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II SEMANA DE PASCUA Del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,32-35): En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. Salmo R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia De la primera carta del apóstol san Juan (5,1-6): Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Del santo evangelio según san Juan (20,19-31): Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas 1

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II SEMANA DE PASCUA Del libro de los Hechos de los Apstoles (4,32-35):

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentan lo mismo: lo posean todo en comn y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tena. Los apstoles daban testimonio de la resurreccin del Seor Jess con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que posean tierras o casas las vendan, traan el dinero y lo ponan a disposicin de los apstoles; luego se distribua segn lo que necesitaba cada uno.

Salmo R/.Dad gracias al Seor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

De la primera carta del apstol san Juan (5,1-6):

Todo el que cree que Jess es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama tambin al que ha nacido de l. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. Quin es el que vence al mundo, sino el que cree que Jess es el Hijo de Dios? ste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No slo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espritu es quien da testimonio, porque el Espritu es la verdad.

Del santo evangelio segn san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel da, el primero de la semana, estaban los discpulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judos.Y en esto entr Jess, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.Y, diciendo esto, les ense las manos y el costado. Y los discpulos se llenaron de alegria al ver al Seor. Jess repiti: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, as tambin os envo yo.Y, dicho esto, exhal su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espritu Santo; a quienes les perdonis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengis, les quedan retenidos.Toms, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jess.Y los otros discpulos le decan: Hemos visto al Seor.Pero l les contest: Si no veo en sus manos la seal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.A los ocho das, estaban otra vez dentro los discpulos y Toms con ellos.Lleg Jess, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: Paz a vosotros.Luego dijo a Toms: Trae tu dedo, aqu tienes mis manos; trae tu mano y mtela en mi costado; y no seas incrdulo, sino creyente.Contest Toms: Seor mo y Dios mo!Jess le dijo: Porque me has visto has credo? Dichosos los que crean sin haber visto.Muchos otros signos, que no estn escritos en este libro, hizo Jess a la vista de los discpulos. stos se han escrito para que creis que Jess es el Mesas, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengis vida en su nombre.

Jos Luis SicreUNA APARICIN MUY PECULIAR

Todas las apariciones de Jess resucitado son peculiares. Incluso cuando se cuenta la misma, los evangelistas difieren: mientras en Marcos son tres las mujeres que van al sepulcro (Mara Magdalena, Mara la de Cleofs y Salom), y tambin tres en Lucas, pero distintas (Mara Magdalena, Juana y Mara la de Santiago), en Mateo son dos (las dos Maras) y en Juan una (Mara Magdalena, aunque luego habla en plural: no sabemos dnde lo han puesto). En Mc ven a un muchacho vestido de blanco sentado dentro del sepulcro; en Mt, a un ngel de aspecto deslumbrante junto a la tumba; en Lc, al cabo de un rato, se les aparecen dos hombres con vestidos refulgentes. En Mt, a diferencia de Mc y Lc, se les aparece tambin Jess. Podramos indicar otras muchas diferencias en los dems relatos. Como si los evangelistas quisieran acentuarlas para que no nos quedemos en lo externo, lo anecdtico. Uno de los relatos ms interesantes y diverso de los otros es el del prximo domingo (Juan 20,19-31).

Las peculiaridades de este relato de Juan1. El miedo de los discpulos. Es el nico caso en el que se destaca algo tan lgico, y se ofrece el detalle tan visivo de la puerta cerrada. Acaban de matar a Jess, lo han condenado por blasfemo y por rebelde contra Roma. Sus partidarios corren el peligro de terminar igual. Adems, casi todos son galileos, mal vistos en Jerusaln. No ser fcil encontrar alguien que los defienda si salen a la calle.

2. El saludo de Jess: paz a vosotros. Tras la referencia inicial al miedo a los judos, el saludo ms lgico, con honda raigambre bblica, sera: no temis. Sin embargo, tres veces repite Jess paz a vosotros. Algn listillo podra presumir: Normal; los judos saludanshalom alekem, igual que los rabes saludansalam aleikun. Pero no es tan fcil como piensa. Este saludo, paz a vosotros slo se encuentra tambin en la aparicin a los discpulos en Lucas (24,36). Lo ms frecuente es que Jess no salude: ni a los once cuando se les aparece en Galilea (Mc y Mt), ni a los dos que marchan a Emas (Lc 24), ni a los siete a los que se aparece en el lago (Jn 21). Y a las mujeres las saluda en Mt con una frmula distinta: alegraos. Por qu repite tres veces paz a vosotros en este pasaje? Vienen a la mente las palabras pronunciadas por Jess en la ltima cena: La paz os dejo, os doy mi paz, y no como la da el mundo. No os turbis ni os acobardis (Jn 14,27). En estos momentos tan duros para los discpulos, el saludo de Jess les desea y comunica esa paz que l mantuvo durante toda su vida y especialmente durante su pasin.

3. Las manos, el costado, las pruebas y la fe. Los relatos de apariciones pretenden demostrar la realidad fsica de Jess resucitado, y para ello usan recursos muy distintos. Las mujeres le abrazan los pies (Mt), Mara Magdalena intenta abrazarlo (Jn); los de Emas caminan, charlan con l y lo ven partir el pan; segn Lucas, cuando se aparece a los discpulos les muestra las manos y los pies, les ofrece la posibilidad de palparlo para dejar claro que no es un fantasma, y come delante de ellos un trozo de pescado. En la misma lnea, aqu muestra las manos y el costado, y a Toms le dice que meta en ellos el dedo y la mano. Es el argumento supremo para demostrar la realidad fsica de la resurreccin. Curiosamente se encuentra en el evangelio de Jn, que es el mayor enemigo de las pruebas fsica y de los milagros para fundamentar la fe. Como si Juan se hubiera puesto al nivel de los evangelios sinpticos para terminar diciendo: Dichosos los que crean sin haber visto.

4. La alegra de los discpulos. Es interesante el contraste con lo que cuenta Lucas: en este evangelio, cuando Jess se aparece, los discpulos se asustaron y, despavoridos, pensaban que era un fantasma; ms tarde, la alegra va acompaada de asombro. Son reacciones muy lgicas. En cambio, Juan slo habla de alegra. As se cumple la promesa de Jess durante la ltima cena: Vosotros ahora estis tristes; pero os volver a visitar y os llenaris de alegra, y nadie os la quitar (Jn 16,22). Todos los otros sentimientos no cuentan.

5. La misin. Con diferentes frmulas, todos los evangelios hablan de la misin que Jess resucitado encomienda a los discpulos. En este caso tiene una connotacin especial: Como el Padre me ha enviado, as os envo yo. No se trata simplemente de continuar la tarea. Lo que contina es una cadena que se remonta hasta el Padre.

6. El don de Espritu Santo y el perdn. Mc y Mt no dicen nada de este don y Lucas lo reserva para el da de Pentecosts. El cuarto evangelio lo sita en este momento, vinculndolo con el poder de perdonar o retener los pecados. Cmo debemos interpretar este poder? No parece que se refiera a la confesin sacramental, que es una prctica posterior. En todos los otros evangelios, la misin de los discpulos est estrechamente relacionada con el bautismo. Parece que en Juan el perdonar o retener los pecados tiene el sentido de admitir o no admitir al bautismo, dependiendo de la preparacin y disposicin del que lo solicita.

