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I.4 Factores que determinan la convergencia real Productividad, competitividad y resultados económicos A menudo se considera que la competitividad es un in- dicador clave del éxito o del fracaso de una política. El término se refiere literalmente a la competencia entre los productores en un mismo mercado. Sin embargo, existe otro concepto relacionado con éste – los resultados económicos de las regiones y de los países – que tam- bién puede denominarse “competitividad”. A pesar de que en todas las regiones existen empresas competitivas y no competitivas, hay unos factores comu- nes que influyen en la competitividad de todas las empre- sas situadas en ellas. Estos factores son la infraestructura física y social, las cualificaciones de la mano de obra, el marco institucional y una cultura propicia (o no) a la inno- vación y la eficiencia de las instituciones públicas (espe- cialmente la capacidad de gestión a escala regional). Por otra parte, el éxito alimenta el éxito; la presencia de em- presas muy competitivas en una región tiende a estimular a otras empresas y a fomentar aún más la inversión. En los últimos años, ha comenzado a surgir una defini- ción general de la competitividad regional y nacional, que se refiere al logro de “unos elevados y crecientes ni- veles de vida y unas altas tasas de ocupación con un carácter duradero” 1 . Aunque los indicadores tradicio- nales de la competitividad tienden a centrar la atención en el PIB per cápita, hay otros importantes factores que afectan a los resultados económicos. La cumbre de Lis- boa subrayó la relación crucial entre la fuerza económi- ca de Europa y su modelo social. Una protección social que seleccione eficazmente a los beneficiarios ayuda a las economías a adaptarse al cambio. Fomentando la cohesión social puede contribuir a reducir la subutiliza- ción de los recursos humanos. También es importante tener presente la contribución de otros factores, como la calidad del medio ambiente natural, la calidad de la asistencia sanitaria, los servicios sociales, etc. Este tipo de indicadores contribuye a enriquecer nuestra com- prensión del desarrollo económico, aunque es necesario trabajar más en la elaboración de mejores in- dicadores de los progresos realizados en estas áreas. En la práctica, el PIB per cápita puede dividirse en dos grandes componentes: la tasa de ocupación, o sea, la proporción de la población en edad activa que trabaja, y la productividad, o sea, el PIB por persona ocupada. Dado que un elevado nivel de uno de ellos no va acom- pañado necesariamente de un elevado nivel del otro, a continuación se consideran por separado, tanto en con- junto como por sectores, antes de examinar la inversión y otros factores clave que subyacen a la productividad. Evolución de los resultados económicos regionales Por lo que se refiere a la Unión Europea en su conjunto, los resultados económicos han tendido a ser mejores en los últimos 25 años en lo que respecta a la productividad que en lo que respecta al empleo, lo que ha llevado a ve- ces a hablar con preocupación de un “crecimiento sin empleo”, si bien, en la práctica, el empleo siempre ha au- mentado cuando el crecimiento anual del PIB ha sido su- perior a un 2% aproximadamente. Por ejemplo, durante la década 1989-1999, el crecimiento anual fue, en prome- dio, del 1,9%, pero como el PIB por persona ocupada au- mentó un 1,4%, el empleo sólo aumentó un 0,5% al año. A largo plazo, lograr un elevado crecimiento del empleo y un elevado crecimiento de la productividad no son nece- sariamente incompatibles. De hecho, son complementa- rios, en la medida en que el crecimiento de la productivi- dad eleve la competitividad y, por lo tanto, permita conseguir un crecimiento más alto del PIB. Sin embargo, en las regiones rezagadas el reto es elaborar un conjunto de medidas que impulsen la productividad sin afectar ne- gativamente a los niveles de empleo. 37

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

Productividad, competitividady resultados económicos

A menudo se considera que la competitividad es un in-dicador clave del éxito o del fracaso de una política. Eltérmino se refiere literalmente a la competencia entre losproductores en un mismo mercado. Sin embargo, existeotro concepto relacionado con éste – los resultadoseconómicos de las regiones y de los países – que tam-bién puede denominarse “competitividad”.

A pesar de que en todas las regiones existen empresascompetitivas y no competitivas, hay unos factores comu-nes que influyen en la competitividad de todas las empre-sas situadas en ellas. Estos factores son la infraestructurafísica y social, las cualificaciones de la mano de obra, elmarco institucional y una cultura propicia (o no) a la inno-vación y la eficiencia de las instituciones públicas (espe-cialmente la capacidad de gestión a escala regional). Porotra parte, el éxito alimenta el éxito; la presencia de em-presas muy competitivas en una región tiende a estimulara otras empresas y a fomentar aún más la inversión.

En los últimos años, ha comenzado a surgir una defini-ción general de la competitividad regional y nacional,que se refiere al logro de “unos elevados y crecientes ni-veles de vida y unas altas tasas de ocupación con uncarácter duradero”1 . Aunque los indicadores tradicio-nales de la competitividad tienden a centrar la atenciónen el PIB per cápita, hay otros importantes factores queafectan a los resultados económicos. La cumbre de Lis-boa subrayó la relación crucial entre la fuerza económi-ca de Europa y su modelo social. Una protección socialque seleccione eficazmente a los beneficiarios ayuda alas economías a adaptarse al cambio. Fomentando lacohesión social puede contribuir a reducir la subutiliza-ción de los recursos humanos. También es importantetener presente la contribución de otros factores, como lacalidad del medio ambiente natural, la calidad de laasistencia sanitaria, los servicios sociales, etc. Este tipo

de indicadores contribuye a enriquecer nuestra com-prensión del desarrollo económico, aunque esnecesario trabajar más en la elaboración de mejores in-dicadores de los progresos realizados en estas áreas.

En la práctica, el PIB per cápita puede dividirse en dosgrandes componentes: la tasa de ocupación, o sea, laproporción de la población en edad activa que trabaja,y la productividad, o sea, el PIB por persona ocupada.Dado que un elevado nivel de uno de ellos no va acom-pañado necesariamente de un elevado nivel del otro, acontinuación se consideran por separado, tanto en con-junto como por sectores, antes de examinar la inversióny otros factores clave que subyacen a la productividad.

Evolución de los resultadoseconómicos regionales

Por lo que se refiere a la Unión Europea en su conjunto,los resultados económicos han tendido a ser mejores enlos últimos 25 años en lo que respecta a la productividadque en lo que respecta al empleo, lo que ha llevado a ve-ces a hablar con preocupación de un “crecimiento sinempleo”, si bien, en la práctica, el empleo siempre ha au-mentado cuando el crecimiento anual del PIB ha sido su-perior a un 2% aproximadamente. Por ejemplo, durante ladécada 1989-1999, el crecimiento anual fue, en prome-dio, del 1,9%, pero como el PIB por persona ocupada au-mentó un 1,4%, el empleo sólo aumentó un 0,5% al año. Alargo plazo, lograr un elevado crecimiento del empleo yun elevado crecimiento de la productividad no son nece-sariamente incompatibles. De hecho, son complementa-rios, en la medida en que el crecimiento de la productivi-dad eleve la competitividad y, por lo tanto, permitaconseguir un crecimiento más alto del PIB. Sin embargo,en las regiones rezagadas el reto es elaborar un conjuntode medidas que impulsen la productividad sin afectar ne-gativamente a los niveles de empleo.

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Aunque en la mayoría de las regiones rezagadas, perono en todas, los niveles de empleo son menores que enel resto de la Unión, en todas ellas la productividad esinferior a la media. Cabe distinguir dos grandes grupos:

− las que tienen una tasa de ocupación similar o, enalgunos casos, superior a la media de la Unión yque necesitan acortar distancias con el resto en loque se refiere a la productividad, medida por el PIBpor persona ocupada. Se encuentran principal-mente en Portugal, Grecia y la parte oriental de Ale-mania. En el primer país, la productividad general-mente sólo representa alrededor de un 40% de lamedia de la Unión, mientras que en los otros dos esdel orden de un 60% de la media.

− las regiones rezagadas en lo que se refiere tanto a laproductividad como al empleo. Comprenden la ma-yoría de las regiones de España y del sur de Italia, cu-yas tasas de ocupación pueden llegar a ser del 40%solamente frente a la media de la Unión de más de60%. En estos casos, el bajo nivel de empleo es ex-cepcionalmente una causa más importante del bajoPIB per cápita que la baja productividad.

Análisis sectorial:baja productividad en la agricultura

La estructura sectorial de la actividad económica mues-tra una interesante pauta, si se dividen los sectores enagricultura, industria (principalmente manufacturera), co-mercio, transportes y hoteles y restaurantes; servicios alas empresas y servicios financieros y servicios no desti-nados a la venta y otros servicios (principalmente, sani-dad, educación y administración pública) (véase la TablaA.18 y el Mapa 8). Los sectores en los que es más alta laproductividad son los servicios a las empresas y los servi-cios financieros, en los cuales el valor añadido bruto porpersona ocupada en la Unión es el doble de la media dela economía en su conjunto 2. Es algo superior a la mediaen la industria y algo inferior a la media en el comercio, lostransportes, los hoteles y restaurantes y los servicios nodestinados a la venta y otros servicios 3. En la agricultura,la productividad sólo representa alrededor de la mitad dela media del conjunto de sectores.

Los malos resultados suelen estar relacionados conla concentración en los sectores menos productivos

En los tres países de la cohesión, las tasas totales deocupación son bajas debido en gran medida al bajo ni-vel de empleo de los servicios a las empresas y los ser-vicios financieros, en los cuales la productividad es rela-tivamente alta (si bien los datos deben interpretarse concautela debido al elevado valor añadido del sector

protegido de servicios financieros). En cambio, la pro-porción correspondiente al comercio, los transportes,los hoteles y restaurantes y los servicios no destinados ala venta y otros servicios es similar a la media de laUnión, al igual que el nivel de productividad. En la agri-cultura, cuya productividad es muy baja, el empleo esmucho más alto que en los demás sectores.

Esta pauta se refleja en las regiones (Mapa 9). Cabe dis-tinguir tres grupos de regiones en la Unión ampliada a27 Estados miembros (aunque no todos encajan perfec-tamente en la clasificación):

− las regiones rezagadas que tienen un elevado nivelde empleo en la agricultura, a menudo una propor-ción de empleo industrial superior a la media y un bajonivel de empleo en los servicios. Estas regiones se en-cuentran sobre todo en los Estados miembros meri-dionales y en los países de Europa central, salvo laRepública Checa, Eslovaquia y Hungría. Mientras queen la Unión el empleo agrícola representa menos deun 5% del total, en algunas regiones de España y Por-tugal, representa más del 15% y en las regiones deGrecia y la mayor parte de las zonas orientales de lospaíses candidatos, más del 20%;

− las regiones que tienen un elevado nivel de empleoen la industria. Muchas de ellas están concentradasen un arco central, que se extiende desde los WestMidlands en Inglaterra, el este de Francia y el nortede España hasta la República Checa, Eslovaquia yEslovenia, pasando por el sur de Alemania y el nortede Italia. Aunque muchas de estas regiones sonprósperas, otras muchas no, debido a las significa-tivas diferencias de valor añadido entre las indus-trias manufactureras;

− las regiones que tienen un elevado nivel de empleoen los servicios. Son regiones en las que la propor-ción de empleo de este sector es del 70% o más. Lamayoría son regiones prósperas y comprenden al-gunas capitales del norte de la Unión, pero el grupotambién incluye regiones del sur de Francia, Espa-ña e Italia, que tienen un PIB per cápita relativamen-te bajo y en las que el empleo está concentrado enlos servicios básicos, especialmente en los restau-rantes destinados al turismo.

La evolución a largo plazo hacia los servicios y lareestructuración necesaria en las regiones rezagadas

En la Unión se ha observado durante muchos años unatendencia del empleo a disminuir en la agricultura y en laindustria – si bien en este último sector el número de

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

Guyane (F)

Guadeloupe

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Canarias (E)

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Agricultura (10% superior)

Agricultura (20% superior)

Industria (10% superior)

Industria (25% superior)

Servicios (10% superior)

Servicios (25% superior)

10% y 25% superior de la población totalEL, RO, SK: 1998BG, LT, LV: 1997D (Sachsen): NUTS1Fuente: Eurostat e INE

0 100 500 km

SIG16SIG16

© EuroGeographics Association para las fronteras administrativas

9 Regiones que tienen la proporción más alta de empleo agrícola, industrial o de servicios, 1999

ocupados se ha estabilizado en los últimos años, aunquela proporción de empleo industrial ha continuado dismi-nuyendo – y a aumentar en los servicios. Sin embargo,como se ha señalado antes, esta evolución dista de ha-ber concluido en muchas regiones, especialmente en lasrezagadas. De hecho, incluso en las más prósperas, elempleo sigue creciendo en los servicios. Entre 1990 y1999, el empleo de este sector aumentó en la Unión enunos 12 millones, mientras que en el resto de la economíadisminuyó en 9 millones. La mayor parte de esta disminu-ción se registró durante la recesión de principios de losaños 90, si bien durante la recuperación que comenzó en1994, el empleo agrícola ha continuado disminuyendo(alrededor de 1,3 millones), mientras que el empleo in-dustrial apenas ha variado en general. En las regiones re-zagadas, seguirá registrándose una continua y conside-rable pérdida de empleo en la agricultura durante lospróximos años, aunque no necesariamente en la indus-tria. De hecho, en algunas regiones, el empleo podríamuy bien aumentar en la industria manufacturera, sobretodo donde aún es inferior a la media de la Unión, comoha tendido a ocurrir en los últimos años. En cambio, en lasregiones industriales centrales el empleo podría disminuiren la industria manufacturera en muchos casos, al menosen porcentaje del total, si bien, como se señala más ade-lante, en muchos de ellos ya se ha registrado un despla-zamiento hacia actividades de alto valor añadido.

Es probable que la reestructuración del empleo sea enlos próximos años aún mayor en los países candidatos,donde en muchas regiones el empleo continúa estandoconcentrado en la agricultura y/o en la industria.

