III. Clasicismo, Ilustración y Nueva Sensibilidad

Embed Size (px)

Citation preview

  • 294

    culpa de la mujer, forzndola y engandola. De la breve historia dteatro espaol que ofrece cabe destacar que sigue a la letra el prlogo ;'Cervantes a sus comedias y entremeses para caracterizar a Lope de R.u tda, y que Lope le merece un juicio tibio: Los argumentos de Lope e~son todos decentes ni honestos, ni la locucin de sus primeras COmedll.ies la ms castigada en su pureza, cosa que ilustra con Los donaires:Matico (otra comedia impresa en la Parte primera, como el Ursn que re:cardaba Villegas tantos decenios atrs), a lo que aade que le disgustanlos primeros versos de muchas de su comedias, muy poco limados y re-parados en todo. Bances, as, juzga al Fnix desde el triunfo de Caldern.

    En fin, los rumores de la discusin sobre la licitud del teatro se siguenoyendo hasta las postrimeras del reinado de Carlos Il, como atestiguanlas exclamaciones del padre Ignacio de Camargo sobre la indignidad einmoralidad de mucho de lo que se representa, en su Discurso teolgicosobre los teatros y comedias de este siglo (1689). A Camargo, de forma expl-cita, replica Bances, as, en el siguiente pasaje del Teatro de los teatros conpalabras que nos valen para concluir y que expresan el encuentro entre lasexigencias de los moralistas y la variedad y amenidad del gnero:

    ...si los argumentos generales de las comediasmodernas se reducen a galan-tear para casarse,a tomar una plaza, a dar una batalla, a mostrar el castigodeun delito y el peligro de una fragilidad, no siendo nada de esto pecado, noloser el argumento, y por consecuencia son decentes y honestos los argu-mentos de las comediasmodernas.

    III

    , N Y NUEVA SENSIBILIDADILUSTRACIO

    ClftSICISMO, (1690-1826)

    Rosa Mara Aradra Snchez

  • estos momentos del siglo XXI se puede decir sin reservas que el XVIII,es el gran desconocido de otras pocas. Las investigaciones realizadaslas ltimas dcadas han acabado con muchos estereotipos y nos han'do una imagen mucho ms compleja y rica de este periodo, que

    IIftIlca ideolgicamente con los novatores en el ltimo tercio del siglo XVII,y se extiende hasta las primeras dcadas del XIX, cuando todava asisti-mos a significativas prolongaciones de la potica clasicista.

    Pero, adems, el Siglo de las Luces fue un tiempo de continua revi-sin, permeable y mvil, especialmente consciente de sus cambios yaportaciones a la historia del pensamiento. La ruptura intelectual con laque comienza su andadura en todos los rdenes se manifestar en mlti-ples campos en el mbito de las ideas literarias. El siglo que se nombr amismo present una conciencia meta terica que someti a revisin los

    mtodos, el sentido, los fines y procedimientos de la crtica y del pensa-miento sobre la literatura. Receptivo como pocos ante los nuevos aires6losftcos procedentes de Europa, se debati en la difcil conjuncin detradicin y progreso, de lo nacional y lo forneo, del respeto a unos pre-ceptos dictados por la razn, el buen gusto y la experiencia, y el necesariorelativismo derivado de su percepcin histrica del saber.li E~te sentido crtico impregn no solo los escenarios de la discusin~rana, sino los propios fundamentos de la potica y de la retrica tradi-:~ales, .qu~~sumieron de forma paulatina la no siempre fcil adaptacinunaos prInCIpIOSclsicos a las necesidades de una sociedad diferente, dejos denseanza diferente y de una realidad literaria tambin diferente. Le-ciad e presentarse a nuestros ojos como un pensamiento monoltico aso-~ en exclusiva a la esttica neoclsica, el del siglo XVIII nos muestra unIlle o de ms riqueza cromtica de la que se ha pensado en otros mo-

    ntos, de convivencias, de retrocesos barrocos y adelantos romnticos,

    297

  • asumidos por una teora . .solidar el siglo XIX. que se anncpa a muchos de los cambios q

    L' . . Ueco. a msntucIOnalizacin del pensamiento' . 11,

    la literatura y de su hstor 1 fc' Iiterarn, de la ensen-na, a pro esonal " d anz dimplicacin ilustrada en 1 id zaCIOn el hombre de letr a el os conten os fine difu " as La presencia social de la crr .' s y SIOnde la '!i{, mea en tertulias acad . POesseran aspectos determinantes en la el'., demIas y prensa peri'' a,

    1 vo UCIon e la t 'E \!.ICatexto e concepto de literatura' eona. n este 'd expenmenta a 10 lar d cOn_mo erna restriccin semntic fc' go e la centur l. a y re erencIal que 11' la a

    miento del concepto mismo de imita " d ' ev:u-aa Un replante. CIOn, e genero itera-l a-pIa preceptiva. La caracterstica actitud ". erano y de la pro-t '1' reVlsIOlllstadel . 1eo a convelllencia de utilizar 1 dI" SIgo XVIIIpla. , os mo e os canOlllCO n-creacIOn, pero tambin defendi' 1 '. s como referencia d. , o e conocIffilento 1 hisro-: ec~ondel pasado literario como expresin dI' . a .stona y divulga_dIOde progreso. e a conCIenCIanacional yme-

    1

    LA LITERATURA COMO PRCTICA INSTITUCIONAL

    JJno de los rasgos del pensamiento literario espaol del siglo XVIIIque,JPs llama la atencin es quiz su relacin con lo institucional. Los cam-bios y las reformas que impuls la nueva cultura ilustrada, orientados a laalovacin del pensamiento en la bsqueda del progreso y de la felicidad(jOmoprincipio bsico, se plantearon desde los rganos oficiales en undirigismo poltico y cultural de importantes consecuencias en todos losmbitos, al que no permaneci ajeno el literario. La consciencia del valorde la educacin como medio para civilizar al pas se reflej en mltiplesintentos y planes de reforma educativa en sus distintos niveles, que, aun-que no siempre dieron los frutos esperados, trazarn los futuros senderosde la modernidad. A la vez que se reivindic la independencia de criterio,la crtica, el conocimiento del pasado por medio de fuentes fidedignas ycontrastadas, el desengao de errores comunes o la libertad de pensa-miento, hubo un control generalizado en la difusin del saber, tanto ensu produccin y recepcin como en su distribucin, que determinar lavisin misma de lo literario, como veremos en las pginas que siguen.

    LOS FINES DE LA LITERATURA

    La utilidad, uno de los valores fundamentales del pensamiento ilustradoe.nopinin de Maravall, fue un principio asumido por intelectuales y te-~os diversos de la literatura, que insistieron en la finalidad prctica dep ,bellas letras como complemento necesario de la formacin cientfica.tkologos, discursos y ensayos a lo largo de la centuria, especialmente a. ,ales del XVIII,abordaron este tema de forma monogrfica. La diserta-Clon.de Herder sobre la influencia de las bellas letras en las ciencias, quese difundi en 1789 en el Espritu de los mejores diarios literarios que se

    299

  • 300 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    publican en Europa, la posterior Oracin sobre la necesidad de unir elJ 1 ti estudue la tteratura al de las ciencias (1797) de Caspar Melchor de J II lO( ) ~~1744 - 18 11 , en la que abordaba la relacin de dependencia e Os

    t 1 dios ci f X!.stenten re os estu lOScient lCOSy humansticos (~ 32) o la diserta ., ed ' . del crti ClOn acerruca e en neo y poeta sevillano Flix Jos Reinoso (1 772 - 18 ) S a-1 ,17 . J 1. 41 obr:la trlpuencta ae as Bellas Letras en la meiora del entendimiento y tifi . e

    :J rec t tcactde las pastones, de 1816, son algunos de los numerosos ejempl npodran aducir. os que se

    La finalidad didctica de la poesa se convirti en una reivind . ,ali d

    ... , lcaClongener za a que privilegi sobre el puro deleite su capacidad par- 1 . d 1bi a ense-nar a virtu y e ien, y se erigi en un criterio de valoracin art ti. . lS lca degran ImportancIa en la estimacin literaria. Poticas retricas hi t .d 1 literatura.art ' ,s ona,~ a teratura, artculo S en prensa y escritos de diverso tipo acogieron endiferente grado las ideas literarias de la poca y se hicieron eco d. ... e estese.ntldo utilit~no de ~aliteratura y de las bellas letras. Luzn, Piquer, Bu-rnel, Codorniu o DIez Gonzlez son tambin ejemplos aislados de u, . li nanomma muy amp .a.Igna~i? de Luzn (1702-1754), el mximo representante de la poti-

    ca neoclsica y autor del tratado ms influyente de la centuria, trat condet~e de los fines de la literatura en el libro segundo de su Potica (1737),dedicado ntegramente a la utilidad y deleite de la poesa. All subordi-naba todas las artes a la poltica y al bien pblico e insista en el fin morale instructivo de la poesa. La excelencia de la poesa resida -dice Lu-zn- en que persuade con increble fuerza aquello mismo que ensea,y aunque no tuviera otra utilidad que el recreo y el entretenimiento, tenapor lo menos la de ensear discrecin, elocuencia y elegancia. Para unapoca en la que triunfa el buen gusto y empiezan a proliferar tertulias,academias, cafs ... , la habilidad para expresarse y persuadir con la palabraera un excelente medio para ganar el aprecio y la estima social. El mismoLuzn se haba pronunciado tambin sobre ello en su Arte de hablar oRetrica de las conversaciones, en cuyo manuscrito, fechado en 1729 Y nopublicado hasta fechas recientes, pretenda formar al conversador idealdando una relevancia a la improvisacin que no tenan las retricas aluso. La estimacin, el aplauso y el respeto social eran valores en alza en lasociedad ilustrada, a los que se dar respuesta desde muchos de estos tra-tados.

    Para la mentalidad ilustrada el dominio de las tcnicas de persuasin,al que conduca especficamente el estudio de la retrica, se presentaba

    LA LITERATURA COMO PRCTICA INSTITUCIONAL

    ili.dad ante una poblacin en su mayor parte analfabeta y fcil-..rran ut 1 ..e-o . ulable a travs de la palabra. Conocer os mecamsmos in-te rnalllp . 1s del lenguaje Y las reglas de su uso, dominar la len~a ~ropla, as

    ~o 1 otras lenguas de cultura europeas, estar familianzados, en_Uc caS Y as disti .ca-1 . . las posibilidades expresivas de la lengua y los istmtos tl-t_~OltlVa, con .. , d 1 ..~ . s f:avoreca no solo la transmlSlon e conoClmlento y su

    discurslVo , . . .pos di .e sino que se presentaba tambin como medio disuasivo a la

    Preo zaJ ' . d . . , d desterrar supersticiones y falsas creencias e patnmomo comun.horaL e ublicacin de defensas especficas de la poesa o de la retrica

    ba ~e la necesidad terica de justificar las ventajas de unos estudios y

    nruea 1 1~as disciplinas a las que parece sobreponerse e auge que as Clen~las ex-. entales empiezan a tener en toda Europa. En 1770 el moralista pa-=:0 Domingo Largo prologaba con el nombre de Manuel Prez Val-

    de 'bano su edicin de El Sublime de Longino con una Defensa de la;ca. All sealaba que, entre sus muchas ventajas, se hallaba el crdi-to y la estimacin social, el placer de verse aplaudido, y triunf~~t~ sobrequienes tenan opiniones contrarias, ofreciendo, ade~as, la poslb~dad dehacer felices a muchos desgraciados. Por ello consideraba que SIempresera reprehensib1e el olvido y abandono de esta noble profesin, restau-radora de las buenas costumbres, polica, urbanidad y buen gusto. Y otrotanto se puede decir de la poesa, cuando en la ltima dcada de la centu-ria el crtico Santos Dez Gonzlez (1743?- 1804) inclua en sus Institucio-nes Poticas (1793) el discurso en defensa de la Poesa que redactara el

    abate francs Guillaume Massieu hacia 1710.Esta orientacin utilitaria gravita, pues, entre la de la propia literatu-

    ra y la de la reflexin sobre la misma. En la frontera de entre siglos se si-gue insistiendo en los provechos de la poesa. El historiador jesuitaJuan Francisco Masdeu (1744-1817) hablar en su Arte potica fcil(1801) de la cultura, el deleite y la instruccin que proporciona, igual queel crtico y escritor Jos Luis Munrriz (1752-1830), conocido sobretodo por su traduccin de las Lecciones sobre la Retrica y las Bellas Letrasdel influyente terico escocs Hugh Blair (1718-1800). En el Compendiode lecciones sobre Retrica que publica despus Munrriz sobre esta obra,en 1815, muestra ya el cambio de orientacin que se registra en estos es-tadios finales del siglo. Las ventajas de la retrica y la potica no residensolo en que mejoran las competencias para la creacin oral o escrita, sino~bin en que dotan al interesado de una formacin que permite el en-JUlciamiento y la crtica. Las preceptivas orientan en la composicin de

