He aqu uno de los ms perfectos iconos: la "Resurreccin y el Descenso a los infiernos", pintado en el siglo XIV por un icongrafo de Pskov. El descenso a los infiernos de este icono da la impresin de un huracn que se abate sobre el abismo. La figura de Cristo es impetuosa, gil y dinmica, su color de hierro candente resplandece con una fuerza no terrestre. El Hijo de Dios, con la punta de los dedos del pie derecho, pisotea el infierno y lo destruye. Las puertas de los infiernos se han partido, sus cerraduras han sido quebrantadas y abiertas, todos los fragmentos se pueden contar en el icono y simbolizan la destructiva catstrofe que ha cado sobre el infierno. Cmo se presentan los infiernos al creyente de la antigua Rus? Son un abismo que se encuentra en los fundamentos de la tierra, cuyas puertas estn cerradas fuertemente y no permiten a nadie salir de all. Pero no son slo eso. El infierno es una bestia terrible, "hermana del demonio". El infierno es algo incomprensible y terrorfico. Cmo presentar algo as? Segn la tradicin iconogrfica, ya fijada en Bizancio, en los iconos de la "Resurreccin y el Descenso a los infiernos" se representa el infierno con una grieta simblica en la tierra, detrs de la cual se abren

lentamente los misteriosos e invisibles abismos infernales, llenos del tenebroso espacio de los infiernos. En el icono de Pskov del siglo XIV se da poco realce al espacio del infierno, como expresando que no merece ms atencin: ya ha sido pisoteado y destrudo; se representa, por tanto, con negligencia, como "una cosa ms". La figura de Cristo est encerrada en una mandorla circular. Esta mandorla, que inicialmente simboliza slo la gloria, el resplandor de la "gracia que lleva la luz", ha empezado a significar en muchos iconos un espacio especfico que "no es de este mundo", lleno de "invisibles" ngeles sin cuerpo. Muy convencionalmente, pero con inesperada credibilidad, estos ngeles "invisibles" estn representados en el icono. As, sobre el icono se representan al mismo tiempo tres espacios: el espacio que "no es de este mundo", el de los infiernos y otro espacio en el que se encuentran los justos, sacados del infierno por Cristo. Y, sobre todo ello, Cristo domina incontestable. Con su descenso a los infiernos concluye su misin salvadora. Con su pasin voluntariamente aceptada y con su dolorosa muerte en la cruz, el Hijo de Dios ha redimido el pecado original de los antepasados y lo ha quitado a sus descendientes. l ha sacado a los hombres del infierno.La composicin del icono de Pskov es perfecta. Las figuras de Cristo, Adn y Eva forman un tringulo. El manto rojo de Eva y el aleteo de la tela (el borde del manto) en los hombros de Cristo estn equilibrados por los vestidos rojos de los dos justos que aparecen a la izquierda. Casi fsicamente se percibe la fuerza, emanada del Rey de la Gloria, que rodea todo. Los espacios claros de la vestidura de Cristo ascienden a lo alto, en un torrente impetuoso, como lenguas del fuego. Delicadamente delineada, la figura de Cristo es gil, con los hombros muy estrechos, y no la impresin de fuerza fsica. Pero la composicin y el color del icono son tales que la potencia demoledora del Salvador se percibe enseguida. Esta fuerza de Cristo no es carnal; su fuerza es Divina. En otros iconos, los acontecimientos que se desarrollan en el infierno se muestran de forma msa detallada: los ngeles preceden al Seor y destruyen a las fuerzas infernales, Satanas y los demonios. Delante de la puerta destrozada, los justos esperan su liberacin. El color rojo del vestido de Cristo en la imagen de la "Resurreccin y el Descenso a los infiernos" es caracterstico de los iconos de Pskov. En los iconos procedentes de las escuelas de Mosc y Novgorod, Jesucristo lleva una tnica de color celeste y un manto azul o un manto azul