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37 QUINTA ETAPA 2015 El pasado mes de mayo los obispos españoles reunidos en asamblea ple- naria, aprobaron la instrucción pasto- ral Iglesia, servidora de los pobres. Creemos que no está siendo suficien- temente conocida, quizá por haber sido eclipsada en parte, por la encícli- ca Laudato Si´ que se publicó unos días después. Esta instrucción pastoral es de gran importancia ya que aporta una visión “realista y esperanzada” sobre la situación social y política de España, empleando el tradicional sis- tema de ver, juzgar y actuar. En el VER los obispos hablan de los pobres y las nuevas pobrezas desta- cando a las familias golpeadas por la crisis. Esto se pone de manifiesto en una población envejecida por la baja tasa de la natalidad y el escandaloso número de abortos. Mencionan con especial preocupación a los jóvenes muchos de los cuales están sin trabajo, sin posibilidad de independizarse, sin poder crear una familia y obligados en gran número a emigrar. También se muestran preocupados por los parados de más de cincuenta años, la pobreza infantil, los ancianos que en muchos casos son el único sus- tento de la familia, la feminización de la pobreza, las mujeres víctimas de la trata de personas con fines de explota- ción sexual y la violencia doméstica que se ejerce sobre todo con la mujer. Señalan también la pobreza del mun- do rural y la de las personas que tra- bajan en el mar. No se olvidan de los migrantes, po- bres entre los pobres, especialmente los que están sin papeles y tienen difi- cultades para acceder a los servicios sociales, exhortando a las autoridades a ser generosas en la acogida y en la cooperación con los países de origen en orden a lograr unas sociedades más justas y humanas. Mencionan brevemente la corrupción derivada de la codicia financiera y la avaricia personal que provoca alarma social y despierta gran preocupación en la ciudadanía. Es una grave defor- mación del sistema político y un mal moral. Para luchar contra ella, ven necesaria una regeneración moral a nivel personal y social. La indiferencia religiosa, el olvido de Dios, la ligereza con que se cuestiona su existencia, la despreocupación por el origen y destino trascendente del ser humano son motivos de sus análi- sis. Todo esto influye en el talante personal y en el comportamiento mo- ral y social del individuo. Cuando los cristianos tienen la experiencia gozosa del encuentro con Jesucristo, alimen- tada por la oración, la Palabra y los sacramentos, viven una fe comprome- tida socialmente y aprenden a encon- trar y a servir a Cristo en los pobres. En el JUZGAR los obispos ven distin- tas causas que explicarían ese “análisis de la realidad que les interpela”: la negación de la primacía del ser humano: urge recuperar una eco- nomía basada en la ética y en el bien común; la cultura de lo inmediato y de la técnica: es necesario potenciar políticas educativas de contenidos humanistas, morales y religiosos; un modelo centrado en la eco- nomía: hay que revisar el modelo económico que nos hace creer que más es igual a mejor; la idolatría de la lógica mercan- til: es necesario restablecer la justicia mediante la redistribución. Es impor- tante para la armonía social. Todo lo anterior tiene su apoyo en la Doctrina Social de la Iglesia que de- fiende en todo momento la dignidad de la persona humana, el destino uni- versal de los bienes, la solidaridad, la defensa de los derechos y la promo- ción de los deberes, el bien común y el principio de subsidiaridad y el dere- cho a un trabajo fijo y estable. ACTUAR. Por último los obispos hacen una serie de “propuestas espe- ranzadas desde la fe”: promover una actitud de conti- nua renovación y conversión, ya que estamos llamados a ser instru- mento de liberación y promoción de los pobres; cultivar una sólida espirituali- dad que dé consistencia y sentido común a nuestro compromiso social; apoyarse en la fuerza transfor- madora de la evangelización. La proclamación del Evangelio, fermento de libertad y de fraternidad, ha ido acompaña siempre de la promoción humana y social de aquellos a los que se anuncia; profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y de la acción social. La Iglesia existe, como Jesús, para evangelizar a los po- bres y levantar a los oprimidos. Evan- gelizar en el campo social es trabajar por la justicia y denunciar la injusti- cia; promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas. La pobreza tiene causas, responsables. Detrás de ella hay mecanismos económicos, finan- cieros, sociales, políticos...; nacionales e internacionales; defender la vida y la familia como bienes sociales fundamentales; -afrontar el reto de una economía inclusiva y de comunión; fortalecer la animación comu- nitaria. Los obispos concluyen pidiendo perdón por los momentos en los que no han sabido responder con pronti- tud al clamor de los más frágiles y ne- cesitados, agradecen a instituciones como Cáritas, Manos Unidas, Institu- tos de Vida Consagrada la labor que hacen en el servicio de la infancia, personas enfermas, jóvenes, ancia- nas…, y encomiendan a la Virgen que no nos falte nunca en el corazón la necesaria y urgente solidaridad con los pobres, cantando con ella “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”. ISABEL CUENCA ANAYA Secretaria General Iglesia, servidora de los pobres