  • 32 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    textos escritos o en cmo hablar en pblico, pero tambin proporc'unos instrumentos crticos y de apreciacin esttica que enrique lOtl'lllentendimiento, desarrollan la sensibilidad y adelantan en el conoci:~ elto mismo del ser humano. En un tiempo en el que las obras litera' len~

    flasYdingenio eran frecuente tema de conversacin en reuniones sociales ela importancia de su estudio al permitir juzgar las bellezas literari~~recedisponemos a ocupar un buen lugar en la sociedad, como dice el Yal. d M ' . e di rnen~ciona o unarnz en su ompen to,

    Desde la perspectiva retrica esta valoracin de 10 til ser dete .nante en el cuestionamiento interno de la disciplina y de unos mt:::de enseanza de raigambre escolstica poco prcticos, que fatigaban in~tilmente la memoria. La actitud crtica con la que se analizan las discip1i~nas humansticas incidir tambin en la proliferacin de justificaciones yescritos en defensa de las innumerables ventajas del dominio de las artesde la palabra. El autor de la retrica ms completa de la poca, el eruditovalenciano Gregario Mayans y Sisear (1699- 1781), insista en 1757 en lautilidad de la retrica, especialmente para secretarios, abogados, conseje-ros y predicadores, como medio de propagar enseanzas tiles, ya queaada a la razn la eficacia del adorno. Y otro tanto se puede decir delcataln Antonio de Capmany (1742-1813), que valoraba la elocuenciacomo el arte de exaltar el patriotismo, moderar las costumbres y dirigirlos intereses de la sociedad (Filosofa de la elocuencia, 1777)'

    Desde la Antigedad clsica la elocuencia haba sido utilizada paramarcar las fronteras entre civilizacin y barbarie, pero en el siglo XVIII seconvierte en un elemento civilizador de primer orden. En 1764, el pres-btero Alonso Pabn Guerrero resuma al comienzo de su Retrica caste-llana la utilidad de esta disciplina, que permita tanto el aprendizajecomo la enseanza de los conocimientos adquiridos, adems de que conella -deca- exhortamos, con ella persuadimos, con ella consolamos alos afligidos, apartamos del miedo a los tmidos, contenemos a los dema-siadamente alegres, reprimidos los deseos e iracundias: ella nos liga conla sociedad del derecho de las leyes y de las ciudades; y ella, en fin, nOSaparta de la vida cruel y brbara.

    Pero ms all de esta funcin civilizadora y social, educadora, del artede la palabra, en los abundantes tratados de predicacin y de oratoria sa-grada que se publican en la poca se encuentran con frecuencia los ec~sde un control institucional al servicio del orden establecido. El dominr

    cano Antonio Snchez Valverde (1729-1790) escriba en 1782 que nO

    LA LITERATURA COMO pRCTICA INSTITUCIONAL

    .' ue la redicacin para nuestrosflledio ms eficaz III mas sU,a:~ q cultiJarlos en la piedad y la vir-

    loS para mejorarlos en ~u esplfl y 1Estado y elevndolos insensi-, dolos al mismo nernpo para e , '.

    forman ." s slida polica mas brillante.ente a la CiVilidad ma di Yt tados de retrica eclesistica de la

    d tes compen lOSY ra dr os abun an .' alidad instructiva en los temas eJ.J" solo una lfltenClOn . al .

    flluestran no . al s sino tambin poltlCa, serv-. d trmlflos gener e,

    fe o civiliza ora en Com''''endio prctico del plpito, el poeta y, d En 1771 en su r b di .. del esta o. , . Sal ( _1808) aconsejOaba la o e iencia,dO . Gregono as 1729 b_1;

  • L"''' H''''..S LITERARIAS (1690-1826)

    teaga, irn minando poco a poco el panorama intelectual .di

    . Junto a 1rrespon entes resistencias y polmicas. Los gobiernos as C()...al ' ' preocupadsacar paIS de su atraso y situarlo a la par que otras nacio OsP

  • 306 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    ea, SU relacin con lo literario resulta esclarecedora en hen 1 lid" d muc asa canso acin e esquemas retricas e ideales d 1 ocasionlos que no deja de recomendarse la lectura de det e ~nguday estilo ees, li . ermIna ' n

    generas teranos. os autores

    Pero ser durante el ltimo tercio del siglo XVIII e d obl

    . uan o seun nota e mcremento en la produccin t ,. li . produZcd eorico- iterana con aecadas antenores, que coincide con un predom . . respecto a

    f:. . mio crecienn- d

    pro anos. La tradicional vinculacin del homb dIe autores1 rcul .. re e etras con la bos erre os religiosos y los sectores ms privile . d no lezab . gla os empezaba a 'rajarse con lo~ camt;ios socio econmicos y el auge de la bu:esqu~-

    Como ha estudiado Alvarez Barrientos aumenta el ibli 1 guesIa.h b di' pu co ectoom re e etras empieza a ver el camino de su profes al' . ,r y el

    t bai . . SlOn IzaCIOn'ra aJo empIeza a adquirir una dimensin econmica y , su.. . surge una cClen~la corp~ratlva favorecida por el auge de la prensa peridica la o.n-tencia a reuniones, tertulias y academias, etc. y aSIS-

    Por otra parte, resulta significativo que gramticos prece tprofesores de distintos ramos publiquen su libro de ret .' ~ ?res .y. .do a sus nrooi onca o potica di-ngl o a sus propIOS alumnos como complemento de sus clases Go lF b P - S' B . nz ezaro, ena, aiz, arbera y Snchez, Muruzbal Crespo y Pen-alal d ,ver ...son gunos. ~ estos profesores de latinidad y retrica o de letras huma-nas que eS~~lbIer~~ para la enseanza, sobre la que se asienta el grueso dela produccin teonca dieciochesca. Otros afortunados dispondrn de uncargo oficial, como Luzn, que fue nombrado secretario de la embajadaespaola en Pars o Capman ' . ...' y, que ocupo Importantes encargos oficiales.

    Las bibliotecas fueron instituciones de nueva creacin que se funda-ron para salvaguardar el pat . . ul al .. nrnoruo e tur y que acogieron a destaca-dos mtelec:uales de la poca. La Real Biblioteca, por ejemplo, contarentre sus ~lrector~s y bibliotecarios a Juan de Santander, Prez Bayer,J~an d~ Inart~, MIguel Casiri, Mayans, Toms Antonio Snchez, Mar-tm~z Pm~arron, Garda de la Huerta, Jos de Goya y Muniain, Jos An-t~mo Pellic~r, Conde o BIas Antonio Nasarre, lo que les proporcionarCIerta segundad econmica. La variedad de intereses del hombre de le-tr~s ~o~ muestra asimismo profesiones paralelas poco relacionadas enpnnClplO con las letras humanas, como el notario Carlos Ros o el botni-co Antoni C '11 O hos tendr . '-, . 10 ~mpl. o. tros muc os tendran que compaginar su actlVi

    dad teonca o literana con traducciones, especialmente de obras teatrales~ novelas, o colaboraciones en la prensa peridica, para asegurarse unosmgresos extra que les permitieran una dedicacin exclusiva a las letras.

    LA LITERATURA COMO PKAl;ll""- U'~ A" ~ ---

    1hombre de letras de finales del XVIII, desanimado por ~as pe~uriasE. se quejOa al verse obligado a asegurar su subsIstenCla porrnIcas, 111, Aunque los avances en este sentido fueron lentos, en 1813 eVias. . di dde laJunta creada por la Regencta para proponer los me tos er=:e 1 de los diversos ramos de nuestra instruccin pblica, ms cono-

    alarreg o "el Informe Quintana recogla la neceSIdad de una adecuadao corno ' . 1:'. dn de los maestros de primeras letras. El escnto, nrma o poruneracI ,-' .'

    Y Otros intelectuales defendIa una ensenanza umversal, 19uali-

    'otaoa ' , .'. blica, gratuita y libre, inspirada en el modelo frances, y dlgmfica-tarta, p d' . h b d 1la labor docente, que tan en esprestlgIO, a la cal o ~n e XVIII.-ha La aparicin de los libros de texto s~ra otro f~ct~r Importante para.f(litoriales Y autores desde el punto de VIsta econ~mIC~~ y p~a la. :nse-za en general desde el punto de vista de la p1amficaclOn Y dlfec~lOn d.e

    estudios literarios. Aunque Feijoo insistiera en su Teatro crftco uru-f}trSal en que el sistema tradicional de los dictados en clase era poco prc-tico, y recomendaba en las aulas el empleo de libros de texto .para .c~~aasignatura, no ser hasta el ltimo tercio del XVIII cuando un~ dlS~oslcIOn-de 1778 establezca que los catedrticos preparen sus propIOS libros de

    o. La adopcin de tal medida incentiv la produccin terica para las. tintas asignaturas y provoc que en muchos casos se tuviera que recu-

    trir a textos forneos, ante la falta de materiales propios. As ocurri conlas traducciones de las Lecciones sobre la Retrica y las Bellas Letras de B1airlos Principios filosficos de la Literatura de Batteux, al final de la centuria.

    Las disposiciones oficiales en materia de planes de estudiOS sern mshabituales a 10 largo del siglo XIX, pero se convierten ya desde su origenen una forma de control ideolgico gubernamental de gran eficacia.

    La adopcin de estas medidas repercuti positivamente en la indus-tria editorial, que resurga en este perodo bajo la tutela y proteccin delestado. Desde el conocido auto de Curiel (en esos momentos juez deimprentas del reino), de 1752, el gobierno se hace con el control de lapublicacin y distribucin de libros y potencia la produccin nacionalCOnla prohibicin de libros impresos fuera de nuestras fronteras. EranmUchos los trmites, aprobaciones y censuras por los que tena que pasarun. texto antes de ver la luz, y aunque con el tiempo se van aligerando, nodejan de constituir un freno limitador de una libertad de expresin ms~mandada por la teora que conseguida en la prctica real de la publica-.t1n. A esto se sumaba la correspondiente supervisin de la Inquisicin,COnvertida en lector privilegiado del Setecientos, como ha estudiado

  • 308 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    Zavala, que llega a publicar todava en la centuria tres ndhib' d ( Ices de libpro 1 os 1707, 1747 Y 1790). Defourneaux y Domergue ti rOs

    di cl . il lenenlOSya asicos que ustran cmo a partir de la Revolu " F eSt\,l. . . Clon rancontro institucional sobre el mercado de las ideas y de 1 lib cesa el

    if L os ros se .s ica, as aprobaciones que se impriman con los libro 1 lnten,. s, as censurque eran objeto, los prlogos ... , escritos todos que J'ustificab 1 as de. " , id . an a Coruencia, inters e 1 oneidad de las publicaciones no d . b d nVe,. ' eJa an eco

    tuir una lectura crtica intermedia entre autor y receptor fi al nSti,dif . . n ,que podarropar, mo icar, onentar o incluso relegar al olvido un text a

    La fuerte conciencia crtica que impregna todo el Seteciento. fc

    , 1 nf os re orzara a co lanza en estas lecturas intermedias que controlan est ti . -l . 1 bli e ea e ldeo-~gIcamente o pu cado. Al lector contemporneo puede resultarle _nasa encontrar en bastantes tericos dieciochescos declaracion b cu

    . '. es so re laconveniencia de una especie de censor oficial que vele por la calidad d 1textos o por el buen ejercicio de la predicacin en los plpitos M e oslIS' h . ayans,s a, anc ez Valverde ... son algunos de los que defienden estos mecanis-mos de control, o el antes mencionado Dez Gonzlez, que trabaj comocensor de teatros. La creciente produccin editorial, la baja calidad, el es-caso rigor cientfico, la falta de moralidad patente en numerosos textosliterarios, sobre todo teatrales y narrativas, justificar esta confianza en lapro~:ccin ~ficial como medio de atajar los efectos negativos que su divul-gaClon poda tener en una poblacin crdula y muy influenciable.. La actividad editorial alcanz momentos de esplendor en la segunda

    mitad del XVIII de la mano de impresores como Joaqun Ibarra, Antonioy Gabriel Sancha, Benito Cano y la Imprenta Real en Madrid, o los?rga, Antonio Bordzar y Benito Monfort en Valencia, importante focointelectual y comercial donde publicaron numerosos tratados de retricade la centuria Mayans, Madramany, Hornero, Martnez Jord, Soler deCornell, etc. Tambin Zaragoza, Barcelona, Cdiz y Sevilla destacaronen la impresin y en el comercio de libros. A ello contribuy su desarro-~~ econmico, situacin estratgica y vivo ambiente intelectual, que propi-ClOel contacto con pases vecinos como Francia e Italia. De hecho, estasciudades, ms Bilbao e Irn en el norte, fueron las principales receptorasde libros franceses.

