de las beneficiarias con más expe-riencia en investigación, Leidy Catalina Valencia, politóloga de la Universidad Na-cional y el practicante de sociología de la Pastoral Social, Sergio González Franco de la Universidad de Antioquia y un amplio grupo de colaboradores, quienes a lo largo del proceso recibieron formación para el desarrollo de este proyecto inves-tigativo.

El objetivo que se trazó la investigación fue brindar un panorama amplio sobre la situación del homicidio de los jóvenes en Medellín, qué tipo de jóven es el que pierde la vida, las circunstancias en que este fenómeno tiene lugar en la ciudad, la dinámica en los diferentes territorios, quienes están atrás de este tipo de ho-micidios, la forma como los medios cubren este tema y las acciones que se han llevado a cabo por parte de la administración municipal para atender esta proble-mática.

Para tener un acervo importante de material documental que brindara infor-

mación para poder analizar nuestro problema de estudio se seleccionó el trabajo


realizado a lo largo de 30 años por el Instituto Popular de Capacitación (IPC), cuyo centro de documentación fue utilizado para la realización del marco teórico de esta investigación.

Por otro lado recurrimos a las entidades públicas y a la administración muni-cipal para tener información oficial sobre cifras de homicidios y programas rea-lizados para atender el fenómeno de la vinculación de los jóvenes a la violencia, de allí que se hayan enviado derechos de petición a la Secretaría de Gobierno, el Instituto Nacional de Medicina Legal, a la Policía Nacional, el CTI de la Fiscalía y la Personería de Medellín.

Con los informes que nos suministró la Personería de Medellín, se realizó un mapa de las bandas delincuenciales de la ciudad y “combos” que operan en las diferentes zonas. Con los datos ofrecidos por Medicina Legal y la Policía Nacional, se realizó la sistematización de tasas porcentuales de homicidio juvenil1 de enero a septiembre de 2011.

También se realizó un monitoreo de prensa a los periódicos de mayor circula-ción a nivel local, Q`hubo y El Colombiano, para contrastar los datos oficiales con el cubrimiento que realizan del fenómeno de los homicidios juveniles los medios de comunicación escrita.

El tema del homicidio juvenil fue tomado bajo cuatro categorías de análisis, que se podrán ver a lo largo y ancho de todo el escrito, las cuales son lugar, móvil, modalidad y actores.

1 Para la realización de la investigación se tomó como joven a la persona entre 14 y 26 años, al ceñirnos a la edad que estipula la ley 375 de 1997.


Introducción

Medellín, la violencia debe cesar

En los últimos 20 años, según cifras de Medicina Legal, Medellín ha tenido cerca de 65.000 homicidios, lo cual nos refleja la brutalidad de la violencia

que hemos vivido en esta ciudad. Las principales víctimas de este baño de sangre han sido los hombres jóvenes de los barrios populares, aunque también han sido asesinadas personas de todos los estratos sociales, de todas las edades, y un nú-mero considerable de mujeres. El principal instrumento utilizado para cometer los crímenes son las armas de fuego, aunque hay una variada gama de formas en que los victimarios eliminan a sus víctimas. Y aunque la tendencia en el último año re-presenta un significativo descenso de los homicidios con respecto al año anterior, y que evidentemente estamos muy por debajo de las tasas de la primera mitad de los años 90 cuando la ciudad presentaba tasas de homicidios superiores a los 300 homicidios por cada cien mil habitantes (hcmh); una tasa de homicidios como la que tendremos este año, cercana a los 70 hcmh nos coloca muy por encima de la media latinoamericana y colombiana.

Las causas de esta dramática situación son múltiples, pero en lo que la ma-yoría de los analistas coinciden es que un aporte muy significativo se debe a la existencia en la ciudad de un entramado complejo de organizaciones criminales, vinculadas de diferentes maneras al negocio del narcotráfico, las cuales ejecutan acciones de violencia homicida en el marco de los procesos de reconfiguración y estructuración de todo tipo de mercados criminales. Aunque no es muy fácil es-tablecer cuantos homicidios cada año son consecuencia de las acciones de estas organizaciones y cuántos son producto de otros procesos dada la articulación de las acciones de estos grupos con otras dinámicas sociales, se puede afirmar que la clave para avanzar en el fortalecimiento de un modelo de convivencia democrá-tica pasa en una buena medida por el desmantelamiento de estas estructuras y por la reducción de las condiciones que han permitido su existencia durante las últimas tres décadas.


No obstante, esta labor no será nada fácil. Las organizaciones criminales de la ciudad han fortalecido algunos elementos de su accionar que les han generado gran fortaleza, y una enorme capacidad de adaptación a los cambios de su en-torno. En primer lugar, son organizaciones que en su mayoría están vinculadas a estructuras nacionales, las cuales a su vez hacen parte de verdaderas cadenas multinacionales del crimen, involucradas en tráficos de sustancias ilícitas, armas y personas, en alianza con otras organizaciones criminales de Centroamérica y México fundamentalmente.

En segundo lugar, estas organizaciones en lo local no sólo se dedican a la co-mercialización de sustancias ilícitas, lo que se ha denominado narcomenudeo, sino que además desarrollan otras actividades ilegales como la extorsión y el robo a gran escala, al tiempo que legalizan dineros de las actividades ilegales a través de una red de lavado de activos que está infiltrada en la economía legal, en campos como el comercio, los negocios inmobiliarios, los juegos de azar y el transporte, entre otros.

Pero hay dos dimensiones de su accionar que son muy preocupantes y que deben ser destacadas, su infiltración y alianza con sectores políticos y sociales le-gales y su incidencia sobre la vida cotidiana de los habitantes de los territorios que controlan. Sobre sus relaciones con sectores tradicionales, las investigaciones realizadas en los últimos años en el país sobre el fenómeno paramilitar han per-mitido identificar que en una buena parte del territorio nacional se desarrolló una poderosa alianza criminal entre organizaciones del narcotráfico y la delincuencia común con sectores de las élites para generar un proceso de violencia que debía generar una reorganización del poder político y social en Colombia, fortaleciendo la influencia de ciertos sectores políticos y provocando una contra-reforma agra-ria de una magnitud sin antecedentes en la historia reciente del país. En el caso de Medellín, esta alianza criminal se expresó en la confluencia entre oficinas del narcotráfico y sectores legales e institucionales, quienes bajo la premisa de ex-pulsar a las milicias insurgentes de los barrios de la ciudad, intentaron generar la consolidación de un bloque de poder político y social hegemónico, lo que se frus-tró al menos electoralmente en la ciudad pero si se logró en otros municipios del Valle de Aburrá y del Departamento de Antioquia, y que se ha comenzado a revelar en los procesos judiciales sobre infiltración criminal en diversas organizaciones del Estado en Medellín, así como en la evidente participación en actividades crimi-nales de personas representativas de sectores económicos, políticos y sociales tradicionales.


Estas organizaciones criminales también han logrado perfeccionar los me-canismos de dominación sobre los habitantes de sus territorios, mediante el de-sarrollo de procesos de legitimación política y social, lo cual les genera una alta simpatía entre las personas de sus entornos. Luego de varios años de aprendi-zajes, estos grupos armados han perfeccionado los procedimientos para obtener la legitimidad de su existencia y accionar, pues no sólo a través de la violencia se somete a los pobladores, sino también a través de la oferta de beneficios en lógicas de clientelismo armado y gestión ilegal de recursos para los menos fa-vorecidos. Por eso, se presentan alianzas electorales para el favorecimiento de determinados grupos políticos, junto con intentos exitosos en algunos casos, de capturar recursos públicos mediante la incidencia ilegal en procesos de participa-ción ciudadana.

El reto para Medellín es en varios niveles, uno muy necesario y que a veces se desprecia en la ciudad, es mantener el análisis, la interpretación alrededor de lo que sucede en la ciudad, pues debemos escapar de la idea equivocada de que es-tamos sobre-diagnosticados. Además, se requiere pensar soluciones ingeniosas, no seguir aplicando la misma receta de los últimos 20 años centrada en solucio-nes fracasadas como el incremento del pie de fuerza y los dispositivos tecnoló-gicos de control a la seguridad, pues evidentemente este modelo ha demostrado enormes falencias en su propósito de erradicar la criminalidad a gran escala que vive la ciudad.

Pero junto con las acciones institucionales, hay una necesidad de transformar de manera radical algunos componentes de nuestra cultura política y nuestros referentes éticos, en el sentido en que no puede haber nada que justifique el uso de la violencia para la consecución de lo que se pretende. Los respaldos obtenidos por sectores criminales entre la sociedad, para el desarrollo de sus actividades violentas son una clara limitación para la constitución de una sociedad democrá-tica, respetuosa de la vida y la dignidad humana en nuestra ciudad.

Max Yuri Gil RamírezSociólogoMedellín, diciembre de 2011


1. COLOMBIA: ENTRE ILUSIONES DE PAZ YREALIDADES DE GUERRA

El Estado Colombiano como los demás, nació y se desarrolló a partir de la guerra, pero a diferencia de la gran mayoría, ha permanecido en ella de ma-

nera constante, a lo largo de toda su historia. Desde las numerosas guerras civiles que afrontó el naciente Estado en el siglo XIX, hasta la actualidad, todo el territorio Colombiano, en mayor o menor medida, se ha visto afectado por las guerras y las violencias de distinta índole que se han presentado.

No obstante, a partir del período de la denominada “Violencia” que tuvo lugar durante 1948-1953 aproximadamente, el conflicto se instaló de manera perma-nente –aunque con diferentes grados de intensidad a lo largo de más de medio siglo– en la vida de los colombianos. La Violencia partidista implicó la masacre y agresión permanente entre liberales y conservadores en todos los puntos del país, propiciando el escenario perfecto para la aparición de estructuras de autode-fensa y guerrillas en diferentes partes del territorio.

Surge en 1958 y por un período de 16 años, el denominado frente nacional, como un intento por parte de los bandos en disputa por alcanzar la paz mediante la Unidad Nacional. Este acuerdo supuso la alternancia en el poder de ambos parti-dos políticos durante 4 períodos presidenciales, además de la distribución en por-centajes similares, de los diferentes cargos públicos. En efecto, el frente nacional logró acabar –al menos en el papel– con el enfrentamiento violento entre las dos principales fuerzas políticas nacionales, sin embargo, la paz aún se encontraría lejos de ser visibilizada por los colombianos, ya que la restricción democrática consecuente del pacto para la alternancia del poder de los partidos políticos li-beral y conservador, dejó por fuera otras manifestaciones e ideologías políticas, surgidas en un contexto nacional en proceso de transformación, generando, un clima de inestabilidad e inconformismo político y social. Este inconformismo con-dujo al surgimiento y consolidación de una serie de guerrillas que bajo una idea de revolución que se vio alimentada por el efecto producido por la Revolución Cubana


en todo el continente, marcó una nueva e inconclusa etapa en el conflicto armado en Colombia.

Con el paso de los años, muchas de estas organizaciones guerrilleras fueron desintegrándose o desmovilizándose. No obstante, guerrillas como las FARC y el Ejército de liberación nacional (ELN) aún continúan inmersas en la lucha armada, pese a las innumerables estrategias militares y políticas para darles fin.

A lo anterior, se suman dos importantes actores que diversificarían, prolon-garían y degradarían el conflicto armado: el narcotráfico y el paramilitarismo. El primero, es considerado el motor principal de la permanencia de la guerra, más allá de cualquier ideología o visión de país defendida en el pasado, considerando que las raíces de ambas situaciones obedecen a problemáticas sociales las cua-les poco a poco ha ido redimiéndose. Es precisamente el narcotráfico, el elemento que ha alimentado el conflicto, ya sea como fin o medio del mismo. En otras pa-labras, si bien en algún momento fue el medio para captar recursos para hacer la guerra, hoy en día, el lucro obtenido a partir de esta actividad ilícita, es el principal fin de los diferentes grupos armados al margen de la ley vigentes en la actualidad.

El paramilitarismo surge inicialmente como una especie de “seguridad priva-da” en respuesta de ganaderos y comerciantes, ante las extorsiones de los dife-rentes grupos guerrilleros en todo el país2. Con el tiempo, estos grupos se van estructurando, entrenando, y expandiendo por todo el territorio, entrando en con-flicto directo y a muerte con las guerrillas. Se organizan los diferentes grupos de todo el país, en torno a lo que se denominó Autodefensas Unidas de Colombia- AUC- consolidándose como actor fundamental del conflicto armado, el cual, en al-gunos casos, tuvo colaboración por parte de diferentes fuerzas del Estado, en su lucha contra la guerrilla.

Las AUC comienzan durante el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, un proceso masivo de desmovilización de sus diferentes bloques, al punto de extin-guirse como mega organización, pero prevalece vigente su fantasma y estela de muerte, a través de diferentes organizaciones criminales, dirigidas en su mayoría, por antiguos mandos medios de las autodefensas. Al respecto hay otra postura y es que cuando se desmovilizaron las AUC no se entregaron quienes debían sino que hubo un montaje ficticio, buscando no lastimar la estructura de la organiza-ción y desplegando un sin número sujetos vinculados al conflicto para la entrega de armas y uniformes ante el Estado.

2 Esta es una de las versiones impulsadas por los grupos de paramilitares para explicar su surgimiento, pero hay otras versiones que identifican que desde siempre hubo relaciones de continuidad entre paras y estado.


A continuación se abordará de manera general, el presente del conflicto arma-do en Colombia, a partir de los actores protagónicos del mismo, y las perspectivas de guerra o paz para la resolución de éste.

LA DESMOVILIZACIÓN DE LAS AUC Y EL SURGIMIENTODE LAS BANDAS CRIMINALES3

Tras la desmovilización colectiva de casi la totalidad de los diferentes bloques que conformaban las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia –AUC–, se produce una reconfiguración del conflicto armado en Colombia, con una conse-cuente reacomodación de actores, estrategias, alianzas e intereses.

La posterior extradición a los Estados Unidos de los principales jefes paramili-tares conduce, además, a la atomización de las estructuras criminales ligadas al paramilitarismo y el narcotráfico, propiciando una serie de disputas a lo largo y ancho del territorio nacional, por el control de diferentes rentas legales e ilegales, asociadas a estas organizaciones.

Surgen entonces, las denominadas Bandas Criminales, como reductos de los antiguos grupos paramilitares, lideradas por antiguos mandos medios de las AUC, e integradas por desmovilizados reincidentes en el delito, paramilitares que nun-ca se acogieron al proceso de desmovilización, y nuevos miembros reclutados en todas partes del país.

Puede entenderse por bandas criminales -bacrim- como las estructuras ar-madas al margen de la ley, altamente organizadas y jerarquizadas, híbridas de grupos paramilitares, grupos de narcotraficantes y la delincuencia común organi-zada, cuyo negocio principal –más no exclusivo– deriva del narcotráfico.

Las bandas criminales han irrumpido con fuerza en los escenarios locales, re-gionales y nacionales, propiciando una nueva e importante etapa del conflicto en Colombia. Estas bandas criminales, se encuentran asociadas en el imaginario co-lectivo como bandas emergentes del paramilitarismo, sin que esto implique que todos quienes las conforman, hayan participado en el proceso de desmovilización que se adelantó en el país a partir de 2003. De hecho, varias de estas estructuras son lideradas por mandos medios de las antiguas AUC que no participaron acti-

3 Existe una fuerte discusión en diversos sectores frente a la denominación que estas organizaciones deben recibir. Algunos hablan de neoparamilitarismo, otros de grupos narcoparamilitares y la gran mayoría las cataloga como bandas criminales- bacrim. Esta última, es la denominación que ha adoptado el gobierno nacional y los principales medios de comunicación y la que se adopta en el presente texto.


vamente en el proceso; siendo lastimosamente también elevado el porcentaje de desmovilizados reincidentes en la criminalidad que conforman estas estructuras, situación que conlleva a que varias de sus prácticas y metodologías se relacionen íntimamente con las empleadas en el pasado por las AUC.

