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III ENCUENTROS INTERNACIONALES DEL MEDITERRÁNEO MINERÍA Y METALURGIA EN EL MEDITERRÁNEO Y SU PERIFERIA OCEÁNICA Universidad Popular de Mazarrón Ayuntamiento de MAZARRÓN

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III ENCUENTROS INTERNACIONALES DEL MEDITERRÁNEO

MINERÍA Y METALURGIA

EN EL MEDITERRÁNEO Y SU PERIFERIA OCEÁNICA

Universidad Popular de Mazarrón Ayuntamiento de MAZARRÓN

PHICARIAIII Encuentros Internacionales del Mediterráneo.Minería y metalurgia en el Mediterráneo y su periferia oceánica.

© de los textos y las imágenes:Sus autores.

© de esta edición:Universidad Popular de Mazarrón.Concejalía de Cultura.

COORDINACIÓNJosé María López Ballesta.

COMITÉ CIENTÍFICOSebastián F. Ramallo Asensio.María Milagros Ros Sala.Concepción Blasco Bosqued.Salvador Rovira Llorens.José Ignacio Manteca Martínez.Marcus H. Hermanns.

PORTADAMuher.

IMPRIMEI.G. Novoarte, S.L.

ISBN: 978-84-606-6347-8

Depósito Legal: MU-246-2015

Impreso en España / Printed in Spain

ÍNDICE

LA RECUPERACIÓN PATRIMONIAL DE LA ACTIVIDAD MINERA: LA PUESTA EN VALOR DE LAS MINAS DE ALMADÉN (CIUDADREAL).Luis Mansilla Plaza ......................................................................................................................................................................... 17

MINERÍA Y METALURGIA DEL COBRE ENTRE LAS COMUNIDADES ARGÁRICAS. LA APORTACIÓN DEL POBLADO DEPEÑALOSA.Francisco Contreras Cortés y Auxilio Moreno Onorato ................................................................................................................... 37

OBJETOS DE ADORNO EN METALES PRECIOSOS EN LA CERDEÑA PREHISTÓRICA.Claudia Pau .................................................................................................................................................................................... 57

ARQUEOMINERÍA EN LAS SIERRAS DE TOTANA.Jesús Bellón Aguilera ...................................................................................................................................................................... 63

MINERÍA PREHISTÓRICA DEL COBRE (3100-1550 CAL ANE) EN EL LEVANTE MURCIANO.Nicolau Escanilla Artigas y Selina Delgado-Raack ......................................................................................................................... 77

DESDE EL MAR TIRRENO A LA PENÍNSULA IBÉRICA. EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN Y LOS DATOS PRELIMINARESSOBRE EL HIERRO, EL COBRE, EL PLOMO Y LA PLATA.Marco Benvenuti, Daniela Ferro, Luciana Drago, Cecilia Bellafiore y Elena Scarsella ................................................................ 101

LAS METALURGIAS FENICIAS EN EL MEDITERRÁNEO.Martina Renzi y Salvador Rovira Llorens ...................................................................................................................................... 113

METALURGIA EN LA CUENCA ALTA DEL RÍO SEGURA DURANTE LA EDAD DEL HIERRO. CARACTERIZACIÓN Y ESTUDIOPRELIMINAR.Susana González Reyero, Martina Renzi y Javier Sánchez-Palencia ......................................................................................... 129

EL ORO HISPANO. LA EXPLOTACIÓN ROMANA DEL ORO EN EL NOROESTE DE LA PENÍNSULA IBÉRICA.Javier Sánchez-Palencia .............................................................................................................................................................. 147

PLOMO DE BRITANNIA CAMINO A ROMA. EL SUMINISTRO DE METAL DE LA METRÓPOLI EN EL COMIENZO DEL REINADODE L. SEPTIMIUS SEVERUS.Norbert Hannel, Peter Rothenhöfer, Michael Bode y Andreas Hauptmann .................................................................................. 161

GENTES PROCEDENTES DE CAMPANIA EN LA EXPLOTACIÓN DE LAS MINAS DE CARTHAGO NOVA.Michele Stefanile ........................................................................................................................................................................... 169

COMERCIALIZACIÓN DE LOS LINGOTES DE PLOMO DE CARTHAGO NOVA EN EL PERIODO TARDORREPUBLICANO. ANÁLI-SIS ESPACIAL Y RUTAS MARÍTIMAS.Felipe Cerezo Andreo ................................................................................................................................................................... 181

UNA PERSPECTIVA SOCIAL DE LA MINERÍA CONTEMPORÁNEA EN MAZARRÓN.Pedro María Egea Bruno .............................................................................................................................................................. 209

LA DIMENSIÓN TRIPARTITA DEL PATRIMONIO MINERO-INDUSTRIAL CONTEMPORÁNEO. EJEMPLOS DESDE LA SIERRADE CARTAGENA-LA UNIÓN (MURCIA).Óscar González Vergara ............................................................................................................................................................... 229