Fray Marcos

SLO EN COMUNIDAD PUEDO ENCONTRAR VIDA

La clave de todas las apariciones, que se relatan en los evangelios, es la que Jess hace a la comunidad reunida. La experiencia pascual de los seguidores de Jess demostr que es en la comunidad, donde se puede descubrir la presencia de Jess vivo. La comunidad es la garanta de la fidelidad a Jess y al Espritu. Pero sobre todo, es la comunidad la que recibe el encargo de predicar. La misin de anunciar el evangelio no se la han sacado ellos de la manga, sino que es el principal mandato que reciben de Jess.

Juan es el nico que desdobla el relato de la aparicin a los apstoles. Con ello personaliza en Toms el tema de la duda, que es capital en todos los relatos de apariciones."El primer da de la semana". Dios hizo la creacin en seis das. Jess da comienzo a la nueva creacin. En Jess, la creacin del hombre llega a su plenitud. El local cerrado a cal y canto como consecuencia del miedo, delimita el espacio de la comunidad, fuera est el mundo hostil. Como el antiguo Israel, en su xodo, estn atemorizados ante el poder del enemigo.

Jess apareceen el centroporque ahora, l es para ellos la nica referencia y factor de unidad. La comunidad cristiana est centrada en Jess. No atraves la puerta o la pared, no recorri ningn espacio; se hace presente en medio de la comunidad directamente. El saludo elimina el miedo. Las llagas, signo de su entrega, evidencian que es el mismo que muri en la cruz. Desaparece el miedo a la muerte. La verdadera Vida nadie pudo quitrsela a Jess ni se la quitar a ellos. La permanencia de las seales de su muerte, indica la permanencia de su amor. Garantiza adems, la identificacin del resucitado con el Jess crucificado. La comunidad tiene ahora la experiencia de que Jess vive y les comunica esa misma Vida.

El segundo saludo trata de darles fuerza para la misin. Les ofrece una paz para el presente y para el futuro. En los relatos de apariciones la misin es algo esencial, sobre todo en Jn; les haba elegido para llevarla a cabo. La misin deben cumplirla, demostrando un amor total. Si toman conciencia de que poseen la verdadera Vida, el miedo a la muerte biolgica no les preocupar en absoluto. La Vida que l les comunica es definitiva y permanece.

El verbo soplar, usado por Jn, es el mismo que se emplea en Gn 2,7. Con aquel soplo el hombre barro se convirti en ser viviente. Ahora Jess les comunica el Espritu que da verdadera Vida. Se trata de una nueva creacin del hombre. La condicin de hombre-carne queda transformada en hombre-espritu. Esa nueva Vida es la capacidad de amar como ama Jess. Les saca de la esfera de la opresin y les hace libres (quita el pecado del mundo).

El Espritues el criterio para discernir las actitudes que se derivan de esa Vida. Debemos tener mucho cuidado al traducir estos textos y no hacerles decir lo que no dicen. El Espritu, no se refiere a la tercera persona de la Trinidad. Se trata de la fuerza que les capacita para la misin. Del mismo modo, deducir de aqu la institucin de la penitencia, es ir mucho ms lejos de lo que permite el texto. El concepto de pecado que tenemos hoy no se elabor hasta el s. VII. Lo que entienden por pecado las primeras comunidades es algo muy distinto. Jess no vino ni a juzgar ni a condenar; mucho menos a la comunidad.

El texto nos dice que, ante la comunidad quedar patente el pecado de los que se niegan a dar su adhesin a Jess. Ni Jess ni la comunidad dan sentencia, contra nadie. La sentencia se la da a s mismo cada uno con su actitud. El Espritu permite a la comunidad discernir la autenticidad de los que se adhieren a Jess y salen del mbito de la injusticia al del amor.

La referencia a "Los doce", aunque slo eran once,designa la comunidad cristiana como heredera de las promesas de Israel. Toms haba seguido a Jess, pero, como los dems, no le haba comprendido del todo. No podan concebir una Vida definitiva que permanece despus de la muerte. Separado de la comunidad, no tiene la experiencia de Jess vivo. Una vez ms se destaca la importancia de la experiencia compartida en comunidad.

Hemos visto al Seor. No es una mera afirmacin de visin sensorial. Significa la experiencia de la presencia de Jess que les ha trasformado. Les sigue comunicando la Vida, de la que tantas veces les haba hablado. Les ha comunicado el Espritu y les ha colmado del amor que ahora brilla en la comunidad. El relato insiste en que Jess no es un recuerdo del pasado, sino que est vivo y activo entre los suyos. A pesar de todo, los testimonios no pueden suplir la experiencia, y Toms es incapaz de dar el paso.

A los ocho das... Cuando se escribe este texto, la comunidad ya segua un ritmo semanal de celebraciones. Jess se hace presente en la celebracin comunitaria, cada 8 das. La nueva creacin del hombre que Jess ha realizado durante su vida, culmina en la cruz el da sexto. Estaban reunidos dentro, en comunidad, es decir, en el lugar donde Jess se manifiesta, en la esfera de la Vida, opuesto a "fuera", el lugar de la muerte. Toms se ha reintegrado a la comunidad. Ahora puede experimentar lo que no fue incapaz de creer.

Jess se dirige a Tomas, porque viene para todos, y una vez dentro de la comunidad, tambin Toms encontrar a Jess. Una vez ms, las seales son inseparables de la muerte por amor. La resurreccin no lo separa de la condicin humana anterior. No es el paso a una condicin superior sino la misma condicin humana llevada a su culminacin.

La respuesta de Toms es extrema, igual que su incredulidad. Al llamarle Seor, reconoce a Jess y lo acepta dndole su adhesin. Al decir "mo" expresa su cercana, como la Magdalena. Despus de 1,18, es la primera vez que es llamado simplemente "Dios". Los judos lo haban acusado de hacerse igual a Dios e incluso Hijo de Dios. En (1,1) se haba dicho: "un Dios era el proyecto". Jess ha cumplido el proyecto, amando como Dios ama. (14,20) "Aquel da experimentaris que yo estoy identificado con mi Padre". (14,9) "Quien me ve a m, ve al Padre". Dndoles su Espritu, Jess quiere que ese proyecto lo realicen tambin todos los suyos, con la misma fuerza con que l lo realiz.

Toms tiene ahora la misma experiencia de los dems: Ver a Jess en persona. El reproche de Jess se refiere a la negativa a creer el testimonio de la comunidad. Toms quera tener un contacto con Jess como el que tena antes de su muerte. Pero la adhesin no se da al Jess del pasado, sino al Jess presente, que es a la vez, el mismo y distinto. El marco de la comunidad hace posible la experiencia de Jess vivo, resucitado.

