View
217
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
7/25/2019 Identidad Cultural y Educacin Freire(1)
1/6
2
Identidad cultural y educacin
Paulo Freire en Cartas a quien pretende ensear Editorial Siglo XXI
editores Dcima Edicin en espaol, !!", pag# $!% & $$$
Preguntarnos sobre las relaciones entre la identidad cultural que siempre tiene unelemento de clase social de los sujetos de la educacin y la prctica educativa, es
algo que se nos impone. Es que la identidad de los sujetos tiene que ver con las
cuestiones fundamentales del plan de estudios, tanto el oculto como el explcito, y
obviamente con cuestiones de ensean!a y de aprendi!aje. "in embargo, me parece
que anali!ar la cuestin de la identidad de los sujetos de la educacin, educadores y
educandos, implica recalcar, desde el comien!o de tal ejercicio que la identidad
cultural, expresin cada ve! ms usada por nosotros, no puede pretender agotar la
totalidad del significado del fenmeno cuyo concepto es la identidad.
El atributo cultural acrecentado por el restrictivo de clase no agota la comprensin
del t#rmino $identidad%. En el fondo, mujeres y &ombres nos &acemos seres especiales
y singulares. ' lo largo de una larga &istoria conseguimos despla!ar de la especie el
punto de decisin de muc&o de lo que somos y de lo que &acemos individualmente para
nosotros mismos, si bien dentro del engranaje social sin el cual tampoco seriamos lo
que estamos siendo. En el fondo, no somos slo lo que &eredamos ni (nicamente lo que
adquirimos, sino la relacin dinmica y procesal de lo que &eredamos y lo que
adquirimos. )ay algo en lo que &eredamos que *rancois +acob destaca en una
entrevista a El orreo de la -E"/ y que es de la ms alta importancia para la
comprensin de nuestro tema. $Estamos programados, pero para aprender%, dice
+acob. 0 es precisamente porque nos fue posible, gracias a la invencin de la
existencia algo ms que la vida misma y que nosotros creamos con los materiales que
la vida nos ofreci 1, despla!ar de la especie para nosotros el punto de decisin de
muc&o de lo que estamos y estaremos siendo.
0 ms a(n, porque con la invencin social del lenguaje, lado a lado con la operacinsobre el mundo, prolongamos el mundo natural, que no &icimos, en un mundo cultural e
&istrico que es producto nuestro, que nos volvimos animales permanentemente
inscritos en un proceso de aprender y de buscar. Proceso que slo se &ace posible en
la medida en que $no podemos vivir a no ser en funcin del maana.% 2+acob, 34435.
'prender y buscar, a los que necesariamente se juntan para ensear y conocer y que
7/25/2019 Identidad Cultural y Educacin Freire(1)
2/6
2
por su parte no pueden prescindir de libertad, no slo como donacin sino como algo
indispensable y necesario, como un sine qua non por el que debemos luc&ar
permanentemente, forman parte de nuestra manera de estar siendo en el mundo.
0 es justamente porque estamos programados pero no determinados, estamos
condicionados pero al mismo tiempo concientes del condicionamiento, por lo que nos
&acemos aptos para luc&ar por la libertad como proceso y no como meta. Es por eso
tambi#n por lo que el &ec&o de que $cada ser dice +acob contiene en sus
cromosomas todo su propio futuro%, no significa de ninguna manera que nuestra
libertad se a&ogue o se sumerja en las estructuras &ereditarias como si ellas fuesen
el lugar indicado para la desaparicin de nuestra posibilidad de vivirla. ondicionados,
programados pero no determinados, nos movemos con un mnimo de libertad de que
disponemos en el marco cultural para ampliarlo. 6e esta manera, a trav#s de la
educacin como expresin tambi#n cultural podemos $explorar ms o menos las
posibilidades inscritas en los cromosomas% 2+acob, 34435. 7ueda clara la importancia
de la identidad de cada uno de nosotros como sujeto, ya sea como educador o
educando, en la prctica educativa. 0 de la identidad entendida en esta relacin
contradictoria que somos nosotros mismos entre lo que &eredamos y lo que adquirimos.
