I N D I C E - bizkeliza.org€¦ · • Los Centros Diocesanos superan los 9.000 alumnos • EGIA-JEC celebra su 25 veinticinco aniversario en Bilbao . ALDIZKARI NAGUSIA / BOLETÍN

ALDIZKARI NAGUSIA / BOLETÍN OFICIAL (n. 609. zk.) (iraila • 2009 • septiembre)

I N D I C E

IGLESIA. BIZKAIA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak

OBISPOS • IV Plan Diocesano de Evangelización (septiembre de 2009). (Bilingüe) • IV Plan Diocesano de Evangelización (Texto de mons. Ricardo Blázquez para la

revista diocesana Comunicación/Alkarren Barri) • Homilía del obispo de Bilbao en la celebración de apertura del curso pastoral

(Bilbao, 28 de septiembre de 2009) • Homilía del obispo de Bilbao en el funeral por D. Mikel Saénz de Cabezón (Bil-

bao, 30 de septiembre de 2009) • Mensaje del obispo de Bilbao, mons. Ricardo Blázquez y de su auxiliar, mons.

Mario Iceta para el DOMUND 2009 (octubre de 2009). (Bilingüe)

Información. Albisteak

SECRETARÍA GENERAL • Fallecimiento CRÓNICA DIOCESANA • Inaugurado oficialmente el nuevo curso pastoral diocesano • El Seminario de Bilbao tras los pasos del cardenal Newman • Reunión de los Obispos con el Lehendakari • Los Centros Diocesanos superan los 9.000 alumnos • EGIA-JEC celebra su 25 veinticinco aniversario en Bilbao


ELIZBARRUTIKO BARRIAK • Elizbarrutiko pastoral ekiturtearen hasierea • Bilboko Seminarioa Newman kardinalaren aztarnen atzetik • Gotzainen batzarra Lehendakariagaz • Bederatzi mila ikasletik gora dabil Elizbarrutiko Ikastetxeetan • EGIA-JEC mugimenduak 25. urteurrena ospatu dau Bilbon

IGLESIA. ESPAÑA. ELEIZEA


• Nota de prensa final de la CCXIV reunión de la Comisión Permanente de la Con-ferencia Episcopal Española (Madrid, 29-30 de septiembre y 1 de octubre de 2009)


IGLESIA. BIZKAIA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak

«Brille vuestra luz» (Mt 5,16)

IV Plan Diocesano de Evangelización (2009-2013)

PRESENTACIÓN El IV Plan Diocesano de Evangelización, cuyo recorrido nos disponemos a ini-ciar, pidiendo a Dios que nuestros trabajos comiencen en Él como en su fuente y tiendan siempre a Él como a su fin, ha sido elaborado con amplia participación de presbíteros, religiosos y seglares. Confiamos que será una excelente oportunidad para aunar esfuerzos en orden a renovar nuestra vida cristiana personal y el dina-mismo apostólico de nuestras comunidades. El presente Plan nos invita a mirar to-dos en una misma dirección para fortalecer el vigor de la fe, el atrevimiento de la es-peranza y la solicitud de la caridad; así estaremos más capacitados para ser, como Iglesia local, instrumentos dóciles y fecundos del Evangelio en nuestro mundo. Este Plan de Evangelización ha sido pensado y se desarrollará en conexión es-trecha con el proceso de remodelación pastoral, que pusimos en marcha hace algu-nos años y que previsiblemente durará todavía bastante tiempo. 1. “Atentos a la Palabra de Dios” En sintonía con el Sínodo de los Obispos dedicado a la Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia, que tuvo lugar durante el mes de octubre de 2008; en espera de la correspondiente exhortación apostólica postsinodal del Papa; conec-tando con la Carta Pastoral de los Obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebas-tián y Vitoria para Cuaresma-Pascua de 2009 Acoger y transmitir la Palabra de Dios; y conscientes de la trascendencia de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia y de ca-da cristiano hemos creído oportuno centrar el presente Plan de Evangelización en la Palabra de Dios como fuerza revitalizadora de nuestras comunidades cristianas lla-madas a ser signo e instrumento del Evangelio, nacido de las entrañas paternales de Dios que por amor nos ha entregado a su Hijo Jesucristo (cf. Jn 3,16). Aquí y ahora, participando en los temores y esperanzas de nuestro pueblo, con sus inquietudes y aspiraciones, deseamos ser testigos fehacientes y amables de Dios, revelado en Jesu-cristo. Damos gracias a Dios por la fe recibida, queremos cuidarla como un tesoro, tenemos la experiencia de que comunicándola se fortalece en el mismo apóstol, y asumimos con renovada ilusión el encargo de procurar transmitirla a otros. Con la renovación de los cristianos y la incorporación a la Iglesia de nuevos fieles se incre-


menta la familia de los hijos de Dios y se robustece la esperanza de contribuir más eficazmente al bien de la humanidad.

a) Significado de la Palabra de Dios Al dirigir la atención a la Palabra de Dios tocamos el corazón del Evangelio. En efecto, la Palabra de Dios es viva y eficaz (cf. Heb 4,12). Es como la lluvia que empa-pa la tierra y la hace fecunda (cf. Is 55,10-11). A diferencia de las palabras humanas que siempre son fugaces y a veces vacías y engañosas, la Palabra de Dios permanece para siempre (cf. 1 Ped 1,23-25) y comunica esperanza y verdad (cf. Ef 1,13; Col 1,5). El Evangelio es fuerza de Dios y sabiduría de Dios para todo el que cree (cf. Rom 1,16; 1 Cor 1,24). Es segura como una roca sobre la cual podemos edificar sólidamente nuestra vida y la casa de la humanidad (cf. Mt 7,24-26). Profundizar en el sentido de la Palabra de Dios es un quehacer necesario, que compensa generosamente los es-fuerzos, al comenzar la puesta en práctica del actual Plan de Evangelización. Jesús en persona es la Palabra de Dios, a quien no sólo podemos escuchar sino también ver y tocar pues es el Verbo hecho carne (cf. Jn 1,14; 1 Jn 1,1-4). La Sagrada Escritura habla en cada una de sus páginas de Jesucristo, por lo cual desconocerla es desconocer a Jesucristo (cf. Jn 5,39). Jesús es el cumplimiento de las promesas de Dios (cf. 2 Cor 1,20). Es la luz y la clave para entender la Biblia (cf. 2 Cor 3,14-16). Como exegeta singular interpretó a los discípulos de Emaús lo que está escrito sobre él en las Escrituras (cf. Lc 24,27). Él nos invita a la mesa de la Palabra y de la Euca-ristía, preparando con el perdón de los pecados el corazón para escucharle y seguir-le. Jesús viene a nuestro encuentro cuando leemos como discípulos la Escritura. Está particularmente presente en la celebración litúrgica y “es Él quien habla cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura” (Sacrosanctum Concilium, 7). Por eso, al comenzar la lectura creyente y orante de la Palabra de Dios, al iniciar la “lectio divina”, invo-camos el poder del Espíritu Santo para que interiorice en nosotros la Palabra leída y escuchada, y pedimos con el profeta Samuel: “Habla Señor, que tu siervo escucha” (cf. 1 Sam 3,10). La Sagrada Escritura se parte como el pan para alimentar a los fieles reunidos como una familia en la asamblea eucarística.

b) Sagrada Escritura y Pueblo de Dios Entre Pueblo de Dios y Escritura-Palabra de Dios existe una íntima y recíproca relación. La Sagrada Escritura ha nacido en el interior del pueblo de Israel y de la Iglesia, que consiguientemente les pertenece como un bien propio. Pero, además, la Biblia es un regalo de Dios y una carta dirigida por Él. El Pueblo de Dios, la Iglesia, por su parte, debe considerar la Sagrada Escritura como una realidad que, formando parte de ella, es Palabra de Dios que sostiene, orienta, corrige y conforta; no es pose-sión exclusiva sino don que debe ser siempre recibido de nuevo e incesantemente ofrecido a otros. Por esta relación tan estrecha la Iglesia está capacitada para inter-pretar la Sagrada Escritura en su identidad más honda, a saber, como Palabra de Dios, ya que debe ser leída con el mismo Espíritu con que fue escrita. No es sin más un libro o una colección de libros de la literatura antigua o antiquísima, sino sobre todo Palabra de Dios siempre actual y creadora. La Iglesia recobra vigor en su debili-


dad y renovación de sus envejecimientos, acercándose a la Sagrada Escritura con oídos atentos y con el corazón disponible a seguir la llamada de Dios. La Sagrada Escritura ha nacido dentro de un pueblo y una cultura; pero en cuanto inspirada por el Espíritu Santo tiene autoridad sobre el pueblo pues es Palabra de Dios. La herme-néutica bíblica requiere, en consecuencia, dos perspectivas o niveles, el histórico-crítico y el teológico. Me permito citar ampliamente a Benedicto XVI que con su habitual penetra-ción ilumina la mutua pertenencia entre Pueblo y Libro. “La Biblia es el libro de un pueblo y para un pueblo, un legado, un testamento entregado a los lectores para que actualicen en su vida la historia de salvación atestiguada en el escrito. Existe, por consiguiente, una relación de pertenencia recíproca y vital entre Pueblo y Libro: la Biblia es y seguirá siendo un Libro vivo con su pueblo, su sujeto, que lo lee; el Pueblo no subsiste sin el Libro, pues en él tiene su razón de ser, su vocación, su identidad. Esta pertenencia mutua entre Pueblo y Sagrada Escritura es celebrada en toda asamblea litúrgica que, gracias al Espíritu Santo, escucha a Cristo, pues es Él quien habla cuando en la Iglesia se lee la Sagrada Escritura y se acoge la alianza que Dios renueva con su pueblo”. “De la escucha renovada de la Palabra de Dios, bajo la acción del Espíritu Santo, puede brotar una renovación auténtica en la Iglesia universal y en toda comunidad cristiana” (Homilía en la clausura del Sínodo, 26 de octubre de 2008).

c) María y Palabra de Dios La parábola del sembrador, cuya semilla −que significa la Palabra de Dios− al ser derramada cae en diversas clases de tierra, culmina con una referencia a María, Madre y Discípula de Jesús, como la buena tierra, como el corazón noble y generoso, donde germinó el Salvador (cf. Lc 8,5-15.21) (Joseph A. Fitzmyer). María en cuanto mujer piadosa de Israel fue oyente fiel de la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura y fue por el poder del Espíritu Santo la Madre virginal del Hijo del Altísimo, el santua-rio de la Palabra de Dios en persona, que es Jesús. Se comprende que el Sínodo de los Obispos al relacionar “Palabra de Dios y lectura orante” (Proposición 22 del elenco final), subraye la ejemplaridad de la escucha de María que orienta la atención de los cristianos a la Palabra de Dios. María dijo sí a Dios en la anunciación; proclamó las maravillas del Señor cuando visitó a Isabel en un pueblo de Judá; en Belén María alumbró a su Hijo como luz y salvación del mundo; conservó la Palabra meditándola en el corazón; y mantuvo la fidelidad junto a la cruz de su Hijo en la dureza de la hora (cf. Lc 1,38; 1,46ss; 2,6-7; 2,19.51; Jn 19,25-27. María es la puerta de entrada del Hijo de Dios en la historia humana. No aconteció la encarnación del Verbo sin el sí libre y creyente de María; y en medio de la noche de la humanidad lo dio a luz como Sol de justicia para alumbrar a todo hombre que viene a este mundo (cf. Jn 1,9). La Iglesia, en la presente situación de la evangelización, no transmitirá eficazmente el Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro tiempo sin la presencia y la interce-sión de Santa María la Madre virginal del Salvador. No hay evangelización sin Ma-ría; en la pila bautismal que es como el seno fecundo de la Madre Iglesia está tam-bién presente la Virgen María Madre del Señor. “La Iglesia en su labor apostólica con razón mira hacia aquella que engendró a Cristo, concebido del Espíritu Santo y


nacido de la Virgen, para que por medio de la Iglesia nazca y crezca también en el corazón de los creyentes. La Virgen fue en su vida ejemplo de aquel amor de madre que debe animar a todos los que colaboran en la misión apostólica de la Iglesia para engendrar a los hombres a una vida nueva” (Lumen gentium, 65).

d) Sínodo de los Obispos y servicio a la Palabra de Dios Todos los cristianos, sacerdotes, diáconos, religiosos, padres de familia, cate-quistas para cumplir adecuadamente el ministerio de la Palabra debemos leer y me-ditar asiduamente la Sagrada Escritura, ya que “si no la escuchamos por dentro, se-ríamos por fuera predicadores vacíos de palabra” (Dei Verbum, 25. cit. de San Agus-tín). Recuerdo algunas indicaciones del Sínodo episcopal sobre la Palabra en rela-ción con diversos ámbitos eclesiales. “La celebración de la Palabra de Dios es uno de los lugares privilegiados del encuentro con el Señor, porque en esta proclamación Cristo se hace presente y continúa hablando a su pueblo” (Prop. 18). “La Liturgia de las Horas es una forma excelente de escucha de la Palabra de Dios ya que pone en contacto a los fieles con la Sagrada Escritura y la Tradición viva de la Iglesia” (Prop. 19). El Sínodo de los Obispos exhorta a hacer de la Palabra de Dios no sólo el alma de la teología, sino también de la entera pastoral. La homilía ocupa un puesto privile-giado en el ministerio de la Palabra; y la catequesis debe hundir con predilección sus raíces en la Revelación de Dios. La espiritualidad cristiana tiene en la Sagrada Escri-tura la fuente de su animación más honda y fecunda (Prop. 15, 23, 30). Todas las ac-ciones de la vida de la Iglesia recibirán vigor con la atención orante a la Palabra de Dios, que constituye el horizonte abarcador de nuestro Plan de Evangelización. Los diferentes miembros de la Iglesia deben sentirse concernidos por la invita-ción a reconocer a la Palabra de Dios lugar preferente en su vida y actividad apostó-lica. “La Palabra de Dios es indispensable para formar el corazón de un buen pastor, ministro de la Palabra”. El sacerdote debe ser el primer oyente fiel de la Palabra, “consciente de que las palabras de su ministerio no son suyas, sino de quien le ha enviado. De esta Palabra no es señor sino servidor” en relación con el Pueblo de Dios (Prop. 31). “El amor de la Biblia es una gracia del Espíritu Santo que impregna la vida del creyente”; para promover el aprecio de la Sagrada Escritura son necesarios ámbi-tos donde también los laicos aprendan a escuchar, comprender, vivir y anunciar la Palabra de Dios (Prop. 33). «La vida consagrada nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida. En la escuela de la Palabra, redes-cubre continuamente su identidad y se convierte en “evangélica testificatio” para la Iglesia y para el mundo. Llamada a ser “exégesis” viviente de la Palabra de Dios (Be-nedicto XVI), es ella misma una palabra con la que Dios continúa hablando a la Igle-sia y al mundo» (Prop. 24). “Los candidatos al sacerdocio deben aprender a amar la Palabra de Dios. Sea, por tanto, la Escritura el alma de su formación teológica, sub-rayando la indispensable circularidad entre exégesis, teología, espiritualidad y mi-sión” (Prop. 32). Acontecerá el diálogo luminoso y entrañable entre Dios y el hombre si a la lectura de la Sagrada Escritura acompaña la oración, ya que “a Dios hablamos cuando oramos y a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras” (Dei Verbum, 25). A través de la comunicación íntima con Dios se convierte la Sagrada Escritura en fuen-te de luz y de fuerza, de ánimo y de consuelo, de caridad y de evangelización.


Para que la Palabra de Dios reavive la existencia de cada cristiano y de nuestras comunidades, necesita que recorra en nosotros un itinerario largo: debe ser leída con atención, escuchada interiormente, recibida en la fe, compartida con otros cristia-nos, celebrada litúrgicamente, encarnada en la vida, transmitida en la misión, anun-ciada con valor a los cuatro vientos. Necesitamos sentarnos diariamente a la mesa de la Palabra para ser nutridos e iluminados, y así proseguir el camino y testificar el amor que Dios tiene a la humanidad. Sin el alimento de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo desfalleceríamos, y no podríamos soportar el peso del día y el calor de la jornada como fieles discípulos y obreros de la viña del Señor. El presente Plan de Evangelización nos impulsa a cada uno a leer asiduamente la Palabra de Dios; y a multiplicar los grupos bíblicos, donde todos unidos pedimos al Señor que nos hable y nos enseñe a compartir confiadamente con los demás el eco de su Palabra que ha resonado en el corazón de cada participante. Se ha verificado, aquí y en otros lugares, que los grupos formados en torno a la Palabra de Dios mues-tran un particular grado de satisfacción y de perseverancia, ya que la luz, la fuerza y el aliento recibidos actúan como eficaz convocatoria. 2. Algunos subrayados del Plan de Evangelización A continuación invito a dirigir la mirada de los destinatarios del Plan hacia algunos puntos neurálgicos, que deberían centrar particularmente nuestra atención y concentrar nuestros esfuerzos.

a) La iniciación cristiana Desde hace varios años vienen recibiendo en nuestra diócesis jóvenes y adultos en una sola celebración los tres sacramentos de la iniciación cristiana, a saber, el bautismo, la confirmación y la comunión; en efecto, varones y mujeres no bautizadas de niños solicitan ser incorporados a la Iglesia, previa la catequesis conveniente que fortalezca su fe y su decisión de vivir cristianamente. Da la impresión de que es una realidad en auge. Casi siempre ha sido decisivo en la conversión de esos candidatos el contacto personal con cristianos consecuentes y capaces de irradiar la fe. Ha sido una iniciativa no sólo prometedora sino también ya fecunda la cele-bración de las llamadas “Eucaristías de familia”, que se han hecho habituales en bas-tantes parroquias. Es un acierto saludable el que los padres acompañen a sus hijos en la preparación de la primera comunión, que es un tramo importante en el camino de la iniciación cristiana; se puede fundadamente deducir que, si los padres desean que sus hijos participen plenamente en la celebración de la Eucaristía por la comu-nión, ellos la aprecian para sí mismos. Los catequistas, a su vez, se sienten reconoci-dos y animados en el servicio precioso a los niños por la presencia de los padres. Para éstos la iniciación cristiana de los hijos será sin duda una oportunidad para renovar su condición cristiana; y para los hijos constituye una experiencia inolvidable ver que su familia es también familia en la fe. Padres, hijos y abuelos están invitados a


participar juntos en la Eucaristía del domingo, el día del Señor, escuchando la Pala-bra de Dios que se convierte en luz para los senderos de la vida, rezando juntos y recibiendo el Cuerpo del Señor como alimento de Vida eterna. La Eucaristía está en el corazón de la Iglesia, y debe estar en el corazón de cada cristiano y de cada comu-nidad. Sin la participación en la Eucaristía, si no hay razones que lo impidan, falta al cristiano un aspecto muy importante para la fiesta y el descanso dominicales. Sin ella no podemos vivir una existencia vigorosa en la fe, el amor y la esperanza en me-dio del mundo. Recuerdo otro hecho relacionado también con la iniciación cristiana: en los últimos años ha descendido mucho el número de candidatos a la confirmación. De-bemos analizar pastoralmente este fenómeno, considerando los diversos aspectos implicados y con disponibilidad apostólica a darle la respuesta más conveniente. En nuestra diócesis, y en otras, venimos sintiendo la necesidad de acentuar la iniciación cristiana, ya que estamos persuadidos de que, al tratarse de los cimientos del ser cristiano, a través de ella se responderá desde la misma raíz a la situación bastante extendida de debilidad y de marasmo. La renovación de la Iglesia está, al parecer, en buena medida, vinculada con la iniciación cristiana. No se trata de volver arqueológicamente a ciertas formas de la praxis vigente en la Iglesia primitiva, sino de recibir su inspiración catecumenal y de colocar en el centro de la acción pastoral las realidades constitutivas de la vida de la Iglesia. La iniciación cristiana es como la tierra nutricia, donde crece y madura la vida adulta en la fe y en el amor, y donde germinan las diferentes vocaciones, servicios y ministerios. El catecumenado articula con una pedagogía específica la catequesis necesaria para transmitir el conocimiento de la fe y la ejercitación en la vida del discípulo de Jesús; fe y conversión son dos dimensiones insustituibles e inseparables (cf. Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos, 19). Los candidatos a recibir el bautismo y los otros sacramentos de la iniciación, y en su caso quienes renuevan la iniciación, aprenden vitalmente en este proceso a creer, a participar en los sacramentos de la Iglesia, a vivir según el Evangelio y a orar como Jesús enseñó a los discípulos de la primera hora y de todos los tiempos. El Catecismo de la Iglesia Católica desarrolla los cuatro pila-res de la iniciación cristiana: la profesión de la fe (el Credo), la celebración del miste-rio cristianos (los Sacramentos), la vida en Cristo (los Mandamientos) y la oración cristiana (el Padre nuestro). El Catecismo de la Iglesia es “instrumento válido y au-torizado al servicio de la comunión eclesial y norma segura para la enseñanza de la fe” (Constitución apostólica “Fidei depositum” de Juan Pablo II, 11 de octubre de 1992). Quizá debamos renovar nuestra confianza en el Catecismo de la Iglesia Cató-lica, elaborado teniendo presente la actualización de los estudios teológicos llevada a cabo en los últimos decenios y siguiendo las orientaciones del Concilio Vaticano II. Los cristianos, sin suficiente claridad en la doctrina y sin decisión testimonial, esta-ríamos inermes para vivir en un mundo complejo, confuso y en aspectos importantes a veces desorientado. A través de la iniciación se afianza la identidad cristiana de los fieles y la capacidad para decir sí o no sin polémicas ni complejos a otras propuestas que circulen en la opinión pública.


Me permito recordar algunas características de la catequesis al servicio de la iniciación cristiana de adultos, y en su proporción de otras formas de catequesis ins-piradas en la pedagogía de la iniciación. Debe ser una formación orgánica y sistemá-tica, no ocasional ni circunstancial. No es mera enseñanza ya que comprende tam-bién el aprendizaje de la vida cristiana. “Es una formación básica, esencial, centrada en lo nuclear de la experiencia cristiana, en las certezas más básicas de la fe y en los valores evangélicos más fundamentales”. «Se centra en lo “común” para el cristiano, sin entrar en cuestiones disputadas ni convertirse en investigación teológica». “In-corpora a la comunidad que vive, celebra y testifica la fe” (Directorio General para la Catequesis, 67). A veces los cristianos, inmaduros todavía en el conocimiento de la fe, se sienten turbados o por mensajes divergentes del Evangelio que impregnan el am-biente social y transmiten los medios de comunicación o por una enseñanza teológi-ca inadecuada aún para personas con débil personalización de la fe y escasa consoli-dación de los cimientos. (¿Frecuentamos la lectura de los documentos del Papa para orientarnos en el camino? ¿De dónde reciben los cristianos la información sobre la Iglesia?). La iniciación cristiana de la Iglesia se asemeja a la forma como la madre y el padre alimentan a su hijo pequeño (cf. 1 Tes 2,7-12; 1 Cor 4,15), dándole la comida adaptada a su edad. La catequesis de la iniciación, que es una función eminentemen-te maternal de la Iglesia, debe incluir una relación cordial y afectiva entre catequista y catequizandos.

b) Vocación y vocaciones Padecemos desde hace tiempo una escasez notable de presbíteros y de vocacio-nes sacerdotales; si en otros momentos de nuestra historia diocesana la abundancia fue extraordinaria, la penuria actual es también extraordinaria. El ministerio sacerdo-tal afecta a la diócesis entera, en su presente y su futuro; nadie, sea de la sensibilidad que sea, puede desentenderse de esta realidad primordial ni sentirse eximido de cola-borar con su oración y empeño pastoral. Agradecemos a Dios el que no haya cesado de correr un hilito; y ahora estamos esperanzados con un cierto repunte vocacional. Las vocaciones a la vida consagrada son también escasas y todos debemos sentirnos con-cernidos por esta situación que repercute en la vitalidad de la diócesis. Las vocaciones son una realidad muy sensible, donde se muestra la debilidad y la esperanza. Nuestro Plan de Evangelización habla de diversas vocaciones; y, en efecto, la palabra vocación cubre significados diferentes, aunque estén vinculados entre sí. Hay una primera vocación: la llamada a la existencia; al acto creador de Dios las cria-turas responden existiendo. El libro de Baruc pone en los astros llamados por Dios a existir estas palabras: “Aquí estamos” (cf. 3,33-35. Is 40.26). De la llamada a la exis-tencia poco a poco es consciente el hombre; la imagen de Dios se refleja en el espejo del alma inteligente y libre; y ahí siente cada persona que su vida es un proyecto di-señado amorosamente por Dios. Vive la existencia como una posibilidad abierta y una tarea personal. Existe, pasando a otro orden, la vocación básica y común cristiana fundada en la fe y en la conversión al Dios vivo y verdadero, sellada por los sacramentos de la iniciación, que pone en el camino del seguimiento de Jesús y abre las puertas a la


familia que es la Iglesia (cf. Ef 4,1ss.). “Iglesia” (“Ecclesia”) es y significa precisamen-te pueblo llamado y convocado por Dios en Jesucristo; la Iglesia, es la patria de todas las vocaciones (cf. Ef 4,7-13; Rom 12,4-8; 1 Cor 12,4-21.27-30): al ministerio sacerdo-tal, a la vida consagrada contemplativa y apostólica, al matrimonio cristiano, a la militancia cristiana, a las misiones, a la actividad política y social como cristianos… La vocación sacerdotal, igual que las demás vocaciones en la Iglesia, se funda-menta en la común vocación cristiana. Por esto, cultivar la vocación cristiana, en las diversas etapas de la vida, con confianza y claridad, personalmente y en grupo, es primordial e insustituible para que descubra cada persona, cada adolescente, joven y adulto, su vocación específica. Iniciar y acompañar en el conocimiento íntimo y ami-gable de Jesucristo por la lectura del Evangelio, la participación en los sacramentos y particularmente en la Eucaristía, la oración, el amor a la Iglesia, la caridad a los de-más, el diálogo con el acompañante pastoral… son vías para madurar cristianamente y para descubrir la vocación personal en la Iglesia. ¿Cómo vamos a oír la invitación particular de Jesús, si no aprendemos a escuchar su voz ni a hablar con Él en la ora-ción? ¿Cómo se puede identificar la vocación a la que el Señor puede llamar a otros, si no es presentada adecuadamente por quienes la conocen y viven? Sin encuentro con Jesús en la fe, en el amor y la amistad, en la confianza y en la disponibilidad para el seguimiento, no germina ni echa raíces la llamada al sacerdocio. Donde se cultivan las realidades fundamentales de la fe y de la Iglesia, surgen vocaciones; caben los matices, según los grupos cristianos y eclesiales, si lo fundamental está asegurado; y, viceversa, los matices solos no transmiten las realidades básicas ni ayudan a crecer en ellas. Quiero aludir con gratitud y esperanza al diaconado permanente, que hace varios años instauramos en la Diócesis y se va consolidando satisfactoriamente.

