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1 El texto que sigue se publicó originalmente en Perspectivas: revista trimestral de educación comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, n os 3-4, 1993, págs. 808-821 ©UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 1999 Este documento puede ser reproducido sin cargo alguno siempre que se haga referencia a la fuente. IVAN ILLICH (1926–) Marcela Gajardo 1 La presentación de un educador como Iván Illich no es tarea fácil. Se trata, en primer lugar, de un pensador ubicado en un contexto histórico particular, como es el de los años 60. Un período caracterizado por la crítica radical al orden capitalista y a sus instituciones sociales. Entre éstas, la escuela. Se trata, además, de una personalidad compleja. Por aquellos años se decía de Iván Illich que era un hombre inteligente que gustaba de rodearse de gente inteligente y se le hacía difícil ocultar su desprecio por lo que él consideraba estupidez. Podía ser el hombre más cordial en su trato o poner brutalmente en ridículo a quienes lo interpelaban. Trabajador incansable, políglota, cosmopolita, sus ideas, ya fueran sobre la Iglesia y sus cambios, la cultura y la educación, la medicina o el transporte en las sociedades modernas, generaron controversias que acabaron transformándolo en uno de los personajes de su época. Sin embargo, el propio Illich provocaba en parte las controversias: su personalidad, su estilo, sus métodos de trabajo, la radicalidad de sus ideas. De hecho, para los educadores, Illich es el padre de la educación desescolarizada, el autor que condena de manera irreductible el sistema escolar y las escuelas caracterizándolas como una de las múltiples instituciones públicas que ejercen funciones anacrónicas que no se ajustan a la velocidad de los cambios y sólo sirven para dar estabilidad y proteger la estructura de la sociedad que las produjo. Origen y destino Ex sacerdote, Iván Illich, nacido en Viena el año l926, estudió en las Escuelas Pías desde l931 a l941. Expulsado en virtud de la aplicación de las leyes antisemitas que le afectaban por ascendencia materna, terminó sus estudios secundarios en la Universidad de Florencia para luego cursar teología y filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma y, con posterioridad, obtener un doctorado en historia en la Universidad de Salzburgo. Aunque escogido por el Vaticano para la carrera diplomática, Illich optó por el ministerio pastoral, siendo nombrado vicepárroco de una iglesia de feligresía irlandesa y puertorriqueña en Nueva York. Allí permaneció desde 1951 a 1956. En l956 abandonó Nueva York para asumir el cargo de vicerrector de la Universidad Católica de Ponce en Puerto Rico. Su interés por fortalecer la comunicación de lo que denominaba “sensibilidad intercultural” lo llevó a crear, al poco tiempo de su nombramiento, el Instituto de Comunicación Intercultural. Dicho instituto, que funcionaba sólo durante los meses de verano, se dedicaba inicialmente a la formación en español de religiosos y laicos americanos que luego trabajarían entre los puertorriqueños emigrados a las ciudades norteamericanas. Allí, si bien el aprendizaje del español consumía parte importante de las actividades del instituto, Illich insistía en que la esencia del programa consistía en desarrollar la habilidad de percibir el significado de las cosas en la gente proveniente de culturas diversas.

Illich

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  • 1El texto que sigue se public originalmente en Perspectivas: revista trimestral de educacincomparada (Pars, UNESCO: Oficina Internacional de Educacin), vol. XXIII, nos 3-4, 1993,

    pgs. 808-821UNESCO: Oficina Internacional de Educacin, 1999

    Este documento puede ser reproducido sin cargo alguno siempre que se haga referencia a la fuente.

    IVAN ILLICH(1926)

    Marcela Gajardo1

    La presentacin de un educador como Ivn Illich no es tarea fcil. Se trata, en primer lugar, de unpensador ubicado en un contexto histrico particular, como es el de los aos 60. Un perodocaracterizado por la crtica radical al orden capitalista y a sus instituciones sociales. Entre stas, laescuela.

    Se trata, adems, de una personalidad compleja. Por aquellos aos se deca de Ivn Illichque era un hombre inteligente que gustaba de rodearse de gente inteligente y se le haca difcilocultar su desprecio por lo que l consideraba estupidez. Poda ser el hombre ms cordial en sutrato o poner brutalmente en ridculo a quienes lo interpelaban. Trabajador incansable, polglota,cosmopolita, sus ideas, ya fueran sobre la Iglesia y sus cambios, la cultura y la educacin, lamedicina o el transporte en las sociedades modernas, generaron controversias que acabarontransformndolo en uno de los personajes de su poca.