No obstante, son marcadas las diferencias entre los antiguos grupos de las Autodefensas Unidas de Colombia y las bacrim, las segundas, sostienen un difuso carácter anti-insurgente contrario a las AUC cuando se situaban en su momento culmen, de hecho, son varias las alianzas estratégicas que se han tejido en di-ferentes puntos del territorio nacional, entre los antiguos enemigos a muerte, a saber, entre las diferentes guerrillas y las bandas criminales, en pro del control de las rutas de transporte de narcóticos, armamento, contrabando, y las zonas de cultivo y producción de sustancias ilícitas.

Según el Instituto de Estudios para el desarrollo y la Paz -INDEPAZ- en su sexto informe sobre el paramilitarismo, se pueden identificar durante el primer semes-tre de 2011, acciones de grupos narco paramilitares o bacrim, en 347 municipios y 31 departamentos del territorio nacional, indicio claro de la expansión y consoli-dación de estas organizaciones.

Tabla 1. Comparativo de departamentos y municipios con registros de presencia degrupos narcoparamilitares

2008 2009 2010 2011 / 1 semestre

Departamentos 31 30 32 31

Municipios 259 278 360 347

Esta situación ha llevado a una expansión del conflicto, el cual, no se encuen-tra relegado a las zonas rurales, sino que ha también repercutido en los grandes centros urbanos, mediante la proliferación de organizaciones delincuenciales ba-rriales bajo el mando de las grandes bandas criminales. En los últimos años en las principales ciudades del país, puede evidenciarse un aumento en la percepción de inseguridad de los ciudadanos, a la par del incremento de cifras que indican la constante violación de derechos humanos.

Se han podido identificar varias bandas criminales en distintos puntos del te-rritorio, en disputa por las rentas del narcotráfico en primer lugar, y de otros nego-cios como las extorsiones, la minería ilegal, el microtráfico, entre otros. Destacan las bandas de los Rastrojos, los Urabeños, los Paisas, la Oficina de Envigado, Águi-las negras, ERPAC, como las bacrim de mayor expansión y poder en la actualidad.


En el último año, puede evidenciarse una expansión de estas organizaciones armadas, hacia el Norte del país y territorios de frontera.

Los Rastrojos: Tienen su origen en el Valle del Cauca, bajo el mando del narcotraficante Wilber

Varela, alias “Jabón”, asesinado en Venezuela en 2008. Actualmente son los de-nominados “hermanos comba”: Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna, quienes dirigen esta organización, la cual viene expandiendo su poderío criminal en vastas e importantes zonas del territorio nacional. Esta Banda criminal está conformada por unos 1.257 hombres, y tendrían presencia en 48 municipios.

Los Urabeños: Cuentan con 1.351 hombres en sus filas, tiene presencia en 95 municipios y

su jefe es identificado como Darío Antonio Úsuga, alias “Otoniel”. Son considera-das la segunda banda criminal en importancia, después de Los Rastrojos.

Los Paisas: Conformada por 350 hombres y con presencia en 26 municipios, su jefe es el

peligroso Narcotraficante Maximiliano Bonilla, más conocido como “Valenciano”, jefe además de una de las facciones de la denominada “Oficina de Envigado” y pa-trocinador de varios combos delincuenciales de la ciudad de Medellín. “Valencia-no” fue capturado en Venezuela a finales del mes de Noviembre de 2011, situación que si bien puede considerarse una victoria sobre el crimen organizado, y un posi-tivo resultado de la cooperación naciente con el país vecino, supone una profunda reacomodación del conflicto en la ciudad de Medellín, y otros territorios en los cua-les Maximiliano Bonilla y sus organizaciones criminales ejercían un fuerte control.

Águilas Negras: Surgen originalmente en el norte de Santander, con acciones en Caquetá, An-

tioquia, Cesar y Bolívar. De acuerdo con la Comisión Nacional de Reparación y Re-conciliación – CNRR – cuentan con un promedio de 4.000 hombres, con presencia en 200 municipios de 22 departamentos. Al parecer, la facción del Cauca se habría aliado con los Rastrojos. Se estima que en el Norte del País, específicamente en la frontera con Venezuela y la Costa Atlántica, operan unos 1.300 hombres, y otros 1.200 hacen presencia en las zonas de Urabá, Córdoba, Sur de Sucre y Magdale-na Medio, territorios tradicionales de asentamiento de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia. Además en el pie de monte llanero, cerca de 950 hombres se disputan el dominio de Meta, Vichada, Casanare y Arauca. Se estima además que cerca de 650 hombres actúan en la zona de Nariño, Cauca y norte del Valle.


Vale la pena resaltar que las Águilas Negras pueden ser consideradas como el primer y más grande grupo emergente de las AUC.

Oficina de Envigado: Dirigida en un principio por el extraditado Diego Fernando Murillo, alias “Don

Berna”, y concebida inicialmente como una “oficina de cobros”, mediante el uso del sicariato. Su antiguo jefe, fue considerado incluso como el amo y señor de Me-dellín y el Valle de Aburrá hasta hace pocos años. Era tal el poder de alias “Don Berna”, que en Medellín, irónicamente, muchos no hablaban de Gobernabilidad, sino de la “Donbernabilidad”, cuestionando así el poder administrativo. Con la ex-tradición de “Don Berna”, la Oficina de Envigado se fraccionó y los antes sicarios, se convirtieron en jefes, comenzando una guerra entre ellos por el control. Dichas facciones corresponden a las de alias “Valenciano” y alias “Sebastián”. No sobra decir que la guerra que estos criminales libran desde hace unos años, ha cobrado la vida de cientos de personas en la ciudad.

Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia – ERPAC:Es una de las bandas criminales con mayor poder, surgida a partir de la des-

movilización de las AUC considerado como el heredero directo de los territorios y capacidad militar del denominado Bloque Centauros de la misma organización. Su acción está concentrada en la región de la Orinoquía Colombiana y contaría con más de 700 hombres en sus filas. Liderada por el extinto y temido Narcotraficante Pedro Oliviero, alias “Cuchillo” y por Daniel Barrera, alias el “Loco Barrera”, uno de los narcotraficantes más buscados por el gobierno Colombiano. Para el mes de diciembre alrededor de 300 de sus hombres se desmovilizaron bajo el comando de José Heberto López alias “caracho”.

LAS FARC: PESADILLA SIN FIN

Por su parte, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC–EP– continúan jugando un papel protagónico en el panorama nacional, pese a ser am-pliamente golpeadas en los últimos años, gracias a las estrategias en materia de seguridad implementadas por los gobiernos Uribe-Santos.

Las FARC, visiblemente diezmadas, han adoptado un cambio en su estrategia militar, siendo visible el aumento en las acciones terroristas en los últimos meses, como respuestas desesperadas ante la intensiva ofensiva militar. Se han replega-do en tradicionales retaguardias guerrilleras y zonas de frontera.


En los últimos tres años, las FARC han perdido en diferentes operaciones mi-litares, a varios de sus más altos mandos, como lo eran Luis Édgar Devia Silva, alias “Raúl Reyes” y Víctor Julio Suárez Rojas, más conocido como Jorge Briceño o “Mono Jojoy” además de la muerte de su máximo jefe, Manuel Marulanda Vélez “tirofijo” en 2008 por causas naturales. Su sucesor, Guillermo León Sáenz Vargas, más conocido bajo el alias de “Alfonso Cano” tuvo que enfrentar el reto de recom-poner al grupo armado, y permanecer vigente en el escenario nacional, mientras que enfrentaba la dura ofensiva militar y el rechazo reiterado de la sociedad co-lombiana. Finalmente, las Fuerzas militares darían de baja a Cano, en zona rural del departamento del Cauca, en el mes de Noviembre de 2011. La muerte de Cano, si bien fue noticia de interés nacional e internacional, no despertó el mismo sen-sacionalismo que en otras épocas, hubiera despertado el abatimiento del máximo jefe de esta organización. Lo anterior, es muestra clara de la pérdida de poder de las FARC, que no obstante, permanecen como un grupo activo dentro del panora-ma del conflicto armado en Colombia.

El actual jefe máximo de este grupo guerrillero es Rodrigo Londoño Echeverri, mejor conocido bajo los nombres de Timoleón Jiménez o “Timochenko”, de quien algunos presumen se encontraría en territorio Venezolano. No obstante al seguir vigentes en diferentes territorios y en los medios de comunicación, las FARC ya no son consideradas como defensoras de una ideología, no tienen un mando uni-ficado, ni posibilidades reales de llegar al poder, pero si la capacidad militar para seguir causando daño a la sociedad colombiana.

EL GOBIERNO NACIONAL Y LOS RETOS DE SEGURIDAD

Los últimos períodos presidenciales en Colombia han girado en torno al tema de la seguridad y el conflicto armado nacional.

Durante el período del ex presidente Andrés Pastrana, se optó por el discurso del diálogo y la negociación, en pro de la Paz en Colombia. Todo esto, en una época en la que por momentos se llegó a pensar que las FARC, podían tomarse el Estado Colombiano. No obstante, tras el fracaso de las negociaciones del Caguán, se logró el fortalecimiento de las fuerzas militares colombianas, gracias a la cooperación de países como Estados Unidos, y a las nuevas estrategias militares y políticas que se adoptaron para hacer frente a las guerrillas.

Los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, estuvieron marcados por el discurso de la guerra a partir de la famosa política de Seguridad Democrática


como sello característico de su mandato. La ofensiva militar se incrementó con-siderablemente, propiciando la recuperación de territorios vedados para el Estado en el pasado. Se fortaleció la institucionalidad en lugares en los que el Estado Co-lombiano era totalmente inexistente, recuperando también el libre tránsito por las principales carreteras del país.

A la par de la ofensiva militar contra las guerrillas, se produjo un proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia, que conllevó a la desmovilización de los bloques que la conformaban con el consecuente cambio en el mapa de ac-tores del conflicto en Colombia.

Pese al éxito que se le atribuye a la Política de Seguridad democrática, las FARC aún siguen vigentes, débiles, dispersas y sin posibilidades reales de ganar, pero con todas las herramientas para seguir causando algún daño a la población civil e incluso a las fuerzas militares. Además, el proceso de desmovilización con las AUC ha quedado en entredicho ante el rearme de estos actores y los escándalos sobre falsas desmovilizaciones. Todo esto, a la par de escándalos de corrupción, espio-naje a la oposición y violación de derechos humanos durante la era Uribe Vélez.

Ahora bien, con el relevo de mando en Agosto de 2010, asume el poder Juan Manuel Santos, heredero del legado Uribe, pero quien en su primer año de manda-to ha marcado claras diferencias con su antecesor.

Santos ha mantenido una clara y contundente ofensiva militar contra las FARC y otras estructuras criminales como las bacrim. No obstante ha debido enfrentar un aumento en la intensidad del conflicto armado, ante la proliferación y expan-sión de nuevas estructuras y la alta percepción de inseguridad tanto en zonas rurales como en las urbanas.

Durante el primer año de mandato de Santos, se destaca además de los con-tundentes golpes militares, la creación de un amplio marco jurídico para combatir la criminalidad en todas sus presentaciones.

Este marco jurídico incluye una importante iniciativa con la cual se encontraba en mora el Estado Colombiano, a saber, la ley de víctimas, en la que se establece el marco para el reconocimiento y reparación integral de las diferentes víctimas del conflicto armado, sin perjuicio del actor que haya cometido el crimen (guerri-llas, paramilitares, fuerza pública). Además, en el proceso de aprobación de esta ley, se reconoció la existencia de un conflicto armado interno en Colombia, hecho histórico que facilita el reconocimiento de las víctimas y que abre una pequeña


posibilidad de una salida negociada al conflicto. Este reconocimiento representó un claro distanciamiento entre el presidente Santos y el ex presidente Uribe.

Otro factor que ha diferenciado ambos gobiernos es el manejo de las relaciones internacionales, ante la evidente internacionalización del conflicto armado en Co-lombia. Santos, ha procurado un acercamiento con los gobiernos vecinos, en pro-cura de estrategias conjuntas de seguridad e importantes alianzas comerciales.

Sin embargo, los retos en materia de seguridad que le esperan a Juan Manuel Santos son de gran envergadura, dada la alta capacidad de los diferentes actores ilegales para adaptarse y sobrevivir a las estrategias que pretenden darles fin.

POSIBLE FUTURO DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA

Tantas décadas de guerra con la consecuente degradación del conflicto en Co-lombia han planteado una dinámica política, económica y social marcada por las necesidades e intereses del conflicto armado. Así pues, la finalización definitiva del conflicto armado, supondría una profunda transformación de la sociedad en todas sus esferas, para la cual, tal vez no esté preparada aún.

De hecho, las exorbitantes cantidades de dinero que giran alrededor del con-flicto armado en el País, suponen un dinamismo en la economía nacional que, pa-radójicamente, ha llegado a blindar en ciertos momentos el desempeño en esta área. Por otro lado, la reintegración a la vida civil de decenas de miles de comba-tientes activos, supondría la generación de programas que procuren la reintegra-ción integral a la sociedad civil, superando las dificultades que se han presentado en los procesos actuales. Y, más importante aún, propiciar un escenario de recon-ciliación para evitar que se repita el círculo vicioso que la guerra ha marcado en varias generaciones de colombianos.

Más allá de lo que pueda ocurrir ante un futuro desenlace del conflicto armado en Colombia, la pregunta que embarga desde hace décadas las mentes de propios y extraños es: ¿Será posible la solución definitiva del conflicto armado en Colom-bia y por ende, alcanzar la tan anhelada Paz?

Al respecto, una posible salida al conflicto no parece ser posible en el corto ni mediano plazo. De hecho, parece ser que la sociedad, los victimarios y el Estado, han quedado enfrascados en un conflicto sin salida que beneficia generosamente a unos pocos, pero que lastima profundamente a la gran mayoría de habitantes


del territorio Colombiano. Por otro lado, tampoco puede pensarse en que la apues-ta militar sea la única estrategia para lograr la paz, ya que propiciaría la perpetua-ción del odio y la venganza. Más bien, debe apostarse por una estrategia mixta de múltiple alcance, que procure el debilitamiento militar de todas las estructuras armadas al margen de la ley, hasta el punto que la única salida viable para estas organizaciones sea la negociación, en la cual ambas partes estén dispuestas a ceder un poco, con el único propósito de lograr la reconciliación, sin ésta, no habrá paz aunque se encarcele o se dé de baja a altos mandos y combatientes.

En conclusión, en caso de que pueda darse una solución definitiva al conflicto armado en Colombia, esta solo se puede darse mediante un proceso de paz, ya sea impulsado inicialmente por una estrategia militar, o mediante un acercamien-to político permanente. Una solución netamente militar, solo llevará a un cambio de mandos, una restructuración de actores y un reciclaje de estrategias militares y tal vez a un falso panorama de tranquilidad o tensa calma, pero nunca conducirá a una auténtica paz.


2. UNA HISTORIOGRAFIA DE LOS COMBOS

Para exponer el fenómeno social de los combos quisimos explicar los en-frentamientos de los mismos con la premisa de que estos actores están

inmersos bajo el problema del narcotráfico y microtráfico de drogas, que han pa-sado por un proceso de reconfiguración tras la desmovilización de las AUC (Obser-vatorio de derechos humanos, 2011, 30). Para el general Óscar Naranjo, Director de la Policía Nacional, estas nuevas organizaciones delictivas tienen como factor detonante las ollas de vicio, expendios de droga y refugio de jíbaros, donde según él “hemos pasado de ser, en los últimos 20 años, de un país productor a uno con-sumidor” (Naranjo, 2009). Según miembros del IPC en el discurso del General se encuentran vacíos entre la escalada de la violencia y su relación existente con el proceso de desmovilización de grupos paramilitares. Para el general la cifra de capturados desmovilizados era poca ante el número de capturas de personas sin antecedentes (Naranjo, 2009). El ex asesor de Paz de Antioquia, Jaime Fajardo Landaeta, mencionó que el proceso de desmovilización de las Autodefensas inter-vino en la violencia de la ciudad “esas estructuras llegaron a dominar los combos, muchos de sus jefes estuvieron en los campamentos y se desmovilizaron en dos bloques, pero el Gobierno no permitió incluir a los combos ni su sometimiento a la ley de justicia y paz, y esto generó que muchos de estos grupos permanecieran en la ilegalidad” (Monroy, 2009, 10A).