c) Testigos del amor de Dios a la humanidad Con estas palabras expresa el presente Plan la orientación evangelizadora de la renovación de nuestras comunidades. La Iglesia ha nacido para ser enviada; Dios Padre la ha convocado en Jesucristo y el Espíritu Santo para ser testigo de su amor a la humanidad. La misión recibida entra como ingrediente en la definición de la Igle-sia: ésta debe ir siempre más allá de sí misma al encuentro de las personas más cer-canas o más distantes para anunciarles que el Reino de Dios, que el Evangelio, que el mismo Jesucristo está llamando a sus puertas. Todo en la Iglesia, la catequesis, los sacramentos, los servicios caritativo-sociales, más aún su misma existencia, tiende a la evangelización. Por ejemplo, la celebración de los funerales, además de ser oración por los difuntos y ejercicio de esperanza de los fieles, ofrece la oportunidad para in-vitar a la renovación de la fe a quienes se hallen más perplejos o alejados. Se com-prende, por lo dicho, que todos los cristianos en virtud del bautismo son por natura-leza misioneros. La Iglesia desea acercarse a cada persona para mostrarle el rostro de Dios que es Amor. Está convencida de que a través del cuidado amable, respetuoso y eficaz de los necesitados Dios mismo les dirige su Palabra y los envuelve en su Amor, incluso


aunque sean personas que, al parecer, o no lo han encontrado o se han distanciado de Él. “El amor del prójimo es un camino para encontrar también a Dios, y cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios” (Encíclica Deus cari-tas est, 16); este texto comenta aquel otro de la primera carta de San Juan: “Quien no ama a su hermano a quien ve no puede amar a Dios a quien no ve” (4,20). Si oímos el clamor de los pobres, también terminaremos escuchando el susurro de Dios; y si nos acercamos a los pobres, también estamos aproximándonos a Dios. Porque Dios ha creado al ser humano a su imagen y semejanza, se puede recorrer el camino de Dios al hombre y del hombre a Dios. Es bueno que nos preguntemos nosotros: ¿La fe en Dios nos impulsa a acercarnos y tratar compasivamente a las personas? Y es también oportuno que preguntemos a quienes son religiosamente indiferentes y dicen no creer en Dios: ¿Te abres al hermano que padece injusticias, enfermedades, desampa-ro, exclusión? La Iglesia quiere ser testigo de la bondad de Dios a la humanidad; cada gesto compasivo procede del amor de Dios y tiende a mostrar el amor de Dios. Como bue-nos samaritanos queremos verter en las heridas de los hombres “el aceite del consue-lo y el vino de la esperanza” (Prefacio de la Misa). El Evangelio es Buena Noticia, que habla bien de Dios con palabras y obras a los hombres y mujeres también de nuestro tiempo. La siguiente oración, tomada de una plegaria eucarística, expresa nuestra actitud y aspiración al iniciar su andadura el IV Plan Diocesano de Evangelización: “Danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuen-tren en ella un motivo para seguir esperando” (Vb). Deseamos que la Iglesia resplan-dezca en medio del mundo, dividido por las guerras y discordias, como instrumento de unidad, de concordia y de paz; que sea testimonio fehaciente y bondadoso del amor de Dios junto a los heridos del camino; que a través de la misericordia ejercida en las situaciones que afligen a los hombres y mujeres sea como una puerta abierta a la esperanza. Existen actualmente una serie de desafíos de gran envergadura que solicitan de la Iglesia el anuncio de la verdad y la realización del amor. Son retos cuya respuesta debe converger en el desarrollo de toda la persona y de todas las personas, como ha enseñado Benedicto XVI en su reciente encíclica Caritas in veritate, 1 (29.6.2009), ya que la caridad en la verdad es “la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de la humanidad”. El Papa nos enseña a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad cómo avanzar, en el marco de la globalización, para que la humanidad sea una familia, en la que actúen la solidaridad y la fraternidad. En nuestra Diócesis se han desarrollado mucho las actividades caritativo-sociales, cuya eficacia es manifiesta en la actual crisis económica que golpea a tantas personas y familias; igualmente le ha hecho sufrir la violencia terrorista y le han ocupado inten-samente los trabajos por la paz. Otras tareas mayores nos apremian también. “El libro de la naturaleza es uno e indivisible, tanto en lo que concierne al ambiente como a la vida, la sexualidad, el


matrimonio, la familia, las relaciones sociales, en una palabra, el desarrollo humano integral” (Caritas in veritate, 51). Es preocupante el altísimo número de rupturas matrimoniales con todo lo que implica para los esposos, los hijos y las familias; ante la quiebra de la estabilidad ma-trimonial, que es un problema social con graves consecuencias, la Iglesia, siguiendo los pasos de Jesús, debe anunciar el amor de Dios que crea un corazón nuevo capaz de ser fiel a la unidad en el amor conyugal (cf. Mt 19,1-8); si el corazón endurecido fragua la división, el corazón compasivo genera concordia. Con los llamados mode-los de familia se ha oscurecido probablemente en su comprensión y debilitado en la práctica el referente primordial de familia, a saber, la fundada en el matrimonio, que es la unión estable por amor de un varón y de una mujer, para la mutua complemen-tariedad y para la transmisión de la vida y educación de los hijos. Matrimonio y fa-milia requieren de nosotros una atención pastoral intensa. El cuidado y la defensa de la vida del ser humano desde la concepción hasta la muerte natural, a la vista de las amenazas actuales, es tarea primordial de la Iglesia y debería serlo de toda persona y de la sociedad entera. Nadie tiene derecho a arrogar-se la capacidad de disponer de un ser humano indefenso e inocente privándole del derecho fundamental a la vida. Es un salto gravísimo pasar de considerar el aborto como delito despenalizado en algunos supuestos a pretender que sea un derecho. La calidad ética de una sociedad debe manifestarse acompañando a la mujer gestante en todo el recorrido del embarazo y, si no puede hacerse cargo del hijo, entregarlo a quienes quieren y pueden cuidarlo. El aborto es una cuestión no sólo de moral cató-lica y religiosa, sino también y ante todo de humanidad y de ética general, ya que afecta al ser humano que tiene inscrita en sí mismo la ley natural, que por una parte defiende su vida y por otra le prohíbe matar. La persona reclama nuestra solicitud en todas las situaciones y circunstancias; siempre debe ser cuidada, protegida y ayudada. Es buen síntoma de Iglesia samari-tana el que se haya preocupado de que nadie duerma debajo de un puente, de que a nadie falte diariamente la comida, de que los enfermos, por ejemplo del sida puedan ser atendidos en las últimas estaciones de la vida con cariño y esmero. Debemos ser testigos del amor de Dios a la humanidad siempre y en todo lugar. En las situaciones más oscuras y apuradas brilla el Evangelio como cercanía compasiva de Dios a sus hijos e hijas. Un Dios que trata así a los hombres y mujeres es digno de confianza y de fe; el amor es por ello vía segura para ir al encuentro de quienes no han hallado aún el rostro de Dios, que es Jesucristo.

d) “Rema mar adentro”. “Te basta mi gracia” Probablemente más de una vez −al comenzar una jornada apostólica, al iniciar un curso pastoral, al poner en marcha un nuevo Plan de Evangelización− ha encon-trado resonancia personal en nosotros el siguiente diálogo evangélico: Dijo Jesús a Simón: “Rema mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Le respondió Simón: Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos cogido nada, pero, por tu palabra, echaré las redes” (Lc 5,4-5). Quizá la experiencia reiterada de trabajos in-


fructuosos o con escaso rendimiento pastoral nos desalienta y apesadumbra para empezar de nuevo. ¿Cómo en estas situaciones ser movilizados internamente por la esperanza para echar una vez más las redes y, si el Señor quiere, ser sorprendidos por lo inesperado, por la pesca abundante? Permitidme que, al entregaros el IV Plan de Evangelización, os recuerde algunos motivos de esperanza que desperecen el es-píritu y acrecienten el dinamismo apostólico. La situación actual de la evangelización en nuestras latitudes, que son de manera especial “país de misión”, puede propiciar el redescubrimiento de una lla-mativa dimensión evangélica del Reino de Dios en la actividad apostólica de Jesús: es como un puñado de levadura, como unos granos de sal, como una luz tembloro-sa en la casa, como una semilla insignificante de mostaza. Lo pequeño, lo frágil, lo débil, lo improbable humanamente son características del Reino de Dios y de los trabajos misioneros. Quizá, como en los mapas, debamos cambiar de escala: pasar de proporciones poderosas y multitudinarias de hace algunos decenios a otras me-nos relevantes socialmente. Y, no obstante, se da la paradoja de que existe vigor en la debilidad, elocuencia en lo insignificante La Iglesia, los cristianos, hemos recibi-do del Señor un encargo referido a todos los hombres de todos los pueblos; pero ser “pequeño rebaño” es siempre característica de los discípulos de Jesús. Para comprender las dimensiones de la respuesta al Evangelio debemos fiarnos de los designios de Dios, el único que puede tocar el corazón del hombre y abrir las puer-tas de nuestra sociedad al Evangelio. La invitación de Dios es universal, pero cada persona responde libremente; el Señor no fuerza la libertad de nadie. La Iglesia es “sacramento”, a saber, signo e instrumento de la salvación universal; no puede re-plegarse sobre sí misma ni, como dice el salmo, “pretender grandezas que superan su capacidad” (131,1). Debe cuidar la habitabilidad de la Iglesia, y al mismo tiempo salir a invitar a quienes o nunca estuvieron en la casa o han marcado distancias por lo general silenciosamente. Nuestro tiempo es de siembra paciente, depositando la confianza en Dios que nos otorga la “ciencia de saber esperar” (Hno. Rafael Arnáiz, que el día 11 de octubre será canonizado). Nosotros cosechamos lo que otros sem-braron, y alguien recogerá lo que nosotros vamos derramando generosamente en los surcos de la Iglesia y de la humanidad. Necesitamos −es otra invitación a la decisión apostólica− comunicarnos unos a otros el testimonio de la esperanza en Dios. Así como se puede contagiar el pesi-mismo que oscurece el corazón y lo postra; también se puede alentar en otros la an-torcha de la esperanza que ilumina y fortalece. Aunque la esperanza es hondamente personal, cumple también el servicio precioso de esperar a favor de otros y con otros. Todos podemos participar en la experiencia de los trabajos y sufrimientos por el Evangelio y también en la vivencia de los gozos y de la gratitud por la misión recibi-da. San Pablo irrumpe de esta forma en la segunda carta a los Corintios: “¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación nuestra hasta el punto de poder consolar nosotros a los demás en cualquier lucha, mediante el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios!” (1,3-4). El cristiano nunca está solo; la Iglesia es una comunidad de militantes por el Evangelio, de probados por los contratiempos y de hermanos unidos por la esperanza en Dios que no defrauda. Dios


mismo por su Espíritu anima a los animadores y a quienes han recibido el ministerio de la esperanza. En última instancia el alentador de los cristianos y de la Iglesia es el Espíritu de nuestro Señor Jesucristo; si no recibimos su soplo, carecemos del impulso necesa-rio para resistir confiadamente a las tentaciones interiores de desolación y para afrontar las situaciones humanamente temibles por los vientos recios y contrarios que agitan la barca de la Iglesia. Pablo, el apóstol por antonomasia, experimentó que llevaba el tesoro del Evangelio en una vasija de barro (cf. 2 Cor 4,7ss.), que su vida estaba diariamente amenazada y como al borde del abismo, y que no podía asegurar-se en sí mismo sino en el poder de Dios, que lo había llamado y confiado el ministerio apostólico. Ante “el aguijón clavado en su carne”, persistente a pesar de haber pedi-do muchas veces a Dios que se lo arrancara, escucha las siguiente palabras: “Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad”. Y continúa el apóstol: “Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de las debilidades, los insultos, las privaciones, las per-secuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor 1,9-10). Aunque parezca paradójico y sea humanamente difícil de entender, ésta −la fuerza en la debilidad− es “la ley fundamental del apostolado” (S. Lyonnet). Dios, de esta manera, hace de nuestra fragilidad su propio testimonio. No debemos olvidar esta perspectiva cuando hablamos de debilidad en nuestra Iglesia y en los cristianos; existe una forma de debilidad que no es marasmo sino el terreno apto para recibir la fuerza de Dios. La conciencia de la fragilidad acompaña siempre al apóstol auténtico; siempre y en todo lugar está llamado a superar la tentación de la autosuficiencia por la confianza depositada en el Señor. Aquí reside la fuente in-agotable de su esperanza serena y laboriosa; esta forma de humildad no degenera en apocamiento sino se traduce en intrepidez valerosa. Ponemos el Nuevo Plan Diocesano de Evangelización en el regazo de la Virgen María, nuestra Señora de Begoña, que desde la colina de Artagan cuida nuestra Igle-sia como su familia; a su protección maternal nos acogemos confiadamente. Termino con una oración que rezamos el lunes de la IV semana en la liturgia vespertina de las Horas del Oficio: “Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque atar-dece; sé nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra débil esperanza; así, nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la fracción del pan”.

Bilbao, 25 de julio de 2009, Fiesta del Apóstol Santiago.

+ Mons. Ricardo Blázquez Obispo de Bilbao


APRENDIENDO DEL ANTERIOR PLAN

Se ofrecen a continuación los datos más sobresalientes de la evaluación del III Plan Diocesano de Evangelización, que, juntamente con la mirada a la realidad consignada en el apartado siguiente, han servido de punto de partida para la concreción del actual Plan. Consideraciones generales El anterior Plan Diocesano de Evangelización (III PDE) contó ya desde sus inicios con el respaldo que le dio el hecho de haber sido elaborado con un buen gra-do de participación. Partía de un sentir compartido: la necesidad de renovar los cau-ces de transmisión de la fe. Tuvo, sin embargo, un comienzo apresurado, porque se buscó la implicación activa sin dar tiempo a la difusión y al conocimiento suficiente del Plan por el conjunto de la comunidad cristiana. La propuesta de acciones era muy amplia (80 tareas). Se quería implicar a toda la comunidad diocesana e incidir en los diversos aspectos de la vida eclesial, para mostrar así que la preocupación por la transmisión de la fe está demandando una renovación eclesial más profunda e integral. Siendo esto verdad, sin embargo, el nú-mero de acciones ha sido excesivo. En algunos casos, además, se han dado más bue-nas intenciones que acciones. El acento generacional (edad adulta – juventud – infancia) pretendía servir de hilo conductor del plan año tras año. La implicación y, en la misma medida, la valo-ración positiva del Plan ha ido creciendo en la medida en que se han ido concretando las acciones y el calendario. El III PDE ha fortalecido la colaboración entre los servicios diocesanos, las di-versas instituciones y las incipientes unidades pastorales. A ello ha contribuido por una parte el subrayado de la unidad pastoral como sujeto prioritario para la realiza-ción del Plan y, por otra, la necesidad de coordinación de varios departamentos para llevar a cabo algunas acciones. El Plan ha fortalecido la convicción de que la familia juega un papel fundamen-tal como agente transmisor de la fe. Las acciones dirigidas a ella han alcanzado un nivel notable de satisfacción. Por otra parte, se constata el debilitamiento de la co-munidad cristiana y sus limitaciones a la hora de abordar los retos de la evangeliza-ción en el tiempo actual. La respuesta queda en general confiada a quienes colaboran en la acción pastoral, que, por su parte, constatan serias dificultades para su relevo. La incidencia del Plan en las vicarías territoriales ha dependido directamente de la existencia de una estructura que lo promoviera e impulsara. La implicación de los centros educativos va creciendo y poco a poco se va ganando en información, participación y coordinación. Los servicios de la Curia Diocesana se han implicado de modo diverso, según les afectaban las acciones. Se demanda una mayor articula-


ción entre ellos, algo así como un “plan conjunto dentro del Plan”. En general, se demanda un liderazgo pastoral más nítido y cercano. Estos años se ha ido evidenciando la necesidad de pasar del agente de pastoral al testigo a la hora de entender y promover la evangelización. Ello demanda atención tanto a la comunidad en su conjunto como al creyente tomado individualmente. Del Gesto Diocesano se valora su atención a diferentes preocupaciones sociales y eclesiales (pobreza – paz – inmigración – ecología y cuidado de la creación), así como su realización en versión infantil y adulta. Sin embargo, se constata que en general se ha dado poco tiempo para la motivación y la preparación. Es unánime el deseo de mantener e impulsar esta dimensión en el próximo Plan. La marcha de oración por la paz organizada por las vicarías IV y V en Zenarru-za contó con una gran acogida y mantuvo la preocupación mostrada en el Gesto Diocesano correspondiente. Las iniciativas diocesanas (propuesta de encuentro cuaresmal, charlas en El Carmen, jornada del BEC, encuentros de preadolescentes por vicarías) son bien va-loradas, y se demanda la realización anual de algunas de ellas. La comunidad diocesana en general es cada vez más consciente de la urgencia misionera en la actual situación sociocultural, pero se señala que cuesta demasiado actuar en consecuencia, a veces por falta de decisión, otras por falta de recepción o respaldo. Debido en buena parte a ello, el Plan no se entiende a veces como prioridad y no resulta fácil aplicar su novedad ante la inercia de seguir con “lo de siempre co-mo siempre”.

Logros más consolidados

El ofrecimiento de materiales y recursos pastorales ha encontrado buena acogi-da, destacando los textos para orar en familia y el proyecto 0-6 años.

Las eucaristías dirigidas a la familia se han multiplicado y constituyen un medio

de acercamiento a gentes más o menos alejadas de la comunidad.

En general, en los Centros Diocesanos y en los de Kristau Eskola se han fortale-cido y asegurado los equipos pastorales.

En varios lugares se han dado pasos decisivos para la remodelación pastoral. Se

demanda su reconocimiento jurídico.

Realizaciones incipientes

La crisis económica ha activado o fortalecido iniciativas y campañas de solidari-dad que han encontrado buena recepción en la comunidad cristiana.


Se percibe en ocasiones un esfuerzo práctico por adaptar la catequesis de infan-cia a la situación sociocultural y religiosa actual. En el mismo sentido, se conocen algunas celebraciones apropiadas para la juventud.

En varios lugares existen planes de iniciación a la oración personal y comunita-

ria, ofrecidos en gran parte por comunidades y asociaciones laicales. Se demanda mayor difusión y acompañamiento.

En varias unidades pastorales se ha progresado en la coordinación con los cen-

tros educativos, con conciencia de la necesidad de sumar, sobre todo en la pasto-ral de adolescencia y juventud.

Aparecen algunas celebraciones litúrgicas dirigidas especialmente a personas y

colectivos inmigrantes. Lagunas más concretas

Las acciones que requerían un esfuerzo de revisión y reformulación de progra-mas o planes anteriores se han quedado sin realizar. ¿Poca capacidad para la re-flexión y la creatividad? ¿Miedo a ir al fondo de las cuestiones?

No se han dado pasos hacia la elaboración de un plan de iniciación cristiana para

adultos. Tampoco se han previsto procesos de formación para quienes puedan acompañar el citado itinerario de iniciación.

La atención a la inmigración en su especificidad no va, en general, más allá de la

acogida en Cáritas y otros servicios de ayuda.

Se echa en falta un plan global de comunicación, aunque existen elementos para ello. Tampoco ha habido un plan articulado para elevar el nivel de autofinancia-ción de la Iglesia.

Conclusión El III PDE ha puesto el acento en un reto clave para la comunidad cristiana en el tiempo actual: la transmisión de la fe y la necesaria renovación de sus cauces. Al-gunas iniciativas que tratan de responder a un reto de tal envergadura, no han hecho más que comenzar. Es preciso, por tanto, insistir en la preocupación básica del Plan a lo largo de los próximos años. Se han abierto caminos que habrá que recorrer y verificar a corto y medio plazo. A pesar de la debilidad, cuando la acción evangeliza-dora se plantea con fe en el Espíritu y con realismo, sigue siendo verdad que cuando se quiere, se puede.


APROXIMACIÓN A LA REALIDAD Este capítulo ha sido elaborado a partir de aportaciones de las parroquias, comunidades, unidades pastorales, movimientos, instituciones y servicios diocesanos, contando con la reflexión final del Consejo Pastoral Diocesano. No se trata propiamente de un análisis de la realidad, sino de una recogida de los datos más sobresalientes en ella. REALIDAD SOCIAL 1. El contexto cultural es muy plural y está caracterizado por la secularización

progresiva. Aún así, se aprecia una búsqueda de lo espiritual, una sana laicidad y un desarrollo de valores democráticos como la tolerancia, la austeridad, la solida-ridad y la libertad. Se intuye la insatisfacción generada por un estilo de vida ma-terialista. En este sentido, se descubre la necesidad de un cambio de modelo de vida, buscando realmente el bien común. Se valora la inmigración como proble-ma, pero también como posibilidad de enriquecimiento cultural.

Se observa un clima de pluralismo no asumido, con resistencias, sordera e inclu-so hostilidad ante lo religioso. No parece existir una conciencia de la pobreza deshumanizadora, de la injusticia y de sus causas. Se percibe indiferencia, exce-siva tolerancia y pasividad social ante ese hecho mayor. La persona corre el ries-go de quedar reducida a su dimensión consumidora y materialista.

Existe la demanda de que la Iglesia se esfuerce por buscar el sitio apropiado en este nuevo contexto, para poder realizar su misión de modo renovado.

2. La ‘crisis’ económico-financiera preocupa por sus efectos: la desigualdad social

persistente, el aumento de la exclusión, la aparición de nuevas formas de pobreza, con incidencia en el ámbito de la inmigración. La presencia de otras culturas y re-ligiones comienza a ser recibida como oportunidad para crecer en sensibilidad an-te el pluralismo y para adquirir una perspectiva más universal de la solidaridad.

Se percibe desilusión respecto del actual sistema económico, que puede volverse oportunidad para un proceso de conversión.

Se demanda una palabra y un testimonio más vivo de la comunidad cristiana que ayude a abordar las causas y los efectos de la crisis.

3. La realidad socio-política revela hastío por la persistencia de ETA en su activi-

dad terrorista. Se percibe un avance, aunque insuficiente, en el reconocimiento de las víctimas.

Las condiciones de vida y de trabajo, agravadas por la crisis, no favorecen una participación activa en la vida social. En esto incide también el proceso de deva-luación de la actividad política.


Se demanda a la Iglesia una posición consensuada en lo referente a la paz y a la reconciliación.

4. Aparecen situaciones o contextos específicos:

La familia es percibida como una realidad compleja, debido principalmente a las condiciones de vida y de educación, a las dificultades para conciliar vida familiar, trabajo y sociedad, a la necesidad de atención a las personas mayores y a la co-existencia de diversos estilos de familia.

El ámbito de la mujer, junto a una mayor conciencia de su dignidad, presenta graves injusticias, que van desde la falta de reconocimiento específico hasta el aumento de la llamada violencia machista.

En los jóvenes se refleja con gran claridad la novedad del mundo actual. Con sus luces y sombras, se descubren con nitidez las consecuencias de un estilo de vida que no les facilita crecer ni defender valores que cuestionen la cultura dominante.

Aparece con fuerza la ecología, con la preocupación por el medio ambiente y el futuro del planeta, así como su relación con el compromiso cristiano. Se ve que el actual modelo de crecimiento y de consumo no es extensible a todo el mundo ni resulta sostenible para las generaciones venideras.

Existe alerta ante nuevas pobrezas derivadas de la crisis: crece el número de personas y familias en situaciones de precariedad económica y laboral, angustia-das por no cubrir sus necesidades básicas.

La inmigración es contemplada como cuestión cultural-religiosa y, sobre todo, social que interpela a la sociedad y a la comunidad cristiana, por darse ahí las primeras víctimas de la precariedad laboral.

REALIDAD ECLESIAL 1. En una primera mirada, la Iglesia en general es percibida en su debilidad para

hacerse presente en el actual contexto socio-cultural. Parece irrelevante, con po-ca garra para denunciar la injusticia. La comunidad cristiana se resiente por la débil adhesión a la fe y la difusa pertenencia de numerosas personas bautizadas. Se observa la consolidación de agentes de pastoral, que desempeñan su tarea con competencia. Sin embargo, se constata el aumento de la media de edad. Ello, su-mado al escaso relevo generacional, acentúa la desproporción entre las necesida-des descubiertas y la capacidad de respuesta.

2. Se reconoce la existencia de un laicado responsable. Al mismo tiempo, se perci-

be la llamada del Espíritu a abrirse al mundo y a vivir el momento actual como una oportunidad para purificar lenguaje y actitudes. Se desea una Iglesia servido-


ra, capaz de propuestas culturales dignas, con mayor presencia en el ámbito so-ciopolítico, en los medios de comunicación social y en la cultura.

3. Se echa en falta una evangelización netamente misionera, con mayor implica-

ción en el diálogo fe-cultura, con presencia más significativa en proyectos de humanización y con mayor creatividad y audacia para acercarse a los alejados.

4. No faltan signos de esperanza, que apuntan a un futuro renovado y son recibi-

dos como fruto de la acción del Espíritu en nuestra Iglesia. Así, se ha tomado conciencia más viva de la necesidad de proponer el Evangelio a quienes no lo co-nocen, se han extendido las celebraciones dominicales dirigidas preferentemente a la familia, se ha cuidado el servicio de acogida, se han ofrecido elementos de oración y reflexión para las diferentes etapas de la vida, se ha alentado el testi-monio personal y comunitario, se ha ganado en sensibilidad ante los problemas sociales más importantes (exclusión, paz, inmigración).

5. Es preciso transmitir mejor la gran labor socio-caritativa, aquí y en los países

empobrecidos. Con todo, los pobres siguen quedando lejos. Se insiste en la nece-sidad de trabajar en red con colectivos que denuncian las estructuras generado-ras de pobreza y proponen alternativas humanizadoras.

6. La Iniciación Cristiana queda circunscrita casi exclusivamente a la infancia y a

la juventud. Se precisa formación para acompañantes y catequistas. Existen gru-pos en proceso de personalización de la fe. Se nota un déficit de experiencia cris-tiana de Dios. Cuesta culminar la Iniciación cristiana con una pertenencia real a la Iglesia.

7. La transmisión de la fe, como fruto del III PDE, ha pasado a ser una preocupación

ampliamente compartida, sobre todo por los agentes de pastoral. Han sido reno-vados algunos cauces de la transmisión de la fe: el acompañamiento a familias en la catequesis de infancia; la incorporación de la dimensión orante en grupos volcados al compromiso socio-político; la revalorización de la pastoral de la sa-lud; el reconocimiento de los mayores como testigos para las generaciones nue-vas. La tarea no ha hecho más que comenzar, y no sería coherente dejarla de lado en el contexto social y eclesial actual.

8. En lo que se refiere a la dimensión litúrgica, hay una insistencia en afirmar que

la fe, en muchos casos, queda reducida a ritos con escasa conexión con la vida. A veces no se corresponde lo que se le pide a la Iglesia y lo que ésta puede ofrecer. En algunos lugares, la eucaristía del domingo y los funerales constituyen la única actividad parroquial. Se reconoce, sin embargo, que la pastoral en derredor de los sacramentos puede ofrecer oportunidades para evangelizar.

9. La participación en la eucaristía dominical ha sufrido un importante descenso

en los últimos años. En ocasiones se percibe un desfase entre el compromiso de vida cristiana y la implicación en la vida litúrgica de la comunidad.


10. Atendiendo a las situaciones especiales detectadas en la realidad social, se perci-ben algunas llamadas específicas a la misión.

Así, la familia continúa siendo reconocida como espacio privilegiado para la transmisión de la fe, en un contexto de ruptura generacional.

Entre los alejados se incluyen la juventud y las personas que, al ir configurando su comportamiento al margen de los esquemas oficiales de la Iglesia, se van dis-tanciando progresivamente de ella.

Con los inmigrantes, aun reconociendo que en varios lugares van formando par-te de la comunidad, no se ha llegado a perfilar una pastoral integral adecuada.

11. En el proceso de remodelación se valora la emergencia de un modo nuevo de

ordenar la acción pastoral, que apunta hacia una evangelización de corte misio-nero. Sin embargo, es más acentuada la sensación de estancamiento del proceso y se demanda un impulso del itinerario iniciado. Se escucha una intensa llamada a definir plazos del proceso, para poder poner en práctica nuevas estrategias evan-gelizadoras.

12. La historia de la Iglesia local en su recepción del Concilio Vaticano II, especial-

mente con la Asamblea Diocesana, es reconocida fuente de inspiración para aprender a convertir las dificultades y debilidades del momento presente en oportunidades de conversión personal, de revitalización comunitaria y de aper-tura a la misión.

EXPLICACIÓN DE LOS OBJETIVOS

El Plan no trata de incidir en todos los aspectos reseñados en el capítulo anterior, sino que fija su atención en algunos de ellos, tratando de buscar la convergencia y la coordinación de la acción evangelizadora de la diócesis en el momento actual. A la vista de lo anteriormente descrito, el PDE quiere proponer una línea de actuación prioritaria para los próximos cuatro años, buscando la revitalización de la comunidad diocesana en su conjunto y en cada una de las instancias que la consti-tuyen: familia, parroquia, pequeña comunidad, unidad pastoral, movimiento u orga-nización laical, comunidad de vida consagrada, centro educativo, hospital, residen-cia de ancianos1.

1 Cf D. Ricardo Blázquez, Obispo de Bilbao, Unidades pastorales en la remodelación [UPR], en:

BOOB 600 (diciembre de 2008), 1562.


Objetivo general: REVITALIZAR NUESTRAS COMUNIDADES ATENTOS A LA PALABRA DE DIOS, PARA SER TESTIGOS DE SU AMOR A LA HUMANIDAD.

Revitalizar la comunidad eclesial significa aceptar responsablemente la reali-dad actual, asumiendo agradecidamente el legado de la historia y la tradición, sin saltar ilusamente por encima de ella. Ello demanda una respuesta adecuada, con ac-titudes y decisiones que nos acerquen a la propuesta del Reino de Dios. No se trata, por tanto, de intentar volver a tiempos pretéritos, supuestamente espléndidos, ni siquiera de «añorar situaciones pasadas»2, sino de introducir la novedad necesaria para mostrar la vigencia del mensaje de salvación encomendado a la Iglesia. Este objetivo general se concretará posteriormente en líneas de actuación (ob-jetivos específicos) y acciones concretas que permitan llevarlo a cabo. «REVITALIZAR NUESTRAS COMUNIDADES…» Precisamente durante la última década, nuestra Iglesia local, al igual que otras muchas, ha iniciado un proceso de remodelación pastoral, que trata de revitalizar la misión de la Iglesia, centrada en el anuncio de la Palabra de Dios, la celebración de los sacramentos y el servicio de la caridad. Esta tarea ha convivido con sucesivos Planes de Evangelización, a veces con un desarrollo paralelo a ellos, dispersando así fuerzas y dedicaciones. Tal vez sea éste el momento de vincular estrechamente re-modelación y PDE, convirtiendo a la primera en el objetivo específico más focal y concreto del segundo, subrayando la corresponsabilidad y la comunión. La revitalización de la comunidad no puede entenderse desvinculada del forta-lecimiento de la experiencia personal de la fe. Cada creyente, tomado también indi-vidualmente, necesita profundizar en el seguimiento de Jesús en esta Iglesia local y alentar su compromiso evangelizador. Junto a ello, la revitalización de la comunidad comporta, entre otras cosas, fortalecer los cauces de participación, siendo conscien-tes de la propia especificidad y tratando de cuidar la unidad en la pluralidad.

Objetivo Específico (OE) 1: Impulsar el proceso de remodelación-revitalización en cuanto esfuerzo diocesano global, tomando las decisiones que lleven a su realización más concreta y completa posible.