EL PATRIMONIO INMATERIAL DE LA INDUSTRIA MINERA CONTEMPORÁNEA. EJEMPLOS MUSICALES DESDE LA SIERRAMINERA DE CARTAGENA-LA UNIÓN (MURCIA).Óscar González Vergara ............................................................................................................................................................... 255

LAS MINAS DE S’ARGENTERA: EXPLOTACIÓN DE GALENA DE ÉPOCA PRERROMANA EN IBIZA.Marcus Heinrich Hermanns .......................................................................................................................................................... 265

ESTUDIO TOPOGRÁFICO DE LA FUNDICIÓN DE LA LAGUNA EN EL ENTORNO DE GIRIBAILE (VILCHES, JAÉN).Luis María Gutiérrez Soler y Francisco Antonio Corpas Iglesias .................................................................................................. 279

ARQUEOMINERÍA EN LAS SIERRAS DE TOTANA (MURCIA)

JESÚS BELLÓN AGUILERA y CARLOS MARTÍNEZ MARTÍNEZ

ARQUEOMINERÍA EN LAS SIERRAS DE TOTANA (MURCIA)

JESÚS BELLÓN AGUILERA y CARLOS MARTÍNEZ MARTÍNEZ

Resumen: La Sierra de la Mina, en Totana, fue seleccionada para la realización de un estudio sobre arqueominería en la pe-riferia de los grandes distritos mineros del Sureste con el objetivo de documentar, caracterizar y evaluar los métodos y técnicasempleados por las formaciones sociales precapitalistas en la explotación de los georrecursos de las áreas marginales. En estetrabajo se exponen las principales conclusiones.

Palabras clave: Arqueominería, métodos, técnicas, georrecursos, periferia.

Abstract: The Sierra de la Mina, in Totana, was selected for a study on arqueominería in the periphery of large miningdistricts of the Southeast, with the aim of documenting, characterizing and evaluating the methods and techniques employed bythe precapitalist social formations in the exploitation of the resources in the marginal mining areas. In this paper we show themain conclusions.

Keywords: Archaeo-mining, methods, techniques, resources, periphery.

INTRODUCCIÓN

Como ya expusimos en el avance preliminar de este tra-bajo (MARTÍNEZ MARTÍNEZ Y BELLÓN AGUILERA,2011), el estudio de esta zona había sido planteado de maneracomplementaria en relación con los trabajos de investigaciónque, sobre la minería y metalurgia antiguas y los patrones depoblamiento prehistórico del Sureste, estábamos desarro-llando en el marco geográfico de la Región de Murcia1. Losobjetivos generales del trabajo propuesto eran, por un lado,analizar el potencial minero-metalúrgico y aprovechamientoefectivo de una zona periférica a los grandes distritos minerosdel Sureste murciano (Cartagena, Mazarrón y Águilas) y, porel otro, realizar una evaluación práctica de algunas de nues-tras hipótesis de partida referidas al principal metalotecto de-tectado por nosotros en otros yacimientosminerometalúrgicos antiguos y compuesto, básicamente, por

menas de génesis habitualmente hidrotermal y control tectó-nico. Por último, se trataba también de verificar, en la prác-tica, la necesidad de no subestimar el potencialminerometalúrgico de cualquier territorio desde parámetrosexclusivamente contemporáneos de rentabilidad o rendi-miento. En este sentido, hacíamos nuestra también la refle-xión de R. Ixer y R. Pattrick cuando señalaron que lacaracterización de un cuerpo mineral como depósito, de-pende sobre todo de su caracterización social como tal, esdecir, de su interés para el aprovechamiento individual o co-munitario (IXER y PATTRICK, 2003).

Para ello, la Sierra de la Mina ofrecía unas característicasapropiadas a nuestro objeto de estudio. En primer lugar, setrataba de una zona próxima a un entorno intensamente po-blado durante la Prehistoria Reciente, la Rambla de Lébor,donde destaca el importante yacimiento argárico de La Bas-

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1 BELLÓN AGUILERA, 2008, Dirigido por D. Pedro Aguayo de Hoyos, de la UGR, y MARTÍNEZ MARTÍNEZ, 2010, Dirigido por Dña. M. Milagros Ros Sala, dela UMU.

tida. En segundo lugar, por la presumible relación entre la to-ponimia de la zona y sus características geológicas. En tercerlugar, por su ubicación marginal respecto a las principaleszonas de explotación minera durante el S. XIX, centradas enlos distritos de Cartagena-La Unión, Mazarrón y Águilas, ysituada ya prácticamente en el límite con las Subbéticas mur-cianas; por último, por la inexistencia de trabajos de campoespecíficamente orientados a la detección, localización y ca-talogación de indicios y evidencias de carácter minerometa-lúrgico antiguos en áreas de este tipo como consecuencia delescaso interés que una zona de estas características ofrece alos investigadores ante la ausencia de explotaciones de enti-dad como las descritas en la bibliografía especializada paralos distritos mineros tradicionales. La existencia de explota-ciones modernas de principios del S. XX, detectada ya duranteel inicio de los trabajos de campo, nos ofreció, además, la po-sibilidad de proceder al análisis comparativo de los distintosmodos de explotación del territorio, aunque cabe advertir queno fuera éste el objetivo principal de nuestro trabajo.