Sin embargo, el problema no gira sólo entorno a los reinsertados, sino también al enfrentamiento de grupos criminales, los cuales buscan -según el IPC- a los desmovilizados para reclutarlos, ofreciéndoles sumas de dinero entre el millón y el millón y medio de pesos, mediante amenazas o la intimidación, y es que aho-ra los grupos delincuenciales con hombres reclutados de las Autodefensas están dejando sus procesos de formación y acompañamiento psicosocial y retornando al ejercicio del control y la violencia en varios territorios de nuestro país. Esto ha ocasionado que en materia de seguridad para la ciudad, los indicadores no sean muy alentadores; según la encuesta de percepción ciudadana, Medellín Cómo Va-mos 2011, en la zona centro-occidental, donde se encuentra la Comuna 13, y la zona centro-oriental, donde están las comunas 8 (Villa Hermosa), 9 (Buenos Aires), y 10 (La Candelaria) se sitúan las zonas que menos perciben la seguridad


en la ciudad; y según los indicadores de la encuesta, los niveles de seguridad, en una escala de 1 a 5, siendo uno nada segura la ciudad y 5 muy segura la ciudad se ubica en un 3,3 (Medellín cómo vamos, 2011).

La solución al conflicto no estaría per se en las capturas de los cabecillas de es-tos grupos al servicio del narcotráfico, pues hemos visto como a lo largo de los años estas estructuras se han reacomodado interiormente por lo que es factible que así como han capturado o dado de baja a cabecillas como alias “Valenciano”, “Beto”, “Yiyo” o “Douglas”, nuevos protagonistas del conflicto aparecerán para relevarlos.

Ahora bien, si analizamos los datos del Instituto Nacional de Medicina Legal, los cuales veremos más adelante detenidamente, nos vamos a encontrar con que en la Comuna 10 la mayoría de homicidios se deben a la delincuencia común, y no por enfrentamientos entre combos y sicariato, como ocurre en las comunas 5, 6, 8 y 13, este hecho es otro punto a analizar posteriormente, ya que contradice la aproximación que sostiene que el eje central del conflicto son principalmente las plazas de vicio.

Para el exalcalde de Medellín, Alonso Salazar, el fenómeno de la delincuencia común no es más que un espacio dejado en las estructuras de mando y su res-quebrajamiento en Medellín (Macías, 2009).

Aquí se toca un punto coyuntural, el territorio, que sirve de plataforma para que los grupos desplieguen su control espacial, lo que redunda en mayores in-gresos, ya que por medio del control territorial llega toda una empresa del crimen organizado la cual se lucra a través de la explotación de recursos públicos, con-trabando, narcotráfico, extorsión, impuestos por vigilancia y por vacunas al trans-porte público (Instituto Popular de Capacitación, 2011, 41).

Después de Pablo Escobar, las personas asociadas a él y la banda de “Los Pe-pes” no desaparecieron, sino que se reconfiguraron bajo otros nombres como la actual y polémica “Oficina de Envigado”; quienes encontraron en la protección vio-lenta una nueva forma de riqueza, protección brindada a los mercados minoristas, al microcrédito informal, a los juegos de azar, entre otras actividades. Ellos se han convertido, tras la caída en producción de cocaína, en un nuevo mecanismo para la supervivencia (Bedoya, 2010, 19).

Ahora bien, para los jóvenes de la cuidad, es muy fácil vincularse con este tipo de agrupaciones, pero ¿a qué se debe que los jóvenes quieran vincularse al nego-cio, de lo que Jairo Bedoya -miembro del IPC- denomina como, protección violen-


ta? o ¿Por qué encuentran los jóvenes en las plazas de vicio su subsistencia?, la respuesta puede estar direccionada en los valores inculcados en la familia, y en la historia de los barrios. Apostar en un proyecto de vida basado en medir la virilidad y el inmediatismo para la preservación de la subsistencia, sin interés en vivir pro-cesos paulatinos de desarrollo, como lo son el trabajo asalariado y la educación, ocasiona que estos jóvenes en primera instancia, sean los más asesinados en lo corrido del año 2011, según informes de Medicina Legal, en su lucha por el domi-nio del micro-tráfico de drogas en las esquinas de los barrios, o el cobro de vacu-nas a las rutas de buses como lo denunció El Colombiano (Saldarriaga, 2011, 7A):

En una entrevista realizada al sociólogo Max Yuri Gil Ramírez, miembro del Ins-tituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, se le cuestionó el por qué de la vinculación de los jóvenes a las redes criminales de la ciudad:

1. “Muchos de los jóvenes desarrollan vidas muy marginales, con muy baja expectativa debido a sus posibilidades. Creo que las metas como el estudio y el trabajo están en crisis” (entrevista concedida por Gil, 2011).

2. Otro punto es el deseo del enriquecimiento al instante, (escenario que pro-picia varios niveles de socialización y alternativas diferentes a las brinda-das en el hogar) “hay que aprender cómo desear y cómo transformar lo que estos jóvenes inmiscuidos en el conflicto desean” (entrevista concedida por Gil, 2011).


3. “La existencia de estos grupos armados se están naturalizado en los terri-torios, y al hacerse parte de la vida cotidiana, nosotros (los ajenos a terri-torios donde incide fuertemente la violencia) vamos donde hay un grupo armado e inmediatamente prendemos las alarmas; pero para ellos no, di-chos actores han nacido y crecido allí y ven como natural su vinculación a un grupo armado. Además de la estrategia la vinculación de niños y niñas a las bandas criminales desde muy temprana edad, hace que no haya reac-ción frente a estos grupos armados y es así como en muchos territorios podemos encontrar a niños de 8 años vinculados a grupos armados; co-brando extorsión, armando droga, vendiendo droga y/o transportando dro-ga, etc. todos sabemos que los chicos entre más temprana edad menos capacidad de discernimiento tienen” (entrevista concedida por Gil, 2011).

Uno de los episodios que tuvo lugar en el pasado cercano, fue la llamada lim-pieza social. Los combos ya no sólo iban en torno al microtrafico de drogas y pro-tección violenta, sino que también empezaron a entregar panfletos dirigidos a diferentes grupos poblacionales como; LGBT, jóvenes, líderes comunitarios, dro-gadictos, prostitutas y ladrones. Dichos panfletos se distribuyeron en sectores vulnerables de la ciudad como La Campiña, Castilla, Manrique, Campo Valdés, Po-pular y Raudal donde se podría decir que es un mecanismo de las organizacio-nes criminales para hacer las veces de Estado. Se busca desdibujar el accionar delictivo y sicarial para obtener legitimidad frente a la comunidad, y obtener así el silencio y el reconocimiento como actor de control social.

A través de las últimas décadas, los combos y bandas delincuenciales han te-nido diferentes transformaciones en cuanto a su modus operandi. En la memoria colectiva de nuestra ciudad yacen los enfrentamientos abiertos del Cartel de Me-dellín contra el Estado, sin mencionar los enfrentamientos que vivió la ciudad en la época de los 90 cuando “se dio un auge de la oferta de protección violenta para los circuitos y transacciones ilegales, donde se generó allí la proliferación del sica-riato y de las bandas, y posteriormente la creación de escuadrones de la muerte y de los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar)” (Barajas, 2011, 10). Ahora (2011) el sicariato es el móvil por excelencia, se ha levantado otra estructura criminal donde persisten los enfrentamientos heredados del Cartel de Medellín y donde los procesos que ha vivido el paramilitarismo4 han permeado el accionar de estos nuevos actores del conflicto en la ciudad, principalmente durante y después de su proceso de desmovilización.

4 El observatorio de derechos humanos IPC para el 2009 registró que la gente atribuía la inseguridad en un 81 % a los paramilitares y en un 77% a la delincuencia común.


Si atribuimos la violencia de Medellín a la desestabilización de una estructura criminal, la cual por más de dos décadas mantuvo su poder en la ciudad y en la cual la Policía Nacional ha manifestado su interés por mantener desestabilizados los poderes mafiosos de Medellín, hay que tener en cuenta que estos grupos se reagrupan y se consolidan paulatinamente.

Alrededor de 1994 la Oficina de Envigado fue asumida por Diego Fernando Mu-rillo, alias don Berna. Después pasó a manos de Carlos Mario Aguilar, alias Rogelio, hasta que fue entregado a la justicia Norteamericana en 2008. Después, Daniel Alejandro Serna, alias “El Cabo” o “Kener” toma el mando por un corto periodo de tiempo, posteriormente, la Oficina es tomada por Leonardo Muñoz, alias “Dou-glas”, hasta que lo capturan en 2009, hasta ese año libró una guerra con Maximi-liano Bonilla, alias “Valenciano”, y quien le llega a dar la batalla seria Erik Vargas, alias Sebastián, guerra que para el 2011 aun persiste.

Al respecto la Policía Nacional reitera su compromiso de desarticular las ban-das delincuenciales en las comunas de Medellín (Secretaría de prensa presiden-cia de la república, 2009) y en su declaración expresaron allí que la oficina de envigado se ha aproximado a los combos con el fin de reclutarlos y así obtener un mayor control territorial.

Hay que entender que tras la extradición de Don Berna, la Oficina de Envigado no perdió espacio, sólo se dio un reacomodamiento de las estructuras que deben leerse detenidamente, a este respecto el sociólogo Max Yuri Gil Ramírez, explica como los combos en su restructuración se hacen a la toma de determinados sec-tores de la ciudad, como los barrios La Independencia I y II, en comuna 13, o el barrio La Sierra en la comuna 8, o el barrio Kennedy del Doce de Octubre y explica:

Las redes criminales de la ciudad, tienen dos características, la primera es su dimensión territorial fuertemente marcada, “no son grupos de delincuencia y ya” dichas organizaciones tienen un modus operandi en la extracción de los recursos del territorio, por medio de la extorsión y demás. La segunda característica plan-tea que estas redes criminales están adscritas a organizaciones más grandes como las BACRIM, como el caso de los Urabeños o los Paisas.

De acuerdo con la Fuerza Pública, Los Machos, Los Rastrojos, Los Paisas, La Banda de Urabá (antigua banda de alias don Mario); Renacer y el Ejército Revolu-cionario Popular Antiterrorista Colombiano (Erpac), son las mayores estructuras criminales actualmente vinculadas al narcotráfico. Estas estructuras han sido denominadas por el gobierno nacional como “organizaciones de carácter multide-


lictivo, independientes unas de otras, carentes de toda ideología, con capacidad para desplegarse hacia zonas donde convergen las cadenas del narcotráfico y que incluso han llegado a consolidar alianzas con grupos terroristas (Farc y ELN) y con organizaciones delincuenciales con propósitos criminales” (Criz, 2011, 19).

Para el Estado es claro que las bandas criminales (BACRIM) se hayan concen-tradas especialmente en zonas rurales, las cuales se encuentran armadas y dan cuenta de toda una organización jerárquica. Entre sus metas esta la ampliación de fronteras para propiciar espacios de explotación, toma de zonas estratégicas del narcotráfico y otras modalidades delictivas. Pasando a las áreas urbanas nos dirigimos a los combos o redes criminales las cuales siendo parte de las BACRIM, a las cuales les rinden pleitesía, dichas organizaciones según el Observatorio de derechos humanos del IPC tienen armas cortas y muchas de ellas han sido absor-bidas o financiadas por las BACRIM para ejercer el sicariato, hurtos, extorsiones, secuestros y demás, estos combos o redes criminales son un eslabón para pre-servar las rutas para el tráfico y microtráfico de drogas, armas, etc. al menos 230 municipios del país registran presencia de estas organizaciones, surgidas luego del proceso de desmovilización de los bloques de las Autodefensas Unidas de Co-lombia (AUC). En Medellín, según cifras suministradas por la Personería de Mede-llín, existen en promedio 200 grupos armados con cerca de 6.000 integrantes, dejando a la ciudad con un índice de 70 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Pues bien, para recrear el porqué de los enfrentamientos de este año, y las muertes que se han propiciado, tenemos que aproximarnos a los protagonistas y a los escenarios de estos crímenes; “en la zona nor-oriental, entre las estructuras aliadas a Valenciano contra las aliadas a Sebastián, se dispararon los homicidios. En el Popular, en Santo Domingo Savio, sectores de la Silla, la Torre y la Galera, también aumentaron pero disminuyó la violencia homicida cuando uno de los gru-pos ganó el territorio” (entrevista concedida por Ramírez, 2011). Cabe anotar que las comunas 1 y 2, según reportes de Medina Legal, de enero a septiembre de este año se reportaron 20 homicidios en cada una, quedando como las de menos muertes violentas después de la comuna 14, sector del Poblado.

Caso contrario a lo que pasa en sectores de la comuna 8 como la banda del ba-rrio la Sierra, la cual se encuentra actualmente en confrontación con la banda “Los Chamisos”. La Sierra, de enero a septiembre de este año, fue el barrio más violento de Villahermosa la cual tuvo 107 homicidios registrados según Medicina Legal, cifra cercana al número de homicidios registrados en toda la ciudad de Buenos Aires Argentina para el año 2010, la cual tuvo 168 homicidios.


También las confrontaciones están entre las comunas 5 y 6 (Guerra, 2011, 11A). Cabe citar que según el Observatorio de Derechos humanos del IPC, en Medellín hay combos menores con tamaños aproximados a 30 integrantes, pero también podemos encontrar agrupaciones como “Los Triana” con un número se-mejante a los 300.

A continuación se presenta en el territorio de Medellín un aproximado de las redes criminales propiciadas por la Personería con datos del 2009.


Ahora bien, sabemos que mientras existan varios actores buscando el con-trol del monopolio del narcotráfico y demás negocios, emergerán figuras públi-cas como bandas, combos, milicias, narcotraficantes, grupos de limpieza social, guerrilleros, paramilitares y las llamadas “oficinas”5, los cuales llevan la crimi-nalidad a mayores índices de homicidios por medio de una red intrincada de relaciones de poder (Rozema, 2007, On line), pues cada actor del conflicto bus-ca mecanismos de financiación para la defensa de su territorio, y es allí cuando empiezan a inmiscuirse en las dinámicas socio-económicas de la población civil, para usufructuar de ellas y así prevalecer ante los demás actores deseosos de un mayor dominio en la territorialidad de la ciudad. Un ejemplo de esto es el uso de menores de 13 años para la violencia, para el año 2009, se denunció en el pe-riódico El Espectador, a un ex integrante de las AUC quien planteaba como en el barrio la sierra tenía al menos 22 niños que eran de uso de los combos de la zona (Avendaño,2009, 19).

La vida de estas estructuras criminales en la ciudad se podría decir que pasa por tres momentos; su enfrentamiento abierto con el Estado, caso Cartel de Me-dellín. En segundo lugar estaría la imposición del paramilitarismo en la ciudad, la cual haciendo uso de las estructuras criminales existentes se asentó en la ciu-dad, caso Bloque Cacique Nutibara. Como tercer gran momento sería, la reconfigu-ración al interior de las estructuras criminales tras la desmovilización de las AUC.

Actualmente existen algunos investigadores creen que el eje de la confron-tación cambió, hoy en día hay un acuerdo entre los grupos de Valenciano y Se-bastián en determinados territorios para enfrentar a los grupos vinculados a los Urabeños

Y esto podría explicar cómo se empiezan a incrementar, en lo corrido del año, los homicidios en sectores como San Cristóbal, las Flores y Altavista, pues son corredores del narcotráfico entre los Urabeños y la alianza de las estructuras alia-das a Valenciano y Sebastián, así también en el sector de Castilla la banda de “los mondongueros” ha bajado su actividad.

En Medellín las confrontaciones se escalan o disminuyen en los territorios de la ciudad según los pactos o pugnas de las estructuras criminales; el IPC plantea que en Medellín hay una articulación o atomización de las bandas dependiendo del conflicto y de las hegemonías que se establezcan en esta nuestra historia.