Iglesia, servidora de los pobres - juspax-es.orgn 37 en A4.pdf · El pasado mes de mayo los obispos españoles reunidos en asamblea ple-naria, aprobaron la instrucción pasto-ral

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Nº 37 QUINTA ETAPA 2015

El pasado mes de mayo los obispos españoles reunidos en asamblea ple-naria, aprobaron la instrucción pasto-ral Iglesia, servidora de los pobres. Creemos que no está siendo suficien-temente conocida, quizá por haber sido eclipsada en parte, por la encícli-ca Laudato Si´ que se publicó unos días después. Esta instrucción pastoral es de gran importancia ya que aporta una visión “realista y esperanzada” sobre la situación social y política de España, empleando el tradicional sis-tema de ver, juzgar y actuar. En el VER los obispos hablan de los pobres y las nuevas pobrezas desta-cando a las familias golpeadas por la crisis. Esto se pone de manifiesto en una población envejecida por la baja tasa de la natalidad y el escandaloso número de abortos. Mencionan con especial preocupación a los jóvenes muchos de los cuales están sin trabajo, sin posibilidad de independizarse, sin poder crear una familia y obligados en gran número a emigrar. También se muestran preocupados por los parados de más de cincuenta años, la pobreza infantil, los ancianos que en muchos casos son el único sus-tento de la familia, la feminización de la pobreza, las mujeres víctimas de la trata de personas con fines de explota-ción sexual y la violencia doméstica que se ejerce sobre todo con la mujer. Señalan también la pobreza del mun-do rural y la de las personas que tra-bajan en el mar. No se olvidan de los migrantes, po-bres entre los pobres, especialmente los que están sin papeles y tienen difi-cultades para acceder a los servicios sociales, exhortando a las autoridades a ser generosas en la acogida y en la cooperación con los países de origen en orden a lograr unas sociedades más justas y humanas. Mencionan brevemente la corrupción derivada de la codicia financiera y la

avaricia personal que provoca alarma social y despierta gran preocupación en la ciudadanía. Es una grave defor-mación del sistema político y un mal moral. Para luchar contra ella, ven necesaria una regeneración moral a nivel personal y social. La indiferencia religiosa, el olvido de Dios, la ligereza con que se cuestiona su existencia, la despreocupación por el origen y destino trascendente del ser humano son motivos de sus análi-sis. Todo esto influye en el talante personal y en el comportamiento mo-ral y social del individuo. Cuando los cristianos tienen la experiencia gozosa del encuentro con Jesucristo, alimen-tada por la oración, la Palabra y los sacramentos, viven una fe comprome-tida socialmente y aprenden a encon-trar y a servir a Cristo en los pobres. En el JUZGAR los obispos ven distin-tas causas que explicarían ese “análisis de la realidad que les interpela”: — la negación de la primacía del ser humano: urge recuperar una eco-nomía basada en la ética y en el bien común; — la cultura de lo inmediato y de la técnica: es necesario potenciar políticas educativas de contenidos humanistas, morales y religiosos; — un modelo centrado en la eco-nomía: hay que revisar el modelo económico que nos hace creer que más es igual a mejor; — la idolatría de la lógica mercan-til: es necesario restablecer la justicia mediante la redistribución. Es impor-tante para la armonía social. Todo lo anterior tiene su apoyo en la Doctrina Social de la Iglesia que de-fiende en todo momento la dignidad de la persona humana, el destino uni-versal de los bienes, la solidaridad, la defensa de los derechos y la promo-ción de los deberes, el bien común y el principio de subsidiaridad y el dere-cho a un trabajo fijo y estable.