    Sin embargo, el propio Illich provocaba en parte las controversias: su personalidad, suestilo, sus mtodos de trabajo, la radicalidad de sus ideas. De hecho, para los educadores, Illich es elpadre de la educacin desescolarizada, el autor que condena de manera irreductible el sistemaescolar y las escuelas caracterizndolas como una de las mltiples instituciones pblicas que ejercenfunciones anacrnicas que no se ajustan a la velocidad de los cambios y slo sirven para darestabilidad y proteger la estructura de la sociedad que las produjo.

    Origen y destino

    Ex sacerdote, Ivn Illich, nacido en Viena el ao l926, estudi en las Escuelas Pas desde l931 al941. Expulsado en virtud de la aplicacin de las leyes antisemitas que le afectaban por ascendenciamaterna, termin sus estudios secundarios en la Universidad de Florencia para luego cursar teologay filosofa en la Universidad Gregoriana de Roma y, con posterioridad, obtener un doctorado enhistoria en la Universidad de Salzburgo.

    Aunque escogido por el Vaticano para la carrera diplomtica, Illich opt por el ministeriopastoral, siendo nombrado viceprroco de una iglesia de feligresa irlandesa y puertorriquea enNueva York. All permaneci desde 1951 a 1956. En l956 abandon Nueva York para asumir elcargo de vicerrector de la Universidad Catlica de Ponce en Puerto Rico. Su inters por fortalecerla comunicacin de lo que denominaba sensibilidad intercultural lo llev a crear, al poco tiempode su nombramiento, el Instituto de Comunicacin Intercultural.

    Dicho instituto, que funcionaba slo durante los meses de verano, se dedicaba inicialmentea la formacin en espaol de religiosos y laicos americanos que luego trabajaran entre lospuertorriqueos emigrados a las ciudades norteamericanas. All, si bien el aprendizaje del espaolconsuma parte importante de las actividades del instituto, Illich insista en que la esencia delprograma consista en desarrollar la habilidad de percibir el significado de las cosas en la genteproveniente de culturas diversas.

  • 2Su relacin con la Universidad de Ponce termin en l960 a raz de un desacuerdo con elobispo de la dicesis que haba prohibido a los catlicos de su jurisdiccin votar por un candidato agobernador que se proclamaba partidario del control de la natalidad. De regreso a Nueva York,acept una ctedra como profesor de la Universidad de Fordham. Al mismo tiempo, como unaforma de continuar profundizando en el desarrollo y fortalecimiento de las relaciones interculturales,Illich fund, en l961, el Centro Intercultural de Documentacin (CIDOC) en la ciudad deCuernavaca, Mxico.

    El CIDOC se concibi con el propsito de capacitar a misioneros americanos para sutrabajo en Amrica Latina. A la larga, sin embargo, acab transformndose en un centro para-acadmico donde, adems, se ponan en prctica las ideas de Illich sobre la educacindesescolarizada.

    Desde el ao de su creacin hasta mediados de los 70, el CIDOC fue un lugar de encuentropara muchos intelectuales americanos y latinoamericanos dedicados a la reflexin sobre laeducacin y la cultura. All se impartan cursos de espaol y se organizaban talleres sobre temassociales y polticos. El Centro contaba con una biblioteca de reconocido prestigio e Illich dirigapersonalmente seminarios sobre alternativas institucionales en la sociedad tecnolgica. De esapoca datan los famosos y acalorados debates entre Paulo Freire e Ivn Illich sobre educacin,escolarizacin y concientizacin, as como los dilogos entre Illich y otros pensadores de laeducacin ocupados en la bsqueda de oportunidades educativas para transformar cada momentode la vida en un momento de aprendizaje, generalmente al margen del aparato escolar.

    De esa poca data la notoriedad de Illich. Y comienza a raz de la crtica que hace de laIglesia catlica, a la que caracteriza como una gran empresa que forma y emplea a profesionales dela fe para asegurar su propia reproduccin. Luego extrapola esta visin hacia la institucin escolar yenuncia la crtica que lo llevara, por algunos aos, a trabajar en la propuesta de una sociedaddesescolarizada. Sus opiniones acerca de la necesidad de liberar a la Iglesia de la burocracia y de ladesescolarizacin de la sociedad pronto hicieron del CIDOC un centro de controversia eclesistica,por lo que Illich seculariz el Centro en l968 y abandon su carrera sacerdotal en l969.