Por exigir esa presencia externa y sensorial, la experiencia de Toms no puede ser modelo. Fijaros lo curioso del caso. El evangelista elabora una perfecta narracin de apariciones y a continuacin nos dice que no es esa presencia externa la que debe llevarnos a la fe. La demostracin de que Jess est vivo, tiene que ser el amor manifestado en la comunidad. La advertencia es para los del tiempo en que escribi el evangelio y para todos nosotros. En 14,19 haba dicho: "Vosotros me veris porque yo tengo Vida y tambin vosotros la tendris". El mensaje queda abierto al futuro. Muchos seguirn creyendo aunque no lo vean.

El mensaje para nosotros hoy es muy claro: Sin una experiencia personal, llevada a cabo en el seno de la comunidad de los creyentes, es imposible acceder a la nueva Vida que Jess anunci antes de morir y ahora est comunicando. Todos nosotros tenemos que pasar el mismo proceso. Se trata del paso, del Jess aprendido, al Jess experimentado. Ese cambio siempre ser difcil, pero sin l, no hay posibilidad ninguna de entrar en la dinmica de la resurreccin. Que Jess siga vivo, no significa nada si no vivo yo mismo.

Meditacin-contemplacinDichosos los que crean sin haber visto! Todos estamos en esas circunstancias, porque la confianza hay que ponerla en lo "invisible". Lo que se puede ver y palpar, no puede ser objeto de fe. La fe tampoco consiste en esperar que algo venga de fuera. Ni en confiar en que un da tendr lo que ahora no tengo. Para confiar en lo que ya tengo, primero hay que descubrirlo, aceptarlo y vivirlo.Mi principal tarea es descubrir esa Vida que Dios ya me ha dado Y poner todo mi ser al servicio de su desarrollo. Mi objetivo debe ser desplegar la Vida al mximo y manifestar su plenitud (amor) a travs de todas mis obras.Jos Antonio PagolaVIVIR DE SU PRESENCIA

El relato de Juan no puede ser ms sugerente e interpelador. Slo cuando ven a Jess resucitado en medio de ellos, el grupo de discpulos se transforma. Recuperan la paz, desaparecen sus miedos, se llenan de una alegra desconocida, notan el aliento de Jess sobre ellos y abren las puertas porque se sienten enviados a vivir la misma misin que l haba recibido del Padre.

La crisis actual de la Iglesia, sus miedos y su falta de vigor espiritual tienen su origen a un nivel profundo. Con frecuencia, la idea de la resurreccin de Jess y de su presencia en medio de nosotros es ms una doctrina pensada y predicada, que una experiencia vivida.

Cristo resucitado est en el centro de la Iglesia, pero su presencia viva no est arraigada en nosotros, no est incorporada a la sustancia de nuestras comunidades, no nutre de ordinario nuestros proyectos. Tras veinte siglos de cristianismo, Jess no es conocido ni comprendido en su originalidad. No es amado ni seguido como lo fue por sus discpulos y discpulas.

Se nota enseguida cuando un grupo o una comunidad cristiana se siente como habitada por esa presencia invisible, pero real y activa de Cristo resucitado. No se contentan con seguir rutinariamente las directrices que regulan la vida eclesial. Poseen una sensibilidad especial para escuchar, buscar, recordar y aplicar el Evangelio de Jess. Son los espacios ms sanos y vivos de la Iglesia.

Nada ni nadie nos puede aportar hoy la fuerza, la alegra y la creatividad que necesitamos para enfrentarnos a una crisis sin precedentes, como puede hacerlo la presencia viva de Cristo resucitado. Privados de su vigor espiritual, no saldremos de nuestra pasividad casi innata, continuaremos con las puertas cerradas al mundo moderno, seguiremos haciendo lo mandado, sin alegra ni conviccin. Dnde encontraremos la fuerza que necesitamos para recrear y reformar la Iglesia?

Hemos de reaccionar. Necesitamos de Jess ms que nunca. Necesitamos vivir de su presencia viva, recordar en toda ocasin sus criterios y su Espritu, repensar constantemente su vida, dejarle ser el inspirador de nuestra accin. l nos puede transmitir ms luz y ms fuerza que nadie. l est en medio de nosotros comunicndonos su paz, su alegra y su Espritu.

Lunes de la II Semana de Pascua Del Libro de los Hechos de los apstoles (4,23-31):

En aquellos das, puestos en libertad, Pedro y Juan volvieron al grupo de los suyos y les contaron lo que les haban dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.Al orlo, todos juntos invocaron a Dios en voz alta: Seor, t hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen; t inspiraste a tu siervo, nuestro padre David, para que dijera: "Por qu se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alan los reyes de la tierra, los prncipes conspiran contra el Seor y contra su Mesas." As fue: en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jess, tu Ungido, para realizar cuanto tu poder y tu voluntad haban determinado. Ahora, Seor, mira cmo nos amenazan, y da a tus siervos valenta para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jess. Al terminar la oracin, tembl el lugar donde estaban reunidos, los llen a todos el Espritu Santo, y anunciaban con valenta la palabra de Dios.

Salmo R/.Dichosos los que se refugian en ti, Seor

Del santo evangelio segn san Juan (3,1-8):

Haba un fariseo llamado Nicodemo, jefe judo. ste fue a ver a Jess de noche y le dijo: Rab, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que t haces si Dios no est con l. Jess le contest: Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le pregunta: Cmo puede nacer un hombre, siendo viejo? Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer? Jess le contest: Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espritu es espritu. No te extraes de que te haya dicho: "Tenis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dnde viene ni a dnde va. As es todo el que ha nacido del Espritu.

Reflexin

El evangelio de hoy nos trae una parte de la conversacin de Jess con Nicodemo. Nicodemo aparece varias veces en el evangelio de Juan (Jn 3,1-13; 7,50-52; 19,39). Era una persona que tena una cierta posicin social. Tena lideranza entre los judos y formaba parte del supremo tribunal llamado Sinedrio. En el evangelio de Juan, l representa al grupo de los judos que eran piadosos y sinceros, pero queno llegaban a entender todo lo que Jess haca y hablaba. Nicodemo haba odo hablar de seales, de las cosas maravillosas que Jess haca y qued impresionado. El quiere conversar con Jess para poder entender mejor. Era una persona cultivada que pensaba entender las cosas de Dios. Esperaba al Mesas con un librito de la ley en la mano para verificar si lo nuevo anunciado por Jess estaba de acuerdo. Jess hace percibir a Nicodemo que la nica manera que alguien tiene para poder entender las cosas de Dios es nacer de nuevo! Hoy acontece lo mismo. Algunos son como Nicodemo: aceptan como nuevo slo aquello que est de acuerdo con sus propias ideas. Aquello con lo que uno no est de acuerdo se rechaza como contrario a la tradicin. Otros se dejan sorprender por los hechos y no tienen miedo a decir: "Nac de nuevo!"