8elacin contradictoria en la que a veces lo que adquirimos en nuestras experiencias
sociales, culturales, de clase, ideolgicas, interfiere vigorosamente a trav#s del poder
de los intereses, de las emociones, de los sentimientos, de los deseos, de lo que seviene llamando $la fuer!a del cora!n% en la estructura &ereditaria. Por eso mismo es
que no somos ni una cosa ni la otra. 8epitamos, ni slo lo innato ni tampoco (nicamente
lo adquirido. 9a llamada $fuer!a de la sangre%, para utili!ar una expresin popular,
existe, pero no es determinante.
on la presencia de lo cultural, ella sola no lo explica todo. En el fondo, la libertad
como &a!aa creadora de los seres &umanos, como aventura, como experiencia de
riesgo y de creacin, tiene muc&o que ver con la relacin entre lo que &eredamos y lo
que adquirimos. 9as interdicciones a nuestra libertad son resultado muc&o ms de lasestructuras sociales, polticas, econmicas, culturales, &istricas, ideolgicas, que de
las estructuras &ereditarias. o podemos tener dudas sobre el poder de la &erencia
cultural, sobre cmo nos conforma y nos obstaculi!a para ser. Pero el &ec&o de ser
programados, condicionados y conscientes del condicionamiento, y no determinados, es
lo que &ace posible superar la fuer!a de las &erencias culturales. 9a transformacin
7/25/2019 Identidad Cultural y Educacin Freire(1)
3/6
2
del mundo material, de las estructuras materiales, a la que se agregue
simultneamente un esfuer!o crtico educativo, es el camino a la superacin, jams
mecnica, de esta &erencia.
9o que no es posible, sin embargo, en este esfuer!o por la superacin de ciertas
&erencias culturales, que repiti#ndose de generacin en generacin a veces dan la
impresin de petrificarse, es dejar de considerar su existencia. Es muy cierto que los
cambios infraestructurales a veces alteran rpidamente las formas de ser y de pensar
que perduraban desde &ace muc&o tiempo. Por otro lado el reconocer la existencia de
las &erencias culturales debe implicar el respeto &acia ellas. 8espeto que de ninguna
manera significa nuestra adecuacin a ellas. uestro reconocimiento y nuestro
respeto &acia ellas son condiciones fundamentales para el esfuer!o por el cambio. Por
otro lado, es preciso que seamos bien claros con relacin a algo que es evidente: esas
&erencias culturales tienen un innegable corte de clase social. Es en ellas donde se van
constituyendo muc&os aspectos de nuestra identidad, que por eso mismo est marcada
por la clase social a la que pertenecemos. Pensemos un poco en la identidad cultural de
los educandos y en el respeto necesario que le debemos en nuestra prctica educativa.
reo que el primer paso a dar en direccin a ese respeto es el reconocimiento de
nuestra identidad, el reconocimiento de lo que estamos siendo en la actividad prctica
en la que nos experimentamos. Es en la prctica de &acer las cosas de una cierta
manera, de pensar, de &ablar un cierto lenguaje 2como por ejemplo: $la cancin de quete &abl#% y no $la cancin que te &abl#% sin la preposicin de rigiendo al pronombre
que5, es en la prctica de &acer, de &ablar, de pensar, de tener ciertos gustos, ciertos
&bitos, donde acabo por reconocerme de cierta forma, coincidente con otras gentes
como yo. Esas otras gentes tienen un corte de clase id#ntico o prximo al mo. Es en la
prctica de experimentar las diferencias donde nos descubrimos como yos y como tus.