Debe señalarse a este respecto (véanse los mapas delempleo y la productividad por sectores) que la disminu-ción del empleo industrial y, en menor medida, del em-pleo agrícola, en las regiones más prósperas de la Uniónno ha ido acompañado necesariamente de una disminu-ción similar de la proporción de valor añadido generadapor estos sectores. De hecho, en muchos casos, la pro-ductividad ha aumentado significativamente en la indus-tria, al concentrarse el empleo en las actividades de altovalor añadido. Eso demuestra que es posible mantenerun sector manufacturero pequeño, pero sumamentecompetitivo, como uno de los elementos clave de la eco-nomía regional.

Los desplazamientos intrasectorialesde la actividad son tan importantes comolos desplazamientos intersectoriales

Un importante aspecto del desarrollo económico reza-gado de las regiones menos prósperas de la Unión es la

concentración de la actividad en los sectores de bajovalor añadido (si bien debe subrayarse que la producti-vidad de un mismo sector puede variar significativa-mente dentro de la Unión), debido a la existencia de di-ferencias en lo que se refiere tanto a la eficiencia conque se realizan las mismas actividades como al gradode concentración en las ramas de mayor o menor valorañadido de los grandes sectores en cuestión.

Por ejemplo, los servicios a las empresas y los servicios fi-nancieros tienen un valor añadido por persona ocupadarelativamente alto en los países de la cohesión (al igualque en algunos de los países candidatos), lo cual sedebe en parte a los elevados tipos de interés (que presio-nan al alza sobre el valor añadido de los servicios finan-cieros) y a la baja competencia, pero quizá también al ca-rácter subdesarrollado de estos servicios en relación conla demanda potencial. En cambio, la industria manufactu-rera, donde el nivel de valor añadido por persona ocupa-da es superior a la media en la mayoría de los países, tie-ne una productividad relativamente baja en los trespaíses de la cohesión (así como en la mayoría de los paí-ses candidatos). Esta diferencia se debe, en parte, a unatendencia de las ramas de alto valor añadido y alta tecno-logía de la industria manufacturera a estar concentradasen los Estados miembros más prósperos4.

En la agricultura, el valor añadido por persona ocupadarepresenta alrededor de un 80 o 90% de la media de laUnión en todos los sectores en los países más próspe-ros, pero sólo un 40% en España, un 25% en Grecia yúnicamente un 13% en Portugal (y un 16% en Austria)(en los países candidatos, la cifra es aún más baja).Estas cifras reflejan tanto la necesidad de diversificar enactividades de mayor valor añadido como las posibili-dades a largo plazo de que la productividad crezca sig-nificativamente en este sector.

Demografía y migración

La población de la Unión Europea va a disminuir ...

A comienzos del año 2000, la Unión Europea tenía 376millones de habitantes, cifra considerablemente inferiora la de China (1.200 millones) o la India (1.000 millones),pero significativamente mayor que la de Estados Uni-dos (272 millones) o Japón (126 millones). Suponiendoque se mantengan las tendencias de las tasas de natali-dad y de mortalidad y de la migración, se prevé que lapoblación crecerá muy lentamente entre 2000 y 2005(sólo un 0,2% al año) y apenas nada (menos de 0,1% alaño) desde entonces hasta 2022, año en que se prevéque comenzará a disminuir. Por lo tanto, se prevé que

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

en 2010 alcanzará la cifra de 385 millones y que en 2025sólo será algo superior (388 millones). A partir de 2008,mostrará una disminución natural, pero ésta será con-trarrestada durante unos años por la inmigración neta.

Sin embargo, las tendencias demográficas varían consi-derablemente de unas zonas de la Unión a otras. Mien-tras que la población sigue creciendo, aunque lentamen-te, en la mayoría de las regiones, en otras, principalmenteen España, Italia, Alemania y los países nórdicos, ya estádisminuyendo (véase el Mapa A.11). Entre 2000 y 2010,se prevé que más regiones de Alemania y de Italia mos-trarán una disminución, además de algunas de Francia,el Reino Unido y Austria. En cambio, se espera que la po-blación continúe aumentando a una tasa relativamentealta en algunas regiones del sur de España, del sur deFrancia y de Grecia, así como en algunas zonas de Ale-mania, los Países Bajos y el Reino Unido.

Se prevé que en 2005 la población disminuirá en casi 90de las 200 regiones aproximadamente del nivel NUTS 2,que representan la mitad de toda la población que viveen la Unión, incluidas todas las de Italia, pero tambiénalgunas de casi todos los Estados miembros.

... y lo mismo ocurrirá en los países candidatos

Las tendencias demográficas son aun más negativasen los países candidatos. Aunque en la mayoría de los12 países la población creció a una tasa relativamentealta en las décadas de 1970 y 1980, debido a las eleva-das tasas de fecundidad y al aumento de la esperanzade vida, en la década de 1990 las tasas de fecundidaddescendieron espectacularmente y la esperanza devida disminuyó. Por otra parte, se registró una conside-rable emigración y sólo la República Checa, Malta y Chi-pre experimentaron una inmigración neta en el periodo1990-1999 (véase el Mapa A.12).

Como consecuencia, el crecimiento de la población yaha comenzado a disminuir en la mayoría de los países. En8 de los 12, disminuyó durante la década de 1990. Entre1995 y 1997, disminuyó en 32 de las 52 regiones del nivelNUTS 2 y se registró una emigración neta en 31 de ellas.Se espera, pues, que en la Europa ampliada e incluyendoestos países junto a los Estados miembros actuales de laUnión Europea, la población disminuya varios años antesde lo indicado (las proyecciones de los 12 países se ba-san en predicciones de las Naciones Unidas)5.

Regiones en las que estádisminuyendo la población

En las tendencias demográficas influyen las tendenciassociales y económicas. Los flujos migratorios, en

particular, están relacionados con las diferencias entrelos mercados de trabajo regionales, con el desplaza-miento de personas de las zonas de bajo crecimiento delempleo a las zonas en las que hay más oportunidades deempleo y, a más largo plazo, esas diferencias tambiénpueden influir en las tasas de natalidad y de mortalidad.

Las regiones en declive de la Unión se caracterizan,pues, por tener unos bajos niveles de renta, un alto paroy una elevada proporción de la población trabajadoraen la agricultura y en la industria (véase el Gráfico A.9).Tienden a tener, además, un número relativamente bajode jóvenes, debido a que emigran a otras zonas, asícomo a las bajas tasas de fecundidad, y una baja densi-dad de población, ya que muchas son zonas rurales.Existen, sin embargo, notables excepciones a esta últi-ma observación, ya que algunas regiones densamentepobladas (por ejemplo, Bruselas y Atiki en Grecia, don-de se encuentra Atenas) también han experimentadouna reducción demográfica en los últimos años. De he-cho, en muchas grandes conurbaciones de Europa seobserva una tendencia hacia la “suburbanización”, esdecir, a un desplazamiento del centro de las ciudades alas afueras y a las regiones vecinas, que suele denomi-narse “diseminación urbana”.

El envejecimiento de la poblaciónse acelerará en la Unión ...

La población de la Unión está envejeciendo rápidamente.Dadas las bajas tasas de natalidad, la proporción de jó-venes menores de 15 años ha disminuido durante variosaños y se prevé que continuará disminuyendo en el futu-ro, pasando de un 17% de la población total en 1998 a un14,5% en 2025. En cambio, la proporción de personas de65 años o más está aumentando significativamente y au-mentará aun más deprisa a partir de 2010 cuando la ge-neración perteneciente a la explosión de la natalidad al-cance esta edad. Se prevé, pues, que la proporciónpasará de alrededor de un 16% de la población total en1998 a un 22% en 2025. Por otra parte, dentro de estegrupo, el número relativo de personas de 80 años o másestá aumentando aún más deprisa.

Estas tendencias tendrán importantes consecuenciaspara los sistemas de protección social y de impuestos enla Unión. En particular, se prevé que un creciente númerode personas que han traspasado la edad de jubilaciónnecesitará ser mantenido por las personas ocupadas. Entodos los Estados miembros, aumentará la tasa de de-pendencia de las personas de edad avanzada (de laspersonas de 65 años o más en relación con las personasen edad activa, que aquí se considera que son las de15-64 años), pero el aumento probablemente variará sig-nificativamente de unos a otros. Se espera que los

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

mayores aumentos se registren en Italia, Suecia, Finlan-dia y Alemania y los menores en Irlanda, Portugal yLuxemburgo.

La tendencia de la tasa total de dependencia, es decir, elcociente entre el total de personas que han traspasado laedad activa y el de personas que no la han alcanzado,por una parte, y las personas en edad activa, por otra,probablemente será similar, aunque menos pronunciada,a pesar de la disminución prevista del número de niños 6

(Mapa 10). Actualmente, hay alrededor de 49 personaspotencialmente dependientes por cada 100 personas enedad activa; en 2025, se espera que haya 58. Se prevéque la cifra será especialmente alta en la mayoría de lasregiones de Francia, Suecia y Finlandia.

Se espera que la jubilación de la generación pertene-ciente a la explosión de la natalidad, unida a la disminu-ción del número de jóvenes, reduzca la población enedad activa en la Unión a partir de 2010 aproximada-mente, pasando de alrededor de los 251 millones actua-les a unos 243 millones en 2025. Al mismo tiempo, laedad media de las personas de 15-64 aumentará.

... al igual que en los países candidatos

En la Unión ampliada, es decir, incluidos los países can-didatos, así como los Estados miembros actuales, el ritmode envejecimiento de la población podría ser más lento,pero sólo levemente. En la mayoría de los países candi-datos, las políticas activas que fomentaron el crecimientode la población durante las décadas de 1970 y 1980 seinvirtieron en la de 1990. Aunque la edad media de su po-blación es menor que en la Unión actualmente, es proba-ble que aumente rápidamente durante los próximos 25años, ya que el descenso de las tasas de fecundidad re-duce el número relativo de jóvenes de menos de 15 añosen todos los países, salvo en Malta. Se prevé, pues, queen 2025 la proporción de jóvenes con respecto a la po-blación total será aun menor que en la Unión actual.

En cambio, actualmente la proporción de personas de 65años o más es, en promedio, menor en estos países queen la Unión. Las tasas de dependencia de las personasde edad avanzada también son, pues, más bajas y, enmuchas regiones, mucho más bajas que en los Estadosmiembros de la Unión, con la excepción de Irlanda.

El número relativo de personas de edad avanzada tam-bién aumentará significativamente, si bien la RepúblicaCheca es el único país en el que se espera que sea su-perior a la media de la Unión en 2020. No obstante, seespera que tanto la tasa media de dependencia de laspersonas de edad avanzada como la tasa media total

de dependencia sólo sean algo más bajas en una Uniónampliada de lo que se ha indicado antes.

Lo mismo ocurre con la disminución prevista de la po-blación en edad activa, que se prevé que se producirámás o menos al mismo tiempo en los países candidatosque en la Unión actual. Se espera que el número de per-sonas de 15-64 años aumente ligeramente con respec-to a la cifra actual de 72 millones hasta 2009 y que des-pués descienda a 66 millones en 2025. Por lo tanto, enuna Unión ampliada la población en edad activa proba-blemente alcanzará un máximo de 328 millones en 2010y descenderá a 309 millones en 2025. Al igual que ocu-rre en la Unión, la edad media de las personas de 15-64años también aumentará, si bien a un ritmo algo menorque en los Estados miembros actuales.

La población activa de la Unióndisminuirá y envejecerá ...

Las tendencias de la población en edad activa antes des-critas afectarán inevitablemente al crecimiento y a la es-tructura por edades de la población activa de la Unión, sibien en estas tendencias influirán tanto las variaciones delas tasas de actividad como la demografía. Estas depen-derán, a su vez, de diversos factores económicos y socia-les, especialmente de la existencia de puestos de traba-jo, pero también de la evolución de la educación, de lasactitudes sociales hacia las mujeres que trabajan, de laexistencia de sistemas de guarderías, de la edad de jubi-lación, de los detalles de los sistemas de pensiones, de laestructura de los hogares, etc.

Si persisten las tendencias actuales de la población yde las tasas de actividad, se prevé que la población ac-tiva crecerá en la Unión hasta el año 2010, fecha en quealcanzará la cifra de 183 millones 7. A partir de entoncescomenzará a disminuir, descendiendo a unos 175 millo-nes en 2025. Sin embargo, es probable que el inicio dela disminución varíe significativamente de unas regio-nes a otras (Mapa 11). No obstante, en casi todas las re-giones de la Unión, se espera que el número de perso-nas económicamente activas disminuya en 2025, sibien a un ritmo muy distinto. Se prevé que la disminu-ción será especialmente acusada en Italia, Alemania yEspaña, donde la población activa disminuirá en másde 1 millón en cada caso.

Como consecuencia de las tendencias demográficas yde las posibles variaciones de las tasas de actividad, seespera que el número relativo de personas de 50 años omás que participan en la población activa aumente en to-dos los Estados miembros, pasando de una media de al-rededor del 20% del total actual a un 30% a principios dela década de 2020. En los países nórdicos, en los que se

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

Guyane (F)

Guadeloupe

(F)

Martinique

(F)

Réunion

(F)

Canarias (E)

Açores (P)

Madeira

(P)

Periodos

No antes de 2025

Entre 2015 y 2025

Entre 2005 y 2015

Entre 1995 y 2005

0 100 500 km

11 Disminución prevista de la población activa

espera que la tasa de actividad no varíe mucho, es pro-bable que el aumento de esta proporción sea relativa-mente pequeño, mientras que en Italia y España, dondelas tasas de natalidad son bajas y las tasas de actividadfemeninas podrían aumentar notablemente, podría serconsiderable.