Juan 3,1: Un hombre, llamado Nicodemo. Poco antes del encuentro de Jess con Nicodemo, el evangelista hablaba de la fe imperfecta de ciertas personas que se interesan slo en los milagros de Jess (Jn 2,23-25). Nicodemo era una de estas personas. Tena buena voluntad pero su fe era an imperfecta. La conversacin con Jess le va a ayudar a percibir que debe dar un paso ms para poder profundizar en su fe en Jess y en Dios. Juan 3,2: 1 pregunta de Nicodemo: tensin entre lo viejo y lo nuevo. Nicodemo era un fariseo, persona conocida entre los judos y con un buen raciocinio. Se fue a encontrar a Jess de noche y le dice: "Rabb, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar los signos que t realizas si Dios no est con l." Nicodemo opina sobre Jess desde los argumentos que l, Nicodemo, lleva dentro de s. Esto es un paso importante, pero no basta para conocer a Jess. Las seales que Jess hace pueden despertar a la persona e interesarle. Pueden engendrar curiosidad, pero no engendran la entrega, en la fe. No hacen ver el Reino de Dios presente en Jess. Por esto es necesario dar un paso ms. Cul es este paso?

Juan 3,3: Respuesta de Jess: "Tienes que nacer de nuevo!" Para que Nicodemo pueda percibir el Reino presente en Jess, el tendr que percibir el Reino presente en Jess, tendr que nacer de nuevo, de lo alto. Aquel que trata de comprender a Jess slo a partir de sus propios argumentos, no consigue entenderlo. Jess es ms grande. Si Nicodemo se queda slo con el catecismo del pasado en la mano, no va a poder entender a Jess. Tendr que abrir del todo su mano. Tendr que dejar de lado sus propias certezas y seguridades y entregarse totalmente. Tendrque escoger entre, de un lado, guardar la seguridad que le viene de la religin organizada con sus leyes y tradiciones y, de otro, lanzarse a la aventura del Espritu que Jess le propone.

Juan 3,4: 2 pregunta de Nicodemo: Cmo es posible nacer de nuevo? Nicodemo no quiere dar su brazo a torcer y pregunta con una cierta irona: "Cmo una persona puede nacer de nuevo siendo vieja? Podr entrar una segunda vez en el vientre de su madre y nacer?" Nicodemo se tom las palabras de Jess al pie de la letra y, por esto, no entendi nada. El hubiera tenido que percibir que las palabras de Jess tenan un sentido simblico.

Juan 3,5-8: Respuesta de Jess: Nacer de lo alto, nacer del espritu. Jess explica lo que quiere decir nacer de lo alto, o nacer de nuevo. y "nacer del agua y del Espritu". Aqu tenemos una alusin muy clara al bautismo. A travs de la conversacin de Jess con Nicodemo, el evangelista nos convida a hacer una revisin de nuestro bautismo. Relata las siguientes palabras de Jess: "Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espritu es Espritu". Carne significa aquello que nace slo de nuestras ideas. Lo que nace de nosotros tiene nuestra medida. Nacer del Espritu es otra cosa! El Espritu es como el viento. "El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dnde viene ni a dnde va. As es todo el que nace del Espritu.El viento tiene, dentro de s, un rumbo, una direccin. Percibimos la direccin del viento, por ejemplo, el viento del Norte o el viento del Sur, pero no conocemos ni controlamos la causa a partir de la cual el viento se mueve en esta u otra direccin. As es el Espritu. "Nadie es seor del Espritu" (Ecl 8,8). Lo que ms caracteriza al viento, al Espritu, es la libertad. El viento, el espritu, es libre, no puede ser controlado. El acta sobre los otros y nadie consigue actuar sobre l. Su origen es el misterio, su destino es el misterio. El barquero tiene que describir, en primer lugar, el rumbo del viento. Despus tiene que colocar las velas segn ese rumbo. Es lo que Nicodemo y todos nosotros debemos hacer.

Una llave para entender mejor las palabras de Jess sobre el Espritu Santo. La lengua hebraica usa la misma palabra para decir viento y espritu. Como ya dicho, el viento tiene, dentro de s, un rumbo, una direccin: viento del Norte, viento del Sur. El Espritu de Dios tiene un rumbo, un proyecto, que ya se manifestaba en la creacin bajo la forma de una paloma que aleteaba sobre el caos (Gn 1,2). Ao tras ao, l renueva la faz de la tierra y coloca en movimiento la naturaleza a travs de la secuencia de las estaciones (Sl 104,30; 147,18). Este mismo Espritu est presente en la historia. Hace secar el Mar Rojo (Ex 14,21) hace pasar las codornices y las deja caer sobre el campamento (Nm 11,31). Est con Moiss y, a partir de l, se distribuye entre los lderes de la gente (Nm11,24-25). Estaba en los lderes y los llevaba a realizar acciones libertadoras: Otoniel (Jz 3,10), Geden (Jue 6,34), Jeft (Jue 11,29), Sansn (Jue 13,25; 14,6.19; 15,14), Sal (1Sm 11,6), y Dbora, la profetisa (Jz 4,4). Estuve presente no grupo dos profetas e agianeles con fuerza contagiosa (1Sm 10,5-6.10). Su accin en los profeta produce envidia en los dems, pero Moiss reacciona: "Ojal que Dios comunicara su Espritu a todo el pueblo y profetizara!" (Nm 11,29).

A lo largo de los siglos, creci la esperanza de que el Espritu de Dios orientara al Mesas en la realizacin del proyecto de Dios (Is 11,1-9) y bajara sobre todo el pueblo de Dios (Ez 36,27; 39,29; Is 32,15; 44,3). La gran promesa del Espritu se manifiesta de muchas formas en los profetas del exilio: la visin de los huesos secos, resucitados por la fuerza del Espritu de Dios (Ez 37,1-14); la efusin del Espritu de Dios sobre todo el pueblo (Jl 3,1-5); la visin del Mesas-Siervo que ser ungido por el Espritu para establecer el derecho en la tierra y anunciar la Buena Nueva a los pobres (Is 42,1; 44,1-3; 61,1-3). Ellos vislumbran un futuro, en que la gente, cada vez de nuevo, renace por la efusin del Espritu (Ez 36,26-27; Sl 51,12; cfIs 32,15-20).

El evangelio de Juan usa muchas imgenes y smbolos para significar la accin del Espritu. Como en la creacin (Gn 1,1), as el Espritu desciende sobre Jess "como una paloma, venida del cielo (Jn 1,32). Es el comienzo de la nueva creacin! Jess habla las palabras de Dios y nos comunica al Espritu sin medida (Jn 3,34). Sus palabras son Espritu y vida (Jn 6,63). Cuando Jess se despide, dice que enviar a otro consolador, a otro defensor, para que quede con nosotros. Es el Espritu Santo (Jn 14,16-17). A travs de su pasin, muerte y resurreccin, Jess conquist el don del Espritu para nosotros. A travs del bautismo todos nosotros recibimos este mismo Espritu de Jess (Jn 1,33). Cuando apareci a los apstoles, sopl sobre ellos y dijo: "Recibid al Espritu Santo!" (Jn 20,22). El Espritu es como el agua que brota desde el interior de las personas que creen en Jess (Jo 7,37-39; 4,14). El primer efecto de la accin del Espritu en nosotros es la reconciliacin: " A quienes perdonis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengis, les quedan retenidos. (Jn 20,23). El Espritu se nos da para que podamos recordar y entender el significado pleno de las palabras de Jess (Jn 14,26; 16,12-13). Animados por el Espritu de Jess, podemos adorar a Dios en cualquier lugar (Jn 4,23-24). Aqu se realiza la libertad del Espritu del que nos habla San Pablo: "Donde est el Espritu del Seor, all hay libertad" (2Cor 3,17).