    Paralelo al mencionado proceso secularizador de la enseanza se ha-lla el.de la utilizacin del castellano, en cuya defensa ya se haban pro-n~~clando los novatores a fin de acabar con una divulgacin minoritaria yelitista del conocimiento cientfico y filosfico. En los estudios de hurna-

    LA LITERATURA COMO PRCTICA INSTITUCIONAL

    1 dominio del latn era fundamental, sobre todo si tenemos endese '-1no exista an la asignatura de lengua y literatura espano a, Yra que , d bli. fi uente encontrar todava manuales en latn, sobre to o pu -

    es In rec ulari ., d 1. uitas. Sin embargo, la progresiva sec anzacion e a ense-OS por Jes di ., 1

    1 . SI'stencia en el sentido prctico de estos estu os promovlO e.yam di 'del latn. Mayans ya echaba en falta en 1733 una pe ecta reto-_l.4ndono b ' G ., ,.., .- 1 licara todo en espaol y Alonso Pa on uerrero insista. que o exp .'tlca R trica castellana de 1764 en las ventajas que terna para los estu-en SU e. res el empleo del castellano.

    cnanEl estudio de la retrica en las escuelas era muchas veces un comple-los estudios de las lenguas clsicas, y era habitual que muchos de

    mento a .' , d 1. rcicios de composicin oratoria los tuvieran que realizar a traves e

    Jos eje di' .latn, bien con la traduccin de pequeos fragmentos, s.c~sos, ,pane~l-eos y oraciones diversas, o con su imitacin, lo que condicionar t~blenSUS fuentes y orientacin. Mientras que para algunos el empleo del latn e~asumamente perjudicial para la propia disciplina y el desarrollo de las habi-lidades creativas de los estudiantes, otros se resistirn al abandono del latncomo lengua de cultura y 10 seguirn utilizando en sus publicaciones. Perola tendencia es que tales tcnicas fueran aplicadas a la propia lengua espa-ola como medio de perfeccionamiento y desarrollo de la misma, a fin deasegurar la mayor difusin y comprensin posible de estas disciplinas.

    Con el ejemplo de otros pases europeos se impulsar la traduccindel latn al castellano de obras relevantes del pensamiento cientfico y li-terario de la poca. Tales el caso del famoso Diccionario castellano con las'f)()cesde ciencias y artes (1786-1793) del jesuita vasco Esteban Terreros yPando (1707-1782), en el que se daban las correspondencias de cada tr-mino en castellano, francs, latn e italiano.

    As, el estudio de las lenguas vivas ser objeto tambin de crecienteatencin en una sociedad cada vez ms interesada por otras culturas, quenecesita conocer el francs, el italiano, el portugus, el ingls o el alemn,no solo por las necesidades comerciales, los viajes y el cosmopolitismocaractersticos de la poca, sino como medio de acercamiento directo aotras literaturas en el mbito cientfico y artstico en general. Con su pe-culiar sentido comn ya haba escrito Feijoo que el desconocimiento deOtras lenguas era una de las causas de nuestro retraso cultural. Los pasosllls importantes que se dan en este terreno proceden de los planes deenseanza especficos de centros educativos de lite, que unen a unaprctica formacin interdisciplinar el aprendizaje del francs o el ingls,

  • 310

    y de la creacin de academias de idiomas en ciudades de i td d

    . . n ensa .a comercial (Madnd, Cdiz, Mlaga, Valencia, Sevilla B aCtlV,

    El grueso de la produccin literaria fornea vendr a trav:d la~celona).d l i ali h 1 e Han .e rt ano, asta e punto de que muchos autores ingleses CesY

    id E - , van a senoci os en spana a traves de sus traducciones al francs r co,S

    ,Como sucon hakespeare y tantos otros. cedi

    LAS INSTITUCIONES Y LOS CRCULOS DEL SABER.

    LOS ESCENARIOS DE LA CRTICA

    En esta lnea de difusin, conservacin e impulso de la lengua es -d 1 hi . . al d 1 panolae a istona nacion O e conocimiento en general los Borbo '. .. ,nes apos-taron desde el pnncIpIO por la creacin de una serie de instituciones a lasque pertenecieron destacados hombres de letras de la poca. Es el casodela Real Academia Espaola y la Real Academia de la Historia, fundadasen 1713 y 1738, respectivamente. En la primera se gestar el denomina-do Diccionario deAutoridades (publicado entre 1726 y 1739), que mostra-ba en su primera edicin la pervivencia del gusto barroco en las primerasdcadas de la centuria, as como una Ortografa (1741) y una Gramtica(177I) que sern de uso obligatorio en los centros de enseanza. A laReal Academia de la Historia estuvieron tambin vinculados relevanteseruditos como Agustn de Montiano y Luyando, el conde de Torrepal-ma, Campomanes, Llaguno y Amrola ... Tambin se crearon otras aca-demias con el respaldo oficial: la de Buenas Letras de Barcelona y deSevilla, la Mdico Matritense (1738), la de Ciencias Naturales de Barce-lona (1764) o la de Bellas Artes de San Fernando (1752). Luzn y Ma-yans, prximos a estos crculos, se ocuparon de la redaccin de sendosplanes acadmicos que no llegaron a buen puerto. Las academias del Se-tecientos reflejaban la preocupacin oficial por el cuidado y la transmi-sin de un patrimonio nacional frente a otros pases europeos y permi-tan ofrecer una imagen moderna de Espaa como protectora de las artesy las ciencias. La Real Biblioteca, o las bibliotecas de estas academias,respondern a esta misma idea. De ellas surgieron importantes iniciati-vas editoriales y de difusin de fondos histricos, como las que tuvieronlugar principalmente en la segunda mitad del siglo. .

    En las ltimas dcadas del XVIII aparecieron otras instituciones pr-vadas, las llamadas Sociedades Econmicas de Amigos del Pas, que nO

    311LA LITERATURA COMO pRCTICA INSTITUCIONAL

    con el apoyo econmico del estado y estaban integradas por unban de nobles y gente de iglesia. La Sociedad Bascongada denmero . ,. M a d S .. del Pas (1765), a la que perteneCIeron Felix . e amamego,gOS V s Ponce o Melndez Valds, la Sociedad Aragonesa o laSO arga 1 . ., al as de ellas. Asimismo, fueron numerosas as insti-'tense son guntt1 . tficas y laboratorios que abrieron sus puertas en respuesta a

    . nes Clen . .o talidad prctica y utilitaria, que en su perspectIva llltegra-uevamen . d bn . ia y razonadora del conocimiento de la realida ,auna a sa-

    ra umtar iali b d d'. f s y humansticos a la vez que maten za a ese eseo es cIentl eo' .

    1. Sn de centros de estudio equiparables a los extranjeros.

    tal" a a naClO ..'Tanto la vida acadmica como la ~e est~ r= de SOCIedades,prop~~

    . a el debate crtico, la tertulia y el dilogo llltelectual, ~ue se convertciab de los distintivos del siglo. En efecto, academIas, ateneos, so-

    en uno diades, salones, cafs ... fueron escenarios diversos que. respon I:~ anecesidad de intercambio de opinin, de comentano y de cntica

    una sociedad a la que le gustaba reunirse, conversar, leer la .prensa yatir sobre mtodos, ideas, avances, autores y obras de todo tl?O. Cona orientacin ms especficamente literaria es obligado mencionar lasiones de la Academia del Buen Gusto, que se celebraron en Madridel palacio de la marquesa de Sarria entre 1749 Y 1751. Sus miembros,tre quienes fIguraban Luis Jos Velzquez, el conde ~e.Torrepalm~,acio de Luzn Nasarre o Montiano, utilizaron pseudommos paston-y se ocuparon 'especialmente de la poesa dramtica y de la lric~. Dea similar destacaron tambin las tertulias literarias de la AcademIa del

    rpode, de Granada. Fueron asimismo muy conocidas las reuniones encasasde la condesa-duquesa de Benavente, de la de Alba, de la condesa

    -deMontijo o de la marquesa de Fuerte Hjar, o las tertulias de la Fonda deSan Sebastin de Madrid, a la que se sabe acudan Nicols de Moratn,Cadalso, Conti, Napoli-Signorelli, lriarte, Cerd y Rico o Vicente de losRos, entre otros. Tambin Montiano, Nasarre, Campo manes o Jovella-nos gustaron de las tertulias. En ellas se charlaba, se comentaba poesa,se eSCUchabamsica, se traducan textos, se representaban obras teatralesy se hacan lecturas en voz alta.

    Fuera del mbito privado de los crculos polticos e intelectuales mstlevados, tambin cafs y tabernas se erigieron en punto de encuentro~ la discusin y la tertulia. Precisamente por ello, a raz de la Revolu-n Francesa fueron objeto de una estricta legislacin que intent con-

    1rnlar estos locales como focos de propaganda poltica, y que llev inclu-

  • 312 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    SOal cierre temporal de 1 r'u ibli os cares En eln pu co muy inquiero ] l XVIII asistimos ald inte ectualm al na .~' que demanda una formaci ' .e~te que le gusta e cImiento

    rur en estas reuniones social on multldlsciplinar que le star info. . CI es, y en el 1 . permit .

    rusrno creciente no . que a muier adou: a Inlo

    P, siempre tenid ~ qUIere ,

    alacios. Compendios 1 o en cuenta, como ha _ Un pro, extractos' senal d tago..prensa peridica satisfac ' resumenes, artculos a o Elhil:lo ran esa ne .d d d o crr--.qotantas veces conduca solo al. ces~ a e rpida puest ICas en lasatirizara Jos Cadalso La aparle.nCIa para lograr el xit a al. da,

  • J..n.~ lU";-1\S LlTE lRIAS (1690-1826)

    en prosa y verso de clsicos espaoles (Manrique Encina TC tillei ' ,Orres Nrro, as ~Jo, fray Luis, Quevedo, Saavedra Fajardo ...) y de au~a,

    contemporaneos, como el padre Sarmiento, Mayans, Cadal to~. 'd' d so o Isla lprensa peno ica esempe as una funcin canonizado d . '--a

    . . 'd' ra e enoimportancia, converu a en Intermediario institucionaliz d I'ttle

    . . . ., a or y tUinapreciable de informacin sobre la recepcin inmediata de enteb li . di ducci autoreo ras teranas, e iciones, tra ucciones y obras diversas de . s }': . ' Sumo lOtepara una historia de la recepcin literaria en este periodo. rs

    Sin embargo, la recensin de obras contemporneas fue un ob '1 . .alid d de los i . . staculopara a ImparcI a e os JUICIOSy provoc que de inmediat .

    di . di . o SurgIeraniscrepancias y iscusiones. Luzn, Mayans el padre Segura'. ' ... protago~ruzaron algunas Importantes, inaugurando otro de los signos del 'li . de la cenruri , . a teonaterana e a centuna: la polmica, como tendremos ocasin de. . ver msadelante. ASIstimos, pues, a un movimiento crtico de grandes di .ImenslO_nes, como muestra la abundancia del trmino crtica, que ya sealMaravall como el signo intelectual del hombre del XVIII. La importanciade la experiencia, del juicio y de la razn, la actitud revisionista hacia elpasado, el cues~iona~iento de mucho de lo establecido, rasgos todos quemarcaban las directrices del pensamiento ilustrado, desencadenarn unaintensa actividad crtica sobre la que tambin se teoriza. Se habla de lalectura anotada de los textos, de qu aspectos son los ms importantespara la valoracin positiva de una obra, de su invencin, disposicin yestilo, de la relacin de los textos con la realidad, de su inters, de susdbitos con obras clsicas ..., y se denuncia el uso interesado y espurio dela crtica. Las Dolencias de la crtica que el jesuita cataln Antonio Codor-niu (1699- 1770) publica en 1760 reflejan los excesos de la crtica pedanteque se ejerce sin estudio y de manera caprichosa y soberbia.