... lo que podría tener profundasconsecuencias económicas

Como se ha señalado antes, estas tendencias podrían te-ner unas consecuencias económicas transcendentales,sobre todo para la viabilidad a largo plazo de los sistemasde protección social y de asistencia sanitaria, en los queel crecimiento del número de personas de edad avanza-da ejercerá crecientes presiones. Es necesario, pues,centrar la atención en la posibilidad de aumentar la tasade actividad de las personas de edad avanzada y de lasmujeres, que constituyen la principal fuente de creci-miento de la población activa en el futuro.

Al mismo tiempo, esa posibilidad trae a un primer planoel problema del mantenimiento, la actualización y el au-mento de las cualificaciones de las personas en cues-tión, que ya es un motivo de preocupación, dado el en-vejecimiento de la población trabajadora. En muchospaíses, la adopción de una política de jubilación antici-pada hasta hace poco ha permitido dejar de lado esteproblema. Por otra parte, la creencia de que el rendi-miento de la formación de los trabajadores de edadavanzada es relativamente bajo, cualquiera que sea larealidad, significa que los empresarios suelen ser rea-cios a realizar las inversiones necesarias. Esta renuen-cia tiende a verse agravada por la creencia de que elproceso de formación y la adquisición de nuevas cualifi-caciones por parte de los trabajadores de edad avanza-da son difíciles. Sin embargo, estas dificultades puedenreducirse extraordinariamente si la formación de esostrabajadores forma parte del proceso de aprendizajedurante toda la vida, lo cual significa, a su vez, que laspersonas adquieran nuevas cualificaciones a lo largode su vida laboral y estén acostumbradas a eso. Estetipo de enfoque, que requiere un cambio de actitud, asícomo un cambio de las prácticas de trabajo, es esencialpara aprovechar eficazmente el potencial de los traba-jadores de edad avanzada, lo que puede ser vital paraque los productores de la Unión sigan siendo competiti-vos en los mercados mundiales.

También es importante conseguir que las mujeres – y, dehecho, los hombres – que vuelven a trabajar tras un perio-do de ausencia por razones familiares tengan acceso a laformación que necesitan para actualizar sus cualificacio-nes y aprender nuevos métodos de trabajo, con el fin de

que puedan encontrar un empleo adecuado y contribuireficazmente al desarrollo de la economía de la Unión.

La disminución prevista del número de jóvenes podríareducir el paro juvenil, aunque eso depende a largo pla-zo más de sus cualificaciones y de la tasa de crecimien-to del empleo que del número de jóvenes per se. La dis-minución del número de jóvenes que entran en elmercado de trabajo ha ido acompañada de un aumentodel número de jóvenes que permanecen más tiempo enla enseñanza y en la formación profesional inicial. Enuna economía basada en el saber, es esencial que estatendencia se mantenga. Al mismo tiempo, el crecientereconocimiento de la importancia de la formación quese adquiere en el centro de trabajo, así como de la ense-ñanza reglada, significa que en algunos países la tasade actividad de los jóvenes esté aumentando debido aque conjugan el empleo remunerado con los estudios.

Cualesquiera que sean las medidas que se adopten paraaumentar las tasas de actividad, el grado en que éstasaumenten en el caso de las mujeres y de los trabajadoresde edad avanzada, así como de los jóvenes, dependerá,en última instancia, de la tasa de crecimiento del empleo,la cual probablemente dependa, a su vez, del ritmo dedesarrollo económico (debe hacerse hincapié en que elproceso no es de sentido único, ya que la propia entradaen el mercado de trabajo de personas más cualificadas yemprendedoras probablemente aumentará la competiti-vidad y el crecimiento económico). De ello dependeráque el paro disminuya y haya escasez de empleo o que elparo aumente de nuevo en la Unión, a pesar de la dismi-nución del número de personas en edad activa.

Por ejemplo, se prevé que en muchas zonas del norte deItalia la población activa disminuirá significativamente enlos próximos años a juzgar por las tendencias pasadas y,de hecho, ya está comenzando a haber escasez demano de obra. Sin embargo, a más largo plazo, si es posi-ble mantener el crecimiento económico y la creación netade empleo en un elevado nivel, eso podría animar a máspersonas – a las mujeres, en particular, cuya tasa de acti-vidad es muy inferior a la media de la Unión en la mayoríade las regiones – a entrar en la población activa y atenuarla escasez (en el norte de Italia, la tasa de actividad feme-nina ha aumentado considerablemente en los últimos 10o 15 años, mientras que en el sur, donde el crecimientodel empleo ha estado deprimido, apenas ha variado).

La inmigración podría aumentar,pero no debe exagerarse ...

Según algunos estudios recientes, es improbable quese produzca una entrada en gran escala de inmigrantesprocedentes de los países candidatos y ésta no debe

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

exagerarse en el programa de la ampliación. Sin embar-go, dado que la convergencia de la renta per cápita delos países de Europa central con la de la Unión será unlargo proceso, es casi seguro que la migración aumenteuna vez que sea posible la libre circulación. Se estimaque la entrada neta de inmigrantes en la Unión podríaascender a unas 335.000 personas al año inmediata-mente después de que se eliminen las barreras, peroque descendería a menos de 150.000 en el plazo deuna década 8. En ese momento, el número de personasprocedentes de los países de Europa central que vivi-rían en la Unión podría llegar a ser de 2,9 millones y de3,7 millones otros 10 años más tarde, alcanzando unmáximo de 3,9 millones 30 años después de la introduc-ción de la libre circulación de la mano de obra. Eso sig-nifica un crecimiento de los nacionales de los países deEuropa central residentes en los Estados miembros ac-tuales de la Unión de un 0,2% de la población total en1998 a sólo algo más del 1% en un plazo de 30 años. Se-gún estas estimaciones, carece, pues, de fundamentoel temor de que los inmigrantes procedentes de los paí-ses de Europa central inunden los mercados de trabajode la Unión.

Es probable que las personas procedentes de los paí-ses de Europa central emigren principalmente a Alema-nia y a Austria, donde su número ya es elevado. Segúnlas estimaciones, alrededor de un 65% emigrará al pri-mero, un 12% al segundo y, dentro de estos países,principalmente a las regiones fronterizas y a los centrosde actividad económica: en Alemania, a las regionesdel sur limítrofes con la República Checa más que a losnuevos Länder, y en Austria, a las regiones del este.También es probable que en las regiones fronterizascon los países de Europa central aumente temporal-mente la inmigración y el número de desplazamientostransregionales del domicilio al trabajo. Sin embargo,esta concentración podría provocar tensiones socialesen las regiones en cuestión.

... y podría atenuar la escasez de mano de obra

Tal vez la conclusión más interesante y posiblementeimportante de los estudios recientes sea la de que, a di-ferencia de lo que ocurre en la Unión Europea, el núme-ro de jóvenes de 20-35 años probablemente experimen-tará un crecimiento significativo en muchos países deEuropa central durante la próxima década aproximada-mente. Eso representa una oportunidad para la Uniónampliada, en la medida en que brinda a los empresariosla posibilidad de contratar jóvenes que tienen un eleva-do un nivel de estudios. De hecho, de continuar la recu-peración económica al ritmo actualmente previsto, tam-bién será un momento en el que probablemente seagravará la escasez de mano de obra cualificada.

En realidad, también hay indicios en la Unión de la exis-tencia de escasez de mano de obra en las actividadesmenos cualificadas en diversas regiones, incluso en al-gunas en las que el paro es relativamente alto. Los inmi-grantes podrían contribuir a atenuar la escasez en estasáreas, si bien es importante que se adopten al mismotiempo las medidas oportunas para integrar a estas per-sonas en la comunidad local e impedir que queden ex-cluidas socialmente.

En este sentido, en una reciente comunicación de la Co-misión sobre una Política Comunitaria de Inmigración(COM(2000)757) se propone la adopción de una políti-ca de inmigración controlada entre las respuestas a losproblemas que implican las tendencias demográficas yse señala la posible contribución de la inmigración a laEstrategia Europea de Empleo.

Aunque la emigración de jóvenes podría tender a dañarel potencial de desarrollo de las regiones de las queproceden a corto o medio plazo, sobre todo porque en-tre esas personas probablemente habrá un elevado nú-mero que tendrá los niveles de estudios más altos, suvuelta posterior, con la experiencia y los conocimientosadquiridos, podría dar un enorme impulso al desarrollode los países de Europa central.

No es probable que la ampliación planteegraves problemas a los mercadosde trabajo de la Unión Europea

Es improbable que la libre circulación de mano de obraafecte significativamente a los mercados de trabajo dela Unión en su conjunto, si bien podría afectar a los Esta-dos miembros de distinta forma según su situación es-pecífica. Actualmente, los países de Europa central sonpequeños en términos económicos, lo cual significa queun aumento de las importaciones procedentes de estospaíses probablemente apenas afectará a los precios delos mercados de bienes y, por lo tanto, a los salarios y alempleo. Por ejemplo, según un estudio reciente, la inmi-gración de una media de unas 200.000 personas al añodurante los próximos 15 años reduciría la remuneraciónmenos del 1% 9. Sin embargo, en las regiones fronteri-zas el efecto en los mercados de trabajo podría ser ma-yor, al igual que en los sectores más expuestos a lacompetencia de las importaciones procedentes de lospaíses de Europa central, si bien la proximidad de nue-vos mercados también podría ser beneficiosa.

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

La inversión

La inversión es la clave del crecimientoen los países candidatos

Los indicadores de la inversión constituyen un buen ba-rómetro del potencial de crecimiento de una economía10

(véanse los Gráficos A.10 y A.11). La inversión (medidapor medio de la formación bruta de capital fijo) es mayoren relación con el PIB en los países candidatos que enlos Estados miembros actuales de la Unión: 25% del PIBfrente a 20% en 1998. Es esencial que se mantenga estadiferencia o incluso que aumente para que los paísescandidatos logren las elevadas tasas de crecimientonecesarias para converger con las economías de laUnión. Una elevada inversión per se no es una garantíade éxito – debe seleccionar perfectamente sus objeti-vos e ir acompañada de progreso técnico (véase másadelante) – pero es una condición necesaria.

Sin embargo, el nivel de inversión varía significativa-mente de unos países candidatos a otros. En la Repúbli-ca Checa, Eslovaquia y Polonia, la inversión representanada menos que un 30% del PIB. En cambio, en los paí-ses cuyo PIB per cápita es más bajo, es mucho menor(un 11% en 1998).

En la Unión, Portugal, que es el país que tiene el segun-do PIB per cápita más bajo, tiene el nivel más alto de in-versión en relación con el PIB (25%), al tiempo queEspaña y Grecia, así como Irlanda, también tienen un ni-vel muy superior a la media de la Unión. En cambio, Sue-cia, con un PIB per cápita que gira en torno a la mediade la Unión, tiene el nivel más bajo (un 17% del PIB).

El stock de capital: las economías rezagadas aúntienen que acortar mucho las distancias con el resto

Para juzgar la influencia de la formación de capital en losresultados económicos, es importante tener en cuenta nosólo los flujos actuales de inversión sino también el stockde capital acumulado que estas inversiones han ido for-mando con el paso del tiempo11. Sin embargo, los datossobre el stock son en gran medida estimaciones, por loque no deben considerarse más que como indicativos. Noobstante, cabe extraer algunas interesantes conclusiones.

La principal observación es que los países más próspe-ros tienen un stock de capital mayor que los menos prós-peros. En los tres países de la cohesión, se estima que en1999 el stock de capital sólo era de 33.000 euros per cá-pita, mientras que en la Unión en su conjunto era de54.000 y en Dinamarca, Alemania y Austria de 75-80.000(véase la Tabla A.19 y los Gráficos A.12 y A.13). Por lo tan-to, los países de la cohesión sólo tienen un 60% del capi-tal per cápita de que dispone la Unión en su conjunto.

Dado que el stock de capital se forma durante un gran nú-mero de años, tiende a variar a un ritmo muy lento y en élpredomina la inversión pasada. Es el caso sobre todo delos edificios, que pueden utilizarse eficazmente durantedécadas, aunque incluso la maquinaria y el equipo pue-den tener a menudo una vida útil de diez años o más.

No obstante, como la tasa de inversión de los países de lacohesión es más alta, la diferencia entre éstos y el restode la Unión está reduciéndose, aunque lentamente: hacediez años, el stock de capital de los primeros sólo repre-sentaba, en promedio, un 54% del stock de capital de laUnión en su conjunto. Sin embargo, aunque los países de

la cohesión están acortando distancias entérminos relativos, en términos absolutosaún gastaron menos de la media de laUnión en inversión per cápita en la últimadécada: 10.000 euros frente a 13.000.

La inversión en saber constituye labase del crecimiento a largo plazo

Aunque el gasto de capital en activos físi-cos es importante, la inversión intangibleen investigación y desarrollo, educación ytecnología de la información está cobran-do aun más importancia para el desarrolloeconómico de la Unión.

El crecimiento a largo plazo es atribuible,pues, no sólo a un aumento del stock decapital fijo sino sobre todo a las mejorastécnicas que aumentan la eficiencia con

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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(*) Incluidas las iglesias y el voluntariadoLa definición del sector público y del privado varía de unos países a otros

L: no se dispone de datos sobre la I+DB: los datos sobre educación sólo se refieren a Flandes

que se utiliza el capital (y el trabajo) 12. Por otra parte, la re-volución de la información significa que la inversión enavances tecnológicos probablemente cobrará aun másimportancia en la economía del futuro basada en el saber.

Es importante, pues, examinar el nivel de inversión en sa-ber realizada en toda la Unión, así como en activos fijos.Este examen lleva a extraer unas conclusiones algo distin-tas, ya que muchos de los países cuya tasa de inversiónfija es inferior a la media se encuentran entre los mayoresinversores en tecnología. En particular, Suecia, que tiene latasa de inversión fija más baja de la Unión, tiene la tasamás alta de inversión en saber (Gráfico 9). Francia, el Rei-no Unido y Finlandia también invierten poco en activos físi-cos, pero invierten mucho en conocimientos.