    En este perodo, Illich elabora lo que podra denominarse su pensamiento educativo. Dehecho, entre fines de los 60 y mediados de los 70, el autor publica sus principales obras en estecampo. Posteriormente cambia de perspectiva, pasando del anlisis de los efectos de laescolarizacin sobre la sociedad al de los problemas institucionales en las sociedades modernas.

    Hacia mediados de los 70, aunque sigue residiendo en Mxico,. Illich dirige sus escritos a lacomunidad acadmica internacional y se aleja gradualmente de Amrica Latina. Al finalizar dichadcada, Illich deja definitivamente Mxico para residir en Europa.

    La obra educativa de Illich

    CRTICA A LA ESCUELA Y DESESCOLARIZACIN DE LA SOCIEDAD

    Los escritos educativos de Ivn Illich son, por una parte, recopilaciones de artculos eintervenciones pblicas reproducidas en diversos idiomas y, por otra, sus obras sobre temas como laeducacin, la salud y los transportes, as como sobre las formas posibles de reorganizar la sociedadfutura, tambin difundidas a nivel internacional.

    Su famoso texto: La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada: en Amrica Latina abre unabismo de clases y prepara una lite y con ella el facismo (CIDOC, l968) inicia la serie de trabajosen el mbito de la educacin. En l Illich formula una violenta crtica a la escuela pblica por sucentralizacin, su burocracia interna, su rigidez y, sobre todo, por las desigualdades que encubre.Ms tarde, estas ideas iniciales sern elaboradas con mayor profundidad y publicadas en el librotitulado En Amrica Latina, para qu sirve la escuela? (l973).

  • 3Ambos escritos cristalizan en lo que se considera una de las obras ms importantes de Illich,La sociedad desescolarizada, publicada originalmente en ingls (l970) y ms tarde en espaol(l973). En esta obra, Illich trata cuatro ideas centrales que son las que impregnan su discursoeducativo en general:

    La educacin universal por medio de la escolarizacin no es viable y no lo sera ms si seintentara mediante instituciones alternativas construidas segn el modelo de las escuelas actuales;

    Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferacin de nuevasherramientas y mtodos, ni el intento por ampliar la responsabilidad de los maestros hasta queenglobe las vidas completas de sus alumnos dar por resultado la educacin universal.

    La bsqueda actual de nuevos embudos educacionales debe revertirse hacia la bsqueda desu anttesis institucional: tramas educacionales que aumenten las oportunidades de aprender,compartir, interesarse.

    No slo hay que desescolarizar las instituciones del saber, sino tambin el ethos de lasociedad.

    Ahora bien, el inters de Illich por la escuela y los procesos de escolarizacin surge a raz desu trabajo educativo en Puerto Rico y, ms especficamente, con educadores americanospreocupados por el rumbo que ven tomar a las escuelas pblicas en su pas. El propio Illichconsigna esto cuando seala, en la introduccin de La educacin desescolarizada, que debe aEverett Reimer el inters que tiene por la educacin pblica agregando que, hasta el da de l958 enque nos conocimos en Puerto Rico, jams haba puesto en duda el valor de hacer obligatoria laescuela para todos. Conjuntamente hemos llegado a percatarnos que, para la mayora de los sereshumanos, el derecho a aprender se ve restringido por la obligacin de asistir a la escuela 2.

    Escolarizacin y educacin se vuelven, desde entonces, conceptos antinmicos para elfilsofo. Pasa as a denunciar la educacin institucionalizada y la institucin escolar comoproductoras de mercancas con un determinado valor de cambio en la sociedad, donde se beneficianms quienes ya disponen de un capital cultural inicial.

    Con base en esta premisa general, Illich sostiene que el prestigio de la escuela comoproveedora de servicios educativos de calidad para la poblacin en su conjunto descansa en unaserie de mitos que define.

    EL MITO DE LOS VALORES INSTITUCIONALIZADOS

    Este mito, segn Illich, se funda en la crencia de que el proceso de escolarizacin produce algo devalor y, por consiguiente, genera una demanda. En el caso de la escuela, se asume que sta esproductora de aprendizajes y que la existencia de escuelas produce una demanda de escolaridad.Illich sostiene que la escuela ensea que el resultado de la asistencia es un aprendizaje valioso, queel valor del aprendizaje aumenta con la cantidad de informacin de entrada y que este valor puedemedirse y documentarse mediante grados y diplomas. Postula, en contraposicin, que el aprendizajees la actividad humana que menos manipulacin de terceros necesita. Que la mayor parte delaprendizaje no es consecuencia de la instruccin, sino el resultado de una participacin de loseducandos en el contexto de un entorno significativo y, sin embargo, la escuela les hace identificarsu desarrollo cognitivo personal con una programacin y manipulacin complicadas.