    El enorme desarrollo que experiment la actividad traductora en lasegunda mitad del XVIII en todos los campos del saber, analizado en losltimos aos por Francisco Lafarga, pondr de relieve otro escenario cr-tico de importantes repercusiones, que se mueve entre las aportacionesnacionales y las forneas, entre la adaptacin-espaolizacin intenciona-da de las obras y un reconocimiento no siempre explcito de las fuentes,en un trasvase intelectual de enorme relieve en los procesos culturales delSetecientos.

    La traduccin, presente desde antiguo en las aulas como ejercicio re~trico orientado a las lenguas clsicas, adquiri otras dimensiones con teavance del siglo y el despegue editorial que se produjo en el reinado d

    315LA LITERATURA COMO PRCTICA INSTITUCIONAL

    111.El ejercicio de la traduccin fue determinante en l.apro:esio-s. del hombre de letras, en el conocimiento de la realidad litera-ctn n los procesos de canonizacin terico-literaria. Los nu-

    uropea y e . .d b tes y polmicas que suscit, que corneron parejos a unasasea . de l ducci., d reflexiones sobre el proceso mismo e a tra UCClOn,no.,&"raclOn e .' 1 .

    I)Jl'" cuestiones linzsticas SInOque trascendieron o estnc-afectaron a b-' .' , .li '0 Y adquirieron tintes nacionalistas y polticos. En estete reran

    ~n h sealado la rivalidad entre los intelectuales agrupados enudo se a . d .o a Qyintana y a Moratn a raz de las ~raducclOnes-a apt~clOnes

    toJIl}as obras tericas de Blair y Batteux, respectivamente, en el peno do de

    tre siglos. . .por otra parte, no hay que olvidar en qu medida la~ c~cunst~nClas

    If . determinaron en la Espaa de la poca un conocimiento directotcas . F . 1la realidad cultural contempornea de los pases vecIn?s, rancia, n-rerra o Italia, y las implicaciones que estos hechos tuvieron en la evo-n del pensamiento literario espaol. A las influenci~s recpro.cas cul-es entre Italia y Espaa que se registran en la pnmera mitad del

    11, intensificadas a raz de la expulsin de los jesuitas y las polmicastomo a la cultura espaola (analizadas por Batllori y ms reciente-nte por Qpinziano), se haba de sumar la fuerte presencia francesa, esa en menor medida, que se registra tras la guerra de la independen-La invasin napolenica marcar la evolucin del pensamiento lite-'0 y explicar el freno cuantitativo y cualitativo que se produjo en elno de las ideas literarias, que empieza a reactivarse a partir de 1814.Numerosos intelectuales se vieron obligados a cruzar nuestras fron-

    teras en diversos momentos y circunstancias por su condicin de afrance-lados o liberales, 10 que les llev a conocer de primera mano las ideas fo-rtneas y a incorporarlas en diferente grado a sus obras. La relacin deentigrados espaoles que destacaron entonces en el mbito de las letrases abrumadora: Melndez Valds, Leandro Fernndez de Moratn, JosMarchena, Sempere y Guarinos, Prez de Camino, Pedro Estala y BraulioOZSOnalgunos de los que vivieron en suelo francs en estas fechas. A ellos

    leguirn otros muchos con distinta suerte y destino: Gmez Hermosilla,lanco White, Flix Jos Reinoso, Pablo de Mendbil, Miguel Silvela,

    Yun largo etctera. Aunque los manuales y preceptivas oficiales de la po-apenas reflejan estos hechos, la intensa actividad traductora de muchosestos autores, su contacto directo con las teoras europeas ms recien-, el creciente aprecio que se observa en sus escritos de la originalidad,

  • 316LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    el sentimiento el 1 . .1 " ' re ativsmo crtico o su orientacin filo 'fia permeabilidad de una teora que avanza zi s~ ica, rnUestrromnti~os e~ unos casos, mientras que en~~e::~:aCla ?~esuPueSt

  • LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)318 DE LAS BELLAS LETRAS A LA LITERATURA 319

    ENCICLOPEDISMO y LITERATURA

    da llegar a conocer bien las partes. El estudio de las arte~ ~e .lapala-pO ba parte de los conocimientos que requera la formaclOn integralforma . . 1 af 1 flsi

    b e Junto a otras disciplinas como la histona, a geogr la, a isi-

    1_1 hom r , .~ 1' la poltica o la moral. Como deca el crtico y cervantlstala oglca, .ea. stn Carca de Arrieta (1775-1834) en el volume~ d~~cado ~ estu-~ 1 'eros en prosa de su traduccin de los Principios filosficos dedio de os gen

    tu .a de Charles Batteux (1713-1780), no se poda llegar a dominarla Litera " . . d1

    . ncias abstractas sin el conOClmlento de las bellas letras, da a subien as cieestrecha relacin con ellas, tal y como demostraba la pr~~ia Enciclopedia

    el pasado cultural de Atenas y Roma. La gramatlca, la elocuen-francesa o. la poesa, la historia, la crtica, en una palabra, todas las partes de laCla, fectuosas si 1 uxili de las cili

    rura seran extremadamente de ectuosas sin e a o e as cien-tera , , . ,... especialmente en obras didcticas sobre retonca, poesla e histona, yaClas, li ibi 11que era necesario ser tan filsofo como terato para escn ~r.en e as consolidez y acierto. Ambos, cientfico y hombre de letras, ~~lClpa~an de suatencin hacia el inters comn, y eran los que, en definitiva, hacan flore-cer y prosperar a una nacin infundiendo en el corazn de los ho~breslas reglas de la recta razn, las semillas de la virtud y de la humamdad,tan necesarias para la felicidad de la sociedad (Principios filosficos de la

    literatura, 1797- 1805).Las obras del ensayista benedictino Benito Jernimo Feijoo (1676-

    1764) fueron el gran ejemplo del gusto dieciochesco por un conocimien-to multidisciplinar que convirti al fraile gallego en el autor ms conoci-do de la centuria si atendemos al nmero de ediciones de sus obras. La,variada temtica de sus ensayos, en los que trataba de filosofa, religin,agricultura, poltica, esttica, gusto, sociedad ..., daba respuesta a los msvariados intereses de una formacin interdisciplinar.

    Por otra parte, uno de los principales valores de la poesa era precisa-mente que permita un conocimiento variado y general sobre diversas ar-tes y ciencias. Para Luzn, el hecho de que la poesa instruyera en todognero de artes y ciencias, directa o indirectamente le otorgaba no pocautilidad. Para l el poeta poda y deba, siempre que tuviera ocasin paraello, instruir a sus lectores en las ms diversas materias. As lo recoga en elcaptulo de su Potica (1737) dedicado a la instruccin en todas artes yciencias, donde especificaba que con las mximas y sentencias de sus ver-SOs ilustraba el poeta en la moral; con los razonamientos y la conducta deun capitn en un poema pico instrua en la milicia; con los avisos de unJ>adrede familia en una comedia, en economa, etc.

    en prosa, que se asimilan a los gneros tradicionales de la pica la l .1d . ' rICae rama, necesrta de una denominacin tambin nueva sin las co }'.. ' nnOtcienes que aSOCIan10,potico al v~rso. Adems, la aproximacin qUea,produce entre estos generos se realiza en virtud de un reaiuste co Se.. . ~ nceptua}que privilegia determinados rasgos comunes como literarios p

    , 11 b . erocomo se eva a ea o este proceso? Qy pasos se dan en estos camb.conceptuales? lOS

    El significado genrico del trmino literatura lo encontramos mu 1ID .JA . ( Yca-ro en e. . tcctonar~o u~ utoridades 1726-1739), donde se define Como

    conocmuento y CIenCIade las letras, y literario como lo que pertene-ce a las letras, ciencias o estudios. Esta definicin amplia de literaturapermanecer inalterada en los sucesivos diccionarios acadmicos delXVIII (1780, 1783, 1791), con la leve variacin a partir de 1803 de cono-cimiento de las letras, o ciencias (1817, 1822 Y 1832). Ese es el sentidoaglutinador con el que se utiliza en las grandes historias literarias de lasegunda mitad del XVIII: la ambiciosa Historia literaria de Espaa (1766-1791) de los padres Mohedano, el Ensayo histrico-apologtico de la litera-tura espaola (primera edicin en italiano de 1778-1781), de Javier Lam-pillas, o el Origen, progresos y estado actual de toda la literatura (primeraedicin en italiano de 1782-1799), del abate Juan Andrs. En esta ltimaobra, por ejemplo, su amplia consideracin de lo literario le llev a tratarde matemticas, msica, botnica, bellas letras y otras ciencias. Tambinse aprecia con claridad este mismo concepto en la memoria que redacta-ron Francisco Meseguer Arrufat y Miguel de Manuel sobre la ctedra deHistoria Literaria que se cre en los Reales Estudios de San Isidro en1786. All se indicaba que la historia literaria era un campo vastsimo Ycasi infinito que no solo se extenda a todos los siglos y a todas las nacio-nes, sino a todos los conocimientos humanos, a todas las ciencias, todaslas obras de arte y de la naturaleza, todos los seres existentes, posibles Yaun imaginables.