Es preciso recordar ahora algunas ideas:

− En primer lugar, la remodelación no es una “iniciativa arbitraria, sino una obligación misionera”3, una respuesta dócil a la interpelación del Espíritu.

− En segundo lugar, la remodelación no es una mera reorganización, sino que en ella concurren profundos aspectos pastorales, teológicos, espirituales y canónicos, que dan sentido a los aspectos organizativos.

2 UPR 1561. 3 UPR 1552.


− En tercer lugar, es fácil descubrir que las UP son «foco de luz que ilumina y centro en el que confluyen muchos aspectos de la remodelación»4.

− Y finalmente, las UP «son un espacio muy adecuado para el ejercicio de la comunión, misión y corresponsabilidad»5.

Todo esto aparece reflejado en la formulación de las acciones del primer obje-tivo específico pero al mismo tiempo justifica el desarrollo del resto. «…ATENTOS A LA PALABRA DE DIOS…» Si la remodelación es el objetivo nuclear (el «qué») de este Plan, su motor in-eludible (el «desde dónde») es la experiencia de Dios, presente en su Palabra que resuena en la Iglesia. Nacer de nuevo siendo ya viejos sólo es posible porque el en-cuentro con el Dios de la Vida «desencadena una forma nueva de vivir»6.

OE 2: Posibilitar en la comunidad eclesial las condiciones para que cada persona pueda experimentar el encuentro con el Dios revelado en Jesucristo.

Esta experiencia de encuentro se provoca y consolida especialmente en el ca-mino de conversión al Evangelio e integración plena en la comunidad. Es el proceso de la Iniciación Cristiana, que necesita ser actualizado permanentemente.

OE 3: Renovar la propuesta diocesana de la Iniciación Cristiana.

Si la Iniciación Cristiana supone la incorporación plena a la vida eclesial, ha de incorporar el discernimiento del estilo de vida concreto. Por ello es preciso incidir en la dimensión vocacional, especialmente en las etapas en que se han de ir tomando opciones vitales, cuidando particularmente el ofrecimiento de vocaciones que se encuentran más debilitadas: al ministerio ordenado, a la vida consagrada y al laicado militante.

OE 4: Posibilitar que los niños, adolescentes y jóvenes puedan plantearse ade-cuadamente la pregunta por su vocación personal en la Iglesia.

Este objetivo constituye la culminación del anterior. Cada creyente, iniciado en el seguimiento de Jesucristo, realiza su propio itinerario de vida cristiana, inte-grado en la comunidad eclesial.

4 UPR 1554. 5 UPR 1566. 6 UPR 1560.


«…PARA SER TESTIGOS DE SU AMOR A LA HUMANIDAD.» Si, como se ha dicho, la remodelación es el objetivo nuclear y su motor ineludi-ble es la experiencia cristiana de Dios, la misión evangelizadora es el fin, el horizonte (el «hacia dónde, el para qué») de este IV PDE. Esto se concreta en acoger adecua-damente a quienes se acercan a la comunidad, en hacer presente a ésta entre quienes se han ido alejando de ella y en salir al encuentro de quienes no tienen noticia de Jesucristo.

OE 5: Disponer de recursos básicos para responder a quien se acerca a la co-munidad eclesial, para posibilitar la proximidad con los ya alejados y para pro-poner el Evangelio a quienes no lo conocen.

El objetivo pretende equipar a personas y comunidades para un triple movi-miento: acoger a quien acude a la comunidad, acercarse a los alejados y fortalecer el impulso misionero. Además, el Gesto Diocesano refuerza la perspectiva misionera de este Plan. Aunque el Plan desemboca en cinco objetivos específicos, es necesaria una vi-sión global de los mismos. Así, la remodelación nace del deseo de revitalizar la co-munidad, fortaleciendo su tarea evangelizadora a partir de la reavivación de la fe. La corresponsabilidad y la comunión son, ante todo, dinamismos evangelizadores y expresión de una vida cristiana auténtica: «todo cristiano es en virtud de la inicia-ción cristiana corresponsable en la comunión eclesial»7. Esta vida creyente ha surgi-do en medio de un proceso de Iniciación Cristiana, que adecuadamente culminado, se concreta en un estilo de vida eclesial específico: «la comunión y misión son tareas de todos, participando cada uno según su vocación»8.

OBJETIVOS Y ACCIONES Se ha buscado priorizar de alguna manera las acciones encuadradas en cada uno de los objetivos, tratando de ordenarlas de mayor a menor relevancia para el objetivo perseguido. Además, en los casos de acciones con varios responsables, se subraya en letra cursiva y se coloca en primer lugar aquél que puede encargarse de impulsar la coordinación con el resto. «REVITALIZAR NUESTRAS COMUNIDADES…» «La remodelación nace del deseo de fortalecer la tarea evangelizadora en las ac-tuales circunstancias. Nuestra vida cristiana y nuestra pastoral necesitan reno-

7 UPR 1563. 8 UPR 1566.


varse para transmitir mejor el Evangelio, siguiendo las pautas que el Espíritu del Señor nos vaya indicando»9. OE 1: Impulsar el proceso de remodelación-revitalización en cuanto esfuerzo diocesano global, tomando las decisiones que lleven a su realización más con-creta y completa posible. Acciones 1.1. Disponer de un itinerario hacia la configuración de la unidad pastoral y erigir

veinte con sus elementos básicos (personalidad jurídica, equipo ministerial, Consejo y programa de actuación pastoral), realizando un seguimiento anual de esta acción. Responsable: Consejo Episcopal.

1.2. Articular en la unidad pastoral las realidades pastorales no estrictamente pa-

rroquiales: centros educativos diocesanos y de Kristau Eskola, Acción Católi-ca, otros movimientos, comunidades y organizaciones laicales, comunidades religiosas con sus centros de culto. Responsables: Consejo Episcopal y equipo ministerial.

1.3. Reforzar la presencia laical y de religiosos/as en los equipos ministeriales. Res-

ponsables: Vicario territorial y equipo ministerial. 1.4. Abrir procesos para designar referentes pastorales en parroquias y otras reali-

dades eclesiales, y dotarles de la formación adecuada. Responsables: Vicario te-rritorial, equipo ministerial e IDTP.

1.5. Promover la dimensión misionera de las comunidades y su vocación a cooperar

con otras Iglesias y comunidades locales. Responsables: Delegación de Misiones y equipo ministerial.

1.6. Impulsar el asociacionismo laical (AC, movimientos eclesiales, pequeñas co-

munidades…). Responsables: Consejo de Comunidades, equipo ministerial, Conse-jo de Acción Católica.

1.7. Reforzar la acción socioeducativa de la unidad pastoral mediante la implanta-

ción de los movimientos especializados de ambientes, las iniciativas organiza-das de tiempo libre y la participación en nuevos espacios socioeducativos. Responsables: Mesa Diocesana de Tiempo Libre, Movimientos especializados de Acción Católica, equipo ministerial, Centros Diocesanos y Kristau Eskola.

1.8. Realizar la remodelación de la Curia e instituciones diocesanas, fortaleciendo

la dimensión pastoral de sus servicios y respondiendo a las necesidades de la diócesis. Responsables: Consejo Episcopal y responsables de Curia.

9 UPR 1557.


1.9. Establecer en las vicarías ámbitos de diálogo y formación sobre cuestiones que las propias comunidades sugieran. Responsable: Vicario territorial.

1.10. Implicar al Consejo de Pastoral Diocesano y al Consejo Presbiteral como órga-

nos de consulta y corresponsabilidad, de acuerdo con sus Estatutos. Respon-sables: Obispo y consejeros.

«…ATENTOS A LA PALABRA DE DIOS…» «El encuentro personal creyente con Jesucristo evita que los esfuerzos evangeli-zadores se diluyan en una ética de valores generales y principios anónimos»10. OE 2: Posibilitar en la comunidad eclesial las condiciones para que cada persona pueda experimentar el encuentro con el Dios revelado en Jesucristo. Acciones 2.1. Crear espacios y dotar de herramientas a las unidades pastorales para poten-

ciar el lugar de la Palabra de Dios en la vida: grupos bíblicos, escuela de Biblia, lectura y meditación personal y comunitaria. Responsables: IDTP, equipo mi-nisterial, Delegación de Apostolado Seglar.

2.2. Promover la celebración de la Eucaristía con las familias y dotar de materiales

para su realización. Responsables: Equipo ministerial, Secretariado de Pastoral Familiar, Delegaciones de Catequesis y de Liturgia, Centros Diocesanos y Kris-tau Eskola.

2.3. Promover oportunidades de encuentro con el Dios Padre de nuestro Señor Je-

sucristo a través del compromiso con las personas necesitadas. Responsables: Cáritas, consiliarios y equipo ministerial.

2.4. Asegurar que las programaciones de los grupos (contenidos, dinámicas, activi-

dades) cuiden y potencien la experiencia de Dios como elemento fundante de la fe cristiana. Responsable: Equipo ministerial.

2.5. Buscar fórmulas concretas para incorporar la vida diaria en la eucaristía y rea-

lizar una catequesis acerca de los ritos, las oraciones y los símbolos de las cele-braciones litúrgicas. Responsable: Delegación de Liturgia.

2.6. Crear espacios y ofrecer recursos que faciliten la oración personal y comunitaria

(oratorios, materiales, propuestas de oración y meditación, celebraciones de la Palabra), informando, coordinando y apoyando lo valioso ya existente. Respon-sables: Delegaciones de Liturgia y de Apostolado Seglar, equipo ministerial.

10 UPR 1560.


2.7. Recoger experiencias de iniciación y profundización en la vida de oración que puedan resultar pedagógicas y adecuadas en la cultura actual. Responsables: Delegaciones de Apostolado Seglar y de Liturgia, IDTP.

OE 3: Renovar la propuesta diocesana de la Iniciación Cristiana. Acciones 3.1. Crear una comisión diocesana que sugiera propuestas para actualizar la Inicia-

ción Cristiana en cuanto proceso integral conducente a la inserción real en la Iglesia local, vinculado a varios sacramentos (Bautismo, Eucaristía y Confir-mación), concretándose todo ello en la formulación de un Directorio Diocesa-no. Responsable: Consejo Episcopal.

3.2. Impulsar en la unidad pastoral la aplicación de los criterios diocesanos sobre la

Iniciación Cristiana, con participación de las instancias implicadas. Responsa-ble: Equipo ministerial.

3.3. Posibilitar en los procesos de Iniciación Cristiana el encuentro con Dios en

medio de la realidad de sufrimiento (pobreza, marginación, enfermedad) me-diante experiencias concretas. Responsables: Equipo ministerial, Secretariado de Juventud y Delegación de Catequesis.

3.4. Disponer en cada Vicaría de una oferta estable de Iniciación Cristiana para

adultos y mayores. Responsables: Vicario territorial, Secretariado de la Tercera Edad y Delegación de Catequesis.

OE 4: Posibilitar que los niños, adolescentes y jóvenes puedan plantearse ade-cuadamente la pregunta por su vocación personal en la Iglesia. Acciones 4.1. Disponer de un material de oración y reflexión para ser empleado en familia,

con la participación conjunta de abuelos, padres e hijos, acerca de la vocación: a la vida como proyecto de Dios para cada persona, a la fe cristiana y a las di-versas vocaciones en el Iglesia. Responsable: Delegaciones de Pastoral Vocacio-nal y de Catequesis, Secretariados de Pastoral Familiar y de la Tercera Edad.

4.2. Cuidar el discernimiento vocacional (al laicado, a la vida consagrada y al mi-

nisterio ordenado) en la Iniciación Cristiana y en el acompañamiento personal. Responsables: Delegación de Catequesis, Secretariado de Juventud y equipo minis-terial.

4.3. Promover actividades orientadas a la pastoral vocacional específica a la vida

religiosa y al ministerio ordenado (presbiterado y diaconado), haciendo pre-sente en los grupos infantiles y juveniles la realidad de dichas vocaciones a tra-


vés de personas concretas que las encarnan. Responsables: Delegaciones de Pastoral Vocacional y Catequesis, Secretariado de Juventud.

«…PARA SER TESTIGOS DE SU AMOR A LA HUMANIDAD.» «La remodelación pastoral, en que estamos inmersos, tiende a fortalecer la fe, a intensificar la participación en la Eucaristía dominical, a vivir como cristianos, a estar cerca de los pobres y a acompañar a los desamparados, a ser evangelizado-res más eficaces en nuestro tiempo sin añorar situaciones pasadas ni saltar por encima del presente a un futuro irreal»11. OE 5: Disponer de recursos básicos para responder a quien se acerca a la comu-nidad eclesial, para posibilitar la proximidad con los ya alejados y para propo-ner el Evangelio a quienes no lo conocen. Acciones 5.1. Disponer en la unidad pastoral de un proyecto específico para la familia. Res-

ponsables: Secretariado de Pastoral Familiar y equipo ministerial. 5.2. Prestar atención especial a las situaciones de enfermedad y a la realidad de la

muerte (acompañamiento, cercanía, consuelo). Responsables: Secretariado de Pastoral de la Salud, equipo ministerial.

5.3 Contemplar en la celebración de los funerales la oportunidad de invitar a la

renovación de la fe a personas alejadas de la misma. Responsable: Equipo mi-nisterial.

5.4. Designar en la unidad pastoral una persona responsable de impulsar la presen-

cia social con otros grupos que comparten los valores del humanismo cristia-no. Responsable: Equipo ministerial.

5.5. Realizar una campaña de sensibilización para ayudar a la Iglesia en sus necesi-

dades económicas y promover la comunicación cristiana de bienes. Responsa-bles: Ecónomo Diocesano, Cáritas y Delegación de Pastoral Social.

5.6. Promover la información y la comunicación en el interior y hacia el exterior de

la comunidad cristiana. Responsables: Delegación de Medios de Comunicación Social y equipo ministerial.

5.7. Elaborar una reflexión como punto de partida para una propuesta pastoral de

acogida y acercamiento a los alejados. Responsable: Delegación de Apostolado Seglar.

11 UPR 1561.


5.8. Crear un equipo responsable de acogida en la unidad pastoral, ofreciendo la formación debida. Responsables: Equipo ministerial e IDTP.

5.9. Promover en la unidad pastoral alguna iniciativa de carácter social, que pueda

servir de acercamiento a personas alejadas de la fe. Responsables: Delegación de Pastoral Social, Secretariado de Pastoral Obrera y equipo ministerial.

5.10. Impulsar la presencia evangelizadora en el mundo de la cultura y de los profe-

sionales (arte, docencia, economía, medicina, política, medios de comunica-ción…) mediante encuentros de formación, diálogo y debate. Responsables: Pastoral Universitaria y de Profesionales, Delegación de Medios de Comunicación, IDTP, Facultad de Teología.

5.11. Cuidar la adecuada integración y participación de las personas con discapaci-

dades físicas y psíquicas en la vida de las comunidades (celebraciones, proce-sos formativos, etc.). Responsables: Equipo ministerial y Secretariado de Pastoral de la Salud.

5.12. Erigir el Secretariado Diocesano de Pastoral de la Inmigración. Responsables:

Consejo Episcopal y Delegación de Apostolado Seglar.

EL GESTO DIOCESANO

El III PDE ha aportado la novedad del llamado Gesto Diocesano, que trata de fortalecer la dimensión testimonial y misionera de la comunidad cristiana. Ha veni-do recogiendo cada año alguna problemática social (exclusión, paz, inmigración, ecología), para motivar el compromiso personal y comunitario. El Gesto Diocesano, configurado a partir de varios elementos (cartel, lema, material de sensibilización y acto público), goza de atractivo. Sin embargo, si se asume como realización única del Plan, acaba desenfocando a éste en sus objetivos y acciones. Por tanto, el Gesto ha de entenderse como elemento complementario del Plan. Por otro lado, tampoco ha de estar desconectado, sino presentar una acción bien articulada, con capacidad de introducir pautas de comportamiento para la vida personal y comunitaria. Este IV PDE nace y se desarrolla en un contexto de crisis que, más allá de fac-tores económicos o financieros, entraña una crisis ética de valores. En tal situación, el Gesto ha de situarse desde una perspectiva evangélica como signo público y colec-tivo que propone la austeridad de vida y la solidaridad con los más castigados por la crisis. Cada año, al comienzo de la Cuaresma, será propuesto por el Obispo.


INICIO Y SEGUIMIENTO DEL PLAN

Tras la promulgación del presente IV Plan Diocesano de Evangelización en septiembre de 2009, el primer paso para su puesta en marcha consistirá en darlo a conocer al conjunto de la diócesis. Tras unos meses dedicados a esta tarea, vendrá el momento de la implicación personal y comunitaria. En esta fase se tratará de que las diversas realidades eclesiales se inserten en el Plan a partir de su propia identidad, sabiéndose parte de una misma Iglesia local. La realización del presente Plan de Evangelización es responsabilidad del Obispo con su Consejo Episcopal, que lo presentan y asumen como tarea prioritaria para los próximos cuatro años. En este tiempo, el Consejo Pastoral Diocesano y el Consejo Presbiteral, que han participado activamente en la elaboración del Plan, realizarán un seguimiento corresponsable del mismo. Para facilitar el seguimiento, el Obispo y su Consejo Episcopal se dotarán, al igual que en ocasiones anteriores, de una comisión técnica, formada por personas con experiencia en áreas pastorales relacionadas con elementos centrales del Plan. A esta comisión se le encomienda entre otras tareas la de coordinar la puesta en mar-cha y la evaluación final, proponer la elaboración de materiales de apoyo, sugerir indicadores para la consecución de los objetivos y la realización de las acciones, así como ayudar en la ejecución del Gesto Diocesano.


«Munduarentzat argia» (Mt 5,14)

Ebanjelizatzearen Elizbarrutiko IV. Egitasmoa (2009-2013)

AURKEZPENA

Abade, erlijioso eta laikoen partehartze zabalaz egin izan dan Ebanjelizatzea-ren Elizbarrutiko IV. Egitasmoaren ibilbideari ekiterakoan, gure lanen iturria eta jomuga Bera izan daitela eskatzen deutsagu Jaungoikoari. Gutako bakoitzaren kris-tau bizitza eta gure alkarteen bizitasun apostolikoa barritzeari begira, ahaleginak batzeko aparteko aukerea izango dalakoan gagoz. Eskuartean daukagun egitasmo hau dei bat da, danok norabide beretik joan gaitezan, fedearen indarra, itxaropena-ren ausardia eta karitatearen prestasuna sendotzeko; horrela, gaitasun haundiago eukiko dogu, lekuko Eliza lez, Ebanjelioaren tresna otzan eta emonkor izateko gure munduan. Ebanjelizatzearen Egitasmo hau orain dala urte batzuk martxan jarri genduan eta, seguruenez, oraindik luze joko dauan pastoral erabarritzerako prozesuari lotuta pentsatu zan eta garatuko da. 1. “Jaungoikoaren Berbeari arretatsu” Jaungoikoaren Berbeak Elizearen bizitza eta misinoan daukan eraginaren in-guruan, joan dan 2008ko urrian ospatu zan Gotzainen Sinodoagaz bat; Aita Santua-ren sinodo osteko pastoral burubidearen zain; Iruña eta Tutera, Bilbao, Donostia eta Gasteizko Gotzainek 2009ko Garizuma-Pazkorako idatzi izan daben Jainkoaren Hi-tza nork bere egin eta aldarrikatu Pastoral Idazkia aintzat hartuta; Jaungoikoaren Ber-beak Elizearen eta kristinau bakoitzaren bizitzan daukan garrantziaz jabetuta, ego-kitzat jo dogu Ebanjelizatzearen Egitasmo honetan Jaungoikoaren Berbea ardaztzat hartzea, Berba hori dalako maitasunez bere Seme Jesukristo eskaini deuskun Jaun-goikoaren aita erraietatik jaiotako Ebanjelioaren zeinu eta tresna izateko deia jaso daben gure kristau alkarteen indar suspertzailea (ik. Jn 3,16). Hemen eta orain, gure herriaren bildur eta itxaropenekin, kezka eta asmoekin bat eginez, Jesukristogan bere burua agertzera emon deuskun Jaungoikoaren fede-emoile eta testigu adeitsu izan gura dogu. Eskerrak emoten deutsaguz Jaungoikoari jasotako fedeagaitik, al-txorra balitz lez zaindu gura dogu, beste batzuei horren barri emonez, apostoluagan beragan sendotu egiten dala sinisten dogu, eta beste batzuei transmititzen saia-tzeko mandatua ilusino barrituaz geureganatzen dogu. Kristinauen barritzeaz eta Elizan fededun barriak sortuz, Jaungoikoaren seme-alaben familia ugaldu eta giza-teriaren onari eraginkortasun haundiagoz laguntzeko itxaropena sendotu egiten da.

a) Jaungoikoaren Berbearen esangurea Jaungoikoaren Berban arretea jartean, Barri Onaren bihotza ikutzen dogu. Hain zuzen ere, Jaungoikoaren Berbea bizi eta eraginkorra da (ik. Heb 4,12). Lurra


bustitzen eta emonkor bihurtzen dauan euriaren antzekoa da (ik. Is 55,10-11). Beti iheskorrak eta batzuetan huts eta iruzurtiak diran giza berbekin alderatuz, Jaun-goikoaren Berbeak betirako irauten dau (ik. 1 Ped 1,23-25) eta itxaropena eta egia komunikatzen ditu (ik. Ef 1,13; Kol 1,5). Barri Ona, Jaungoikoaren indarra eta Jaun-goikoaren jakinduria da sinisten dauanarentzat (ik. Erm 1,16; 1 Kor 1,24). Sendoa da, harkaitza legez, eta bere gainean geure bizitza eta gizadiaren etxea eraiki daikeguz (ik. Mt 7,24-26). Jaungoikoaren Berbearen adieran sakontzea ezinbestekoa da eta Ebanjelizatzearen Egitasmo barria martxan jarteko egin behar doguzan ahaleginak aise konpentsatzen ditu. Jesus bera da Jaungoikoaren Berbea; Jesusi entzun egin deikeogu eta, gainera ukitu, haragi egindako Hitza dalako (ik. Jn 1,14; 1 Jn 1,1-4). Idazteunak Jesukristori buruz hitz egiten deusku orrialdez orrialde eta, horregaitik, ha ezagutzen ez ba-dogu, Jesukristo ere ez dogu ezagutzen (ik. Jn 5,39). Jesus, Jaungoikoaren agintza-rien betetea da (ik. 2 Kor 1,20). Biblia ulertzeko argi eta giltza da (ik. 2 Kor 3,14-16). Exegeta paregabe lez, Idazteunean berari buruz idazita egoana azaldu eutsen Emau-seko ikasleei (ik. Lk 24-27). Berbearen eta Eukaristiaren mahaira konbidatzen gaitu, pekatuen parkamenagaz gure bihotza prestatuz, entzun eta jarraitu deiogun. Jesus gure bila dator, ikasle lez Idazteuna irakurten dogunean. Liturgi ospakizunean dago batez ere eta “Bera da hitz egiten dauana Elizan Idazteuna irakurten danean” (Sacro-sanctum Concilium, 7). Horregaitik, Jaungoikoaren Berbearen irakurketa sinestedun eta otoizlariari, “lectio divina” deritzanari ekiterakoan, Espiritu Santuaren indarra erregutzen dogu, irakurri eta entzundako Berbea barru-barruraino sartu deigun eta zera eskatzen dogu Samuel profeteagaz batera: “hitz egizu, Jauna, zure zerbitzari honek entzuten dihardu-ta” (ik. 1 Sam 3,10). Idazteuna ogia lez zatitzen da, familia eukaristia batzarrean batzen dan lez batuta dagozan fededunak elikatzeko.

b) Idazteuna eta Jaungoikoaren Herria Jaungoikoaren Herriaren eta Idazteun-Jaungoikoaren Berbearen artean alka-rrenganako lotura estua dago. Idazteuna Israel herriaren eta Elizearen barruan sortu da eta, ondorioz, euren jabetza da, berariazko ondasun lez. Baina, gainera, Biblia Jaungoikoaren opari eta Berak zuzendutako gutun da. Jaungoikoaren Herriak, Eli-zeak, bere aldetik, honela ulertu behar dau Idazteuna: bertan parte izanda, eusten, bideratzen, zuzentzen eta sendotzen dauan Jaungoikoaren Berba lez; ez da jabetza esklusiboa, beti barriren barri jaso behar dan eta behin eta barriro beste batzuei es-kaini behar jaken dohain baino. Lotura estu honengaitik Elizeak bere nortasunik sakonenean interpretatu leike Idazteuna, hau da, Jaungoikoaren Berba lez, idatzi zaneko Espiritu beraz irakurri behar dalako. Ez da, beste barik, antzinako literatu-rako liburua edo liburu bilduma, beti gaurko eta sortzaile dan Jaungoikoaren Berbea baino eta batez ere. Elizea, Idazteunera belarri zoliz eta Jaungoikoaren deiari entzu-teko prest dagoan bihotzaz hurreratzen danean, bere makaltasunetik suspertu egi-ten da eta bere zahartzeetatik barritu. Idazteuna herri eta kultura jakin baten jaio da; baina Espiritu Santuak inspiratuta, agintea dauka herriaren gainean, Jaungoi-koaren Berbea dalako. Ondorioz, hermeneutika biblikoak ikuspuntu edo maila bi eskatzen ditu: historiko-kritikoa eta teologikoa.


