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Sol, arena, diversión y buena gastronomía nos asegura este balneario, situado a 20 minutos de Trujillo. La tradición está impregnada en las venas de los pescadores artesanales que surcan las olas del mar con los "caballitos de totora", mucho antes que los surfitas.
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Guido Sánchez [email protected]
“Huanchaco está habitado porindios tributarios, de carácterhumilde y dulce, pero que, sinembargo, pagan un tributo al Go-bierno por no permitir entreellos negros ni mulatos. Son ex-tremadamente laboriosos; loshombres se ocupan continua-mente en la pesca, y las mujeresen la fabricación de canastas ycanastillos de junco marino, quetrabajan de un modo superior”Así escribió en 1815 el viaje-
ro francés Julián Mellet, en susCrónicas de América. Desde en-tonces esa laboriosidad se man-tiene entre los huanchaquerosnatos. Sin importarles el avan-ce urbanizador, se han refugia-do en los rincones del antiguobalneario, donde siguen fabri-cando sus caballitos de totora,emulando a sus antecesores dela cultura Moche.Este balneario, a solo 15 kiló-
metros de Trujillo, se ha con-vertido en el último refugio delos herederos de los moches.Ellos continúan dedicándose ala pesca artesanal, como sus an-cestros, utilizando los caballitosde totora, en los que desafían lasolas marinas.Estos curtidos hombres, des-
de muy pequeños, aprenden lossecretos del mar, su principalproveedor de su alimento dia-rio, pues el producto de la pes-ca lo ofertan a los restaurantesribereños.Estos huanchaqueros tienen
el privilegio de pescar en las mis-mas naves que utilizaron los an-tiguos moches y chimús, hacemil 500 años. Es una embarca-ción que deslumbra a cuanto fo-ráneo llega a estos lares.Los encontramos a orillas
del mar. Caminan a paso lento,pero con la frente en alto, conla mirada hacia el horizonte,allá donde se oculta el sol. Talvez recordando que, desde ni-ños, ese pedazo de mar los aco-gió con ternura, porque supie-ron dominar y respetar susembravecidas aguas en épocasde marejada. Estos hombres, depiel curtida por el sol y salpi-cada de hazañas, se han con-vertido en el símbolo de Huan-chaco. Quizá sea la etnia máspura del norte peruano.Mi respiración se agita de so-
lo saber que estoy al frente de
>ESCENARIO DE UNA MILENARIA CULTURA QUE SE RESISTE AL TRANSCURRIR DEL TIEMPO
BALNEARIO SE HA CONVERTIDO EN EL DESTINO PREFERIDO DE LOS TURISTAS NACIONALES Y EXTRANJEROS.
Huanchaco: artesaníay sus hermosas playas
SU ORIGEN
GuíaÚtil
Incrustadas en la arena repo-san las embarcaciones detotora. bordeando la playa, a lolejos una línea verde casiimperceptible. De allí se sigueextrayendo el material utilizadodurante tres a cinco mileniospara la elaboración de lasrústicas naves. Son los totora-les, los humedales, los balsa-res. En la antigua lengua de lazona se les llama ‘wachakes’,palabra que puede traducirsecomo ‘ojo de agua’ y que dicenda su nombre a este mágicolugar: Huanchaco, uno de losúltimos reductos del caballitosde totora. El elemento repre-sentativo de esta antiguatradición es el uso del caballitode totora.
CABALLITO DE TOTORA
TURISMOB.8__Viernes 5 de diciembre de 2014, Trujillo, La Libertad La Industria
El historiados Jorge ZevallosQuiñones sostiene que Guan-chaco es un vocablo yunga yno tendría una traducciónetimológica. Por otra parte,Gua-Kocha, palabra quechuaque significa laguna hermosa,nombre que se remonta,según diversas crónicas, alaño 1200. Existen otras deno-minaciones como Huaycochao Guanchaque, que con elcorrer de los tiempos y elhabla popular dio comoresultado la actual denomina-ción de Huanchaco.
TRADICIÓN. Los artesanos ofertan sus diversas creaciones en distintos materiales.