ACTUAR. Por último los obispos hacen una serie de “propuestas espe-ranzadas desde la fe”: — promover una actitud de conti-nua renovación y conversión, ya que estamos llamados a ser instru-mento de liberación y promoción de los pobres; — cultivar una sólida espirituali-dad que dé consistencia y sentido común a nuestro compromiso social; — apoyarse en la fuerza transfor-madora de la evangelización. La proclamación del Evangelio, fermento de libertad y de fraternidad, ha ido acompaña siempre de la promoción humana y social de aquellos a los que se anuncia; — profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y de la acción social. La Iglesia existe, como Jesús, para evangelizar a los po-bres y levantar a los oprimidos. Evan-gelizar en el campo social es trabajar por la justicia y denunciar la injusti-cia; — promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas. La pobreza tiene causas, responsables. Detrás de ella hay mecanismos económicos, finan-cieros, sociales, políticos...; nacionales e internacionales; — defender la vida y la familia como bienes sociales fundamentales; -afrontar el reto de una economía inclusiva y de comunión; — fortalecer la animación comu-nitaria. Los obispos concluyen pidiendo perdón por los momentos en los que no han sabido responder con pronti-tud al clamor de los más frágiles y ne-cesitados, agradecen a instituciones como Cáritas, Manos Unidas, Institu-tos de Vida Consagrada la labor que hacen en el servicio de la infancia, personas enfermas, jóvenes, ancia-nas…, y encomiendan a la Virgen que no nos falte nunca en el corazón la necesaria y urgente solidaridad con los pobres, cantando con ella “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.

ISABEL CUENCA ANAYA Secretaria General

Iglesia, servidora de los pobres

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LUCHA CONTRA LA POBREZA: Las personas primero La nueva agenda y el discurso del

Papa Francisco en Nueva York eran motivo de felicitación para la Confe-rencia de Comisiones de Justicia y Paz de Europa en su Declaración de Co-penhague de 27 de septiembre:

“El 25 de septiembre de 2015 fue un día especial y memorable. Este día, el papa Francisco hizo un discurso inspi-rador en la Asamblea General de las Naciones Unidas que adoptaba un nuevo conjunto de objetivos de desa-rrollo. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con 169 objetivos específicos, sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) adoptados por la Asamblea General de la ONU en 2000. Se estima que los ODM ayudaron a salir de la pobreza extrema a casi mil millones de perso-nas y lograron avances significativos en otras áreas, tales como reducir con-siderablemente la mortalidad infantil en muchos países".

En comparación con los Objetivos

del Milenio, los Objetivos de Desarro-llo Sostenible suponen ampliar el al-cance de la agenda internacional del desarrollo e incluir plenamente el cui-dado de la casa común. Necesitamos un desarrollo humano, sostenible e integral. Es urgente tomar medidas contra el cambio climático y sus efec-tos. Nuestro mundo no aguanta un superdesarrollo derrochador y consumista. Necesitamos un mundo sos-tenible, justo y seguro para todos. Nuestro mundo no necesita más producción sino más justicia.

La agenda internacional de desarrollo implica, en primer lugar, a las autorida-des políticas. La participación y la transparencia deben ser características fundamentales de la acción pública en todo el globo. Necesitamos una fiscali-dad justa, progresiva y redistributiva.

Los ODS apuntan a reducir inequi-

dades y desigualdades no solo entre los países sino dentro de cada país. Ne-cesitamos políticas ambiciosas para materializar la Agenda 2030. Necesita-mos un Consejo de Seguridad de Na-ciones Unidas comprometido con la paz en el mundo y no con los intereses estratégicos de sus miembros perma-nentes. Necesitamos un Panel inter-nacional para la erradicación de la pobreza, como estableció la Declara-ción de Madrid de 2014.

Para Justicia y Paz de Europa, “el

que la comunidad mundial tenga éxi-to en el logro de los ODS en 2030 tam-bién dependerá de los esfuerzos soste-nidos para comunicar sus contenidos y fundamentación, así como del com-promiso activo de grupos religiosos y de la sociedad civil”.

La Agenda nos implica también a todas las organizaciones sociales. De-

bemos ser actores y socios críticos para implementarla. Para la Coordinadora de ONGD y para la Alianza Española contra la Pobreza, la mirada no se pue-de limitar a los objetivos aprobados. Hemos salido en manifestación por toda España para reivindicar la globa-lización de la solidaridad. No podemos olvidar las propuestas nuestras que se han olvidado, como el fin de los paraí-sos fiscales y la imposición a las tran-sacciones financieras internacionales. No podemos olvidar la lucha contra los negocios de la guerra, como los que están en los minerales de sangre.