Ohiko ulergarritasunaz, Herriaren eta Liburuaren arteko alkarkidetasuna argi-tzen dauan Benedikto XVI.aren hitzak aipatuko dodaz. “Biblia, herri baten eta herri batentzako liburua da, legatua, irakurleei emondako testamentua, idazkian aditzera emondako salbamenezko historia euren bizitzan gaurkotu dagien. Herria liburuaren barruan dago eta liburua herriaren barruan eta, gainera, batak bestea behar dau bizi-rik irauteko: Biblia Liburu bizia da eta izango da bere herriagaz, bere subjektuagaz, irakurten dauanagaz; Herriak ez dau bizirik iraungo Liburu barik, bertan gordeten dalako bere bizitzeko arrazoia, bere bokazinoa, bere nortasuna. Herriaren eta Idaz-teunaren arteko alkarrenganako kidetasun hau liturgi ospakizun guztietan ospa-tzen da, honeek, Espiritu Santuari esker, Kristori entzuten deutselako, Berak hitz egiten daualako Elizan Idazteuna entzuten danean eta Jaungoikoak bere herriagaz barritzen dauan ituna onartzen danean”. “Jaungoikoaren Berbearen entzute barritu-tik, Espiritu Santuaren eragin pean, Eliza unibertsalaren eta kristau alkarte osoaren benetako barrikuntza sortu daiteke” (Homilia Sinodoaren amaieran, 2008.eko urria-ren 26a).

c) Maria eta Jaungoikoaren Berbea Hazia −Jainkoaren Berbea adierazoten dau− isurtzean, era askotako lursaile-tan jausten dala kontatzen dauan ereilearen parabola, Maria Jesusen Ama eta Ikas-learen aipamenagaz amaitzen da: Maria lur ona da, bihotz zintzo eta zabalduna eta beragan sortu zan Salbatzailea (ik. Lk 8,5-15.21) (Joseph A. Fitzmyer). Maria Isra-elgo emakume jainkozalea Jaungoikoaren Berbearen entzule leial izan zan Idazteu-nean eta, Espiritu Santuaren eraginez, Gorenaren Semearen Ama birjina, Jesus dan Jaungoikoaren Berbearen santutegi. Ulergarria da, beraz, Gotzainen Sinodoak, “Jaungoikoaren Berbea eta irakurketa otoizlaria” lotzean (azken zerrendako 22. proposamena), kristinauen arretea Jaungoikoaren Berbara zuzentzen dauan Maria-ren entzutearen eredugarritasuna nabarmentzea. Mariak baietz esan eutson Jaun-goikoari Deikundean; Jaunaren miresgarriak hots egin ebazan Isabel Judako herri batean bisitatu ebanean; Belenen, Mariak Semea izan eban munduaren argi eta sal-bamen lez; Berbea gorde eban, bihotzean hausnartuz; eta leialtasunari eutsi eutson Semearen kurutzearen oinetan orduaren gordintasunean (ik. Lk 1,38; 1,46 hur.; 2,6-7; 2,19.51; Jn 19,25-27). Maria izan zan Jaungoikoaren Semeak giza historian sartzeko izan eban atea. Eta Mariaren baietz aske eta fededunari esker baino ez zan Hitza haragi bihurtu; eta gizadiaren gauaren erdian, semea izan eban, mundu honetara datorren gizaki oro argitzeko zuzentasunez beteriko Eguzki lez (ik. Jn 1,9). Elizeak, ebanjelizatzearen gaur egungo egoeran, ez deutse gure sasoiko gizon eta emakumeei Ebanjelioa eraginkortasunez transmitituko Santa Maria Salbatzailearen Ama birji-naren presentzia eta bitartekotza barik. Ez dago ebanjelizatzerik Maria barik; Eliza Amaren sabel emonkorraren antzekoa dan bataiarrian ere Birjina Maria Jaunaren Ama dago. “Horregatik, bere apostolutzan ere, Elizak arrazoiz begiratzen dio Espi-ritu Santuagandik sortua eta Birjinagandik jaioa den Kristori bizia eman zion hari, Elizaren bitartez fededunen bihotzetan ere jaio eta haz dadin. Birjina hau, gizakiak bizi berri batera sortzeko apostolu-lanean ari direnek izan beharreko, ama-maitasunaren eredu da” (Lumen gentium, 65).


d) Gotzainen Sinodoa eta Jaungoikoaren Berbea zerbitzatzea Kristinau guztiok, abade, diakono, lekaime eta lekaide, guraso, katekista, Ber-bearen misterioa zuzen beteteko, Idazteuna maiz irakurri eta hausnartu behar dogu, bestela “barruan hitzaren entzule ez, eta kanpoan predikari hutsal” izango gintza-tekezalako (Dei Verbum, 25, San Agustinen aip.). Hona hemen gotzain Sinodoaren argibide batzuk Hitzari buruz, eliz esparru desbardinei lotuta. “Jaungoikoaren Ber-bearen ospakizuna Jaungoikoagaz bat egiteko aparteko lekua da, hots egite honetan Kristok bere burua agertzera emoten daualako eta bere herriari hitz egiten jarrai-tzen daualako” (18. prop.). “Orduen liturgia Jaungoikoaren Berbea entzuteko era bikaina da, fededunak Idazteunagaz eta Elizearen Tradizino biziagaz hartuemonean jarten ditualako” (19. prop.). Gotzainen Sinodoak zera eskatzen dau: Jaungoikoaren Berbea teologiaren arima bihurtzeaz gainera, pastoral osoaren arima ere egiteko. Homiliak leku nabarmena dauka Berbearen ministerioan; eta katekesiaren lehenta-suna Jaungoikoaren Errebelazinoan sustraitzea izango da. Kristau espiritualtasunak Idazteunean dau bere sustatzerik sakonen eta emonkorrenaren iturria (15, 23, 30 prop.). Eliz bizitzako jarduera guztiak sendotu egingo dira Ebanjelizatzearen Egi-tasmoaren zeru-muga dan Jaungoikoaren Berban arreta otoizlaria jarriz. Elizako kide desbardinei dagokie Jaungoikoaren Berbea lehentasunezko leku-tzat hartzea euren bizitzan eta jarduera apostolikoan. “Jaungoikoaren Berbea ezin-bestekoa da artzain onaren, Berbearen ministroaren bihotza hezteko”. Abadeak Ber-bearen entzule leial nagusia izan behar dau, “bere ministerioko berbak bereak ez ezik, bera bialdu dauanarenak dirala jakinda. Berba horren jaun ez ezik, zerbitzari da”, Jaungoikoaren Herriari dagokionez (31. prop.). “Bibliaganako maitasuna fede-dunaren bizitza bustitzen dauan Espiritu Santuaren grazia da”; Idazteunaren esti-mua sustatzeko, nahitaezkoak dira esparru batzuk, laikoek ere Jaungoikoaren Ber-bea entzuten, ulertzen, bizitzen eta iragarten ikasi dagien (33. prop.). «Biziera kon-tsakratua Jaungoikoaren Berbea entzutetik sortzen da eta bizi arautzat hartzen dau ebanjelioa. Berbea entzutean, behin eta barriro jabetzen da bere nortasunaz eta “evangélica testificatio” bihurtzen da Elizearentzat eta munduarentzat. Jaungoikoa-ren Berbearen “exegesi” bizidun izatera deitua (Benedikto XVI.a), bera da Jaungoi-koak, gaur ere, Elizeari eta munduari berba egiteko darabilen berbea» (24. prop.). “Abadetzarako hautagaiek Jaungoikoaren berbea maitatzen ikasi behar dabe. Izan bedi, beraz, Idazteuna, euren heziketa teologikoaren muina, exegesiaren, teologia-ren, espiritualtasunaren eta misinoaren arteko ezinbesteko zirkulartasuna nabar-menduz” (32. prop.). Jaungoikoaren eta gizakiaren artean alkarrizketa argitsu eta bihotz-bihotzekoa gertatuko da Idazteunaren irakurketagaz batera otoitz ere egiten bada, “izan ere, otoitz egitean Jainkoari hitz egiten diogu, eta Jainkoaren hitzak ira-kurtzean Berari entzuten diogu” (Dei Verbum, 25). Jaungoikoagazko barru-barruko komunikazinoaren bidez, Idazteuna argi eta indarraren, adore eta kontsolamendua-ren, karitate eta ebanjelizatzearen iturri bihurtzen da. Jaungoikoaren Berbeak kristau bakoitzaren eta gure alkarteen bizitza susper-tuko badau, ibilbide luzea burutu behar dau gugan: arretaz irakurri behar dogu, ba-rruan entzun, fedean hartu, beste kristinau batzuekin konpartitu, liturgian ospatu, bizitzara eroan, misinoan transmititu, adorez lau haizetara zabaldu. Egunero jesarri


behar dogu Berbearen mahaian, sustatu eta argitzeko eta, horrela, bidean jarraitzeko eta Jaungoikoak gizadiari deutson maitasunaren testigantza emoteko. Jaungoikoa-ren Berbearen eta Kristoren Gorputzaren sustagarri barik ahuldu egingo gintzate-kez eta ezingo geunke egunaren zama eta jardunaldiaren beroa jasan ikasle leial eta Jaunaren mahastiko behargin lez. Ebanjelizatzearen Egitasmo honek dei egiten deusku gutako bakoitzari, Jaun-goikoaren Berbea sarritan irakurri dagigun, eta talde biblikoak ugaldu daitezan, da-nok bat eginda Jaunari hitz egin deigula eta partehartzaile bakoitzaren bihotzean durundi egin dauan bere Berbearen oihartzuna besteengana konfiantzaz helarazten irakatsi dedigula eskatuz. Hemen zein beste leku batzuetan egiaztatu danez, Jaun-goikoaren Berbearen inguruan eratutako taldeek gogobetetasun eta iraunkortasun haundia dabe, jasotako argi, indar eta adorea deialdi eraginkor bihurtzen diralako. 2. Ebanjelizatzearen Egitasmoaren azpimarra batzuk Ondoren, dei egiten deutsuet Egitasmoaren jasotzaile guztioi, gure arreta eta ahaleginak jaso beharko lekukeezan alderdi esanguratsu batzuei begiratu deiezuen.

a) Kristau sarbidea Urte batzutatik hona, gure elizbarrutian gazte eta helduek ospakizun baka-rrean hartzen dabez kristau sarbideko hiru sakramentuak, hau da, bateoa, sendotza eta jaunartzea; hain zuzen ere, umetan bateatu bako gizon eta emakumeek, aldez aurretik euren fedea eta kristautasunez bizitzeko erabagia sendotuko dauan kate-kesi egokia jasota, Elizan sartzea eskatzen dabe. Errealitate honen joerea goranzkoa dala dirudi. Gehienetan, hautagai horreen bihozbarritzean, erabakigarria izan da fedea zentzuz bizi daben eta fedea kutsatzeko gauza diran kristinauekazko hartu-emona. Hainbat parrokiatan ohiko bihurtu diran “familia Eukaristia” deitutakoak ekimen esperantzagarri eta emonkor bihurtu dira. Erabagi zuzen eta mesedegarria izan da gurasoek lehenengo jaunartzearen prestaketan euren seme-alabei laguntzea, kristau sarbideko ibilbideko tarte garrantzitsua da-ta berau; gurasoek, euren seme-alabek jaunartzearen bidez Eukaristiaren ospakizunean bete-betean parte hartu dagiela gura badabe, eurentzat ere estimatzen dabela esateko oinarri sendoak dagoz. Katekistek, aldi berean, gurasoak euren seme-alabekin ikustean, uren lana autortu egiten jakela sentitzen dabe eta sustagarri da hori eurentzat. Gurasoentzat, seme-alaben kristau sarbidea euren kristau izatea barritzeko aukera izango da, zalantza barik; eta seme-alabentzat, esperientzia ahaztezina da, euren familia, fedeko familia ere badala ikustea. Guraso, seme-alaba eta aitita-amamei, dei egiten jake alkarregaz domekako, Jaunaren eguneko Eukaristian parte hartu dagien, bizitzako bideetarako argi bihurtzen dan Jaungoikoaren Berbea entzunez, danek batera otoitz eginez eta Jaunaren Gorputza betiko Bizitzako jateko lez hartuz. Eukaristia Elizearen biho-tzean dago, eta kristinau bakoitzaren eta alkarte bakoitzaren bihotzean egon behar dau. Galarazoten daben arrazoirik egon ezik, Eukaristian parte hartzen ez badau,


kristinauari alderdi guztiz garrantzitsua falta jako domekako jai eta atsedenerako. Eukaristia barik ezin dogu bizitza kementsurik izan fede, maitasun eta itxarope-nean, munduaren erdian. Kristau sarbideari lotutako beste gertaera bat ere gogoratu gura dot: azken ur-teetan nabarmen behera egin dau sendotzarako hautagaien kopuruak. Gertakari hau pastoral arloan aztertu egin behar dogu, era bateko eta besteko alderdiak kontuan hartuz eta ahalik eta erantzun egokiena emon behar deutsagu prestasun apostolikoaz. Gure elizbarrutian, eta baita beste batzuetan ere, kristau sarbidea nabar-mendu beharra dagoala sentitzen dogu, gure ustez, kristau izatearen euskarria da-nez, horren bitartez erantzungo jakolako sustraitik bertatik ahuldade eta akiduraz jantzitako egoereari. Elizearen barrikuntza, itxura batean, neurri haundi batean, kristau sarbideari lotuta dago. Kontua ez da arkeologikoki Eliza primitiboan inda-rrean egozan jardueretara bueltatzea, horreen katekumenotza inspirazinoa jasotzea eta pastoral jarduerearen muinean Elizearen bizitzaren sortzezko errealitateak jar-tea baino. Kristau sarbidea lur elikagarriaren antzekoa da eta bertan hazten eta umatzen da fede eta maitasun bizitza heldua eta bertan sortzen dira bokazino, zer-bitzu eta ministerio desbardinak. Katekumenotzak, fedearen ezagutza transmititzeko eta Jesusen ikaslearen bizitza gauzatzeko beharrezkoa dan katekesia artikulatzen dau berariazko pedago-giaren bitartez; fedea eta bihozbarritzea, ordezkatu eta banandu ezineko alderdi bi dira (ik. Helduen Kristau Sarbidearen Errituala, 19). Bateoa eta sarbide aldiko ganierako sakramentuak hartzeko hautagaiek eta, dagokienean, sarbidea barritzen dabenek, bizitzatik bertatik ikasten dabe prozesu honetan hazten, Elizearen sakramentuetan parte hartzen, Ebanjelioaren arabera bizitzen eta Jesusek lehenengo orduko eta sa-soi guztietako ikasleei irakatsi eutsen lez otoitz egiten. Eliza Katolikoaren Katiximak kristau sarbidearen lau zutabeak garatzen digu: fede autormena (Kredoa), kristau misterioaren ospakizuna (Sakramentuak), bizia Kristogan (Aginduak) eta kristau otoitza (Gure Aita). Elizearen Katixima “tresna baliotsu eta baimendua da eliz ko-muninoaren zerbitzurako eta arau seguru fedearen irakaspenerako” (Joan Paulo II.aren “Fidei depositum” Konstituzino apostolikoa, 1992.eko urriaren 11). Behar-bada, barritu egin behar dogu barriro ere gure konfiantza Eliza Katolikoaren Kati-ximan, azken hamarkadetan gauzatutako azterlan teologikoen gaurkotzea kontuan hartuz eta Vatikanoko II. Kontzilioaren argibideei jarraituz. Kristinauok, doktrinan behar dan beste argitasun eta testigantzarako erabaki barik, ez geunke lagungarri-rik izango mundu korapilatsu, nahasi eta, alderdi garrantzitsu batzuei dagokienez, galdutakoan bizitzeko. Sarbide aldiaren bitartez, fededunen kristau nortasuna eta jentearen artean hedatzen diran beste proposamen batzuen aurren eztabaida eta konplexu barik bai ala ez esateko gaitasuna sendotu egiten da. Helduen kristau sarbidean garatzen dan katekesiaren ezaguarri batzuk gogora-tuko dodaz orain eta, dagokien neurrian, sarbidearen pedagogian inspiratutako beste katekesi molde batzuk. Heziketa organiko eta sistematikoa izango da, ez noizean behingoa edo egoerearen araberakoa. Ez da irakaspen hutsa, kristau bizitzaren ikas-kuntza ere eragin behar daualako. “Oinarrizko heziketa da, funtsezkoa, kristau espe-


rientziaren muinean, fedearen benetakotasunik oinarrizkoenetan eta balio ebanjeli-korik funtsezkoenetan oinarritutakoa”. «Kristinau guztiei dagokiena nabarmentzen dau, auzi eztabaidagarrietan sartu barik eta ikerketa teologiko bihurtu barik». “Fedea bizitzen, ospatzen eta testigantzan emoten dauan alkarterako sarbidea da” (Katekesi-rako Direktorio Orokorra, 67). Batzuetan kristinauak, fedearen ezagutzan heldutasuna jadetsi barik oraindik, asaldatuta sentitzen dira edo gizarte giroa bustitzen daben eta komunikabideek transmititzen dabezan Ebanjelioaren mezu desbardinengaitik edo fedea ondo pertsonalizatu barik eta zimenduak jarri barik daukezan pertsonentzat oraindik desegokia dan irakaskuntza teologikoarengaitik. (Maiztasunez irakurten doguz Aita Santuaren agiriak, bidean argitu gaiezan? Nondik jasotzen dabe kristi-nauek Elizeari buruzko informazinoa?). Elizearen kristau sarbide aldiak eta aitak eta amak seme-alaba txikia elikatzeko daben moduak antzekotasun haundiak daukez: bakoitzaren adinari egokitutako elikagaia emoten da (ik. 1 Tes 2,7-12; 1 Kor 4,15). Eli-zearen ama egitekoa dan sarbideko katekesian katekistaren eta katekesiaren jasotzai-leen arteko hartuemon adeitsu eta atsegina nagusituko da.

b) Bokazinoa eta bokazinoak Aspaldi honetan, abadeen eta abadetzarako bokazinoen eskasia nabarmena jasaten dihardugu; gure elizbarrutiaren historiakko beste sasoi batzuetan itzelezko ugaritasuna egon bazan ere, gaur egungo gabezia ere itzelezkoa da. Abade ministe-rioak elizbarruti osoan eragiten dau, bere orain eta geroan; inork, edozein sentsibili-tate izanda ere, ezin dau entzungor egin lehentasunezko errealitate honen aurrean eta ezin deutso muzin egin bere otoitz eta pastoral ahaleginagaz horren suspertzean laguntzeari. Eskerrak emoten deutsaguz Jaungoikoari, ur-txirrista batek etengabe jario daualako; eta orain itxaropentsu gagoz zelanbaiteko bokazino goraldia ikusten dalako. Biziera kontsakraturako bokazinoak ere urriak dira eta danoi dagokigu elizbarrutiaren bizitasunean eragiten dauan egoera honetaz arduratzea. Bokazinoak errealitate sentibera dira eta, aldi berean, makaltasuna eta itxaropena ikusi daikeguz euren inguruan. Ebanjelizatzearen Egitasmo honek bokazino desbardinak aitatzen ditu; eta, hain zuzen ere, ‘bokazinoa’ berbeak esangura desbardinak ditu, nahiz eta euren ar-tean lotuta egon. Lehenengo bokazinoa: bizirako deia; Jaungoikoaren jarduera krea-tzaileari bizi izanez erantzuten deutsoe kreaturek. Baruken liburuak, Jaungoikoak bizira deitutako astroen ahotan jarten ditu ondorengo berbok: “hemen gagoz” (ik. 3,33-35; Is 40.26). Gizakia apurka-apurka jabetzen da bizirako dei horretaz; Jaun-goikoaren irudia arima argi eta askearen ispiluan islatzen da; eta hortxe sentitzen dau gizaki bakoitzak bere bizitza Jaungoikoak maitekiro diseinatutako egitasmoa dana. Bizitza, aukera ireki eta egiteko pertsonal lez bizi dau. Beste maila batean, oinarrizko kristau bokazinoa, kristinau guztiei dagokiena, dago; fedean eta Jaungoiko bizi eta egiazkoaganako bihozbarritzean oinarrituta, sarbide aldiko sakramentuek burututa, Eliza dan familiara sartzeko ateak zabaltzen ditu (ik. Ef 4,1 hur.). “Elizea” (“Ecclesia”), Jaungoikoak Jesukristogan deitu eta batu-tako herria da eta horixe adierazo gura dau hain zuzen ere; Elizea, bokazino guztien aberria da (ik. Ef 4,7-13; Erm 12,4-8; 1 Kor 12,4-21.27-30): abade ministeriora, biziera


kontsakratu kontenplalari eta apostolikora, kristau ezkontzara, kristau militan-tziara, misinoetara, kristinau lez politika eta gizarte arloan jardutera… Abade bokazinoa, Elizako gainerako bokazinoak lez, kristau guztiei dagokien bokazinoan oinarritzen da. Horregaitik, bizitzako etapa desbardinetan, konfiantza eta argitasunez, bakarka eta taldean, kristau bokazinoa lantzea lehentasunezkoa eta ordezkaezina da, gizaki bakoitza, gaztetxo, gazte eta heldu bakoitza bere bera-riazko bokazinoaz jabetu daiten. Ebanjelioa irakurriz, sakramentuetan, eta batez ere Eukaristian, parte hartuz, otoitz eginez, Elizea maitatuz, besteenganako karita-tea gauzatuz, pastoral laguntzaileagaz alkarrizketan arituz… Jesukristo barru-barrutik eta adiskide lez ezagutzeko prozesuan hasieratik eta aurrerantzean lagun-tzea, kristau heldutasuna jadesteko eta Elizan bakoitzak daukan bokazinoa aurki-tzeko bidea da. Zelan entzungo dogu Jesusek zuzenean egiten deuskun deia, otoi-tzean bere ahotsa entzuten eta Beragaz hitz egiten ikasten ez badogu? Zelan jakin Jaunak besteak zein bokazinotara deitzen dituan, ezagutu eta bizi dabenek egoki aurkezten ez badabe? Jesusegaz fedean, maitasun eta adiskidetasunean, konfiantzan eta jarraitzaile izateko prestasunean bat egiten ez bada, ez da ez erneten ez sustrai-tzen abadetzarako deia. Fedearen eta Elizearen funtsezko errealitateak lantzen di-ranean sortzen dira bokazinoak; ñabardurak egon daitekez, kristau eta eliz taldeen arabera, funtsezkoa ziurtatuta badago; eta, alderantziz, ñabardurek bakarrik ez da-bez oinarrizko errealitateak transmititzen eta ez dabe horreetan sinisten laguntzen. Eskerronez eta itxaropenez aitatu gura dot diakonotza iraunkorra; badira urte batzuk gure Elizbarrutian ezarri zanetik eta ondo finkatzen dihardu.

c) Jaungoikoak gizadiari deutson maitasunaren testigu Berba honeekin adierazoten dau eskuartean dogun egitasmo honek gure alkar-teen barritzearen joera ebanjelizatzailea. Elizea, bialdua izateko sortu da; Jaungoiko Aitak Jesukristoren eta Espiritu Santuaren inguruan batu dau, gizateriari deutson maitasunaren testigu izan daiten. Jasotako misinoa Elizea definitzeko beste osagai bat da: bere baitatik atara behar dau, hurrago ala urrinago dagozan pertsonen bila joateko, honeei, Jaungoikoaren Erreinua, Barri Ona, Jesukristo bera, ate joka daukela iragarteko. Elizan, danak, hau da, katekesiak, sakramentuek, karitate-gizarte zerbi-tzuek, eliz bizitzak berak, ebanjelizatzerantz joten dau. Esate baterako, hileten os-pakizunak, hildakoen aldeko otoitz eta fededunen itxaropenezko jarduera izateaz gainera, zalantzatsuenak eta aldendutakoenak fede barrikuntzara sustatzeko auke-rea eskeintzen dau. Esandakoaren arabera, kristinau guztiak, bateotik, berez misio-lari dirala ulertzen da. Elizeak gizon eta emakume bakoitzagana hurreratu gura dau, Maitasuna dan Jaungoikoaren aurpegia agertzera emoteko. Ziur dago, behartsuak adeitasunez, errespetuz eta eraginkortasunez zaintzean, Jaungoikoak berak zuzentzen deutsela euren Berbea eta bere Maitasunean batzen dituala, nahiz eta, itxuraz, aurkitu ez daben edo Beragandik aldendu egin diran pertsonak izan. “Lagunurkoaganako mai-tasuna Jaungoikoa aurkitzeko bidea ere bada, eta lagunurkoaren aurrean begiak ixteak itsu bihurtzen gaitu Jaungoikoaren aurrean ere” (Deus caritas est Entziklika,


16); testu honek San Joanen lehenengo gutuneko beste ha azaltzen dau: “ikusten dauan anaia maite ez dauanak, ikusten ez dauan Jaungoikoa ere ezin dau maite” (4,20). Pobreen deiadarra entzuten badogu, azkenean, Jaungoikoaren xuxurla ere entzungo dogu; eta pobreengana hurreratzen bagara, Jaungoikoagana ere hurrera-tuko gara. Jaungoikoak gizakia bere antz eta irudiko sortu daualako egin daiteke Jaungoikoagandik gizakiaganako bidea eta gizakiagandik Jaungoikoaganakoa. Ego-kia da geure buruari ondorengoa itauntzea: Jaungoikoagan sinisteak, gizakiengana hurreratzera eta besteak errukiz hartzera garoaz? Eta egokia da, baita ere, erlejinoari dagokienez, axolagabeak diranei edo Jaungoikoagan ez dabela sinisten dinoenei beste hau itauntzea: zabaltzen deutsazu zeure bihotza bidegabekeriak, gaixotasu-nak, babesgabetasuna, baztarketea jasaten dituan anai-arrebari? Elizeak, Jaungoikoak gizadiari deutson ontasunaren testigu izan gura dau; zeinu errukitsu bakoitza Jaungoikoaren maitasunetik dator eta Jaungoikoaren mai-tasuna agertzera emotea da zeinuon helburua. Samariar on lez, “kontsolamenduaren olioa eta itxaropenaren ardaoa” (Mezako Prefazioa) isuri gura dogu gizakien zaurie-tan. Ebanjelioa, gure sasoiko gizon eta emakumeei ere, Jaungoikoaren ontasunaz hitzez eta egitez berba egiten deutsen Barri Ona da. Eukaristia otoitz batetik hartu-tako ondorengo otoitzak islatzen dau ze jarrera eta itxaropen dogun Ebanjelizatzea-ren Elizbarrutiko IV. Egitasmoaren ibilbidearen hasieran: “emoiguzu bihotz erruki-tsua, giza miseriaren aurrean, argitu eiguzuz zeinu eta berba egokiak bakarrik eta babesgabe dagoan anaiaren aurrean, lagundu eiguzu zapalduta eta etsita sentitzen danaren aurrean prestasuna erakusten. Zure Elizea, Jauna, egia eta maitasunaren, askatasun, zuzentasun eta bakearen esparrua izan daitela, danek aurkitu dagien bartan itxaroten jarraitzeko arrazoia” (Vb). Elizeak batasun, adiskidetasun eta ba-kerako tresna lez distira egin dagiala gerra eta desadostasunek banandutako mun-duaren erdian; Jaungoikoaren maitasunaren benetako testigantza, testigantza on-bera izan daitela bideko zaurituen ondoan; gizon eta emakumeak nahigabetzen da-bezan egoeretan gauzatutako errukiaren bitartez, itxaropenari zabaldutako atea izan daitela. Elizeari egia iragartea eta maitasuna gauzatzea eskatzen deutsoen egundoko erronka batzuk dagoz gaur egun. Erronka honeei emon beharreko erantzunak gi-zaki osoaren eta gizaki guztien garapenera jo behar dau, Benedikto XVI.ak Caritas in veritate, 1 argitaratu barri dan entziklikan (2009.VI.29) erakutsi dauanez, egiaren bidez agertzen dan karitatea dalako “gizakiaren eta gizadiaren benetako garapena-ren indar sustatzaile nagusia”. Aita Santuak, gizateria familia bat izan daiten eta bertan alkartasunak eta anaitasunak jardun dagien, globalizazinoaren testuingu-ruan zelan aurrera egin erakusten deusku kristinauoi eta borondate oneko gizon eta emakume guztiei. Gure elizbarrutian asko garatu izan dira karitate-gizarte jardue-rak eta bistakoa da euron eraginkortasuna hainbeste pertsona eta familia astintzen dituan gaur egungo krisi ekonomikoan; aldi berean, indarkeria terroristak sufri-mendua ekarri deutso eta sendo jardun izan dau bakearen aldeko ekintzetan. Badoguz beste egiteko nagusi batzuk ere. “Izadiaren liburua bakarra eta zatie-zina da, inguruneari zein biziari, sexualitateari, ezkontzari, familiari, gizarte hartu-emonei, hitz batez, osoko giza garapenari dagokionez” (Caritas in veritate, 51).


