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Junio 2005 Volumen 50 Número 2 Rhys Williams es Catedrático de Epidemiología Clínica de la Universidad de Swansea, en el RU. Es Vicepresidente de la FID y Presidente del Grupo de Trabajo de la Federación para la Concienciación de Diabetes. Los efectos del tabaco sobre las complicaciones diabéticas que afectan al riñón, la vista y los nervios, están menos claros, aunque parece haber pruebas de que, por ejemplo, el riesgo de retinopatía diabética aumenta en los ojos de los ancianos fumadores. Sean cuales sean los detalles científicos de este hecho, no necesitamos más pruebas de que debería aconsejarse enérgicamente y dejar de fumar y dar apoyo a todas las personas con diabetes, sea cual sea la etapa de su vida con la afección. Los argumentos que defienden que se debería dejar a los fumadores que sigan fumando por respeto a su libertad personal son falsos. Los fumadores no sólo se hacen daño a sí mismos, también dañan a los demás: a su bebé antes de nacer, a quienes respiran su humo y a quienes son beneficiarios del sistema sanitario pero que podrían no obtener la atención necesaria debido a que unos recursos preciosos se están gastando, necesariamente, en el tratamiento de los efectos perniciosos del tabaco. El panorama está claro. Nosotros, como profesionales sanitarios, debemos ayudar y apoyar a los fumadores, especialmente en nuestro caso a quienes tienen diabetes, para que dejen de fumar para siempre. Una de las cosas más sorprendentes que encontraremos en este número es que los efectos perniciosos de fumar tabaco se extienden a lo largo de toda la vida, desde la concepción hasta lo que acabará siendo, para la mayoría de los que siguen fumando, su desgraciadamente temprana tumba. Las personas cuyas madres fumaron durante el embarazo parecen correr un riesgo mayor de desarrollar diabetes tipo 2. Ésta es otra importante razón que sumar para convencer a las fumadoras y a los profesionales sanitarios que las atienden de la necesidad de dejar de fumar antes de quedarse embarazadas. Que el tabaquismo aumente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 parece altamente probable. Las sustancias que contiene el humo del tabaco, como la nicotina, provocan insensibilidad a la acción de la insulina. Esta última es el componente clave del síndrome metabólico que frecuentemente incluye la diabetes tipo 2 y genera de modo consistente un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular. Para muchas personas con diabetes tipo 2 ya establecida, tener sobrepeso o estar obesas, o tener una tendencia marcada al aumento de peso, son problemas importantes y aparentemente insuperables. El aumento de peso es especialmente temido como posible consecuencia de dejar de fumar. Un cigarrillo puede parecer una distracción útil que ayudará a controlar el deseo de picotear, y también tiene unos efectos fisiológicos, por los cuales fumar aumenta la glucosa en sangre y reduce el apetito. El equilibrio de riesgos, sin embargo, no apoya el tabaquismo como estrategia terapéutica. Hoy hay esperanzas de que las nuevas intervenciones terapéuticas puedan capacitar a los fumadores con diabetes tipo 2 y problemas de peso para que consigan dejar de fumar y reducir el aumento de peso que aparece a continuación. Fumar aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y derrame cerebral para todo el mundo, tanto si tienen diabetes como si no. Dado el riesgo ya alto de enfermedad cardiovascular y derrame cerebral en personas con todo tipo de diabetes, aumentar aún más el riesgo es un comportamiento peligroso. Es hora de dejarlo para siempre 3 Junio 2005 Volumen 50 Número especial Puntos de vista

20sobre%20Fumar

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Junio 2005 Volumen 50 Número 2

Rhys Williams es Catedrático de Epidemiología Clínica de la Universidad de Swansea, en el RU. Es Vicepresidente de la FID y Presidente del Grupo de Trabajo de la Federación para la Concienciación de Diabetes.

Los efectos del tabaco sobre las complicaciones diabéticas que afectan al riñón, la vista y los nervios, están menos claros, aunque parece haber pruebas de que, por ejemplo, el riesgo de retinopatía diabética aumenta en los ojos de los ancianos fumadores. Sean cuales sean los detalles científicos de este hecho, no necesitamos más pruebas de que debería aconsejarse enérgicamente y dejar de fumar y dar apoyo a todas las personas con diabetes, sea cual sea la etapa de su vida con la afección.

Los argumentos que defienden que se debería dejar a los fumadores que sigan fumando por respeto a su libertad personal son falsos. Los fumadores no sólo se hacen daño a sí mismos, también dañan a los demás: a su bebé antes de nacer, a quienes respiran su humo y a quienes son beneficiarios del sistema sanitario pero que podrían no obtener la atención necesaria debido a que unos recursos preciosos se están gastando, necesariamente, en el tratamiento de los efectos perniciosos del tabaco. El panorama está claro. Nosotros, como profesionales sanitarios, debemos ayudar y apoyar a los fumadores, especialmente en nuestro caso a quienes tienen diabetes, para que dejen de fumar para siempre.

Una de las cosas más sorprendentes que encontraremos en este número es que los efectos perniciosos de fumar tabaco se extienden a lo largo de toda la vida, desde la concepción hasta lo que acabará siendo, para la mayoría de los que siguen fumando, su desgraciadamente temprana tumba.

Las personas cuyas madres fumaron durante el embarazo parecen correr un riesgo mayor de desarrollar diabetes tipo 2. Ésta es otra importante razón que sumar para convencer a las fumadoras y a los profesionales sanitarios que las atienden de la necesidad de dejar de fumar antes de quedarse embarazadas.

Que el tabaquismo aumente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 parece altamente probable. Las sustancias que contiene el humo del tabaco, como la nicotina, provocan insensibilidad a la acción de la insulina. Esta última es el componente clave del síndrome metabólico que frecuentemente incluye la diabetes tipo 2 y genera de modo consistente un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular.

Para muchas personas con diabetes tipo 2 ya establecida, tener sobrepeso o estar obesas, o tener una tendencia marcada al aumento de peso, son problemas importantes y aparentemente insuperables. El aumento de peso es especialmente temido como posible consecuencia de dejar de fumar. Un cigarrillo puede parecer una distracción útil que ayudará a controlar el deseo de picotear, y también tiene unos efectos fisiológicos, por los cuales fumar aumenta la glucosa en sangre y reduce el apetito.

El equilibrio de riesgos, sin embargo, no apoya el tabaquismo como estrategia terapéutica. Hoy hay esperanzas de que las nuevas intervenciones terapéuticas puedan capacitar a los fumadores con diabetes tipo 2 y problemas de peso para que consigan dejar de fumar y reducir el aumento de peso que aparece a continuación.

Fumar aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y derrame cerebral para todo el mundo, tanto si tienen diabetes como si no. Dado el riesgo ya alto de enfermedad cardiovascular y derrame cerebral en personas con todo tipo de diabetes, aumentar aún más el riesgo es un comportamiento peligroso.

Es hora de dejarlo para siempre

3Junio 2005 Volumen 50 Número especial

P u n t o s d e v i s t a

( )

Impacto sanitario y económico

del tabaco

en el mundoy Derek Yach

>>Durante cinco décadas, se han acumulado

pruebas que demuestran que el tabaco

mata. Con cada nueva revisión de estas

pruebas, va en aumento el número de

causas de muerte que se ha demostrado

estar directamente vinculadas al tabaco.

Esta cifra en la actualidad supera las 35.

Entre las causas se encuentran muchos de

los grandes colaboradores de la muerte

y las enfermedades en el mundo, y son

responsables del fallecimiento de unos cinco

millones de personas al año. Basándonos

en los índices actuales de consumo de

tabaco y las tendencias recientes, se

espera que esta cifra se multiplique por

dos en los próximos 20 ó 30 años.

La mitad de los fumadores de hoy día

(unos 650 millones de personas) morirá

por causa del tabaco. Además, hay pruebas

El tabaco mata a la mitad de todos sus consumidores habituales,

se cobra un precio considerable en términos de enfermedad,

discapacidad y sufrimiento, y tiene un impacto profundamente

negativo sobre los ingresos familiares y las economías

nacionales. En este artículo, Derek Yach subraya las dimensiones

de este impacto a nivel mundial y en China en particular.

cada vez más sólidas sobre los efectos de

respirar el humo ajeno. Fumar durante el

embarazo daña al feto antes de nacer. Los

niños que se ven expuestos al humo del

tabaco tienen un mayor riesgo de sufrir

varias enfermedades, como infecciones

agudas respiratorias y del oído medio.

Además, los adultos que se ven expuestos

al humo de otras personas tienen un

mayor riesgo de sufrir enfermedades

cardiovasculares y cáncer de pulmón.

Los niños y los adultos

expuestos al humo de los

demás tienen un mayor

riesgo de desarrollar

enfermedades graves.

Las pruebas epidemiológicas ya no

sólo proceden de estudios europeos y

estadounidenses, sino que proceden de

estudios a gran escala realizados en países

como China, India, Sudáfrica y Brasil. En

muchos de estos nuevos estudios, los

riesgos adicionales que reflejan el alto nivel

de las enfermedades infecciosas subyacentes

en muchos países en vías de desarrollo

tienen una relación causal con el consumo

de tabaco. Por lo tanto, las investigaciones

recientes procedentes de China, India y

Sudáfrica han demostrado que los índices

de muerte por tuberculosis, por ejemplo,

son entre tres y cuatro veces mayores

en fumadores que en no fumadores.1

China: a la cabezaLa República Popular China consume más

cigarrillos que ningún otro país del mundo;

alrededor de 360 millones de personas en

China fuman tabaco, una cuarta parte de

todos los fumadores del planeta. Con un

consumo anual que ronda los 2 trillones

de cigarrillos, China representa el 30%

del mercado mundial del tabaco.2 La

prevalencia actual del tabaquismo es del

63% en varones y del 3,8% en mujeres; unos

460 millones de personas en China están

expuestos al humo del tabaco ajeno.3,4

Además, China produce más cigarrillos que

ningún otro país del mundo. En 1997, China

1111

I m p a c t o m u n d i a l

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

fabricó más de 84 millones de cajetillas

de tabaco y utilizó más de 1,3 hectáreas

de tabaco en la fabricación de cigarrillos.

El gobierno chino obtiene una

importante proporción de sus ingresos

fiscales (más del 11%) de los impuestos

procedentes de la venta de tabaco.5

Costes asombrosos y falta de concienciación

Los cálculos del coste sanitario del

consumo de tabaco en China son

enormes (el 6% de todos los costes

médicos directos), aunque prudentes;

éstos no incluyen los costes sanitarios

generados por enfermedades que surgen

de la exposición al humo ajeno. Además,

con la mejora de la recopilación de

datos procedentes de certificados de

defunción, registros de cáncer y otras

fuentes, se espera poder demostrar que

hay un número aún mayor de muertes

por consumo de tabaco en China. Aunque

los costes económicos y humanos del

consumo de tabaco son asombrosos, la

población china es bastante inconsciente

de las consecuencias que fumar tiene

para la salud. Según una encuesta dirigida

en China en 1996, el 61% de quienes

respondieron indicó que fumar tabaco

no suponía ningún daño para su salud.

Tendencias negativas, especialmente entre mujeres y jóvenesSiguen siendo negativas las tendencias

mundiales del consumo de tabaco,

especialmente entre niños y mujeres. El

mayor estudio epidemiológico del mundo,

la Encuesta Mundial sobre Juventud y

Tabaco (Global Youth Tobacco Survey),

ofrece pruebas poderosas procedentes

de casi 130 países desarrollados y en

vías de desarrollo de que fuma uno de

cada cinco niños entre 13 y 15 años.

Además, los mismos estudios muestran © World Bank/C Carnemark

1212

I m p a c t o m u n d i a l

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

( )

que casi la mitad de todos los niños está

expuesta al humo del tabaco en casa.

Mientras que en el mundo la proporción

entre los índices de tabaquismo de hombres

y mujeres es de alrededor de cuatro a

uno, esta diferencia se ha estrechado con

el paso del tiempo y ahora es inferior a

dos a uno en el grupo de edad de entre

13 y 15 años. A menos que aumenten de

modo drástico los índices de abandono

del tabaco entre las chicas, probablemente

se produzca una epidemia masiva de

muertes relacionadas con el tabaco entre

las mujeres en las próximas décadas; las

muertes relacionadas con el tabaco entre

hombres irán descendiendo poco a poco.

Casi la mitad de todos los

niños está expuesta al

humo del tabaco en casa.