Por otra parte, los tres países de la cohesión, así comoIrlanda, gastan menos que la media en inversión en sa-ber. Aunque su elevada tasa de gasto en formación decapital fijo está reduciendo la diferencia entre su stock decapital y el del resto de la Unión, su bajo nivel de inversiónen activos menos tangibles no es una base segura para elcrecimiento a más largo plazo en una era digital.

Equipamiento de infraestructura

La mayor parte de la inversión pública de los Estadosmiembros, así como de la inversión que se financia conlos Fondos Estructurales se realiza en infraestructura.Contar con un equipamiento suficiente de infraestructuraes una condición necesaria, pero no suficiente, para eldesarrollo económico y la competitividad de una región,un importante factor que determina tanto la localizaciónde la actividad económica como los tipos de actividadeso de sectores que se desarrollan. La inversión en infraes-tructura es esencial para reducir el efecto de la distanciaentre las regiones, especialmente entre las periféricas ylas centrales. Sin embargo, es necesario satisfacer otrascondiciones al mismo tiempo para que el aumento de lasfacilidades de acceso de las regiones periféricas no seconvierta en una amenaza en lugar de una oportunidad.

Infraestructura de transporte

La infraestructura de transporte, en particular, desem-peña un importante papel en la reducción de las dispari-dades regionales y en la mejora de la competitividad delas regiones al facilitar el comercio y la circulación demano de obra. Las mejoras de la infraestructura redu-cen tanto el tiempo como el coste de transportar lasmercancías y, por lo tanto, aumentan la productividad y

alteran la ventaja comparativa que supone estar situadoen las diferentes regiones. También producen un efectosimilar en el tiempo que se tarda en acudir al trabajo, porlo que amplían las fronteras de los mercados de trabajolocales y aumentan la oferta efectiva de mano de obra.

Sin embargo, la infraestructura de transporte continúasiendo en gran medida competencia del Estado y sigueconstituyendo un importante componente de la políticaestructural y regional. A pesar de la privatización recien-te de algunos medios de transporte (especialmente delferrocarril de alta velocidad y de las autopistas), el costede la inversión en infraestructura básica sigue siendodemasiado alto para que pueda financiarlo el sector pri-vado. Además, cuando se decide la inversión en nuevainfraestructura, debe tenerse en cuenta el coste recu-rrente del mantenimiento posterior.

El transporte por carreteracontinúa siendo predominante

El transporte por carretera es el principal medio de trans-porte. En 1997, representó el 86% del total del transportede pasajeros en la Unión Europea (medido en pasaje-ros-kilómetros) y el 94% del transporte terrestre. Por otraparte, el transporte de mercancías por carretera continúaaumentando: en 1997, representó un 43% de este tipotransporte (medido en toneladas-kilómetros) frente al31% en 1970. Excluido el transporte aéreo y marítimo, re-presentó el 74% de todas las mercancías transportadasen la Unión, mientras que sólo el 14% se transportó en fe-rrocarril y el 12% por vías navegables y oleoductos.

El desarrollo de las autopistas ha aumentado la densi-dad del transporte por carretera. Aunque la extensiónde la red de carreteras apenas ha variado en términosgenerales en el conjunto de la Unión, la longitud de lasautopistas aumentó un 40% durante los diez años com-prendidos entre 1988 y 1998, debido sobre todo al cre-cimiento registrado en los 4 países de la cohesión, enlos cuales muchas carreteras se han transformado enautopistas. Durante este periodo, la densidad de auto-pistas 13 aumentó en estos cuatro países en su conjuntode menos de la media de la Unión (43%) a más o menosel mismo nivel; el mayor aumento se registró en España,donde la densidad pasó del 63% de la media al 136%.Por otra parte, aunque también se registró un conside-rable crecimiento en Irlanda y Grecia, la densidad siguesiendo muy inferior a la media (12% de la media en Irlan-da en 1998 frente a menos del 2% en 1988 y 17% enGrecia frente a la ausencia de autopistas en 1988).

A escala regional, la evolución ha sido similar. Aunque ladensidad de autopistas sigue siendo mayor en las regio-nes centrales o en las más desarrolladas de cada país

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

que en las regiones Objetivo 1 o periféricas, el crecimien-to de las autopistas se ha concentrado en estas últimas.

Las redes de autopistas están menos desarrolladas enlos países nórdicos (en Finlandia, la densidad sólo repre-senta un 41% de la media de la Unión y en Suecia un65%), especialmente en las regiones escasamente po-bladas que se encuentran más al norte y que reciben ayu-da del Objetivo 1, debido a sus características geográfi-cas y demográficas.

Sin embargo, la media de la Unión no debe considerarse unobjetivo en sí mismo que debe alcanzarse mecánicamente.Cada región tiene sus propias necesidades específicas aeste respecto, tanto en lo que se refiere a la extensión globalde las redes de transporte como a determinados medios detransporte. La competitividad regional exige un nivel mínimode infraestructura de transportes, pero éste no es necesa-riamente el mismo en todas las regiones. Por otra parte, lacalidad y la seguridad pueden ser igual de importantespara el desarrollo (Gráficos 10 y 11).

Reducción del transporte ferroviarioa pesar de la modernización

La importancia del transporte ferroviario ha disminuidoen la Unión, a pesar de la modernización de la red de al-gunos países. En 1990, el ferrocarril representaba el10% de total del transporte de pasajeros en la Unión,pero en 1997 descendió al 7%. La disminución deltransporte ferroviario de mercancías ha sido aun mayor:descendió de 21% en 1970 a 8,5% en 1997 y entre 1990y 1997 disminuyó un 7%, mientras que el transporte demercancías por carretera aumentó un 29%.

La disminución del tráfico ha ido acompañada de unaleve reducción de la extensión de la red de ferrocarriles,

medida en kilómetros de vía, y de una escasa reducciónde las disparidades nacionales o regionales existentesen la Unión. De hecho, en los países de la cohesión, ladensidad ferroviaria 14 disminuyó, pasando de un 66%de la media de la Unión en 1988 a un 61% en 1998, debi-do en particular al cierre de muchas líneas ferroviariasen España y Portugal.

No obstante, la red ferroviaria se ha modernizado en al-guna medida en los países de la cohesión. En 1988, el17% de las líneas era de doble vía y el 35% estaba elec-trificado, mientras que en 1999 las cifras eran del 24% y39%, respectivamente. España es el país en el que másalta era la tasa de modernización, mientras que en Gre-cia tanto la longitud como la calidad de las vías seguíansiendo muy bajas (45% de la media de la Unión por loque se refiere a la densidad ferroviaria y sólo un 12% delíneas de doble vía y ninguna electrificada). Sin embar-go, eso se debe en alguna medida a las característicasgeográficas del país, que tiene un gran número de islasy zonas montañosas (véase los Gráficos A.14-A.16).

El transporte marítimo es vitalpara las regiones insulares y costeras

El coste de la inversión en infraestructura para el trans-porte marítimo se limita a la construcción, el manteni-miento y la modernización de los puertos que tienden aser mucho menos costosos que la construcción de ca-rreteras. Además, el transporte marítimo y fluvial, aun-que lento, es el medio de transporte más económico ymenos perjudicial para el medio ambiente. Tampoco leafectan los problemas de congestión o de capacidad.

En 1997, el transporte marítimo representaba el 70% deltransporte de exportaciones visibles de la Unión y el 30%del comercio intracomunitario. En cambio, el transporte

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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Índice del conjunto de regiones de la UE = 100

11 Índice de autopistas, 1988 y 1998

fluvial sólo representaba el 7% del transporte de mercan-cías de la Unión.

El transporte marítimo continúa siendo especialmenteimportante para el transporte a lo largo de las costas dela Unión y entre el continente y las numerosas islas, in-cluso después de la construcción de varias conexionesfijas: por ejemplo, el Orensund y el Túnel del Canal de laMancha. En 1998, representaba el 41% de todo el trans-porte de mercancías en la Unión, tanto dentro de losEstados miembros como entre ellos. El Reino Unido eraresponsable del 20% de esta cifra, Italia del 16% y loscuatro países de la cohesión en su conjunto del 22%.

El volumen de tráfico que pasa por los principales puer-tos aumentó significativamente entre 1990 y 1998, es-pecialmente el que pasa por los puertos de tamaño me-dio, incluidos, en particular, Algeciras en Andalucía yDublín, si bien su tráfico sigue siendo muy inferior al delos mayores puertos del norte de Europa: es diez vecesinferior al de Rotterdam y 3 veces inferior al de Amberes.

Más notable es el hecho de que el crecimiento de los puer-tos equipados para transportar mercancías en contenedo-res ha estado repartido de una manera más uniforme portoda Europa. Cinco de los doce mayores puertos de laUnión se encuentran en el Mediterráneo, incluido GioraTauro en Italia. Estos han experimentado un crecimientomayor que los del norte de Europa. La mayor parte de lasmercancías transportadas en contenedores que llegan ysalen de los puertos se transporta por carretera, salvo enBélgica y los Países Bajos, donde se utiliza más el trans-porte fluvial. En Francia y Alemania, aunque no se aprove-cha todo el potencial de los ríos y los canales, se utiliza re-lativamente mucho el ferrocarril. En cambio, en los paísesde la cohesión, casi todo el transporte de contenedores serealiza por carretera (entre el 89 y el 98%).

El transporte intermodal sigue siendo poco importante enla Unión en su conjunto. Sólo el 12% de las mercancías setransporta de los puertos hasta su destino interior por otrosmedios distintos de las carreteras (véase la Tabla A.20).

Los sistemas de transporte en los paísescandidatos: una infraestructura anticuadacuya evolución es muy distinta a la de la Unión

Aunque en los países candidatos se observan las mismastendencias generales que en la Unión en lo que se refiere ala evolución de los modos de transporte, el punto de parti-da y la evolución global del transporte son muy diferentes.En primer lugar, el volumen de tráfico se estancó durante ladécada de 1980 y disminuyó acusadamente durante la de1990, siguiendo las mismas tendencias de la economía ydel comercio. El volumen de mercancías transportadas

disminuyó un 22% entre 1980 y 1988, mientras que crecióun 52% en la Unión durante el mismo periodo.

Sin embargo, al igual que en la Unión, el transporte porcarretera ha pasado a ocupar un lugar preponderante. Apesar de la disminución global del volumen de mercan-cías transportadas, el transporte de mercancías por ca-rretera aumentó un 19% entre estos años, si bien esta ci-fra todavía es mucho menor que la de la Unión donde seduplicó. Por otra parte, en 1998, sólo representó el 47%del transporte por carretera frente a la cifra del 74% de laUnión, mientras que el transporte ferroviario, aunque endeclive, continuó teniendo una gran importancia, repre-sentando un 42% del transporte total frente a la cifra del14% de la Unión. De hecho, el transporte por ferrocarrilocupa un lugar predominante en los estados bálticos y enEslovaquia, mientras que en la República Checa y Bulga-ría predomina el transporte por carretera.

Por lo que se refiere al transporte marítimo, los principa-les puertos de los países de Europa central se encuen-tran en Rumanía (Constance), Letonia (Ventspils) y Po-lonia (Gdansk y Szceczin). La cantidad de tráfico quepasa por estos puertos es similar a la que pasa por lospuertos de tamaño medio del Mediterráneo y sólo un5-10% de la que pasa por Amberes. No obstante, lospuertos bálticos están creciendo rápidamente.

El transporte fluvial tiene una importancia marginal, sal-vo en Rumanía y Eslovaquia, donde representa más deun 10% del transporte total de mercancías.

El equipamiento de infraestructura de transporte es, en tér-minos generales, menor en los países candidatos que en laUnión y la red de ferrocarriles, aunque representa una pro-porción mayor del total, se encuentra en mal estado. En unaUnión ampliada a 27 países, las principales característicasdel sistema de los países candidatos son las siguientes:

− en el caso de las carreteras, todos los países, salvoEstonia, Lituania y Polonia, tienen una red conside-rablemente menor que la media de la Unión. La dePolonia es similar a la de Irlanda, mientras que la deEstonia y Lituania, la República Checa y Eslovaquiaes mayor que la de tres de los cuatro países de lacohesión (véase el Gráfico A.17).

− hay, en general, muchas menos autopistas que en laUniónensuconjuntooqueen lospaísesde lacohesión.Mientras que durante los últimos 10 años la construc-ción de autopistas ha aumentado acusadamente en laUnión y en los países de la cohesión, en particular, hasido mínima en los países candidatos. Los países en losque mayor es la densidad de autopistas son Eslovenia yLituania, donde es superior a la de Portugal, mientras

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

que en Polonia, que, al igual que Irlanda, está bien dota-da de carreteras, las autopistas son casi inexistentes;

− los ferrocarriles constituyen el medio de transportemás desarrollado. La longitud total de la red ferroviariaes, en general, mayor que en la Unión y casi dos ve-ces mayor que en los países de la cohesión. En la Re-pública Checa, es dos veces mayor que la media dela Unión y en Hungría, Eslovaquia, Letonia y Polonia,1,5 veces mayor. No obstante, por lo que se refiere ala calidad de la red, la comparación es mucho menosfavorable. La proporción de líneas electrificadas esmuy inferior a la media de la Unión, salvo en Bulgaria yPolonia, mientras que, al igual que ocurre en los paí-ses de la cohesión, también hay muchas menos lí-neas de doble vía y líneas de alta velocidad.

Los principales problemas que deben resolverse paraque las redes de transporte mejoren el equilibrio territo-rial en una Unión ampliada son, pues, los siguientes:

− el envejecimiento de la infraestructura de transportede los países candidatos debido a la falta de inver-siones en los años 80 y 90;

− la necesidad de integrar las redes de los paísescandidatos en el sistema global de transporte de laUnión, así como en las redes transeuropeas;

− la necesidad de reforzar el aspecto intermodal de lossistemas de transporte, especialmente en lo que serefiere a las conexiones entre los puertos de las regio-nes periféricas y las zonas menos favorecidas del in-terior. A diferencia de lo que ocurre en los países can-didatos, en los países de la cohesión la infraestructuratiende a ser más moderna y a estar más integrada enla del resto de la Unión, debido a las grandes inversio-nes realizadas en la década de 1990. No obstante, lared de ferrocarriles sigue estando menos desarrolla-da que en otros países y las conexiones entre los dife-rentes modos de transporte que son importantes, en-tre otros, para las comunicaciones internas dentro delas regiones favorecidas, son insuficientes.