    EL MITO DE LA MEDICIN DE LOS VALORES

    Segn Illich, los valores institucionalidos que infunde la escuela son valores cuantificables. Pero,para l, el desarrollo personal no es mensurable con base en los patrones de la escolaridad y, unavez que las personas aceptan la idea de que los valores pueden producirse y medirse, tienden aaceptar toda clase de clasificaciones jerrquicas. Las personas que se someten a la norma de otrospara la medida de su propio desarrollo personal, escribe Illich, pronto se aplican el mismo patrn a

  • 4s mismos. Ya no es necesario ponerlos en su lugar, pues se colocan solos en sus casilleroscorrespondientes, se comprimen en el nicho que se les ha obligado a buscar y, en el curso de estemismo proceso, colocan asimismo a sus prjimos en sus lugares, hasta que todo y todos encajan3..

    LOS MITOS DE LOS VALORES ENVASADOS

    La escuela vende currculum, dice Illich, y el resultado del proceso de produccin de currculum seasemeja a cualquier otro artculo moderno de primera necesidad. El distribuidor-profesor entrega elproducto terminado al alumno-consumidor, cuyas reacciones son cuidadosamente estudiadas ytabuladas a fin de proporcionar datos para las investigaciones que servirn al modelo siguiente quepodr ser desgraduado, concebido para el alumnado, con ayudas visuales o centrado entemas.

    EL MITO DEL PROGRESO ETERNO

    Al hablar de consumo, Illich habla tambin de produccin y crecimiento. Y relaciona estos factorescon la carrera por las calificaciones, los diplomas y los certificados, ya que cuanto mayor es laproporcin de calificaciones educativas, mayores son las posibilidades de acceder a mejoresocupaciones en el mercado laboral. Este es, para Illich, un mito sobre el cual se basa en gran parteel funcionamiento de las sociedades de consumo, siendo su mantencin parte importante del juegode la regulacin permanente. Su ruptura, segn Illich, pondra en juego la supervivencia no slodel orden econmico construido sobre la coproduccin de bienes y demandas, sino tambin delorden poltico construido sobre la nacin-Estado4. Se ensea a los estudiantes-alumnos a ajustarsus deseos a los valores comercializables sin que, en este circuito de progreso eterno, puedaconducir jams a la madurez.

    Illich concluye sealando que la escuela no es la nica institucin moderna cuya finalidadprimaria es moldear la visin de la realidad en el hombre. En ello inciden otros factores que guardanrelacin con el origen social y el entorno familiar de las personas, los medios de comunicacin y lasredes informales de socializacin. Ellos son, entre otros, elementos clave en la conformacin depautas de conducta y de valores. Pero, para Illich, la escuela es la que esclaviza ms profunda ysistemticamente, puesto que slo a ella se le acredita la funcin de formar el juicio crtico, funcinque, paradjicamente, trata de cumplir haciendo que el aprender, ya sea sobre s mismo, sobre losdems o sobre la naturaleza dependa de un proceso prefabricado.

    En su estilo, polmico y provocador, Illich defiende las afirmaciones anteriores sealandoque, a su juicio, la escuela nos alcanza de manera tan ntima que ninguno puede esperar serliberado de ella mediante algo externo5. Y agrega, La escolaridad, la produccin del saber, elmarketing del saber, que es lo que constituye la escuela, lleva a la sociedad a la trampa de pensarque el saber es higinico, blanco, respetable, desorodificado, producido por las cabezas humanas yacumulado como stock. Yo no veo ninguna diferencia entre el desarrollo de estas actitudes hacia elsaber en los pases ricos o pobres. De intensidad s, est claro. A m me interesa mucho ms analizarcul es el impacto oculto de la estructura escolar sobre una sociedad; y este impacto veo que esigual o tiende a ser igual, para ser ms precisos. No importa la estructura del currculum explcito,no importa si la escuela es pblica, si existe en un Estado de monopolio de escuela pblica, o en unEstado en el que se tolera o hasta se fomentan las escuelas privadas. Es igual en pases ricos que enpases pobres y se podra describir de la manera siguiente: si en una sociedad se pretende que esteritual, que describ como escolaridad, sirva para la educacin [...] entonces los miembros de estasociedad, que establece como obligatorio el sistema escolar, aprenden que es discriminable elautodidacto, aprenden que el aprendizaje, el crecer de las capacidades cognoscitivas, requieren deun proceso de consumo de servicios traducidos en forma industrial, en forma planificada,profesional [...] Aprenden que el aprendizaje es una cosa ms que una actividad. Una cosa que

  • 5puede acumularse y medirse, y segn la posesin de la cual, se puede medir la productividad delindividuo dentro de la sociedad. O sea, su valor social...6.