Para la reflexin personal

Cmo acostumbras reaccionar ante las novedades que se presentan? Cmo Nicodemo que acepta la sorpresa de Dios?

Jess compara la accin del Espritu Santo con el viento (Jn 3,8). Que nos revela esta comparacin sobre la accin del Espritu de Dios en mi vida? Has pasado por alguna experiencia que te dio la sensacin de nacer de nuevo?

Martes de la II Semana de Pascua Del libro de los Hechos de los apstoles (4,32-37):En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentan lo mismo: lo posean todo en comn y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tena. Los apstoles daban testimonio de la resurreccin del Seor Jess con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que posean tierras o casas las vendan, traan el dinero y lo ponan a disposicin de los apstoles; luego se distribua segn lo que necesitaba cada uno. Jos, a quien los apstoles apellidaron Bernab, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tena un campo y lo vendi; llev el dinero y lo puso a disposicin de los apstoles.

Salmo R/.El Seor reina, vestido de majestad

Del santo evangelio segn san Juan (3,5a.7b-15):En aquel tiempo, dijo Jess a Nicodemo: Tenis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dnde viene ni a dnde va. As es todo el que ha nacido del Espritu.Nicodemo le pregunt: Cmo puede suceder eso? Le contest Jess: Y t, el maestro de Israel, no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptis nuestro testimonio. Si no creis cuando os hablo de la tierra, cmo creeris cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que baj del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moiss elev la serpiente en el desierto, as tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en l tenga vida eterna. Reflexin

El evangelio de hoy nos trae la conversacin de Jess con Nicodemo. Nicodemo haba odo hablar de las cosas que Jess haca, se haba quedado impresionado y quera hablar con Jess para poder entender mejor. Pensaba saber las cosas de Dios. Viva con la libreta del pasado en la mano para ver si la novedad que Jess anunciaba era conforme con lo antiguo. En la conversacin, Jess dice a Nicodemo que la nica manera que l, Nicodemo, tiene de entender las cosas de Dios es nacer de nuevo! Hay veces que somos como Nicodemo: aceptamos solamente aquello que concuerda con nuestras viejas ideas. Otras veces, nos dejamos sorprender por los hechos y no tenemos miedo a decir: "Nac de nuevo!"

Cuando los evangelistas recuerdan las palabras de Jess, tienen bien presentes los problemas de las comunidades para quienes escriben. Las preguntas de Nicodemo a Jess son un espejo de las preguntas de las comunidades de Asia Menor del final del siglo primero. Por esto, las respuestas de Jess a Nicodemo son, al mismo tiempo, una respuesta para los problemas de aquellas comunidades. As los cristianos hacan la catequesis en aquel tiempo. Muy probablemente, el relato de la conversacin entre Jess y Nicodemo formaba parte de la catequesis bautismal, pues all se dice que las personas han de renacer del agua y del espritu (Jn 3,6).

Juan 3,7b-8: Nacer de lo alto, nacer de nuevo, nacer del Espritu. En griego, la misma palabra significa de nuevo y de lo alto. Jess haba dicho: Quien no nace del agua y del Espritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn 3,5). Y aadi: "Lo que nace de la carne es carne. Lo que nace del Espritu es Espritu" (Jn 3,6). Aqu, carne significa aquello que nace solamente de nuestras ideas. Lo que nace de nosotros tiene nuestro tamao. Nacer del Espritu es otra cosa! Y Jess vuelve a afirmar otra vez lo que haba dicho antes: Tenis que nacer de lo alto (de nuevo). Osea, debis renacer del Espritu que viene de lo alto. Y explica que el Espritu es como el viento. Tanto en hebraico como en griego, se usa la misma palabra para decir espritu y viento. Jess dice: "El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dnde viene ni a dnde va. As es todo el que nace del Espritu. El viento tiene, dentro de s, un rumbo, una direccin. Nosotros percibimos la direccin del viento, por ejemplo, el viento del Norte o el viento del Sur, pero no conocemos ni controlamos la causa a partir de la cual el viento se mueve en una u otra direccin. As es el Espritu. "Nadie es seo del Espritu" (Ecl 8,8). Lo que ms caracteriza el viento, el Espritu, es la libertad. El viento, el Espritu, es libre, no puede ser controlado. Acta sobre los otros y nadie consigue actuar sobre l. Su origen es misterio, su destino es misterio. El barquero tiene que descubrir, primero, el rumbo del viento, luego debe poner las velas segn ese rumbo. Es lo que Nicodemo y todos nosotros debemos hacer.

Juan 3,9: Pregunta de Nicodemo: Cmo puede ocurrir esto? Jess no hace nada ms que resumir lo que enseaba el Antiguo Testamento sobre la accin del Espritu, del viento santo, en la vida del pueblo de Dios y que Nicodemo, como maestro y doctor, deba de saber. Pero a pesar de ello, Nicodemo queda espantado antes la respuesta de Jess y se deja pasar por ignorante:"Cmo puede ocurrir esto?"

Juan 3,10-15: Respuesta de Jess: la fe nace del testimonio y no del milagro. Jess da vuelta a la pregunta: "T eres maestro en Israel y no sabes esto?" Pues para Jess, si una persona cree slo cuando las cosas concuerdan con sus propios argumentos e ideales, su fe todava no es perfecta. Perfecta es s la fe de la persona que cree por el testimonio. Deja de lado sus propios argumentos y se entrega, porque cree en aquel que dio testimonio.

Para la reflexin personal

Has tenido alguna vez una experiencia que te dio la sensacin de nacer de nuevo? Como fue?

Jess compara la accin del Espritu Santo con el viento. Qu nos revela esta comparacin de cara a la accin del Espritu de Dios en nuestra vida? Pusiste ya las velas del barco de tu vida segn la direccin del viento, del Espritu?

Mircoles de la II Semana de Pascua Del libro de los Hechos de los apstoles (5,17-26):En aquellos das, el sumo sacerdote y los de su partido la secta de los saduceos, llenos de envidia, mandaron prender a los apstoles y meterlos en la crcel comn.Pero, por la noche, el ngel del Seor les abri las puertas de la celda y los sac fuera, dicindoles: ld al templo y explicadle all al pueblo ntegramente este modo de vida.Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a ensear. Lleg entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrn y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la crcel.Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar: Hemos encontrado la crcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro.El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qu haba pasado con los presos.Uno se present, avisando: Los hombres que metisteis en la crcel estn ah en el templo y siguen enseando al pueblo.El comisario sali con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.

Salmo R/.Si el afligido invoca al Seor, l lo escucha Del santo evangelio segn san Juan (3,16-21):Tanto am Dios al mundo que entreg a su Hijo nico para que no perezca ninguno de los que creen en l, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mand su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por l. El que cree en l no ser juzgado; el que no cree ya est juzgado, porque no ha credo en el nombre del Hijo nico de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras estn hechas segn Dios.