Tabaco y pobrezaDe los 1,3 billones de fumadores en el

mundo, el 84% vive en países en vías de

desarrollo. En 2004, la campaña de la

Organización Mundial de la Salud (OMS)

“Un día sin tabaco” estuvo protagonizada

por la relación entre tabaco y pobreza.

Hubo varias razones para enfatizar este

punto. En primer lugar, la prevalencia

del tabaquismo entre los hombres es

mayor en los países de ingresos bajos y

medios. La prevalencia general entre los

varones en 2003 se acercaba al 50% en

los países de ingresos bajos y medios; © World Bank/C Carnemark

Alrededor de 360 millones de personas en China fuman tabaco, una cuarta parte de los fumadores del planeta.

13Junio 2005 Volumen 50 Número especial

I m p a c t o m u n d i a l

( )

( )

y Derek YachDerek Yach es el jefe de la División de Salud

Mundial, Facultad de Salud Pública de la

Universidad de Yale, EEUU. Previamente

trabajó en la OMS, en donde entre sus

responsabilidades se encontraba el desarrollo

de la Convención Marco para el Control del

Tabaco y la Estrategia Mundial para la dieta,

la Actividad Física y la Salud.

Bibliografía1 Yach D, Raviglione M. TB and tobacco. Evidence-based

Health care 2004; 8: 28.

2 Rossel S. Marketplace China: Kunming 2004.Tobacco Journal International 2004; 5: 24-6.

3 Yang G, Fan L, Tan J, et al. Smoking in China. Findings of the 1996 national prevalence survey. J Am Med Assoc Assoc 1999; 282: 1247-53.

4 Zhu J. How to coordinate the conflict between tobacco control and tobacco production in China. Periscope 1996; 46: 12-3.

5 Hu T-W, Mao ZZ. Economic analysis of tobacco and options for tobacco control: China case study. Economics of tobacco control paper no. 3. Ginebra, Suiza: Organización Mundial de la Salud; 2002.

en países de ingresos altos era del 35%.

En muchos países en vías de desarrollo,

al igual que sucede en muchos países

desarrollados, la máxima prevalencia

de consumo de tabaco se encuentra

entre quienes tienen los niveles más

bajos de alfabetización o ingresos.

En segundo lugar, el tabaco aumenta la

pobreza a nivel individual, familiar y nacional.

En las familias pobres, el dinero que se gasta

en tabaco es un dinero que no se gasta en

alimentos, vivienda, educación o salud.

Los países sufren pérdidas económicas

como resultado de un aumento de

los costes sanitarios, además de una

pérdida de productividad debida a

enfermedades relacionadas con el tabaco

y muerte prematura. Muchos países son

importadores netos de hoja de tabaco,

perdiendo como resultado millones de

dólares cada año en el cambio de moneda.

En 2002, 19 países tuvieron un balance

negativo del comercio de productos de

tabaco de más de 100 millones de USD

(entre los que se encuentran Malasia,

Nigeria, la Federación Rusa y Vietnam).

La máxima prevalencia de

tabaquismo se encuentra

entre las personas con

los niveles más bajos de

alfabetización e ingresos.

¿Quién gana?Con el aumento del número de personas

que mueren como consecuencia del humo

del tabaco (propio o ajeno), los beneficios

de las principales compañías tabacaleras

siguen en aumento. Altria (antes Philip

Morris), con unas ventas mundiales de 62

billones de USD, mostró un crecimiento

del 14% de los beneficios entre 2002 y

2004. La British American Tobacco, con

unas ventas mundiales de cerca de 20

billones de USD, mostró un crecimiento

del 28% de los beneficios durante el mismo

período. A pesar de que cada vez existen

medidas más eficaces para controlar el

consumo de tabaco, estas compañías

siguen prosperando y creciendo.

En años recientes, los esfuerzos de

los fabricantes de tabaco por que se

les considere “buenos ciudadanos

empresariales” han tenido éxito. El

compromiso de British American

Tobacco con el desarrollo sostenible, por

ejemplo, le coloca entre las principales

empresas multinacionales. Los criterios

que se utilizan para esta clasificación,

por supuesto, son cuestionables.

A pesar de las medidas

para controlar el

tabaquismo, las

tabacaleras siguen

prosperando.

Necesidad urgente de adoptar medidas económicasEl precio es el determinante más

poderoso del consumo de tabaco,

especialmente entre los jóvenes y los

pobres. Aumentar los impuestos del

tabaco en todo el mundo podría tener

un fuerte impacto sobre la prevalencia

su consumo. Al mismo tiempo, esto

proporcionaría unos ingresos muy

necesarios para los gobiernos.

Cuando los gobiernos aumenten los

impuestos, por otro lado, deberían

garantizar que un porcentaje de estos

ingresos extra se utilice para reforzar los

controles de frontera a fin de combatir el

contrabando y poder financiar iniciativas

de promoción de la salud, como medidas

eficaces de control del tabaco.

ConclusionesEl impacto sanitario y económico del tabaco

es hoy considerado inaceptable por todos

los países. Por esta razón, la Convención

Marco para el Control del Tabaco de la OMS

necesita de apoyo urgente para pasar de la

literatura a la práctica. Mediante la ferviente

implementación de esta Convención,

todas las personas y comunidades

estarán más protegidas del tabaco.

1414

I m p a c t o m u n d i a l

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

Jugar con la adicción:

creencias peligrosas sobre

tabaquismo y diabetesy Debra Haire-Joshu y Janet Thomas

Las personas con diabetes que fuman

suelen tener un alto nivel de dependencia

del tabaco; a la vez que suelen manifestar

un alto nivel de motivación para dejar de

fumar, muchos fumadores con diabetes

intentan repetidamente superar su

adicción. Sin embargo, las personas con

diabetes que fuman podrían tener menos

probabilidades de dejar de fumar sin ayuda.

Además, podrían tener más probabilidades

de fracasar cuando se unen a un programa

organizado para dejar el tabaco.

En comparación con los no fumadores con diabetes, las personas

con diabetes que fuman tienen el doble de riesgo de muerte

prematura. El riesgo de complicaciones asociadas al consumo

de tabaco en combinación con la diabetes es casi 14 veces

mayor que el riesgo de fumar o tener diabetes por separado.

Las creencias erróneas sobre fumar pueden contribuir con la

prevalencia del tabaquismo entre su población de alto riesgo.

Los profesionales sanitarios se encuentran en la situación ideal

para reducir el consumo de tabaco, estimulando y ayudando a

las personas en sus esfuerzos por dejar de fumar. Nos informan

Debra Haire-Joshu y Janet Thomas.

Aunque se ha demostrado que dejar

de fumar tiene como resultado una

importante reducción del número de

fallecimientos relacionados con el tabaco

y podría ser especialmente importante

en fumadores con diabetes, pocos

programas para dejar de fumar se han

centrado en este grupo de alto riesgo.

Creencias peligrosasEntre los fumadores con diabetes, las

creencias erróneas sobre el tabaco en

general y las que están específicamente

relacionadas con la diabetes podrían influir

sobre la posibilidad de que una persona

comience a fumar o de que consiga

superar más adelante su dependencia de

la nicotina. Las creencias populares sobre

los resultados asociados con el consumo

de tabaco y su influencia supuestamente

positiva sobre el control de la diabetes,

como la reducción del estrés y el control

del peso, podrían motivarles para seguir

fumando o incluso aumentar el consumo.

Con el fin de saber más sobre sus

conocimientos, creencias y actitudes con

respecto al tabaquismo y el abandono de

dicho hábito, se formaron unos grupos

de muestra elegidos entre fumadores con

diabetes.1 Los resultados de estos debates

coinciden con los hallazgos procedentes

de otros estudios, y ponen al descubierto

varias creencias peligrosas con respecto a

las influencias del tabaco sobre la diabetes.

“Fumar ayuda a controlar el

apetito... mejor fumar que

andar picando todo el día.”

Con frecuencia fumar se ha descrito como

un medio para controlar el apetito y dejar

de comer entre horas y, por lo tanto,

>>

15Junio 2005 Volumen 50 Número especial

I m p a c t o m u n d i a l

( )

( )

como método de evitar el aumento peso.

Los estudios dirigidos entre fumadores

en la población en general han revelado

que dejar de fumar tiene como resultado

un aumento de peso medio durante 12

meses de 4,5 kg en mujeres y 2,3 kg en

varones. Afortunadamente, tan sólo una

minoría de las personas que dejan de

fumar gana peso en exceso. Sin embargo,

muchas personas con diabetes creen que,

si aumentan demasiado de peso al dejar

de fumar, eso interferirá con el control de

su diabetes y, por lo tanto, dudan sobre

si deben dejar o no de fumar tabaco.

Dejar de fumar es

prioritario en el

tratamiento vanguardista

de la diabetes.

El control diabético suele subrayar la

importancia de mantener el peso, de

modo que podría estar contribuyendo

inconscientemente a que aumente el temor

a engordar tras dejar de fumar. El énfasis

acerca del peso en la atención a la diabetes

podría restarle atención a la importancia

de dejar de consumir tabaco. Sin embargo,

el riesgo de continuar fumando es mucho

mayor que el de los 2,3 kg a 4,5 kg de

peso que se puedan ganar. De hecho,

dejar de fumar es una prioridad de la

atención a la diabetes de vanguardia.

Los profesionales sanitarios se encuentran

en una posición ideal para garantizar que

las personas con diabetes comprendan

la importancia de dejar de fumar para

el control de su diabetes. Una vez que

una persona consigue dejarlo, se puede

implementar un plan para mantener el

peso y evitar un aumento. Esto podría

implicar un incremento de la actividad

física, que podría limitar el aumento de

peso, mejorar el control de la diabetes,

mejorar el control del estrés y distraer

a la persona de su necesidad de fumar.

“Fumar me calma y me ayuda

a combatir el estrés.”

Muchos fumadores afirman que fuman para

aliviar el estrés. Éste parece especialmente

ser el caso de las personas con diabetes.

Vivir con diabetes puede resultar desafiante;

a menudo las personas se sienten frustradas,

abrumadas, enfadadas y desanimadas

por un conjunto complejo y exigente de

recomendaciones para su cuidado personal.

Si tenemos en cuenta las exigencias

adicionales del control de la diabetes (como

la automonitorización de los niveles de

glucosa, las especificaciones dietéticas), las

personas con diabetes pueden sentirse aún

más estresadas. El estrés se ha asociado con

un aumento de la probabilidad de fumar y

un descenso de la capacidad de dejarlo.

En contraste, una serie de estudios ha

revelado que los ex-fumadores manifiestan

tener menos estrés después de dejar

de consumir tabaco. Ya no tienen que

soportar la fluctuación de sus niveles de

nicotina, ni preocuparse de si tienen o

no tabaco, por la próxima oportunidad

para poder fumar o encontrar una zona

de fumadores, y son más capaces de

concentrarse en la tarea que tienen

entre manos. Ser más productivo se

traduce en más tiempo libre para

actividades de ocio que alivien el estrés.

Los ex-fumadores suelen

manifestar sentirse más

descansados incluso

con la misma cantidad

de horas de sueño.

Además, la calidad del sueño suele

mejorar cuando las personas dejan

de fumar tabaco. Por lo tanto, los ex-

fumadores suelen manifestar sentirse

más descansados incluso cuando

duermen la misma cantidad de horas.

Los profesionales sanitarios se

encuentran en una posición singular

para educar a las personas sobre las

propiedades estresantes del tabaco y

para incorporar estrategias positivas de

control del estrés en el control diario

de la diabetes como estrategia para

promover el abandono del tabaco.

“Fumar me da energía y me ayuda

a sentirme menos deprimido.”

En comparación con la población

adulta en general, las personas con

diabetes tienen un mayor riesgo de

depresión. La prevalencia de depresión

se calcula que se halla en el 14% entre

las personas con diabetes, y entre el

3%-4% entre la población general.

En distintos ejemplos basados en múltiples

clínicas y en la población se ha demostrado

que, en comparación con quienes no

están deprimidos, las personas con

depresión tienen más probabilidades de:

manifestar una mayor

dependencia de la nicotina

tener dificultades para dejar de fumar

experimentar mayores

síndromes de abstinencia.

Es posible que las personas deprimidas

puedan intentar automedicarse con el

tabaco. Se aconseja a los profesionales

sanitarios que evalúen cuidadosamente

a las personas con diabetes que fuman,

tengan en cuenta su historial de

depresión y les ofrezcan el tratamiento

adecuado que necesiten antes, durante

y después de dejar de fumar.

