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Imperialismo Salvaje
¿Una verdadera costumbre
Americana o fenómeno nuevo y
amenazante?
Agustín Hernán Quintanilla Rojas
Quisiera hablar en esta ocasión respecto a lo que el lingüista y filósofo del MIT Noam
Chomsky define como “Imperialismo Salvaje”. A su respecto, propongo la tesis de que, si
bien el concepto es bastante reciente, la actitud, los hábitos y la conducta misma del Estado
norteamericano que subyace a la denominación empleada por Chomsky se remontan a la
época en que EEUU se formó como nación independiente, y que se ha ido transmitiendo
como una herencia de la cosmovisión conservadora que los Padres Fundadores le dejaron al
en aquél entonces nuevo país, casi como una impronta, señal inequívoca de lo que sería
Estados Unidos de ahí en adelante.
El origen de una mala costumbre
Desde los años inmediatamente posteriores a su declaración como país independiente
Estados Unidos comenzó a dar señales de ser algo diferente, pues contaba con la dirección
y guía de un grupo de hombres brillantes, destacados y comprometidos: los llamados
Padres Fundadores. Éste mismo grupo de hombres fueron los encargados de dar curso
progresivo a la historia más temprana de Estados Unidos y sus hitos fundacionales, tales
como la Declaración de la Independencia. Ahora bien, como se puede desprender de ello,
los Padres Fundadores no eran hombres incautos o poco criteriosos que dejaran cosas al
azar, y es por lo mismo que se dedicaron a construir este nuevo país y a modelarlo según lo
que ellos consideraban correcto o “deseable”, todo lo cual aspiraba a la consecución y
obtención de un país virtuoso y prospero… Aquí es precisamente donde cobra importancia
y sentido el tema identitario que los Padres Fundadores querían dejar como una huella
imborrable: querían hacer de Estados Unidos, desde el comienzo, un imperio1.
Pero los imperios, al igual que las personas, nacen, crecen y envejecen, y lo que estos
Padres Fundadores tenían en sus manos era un “imperio-niño”, para el cual tenían grandes
planes y que él, por sí mismo, tenía grandes aspiraciones2.
1 | P á g i n a1. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 17.2. Ibídem.3. Ibíd., p. 184. Ibídem.5. Oliver Stone, W., Lionsgate, Biografía | Drama | Historia, 2008, Estados Unidos.6. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 20.7. Ibíd., pp. 20-21.8. Ibíd., página 20.
Por todo lo anterior, cual si fueran personas, los imperios crecen y se desarrollan, y por lo
mismo, pueden aprender cosas, generar hábitos y crear costumbres, algunas buenas y otras
malas. Así es como el expansionismo angloamericano, tanto territorial, como demográfico,
cultural y económico tuvo sus comienzos en el propio territorio que hoy es Estados Unidos.
Ya sea a través de la compra de terrenos, como el de la Luisiana, o de las sucesivas guerras
entre hombres blancos y pieles rojas (que más bien fueron una masacre que terminó por
exterminar a los indios americanos), el gusto por expandirse hacia otros lugares e
intervenirlos para amoldarlos al American way of living se volvió una práctica recurrente e
institucionalizada que entronca indefectiblemente en los Padres Fundadores y su visión de
Estados Unidos como “el pueblo destinado a cumplir con la voluntad de Dios”, los
encargados de ayudar y socorrer a los pobres indios3, noción que trascendió hasta nuestros
días y que fundamenta un poco el asidero ideológico subyacente al apoyo masivo con el
que han contado diversos gobiernos americanos durante la historia, que han aprobado la
intromisión en países distintos y distantes, y su sometimiento, en una especie de terrorismo
de Estado sin precedentes, de naciones ajenas y hasta indiferentes al plan ideado por
Estados Unidos para el mundo. De esta forma es como podemos entender el ascenso y
desarrollo de esta verdadera costumbre norteamericana de intervencionismo,
expansionismo y finalmente de imperialismo estadounidense.
El panorama global posterior a la Segunda Guerra Mundial
Luego de la Segunda Guerra Mundial, el futuro le sonreía a Estados Unidos. No sólo
porque se encontraba en el bando ganador, sino porque además, después de varias décadas
de cuidadosa planificación, el ideal con el que habían soñado alguna vez estos hombres
notables un día 4 de Julio de 1776 se había cumplido.