Como señalamos entonces, la construcción de una meto-dología de trabajo depende, como es lógico, de los plantea-mientos teóricos desde los que se trabaja. En nuestro caso,nuestras referencias epistemológicas son materialistas y con-cebimos la Arqueología de manera global, es decir, como laciencia cuyo objeto de estudio son las formaciones socialesdel pasado. Por ello, los métodos y técnicas de la arqueologíase orientan fundamentalmente al análisis de los restos mate-riales de las formaciones sociales del pasado, incluyendo enesta definición cualquier evidencia física de la interacción in-dividual o colectiva en el seno de las sociedades humanas,entre las distintas sociedades humanas temporalmente con-temporáneas y entre aquellas y el medio natural en el que sedesarrollaron. El análisis arqueológico supone la obtenciónmetodológica de conjuntos de datos de procedencia diversacuya contrastación, mediante la contradicción, produce co-nocimientos de carácter histórico.

Entendemos, además, que la producción de conocimien-tos de carácter histórico dependerá, siempre, de la formula-ción adecuada de aquellas cuestiones cuya respuestaqueremos adquirir y que, para ello, es imprescindible que lareflexión sobre el punto de partida de la investigación incluyael reconocimiento de la especificidad histórica de la forma-ción social desde la que se propone y, como es lógico, la pro-

pia especificidad histórica de las formaciones sociales sobrelas que se propone. De este modo, introducimos en el mismoproceso de investigación la realidad histórica de las mismas,sujeta siempre, como nuestra propia realidad individual y co-lectiva, a procesos dinámicos de cambio y transformacióncuya complejidad no puede ser abordada en toda su extensióndesde los presupuestos tradicionalmente estáticos de la his-toriografía tradicional. En este sentido, todas aquellas pro-puestas, hipótesis y teorías que, directa o indirectamente, sesustentan o apoyan la existencia de esencias o entidades in-dividuales o colectivas, invariables e idénticas a sí mismasdesde siempre, no pueden ser consideradas por nosotroscomo un presupuesto válido de partida.

De acuerdo con estos presupuestos teóricos, la metodo-logía empleada para la realización del estudio no podía serotra que la prospección intensiva del terreno, y ello por dosmotivos: 1) porque la especificidad histórica de las forma-ciones sociales implica, necesariamente, la especificidad delos modelos productivos respectivos, y 2) porque el plantea-miento habitual de trabajos de prospección selectiva exclu-sivamente sobre aquellas zonas o áreas territoriales para lasque existen referencias a labores extractivas durante el S.XIX puede hacer invisibles los modelos de explotación anti-guos, pudiendo también proporcionar, por el contrario, con-juntos de conocimientos de rangos diferenciados quedeberían ser analizados más desde una perspectiva de con-currencia en la explotación de los georrecursos disponiblesen un entorno geográfico determinado, que desde una pers-pectiva supuestamente evolutiva de las estrategias producti-vas, que es lo que suele suceder en este tipo de estudios.

Para el desarrollo de este estudio hemos utilizado tam-bién todos los recursos habitualmente disponibles para estetipo de trabajos y que suelen ser recurrentemente menciona-dos en la bibliografía especializada desde el inicio de las pu-blicaciones científicas sobre la materia2, hasta la actualidad3:mapas geológicos, topográficos y metalogénicos, ortofoto-mapas de 1945, 1956, 1981 y 2009, Carta Arqueológica dela Región de Murcia, fuentes documentales en archivos y bi-bliotecas (especialmente para la identificación de las laboresmineras del S. XIX) y un importante corpus de bibliografíaespecializada que, por razones fundamentalmente de espacio,no podemos referenciar aquí.

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ARQUEOMINERÍA EN LAS SIERRAS DE TOTANA (MURCIA)

2 Que, además de trabajos generales como los de R. J. Forbes (FORBES, 1966), R. F. Tylecote (TYLECOTE, 1976) o J. F. Healy (HEALY, 1993), en nuestro país deben fe-charse a partir de los años ’60 del siglo pasado, como expliqué en otra ocasión (BELLÓN AGUILERA, 2006), destacando los trabajos y síntesis de A. Blanco, en colaboracióncon J. M. Luzón (BLANCO y LUZÓN, 1969) o B. Rothenberg, (BLANCO y ROTHENBERG, 1981) y C. Domergue (DOMERGUE, 1967, 1987 y 1990), entre otros.3 En los últimos años se han incrementado las publicaciones especializadas en la materia, entre las que destacamos los trabajos de C. Fernández (FERNÁNDEZOCHOA, et al., 2002), I. Montero (MONTERO, 1999), J. García (GARCÍA ROMERO, 2002), F. J. Sánchez-Palencia (SÁNCHEZ PALENCIA, et al., 2003) o J. A.Antolinos en Murcia (ANTOLINOS MARÍN, 2005), y los más recientes de J. A. Fernández (FERNÁNDEZ-TRESGUERRES, 2010) o L. Arboledas (ARBOLEDASMARTÍNEZ, 2010), entre muchos otros.