1616

I m p a c t o m u n d i a l

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

( )Dejar de fumar con diabetesLas estrategias para dejar de fumar

representan una intervención

económicamente eficaz aconsejable para

todos los fumadores con diabetes. Los

profesionales sanitarios, una vez reconocida

la fuerte influencia que tienen las creencias

que rodean al consumo de tabaco dentro

de este grupo de alto riesgo, pueden

ofrecer a las personas educación y apoyo

para derribar estas barreras cognitivas que

les impiden dejar de fumar, y estimular la

prevención del tabaquismo y el abandono

del mismo en personas con diabetes.

Dejar de fumar se consigue mediante una

combinación de estrategias múltiples (ver

Tabla 1). Se aconseja a los profesionales

sanitarios de la atención a la diabetes que

informen sobre la importancia de dejar de

fumar, que hagan comprender lo difícil que

resulta abandonar dicho hábito y subrayen

que el consumo de tabaco puede ser un

problema crónico. Se debería aconsejar a

todas las personas que fumen que lo dejen.2

Cualquier preocupación que sea

específicamente relevante para las personas

con diabetes que fumen, como el aumento

de peso, debería hablarse directamente.

Se debería ofrecer a los fumadores con

diabetes ayuda farmacológica (productos de

reemplazo de nicotina) para que las utilicen

a la vez que se realizan intervenciones

de asesoramiento conductual.

Con el fin de apoyar la abstinencia del

tabaco a largo plazo, se deberían incluir

estrategias para dejar de fumar que

apunten a la prevención de una recaída.

Los profesionales sanitarios deberían

tratar los factores emocionales que

influyen sobre los obstáculos para dejarlo

y para mantener la abstinencia de fumar.

Finalmente, en el caso de que la persona

vuelva a fumar, se anima a los profesionales

sanitarios a que revisen los detalles de

la situación en la que se ha producido la

recaída, con el fin de identificar estrategias

específicas para evitar situaciones

similares en el futuro. Es importante

recordar a quienes intentan dejar de

fumar que la mayoría de las personas que

lo consiguen de manera continuada han

fracasado previamente dos o tres veces.

Las personas que

consiguen dejarlo de

manera continuada han

fracasado previamente

dos o tres veces.

Investigaciones futurasPocos estudios han tratado los atributos

e influencias singulares que pueden

contribuir al consumo de tabaco entre las

personas con diabetes. Desgraciadamente,

muchos de los estudios existentes

son difíciles de interpretar, dado el

pequeño tamaño de las muestras, la

pobre definición de los métodos y los

altos índices de fracaso. Además, hay

pocas pruebas que documenten la

eficacia de los tratamientos para dejar

de fumar en fumadores con diabetes.3

Es necesario seguir estudiando para

Debería hablarse directamente sobre cualquier preocupación que sea relevante para las personas con diabetes.

17Junio 2005 Volumen 50 Número especial

I m p a c t o m u n d i a l

identificar y comprender los factores

asociados al control de la diabetes,

como el estrés, que provoca el seguir un

complejo régimen para dicha afección y la

manera en la que las creencias erróneas

podrían influir sobre la capacidad de una

persona de conseguir dejar el tabaco

sin volver a caer. La falta de estudios

de intervención quizá refleje la baja

prioridad emplazada en dejar de fumar

en la atención clínica a la diabetes. Se

necesitan más estudios de intervenciones

en el futuro hechos a medida para

combatir las creencias que promueven el

tabaquismo o interfieren con el abandono

del mismo en personas con diabetes.

Tabla 1: Diabetes y tabaco: estrategias de ayuda para dejar de fumar

para profesionales sanitarios2

y Debra Haire-Joshu y Janet Thomas

Debra Haire-Joshu es Profesora y

Directora de la División de Ciencias del

Comportamiento y el Centro de Educación

para la Salud de la Facultad de Salud Pública

de la Universidad de St. Louis, en St Louis,

Missouri, EEUU.

Janet Thomas es Auxiliar de Cátedra del

Departamento de Medicina Preventiva

y Salud Pública del Centro Médico de la

Universidad de Kansas, en Kansas City,

Kansas, EEUU.

References1 Haire-Joshu D, Glasgow RE, Tibbs TL. Smoking and

diabetes. diabetes. Diabetes Care 2003; 26: 89-90.

2 Diabetes care and treatment of tobacco use. In Practical Psychology for Diabetes Clinicians Practical 2nd edition, Eds. Anderson B. and Rubin R. American Diabetes Association, 103-12, 2002.

3 Haire-Joshu D, Glasgow RE, Tibbs TL. Smoking and diabetes (Technical Review). Diabetes Care 1999; 11: 1887-98. 11: 1887-98.

Aconsejar a todos los fumadores que dejen de fumar de manera clara, enérgica y personalizada. (“Necesito que sepas que dejar de fumar es lo más importante que puedes hacer para proteger tu salud hoy y en el futuro. El personal clínico y yo te ayudaremos.”)

Pregúntele a cada fumador si está dispuesto o dispuesta a intentar dejarlo en ese mismo momento (en los próximos 30 días, por ejemplo).

Ayude a todas las personas a dejar de fumar.

Para quienes no estén dispuestos a dejarlo en ese momento, resalte las “5 erres”: Relevancia – déles información individualizada sobre los peligros del

tabaco Riesgo – enfatice el aumento del riesgo de enfermedad vascular y

complicaciones diabéticas producto de la combinación del tabaco y la diabetes Recompensa – repase los beneficios de dejar de fumar Resistencia – garantice al paciente que está dispuesto a ayudarle

en sus esfuerzos por dejar de fumar y superar los obstáculos, y que el fracaso de intentos anteriores podría ser un estímulo para conseguir el éxito en el futuro Repetición – revise qué piensa el paciente acerca de dejar de

fumar durante la siguiente visita.

Para quienes quieran dejar de fumar Repase los pasos principales para dejar de fumar Ponga fecha para dejarlo Identifique los posibles desencadenantes de una recaída y diseñe

planes específicos para afrontarlos antes de dejar de fumar Evalúe la posibilidad de una terapia de reemplazo de nicotina (si

le preocupa la terapia de reemplazo de nicotina en personas con diabetes, lea el artículo de Giovanni Targher en este mismo número) Hable de cualquier preocupación sobre aumento de peso

o relacionada con la diabetes Envíe al paciente a un centro de ayuda para dejar de fumar, recétele

nicotina de reemplazo, proporciónele material de autoapoyo o ayúdele a diseñar un plan específico.

Organice un contacto continuo Haga un calendario de contactos de seguimiento, ya sea en

persona o telefónicamente Los contactos de seguimiento deberían tener lugar inmediatamente

después de la fecha establecida para dejar de fumar, preferiblemente durante la primera semana.

1818

I m p a c t o m u n d i a l

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

Causa y efecto:

tabaquismo y diabetes y Gary TC Ko y Clive S Cockram

El consumo de tabaco incrementa el riesgo de todos los tipos

principales de enfermedad cardiovascular, en especial el

infarto de miocardio, derrame cerebral y obstrucción de los

vasos sanguíneos de las extremidades inferiores. Las personas

con diabetes, en especial con diabetes tipo 2, también corren

un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. La combinación

de diabetes y tabaquismo aumenta aún más el riesgo de estas

enfermedades, además de exacerbar otras complicaciones

diabéticas. Además, han aparecido pruebas durante las últimas

décadas que sugieren una asociación entre el tabaquismo y

el desarrollo de diabetes tipo 2. Gary Ko y Clive Cockram nos

hablan del tema.

>>

Riesgo de diabetesDurante los últimos 15 años

aproximadamente, se han acumulado

pruebas que sugieren una asociación entre

el tabaquismo y el riesgo de desarrollar

diabetes tipo 2, tanto en varones como

en mujeres. En general, estos estudios

eran grandes, prospectivos, convincentes

y se basaron en la población.

Will et al analizaron los datos que

se recopilaron en el Estudio para la

Prevención del Cáncer I, un estudio de

grupo prospectivo que se desarrolló

entre 1959 y 1972, y que contó con

275.190 varones y 434.637 mujeres.1 Estos

investigadores descubrieron que, entre

las personas que fumaban 40 cigarrillos

o más al día, los varones tenían un riesgo

de desarrollar diabetes que superaba

en un 45% el de los varones que nunca

habían fumado. El riesgo comparado

en mujeres aumentaba en un 74%.

Resultados casi idénticos en varones

se presentaron a partir del Estudio

Zutphen, el Estudio de Seguimiento

de Profesionales Sanitarios, el Estudio

Sanitario de Médicos y el Estudio

Regional Británico sobre el Corazón, y

Cada vez hay más pruebas que sugieren

que el tabaquismo es un factor de riesgo

independiente de diabetes tipo 2.

Sin embargo, para poder establecer

que el consumo de tabaco origina el

desarrollo de diabetes, es necesario

que se cumplan varios criterios:

demostración de una relación de

respuesta según dosis entre tabaco

y diabetes (es decir, que cuanto

más fume una persona, mayor es el

riesgo de desarrollar diabetes)

pruebas de que dejar de fumar reduce

el riesgo de desarrollar diabetes

un mecanismo biológico plausible que

vincule el tabaquismo y la diabetes

pruebas de que se hayan excluido

otras posibles explicaciones.

1919

E f e c t o s d i r e c t o s

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

Las mujeres que fuman 40 cigarrillos al día tienen un 74% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

© NCI/B Branson

( )

( )

en mujeres en el Estudio Sanitario de

Enfermeros. También se han documentado

asociaciones igualmente fuertes entre

tabaquismo y el riesgo de diabetes tipo 2

en las poblaciones chinas y japonesas.

Varios estudios prospectivos anteriores

demostraron que no había ninguna

relación entre tabaquismo y riesgo de

diabetes. Sin embargo, en su mayoría estos

estudios eran pequeños y no estaban

diseñados principalmente para detectar

el riesgo de diabetes por tabaquismo.

Muchos tenían definiciones poco claras

del tabaquismo y no habían evaluado

con exactitud la frecuencia e intensidad

del mismo. Además, en algunos de estos

estudios, el diagnóstico de diabetes

tan sólo se determinaba mediante la

propia declaración de los individuos

al responder a un cuestionario.

Hasta ahora, se han documentado más

de 12 millones de años personales de

seguimiento, confirmando una asociación

secuencial positiva entre tabaquismo

y desarrollo posterior de diabetes

tipo 2. El vínculo entre los efectos del

tabaco y el riesgo de diabetes tipo 1,

si existe, sigue sin estar claro.

Dosificación y desintoxicaciónEstudios recientes han demostrado que,

cuanto más fuma una persona, mayor

es su riesgo de desarrollar diabetes.

En el Estudio para la Prevención del

Cáncer I, en comparación con los no

fumadores, hubo un aumento del riesgo

de diabetes tipo 2 entre los fumadores:

menos de 20 cigarrillos al día: 5%

en varones y 0% en mujeres

entre 20 y 40 cigarrillos al día: 19%

en varones y 21% en mujeres

más de 40 cigarrillos al día: 45%

en varones y 74% en mujeres.

De modo similar, en el Estudio Sanitario de

Médicos, los fumadores activos de hasta 20

cigarrillos al día y de más de 20 cigarrillos

al día tenían un aumento del riesgo de

diabetes del 50% y el 70% respectivamente,

en comparación con los no fumadores.

Tan sólo dos estudios prospectivos han

analizado adecuadamente el efecto de

dejar de fumar. Will et al documentaron

que dejar de fumar durante 10 años en

varones y durante cinco años en mujeres

podría reducir el riesgo de diabetes

hasta los niveles de los no fumadores.1

Wannamethee et al descubrieron que los

beneficios de dejar de fumar en varones

de mediana edad se hacían obvios tras

cinco años de haberlo dejado, y que el

riesgo de diabetes volvía al nivel del de

los no fumadores tras 20 años.2 Por lo

tanto, a fin de minimizar el riesgo de

desarrollo de diabetes, es recomendable

que los fumadores dejen el tabaco lo antes

posible. Además, cuantos menos cigarrillos

fumen, menor será el riesgo de diabetes.

A los 5 ó 10 años de dejar

de fumar el riesgo de

diabetes tipo 2 se puede

ver reducido al nivel

de los no fumadores.

