I e, primera hente, encontrarAn en esta escr! aensure, donde el sentido paradisiac0 est6 presen

Eua no muestra relacih dguna con lo qi aorrienfes en bow sostiene su peculiar mirada temblor del milagro que estA por producirse. Escri Arenas “Tambih este desplazamiento por el mun su propio contenido. Observa el &sit0 de la fortalecida por su creencia, por su aptitud de b de milagro, o m h bien dicho, como vive en el didad, la acomoda a sus usos y costumbres p a

La perspectiva bhica de 10s relatos a i reside en la fragilidad y el asombro de Nuestra autora ammete una exploraci’ distkpur mapormente entre New Yor u b k c i i aparecerh 10s trenes, el tintero, 5 +cas, la monjita amable, el sefior “palo grueso”,:l nontbres..., un muntio que fluye, un constant;? ella mira inocente, sin perder su candor b ape le sucede. No Mta la flor silvestre para los muy cercanos y sus mil trajines, en Algo de “caballera andante”, algo de cronisi qrre vrremoo en e m libro y que nos vinc pintmestxi que $la construye y que nos h de una lib.ntura “naive”.

La ppfnsra “naive” aparece en el D Espahola con el siguiente sign

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pfaaka ate a”.

+de+mtay - la realidad; c(pr br arpaeaoso?rrsor, ash, bnbob-.

:: c ~ W Q U e v a d o aeQponde a esa de6nici6n al se Id- ria pTeparaci6n an&