Kezkagarria da ezkontza hausturen kopuru haundia, horrek senar-emazteei, seme-alabei eta familiei dakartsezan ondorioekin; ezkontzen egonkortasuna apurtu egin da eta hori ondorio larriak dakazan gizarte arazoa da; horren aurrean, Elizeak, Jesusen urratsei jarraituz, senar-emazteen arteko maitasunak dakarren batasunari leialtasuna eskeini deikeon bihotz barria sortzen dauan Jaungoikoaren maitasuna iragarri behar dau (ik. Mt 19,1-8); bihotz gogortuak banaketa eragiten badau, bihotz errukitsuak adiskidetasuna sortzen dau. Familia eredu deitutakoekin ilundu egin da seguruenik, eta jardueran ahuldu, familiaren erreferente nagusiaren, hau da, ezkon-tzan oinarritutako ereduaren inguruko ulertzea. Honeexek dira erreferente horren ezaugarriak, hain zuzen ere: gizonezko eta emakumezko baten batasun iraunkorra maitasunagaitik, alkar osotzeko, bizia sortzeko eta seme-alabak hezteko. Ezkon-tzak eta familiak pastoral arreta sendoa eskatzen deuskue. Gizakiaren bizia sortzen danetik berezko heriotza gertatzen danera arte zain-tzea eta defenditzea, gaur egungo mehatxuak ikusita, Elizearen lehentasunezko egi-tekoa da eta edozein gizakiren eta gizarte osoaren eginbeharra izan beharko leuke. Inork ez dauka gizaki babesgabe eta hobengabe batengan agintzeko gaitasuna bere-tzat hartzeko eskubiderik, gizaki horri bizia izateko funtsezko eskubidea ukatuz. Aldakuntza guztiz larria da abortua kasu batzuetan delitu despenalizatutzat har-tzetik, abortua eskubidetzat hartzera pasatzea. Gizartearen kalitate etikoa emaku-mezko haurdunari haurdunaldiko ibilaldi guztian lagun eginez adierazoko da eta, umeaz arduratu ezin badau, zaindu gura eta ahal dabenen esku itziko dau. Abortua ez da moral katoliko eta erlijiosoaren auzia bakarrik, batez ere, gizatasunezko eta etika orokorreko auzia ere bada, hasiera-hasieratik lege naturala inskribatuta dau-kan gizakiarengan eragina daukalako. Gizakiak gure ardura eskatzen dau egoera eta inguruabar guztietan; zaindu, babestu eta lagundu egin behar deutsagu beti. Eliza samariarraren zantzua da ardu-ratsu jokatzea, inork zubi baten azpian lo egin ez dagian, inori eguneroko ogia falta ez dakion, gaixoei, esate baterako hiesaz jota dagozanei, bizitzako azken txanpan maitasun eta prestasunez laguntzeko. Jaungoikoak gizadiari deuton maitasunaren testigu izan behar dogu beti eta leku guztietan. Egoerarik ilunen eta estuenetan, Ebanjelioak distira egiten dau seme-alabenganako Jaungoikoaren hurkotasun erru-kitsu lez. Gizon eta emakumeak horrela hartzen dituan Jaungoikoak merezi dau konfiantza eta fedea; horregaitik, maitasuna bide segurua da Jesukristo dan Jaun-goikoaren aurpegia oraindik aurkitu ez dabenen bila joateko.

d) “Jo itsaso zabalera”. “Nahikoa dozu nire grazia” Seguruenik, behin baino gehiagotan −jardunaldi apostolikoren baten hasieran, pastoral ekiturtearen hasieran, Ebanjelizatzearen Egitasmo barria martxan jartean−, oihartzuna izan dau gugan ondorengo alkarrizketa ebanjeliko honek: “hauxe esan eutson Jesusek Simoni: jo itsaso zabalera, eta jaurti zuen sareak arrantzarako. Simo-nek hauxe erantzun eutson: Irakasle, gau osoan ekin deutsagu, eta ez dogu arrain bat ere atara; baina, zeuk dinozun ezkero, botako dodaz, ba, sareak” (Lk 5,4-5). Be-harbada, gure lanak emaitza bakoak izateak edo pastoral jardueran emaitzarik ez jasotzeak etsipena eta nahigabea ekarten deuskuez eta ez dogu barriro hasteko ado-


rerik izaten. Egoera horreetan, zelan lortu itxaropenak gu barrutik mugitzea, ba-rriro ere sareak bota dagiguzan eta, Jaunak gura badau, ezusteak, arrantza oparoak harritu gaizan? Ebanjelizatzearen IV. Egitasmo hau zuon eskuetan izteaz batera, itxaropenerako arrazoi batzuk ere emon gura deutsuedaz, espiritua esnatzeko eta dinamismo apostolikoa gehitzeko. Ebanjelizatzearen gaur egungo egoerea, bereziki “misinorako lurralde” diran gure inguruetan, aukera izan daiteke Jesusen jarduera apostolikoan Jaungoikoaren Erreinuaren alderdi ebanjeliko deigarria berraurkitzeko: legamia eskutada baten, gatz ale batzuen, etxeko argi dardartiaren, ziape ale txiki txikiaren antzekoa da. Txikia, hauskorra, makala, gizalegez sinistuezinekoa… dira Jaungoikoaren Erreinua-ren eta misiolari egitekoen ezaugarriak. Beharbada, mapetan lez, eskala aldatu be-harko dogu: orain dala hamarkada batzuetako neurri boteretsu eta jentetsuetatik, gizarte mailan hain nabarmenak ez diran beste batzuetara igaro. Eta, dana dala, bi-txia bada ere, indarra dago makaltasunean, adierazkortasuna ezdeusean. Elizeak, kristinauok, herri guztietako gizaki guztiei lotutako mandatua jaso dogu Jaunagan-dik; baina “artalde txikia” izatea beti da Jesusen ikasleen ezaugarria. Ebanjelioari emondako erantzunaren neurriak ulertzeko, Jaungoikoaren asmoez fidatu behar dogu, berak bakarrik ikutu daikelako gizakiaren bihotza eta Ebanjelioari gure gizar-tearen ateak zabaldu. Jaungoikoaren deia unibertsala da, baina pertsona bakoitzak askatasunez erantzuten dau; Jaunak ez dau inoren askatasuna bortxatzen. Elizea “sakramentua” da, hau da, salbamen unibertsalaren zeinu eta tresna; ezin dau bere baitan itxi, salmoak esaten dauanez, “bera baino gora dagozan haundikerien atzetik ibili” (131,1). Elizearen bizigarritasuna zaindu behar dau eta, aldi berean, etxean se-kula egon ez ziranei edo, gehienetan isil-isilik, aldendu izan diranei dei egitera atara. Gure sasoi honetan, erein eta pazientziaz itxarotea dagokigu, “itxaroten jakitearen zientzia” (urriaren 11n kanonizatuko daben A. Rafael Arnaiz) emoten deuskun Jaungoikoagan konfiantza jarriz. Beste batzuek erein ebena jasotzen dogu guk eta norbaitek batuko dau guk Elizearen eta gizateriaren ildoetan oparo isurtzen dihar-duguna. Jaungoikoagan itxaropena jartearen testigantza komunikatu behar deutsagu alkarri −kemen apostolikorako beste dei bat da−. Bihotza iluntzen eta makaltzen dauan ezkortasuna kutsagarria dan lez, argitzen eta sendotzen dauan itxaropenaren zuzia ere adoretu daiteke beste batzuengan. Itxaropena guztiz pertsonala bada ere, beste batzuen alde eta beste batzuekin batera itxarotearen zerbitzu bikaina ere be-teten dau. Danok parte hartu daikegu Ebanjelioaren aldeko lan eta sufrimenduen esperientzian eta baita jasotako misinoek eragindako poztasun eta eskerronaren bizipenean ere. San Paulok hauxe dino Korintokoei idatzitako bigarren gutunaren hasieran: “bedeinkatua Jesukristo gure Jaunaren Jaungoiko eta Aita, Aita guztiz errukitsu eta Jaungoiko guztiz poz emoilea, gure atsekabe aldi guztietan pozten gaituana: geuk ere, neke aldian diranak, Jaungoikoak alaitzen gaituan pozez poztu dagiguzan” (1,3-4). Kristinaua sekula ez dago bakarrik; Elizea Ebanjelioaren aldeko militanteen alkartea da, eragozpenen probak jasandakoen eta huts egiten ez dauan Jaungoikoagan itxaropena jarrita, bat eginda dagozan anai-arreben alkartea. Jaun-goikoak berak, bere Espirituaren bitartez, sustatzaileak eta itxaropenaren ministe-rioa jaso dabenak sustatzen ditu.


Azken batean, kristinauen eta Elizearen sustatzailea Jesukristo gure Jaunaren Espiritua da; bere arnasea jasotzen ez badogu, ez dogu nahigabean jausteko barruko tentaldiak konfiantzaz gainditzeko eta Elizearen txalupa astintzen daben haize go-gor eta kontrakoek eragindako giza egoera bildurgarriei aurre egiteko beharrezko bultzadarik eukiko. Paulok, apostoluen artean nagusienak, Ebanjelioaren altxorra buztinezko ontzian eroala esperimentatu eban (ik. 2 Kor 4,7 hur.), bere bizitza egu-nero egoala mehatxupean eta amildegira jausteko zorian lez, eta segurtasuna ez egoala bere buruagan, Jaungoikoaren ahalmenean baino, Berak deitu eutsolako eta bere gain itzi ebalako ministerio apostolikoa. “Bere haragian sartutako eztenaren” aurrean, Jaungoikoari kentzeko askotan eskatu arren, hortxe irautendauan eztena dala-ta, ondorengo berbak entzuten ditu: “nahikoa dozu nire grazia; indarra makal-tasunean gauzatzen da”. Eta hauxe ere badino apostoluak: “horregaitik, harro nago nire makaltasunez, horrela Kristoren indarra izango dodalako neugan. Horregaitik, pozik bizi naz Kristok jasandako makaltasunen, irainen, gabezien, jazarpenen eta zailtasunen erdian. Makala nazanean, orduan sendoa nazalako” (2 Kor 1,9-10). Ha-rrigarria iruditu eta gizalegez ulergaitza izan arren, hauxe −indarra makaltasunean− da “apostolutzaren funtsezko legea” (S. Lyonnet). Jaungoikoak, honela, gure haus-kortasuna bere testigantza bihurtzen dau. Ezin dogu ikuspuntu hau ahaztu gure Elizan eta kristinauengan makaltasunaz hitz egiten dogunean; motelaldia ez ezik, Jaungoikoaren indarra jasotzeko egokia dan eremua dan makaltasun mota bat dago. Benetako apostolua bere makaltasunaz jabetzen da beti; beti eta edozein lekutan, bere burua nahiko dala ustearen tentaldia gainditu behar dau, konfiantza Jaunagan jarteko. Hementxe dago bere itxaropen bare eta saiatuaren iturri agortezina; apalta-sun honek ez dakar kikiltasunik, adore ausarta baino. Birjina Mariaren, Artaganeko mendi tontorretik gure Eliza bere familia balitz lez zaintzen dauan gure Begoñako Amaren altzoan jarten dogu Ebanjelizatzearen Elizbarrutiko Egitasmo barria; konfiantza betea jarten dogu bere ama babesean. Ofizioaren Orduen arratsaldeko liturgian IV. Asteko astelehenean errezatzen dogun otoitz bategaz amaituko dot: “geratu zaitez gugaz, Jesus Jauna, ilun dago-ta; izan zaitez gure bidelagun, altxatu gure bihotzak, suspertu gure itxaropen makala; horrela, guk, gure anai-arrebekin batera, Idazteunean eta ogia zatitzean ezagutuko zaitugu”.

Bilbao, 2009.eko uztailaren 25a, Santiago Apostoluaren Eguna.

+ On Ricardo Blázquez Bilboko Gotzaina


AURREKO EGITASMOA IKASGAI

Ebanjelizatzearen Elizbarrutiko III. Egitasmoaren ebaluaketearen daturik nabarmenenak eskei-niko doguz orain; honeek eta hurrengo atalean jasotzen dan errealitatearen azterketea hartu doguz abiapuntutzat Egitasmo barria eratu ahal izateko. Eritzi nagusiak Ebanjelizatzearen Elizbarrutiko aurreko Egitasmoak (III. EEE) babesa eta es-timua jaso ebazan hasieran, askoren lanaren fruitua izan zalako gehienbat. Bat zan uste nagusia: fedearen zabalkunderako bideak barritzea ezinbestekoa zala. Baina presaka lez jarri zan martxan, Egitasmoa kristau alkartean behar dan beste aurkeztu eta ezagutzera emon barik. Ekintzen proposamen zabala egoan (80 egiteko). Elizbarrutiko alkarte osoa inplikatu gura zan eta eliz bizitzako alderdi desbardinetan eragina izan, horrela, fedearen zabalkundearen inguruko ardurak eliz barritze sakon eta osoagoa eskatzen dauala erakusteko. Hau egia bada ere, ekintza larregi egon da. Kasu batzuetan, gai-nera, asmo onak jarduerak baino gehiago izan dira. Urte bakoitza belaunaldi bati eskeiniz (helduak – gazteak – umeak), ekiturte bakoitzerako ardatza jarri nahi izan da. Ekintzak eta egutegia zehaztu ahala, inpli-kazioa gehitu da eta, neurri berean, Egitasmoaren harrera, estimua eta balorazioa. III. EEEak elizbarrutiko zerbitzuen, erakunde desbardinen eta martxan jarten diharduen pastoral barrutien arteko lankidetza sendotu dau. Horretarako, alde ba-tetik, pastoral barrutia Egitasmoa gauzatzeko eragile nagusitzat hartu izana eta, bestetik, ekintza batzuk burutzeko sail desbardinen koordinazinoa ezinbestekoa izatea lagungarri izan da. Egitasmoak sendotu egin dau aspaldiko uste hau: familiak fedearen zabalkun-dean aparteko garrantzia dauala eragile lez. Berari zuzendutako ekintzek harrera eta burutze nahiko ona izan dabe. Beste alde batetik, kristau alkartearen makaltzea antzematen da. Ebanjelizatzearen erronkei erantzuteko nahiko mugatuta ikusten da. Horrena urrean, fedearen zabalkundea, normalean, pastoral jardueran laguntzen dabenen esku izten da, baina honen erreleboa ere ez da batere erraza gaur egun. Egitasmoak berau sustatzeko eta bultzateko egitura euki daben lurralde bika-ritzetan izan dau eragin gehien. Ikastetxeek gero eta gehiago inplikatzen doaz eta apurka-apurka irabazten goaz informazioan, parte hartzean eta koordinazioan. Elizbarrutiko Gotzaitegiko zerbitzuak desbardin inplikatu dira, ekintzek eurotan euki daben eraginaren arabera. Zerbitzu horreen arteko artikulazino haundiagoa eskatzen da eta baita “baterako egitasmoa Egitasmoaren barruan”. Orokorrean, pas-toral gidaritza argi eta hurkoagoa eskatzen da.


Urte honeetan zera ikusi da: ebanjelizatzea ulertu eta sustatzerakoan, ezin-bestekoa dala pastoral ekintzaile izatetik testigu izatera pasatzea. Horretarako, na-hitaezkoa da alkarte osoari zein fededun bakoitzari arretea eskeintzea. Elizbarrutiko Zeinuari dagokionez, gizarte eta eliz ardura desbardinei (pobre-tasuna – bakea – etorkinak – ekologia eta kreazinoa zaintzea) arretea eskeini eta umeentzako eta helduentzako ekitaldiak egin izana baloratzen da. Hala ere, oroko-rrean, motibazino eta prestaketeari denpora gitxi eskeini jakola nabarmentzen da. Ahoa batez eskatzen da hurrengo Egitasmoan zeinua mantentzea eta indartzea. Bolibarretik Ziortzara IV. eta V. bikaritzek antolatutako bakearen aldeko ibi-laldiak harrera oso ona izan eban eta eutsi egin eutsan Elizbarrutiko Zeinuan eraku-tsitako ardureari. Elizbarruti mailako ekimenak (garizuma aldirako alkarraldia, berbaldiak Karmengo Amaren parrokian, jardunaldia BECen, gaztetxoen topaketak bikari-tzaka) positibotzat jo izan dira eta urtero horreetako batzuk egitea eskatzen da. Elizbarrutiko alkartea gero eta gehiago jabetzen da gaur egungo gizarte-kultura egoerean dagoan misiolari premineaz, baina horrek eskatzen dituan eraba-giak hartzea larregi kostatzen dala dirudi, batzuetan ausardia faltagaitik eta beste batzuetan onarpen edo babesik ez izateagaitik. Eta, neurri haundi batean, horregai-tik, Egitasmoa batzuetan ez da lehentasunezkotzat joten eta ez da erraza dakarren barritasuna ezartzea, “betikoa beti lez” egitearen geldotasunagaitik. Finkatutakoa

Pastoral lagungarri eta baliabideen eskeintzak harrera ona izan dau, batez ere familian otoitz egiteko testuei eta 0-6 urtekoentzako egitasmoari dagokienetik.

Familientzako eukaristiak ugaldu egin dira eta, gitxi-asko, alkartetik aldenduta

dagozanengana hurreratzeko bide dira.

Orokorrean, Elizbarrutiko Ikastetxeetan eta Kristau Eskolakoetan pastoral tal-deak sendotu eta finkatu egin dira.

Pastoral erabarritzerako urrats erabakigarriak emon dira leku batzuetan. Autor-

pen juridikoa eskatzen da. Hasibarriak

Krisi ekonomikoak kristau alkartean harrera ona euki daben alkartasunerako ekimen eta kanpainak aktibatu edo sendotu ditu.


Batzuetan, umeen katekesia gaur egungo gizarte, kultura eta erlejino egoerara moldatzeko ahalegin praktikoa antzematen da. Horren haritik, gazteentzako egokiak diran ospakizun batzuk ere badagoz.

Leku batzuetan, bakarkako eta taldeko otoitzerako sarbide egitasmoak dagoz,

laikoen komunitate eta alkarteek eskeinita gehien bat. Ekimen horreek zabal-tzea eta laguntzea eskatzen da.

Aurrera egin da pastoral barruti batzuetan ikastetxeekiko koordinazinoan, ba-

tez ere gaztetxo eta gazteen pastoralgintzan, bat egiteak daukan garrantziaz ja-betuta.

Batez ere etorkinei zuzendutako liturgi ospakizun batzuk ere egiten dita han eta

hemen. Hutsuneak

Aurreko egitarau edo egitasmoak aztertzeko eta birformulatzeko ahalegina es-katzen eben ekintzak gauzatzeke geratu dira. Gaitasun gitxi hausnarketa eta sormenerako? Bildurra gaien sakonera joteko?

Immigrazinoari berari eskeintzen jakon arretea, orokorrean, Caritasen harrerara

eta laguntzarako beste zerbitzu batzuetara murrizten da.

Ez da urratsik emon helduentzako kristau sarbiderako egitasmoa egiteko. Sar-bideko ibilbide horretan lagundu daikeenen heziketarako prozesurik ere ez da aurreikusi.

Komunikazinorako egitasmo globalaren falta somatzen da, nahiz eta horreta-

rako elementuak egon. Elizearen autofinantzaketa maila igotzeko egitasmo arti-kulaturik ere ez da egon.

Amaitzeko Elizbarrutiko III. Ebanjelizatze Egitasmoak kristau alkarteak aurrez aurre daukan oinarriko erronka bati heldu deutso: fedearen transmisioa eta horretarako baliabideak barriztu eta gaurkotu beharra. Halako erronka bati erantzuteko ekimen batzuk hasi baino ez dira egin. Horregaitik, ondorengo urteetan ezin da ardura edo azpimarra hori alde batera itxi. Orain urratutako bideetatik aurrera jo behar da. Makal ibili arren, ebanjelizazioa Espirituan sinistuz eta errealismoz planteatzen danean, asmatua edo amestua bete egin daiteke.


ERREALITATEAREN AURKEZPENA

Kapitulu honen oinarrian, parrokietatik, komunitateetatik, pastoral barrutietatik, mugimendue-tatik, erakundeetatik eta elizbarrutiko zerbitzuetatik egin izan dabezan ekarpenak dagoz eta, gai-nera, Elizbarrutiko Pastoral Kontseiluaren azken gogoetea ere jasotzen da. Berez, ez da errealita-tearen azterketea, bertan nabarmentzen diran datuen batuketea baino. GIZARTE ERREALITATEA 1. Testuinguru kulturala guztiz plurala da eta sekularizazinoak aurrera egiten

diharduala ikusten da. Dana dala, jenteak espiritualtasuna, laikotasun sanoa eta tolerantzia, neurritasuna eta askatasuna lako balio demokratikoen garapena bi-latzen dauala ikusi daiteke. Bizimodu materialistak eragindako gogobetetasunik eza antzematen da. Honen haritik, bizimoduz aldatzea eta, benetan, guztion on-gizatea bilatzea beharrezkotzat joten da. Immigrazinoa arazotzat joten da, baina baita kultura aberastasunerako aukera lez ere.

Aniztasuna ez dala erabat onartzen ikusten da eta erlejinoaren aurrean aurkako-tasunak, gortasuna eta, batzuetan, etsaitasuna ere nabaritzen dira. Ez dirudi gi-zatasuna kentzen dauan pobretasunaz, bidegabekeriaz eta bere ondorioez jabe-tzen garanik. Axolagabekeria, larregizko tolerantzia eta gizarte pasibotasuna antzematen da gertaera nagusi horren aurrean. Gizakiak bere alderdi kontsumi-tzaile eta materialistara murriztuta geratzeko arriskua dauka.

Testuinguru barri honetan leku egokia bilatzen ahalegindu daitela eskatzen jako Elizeari, horrela, bere misinoa bide barrituetatik gauzatu dagian.

2. Ekonomia-finantza ‘krisiak’ ardura sortzen dau bere eraginengaitik: gizarte

desbardintasun etengabea, baztarketea gehitzea, pobretasun molde barriak agertzea, etorkinengan eragin nabarmenagoa daukalarik. Beste kultura eta erle-jino batzuen presentzia, aniztasunaren aurrean sentiberago izateko eta alkarta-sunaren ikuskera unibertsalagoa jadesteko aukera lez hartzen hasiak gara.

Etsipena nabarmentzen da indarrean dagoan sistema ekonomikoari dagokionez, berau, aldi berean, bihozbarritze prozesurako aukera bihurtu badaiteke ere.

Krisiaren arrazoi eta eraginei aurre egiteko lagungarri izango dan kristau alkar-tearen berba eta testigantza biziagoa eskatzen da.

3. Gizarte-politika errealitateari begiratu ezkero, gogaitasuna ikusi daiteke,

ETAk bere jarduera terroristan irauten daualako. Aurrerapena antzematen da biktimen autorpenari dagokionez, baina ez da nahikotzat joten. Elizeak bake eta adiskidetzearen inguruan jarrera adostua erakustea itxaroten da.


Gure bizi eta lan baldintzak, gaur egun krisiak larriagotuta, ez dira aproposenak gizarte bizitzan partehartze gogotsua sustatzeko. Horren eraginez, jarduera po-litikoa ere ez da lehen beste baloratzen.

Baketzeari eta adiskidetzeari buruzko joera bateratua eskatzen jako Elizari.

4. Berariazko egoera edo testuinguruak dagoz:

Familia, errealitate korapilatsutzat joten da, batez ere, bizi eta hezkuntza bal-dintzengaitik, familia bizitza, lana eta gizartea uztartzeko zailtasunengaitik, edadetuek behar daben arreteagaitik eta familia estilo desbardinak egoteagaitik.

Emakumezkoaren arloan, bere duintasuna gehiago autortzen bada ere, makina bat bidegabekeria larri ikusi daiteke, besteak beste: berariazko autortzarik ez izatea eta indarkeria matxista deitutakoaren gehitzea.

Gazteengan ikusten da gardentasun osoaz gaur egungo munduaren barritasuna. Bere argi eta ilunekin, hazten eta nagusi dan kultura zalantzan jarten daben ba-lioak defendatzen laguntzen ez deutsen bizimoduaren ondorioak ikusten dira argi eta garbi.

Ekologia indarrez agertzen da, ingurugiroagazko eta planetaren geroagazko ar-dureagaitik eta kristau konpromisoagaz daukan lotureagaitik. Indarrean dagoan hazkunde eta kontsumo eredua ezin dala mundu guztira hedatu eta datozan be-launaldientzako ez dala jasangarria ikusten da.

Alerta dago krisiak eragindako pobretasun barrien aurrean: gero eta gehiago dira ekonomia eta lan behin-behinekotasunean dagozan pertsona eta familiak, eta larrituta dagoz, oinarrizko beharrizanei aurre egin ezinik.

Immigrazinoa kultura-erlejino gaitzat hartzen da eta, batez ere, gizartea eta kristau alkartea interpelatzen dituan gizarte gaitzat, multzo horretakoak dira-lako lan behin-behinekota- sunaren biktima nagusiak.

ELIZ ERREALITATEA 1. Lehen begiratuan, Elizeak gaur egungo gizarte-kultura testuinguruan bere burua

agertzera emoteko daukan makaltasuna nabarmentzen da. Pisu gitxi daukala dirudi eta bidegabekeria salatzeko grina handirik ez daukala. Kristau alkartea ahulduta dago, hainbat bateaturen fede atxikimendua eskasa dalako eta lausotua alkarte kidetasuna. Euren egitekoa gaitasunez gauzatzen daben pastoral ekin-tzaileak dagoz. Hala ere, horreen batez besteko adinak gora egin dau. Errelebo-rik ez dagoanez, alde itzela dago antzemandako beharrizanen eta erantzuteko gaitasunaren artean.


2. Laikotza arduratsua dagoala autortzen da. Aldi berean, Espirituak mundura zabaltzeko eta bizi dogun une hau lengoaia eta jarrerak arazteko aukera lez bizi-tzeko egiten dauan deia antzematen da. Kultura proposamen duinak egiteko gauza dan, gizarte-politika esparruan, komunikabideetan eta kulturan presen-tzia gehiago daukan Eliza zerbitzaria gura dau jenteak.

3. Ebanjelizatze argi eta garbi misiolariaren falta somatzen da: konpromiso ge-

hiago fede-kultura alkarrizketan, presentzia esanguratsuagoa gizatasunez jan-tzitako egitasmoetan eta sormen eta ausardia gehiago urrindutakoengana hurre-ratzeko.

4. Ez dira falta gero barritua erakusten daben eta Espirituak gure Elizan dauan

jarduerearen frututzat hartzen diran itxaropenezko zeinuak. Horrela, Ebanjelioa ezagutzen ez dabenei aurkezteko beharrizana nabarmenago ikusi izan da, batez ere familiari zuzendutako domekako ospakizunak egiten dira han eta hemen, harrera zerbitzua zaindu da, bizitzako etapa desbardinetarako otoitz eta gogoe-tarako lagungarriak eskeini dira, testigantza pertsonal eta komunitarioa sustatu da, gizarte arazo nagusienen (baztarketea, bakea, etorkinak) aurrean sentibera-tasuna areagotu egin da.

5. Gizarte-karitate lan haundia hobeto zabaldu behar da hemen eta herrialde txi-

rotuetan. Hala eta guztiz ere, pobreak urrun geratzen jakuz orain ere. Pobreta-suna sortzen daben egiturak salatzen dabezan beste talde batzuekin sarean lan egin behar dala nabarmentzen da eta gizatasuna hedatzeko aukerak aurkezten dira.

6. Kristau sarbidea ia ume eta gazteen arlora murrizten da bakarrik. Heziketa be-

har da laguntzaile eta katekistentzat. Talde batzuk fedearen pertsonalizatze-rako prozesuan dagoz. Gabezia ikusten da Jaungoikoaren kristau esperientziari dagokionez. Asko ere asko kostatzen da Sarbide aldia Elizako benetako kide bi-hurtu ondoren burutzea.

7. Fedearen zabalkundea, III. EEEaren frutu lez, gehienek, batez ere pastoral

ekintzaileek, konpartitutako ardura izatera igaro da. Fedearen zabalkunderako bide batzuk barritu egin dira: familiei lagun egin umeen katekesian; gizarte-politika konpromisoari lotuta jarduten daben taldeetan otoitz alderdia sartu; osasun pastoraltzari balio haundiagoa emon; nagusiak belaunaldi barrientzako testigu lez autortu. Egiteko hau martxan jarri baino ez da egin eta ez litzateke bidezkoa gaur egingo gizarte eta eliz testuinguruan alde batera iztea.

8. Liturgi alderdiari dagokionez, behin eta barriro nabarmentzen da fedea, kasu

askotan, bizitzagaz lotu bako erritoetara murrizten dala. Elizari eskatzen jakona eta Elizeak eskaini daikena ez datoz bat sarritan. Leku batzuetan, domekako eukaristia eta hiletak dira parrokiako jarduera bakarrak. Hala ere, sakramentuen inguruko pastoraltzak ebanjelizatzeko aukerak eskeini daikezala autortzen da.


9. Domekako eukaristian parte hartzeak behera egin da azken urteotan. Batzue-tan, desfasea dago kristau bizitzako konpromisoaren eta alkartearen liturgi bizi-tzan konprometitzearen artean.

10. Gizarte errealitatean antzemandako aparteko egoerei dagokienez, misinorako

berariazko dei batzuk nabarmentzen dira.

Horrela, familia autortzen da orain ere fedearen transmisinorako esparru pribi-legiatutzat, belaunaldien arteko apurketea erakusten dauan testuinguruan.

Urrindutakoen artean, gazteak eta, euren jokaerea Elizearen eskema ofizialeta-tik kanpo eratzean, apurka-apurka aldentzen doazan pertsonak dagoz.

Oraindik ez da pastoraltza orokor egokirik prestatu etorkinentzat, elkarteko kide izan daitezan, nahiz eta toki batzuetan hori nahiko aurreratuta egon.

11. Erabarritze prozesuan, pastoral jarduerea barriren barri antolatzea ezinbeste-

koa dala eta misiolari seneko ebanjelizatzera jo behar dala ikusten da. Hala ere, prozesua geratuta dagoaneko ustea da nagusi, eta hasitako ibilbidearen bultzada argia eskatzen da. Estrategia ebanjelizatzaile barriak martxan jarri ahal izateko, prozesuaren epeak zehazteko eskatzen da.

12. Lekuko Elizearen historia, Vatikanoko II. Kontzilioaren harrereari dagokionez,

batez ere Elizbarrutiko Batzar Nagusiaren bitartez, gaur egungo zailtasun eta makaltasunak bihozbarritze pertsonalerako, alkarte sustapenerako eta misinora zabaltzeko aukera bihurtzen ikasteko iturri lez autortzen da.

HELBURUEN AZALPENA

Egitasmoaren helburua ez da aurreko kapituluan aitatutako alderdi guztiak azpimarratzea; ba-tzuetan jarten dau arretea, gaurko une honetan elizbarrutiaren jarduera ebanjelizatzailearen bate-ratasuna eta koordinazinoa bilatu guran. Lehen azaldutakoaren arabera, EEEak datozan lau urteetarako lehentasu-nezko jardunbidea aurkeztu gura dau, eliz alkarte osoaren eta berau osotzen daben erakundeetako bakoitzaren −familia, parrokia, komunitate txikia, pastoral barrutia, laikoen mugimendu edo taldea, biziera kontsakraturako komunitatea, ikastetxea, ospitalea, zaharren egoitza− sustapena eragiteko1.

Helburu nagusia: GURE ALKARTEAK SUSPERTU, JAUNGOIKOAREN BER-BEARI ARRETATSU, GIZADIARI DEUTSON MAITASUNAREN LEKUKO IZATEKO.

1 Cf On Ricardo Blázquez, Bilboko Gotzaina, Unidades pastorales en la remodelación [UPR]: BEAN

(Bilboko Elizbarrutiko Aldizkari Nagusia) 600 (2008ko abendua), 1562.


Eliz alkartea suspertu, hau da gaur egungo errealitatea arduraz onartu, histo-ria eta tradizinoz datorkiguna eskerronez geure eginez, inozokeriaz horren gainetik salto egin barik. Horrek erantzun egokia eskatzen dau, Jaungoikoaren Erreinuaren proposamenera hurreratuko gaituen jarrera eta erabagiekin. Kontua ez da, beraz, ez ustez bikainak ziran iraganeko sasoietara bueltatzen saiatzea ezta «iraganeko egoe-rak samintasunez oroitzea»2 ere, Elizearen ardurapean itzitako salbamenezko me-zuaren indarra erakusteko beharrezkoa dan barritasuna sartzea baino. Helburu nagusi hau, berau burutzea ahalbideratuko daben jardunbide zeha-tzetan (helburu bereziak) eta ekintza zehatzetan zehaztuko da. «GURE ALKARTEAK SUSPERTU…» Hain zuzen ere azken hamarkadan, gure lekuko Elizeak, beste askok lez, pas-toral erabarritzerako prozesuari ekin deutso, Elizearen misinoa sendotu guran, Jainkoaren Berbea iragarriz, sakramentuak ospatuz eta karitatezko zerbitzua indar-tuz. Erabarritze horrek eta ondoz ondoko Ebanjelizatze Egitasmoek bat egin dabe denporan, baina batzuetan bakoitza bere aldetik garatu izan da, indarrak eta ardu-rak sakabanatuz. Beharbada, hauxe da unea erabarritzea eta EEEa estu lotzeko, le-henengoa bigarrenaren helburu berezi zehatzago bihurtuz, ardurakidetasuna eta batasuna azpimarratuz. Alkartea ez da suspertuko fedearen esperientzia pertsonala sendotzen ez bada. Fededun bakoitzak, bakarka hartuta ere, Jesusen jarraipenean sakondu eta konpromiso ebanjelizatzailerako adorea hartu behar dau tokiko Eliza honetan. Ho-rregaz batera, alkartearen susperketak, besteak beste, partehartzea eragiteko bideak sendotzea eskatzen dau, berezitasunaz jabetuz eta pluraltasunean batasuna zain-tzen saiatuz.