    Del anterior anlisis se desprenden las estrategias que Illich propone para ladesescolarizacin de la educacin y la enseanza. Estrategias que l mismo experiment conjvenes y adultos que participaban en los talleres y actividades del CIDOC en Cuernavaca y a lascuales nos referiremos ms adelante.

    LA CONVIVENCIALIDAD

    Las obras que siguen a La sociedad desescolarizada trascienden la educacin para inscribirse enuna perspectiva ms amplia de reorganizacin de la sociedad y del trabajo en funcin de lasnecesidades humanas. Tal es el caso de La convivencialidad (l974), Energa y equidad (1974) yNmesis mdica: la expropiacin de la salud (l975).

    En los dos ltimos escritos el autor plantea que, as como la escuela deseduca, lamedicina institucionalizada ha llegado a constituirse en un grave problema para la salud. Tambinrecurre al ejemplo del transporte para ilustrar sus reflexiones sobre la expansin del progreso y elbienestar, que, particularmente en los pases industrializados, conduce al despilfarro y a ladisminucin de la capacidad de utilizacin de todo tipo de energa. Nmesis mdica y Energa yequidad dan cuenta de su pensamiento en estas materias. Con estas obras, adems, Illich se aleja dela educacin y de la escuela para proyectarse hacia el anlisis de problemas polticos einstitucionales que afectan a las sociedades modernas, altamente tecnificadas y estratificadas, a losque pueden no escapar en el futuro los pases que basan su desarrollo en el mismo modelo utilizadopor los pases industrializados.

    En la La convivencialidad, en cambio, Illich propone una teora acerca de los lmites decrecimiento de las sociedades industrializadas y plantea una nueva posibilidad de organizacin delas mismas a las que se llega, entre otros caminos, a travs de un nuevo concepto del trabajo y unadesprofesionalizacin de las relaciones sociales en las cuales la educacin y la escuela no seencuentran ausentes.

    Las instituciones convivenciales, tal como las define Illich, se caracterizan por su vocacinde servicio a la sociedad, por el uso espontneo y la participacin voluntaria en ellas de todos losmiembros de la sociedad. En este sentido, Illich denomina sociedad convivencial aqulla en que laherramienta moderna est al servicio de la persona integrada a la colectividad y no al servicio de uncuerpo de especialistas. Y agrega, convivencial es la sociedad en que el hombre controla laherramienta7.

    La existencia de una sociedad convivencial no implica la total ausencia de las institucionesa las que Illich caracteriza como manipuladoras ni que se pueda disfrutar de determinadosbienes y servicios. Lo que Illich propone es la existencia de un equilibrio entre aquellas institucionesque generan demandas que pueden ser satisfechas por ellas mismas y las instituciones que apuntan asatisfacer el desarrollo y la realizacin de las personas.

    Una sociedad convivencial, sostiene Illich, no est a favor de la desaparicin de todas lasescuelas, sino de aqullas que transforman el sistema escolar en uno que penaliza a sus desertores.Uso la escuela como un ejemplo que se repite en otros sectores del mundo industrial [] Parto deuna observacin anloga a la que hice sobre las dos formas de institucionalizar en una sociedad. Entoda sociedad hay dos formas de realizar fines especficos, como la locomocin, la comunicacinentre la gente, la salud, el aprendizaje. Uno, que llamo autnomo, y otro, que llamo heternomo.En el modo autnomo, yo me muevo. En el heternomo, se me encierra en un asiento paratransportarme. En el modo autnomo, yo me curo y t me asistes en mi parlisis y yo te asisto en tuparto [] En cada sociedad y en cada sector, la eficacia con que la meta del sector se realiza,depende de una interaccin entre el modo autnomo y el heternomo8.