Reflexin

El evangelio de Juan es como un tejido, hecho con tres hilos diferentes pero parecidos. Los tres se combinan tan bien entre s que, a veces, no da para percibir cuando se pasa de un hilo al otro. (a) El primer hilo son los hechos y las palabras de Jess de los aos treinta, conservados por los testigos oculares que guardaron las cosas que Jess hizo y ense. (b) El segundo hilo son los hechos de la vida de las comunidades. A partir de su fe en Jess y convencidas de la presencia de Jess en medio de ellas, las comunidades iluminaban su caminar con las palabras y los gestos de Jess. Esto ha tenido un impacto sobre la descripcin de los hechos. Por ejemplo, el conflicto de las comunidades con los fariseos del final del primer siglo marc la forma de describir los conflictos de Jess con los fariseos. (c) El tercer hilo son comentarios hechos por el evangelista. En ciertos pasajes, es difcil percibir cuando Jess deja de hablar y cuando el evangelista empieza a hacer sus comentarios. El texto del evangelio de hoy, por ejemplo, es una bonita y profunda reflexin del evangelista sobre la accin de Jess. La gente casi no percibe la diferencia entre las palabras de Jess y las palabras del evangelista. De cualquier forma, tanto las unas como las otras, son palabras de Dios.

Juan 3,16: Dios am el mundo. La palabra mundo es una de las palabras ms frecuentes en el Evangelio de Juan: 78 veces! Tiene diversos significados. En primer lugar, mundo puede significar la tierra, el espacio habitado por los seres humanos (Jn 11,9; 21,25) o el universo creado (Jn 17,5.24). Mundo puede significar tambin las personas que habitan esta tierra, la humanidad toda (Jn 1,9; 3,16; 4,42; 6,14; 8,12). Puede significar tambin un gran grupo, un grupo numeroso de personas, en el sentido de la expresin todo el mundo (Jn 12,19; 14,27). Aqu, en nuestro texto, la palabra mundo tiene el sentido de humanidad, de todo ser humano. Dios ama la humanidad de tal modo que lleg a entregar a su hijo nico. Quien acepta que Dios llega hasta nosotros en Jess, ste ya pas por la muerte y ya tiene vida eterna.

Juan 3,17-19: El verdadero sentido del juicio. La imagen de Dios que aflora de estos tres versculos es la de un padre lleno de ternura y no la de un juez severo. Dios mand a su hijo no para juzgar y condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por l. Quien cree en Jess y lo acepta como revelacin de Dios no es juzgado, pues ya ha sido aceptado por Dios. Y quien no cree en Jess, ya ha sido juzgado. Se excluye l mismo. Y el evangelista repite lo que ya ha dicho en el prlogo: muchas personas no quieren aceptar a Jess, porque su luz revela la maldad que en ellas existe (cf. Jn 1,5.10-11).

Juan 3,20-21: Practicar la verdad. Existe en todo ser humano una semilla divina, un rasgo del Creador. Jess, como revelacin del Padre, es una respuesta a este deseo ms profundo del ser humano. Quien quiere ser fiel a lo ms profundo de s mismo, aceptar a Jess. Es difcil encontrar una visin ecumnica ms amplia que lo que el Evangelio de Juan expresa en estos versculos.

Completando el significado de la palabra mundo en el Cuarto Evangelio. Otras veces, la palabra mundo significa aquella parte de la humanidad que se opone a Jess y a su mensaje. All la palabra mundo toma el sentido de adversarios u opositores (Jn 7,4.7; 8,23.26; 9,39; 12,25). Este mundo contrario a la prctica libertadora de Jess est gobernado por el Adversario o Satans, tambin llamado prncipe de este mundo (Jn 14,30; 16,11). El representa el imperio romano y, al mismo tiempo, los lderes de los judos que estn expulsando a los seguidores de Jess de las sinagogas. Este mundo persigue y mata las comunidades, trayendo tribulaciones a los fieles (Jn 16,33). Jess las liberar, venciendo al prncipe de este mundo (Jn 12,31). As, mundo significa una situacin de injusticia, de opresin, que engendra odio y persecucin contra las comunidades del Discpulo Amado. Los perseguidores son aquellas personas que estn en el poder, los dirigentes, tanto del imperio como de la sinagoga. En fin, todos aquellos que practican la injusticia usando para esto el nombre de Dios (Jn 16,2). La esperanza que el evangelio trae a las comunidades perseguidas es que Jess es ms fuerte que el mundo. Por esto dice: En el mundo tendris tribulaciones. Pero nimo: yo venc el mundo! (Jn 16,33).

Para la reflexin personal

Tanto am Dio al mundo que lleg a entregar a su propio hijo. Esta verdad ha llegado a penetrar en lo ms profundo de mi ser, de mi conciencia?

La realidad ms ecumnica que existe es la vida que Dios nos da y por la que entreg a su propio hijo. Cmo vivo el ecumenismo en mi vida de cada da?

Jueves de la II Semana de Pascua Del libro de los Hechos de los apstoles (5,27-33):En aquellos das, los guardias condujeron a los apstoles a presencia del Sanedrn, y el sumo sacerdote les interrog: No os habamos prohibido formalmente ensear en nombre de se? En cambio, habis llenado Jerusaln con vuestra enseanza y queris hacernos responsables de la sangre de ese hombre. Pedro y los apstoles replicaron: Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucit a Jess, a quien vosotros matasteis, colgndolo de un madero. La diestra de Dios lo exalt, hacindolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversin con el perdn de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espritu Santo, que Dios da a los que le obedecen. Esta respuesta los exasper, y decidieron acabar con ellos.

Salmo R/.Si el afligido invoca al Seor, l lo escucha

Del santo evangelio segn san Juan (3,31-36):El que viene de lo alto est por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo est por encima de todos. De lo que ha visto y ha odo da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envi habla las palabras de Dios, porque no da el Espritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no ver la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre l.

Reflexin

En el mes de enero hemos meditado el texto de Juan 3,22-30, que nos habla del ltimo testimonio de Juan Bautista respecto a Jess. Era la respuesta que Jess da a sus discpulos, y en el cual vuelve a afirmar que l, Juan, no es el Mesas sino solamente el precursor (Jn 3,28). En aquella ocasin, Juan dijo aquella frase tan bonita que resume su testimonio: "Es necesario que l crezca y que yo disminuya!" Esta frase es el programa de todos los que quieren seguir a Jess.

Los versculos del evangelio de hoy son, de nuevo, un comentario del evangelista para ayudar las comunidades a comprender mejor todo el alcance de las cosas que Jess hizo y ense. Aqu tenemos otra muestra de aquellos tres hilos de los que hablamos ayer.

Juan 3,31-33: Un refrn que vuelve siempre. A lo largo del evangelio de Juan, muchas veces aparece el conflicto entre Jess y los judos que contestan las palabras de Jess. Jess habla a partir de lo que oye del Padre. Es transparencia total. Sus adversarios, por no abrirse a Dios y por agarrarse a sus propias ideas aqu sobre la tierra, no son capaces de entender el significado profundo de las cosas que Jess vive, dice y hace. Al final, este malentendido llevar a los judos a detener y condenar a Jess.

