Imaginarios tecnológicos en la escuela: convertir las barreras en oportunidades

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  • 8/10/2019 Imaginarios tecnolgicos en la escuela: convertir las barreras en oportunidades

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    Imaginariostecnolgicosen la escuela:convertir las barrerasen oportunidades

    El xito de los proyectos de integracin

    de las tecnologas de la informacin y la

    comunicacin (TIC) en la escuela, ya no

    depende solamente de asegurar varia-

    bles materiales como la conectividad o la

    accesibilidad, sino tambin de garantizar

    la voluntad de las personas para incorpo-

    rarlas. Diversos estudios han demostrado

    la importancia de tomar en cuenta los

    imaginarios creados en la escuela sobre

    estos (cada vez ms) dispositivos que nos

    rodean. No son pocos los casos en que las

    TIC ingresan como una impostura, lo cual

    consigue crear incertidumbre, temor e in-

    cluso rechazo entre los actores educativos,

    situacin poco conveniente para el xito

    de cualquier iniciativa.

    Muchos discursos polticos y econmicos

    de modernizacin escolar suelen presen-

    tar las tecnologas como una solucin

    independiente de los problemas reales.

    Al mismo tiempo, aspiran a resolver con

    cada nueva tecnologa todas las deficien-

    cias acumuladas en el sistema. Por ello,

    algunos sostienen que vivimos bajo un

    imperativo tecnolgico y elaboran tesis

    deterministas sobre el rol de la tecnologa

    en la educacin. Otros se perciben, ms

    bien, tecnofetichistas y prefieren una

    Julio Csar Mat eus

    Generales

    Ms all de recetasprecisas, quiero llamarla atencin sobre el rol

    que cumplen losimaginarios tecnolgicos

    en contextos deintegracin en la escuela

    inclusin a cualquier costo. Ni uno ni lo

    otro. Fracasos millonarios relacionados con

    la compra de hardwares y softwares que

    no logran resultados significativos, nos

    advierten que el asunto de fondo reside,

    ms que en el funcionamiento tcnico de

    estas soluciones, en la forma como son

    concebidas por quienes se beneficiarn de

    ellas, directa o indirectamente.

    El objetivo de todo proceso de integra-

    cin de las TIC, no olvidemos, es que

    los usuarios podamos apropiarnos de la

    tecnologa y no depender de ella. Y esto

    se logra cuando su presencia en el sistema

    adquiere un sentido compartido.

    Imaginarios en disputa

    Desde hace ms de una dcada, las actitu-

    des, creencias y percepciones de maestros,

    padres y alumnos han ganado lugar en

    la agenda de investigacin. Los expertos

    sealan que los factores subjetivos

    a los que llamamos de segundo orden

    pueden convertirse en las barreras ms

    importantes para la integracin de las TIC

    en el aula. En ese sentido, existe consenso

    en que, mientras ms nos ocupemos en

    comprender las voces de los protagonistas

    del sistema, mejor podremos colaborar en

    la conversin de esas posibles barreras en

    oportunidades.

    Las sensibilidades de los padres, alumnos

    y profesores pueden resultar contradicto-

    rias. Para la mayora de padres de familia,

    por ejemplo, la tecnologa es un requisito

    para una educacin de calidad. Por razones

    generacionales, es probable que en su

    experiencia escolar el uso de gadgets

    tecnolgicos haya sido casi nulo, pero, al

    ser testigos de la importancia que tienen

    estos en el mundo actual, demandan su

    presencia en la formacin de sus h ijos.

    Diversos trabajos con este grupo de acto-

    res relacionan la presencia de mquinas o

    dispositivos en la escuela con un factor de

    estatus, ms all de saber cmo o para

    qu se utilizan.

    Los alumnos, por otro lado, guardan un dis-

    curso ms exigente respecto al empleo de la

    tecnologa. Esto no llama la atencin, pues

    para muchos constituye su hbitat cultural,

    lo cual les confiere cierta autoridad de uso.

    A los chicos les resulta problemtico el divor-

    cio discursivo entre los fines acadmicos y

    no acadmicos de la tecnologa propuestos

    por padres y docentes. Mientras tanto,

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    varias investigaciones dejan al descubierto

    que el uso ms innovador que los alumnos

    dan a las TIC se produce precisamente en

    espacios informales. Ya sea en el consumo

    de videojuegos o en sus exploracionesa veces caticas en Internet, muchos

    perciben que el excesivo control escolar

    perjudica esa creatividad y la oportunidad

    de sacarle el jugo a cualquier aparato,

    por lo que critican el lugar que les asigna

    la escuela.