RESULTADOS

Las Sierras de la Mina y Rincón de Yéchar se hallan ubi-cadas en la vertiente meridional de Sierra Espuña, repartidasentre los términos municipales de Aledo y Totana. La clima-tología actual de la zona es la típica del Sureste de la Penín-sula Ibérica: los especialistas suelen destacar la 2 Que,además de trabajos generales como los de R. J. Forbes (FOR-BES, 1966), R. F. Tylecote (TYLECOTE, 1976) o J. F. Healy(HEALY, 1993), en nuestro país deben fecharse a partir delos años ’60 del siglo pasado, como expliqué en otra ocasión(BELLÓN AGUILERA, 2006), destacando los trabajos ysíntesis de A. Blanco, en colaboración con J. M. Luzón(BLANCO y LUZÓN, 1969) o B. Rothenberg, (BLANCO yROTHENBERG, 1981) y C. Domergue (DOMERGUE,1967, 1987 y 1990), entre otros. 3 En los últimos años se hanincrementado las publicaciones especializadas en la materia,entre las que destacamos los trabajos de C. Fernández (FER-NÁNDEZ OCHOA, et al., 2002), I. Montero (MONTERO,1999), J. García (GARCÍA ROMERO, 2002), F. J. Sánchez-Palencia (SÁNCHEZ PALENCIA, et al., 2003) o J. A. An-tolinos en Murcia (ANTOLINOS MARÍN, 2005), y los másrecientes de J. A. Fernández (FERNÁNDEZ-TRESGUE-RRES, 2010) o L. Arboledas (ARBOLEDAS MARTÍNEZ,2010), entre muchos otros. escasez e irregularidad de las llu-vias, las temperaturas medias de 18,1º y la elevada oscilacióntérmica (GONZÁLEZ ORTIZ, 1999). Las precipitacionessuelen adquirir caracteres torrenciales cuya capacidad trans-formadora debe ser adecuadamente valorada por los técnicosa la hora de planificar y desarrollar los trabajos de campo(BURILLO MOZOTA, 1991).

Geomorfológicamente, el paisaje se caracteriza por re-lieves kársticos con niveles de abarrancamiento en las laderasy abundante meteorización en las cumbres. La flora actual,derivada de las repoblaciones decimonónicas, es la típica deun clima mediterráneo en degradación, predominando el pinocarrasco sobre un sotobosque compuesto por matorrales aro-máticos de romeros y tomillos, junto a espartos, espinos yenebros (CONESA GARCÍA, 2006).

Desde el punto de vista geológico, este sector de SierraEspuña aparece situado en las inmediaciones de una complejazona de contacto entre los Complejos Maláguide y Alpujá-rride (ALDAYA, et. al., 1982), en la que destaca un impor-tante cabalgamiento entre las unidades béticas del ComplejoAlpujárride, Los Molinos, Los Guillermos y La Santa-Yéchar,junto a otra zona de contacto discordante entre las unidadesbéticas y las series sedimentarias post-mantos del cuaternariodel Valle del Guadalentín (KAMPSCHUUR, et al., 1972). Launidad de Los Guillermos está compuesta, de techo a muro,por las formaciones de Las Huertas y de Las Grullas; la for-mación de las Grullas se compone principalmente de pizarras

rojizas, púrpuras y verdes en series alternantes con cuarcitasde color grisáceo, verdoso y blanco. Las pizarras suelen con-tener numerosas venas de cuarzo. La zona inferior de esta for-mación está en contacto con las rocas de la Unidad de LosMolinos, mientras que la superior lo está con las de la Unidadde las Huertas. Hay que añadir, además, que la formación estálocalmente cubierta por un Klippe de rocas de la unidad deLa Santa-Yéchar. La formación de Las Huertas ofrece un pre-dominio de carbonatos dolomíticos de color gris oscuro a casinegro; las rocas son, a menudo, brechoides. La última de estasunidades es la de La Santa-Yéchar, y está compuesta, de techoa muro, por las formaciones de Yéchar y Fontanar. La forma-ción Fontanar se encuentra constituida por argilitas rojo púr-pura, marrón rojizo y verde, por pizarras rojizas y verdes, ypor areniscas y cuarcitas que son principalmente marrón ro-jizo y también gris verdoso y blanco. También aparecen con-glomerados con dos variedades: una roja, rica en cuarzoblanco, sílex negro, cuarcita parduzca y cantos de jaspe, y unavariedad grisácea rica en carbonatos. Finalmente, la forma-ción Yéchar está compuesta por carbonatos gris oscuro o casinegros. En la base de estos carbonatos aparecen calizas enfinos estratos. A menudo son muy brechoides y, esporádica-mente, aparecen concreciones de sílex marrón claro en laparte inferior. (EGELER, et al., 1981).

Los datos metalogenéticos de esta zona muestran un aflo-ramiento estratiforme en venas milimétricas sobre la Unidadde los Guillermos, donde destacan como principales minera-les la fluorita, galena, cerusita, barita, cuarzo, dolomita y cal-cita, y, como minerales accesorios covellina, pirita, blenda,anglesita y yeso (MACIAS y MOLINA, 1975).