Insensibilidad a la insulina y otros efectos metabólicosSe han estudiado y publicado una serie

de mecanismos biológicos plausibles

que pueden explicar la relación entre

tabaquismo y aumento del riesgo de

diabetes. Se ha confirmado que fumar

tabaco causa un aumento temporal

de los niveles de glucosa en sangre; la

exposición crónica al humo del tabaco

induce la alteración de la tolerancia a

la glucosa. Fumar puede también alterar

la sensibilidad de los órganos y tejidos de

una persona a la acción de la insulina. En

comparación con los no fumadores, se

ha documentado de manera consistente

que los fumadores crónicos tienen una

menor sensibilidad a la insulina.3 De

manera interesante, esta insensibilidad

a la insulina se puede normalizar tras

semanas o meses de dejar de fumar.3

El tabaquismo crónico

induce la alteración

de la tolerancia a la

glucosa; dejar de fumar

normaliza la sensibilidad

a la insulina.

Hay una serie de razones que ayudan a

explicar la insensibilidad a la insulina en

personas que fuman.4 Se ha documentado

que fumar está asociado con la obesidad

central, que es un factor muy importante

asociado a la insensibilidad a la insulina.

El consumo de nicotina puede aumentar

los niveles de muchas hormonas, como el

cortisol, que puede alterar los efectos de

la insulina. Fumar también puede inducir

cambios en los vasos sanguíneos. Esto

altera la sensibilidad a la insulina al reducir

el flujo sanguíneo hacia el tejido muscular.

También se ha documentado que los

niveles de ácidos grasos libres en sangre

pueden ser elevados en fumadores. Estos

ácidos grasos, que se derivan originalmente

de las grasas, compiten con la glucosa

como fuentes de energía para abastecer

los músculos. Esto también contribuye

con la insensibilidad a la insulina.

Otros mecanismos que también podrían

contribuir con la alteración de la tolerancia

a la glucosa son los efectos tóxicos directos

sobre las células secretoras de insulina del

páncreas de la nicotina, el monóxido de

carbono, u otros componentes químicos

21Junio 2005 Volumen 50 Número especial

E f e c t o s d i r e c t o s

( )

Los fumadores, por término medio, tienen

niveles elevados de triglicéridos en

sangre y niveles bajos de colesterol HDL

(colesterol “bueno”). En comparación

con las personas que no consumen

tabaco, los fumadores suelen tener

una mayor proporción de obesidad

central, con más grasa abdominal.

Los fumadores suelen

tener una mayor

proporción de obesidad

central, con más

grasa abdominal.

Nuestra manera de entender la patogénesis

y la importancia clínica del síndrome

metabólico sigue creciendo. Se ha

documentado que el síndrome metabólico

está asociado con un aumento de los

índices de mortalidad, principalmente al

ir unido a la enfermedad cardiovascular.

Glucosa en sangreTras el ajuste de algunas variables, como

los factores dietéticos, se ha demostrado

en personas sin diabetes que existe una

relación dosis-respuesta entre los niveles

de hemoglobina glicosilada (HbA1c, una

medición a largo plazo de los niveles

de glucosa en sangre) y el número de

cigarrillos que se fuman al día. Resulta

interesante que los niveles de HbA1c en

varones están en proporción inversa al

tiempo que hace que han dejado de fumar.

También se ha demostrado que se necesita

una dosis mayor de insulina para conseguir

un control metabólico similar en personas

con diabetes que fuman en comparación

con sus semejantes no fumadores.

También hay pruebas que sugieren que

fumar confiere un riesgo adicional a

las complicaciones diabéticas como

y Gary TC Ko y Clive S Cockram Gary TC Ko es Funcionario Médico Veterano

en el Hospital Alice-Ho Nethersole, en Tai Po,

Hong Kong, República Popular China.

Clive S Cockram es Catedrático de Medicina

en la Universidad China de Hong Kong,

República Popular China, y Vicepresidente de

la Federación Internacional de Diabetes.

Bibliografía1 Will JC, Galuska DA, Ford ES, Mokdad A, Calle EE. 1

Cigarette smoking and diabetes mellitus: evidence of a positive association from a large prospective cohort a positive association study. Int J Epidemiol 2001; 30: 540-6.

2 Wannamethee SG, Shaper AG, Perry IJ; British 2 Regional Heart Study. Smoking as a modifiable risk factor for type 2 diabetes in middle-aged men. Diabetes Care 2001; 24: 1590-5.

3 Eliasson B, Attvall S, Taskinen MR, Smith U. Smoking cessation improves insulin sensitivity in healthy middle-aged men. Eur J Clin Invest 1997; 27: 450-6.

4 Eliasson B. Cigarette smoking and diabetes. Prog Cardiovasc Dis. 2003; 45: 405-13.

Cuando una persona tiene alteración de la tolerancia a la glucosa (ATG) sus niveles de glucosa en sangre son superiores a lo normal, pero están por debajo de los de alguien con diabetes. La ATG confiere un mayor riesgo de desarrollar diabetes y lesiona las arterias. Encontrará una explicación del término estrés oxidante en la página 25.

Los triglicéridos son grasas que circulan por la sangre y que proceden en parte de las grasas que consumimos en la dieta, pero también se fabrican en el organismo a partir de otras fuentes de energía, como los carbohidratos.

la insuficiencia renal y las lesiones

visuales, además de unirse al riesgo

de enfermedad cardiovascular.

En conclusión, las pruebas sugieren que

el tabaquismo es un factor de riesgo

independiente para el desarrollo de

diabetes tipo 2. Fumar altera la tolerancia

a la glucosa en personas con diabetes y en

quienes no tienen la afección. El tabaquismo

y la diabetes también interactúan como

factores de riesgo para el desarrollo de

enfermedades cardiovasculares. Dejar

de fumar debería, por lo tanto, ser un

componente importante del plan de

control de las personas con diabetes.

del tabaco. También se ha documentado que

fumar causa la inflamación de las paredes

de los vasos sanguíneos, además de estrés

oxidante. Esto, a la vez que aumenta el

riesgo de enfermedad cardiovascular, puede

también perjudicar la tolerancia a la glucosa.

Síndrome metabólicoEl síndrome metabólico es un conjunto de

trastornos que incluye la obesidad central,

la intolerancia a la glucosa, la hipertensión y

la alteración del metabolismo de los lípidos.

Se cree que la insensibilidad a la insulina

es uno de los principales mecanismos

subyacentes. La fuerte asociación entre

tabaquismo e insensibilidad a la insulina

podría explicar la mayor prevalencia

de distintos aspectos del síndrome

metabólico en personas que fuman.

C o n t r ô l e g l y c é m i q u e

2222

E f e c t o s d i r e c t o s

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

¿Cómo influye el tabaco sobre la

sensibilidad a la insulina? y Giovanni Targher

Se sabe que el humo del tabaco es perjudicial para la salud

y resulta especialmente peligroso para las personas con

diabetes. Todas las complicaciones diabéticas crónicas, como

las enfermedades cardiovasculares, los problemas del pie, la

enfermedad renal y las lesiones visuales se ven exacerbadas

al respirar el humo del tabaco. Recientemente, se sugirió

que fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes

tipo 2. Aunque aún no se comprenden plenamente y con

exactitud los mecanismos, se ha sugerido que la alteración

de la sensibilidad a la acción de la insulina en personas que

fuman tabaco podría ir vinculada al aumento del número de

personas con diabetes tipo 2. Informa Giovanni Targher.

>>

Cómo hace daño la nicotinaSe ha sugerido que el aumento de la

insensibilidad a la insulina que experimentan

las personas que fuman viene provocado

por la nicotina y el resto de productos

químicos que se encuentran en el humo

del tabaco. Se ha documentado que,

en personas con diabetes tipo 2, la

ingestión de nicotina reduce de manera

aguda la sensibilidad a la insulina y

que la sensibilidad a la acción de dicha

hormona se ve reducida en personas que

usan chicles de nicotina durante largos

períodos. Esto sugiere que, de todos los

componentes del humo del tabaco, la

nicotina es el principal contribuyente al

desarrollo del síndrome metabólico, que

incluye la alteración de la sensibilidad

de una persona a la insulina. Cuando las

personas estén dejando de fumar, por lo

tanto, la terapia de reemplazo de nicotina

debería utilizarse con moderación.

Metabolismo de la nicotina

El metabolismo de la nicotina es complejo.

Al ingerirse, la nicotina viaja rápidamente en

la sangre y se convierte en el hígado en un

producto de descomposición denominado

cotinina. Mientras que la nicotina tiene

una semivida relativamente corta de unas

dos horas, la cotinina tiene una semivida

Durante la última década, varios estudios

han demostrado que fumar puede reducir

gravemente la sensibilidad a la insulina

tanto en personas con diabetes tipo 2

como en quienes no tienen la afección.1

Una gran cantidad de pruebas sugiere

que muchos fumadores con y sin diabetes

desarrollan los típicos rasgos del síndrome

metabólico. El síndrome metabólico es un

conjunto de rasgos como la insensibilidad

a la insulina, la obesidad abdominal,

la hipertensión, la hiperlipidemia y la

alteración de la tolerancia a la glucosa,

todas ellas precursoras de la diabetes

tipo 2 y factores de riesgo perfectamente

confirmados de enfermedad cardiovascular.

Resulta interesante que también se ha

comprobado que, cuando las personas

dejan de fumar, experimentan una mejora

de su sensibilidad a la insulina y de otros

componentes del síndrome metabólico.

23Junio 2005 Volumen 50 Número especial

E f e c t o s d i r e c t o s

( )( )

de unas 20 horas. La cotinina permanece

en la sangre durante hasta 48 horas, y por

lo tanto se puede utilizar como indicador

de la exposición de una persona al humo

del tabaco. La nicotina que se inhala llega

al cerebro en unos 15 segundos, y sus

concentraciones en el tejido cerebral

permanecen altas durante unas dos horas.

La cotinina se puede

utilizar como indicador

de la exposición

de una persona al

humo del tabaco.

Efectos sobre el cerebro

En el cerebro, la nicotina actúa sobre los

receptores nerviosos conocidos como

receptores acetilcolinérgicos nicotínicos,

aumentando los niveles de dopamina, una

sustancia parecida a las hormonas que

actúa como neurotransmisora en los

sistemas de recompensa del cerebro.2 Por

lo tanto, su consumo genera sentimientos

de placer. Esta reacción es similar a la

que causan las drogas adictivas como los

opiáceos, y es una razón fundamental

para que las personas que fuman

continúen con su hábito: mantener los

altos niveles de dopamina. En dosis altas,

la nicotina obstruye estos receptores

acetilcolinérgicos nicotínicos, y ésta es la

razón de su toxicidad y su eficacia como

insecticida. En pequeñas concentraciones,

la nicotina aumenta la actividad de estos

receptores, provocando entre otras cosas

un aumento de los niveles de hormonas

conocidas como catecolaminas, como la

noradrenalina y la adrenalina. La liberación

de adrenalina provoca un aumento de

la tensión arterial, el ritmo cardíaco y

respiratorio de la persona, además de

elevar los niveles de azúcar en sangre.

Sensibilidad a y secreción de la insulina

Las catecolaminas, al igual que otras

hormonas, como el glucagón y la hormona

de crecimiento, alteran la acción de la

insulina y pueden inducir la insensibilidad

a la misma. De hecho, se ha documentado

que, a nivel celular, las catecolaminas

alteran las vías que están relacionadas

con la producción de insulina y la

actividad y síntesis de las proteínas que

transportan la glucosa hacia las células.

Es posible, por lo tanto, que la nicotina (a

través de éstos y probablemente otros

mecanismos receptores del cerebro y

los tejidos que aún no se comprenden

plenamente), altere tanto la sensibilidad

como la secreción de insulina.3,4

Es posible que la

nicotina altere tanto

la sensibilidad como la

secreción de insulina.

Grasas

Además, la ingestión de nicotina provoca

un aumento de la descomposición de

las grasas (lipólisis), y un aumento de

los niveles de ácidos grasos libres en la

sangre de la persona. La nicotina hace

esto en parte activando los mecanismos

relacionados con la adrenalina del cerebro

y activando directamente un receptor

de la superficie de las células lipolíticas,

localizadas en el tejido adiposo. En

consecuencia, este aumento crónico de los

niveles de ácidos grasos afecta de manera

La nicotina llega al cerebro en 15 segundos y sus concentraciones permanecen altas durante dos horas.

© OMS/P Virot

C o n t r ô l e g l y c é m i q u e

2424

E f e c t o s d i r e c t o s

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

( )

( )

adversa la sensibilidad a y la secreción de la

insulina mediante su efecto directo sobre

el hígado, el páncreas y los músculos.