La energía

La existencia de energía en una región, la flexibilidad delsuministro en lo que se refiere a la diversidad de fuentes yla independencia energética son importantes para el de-sarrollo regional, en el sentido de que contribuyen a defi-nir los límites del crecimiento y del empleo. El tipo de pro-ducción, el consumo de energía por unidad deproducción y la capacidad para reducir la contaminación

del medio ambiente determinarán también la capacidadde una región para conseguir un desarrollo sostenible.

En los últimos 10 años, el consumo de energía ha conti-nuado aumentando en la Unión a medida que ha crecidoel PIB. La intensidad en energía, a saber, la cantidad deenergía utilizada por unidad de producción, ha disminui-do, aunque menos significativamente que en la décadade 1980. Entre 1988 y 1998, el PIB creció en la Unión un25% en términos reales, mientras que el consumo deenergía aumentó un 6%, lo cual significa una disminuciónde la intensidad en energía.

El consumo de energía por habitante aumentó en la Uniónun 1,6% entre 1988 y 1998, especialmente en los paísesde la cohesión, que iniciaron el periodo con un nivel inferiora la mitad de la media de la Unión, pero que aumentaron elconsumo casi un 40% durante estos 12 años. Este aumen-to se debió en gran medida a su crecimiento económico yal consumo intensivo en energía. Fue el caso sobre todode Portugal y Grecia, los dos países que tenían los peoresresultados en lo que al consumo de energía se refiere.Aunque el consumo por habitante continúa siendo inferiora la media de la Unión en estos dos países, debido princi-palmente a su bajo nivel de PIB per cápita, el consumo porunidad de PIB aumentó considerablemente en lugar dedisminuir como en otros países. El elevado crecimientoeconómico registrado en España fue acompañado de unaumento de más del 30% del consumo total de energía yde un pequeño aumento del consumo intensivo en ener-gía. No obstante, éste sigue siendo inferior a la media de laUnión, al igual que en Irlanda, donde el consumo intensivoen energía experimentó una considerable reducción(33%) (véase el Gráfico A.18).

El agua y el medio ambiente

Para que se mantenga el desarrollo a largo plazo tambiénes necesario que sea sostenible desde el punto de vistadel medio ambiente. Si el crecimiento de una economíaproduce efectos perjudiciales en el medio ambiente, esoacabará limitando su desarrollo. La existencia de recur-sos y las medidas adoptadas para proteger el medio am-biente son, pues, factores que determinan los resultadosa largo plazo de las economías regionales y que, por lotanto, merecen especial atención.

Las reservas y el consumo de agua

En la Unión, las reservas de agua renovables son, se-gún las estimaciones, relativamente bajas: alrededor de3.200 metros cúbicos por habitante en comparacióncon la media mundial de 7.300. No obstante, los paíseseuropeos tienen suficientes reservas en términos

52

I.4 Factores que determinan la convergencia real

generales, ya que la tasa anual de extracción es deunos 660 metros cúbicos por habitante solamente.

Sin embargo, la distribución de las reservas varía significa-tivamente de unas regiones a otras. Las reservas por habi-tante son 5 veces superiores a la media en Finlandia, Sue-cia y Noruega y 3,5 veces mayores en Irlanda, mientrasque sólo representan alrededor de la mitad o menos de lamedia en Dinamarca, Bélgica y Alemania (véase el GráficoA.19). En relación con la superficie, las diferencias regio-nales son aún mayores. En Noruega son 60 veces mayo-res que en España, 30 veces mayores que en Sicilia, eleste de Grecia, las zonas centrales de Polonia y Hungría ylas zonas próximas a la frontera entre Rumanía y Bulgaria.Sin embargo, la existencia de reservas de agua dependeno sólo de su cantidad sino también del nivel de consumo,el cual depende, a su vez, de diversos factores, como eltipo de producción industrial y agrícola, el nivel de consu-mo de los hogares y las posibilidades de tratamiento y reu-tilización de las aguas residuales. En Europa en su conjun-to (la Unión Europea, el Espacio Económico Europeo y lospaíses candidatos), la tasa anual total de extracción sóloes del 16% de las reservas existentes. Por otro lado, comouna gran parte del agua extraída retorna a la fuente origi-nal, el consumo final neto sólo representa un 5% de las re-servas. En la Unión Europea, la situación es algo menos fa-vorable, ya que la tasa anual de extracción representa un21% de las reservas y la tasa neta algo menos del 7%.

El consumo de agua varía significativamente de unosEstados miembros a otros. La tasa de consumo es relati-vamente alta en Bélgica (43% de las reservas) y en Ale-mania (35%) debido a la densidad demográfica y al ele-vado consumo industrial. En los países mediterráneos, elconsumo agrícola (para riego) es responsable de la ma-yor parte del agua extraída. En España, donde la tasaanual de extracción es superior a un 30% de las reservas,el 60% se destina a la agricultura; en Portugal, el 52%; yen Italia, el 50%, mientras que en Grecia la cifra es nadamenos que del 80%. Sin embargo, en Grecia y Portugal latasa total de extracción es relativamente baja (menos deun 10% de las reservas).

No obstante, es el grado en que el agua extraída retornaa su fuente el que también determina la abundancia oescasez relativa de reservas en cada país. Mientras queen Bélgica y Alemania más del 80% del agua extraídaretorna a la fuente, en España e Italia la cifra es del 40%solamente (véase el Gráfico A-20).

El tratamiento de las aguas residualesy de los residuos de los hogares

Las mejoras de las técnicas de riego de la agricultura ydel tratamiento de las aguas residuales de la industria y

de los hogares han aumentado la eficiencia con que seutilizan las reservas de agua. En la agricultura medite-rránea, los nuevos métodos de riego están permitiendoreutilizar el agua, así como tratarla, al tiempo que el tra-tamiento del agua salina también mejorará probable-mente la situación relativa en Europa meridional.

Dado que la mayor parte de la población europea viveen ciudades, es importante prestar tanta atención a losdaños que puede causar al medio ambiente la elimina-ción de los residuos de los hogares como a los que cau-san la industria y la agricultura. Es esencial adoptar unapolítica de concienciación ciudadana y de creación dela infraestructura necesaria para tratar el agua y eliminarlos residuos con el fin de reducir las presiones a las queestá sometido el medio ambiente.

Por lo que se refiere al tratamiento del agua de los hoga-res, el 90% de la población de la Unión está conectado auna red central de suministro de agua y el 70% a un siste-ma central de alcantarillado. Existen, sin embargo, gran-des diferencias regionales. Mientras que en el norte deEuropa en su conjunto, el 90% de la población está co-nectado a un gran sistema de alcantarillado para el trata-miento de las aguas residuales, en los países de la cohe-sión la proporción va desde el 27% en Portugal hasta el58% en Grecia (véase el Gráfico A.21). Por otra parte, enBélgica sólo es del 32%. En los países candidatos, el 40%de la población no está conectado a un sistema centralde suministro de agua, sólo se trata el 42% de las aguasresiduales y sólo una pequeña proporción de esa cifra setrata con el rigor que exigen las normas comunitarias.

Los residuos sólidos urbanos se tratan en la Unión utili-zando tres métodos distintos, a saber, la incineración, elreciclado, el compostaje o simplemente los vertederos.Aunque los Estados miembros meridionales tienden aproducir muchos menos residuos sólidos urbanos queel resto de la Unión (véase el Gráfico A.22), también tie-nen unos sistemas de tratamiento mucho menos desa-rrollados. Mientras que en 1995 se recicló el 60% de losresiduos en la Unión en su conjunto y el 80% en Alema-nia y Francia, en Grecia la cifra fue del 5% solamente, enPortugal del 30% y en España del 45%.

Aunque los países candidatos ya han introducido el reci-clado de residuos relativamente en gran escala para com-pensar su escasez de materias primas, casi todos ellos tie-nen dificultades para alcanzar los objetivos de recicladoestablecidos en la directiva comunitaria (50% de los resi-duos reciclados en 2001 en los Estados miembros actua-les). Las instalaciones de reciclado no se han moderniza-do y algunas incluso han tenido que cerrarse debido a lafalta de fondos públicos. Por ejemplo, la República Checaactualmente sólo recicla el 15% de los envases; Eslovenia,

53

I.4 Factores que determinan la convergencia real

el 29%; y Hungría, el 32%. La situación empeorará proba-blemente en el futuro, ya que el aumento que experimenta-rá probablemente la tasa de crecimiento económico po-dría elevar la cantidad de residuos producidos (según elEuropean Environmental Agency Report de 1999). En con-secuencia, es necesario adoptar medidas estructurales enesta área para conseguir un desarrollo económico sosteni-ble en la Unión ampliada.

El desarrollo de los recursos humanos

La competitividad de una economía depende, como se haseñalado antes, no sólo de su capital físico sino también delos conocimientos que poseen sus empresarios y su manode obra. La existencia de unos sistemas eficaces de edu-cación y de formación es, pues, importante para elevar laproductividad y fomentar el crecimiento económico. Exis-ten, sin embargo, notables diferencias entre los países eu-ropeos en lo que se refiere a la educación y la formación.

Significativas diferencias entre los nivelesde estudios de los Estados miembros

A pesar de la disminución gradual que han experimenta-do las disparidades en los últimos 30 años en el terrenode la educación, aún existe una gran diferencia entre losniveles de estudios de los países de la cohesión y los delresto de la Unión. En particular, en los primeros una eleva-da proporción de la población de 25-59 años no tienemás que un bajo nivel de estudios, es decir, ninguna titu-lación salvo la enseñanza obligatoria (en 1999, 75% enPortugal, alrededor de un 65% en España y en torno a lamitad en Grecia e Irlanda). Lo mismo ocurre con Italia,donde más de la mitad de las personas de este grupo deedad tiene un bajo nivel de estudios.

En cambio, en los tres países nórdicos, Bélgica y el Rei-no Unido, más de una cuarta parte de las personas de25-59 años tiene un nivel de estudios alto (o terciario) (tí-tulo universitario o equivalente) (Mapa 12).

Los países candidatos: más necesidadeseducativas de las que indican las cifras

En los países candidatos de Europa central, una elevadaproporción de la población de 25-59 años tiene estudiossecundarios de segundo ciclo, especialmente en la Re-pública Checa y Polonia, donde la cifra supera el 70%.

Sin embargo, algunos estudios recientes ofrecen una valo-ración menos optimista y sugieren que la elevada propor-ción de personas que tienen un nivel de estudios superioral elemental se debe principalmente al hecho de que las

escuelas de formación profesional de nivel inferior ofrecenuna formación básica: “El hecho de que el número de tra-bajadores que tienen un nivel de estudios superior al ele-mental fuera relativamente alto era principalmente un sub-producto de la presencia en estos países de escuelas deformación profesional de nivel inferior que ofrecen general-mente uno o dos años de formación en ocupaciones es-trictamente definidas hasta terminar la enseñanza obliga-toria. Estas escuelas formaban parte, en realidad, de lasescuelas básicas y, de hecho, no se consideraban parte,ni siquiera formalmente, del sistema de enseñanza secun-daria de estos países”15. Por otra parte, es dudosa la cali-dad y la naturaleza de la formación profesional en el nivelde enseñanza secundaria de segundo ciclo, que en mu-chos casos parece anticuada. Esto subraya la necesidadde elaborar estrategias apropiadas de recursos humanosen estos países con el fin de evitar que las bajas cualifica-ciones frenen el desarrollo económico y social.

Creciente número de jóvenes titulados

Los avances tecnológicos y la continua globalizaciónestán aumentando la demanda de mano de obra cualifi-cada. En la Unión, el nivel de estudios de los jóvenes havenido aumentando ininterrumpidamente durante losúltimos 30 años o más. En 1999, sólo el 27% de los jóve-nes de 25-43 no tenía ninguna titulación, aparte de la en-señanza obligatoria, mientras que en el grupo de edad50-59 la cifra era del 48%. Asimismo, el 49% de las per-sonas de 25-34 años tenía estudios secundarios de se-gundo ciclo frente a sólo el 35% del grupo de edad50-59, mientras que el 24% de las personas de 25-34años tenía un título universitario o equivalente frente al17% de las personas de 50-59 años. Se espera que elnúmero de personas matriculadas en la enseñanza su-perior se duplique en los próximos diez años, lo quecreará tensiones en los sistemas educativos europeos.

El aumento de los niveles de estudios es evidente en todoslos Estados miembros. Es especialmente notable en los paí-ses de la cohesión, así como en Italia, donde los niveles me-dios de estudios de las personas de edad avanzada son re-lativamentebajos.En lospaísesde lacohesión, laproporciónde personas de 25-34 años que tenían estudios secundariosde segundo ciclo era en 1999 el doble de la proporción depersonas de 50-59 años y la diferencia era similar en el casode la enseñanza superior (Gráfico 12). Como consecuencia,está disminuyendo la diferencia entre los Estados miembrosen lo que se refiere a los niveles de estudios.

Al mismo tiempo, la mejora de los niveles de estudios de lasmujeres es más significativa que la de los hombres y en casitodos los Estados miembros las mujeres de los grupos deedad más jóvenes han alcanzado un nivel de estudios su-perior al de los hombres jóvenes de su misma edad.

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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No obstante, el número de jóvenes que abandonan losestudios prematuramente con las cualificaciones másbásicas solamente sigue siendo significativo; estos jóve-nes no pueden responder satisfactoriamente a la exigen-cia de una continua actualización de los conocimientos yde las competencias a lo largo de la vida, que es necesa-ria debido a la aceleración del ritmo de evolución tecnoló-gica, científica y económica de la sociedad.