5 En la década de los noventa la mafia se reorganizo en oficinas, donde las bandas ganaron mas independencia de las grandes estructuras del narcotráfico y se dieron a la idea de pensarse como empresas prestadoras de servicio.


LA PLAZA DE “FEDERICO”

“Federico” es el seudónimo de un joven perteneciente a los combos de la ciu-dad, el cual nos compartió, en el sector que hoy conocemos como nuevo occiden-te, su experiencia en la dinámica de estas agrupaciones.

En primer lugar plantea que en su barrio, “Las Flores” viven diferentes grupos poblacionales provenientes de diversos lugares de Antioquia. Hoy “Federico” tie-ne 18 años y hace alrededor de dos, pertenece a un combo de la ciudad. Según “Federico”, el barrio “Las Flores”, era uno de los últimos bastiones de las agrupa-ciones aliadas a alias Valenciano, y en el último trimestre de 2011 ha visto como los aliados a Sebastián toman su barrio, lo que ha puesto a “Federico” en una si-tuación muy tensa, ya que sus antiguos enemigos ahora son parte de la misma agrupación, lo que le proporciona a él y a sus amigos cierta desconfianza, ya que aun, estando del mismo lado, se les “guarda la doble”6 como el mismo lo expresó, pues en cualquier momento los pueden matar.

Para “Federico”, su barrio es muy importante y menciona que para mantener la plaza de “Las Flores” se deben tener varias consideraciones:

1. Vigilar desde lugares estratégicos donde se tenga una amplia visibilidad de la salida y entrada al barrio.

Tal como “Federico” nos enseñó, estos lugares no solo son esquinas, “es deba-jo de árboles, cerca a los teléfonos públicos, en los pisos altos de las urbanizacio-nes” en donde los que están más vinculados con el conflicto, ostentan carabinas en procura de resguardar el territorio. Dicho armamento es puesto al enfrenta-miento con otra plaza de vicio, o para legitimar la frontera del territorio adquirido. Lo importante de estos lugares es la visibilidad.

2. Los vigilantes o miembros de la plaza, generalmente hacen uso de las go-rras, las gafas oscuras, las prendas de vestir amplias y habitualmente de colores oscuros.

Cabe notar que estos miembros al tener preferencias musicales como el Hip-Hop y el Rap, toman un estilo según “Federico” underground.

3. Los miembros de la plaza tienen que estar pendientes, en mayor medida, los fines de semana, pues es cuando hay más afluencia de consumidores y de población externa en el barrio.

6 Sinónimo de desconfianza.


Y es que en el combo de “Federico” a cualquier desconocido se le pregunta a donde va o de donde viene, y hacen lo posible por confirmar si lo que dice la perso-na interrogada es verdad, sin embargo el punto de quiebre en este mecanismo de vigilancia son las mujeres, pues a pocas se les interroga o se les hace un rastreo y muchas veces son parte de tráfico de armas.

A las personas desconocidas en el sector, se les denomina “culebra”, pues se tiene la percepción de que se debe algo al combo. Ahora bien, desde el imaginario colectivo del combo de “Federico” se tienen dos hipótesis para determinar si la “culebra” es en realidad una persona perturbadora del control social que ejerce el combo en el territorio, en primera instancia se identificaría la “culebra” si respon-diera desconcertado ante silbidos de los vigilantes7 de la plaza, y en segunda ins-tancia se reconocería como “culebra” a quien siendo alcanzado para interrogatorio abre las manos so hecho de defensa, a excepción de los “tíos” denominación con la cual señalan a los miembros de la policía o el ejército.

Un aspecto a señalar sobre los policías es que cuando efectúan capturas en el sector generalmente los trasladan al CAI (Centro de Atención Inmediata) y el pro-blema es que este punto de la policía no está distribuida para cada barrio, sino que hay un CAI para barrios, entonces cuando en “Las Flores” hay una captura y los capturados son llevados al CAI, estos al ser liberados quedan expuestos en otra plaza, en otro territorio, por lo que son expuestos al cruce de fronteras en donde los vigilantes siempre están atentos a detectar “culebras”. Muchos de los captu-rados por la policía, como lo expone “Federico”, son puestos en un alto riesgo ya que los miembros del combo de “las flores” no pueden traspasar territorios ajenos.

Según nos comentó el entrevistado han sido muchas las “culebras” que han querido desestabilizar la tranquilidad de “Las Flores”, y han sido muchos los si-lenciados; testigo de ello son los vidrios rotos de los apartamentos situados en los pisos altos de las urbanizaciones del sector, pues en vista que son puntos de control territorial, muchos de los vigilantes apuntan y disparan desde allí.

Por otro lado nos mencionó que mientras más grande sea la plaza, mas per-sonas requiere para la vigilancia de la misma, fijando la libra de marihuana en 24.000 pesos. Manifestó que al día se venden entre tres y cuatro libras, las cuales son capaces de dar 300 “baretos” aproximadamente y cada uno vale 1.000 pesos. Haciendo de la plaza de “Las Flores” una buena plaza, pues afirma “Federico” que no solo hay gran demanda de consumidores (sobre todo los fines de semana) sino que el dinero que esta plaza produce les está dando a los jóvenes económi-

7 Por vigilantes de los combos, se toman en el grupo de “Federico” a menores de edad porque son más manejables, y porque son menos requisados por los policías.


camente entre 80.000 y 100.000 pesos semanales, cifra cercana al salario mí-nimo mensual vigente. Según nos explicó, la mitad de las entradas de la plaza se destinan a la compra de armamento como las carabinas, o a “fierros” que pueden valer unos 800.000 pesos en el mercado negro, y la otra mitad para la superviven-cia de los integrantes del combo.

La marihuana que se expende se vende en tres modalidades;

• Regular; marihuana corriente.• Cripa; marihuana transgénica.• “Blones”; que sería un mismo “bareto” un poco más grande, pero con sabo-

res y olores diversos.

Para “Federico” todo está en el barrio, la familia, los amigos, todo; además el pertenecer a un combo puede brindar el placer de tener un arma.

Sin embargo el placer que da las armas, a veces otorga homicidios para el com-bo de “Las Flores”, pues en su estructura de hombres entre los 16 y 30 años, varios del barrio han fenecido ante las disputas por el control territorial implantado a las plazas de vicio. Por otro lado manifestó que las muertes también aluden a las venganzas personales, a “culebras detectadas” podríamos señalarlas como víctimas de fronteras invisibles.

Cuando se le preguntó acerca de las alternativas ante la no violencia, nos men-cionó que el estudio y el trabajo asalariado se tornan distante y cuando alguno sale del combo generalmente se ocupa como auxiliar de albañilería.

Al finalizar el último trimestre de 2011 los miembros del combo de “Las Flo-res”, pueden traspasar a los otros barrios, pues en este mismo trimestre, los alia-dos de Sebastián citaron a una reunión en donde se les expuso a los aliados de Valenciano que no tenían que dejar sus hogares, ni que iban a ser perseguidos o amenazados, que podrían seguir trabajando en la plaza, pero ya bajo el servicio de Sebastián. Antes Valenciano les otorgaba revólveres, hoy Sebastián les otorga fusiles parecidos a los de la policía, según “Federico”.

Es curioso que un barrio sea entendido como toda una plaza, donde sus lugar-tenientes al tomarlo como un todo llegan a apropiarse tanto del mismo, que son capaces de matar a quienes atenten contra las dinámicas del barrio, podríamos decir que el motor de apropiación del territorio es el trabajo de vigilancia y venta


de droga ilegal, pues el territorio se configura a partir del desarrollo económico para este caso.

“Federico” nos señaló que ellos no son muy gustosos de extorsionar rutas de buses, o de asesinar a la población fuera del conflicto y que ellos mismos de las ganancias que otorgaba la plaza para el día de Hallowen, les propiciaron una fiesta a los niños del barrio. Por otro lado expresó que valoraban mucho el trabajo social de las entidades o personas que visitaban el barrio con sus campañas y acompa-ñamientos.

En la entrevista que nos concedió, además de exponer las armas con gran or-gullo, nos dio a conocer una canción que expresa la vida del combo de Las Flores:

“Esta es la expresión de la calle y la realidad de las armas, porque detrás de cada arma hay un espíritu adolorido..

Ojivas encendidas vuelan de lado a lado, tristezas desaparecen cuando cae un oponente, los disparos al aire y por montón aguardiente

Sujeto índice de sangre tiene sed, parcerito cuídese, con quien anda, fíjese!

Cuando andaba armado era un chico peligroso.La calle me enseñó que hay momentos dolorosos.

Parchado en una esquina, pretendo la rutina.Día tras día miro la muerte se avecina.

Cuidado parcerito ande en la juegaNo ve que los del frente quieren mochar cabezas

Guerra es guerra si te metes es del todo.”

Canción: Armados y PeligrososArtista: Esk-lones

Con esta canción habría que considerar que la música sigue siendo al igual que el deporte, un escenario de articulación social, donde las letras y los ritmos expre-san la cotidianidad de “Federico” recargándolo de la identidad ante su combo, ante su barrio, ante su plaza.


3. LAS FRONTERAS INVISIBLES

Para la ciudad de Medellín, este asunto de las denominadas Fronteras In-visibles poco a poco se han ido tornando natural, y es que día tras día en

periódicos como Q`Hubo o El Colombiano, o en medios televisivos se han ido ca-lando estas palabras en el vocabulario y en la realidad social de nuestras urbes. He aquí un ejemplo:


“Una llamada telefónica a la madre de Condeiro Cardona Arango, en la mañana de ayer, les confirmó a los familiares lo que tanto temían: que “el niño de la casa”, como lo llamaban, estaba destrozado en la are-nera La Esperanza. El hallazgo del cadáver ocurrió antes del mediodía en la carrera 110A con la calle 34 del barrio Belencito, en la comuna 13 de Medellín. La identidad de la persona que llamó a la casa de los padres de Condeiro nunca se supo. “A la mamá le avisaron y ella llamó a mi esposo para avisarle. Él se vino para acá (la arenera)y nos confir-mó que era de este sector, donde usted puede dar información y hacer denuncias él”, explicó la cuñada del finado, quien subió hasta el lugar. El cuerpo del jardinero estaba mutilado por las extremidades, según las autoridades, y también recibió múltiples puñaladas. A su alrededor en-contraron ocho rocas, que presuntamente utilizaron los homicidas. El hecho ocurrió el 29 de agosto de 2011

AdvertenciasDe acuerdo con las versiones de la familia, al joven de 23 años le

habían advertido que no podía pasar por el barrio El Salado.“En días pa-sados él llegó a la casa lleno de golpes, nos dijo que se había caído en la bicicleta. Como a las 4:30 de la mañana (ayer) uno de los hermanos le marcó al celular a preguntarle que a qué hora pensaba llegar, y le dijo que no molestara, que más tarde lo hacía. Y vea, no llegó”, puntualizó la cuñada. Con la muerte de Condeiro, esta familia pasa por el cuarto luto de los hijos, pues el último entierro fue de otro de los parientes hace poco más de siete meses” (Garzón, 2011).

No sabemos cuántos de los jóvenes por fronteras invisibles han muerto exac-tamente según los registros de Medicina Legal en los meses de la investigación, no se considera como móvil el traspaso de fronteras invisibles. Medicina Legal considera los enfrentamientos entre combos, la pugna por las plazas de vicio y lo que ellos denominan “Ajuste de Cuentas”, pero no llevan un registro de los homici-dios sobre este tema. Al respecto, se dio a la tarea de investigar en los medios de comunicación una voz sobre el tema, y encontramos que en el periódico Q`Hubo aparecen 9 casos de enero a septiembre de 2011, a eso hay que sumar 104 casos en Materia de Investigación en este mismo periodo de tiempo, podemos inferir que la cifra es más alta de lo que se nos presenta.

Para entender en una mayor medida esta realidad de Medellín, hemos de hacer uso de la antropología y la sociología para que nos expliquen el uso de los espa-cios y el territorio en las comunas y corregimientos materia de investigación.


Sabiendo que las ciencias de carácter social han de acoplarse a las nuevas rea-grupaciones y jerarquías sociales, es una necesidad de quienes yacen inmersos en el campo de las ciencias sociales, renovar o dar vida a nuevos conceptos que procuren dar una explicación objetiva de los fenómenos sociales, siendo éstos parte de un todo difícil de segregar o al menos de llevar a una unidad mínima de análisis. Teniendo en cuenta que los fenómenos sociales son de carácter interde-pendiente, es decir, todos están permeados e inmersos en la pluralidad y riqueza que alberga la sociedad.

Sociedad que se mueve en el tiempo y el espacio, donde los individuos como protagonistas de una historia adquieren una identidad de su sociedad, pero donde el individuo per se es tan sólo una expresión y signo de la sociedad, el cual a partir de sus dimensiones físicas, fisiológicas, psíquicas y sociológicas contribuye a la creación de un espacio, consideración sociológica que más adelante trataremos.

Si bien los individuos están inmersos en una determinada sociedad no se pue-de decir explícitamente que el hombre tiene una identidad absoluta para su plano colectivo, pues nunca podríamos hablar de una identidad acabada en una cultura (que por sus cualidades se construye día tras día), para el caso de los jóvenes de Medellín la construcción de la identidad colectiva o social no solo se alienta de las relaciones de parentesco o de sus relaciones con las institucionalidad (como el colegio, o la parroquia), sino que a partir de la herencia de violencia y narcotráfico la juventud también se ha nutrido y podríamos anotar que ya varias generaciones de nuestras ciudad son ahora continuadoras de esta herencia. Es por ello que no podemos hablar de una identidad acabada pues tras cada cambio en la familia, en la educación, en la comuna y otros escenarios la identidad se refuerza o se de-construye lo que los jóvenes viven, pues como se vio en el informe de medicina Legal el móvil de enero a septiembre de 2011 por preferencia fue el sicariato, pero en las décadas de los 80 y 90 los enfrentamientos eran la directriz, y esto se debe a una deformación que el tiempo y el espacio posibilitaron en la sociedad.

Ahora pues, previamente se planteaba que las ciencias sociales deben brindar nuevos conceptos y categorías de análisis para el tiempo actual, a este respec-to Marc Auge trata de explicar tras lo que él considera sobremodernidad las tres características que nos aquejan, en primera instancia plantea que la historia (el tiempo) nos pisa demasiado los talones a tal medida que hemos tenido serios problemas para otorgar un sentido al pasado reciente, como segundo gran incon-veniente nos encontramos con el exceso de espacio y este entendido como el resquebrajamiento de las escalas espaciales, pues ahora por los medios de trans-porte y la era de las comunicaciones, el marco lógico espacial de un individuo sale


de su barrio, o su ciudad y sale al encuentro de la era de la globalización en donde un sujeto que no haya enfrentado con otro territorio personalmente puede tener un marco referencial por medio de los medios masivos de comunicación, a este respecto resaltamos que no pocos de los jóvenes desconocen las dinámicas del centro de la ciudad y sostienen un acercamiento a él mas por medio de los medios de comunicación que por medios de transporte ya que las cosmovisiones al inte-rior de los “Combos”, no giran en cuanto a la configuración del centro económico-político o social de la ciudad, sino que giran alrededor del barrio, de la esquina, de la plaza de vicio, lo que explica como varios jóvenes de la ciudad viviendo en la periferia aun no conocen el Centro Administrativo La Alpujarra, (centro político), o el centro también llamado comuna 10, (centro económico y social).

Y es que en estas cosmovisiones los universos no brillan por el conocimiento que se tenga de las cosas sino por el reconocimiento de las mismas, para muchos de los jóvenes inmiscuidos en la violencia, es propio reconocer los escenarios de poder, como la plaza de vicio, o la casa del mayor homicida del barrio, pero el in-terés por conocer los mecanismos de poder o por conocer la historia que diera al barrio uno o varios sicarios carece de interés.

Este universo está cargado de signos y códigos de interpretación, pues si bien no hay un interés categórico por los trasfondos si lo hay en las practicas que la realidad obliga, por ejemplo el que un joven de “combo”, sepa como avisar a los “Duros de la cuadra” la llegada de un combo enemigo o la llegada de la policía al territorio que los delincuentes propenden dominar.