    El tratamiento conjunto de disciplinas tan variadas a la hora de histo-riar su origen y progresos est relacionado con la visin enciclopedista del~ab.er,propu?nada por Diderot desde las pginas de la Encyclopdie, dondeinsista precisamente en que era desde el conocimiento del conjunto coma

  • As pues, en el contexto diecioche .poesa compartan desde sus . seo tanto la literatura COn-.. acepCIOnes especrf . , ,,'o 1

    mienros variados bien d d 1 icas su mteres por co a, es e una persp f' no .una visin utilitaria y formativa del di ec rva ep~s~emolgica, bien de ~-disciplinas, la poesa tena el mrito a~:~~~~ ~oetlco~ Frente a las de;e

    ma placentera. El deleite de su instruccin la ~ e~se~ar la verdad de for~y permita persuadir Con increble fuerz llacla ~Iferente y utilsiIl1a

    dir 1 a aque o mismo q ,como ma e mismo Luzn Ad' b ue enseab. ernas, conta a Con 1 f' a,anteponer las opiniones del vulgo 1 d d a IcenCla de podea as ver a es de 1 '. rcrepaban entre s. De este modo, la verosimilitud 1:~:e~~I~ .cuando dis-ser mayores, as como su capacidad de persuasin~ dele~t~~ilidad Podan. .~ara el hombre del Setecientos era irn ortant .mdlvlduo fuera variada co . p e que la formacIn del. , ' n una Importante base d . .

    cientflcos y humansticos So os ei e conOCImIentos. . n numerosos os ejemplos

    esta Idea. En el prlogo ncal u... que corroboranP 1 a su I7.tstorta litera . 1 ti .edro Rodrguez Mohedano ( 8 ) rza os ranclscanos

    I725-I7 7 y su herm R f: 1 (I773) insisten en que la filosofa teoloz '. den-: a ae I722-oratoria sagrada no pueden d 'll gIa

    d,junspm encia, medicina y

    esarro arse a ecuada te si 1previo de las bellas letras la crti lImen e sin e auxilio

    , ica as enguas la hi t . 1 'elocuencia de tal " IS ona, a poesa y la, manera que todas las ciencias . .

    nos tienen un admirable 1 . Y conOCImIentos hurna-en ace y coneXIn e t '

    estrecho parentesco n re SI, y, se unen con tand 1 ' que separarlas absolutamente es casi di idi 1estrozar as. ' IVI Ir as y

    LOS CAMINOS HACIA LA ESPECIALIZACIN

    Esta vindicacin tan clara de la co . , .que parece resl'stl'rs " muruon de las dIferentes disciplinas,

    e a su separacIOn reflei bgeneral entre los Con '. .', eja, sin em argo, una distincinagrupados bajo 1 d OCI~l11e~~OScientflcos propiamente dichos y los

    ~ a enommaCIOn gen" d b IIguas hi tori enca e e as letras (crtica len-, lS ona poesia y elo . ) El 'letras de las dems c~enc~a . proceso de separacin de las bellas

    mas artes y ciencias pa 1 di c.tre las II d b sa por a llerenciacin interna en-ama as uenas artes ( . ullas buenas o bell pmtura, ese tura, arquitectura o msica) yhumanstica D as letras

    l, centradas en los textos escritos de la formacin

    . e nuevo as academ' . , .titucionalizador en 1 da rni las ejercern un Importante papel iris-sus intereses desde s: segu~ a

    dmItad. del ~VIII al consolidar y delimitar

    propIa enommacIOn, como sucede con la Real

    DE LAS BELLAS LETRAS A LA LITERATURA 321

    cademia de Bellas Art~s de San Fernando (1744), o la de Bellas ArtesSan Carlos de Valencia (1753)

    e En cualquier caso, la separacin entre ciencias y letras pona de ma-nifiesto dos formas diferentes de conocimiento y de visin de la realidad.El mismo Luzn, siguiendo .la s~nda aris.totlica, par:a ya en s~ Poticade la distincin entre artes y ciencias, y clasificaba las pnmeras partiendo desu carcter mimtico. Poesa, pintura, escultura, baile, msica y otras sebasaban en la imitacin de la naturaleza, imitaban la realidad, aunquedifIrieran en su objeto y en los medios empleados, como ya indic Aris-tte1es al comienzo de su Potica.

    Esta visin enciclopedista del saber propia de la mentalidad diecio-chesca se entrelaza con una cada vez ms definida especializacin, queagrupa por separado las disciplinas cientficas propiamente dichas y lasartstico-humansticas, como recientemente ha analizado Inke Gunia ensu estudio sobre la formacin del campo literario espaol del siglo XVIII yprincipios del XIX. El auge de las ciencias experimentales en la Europadel XVIII justifica su revaloracin y conducir a una nueva jerarqua delsaber. Las ciencias se asocian a la verdad, a lo exacto y demostrable, a laexperiencia directa, mientras que las letras se convierten en sinnimo decultura libresca, de tradicin erudita, de conocimiento mediatizado pordiscursos anteriores, de autoridad. Aunque el peso de la tradicin poticaser muy importante durante la centuria, convive con una tendencia alpensamiento crtico y metdico que repercutir en el pensamiento litera-rio. No hay que olvidar que ya desde finales del siglo XVII y principios delXVIIIlos llamados peyorativamente novatores conforman un nuevo movi-miento intelectual y filosfico que revitaliza con su sentido crtico elarranque del siglo. De la misma manera, con el auge de las ciencias em-pricas surgen el experimentalismo, el sensismo y el escepticismo, que nosolo influirn en el camino hacia la secularizacin y la separacin de loreligioso de lo profano, sino en el distanciamiento de la autoridad y en laConsideracin misma de lo literario.

    As, de la significacin genrica de suma de conocimientos que tenala voz literatura, esta pas a convertirse en sinnimo de humanida-des o bellas letras. Por un lado designaba lo que eran las letras, frentea.las ciencias; por otro, se refera al arte de la expresin desde un punto de~sta terico y prctico. Agrupaba disciplinas como la potica, la gram-tica y la retrica, pero tambin el conjunto de los textos de creacin lite-raria propiamente dichos. A finales del XVIII Garca de Arrieta traduca a

  • LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)322

    Batteux y asimilaba el significado del trmino literatura alti la el' . 1 que ten Lgrama ica en a epoca asica, en a que gramtico no solo era u h a q

    versado en gramtica, base de todos los conocimientos . n ornhre, ,.. ' sino ta b

    en geometna, filosofa, histona general y particular yespe alm m ln, ., ' CI entpoesla y elocuencia. Para el estos eran los literatos de su tiem o e en

    En este proceso de especializacin, previo a la utilizaciln dli id d e la v teratura en su senti o mo erno, fue habitual su alternanej ozla con los dletras humanas, buenas letras y bellas letras. Se trataba d ' . e. e termmcon un conterudo referencial muy prximo pero con los m ti OS. ,a ces y 1connotaciones que aportaban los adietivos humanas buena as. ~ 's y "be-llas. El smtagma letras humanas, opuesto en su origen al de 1

    , . . etras sa-gradas, se se~a utilizando en el XVIII con cierta orientacin hacia lasobras grecolatinas, que no tendr la denominacin de bellas letras Al, u-da bsicamente a una formacin humanstica general, en la que se incluael estudio de la retrica y de la poesa, y de los poetas, oradores e historia-dores, como recoga el Diccionario castellano, con las voces de cienciasy artes(1786-1793, aunque redactado con anterioridad) de Terreros y Pando,especializado en ciencias y artes. La vigencia del trmino letras huma-nas se prolongar en el XIX. En 1820, el polifactico escritor y latinistaaragons Braulio Foz (1791 - 1865) public un Plan y mtodo para la ense-anza de las letras humanas en el que consideraba que un maestro de hu-manidades deba tener conocimientos variados en gramtica, latn, retri-ca y potica, mitologa, geografa e historia antigua sagrada y profana,historia de Espaa, lgica, tica, religin, urbanidad, poltica y lenguagriega, y que carecer de alguno de ellos supona un perjuicio importantepara la enseanza.

    Con esta denominacin de letras humanas naci precisamente laclebre Academia de Letras Humanas de Sevilla en 1793, que, a pesar desu corta existencia (dur hasta 1801), fue muy influyente. En sus juntas,Reinoso, Arjona, Blanco, Lista y otros poetas se ocuparon fundamental-mente de la poesa lrica, dando a conocer los mejores libros escritoS so-bre las bellas letras, entre los que estaban Vives, el padre Andr (Essai surle Beau), Formey (L'analyse du gout) ,Muratori (Della perffeta poesia), Ro-llin (De la manire d:tudier les Belles Lettres), Fleury (Trait du choix el dela mthode des tudes), y sobre todo Batteux (Principes de la Littratu::)'muy estimado. En la apologa de esta academia que antecede a la ediCIO!lde las poesas ledas en sus juntas, el presbtero Eduardo Adrin Vz}u

    ez

    hablaba en 1797 de la utilidad general de las humanidades, y de este 0(-

    DE LAS BELLAS LETRAS A LA LITERATURA 323

    n articular, como respuesta a las crticas que recibiera l~ insti-srno e p it sostena que las bellas letras no eran un pasatIempo,

    En su escn o iali ., al60 b 10 que refleJabatambin su especi zaClOnhos pensa an - . bo rnuc , . que el estudio de 10bello y el cultivo del uen. de la poesla-, sino ,Eblto ilid d ara las ciencias y debla precederlas. stao de gran ut a p . ,o e~~ 1 encontramos desarrollada con ms detalle en la Gracin

    rna 1 ea .dad de unir el estudio de la literatura al de las ciencias (1797) dela necest a ., h ,. d 1

    t! d d argumentaba a favor de la formacin umanstica, e asanos, on e , 1 1 .

    d 1 studio de las lenguas vivas, la poesla, a e ocuenCla,as letras, Y e e . 1 1 fiebueo f1' 1 tica como complemento necesano Yparale o a a or-k 61oso la, a el ..,

    . n cientfica. , .. . AtnaCl. buenas letras designaba, segun el Diaionarto de uto-

    El s1Otagma . 1 las que en cualquiera materia acompaan y constituyen a os

    ..,;daes, funci d bi , ob d de

    ra y slidamente doctos, ncionan o tam ien comhorn res ver a d d 11 ' nimo de erudicin variada, de letras humanas. Calc~ o . e aun

    ti. ta el trmino bonae litterae entr en desuso en el mbito fran-nacen s , 1 dds en los ltimos cuarenta aos del siglo XVII, para ser ~~emp.aza o ~or

    de bellas letras, mientras que en Espaa ello sucedIO hacia los anos

    noventa. b dLa sustitucin del adjetivo buenas por bellas mostraba un cam ~o e

    enfoque, en el que primaba el sentido esttico frente ~ moral. ~s sinto-mtico que en Espaa se prolongara el empleo de la p.nmera lexa y con-tara con una gran aceptacin compartida desde ~edla~o~ del XVIII conJaexpresin bellas letras, ya que reforzaba la msstenca ilustrada en los

    neficios morales y pedaggicos de las obras. De hecho, abundan lasinstituciones que la incluyen en su nombre, como ocurre con la RealAcademia de Buenas Letras de Barcelona o la Real Academia Sevillanade Buenas Letras. Toms de Iriarte, en el Plan de la Academia de Cienciasy Buenas Letras (1779), agrupar bajo el membrete de ~uenas letra~.lacrtica y la historia literarias, la gramtica general y partIcular, la reto.ncay el buen estilo, las lenguas sabias, la poesa, las antigedades y las 1OS-cripciones.

    La denominacin de bellas letras, de raigambre francesa, supuso el~ulatino protagonismo de la belleza como criterio defl~dor de 10litera-no. En el pas vecino ya se haban vulgarizado las expresiones bellas le-tras. y bellas artes durante el siglo XVII, y fueron muchas las obras quela incorporaron a su ttulo en la centuria siguiente (La Mothe le Vayer,lollin, Batteux ...), con atencin predominante a la retrica ya la poesa.

  • DE LAS BELLAS LETRAS A LA LITERATURA 325324 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    Las traducciones que se publicaron en Espaa de obras fo ', . . raneas cotemtica consolidaron su difusin en nuestro pas como 1 h Qestae ali de' a que aCe l\,.at na e aso en 1755 del Modo de ensear y estudiar las B 11. nJ..'

    (1726) de Rollin; o las divu1gadsimas Lecciones sobre Retri eBas Letras

    ( 8) d H h B . eay ellas Ltras 17 3 e ug lair, que traduce y adapta al castella J ' e-:M ' . . no ose L .

    unarnz entre 1798 y 1801, o los mencionados Princifliosfi' .{; UtsL r tOsG.;lcosd, ltteratura, o Curso razonado de Be/las Letras y de Be/las A # ( e Q

    rtes 1746) dabate Batteux, que traduce e ilustra con notas y comentar' A ,elG lOS gustlQ darda de Arrieta entre 1797 Y 1805. e

    En el mbito francs los trminos literatura y bellas let fu. . , . ras Q_cionaron como sinorumos durante la primera mitad del XVIII. d '. ' pero a par-tir e entonces la tendencia fue que se Impusiera el primero E 1. s o queocurre en la obra de Batteux Les Beaux-Arts rduits a un me' '.. . _ me prtnctpe(1746) y el Cours de Belles-Lettres distribu par exercices (1747), que reapa-recen poco despus con el significativo ttulo de Cours de Be/les-Lettrou Principes de la Littrature. De este modo, con el avance del si lo ~s,acepcin ms limitada de literatura suplanta a la otra, en el senti~o d:obras bellas, bien escritas (elocuencia, poesa, historia ... ) y en el de obrasde crtica y erudicin que las estudian.