Juan 3,34: Jess nos da el Espritu sin medida. El evangelio de Juan usa muchas imgenes y smbolos para significar la accin del Espritu. Como en la creacin (Gen 1,1), as el Espritu baja sobre Jess "como una paloma, venida del cielo (Jn 1,32). Es el inicio de la nueva creacin! Jess dice las palabras de Dios y nos comunica el Espritu sin medida (Jn 3,34). Sus palabras son Espritu y vida (Jn 6,63). Cuando Jess se despide, dice que enviar a otro consolador, a otro defensor, para que se quede con nosotros. Es el Espritu Santo (Jn 14,16-17). A travs da su pasin, muerte y resurreccin, Jess conquist el don del Espritu para nosotros. A travs del bautismo todos nosotros recibimos este mismo Espritu de Jess (Jn 1,33). Cuando apareci a los apstoles, sopl sobre ellos y dijo: "Recibid el Espritu!" (Jn 20,22). El Espritu es como el agua que brota de dentro de las personas que creen en Jess (Jn 7,37-39; 4,14). El primer efecto de la accin del Espritu en nosotros es la reconciliacin: "A quienes perdonan los pecados, quedarn perdonados; a quienes no perdonaris sus pecados, quedarn atados" (Jn 20,23). Es Espritu nos es dado para que podamos recordar y entender el significado de las palabras de Jess (Jn 14,26; 16,12-13). Animados por el Espritu de Jess podemos adorar a Dios en cualquier lugar (Jn 4,23-24). Aqu se realiza la libertad del Espritu de la que habla San Pablo: "Donde est el Espritu all hay libertad" (2Cor 3,17).

Juan 3,35-36: El Padre ama al hijo. Reafirma la identidad entre el Padre y Jess. El Padre ama al hijo y entrega todo en sus manos. San Pablo dir que en Jess habita la plenitud de la divinidad (Col 1,19; 2,9). Por esto, quien acepta a Jess y cree en Jess ya tiene la vida eterna, porque Dios es vida. Quien no cree en Jess se pone a s mismo fuera.

Para la reflexin personal

Jess nos comunica el Espritu, sin medida. Has tenido alguna experiencia de esta accin del Espritu en tu vida?

Quien cree en Jess tiene vida eterna. Cmo acontece esto en la vida de las familias y de las comunidades?

Viernes de la II Semana de Pascua Del libro de los Hechos de los apstoles (5,34-42):En aquellos das, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levant en el Sanedrn, mand que sacaran fuera un momento a aquellos hombres y dijo: Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. No hace mucho sali un tal Teudas, dndoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acab en nada. Ms tarde, cuando el censo, sali Judas el Galileo, arrastrando detrs de s gente del pueblo; tambin pereci, y dispersaron a todos sus secuaces. En el caso presente, mi consejo es ste: No os metis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarn; pero, si es cosa de Dios, no lograris dispersarlos, y os expondrais a luchar contra Dios.Le dieron la razn y llamaron a los apstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jess y los soltaron. Los apstoles salieron del Sanedrn contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jess. Ningn da dejaban de ensear, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.

Salmo R/.Una cosa pido al Seor: habitar en su casa

Del santo evangelio segn san Juan (6,1-15):En aquel tiempo, Jess se march a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberades). Lo segua mucha gente, porque haban visto los signos que haca con los enfermos. Subi Jess entonces a la montaa y se sent all con sus discpulos.Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judos. Jess entonces levant los ojos, y al ver que acuda mucha gente, dice a Felipe: Con qu compraremos panes para que coman stos? Lo deca para tantearlo, pues bien saba l lo que iba a hacer. Felipe le contest: Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo. Uno de sus discpulos, Andrs, el hermano de Simn Pedro, le dice: Aqu hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, qu es eso para tantos? Jess dijo: Decid a la gente que se siente en el suelo. Haba mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; slo los hombres eran unos cinco mil. Jess tom los panes, dijo la accin de gracias y los reparti a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discpulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie. Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que haban comido. La gente entonces, al ver el signo que haba hecho, deca: Este s que es el Profeta que tena que venir al mundo.Jess, sabiendo que iban a llevrselo para proclamarlo rey, se retir otra vez a la montaa l solo.

Reflexin

Hoy empieza la lectura del captulo 6 del evangelio de Juan que trae dos seales o milagros: la multiplicacin de los panes (Jn 6,1-15) y Jess que camina sobre las aguas (Jn 6,16-21). Inmediatamente despus, aparece el largo dilogo sobre el Pan de Vida (Jn 6,22-71). Juan sita el hecho cerca de la fiesta de Pascua (Jn 6,4). El enfoque central es la confrontacin entre la antigua Pascua del xodo y la nueva Pascua que se realiza en Jess. El dilogo sobre el pan de vida aclarar la nueva Pascua que se realiza en Jess.

Juan 6,1-4: La situacin. En la antigua pascua, el pueblo atraves el Mar Rojo. En la nueva pascua, Jess atraviesa el Mar de Galilea. Una gran multitud sigui a Moiss. Una gran multitud sigui a Jess en este nuevo xodo. En el primer xodo, Moiss subi a la montaa. Jess, el nuevo Moiss, tambin sube a la montaa. El pueblo segua Moiss que realiz seales. El pueblo sigue a Jess porque haba visto las seales que l realizaba para los enfermos.

Juan 6,5-7: Jess y Felipe. Viendo a la multitud, Jess confronta a los discpulos con el hambre de la gente y pregunta a Felipe: "Dnde nos procuraremos panes para que coman stos?" En el primer xodo, Moiss haba obtenido alimento para el pueblo hambriento. Jess, el nuevo Moiss, har lo mismo. Pero Felipe, en vez de mirar la situacin a la luz de la Escritura, miraba la situacin con los ojos del sistema y respondi: "Doscientos denarios de pan no bastan!" Un denario era el salario mnimo de un da. Felipe constata el problema y reconoce su total incapacidad para resolverlo. Se queja, pero no presenta ninguna solucin.

Juan 6,8-9: Andrs y el muchacho. Andrs, en vez de quejarse, busca soluciones. Encuentra a un muchacho con cinco panes y dos peces. Cinco panes de cebada y dos peces eran el sustento diario del pobre. El muchacho entrega su alimento. Hubiera podido decir: "Cinco panes y dos peces, qu es esto para tanta gente? No va a servir para nada! Vamos a compartirlos entre nosotros con dos o tres personas!" En vez de esto, tuvo el valor de entregar los cinco panes y los dos peces para alimentar a 5000 personas (Jn 6,10)! Quien hace esto o es loco o tiene mucha fe, pensando que, por amor a Jess, todos se disponen a compartir su comida como hizo el muchacho!

Juan 6,10-11: La multiplicacin. Jess pide que la gente se recueste por tierra. En seguida, multiplica el sustento, la racin del pobre. El texto dice: Tom entonces Jess los panes y, despus de dar gracias, los reparti entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, y comieron todo lo que quisieron." Con esta frase, escrita en el ao 100 despus de Cristo, Juan evoca el gesto de la Ultima Cena (1Cor 11,23-24). La Eucarista, cuando se celebra como es debido, llevar a compartir como hizo el muchacho, y a entregar el propio sustento para ser compartido.