1.go Helburu Berezia (HB): erabarritze-suspertze prozesua bultzatu, elizbarruti mailako ahalegin lez, haren gauzatze ahalik eta zehatz eta osoenerako eraba-giak hartuz.

Ideia batzuk gogoratzeak omeni da:

− Lehenengo eta behin, erabarritzea ez da “ekimen arbitrarioa, betebehar mi-siolaria baino”3, erantzun otzana Espirituaren deiari.

− Bigarrenez, erabarritzea ez da berrantolaketa hutsa; prozesu horretan al-derdi pastoral, teologiko, espiritual eta kanoniko sakonek bat egiten dabe, antolakuntza alderdiei zentzuna emonez.

− Hirugarrenez, errez antzeman daiteke PBak «argi-gune argiztagarri eta era-barritzearen alderdi askoren alkargune»4 dirala.

2 UPR 1561. 3 UPR 1552. 4 UPR 1554.


− Eta azkenik, PBak «esparru guztiz egoki dira batasuna, misinoa eta ardura-kidetasuna gauzatzeko»5.

Guzti hau, lehenengo helburu bereziaren ekintzen formulazinoan jasotzen da, baina, era berean, gainerakoaren garapena justifikatzen dau. «… JAUNGOIKOAREN BERBEARI ARRETATSU…» Erabarritzea Egitasmo honen helburu nagusiaren muina («zer») bada, bere ezinbesteko motorea («nondik») Elizan hots egiten dan bere Berban agertzen dan Jaungoikoaren esperientzia da. Zaharrak izanda, barriro jaioko bagara, ezinbestekoa da Biziaren Jaungoikoagaz bat egitea, honek «bizimodu barria dakarrelako»6.

2. HB: Jesukristogan agertu dan Jaungoikoagazko topaketa pertsonala bizi iza-teko baldintzak ahalbideratu eliz alkartean.

Bat egitearen esperientzia hau Ebanjeliora bihurtzeko bidean eta alkartean erabat txertatzean eragiten eta finkatzen da batez ere. Etengabe gaurkotu behar dan Kristau Sarbideko prozesuan.

3. HB: Kristau Sarbiderako elizbarrutiaren proposamena barritu.

Kristau Sarbideak eliz bizitzan erabat txertatzea badakar, bizimodu jakin ho-rren bereizketea eragin behar dau. Horregaitik, ezinbestekoa da bokazino alderdian sakontzea, batez ere nahitaezko erabagiak hartu behar diran etapetan, ahulduago dagozan bokazinoen −ministerio ordenatura, biziera kontsakratura, laikotza mili-tantera− eskeintza aparteko eran zainduz.

4. HB: Ume, gaztetxo eta gazteei aukerea emon, euren buruari bokazino pertso-nalari buruz itaundu deioen.

Helburu hau aurrekoaren burutzea da. Fededun bakoitzak, Jesukristori jarrai-tzeko bidean sarbidea egin ondoren, bere ibilbidea egiten dau kristau bizitzan, eliz alkartean txertatuta. «…GIZADIARI DEUTSON MAITASUNAREN LEKUKO IZATEKO.» Erabarritzea bada muina eta Jaungoikoaren esperientzia ezinbesteko motorea, misino ebanjelizatzailea da IV. EEE honen jomuga («norantz, zertarako»). Eta hau honetan zehazten da: alkartera datozanei harrera egokia egitean, alkartea bertatik

5 UPR 1566. 6 UPR 1560.


urruntzen joan diranen artean agertzera emotean eta Jesukristoren barri ez dauke-nen bila urtetean.

5. HB: Oinarrizko baliabideak izan, eliz alkartera datorrenari erantzuteko, al-denduta dagozanei hurkotasuna erakusteko eta Barri Ona ezagutzen ez dabe-nei aurkezteko.

Helburu honen bitartez, pertsona eta alkarteak mugimendu hirukoitzerako prestatu gura dira: alkartera datorrenari harrerea egin, aldendutakoengana hurre-ratu eta misiolari bultzada sendotu. Gainera, Elizbarrutiko Zeinuak Egitasmo ho-nen misiolari ikuskerea sendotzen dau. Egitasmoa bost helburu berezitan zehazten bada ere, ezinbestekoa da horreen osoko ikuspuntua. Horrela, erabarritzearen sorreran, hauxe da nahia: alkartea sus-pertu, fedea bizkortuta, bere jarduera ebanjelizatzailea sendotuz. Ardurakidetasuna eta batasuna, beste ezer baino lehen, bizitasun ebanjelizatzaile eta benetako kristau bizitzaren adierazpen dira: «kristinau guztiak, kristau sarbidearen eraginez, ardu-rakide dira eliz batasunean»7. Fededun bizitza hau, egoki burututa, eliz bizimodu jakin baten zehazten dan Kristau Sarbideko prozesuan sortu da: «batasuna eta mi-sinoa guztion egitekoak dira eta bakoitzak bere bokazinoaren arabera parte hartzen dau»8.

HELBURUAK ETA EKINTZAK

Helburu bakoitzaren inguruan jarritako ekintzei lehentasuna emon nahi izan jake, lortu gura da-nari begira garrantzi haundiagoa daukenetatik hasi eta txikiagoa daukenetan amaituz. Gainera, arduradun bat baino gehiago dauken ekintzei dagokienez, letra etzanez azpimarratzen da eta lehe-nengo jarten da besteekazko koordinazinoa sustatzeaz arduratu leikena. «GURE ALKARTEAK SUSPERTU…» «Erabarritzea gaur egungo inguruabarretan jarduera ebanjelizatzailea sendotu guran saortzen da. Gure kristau bizitzak eta pastoralgintzak barritu beharra dauke, Barri Ona hobeto transmititzeko, Jaunaren Espirituak emoten deusku-zan jarraibideei kasu eginez»9. 1.go HB: Erabarritze-suspertze prozesua bultzatu, elizbarruti mailako ahalegin lez, haren gauzatze ahalik eta zehatz eta osoenerako erabagiak hartuz.

7 UPR 1563. 8 UPR 1566. 9 UPR 1557.


Ekintzak 1.1. Pastoral barrutia eratzeko ibilbidea egin, eta hogei eraiki euren oinarrizko

osagaiekin (nortasun juridikoa, ekipo ministeriala, Kontseilua eta pastoral jar-duerarako egitaraua), ekintza honi urteko jarraipena eginez. Arduraduna: Go-tzain Kontseilua.

1.2. Pastoral barrutian erabat parrokiakoak ez diran pastoral errealitateak uztartu:

elizbarrutiko ikastetxeak eta Kristau Eskolakoak, Ekintza Katolikoa, beste mugimendu batzuk, laikoen alkarte eta erakundeak, komunitate erlijiosoak euren kultu-etxeekin. Arduradunak: Gotzain Kontseilua eta ekipo ministeriala.

1.3. Ekipo ministerialetan, laikoen eta erlijiosoen presentzia sendotu. Arduradu-

nak: Lurraldeko Bikarioa eta ekipo ministeriala. 1.4. Parrokietan eta beste eliz errealitate batzuetan pastoral erreferenteak izenda-

tzeko prozesuak martxan jarri, eta eurei heziketa egokia emon. Arduradunak: Lurraldeko Bikarioa, ekipo ministeriala eta ETPI.

1.5. Alkarteen misiolari alderdia eta lekuko beste Eliza eta komunitate batzuekin

alkarlanean jarduteko bokazinoa sustatu. Arduradunak: Misinoetarako Ordezka-ritza eta ekipo ministeriala.

1.6. Laikoen alkarteen (EKa, eliz mugimenduak, komunitate txikiak…) sortze eta

finkatzea bultzatu. Arduradunak: Komunitateen Kontseilua, ekipo ministeriala, Ekintza Katolikorako Kontseilua.

1.7. Pastoral barrutiko gizarte-hezkuntza jarduerea sendotu, bizigiroetako mugi-

mendu espezializatuak, aisialdirako ekimen antolatuak eta gizarte-hezkuntza esparru barrietan partehartzea eraginez. Arduradunak: Aisialdirako Elizbarru-tiko Mahaia, Ekintza Katolikoko Mugimendu espezializatuak, ekipo ministe-riala, Elizbarrutiko Ikastetxeak eta Kristau Eskola.

1.8. Elizbarrutiko Kuria eta erakundeak erabarritu, euren zerbitzuen pastoral al-

derdia sendotuz eta elizbarrutiko beharrizanei erantzunez. Arduradunak: Go-tzain Kontseilua eta Gotzaitegiko arduradunak.

1.9. Alkarteek proposatutako gaiei buruzko alkarrizketa eta heziketarako guneak

ezarri bikaritzetan. Arduraduna: Lurraldeko Bikarioa. 1.10. Elizbarrutiko Pastoral Kontseilua eta Abade Kontseilua kontsultarako eta

ardurakidetasunerako organo lez inplikatu, euren Estatutuen arabera. Ardu-radunak: Gotzaina eta kontseilariak.


«… JAUNGOIKOAREN BERBEARI ARRETATSU…» «Jesukristogazko fedezko bategite pertsonalak zera saihesten dau: ahalegin ebanjelizatzaileak balio orokor eta oinarri anonimoen etikan urtzea»10. 2. HB: Jesukristogan agertu dan Jaungoikoagazko topaketa pertsonala bizi iza-teko baldintzak ahalbideratu eliz alkartean. Ekintzak 2.1. Espazioak sortu eta pastoral barrutiak tresnez hornitu, Jaungoikoaren ber-

beak bizitzan daukan lekua sustatzeko: talde biblikoak, Biblia eskola, irakur-keta eta hausnarketa, bakarka eta taldean. Arduradunak: ETPI, ekipo ministe-riala Laikoen Apostolutzarako Ordezkaritza.

2.2. Familiekazko Eukaristia sustatu eta lagungarriak eskeini horreek ospatzeko.

Arduradunak: Ekipo ministeriala, Familia Pastoraltzarako Idazkaritza, Katekesi-rako eta Liturgiarako Ordezkaritzak, Elizbarrutiko Ikastetxeak eta Kristau Eskolako Ikastetxeak.

2.3. Jesukristo gure Jaunaren Aita Jaungoikoagaz bat egiteko aukerak sustatu, be-

hartsuen aldeko konpromisoa gauzatuz. Arduradunak: Caritas, kontsiliarioak eta ekipo ministeriala.

2.4. Taldeen programazinoek (edukinak, dinamikak, jarduerak) kristau fedearen

oinarrizko osagai dan Jaungoikoaren esperientzia zaindu eta bultzatzea ziur-tatu. Arduraduna: Ekipo ministeriala.

2.5. Formula zehatzak bilatu, eguneroko bizitza eukaristiara eroateko eta litur-

giako errito, otoitz eta sinboloei buruzko katekesia egin. Arduraduna: Litur-giarako Ordezkaritza.

2.6. Bakarkako eta alkarteko otoitza bultzatuko daben esparruak sortu eta balia-

bideak eskeini (otoiztegiak, lagungarriak, otoitz eta gogoeta egiteko lagunga-rriak, Berbearen ospakizunak), dagoana zabalduz, koordinatuz eta babestuz. Arduradunak: Liturgiarako eta Laikoen Apostolutzarako Ordezkaritzak, ekipo ministeriala.

2.7. Gaurko kulturaran pedagogikoak eta egokiak izan daitekezan otoitz erak eta

esperientziak batu, hastapenak egiteko eta sakontzeko. Arduradunak: Laikoen Apostolutzarako eta Liturgiarako Ordezkaritzak, ETPI.

10 UPR 1560.


3. HB: Kristau Sarbiderako elizbarrutiaren proposamena barritu. Ekintzak 3.1. Elizbarrutiko batzordea sortu, lekuko Elizan benetan txertatzera garoazan

osoko ibilbide dan eta sakramentu batzuetara (Bateoa, Eukaristia eta Sendo-tza) lotuta dagoan Kristau Sarbidea gaurkotzen laguntzeko, Elizbarrutiko Di-rektorioa egiteko asmotan. Arduraduna: Gotzain Kontseilua.

3.2. Pastoral barrutian Kristau Sarbideari buruzko elizbarrutiko erizpideen ezar-

pena bultzatu, tartean dagozan instantzien partehartzeagaz. Arduraduna: Ekipo ministeriala.

3.3. Kristau Sarbideko prozesuetan, oinazez jantzitako errealitatean (pobretasuna,

baztarketea, gaixotasuna) Jaungoikoagaz bat egitea ahalbideratu, esperientzia zehatzen bidez. Arduradunak: Ekipo ministeriala, Gazteen Idazkaritza eta Kate-kesirako Ordezkaritza.

3.4. Bikaritza bakoitzean heldu eta nagusientzako Kristau Sarbiderako eskeintza

euki. Arduradunak: Lurraldeko Bikarioa, Hirugarren Adinekoentzako Idazkari-tza eta Katekesirako Ordezkaritza.

4. HB: Ume, gaztetxo eta gazteei aukerea emon, euren buruari bokazino pertso-nalari buruz itaundu deioen. Ekintzak 4.1. Familian erabilteko otoitz eta gogoetarako lagungarriak euki, aiton-amonen,

gurasoen eta seme-alaben partehartze bateratua eraginez, bokazinoak gogoan hartuz: bizitzarako bokazinoa (Jainkoak bakoitzarentzat daukan proiektu lez), kristau federako bokazinoa eta Elizako bokazinoak. Arduraduna: Boka-zino Pastoraltzarako eta Katekesirako Ordezkaritzak, Familia Pastoraltzarako eta Hirugarren Adinekoentzako Idazkaritzak.

4.2. Bokazino bereizketa (laikotzara, biziera kontsakratura eta ministerio ordena-

tura) zaindu Kristau Sarbidean eta banan-banako laguntzan. Arduradunak: Katekesirako Ordezkaritza, Gazteen Idazkaritza eta ekipo ministeriala.

4.3. Biziera erlijiosorako eta ministerio ordenaturako (abadetza eta diakonotza-

rako) berariazko pastoraltzara zuzendutako jarduerak sustatu, umeen eta gazteen taldeetan bokazino horrek aurkeztuz, aukera hori egin daben per-tsona jakin batzuen bitartez. Arduradunak: Bokazino Pastoraltzarako eta kateke-sirako Ordezkaritzak, Gazteen Idazkaritza.


«…GIZADIARI DEUTSON MAITASUNAREN LEKUKO IZATEKO.» «Sartuta gagozan pastoral erabarritzearen helburua hauxe da: fedea sendotu, domekako Eukaristian parte hartzea, kristinau lez bizitzea, pobreen ondoan egotea eta babesgabeei laguntzea eragin, gure sasoi honetan ebanjelizatzaile eraginkorragoak izan, lehengo egoerak samintasunez oroitu barik eta orain al-diaren gainetik gero irrealera salto egin barik»11. 5. HB: Oinarrizko baliabideak izan, eliz alkartera datorrenari erantzuteko, al-denduta dagozanei hurkotasuna erakusteko eta Barri Ona ezagutzen ez dabenei aurkezteko. Ekintzak 5.1. Pastoral barrutian, familiari zuzendutako egitasmoa izan. Arduradunak: Fami-

lia Pastoraltzarako Idazkaritza eta ekipo ministeriala. 5.2. Aparteko arretera eskeini gaixotasun eta heriotza inguruko egoerei (lagunta-

suna, hurkotasuna, kontsolamendua). Arduradunak: Osasun Pastoraltzarako Idazkaritza eta ekipo ministeriala.

5.3. Gogoan izan hiletetan fedetik urrunduei kristau sinesmena proposatzeko au-

kera dagoala. Arduraduna: Ekipo ministeriala. 5.4. Pastoral barrutian arduradun bat izendatu, kristau humanismoaren balioak

sustatzen dabezan beste talde batzuekin batera gizarte presentzia bultzatu dagian. Arduraduna: Ekipo ministeriala.

5.5. Kanpaina egin, Elizari bere beharrizan ekonomikoetan laguntzeko eta onda-

sunen banaketa bultzatzeko. Arduradunak: Elizbarrutiko Ekonomoa, Caritas eta Gizarte Pastoraltzarako Ordezkaritza.

5.6. Informazinoa eta komunikazinoa sustatu kristau alkartean bertan eta kanpora

begira. Arduradunak: Gizarte Komunikabideetarako Ordezkaritza eta ekipo minis-teriala.

5.7. Gogoeta egin, aldenduei harrerea egiteko eta eurengana hurreratzeko pastoral

egitasmoa eratzeko abiapuntu lez. Arduraduna: Laikoen Apostolutzarako Or-dezkaritza.

5.8. Harrereaz arduratuko dan taldea sortu pastoral barrutian, heziketa egokia

eskeiniz. Arduradunak: Ekipo ministeriala eta ETPI.

11 UPR 1561.


5.9. Pastoral barrutian ekimen sozialen bat izan, sinismenetik aldenduta dagoza-nengana hurreratu ahal izateko. Arduradunak: Gizarte Pastoraltzarako Ordezkari-tza, Langile Pastoraltzarako Idazkaritza eta ekipo ministeriala.

5.10. Jarduera ebanjelizatzailea sustatu kulturaren eta profesionalen munduan (ar-

tea, irakaskuntza, ekonomia, medikuntza, politika, komunikabideak,…), hezi-keta, alkarrizketa eta eztabaidarako alkarraldien bidez. Arduradunak: Uniber-tsitate eta Profesionalen Pastoraltza, Komunikabideetarako Ordezkaritza, ETPI eta Teologia Fakultatea.

5.11. Bideak jarri, ezintasun fisiko eta psikikoak daukezan pertsonak alkartean

egoki txertatu daitezan eta parte hartu dagien (ospakizunak, heziketa proze-suak, e.a.). Arduradunak: Ekipo ministeriala eta Osasun Pastoraltzarako Idazka-ritza.

5.12. Immigrazinoaren Pastoraltzarako Elizbarrutiko Idazkaritza eratu. Arduradu-

nak: Gotzain Kontseilua eta Laikoen Apostolutzarako Ordezkaritza.

ELIZBARRUTIKO ZEINUA

III. EEEak Elizbarrutiko Zeinua deitutakoaren barritasuna ekarri izan dau eta beronen bitartez kristau alkartearen testigantza eta misiolari alderdia sendotu gura izan da. Urtez urte, gizarte arazoren bati (baztarketea, bakea, immigrazinoa, ekolo-gia) heldu deutso, konpromiso pertsonal eta komunitarioa sustatzeko. Hainbat osagaiz (kartela, goiburua, sentsibilizatzeko lagungarriak eta jardu-era publikoa) eratutako Elizbarrutiko Zeinua guztiz erakargarria da. Hala ere, Egi-tasmoaren gauzatze bakar lez hartu ezkero, egitasmoa ez geunke behar bezala bide-ratuko. Beraz, Zeinua Egitasmoaren osagarri lez hartu behar dogu. Beste alde bate-tik, bananduta ere ez da egongo eta bizitza pertsonal eta komunitariorako jokamol-deak sartzeko gaitasuna daukan ekintza ondo artikulatua aurkeztuko dau. IV. EEE hau, eragile ekonomiko edo finantzarioetatik haratago, balioen krisi etikoa dakarren krisiz jantzitako testuinguruan sortu eta garatuko da. Egoera horre-tan, Zeinua ikuspuntu ebanjelikotik kokatu behar dogu, neurritasunez bizitzea eta krisiak gehien zigortu dituanekazko alkartasuna proposatzen dauan zeinu publiko eta kolektibo lez. Urtero, Garizumaren hasieran, Gotzainak proposatuko dau.


EGITASMOAREN HASIERA ETA ARDURA Elizbarrutiko Ebanjelizatze Egitasmo honek 2009.eko irailean du bere abia-puntua. Lehen pausua hauxe izango da: elizbarruti osoari ezagutzera emon ondo-rengo hilabeteetan. Horren ostean etorriko da Egitasmoa egiteen bidez norberaga-natzea alkarteetan. Tokiko Eliza hau osotzen daben pertsona eta talde guztiak, ba-koitza bere nortasunaren eta indarren arabera, Egitasmoan sartzera deituta dagoz. Ebanjelizatze Egitasmo honen ardura Gotzainarena eta bere Gotzain Kontsei-luarena da. Eurok aurkeztua da, eta euron lehentasunak ere Egitasmo honen argitan zehaztuko dira ondorengo lau urteetan. Elizbarrutiko Pastoral Kontseiluak eta Abade Kontseiluak ere, Egitasmoa lantzen lagundu ondoren, ardura berezia izango dabe bere garapenean. Ardura hau errazago eroan ahal izateko, Gotzainak eta bere Gotzain Kontsei-luak batzorde tekniko baten laguntza izango dabe, orain arteko Egitasmoetan ger-tatu dan antzera. Batzorde horren kideek esperientziadunak dira Egitasmoaren hari nagusiekin lotuta doazen pastoraltza arloetan. Batzordearen ardura nagusiak honek izango dira: Egitasmoaren abiada eta azken ebaluaketa koordinatu; lagungarriak proposatu; helburuak lortzeko eta ekintzak lantzeko adierazleak zehaztu; Elizba-rrutiko Zeinua betetzen lagundu.


IV Plan Diocesano de Evangelización

(Texto de mons. Ricardo Blázquez para la revista diocesana Comunicación/Alkarren Barri)

Comenzamos este curso a realizar el nuevo plan de evangelización, que hemos diseñado los últimos meses, con una amplia participación de personas, grupos y consejos diocesanos. Hemos escrutado los signos de la Iglesia y de la sociedad en que vivimos y deseamos también con este plan responder a los desafíos que aquí y ahora, en las actuales coordenadas de tiempo y espacio, experimentamos como llamada especial del Señor. Un plan de evangelización significa que todos queremos mirar en una dirección. Las características de la situación presente piden de nosotros que convirtamos en cen-tro de convergencia algunas prioridades pastorales, que subrayemos determinadas tareas apostólicas, que adoptemos unas actitudes concretas al participar en la misión de la Iglesia, que siempre se resume en el anuncio de la Palabra de Dios, en la celebra-ción de los Sacramentos y particularmente de la Eucaristía, y en el servicio de la Cari-dad a las personas afectadas por las numerosas y diversas formas de indigencia. Teniendo en cuenta el último Sínodo de los Obispos, cuyo tema fue la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia, y descubriendo por otra parte que es una necesi-dad básica de todos nosotros y de las comunidades cristianas, hemos fijado como objetivo general y perspectiva abarcadora la atención a la Palabra de Dios, que re-nueve nuestra vida y nos haga testigos valientes, humildes y gozosos del Evangelio y del amor de Dios a la humanidad. Nuestra aspiración es ésta: que la Palabra de Dios sea leída, escuchada, recibi-da con un corazón abierto, compartida con los hermanos en la fe, celebrada en la liturgia y puesta en práctica en la vida. Sólo contando con este recorrido podemos ser testigos convincentes del Señor. La Palabra de Dios, que es ante todo Jesucristo en persona, tiene la capacidad de iluminarnos en medio de la vida a veces confusa, de alentarnos en nuestros cansancios, de corregirnos de nuestros extravíos y pecados, de animarnos para comenzar siempre de nuevo porque Él nos acompaña. Leer personalmente y en familia la Sagrada Escritura, reunirnos en grupos para compartir con otros el eco suscitado en nosotros, aprender como discípulos en la escuela del evangelio, es una necesidad fundamental. Cuando es la Palabra de Dios la que convoca a las personas en grupos, éstos son más perseverantes y experimentan cómo la Palabra alimenta su fe y reaviva el celo apostólico. Invito encarecidamente a continuar los grupos ya formados y a constituir otros nuevos. En nuestra sociedad detectamos también necesidades graves y apremiantes. En la diócesis venimos acentuando la solidaridad con los necesitados; igualmente hemos querido estar cerca de las víctimas del terrorismo y participar en los trabajos por la paz. Hay también otros campos que reclaman nuestra atención y colaboración


con no menos gravedad: el matrimonio y la familia que se encuentran en una situa-ción complicada, la defensa de la vida humana desde el principio hasta el final y en todas las circunstancias de sufrimiento y penuria, la educación de niños, jóvenes y adultos en valores humanos y cristianos, la implicación de los cristianos en la forma-ción de una cultura humanizadora que no puede olvidar las raíces cristianas de nuestra sociedad, si no queremos sumergirnos en el vacío. Hay muchas familias des-truidas, muchos niños que padecen desde pronto el desarraigo, muchos jóvenes que buscan algo que llene su corazón y no terminan de encontrar a Jesús como la perla preciosa de la vida. Con Él hay razones para vivir, para esperar, para trabajar, para amar, para ser felices, para ayudar a los demás. Sin un sentido claro en la vida el ca-mino de la existencia es oscuro y se pierde el norte orientador. “No temáis” es la exhortación constante en la Sagrada Escritura: al comenzar una nueva etapa (por ejemplo, como cuando Jesús se despide de sus discípulos); una situación difícil (los discípulos bregando en el mar embravecido); una tarea difícil (como Pablo tuvo que afrontar muchas en su ministerio); una misión arriesgada (como Moisés y Jeremías); una vocación que saca del ritmo habitual y requiere des-prendimiento (como los discípulos de siempre). Al comenzar el curso pastoral, quizá sintamos entumecimiento en el espíritu, el peso de anteriores experiencias negativas, la desgana para arrancar, la previsión de dificultades grandes. Ante el comienzo del nuevo trabajo pastoral escuchemos las palabras de Jesús: “Rema mar adentro” (Lc 5,4). “Ve, yo te envío”. “No tengas miedo, yo estaré contigo”. Queridos hermanos y hermanas, invoquemos a la Virgen de Be-goña: “Santa María, ven con nosotros al caminar”. A todos deseo un año pastoral fecundo.