En la Unión Europea, una media del 22% de los jóvenesde 18-24 sólo adquiere como máximo estudios secunda-rios de primer ciclo16. Algunos Estados miembros se en-cuentran significativamente por encima de esta media.Por otra parte, las tasas también son alarmantemente al-tas en ciertas zonas urbanas o periféricas, así como enlos grupos sociales desfavorecidos.

El país en el que es más grave el problema es Portugal,donde más del 45% de las personas de 18-24 años noprosigue los estudios ni adquiere formación profesionalcomplementaria una vez terminada la enseñanza obliga-toria.

En la sociedad del aprendizaje, la estratificación social sebasa cada vez más en una división entre los que tienencualificaciones y titulaciones y los que no tienen. Por lotanto, el abandono prematuro de la escuela tiene unasconsecuencias mucho más duraderas que antes, ya quepuede marcar de por vida a una persona y reducir ex-traordinariamente la variedad de opciones profesionalesentre las que puede elegir. Las escuelas constituyen elcentro de la sociedad del aprendizaje y el aprendizajedurante toda la vida comienza ahí.

El fracaso escolar afecta a todos los sectores de la socie-dad, pero no a todos por igual. Las encuestas muestranque los que abandonan prematuramente los estudios pro-ceden predominantemente de familias de renta baja quetienen un historial de fracaso. Muchos proceden de hoga-res rotos o de familias de inmigrantes o de refugiados queno han conseguido integrarse. El abandono prematuro delos estudios está relacionado, pues, con diversos factoressociales, sanitarios, familiares y financieros. Aunque no esmás que uno de los elementos de un proceso acumulativode exclusión social, suele ser el fundamental que priva alos jóvenes de las cualificaciones, las titulaciones y loscontactos sociales necesarios para tener éxito o inclusopara desempeñar un papel significativo en la sociedad.

La lucha contra el fracaso escolar constituye el centro deldebate sobre la reforma educativa; es esencial para man-tener una economía basada en el saber, una sociedadcohesionada y una democracia en la que todo el mundopueda participar.

El aumento del nivel de estudios también es evidente enlos países candidatos. En la mayoría de ellos, la propor-ción de personas de 25-34 años que tienen estudios se-cundarios de segundo ciclo es significativamente mayorque la de personas de 50-59, aunque la proporción depersonas que tienen estudios terciarios es muy pareciday sigue siendo relativamente baja en el caso de los jóve-nes. Por lo tanto, las tasas de escolarización universitariason, en general, considerablemente más bajas que en laUnión.

Las perspectivas de empleoaumentan con el nivel de estudios

En casi todos los Estados miembros de laUnión, el nivel de estudios es un importan-te factor para encontrar empleo. En laUnión, con la salvedad de Grecia y, en me-nor medida, de Portugal, el paro es muchomenor en el caso de las personas que tie-nen un elevado nivel de estudios que en elde las que tienen uno más bajo. En 1999, latasa media de paro de las personas de25-59 años que tenían estudios terciariosera del 5%, mientras que era del 8% en elcaso de las que tenían estudios secunda-rios de segundo ciclo y del 12% en el delas que sólo tenían estudios obligatorios.En algunos Estados miembros, las tasasde paro eran tres o cuatro veces más altasen el caso de las personas que tienen unbajo nivel de estudios que en el de las quetienen un elevado nivel de estudios (Gráfi-co 13).

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25-34 años 50-59 años

% de la población de cada grupo de edad

12 Población que posee un título universitario o equivalente por grupos de edad, 1999

BG, CY, LT, MT, SK; no se dispone de datos

La relación entre la educación y las tasas de ocupaciónes aun más estrecha en el caso de las mujeres, debido aque una elevada proporción de mujeres que tienen unbajo nivel de estudios – y una proporción significativa dehombres – no participa en la población activa. En otraspalabras, los niveles de estudios afectan no sólo a lasprobabilidades de estar en paro sino también a las posi-bilidades de participar en la población activa.

En los países candidatos se observa una pauta similar. Ladiferencia entre las tasas de paro de las personas que tie-nen diferentes niveles de estudios es muy grande en laRepública Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia, dondelas personas que poseen un bajo nivel de estudios tienenhasta 7 veces más de probabilidades de estar en paroque las que tienen un elevado nivel de estudios.

Sin embargo, en Grecia, España e Italia, en particular,así como en la mayoría de los países candidatos, un sig-nificativo número de jóvenes de 25-34 años que poseenun elevado nivel de estudios tiene dificultades para en-contrar trabajo una vez terminados éstos, lo cual con-trasta enormemente con la situación de las personas deedad avanzada que tienen una titulación similar.

También debe hacerse hincapié en que las diferenciasentre las perspectivas de empleo de los hombres y lasde las mujeres persisten. En la mayoría de las zonas dela Unión, las mujeres que poseen un nivel dado de estu-dios tienen más probabilidades de estar en paro que loshombres que poseen un nivel de estudios similar. Lasdesigualdades son especialmente significativas enGrecia, España e Italia. En cambio, en la mayoría de lospaíses candidatos parece que las mujeres se encuen-tran, en general, en una posición menosdesigual que en la Unión.

Por último, debe señalarse que existeuna clara relación positiva entre los nive-les de estudios y la remuneración. En to-dos los Estados miembros, los trabaja-dores a tiempo completo que tienenestudios terciarios ganan significativa-mente más, en promedio, que los que tie-nen estudios secundarios de segundociclo. La diferencia es de más del 50% enAlemania, Francia y Austria y del 100%en Portugal. La diferencia de gananciasentre las personas que tienen estudiossecundarios de segundo ciclo y las quetienen estudios secundarios de primerciclo es mucho menor en la mayoría delos Estados miembros (10-20%), perosignificativa.

El acceso a la formación continua sigue variandomucho de unos Estados miembros a otros

La educación y la formación continuas son esencialestanto para las perspectivas de empleo de las personascomo para el mantenimiento de la competitividad de unaeconomía moderna. Aunque los indicadores sugierenque la participación de los ocupados en la formación rela-cionada con el trabajo ha aumentado en toda Europa,también muestran que sigue siendo relativamente baja yque aún existen grandes disparidades entre los Estadosmiembros. En 1999, sólo algo más de un 10% de los asa-lariados de la Unión cubiertos por la Encuesta sobre lasFuerzas de Trabajo (EFT) había adquirido alguna forma-ción en las cuatro semanas anteriores. Las tasas de parti-cipación van desde menos de un 5% en alrededor de lamitad de los Estados miembros hasta más del 20% en losPaíses Bajos, Dinamarca, Finlandia y Suecia. Aunque es-tas cifras son muy inciertas y no totalmente comparables,indican que el acceso a la formación es con casi toda se-guridad menor en los países de la cohesión que en otros.

Un estudio reciente de la OCDE sugiere que la duraciónde la formación relacionada con el trabajo también varíasignificativamente de unos países a otros, aunque notiene en cuenta la calidad y la relevancia de la forma-ción. El número anual de horas de formación adquiridapor los asalariados iba, pues, desde 27 en Bélgica(Flandes solamente) hasta 57 en los Países Bajos17.

Los datos de la EFT sugieren, además, que los trabajado-res más jóvenes tienden a recibir más formación que losde más edad. Mientras que en la Unión sólo el 2,5% de laspersonas de 55-59 años había adquirido formación o

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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B DK D EL E FIR

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% de la población activa

13 Tasas de paro según el nivel de estudios, 1999

BG, CY, MT, SK; no se dispone de datos

educación en las semanas de referencia, la cifra era del10% en el caso de las personas de 25-29 y del 8% en elde las de 30-34. Por otra parte, parece que existe una es-trecha relación entre los niveles de estudios y el acceso ala formación en todos los Estados miembros: las perso-nas que poseen un elevado nivel de estudios tienen mu-chas más oportunidades de recibir formación que las quetienen un nivel de estudios más bajo. Es necesario, pues,realizar mayores esfuerzos para impedir que los proble-mas de las personas que tienen un bajo nivel de educa-ción inicial se vean agravados por el hecho de que sólotienen un reducido acceso a la formación continua.

La adaptación de los sistemas educativosa la tecnología de la información y de lacomunicación ha comenzado, pero aúnle queda algún camino por recorrer

Para que los estudiantes realicen sin problemas la transi-ción al mercado de trabajo moderno, han de estar en con-tacto con la tecnología de la información y de la comuni-cación (TIC) en la escuela. Aunque la integración de laTIC en el sistema educativo está extendiéndose cada vezmás en la Unión, a medida que los Estados miembrosaplican las conclusiones del Consejo de Lisboa y la inicia-tiva E-Learning que invita a reforzar la TIC en los sistemasde educación, en la mayor parte de la Unión y de los paí-ses candidatos se incluye la TIC en el programa de estu-dios primarios y secundarios de primer ciclo. Sin embar-go, es difícil averiguar los progresos realizados en estaárea. Aunque existen datos nacionales, no se dispone dedatos armonizados de la Unión.

Según un estudio piloto de la OCDE, el acceso a la TIC enla educación, medido por medio del número de estudian-tes por ordenador, varía significativamente dentro de laUnión 18. Mientras que las escuelas primarias de Finlan-dia, Suecia y Dinamarca normalmente tienen entre 11 y14 estudiantes por ordenador, en Italia y Portugal la cifrava desde 50 hasta 150. En las escuelas secundarias,mientras que en Suecia, Finlandia e Irlanda hay una me-dia de 7 estudiantes por ordenador, en Portugal la cifra esde 65. Tanto en la escuela primaria como en la secunda-ria, el acceso a los ordenadores es menor en casi todoslos Estados miembros que en Estados Unidos.

Innovación e IDT

La innovación “es un medio con el que las regiones me-nos favorecidas pueden ponerse inmediatamente almismo nivel que las regiones desarrolladas, no intentan-do imitar lo que ya han logrado estas últimas sino tratan-do de realizar el trabajo preliminar de acuerdo con sus

propias características y necesidades (...) a fin deadaptarse a las condiciones de la competitividad enuna economía global”19.

Actualmente se acepta, en general, que la capacidad delas economías regionales para resistir la competencia yadaptarse a los cambios técnicos está relacionada consu capacidad para innovar. Esto no tiene nada de nuevo,desde luego, pero la creciente importancia del saber (encomparación con los recursos naturales, el capital físico yla oferta de trabajo) en la determinación de los resultadoseconómicos coloca la tecnología y la innovación en un lu-gar prioritario en el programa de desarrollo regional.

El Consejo Europeo de Lisboa reiteró la importancia de la in-vestigación y el desarrollo y de la innovación para el creci-miento económico, la creación de empleo y la cohesión so-cial. Subrayó la necesidad de crear un espacio europeo deinvestigación e innovación e invitó a la Comisión y a los Esta-dos miembros a tomar una serie de medidas para alcanzarlos objetivos formulados en la comunicación de la Comisióntitulada “Hacia un Espacio Europeo de Investigación”.

El Consejo Europeo puso de relieve la importancia de la in-novación y abogó, entre otras cosas, por un programa am-bicioso para reforzar la innovación y promover la reformaeconómica.Lacomunicaciónde laComisiónsobre “Lapolí-tica de innovación en una economía impulsada por el sa-ber” 20 establece unas directrices generales para reforzar lainnovación en la Unión. A medida que se ha reconocido elhecho de que la innovación es un elemento clave de la polí-tica de desarrollo económico, también se ha reconocidocada vez más la importancia de la dimensión regional.Como más eficazmente se conciben muchas medidas es aescala regional, que es donde mejor pueden evaluarse lasnecesidades de empresas y el entorno en el que actúan.

La comprensión del proceso por el que la tecnología y lainnovación afectan al desarrollo regional ha evolucionadocon el paso del tiempo. En lugar de concebirse la innova-ción como un proceso lineal que lleva de la investigaciónbásica al éxito comercial, ha surgido un modelo más inte-ractivo, que reconoce la importancia del entorno en elque actúan las empresas y las PYME, en particular. Dehecho, como las PYME no disponen de todas las funcio-nes empresariales de las grandes empresas, tienen querecurrir más a capacidades externas.

La innovación se ha asociado, pues, a los conceptos deformación y de gestión de redes y de “racimos” de em-presas. A este respecto, ya no depende únicamente decómo se comporten las empresas, las universidades, loscentros de investigación y las autoridades reguladorassino cada vez más de cómo trabajen conjuntamente, so-bre todo a escala regional.

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

Actualmente, en la Unión Europea la capacidad para in-novar varía significativamente de una región a otra, tantoen términos cuantitativos como en términos cualitativos.Para dar una idea de estas diferencias, la Comisión pre-sentó en septiembre de 2000 21 un primer esbozo de un“marcador” de la innovación europea, que indica la mag-nitud de las diferencias existentes en la Unión a este res-pecto. Algunos Estados miembros, especialmente losnórdicos, tenían una puntuación bastante alta, a veces in-cluso superior a la de Estados Unidos. Según el númerode indicadores cuyos valores eran significativamente su-periores a la media de la Unión, Suecia tenía la puntua-ción más alta (una puntuación que era un 20% superior ala media o más en 12 de los 16 indicadores), seguido deFinlandia (8), Dinamarca y Alemania (7 en ambos casos).

A continuación se examina, en primer lugar, la estructu-ra de los sistemas científicos y tecnológicos nacionalesy, en segundo lugar, cómo varía la capacidad de inno-vación de unos Estados miembros a otros.

Aunque prosigue el proceso deconvergencia, continúa habiendosignificativas diferencias a escala nacional ...

El gasto en investigación y desarrollo tecnológico (IDT)en relación con el PIB ha aumentado en los últimos añosen los países de la cohesión, pero, a excepción de Irlan-da, el aumento no ha sido suficiente para reducir signifi-cativamente la diferencia con el resto de la Unión. La di-ferencia tecnológica entre los países de la cohesión ylos cuatro Estados miembros en los que mayor es elgasto (Alemania, Francia, Suecia y Finlandia) se ha am-pliado en lugar de reducirse (Tabla 5).