También se ha sugerido que el tabaquismo

crónico podría tener un impacto directo

sobre la distribución de la grasa corporal

de la persona. Varios estudios apoyan

esta idea, mostrando que los fumadores

crónicos sufren una función anormal

en el área del cerebro (el hipotálamo)

relacionada con el aumento de peso y la

obesidad. Esto juega un importante papel

a la hora de determinar que una persona

acumule grasas alrededor de sus órganos

abdominales. En consecuencia, esto emplaza

a la persona bajo un riesgo mayor de

desarrollar insensibilidad a la insulina o

alteración de la tolerancia a la glucosa.

La nicotina provoca

un aumento de los

niveles de ácidos grasos

libres en la sangre.

Estrés oxidante

Finalmente, sabemos que fumar aumenta

el estrés oxidante, causa inflamación y

reduce el flujo de sangre hacia los músculos,

contribuyendo aún más al desarrollo y el

progreso de insensibilidad a la insulina y

de diabetes tipo 2. Sin embargo, aunque

se ha descubierto que estos factores

están estrechamente relacionados con la

insensibilidad a la insulina y la alteración

de la tolerancia a la glucosa, el papel

potencial de la inflamación crónica

y/o el aumento del estrés oxidante en

el desarrollo de diabetes tipo 2 aún

no se han confirmado plenamente.

Fumar podría influir

sobre la distribución

de la grasa corporal

de una persona.

Es posible que parte de estos factores

jueguen un importante papel a la hora

de mediar algunos de los efectos

negativos del humo del tabaco sobre

el metabolismo de la glucosa y las

grasas de una persona (para saber más

sobre estrés oxidante y diabetes, lea

el número especial sobre nutrición y

diabetes de Diabetes Voice 2004).

Urgente necesidad de prevenciónHay abundantes pruebas publicadas

que apoyan la fuerza y plausibilidad

biológica de las asociaciones entre el

humo del tabaco, la reducción de la

sensibilidad a la insulina y el aumento del

riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

La diabetes y el consumo de tabaco

forman una combinación peligrosa. Es

extremadamente importante que las

personas dejen de fumar, o, aún mejor, que

nunca empiecen. Deberíamos hacer todos

los esfuerzos posibles por implementar

cambios urgentes del estilo de vida con

el fin tanto de prevenir el desarrollo

de diabetes como, en personas con la

afección, de reducir el progreso de las

complicaciones diabéticas crónicas.

y Giovanni TargherGiovanni Targher es especialista veterano en

Endocrinología y Enfermedades Metabólicas

del Departamento de Medicina Interna y la

Unidad de Diabetes en el Sacro Cuore - don

Giovanni Calabria de Negrar (VR), Italia.

References1 Eliasson B. Cigarette smoking and diabetes.

ProgCardiovasc Dis 2003; 45: 405-13.

2 Tziomalos K, Charsoulis F. Endocrine effects of tobacco smoking. Clin Endocrinol 2004; 61: 664-74.

3 Targher G, Alberiche M, Zenere MB, Bonadonna RC, Muggeo M, Bonora E. Cigarette smoking and insulin resistance in patients with non-insulin-dependent diabetes mellitus. J Clin Endocrinol Metab 1996; 82: 3619-24.

4 Bjorntorp P, Holm G, Rosmond R. Hypothalamic arousal, insulin resistance and type 2 diabetes mellitus. Diabet Med 1999; 16: 373-83.

Encontrará una explicación del término alteración de la tolerancia a la glucosa en la página 22.

Semivida es el tiempo necesario para que una propiedad concreta descienda a la mitad.

Un neurotransmisor es una sustancia química, como la dopamina, que es liberada desde una fibra nerviosa y que transmite los impulsos nerviosos a lo largo de una sinapsis.

Fuera del organismo, el estrés oxidante es el proceso que hace que las manzanas se pongan marrones y que el hierro se oxide. Esto ocurre debido a las moléculas con “radicales libres”. Dentro del organismo, las células utilizan el oxígeno para obtener energía a partir de los alimentos. Este proceso produce los radicales libres del oxígeno, que generan destrucción mediante el electrón no emparejado (libre) de la molécula de oxígeno. El radical libre se vuelve estable gracias a la interacción con la molécula disponible más cercana y tiene como objetivos las grasas (lípidos), las proteínas y el ADN.

25Junio 2005 Volumen 50 Número especial

E f e c t o s d i r e c t o s

( )

Los efectos del tabaco sobre las

complicaciones diabéticasy Björn Eliasson

Complicaciones microvascularesEntre las complicaciones microvasculares

de la diabetes se encuentra la enfermedad

renal (nefropatía), las lesiones oculares

(retinopatía) y las lesiones nerviosas

(neuropatía). Éstas están estrechamente

vinculadas al control metabólico. Los

niveles excesivamente altos de glucosa

Aunque como grupo las personas con diabetes corren un mayor

riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, esto no

parece influir sobre sus hábitos de tabaquismo. El consumo de

tabaco entre personas con diabetes está fuertemente asociado

con un mayor aumento del riesgo de desarrollar complicaciones

cardiovasculares. Además, las investigaciones apuntan hacia un

efecto negativo del tabaco sobre el metabolismo de la glucosa y

los lípidos, lo cual conlleva el deterioro del control metabólico

en la diabetes. Los efectos sobre los vasos sanguíneos del

organismo, la inflamación y otros posibles factores también

podrían contribuir con las muy graves y negativas consecuencias

de fumar tabaco en personas con diabetes. Björn Eliasson nos

habla del tema.

en sangre (hiperglucemia) juegan un

papel fundamental como detonantes de

los eventos consiguientes que originan

las complicaciones diabéticas. Mientras

que las asociaciones entre éstas y el

consumo de tabaco aún no se han

estudiado en detalle, es probable que

fumar aumente el riesgo de complicaciones

microvasculares, especialmente de

nefropatía, en personas con diabetes.

Fumar provoca cambios

en la parte del riñón

que está implicada

activamente en el

filtrado de la sangre.

Enfermedad renalVarios estudios, en especial en personas

con diabetes tipo 1, han demostrado con

toda claridad los efectos negativos de

fumar tabaco sobre la función renal.1 Se ha

demostrado, por ejemplo, que el índice de

excreción de albúmina es mayor (lo cual

provoca microalbuminuria y un aumento

del riesgo de enfermedad cardiovascular)

en fumadores que en no fumadores.

Estudios recientes han proporcionado

pruebas de cambios funcionales y

estructurales en la parte del riñón (el

glomérulo) que está implicada activamente

en la filtración de la sangre para formar

la orina. Esto podría ayudar a explicar el

aumento del índice de microalbuminuria

detectado en personas que fuman en

comparación con quienes no lo hacen.

>>

27Junio 2005 Volumen 50 Número especial

E f e c t o s d i r e c t o s

( )

( )

Lesiones visualesPor lo general, fumar no se ha considerado

un factor de riesgo grave de retinopatía

diabética. Algunos estudios bastante grandes

realizados con poblaciones mixtas no han

conseguido confirmar dicha asociación,

excepto en subgrupos menores, como

las personas ancianas. Una serie de

estudios realizados con personas con

diabetes tipo 1, sin embargo, sugieren

que fumar tabaco predispone a estas

personas a desarrollar lesiones visuales.2

Los estudios han

confirmado el papel del

tabaco en el desarrollo

de lesiones nerviosas.

Lesiones nerviosasDebido a problemas metodológicos y a la

frecuente incidencia de factores que dan

origen a confusión, el papel del tabaco en

el desarrollo de neuropatía diabética es

relativamente difícil de analizar. Las lesiones

nerviosas tardan mucho en desarrollarse y

podrían afectar a distintas fibras nerviosas

del sistema sensorial, motor y autonómico

en grados distintos en personas diferentes.

Esto, a su vez, complica la estandarización

de los métodos de estudio. Puede

que ésta sea la razón de que se haya

emprendido un número tan limitado de

estudios para responder esta pregunta.

Sin embargo, un pequeño número de

estudios, la mayoría realizados en personas

con diabetes tipo 1, ha confirmado que

tanto el control de la glucosa en sangre

como el hábito de fumar juegan un

papel en el desarrollo de neuropatía.3

Complicaciones macrovascularesHace ya varios años que se han

confirmado los múltiples efectos del

tabaco sobre la sangre y los vasos

sanguíneos. Parece ser que las personas

con diabetes son especialmente

susceptibles a algunos de estos efectos.

En todas las personas con diabetes, se ha

demostrado que fumar va asociado de

manera importante con un aumento del

riesgo de enfermedad cardiaca. El Estudio

sobre el Futuro de la Diabetes en el RU

demostró con toda claridad que, en personas

con diabetes tipo 2, fumar tabaco es un

factor de riesgo importante e independiente

de enfermedad cardiaca, derrame cerebral

y enfermedad vascular periférica.4

En un análisis procedente del Estudio

Sanitario de Enfermeros, se demostró la

relación dosis-efecto entre hábitos de

tabaquismo y mortalidad.5 El riesgo de

muerte por cualquier causa y la enfermedad

cardiaca están relacionados directamente

con los hábitos de tabaquismo: cuanto más

se fuma, mayor es el riesgo. Pero nunca es

demasiado tarde para dejar de fumar. Los

estudios también han demostrado que,

aunque los riesgos siguen siendo altos tras

varios años de dejarlo y son altamente

dependientes de durante cuánto tiempo se

ha fumado, dejar de fumar reduce el riesgo

de muerte en personas con diabetes.6

Dejar de fumar reduce

el riesgo de muerte en

personas con diabetes.

Diabetes con nicotina aumenta los riesgosLas personas con diabetes parecen ser

especialmente susceptibles a los efectos

adversos del consumo de tabaco y

posiblemente de la nicotina ingerida en

otros modos. Por lo general, la diabetes

(incluso en personas que no fuman) va

Las personas con diabetes son especialmente susceptibles ante los efectos adversos del consumo de tabaco.

© P Guillard

C o n t r ô l e g l y c é m i q u e

2828

E f e c t o s d i r e c t o s

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

( )

asociada a una exposición a largo plazo

al estrés oxidante, a la alteración del

funcionamiento de las células que recubren

los vasos sanguíneos (conocido como

endotelio) y al aumento del nivel de lípidos

en sangre. Así que hay razones para creer

que fumar podría explicar el riesgo añadido

de enfermedad cardiovascular y otras

causas de muerte en personas con diabetes.

Un número bastante alto de estudios

muestra con claridad asociaciones negativas

entre el humo del tabaco, la reducción de

la sensibilidad a la insulina y el aumento

del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Fumar cigarrillos y consumir nicotina

aumentan los niveles circulatorios de

algunas hormonas, como las catecolaminas,

el glucagón y la hormona de crecimiento,

que alteran la acción de la insulina.

Por lo general, los fumadores de tabaco

muestran varios aspectos del síndrome

metabólico (un conjunto de rasgos que incluye

obesidad abdominal, hipertensión, insensibilidad

a la insulina e intolerancia a la glucosa).

Mientras que estos cambios metabólicos, que

a menudo son precursores de la diabetes

tipo 2, por lo general están relacionados

con el grado de consumo de nicotina, la

insensibilidad a la insulina en personas que

fuman podría normalizarse tras dejar de

fumar, al menos en personas sin diabetes.

Fumar aumenta los

niveles de hormonas

que alteran la acción

de la insulina.

Resulta interesante saber que

recientemente se demostró que la nicotina,

administrada por vía intravenosa en no

fumadores, generaba una importante

reducción (de un 30%) de la sensibilidad a

la insulina en personas con diabetes tipo 2,

pero no en quienes no tenían la afección.7

Estos resultados sugieren que la

nicotina podría resultar especialmente

nociva para las personas que, debido a

una afección sanitaria como la diabetes,

ya son vulnerables.

Es vital dejarloUn gran número de estudios y encuestas

clínicos y experimentales han encontrado

pruebas de que hay una asociación

importante entre el consumo de tabaco,

el control de la glucosa en sangre y las

complicaciones diabéticas. Es probable que

algunos de estos efectos los produzca la

nicotina, posiblemente en conjunto con

otras sustancias presentes en el humo

del tabaco. En la atención a la diabetes

dejar de fumar es sumamente importante,

con el fin de facilitar el control eficaz

de la glucosa en sangre y de limitar el

desarrollo de complicaciones diabéticas.

y Björn EliassonBjörn Eliasson es Profesor Asociado del

Laboratorio Lundberg de Investigación sobre

Diabetes, en el Hospital Universitario de

Sahlgrenska, en Göteborg, Suecia.