Volviendo a las consideraciones de la sobremodernidad, está la segunda carac-terística que nos aqueja y es el exceso del espacio que brinda en la sobremoderni-dad lo que Marc Auge plantea como los no lugares, contrario al concepto de lugar provisto por el sociólogo Marcel Mauss, para él los no lugares se entendían como; “las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos)” (Auge, 1995, 41), pues con la llegada de la sobremodernidad se hace la necesidad de repensarse el espacio por la cada día creciente necesidad de particularidad, sea para mayor goce de la vida privada o de un determinado colectivo. Estos no lugares se podría decir que son el espacio creado por las plazas de vicio, pues son lugares que promueven el anoni-mato y por otro lado al convertirse en lugar de paso dinamizan la comercialización de la droga y garantiza la constante circulación de consumidores y comercializa-dores, estos no lugares al formarse parte del territorio del combo, se tornan tem-plo para el desarrollo económico de los integrantes y por ende en la cosmovisión del territorio estos no lugares se instauran como el lugar de preferencia para el


fortalecimiento de las relaciones interpersonales de los expendedores y como pla-taforma para la configuración de la identidad espacial.

Y como tercera característica de la sobremodernidad se plantea la figura del ego, pues ante la falta de nuevas tierras no queda más que el repliegue ante el territorio mismo, y esto es muy importante porque una ciudad que no brinda me-canismos de apropiación y/o identificación con sus comunas corre el riesgo de segregar la población en otros escenarios socio-culturales que impidan la cons-trucción del mejoramiento urbanístico y civil del territorio.

Si hablamos que las cosmovisiones de lo percibido están determinadas en un espacio construido por los lazos que brinda el estar insertos en una comuni-dad, y dicha agrupación fomenta en su percepción del espacio fronteras y limites de permanencia gracias al ego, estamos aludiendo entonces que en la población juvenil de los pertenecientes a combos o bandas delincuenciales al servicio del narcotráfico han desarrollado en sus cosmovisiones no sólo pertenencia a un te-rritorio sino que también han desarrollado un reconocimiento de los otros sujetos insertos en sus mismas percepciones, es así como en los pactos o acuerdos entre los combos, el problema de las fronteras se torna volátil.

Estamos hablando de una configuración de la identidad a partir del ego y las cosmovisiones (entendiendo cosmovisión como sistema de representación que permite dar formas a las categorías de la identidad y de alteridad) (Auge, 1995, 45) de los jóvenes y estas en relación al territorio han sido configuradas a partir de dos fundamentales herramientas; la movilidad social y la defensa de la misma en la pugna por un mejoramiento a la calidad de vida de las familias, los jóvenes no solo han tomado su barrio, su cuadra, su esquina, como plataforma espacial para un crecimiento económico sino que en la lucha por la supervivencia han identifi-cado a los otros actores bajo la cosmovisión del desarrollo económico por el mi-cro-tráfico de drogas que se torna en amenaza de dicha plataforma espacial, pues en la disputa por los espacios y lugares creados para el micro-trafico de droga, los no lugares, la identidad que brinda el espacio y las relaciones interpersonales de los combos y bandas hacen del ego una herramienta nociva para la conservación de la paz.

Cuando entendemos que la necesidad de mejoramiento en la calidad de vida no es solo desarrollo económico sino desarrollo de ideales, metas y proyectos plas-mados en la realidad social, podemos entender como al interior de los combos se engendra la creación de un sentido que para el caso propicia grandes metas como el darle una casa propia a las familias, el conseguir un medio de transporte o la


culminación de los estudios. Sentido que se crea a partir de la configuración de un territorio delimitado apropiado por intimidación, amenazas y asesinatos ante la comunidad, similar a la configuración de un Estado de facto, cuya configuración da sentido a las relaciones de poder en el territorio y permite que el joven en pri-mera instancia configure su identidad más inmediata desde una perspectiva de Estado de facto, que le brinda el combo y posteriormente aplican las identidades locales, regionales o nacionales.

Ante la sobremodernidad es necesario repensar el cómo se está configurando la identidad y las relaciones sociales que nacen a partir de las mismas, temas como la sobreabundancia de conocimientos (donde la reflexión del pasado cer-cano se hace dificultosa, impidiendo hacer reflexiones pertinentes al presente), la sobreabundancia del espacio como los no lugares en donde se crea el lugar propicio para la comercialización de droga y sustancias psicoactivas, y la indivi-dualización o ego que perpetúa la permanencia de los jóvenes en el conflicto ar-mado hace que temas como las llamadas fronteras invisibles se acentúen en el imaginario colectivo.

Esta época ha sido la dinamizadora de los no lugares, para que ampliemos me-jor el porqué las plazas de vicio son tomadas en esta categoría social, podemos señalar que los lugares son tomados como escenarios de identidad y de historia pero los espacios8, no posibilitan identidad y mucho menos historia, y es en la sobremodernidad donde estos no lugares se reproducen, pues avivan el indivi-dualismo bañado en anonimato, el fácil acceso a bienes, y le fortalecen el ego, características que vistas a lo lejos de una transacción de marihuana en una es-quina de las muchas en Medellín, definen muy bien lo que pasa en el trasfondo.

Y es que son los individuos quienes hacen de un lugar, como el barrio, un espa-cio de identidad y relaciones sociales, pero por consecuencia de sobremodernidad el individualismo ha fomentado la soledad, donde ya no hace falta el identificarse ante otro, no hace falta dar cuenta de una historia de vida, el individualismo ha propiciado ya no la aproximación a otro, sino a un algo, en este caso la droga, pues la independencia y la autosuficiencia han desarmado los vínculos familiares, y han atenuado las relaciones sociales, dándole ánimo al individuo para que en la adrenalina de las sustancias psicoactivas encuentre la persona el regocijo que ya no le aporta la convivencia.

8 Entendiendo espacio como convención social desligada de un lugar o territorio. Ejm: el paradero de un semáforo o un parque, dichos escenarios no brindan identidad, pero sirven de apoyo para la construcción de una historia.


Como expone Marc Auge estamos ante “la pérdida del sujeto en la muchedum-bre o, a la inversa, el poder absoluto, reivindicado por la conciencia individual” (Auge, 1995, 96).

Y por el individualismo es que los no lugares en la sobremodernidad empiezan a proliferar pues al ser lugares de paso y de no pertenencia, donde el acceso a bienes se hace más efectivo, el consumo de droga y demás sustancias se torna mecanismo válido de preservación de esa individualidad, donde sus comerciali-zadores haciendo uso de dichas fronteras invisibles para la preservación del no lugar de plaza de vicio, por medio del control en el status (posición entre un grupo o sociedad terminada para un individuo) y en los roles (funciones asignadas a partir del status que adquiere el sujeto en un grupo o sociedad determinada) que los miembros de la organización criminal despliegan sobre sí mismos, creando un sentido sobre el territorio como plataforma para la movilidad social desde la cosmovisión que ofrece el narcotráfico.

Cabe notar que el individualismo y el anonimato que dan los no lugares, solo se dan una vez la comunidad haya identificado al individuo como otro similar, de lo contrario dicho anonimato se devela ante las plazas de vicio y se busca develar la identidad de ese otro diferente que altera el espacio del no lugar, de ahí que muchos de los asesinatos por frontera invisible sean dados a desconocidos del sector, y es que no hay individualización sin control de identidad.

El individuo en un no lugar solo encuentra su identidad para el caso de las plazas de vicio cuando es pesquisado por los miembros del combo o banda ante la sospecha de ser de un combo ajeno o ante la sospecha de ser agente del Esta-do, pero en la generalidad el no lugar solo busca del sujeto similaridad y mínimo nivel de relación, situación provechosa para el mantenimiento de las fronteras invisibles.


4. ACERCAMIENTO A LOS HOMICIDIOSJUVENILES DESDE LOS MEDIOS DE PRENSA.

Son muchas las percepciones que desde los medios de prensa creamos a partir de los datos que nos otorgan, y es así como quisimos exponer cua-

les son las tendencias de los medios de comunicación, pues es importante dar análisis a lo que se nos expone día tras día, para ello se escogió el Periódico el Colombiano y el Periódico Q´ hubo, y a partir de un monitoreo de prensa entre los meses de enero a septiembre del presente año se indagó sobre los registros de homicidios de la ciudad, tanto en comunas como corregimientos.

4.1 EL COLOMBIANO

PRESENTACIÓN DE MONITOREO DE PRENSA SOBRE HOMICIDIOS

Para empezar hay que señalar que en el Periódico en los nueve meses de aná-lisis se encontraron para el caso de la ciudad de Medellín 85 casos de homicidios y para el caso de los corregimientos se encontraron registrados 19 homicidios.

Las comunas en las que el periódico registró más homicidios fueron la comuna 10 con 8 homicidios9, la comuna 5 y 6 (Castilla y Doce de Octubre) con 10 muer-tos por cada comuna, y por último se encontraron 14 homicidios en la comuna 13, San Javier. Por otro lado las comunas de menos registro fueron las 9, 8 y 4, es decir los sectores de Buenos Aires, Villahermosa y Aranjuez. Con relación a las comunas que no registraron homicidios por El Colombiano están las comunas 2 y 11, sectores también conocidos como Santa Cruz y Laureles.

9 Hay que precisar que en esta comuna priman los homicidios por atraco ante los homicidios por enfrentamiento entre combos, según informes de Medicina Legal el hurto como modalidad delictiva se mantiene, convirtiéndose en un factor desencadenante para el homicidio tanto para la víctima como para el agresor según la situación.


Tabla # 1. Homicidios reportados según lugarFrecuencia Porcentaje

Comuna 13 14 13.2

Comuna 5 10 9.4

Comuna 6 10 9.4

Comuna 10 8 7.5

Comuna 7 6 5.7

Comuna 15 6 5.7

Comuna 3 5 4.7

Comuna 14 5 4.7

Comuna 1 5 4.7

Comuna 16 5 4.7

Comuna 12 4 3.8

Comuna 8 3 2.8

Comuna 4 2 1.9

Comuna 9 2 1.9

Corregimiento San Cristóbal 7 6.6

Corregimiento San Antonio de Prado 4 3.8

Corregimiento Santa Elena 2 1.9

Corregimiento AltaVista 1 .9

Informes generales de Cuidad 5 4.7

Total 104 98.1

Fuente: Base de Datos Proyecto Jóvenes Transformando Ciudad

Los meses en los que más se reportaron homicidios fueron los meses de Ju-nio, Mayo y Marzo con el 25%, 19.2%, y 11.53% del total de muertos reportados.

Tabla # 2. Homicidios reportados según meses Frecuencia Porcentaje

Junio 28 26.4

Mayo 20 18.9

Septiembre 13 12.3

Marzo 12 11.3

abril 11 10.4

Julio 7 6.6

Agosto 7 6.6

Febrero 4 3.8

Enero 4 3.8



Al dirigir nuestra atención a la zona rural de la ciudad nos encontramos con que los corregimientos con mayor número de reportes fueron San Cristóbal y San Antonio de Prado con 7 y 4 casos respectivamente.

En una entrevista realizada a Max Yuri Gil Ramírez, nos explica el porqué de este despertar de la violencia en el área rural de la ciudad, empecemos hablan-do de San Antonio de Prado, este corregimiento fue previsto en administraciones pasadas como suelo de expansión de la ciudad, en donde bajo la construcción de casas de interés social emergieron nuevos barrios para San Antonio de Prado ta-les como el Limonar 1 y Limonar 2, a estos barrios “llegó gente de toda parte, sin escuela, sin centro de salud, sin parques, sin nada y desconociendo las territoriali-dades previas antes del traslado”, estos barrios cabe citar registran las cifras más altas de homicidios en el corregimiento.

Un aspecto que señaló es que los corregimientos de San Antonio de Prado, Al-taVista, San Cristóbal (se encuentra en una confrontación muy fuerte, en los sec-tores de nuevo occidente, las flores, el jardín, el oasis) un poco santa Elena menos San Sebastián de Palmitas, son corredores de narcotráfico y eso explica como en San Cristóbal, siendo la entrada de la gente de Urabá no solo se hace escenario fí-sico de encuentro sino que propicia un espacio, un no lugar, para los contactos de las agrupaciones, “la zona de San Cristóbal es una puerta, por ahí entran armas, combatientes, sale droga es un cruce de caminos muy fuerte”10.

Por otro lado San Antonio de Prado tiene que ver con un cordón periférico que comunica el occidente cercano caso Ebéjico, Sevilla, Heliconia y permite salida al rio cauca con la salida al mar.

Queda entonces la tesis que la tasa de homicidio en estos dos corregimientos se ha ido aumentando por dos factores: las dinámicas propias de cada corregi-miento, y por convertirse estos en corredores estratégicos.

Saliéndonos un poco de la espacialidad en la que fueron reportadas las muer-tes, pasemos a exponer los móviles y los presuntos actores de estos actos crimi-nales, desde los homicidios registrados en este periódico.

10 Entrevista a Max Yuri Gil Ramírez, 26 de noviembre de 2011


Tabla # 3. Actores de los homicidios reportadosFrecuencia Porcentaje

Combos 32 30.2

Materia de investigación 31 29.2

Sicarios 24 22.6

BACRIM 8 7.5

Delincuencia 6 5.7

Familia y/o cercanos 4 3.8

Sociedad civil 1 .9

Total 106 100.0


Tabla # 4. Homicidios reportados según modalidad

11


Aquí encontramos que El Colombiano reportó 17 homicidios por enfrentamien-tos y estos en su mayoría propiciados por combos con un 32% de total de muer-tes identificadas, la siguiente modalidad registrada fue la retaliación o “Ajuste de Cuentas” según lo denomina Medicina Legal, con un 25.49% del total de muertes identificadas por modalidad, pues como mencionamos El Colombiano registró 104 homicidios pero de los cuales solo 51 fueron señalados en su modalidad.

De las dos muertes que se registraron por persecución a líderes comunitarios se realizaron a una líder de una comunidad de desplazados en la comuna 1, brin-dada por El Colombiano el 8 de junio del 2011.

11 Refiriéndonos a una modalidad de intolerancia cuando la ira y la objetivación del ser humano trasgreden la vida.

Frecuencia Porcentaje

Materia de Investigación 50 47.2

Enfrentamientos 17 16.0

Retaliación 14 13.2

Atraco 9 8.5

Control Territorial 7 6.6

Persecución a líderes comunitarios 3 2.8

Vacuna 2 1.9

Intolerancia 2 1.9

Motivos pasionales 1 .9

Fronteras Invisibles 1 .9

Total 106 100.0


“Tras recibir el impacto de bala, Ana Fabricia Córdoba fue trasladada de inmediato a la Unidad Intermedia de Santa Cruz, pero murió en el camino.

Ana Fabricia Córdoba Cabrera, de 51 años, era una líder que tenía la doble condición de desplazada, tanto urbana como rural, por culpa de las amenazas que ayer en la mañana se hicieron realidad con su asesinato dentro de una buseta, del barrio Popular, en el nororiente de Medellín. El homicidio ocurrió cuando Ana Fabricia se movilizaba en el bus y un hombre que, cinco cuadras antes había abordado el carro con ella, le propinó un tiro en la cabeza con una pistola calibre7.65, con si-lenciador, en momentos en que el automotor transitaba por la calle105 con carrera 42.

La mujer llegó desplazada a Medellín en 2001,cuando debió dejar sus tierras en el Urabá chocoano, donde le asesinaron a su esposo, al-gunos de sus hijos y otros familiares. En Medellín se radicó en el ba-rrio La Cruz, donde lideró un grupo de desplazados que se asentaron


en esta zona del oriente de la ciudad. El 7 de julio de 2010 le mataron a un hijo y en abril de este año denunció, en el Comité Metropolitano de Derechos Humanos, de la Alcaldía, amenazas de muerte. Por estas intimidaciones debió abandonar su casa en La Cruz y sus últimos días los pasó en piezas de diferentes hoteles de Medellín. En 2008 fundó la organización Líderes Adelante por un Tejido Humano de Paz, La tepaz, la cual acompaña a víctimas del conflicto armado en Colombia. Tam-bién perteneció a la Ruta Pacífica de las Mujeres, movimiento que tra-baja por una salida negociada al conflicto. La sede Regional Antioquia de la Comisión Nacional de Reparación expresó sus condolencias a sus allegados y les pidió a las autoridades que esclarezcan este asesinato.” (Martínez, 2011, 8ª).