El objetivo principal de la prospección intensiva era lalocalización de indicios o evidencias de explotación minero-metalúrgica prehistórica e histórica del territorio, descripcióny documentación de las mismas, establecimiento de asocia-ciones cronológicas de carácter relativo y análisis compara-tivo de los resultados. Igualmente, se procedió a elaborar latopografía de aquellas minas que podrían revestir un mayorinterés para futuras investigaciones, especialmente, porquesu modesto tamaño las aleja de las explotaciones habitual-mente descritas en la bibliografía especializada, y pueden ser-vir de ejemplo para futuras investigaciones.

Si por evidencias nos referimos a la localización de restosmateriales relacionados con el laboreo minero-metalúrgicode la zona y compuestos fundamentalmente por geoformasy materiales de carácter social, por indicios nos referiremosa todos aquellos elementos -especialmente geoformas- cuyadefinición como labores requeriría un trabajo de análisis másdetallado por parte de especialistas en diversas disciplinas(geomorfología, geología, etc.) y que, por razones fundamen-talmente económicas, no hemos podido obtener aquí.

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JESÚS BELLÓN AGUILERA y CARLOS MARTÍNEZ MARTÍNEZ

En total se han localizado más de 45 puntos o elementosde interés entre indicios y evidencias; no se han incluido en losmismos la presencia de los llamados halos de alteración, dis-persos fundamentalmente por las zonas de ruptura del relievede la vertiente SO de la Sierra (acantilados rocosos, escarpes,etc.) a pesar del interés que los mismos pueden ofrecer a losinvestigadores como muestra de los métodos utilizados anti-guamente para la prospección de este tipo de zonas mineras4.

La descripción y clasificación de los datos se ha basadoen la adopción de la terminología habitual de los campos rela-cionados: Minería y Geología, ciencia esta última con la quela Arqueología ha tenido, desde su sistematización como cien-cia, una especial relación que no siempre resulta adecuada-mente reconocida. De este modo, se ha procedido a ladescripción de los hallazgos como minados o minas y trabajossuperficiales. A su vez, esta descripción inicial ha sido com-pletada mediante la descripción de los distintos tipos de traba-jos reconocidos: pozos, galerías, huecos o cámaras, calicatas,trincheras o rafas, frentes de cantera, socavones, etc., si bien

en este último caso debemos advertir que utilizaremos, siem-pre, el término socavón como una geoforma cóncava de ca-racterísticas similares a las de un abrigo o covacha y producidaartificialmente por el laboreo superficial del mineral, a dife-rencia del significado habitual del mismo en minería.

Por último, hemos resumido en este trabajo los principalesresultados obtenidos mediante los trabajos de campo, así comolas conclusiones principales, dejando el desarrollo específicoy pormenorizado de las diversas explotaciones históricas lo-calizadas para trabajos sucesivos, que van siendo publicadosen diferentes lugares (BELLÓN AGUILERA, 2013).

CONCLUSIONES

Los trabajos de prospección arqueológica han confir-mado una intensa explotación histórica de los georrecursosdel territorio. Además de los conjuntos que mencionamos eneste trabajo, se han documentado otros indicios y evidenciasantiguos, entre los que queremos destacar la existencia de

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Figura 1. Dispersión de los hallazgos y principales fallas en el área de estudio.

4 Una descripción más completa en la obra de G. Agrícola (AGRÍCOLA, 1556); vid. C. Domergue al respecto (DOMERGUE, 1989).

restos cerámicos argáricos (Bronce Medio) asociados a labo-res superficiales y calicatas que, aunque de forma contrariaa nuestras expectativas por su dispersión, escasa entidad yvolumen, confirman la determinación social hacia la explo-tación de todos los recursos minerales disponibles en el en-torno, lo que, de acuerdo con las apreciaciones de R. Ixer yR. Pattrick, que hemos expuesto al inicio, explica la existen-cia de labores menores complementarias a la prospección sis-temática del mismo (IXER y PATTRICK, Op. Cit.).