Bibliografía1 Nilsson PM, Gudbjornsdottir S, Eliasson B, Cederholm J;

Steering Committee of the Swedish National Diabetes Register. Smoking is associated with increased HbA1c values and microalbuminuria in patients with diabetes--data from the National Diabetes Register in Sweden. Diabetes Metab 2004; 30: 261-8.

2 Muhlhauser I, Bender R, Bott U, Jorgens V, Grusser M, Wagener W, et al. Cigarette smoking and progression of retinopathy and nephropathy in type 1 diabetes. Diabet Med 1996; 13: 536-43.

3 Mitchell BD, Hawthorne VM, Vinik AI. Cigarette smoking and neuropathy in diabetic patients. Diabetes Care 1990; 13: 434-7.

4 Turner RC, Millns H, Neil HA, Stratton IM, Manley SE, Matthews DR, et al. Risk factors for coronary artery disease in non-insulin dependent diabetes mellitus: United Kingdom Prospective Diabetes Study (UKPDS: 23). BMJ 1998; 316: 823-8.

5 Al-Delaimy WK, Willett WC, Manson JE, Speizer FE, Hu FB. Smoking and mortality among women with type 2 diabetes: The Nurses’ Health Study cohort. Diabetes Care 2001; 24: 2043-8.

6 Chaturvedi N, Stevens L, Fuller JH. Which features of smoking determine mortality risk in former cigarette smokers with diabetes? The World Health Organization Multinational Study Group. Diabetes Care 1997; 20: 1266-72.

7 Axelsson T, Jansson PA, Smith U, Eliasson B. Nicotine infusion acutely impairs insulin sensitivity in type 2 diabetic patients but not in healthy subjects. J Intern Med 2001; 249: 539-44.

La presencia de pequeñas cantidades de proteína (albúmina) en la orina (microalbuminuria) es el primer síntoma de deterioro de la función renal. Al decaer la función renal, la cantidad de albúmina en la orina aumenta y la microalbuminuria se convierte en proteinuria. El nivel y el tipo de proteinuria son fuertes determinantes de las dimensiones de la lesión y de si una persona corre el riesgo de desarrollar insuficiencia renal progresiva. También se ha demostrado que la proteinuria está asociada con la enfermedad cardiovascular.

Encontrará una explicación del término estrés oxidante en la página 25.

29Junio 2005 Volumen 50 Número especial

E f e c t o s d i r e c t o s

( )

Mal empezamos: tabaco,

embarazo y diabetesy Scott M Montgomery

El proceso patológico que conduce al desarrollo de diabetes

tipo 2 podría comenzar en el útero, en el origen de la vida.

El crecimiento fetal y el peso al nacer son predictores del

futuro riesgo de diabetes.1 Esto sugiere que los factores

que influyen sobre el índice de crecimiento fetal y, por lo

tanto, sobre el peso al nacer, también podrían activar el

proceso que conduce a la diabetes tipo 2 en la vida adulta.

Es bien conocido que fumar durante el embarazo afecta al

crecimiento fetal y suele tener como resultado que los bebés

nazcan con un peso bajo. También hay pruebas directas de

que una mujer que fuma durante el embarazo aumenta el

riesgo de que su hijo desarrolle diabetes tipo 2 con el paso

del tiempo.2 Nos informa Scott M Montgomery.

>>

La hipótesis de que fumar tabaco durante

el embarazo es un riesgo de diabetes se

estudió utilizando datos procedentes del UK

National Child Development Study.2 En este

estudio, se hizo un seguimiento de todas

las personas (unas 17.000) que nacieron

en el RU durante una semana concreta en

1958, desde el embarazo de su madre, en el

parto y a lo largo de la infancia y siguieron

siendo monitorizadas durante su vida adulta.

Entre los participantes del estudio a los

que se les diagnosticó diabetes antes de

los 33 años, casi el 60% había nacido de

madre fumadora durante el embarazo. Tan

sólo el 30% de quienes no tenían diabetes

había nacido de madre fumadora durante

el embarazo. Además, se descubrió que,

cuanto más fumó la madre durante el

embarazo, mayor era el riesgo de que su

hijo desarrollase diabetes con el paso del

tiempo. Estos resultados corresponden

a los participantes del estudio hasta los

33 años, una edad algo temprana para el

diagnóstico de diabetes tipo 2. Es probable

que, con el paso del tiempo, a muchos

más se les diagnostique diabetes.

Cuanto más fumó la

madre durante el

embarazo, mayor era

el riesgo de que su hijo

desarrollase diabetes tipo 2

con el paso del tiempo.

Una serie de miembros del estudio que

han desarrollado diabetes y procedían de

madres que fumaron durante el embarazo

ni siquiera tuvo bajo peso al nacer. Mientras

que el bajo peso al nacer es un indicador

de la exposición de una persona a factores

que pueden desencadenar el desarrollo

de diabetes (como tener una madre que

fumó durante el embarazo), el bajo peso

al nacer no es una “causa” por sí solo.

Puede resultar difícil estudiar los efectos

del tabaco durante el embarazo y el riesgo

de que el niño desarrolle diabetes; es

necesario realizar un seguimiento a un

número relativamente grande de personas

desde antes de su nacimiento hasta la edad

en la que se diagnostica la diabetes, quizá

C o n t r ô l e g l y c é m i q u e

3030

E f e c t o s d i r e c t o s

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

( )

( )

© Health Canada website and Media Photo Gallery

más de 30 años después. Sin embargo, es

posible examinar la asociación entre fumar

durante el embarazo y los resultados

en el niño que sean indicadores de un

riesgo futuro de diabetes. Un resultado

de este tipo es la obesidad: un importante

factor de riesgo de diabetes tipo 2.

Un estudio alemán reveló que los niños en

edad escolar nacidos de madres que fumaron

durante el embarazo tenían bastantes

más probabilidades de tener sobrepeso o

ser obesos que los niños cuya madre no

fumó durante el embarazo.3 Las madres

que fuman durante el embarazo deben ser

conscientes de que la salud y el desarrollo

de su hijo se verán comprometidos

desde la niñez hasta la edad adulta.

Las madres que fuman

durante el embarazo

deben ser conscientes

de que la salud y el

desarrollo de su hijo se

verán comprometidos.

Prevención antes de la concepciónYa que fumar durante el embarazo aumenta

el riesgo futuro del bebé de obesidad y

diabetes tipo 2, ¿qué deberían hacer las

madres que piensan en el futuro de sus hijos

a fin de evitar estos riesgos? Algunas de las

consecuencias negativas de fumar durante

el embarazo son bien conocidas; en muchos

casos, las mujeres dejan de fumar cuando

se enteran de que están embarazadas.

Sin embargo, esto podría no suceder con

suficiente tiempo como para proteger al

niño que va a nacer. En un estudio reciente

que observó el tabaquismo durante el

embarazo y el riesgo de sobrepeso y

obesidad durante la infancia, las madres se

clasificaron en las siguientes categorías:

mujeres que no fumaron en

absoluto durante el embarazo

mujeres que dejaron de fumar

durante la primera parte del

embarazo (primer trimestre)

mujeres que fumaron durante

todo el embarazo.4

Es importante destacar que, en comparación

con los niños cuyas madres no fumaron

durante el embarazo, los niños de madres

fumadoras corrieron un mayor riesgo

de tener sobrepeso y obesidad tanto

si sus madres lo dejaron al comienzo

como si fumaron durante todo el

embarazo. De hecho, cuando se comparó

a los niños de madres que dejaron de

fumar durante el primer trimestre y los

niños cuya madre siguió consumiendo

tabaco durante todo el embarazo, no

se apreciaron diferencias notables en

el riesgo de sobrepeso u obesidad.

Gran parte del perjuicio

relacionado con el

riesgo de obesidad

que produce el tabaco

durante el embarazo

tiene lugar durante

el primer trimestre.

Esto sugiere que gran parte del perjuicio

relacionado con el riesgo de obesidad que

produce el tabaco durante el embarazo tiene

lugar durante el primer trimestre. Es, por

lo tanto, fundamental, que las mujeres dejen

de fumar antes de quedar embarazadas;

dejarlo después de detectar el embarazo

podría ser demasiado tarde como para

evitar las potenciales consecuencias crónicas

y adversas para la salud de sus hijos.

31Junio 2005 Volumen 50 Número especial

E f e c t o s d i r e c t o s

( )

y Scott M MontgomeryScott M Montgomery es Investigador

Principal en la Unidad de Epidemiología

Clínica del Departamento de Medicina del

Hospital de Karolinska, en el Karolinska

Institutet de Estocolmo, Suecia y en el Centro

de Investigaciones Clínicas del Hospital

Universitario de Örebro, en Örebro, Suecia.

Bibliografía1 Barker DJ, Hales CN, Fall CH, Phipps K, Clark PM.

Type 2 (non-insulin-dependent) diabetes mellitus, hypertension and hyperlipidaemia (syndrome X): relation to reduced fetal growth. Diabetologia 1993; 36: 62-7.

2 Montgomery SM, Ekbom A. Smoking during pregnancy and diabetes mellitus in a British longitudinal birth cohort. BMJ 2002; 324: 26-7.

3 von Kries R, Toschke AM, Koletzko B, Slikker W Jr. Maternal smoking during pregnancy and childhood obesity. Am J Epidemiol 2002; 156: 954-61.

4 Toschke AM, Montgomery SM, Pfeiffer U, von Kries R. Early intrauterine exposure to tobacco- inhaled products and obesity. Am J Epidemiol 2003; 158: 1068-74.

5 Ravelli AC, van Der Meulen JH, Osmond C, Barker DJ, Bleker OP. Obesity at the age of 50 y in men and women exposed to famine prenatally. Am J Clin Nutr 1999; 70: 811-6.

6 Mortensen EL, Michaelsen KF, Sanders SA, Reinisch JM. A dose-response relationship between maternal smoking during late pregnancy and adult intelligence in male offspring. Paediatr Perinat Epidemiol 2005; 19: 4-11.

7 Toschke AM, Ehlin AGC, von Kries R, Ekbom A, Montgomery SM. Maternal smoking during pregnancy and appetite control in offspring. J Perinat Med 2003; 31: 251-6.

8 Montgomery SM, Ehlin A, Ekbom A. Smoking during pregnancy and bulimia nervosa in offspring. J Perinat Med 2005 (in press).

¿Cuáles son los mecanismos?¿Por qué fumar durante el embarazo

aumentará el riesgo de que los niños

tengan sobrepeso y desarrollen más

adelante diabetes tipo 2? Podría estar

funcionando más de un mecanismo; éstos

podrían funcionar a la vez, causando

una serie de resultados adversos en

personas que tuvieron tan mala suerte

como para tener una madre que

fumó mientras estaba embarazada.

Fumar tabaco durante el embarazo reduce

el riego sanguíneo y el flujo de nutrientes

hacia el feto, causando una forma de

malnutrición (de ahí la reducción del

crecimiento). Esta malnutrición podría

resultar en un cambio para toda la vida

del control metabólico, reduciendo la

eficacia de la insulina en el organismo.

Como resultado, más reservas de energía

tienden a almacenarse en el organismo,

aumentando así desgraciadamente

el riesgo de diabetes y obesidad.

Las mujeres que

fuman durante el

embarazo hacen que

su bebé empiece la

vida con mal pie.

Una respuesta metabólica de este tipo

a la malnutrición fetal tendría sentido

dentro de un contexto evolutivo; ésta

prepararía mejor al bebé para nacer en

un medioambiente en el que prevalezca

la hambruna. Sin embargo, la dieta

de las personas tanto en los países

industrializados como en los de ingresos

bajos y medios se ha transformado durante

las últimas décadas. Las migraciones

masivas del campo a la ciudad en los

países en vías de desarrollo han provocado

cambios en la diete, lo que se denomina

occidentalización del estilo de vida.

Al ser la ingestión calórica moderna

muy superior a lo necesario, nuestra

ingestión de alimentos se parece bastante

poco a la de las personas que intentan

sobrevivir en condiciones de hambruna.

La pruebas de que la malnutrición fetal es

una posible explicación de la asociación

entre fumar en el embarazo y la diabetes

infantil procede de una investigación

realizada con mujeres que experimentaron

condiciones de hambruna mientras estaban

embarazadas. Al igual que sucede con

las madres que fuman durante el primer

trimestre, las mujeres que experimentan

hambruna durante el comienzo del

embarazo tenían más probabilidades de

tener niños que se convertirán en obesos.5

Dejar de fumar o provocar daños para toda la vidaFumar durante el embarazo podría incluir

el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades

relacionadas mediante mecanismos que

se suman a la malnutrición fetal, como

los efectos del humo del tabaco sobre

el sistema nervioso central. Fumar

durante el embarazo podría perjudicar el

desarrollo del sistema nervioso central.