    " As, bajo la denominacin de bellas letras se produce una reagrupa-cron de textos, caracterizados por una exigencia esttica de belleza en tr-minos de agrado y de placer principalmente. A la misma vez, esta expre-sin evoca una cultura mundana y acadmica que gusta del ornamento yprima la elocucin, de tal forma que el contenido genrico anterior, vincu-lado a la idea de erudicin, pierde credibilidad cuando se relaciona con lapedantera y la apariencia en el marco ~e la especializacin intelectual.

    La restriccin semntica del trmino literatura a poesa y elocuen-cia fue ms tarda en Espaa que en Francia, y cont con cierta resistenciaentre los intelectuales ilustrados que se aferraban a un enfoque enciclo-pedista de lo literario. Lampillas, por ejemplo, habla de la falsa inteli-gencia que dan algunos escritores a la palabra literatura, limitndolasolamente a significar la poesa y la elocuencia. Y algo parecido encon-tramos en el adaptador al castellano de los Principios filosficos de la Li-teratura de Batteux, Garda de Arrieta, cuando completa el original fran-cs, que solo trataba de poesa y elocuencia y pasaba por alto otrasdisciplinas. Para Garda de Arrieta estas dos artes, aunque muy impor-tantes, no eran las nicas ni las ms necesarias de cuantas comprenda elvasto y ameno campo de la literatura. El adaptador espaol apost clara-

    na concepcin ms genrica de la literatura como el estudiote por u . .. . nto de todas las bellas letras, de las letras humanas, slgUlen-~m~ H 1con _ u Cours de littrature ancienne et moderne de La arpe, por o

    1Lyceeo ide ba gramtica, poesa, oratoria y filosofa, quedando exclui ase abraza di '1 .. al d B t. . r! icas y exactas. Por esta razn a iciono e ongm e a-aenclas lIS . .

    ,s , . as dedicadas a la narracin histrica, a las compOSIcIOnescon paglO ". 1

    teU" 'fi las epstolas, a la literatura miscelanea, a la gramatIca, a61050 lcas, a ., d 1 li ... , la crtica el periodismo, etc. Tal concepcion e o terano re-erudiClOn, ' . '

    . 'necesariamente en el SIstema de los generosopercutlra , . . 1 b 11

    N bstante la delimitacin semntica de la literatura y as e aso o , d difu .,}etraS se impone y afianza con otras obras crtica.s e mayor 1 .slOn,1 mencionada del crtico escocs Hugh Blair, de la que bebieroncorno a .' d'

    S tratadistas de la frontera de entre SIglos y de las pnmeras e-numerosocadas del XIX. Blair s relacion espedficam~nte las b~llas letras con ladocuencia Yla poesa, que se revalorizaron e ndependizaron en la ense-anza. La va educativa tuvo una importancia crucial, sumada a la al~an-zada en otros terrenos, como la especializacin de la prensa o la de histo-

    rias poticas. . "Prueba de esta fluctuacin termino lgica es que continuara SIendo

    objeto de reflexin por parte de los tericos hasta bien entrada la centuriasiguiente. El crtico y helenista Jos Mamerto Gmez Hermosilla (177 1-1837), por ejemplo, se acabar decidiendo por el ttulo de Arte de hablaren prosa y verso (1826) despus de repasar los inconvenientes de trminosprximos como retrica y potica, principios de literatura, bellas le-tras, buenas letras, arte de escribir, etc. (~ 33); o el catedrtico ca-taln Pedro Felipe Monlau y Roca (1808-1871) optar en sus Elementosde Literatura (1842) por el trmino literatura como sinnimo de artede escribir en prosa y verso y de retrica y potica, bellas letras,buenas letras, letras humanas, elocuencia ... No ser raro encontrarincluso en el ltimo tercio del XIX a autores, como el catedrtico de laUniversidad de Valencia Jos Vicente Fillol (1872) o Mendoza y Rosell(1883-1884), que defiendan una idea de la literatura equivalente a 10 quesera una cultura general, a los conocimientos bsicos requeridos por laSOciedad de su poca: lenguas clsicas y modernas, gramtica, retrica ypotica, oratoria, geografa, etc.

  • ]26 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    FUNDAMENTOS ESTTICOS Y FILOSFICOS

    Igual que ocurri en los otros campos del saber la filo J:~.nfl ' ' SOna euromomento 1 uyo en la orientacin cientfica que se quiso d pea dell~tr~s y fue determinante en la consideracin de la literatura

    ara las bellas

    ciplinas que se ocupaban de su estudio como ya expuse Cy

    ~e las dis,cl . b . ' ra aSSlreasico tra aJo sobre el particular. El nuevo ideal d .. r en Su

    blid e conoclmlent

    eci o por Descartes afect a todos los mbitos y tarnbi al o esta,t El d

    b ' ien de 1es. arte e la adecuarse a la razn y sezuir los mi d as ar,1 0--- mIsmos erroteroa naturaleza, a la que se asemejaba en la existencia de ley . s que. . 1 bl b di es uruversalmV10 a es su or .nadas a un principio nico -record l.. es ef 'tul d 1 b emos e SlgrufilVOti o e a o ra de Batteux: Les beaux arts rduits a un. . c.a,(17 6) P 1 meme prmal>4 -. or su parte, a tesis empirista de Locke y Hume d retravs de los sentidos se llegaba al conocimiento empez e lque solo a

    d la re egar a Un

    segun o p ano un innatismo que defenda la existencia de ide .1 .. El as preV1asaa expenencla. pensamiento moderno representado por N wt d'1 e 00 ~tacara a autonoma del conocimiento cientfico para comprend 1lid d lib ' d er a rea-a, eran 010 de la explicacin teolgica del mundo La rei . di., di rvin ica-cion e a percepcin, el rechazo del innatismo y de la filosofa dogm itide rt . li d a ica~~ e anstote ~o supon r una verdadera revolucin ideolgica queabnra n~evos cammos al mundo sensorial, a la intuicin, a la crtica. Eneste sent1~o c~nviene recordar que las obras de Locke pudieron ser con-sulta~~s, sm dificultad en el XVIII espaol, ya que la Inquisicin no lasprohibi hasta 1804. El sensualismo, considerado la filosofa caracters-tica de la llustracin, cont con importantes introductores y divulgado-res, cO,m.o los portugueses Luis Antonio Verney, ms conocido con elpse~dorn~o de el Barbadio, e Ignacio Monteiro, y los espaoles An-torno Eximeno, Juan Andrs, Ramn Campos y Valentn de Foronda,que sentaron las bases de la nueva teora del conocimiento. Tambin Lu-zn, Melndez Valds o Arteaga asumirn y matizarn los nuevos postu-lados.

    E~ ~ensamiento retrico-potico no permaneci al margen del anties-colastlcls~O y de la apuesta por la claridad que se haca desde los nuevosplanteamientos, A~, el cuestionamiento de la retrica que hiciera Des-c~es cuando consideraba que la mejor persuasin proceda de la expre-slO.n clara de los pensamientos ser secundado tambin por Locke, paraqUlen ~~escritor deba evitar la sutileza y la traicin que proceda de to~aexpreslOn de los pensamientos que no fuera clara. Las teoras de Condr

    DE LAS BELLAS LETRAS A LA LITERATURA

    esttUt

    de Tracy, mucho ms centradas en el anlisis de las sensa-y V los sentimientos, tambin calaran muy pronto en nuestroses y alen que fueran acusados de materialistas por sus detractores._Al! es, aun~.- fu d ido al castellano en la dcada de los ochenta, pero eradillac e tra uc ,'d 1O do en Espaa con anterioridad. Esta filoso[a, que har e a sens~-

    de la experiencia emocional el centro del que parten los CO~OCl-y . en las obras de Arteaga, Snchez Barbero o Gomez

    . ros se apreCIa dill11 ll cuyo Arte de hablar enprosa y verso (1826) Con ac ocupaOS a, en d BI B

    1 aren el nmero de citas tericas, por detrs e air y atteux.

    tercer ug . flos 1.'. 1b d

    e la relacin entre los planteamIentos 1] OSOl1COSy aOtra prue a . . [ilos., d 1 studios literarios la vemos en las Invesftgactones t oso-cepclOn e os e d. . .sobre la belleza ideal considerada como objeto ~e todas las artes e irntt=

    ~ ( 8) el tratado de esttica espaol ms Importante del XVIII, del.wn 17 9 ' . d ., . b ta Esteban de Arteaga (1747-1799). En su intro uccion eqUlpara a. to que reciban las ciencias experimentales con el de las bellas

    uatamlen ' . 1 fartes y las bellas letras. Parta de la idea d~ que las m~tematlcas, a isica,

    filosofa moral, la metafsica ... se hablan convertido poco a poco enrimentales Y buscaban acercarse a las necesidades ~e~ hombre dand~

    .oridad a la observacin Y a la experiencia. y -escnbIa Arteaga- SIsucede en las ciencias que tienen por objeto la especulacin, conto mayor motivo se debe procurar suceda en 10 que toca a las bellasy bellas letras, cuyo ltimo fin es la prctica?. Sigu~endo plante~-

    ientos cientficos a la bsqueda de la regla constante urnversal, qu~ d~-D'Alembert, Arteaga se centr en la sensibilidad fsica y en el pnnCl-de la imitacin de la naturaleza, que consider el blanco de todas las. En su declaracin de intenciones habl de la originalidad Yutilidad

    su obra por abrazar los fundamentos filosficos sobre que estribala gran terica de todas las artes pertenecientes al gusto. Sin embargo, ~aperspectiva de su estudio era empirista, ya que no se detuvo en el estudiode las causas de la belleza, sino en el de sus efectos en las distintas artes,haciendo de la experiencia prctica su fundamento te?rico. Segn ~ea-ga, la jerigonza escolstica haba cado en el despreclO que se mereCla, ylos progresos del entendimiento humano haban enseado principios

    lIls tiles y acomodados a la experiencia. ,Por otra parte, el desarrollo del espritu analtico en el XVIII arrastrara

    . ~ un movimiento de revisin y reconstruccin de las estructuras tra-

    . onales de pensamiento, que demandaba mtodos slidos como basetfica, de la que no se excluan las bellas letras. De hecho, ya desde la

  • 328 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    Ilustracin temprana fueron diversos los textos en los que se . . ,. . d lllSIStaimportanca e un mtodo que permitiera un adecuado a . en la1 . . E cercarnleas ciencras. n el dictamen del padre Aravaca que preced] 1 nto a. . . la a as 111,rtas literarias de Pars: actual estado y mthodo de sus estudios ( ) e11lo-., d " 175 1 de Lzan, ecia que este metodo, entendido como orden y dispo . " 11,b 1 SICIOn ea so utamente necesario, que sin l no habr quien, por ingenios~ s t~

    cado que sea, aprenda con perfeccin materia alguna. Ade ' Yapli,. . , d ,. 1 mas de esronentacon aca erruca, en a que es obligado mencionar la 1" a

    d po emlcaobel portugus Luis Antonio Verney, el Barbadio Verdade , ra. " 'u~, o melodo de

    estudiar (1746-1747), seguu un metodo era necesario para la "1 ivid d ,. P creacIOnpa:a a actrvi a critica. or influencia cartesiana interesaba todo 1 '

    1 t 1 . " dio re,a lVO a a composicin e os cuerpos y a sus principios defi it .dif . 111 onos y

    erenciadores, que se extenda a la preocupacin de la po ea por unn:todo en la composicin de las obras, del que no quedaba lejos el inte-res de muchos de los tratados del momento por la disposicin y ar m _" ,. guentacto n retoncas.