  • 6Es importante destacar que Illich no ataca un sistema o un rgimen poltico determinado,sino el modo de produccin industrial y las consecuencias que ste acarrea para la humanidad. Sutesis central, en este sentido, es que existen caractersticas tcnicas en los medios de produccinque hacen imposible su control en un proceso poltico. Slo una sociedad que acepta la necesidadde escoger un techo comn a ciertas dimensiones tcnicas en sus medios de produccin tienealternativas polticas9. Sobre estas dimensiones llama la atencin de los pases en desarrollo ydesde ella formula desafos a la educacin.

    Lo anterior queda de manifiesto cuando Illich propone su tesis de la convivencialidad,donde el nfasis est puesto en un llamamiento de atencin a los pases en desarrollo sobre laconveniencia e inconveniencia de adoptar un estilo de desarrollo como el de los pasesindustrializados. En el momento en que propone sus ideas, la mayora de estos pases, y enparticular los de Amrica Latina, no han alcanzado un estadio de desarrollo como el de los pasesdesarrollados y, en la visin de Illich, stos an estn a tiempo para dar marcha atrs, redefinir losobjetivos y las prioridades del desarrollo y optar por estilos ms equitativos, participativos yabiertos a la preservacin de equilibrio natural y de las relaciones convivenciales. Si los pasespobres definen criterios de limitacin a la instrumentacin, emprendern ms fcilmente sureconstruccin social y, sobre todo, accedern directamente a un modo de produccinpostindustrial y convivencial. Los lmites que debern adoptar son del mismo orden que aqullosque las naciones industrializadas debern aceptar para sobrevivir: la convivencialidad, accesibledesde ahora a los subdesarrollados, costar un precio inaudito a los desarrollados10.

    Palabras que, escritas por Illich a mediados de los 70, se asemejan mucho a las que seutilizan en la actualidad para sealar que, a menos de diez aos del fin del siglo, los pases del Nortey del Sur, del Este y del Oeste se dan cuenta de que forman una unidad y que tienen ms cosas encomn de lo que pensaban. Los problemas del medio ambiente y los desequilibrios ecolgicosafectan por igual a unos y otros, el deterioro de la calidad de vida afecta indistintamente a los pasesdesarrollados y a los que an procuran alcanzar un desarrollo slido y estable. A todos preocupapor igual la calidad y pertinencia de los aprendizajes adquiridos dentro o fuera del aparato escolar ypara nadie es un misterio que escuela y educacin estn lejos de haberse adaptado a la velocidad delos cambios cientficos y tecnolgicos, as como a las necesidades ms inmediatas de las personasque requieren de ella para desenvolverse en el mundo actual. De hecho, la bsqueda de soluciones aestos problemas ya no est slo en manos de los pases desarrollados y en esto Illich tena mucho derazn.

    En la actualidad, los pases en desarrollo no slo forman parte de los problemas mundiales,sino que tambin estn vinculados a sus soluciones. Quizs no sea la sociedad convivencial larespuesta a estos problemas. Pero no puede dejar de reconocerse que Illich apunt a temas comostos hace casi tres dcadas. Sea por el contexto ideolgico en que estas ideas surgieron y sedesarrollaron, por la falta de un sustrato terico que las sustentara o por la propia personalidad deIllich, los temas de la desescolarizacin de la sociedad y la construccin de una sociedadconvivencial no prendieron como deban, ni se continu profundizando en una lnea de pensamientoque podra haber dado mejores frutos.

    Alternativas

    Dcadas ms tarde, decantando el pensamiento de Illich de las pasiones propias del contexto,resulta interesante constatar lo sugerentes que resultan algunos de sus planteamientos y propuestas.Los temas abordados por Illich bajo el prisma de un cambio de visin, un cambio de motivacin yun cambio entre lo que denomina como los instrumentos, la estructura y los medios materiales deproduccin, son hoy temas recurrentes cuando se alude a los avances logrados en materia cientficay tecnolgica, el desarrollo de la informtica y su impacto sobre la vida cotidiana, la privatizacin delos servicios pblicos, entre ellos la salud, la educacin, el transporte.