Septiembre de 2009


Homilía del obispo de Bilbao en la celebración de apertura del curso pastoral

A todos saludo con gratitud y afecto en el Señor. Comenzamos el curso en la diócesis reunidos en oración, escuchando la Palabra de Dios y pidiendo el Don del Espíritu Santo. Jesús, como hemos escuchado, compara la misión de los discípulos en medio de la humanidad con la luz que cumple el servicio precioso de iluminar y con la sal que da sabor a los alimentos e impide su corrupción. No por nuestra capa-cidad, −sería una pretensión desmedida y ridícula−, sino por la fuerza de Dios, po-demos iluminar y dar sentido a la existencia humana, en la medida en que nos deje-mos transformar (Mt 5,13-16). Sin una dosis vigorosa de vida nueva en el Señor no podemos mostrar en la sociedad los valores alternativos del Evangelio; sin un fuerte aliento testificativo no podemos evangelizar; sin la oración que renueva la fe no po-demos ser apóstoles. Por esto, es tan importante comenzar los trabajos pastorales poniéndonos humildemente ante Dios para que haga de nosotros instrumentos vivos de su bondad y de su amor a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Comenzamos este curso a actuar el nuevo plan de evangelización, que hemos diseñado los últimos meses, con una amplia participación de personas, grupos y consejos diocesanos. Hemos escrutado los signos de la Iglesia y de la sociedad en que vivimos y deseamos también con este plan responder a los desafíos que aquí y ahora, en las actuales coordenadas de tiempo y espacio, experimentamos como llamada especial del Señor. Un plan de evangelización significa que todos queremos mirar en una dirección. Las características de la situación presente piden de nosotros que convirtamos en cen-tro de convergencia algunas prioridades pastorales, que subrayemos determinadas tareas apostólicas, que adoptemos unas actitudes concretas al participar en la misión de la Iglesia, que siempre se resume en el anuncio de la Palabra de Dios, en la celebra-ción de los Sacramentos y particularmente de la Eucaristía, y en el servicio de la Cari-dad a las personas afectadas por las numerosas y diversas formas de indigencia. Teniendo en cuenta el último Sínodo de los Obispos, cuyo tema fue la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia, y descubriendo por otra parte que es una necesi-dad básica de todos nosotros y de las comunidades cristianas, hemos fijado como objetivo general y perspectiva abarcadora la atención a la Palabra de Dios, que re-nueve nuestra vida y nos haga testigos valientes, humildes y gozosos del Evangelio y del amor de Dios a la humanidad. Nuestra aspiración es ésta: que la Palabra de Dios sea leída, escuchada, recibi-da con un corazón abierto, convertida en oración, compartida con los hermanos en la fe, celebrada en la liturgia y puesta en práctica en la vida. Sólo contando con este recorrido podemos ser testigos convincentes del Señor. La Palabra de Dios, que es ante todo Jesucristo en persona, tiene la capacidad de iluminarnos en medio de la vida a veces confusa, de alentarnos en nuestros cansancios, de corregirnos de nues-


tros extravíos y pecados, de animarnos para comenzar siempre de nuevo porque Él nos acompaña. Leer personalmente y en familia la Sagrada Escritura, reunirnos en grupos para compartir con otros el eco suscitado en nosotros, aprender como discípulos en la escuela del Evangelio, es una necesidad fundamental. Cuando es la Palabra de Dios la que convoca a las personas en grupos, éstos poseen más sólidos cimientos, son más perseverantes y experimentan cómo la Palabra alimenta su fe y reaviva el celo apostólico. Invito encarecidamente a continuar los grupos ya formados y a constituir otros nuevos. Necesitamos acentuar la espiritualidad cristiana. No bastan los conoci-mientos teológicos, ni una correcta pedagogía en la programación, ni la realización bien hecha de las acciones proyectadas, ni la organización adecuada de los recursos disponibles… Si Dios no actúa todo es como una cáscara. En nuestra sociedad detectamos también necesidades graves y apremiantes. En la diócesis venimos acentuando la solidaridad con los necesitados y particularmente en la crisis económica y laboral que atravesamos; igualmente hemos querido y que-remos estar cerca de las víctimas del terrorismo y participar, según las diferentes responsabilidades en la Iglesia y la sociedad, en los trabajos por la paz. Hay también otros campos que reclaman nuestra atención y colaboración con no menor apremio y gravedad: el matrimonio y la familia que se encuentran en una situación complicada, la defensa de la vida humana desde el principio hasta el final y en todas las circuns-tancias de su itinerario. Me permito recordar con preocupación por la situación ac-tual algo básico: nadie tiene poder de atribuirse el derecho para privar a un ser humano en camino del derecho fundamental a la vida; no hay autoridad que esté capacitada para otorgar la dispensa ética de respetar la vida del ser humano desde el seno materno. La educación de niños, jóvenes y adultos en valores humanos y cris-tianos está a veces en situación de emergencia; es necesaria la implicación de los cristianos en la formación de una cultura humanizadora que no olvide las raíces cris-tianas de nuestra sociedad, si no queremos sumergirnos en el vacío. Hay muchas familias destruidas, muchos niños que padecen desde pronto el desarraigo, muchos jóvenes que buscan algo que llene su corazón y no terminan de encontrar a Jesús como la perla preciosa de la vida. Cada una de estas necesidades nos plantea el si-guiente interrogante: ¿Cómo irradiamos la luz y el gozo del Evangelio a través de nuestras palabras y nuestras obras? Con el Señor hay razones para vivir, para espe-rar, para trabajar, para amar, para ser felices, para ayudar a los demás. Sin un sentido claro en la vida el camino de la existencia es oscuro y se pierde el norte orientador. Estamos en el Año Sacerdotal, convocado por el Papa Benedicto XVI con ocasión de los 150 de la muerte del santo Cura de Ars, un hombre muy sencillo, pero que cre-yó sin reservas en el Evangelio y cumplió el ministerio sacerdotal de manera excelen-te y llamativa. Ha sido convocado este Año para que nosotros los sacerdotes −y cada cristiano a su modo− seamos renovados interiormente y así podamos emitir el testi-monio evangélico dejando una huella intensa e incisiva. Cuando nos vienen ocupan-do prioritariamente los trabajos de la pastoral vocacional, merece la pena aprender de estas personas señeras. “El deseo de ser sacerdote le vino a Juan María Vianney en


un primer momento al topar con un confesor de la fe” (Joulin, p. 10). Aquel sacerdote llamado Groboz, que fue perseguido hasta el punto de celebrar la Eucaristía y tener que repartir alguna vez la primera comunión en la clandestinidad, se convirtió en eco vibrante de la llamada al sacerdocio. ¡En las pruebas se hace más fecunda la se-milla del Evangelio! Practicar las buenas obras y vivir santamente (cf. Mt 5,16) glori-fica a Dios en su sabiduría y amor, e ilumina el camino de los hombres. Un santo es para nosotros referente y foco de luz, invitación viviente a ser buenos cristianos y celosos apóstoles, y buen compañero conocedor de nuestras debilidades en los ca-minos de la vida. Siendo iluminados por el Señor pueden sus discípulos ser fermento de una nueva humanidad. “Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (v. 16). Bajo estas palabras situamos nuestro IV Plan Diocesano de Evangelización. “No temáis” es la exhortación constante en la Sagrada Escritura: al comenzar una nueva etapa (por ejemplo, cuando Jesús antes de padecer se despide de sus dis-cípulos); una situación peligrosa (los discípulos bregando en el mar embravecido); una tarea difícil (como Pablo tuvo que afrontar muchas en su ministerio apostólico); una misión arriesgada a que los llamaba el Señor (como Moisés y Jeremías); una vo-cación que saca del ritmo habitual y requiere desprendimiento (como los discípulos de la primera hora y de siempre). No temáis. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Al comenzar el curso pastoral quizá sintamos entumecimiento en el espíritu, el peso de anteriores experiencias negativas, la desgana para arrancar, la previsión de dificultades grandes. Ante el comienzo del nuevo trabajo pastoral escuchemos las palabras de Jesús: “Rema mar adentro” (Lc 5,4). “Ve, yo te envío”. “No tengas miedo, yo estaré contigo”. Queridos hermanos y hermanas, invoquemos a la Virgen de Be-goña: “Ven con nosotros al caminar, Santa María, ven”. A todos deseo un año pasto-ral fecundo.

Bilbao, 28 de septiembre de 2009



Homilía del obispo de Bilbao en el funeral por D. Mikel Saénz de Cabezón

Termina de morir nuestro querido hermano D. Mikel Sáenz de Cabezón; Dios Padre lo ha llamado definitivamente a su presencia, después de haberlo llamado a la vida, a la fe cristiana y al ministerio sacerdotal. Nos hemos reunido en la celebración eucarística para iluminar su larga enfermedad y su muerte, y la cruz de cada uno de nosotros, con la muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Pe-dimos para él el descanso eterno; y confiamos que ya ha entrado en la casa de Dios Padre y ha sido acogido en el abrazo de la comunión con Él. Durante muchos años ha luchado con la enfermedad, exceptuando algunas tre-guas en que se ocultó para reaparecer nuevamente. Resistió con temple y entereza, con esperanza y paciencia, con la mente lúcida y con la responsabilidad para recibir los servicios que le prescribían los médicos. Ha cuidado su frágil salud con solicitud y sin angustias. Vivió su existencia serenamente, sin agobios; con la fe despierta en Dios, que en su providencia muchas veces insondable, va conduciendo la vida de sus hijos. La confianza en Dios le aligeraba inmensamente la perspectiva dramática del final. Ha resistido lo que la finitud humana y los recursos de la ciencia han permitido. Y por encima de todo, él sabía que Dios es el “Señor de nuestros límites”, de quien hemos recibido la vida y a quien, llegado el momento, la devolvemos. El poder de la enferme-dad se iba apoderando de sus fuerzas y defensas hasta que terminó cediendo. Ya pre-sentía últimamente con su claridad habitual el final del camino; “esto se termina”, de-cía. Se confió a las manos de Dios, en quien podemos vivir eternamente a buen recau-do, una Vida nueva que no produce ni insaciable pasión ni rutina ni aburrimiento. Es una vida eterna, es decir, siempre inmarcesible y fresca, siempre llena de gozo y garan-tizada para siempre. Descargó el peso de la vida agotada en el regazo de Dios; pudo decir: “Quedéme y olvidéme… cesó todo y dejéme” (San Juan de la Cruz), reclinando el corazón en el pecho del Padre, “anchuroso hogar” (M. de Unamuno) “Morir sólo es morir” (J. L. Descalzo), es decir, atravesar una puerta, cruzar un umbral, y abrirse al infinito; pasar en un abrir y cerrar de ojos de este mundo a la eternidad. Los que recor-damos en la oración y gratitud a Mikel podemos orar con el Salmo: “El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tus manos… Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha” (16,5.11). La honda espiritualidad que impregnaba a Mikel derramaba diariamente en su espíri-tu paz y conformidad con la voluntad de Dios. Mikel nos ha enseñado cómo se convi-ve con la enfermedad, cómo se lucha contra ella y cómo se afronta el desenlace de la muerte a la luz y con la fuerza de la fe en Dios. Tres campos pastorales han ocupado la dilatada y generosa actividad ministe-rial de Mikel. Al principio, en medio y al final, ejerció el servicio en parroquias; sin olvidar el afecto que le dejó su paso por Arrigorriaga; trabajó sobre todo en la parro-quia de Ntra. Señora del Carmen, que hoy nos acoge en la celebración, en dos tramos de su ministerio. Fue Rector del Seminario en situaciones nada fáciles. Como Vicario General prestó a la Diócesis, durante unos quince años, un servicio impagable. Era un excelente sacerdote, una persona muy capaz, un eficaz organizador. Cuando yo comencé aquí el ministerio como obispo, él era Vicario General; no puedo olvidar la


lealtad y el sentido eclesial, la altura de miras y la libertad de espíritu con que me ayudó. Desde entonces se tejió entre nosotros no sólo una responsabilidad compar-tida en la confianza para atender los cuidados que solicitaba la Diócesis, sino tam-bién una amistad honda y gratificante. El año 1996 pidió ser relevado de su condi-ción de Vicario General, con una expresión que traducía al mismo tiempo la debili-dad producida por la enfermedad y la fatiga acumulada por los años pasados “tiran-do del carro”. Efectivamente Mikel tiró del carro, cargó mucho tiempo con un peso grande; a veces he pensado ¿cómo pudo llevar tanta carga con una salud minada? Siempre fue un sacerdote de quien se podía esperar asesoramiento sereno, razonado, eclesial y sincero. Ha sido proclamado en esta celebración el relato de la transfiguración del Se-ñor (Mc 9,2-8), frecuentemente meditado por él en la oración. Está situado dentro de la narración evangélica en el camino, iniciado con decisión especial por Jesús, hacia Jerusalén donde será entregado en las manos violentas de los hombres, que lo matarán, pero al tercer día resucitará. Y ante el escándalo de los discípulos por esta perspectiva dolorosa del Mesías, el mismo Jesús les plantea las condiciones del se-guimiento: “El que quiera venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará” (9,34-35). La transfiguración es como un anticipo de la glorificación de Jesús, que recibirá después de haber sido crucificado. Y desde la transfiguración del Señor, consumada definitivamente con la resurrección, se emiten rayos de luz sobre el camino de fide-lidad y de cruz de los discípulos. También nuestro corazón puede ser iluminado con el resplandor del rostro de Jesús; y con nuestras pruebas participamos los discípulos y misioneros del Señor en su misma muerte, en la victoria sobre la cruz. Negarse a sí mismo, poner la vida a disposición del Evangelio y entregarla a fondo perdido en comunión con Jesucristo forma parte del designio de Dios, consignado en las Sagra-das Escrituras, como manifiestan Moisés y Elías, que conversaban con Jesús “sobre su pronto partida que iba a consumar en Jerusalén” (Lc 9,31). El ministerio de Jesús, en su lado más desconcertante para los discípulos, a saber, el de su rechazo y cruci-fixión, se desvela por un momento a los tres testigos, Pedro, Juan y Santiago que su-bieron con él al monte. Esa iluminación fugaz aligera la resistencia de los discípulos a comprender el destino del Mesías y a escucharle también cuando hable de la cruz; esa iluminación es también para nosotros como una rendija por la que entra un haz de luz en medio de vida. Queridos hermanos y hermanas, confiemos a nuestro hermano Mikel a Santa María la Virgen del Carmen pidiendo que le muestre a Jesús el fruto bendito de su vientre.

Bilbao, 30 de septiembre de 2009



Mensaje de los obispos de Bilbao para el Domund 2009

1. “Remad mar adentro y echad las redes para pescar” (Lc 5, 4), es la invitación que dirige

Jesús a Pedro y a sus primeros discípulos cuando los encontró por vez primera en la orilla del lago. Esta llamada se concreta de nuevo, después de la resurrección, en el mandato: “Id al mundo entero a proclamar el Evangelio” (Mc 16, 15). Es decir, el Se-ñor nos envía para adentrarnos en el mundo y llegar hasta los confines de la tie-rra para proclamar a toda criatura la Buena Noticia. Éste anuncio consiste en el amor de Dios manifestado en Cristo, camino, verdad y vida, fuente de salvación la humanidad de todos los tiempos, inicio y cúlmen de una humanidad nueva y de una nueva creación. Esta invitación es actualizada permanentemente en la Iglesia, en todos nosotros, invitados y urgidos a proclamar esta Buena Nueva, el Evangelio de Jesucristo, a toda la creación.

2. La celebración del Día Mundial de las Misiones, DOMUND, vuelve a reavivar en

nosotros nuestra conciencia de ser misioneros, en virtud de nuestra consagración bautismal. Efectivamente, todo cristiano está llamado a dar testimonio de la Buena Nueva cuyo fundamento radica en la muerte y resurrección de Jesucristo y el advenimiento de su Reino. La dimensión misionera no es algo que se añade a posteriori en el nacimiento del cristiano. Tal dimensión nace precisamente de la experiencia misma del encuentro con Jesús, en la comunión de la Iglesia. Cuando Juan y Andrés encontraron al Señor y se quedaron por primera vez con Él, fueron a comunicarlo a sus hermanos Santiago y Simón, y les invitaron a acercarse a Je-sús (cfr. Jn 1,41-42). Esta sencilla referencia del Evangelio de San Juan esboza los trazos fundamentales del método propio de toda acción misionera: encontrar a Jesús, quedarse con Él, mostrarlo a los hermanos e invitar a éstos a acercarse a Él, para que puedan hacer su propia experiencia personal de encuentro con Él.

3. El mensaje que, para esta jornada, nos ha dirigido el Santo Padre, hace referencia

al versículo del Apocalipsis, “las naciones caminarán a su luz” (Ap 21,24). Jesús, en efecto, es la luz del mundo y esta luz ha prendido en nuestros corazones. Esta luz ilumina nuestra experiencia de ser discípulos suyos, en compañía de una fa-milia de hermanos, Pueblo de Dios, que llamamos Iglesia. De este modo, también nosotros hemos sido convocados para ser luz y sal en las circunstancias que nos toca vivir, ensanchando nuestro corazón y nuestro testimonio hasta los confines de la tierra. En esto consiste la hermosa tarea a la que hemos sido llamados y pa-ra la que fuimos ungidos el día de nuestro bautismo, y que llamamos misión.

4. El lema elegido para el DOMUND de este año es “La Palabra, luz para los pueblos”.

La Iglesia ha concluido recientemente el Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios poniendo en evidencia su centralidad para la vida del cristiano, de la Iglesia y del mundo. También los Obispos del País Vasco os hemos dedicado nuestra última carta pastoral conjunta titulada “Acoger y transmitir la Palabra de Dios”. En ella os decíamos que “la Palabra de Dios experimenta hoy en el mundo, según los expertos, un amanecer único en la historia... La lectura y meditación de la Escritura está siendo


fuente de renovación cristiana y de expansión de la Iglesia. Se cumple la vieja profecía de Amós (8,1): “Habrá hambre no de pan ni de agua, sino de oír la palabra del Señor” (cfr. n. 2).

5. En efecto, no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt

4,3-4). Es, por tanto, necesario el pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía, el pan corporal y el pan espiritual. Por medio del misterio de la Encarnación, Jesucristo viene a sanar todas las dimensiones de la vida humana. La salvación que Dios ofrece al mundo en el Hijo, que es su Palabra, es un don que se dirige a la totali-dad de la persona humana. Invita a la conversión integral del hombre y de la mu-jer, promueve una radical renovación de todas sus dimensiones, desde la misma corporalidad y su exigencias, hasta la renovación de su mente y su espíritu, posi-bilitando una nueva relación fraterna, basada en el amor a Dios y a los hermanos, fundamentada en la justicia y la caridad, capaz de construir una verdadera civili-zación del amor. Esta humanidad nueva es, de este modo, capacitada para cons-truir un mundo nuevo, según el Espíritu de Dios y las exigencias del Reino de Cristo, que es un reino eterno y universal, reino de verdad y vida, reino de santidad y gracia, reino de justicia, amor y paz (cfr. Prefacio de la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo). Es un reino que se construye a partir del encuentro con Jesucristo y la transforma-ción que este encuentro opera en nosotros, ya que “Cristo no sólo ha anunciado el re-ino de Dios, sino que en Él el Reino mismo se ha hecho presente y ha llevado a su cumplimiento” (Redemptoris missio, 18).

6. Nuestra Diócesis posee una espléndida historia de ardor y compromiso misione-

ros. Tantos hermanos nuestros han consagrado su vida a extender por el mundo el anuncio de la Buena Nueva. Hoy queremos agradecer su testimonio de genero-sidad, entrega, amor y servicio. Ello nos anima a renovar, personal y comunita-riamente, nuestro compromiso misionero. Este día del DOMUND constituye una magnífica ocasión para orar por la misión y los misioneros, para ofrecer las cruces y sacrificios de cada día, para ayudarles con nuestra generosa aportación, para reflexionar acerca de nuestro propio compromiso misionero, para plantear-nos nuestra vocación a la misión, para adquirir los hábitos y estilo de vida que mantengan constantemente en nosotros la pasión por la misión. Así mismo de-bemos examinar si nuestras parroquias, comunidades, instituciones, y nuestra Diócesis mantienen la frescura y juventud propias del auténtico espíritu misio-nero que las anima a salir de sí mismas para comunicar a Jesucristo hasta los confines del mundo. El ardor y compromiso misioneros manifiestan la vitalidad de la comunidad cristiana.

7. Pidamos al Señor que avive en nosotros el don del Espíritu que nos haga más

conscientes y comprometidos con la tarea evangelizadora. Lo queremos hacer, en comunión con la Iglesia universal, en favor de tantos hermanos nuestros que aún no conocen a Jesucristo, y en unión con aquellas comunidades cristianas que su-fren pobreza, persecución o incluso el martirio por ser fieles al Señor Jesús. Que su testimonio de amor y fortaleza nos despierte del tedio, del cansancio, de la ru-tina y de la desesperanza. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (cfr. Hb 13,8) y merece la pena gastar la vida en darlo a conocer y trabajar por su Reino.


No hay tarea más apasionante, ni vida más llena de sentido que, una vez que hemos sido alcanzados por el amor de Dios en el encuentro con Jesús, llevarlo a nuestros hermanos y anunciarles la esperanza cierta que no defrauda, que es ca-paz de llenar el corazón del hombre y de poner los fundamentos sólidos de un mundo justo y fraterno, la nueva civilización del amor, la única morada digna de la humanidad.

8. Roguemos con humildad al Dueño de la mies que podamos recoger el testigo de

tantos hermanos nuestros misioneros, y de nuestro querido San Valentín de Be-rriotxoa, que han entregado su juventud, su salud, su tiempo, su vida en esta hermosa tarea de anunciar con amor al Señor Jesús. Que podamos seguir abrien-do nuevos surcos en toda la tierra donde el Señor esparza generosamente su se-milla fecunda. María, Madre de la Iglesia, alcance de su Hijo para todos nosotros la fortaleza, la alegría y el ardor que necesitamos para cumplir el mandato del Señor de predicar la Buena Noticia hasta los confines de la Tierra.

+ Ricardo Blázquez Pérez Obispo de Bilbao

+ Mario Iceta Gabicagogeascoa

Obispo Auxiliar de Bilbao


2009ko DOMUND egunerako mezua 1. “Jo itsaso zabalera, eta jaurti zuen sareak arrantzarako” (Lk 5,4), esan eutsen Jesusek

Pedrori eta bere lehenengo ikasleei lehenengo aldiz itsasertzean aurkitu ebaza-nean. Dei hau beranduago zehaztuko da, berbizkundearen ostean, agindu hone-gaz: “zoaze mundu zabalean zehar, eta gizaki guztiei Barri Ona iragarri eiezue” (Mk 16,15). Hau da, Jaunak mundu zabalean zehar, munduko azken muturreraino joateko eta gizaki guztiei Barri Ona iragarteko bialtzen gaitu. Bidea, egia eta bizia, sasoi guztietako gizadiarentzako salbamena, gizateria barriaren eta kreazino barria-ren burutzea dan Kristogan agertzera emondako Jaungoikoaren maitasuna da iragarri behar doguna. Dei hau etengabe gaurkotzen da Elizan, Barri On hau, Je-sukristoren Ebanjelioa kreazino osoari hots egiteko deia jaso dogun gu guztion-gan.

2. ‘DOMUND’ Misinoen Munduko Eguna ospatzeak bateotik dagokigun gure mi-

siolari sena sustatu egiten dau. Hain zuzen ere, kristinau guztioi Jesukristoren heriotza eta biztuerean eta bere Erreinuaren etorreran sustraituta dagoan Barri Onaren testigantza emotea dagokigu. Misiolari alderdia ez da kristauaren jaio-tzari gerora gehitzen jakon zerbait. Alderdi hori Elizearen komuninoan Jesuse-gaz bat egitearen esperientziatik bertatik sortzen da. Joan eta Andresek Jauna-gaz bat egin ebenean eta lehenengo aldiz Beragaz geratu ziranean, Santiago eta Simon euren anaiei esatera joan ziran eta Jesusengana hurreratzeko dei egin eu-tseen (ik. Jn 1,41-42). San Joanen Ebanjeliotik hartutako aipamen honek jasotzen ditu misiolari jardueraren berariazko metodoaren funtsezko ezaugarriak: Jesu-segaz bat egin, Beragaz geratu, anai-arrebei Horren barri emon eta honeei Ha-rengana hurreratzeko dei egin, Jesusegaz bat egitearen esperientzia pertsonala bizi dagien.

3. Aita Santuak jardunaldi hau dala-ta idatzi dauan mezuaren goiburuan Apoka-

lipsiko txatal bat agertzen da: “haren argitan ibiliko dira atzerriak” (Ap 21,24). Jesus, hain zuzen ere, munduaren argia da eta argi hori gure bihotzetan itsatsi da. Argi honek anai-arrebekin batera, Eliza deitzen dogun Jaungoikoaren Herrian bere ikasle izatearen esperientzia argitzen dau. Honela, geuri ere dei egin jaku bizi-tzea dagokigun inguruabarretan argi eta gatz izan gaitezan, gure bihotza eta tes-tigantza munduan zehar zabalduz. Honetan datza agindu jakun eginkizun ede-rra, misinoa deitzen dana, eta bateoan horretarako gantzutu ginduezan.

4. “Hitza, argi herrrientzat” goiburupean ospatuko dogu aurten DOMUND eguna.

Elizeak oraintsu amaitu dau Jaungoikoaren Hitzari buruz egin dan Gotzainen Sinodoa, Hitzak kristauaren, Elizearen eta munduaren bizitzarako daukan na-gusitasuna azpimarratu dalarik. Euskal Herriko gotzainon azken pastoral idazki bateratua ere gai beraren ingurukoa izan zan: “Jainkoaren Hitza nork bere egin eta al-darrikatu”. Bertan, besteak beste, hauxe esan geuntsuen: “Adituen arabera, panorama honekin alderatuz, Jainkoaren Hitzak historian inoiz izan ez duen bezalako egunsentia bizi du gaur munduan… Idazteunaren irakurketa eta hausnarketa kristau-berrikuntzaren eta Elizaren za-balkundearen iturri bihurtzen ari da. Amosen (8,11) antzinako profezia betetzen da: «Gosea


bidaliko dut, ez ogi-gosea, eta ez ur-egarria, Jaunaren hitza entzuteko gose-egarria baizik»” (ik. 2. zenb.).

5. Hain zuzen ere, gizona ez dok ogi hutsez bizi, Jaungoikoaren agotik urtendako edozein ber-

baz baino (Mt 4,3-4). Beharrezkoa da, beraz, Berbearen ogia eta Eukaristiaren ogia, gorputzaren ogia eta espirituaren ogia. Gizakundearen misterioaren bitartez, Je-sukristo giza bizitzaren alderdi guztiak osatzera dator. Jaungoikoak munduari Semeagan eskeintzen deutson salbamena, hau da bere Hitza, gizaki osoari zu-zentzen jakon dohaina da. Osoko bihozbarritzerako deia da gizon eta emaku-mearentzat, bere alderdi guztien erabateko aldaketea sustatzen dau: gorputza-ren eta bere alderdi guztien aldaketea, burua eta espirituaren aldaketea, Jaun-goikoaganako eta anai-arrebenganako maitasunean oinarritutako senide hartu-emon barria ahalbideratuz, maitasunaren zibilizazino barria eraikitzeko gauza dan zuzentasun eta karitatean oinarrituta. Gizadi barri honek, honela, Jaungoi-koaren Espirituaren eta Kristoren Erreinuaren eskakizunen araberako mundu barria eraikitzeko gaitasuna dauka: erreinu betiereko eta unibertsala, egia eta biziaren erreinua, santutasun eta graziaren erreinua, zuzentasun, maitasun eta bakearen erreinua (ik. Jesukristo Munduko Erregearen festaburuko prefazioa). Jesukristogaz bat egitetik eta bat egite horretatik gugan gertatzen dan aldaketatik eraikitzen dan erreinua da, “Kristok ez dau Jaungoikoaren erreinua iragarri bakarrik, Beragan Erreinua bera agertu eta bete egin da” (Redemptoris missio, 18).

6. Gure elizbarrutiaren misiolari historia grina eta konpromisoz beteta dago. Gure

anai-arreba ugarik eskeini dau bere bizitza Barri Ona munduan zehar zabal-tzeko. Gaur, eskerrak emon gura deutseguz euren eskuzabaltasun, eskeintza, maitasun eta zerbitzuagaitik. Euren testigantzak gure misiolari konpromisoa bakarka eta taldean barritzera bultzatzen gaitu. DOMUND eguna aparteko au-kerea da misinoaren eta misiolarien alde otoitz egiteko, eguneroko kurutze eta sakrifizioak eskeintzeko, eskuzabaltasunez eurei laguntzeko, geure misiolari konpromisoaren inguruan gogoetea egiteko, misinorako dogun bokazinoa azter-tzeko, gugan misinoaren aldeko grinari etengabe eutsiko deutsoen ohiturak eta bizimodua geure egiteko. Era berean, gure parrokiek, komunitateek, erakundeek eta Elizbarrutiak, euren baitatik urten eta Jesukristo munduan zehar iragartera bultzatzen dituan benetako misiolari senaren berariazko freskotasun eta gazte-tasunari eusten deutsoen ikusi behar dogu. Misiolari grina eta konpromisoak erakusten dabe kristau alkartearen bizitasuna.

7. Eskatu deiogun Jaunari Espirituaren dohaina sustatzeko gugan, ebanjelizatze

jarduereaz jabetu eta konprometitu gaizan. Eliza unibertsalagaz batera egin gura dogu, oraindik Jesukristo ezagutzen ez daben hainbeste anai-arrebaren alde eta, Jesus Jaunari leialtasuna erakustearren, pobrezia, jazarpena edo martiritza jasa-ten daben kristau alkarteekin bat eginda. Euren maitasun eta sendotasunezko testigantzak lozorro, neke, ohikeria eta etsipenetik esnatu gaizala. Jesus bera da atzo, gaur eta beti (ik. Hb 13,8) eta merezi dau bizia gastatzea Ha ezagutzera emoteko eta bere Erreinuaren alde emoteko. Jesusegaz bat egitean Jaungoikoa-ren maitasunak harrapatzen gaituenean beteten da erakargarritasun eta zentzu-


nez gure bizitza eta, orduan, maitasun hori anai-arrebei eroatea eta hareei huts egiten ez dauan itxaropena, gizakiaren bihotza beteteko gauza dan eta mundu zuzen eta anaikorraren, maitasunaren zibilizazino barriaren, gizadiari benetan dagokion bizilekuaren oinarri sendoak jarteko gauza dan itxaropena iragartea baino ez dagokigu.

8. Otoitz egin deiogun apaltasunen Mahastizainari, euren gaztetasuna, osasuna,

denporea, Jesus Jauna maitasunez iragarteko jarduera ederrari eskaini deutsoe-zan anai-arreba misiolarien eta Berriotxoako San Balendin maitearen testigua hartu dagigun. Ildo barriak zabaldu dagiguzala aurrerantzean ere lur osoan, Jau-nak bere hazi emonkorra oparo erein dagian. Maria Elizearen Amak bere Semea-gandik jadetsi dagiala guretzat sendotasuna, poztasuna eta grina, Jaunaren agindua bete dagigun: Barri Ona hots egin munduan zehar.

+ Ricardo Blázquez Pérez Bilboko Gotzaina

+ Mario Izeta Gabikagoxeaskoa

Bilboko Gotzain Laguntzailea


Información. Albisteak SECRETARÍA GENERAL

Fallecimiento

• Miguel María SÁENZ DE CABEZÓN ANITUA. Falleció en Bilbao, el día 29 de

septiembre de 2009 a los 78 años de edad.