2 | P á g i n a1. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 17.2. Ibídem.3. Ibíd., p. 184. Ibídem.5. Oliver Stone, W., Lionsgate, Biografía | Drama | Historia, 2008, Estados Unidos.6. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 20.7. Ibíd., pp. 20-21.8. Ibíd., página 20.
Estados Unidos por fin había alcanzado la notoriedad y dominio hegemónico que por causa
casi divina u ontológica le pertenecía: el pueblo norteamericano se situaba en la cúspide del
desarrollo económico, militar, social e ideológico, al menos en Occidente; relegando a su
vez a países como Francia o Inglaterra, su antiguo país colonizador, a un lugar más bien
secundario4 en el club de los peces gordos.
Si bien la siguiente movida estratégica para consolidar y afianzar esta posición de privilegio
y de predominio máximo en la escena político-económica mundial fue el conflicto contra la
URSS y su Guerra Fría, ya a finales del siglo XX, con el comunismo derrotado y el muro
de Berlín en el piso, la tarea por reafirmar la superioridad exigía de la existencia de un
nuevo enemigo, de un nuevo antagonista contra el cual luchar y salir victorioso. Por ello es
que desde finales de los 80’s hasta nuestros días, nos encontramos con una amenaza
diferente, tanto o más nociva que el germen comunista y todavía más destructivo que éste:
el terrorismo, concepto jamás definido, ambiguo y vago, destinado para aquellos que osen
ir en contra de la voluntad opresora del gobierno norteamericano y su imperio, y al cual
además se le atribuyen convenientemente ciertos ataques de particular nivel de violencia y
notoriedad mediática, que sirven par justificar las distintas guerras en las que Estados
Unidos participa allá en Asia.
Este nuevo enemigo se caracteriza principalmente por su religión, cual es la musulmana y
en general el islamismo fundamentalista, y también por su dispersión territorial, la cual se
extiende a todo el Medio Oriente. A ellos se les atribuye un profundo odio contra el pueblo
norteamericano, sus costumbres y su (in)moralidad. De lo anterior podemos desprender con
facilidad que todo este entramado y su caracterización servirían como un catalizador obvio
para un pueblo que necesitaba desesperadamente de un oponente para medir su propia
fuerza, y también de la riqueza de sus recursos naturales aun sin explotar, pues tal y como
se muestra en la película W., la principal preocupación a la hora de invadir el Medio
3 | P á g i n a1. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 17.2. Ibídem.3. Ibíd., p. 184. Ibídem.5. Oliver Stone, W., Lionsgate, Biografía | Drama | Historia, 2008, Estados Unidos.6. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 20.7. Ibíd., pp. 20-21.8. Ibíd., página 20.
Oriente no era la seguridad nacional, sino que más bien la estabilidad económica del
imperio norteamericano5.
A ello también cabe sumarle una población adolescente y juvenil con un gran sentimiento
nacionalista/conservador, cuyas mentes sirven aun hoy como un caldo de cultivo fértil para
ideas tan añejas como la del Destino Manifiesto. Como guinda de la torta, es menester
agregar algo bastante evidente: el pueblo americano es un pueblo belicoso, y ello se refleja
en su lenguaje y cultura popular. Todo, desde los comics de Marvel o DC, hasta el nombre
de los programas de gobierno estadounidenses nos señalan hacia la guerra como el medio
idóneo para solucionar los conflictos, ¿o alguien piensa que la GUERRA contra el
terrorismo es un nombre particularmente azaroso? Y ello por no mencionar las demás
“guerras” que se están librando actualmente en Estados Unidos, desde la guerra contra el
terrorismo, hasta la guerra contra el hambre, la droga, el racismo o la delincuencia.
La palabra “guerra”, paradójicamente al igual que la palabra “libertad”, se encuentran de
forma transversal en el léxico activo del ciudadano americano de a pie. Teniendo presente
esta paradoja, podemos dar comienzo al siguiente apartado dentro de este ensayo.