En este camino las tres generaciones

de derechos humanos son irrenuncia-bles. Los ODS son un plan de acción universal para los derechos. Sin liber-

tades civiles y políticas no hay demo-cracia. La segunda generación de dere-chos económicos, sociales y culturales se debe universalizar en aras del traba-jo decente en todo el globo: el fin del trabajo infantil, de la trata, de la preca-riedad y del trabajo sin derechos de-ben ser una prioridad. Por último, los derechos de la tercera generación, la

paz, el desarme y el cuidado de la casa común, son un im-perativo moral para la acción. Para desarrollar esta perspec-tiva “Enlázate por la Justicia” está en un proceso de trabajo y reflexión en torno a la En-cíclica Laudato si’. La Agenda implica a las em-presas y sindicatos, al conjun-to de agentes sociales, que

deben ser una fuerza positiva para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible. Los agentes tienen un pa-pel fundamental en la lucha contra la corrupción, en el cuidado de la natura-leza, en la promoción del trabajo de-cente y en el cumplimiento de nues-tros deberes públicos.

La Agenda 2030 implica, en fin, a toda la ciudadanía. Debemos ejercer nuestros deberes de solidaridad todos los días con los empobrecidos de todo el planeta, con los refugiados que huyen de la guerra y con los empobre-cidos que mueren en las calles de la sociedad opulenta.

FCO. JAVIER ALONSO RODRÍGUEZ Vicepresidente , CG Justicia y Paz

El 25 de septiembre de 2015 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobaba una nueva agenda internacional de desarrollo que marcará el itinerario y los objetivos de trabajo de los próximos quince años pa-ra afrontar las grandes problemáticas que se viven actualmente en el mundo.

Necesitamos un desarrollo humano, sostenible e integral. Es urgente to-

mar medidas contra el cambio climático y sus efectos. Toda la ciu-

dadanía queda implicada.

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Del 25 al 28 de septiembre tuvo lugar el encuentro anual de las comisiones de Justicia y Paz de Europa en las ciudades de Copenhague y Malmö. Estuvieron presentes veintiuna de las treinta comisiones europeas activas, entre ellas la de España. Este encuen-tro europeo es siempre un momento importante de reflexión, identificación de retos, intercambio de experiencias, diseño de acciones conjuntas y, en definitiva, de fortalecimiento de nuestra red. Para quienes hemos participado ha sido, una vez más, una experiencia muy intensa y gratificante, que ayuda a tomar conciencia del valor y la importancia del trabajo de Justicia y Paz en Europa. Fue, a la vez, una interesante experiencia de fe y de Iglesia comprometida con la construcción de la justicia y al servicio de los colectivos más vulnerables.

Como cada año, se celebró, además de la Asamblea anual de Justicia y Paz de Europa, un seminario internacional, que en esta oca-sión llevaba como título “Modelos europeos de convivencia. Experiencias en Copenhague y Malmö”. El objetivo era reflexionar conjuntamente, a partir de las realidades danesa y sueca, sobre la gestión de la convivencia y la integración social en nuestras sociedades europeas, cada vez más plurales y complejas a consecuencia fundamentalmente del fenómeno de la inmigración.

En Copenhague, visitamos a la presidenta del Parlamento danés, el Instituto Danés de Derechos Humanos, y el diario Politikenshus.

Además, asistimos a un Panel de Discusión "Iglesia nacional danesa y personas extranjeras", donde participaron miembros de diferentes denominaciones cristianas y un imán. En Malmö (Suecia) visitamos el Centro Islámico de Rosengård; Ögårdsskolan, una escuela prima-ria musulmana; el Instituto Santa María Católica, de la Iglesia Luterana sueca en Rosengård; Dialogforum, un proyecto del programa de lucha contra la discriminación en la ciudad de Malmö; y Yalla Trappan, una empresa social de inserción laboral, donde conocimos a gen-te de muchas culturas y tradiciones religiosas.