con la tnica marrn, o bien su vestidura es de color ocre. El "resplandor divino" ciega cuando miras los iconos de Pskov, caracterizadas por un intenso dinamismo. Las imgenes de la "Resurreccin y Descenso a los infiernos", procedentes de otras escuelas, transmiten este acontecimiento con mucho ms delicadeza. En el icono moscovita de la escuela de Dionisij (despus de 1500), la majestuosa figura de Cristo se eleva sobre el infierno demolido. La imagen es una constatacin de la solemne victoria del Hijo de Dios sobre las fuerzas del mal, ya consumada, y est llena de una pacfica y majestuosa inspiracin. El icono est ideado de forma que hace percibir el sentido csmico del Descenso a los infiernos. A ello contribuye la ligereza de las figuras, que parecen planear en el espacio del icono. El color turquesa de la mandorla, en la que est encerrada la figura de Cristo, se contrapone a la

grieta negra del abismo; igualmente, el cielo azul a la oscuridad de los infiernos. Y sobre todo domina la cruz, smbolo del sacrificio redentor del Hijo de Dios y principio de una nueva era. El icongrafo no ha podido evitar una enseanza tica un poco ingenua. Por lo dems, en el tiempo en que se realiz este icono, tal enseanza era natural y fue acogida en serio. Las fuerzas celestes son los ngeles incorpreos, que llenan la gloria (la mandorla) que rodea a Cristo, y son enumerados por su nombre, a saber: "Vida", "Alegra", "Razn", "Sabidura", "Verdad", "Amor", "Humildad", "Felicidad", "Pureza". A ellos se oponen las fuerzas del mal, personificadas por los demonios: "Muerte", "Odio", "Irracionalidad", "Enemistad". Los demonios son traspasados por rayos que emanan del Seor, mientras el dueo y prncipe de estas fuerzas, Satans, es atado por los ngeles. Para entender mejor los iconos de la antigua Rus, compararemos la "Resurreccin y el Descenso a los infiernos" con el grabado de "Cristo en los infiernos" del gran pintor holands Peter Brueghel el Viejo (mitad del siglo XVI). Cristo, con el nimbo que recuerda una esfera, desciende a los infiernos. De las fauces abiertas del infierno, dotadas de grandes y fuertes dientes, ya no ms cerradas por las puertas destrozadas, salen los justos. Las bestias del infierno son terribles y repugnantes. Se retuercen espasmdicamente, y los sufrimientos les hacen volverse an ms abominables. Sin embargo, no se tiene la impresin de que se est produciendo un gran hecho de alcance universal. Los ngeles que cantan y tocan instrumentos musicales "llenan de gloria" la mandorla que encierra a Cristo. Pero las fuerzas celestes no combaten contra las del infierno: los demonios simplemente no estn pintados por Breughel en el espacio de los infiernos. La figura de Cristo en la mandorla es tpica. No hay impresin de fuerza y potencia en ella. Los justos han salido de las fauces del infierno, pero hacia dnde van? No hay tres espacios, ms bien slo hay uno: el del infierno, en el que se encuentra la figura de Cristo en la mandorla de gloria; tras l, el crculo infernal sigue revolcndose y lleva a los pecadores traspasados de espinas al tobogn, por el que caen a la caldera infernal. Dnde est el triunfo divino? Con toda probabilidad, con los medios del naciente arte realista y pragmtico de Europa no se pudo representar lo que slo es representable con un lenguaje de smbolos y convenciones. Los infiernos estn presentados de modo interesante. El infierno es tanto un abismo cerrado por puertas como algo terrorfico. Breughel lo ha presentado bajo forma de bestia, con unas fauces que tiene muchos dientes, ojos y pelos. Estas fauces de muchos dientes se han consolidado en el arte europeo como smbolo de la cada en el abismo infernal, como smbolo del mismo infierno y, en poca ms tarda (a partir del siglo XVI), a menudo esta simbologa fue utilizada tambin en la Rus.