    ~a ~nfluenc~a de Descartes y de Locke marcar el fin de un enfoqueescolstico continuamente cuestionado por los abusos a los que haba lle-gado. La fundamentacin filosfica, de manos principalmente de la est-tica, dotar a todas las disciplinas de un mtodo ms exacto y de mayororden en sus formulaciones. Crtico con los enfoques poco racionales delpasado, el siglo XVIII demanda la eliminacin de explicaciones superfluasque enmascaran la verdad y, como dir el abate Juan Andrs hablando delpensamiento de su poca, no se permiten ms que ideas claras y distin-tas y se someten a rigoroso examen todas las cosas. De ese examen noescapar la retrica tradicional y escolar, que se presenta ante esta nuevamirada como un conjunto de preceptos intiles de escaso valor prctico,de complejas denominaciones y clasificaciones escolsticas faltas de cri-terio. Por eso Mayans desea en su Orador que las reglas fuesen poqusi-mas, ms metdicas que las propuestas hasta ahora, y ms fcilmentepracticables, ilustradas todas con escogidsimos ejemplos. En su opinin,la retrica no es estimada como debe serio por su escaso provecho en lasescuelas, debido en buena medida a la rigidez y al encorsetamiento esCO-lstico, a su falta de amenidad y de sentido prctico. De ah que su enfo-que valore lo ameno, prctico y racional.

    La nueva mentalidad demandaba una nueva retrica fundamentada,en principios slidos y liberada de reglas que no servan para la elabora-cin discursiva eficaz ni para el ejercicio de la crtica. Numerosos testimo-

    DE LAS BELLAS LETRAS A LA LITERATURA

    bla importancia que alcanzaron la disposicin y la inven-

    rtO oran . di hCO ul d _ en un grupo importante de retncas iecioc escas,

    eform a as .' ._r artes nucleares de la creacin textual, smo como cntenosolo como Pal ., literaria As la invencin y la disposicin pasan

    co de v oraClOn ., " nfc-d 1

    artes de la retrica mas cuestionadas en su e oque trados e as p . . la mei

    ee- ._.... d d el punto de vista prescnptrvo. Entonces a mejor gwa es'nal ese 11 'G' Ho '1 buen sentido natural, ese que evara a omez errno-'do comun, e . . di 1 .ti . ., tiles las muchas reglas de la inoentto que ieron os anti-a Juzgar inu hall 1 . t

    ti los retricos escolsticos para ar os pensarnlen os,so lstas y al la i .,n suministrados sin problema por el t ento, a mstrucciondo estoS so

    eral y la particular del gnero en que se escriba (Arte de hablar en prosa

    f#So, 1826). . , .La elocucin ser la parte que requiera un~ may~r. atenclO~, pot~nCla-desde la vinculacin clsica de la elocutio retonca a lo literano. Es

    r:t t o que las dos retricas de ms relieve especficamente centra-av IR

    en la elocucin partieran de una base filosfica: nos referimos a a t-fMfla de la elocuencia (1777) de Antonio de Capmany y al Tratado de laJ!licudn (1795) de Mariano Madramany y Calatayud (1750-1832), al

    se haba de sumar, tambin a finales del XVIII, el tratado escolar delescolapio Joaqun Traggia de Santo Domingo (1748?-18I3), que

    1793 publica en forma de preguntas y respuestas su Retrica filosfica, o'fIrincipios de la verdadera Elocuencia. Capmany fue consciente del e~o~ue

    oso de su obra en el panorama terico de la poca al dotar explcita-te de una base filosfica 10 que sera un texto ms o menos tradicionaltrado en la elocucin. En l sigui muy de cerca los principios enciclo-istas que valoraban el sentimiento, la naturaleza y el relativismo frente

    juicio y al arte, siguiendo como fuente directa las reflexiones estticas deD'Alembert, Diderot, V oltaire y otros, como puso de relieve hace unosaos Checa Beltrn. Para Capmany, el alma deba fijarse en 10 que sien-

    y en 10 que le proporciona placer, en los principios, en los ejemplos, end talento, y no -como vena hacindose- en los preceptos, en las defi-niciones, en la especulacin. La elocuencia, entendida como disciplina,era Una especie de luz que guiaba el talento natural y no un simple cuerpode reglas y definiciones memorizadas (~ 29). Con ese fin pens en una

    ?ca fUosfica, que es decir la que diere la razn de sus proposiciones,e los ejemplos, combinase el origen de las ideas con el de los afee-

    ; en Una palabra, que ejercitase el entendimiento y corazn de los lec--.

  • 33 LAS IDEAS LITERARIAS (r690-1826)

    La retrica que presenta Traggia bajo un nuevo aspecto frl 't d t bi n of Ios '. oSoflcpre en e arn ien o recer a osJovenes una Idea de la elocuencia ' o,.

    1 1 d' mas Cop eta que a e una simple y seca lista de definiciones y nombre d Il},L ". d sefl~hras. a retonca se Impregna e las ideas filosficas del siglo qu di o'"li , e lVUJ.ap ea. En este caso se mcluyen observaciones sobre el apr di . ga}'di de los sen+; en z

  • 332 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    333

    nalmente de las poticas. Y otro tanto suceder con la potiresponda a la realidad literaria contempornea y deba dar ea, qUe nocuenta dneros nuevos hasta entonces no considerados por la po 'ti' e gE... e ea das' .como la comedia en prosa. Estos desplazamientos conceptual lClSta,la base de la paralela especializacin o especificacin de laelis.estn en

    d ,. " d d terah._como eposrto urutano e to os estos tipos discursivos qu ti' ~..",f . alid d e enenICCIOn a su rasgo comn. en la

    3

    LA REPRESENTACIN DE LA REALIDADEN LA LITERATURA

    teamOS de qu manera el siglo XVIII interpreta cmo la literatura se'tih_rcaa la realidad y cmo esta se constituye en materia literaria nos lleva

    'tab1emente a hablar del concepto clsico de imitacin, clave en lara de la potica occidental desde Aristteles. El Siglo de las Lucesgi a una visin de la poesa sustentada en la imitacin de la natu-entendida esta en sentido amplio como realidad fsica y mental, y

    .-DSJlalda la poesa desde presupuestos cartesianos como una imitacin da, en la que el poeta imita la realidad, pero la perfecciona y la

    ra. Ya desde los primeros estadios del XVIII tericos franceses comoPiles, Fenelon, La Motte, Batteux, incluso el pintor y terico alemn

    Mengs, publicado por Nicols de Azara en 1797, asumiran un_ort:ante cambio cualitativo en el concepto clsico de imitacin al pre-

    una naturaleza escogida y corregida segn un ideal bello.En el panorama espaol el concepto de imitacin atraves todo el

    iento dieciochesco sobre la literatura y se multiplic en las defini- de la poesa con las que comenzaban la mayora de los tratados deea, que acept de forma generalizada la idea de la imitacin de laeza. Aunque todava se sigui repitiendo el tpico aristotlico de

    la' .mutacin era algo connatural al hombre y se abundara en la cues-de si se haba de entender como imitacin de acciones humanas o de~eza, se tendi a la defensa de esta ltima, de ms amplio alcan-

    naturaleza imitable abarcaba no solo la realidad fsica, el mundo~~' presente o pasado, sino tambin el mundo de los sentimientos,1 eas, de la imaginacin. As 10 puso claramente de manifiesto el7u1soEsteban de Arteaga, el mximo teorizador espaol de la

    ~ re la imitacin y la belleza ideal, cuando reconoci en sus In-llCiones filosficas sobre la belleza ideal (1789) que todo es suscepti-

  • 334 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    ble de imitacin y que la naturaleza imitable abarcaba el .d 1 . conJuntseres e uruverso: causas, efectos, sustancias, accidentes cue o de

    .tu A . d ah ' ' rpos y es 'n s. partir e optara por una imitacin selectiva que . pr,de la percepcin sensible de la naturaleza llevara a la ldeali '. ~artIendo

    . . ' zaclOn.Con antenondad a estos planteamientos en la prime .. ,ra mItad d

    XVIII Ignacio de Luzn sigui muy de cerca la definiclo'n el, anstotlicapoesla cuando la defina como imitacion de la Naturaleza 1 U . de. mo ~sal y en lo Particular, hecha con versos para utilidad o para di. er-

    .' e elte de lohombres, o para uno y otro Juntamente (Potica 1737) All . di s. . . . , . ,. se 10 nabhacia la llamada imitacin universal- y defenda este perfeccion . aid ali ., d 1 alid d amlentoo 1 e zacion e a re a al sostener que el poeta deba perf .eCClOnarla

    naturaleza, representndola en todas sus acciones costumbres fi' ya ectos

    aunque, eso s, con la correspondiente cautela ante los excesos i . .', magtnatt-vos que contraveruan los preceptos de la verosimilitud.

    . En la ~as~ d~ ~od~s ~s~as observaciones se hallaba la distincin plat-ruca entre irmtacin icastica, referida a la copia fiel de la realidad sensi-ble, e imitacin fantstica, reflejo no fiel de la realidad a travs del pris-ma del autor. A esta se sumaba la diferenciacin aristotlica entre laimitacin propia de la poesa, de carcter general, y la de la historia, cen-trada en lo particular, hasta el punto de que el XVIII aproxima la imita-cin particular a la denominada icstica y la imitacin universal a la fan-tstica. Las clasificaciones que encontramos tanto en Luzn como enBurriel, Dez Gonzlez o Arteaga, son claramente deudoras de esta tra-dicin potica. El jesuita Antonio Burriel, por ejemplo, hermano delhistoriador Andrs Marcos Burriel (1719-1762), escribi para la ense-anza un Compendio del Arte Potica (1757) basado en los autores clsi-cos, y habl de cuatro formas de imitar la naturaleza: icstica-particular,icstica-universal, fantstica-particular y fantstica-universal. Y otrotanto se puede decir de Dez Gonzlez, para quien la poesa imitaba lasacciones humanas en universal y en particular, o del mencionado Artea-ga, que acept tambin la distincin platnica, aunque la matiz al con-siderar que la imitacin ideal no era producto innato del artista, sino queproceda de la percepcin sensible, siguiendo los dictmentes de la ftlo-sofa sensista.

    Efectivamente, Arteaga, conocedor de las corrientes fllosftcas euro-peas, del empirismo de Locke y de los escritos sobre esttica de Wincke~-mann, Mengs, Azara, Diderot, Crousaz o el padre Andr estaba mas

    , lasinteresado en los efectos que en las causas de lo bello. La belleza en

    LA REPRESENTACIN DE LA REALIDAD EN LA LITERATURA 335

    . itativas no resida para l tanto en la n~turale~ objeto de imita-JYl n la representacin que de ella haca el artista, y en el efecto,corno e Yd 1 ., en o idea que era capaz de producir en el receptor. e a rrusrnaag ue el idealista deba inspirarse en la ~aturaleza para ,formar suera q tal tambin el naturalista necesanamente se habla de valerlo men , fe al construccin artstica (~ 3 1). En el terreno espec ica-lo de en su . 1

    ,. la belleza ideal consista para Arteaga en perfeccionar ate poetlCO, . A

    . itndola con el metro o verso, que es su instrumento. c-eza irn ialm l .bres sentencia y diccin, espeCl ente esta tima, sonnes costum , ..' i ales objetos de imitacin y se ven sometidos a un proceso se-

    Pnnc p d del mxi . 'd t tarte del poeta a la bsque a e maximo interes, e pro o l-. porp .,.

    d rfeccin o de vicio en la presentacion de los personajes, de sen-epe . dEl 'das fuera de 10 comn, de estilo armonioso y varl~ o. n a. mas

    d orientacin clasicista, apoyndose en la autondad horaciana,taa al. ,Arteaga la nica especie de ideal que debe hallarse en cu ~Ul~r ge-de poesa es la de la diccin, que e,s~o que suste~ta su es~ec~clda~.