    Sin embargo, resulta tambin sugerente

    el rol simplificador que les dan a estas

    herramientas como facilitadoras de los

    aprendizajes. En el trabajo de campo que

    venimos desarrollando en Lima y Cajamar-

    ca, comprobamos cmo en el imaginario

    infantil las tecnologas son valoradas en

    tanto ahorran esfuerzo. En un ejercicio l-

    dico, en el que les pedimos inventar apara-

    tos futuristas, imaginan con fe cascos que

    piensan por ellos, robots que hacen sus

    deberes o memorias externas que alma-

    cenan la informacin que requieren para el

    examen. Esta evidencia pone otra vez

    el dedo en la llaga sobre el tipo de tareas

    y aplicaciones que venimos practicando en

    los colegios y el rol que damos en ellas a

    las TIC. Vemos nuevamente la urgencia de

    comprender sus maneras de entender las

    tecnologas en el proceso formativo.

    Profesores: entre la tecnologay la pared

    Quin en su sano juicio se negara a la

    tecnologa?. Esta pregunta esconde una

    serie de prejuicios que son la base del

    problema. Algunos de estos son sociales

    y se confunden con el sentido comn.

    Otros residen, ms bien, en las creencias

    individuales de los docentes y en sus pro-pias prcticas domsticas. Persiste la idea

    generalizada de que la tecnologa asegura

    la innovacin o el desarrollo. Sabemos que

    las tecnologas no tienen por qu resultar

    igual de tiles o necesarias para todos,

    pero la presin social se impone y g enera

    sospechas mutuas que, mal gestionadas,

    ponen en riesgo cualquier iniciativa con

    las TIC.

    Estudios con maestros en varios pases

    describen cmo en ocasiones los docentes

    enuncian su complacencia con la llegada

    de una nueva tecnologa, cuando en el

    fondo saben que les originar un serio

    problema. Desde luego, al no resultarles

    familiar ni estar al tanto de cmo pueden

    ser usadas, esta prctica suele confundirse

    con una imposicin institucional que, a

    todas luces, conducir al fracaso. Algunos,

    por temor al cuestionamiento, esconden

    pblicamente sus resistencias para no

    parecer retrgrados o ignorantes. La es-

    casa autenticidad del discurso pblico, en

    este contexto, resulta perjudicial al impedir

    la generacin de espacios de dilogo.

    Curarnos en salud

    Ms all de recetas precisas, quiero llamar

    la atencin sobre el rol que cumplen los

    imaginarios tecnolgicos en contextos de

    integracin en la escuela. La propuesta es

    Generales

    promover espacios libres de intercambio

    de ideas donde los profesores, padres y

    alumnos puedan, con la mayor apertura

    posible, intercambiar dudas y propuestas

    sobre el uso de las tecnologas.

    Es muy til, al respecto, generar y ac-

    tualizar diagnsticos sobre las distintas

    sensibilidades frente a las TIC y hacerlo

    tratando de minimizar los prejuicios de

    las partes. No perdamos de vista que para

    todos, incluso los estudiantes, la velocidad

    con que se crean e inventan tecnologas

    resulta abrumadora. Es necesario, por lo

    tanto, partir de la sensibilizacin antes

    que de la imposicin del uso de nuevos

    aparatos, pues vemos que esta termina

    dificultando la apropiacin y tergiversando

    su sentido.

    Magster en Comunicacin, especia-

    lizado en TIC y educacin. Profesor e

    investigador de la Universidad de Lima.

    Actualmente explora los imaginarios

    tecnolgicos en escuelas urbanas y

    rurales del Per, bajo el auspicio del Ins-

    tituto de Investigacin Cientfica (IDIC).

    Julio CsarMateus

    Mauricio Paredes

    Orientar, conocer,ayudar, disear,jugar, sonalgunosverbosquereflejan

    la tarea del docente promotor de lalectura, quientiene un rol pedaggico

    vital: sutrabajosupone tenerencuentalasnecesidadesylos intereses

    de los estudiantes e insertarse en proyectos creativos para animar a

    leerygenerar estrategiasque propicienel gustoyacercamientopor la

    lecturayhacer del momentolector unaexperiencia placentera

    y gratificante.

    Cmopodemos promover la lectura? Cmoconstruir

    untiempo y unespaciopara leer?Qulibros elegir?

    Qu estrategiasaplicar? Estassonlaspreguntas ms

    comunesqueseoyenentre los docentesencargados

    depromoverla lectura ensus centroseducativos. Es

    necesarioreflexionar juntos sobreestos puntos para

    encontrar algunasaccionesquepotencienlapromocin

    de la lectura. Para este efecto, transcribimos algunos

    fragmentos del artculo Consideraciones pedaggicaspara la promocin de la lectura dentro yfuera de la

    Escuela, deMoralesyotros1.

    Oscar Alberto Morales, ngel Gabriel Rincn G. y Jos Tona Romero

    Consideraciones pedaggicaspara la promocin de la lecturadentro y fuera de la escuela(Fragmentos)

    1 Revista de Teora y Didctica de las Ciencias Sociales. Mrida-Venezuela, nmero 10, enero-diciembre (2005), pp. 195-218. Agradecemos a Oscar Alberto Moralespor autorizarnos a publicar estos fragmentos. Disponible en http://www.oei.es/fomentolectura/consideraciones_pedagogicas_promocion_lectura_escuela.pdf.

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