Grafico 1


Aquí podemos entender mejor como los combos son los mayores promotores de los homicidios de la ciudad desde lo registrado en este periódico, pues son los directos responsables de las muertes en medio de los enfrentamientos y por reta-


liaciones respectivamente, pero si se observa bien el grafico se puede identificar como también le siguen la delincuencia, la cual se sale del conflicto de plazas de vicio para imponer sus gotas de sangre, siguiéndole homicidios por medio de los combos en su pugna por el control territorial.

Veamos ahora como los mayores responsables de las muertes en la ciudad se sitúan a lo largo del año.

Grafico # 2


Resulta que aquí los meses en los que más se registran homicidios son ju-nio, marzo, abril y mayo respectivamente, pero tal como lo muestra el gráfico son los combos y los sicarios los mayores responsables, los combos con una mayor actuación en el mes de junio y los sicarios con un mayor ataque a la vida en los meses de marzo, junio y abril.

Según los registros hallados en el Periódico los meses donde se reportaron un mayor número de homicidios fueron junio y mayo respectivamente donde un 30% fue propiciado por los enfrentamientos12, un 16%13 por la delincuencia y en

12 Ejemplo; José F. Loaiza Bran, 2011, “Villa Hermosa no se desmarca de los Combos”, periódico el Colombiano, 14 de septiembre de 2011. P. 6A13 Ejemplo; Periódico El Colombiano, “Delincuente asesinó a bala en Belén a ciudadano Británico.”, 7 de marzo de 2011, P. 7 A.


tercer lugar aparece con un 12.5%14 el homicidio por control territorial y plazas de vicio.

Y es aquí donde se abre una gran pregunta, porque entonces el problema de homicidios en Medellín no vendría solo a ser por los combos y los sicarios, sino que el problema de seguridad en la ciudad salta la vista por los homicidios origi-nados por la delincuencia y es que la encuesta de percepción ciudadana, Medellín 2011 se encuentra que tan solo el 52% de la población se siente segura, donde las zonas de mayores niveles de victimización y denuncia según este informe se plantean a las zonas sur-oriental y centro-occidental (Medellín cómo vamos, 2011).

Miremos ahora espacialmente donde están concentrados estos actores pro-motores del mayor consolidado de muertes en la ciudad.

Grafico # 3


14 Ejemplo; Maciás, J. A.. (2011). “Bandas obligan encierro nocturno en 4 barrios”. El Colombiano, 11 A.


Encontramos en primer lugar a la comuna 13 con el mayor número de homici-dios por combos, seguida de las comunas de Castilla y Doce de Octubre, por el lado de los corregimientos nos encontramos que San Antonio de Prado y San Cristóbal desde los registros hallados en El Colombiano son los que mayor puntean los ín-dices de homicidios.

En cuanto a los motivos a lo largo de la ciudad nos encontramos con que las comunas 1,5,6,7 y 13 son las que más serios problemas tienen con relación a los homicidios, efectuados en su mayoría por enfrentamientos en procura de un con-trol territorial, y por homicidios selectivos en retaliación.

Por otro lado en los corregimientos nos encontramos con que los que tienen mayor número de homicidios registrados son San Antonio de Prado y San Cristó-bal, donde el primero registra mayor número de muertes por enfrentamientos y el segundo por atracos.

4.2 PERIÓDICO Q´ HUBO

4.2.1 BREVE PRESENTACIÓN DEL PERIÓDICO

“Q'hubo (Quiubo) es un periódico tabloide colombiano publicado por el Grupo Nacional de Medios en Armenia, Barrancabermeja, Barranquilla, Bogotá, Bucara-manga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Manizales, Medellín, Palmira, Pereira, Po-payán, Valledupar y Villavicencio surgido de lo que antes eran La Chiva y Nuestro Diario.

Si bien el periódico circula en esos 14 departamentos, la edición de éstas no es la misma; sino que comparten el mismo nombre y estructura, pero difieren en su contenido. Nuestras secciones son: Así pasó, Mi gente, Fanáticos, Cambalache y Zona rosa”.

El diario Q'hubo está basado en cuatro grandes ejes temáticos: Crónicas Judi-ciales, Crónicas de Comunidad, Entretenimiento y Deportes.

Actualmente es el periódico de mayor circulación en Colombia, pues empezó su proceso de nacionalización en octubre de 2008, y circula a través del Grupo Nacional de Medios S.A., a través del cual posee para cada ciudad en donde circula una estructura organizacional con sus propios editores.” (on line).


4.2.2 PRESENTACIÓN DE MONITOREO DE PRENSA SOBRE HOMICIDIOS

En este caso la muestra representativa se posiciona con un mancomunado de 396 registros resaltando que hay muestra de las 16 comunas de la ciudad y de sus cinco corregimientos, ya que por ejemplo en El Colombiano las comunas 2 y 11 no registran homicidios, y en el caso de Corregimientos no registró muertes en San Sebastián de Palmitas contrario a Q´Hubo, por otro lado cabe citar que los cortos enunciados de este periódico con relación a los homicidios en su mayoría sitúan el homicidio en materia de investigación, contrario a lo que nos vamos a encontrar en los reportes de Medicina Legal.

Con Q´Hubo se puede emprender el análisis por medio de la espacialidad que nos permite la base de datos del Proyecto Jóvenes Transformando Ciudad, en pri-mera instancia encontramos a la comuna 10; centro de la ciudad con el mayor nú-mero de homicidios registrados, posicionándola con un 13.74% de las muertes de la ciudad, señalando que el barrio sobre el cual se publicó un mayor número de los homicidios de esta comuna fue el Chagualo, le sigue la comuna 13 con un 11.7% con un total de 46 homicidios, donde también se sitúa el mes de agosto como el más violento, le siguen con un igual porcentaje del 7.37% con 29 homicidios el Co-rregimiento de San Antonio de Prado, la comuna 8 de Medellín conocida como Villa Hermosa, y la comuna 16 conocida como Belén.

La temporalidad de los homicidios registra que los meses en donde hubo una mayor cifra fueron agosto con un 22.13% equivalente a 87 muertes, y le siguen los meses de septiembre y abril con 54 y 53 muertes respectivamente, adicional-mente se muestra que los meses en los que menos hubo homicidios registrados por este periódico fueron junio y marzo respectivamente, con 14 y 26 homicidios. Esta muestra presentada por el periódico está un poco distante de la tendencia oficial que tiene la ciudad, pues según informes de Medicina Legal el mes más violento de enero a septiembre fue abril con 177 homicidios, y le siguen los meses de enero, marzo y mayo con 173,164, 158 respectivamente, y como los meses de menos homicidios nos encontramos con Septiembre, Agosto y Junio con 93, 136 y 137 respectivamente.

La muestra del periódico entonces acertó en la tendencia de tener a abril entre los meses más violentos, y acertó en la tendencia de mostrar a junio entre los meses que menos reportó Medicina Legal en materia de homicidios.


Tabla # 5Comportamiento Mensual de Homicidios

2011

Enero 173

Febrero 140

Marzo 164

Abril 177

Mayo 158

Junio 137

Julio 138

Agosto 136

Septiembre 93

Total 1316

Fuente: Medicina Legal

Ahora bien según los registros en Q´ Hubo de los 396 homicidios que se en-contraron 85 fueron ocasionados por sicarios, un 21.46% del total y 52 homicidios por los combos llegando a ser 13.13% del total de muertes, lo preocupante de las cifras es que estas señalan que más del 50% de los homicidios están en materia de investigación, sin saber quién es el actor, siendo un total de 208 homicidios sin esclarecer, considerando que los meses más violentos en donde se reconocen los actores son agosto, septiembre y abril, artículos que cuando fueron publicados no tenían desde Medicina Legal observaciones fidedignas, esta es una caracterís-tica de Q´hubo si bien es el periódico que mas publica homicidios en la ciudad, por la frescura de la noticia no se da el espacio en cuanto a tiempo para que Fiscalía estime los actores, modalidades y móviles de los homicidios en su totalidad, una de las características de este periódico es que abstrae cuanto tiene de informa-ción, aunque en muchos de sus artículos, en los homicidios para las fechas no tengan más que el móvil, éste se publica, y es que prima para este medio la noticia de facto.

Veamos ahora los actores que mas prevalecieron como actores de los homici-dios desde el periódico:

Tabla #6Frecuencia Porcentaje

Materia de investigación 208 52.5

Sicarios 85 21.5

Combos 52 13.1

Delincuentes 15 3.8


Policías 6 1.5

Familia y/o cercanos 15 3.8

Desconocidos 11 2.8

BACRIM 4 1.0

Total 396 100.0

Fuente: Base de Datos Jóvenes Transformando Ciudad

Aunque la mayoría de los actores sean desconocidos nos encontramos con que los responsables más reconocidos por el periódico fueron los sicarios y los combos, situación que va en concordancia con los informes de Medicina Legal.

Veamos un ejemplo al respecto con una nota del periódico;

“Joven asesinado en una cañadaEl cuerpo sin vida de un joven de 21 años fue encontrado a eso de

las 2:00 p.m. de ayer en el barrio Eduardo Santos al centro-occidente de Medellín Cristian Camino Álvarez Acevedo, víctima de las balas yacía junto a una cañada de la calle 43C con la carrera 120, se desconocen los autores del crimen”15

15 Ejemplo; Q´hubo (2011), “Joven asesinado junto a una cañada”, p 2. En este caso se muestra la identificación del asesinado y se menciona el lugar pero no se identifica ni la modalidad ni el móvil.


Grafico 4


Y si de los actores de los homicidios había 208 casos sin responder, de las mo-dalidades también hay un gran desconocimiento pues de los 396 homicidios re-gistrados no se tiene razón de 276 casos en cuanto a la modalidad que se aplico.

Tabla # 7. Homicidios registrados según modalidadFrecuencia Porcentaje

Materia de Investigación 276 69.7

Retaliaciones 37 9.3

Enfrentamientos 31 7.8

Atraco 23 5.8

Frontera invisible 9 2.3

Motivos Pasionales 9 2.3

Intolerancia 5 1.3

Control territorial 2 .5

Vacuna y/o extorción 2 .5

Persecución a líderes Comunitarios 2 .5

Total 396 100



En los que se logró establecer el móvil las retaliaciones y los enfrentamientos son los hechos sociales que más han cobrado la vida este año con 37 y 31 muer-tes publicadas, donde sigue la tendencia de mostrar al mes de agosto como el más sangriento.

Grafico # 5. Homicidios reportados en Q´hubo según modalidad.


Ahora buscaremos al interior de las noticias de homicidios encontradas en este periódico el despliegue de los actores del conflicto a través de la ciudad con el fin de generar conciencia sobre los lugares de mayor crisis en materia homicidios.

Por el lado de las comunas la más preocupante es la comuna 10, sector de la Candelaria, donde los barrios del Chagualo y Corazón de Jesús, más conocido como barrio Triste se sitúan como los de mayor índice de homicidios para la co-muna. De hecho en varias de las publicaciones de Q´hubo en mediaciones del Cha-gualo, cerca a la Universidad de Antioquia y colindante con el barrio Moravia de la comuna 4, se registraron varios homicidios donde los cuerpos fueron arrojados al Rio Medellín y, en la mayoría de los casos sin identificación, este periódico para esta comuna informó cerca de 54 casos donde señalo a 13 de ellos por sicariato.


Le sigue la comuna 13, sector de San Javier, en esta comuna los barrios; Inde-pendencias I, Independencias II, El Salado, Eduardo Santos, Antonio Nariño y Los Alcázares se sitúan como epicentro de disputas territoriales por las plazas de vi-cio, promoviendo alrededor de 46 homicidios, donde según este periódico 26 de ellos se encuentran en materia de investigación.

Le siguen las comunas 5 y 6, en mayor medida por los barrios limítrofes de estas comunas, donde barrios como tricentenario en la 5 y Kennedy en la 6 en lo corrido del año se han vuelto los mayores escenarios de homicidios por sicariato principalmente.

Y termina también como una comuna de las más violentas, Villa Hermosa, con 29 homicidios registrados de los cuales la mayoría están en materia de investiga-ción y 10 fueron identificados como resultado del enfrentamiento de combos, los barrios en donde se registro mayor número de homicidios fueron; La Sierra, las Estancias, Villa LilliaM, Enciso y Villa Turbay.

Por parte de los Corregimientos el que más fue reportado fue San Antonio de Prado, en donde los barrios de Limonar 1 y Limonar 2 se hacen a las mayores muertes, en total por parte del corregimiento encontraron alrededor de 29 homici-dios, pero si algo se puede interpretar es que si bien el sicariato como lo veremos con los informes de Medicina Legal son los mayores actores de violencia en este momento para la ciudad, estos a lo largo de los barrios previamente descritos y de otros más, han ido poco a poco desarrollando sus métodos y móviles, pues en las noticias de Q´hubo fueron varias las oportunidades en donde se encontró que dejaban los cuerpos en automóviles, tras haberlos robado previamente o en auto-móviles de taxistas16, por otro lado han hecho provecho del Rio Medellín llevando los cuerpos a su cauce y también han hecho uso de los matorrales colindantes a los corregimientos de la cuidad como los que estas situados entre la comuna 8 y 9 cercanos al Corregimiento de Santa Elena, donde los combos del barrio La Sierra y Caicedo han tenido enfrentamientos.

Veamos una nota de la nueva tendencia del móvil dejar cuerpos en taxis

“EN UN TAXI DELINCUENTES EMPACARON UN CUERPOAl parecer, el conductor fue obligado a transportar el cadáver de un

hombre al que asesinaron. Los más sorprendidos fueron los agentes que a esa hora hacían sus

labores de rutina en la estación de Policía ubicada en el barrio Santo

16 Ver: Q´hubo (2011). “Lo Asesinaron dentro de una camioneta”,4; Olivares Tobon, Santiago (2011) “taxista murió al ser atacado a bala”. Q´hubo, 5 y Colorado , Nelson Matta (2011) “Asesinan taxista en Callejón sin salida”,2


Domingo Savio, cuando en la mañana de ayer un taxista llegó al sitio asegurando que desconocidos le habían empacado un cadáver en la maleta del vehículo.

De acuerdo con el informe de las autoridades, entre las 8:30 y 9:00 a.m., el vehículo arribó a la carrera 33 con 107B, al parecer, proveniente del barrio El Pinar, de Bello, donde habría sido interceptado para este criminal fin.

Tras verificar que en efecto en la maleta del taxi se encontraba el cuerpo, los policiales pidieron la intervención de la Sijín, que paradóji-camente, realizó la inspección técnica al asesinado frente a la principal estación de Policía de La Comuna 1.

Según las primeras informaciones, el occiso, quien no portaba nin-gún documento de identidad, fue abaleado en algún momento de la madrugada. El cadáver presentaba por lo menos ocho heridas por im-pactos de arma de fuego. Vestía un buso gris y camiseta a rayas de co-lores blanco y gris, jean azul y correa azul con franja café. Su edad en el momento del procedimiento fue calculada entre 20 y 25 años, y hasta el sitio no se acercó nadie que pudiese dar alguna información sobre él.

El caso, afirmaron las autoridades, es particular, pero advierten, puede ser una modalidad utilizada por los delincuentes para entorpecer las investigaciones, borrar pistas de los sitios donde ocurre el crimen.

Un investigador consultado por Q'HUBO, afirma que no es un nuevo modus operandi. Según dice, los delincuentes aprovechan su capaci-dad de intimidar para sus fines, y entre las víctimas de estas acciones han estado desde hace tiempo los taxistas.

La víctima se dirigía a su trabajo en una empresa donde se desem-peñaba en el departamento de seguridad industrial” (Arboleda, 2011, 4).