Crónica Diocesana*

Inaugurado oficialmente el nuevo curso pastoral diocesano “Sin la oración que renueva la fe, no podemos ser pastores”. Estas palabras fueron pronunciadas por el obispo, mons. Ricardo Blázquez, en el marco de la celebración del inicio de nuevo curso pastoral 2009-2010, que, el 28 de septiembre, presidió en la cate-dral de Santiago de Bilbao, y en la que estuvo acompañado por su obispo auxiliar mons. Mario Iceta, así como por el Consejo Episcopal de la Diócesis y miembros del Cabildo cate-dral. Mons. Blázquez, en su homilía, tras saludar a todos los presentes, agradeció su parti-cipación “aquí y ahora y después en los trabajos apostólicos”. El texto íntegro de su homilía se reproduce en este mismo boletín en la sección de documentos. El acto de inauguración de curso sirvió como presentación del IV Plan Diocesano de Evangelización que ha contado según mons. Blázquez “con una participación amplia de personas, grupos y consejos diocesanos”. Precisamente, al final del acto se hizo una entre-ga simbólica de un ejemplar de este IV Plan Diocesano de Evangelización a representantes de las vicarías, consejos, movimientos, etc. El obispo, durante su intervención, dijo que “un Plan Diocesano de Evangelización significa que todos quieren mirar en la misma dirección” y, recordando el Sínodo de los Obispos del pasado año sobre la Palabra de Dios, señaló que “nuestra aspiración es ésta, que la palabra de Dios sea oída, escuchada, recibida con el corazón abierto y puesta en práctica en la vida”. Durante su homilía, también incidió en que “leer personalmente o en familia la Sagrada Escritura es una necesidad fundamental. Cuando es la Palabra de Dios la que nos convoca a personas y grupos diferentes, éstos son más perseverantes”; de esta forma animó a seguir a los grupos existentes y a crear otros nuevos, destacando que “sin la oración que renueva la fe, no podemos ser pastores”. El acto, muy bien estructurado, y en el que la música tuvo una importante presencia, también sirvió para realizar el “envío” del sacerdote diocesano Paulino Ordax como misio-nero a Ecuador, encomienda que desarrollará a partir de este curso. Mons. Blázquez también tuvo presentes a diferentes colectivos en situaciones difíci-les como las generadas por la actual crisis económica o las víctimas del terrorismo “que-remos estar cerca de las víctimas del terrorismo y participar en los trabajos por la paz”. Para seguir proclamando que “la defensa de la vida humana desde el principio y hasta el final también es parte de nuestro compromiso”. Para concluir su intervención, en la ceremonia de principio de curso, mons. Blázquez recordó que estamos en el año sacerdotal convocado por el Papa Benedicto XVI para que los sacerdotes y cada cristiano “seamos interiormente renovados para poder emitir el tes-timonio evangélico dejando una huella intensa”. Y finalizó diciendo que “Al comenzar el curso pastoral, escuchemos la palabra de Jesús: ‘Rema mar adentro. No tengas miedo. Yo estaré contigo’. Invoquemos a la Virgen de Begoña con las palabras ‘ven con nosotros a caminar. Ven con nosotros ven’”.

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* La información de esta Crónica Diocesana está elaborada por la Delegación de MCS.


El Seminario de Bilbao tras los pasos del cardenal Newman Un grupo de treinta personas del entorno del Seminario Diocesano, viajaron a Ingla-terra a finales del mes de agosto donde estuvieron siguiendo los pasos del cardenal New-man. Éste ha sido el segundo año que realizan una peregrinación de este estilo, el año pasado el grupo formado por curas, seminaristas y jóvenes que se plantean su vocación sacerdotal, estuvo en la localidad francesa de Ars. El día 31 de agosto partieron hacia Birmingham, donde residió John Henry Newman, presbítero anglicano convertido al catolicismo. El grupo estuvo compuesto por el Obispo Auxiliar, mons. Mario Iceta, el rector del Seminario, Rafael Sáez, otros nueve sacerdotes diocesanos, cinco seminaristas (tres ya veteranos y dos de los cuatro que este año ingre-san en el Seminario) y trece jóvenes que se plantean su vocación compartieron “alegría e inquietudes en un clima de extraordinaria armonía y fraternidad”, según cuenta Luis Alber-to Loyo, párroco de la catedral de Santiago de Bilbao, que también participó de este viaje. Este año se habían propuesto conocer el ambiente católico inglés, de modo particu-lar, la vida y ministerio del Cardenal Newman, así como aquellos intelectuales católicos que siguieron su estela en el siglo XX, los habitualmente conocidos como conversos, Chester-ton, Tolkien, Lewis, Eliot, Belloc, y otros. Para preparar adecuadamente este viaje de convivencia, oración y conocimiento de otros ambientes culturales, el profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, Dr. Xabier Larrañaga O.C.M., quien realizó su tesis doctoral sobre el Cardenal Newman, les ofreció un material y una exposición magistral de su vida y obra a fin de intro-ducirles en el espíritu de dicha peregrinación. Las visitas a Oxford, Londres, Cambridge y Birmingham, precedidas por explicaciones que les ayudaron a situar en ellas los episodios vividos por Newman, en el contexto de su tiempo, fueron muy enriquecedoras. “El ambien-te intelectual que se respiraba en las dos ciudades universitarias y en sus numerosos ‘co-lleges’, ayudaba a percibir cómo Dios nos ha dotado de la razón necesaria para discernir su presencia en cada recodo de nuestro camino, y que el ya pronto beato Newman supo reco-nocer y amar con su vida y con su ciencia fundando el denominado ‘movimiento de Oxford’ en la búsqueda de la verdad y de la unidad eclesial. Así mismo, pudieron apreciar la her-mosa armonía entre la ciencia, la razón y la fe que han quedado plasmadas en ambas uni-versidades”, concluye Luis Alberto Loyo.

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Reunión de los Obispos con el Lehendakari Los obispos del País Vasco se reunieron, el pasado 16 de septiembre, con el lehen-dakari, Patxi López, en la sede de Lehendakaritza. Acudieron el obispo de Vitoria, mons. Miguel Asurmendi, el obispo de San Sebastián, mons. Juan María Uriarte y el obispo auxi-liar de Bilbao, monseñor Mario Iceta, ya que el obispo titular de la diócesis, mons. Ricardo Blázquez, no pudo asistir por problemas de agenda, ya que se encuentra fuera de Bilbao estos días y excusó su asistencia, dado su “manifiesto interés en acudir a la reunión”. La reunión del lehendakari con los obispos, se enmarca en la ronda de contactos desarrollados por el lehendakari con los diferentes agentes políticos, sociales y sindicales tras su toma de posesión al frente del Ejecutivo autonómico, el pasado 7 de mayo. Este encuentro ha sido el primero celebrado entre Patxi López y los prelados y en él, según nota


difundida por Lehendakaritza, los obispos expresaron “sus inquietudes e ideas” al presi-dente del Gobierno vasco.

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Los Centros Diocesanos superan los 9.000 alumnos Uno de cada diez alumnos matriculados en la enseñanza privada en Bizkaia lo está en alguno de los 16 Centros Diocesanos que este año han alcanzado los 9.177 alumnos, 269 más que el curso pasado. La matrícula en la enseñanza privada supone un 52% del total de 170.000 alumnos registrados en Bizkaia este año. Asimismo los ciclos de Infantil y Primaria suponen casi dos terceras partes del cómputo total, en el que la Formación Profe-sional, en sus grados medio y superior, con un 8% (14.000 alumnos) se sitúa al nivel de los bachilleratos (15.000 alumnos). El Centro de Formación Somorrostro es el de mayor número de alumnos (1.897) de entre los dieciséis que componen “Elizbarrutiko Ikastetxeak – Centros Diocesanos, y donde también la Ikastola Begoñazpi supera el millar de matrículas (1.417). En este curso recién comenzado el mayor crecimiento lo ha experimentado el centro Avellaneda Ikastetxea con un 17%, seguido de Zulaibar Lanbide Ikastegia, de Zeanuri, con un 15% y San Viator Ikas-tetxea, de Sopuerta con el 9%. Para este curso “Elizbarrutiko Ikastetxeak – Centros Dioce-sanos de Enseñanza” cuentan con 2.182 alumnos en Educación Primaria; 2.272 en Edu-cación Infantil; 1.762 en Educación Secundaria; 650 en Bachillerato y 1.663 en Ciclos Formativos además de otros 650 en Educación Complementaria. A todo esto hay que aña-dir que cinco centros diocesanos cuentan también con importante actividad educativa no reglada, son los centros de formación de Somorrostro y Otxarkoaga; la Escuela Náutico-Pesquera de Ondarroa, Zulaibar Lanbide Ikastegia y San Viator Ikastetxea.

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EGIA-JEC celebra su 25 veinticinco aniversario en Bilbao El movimiento JEC (Juventud Estudiante Católica) lleva ya, tras su recuperación en los primeros años 80, más de 25 años de existencia renovada en esta diócesis de Bilbao. JEC es un movimiento de acción católica especializado en la militancia cristiana en el mun-do de colegios, institutos y universidades. El pasado 27 de septiembre JEC celebró, en los locales de Barria, en la Plaza Nueva de Bilbao, la efeméride de su 25 aniversario. El en-cuentro comenzó acogiendo a todas las personas invitadas que pudieron acercarse. Mili-tantes de diversas épocas, acompañantes adultos, consiliarios, padres y madres de los actuales militantes, así como representantes de los movimientos hermanos Acción Católica General (ACG), JOC y HOAC fueron llegando para participar en la celebración. Los asistentes dedicaron un espacio de oración agradecida por todo lo vivido en los equipos de revisión de vida, en las campañas desarrolladas en los centros de enseñanza secundaria o en las facultades universitarias o las acciones de los militantes graduados, en asambleas y sesio-nes de estudio o en coordinadoras y convivencias. Después tuvieron un espacio para el recuerdo con los testimonios de Carlos, Txari, Maider y Pili, militantes de épocas diversas. Al compartir sus recuerdos y vivencias pudieron ver cómo el movimiento ha forjado perso-nas comprometidas y capaces de percibir el paso de Dios por la historia humana.


Elizbarrutiko Barriak*

Elizbarrutiko pastoral ekiturtearen hasierea “Fedea barritzen dauan otoitz barik ezin gara artzain izan”, berba honeek on Ricardo Blázquez gotzainak esan ebazan 2009-2010 pastoral ekiturteari hasierea emoteko iraila-ren 28an egin zan elizkizunean. Gotzaina buru zala, katedralean izan zan ospakizuna eta bertan, besteak beste, on Mario Izeta gotzain laguntzailea, Elizbarrutiko Gotzain Kontseilua eta Katedraleko Kapituluko kide batzuek parte hartu eben. On Ricardo Blázquezek, homi-lian, bertaratutako guztiak agurtu ondoren, eskerrak emon eutsezan eurek “hemen eta orain eta gero lan apostolikoetan” parte hartzeagaitik. Bere homiliaren testu osoa aldizkari honetako agirien sailean jasotzen da. Ekiturteari hasierea emoteagaz batera, Ebanjelizatzearen Elizbarrutiko IV. Egitasmoa aurkeztu zan elizkizunaren ostean. Egitasmo honen eraketan, on Ricardo Blázquezek esan ebanez, “elizbarrutiko pertsona, talde eta kontseiluen partehartze zabala izan da”. Gotzai-nak berak, elizkizunaren amaieran, Ebanjelizatzearen Elizbarrutiko IV. Egitasmo hau banatu eutsen bikaritzetako, kontseiluetako, mugimenduetako… ordezkariei. “Ebanjelizatzearen Elizbarrutiko Egitasmoak zera esan gura dau: danok norabide beretik jo gura dogula” esan eban gotzainak bere berbaldian eta, iaz Jaungoikoaren Ber-bearen inguruan ospatu zan Gotzainen Sinodoa ekarriz, “gure asmoa hauxe da: Jaungoi-koaren Berbea bihotz zabalez entzun eta jaso dagigula eta bizitzara eroan dagigula” aitatu eban. Honako hau ere nabarmendu eban: “nahitaezkoa dala Idazteuna bakarka edo fami-lian irakurtea. Pertsona eta taldeoi deitzen gaituana Jaungoikoaren Berbea danean, ho-rreek iraunkorragoak dira”. Honela, dei egin eutsen martxan dagozan taldeei aurrera egin dagien eta barriak sortzeko ere esan eban, “fedea barritzen dauan otoitz barik ezin gara artzain izan” azpimarratuz. Ondo egituratuta eta musikaz ondo apainduta egon zan ekitaldian Paulino Ordax elizbarrutiko abadea misiolari lez “bialdua” izan zan Ekuadorrera; ekiturte honetatik aurrera ekingo deutso mandatu honi. On Ricardo Blázquez gotzainak gogoan izan ebazan egoera larria jasaten dihardue-nak, besteak beste, gaur egungo krisiaren eragin gordinenak jasaten dabezanak eta terro-rismoaren biktimak. “Terrorismoaren biktimen ondoan egon gura dogu eta bakearen al-deko ekimenetan parte hartu”, esan eban gotzainak, “biziaren defentsan konprometituta gagozalako, hasieratik azkeneraino”. Kurtso hasierako ekitaldiaren amaieran, Benedikto XVI.ak aurtengoa abade urtea izendatu ebala gogoratu eban gotzainak, abadeok eta kristinau guztiak “barrutik barritu gaitezan, testigantza ebanjelikoa arrasto sakona itziz gauzatu dagigun”. “Pastoral ekitur-tearen hasieran, entzun dagigun Jesusen berbea: ‘jo itsas zabalera. Ez bildurtu. Zugaz egongo naz’. Eskatu deiogun Begoñako Amabirjinari gugana etorri eta gure bidelagun izan daitela” esanez amaitu eban.

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* Elizbarrutiko Barriak egitea GKetako Ordezkaritzaren ardurea da.


Bilboko Seminarioa Newman kardinalaren aztarnen atzetik Elizbarrutiko Seminarioaren inguruko hogeita hamar lagun Ingalaterrara joan ziran joan dan abuztuaren amaieran eta Newman kardinalaren aztarnen atzetik ibili ziran. Biga-rren aldiz egin da honako erromesaldi bat, iaz, abade, abadegai eta abade bokazinoa ain-tzat hartzen daben gazte batzuk Frantziako Ars herrian egon ziran eta. Abuztuaren 31n Birminghamerantz abiatu ziran, John Henry Newman katolizismora bihurtutako abade anglikanoa bizi zian zan herrira hain zuzen ere. On Mario Izeta Gotzain Laguntzailea buru zala, Rafael Sáez Seminarioko Errektorea, elizbarrutiko bederatzi abade, bost abadegai (hiru beteranoak eta aurten Seminarioan sartu diran lauetako bi) eta euren bokazinoa aztertzen diharduen hamahiru gazte tartean zirala, “poztasuna eta ardurak kon-partitu ebezan, harmonia eta senidetasunean”, bidaian izan zan Luis Alberto Loyok inoanez. Giro katoliko ingelesa eta, batez ere, Newman Kardinalaren eta XX. mendean bere arrastoari jarraitu eutsoen intelektual katolikoen −kristautu lez ezagutzen doguz, esate bate-rako, Chesterton, Tolkien, Lewis, Eliot, Belloc eta beste batzuk− bizitza eta ministerioa ezagu-tzea zan bidaia honen helburua. Bizikidetasuna lantzeko, otoitz egiteko eta beste kultura giro batzuk ezagutzeko bidaia hau egoki prestatze aldera, bere doktore tesia Newman Kardinalari buruz egin eban Xabier Larrañaga O.C.M. Deustuko Unibertsitateko Teologia Fakultateko irakasleak haren bizitza eta lanei buruzko lagungarriak eta ikasgai magistrala eskeini eutse-zan, erromesaldi horren senaz jabetuazoteko. Newmanek bere sasoian Oxford, London, Cambridge eta Birmingahmen bizi izan zituanen barri aldez aurretik jakitea guztiz aberasga-rria izan zan leku horreek bisitatzerakoan. Uri unibertsitario bietan eta honeen “college” uga-rietan bizi zan giro intelektualari esker antzeman eitekean zelan Jaungoikoak beharrezko arrazoia emon deuskun bere presentzia gure bideko bihurgune bakoitzean bereizteko eta laster dohatsu izendatuko daben Newmanek bere bizitza eta zientziaz autortzen eta maita-tzen jakin ebala eta, horrela, egia eta eliz batasuna bilatuz, “Oxford mugimendua” deitutakoa sortu ebala ikusteko.Era berean, unibertsitate bietan antzeman daitekeen zientziaren, arra-zoiaren eta fedearen arteko harmonia ederra sentitu ahal izan eben.

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Gotzainen batzarra Lehendakariagaz Euskal Herriko gotzainak Patxi López lehendakariagaz batu ziran irailaren 16an goi-zeko hamaiketatik aurrera Lehendakaritzaren egoitzan. On Migel Asurmendi Gasteizko go-tzaina, on Joan Maria Uriarte Donostiako gotzaina eta on Mario Izeta Bilboko gotzain lagun-tzailea izan ziran bertan, on Ricardo Blázquez Bilboko gotzaina, agenda arazoak zirala-ta, egunotan Bilbotik kanpo egoalako eta ezin joana adierazo eban, “batzarrera joateko interes bizia” ebalako. Lehendakariaren eta gotzainen arteko batzarra lehendakariak, joan dan maiatzaren 7an kargua hartu ebanetik, ekintzaile politiko, sozial eta sindikalekin egiten diharduen al-karraldien barruan egoan. Patxi Lópezen eta gotzainen arteko lehenengo batzarra izan zan eta Lehendakaritzatik kaleratutako oharraren arabera, gotzainek euren “kezka eta ideiak” aurkeztu eutsoezan Eusko Jaurlaritzako buruari.

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Bederatzi mila ikasletik gora dabil Elizbarrutiko Ikastetxeetan Bizkaian, irakaskuntza pribatuan matrikulatutako hamar ikasletik bat Elizbarrutiko 16 Ikastetxeetako batean matrikulatuta dago. Ikastetxeotan, 9.177 ikasle dagoz, iaz baino 269 gehiago. Bizkaian aurten matrikulatu diran 170.000 ikasleen %52a irakaskuntza pri-batuan dabil. Era berean, Haur eta Lehen zikloetan, matrikula guztien bi herenak dira ira-kaskuntza pribatukoak; Lanbide Heziketako ertain eta goi mailetan 14.000 ikasle dabiz (%8) eta batxilergoetan 15.000. “Elizbarrutiko Ikastetxeak – Centros Diocesanos” sarean, Somorrostro Lanbide Hezi-ketarako Ikastegian dago ikasle gehien (1.897) eta Begoñazpi Ikastolan ere mila matrikula baino gehiago dago (1.417). Hasi barri dogun ikasturte honetan, ikastetxe honeetan ger-tatu da hazkuntza nabarmenena: Avellaneda Ikastetxean (%17), Zeanuriko Zulaibar Lan-bide Ikastegian (%15) eta Sopuertako San Viator Ikastetxean (%9). Ikasturte honetarako, “Elizbarrutiko Ikastetxeak – Centros Diocesanos” sareko hamasei ikastetxeek 2.182 ikasle daukez Lehen Hezkuntzan; 2.272 Haur Hezkuntzan; 1.762 Bigarren Hezkuntzan; 650 Ba-txilergoan,1.663 Heziketa Zikloetan eta 650 Hezkuntza Osagarrian. Gainera, elizbarrutiko bost ikastetxetan, Somorrostro eta Otxarkoaga lanbide heziketarako ikastegietan, Onda-rroako Arrantza Eskolan, Zulaibar Lanbide Ikastegian eta San Viator Ikastetxean hain zuzen ere, hezkuntza jarduera ez arautua esanguratsua da.

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EGIA-JEC mugimenduak 25. urteurrena ospatu dau Bilbon JEC (Gazteria Ikasle Katolikoa) mugimenduak, 80ko hamarkadaren hasieran sus-pertu ondoren, 25 urtetik gora daroaz Bilboko elizbarrutian. JEC ekintza katolikoko mugi-mendua da eta kristau militante honeek ikastetxeetan, institutuetan eta unibertsitateetan dauke euren bizigiroa. Joan dan irailaren 27an JEC mugimenduak bere 25. urteurrena os-patu eban Bilboko Plaza Barriko Barria eraikineko lokaletan. Lehenengo eta behin, harre-rea egin jaken bertaratu ziran konbidatu guztiei. Aldi desbardinetako militanteek, lagun-tzaile helduek, kontsiliarioek, gaur egungo militanteen aita eta amek eta Ekintza Katoliko Orokorreko beste mugimendu batzuetako (JOC eta HOAC) ordezkariek parte hartu eben ospakizunean. Han batu ziranek otoitz egin eben, bizitza azterketarako ekipoetan, bigarren hezkuntzako ikastetxeetan edo fakultateetan garatutako kanpainetan, militante gradua-tuen jardueretan, asanblada eta ikasketa saioetan, koordinadora eta konbibentzietan bizi izandako guztiagaitik eskerrak emonez. Denporan atzera egin eben Carlos, Txari, Maider eta Pili sasoi desbardinetako militanteen testigantzekin. Oroipen horreen bitartez, mugi-menduak pertsona konprometituak eta Jaungoikoa giza historian azaltzen dala ikusteko gauza diran pertsonak egin dituala ikusi eben.


IGLESIA. ESPAÑA. ELEIZEA


Nota de prensa final de la CCXIV reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha celebrado su CCXIV reunión los días 29 y 30 de septiembre y 1 de octubre de 2009.

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Año Sacerdotal La Comisión Episcopal del Clero ha presentado a la Permanente diversas ini-ciativas con las que se celebrará en nuestro país el Año Sacerdotal. Además, se ha elaborado un borrador de ponencia sobre el ejercicio del Ministerio sacerdotal en España, que servirá a la Asamblea Plenaria de noviembre para un diálogo y estudio de la situación. El Año Sacerdotal ha sido convocado por el Papa Benedicto XVI con motivo del 150 aniversario del nacimiento del Santo cura de Ars. Su celebración comenzó el pasado 19 de junio y se prolongará hasta el 19 de junio de 2010.

Presentación de una ponencia sobre la crisis económica En el contexto de la encíclica “Caritas in veritate”, publicada por el Papa Bene-dicto XVI el pasado 7 de julio, la Comisión Permanente había encargado a la Comi-sión Episcopal de Pastoral Social la elaboración de una ponencia sobre la crisis eco-nómica. Ahora, se han presentado los trabajos realizados y han pasado a la próxima Plenaria, en la que podría aprobarse un documento sobre esta cuestión.

50 aniversario de Manos Unidas La Comisión Permanente ha aprobado un Mensaje de la Conferencia Episcopal Española con motivo del 50 aniversario de Manos Unidas. El texto se presentará en próximas fechas.

En torno al Proyecto de “Ley del Aborto” Ante el Proyecto de “Ley del aborto” aprobado por el Gobierno la semana pa-sada, la Declaración Atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en “derecho”, pu-blicada por la Comisión Permanente el 17 de junio pasado, mantiene plenamente su


valor. Los obispos recomiendan vivamente a todos su lectura y su difusión, en espe-cial, a los sacerdotes y a cuantos comparten la misión de enseñar en la Iglesia. Además de la información sobre una legislación tan gravemente injusta y de la formación doctrinal al respecto, es también muy necesaria la oración. En previsión de los graves problemas planteados, este año de 2009 ha sido especialmente dedica-do a la oración por la vida humana incipiente. Los obispos exhortan a todos los fieles a orar con insistencia, para que el derecho a la vida de los que van a nacer sea ade-cuadamente protegido por nuestras leyes. La Subcomisión de Familia y Vida ha di-fundido sugerencias para la oración personal y comunitaria que pueden ayudar para este fin; están accesibles en la página www.conferenciaepiscopal.es y en las diócesis y las parroquias. Los obispos no han dejado nunca de recordar la doctrina de la Iglesia, según la cual la ley natural y divina exige que toda vida humana debe ser respetada como sa-grada desde la concepción a la muerte natural. Por tanto, no pueden menos de com-partir el rechazo que la legislación proyectada suscita en diversas y relevantes insti-tuciones así como en una gran parte de la sociedad. Entre las iniciativas para la de-fensa del derecho a la vida y para la justa promoción de la maternidad, numerosas asociaciones han llamado a los ciudadanos a expresarse en favor de estos fines con una manifestación convocada para el 17 de octubre en Madrid. Los obispos conside-ran legítima y conveniente tal convocatoria y la participación en la misma. Los fieles laicos responden adecuadamente al desafío planteado −de gran trascendencia moral y social− haciendo uso de su derecho a manifestarse pacíficamente para expresar su desacuerdo con la ley proyectada, que supone un serio retroceso en la protección del derecho a la vida de los que van a nacer, un mayor abandono de las madres gestantes y un daño irreparable para el bien común. En favor de un pacto de Estado sobre la educación Los obispos han dialogado sobre la enseñanza de la Religión y Moral católica en la escuela, solicitada libremente cada año por una gran mayoría de padres y de alumnos. También han hablado del servicio prestado a centenares de miles de niños y jóvenes por los centros de iniciativa social católica en todos los niveles de la ense-ñanza, tan apreciado por la sociedad. Como ya ha hecho en otras ocasiones, unién-dose a otras voces que ahora lo reclaman, la Iglesia desea que se alcance un gran pac-to social sobre la educación en el que, junto con las autoridades del Estado, se hallen presentes todos los sectores sociales implicados: profesores, padres de alumnos, ti-tulares de instituciones educativas y la misma Iglesia. Lo reclama la educación de la juventud, tan esencial para el bien de las personas y para el bien común. Apoyo a los obispos de Honduras Los obispos de la Comisión Permanente han dialogado sobre las preocupacio-nes expresadas por los obispos de Honduras acerca de la situación de su país en sus


mensajes del 19 de junio y del 4 de julio pasados. Como ya han hecho otras Confe-rencias Episcopales, los obispos de la Comisión Permanente expresan públicamente su apoyo a la Conferencia Episcopal de Honduras, en particular, a su Presidente, el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, en su esfuerzo por obtener la reconciliación del pueblo hondureño, mediante una salida justa, pacífica y sin presiones a la crisis que atraviesa el país hermano. Iluminación de catedrales y otros templos La Comisión Permanente, conforme al Convenio que la CEE firmó en 2006 con la Fundación Endesa, ha aprobado la adjudicación de 231.500,00 euros en concepto de ayudas para la iluminación de Catedrales y otros templos. Cada uno de los bene-ficiados deberá aportar el 50% restante del importe total del proyecto. Este convenio tiene una vigencia de cinco años (2007-2011) y un presupuesto total de 2.250.000 euros. Ésta ha sido la última adjudicación de la Comisión Perma-nente, pues los dos últimos años de vigencia se dedicarán a la realización de las obras (Se adjunta la relación de las Catedrales y templos que se beneficiarán de la partida presupuestaria que ha aprobado en esta ocasión la Comisión Permanente). Otros temas de seguimiento Los obispos han aprobado también el orden del día de la XCIV Asamblea Ple-naria, que se celebrará del 23 al 27 de noviembre de 2009, los criterios de constitu-ción y distribución del Fondo Común Interdiocesano y los presupuestos de la CEE y de sus instituciones y organismos para el año 2010, que pasarán para su estudio y aprobación a dicha Plenaria. Como es habitual, las Comisiones Episcopales han informando sobre el cum-plimiento del Plan Pastoral y se han revisado distintos asuntos de seguimiento. Nombramientos La Comisión Permanente ha aprobado los siguientes nombramientos:

• Dª María del Pino Jiménez García, laica de la Diócesis de Canarias, como Presidenta General de “Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)”.

• D. Higinio Junquera Cimadevilla, laico de la Archidiócesis de Oviedo,

como Presidente General del Movimiento “Acción Católica General (ACG)”.

• Rvdo. D. José Manuel Marhuenda Salazar, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia, como Consiliario General del Movimiento “Acción Católica Ge-neral (ACG)”.


• D. Saúl Pérez Martínez, laico de la Archidiócesis de Zaragoza, como Pre-sidente General del Movimiento de Acción Católica “Juventud Obrera Cristia-na (JOC)”.

• Rvdo. D. Alfonso Gil Montalbo, sacerdote de la Diócesis de Mondoñedo-

Ferrol, como Viceconsiliario de la “Federación de Movimientos de Acción Católica de España (ACE)”.

• Rvdo. D. José Moreno Losada, sacerdote de la Archidiócesis de Mérida-

Badajoz, como Consiliario General de “Juventud Estudiante Católica (JEC)”.

• Dª Rosa María Vela Gómez, laica de la Archidiócesis de Madrid, como Presidenta de la “Federación Católica de Maestros Españoles (FECAME)”.

• D. Ramón Bernácer Roig y Dª María Rosa María y Rubio, laicos de la

Archidiócesis de Toledo, como Presidentes Nacionales del “Movimiento Fa-miliar Cristiano (MFC)”.

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CONCESIÓN DE AYUDAS PARA LA ILUMINACIÓN DE CATEDRALES Y OTROS TEMPLOS CON CARGO AL CONVENIO FIRMADO CON

LA FUNDACIÓN ENDESA Relación de catedrales y otros templos que se beneficiarán de la partida de presu-puestaria aprobada por la CCXIV reunión de la Comisión Permanente de la Confe-rencia Episcopal Española (Madrid, 29-30 septiembre y 1 de octubre).

1. Catedral de Gerona, fases 4.1. y 6.1. 24.000,00 € 2. Catedral de Huelva 40.000,00 € 3. Catedral de Orihuela 6.000,00 € 4. Concatedral de Guadalajara 62.000,00 € 5. Catedral de Coria 50.000,00 € 6. Basílica de Sta. María de la Seu de Manresa (Dioc. Vic) 41.000,00 € 7. Iglesia de S. Juan Bautista de Matamorisca (Palencia) 8.500,00 €

Total ....................................................................................................... 231.500,00€

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