Esto genera resultados como la reducción

del desarrollo intelectual del niño.6

Si una mujer fuma durante el embarazo,

la capacidad de su hijo de controlar los

impulsos y el apetito se verán reducidos.

Esto puede tener como consecuencia

que el niño coma más de lo saludable

y puede acabar alimentándose en

exceso.7,8 Las mujeres que fuman durante

el embarazo están haciendo que su

hijo comience la vida con muy mal pie.

Para evitar que su hijo tenga posibles

problemas de salud para toda la vida, las

fumadoras deberían dejar de consumir

tabaco antes de quedar embarazadas.

C o n t r ô l e g l y c é m i q u e

3232

E f e c t o s d i r e c t o s

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

( )

y Carmen Audera y Vera Luiza da Costa e Silva

Se calcula que en la actualidad 4,9 millones de personas

mueren al año debido a enfermedades relacionadas con el

tabaco y, si las tendencias actuales de consumo de tabaco

continúan, estas cifras se duplicarán en los próximos 20 años.1

Con el progreso de las investigaciones en torno a los efectos

del tabaco sobre la salud, la lista de afecciones causadas o

agravadas por el tabaco se ha expandido. Hoy día existen

pruebas de que casi todos los órganos del cuerpo se ven

afectados por el tabaco.2

Se ha observado un control eficaz del consumo de tabaco en

los países que han emprendido un programa intensivo de

control, formado por una combinación de medidas, a pesar

de los esfuerzos de la industria tabacalera por socavar dichas

iniciativas.

>>Las personas que no fuman también sufren

las consecuencias del tabaco sobre su salud.

Hay pruebas científicas concluyentes que

demuestran que la exposición involuntaria

al humo del tabaco aumenta el riesgo de

los no fumadores de desarrollar cáncer

de pulmón, enfermedades respiratorias

y cardiovasculares y aumenta el riesgo

de asma, infecciones del oído y el

síndrome de muerte súbita en bebés.

Pero los costes del tabaco van más

allá de sus trágicas consecuencias para

la salud. El tabaco es una importante

carga económica para las familias y las

sociedades y una significativa amenaza

para un desarrollo sostenible y justo.3

A pesar de los conocimientos actuales

sobre los perjuicios que provoca el

tabaco, su consumo sigue en aumento,

especialmente en países en vías de

desarrollo y entre las mujeres. Hay dos

razones principales para que se dé este

fenómeno. Por un lado, la nicotina es muy

adictiva, así que es muy difícil dejar de

fumar, a pesar de la voluntad de muchos

fumadores de dejarlo. Los investigadores

han calificado la nicotina como más adictiva

que la heroína, la cocaína o la marihuana.

La industria tabacalera

necesita reemplazar a

los consumidores que

mueren prematuramente.

La otra razón importante es el poder de

las estrategias de marketing de la industria

tabacalera. La industria tabacalera procura

reemplazar continuamente a los fumadores

que mueren prematuramente y a quienes

consiguen dejar de fumar. Utiliza una serie

de estrategias para crear nuevos mercados

e introducir productos dirigidos a los no

fumadores, como los jóvenes y los hombres

y mujeres de los países en vías de desarrollo.

Medidas de eficacia económica

para controlar el tabaco

4040

P r e v e n c i ó n y a b a n d o n o

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

Medidas de eficacia económica

para controlar el tabaco

Medidas de control del tabacoHay una serie de medidas de eficacia

económica para controlar el tabaco

que se pueden utilizar en diferentes

escenarios y que pueden tener un impacto

importante sobre el consumo de tabaco.

Estas medidas pueden ser de dos tipos:

las que apuntan a reducir la demanda y

las que apuntan a reducir el suministro.

Entre las medidas que tienen como

objetivo reducir la demanda del tabaco,

las siguientes han demostrado su eficacia:

el aumento del precio

la prohibición de publicidad de tabaco

las advertencias sanitarias

la creación de lugares sin tabaco

el acceso a un tratamiento

contra el tabaquismo.

Las medidas que tienen como objetivo

reducir el suministro de tabaco son:

la prohibición de su venta

la restricción del acceso a los jóvenes

la sustitución de cosechas

restricciones de las importaciones

el control del contrabando.

El informe del Banco Mundial de 1999

denominado Curbing the epidemic

(Frenar la epidemia), explicaba que el

control del contrabando es la única

medida para regular el suministro de

tabaco que ha resultado ser eficaz.

Medidas para reducir la demanda de tabaco

Aumento del precio

A pesar de la naturaleza adictiva del tabaco,

la demanda del mismo se ve fuertemente

afectada por el precio. El grado en el que

los fumadores pueden permitirse comprar

tabaco tiene una importante influencia

sobre su consumo. Aumentar los impuestos

15

20

25

30

35

40

45

50

1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991

Año

90

110

130

150

170

190

210

230

250

270Consumo de cigarrillos (%)

índice de precios reales

Co

nsu

mo

de

cig

arri

llos

(%)

índ

ice

de

pre

cio

s re

ales

Figura 1: Impacto del aumento del precio sobre el consumo de tabaco en adolescentes canadienses (de entre 15 y 19 años)

Fuente: Canadians and Smoking: an update. Health and Welfare Canada 1991. Ottawa.

1400

1450

1500

1550

1600

1650

1700

1750

1981 1991

Co

nsu

mo

de

cig

arri

llos

per

cap

ita Con prohibición

Sin prohibición

Fuente: Curbing the epidemic: governments and the economics of tobacco control. World Bank 1999. Washington DC.

Figura 2: Tendencia del consumo de cigarrillos per capita en países con una prohibición completa en comparación con países sin prohibición

reduce de manera importante el consumo

de tabaco, especialmente entre los jóvenes,

las mujeres y los fumadores de los países

de ingresos bajos y medios. Aumentar el

precio del tabaco es la medida antitabaco

de mayor eficacia económica con efectos

a corto plazo (ver Figura 1). Se calcula

que un aumento del precio del 10%

generará un descenso del consumo de un

4% en los países ricos; y una reducción

del 8% en los países más pobres.4

Prohibición de publicidad

Ésta consiste en la prohibición de anunciar

tabaco en los medios de comunicación,

como periódicos, revistas, radio y televisión,

y en lugares públicos, como carteles y

vallas publicitarias. Una prohibición más

amplia también incluirá la regulación del

“brand stretching”, que es la utilización

de marcas de tabaco en productos que

no son tabaco, para hacer publicidad

indirecta del producto (Figura 2).

Advertencias sanitarias

Es una creencia extendida que los

peligros del tabaco ya son bien

conocidos y comprendidos y que no es

41Junio 2005 Volumen 50 Número especial

P r e v e n c i ó n y a b a n d o n o

necesario seguir ofreciendo a la gente

más información sanitaria de manera

continuada. Sin embargo, incluso en los

países desarrollados, los riesgos del

consumo de tabaco y los beneficios de

dejar de fumar no se aprecian plenamente.

Existen muchas formas distintas de

diseminar esta información, como:

promoverla desde los medios

de comunicación

la publicidad de pago en los medios

la promoción de la salud a nivel local

la educación para la salud en la escuela

incluir etiquetas visibles con advertencias

sanitarias en los productos de tabaco.

Ya que la industria tabacalera tiene que

financiar esta medida, que incluye las

advertencias sanitarias en los productos

de tabaco, es una manera económica de

informar a los consumidores acerca de

los efectos del tabaco sobre la salud.

Las advertencias deberían ser grandes y

claras; la Organización Mundial de la Salud

(OMS) recomienda que ocupen como

mínimo el 30% de la superficie del paquete.

Algunos países como Brasil, Canadá y

Tailandia han incluido fotos o imágenes

como parte de dichas advertencias.

Lugares sin tabaco

Las iniciativas para el control del tabaco

en todos los países deben incluir el

control del consumo pasivo (exposición

al humo del tabaco ajeno). Con el fin

de proteger a las personas del humo

del tabaco medioambiental, se debe

introducir y hacer cumplir una legislación

extensa que garantice que los lugares

públicos están libres de humo de tabaco.

Este tipo de políticas protegen a los no

fumadores de los efectos negativos del

humo del tabaco, a la vez que animan

a los fumadores a dejar de fumar, en

especial a aquéllos que ya se habían

planteado la posibilidad de dejarlo. Una

serie de países ha desarrollado políticas

extensas para tener espacios libres de

humos: la prohibición de fumar en todos

los lugares públicos cerrados, que incluye

también a bares y restaurantes. En todos

estos países, estas políticas se aceptaron

ampliamente y se consiguió reforzar su

cumplimiento cuando fue necesario.

Acceso a un tratamiento

A pesar de las trágicas consecuencias del

tabaco para la salud, los profesionales

sanitarios suelen fracasar a la hora de

evaluar y tratar el tabaquismo de manera

consistente y eficaz. Este fracaso en la

evaluación y la intervención existe a

La prohibición de hacer publicidad atañe a los anuncios de tabaco en medios de comunicación y lugares públicos, como carteles y vallas publicitarias.

© OMS/P Virot

4242

P r e v e n c i ó n y a b a n d o n o

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

y Carmen Audera y Vera Luiza da Costa e Silva

Carmen Audera es Doctora en Medicina y

en la actualidad trabaja como Funcionaria

Médica del Departamento de Iniciativas Sin

Tabaco de la OMS.

Vera Luiza da Costa e Silva es en la actualidad

la Directora de la Iniciativa Sin Tabaco de la

OMS. Entre sus responsabilidades se encuentra

la coordinación general, el desarrollo de

políticas y la implementación de actividades

de control del tabaco en todo el mundo para

su consideración por los Estados Miembro de

la OMS.

Las autoras quieren agradecer a Anne-Marie

Perucic por su ayuda y aportación.

Bibliografía 1 World Health Report 2002. The World Health Report

2002 - Reducing Risks, Promoting Healthy Life. World Health Organization 2002. Geneva.

2 The Health Consequences of Smoking. A Report of the Surgeon General. US Department of Health and Human Services, Public Health Service, Office of the Surgeon General 2004.

3 Bellagio statement on tobacco and sustainable development. Tobacco alert, October, 1995 (available from Tobacco or Health Programme, World Health Organization, 1211 Geneva 27, Switzerland).

4 Curbing the Epidemic: Governments and the Economics of Tobacco Control. World Bank 1999. Washington DC.

5 Policy Recommendations for Smoking Cessation and Treatment of Tobacco Dependence. Tools for Public Health. World Health Organization 2003. Geneva.

pesar de que hay pruebas sustanciales de

que incluso los tratamientos más breves

para dejar de fumar pueden resultar

eficaces. Existe una amplia gama de

técnicas de apoyo para dejar de fumar

que tiene como objetivos estimular y

ayudar a los consumidores de tabaco

para que eviten la recaída, como:

motivación

asesoramiento y orientación

apoyo psicológico

apoyo telefónico y vía Internet

opciones farmacológicas apropiadas.5

Unos breves consejos dados por el

médico de cabecera durante una consulta

rutinaria podrían tener como resultado

que hasta un 5% de los fumadores supere

su adicción. Las intervenciones para

dejar de fumar, si se realizan de manera

oportuna y eficaz, reducen enormemente

el riesgo de un fumador de sufrir una

enfermedad relacionada con el tabaco.

Eficacia económica

La eficacia económica de una serie de

medidas para el control del tabaco se

analizó en el Informe sobre la salud

mundial de la OMS en 2002. Se descubrió

que el gravamen fiscal era la opción más

eficaz económicamente y de máximo

impacto sobre la salud de la población. Sin

embargo, con el fin de conseguir aún más

mejoras en la salud de la población, una

combinación de impuestos, prohibiciones

intensivas de publicidad y actividades

para diseminar información resultaría

asequible y económicamente eficaz en la

mayoría de los países. Añadir restricciones

que impidan fumar en lugares públicos

también aumentaría los costes, pero

proporcionaría a la vez enormes mejoras

en la salud de la población y seguiría

siendo de gran eficacia económica

en la mayoría de las regiones.