    Aunque esta pequea obra de estenca fue acogida con indiferenciasu publicacin y no se lleg a traducir al i~ali~n.o ni a ninguna otra

    en la teora literaria finisecular y de pnnClpIOs del XIX veremos.adas estas ideas en otros muchos autores que gozaron de gran reper-

    n acadmica. Es el caso del poeta, periodista y terico Franciscochez Barbero (1764-1819), que seleccion y resumi algunas de lasde Arteaga y del filsofo italiano Gaetano Filangieri, discpulo de, en el apndice sobre lo bello y el gusto con el que cierra sus Prin-

    'S de Retrica y Potica (1805). Tambin en el enfoque clasicista delliotecario, traductor, acadmico y escritor Agustn Garca de Arrieta1775-1735) apreciaremos esta misma preferencia hacia la imitacinrsal, cuando difunda en los crculos intelectuales y acadmicos es-les a finales del XVIII las ideas de Batteux. No obstante, a pesar deprolongaciones clasicistas, en los ltimos estadios del siglo XVIII

    mos a un cambio importante en el concepto clsico de imitacin,do la realidad social contempornea se empieza a imponer en los. La progresiva atencin a 10 cotidiano en los textos periodsticos y.os, los efectos de las transformaciones econmicas y sociales, lartancia de la experiencia como va de conocimiento, la influencia

    etnPtismo y del sensismo, que traslada la liberalizacin cientfica alo de la esttica, o la creciente valoracin de la originalidad, sernos determinantes en esta transformacin.

  • LAS IDEAS LITERARIAS (r690-r826)

    Arteaga, defensor de la belleza ideal, ya haba recono idd clolaniencra e que el poeta se ajustara a la naturaleza real cu d cOIl\'e..d 1 an o estmo e os aceptables, pero ser sobre todo Jos Luis M '. a Off&-:_

    1 ' d d unarnz q. -.e peno o e entre siglos, difunda en su traduccin de 1 L . Utell, e.t!. R ,. BIas ecezona etonea y elias Letras de Blair esta idea que exte ders essob,.t11, 'n eran todosos que, a raz de su publicacin, sintetizaron compend. aque,

    afi ' w~~.o par rasearon sus pginas. Jovellanos que ya conoc 1 'Plaron. , , la e texto d B .antes de la traduccIOn de Munrriz admita en las L. e lair

    ,.. . , ecczonesde Re!' .Poetzca incluidss en su Curso de humanidades castellanas (1 ) oruay

    1 C'. ., d 794 ,que auque a llCCIOn po la tener gran parte en muchas comp .. 'n,h OSIClones h brmuc os temas que podan ser propios de la poesa sin ser f .d ' a la

    1 d .., d bi ingi os, COrna escnpcion e o jetos reales, de sentimientos verdad ofe ali eras, etc. Esten oque re sta de la creacin artstica que tanto peso h b d . e1 . . , a la a qUlridoen e racIOnalismo caracterstico de la esttica neoclsica ern b

    1 , peza a a va'orarse de otro modo.

    LA VEROSIMILITUD Y LOS LMITES DE LA FICCIN

    Estre.c,hamente vinc.~ado al concepto de imitacin, el de ficcin aparecitambin en las defiruclones de lo potico y de su relacin con la realidad. YaFeijoo trat del tema en el debate sobre si la ficcin era un constitutivoesencial de la poesa. En sus Cartas eruditas y curiosas (1742_1760) se pro-nunci al respecto mostrndose partidario de quienes consideraban la fic-=: com~ accidental en la poesa, defendiendo en su lugar el entusiasmo, elestilo sublime y la versificacin. Para Feijoo, ms que la ficcin, la esenciade la poesa se basaba desde el punto de vista creativo en el entusiasmo, enuna especie de inspiracin o imaginacin inflamada con el llamado furordivino, por lo que su efecto vena determinado por un lenguaje elevado, delocuciones y figuras enrgicas, grandiosas y brillantes. Estas voces que pa-saron por alto la idea generalizada de que la ficcin era un constitutivoesencial de la poesa contrastaron con afirmaciones tan asentadas comolas de Batteux, que hiz de la imitacin, como hemos visto, el funda-mento de todo arte. En su Tratado de las Bellas Artes desarrollaba la ideade que todas las artes eran, por su naturaleza artificial, entes fingi~~S,

    . d .. d dI cloncopla os e muta os e os verdaderos, de tal manera que era la imItael verdadero fundamento de las mismas, en contraposicin a la naturale-za. La ficcin resultaba, pues, equivalente a la imitacin artificial.

    337LA REPRESENTACIN DE LA REALIDAD EN LA LITERATURA

    b go los matices conceptuales del trmino ficcin con-emar, 1 . BttiD afirmaciones que parecen contraponerse a o a~tenor. a e~n Blair y los autores anteriores-, a pesar de considerar la verosi-o incipio fundamental del arte bello, admiti, al lado de 10dcomo pn A

    tu ibl 10 verdadero real como materia de las artes. esteero pOSI e, G ' de Arrio su traductor y adaptador espaol, Agust~ arcia e n~ta,, 1don de fino-ir era un talento esencial al poeta, preClsa-. co que e 0- 1 f .,

    id d de hermosear su obieto, pero a ICCIOnno eraor su necesi a J ~Ja que los objetos imitados podan no tener necesl~ad de ser'Yd (Tratado de las Bellas Artes). Por tanto, la poeSla era unao~~ ~.

    . ., fiel o perfeccionada de la naturaleza, y es en este timo casotaClOn . . . , D L e eraldo articipaba en ella la ficcin o la ImagmaCIOn. e rorma g n

    dPd ir que en la ltima dcada del XVIII los traductores-adapta-pue e eci .. idIr teratura espaola de las obras de Batteux y Blair mCI en en unsaal .. '1

    tivismo de la ficcin en el ejercicio potico que antICIpara os proce-identificativos romnticos. ,Paralela a esta concepcin fundamentalmente imitativa de la poesla,extraa que sea la verosimilitud uno de los requisi~os fundamentales dereceptiva y de la crtica literaria del siglo. La realidad presentada en ~atura era aceptada solo si resultaba creble en el marco de los condi-tes externos de la propia realidad representada, pero sobre todo con

    .n al aspecto temtico, estructural y lingstico de los textos.Desde esta perspectiva estrictamente imitativa se ha destacado mu-veces el carcter realista de la teora neoclsica, aunque en modo al-o implicara una desatencin a 10 imaginativo y 10 fantstico. De nue-LUzn, que haba escrito en su Potica que la regla ms importa.nte era

    fijar atentamente la vista en la naturaleza, imitarla en todo y segUir pun-tGalmente sus huellas, diferenci entre las leyes del entendimiento y las

    la fantasa, y dej claro que 10 que poda ser inverosmil para el prime-10, poda no serlo si se juzgaba con los ojos de la fantasa. Por eso, ha-blando de las imgenes fantsticas o artificiales, sostuvo que eran falsasPIra el entendimiento si se consideraban literalmente, pero verdaderas o~osmiles para la fantasa. Luzn insisti en el concepto de verosimili-tud y 10 explic relacionndolo con la opinin que tenemos de las cosas,

    Illanera que, con independencia de la verdad o falsedad objetiva de losOs, la verosimilitud dependa solo de la opinin que se tuviera de

    mismos. El hecho de que existieran poetas que deleitaban con imgenesas increbles e inverosmiles, como suceda con Ariosto u otros auto-

  • 338 LAS IDEAS LITERARIAS (1690-1826)

    res d~ los libros de caballeras, poda hacer que la verosimilitudesencial en la construccin potica. Esto le llev a asum 1 .no fUera

    hici M . ir a dlSf .que iciera uraton entre dos tipos de verosimilitud 1 lnClnvul 1 . a popula

    go y a noble o de los doctos. De ah la necesaria distln ., r o de}al d 1

    cion enatur e~a e as.~osas y la opinin que tenemos de las mismas. ntre la

    Luzan asurruo al respecto la recomendacin aristot li ddeb ecaequpoetas eban anteponer lo verosmil y creble lo aceptad e los. . ' o por todos

    misma verdad, entendiendo esta ltima como la verdad hi t . ' a laf ,. lS onca o ct ica. La razon de ello estnbaba en que si el fin del poet len-. a era enseaaprovechar deleitando, resultaba ms apropiada a este intent 1 . r y

    1 d L. o a pnmera

    que a segun a. o Importante era que lo representado conco d. ., d 1 r ara ConlaopmlOn e os receptores, aunque estos estuvieran equivocad. .. 1 di ' os y suscreencias no sIguIeran os ctamenes de la razn o no se corres dipon leranexactamente con la realidad, porque la verdad o falsedad de-d'L' ~~ecia uzan- pende del ser y naturaleza de la misma cosa p

    . ili. d . ' ero suverosim tu o inverosimilitud, su credibilidad o incredibilidad endd

    .. , ' p ee nuestra oplllion.

    La teora del clasicismo no niega en modo alguno la imaginacin, so-bre la que ya se establecieron lmites en la poca clsica, pero se entendims como bsqueda y hallazgo en el sentido de la inventio retrica quecomo creacin ex nihilo. En el mencionado Tratado de las Bellas Letras deBatteux se desarrolla en sus pginas iniciales la idea de que todas las pro-ducciones del espritu humano llevan la marca de un modelo y que lascreaciones monstruosas se producen porque el ingenio caprichoso no siguelos lmites prescritos por la propia naturaleza. Su funcin consiste no enimaginar 10 que puede ser, sino en hallar lo que es. Inventar en las artes noes dar el ser a un objeto, es reconocerle donde existe y como es en s.

    Para la filosofa ilustrada los conceptos de verdad y belleza y los derazn y naturaleza estn estrechamente relacionados. La conexin entreverdad, belleza y bondad fue establecida por Boileau en el Trait de Pas:sions y en la Optique, y de ah se difundi por Europa a travs de la eS-cuela alemana (Leibniz, Wolf, Baumgarten ... ). La verdad, sea la real yexistente o la posible y verosmil, y la belleza, igual que la razn y la na~-raleza, son expresiones diferentes de la misma cosa, ya que, como asurnr

    r el pensamiento literario de la poca, no es posible llegar a la beJ1~sino por el camino de la verdad. De este modo, en el XVIII el criterio de laverosimilitud se convierte en referente imprescindible en la valoracin delas obras literarias, y aunque se extiende a todos los gneros, tantO deS-

    LA REPRESENTACIN DE LA REALIDAD EN LA LITERATURA 339

    , como desde la prctica de la crtica literaria se observan dife-t teOna ,. ,P u aplicacin. De hecho como ya habla destacado Anstoteles,as en s 'e los gneros pico y lrico son ms permisivos en la acepta-

    otras qu d ,. incid h ' 1 fid1 ar

    avilloso el gnero ramtico mci e muc o mas en a 1 e-.6 de o m' . . .. 0d a la realidad extraliteraria, condicionado por las circunstancias deJjda tacin como tambin veremos ms adelante.represen, . . ' . ' . .

    se Suma la responsabilidad del teonco, del crtico o delmte-A esto .. .al ilustrado como orientador o mediador del proceso literario, preo-

    tectUd

    or los efectos de la literatura en los receptores. El gnero teatralCIlrn:v~lesco fueron los que centraron la ~ayor parte de las polmicas ykon objeto de una crtica ms pormenonzada, sobre todo por la~ con-

    encas morales que poda tener en los receptores tanto una pmtura:asiado fiel de las costumbres, con .sus virtudes y sus vicios, como. una.. n demasiado idealizada de la realidad que creara falsas expectatIvas.

    YJSl Junto a este concepto de imitacin, entendida en ta~to vinc~ac.inentre literatura y realidad, hay que considerar el otro sentido de la ImIta-cin, como retractatio retrica. La preocupacin por establecer en qumedida la realidad extraliteraria se configuraba en la literatura y por dilu-cidar cules eran sus lmites conllevaba de manera implcita la reflexinaadida sobre las relaciones de la literatura con la propia literatura, quealcanz una importancia nuclear en el XVIII.

  • 4LAS IDEAS SOBRE EL PROCESO CREADOR

    .NBellOe los inicios de la teora literaria, la insistencia en las condicioneses del artfice, fundamentalmente del orador y del poeta, ha sido

    constante en todas las pocas, aun en aquellas en que ms import