Juan 6,12-13: Sobraron doce canastos. El nmero doce evoca la totalidad de la gente con sus doce tribus. Juan no informa si sobraron peces. Lo que le interesa es evocar el pan como smbolo de la Eucarista. El evangelio de Juan no tiene la descripcin de la Cena Eucarstica, pero describe la multiplicacin de los panes como smbolo de lo que debe acontecer en las comunidades a travs de la celebracin de la Cena Eucarstica. Si entre los pueblos cristianos hubiese un verdadero compartir, habra comida abundante para todos y sobraran doce canastas para mucha ms gente!

Juan 6,14-15: Quieren hacerlo rey. La gente interpreta el gesto de Jess diciendo: "Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo!" La intuicin de la gente es correcta. De hecho, Jess es el nuevo Moiss, el Mesas, aquel que el pueblo estaba esperando (Dt 18,15-19). Pero esta intuicin estaba siendo desviada por la ideologa de la poca que quera un gran rey que fuera fuerte y dominador. Por esto, viendo la seal, el pueblo proclamaba a Jess como Mesas y avanza para hacerle rey! Jess percibiendo lo que iba a acontecer, se refugia slo en la montaa. Y as no acepta ser mesas y espera el momento oportuno para ayudar a la gente a dar un paso.

Para la reflexin personal

Ante el problema del hambre en el mundo, t actas como Felipe o como el muchacho?

La gente quera un Mesas que fuera rey fuerte y poderoso. Hoy, muchos van detrs de lderes populistas. Qu nos tiene que decir sobre esto el evangelio de hoy?

Sbado de la II Semana de Pascua Del libro de los Hechos de los apstoles (6,1-7):En aquellos das, al crecer el nmero de los discpulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendan a sus viudas.Los Doce convocaron al grupo de los discpulos y les dijeron: No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administracin. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espritu y de sabidura, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oracin y al ministerio de la palabra.La propuesta les pareci bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espritu Santo, a Felipe, Prcoro, Nicanor, Timn, Parmenas y Nicols, proslito de Antioqua, Se los presentaron a los apstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusaln creca mucho el nmero de discpulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

Salmo R/.Que tu misericordia, Seor, venga sobre nosotros,como lo esperamos de ti

Del santo evangelio segn san Juan (6,16-21):Al oscurecer, los discpulos de Jess bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafrnan. Era ya noche cerrada, y todava Jess no los haba alcanzado; soplaba un viento fuerte y el lago se iba encrespando. Haban remado unos cinco o seis kilmetros, cuando vieron a Jess que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron.Pero l les dijo: Soy yo, no temis.Queran recogerlo a bordo, pero la barca toc tierra en seguida, en el sitio a donde iban.

Reflexin

El evangelio de hoy nos habla del episodio de la barca en el mar agitado. Jess se encuentra en la montaa, los discpulos en el mar y el pueblo en tierra. En la manera de describir los hechos, Juan trata de ayudar a las comunidades a descubrir el misterio que envuelve a la persona de Jess. Lo hace evocando los textos del Antiguo Testamento que aluden al xodo.

En la poca en que Juan escribe, el barquito de las comunidades se enfrentaba a un viento contrario tanto de parte de algunos judos convertidos que queran reducir el misterio de Jess a profecas y figuras del Antiguo Testamento, como de parte de algunos paganos convertidos que pensaban que fuera posible una alianza entre Jess y el imperio.

Juan 6,15: Jess en la Montaa. Ante la multiplicacin de los panes, la gente concluy que Jess deba de ser el mesas esperado. Pues, de acuerdo, con la esperanza de la poca, el Mesas repetira el gesto de Moiss de alimentar al pueblo en el desierto. Por esto, de acuerdo con la ideologa oficial, el pueblo pensaba que Jess era el mesas y, por ello, quiso hacer de l un rey (cf. Jn 6,14-15). Este llamado del pueblo era una tentacin tanto para Jess como para los discpulos. En el evangelio de Marcos, Jess oblig a sus discpulos a embarcar inmediatamente y a ir para el otro lado del lago (Mc 6,45). Quera evitar que ellos se contaminaran con la ideologa dominante. Seal de que el fermento de Herodes y de los fariseos, era muy fuerte (cf. Mc 8,15). Jess, l mismo, se enfrenta con la tentacin y la supera por medio de la oracin en la Montaa.

Juan 6,16-18. La situacin de los discpulos. Ya era tarde. Los discpulos bajaron al mar, subieron a la barca y se dirigieron a Cafarnan, al otro lado del mar. Juan dice que ya haba oscurecido y que Jess todava no haba venido a ellos. Adems de esto, soplaba un fuerte viento y la mar haba empezado a encresparse. Por un lado evoca el xodo: atravesar el mar en medio de las dificultades. Por otro evoca la situacin de las comunidades en el imperio romano: al igual que los discpulos, vivan en medio de la noche, con el viento contrario y el mar agitado y Jess pareca ausente!

Juan 6,19-20. El cambio de situacin. Jess llega andando sobre las aguas del mar de la vida. Los discpulos tuvieron miedo. Como en el relato de los discpulos de Meaux, ellos no le reconocen (Lc 24,28). Jess se acerca y dice: Soy yo! No temis! Aqu, de nuevo, quien conoce la historia del Antiguo Testamento, recuerda algunos hechos muy importantes: (a) Recuerda como el pueblo, protegido por Dios, atraves sin miedo el Mar Rojo. (b) Recuerda como Dios, al llamar a Moiss, declar su nombre diciendo: Yo soy! (cf. Ex 3,15). (c) Recuerda tambin el libro de Isaas que presenta el retorno del exilio como un nuevo xodo, donde Dios aparece repitiendo numerosas veces: Yo soy! (cf. Is 42,8; 43,5.11-13; 44,6.25; 45,5-7).

Para el pueblo de la Biblia, el mar era el smbolo del abismo, del caos, del mal (Ap 13,1). En el xodo, el pueblo hace la travesa para la libertad enfrentando y venciendo el mar. Dios divide el mar a travs de su soplo y el pueblo lo atraviesa a pie enjuto (Es 14,22). En otros pasajes la Biblia muestra a Dios que vence el mar (Gen 1,6-10; Sal 104,6-9; Pro 8,27). Vencer el mar significa imponerle sus lmites e impedir que engulla la tierra con sus olas. En este pasaje Jess revela su divinidad dominando y venciendo el mar, impidiendo que la barca de sus discpulos sea tragada por las olas. Esta manera de evocar el Antiguo Testamento, de usar la Biblia, ayudaba a las comunidades a percibir mejor la presencia de Dios en Jess y en los hechos de la vida. No temis!

Juan 6,22. Llegaron al puerto deseado. Ellos quieren recoger a Jess en la barca, pero no es necesario, porque llega a la tierra hacia donde iban. Llegan al puerto deseado. El Salmo dice: Cambi la tempestad en suave brisa, y las olas del mar se aquietaron. Se alegraron al verlas tranquilas, y el los llev al puerto deseado. (Sal 107,29-30)

Para la reflexin personal En la montaa: Por qu Jess busca la manera de quedarse solo para rezar despus de la multiplicacin de los panes? Cul es el resultado de su oracin?

Es posible caminar hoy sobre las aguas del mar de la vida? Cmo?

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