La principales experiencias vividas e ideas expresadas en el encuentro fueron recogidas en el Mensaje final, titulado “Preguntar a las

personas lo que necesitan”, publicado en nuestra web. En él se subraya el deber colectivo de construir sociedades acogedoras , que pro-muevan el desarrollo integral de todos sus miembros sobre la base de la igual dignidad de todas las personas. Ello requiere un notable esfuerzo de escucha atenta y constante a las demandas, las necesidades y las propuestas de todos los colectivos, especialmente de los más vulnerables. Debemos crear espacios de dialogo y relación mutua que lo hagan posible.

EDUARD IBÁÑEZ PULIDO Presidente , Comisión General Justicia y Paz

Inmigración y refugio: debemos promover sociedades más acogedoras

Durante los meses de octubre y noviembre, la Comisión General de Justicia y Paz ha participado en dos encuentros con miembros de la administración y de la sociedad civil, celebrados en el Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco) y en el de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC), con el fin de intercambiar posturas sobre la regulación europea de suministro de minerales, extraídos en zonas de conflicto. Las otras entidades presentes han sido Alboan, Amnistía Internacional y REDES.

El primer encuentro se produjo con la Subdirección General de Política Comercial para la Unión Europea y Comer-

cio Internacional de Productos Industriales del Mineco. En este encuentro tratamos de conocer la posición española como Estado Miembro del Consejo. El Parlamento Europeo pronto se reunirá con el Consejo Europeo y la Comisión Europea en un "diálogo tripartito informal" para negociar un acuerdo sobre la legislación. Los representantes del Mine-co aseguraron que España no tenía una posición definida y que les preocupaban los procedimientos regulatorios obli-gatorios para las PYME de este sector.

La segunda reunión tuvo lugar en la Oficina de Derechos Humanos del MAEC. En ella estuvo presente Mons. Fri-

dolin Ambongo, presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la República Democrática del Congo (RDC). Mons. Am-bongo es uno de los promotores de la campaña de los líderes de la Iglesia católica, que abogan por una regulación obli-gatoria para las empresas en el abastecimiento de minerales. Él está visitando a representantes de los Estados de la UE para dar a conocer la problemática de las personas de su país, afectadas por esta industria.

Explicó que la RDC dispone del código Minier que regula la explotación industrial de los minerales. Esta ley se esta-

bleció en tiempos de Kabila padre, urgido por la necesidad de fondos económicos para hacerse con el poder. Los fondos fueron aportados por las grandes compañías mineras a quienes beneficia la ley junto a las compañías extranjeras. Co-mo no hay presencia del Estado en el este del país, las bandas armadas aprovechan esta situación y controlan la explo-tación de las minas artesanales, cobran peaje a los artesanos cuando salen de la mina con lo extraído en el día y venden después este mineral a las grandes compañías extranjeras. La Comisión de Justicia y Paz de RDC ha documentado el impacto en la población de esta zona: abandono escolar para dedicarse a la mina; aumento de la prostitución; gran in-seguridad. La RDC necesita que su principal socio comercial, la Unión Europea, tenga una regulación al respecto. Esta regulación tiene aún mayor importancia porque, según Mons. Ambomgo, Europa es un referente de valores morales y humanos para África.

La propuesta de Mons. Ambomgo es la misma que la de las organizaciones de la sociedad civil: que la regulación

establezca la obligatoriedad para las empresas en toda la cadena de suministro de minerales; y que la normativa no se centre solamente en los minerales 3TG (coltán, wolframio, estaño y oro). Se necesita regular el resto de minerales.

En las reuniones mantenidas hasta la fecha en el Consejo Europeo, España apuesta por una regulación volun-

taria. Secretaría Técnica , CG Justicia y Paz

Abastecimiento de minerales en zonas de conflicto

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Comisión General Justicia y Paz de España Rafael de Riego, 16, 3º dcha. - 28045 Madrid