SURF. Los extranjeros vienen a correr tabla hawaiana.
quienes por sus venas corre lamisma sangre de esos hombresy mujeres que levantaron lostemplos ceremoniales de lashuacas del Sol y la Luna, El Bru-jo o Chan Chan, la ciudad de ba-rro más grande de América ycapital del imperio Chimú.La tarde cae y los rayos tro-
picales del sol queman menosque el mediodía y, sin inmutar-se, prosiguen sentados en la are-na o en el malecón, tejiendo oparchando sus redes; o simple-mente mirando el mar.Como sus predecesores, tie-
nen su propiedad en el mar. Sí,
su ‘chacra marina’, delimitadapor líneas imaginarias que re-conocen. “Cada uno tenemos unárea de entre 50 y 60 metros cua-drados, que al momento de pes-car demarcamos con boyas o flo-tadores”,asegura HermenegildoDíaz Urcia, un viejo hombre demar que habla como dándonosuna lección.Gracias a ellos el caballito de
totora se ha convertido en ico-no de Huanchaco y en símbolode la región. Termina la char-la, Hermenegildo se pone de piey camina lentamente, mientrasatisba el océano, ese sonoro tes-
tigo de su grandeza.Imagino que sus pensa-
mientos lo transportan a susancestros, a sus tatarabuelos,quienes con su ingenio y des-treza surcaron el mar en suenorme patacho y desembar-caron en Huanchaco para ha-cer de esta región un gran se-ñorío, con su dios, el Señor deLas Montañas, Takaynamo, oel guerrero conquistador Min-chanzamán.El sol se oculta, desvane-
ciendo las alargadas figuras dequienes caminamos al filo de laplaya. Me voy con la seguridad
CONCURRENCIA. Cientos de personas se congregan.
BUCÓLICO. Las tardes son especiales en el balneario de Huanchaco cuando cae el sol junto al tradicional muelle y a los caballitos de totora. FOTOS: GUIDO SÁNCHEZ.
La tarde cae y los rayostropicales del sol quemanmenos que el mediodía y, sininmutarse, prosiguen senta-dos en la arena o en el male-cón, tejiendo sus redes.
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de que volveré una y otra vez –co-mo el niño que relee su cuentopreferido– a admirar el mar ya sus hombres añejos surcandolas olas en sus caballitos de to-tora.
Exquisita gastronomíaEsta tradición es la vitrina
principal de Huanchaco. No so-lo tiene historia, sino un pre-sente plasmado en la exquisitay variada gastronomía que sesirve en los numerosos restau-rantes y picanterías, asentadosa lo largo del malecón VíctorLarco y en El Boquerón.Muchos llegan de muy lejos,
con la única finalidad de pro-bar la chita al ajo, el arroz conmariscos, el cebiche o la cremade cebiche que aquí se preparacon un estilo singular, y cuyossabores desbordan los palada-res más exigentes.Estas son suficientes razo-
nes para voltear la mirada a es-te balneario y enrumbar enbusca de una vivencia inolvi-dable. Al llegar no solo nosacoge el calor de su clima y susamplias playas, sino la hospi-talidad y el cariño de su gen-te. ¡Buen provecho!
Es uno de los lugares másvisitados por los turistas dediversas partes del mundo quellegan al balneario de Huancha-co. En cuanto a su arquitectura,la composición espacial yformal del muelle de Huancha-co, está generada por unaplataforma que se inicia desdeuna pequeña plaza ubicada enla orilla de la playa, se internahomogéneamente hacia elinterior del mar, rematando ensu parte final con un espacioformado por dos glorietas. Suforma lineal varía por la inclu-sión de una plataforma, adosa-da a su extremo derecho, alcostado de las glorietas ydispuesta en un nivel más bajopara el fácil acceso de lospescadores que suelen realizarsus tradicionales faenas en ellugar.
MUELLE ANTIGUO
Esta festividad se celebradesde principios del siglo XX,los pobladores de Huanchacorealizaban un carnaval emulan-do al carnaval venecianofamoso por esa época, con elpasar de los años y las nuevasgeneraciones pasó a serorganizado por el Club Huan-chaco, consta de varias activi-dades entre ellas la coronaciónde la reina, campeonato desurf, fiesta del luau, creatividaden la arena, campeonatos decaballito de totora, el desfile decarnaval entre otros. El año2012 el corso del carnaval sellevó a cabo el 25 de febrero.
SU CARNAVAL