El análisis de los distintos datos aportados por los traba-jos de prospección nos permite definir un nuevo tipo de ya-cimiento compuesto por una importante dispersión defragmentos cerámicos cuya presencia debe ser asociada a laexistencia de diferentes puntos de explotación de los georre-cursos disponibles en el territorio cuya localización, como eslógico, depende en gran medida de la visibilidad de los mis-mos (compuestos en términos generales por geoformas comosocavones, frentes de cantera, galerías, etc.), una visibilidadque estará mediatizada –siempre, y como estamos advir-tiendo- por siglos de erosión o acumulación de sedimentos.En este sentido, no está de más insistir aquí de nuevo en laimportancia de comprender y valorar adecuadamente la in-cidencia de los procesos postdeposicionales, tanto geomor-fológicos como sociales, en la conformación de nuestrapercepción actual del/los yacimiento/s (BURILLO MO-ZOTA, 1991), como el principal recurso para obtener una vi-sión global de los mismos, ya que los materiales asociadospueden ser localizados diseminados en amplias franjas delterritorio en las que no existen indicios de una ocupación hu-mana estable ni restos de habitación, mientras que los ajuarescerámicos documentados suelen estar relacionados con acti-vidades de carácter aparentemente doméstico como son ladistribución y el consumo de alimentos, pero realizados, eneste caso, en el propio entorno de las explotaciones donde sedetectan, como dato significativo, menores variaciones en lostipos cerámicos localizados que en los yacimientos de carác-ter habitacional. O, al menos, esto es lo que parece indicar elhecho de que los fragmentos materiales predominantes eneste tipo de yacimientos estén compuestos básicamente porcontenedores (ánforas, tinajas, etc.) y vajilla de cocina (ollas,marmitas, cazuelas, etc.), quedando peor representadas lascerámicas orientadas al servicio de mesa (cuencos, platos,fuentes, ataifores, etc.) sin que, como es lógico, dejen de estarpresentes. En estos yacimientos extractivos, la relación entrelos restos materiales localizados y los puntos de extraccióndebe establecerse, en primer lugar, como consecuencia de laacumulación social de los estériles y escombros procedentesde las explotaciones como vacíes en el entorno inmediato delos mismos y, en segundo lugar, como producto de los pro-cesos postdeposicionales posteriores. Esto supone el recono-cimiento de la unidad productiva labores/vacíes de estériles,

cuya excavación, como se ha dicho (HUNT ORTIZ, 2005),puede aportar numerosos datos a la investigación.

Por otro lado, la evaluación de la dispersión espacial delos diferentes indicios y evidencias localizados sobre el te-rreno mediante los trabajos de prospección intensiva del te-rreno evidencia, además, la existencia de concentraciones oconjuntos de los mismos en zonas determinadas del paisaje.Este hecho está relacionado con la presumible presencia devetas mineralizadas de interés, y es precisamente lo que ge-nera los procesos de concurrencia que mencionábamos alprincipio. Pero, además, este hecho sugiere también la con-veniencia de agrupar los diversos indicios y evidencias deexplotación del territorio en unidades de explotación de ca-rácter sincrónico, independientemente de que el análisis pun-tual de las mismas demuestre la superposición de labores decronologías diferentes en un mismo entorno, generalmentedispersas en forma de calicatas y/o tomas de muestras mo-dernas o antiguas sobre trabajos anteriores.

La identificación, descripción y catalogación de las la-bores menores localizadas durante el transcurso de los traba-jos de campo nos permite afirmar que la importancia yextensión alcanzada por las labores minero metalúrgicas a lolargo de varios milenios de explotación de los georrecursoses, en términos generales, considerablemente mayor de loque habitualmente se piensa, y que la ausencia de huellas vi-sibles sobre el terreno dependerá, siempre, de las caracterís-ticas geológicas y geomorfológicas del mismo, de lanaturaleza y metalogénesis de los cuerpos minerales explo-tados, de los procesos postdeposicionales posteriores y de lapropia capacidad de los investigadores para plantear y des-arrollar los trabajos y estudios correspondientes con la me-todología apropiada.

El reconocimiento de las labores antiguas se ha enfren-tado, en términos generales, a dos importantes dificultades: enprimer lugar, a la ausencia de trabajos de investigación espe-cíficos y de detalle que describan adecuadamente las laboresmenores, completamente camufladas para su correcta identi-ficación por las importantes y, ocasionalmente, potentes, mo-dificaciones resultantes de la acción de los agentesgeomorfológicos externos sobre la roca encajante, en este casodolomías y calizas dolomíticas fuertemente diaclasadas, o bienpor actividades antrópicas posteriores orientadas al aprove-chamiento de huecos y cámaras como abrigos para ganado,refugios temporales e, incluso, viviendas de carácter troglodí-tico. En segundo lugar, por la importancia del control tectónicoen la configuración de los socavones y galerías de ataque delas labores antiguas, que aparecen así, a simple vista, comouna consecuencia más de la intensa actividad kárstica de lazona, confundiéndose y quedando completamente disimuladaso desapercibidas entre las cavidades de origen natural que,

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como es lógico, también estaban presentes en el terreno.

Además de la importancia del control tectónico en las ex-plotaciones, se ha constatado la tendencia a la explotación detodos los recursos disponibles socialmente, es decir, de todosaquellos yacimientos minerales susceptibles de laboreo deacuerdo con la tecnología disponible y los criterios de explo-tación para cada formación social, lo que, en el caso que nosocupa, incluye los yacimientos minerales de formación sedi-mentaria o por el proceso conocido como relleno de cavida-des, que adquiere una especial importancia en los ambienteskársticos (MATA PERELLÓ, 2007).

La ausencia generalizada de restos metalúrgicos asociadosa las explotaciones, exceptuando la presencia de escorias tipogacha asociadas a contextos cerámicos y constructivos con-temporáneos y que nosotros relacionamos con la presencia depequeños hornos de ensayo relacionados con las labores con-temporáneas, supone que la transformación del mineral enmetal, es decir, los procesos metalúrgicos, debieron realizarseen los lugares de destino inmediatos a las explotaciones, cuyalocalización y determinación dependerá en última instanciade la realización de trabajos de prospección específicos.