Nacionalismo americano vs. Nacionalismo radical
Esto podría parecer una ironía, pero parte importante del conflicto con Medio Oriente se da
a propósito del nacionalismo radical que se profesa en los países islámicos, en especial los
rivales que ha tenido Estados Unidos durante el siglo XXI, vale decir Afganistán el 2001,
Irak el 2003 e Irán hace muy poco, el 2008. Ahora bien, ¿en que consiste este nacionalismo
radical que se les atribuye? Según Chomsky, se trata de un afán de obrar con
independencia, desobedeciendo las órdenes y directrices que Estados Unidos dispone para
ellos6, lo cual, a los ojos de la primera potencia mundial, es una insurrección digna de un
4 | P á g i n a1. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 17.2. Ibídem.3. Ibíd., p. 184. Ibídem.5. Oliver Stone, W., Lionsgate, Biografía | Drama | Historia, 2008, Estados Unidos.6. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 20.7. Ibíd., pp. 20-21.8. Ibíd., página 20.
conflicto armado, aunque como ya todos sabemos gracias a Oliver Stone y otros
estadounidenses descontentos con el sistema (George Carlin en especial, mi favorito), el
primer y principal móvil de Estados Unidos es el dinero y la supremacía
económica/militar/política/ideológica.
Esta desobediencia inusitada, pues para los norteamericanos en el mando esto no tiene
justificación posible7, implica una inestabilidad que debe ser corregida, traída de vuelta a su
natural armonía por la vía de una pacificación militarizada y una contención de la eventual
influencia que la nueva democracia iraní pueda traer entre sus vecinos ya adecuados a los
horrores y limitaciones de sucesivas dictaduras, las cuales, por lo demás, obran según la
voluntad de los hombres poderosos en Estados Unidos8, señal inequívoca de la constante
presión ejercida por Estados Unidos incluso en nuestros días y décadas recientes. El
“Imperialismo Salvaje” entonces no nos aparece como una idea o concepto tan reciente,
pues como ya se ha dicho, puede rastrearse en sus inicios ya hasta mediados del siglo
XVIII.
A modo de conclusión
A partir de un somero examen histórico de la cultura estadounidense y de la forma en que
han llevado sus relaciones internacionales, sumando a ello su cultura popular y su
idiosincrasia, es posible concluir que las tendencias expansionistas, de intervención e
imperialistas de Estados Unidos, más allá del nombre chispeante que pueda haberle dado
Chomsky, no es nada nuevo, sino que más bien se trata ya de una institución o costumbre
adquirida por el pueblo norteamericano, quien quiere dominar y ser el primero en todo
orden de cosas y que, además, requiere para ello de la existencia de un “otro”, un
antagonista que represente los valores opuestos y que representa siempre una amenaza
latente a la democracia, la libertad y el orden impuestos por EEUU.
5 | P á g i n a1. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 17.2. Ibídem.3. Ibíd., p. 184. Ibídem.5. Oliver Stone, W., Lionsgate, Biografía | Drama | Historia, 2008, Estados Unidos.6. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 20.7. Ibíd., pp. 20-21.8. Ibíd., página 20.
Bajo esa perspectiva, nos encontramos con distintas situaciones de las cuales Estados
Unidos se ha servido para demostrar su poderío y a la vez consolidarse económicamente en
el poder y dirección del orden mundial.
Sea que se trate de los indios americanos, Alemania en la Segunda Guerra Mundial, la
URSS y su amenaza comunista durante la guerra fría, o el islam y sus terroristas en este
nuevo milenio, Estados Unidos siempre se las ingenia para poder tomar el control del
asunto y hacer las cosas in the american way.
Bibliografía
1. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo
(Febrero, 2011).
2. Oliver Stone, W., Lionsgate, Biografía | Drama | Historia, 2008, Estados Unidos.
3. George Carlin, Live At Madison Square Garden, HBO, Stand Up Comedy | HBO Specials, 1994, Estados Unidos.
6 | P á g i n a1. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 17.2. Ibídem.3. Ibíd., p. 184. Ibídem.5. Oliver Stone, W., Lionsgate, Biografía | Drama | Historia, 2008, Estados Unidos.6. Noam Chomsky, El Imperialismo Salvaje de los Estados Unidos, El Viejo Topo (Febrero, 2011),
página 20.7. Ibíd., pp. 20-21.8. Ibíd., página 20.