Tel. (+34) 91 506 18 28 [email protected] www.juspax-es.org

IBAN ES73 1491 0001 2110 3434 7912 Depósito legal:M-24725-1987

La Comisión General de Justicia y Paz forma parte de

El obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. José Ma-nuel Lorca Planes, crea esta Comisión como asociación pública de fieles desde finales del mes de septiembre del año en curso. El grupo promotor está formado por doce personas que ven el futuro con esperanza: «Son muchos los retos, pero también es mucha la entrega y mucho el entusiasmo. La ayuda de Dios no nos ha de faltar. Y confiamos también en el empuje de seglares, clérigos, religiosas y religiosos que tomen conciencia de la urgencia de actuar en este campo y de la convenien-cia de hacerlo por medio de nuestra institución. Confia-mos también en la sensibilidad episcopal, ante un lla-mamiento tan apremiante como el que han dirigido al respecto los últimos pontífices y la evidencia de la con-veniencia de sumar fuerzas a través de instituciones adecuadas para realizar esta tarea». Su actividad se inició el sábado, 3 de octubre, con una jornada interna de trabajo junto a representantes de la Comisión General de Justicia y Paz de España. La primera conferencia de esta Comisión Diocesana versará sobre la crisis migratoria y contará con la pre-sencia de Mons. Santiago Agrelo, obispo de Tánger, y su ponencia "En la frontera a la luz de la fe”.

Consumir en clave de derechos humanos

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La plataforma promovida por las entidades cató-licas de cooperación al desarrollo, de la que Justi-cia y Paz forma parte, ha estado especialmente activa ampliando sus actividades conjuntas. Entre ellas señalamos una carta dirigida al presi-dente Mariano Rajoy, el pasado mes de septiem-bre, por celebrarse ese mes en la sede de las Nacio-nes Unidas la Cumbre de Nueva York para pre-sentar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En la carta le reclamábamos que el Gobier-no Español se comprometa en el éxito de un pro-ceso orientado a impulsar un modelo de desarro-llo centrado en las personas. Otra apuesta de “Enlázate por la justicia” ha sido la realización de una campaña conjunta de dos años de duración en torno al “Cuidado de la crea-ción”. Se están dando los pasos necesarios para su programación con participación de todas las enti-dades. Después de recoger las aportaciones de los participantes, el pasado día 11 de noviembre, una treintena de personas, seis de cada entidad de la plataforma, tuvimos un día de trabajo en el que perfilamos los ámbitos de incidencia y los objeti-vos que se quieren alcanzar. Tendremos un nue-vo encuentro en diciembre para continuar con la programación.

Es el título de la última publicación realizada por la secre-taria general, Isabel Cuenca Anaya, y el responsable de Derechos Humanos de Justicia y Paz, Emilio J. Gómez Ciriano. La publicación surge en el marco de un semina-rio sobre Empresas y Derechos Humanos, llevado a cabo por la Comisión General de Justicia y Paz. Ambas activi-dades buscaban promover la reflexión para ser más cons-cientes de la necesidad de un consumo responsable. Con-sumir en clave de derechos humanos supone una res-ponsabilidad colectiva, de unos pueblos hacia los otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generacio-nes futuras. Para un ejercicio adecuado de los derechos se necesitan al menos tres elementos: una ciudadanía concienciada e informada de los mismos, un Estado respetuoso y cum-plidor de sus obligaciones en materia de derechos huma-nos y la existencia de un marco internacional de vigilan-cia y protección. En la publicación se profundiza en cada uno de estos tres aspectos y se reúnen propuestas de actuación y claves desde el derecho y la práctica cotidiana, como consumi-dores, para demostrar que la lucha por la defensa de los derechos sociales continúa con renovada fuerza.

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Comisión de Justicia y Paz en Murcia

El pasado 16 de octubre, organizado por el grupo, se realizó un nuevo encuentro sobre esta pro-blemática que afecta a tantas mujeres y hombres, con el tema: “La trata de seres humanos: desafíos y propuestas”. Nos reunimos unas 70 personas en la sede de la Fundación Amaranta, la mayoría muje-res, tanto religiosas como laicas, con años de expe-riencia de compromiso con las víctimas. Fue un Jornada intensa, de mucha calidad por sus conte-nidos y experiencias compartidas, así como por las distintas dimensiones que se abordaron. Una po-nencia sobre “La trata, desde la perspectiva de los derechos humanos”, enmarcó toda la Jornada. José Luis Segovia afirmó que “Los derechos humanos han de ser una alerta para no pasar de largo ante las personas caídas, víctimas”, nos urgió a “hacer lectura creyente de la realidad” y, en el trabajo, “incidir sobre la prevención”. La Jornada continuó con una mesa redonda sobre “los derechos huma-nos de las personas víctimas de trata” en la que se compartieron experiencias diferentes de cuatro entidades. Finalizó con una mesa de diálogo sobre “las víctimas especialmente invisibles” en la que intervinieron tres representantes de otras entida-des.