Agrupadas por conjuntos, las seis principales unidadesde explotación detectadas fueron:

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La existencia de labores superficiales del Bronce MedioArgárico permite proponer como hipótesis de trabajo paraesta cronología que pudieron existir labores extractivas enotros sectores del territorio relacionado con los yacimientosde la zona y que éstas debieron proyectarse hacia aquellaszonas en las que fueron detectados cuerpos minerales con vo-lúmenes adecuados a los requerimientos mínimos específicosde esta formación social, por ejemplo, hacia la vecina Sierrade La Tercia, en la que, tanto para verificar como para con-tradecir esta hipótesis, sería necesaria la aplicación de meto-dologías de trabajo específicas y de carácter sistemático quevayan más allá de la simple lectura de las fuentes documen-tales del S. XIX o de excursiones puntuales a dichas labores,tal y como evidencian los resultados obtenidos por nosotrosen esta zona próxima. En este sentido, han revestido un es-pecial interés la correcta identificación de diversas laboresde cronología ibérica (Cueva del Zorro, p. e.) y, sobre todo,las de cronología tardía, entre los SS. IV y V d. C., (minas

Geminada y Rincón de Yéchar II), prácticamente descono-cidas en la bibliografía especializada, y cuya invisibilidadefectiva como tales se produjo, precisamente, como conse-cuencia de la ausencia de los trabajos específicos cuya nece-sidad venimos reiterando a lo largo de estas páginas.

En lo que se refiere a la evaluación arqueológica de losconjuntos de indicios y evidencias localizados, el mapa dedispersión de hallazgos evidencia la adopción de, al menos,dos estrategias o metodologías productivas claramente dife-renciadas. De este modo, la mayoría de las explotaciones mo-dernas se ubican en la vertiente Norte de la Sierra de la Mina,en los terrenos correspondientes a la formación Fontanar dela Unidad La Santa- Yéchar, lo que supone una metodologíabasada en el conocimiento de las características geológicasy estructurales del terreno. Por el contrario, la mayoría de ex-plotaciones antiguas se sitúan en la vertiente meridional dela misma, prácticamente en los límites de las concesiones mi-neras del S. XIX y XX, y en la zona perteneciente a la for-

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mación Las Huertas de la Unidad Los Guillermos (EGELER,et al. 1981), donde la presencia de halos de alteración y filo-nes superficiales de Fe y Cu, junto al diaclasado natural delterreno y la presencia de planos de falla, huecos y cavidadesde carácter kárstico parecen haber sido los indicadores-guíapara el inicio de las labores de explotación, lo que suponeuna metodología basada, sobre todo, en el reconocimientovisual de los indicios superficiales de mineralización disper-sos en el terreno. Cabe destacar aquí que la difícil accesibi-lidad de la zona, caracterizada en muchos puntos por laexistencia de importantes desniveles, acantilados y fuertespendientes, no parece haber supuesto un obstáculo disuasoriopara la planificación y ejecución de las labores antiguas, enlas que, por otro lado, y como ya hemos avanzado no se hanlocalizado evidencias metalúrgicas.

La morfología de los elementos catalogados refuerzatambién nuestras observaciones acerca de la existencia deestas dos estrategias productivas. De este modo, las explota-

ciones modernas adoptaron técnicas racionalistas para el des-arrollo de las labores de extracción mediante la construcciónde pozos y galerías de trazados fundamentalmente rectilíneoso ligeramente curvilíneos según la dirección de los filones.La unidad y organización de las explotaciones modernas seve reforzada por un camino de herradura que, parcialmenteerosionado, unía los diferentes puntos de extracción con en-tradas y/o salidas a las Ramblas de Yéchar y de Los Molinos.

Por el contrario, en el caso de las explotaciones antiguas,además de la presencia de halos de alteración, hay que des-tacar que la propia geomorfología y estructura del terrenoparecen haber ofrecido ciertas facilidades para el plantea-miento y ejecución de las labores extractivas. En efecto, yahemos mencionado el alto grado de diaclasado de la zonadebido a la intensa actividad tectónica de este sector de laRegión de Murcia; este diaclasado, junto a los procesos ge-omorfológicos habituales en las zonas kársticas, debió ge-nerar numerosas fracturas y cavidades en lo que hemos

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Foto 1. Mina Geminada. Galerías inferiores de la cámara 2.

denominado “zonas de ruptura” de la vertiente meridionalde la Sierra de la Mina (acantilados, escarpes, etc.), cuyaconfiguración estructural fue aprovechada por las explota-ciones antiguas para la apertura de huecos y galerías queatendían, fundamentalmente, al seguimiento de los filonesprincipales, si bien tampoco hay que infravalorar aquí losefectos de los procesos de relleno de cavidades (BATE-MAN, 1982) como otro elemento importante a tener encuenta a la hora de evaluar estas labores.