  • 7En trminos de estrategias, y situndonos nuevamente en el marco del momento en queIllich las formulara, ste sostena que sin excluir discusiones sobre buenas motivaciones y visionescorrectas, la discusin que se debe estimular en este momento histrico es el anlisis comunitario ypoltico de los materiales de produccin. Veo la alternativa social en una consciente limitacin de latcnica a aquellas aplicaciones que son de veras eficaces. Quiero decir, las limitaciones develocidades en los transportes que no producen ms distancias de las que superan. La limitacin delacto mdico a aquellos procedimientos que [...] no producen ms daos a la salud que beneficios.La limitacin de los instrumentos de comunicacin a aquellos tamaos que no producen pordefinicin ms ruidos que mensajes, mensaje utilizable para el acto vital que llamo conocimiento.Ahora bien, no veo para qu la institucin escuela universal, que es una institucin que se hizonecesaria hace unos ochenta aos, tiene que continuar y tiene que preocuparnos11.

    Lo que en este caso preocupa a Illich, como a otros educadores de la poca, no es laprctica pedaggica en s, sino el impacto de la escolarizacin sobre la sociedad y la forma depromover una educacin que se pregunte en qu condiciones puede florecer la curiosidad de laspersonas 12.

    A este interrogante responde argumentando que un buen sistema educacional debera tenertres objetivos. El primero, proporcionar a todos aquellos que lo deseen el acceso a recursoseducacionales disponibles en cualquier momento de sus vidas. Segundo, dotar a todos los quequieran compartir lo que saben del poder de encontrar a quienes quieran aprender de ellos y,tercero, dar a todo aquel que quiera presentar al pblico un tema de debate la oportunidad de dar aconocer sus argumentos.

    Piensa que no ms de cuatro, y posiblemente tres, tramas o redes de intercambio podrancontener todos los recursos necesarios para el aprendizaje efectivo.

    A la primera la denomina servicios de referencia de objetos educativos. Su propsito esfacilitar el acceso a cosas o procesos utilizados para el aprendizaje formal. Entre algunos ejemplosmenciona las bibliotecas, laboratorios y salas de exposicin como museos y teatros. Como tambinelementos que pueden estar en uso cotidiano en fbricas, aeropuertos y lugares pblicos, pero adisposicin de potenciales estudiantes, sea como aprendices en el lugar de trabajo, o en horas dedescanso.

    A la segunda la denomina catastro de actividades y es la que permitira a las personasestablecer una lista de sus habilidades y competencias, las condiciones segn las cuales estndispuestas a servir de modelos a otros que quieran aprender adquirirlas y las formas en que puedencomunicarse para tales efectos.

    Como tercera trama, Illich propone el servicio de bsqueda al compaero, entendidacomo una red de comunicaciones que permita a las personas describir la actividad de aprendizaje ala que desea dedicarse para as hallar un compaero junto al cual iniciar su desarrollo.

    Por ltimo, Illich propone una cuarta trama a la que denomina servicios de referenciarespecto de educadores independientes y que consiste en un catlogo que indique las direcciones ydescripciones, hechas por ellos mismos, de profesionales, paraprofesionales e independientes,juntamente con las condiciones de acceso a sus servicios. Dichos educadores pueden elegirseindagando o consultando a sus clientes anteriores.

    En la actualidad, esta propuesta educativa, si bien no ha llegado a materializarse en elsistema escolar, se utiliza bajo distintos nombres en la educacin no formal de jvenes y adultos, enla educacin permanente y en otros campos que admiten la educacin desescolarizada. Y, en laprctica, es cada vez ms frecuente or hablar de la existencia de redes formadas por quienes deseancompartir conocimientos de tipo universal, crear vnculos para el intercambio de experiencias ascomo crear y fortalecer las capacidades de desarrollo autnomo, innovar y aprender de laexperiencia acumulada.

    Si se observa alrededor existen, en la actualidad, innumerables bancos de datos, se creancada vez ms redes de investigacin e intercambio de informaciones y se utiliza, cada vez con

  • 8mayor frecuencia, la capacidad de los recursos humanos con las ms diversas competencias paraparticipar con sus conocimientos en la solucin de los grandes problemas de la humanidad.

    Paradjicamente, slo la escuela parece mantener su mismo ritual y rutina, denunciado porIllich y otros educadores de su generacin. Transformarla requerir de una verdadera revolucin,quizs generada por los cambios que se producen en el conjunto de la sociedad en los dominios dela economa, la agricultura, la energa, la informtica, la salud, las condiciones de vida y de trabajo,incluyendo aqu la superpoblacin, el desempleo, la pobreza y los beneficios que deben asociarse aellas de aspirar a un estilo de desarrollo armnico donde la supervivencia de la humanidad dependade la capacidad de creacin, libertad y pasin que en este empeo pongan todos y cada uno de susmiembros.