Entre 1995 y 1998, el gasto de las empresas en IDT dismi-nuyó en relación con el gasto total en Portugal, Grecia yEspaña entre 1995 y 1998, al igual que en la Unión en suconjunto, si bien aumentó en los cuatro Estados miem-bros que más gastan y aun más en Irlanda. Como conse-cuencia, la diferencia de innovación entre los tres prime-ros países de la cohesión y los cinco segundos podríaagrandarse aún más, locual podría reducir, a suvez, las probabilidades deque mejorara su competiti-vidad en la Unión o en losmercados mundiales.

El gasto público tambiéndisminuyó en Grecia y enEspaña, si bien esta dismi-nución fue paralela a la quese registró en otras partesde la Unión, mientras que

no varió en Portugal. El aumento del gasto total registradoen estos tres países de la cohesión se debió, pues, a unincremento del gasto en la enseñanza superior, que pue-de considerarse que es un requisito previo para aumentarlas cualificaciones de su mano de obra.

La significativa diferencia que existe entre los países dela cohesión y los demás Estados miembros en lo que serefiere al gasto en IDT, sobre todo en el caso del gastoempresarial, indica que es necesario animar más a lasempresas a realizar actividades de investigación yadaptar, pues, la política de IDT a este fin. Eso significaadoptar una visión más amplia que la mera redistribu-ción del gasto de la Unión en IDT en favor de estos paí-ses. En las regiones rezagadas, en particular, es nece-sario tratar de aumentar la capacidad de las empresaspara asimilar la nueva tecnología y los nuevos conoci-mientos desarrollados en otros lugares; la capacidadde la mano de obra para utilizar esta tecnología y adap-tarse a las nuevas técnicas; el espíritu empresarial parabuscar nuevas oportunidades de mercado y la existen-cia de capital de riesgo para la innovación (véase la Ta-bla A.21).

Los pocos datos de que se dispone sobre los paísescandidatos22 sugieren que desde principios de los años90 los fondos existentes para IDT se han reducido (parala investigación aplicada más que para la ciencia), lacompetencia para conseguir fondos ha aumentado y lademanda de IDT pública ha descendido notablemente.En 1995, la intensidad en IDT de la mayoría de los paí-ses era similar a la de los países de la cohesión, mien-tras que en Eslovaquia, Eslovenia y la República Checa,tanto el gasto público como el gasto privado en IDT eramás cercano a la media de la Unión.

En muchos de los países candidatos, el potencial de re-cursos humanos para IDT es relativamente fuerte, debidoal importante papel que se atribuía a la IDT en el sistemasocialista, lo cual significa que se encuentran bien situa-dos para dar alcance a los Estados miembros actualesde la Unión, en la medida en que se lleve a cabo una

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

Tabla 5 Gasto en IDT en los países de la cohesión y en el restode la UE, 1995-98

P EL E IRL UE Top 4

Gasto bruto en IDT/PIB ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↓ ↑

Gasto de las empresas en IDT/gasto bruto en IDT

↓ ↓ ↓↓ ↑ ↑ ↓ ↑

Gasto público en IDT/gasto bruto en IDT = ↓↓ ↓ ↓ ↓ ↓

Gasto de la enseñanza superior enIDT/gasto bruto en IDT

↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ =

Explicación de los símbolos: = estable, ↑ aumento, ↓ reducción, ↑↑ gran aumento, ↓↓ granreducción

reestructuración fundamental en el sistema de IDT (véaseel Mapa A.13).

... especialmente en lo quese refiere a los recursos humanos

La calidad de los recursos humanos es el principal fac-tor que subyace a la invención y a la difusión de la tecno-logía y es una condición previa para aumentar la capa-cidad de una economía para asimilar las nuevasinnovaciones. La diferencia a este respecto entre lospaíses más avanzados de la Unión y los países de lacohesión se ha reducido durante la década de 1990,pero los primeros tienen el triple de personal de investi-gación en las empresas que los segundos.

Las empresas de las regiones más desarrolladaspueden contar con programas de ayuda públicamejor que tienen unos objetivos mejor definidos

La tercera dimensión de la “diferencia tecnológica” son lasdiferencias entre los Estados miembros de la Unión en loque se refiere a la cantidad y la calidad de los programasde ayuda pública. En el caso de la ayuda pública para in-novación, medida según la ayuda estatal destinada a laIDT en la industria manufacturera, la cantidad distribuidaentre 1995 y 1997 fue diez veces mayor en relación con elempleo en los Estados miembros más desarrollados queen los países rezagados. En Dinamarca, Finlandia, Fran-cia, Austria, Alemania y los países del Benelux, la cifra fuesuperior a la media de la Unión en todos los casos, mien-tras que en los países de la cohesión, representó menosde un 60% de la media. Además, en los países de la cohe-sión se asigna a la IDT una proporción de la ayuda estatalmucho menor que en otras partes de la Unión, aun a pesarde que sus necesidades de IDT y de innovación son mu-cho mayores que las de los segundos.

Las patentes reflejan las diferencias entrelos sistemas nacionales de innovación

Las solicitudes de patentes se utilizan desde hace muchotiempo como indicadores de la actividad innovadora, dela producción de IDT y de los vínculos entre el sistemacientífico y el sector productivo. En los países de la cohe-sión, este indicador es muy inferior a la media de la Unión,a pesar de que se ha producido una cierta convergenciadurante la década de 1990. En España, Portugal y Gre-cia, las solicitudes de patentes representaron un 20% dela media de la Unión en 1998 frente a la cifra del 10% en1989 (Mapa 13).

En suma, pues, los sistemas científicos y tecnológicosde los países de la cohesión se caracterizan por su bajaintensidad en IDT, la excesiva representación del sector

público, la escasa participación del sector privado, losdébiles vínculos con el sector productivo y los bajos ni-veles de transferencia de tecnología.

Esas diferencias plantean problemas en lo que se refiere alsuministro de ayuda, ya que sugieren que las inyeccionesde ayuda beneficiarían al sistema existente (orientado ha-cia el sector público), perpetuando así los problemas es-tructurales del propio sistema e incluso reforzándolos. Enconsecuencia, las políticas de desarrollo regional debe-rían concentrar sus esfuerzos en reforzar el entorno en elque actúan las empresas y, en particular, los vínculos entreel sistema científico y el mundo empresarial.

La capacidad tecnológica está sumamenteconcentrada a escala regional ...

La distribución regional de la capacidad innovadora enla Unión refleja la estructura de los sistemas científicos ytecnológicos nacionales, si bien las diferencias regiona-les existentes dentro de los Estados miembros contribu-yen a agrandar aún más las disparidades.

La IDT y la innovación están muy concentradas en las regio-nesmásavanzadasde laUnión: lasdiezquemásgastanenIDT (de Alemania, el Reino Unido, Francia y Finlandia) re-presentan alrededor de un tercio del gasto total de la Unión.Al mismo tiempo, 17 de las 25 regiones menos intensivas enIDT (menos de un 25% de la media de la Unión) son regio-nes Objetivo 1. También se observan unas disparidades si-milares en el caso del gasto de las empresas, los recursoshumanos y las solicitudes de patentes.

Las diferencias interregionales son especialmente gran-des en los países de la cohesión. Por ejemplo, en Greciamás de la mitad del gasto en IDT se realiza en Attiki (don-de se encuentra Atenas), que también es responsable dedos tercios de las solicitudes de patentes. En España,más de tres cuartas partes de la IDT de las empresas seencuentran en tres regiones únicamente (el 30% en Ma-drid solamente).

... lo que afecta al carácterinnovador de la actividad económica

La existencia de una elevada intensidad en IDT en el sec-tor privado y de unos vínculos eficientes entre el sectorcientífico y las empresas es fundamental para la innova-ción y, a su vez, para el crecimiento económico. En casitodas las 25 regiones que ocupan los primeros lugares enlo que se refiere al empleo existente en los sectores dealta tecnología (más de un 12% del total), la intensidad enIDT también es relativamente alta. En las 25 regiones me-nos intensivas en IDT, el empleo existente en los sectoresde alta tecnología (4% o menos del total) también es muy

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

Guyane (F)

Guadeloupe

(F)

Martinique

(F)

Réunion

(F)

Canarias (E)

Açores (P)

Madeira

(P)

Número por cada millón de habitantes

< 30

30 - 90

90 - 150

150 - 210

≥ 210

no se dispone de datos

UE15 = 119,4Desviación típica = 116,3D (Sachsen): NUTS1

Fuente: Eurostat

0 100 500 km

SIG16SIG16

© EuroGeographics Association para las fronteras administrativas

13 Solicitudes europeas de patentes, media 1997-1999

bajo. Según los resultados provisionales de la segundaencuesta comunitaria sobre la innovación, el primer gru-po de regiones es el más intensivo en innovación en la in-dustria manufacturera, el que tiene el número más alto deempresas que realizan actividades de innovación y elmayor volumen de ventas procedentes de productos in-novadores. La mayoría de las regiones de Grecia, Espa-ña y Portugal se encuentran, por el contrario, en el otro ex-tremo (véase el Mapa A.14).

La importancia del entornoregulador, organizativo e institucional

Estas diferencias estructurales existentes en la ciencia y latecnología no pueden explicar por sí solas la debilidad de laestructura de la actividad económica de las regiones reza-gadas. Existe una creciente unanimidad en que el hecho deque lasempresasde las regionesencuestiónno innovennose debe principalmente a problemas científicos o tecnológi-cos sino a deficiencias del entorno regulador, institucional yorganizativo en el que tienen que actuar éstas.

En las regiones menos favorecidas, este entorno suelecaracterizarse por una combinación de deficiencias es-tructurales, como la inexistencia de un sector dinámicode servicios a las empresas, un sistema financiero pocodesarrollado, la existencia de unos débiles vínculos entreel sector público y el privado, la especialización sectorialen industrias tradicionales poco inclinadas a innovar, losbajos niveles de ayuda pública destinada a la innovacióny unos sistemas de ayuda que están mal adaptados a lasnecesidades de las PYME locales. A la vista de todo esto,el principal objetivo de la política regional debería serayudar a desarrollar nuevas formas de organización y decooperación institucional y mejorar así la competitividad“estructural” de las empresas situadas en las regiones re-zagadas y animar a que se trasladen recursos a los sec-tores más dinámicos e innovadores.

La economía del saber

La tecnología de la información y de la comunicación (TIC)constituye la base de la economía del saber. Permite alma-cenar, procesar y difundir un creciente volumen de datosde una forma rápida y barata y es una fuente cada vez másimportante de incrementos de la productividad.

Sin embargo, la transición a la sociedad de la informa-ción no sólo es tecnológica. Los cambios que entrañapueden ser los más transcendentales desde la Revolu-ción Industrial e influyen profundamente en la organiza-ción tanto de la economía como de la sociedad.

Gestionar estos cambios es uno de los principales retosa los que se enfrenta actualmente la Unión.

A tal fin, la iniciativa “eEurope – Una sociedad de la infor-mación para todos” de la Comisión Europea, respalda-da por el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 2000,pretende aumentar el ritmo de absorción de las tecnolo-gías digitales y conseguir que todo el mundo tenga lascualificaciones necesarias para utilizarlas.

Los países de la Unión gastan, en promedio, una cifra es-timada del 6% del PIB en TIC (véase el Gráfico A.23). Lossectores de la información y la comunicación están cre-ciendo más de 5 puntos porcentuales más deprisa queotros en términos reales, impulsando eficazmente el cre-cimiento económico en la Unión 23. En 1997, los sectoresde TIC representaban alrededor de un 4% del empleo enla Unión 24 y se estima que uno de cada cuatro nuevospuestos de trabajo se crea en estos sectores o afines 25. Sise tienen también en cuenta los llamados “sectores basa-dos en el saber”, éstos representan alrededor de unacuarta parte del empleo y son responsables de la mayorparte del crecimiento que ha experimentado éste en losúltimos años 26.

La liberalización del mercado, unida al ritmo cada vezmás rápido de innovación tecnológica, está favorecien-do la competencia en la oferta de telecomunicaciones,reduciendo los costes y aumentando la variedad de op-ciones y la calidad de los servicios en la mayor parte dela Unión. El precio del acceso a Internet ha descendidovertiginosamente en los últimos años, si bien los altosprecios continúan siendo un obstáculo para que se utili-ce más extensamente en algunos países.

El potencial es enorme

El comercio electrónico (e-commerce) está expandién-dose rápidamente, obligando a las empresas a revisarsus procedimientos comerciales y creando al mismotiempo nuevos tipos de organización, incluidas nuevasformas de mercado y diferentes tipos de relaciones co-merciales. El comercio electrónico entre empresas(B2B) basado en Internet, que es el principal compo-nente (estimado en un 80% del total actualmente y en un90% en 2003) está desarrollándose rápidamente y seestima que aumentará más de un 90% al año durante elperiodo 1999-2003 27.

La utilización del comercio electrónico en las relacionesB2B puede aumentar la eficiencia al reducir y racionalizarlos procedimientos comerciales. Los efectos ya son evi-dentes en el diseño de los productos (acorta el procesode diseño y aumenta las posibilidades de adaptar el pro-ducto a las necesidades del cliente y de estandarizar las

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

piezas) y en la producción y la logística (reducción de loscostes de las existencias, aceleración de la producción,disminución de los costes de suministro). Se estima quela difusión de las relaciones B2B en Estados Unidos pue-de reducir los costes de las empresas entre un 13% y un23% 28. Aunque el mercado de comercio electrónico estámenos desarrollado en la Unión Europea, se espera quelos costes de funcionamiento disminuyan, en promedio,un 18% y los costes de ventas un 15% (véase el GráficoA.24).