Además, llama la atención el pequeño tamaño y el difi-cultoso trazado de algunas de las galerías y huecos explota-dos en la antiguedad, así como la escasa regularización delos planos de cierre y frentes de avance de los trabajos sub-terráneos… Frente a otro tipo de criterios, este hecho eviden-cia en nuestra opinión un esfuerzo consciente para minimizaresfuerzos y, por lo tanto, los costes productivos, tanto en laexploración previa del terreno como en la propia extracciónde los filones metálicos.

En cuanto a la gestión de los estériles resultantes de lasextracciones, se ha constatado el empleo de las técnicas ha-bituales, tanto mediante la deposición en terreras exteriores,siempre mayores en el caso de las minas modernas, como enel interior de las cavidades, que es donde se suelen localizarlos mayores volúmenes, acumulados para agilizar el avancede las explotaciones mediante la colmatación de galeríasabandonadas, apilación en muretes de cerramiento o conten-ción y recrecimiento de niveles de tránsito en cámaras y ga-lerías, lo que proporciona un aspecto aparentemente sucio ydesorganizado a estas explotaciones agravado por la remo-vilización de estos estériles como consecuencia de activida-des posteriores.

Carecemos de datos para evaluar correctamente las téc-nicas de ataque a las labores mineras. Si, en el caso de las la-bores contemporáneas, son evidentes las huellas de picos,punterolas y barrenado en los frentes de ataque, la ausenciade huellas evidentes en las explotaciones antiguas, junto a la

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ARQUEOMINERÍA EN LAS SIERRAS DE TOTANA (MURCIA)

Foto 2. Rincón de Yéchar II. Pozo de acceso superior.

presencia de formas redondeadas muy desgastadas por la ero-sión posterior sugiere la combinación del uso del fuego conherramientas de percusión y cincelado en el avance de las ex-plotaciones, si bien el intenso diaclasado y los procesos pos-teriores de denudación por desprendimiento de la roca noparecen haber permitido la conservación, in situ, de huellasclaras ni determinantes en este sentido. La inexistencia en losvacíes de martillos de ranura o fragmentos de los mismos,habituales en las zonas mineras antiguas, (HUNT ORTIZ,2003) no sólo confirma la inexistencia de labores de entidaden la Prehistoria Reciente, sino que refuerza también la cro-nología relativamente reciente de las labores antiguas detec-tadas (ibéricas y romanas bajoimperiales) para las quepodemos proponer ya el empleo de herramientas de hierro,parcialmente corroborado por el hallazgo de una de ellas enla llamada Cueva del Zorro.

Por último, también la escala de las explotaciones ha re-sultado un dato importante a la hora de establecer compara-ciones diacrónicas entre los modelos productivos. En estesentido, frente a la importancia, extensión y unidad de las la-bores modernas (importancia y extensión por supuesto, rela-tivas en comparación con otras zonas mineras), las laboresantiguas se sitúan sobre el terreno como explotaciones pun-tuales relativamente aisladas en el paisaje, ofreciendo unmarcado carácter individual roto tan sólo por la proximidady, en algún caso, frecuencia de las calicatas previas de explo-ración, compuestas, sobre todo, por pequeños socavones ygalerías de escaso recorrido dispersas en el entorno de dichaslabores. Este hecho sugiere, para estas explotaciones, la exis-tencia de un modelo productivo basado en un laboreo reali-zado, prácticamente, a pequeña escala y mediante lainiciativa individual, que debió orientarse, probablemente, alautoconsumo y al mercado local.

Sin embargo, resulta prematuro aventurar si, en el casode las explotaciones antiguas, esta ausencia de labores de en-tidad sugiere a su vez la ausencia de interés por parte de losdiferentes poderes por el control y explotación sistemáticade la zona, ya que el amplio espectro cronológico que ofrecenlas explotaciones antiguas (Bronce Medio, Protohistoria eHistoria Antigua) indica un aprovechamiento recurrente, perodiscontinuo, de los recursos disponibles… En cualquier caso,parece plausible proponer que la ausencia de estructuras sig-nificativas de control y dominio del territorio para las crono-logías de las explotaciones detectadas podría indicar laexistencia de una fiscalización limitada o prácticamente nulade la zona.

No quisiéramos concluir aquí sin insistir en que, en elcaso de las labores antiguas, tanto el aspecto general de lostrabajos descritos, como la escasa entidad de los mismos, ge-nera numerosas dificultades a la hora de identificar correcta-

mente las labores antiguas, lo que ha motivado que, de formasistemática, hayan sido confundidas y descritas por la mayo-ría de los arqueólogos como covachas o abrigos naturalesde habitación o enterramiento, p. e. Como es lógico, el reco-nocimiento de este tipo de labores requiere una formaciónespecífica en la que tanto unos conocimientos mínimos enGeología, como la experiencia de campo, resultan impres-cindibles para la correcta identificación de las mismas, porlo que no está de más reiterar aquí la necesidad, tanto de for-mar adecuadamente, como de exigir dicha formación a losprofesionales como única vía capaz de garantizar la eficaciay fiabilidad de los estudios sobre Patrimonio Histórico Ar-queológico y Cultural que, de forma complementaria a losEstudios de Evaluación de Impacto Ambiental, solicitan lasdiferentes Administraciones Autonómicas en el ámbito de laszonas mineras.

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