Ahora veamos otro de los nuevos métodos, de cuerpos tirados al Rio Medellín, notando que esto se centra en la comuna 10 y la comuna 4.

“Hallado en el RioA las 12:20 del mediodía se realizó el rescate del cadáver de un

hombre, asesinado unas horas antes y al parecer arrojado al río Mede-llín. El hallazgo se produjo en el cauce a la altura de la Estación Caribe del Metro. En el sitio fue imposible la identificación del occiso” (Q’hubo, 2011 ).


“En dos costales hallaron cadáver en la regionalInadvertidos, sin que nadie los notara en la noche ni a primeras ho-

ras de ayer, permanecieron dos costales arrojados en un andén del ba-rrio El Chagualo, a escasas dos cuadras de la Universidad de Antioquia y sobre la avenida Regional, diagonal a la calle Barranquilla.

Pensando que se trataba de costales llenos de basura, como las que suelen dejas tiradas en esta zona de la ciudad, un escobita de las Em-presas Varias de Medellín que estaba ayer encargado de limpiar esta calle notó, sin embargo, que no se trataba de los desperdicios que en-cuentra a diario.

Al acercarse también notó que de los costales parecían sobresalir partes humanas, y sin querer realizó un hallazgo macabro, del cual solo dio cuenta la Policía a las 10:00 a.m. de ayer, cuando una patrulla de vigilancia llegó a la escena para verificar que las informaciones eran ciertas.


En los dos costales, repartido y desmembrado, se encontraba el cuerpo de un hombre, que según las primeras pesquisas, estaba ya en estado de descomposición, lo que aclararía que su asesinato fue come-tido, por lo menos, hace 48 horas” (Arboleda, 2011, 4).

Y como método implementado ya no cerca al Rio sino cerca a las laderas de los corregimientos nos encontramos con los cuerpos dejados en estas mediacio-nes, cabe señalar que esto se efectúa sobre todo en las comunas 8 y 9 cerca al Corregimiento de Santa Elena y en la comuna 13 cerca al Corregimiento de San Cristóbal.

“Abaleado en BosqueEl cadáver de un muchacho de unos 20 a 25 años fue encontrado

a las 10 a.m. de ayer en la parte alta del centro oriente de Medellín. El cuerpo yacía en un sector boscoso conocido como Alto Bonito al cual se accede por el barrio Villa Turbay, la victima que carecía de documen-tos había sido abaleada en la noche anterior, según las autoridades” (Q’hubo, 2011, 4).

Sabemos bien que el centro o comuna 10, sector de Candelaria ha sido estig-matizada como zona proclive de delincuencia, pues las cifras dadas por Q´hubo ratifican dicha estigmatización, 54 homicidios en lo corrido de enero a septiem-bre y aunque 37 de estos casos estén en materia de investigación, a esta cifra le siguen los homicidios por delincuencia, contrario a comunas como la 13 donde después de los homicidios en materia de investigación en torno a la modalidad, la retaliación es la primera en salir al escenario público, y también contraria a la co-muna 8 donde después de considerar los homicidios en materia de investigación le siguen los homicidios por enfrentamientos.

Se podría decir que dada la historia de los actores armados en las diferentes configuraciones sociales, que en varias localidades se ha optado por perfilar un accionar delictivo (sea sicariato, delincuencia, etc...) prolongado a partir de las relaciones económicas, políticas y sociales de los barrios y las comunas con ca-rácter generacional y por tanto reproducido en la más importante institución de la sociedad, la familia.


Grafico # 6. Homicidios por lugar de los hechos

Fuente: Base de Datos Proyecto Jóvenes Transformando Ciudad17

Para el caso de los corregimientos, San Antonio de Prado es el de mayor preocu-pación de todos los corregimientos de la ciudad, pues de enero a septiembre de este año ha punteado las cifras de homicidios en zona rural ostensiblemente, y dicha hipótesis la ratifican los registros del periódico Q´ hubo con 29 homicidios frente a los 2 de San Sebastián de Palmitas o a los 3 registrados del Corregimiento de AltaVista.

Buscando identificar las tendencias del periódico en sus publicaciones de los homicidios nos encontramos con una información bastante clara y precisa con relación a los combos o redes criminales y ya que este es el principal motor de los asesinatos es consecuente realzar dicho artículo.

Pues bien, para este periódico hay tres etapas en las cuales se puede ver la historia de Medellín;

1. La época del Cartel (1984-1993)2. El poderío de alias “Berna” (1994-2008)3. Guerra de Combos (2008- hasta hoy)

17 Cabe mencionar que la categoría de ciudad en la gráfica como en todas las demás corresponde a los reportes que tuvo el periódico a nivel general de la ciudad y por tanto no representan una determinada zona.


La primera tiene que ver con la actuación del cartel de Medellín y Pablo Es-cobar, en la segunda se destaca Diego Murillo Bejarano alias “Berna” quien logró tener control sobre el crimen organizado articulando bandas como “La Terraza” y haciéndose al poder de una gran estructura criminal como “La Oficina de Envi-gado”. Y la tercera etapa se definiría con las guerras intraurbanas de los combos

Según lo publico Q´hubo en la primera etapa el sicariato financiado por los nar-cotraficantes inflingieron el terror en Medellín con bandas tales como; 'La Rama-da', 'Los Priscos', 'Los de la Quica' y 'Cascos de Oro'.

En esta etapa la guerra se dio abiertamente contra el estado, donde los poli-cías sufrieron grandes persecuciones, la guerra que propicio “Pablo Escobar fue contra el Cartel de Cali, la Fuerza Pública y los narcos locales que armaron 'rancho aparte', como los Galeano y Moncada” (Q’hubo, 2011, 2). Y con la muerte de Pablo Escobar el 2 de diciembre de 1993, alias “Berna” se hizo al poder y lo que hizo fue


delegar poder en las comunas a diferentes actores pero bajo su supervisión atacó a un agrupaciones disidentes de “La Terraza” y el Bloque Metro, pero fue extradita-do en 2008, este hombre dejo organizada la “Oficina de Envigado” pero tras su ida empezó a tener serias fracturas y como lo enuncia el artículo “Los combos que-daron sin un patrocinador fijo, y buscando sus modos de subsistir chocaron con las pandillas vecinas. El resultado lo sufrimos hoy: fronteras invisibles, balaceras y desplazamiento forzado” (Q’hubo, 2011, 2).


5. PRESENTACIÓN DE RESULTADOSDEL HOMICIDIO JUVENIL

Teniendo en cuenta que los jóvenes según la ley 375 de 1997 son aquellas personas entre los 14 y 26 años hemos querido indagar sobre la partici-

pación juvenil con relación a los homicidios de la ciudad de Medellín y sus corre-gimientos, en la (tabla 9) podemos darnos cuenta que es esta población la más asesinada de la ciudad, y es por ello motivo de preocupación y de análisis.

Tabla # 9. Homicidios según edad Edad

Menores de edad 155

18-25 años 469

26-30 años 245

31-35 años 138

36-40 años 97

41-45 años 79

46-50 años 55

51-55 años 34

56-60 años 21

61 o más 24

Total 1317

Fuente; Medicina Legal

Según los reportes de Medicina Legal los meses más violentos abarcados en esta investigación fueron los meses de enero y abril con 173 y 177 muertes res-pectivamente, ¿Qué población joven quedó inmersa en estas cifras?, pues resulta que de los nueve meses estudiados; en seis meses es mayor el numero jóvenes asesinados al interior de la ciudad ante el resto de la población, (ver tabla 2, en la página 47).


Tabla #10. Homicidios según edad y meses del Año

Joven AdultoMenores de

14 añosTotal

Enero Valor 93 79 1 173

% 7 6 0 13

Febrero Valor 73 62 5 140

% 5,5 4,7 0,3 10,6

Marzo Valor 81 82 1 164

% 6,1 6,2 0 12,4

Abril Valor 91 86 0 177

% 6,9 6,5 0 13,4

Mayo Valor 83 73 2 158

% 6,3 5,5 0,1 12

Junio Valor 71 65 1 137

% 5,3 4,9 0 10,4

Julio Valor 56 77 5 138

% 4,2 5,8 0,3 10,4

Agosto Valor 66 70 0 136

% 5 5,3 0 10,3

Septiembre Valor 51 41 1 93

% 3,8 3,1 0 7

Total Valor 665 635 16 1316

% 50,53 48,25 1,2 100

Fuente: Medicina Legal.

Es necesario entender las dinámicas de estos múltiples homicidios, es por ello que a continuación se presentará una tabla para que vislumbremos las diferentes motivaciones que hay detrás de este escenario de violencia. Si nos fijamos bien en la tabla encontramos 16 homicidios reportados de menores de 14 años y es que en los meses de estudio hemos podido encontrar como a lo largo de los meses estos niños fueron dados de baja. Buscando entender el porqué de estos homicidios y la forma como los niños se están vinculando a las pandillas y combos de Medellín, queremos llamar la atención de la comunidad pues 10 de los 16 menores de 14 años fallecieron por ajuste de cuentas y por enfrentamiento de combos.

Pues bien, se plantean tres razones por las cuales las estructuras criminales están reclutando menores;

1. Porque los niños tienen menor resistencia al desarrollo de ciertas prácticas; se les alecciona para que torturen, desmiembren y demás,... por el hecho


de que la formación ética del la personalidad de un niño es menos madura, lo que lleva a que sea más receptivo a ese tipo de prácticas.

2. Es mano de obra más barata y más fácil de reemplazar.3. Por la flexibilidad penal.

El problema es que cuando cometen crímenes de sicariato o delincuencia si bien no van a la cárcel en muchos casos mueren en la calle, tal como pasó este año con los cinco menores asesinados por ajuste de cuentas o de los cinco que murieron entorno a las plazas de vicio.

Tabla #11. Homicidios según sus móviles y edades enero-septiembre 2011.


14 añosTotal

Intolerancia social Valor 7 14 0 21

% 0,5 1 0 1,5

Ajuste de cuentas Valor 352 369 5 726

% 26,7 28 0,3 55,1Conflicto entre combos por territorio y plazas de vicio Valor 145 108 5 258

% 11 8,2 0,3 19,6

Problemas Personales Valor 30 41 0 71

% 2,2 3,1 0 5,3

Materia de investigación Valor 73 52 2 127

% 5,5 3,9 0,1 9,6

Procedimiento Judicial Valor 12 1 0 13

% 0,9 0 0 0,9

Hurto Valor 17 28 0 45

% 1,3 2,1 0 3,4

Problemas pasionales Valor 8 9 0 17

% 0,6 0,6 0 1,2

Accidental Valor 1 1 0 2

% 0 0 0 0,1

Victima-delincuencia común Valor 8 7 3 18

% 0,6 0,5 0,2 1,3

Deudas Valor 1 0 0 1

% 0 0 0 0

Amenazas Valor 8 4 1 13

% 0,6 0,3 0 0,9

Culposo Valor 1 0 0 1

% 0 0 0 0


Por razón de cargo Valor 0 1 0 1

% 0 0 0 0

Agresión ciudadana Valor 1 0 0 1

% 0 0 0 0

Estado de agresión Valor 1 0 0 1

% 0 0 0 0

Total Valor 665 635 16 1316

% 50,53 48,25 1,21 100


Ahora pues, ¿bajo qué condiciones están muriendo mayoritariamente los jó-venes de Medellín?, pues según los informes de la Sección de Análisis Criminal del CTI18 y bajo el análisis del Proyecto Jóvenes Transformando Ciudad se ha en-contrado que están siendo abatidos por los enfrentamientos entre denominados combos tras la búsqueda de control territorial en procura de las plazas de vicio, por enfrentamientos con la policía y por amenazas principalmente.

Estos “combos” están difuminados a lo largo y ancho de la ciudad y sus corre-gimientos, y es que este problema urbano engendrado en los barrios, en la zona urbana, ahora por el acceso al desplazamiento en medios de transporte, por la expansión urbana, y por la cada vez mas articulada Ciudad Región, las Bandas Cri-minales al servicio del narcotráfico han venido en los últimos años trascendiendo la territorialidad, veamos pues ahora las cifras que ha cobrado esta lucha por el territorio para Medellín.

Tabla # 12Homicidios por Comunas y Corregimientos

Comuna 1 (Popular) 20

Comuna 2 (Santa Cruz) 20

Comuna 3 (Manrique) 60

Comuna 4 (Aranjuez) 87

Comuna 5 (Castilla) 93

Comuna 6 (Doce de Octubre) 84

Comuna 7 (Robledo) 84

Comuna 8 (Villa Hermosa) 107

Comuna 9 (Buenos Aires) 39

Comuna 10 (La Candelaria) 129

18 Cuerpo Técnico de Investigaciones, adscrito a la Fiscalía General de la Nación.


Comuna 11 (Laureles-Estadio) 28

Comuna 12 (La América) 40

Comuna 13 (San Javier) 187

Comuna 14 (Poblado) 16

Comuna 15 (Guayabal) 52

Comuna 16 (Belén) 90

Corregimiento San Sebastián de Palmitas 4

Corregimiento San Antonio de Prado 84

Corregimiento San Cristóbal 53

Corregimiento Santa Elena 17

Corregimiento AltaVista 23


En una entrevista realizada a un habitante del corregimiento de San Antonio de Prado plantea que el surgimiento de la violencia fue por la migración que sufrió a raíz de las casas de interés social. De la que más tiene conciencia es de los ba-rrios Limonar 1 y Limonar 2, y expresa “Pequeño me decían no se me metiera ni siquiera en bus, porque hubo una época en la que no podían pasar de Limonar 1 a Limonar 2, bus que pasaba bajaban la gente lo quemaban y mataban indiscri-minadamente, yo crecí con ese imaginario “al limonar no se puede pasar” “no se puede tocar” la gente hablaba como de las calles bajaban cabezas por las calles y todo eso, en mi infancia yo no tenia nada que hacer por allá” (entrevista conce-dida por habitante de San Antonio de Prado, 2011).

Pero preguntándole como encontraba a San Antonio de Prado en la actualidad contestó; que desde el 2008 que empezó la nueva construcción de casas de inte-rés social todo volvió a complejizarse, y por otro lado coincide con el año de extra-dición de alias “Berna”, ya que según el habitante del corregimiento ante nuevos espacios como el sector de Barichara, los combos o estructuras criminales ya or-ganizadas emprendieron su guerra por la toma de estos nuevos territorios “Nunca había visto a los combos agarrarse así por un lugar” (entrevista concedida por ha-bitante de San Antonio de Prado, 2011). Alude que en estos momentos los barrios de Santa Rita, Las Playas y La Culta, “la culta está a tres cuadras de la estación del policía y eso usted no puede entrar, no puede salir, dicen que ese barrio es ahora un barrio fantasma” (entrevista concedida a habitante de San Antonio de Prado, 2011) tienen serios problemas de estructuras delincuenciales y exclama que lue-go de la migración que tuvo el corregimiento, la raíz del incremento en las muertes también están influenciadas por el desplome del Bloque Cacique Nutibara y del proceso de desmovilización de las AUC.


Salta a la vista que las comunas con mayor número de crímenes son la comuna 13, comuna 10 quien en el 2009 ya contaba con un promedio de 10 bandas iden-tificadas y comuna que reportó para ese mismo año 205 muertes convirtiéndola en la más violenta de la ciudad en ese año y comuna 8 respectivamente, dichas comunas a lo largo de los años han sido caracterizadas por sus altos índices de violencia, pero lo que consterna sustancialmente es el notable número de asesi-natos en los Corregimientos en San Antonio de Prado y San Cristóbal.

Cabe señalar que según los informes de Medicina Legal, las comunas si bien registran dichos homicidios, no son propios de toda la comuna, la mayoría de los homicidios están concentrados en barrios específicos de las comunas, como el barrio la Sierra y Villa Liliam de Villa Hermosa, Carambolas de Manrique, Alfonzo López de Castilla, el Corazón de Jesús de la Candelaria, Moravia de Aranjuez, El Rincón y AltaVista de Belén, Caicedo de Villa Hermosa, El Limonar del Corregimien-to de San Antonio de Prado o Las Independencias de San Javier.