En rigor, siempre es el otro, en cuanto t(, el que me constituye como yo en la medida
en que yo, como t( de otro, lo constituyo como yo. Es una fuerte tendencia nuestra la
que nos empuja afirmar que lo diferente de nosotros es inferior. Partimos de la ideade que nuestra forma de estar siendo no slo es buena sino que es mejor que la de los
otros, diferentes de nosotros. Esto es la intolerancia. Es el gusto irresistible de
oponerse a las diferencias. "in embargo la clase dominante, debido a su propio poder
de perfilar a la clase dominada, es una primera instancia rec&a!a la diferencia, en
segundo lugar no piensa quedar igual al diferente y en tercer lugar tampoco tienen la
7/25/2019 Identidad Cultural y Educacin Freire(1)
4/6
2
intencin de que el diferente quede igual a ella. 9o que ella pretende es admitir y
remarcar en la prctica la inferioridad de los dominados al mantener las diferencias y
las distancias. -no de los desafos para los educadores y las educadoras progresistas,
en co&erencia con su opcin, es no sentirse ni proceder como si fuesen seres
inferiores a los educandos de las clases dominantes de la red privada que, arrogantes,
maltratan y menosprecian al maestro de clase media. Pero tampoco, por el contrario,
sentirse superiores, en la red p(blica, a los educandos de las favelas, a los nios y las
nias populares; a los nios sin comodidades, que no comen bien, que no $visten bonito%,
que no $&ablan correctamente%, que &ablan con otra sintaxis, con otra semntica y con
otra prosodia. 9o que se plantea en ambos casos a la educadora progresista y
co&erente es en primer t#rmino no asumir una posicin agresiva &acia quien
simplemente responde, y en segundo lugar tampoco dejarse tentar por la &iptesis de
que los nios, pobrecitos, son naturalmente incapaces. i una posicin de revanc&a ni
de sumisin en el primer caso, ni una actitud paternalista o de desprecio &acia los
nios de las clases populares en el segundo, sino la de quien asume su responsable
autoridad educadora. El punto inicial &acia esta prctica comprensiva es saber y estar
convencida de que la educacin es una prctica poltica. Por eso es que repetimos: la
educadora es poltica. En consecuencia, se &ace imperioso que la educadora sea
co&erente con su opcin, que es poltica. 0 a continuacin, que la educadora sea cada
ve! ms competente desde el punto de vista cientfico, lo que la &ace saber lo
importante que es conocer el mundo concreto en que viven sus alumnos. 9a cultura en
que se encuentra en accin su lenguaje, su sintaxis, su semntica, su prosodia, en la
que se vienen formando ciertos &bitos, ciertos gustos, ciertas creencias, ciertos
miedos, ciertos deseos no necesariamente fciles de aceptar por el mundo concreto
de la maestra. El trabajo formativo, docente, es inviable en un contexto que se piense
terico pero que al mismo tiempo &aga cuestin de permanecer lejos de, e indiferente
a, el contexto concreto del mundo inmediato de la accin y de la sensibilidad de los
educandos. reer posible la reali!acin de un trabajo en el que el contexto terico se
separa de tal modo de la experiencia de los educandos en su contexto concreto slo es
concebible para quien ju!ga que la ensean!a de los contenidos se &ace
indiferentemente de lo que los educandos ya saben a partir de sus experiencias
anteriores a la escuela. 0 no para quien rec&a!a con ra!n esa dicotoma insustentable
entre contexto concreto y contexto terico. 9a ensean!a de los contenidos no puede
7/25/2019 Identidad Cultural y Educacin Freire(1)
5/6
2
ser &ec&a de manera vanguardista como si fueran cosas, saberes que se pueden
sobreponer o yuxtaponer al cuerpo consciente de los educandos a no ser en forma
autoritaria. Ensear, aprender y conocer no tienen nada que ver con esa prctica
mecanicista. 9as educadoras precisan saber lo que sucede en el mundo de los nios con
los que trabajan. El universo de sus sueos, el lenguaje con que se defienden, con
maa, de la agresividad de su mundo. 9o que saben y cmo lo saben fuera de la escuela.
)ace dos o tres aos, dos profesores de la -niversidad de ampinas, el fsico arlos
'rguelo y el matemtico Eduardo "ebastiani *erreira, participaron en un encuentro
universitario en Panam en el que se discuti la ensean!a de la matemtica y de la
ciencia en general. 'l regresar al &otel luego de la primera maana de actividades
encontraron a un grupo de nios remontando cometas en un campo abandonado. "e
aproximaron a los nios y comen!aron a conversar. $
7/25/2019 Identidad Cultural y Educacin Freire(1)
6/6
2
+ams &e dic&o ni sugerido que los nios de las clases populares no deban aprender el
llamado $modelo culto% de la lengua portuguesa en el Arasil, como a veces se afirma. 9o
que s &e dic&o es que los problemas del lenguaje siempre abarcan cuestiones
ideolgicas y, con ellas, cuestiones de poder. Por ejemplo, si &ay un $modelo culto% es
porque &ay otro que es considerado inculto.