Mejorar el acceso a una terapia de

reemplazo de nicotina no es la intervención

más eficaz económicamente. Sin embargo, si

se combina con otras medidas como parte

de un paquete completo, el reemplazo

de nicotina aumenta el coste a la vez

que mejora la eficacia del paquete

Control del contrabando

El tabaco de contrabando escapa a todas

las normativas, como el gravamen fiscal,

las advertencias sanitarias y la regulación

del contenido del producto, Los gobiernos

deberían esforzarse por controlar la

introducción ilegal de productos de

tabaco en sus países. Bajar el precio de

los productos legales de tabaco con el

fin de animar a las personas a que no

compren productos de contrabando

no es una buena política. Una estrecha

colaboración entre aduanas, policía,

ministerios gubernamentales y otras

instituciones para prevenir el contrabando

es la manera recomendada de proceder.

Los beneficios superan la inversiónEl control eficaz del tabaco exige la

combinación de una serie de medidas

que se han descrito brevemente en

este artículo. Todas estas medidas están

incluidas en las estipulaciones de la

Convención Marco sobre Control del

Tabaco de la OMS (FCTC). Hoy día,

sesenta y dos países forman parte del

tratado que entró en vigor el pasado

mes de febrero; los gobiernos de estos

países tienen la obligación de poner

en marcha las estipulaciones en él

contenidas. Los beneficios obtenidos del

control del tabaco, tanto en términos

de reducción de enfermedades y

mortalidad por consumo de tabaco

como de reducción de costes sanitarios

siempre superan la inversión realizada

en medidas de control del tabaco.

43Junio 2005 Volumen 50 Número especial

P r e v e n c i ó n y a b a n d o n o

y Andrew Hayes

Un columnista de un periódico del RU se quejó recientemente

de que “La corriente antitabaco parece haber surgido de la

nada. ¿Por qué no tuvo lugar en 2000, 1996, ó 1986?” 1

La realidad es que los riesgos para la salud del tabaco

se conocen desde hace más de una generación; que la

comunidad sanitaria lleva mucho tiempo exigiendo que desde

la política pública se conciba un sistema para controlar el

tabaco de manera eficaz; y que los cambios en política, en

especial aquéllos que afectan a temas sensibles y que generan

protestas, llevan su tiempo. En este artículo, Andrew Hayes

cuenta la experiencia de los activistas europeos antitabaco

y se centra en las lecciones surgidas de sus esfuerzos para

quienes defiendan una política de prevención de la diabetes

más eficaz y quieran ofrecer una atención adecuada a las

personas que tienen la afección.

>>La importancia de las fechas escogidas por

el columnista podría incluso escapársele

a él mismo: en 1986, la Comunidad

Europea finalizó sus planes para introducir

el programa Europa contra el cáncer.

La Comunidad se propuso el ambicioso

objetivo de reducir el número de muertes

por cáncer en un 15% para finales del

milenio. Para conseguir este objetivo,

se ideó un Plan de Acción inicial para

el trienio 1987-1989. Éste abarcaba la

prevención del cáncer, la información y

la educación sobre la salud, la formación

de personal sanitario y la investigación.

Siguieron dos Planes de Acción más, que

cubrieron el período de 1990 a 2000.

Fumar es la mayor causa de tipos de

cáncer plenamente evitables. El consumo

de tabaco está gravemente implicado

en las enfermedades cardiovasculares y

respiratorias y es un factor que complica

muchas otras afecciones, entre las que se

encuentra la diabetes. Fumar provoca más

perjuicios a los propios fumadores, pero las

consecuencias de que fumen también ponen

en peligro la salud de los no fumadores.

Prolegómenos de la batallaEn la Europa de los Quince (en 2004, se

extendió el número de miembros para ser

25 estados), las muertes relacionadas con el

tabaco sumaban un total de 550.000 al año;

en la Región Europea de la Organización

Mundial de la Salud (OMS) esta cifra excedió

con creces el millón. Con el fin de reducir

Defender la salud:

lecciones de la

campaña antitabaco

4545

P r e v e n c i ó n y a b a n d o n o

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

( )estos inaceptables niveles de incidencia

de cáncer, se dio prioridad a las medidas

para reducir el consumo de tabaco en la

región. La Comunidad propuso una serie de

medidas para combatir el tabaquismo. Varias

de las mismas implicaban la regulación del

propio producto, en especial la publicidad

del mismo, mediante Directivas de la UE.

En respuesta, la industria del tabaco se

mudó a Bruselas: las redes sanitarias se

alarmaron al descubrir que cada propuesta

de la Comisión relacionada con el tabaco

era inmediatamente impugnada por la

industria. A principios de los 90, con el fin de

asegurar que sus Organizaciones Miembro

se informaban mejor y adoptaban una mejor

posición para influir sobre el debate que

estaba surgiendo, tanto la Red Europea del

Corazón como las Ligas Europeas contra

el Cáncer abrieron una oficina de enlace

en Bruselas. Se preparó el escenario para

un enfrentamiento entre los intereses

comerciales de la industria tabacalera y

el interés público por mejorar la salud

mediante un control eficaz del tabaco.

Cada propuesta de

la Comisión se veía

inmediatamente

impugnada por la

industria tabacalera.

Podemos aprender, a partir de la experiencia

de los europeos que han luchado contra el

cáncer durante los últimos 15 años, sobre el

conflicto con la industria. En muchos casos,

éste tiene una relevancia directa sobre una

campaña que defienda medidas eficaces para

prevenir la diabetes y mejorar la atención

a las personas que tienen la afección.

Lecciones de la comunidad del cáncer

Defensa y promoción pública de la salud:

una forma de promover la sanidad

Hacer presión política en favor de la

salud es, en la mayoría de los casos, una

actividad pública que se juega en la arena

pública. Esta labor utiliza varias técnicas

tradicionales, como la publicación de

informes y comunicados de prensa, distintas

labores en los medios de comunicación

y la organización de manifestaciones.

Para defender un argumento de manera

eficaz, se deben recopilar, analizar y

presentar datos relevantes, como

información sobre la situación sanitaria

o los riesgos para la salud. Se puede

conseguir un impacto duradero sobre

la concienciación y el entendimiento del

público de los problemas sanitarios mediante

la presentación de esta información de

una manera que quizá haga que tenga más

sentido que los materiales diseñados en

el campo de la educación para la salud.

Comprender el proceso de toma de decisiones

Las buenas intenciones por sí mismas

no producen necesariamente buenos

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P r e v e n c i ó n y a b a n d o n o

Junio 2005 Volumen 50 Número especial

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resultados: si queremos participar en un

juego, es necesario conocer las reglas. En

el caso de la presión política, es necesario

comprender en profundidad el proceso

de toma de decisiones; en el contexto de

la UE, por ejemplo, los papeles relevantes

de las distintas instituciones comunitarias

y la interacción entre las mismas.

La eficacia de la presión

política se puede

mejorar si se relaciona el

problema principal con

otras preocupaciones.

Los activistas antitabaco tenían que

familiarizarse con la secuencia y el

ritmo normal de los acontecimientos y

conocer los puntos en los que es posible

enviar propuestas o comentarios con

una oportunidad razonable de que al

menos fuesen escuchados. No tiene

sentido que los activistas pro salud se

acerquen a la persona equivocada o al

La UE dio a conocer recientemente nuevas e impactantes advertencias gráficas para los paquetes de tabaco. Una base de datos de 42 imágenes estará a la disposición de cualquier país europeo que desee aumentar el impacto de sus advertencias sanitarias.

sector equivocado de una estructura

gubernamental; o que, incluso acertando

en estos aspectos se equivoquen en el

momento. Esto da la impresión de que

la organización de la campaña está mal

preparada y no es competente, y que

no merece la pena apoyar la causa.

También es importante reconocer que la

diabetes, por ejemplo, no es necesariamente

el problema principal de las personas sobre

las que queremos influir. Los políticos

probablemente sean personas ocupadas

que se encuentran bajo presión para apoyar

un enorme abanico de causas. En muchos

casos, la presión política se puede hacer

más eficaz si se relaciona el problema

central con otras preocupaciones.

Mucho que aprender

El primer desafío del sector del voluntariado

es decidir si se involucra o no en la

promoción y la defensa pública de una

causa. El voluntariado se mantiene a base

de donaciones. En el caso de la salud,

se solicitan donaciones públicas para la

prevención, el tratamiento o la investigación;

muy raramente para dirigir una campaña

de promoción y defensa pública. ¿Es

correcto canalizar este tipo de apoyo de

esta manera? La respuesta es que sí, tanto

por principios como en la práctica.

La buena o la mala salud es un tema que

afecta a toda la sociedad. Es completamente

apropiado que los grupos de interés

público informen a las autoridades

públicas y a los representantes electos

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sobre temas que los activistas conocen

bien. Esta información debe ser imparcial,

basada en la evidencia e independiente.

Debe garantizarse una base de autoridad

moral para contrarrestar los intereses

personales de otras voces, como

quienes ejercen presión en defensa

de los intereses comerciales.

En la práctica, muchos representantes

electos, miembros de parlamentos

nacionales, por ejemplo, valoran los

consejos que reciben de organizaciones

auténticas y tratan a otras fuentes

con cautela o total escepticismo.

Una promoción y una

defensa pública eficaces

exigen planificación,

asesoramiento,

consenso y una buena

comunicación entre

todo el equipo.

Unidad y entendimiento

El mensaje de una campaña de promoción

y defensa pública eficaz tiene que ser

claro, conciso y coherente. Todos los

involucrados en la campaña deben compartir

un entendimiento común de este mensaje

y de las estrategias que se utilizarán para

difundirlo. Esto requiere planificación,

asesoramiento, consenso y una buena

comunicación entre todo el equipo.

Cooperación para la salud

Las organizaciones que trabajan por un

único problema pueden iniciar y desarrollar

por sí solas muchas campañas en torno

a un solo tema. Pero se puede conseguir

una ventaja considerable trabajando en

colaboración, siempre que sea posible,

para crear una coalición de organizaciones

con mentalidades similares, aumentando

y Andrew HayesAndrew Hayes es Director de Políticas

Antitabaco del Grupo Regional de Salud

Pública de Londres, RU.

Bibliografía1 James O. Zero Tolerance. Observer Magazine

2005; http://observer.guardian.co.uk/magazine/story/0,11913,1426102,00.html

la disponibilidad de recursos humanos y

económicos y de contactos importantes.

En la mayoría de los casos, el impacto

de un mensaje es mayor si procede de

más de una fuente. Por ello, se considera

que despierta un interés amplio y que,

por lo tanto, merece la pena apoyarlo.

Algunas organizaciones de voluntarios

asumen que parte de su trabajo es promover

su propio nombre: mejorar su propia

reputación y, tras alcanzar algunos objetivos,

incluso quizá exigir reconocimiento por el

éxito de su campaña. Ésta no es la manera

de enfocar la promoción y la defensa

pública. El objetivo de estos esfuerzos

debería siempre quedar bien claro:

promover la causa (y no a los mensajeros).

Protagonismo y visión de futuro

La labor de los políticos se definió alguna

vez como “el arte de lo posible”, para

identificar objetivos realistas dentro de un

marco de tiempo determinado y esforzarse

por hacerlos posibles. La promoción y la

defensa de la salud podrían describirse de

la misma manera. Éstas podrían implicar

el establecimiento de objetivos que

aparentemente sean demasiado ambiciosos,

sabiendo que algunos compromisos se

tendrán que adquirir con el fin de conseguir

soluciones viables y aceptables para todas

las partes afectadas. El debate central en

torno a un tema concreto tiende a aumentar

la concienciación y el entendimiento de

las personas; en etapas posteriores de la

campaña, parte de la labor de preparación ya

estará completada y podrían estar al alcance

objetivos que suponían un mayor desafío.

La promoción y defensa pública van

en aumento. Hacer presión política a

favor de la salud exige un compromiso

a largo plazo por parte de individuos y

organizaciones. La campaña por el control

eficaz del tabaco en Europa ha abarcado

los últimos 15 años, involucrando a

muchos actores diferentes a muchos

niveles distintos, y aún no ha acabado.

La comunidad mundial de la diabetes,

como activista que defiende el control

del tabaco, seguirá disfrutando de los

avances y sufriendo los contratiempos.

Es el patrón más común a la hora de

combatir un riesgo para la salud que,

como sucede con los riesgos que

surgen del tabaco, podría tardar años en

manifestarse en la vida de una persona.

Lejos de surgir “de la nada”, el mensaje

en contra del tabaco se viene forjando

con constancia desde hace ya varios

años. En esto consiste eso de la

promoción y la defensa pública.

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