Uno de los hechos a resaltar en esta etapa de homicidios es su gran diferencia en torno a sus ejecuciones pues tras ser Medellín una de las ciudades más vio-lentas del mundo para la década de los noventa, en donde los enfrentamientos al interior de los barrios quedaron plasmados en muchos de los habitantes, ahora el modus operandi de dichos asesinatos yace tras el sicariato. Las cifras hablan por sí solas, 1027 muertes registradas de enero a septiembre de 2011, siendo pues el 78% de las muertes en la ciudad, sin contar con las que están en materia de investigación, y es que al parecer y para dar una hipótesis al respecto, es que la resolución no se da tanto por horas y horas de tiroteos en los barrios de Medellín, sino que ahora las organizaciones criminales han despertado cierto interés por los denominados “Ajuste de Cuentas”, y es que fueron 726 muertes, el 55 % de los homicidios registrados, si bien las disputas no son tan visibles como lo fueron en décadas pasadas este modo de ejecución pone en vilo a los actores del micro-tráfico de droga en pugna por las plazas de vicio, pues cualquier miembro de un combo enemigo, o un expendedor de marihuana y demás sustancias psicoactivas puede hacer un ajuste de cuentas, o retaliación. Y es que ya podríamos decir que las bandas y combos han dejado en gran medida el asesinado indiscriminado y al azar y lo han tornado hacia la línea del homicidio selectivo.

Tabla # 13. Homicidios según Modalidad


14 añosTotal

Sicariato Valor 512 504 11 1027

% 38,9 38,3 0,8 78


Riñas Valor 35 44 0 79

% 2,6 3,3 0 6Instrumentos corto-punzan-tes Valor 21 16 0 37

% 1,5 1,2 0 2,8

Materia de investigación Valor 57 45 2 104

% 4,3 3,4 0,1 7,9

Atraco Valor 6 8 0 14

% 0,4 0,6 0 1Enfrentamiento Policía-de-lincuencia Valor 10 0 0 10

% 0,7 0 0 0,7

Bala perdida Valor 8 8 3 19

% 0,6 0,6 0,2 1,4

Asfixia mecánica Valor 2 2 0 4

% 0,1 0,1 0 0,3

Desmembramiento Valor 2 2 0 4

% 0,1 0,1 0 0,3

Embolsados Valor 5 1 0 6

% 0,3 0 0 0,4Manipulación Imprudente de Armas Valor 2 0 0 2

% 0,1 0 0 0,1

Forcejeo Valor 3 1 0 4

% 0,2 0 0 0,3

Ahorcamiento Valor 0 2 0 2

% 0 0,1 0 0,1

Lanzamiento al vacio Valor 0 1 0 1

% 0 0 0 0

Enmaletado Valor 2 0 0 2

% 0,1 0 0 0,1

Agresión Valor 0 1 0 1

% 0 0 0 0

Total Valor 665 635 16 1316

% 50,5 48,2 1,2 100


Por otro lado Medicina Legal nos presenta que de enero a septiembre de este año se presentaron 1.121 homicidios por arma de fuego, 164 por arma blanca, 28 por anoxia (morir por falta de aire) y 4 por otras. En cuanto a sexo se estableció que murieron 1223 hombres y 94 mujeres.


6. ALTERNATIVAS BRINDADAS POR LAADMINISTRACIÓN MUNICIPAL

La secretaria de gobierno y su sub-secretaria de orden civil durante el 2011 ha venido trabajando con la policía Metropolitana del valle de aburra y ha

desplegado todo un plan en materia de seguridad y convivencia tanto en infraes-tructura como capital humano.

En cuanto a programas se podrían resaltar los siguientes19:• Medellín más segura: lo que busca es crear alianzas para la seguridad y la

convivencia en diferentes actores de la ciudad tales como la administra-ción municipal, los órganos de seguridad y justicia y la sociedad civil donde se busca la corresponsabilidad, coproducción y co-gestión de los mismos.

• Plan Desarme: lo que busca es instaurar una cultura de no violencia, promo-viendo el porte y tenencia de armas en la sociedad civil, buscando la dismi-nución de muertes violentas. Busca disminuir el deseo de portar armas y el comportamiento agresivo a partir de trabajos comunitarios y por otro lado busca aumentar la gobernabilidad del Estado como único autorizado para la tenencia de las armas.

• Programa Vigías de mi Barrio: busca articular a los diferentes vigilantes de los barrios para agruparlos en asociaciones comunitarias de vigilancia.

• Planeación y Presupuesto Participativo: A partir de la Comisión de convi-vencia y seguridad donde se promueven las iniciativas comunitarios de los diferentes barrios de la ciudad.

• Proyecto Guías Ciudadanos para la Convivencia: va dirigido a jóvenes entre los 18 y 25 años en estratos 1 y 2 vulnerables en tema de violencia social, para que sean promotores de normas básicas de convivencia pacífica y ayuden así a la disminución de la intolerancia.

Además de estos presentados también existen la policía comunitaria, el siste-ma de información para la seguridad y la convivencia y el proyecto de control de hidrocarburos, todos dirigidos en pro de garantizar y fomentar la seguridad.

19 Informe Sub-secretaria de Orden Civil, junio de 2011.


Ha dotado de una estructura a la ciudad con los siguientes objetivos:

Infraestructura Lugar

Fuertes de Carabineros Santa Elena

Estaciones de Policía (4)Santa Cruz, Aranjuez, Buenos Aires y Fraternidad

Sub-estaciones de policía(4) Pajarito (nuevo occidente), AltaVista, Pedregal Alto, San Sebastián de Palmitas.

C.A.I.S. periféricos(7) la Avanzada, el Progreso, Bello Oriente, la Loma, la Sierra, La Cruz y El Salado.

Puestos de Control Ejercito(6) Conquistadores, La Discoteca, La Gabriela, Belen-cito, Peñitas-cura, las independencias I, II.

Fuente: Secretaria de Gobierno

La Secretaria de Gobierno en el periodo administrativo del alcalde Alonso Sala-zar diseñó en su agenda para la convivencia un programa llamado Fuerza Joven, con el fin de brindar alternativas ante las actividades delictivas y ante las agru-paciones vinculadas a la violencia y al narcotráfico, este programa está destinado a sectores de alta vulnerabilidad en el municipio donde se les otorga a los benefi-ciarios un acompañamiento individual y familiar a partir de ofertas educativas y culturales, y anexo se les capacita para la inserción laboral.

Este programa tiene tres componentes; Delinquir no paga, Jóvenes en Alto riesgo e Intervención social en cárceles. El primer componente pretende la au-torregulación y la participación ciudadana bajo 4 objetivos específicos; prevenir el primer delito, dar herramientas de juicio para la solución pacifica de conflictos, busca también disminuir el índice juvenil en las cárceles o centros penitenciarios y por último pretende implantar una cultura de la no violencia20.

El segundo componente busca disminuir la participación acelerada de los jóve-nes en los combos y en la delincuencia común para ello establece un rango edad semejante al planteado por “Federico” en su relato sobre la vida de combos, edad que está entre los 14 y 29 años, y exige que los jóvenes beneficiarios habiten en territorios de alta criminalidad, tiene como condicionamientos el pertenecer a un combo o banda y querer no retornar a ella.

20 Disponible en: http://www.medellin.gov.co/irj/portal/ciudadanos?NavigationTarget=navurl://9297533c9164e331fad005d9ff80be8e


Como tercer componente nos encontramos con la intervención social en las cárceles, aquí se tienen procesos con las personas que están en reclusión y con aquellos que recién salieron del reclusorio, ofreciéndoles acompañamiento fami-liar y donde se tiene por fin el no retorno al crimen y la reinserción laboral. Cabe notar que este proceso de fuerza joven es la carta de presentación para los ex presidiarios ya que es un proceso de reinserción a la vida social certificado por la Administración Municipal, donde ella a su vez promueve en las empresas bajo prebendas fiscales la contratación de los jóvenes egresados de este proceso.

Si hacemos un balance de los homicidios en el Municipio nos encontramos con que en los informes de medicina legal las comunas 13, 10, 8, 5 y 6 tienen altos índices de homicidios, y si los comparamos con las comunas que más tie-nen miembros en Fuerza Joven nos vamos a encontrar con escenarios similares, pues de enero a septiembre de 2011, la comuna que más acogió este Programa fue la Candelaria, seguida de Manrique, y Doce de Octubre, curiosamente la comu-na con mas índices de homicidios (Comuna 13) no puntea en relación a número de beneficiarios del Fuerza Joven pues en dicho periodo de tiempo solo 77 jóve-nes accedieron al programa. Contrario a los corregimientos pues como sabemos San Antonio de Prado es el más alto en homicidios en la zona rural y si fue el corre-gimiento que mas accedió al programa de Fuerza Joven.

Tabla #14. Ingreso de beneficiarios a Fuerza Joven enero – septiembre de 2011Informe en el Municipio

Comuna Cantidad

1 73

2 56

3 141

4 54

5 73

6 102

7 43

8 50

9 20

10 245

11 2

12 10

13 77

15 13

16 41

Corregimiento San Cristóbal 10


Corregimiento AltaVista 1

Corregimiento San Antonio de Prado 41

Total 1052

Fuente: Secretaria de Gobierno

Podemos notar que la comuna 14 carece de beneficiarios al igual que los corre-gimientos de San Sebastián de Palmitas y Santa Elena, por otro lado encontramos que Manrique sin tener altos índices de homicidios en este periodo tiene un alto número de beneficiarios ante el incrementado número de bandas y combos en el sector.

A este programa ingresaron 907 hombres y 145 mujeres, éstas mayormente situadas en Manrique y Doce de Octubre, al igual que los hombres.


7. PROPUESTAS PARA MEDELLÍN

Se pueden realizar varias observaciones al ver la situación que afronta la ciudad.

En un primer momento es necesario reforzar las propuestas culturales, parti-cipativas y la oferta del quehacer de los jóvenes en la ciudad, se observa que para poder romper el dinamismo de los grupos armados y los negocios ilegales pues, tienen un fuerte impacto en los barrios subnormales han cooptado las aspiracio-nes de los jóvenes.

En este sentido se puede integrar el trabajo del Estado y la sociedad civil, los gobiernos de Sergio Fajardo (2003-2007) y Alonso Salazar (2008-2011) han de-sarrollado avances en mayor inversión social en los lugares más deprimidos de Medellín, donde se concentra la mayor cantidad de violencia, sobre todo en crea-ción de infraestructura cultural y educativa, al mismo tiempo, han desarrollado procesos de gobernanza con organizaciones sociales en los territorios donde ope-ran, lo que ha revitalizado el trabajo de participación en las comunidades y ha ser-vido para generar una reflexión novedosa sobre el papel de la ciudadanía frente a los desafíos de la ciudad.

Pero, estos programas han tenido enfoques con poblaciones específicas, des-tacándose el trabajo realizado hacia los jóvenes, hacia las mujeres, hacia la pobla-ción LGBTI y la población en situación de desplazamiento, pero no se han atendido los entornos familiares de forma integral, si bien en el programa Buen Comienzo existe un componente de entorno familiar que busca que las madres puedan te-ner los cuidados necesarios con los niños que se encuentran en primera infancia, es necesario generar ese mismo interés en las edades donde los jóvenes son más proclives a entrar en las estructuras delincuenciales, entre los 8 y 14 años de edad, en buena medida podríamos pensar que si los ambientes familiares son mas acogedores, se convierten realmente en lugares para el sano desarrollo de la personalidad de los jóvenes, cuentan con la atención y cariño de sus padres, no buscarán la construcción de identidad, de aceptación y pertenencia en dichas estructuras.


Por otro lado hay que tener en consideración que las familias en cuanto a su estructura han multiplicado sus formas, y por ello una necesidad que las demás instituciones de la sociedad como la educación y la administración apoyen y fo-menten nuevas alternativas para sopesar la crisis familiar.

El primer paso en ese enfoque de atención familiar es lograr interés de los mis-mos padres por formarse y disfrutar de su vocación, ya que si bien existe una oferta considerable de Escuelas de Padres o Asociaciones de padres de familia, lo cierto es que dichos espacios no han llamado la atención de los padres de familia y la participación en ellos es muy poca, de allí que el Estado aliente una promo-ción por el interés de los padres de familia en su formación, en la oportunidad de realización personal en sus circunstancias de paternidad y maternidad, estimule el compartir tiempo en familia, que los padres tengan presente que nadie puede suplantarlos en la formación de las generaciones futuras, para así tener una niñez y una población joven socialmente atendida.

Otro gran desafío para el Estado y el sector privado es desarrollar una propues-ta productiva que pueda reemplazar las rentas que dejan las economías ilegales y que permiten el sustento a quienes integran las organizaciones criminales21, la propuesta de política pública para el trabajo decente22 liderado por la Escuela Na-cional Sindical (ENS) comienza a germinar una posible respuesta al desafío en materia laboral que presenta la ciudad, se debe aprovechar la coyuntura actual con la vuelta del Ministerio del Trabajo y la necesidad de formalización del empleo para la sostenibilidad del sistema de protección social colombiano.

El desempleo y la imposibilidad de tener ingresos dignos hacen más atractivo acceder a las rentas de las economías ilegales, por tal motivo, el sector productivo debe buscar la forma de generar mayor empleo, inversión que revierte en mayor seguridad en sus operaciones y al mismo tiempo el Estado debe invertir en aque-llos sectores económicos que los inversionistas privados no ven atractivos, pero que podrían ser rentables y que son importantes para el desarrollo de la ciudad, en la utilización de mano de obra intensiva y aprovechar las oportunidades que se presentan con la firma de los tratados de libre comercio firmados recientemente por Colombia con diferentes países y bloques económicos.

21 Este ha sido uno de los principales tropiezos que se han encontrado iniciativas que buscan alejar a los jóvenes de la actividad criminal como el Programa Fuerza Jóven, que si bien han logrado evitar que jóvenes se involucren en activida-des ilícitas, se ha encontrado con el problema estructural de la generación de ingresos en comunidades afectadas por el desempleo y el subempleo. 22 Medellín va por una política de trabajo decente (28/10/11) El Colombiano, en: http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/M/medellin_va_por_una_politica_de_trabajo_decente/medellin_va_por_una_politica_de_trabajo_decente.asp consultado (29/11/11)


Sin embargo el debate está abierto pues está en jaque el tipo de trabajo que se pueda implementar para la contratación, bajo que temporalidades y bajo que tipo de remuneración.

El tema educativo necesita seguir siendo una prioridad para la ciudad, si bien se ha avanzado en cobertura e infraestructura, necesitamos cualificar a los profe-sores, que son quienes tienen la responsabilidad de brindar la formación.

En algunos países la jornada escolar es del doble de la colombiana, sería im-portante ver la posibilidad de incrementar la jornada escolar, por dos aspectos, el primero buscar que los niños y adolescentes puedan tener una mejor educa-ción, mejores conocimientos y al mismo tiempo, si los jóvenes llegan a su hogar más temprano a estar solos, lo que les genera una oportunidad enorme de tiempo de ocio que por lo general no es empleado de la mejor manera, presentándose en ocasiones la oportunidad de relacionamiento con quienes realizan el recluta-miento de las estructuras delictivas, sería más conveniente que se queden en sus comunidades educativas, pero para ello, se necesita que las comunidades educa-tivas se conviertan en lugares de sana convivencia, acogedores y de promoción humana.

Es importante que la presencia de la Fuerza Pública en la ciudad siga ahondan-do en posibilidades de una mejor atención y que instituciones como la Policía Me-tropolitana del Valle de Aburrá busque fortalecer la disciplina institucional entre sus hombres para que la comunidad se apoye cada vez más en su accionar.

Por último es necesario hacer un renovado esfuerzo por generar nuevas inicia-tivas y campañas que fortalezcan la cultura ciudadana y la convivencia, se nece-sita de renovados esfuerzos por parte de la Administración Municipal en señalar los peligros que entraña para la sociedad ser permisiva con la violencia.


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Se terminó de imprimir enIndustria Gráfica Litoservicios, febrero de 2012Tel. (4) 284 7982 - [email protected]

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Homicidios en Medellín 2011