La manera en que las regiones adopten y dominenla TIC es clave para sus resultados económicos

La penetración de la TIC, definida por medio del valor delgasto en TIC 29 en porcentaje del PIB, es un importante in-dicador de la transición de un país a la sociedad de la in-formación, así como de su capacidad innovadora y de sucompetitividad. Según este indicador, la diferencia entrelos países de la cohesión y otros Estados miembros de laUnión es pequeña y está tendiendo a reducirse: la tasamás alta de crecimiento del gasto registrada en el perio-do 1991-1999 corresponde a Grecia, junto con Italia. Sinembargo, en términos absolutos, dado el bajo nivel dePIB de los países de la cohesión, éstos tendrán que reali-zar en el futuro una inversión relativamente grande en TICpara acortar distancias con el resto.

Aunque las mejoras de la calidad de la infraestructurade información y telecomunicaciones son un determi-nante clave de la capacidad para participar en la socie-dad de la información, otros factores desempeñan unpapel no menos importante y creciente, como la con-cienciación del público, el nivel de estudios, el papelque desempeña el sector público en elfomento de la sociedad de la informacióny la capacidad de organización e inver-sión de las empresas.

La diferencia está disminuyendo enlo que se refiere a la infraestructurade telecomunicaciones

En los últimos 20 años, las diferenciasentre los Estados miembros en lo que serefiere al acceso a una línea de teléfonofijo se han reducido significativamente(Gráfico 14). En la mayoría de los países,la proporción de hogares que tienen unalínea telefónica es alrededor de la mediade la Unión, que es del 92%, pero aún esdel 69% en Portugal, mientras que enSuecia es del 97% 30. En Finlandia, aun-que la cifra es del 78% solamente, escompensada en gran medida por la

elevada proporción de hogares que tienen un teléfonomóvil y ningún teléfono fijo (18%, o sea, casi cinco vecesla media de la Unión). Este mismo fenómeno también esevidente, aunque en menor medida, en Portugal (12%) yen Irlanda (donde sólo el 84% de los hogares tiene un te-léfono fijo), pero una quinta parte de los hogares portu-gueses y una décima parte de los hogares irlandeses notienen acceso a servicios telefónicos en el hogar frente ala media de la Unión, que es del 4% solamente. No obs-tante, existen grandes diferencias regionales – de másde 15 puntos porcentuales – en la proporción de hoga-res que tienen líneas fijas en Alemania, Francia e Italia.

En los países candidatos, el número total de líneas tele-fónicas por cada 100 habitantes es inferior a la mitad dela media de la Unión, aunque el número es alto tanto enEslovenia como, en menor medida, en Estonia 31.

Los teléfonos móviles y el cable puedenconstituir otra opción para acceder a Internet ...

Aunque existen diferencias dentro de la Unión en lo quese refiere a la penetración de los teléfonos móviles, lasdiferencias no reflejan los niveles relativos de prosperi-dad. Todos los países nórdicos tiene una tasa relativa-mente alta de penetración, al igual que Italia, pero enGrecia, España y Portugal ésta también es cercana a lamedia de la Unión o superior. Sin embargo, la mayoríade los países, incluidos los de la cohesión, en los que lapropiedad de ordenadores personales es relativamentebaja y/o el acceso a Internet es limitado, tienen una ele-vada tasa de utilización del teléfono, lo que brinda la po-sibilidad de utilizar los teléfonos móviles para acceder aInternet en el futuro.

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I.4 Factores que determinan la convergencia real

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SFIN L

DK I F UK SL NL AE15 EL P D

IRL B EE E CZ

HU LV LT BGCEC PL

RO

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20

30

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50

60Número total de líneas por cada 100 habitantes (eje de la izquierda)

Teléfonos móviles en % del total de líneas (eje de la derecha)

14 Número total de líneas telefónicas y penetración de los teléfonos móviles, 1998/99

Es evidente que en los países nórdicos el enorme usode los teléfonos móviles se debe, en parte, a sus carac-terísticas geográficas y a la dispersión de la poblaciónen grandes zonas. En cambio, en los Estados miembrosmeridionales el rápido crecimiento del uso de los móvi-les se debe a la baja calidad de las líneas fijas o a su au-sencia (véase el Gráfico A.25).

Tal vez en contra de lo esperado, el uso de los teléfonosmóviles es algo menor en las zonas rurales (39% de loshogares) que en las zonas urbanas (45%).

A finales de la década de 1990, la tasa de penetraciónde los teléfonos móviles en los países candidatos sólorepresentaba alrededor de un cuarto de la media de laUnión, aunque está aumentando rápidamente (un 108%al año entre 1996 y 1999).

En esta área, la tecnología está desarrollándose rápida-mente, ofreciendo nuevos medios de acceso a Internet– a través de servicios de los teléfonos de móviles de ter-cera generación que tienen un mayor ancho de banda,así como de las conexiones RDSI, xDSL, por cable y porTV digital. Dado que es probable que en el futuro el nivelde acceso a las bandas anchas sea mucho más impor-tante para el uso de Internet por parte de las empresas ode los hogares, disponer de acceso será una cuestiónclave.

… pero el acceso a la sociedad de lainformación continúa siendo desigual

Existen significativas diferencias en la Unión en lo quese refiere al uso de los ordenadores personales en el ho-gar y al acceso a Internet (Gráfico 15). A excepción deFrancia, parece que existe una clara línea divisoria entreel norte y el sur en lo que respecta a la tasa de conexióna Internet. En Grecia, España, Portugal e Italia, así comoen Irlanda, la tasa es la mitad de la media de la Unión(12%), mientras que en los países nórdicos es muy su-perior al 20% (51% en Suecia). En Grecia, Portugal eIrlanda, la propiedad de ordenadores personales tam-bién es baja.

En los países candidatos, el número de ordenadorespersonales por cada 100 habitantes ha aumentado inin-terrumpidamente. Cabe distinguir tres grupos de paí-ses: Eslovenia, con una tasa similar a la media de laUnión; Polonia y la República Checa, entre otros, conunas tasas similares a las de los países de la cohesión; yRumanía y Bulgaria, con unas tasas que oscilan entre el10% y el 25% de la media de la Unión.

En la Unión Europea, también hay claros indicios de laexistencia de una división social: los hogares de renta alta

tienen seis veces más de probabilidades de estar conec-tados a Internet que los de renta baja. Además, laproporción de hogares que están conectados a Internetes mayor en las zonas urbanas (13-15%) que en las zo-nas rurales (8%). Sin embargo, parece que estas diferen-cias se deben al desconocimiento de las posibilidadesque ofrece Internet más que al coste (el 45% de los hoga-res que carece de acceso a Internet declara no estar inte-resado y el 9% no sabe qué es Internet, frente al 11% quedeclara que el coste es la razón para no conectarse).

El uso de Internet por parte de las empresas es relativa-mente alto en algunos Estados miembros, especialmen-te en los países nórdicos, si bien continúa habiendograndes diferencias dentro de la Unión. Por ejemplo, enSuecia el 76% de las PYME está conectado a Internet,pero en Portugal sólo el 16% 32. Aunque las PYME en-cuestadas recientemente declararon que estaban mo-deradamente bien informadas de las posibilidades deInternet, un tercio no tenía acceso. En los países de lacohesión, el número de empresas que no tienen accesoes mayor que en otras partes de la Unión, lo cual coinci-de con el análisis de la Comisión de que el escaso cono-cimiento de las ventajas y oportunidades potenciales dela TIC y la escasez de cualificaciones para utilizarla, asícomo el escaso contenido actual de los programas,constituyen los principales obstáculos que dificultan eldesarrollo de la sociedad de la información.

La política estructural relacionada con esta área debe-rá, pues, concentrar sus esfuerzos en el reforzamientode la demanda y, en particular, de la capacidad de lasempresas, de las instituciones y de los individuos parautilizar la TIC eficazmente.

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S DK NL L B FIN UK F D A E I P IRL EL UE15

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50

60

70Ordenadores personales pero no Internet

Internet

% de la población

15 Acceso a los ordenadores personales y a Internet, 1999

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1 Comisión Europea (2000), “The Competitiveness of European Industry”. Véase también Comisión Europea (1999), “Sextoinforme periódico de las regiones” (apartado 2 sobre la competitividad); OCDE (1996), “Industrial Competitiveness”, OxfordReview of Economic Policy (1996), “International Competitiveness”, vol. 12, nº 3.

2 Cifra correspondiente a EUR13, hasta que el Reino Unido e Irlanda presenten sus estadísticas. El Reino Unido las presentaráen los próximos meses e Irlanda puede que no presente ninguna (la presentación de estas cifras es optativa, pues no existeninguna norma que la regule).

3 En los servicios no destinados a la venta, la cifra de la productividad debe interpretarse con cautela, ya que el sector públicono genera beneficios y, por lo tanto, el valor añadido consiste totalmente en los sueldos y los salarios.

4 Véase, por ejemplo, Midelfart-Knarvik, Overman, Redding y Venables (1999), “The Location of European Industry”.5 Estas proyecciones no tienen en cuenta los futuros miembros de la Unión, que podrían influir en las tendencias subyacentes,

especialmente la migración, si bien es probable que la mayor parte de esta migración sea entre estos países y los Estadosmiembros actuales, pero también a más largo plazo en las tasas de natalidad y de mortalidad.

6 Debe señalarse que estas tasas sólo son indicadores demográficos. Aunque reflejan los problemas que plantean a los sistemasde protección social y de impuestos, hay otros factores igualmente importantes que deben tenerse en cuenta, especialmente elnúmero de personas en edad activa que están realmente ocupadas y que pagan impuestos y cotizaciones sociales.

7 Datos basados en los escenarios de la población activa regional más recientes de Eurostat, calculados en 1998, que secombinan con las proyecciones demográficas elaboradas en 1997. Los escenarios abarcan 204 regiones NUTS 2 de laUnión y se refieren al periodo 1995-2025. El escenario de referencia al que se refiere el texto supone que se mantendrá lamayoría de las tendencias actuales, pero que disminuirán algo los desequilibrios regionales.

8 European Integration Consortium (DIW/CEPR/FIEF/IAS/IGIER) 2000: The Impact of Eastern Enlargement on Employmentand Labour Markets in the EU Member States, estudio realizado para la DG de Empleo y Asuntos Sociales de la ComisiónEuropea, Berlín/Milán.

9 Bauer, T. y Zimmermann, K. (1999), Assessment of Posible Migration Pressure and its Labour Market Impact following EUEnlargement to Central and Eastern Europe, estudio para el Ministerio de Educación y Empleo del Reino Unido, IZA y CEPR,Bonn/Londres, Alemania/Reino Unido.

10 La formación bruta de capital fijo es la inversión una vez deducidas las desapariciones. El término bruta se refiere al hechode que no tiene en cuenta la depreciación o el consumo de capital. El término fija significa que sólo se consideran lasinversiones que se utilizan durante más de un año.

11 El stock de capital bruto se calcula tomando la inversión pasada acumulada y deduciendo el valor acumulado de la inversiónque se ha retirado. El stock de capital neto excluye la depreciación, por lo que probablemente es la medida mejor.

12 Véase Abramovitz (1989), “Thinking about growth”.13 La densidad se mide por medio de un índice compuesto que indica la dotación de la región en relación con la media de la

Unión. Concretamente, es una media aritmética del número de kilómetros de autopista en relación con su superficie y con supoblación .

14 Medida de la misma forma que en el caso de las carreteras, a saber, por medio de un índice compuesto de la longitud de lasvías existentes en una región por habitante y superficie en relación con la media de la Unión.

15 Véase el estudio sobre “The impact of eastern enlargement on employment and the labour market in the EU Member States”(parte B del informe estratégico, capítulo 3.3).

16 Fuente: Eurostat, Encuesta sobre las Fuerzas de Trabajo, 1998.17 Véase OCDE, Education at a Glance 2000, pág. 195 y sigs.18 Véase OCDE, Education Policy Analysis, 1999, pág. 49 y sigs. El estudio sólo contiene datos de 1997-98 de los diez Estados

miembros siguientes: Bélgica (comunidad flamenca), Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Portugal,Suecia y el Reino Unido.

19 CCE (1995), Green Paper on Innovation, Comisión Europea, Luxemburgo.20 COM (2000) 567 del 20 de septiembre de 2000.21 Innovation Policy in a knowledge-driven economy, COM (2000) 567 del 20 de septiembre de 2000.22 “Impact of the enlargement of the EU towards the associated Central and Eastern European countries on RTD-innovation and

structural policies”, Comunidades Europeas, 1999.23 “Job opportunities in the Information Society”, CCE, 1998, pág. 4.24 “Measuring the ICT Sector”, OCDE (2000). El sector de TIC se define basándose en 11 clases de la CIIU. En el caso de la

industria manufacturera, los productos de un sector de TIC deben “tener por objeto cumplir la función de tratamiento ycomunicación de información, incluida la transmisión y la difusión o debe utilizar el tratamiento electrónico para detectar,medir y/o registrar los fenómenos físicos o controlar un proceso físico”. En el caso de los servicios, el sector “debe tener porobjeto desempeñar la función de tratamiento y comunicación de la información por medios electrónicos”.

25 Los sectores de la sociedad de la información son los sectores que tienen un contenido (por ejemplo, artes gráficas,audio-visual, publicidad) y los sectores relacionados con la TIC (por ejemplo, ordenadores y programas, serviciosrelacionados con la informática, equipo y servicios de telecomunicaciones).

26 Véase Employment in Europe, 2000, capítulo 3.27 Estimaciones basadas en datos de International Data Corporation (IDC), Internet Commerce Market Model, 1999.28 Goldman Sachs US (1999), “B2B: 2B or not 2B, e-commerce/internet”, Goldman Sachs Investment Research.29 El gasto en TIC comprende los equipos, los programas y los servicios de TI, así como el equipo y los servicios de

telecomunicaciones, estimados todos ellos a su valor de mercado.30 Gallup Residential Survey (2000).31 European Survey of Information Society (ESIS) en los países de Europa central y oriental, CCE (1999).32 The Gallup Survey of Small- and Medium-sized Enterprises (SMEs), 2000.