    A modo de conclusin

    Illich puso mucho de lo anterior en su prctica y en sus escritos. Quizs su error estuviera en hacerde la escuela el blanco de una condena absoluta. La radicalidad de su denuncia le impidi construiruna estrategia realista para aquellos educadores e investigadores que pudieran sumarse a suprotesta. Por otra parte, en sus escritos, Illich trabaj bsicamente sobre intuiciones, sin que hayamayores referencias a la experiencia acumulada en el campo de las teoras socioeducativas o delaprendizaje. Su crtica surge y se desarrolla en un vaco terico, lo que puede explicar la pocavalidez que se atribuye a su concepcin y a su propuesta educativa en la actualidad.

    De hecho, muchos acusan a Illich de ser un pensador utpico, a lo que se suma su tempranoretiro del mbito del debate educativo general. Quizs una insercin ms efectiva aadida aldesarrollo de estrategias viables para llevar a la prctica sus ideas y un referencial terico slido quelas sustentase podra haber conducido a este autor por derroteros distintos.

    Esto no obsta, sin embargo, para reconocer que Illich fue uno de los pensadores de laeducacin que contribuy a dinamizar el debate educativo de los aos 60 y sent precedentes parapensar una escuela ms atenta a las necesidades de su entorno, a la realidad de sus alumnos y alaprendizaje efectivo de contenidos educativos relevantes para la vida en sociedad. Si bien laradicalidad de su crtica no permiti aprovechar algunas ideas de validez universal, tanto para elsistema escolar como para otras instituciones de servicio pblico, es preciso reconocer que ellasinfluyeron en un considerable nmero de educadores, provocando un movimiento ms amplio porla desescolarizacin de la enseanza que trascendi el contexto histrico en que se generaran lasideas de Illich para proyectarse en polticas y programas conducentes a superar la endmica crisis delos sistemas escolares y extraescolares en general.

    Notas

    1. Marcela Gajardo (Chile). Investigadora asociada a la Facultaad Latinoamericaana de CienciasSociales (FLACSO-Chile). Actualmente, directora de la Unidad de Investigacin y de Evaluacin de laAgencia de Cooperacin Internacional (Chile). Consultora internacional para la RevistaInteramericana de Educacin de Adultos y colaboradora de la International Journal of UniversityAdult Education. Consultora para la Oficina Regional de Educacin para Amrica Latina y el Caribe(OREALC), la UNESCO, la Organizacin de Estados Americanos (OEA) y el Centrro deInvestigaciones para el Desarrollo (CRDI). Autora de varios artculos en torno a la educacin deadultos y la educacin rural en revistas especializadas. Entre sus publicaciones recientes cabemencionar: Enseanza bsica en las zonas rurales; Trabajo infantil y escuela. Las zonas rurales; Laconcientizacin en Amrica Latina: una revisin crtica; Docentes y docencia. Las zonas rurales.

    2. I. Illich, La sociedad desescolarizada, Barral Editores, Barcelona, Espaa, 1974, pg. 8.3. Ibid., pg. 59.4. Ibid. pg. 63.5. Conversando con I. Illich. En: Cuadernos de Pedagoga, Barcelona, julio-agosto de 1975, pgs. 16-

    22.

  • 96. Ibid., pg. 18.7. Ibid.8. Ibid., pgs. 19-20.9. I. Illich, La Convivencialidad, Barcelona, Barral Editores, 1974, pg. 56.10. Dossier Freire/Illich. En: Cuadernos de Pedagoga, pg.19.11. Ibid., pgs. 60-61.12. Citado en R. Darcy de Oliveira et. al., Freire/Illich. Pedagoga de los oprimidos. Opresin de la

    pedagoga.En: Cuadernos de Pedagoga, pgs., 4-15.

    Obras de Ivn Illich

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    Celebration of Awareness, Nueva York, Doubleday , 1971.En Amrica Latina, para qu sirve la escuela?, Buenos Aires, Ediciones Bsqueda, 1973.La sociedad desescolarizada, Barcelona, Barral Editores, 1974.La convivencialidad, Barcelona, Barral Editores, 1974.Energa y equidad, Barcelona, Barral Editores, 1974.Nmesis mdica: la expropiacin de la salud, Barcelona, Barral Editores, 1975.Illich, I. et al., Juicio a la escuela, Buenos Aires, Editorial Humanitas, 1974.Illich, I. et al., Educacin sin escuelas, Barcelona, Ediciones Pennsula, 1977.

    Obras sobre Ivn Illich

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