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Estas costumbres persisten en la actualidad en algunos lugares de las zonas altas, especialmente donde hay criaderos como en las regiones de Sajama, Río Blanco en el Altiplano Andino, que corres- ponde a la zona central y también es notable ver en algunas otras zonas altas del Departamento de La Paz o en Potosí. En la actualidad se han perdi- do en determinados sitios la prác- tica de la selección, porque la fau- na andina se ha reducido conside- rablemente debido a la falta de cuidado y de pastos, por efecto de la tala indiscriminada de plantas y la introducción de la oveja en la época de la Colonia, que ha de- terminado la erosión de las tie- rras y por no hacer una adecuada conservación de los pastos. ORGANIZACION MILITAR DE LOS AYMARAS Y QUECHUAS CnI. Julio Díaz Arguedas BIBLIOTECA ETNNCLOGI A COCHABAMBA BOLIVIA Consideraciones prehistóricas: No se trata en este trabajo de una his- toria militar propiamente dicha, porque ella estudia principalmente el desarrollo de las operaciones de guerra para deducir experiencias y aplicarlas en casos simila- res, pues no hay libro más fecundo en meditaciones y enseñanzas que el de la Historia Militar. Se trata únicamente de una relación meramente narrativa sobre algunos aspectos de la organización mi- litar que habían adoptado tanto los ayma- ras como los queschuas durante los ya lejanos siglos de su existencia como Im- perios. Pero antes, incursionemos en el campo de la Prehistoria con respecto al origen de las armas, de los ejércitos y de la or- ganización de tales naciones o pueblos. Las armas habían aparecido juntamen- te con el hombre cuando éste surgía so- bre la Tierra, indefenso y desnudo, sien- do acechado y acosado por las fieras. Y fue para evitar ese peligro o para defen- derse y atacar a tales enemigos, que tuvo que valerse primero de su astucia, luego de sus puños y hasta de sus dientes; des- pués empleó un palo puntiagudo cuando vagaba por los bosques o en las márge- nes de los ríos buscando alimentos; tam- bién empleó huesos, cuernos y afiladas es- camas de peces, acabando por emplear la piedra cuando aún vivía en cuevas y se dedicaba a la caza y a la pesca y se cubría con las pieles de los animales que logra- ba cazar. Milenios más tarde, habiéndose estabi: lizado su vida nómada al haberse hecho pastor y agricultor, comenzó a cubrirse con vestidos de fibra vegetal, a construir toscas viviendas y a domesticar algunos animales. Pero sobre todo, aprendió pri= mero a pulir, luego a tallar la piedra con la que fabricó los primeros punzones, cu- chillos, hachas, puntas de lanza, etc. Más tarde talló flechas, inventó el arco que fue su arma favorita por su fácil manejo y alcance. Y así durante siglos, hasta que esas ar- mas rudimentarias llegaron a ser perfec= cionadas cuando el hombre descubrió el fuego y aprendió a fundir y alear metales, es decir cuando ingresó a la edad de bron- ce, época en que comienza la Protohis- toria, con lo que pudo facilitar la multi- plicación y perfeccionamiento de sus ar- mas y de sus utensilios. Tal el génesis o aparición de las armas en el transcurso de millares de años o si- glos, las que después siguieron evolucio- nando incesantemente con el descubrimien- to de la pólvora (1248 de J.C.). Aparecie- ron las armas de fuego, y desde esa épo- ca comenzaron a ser clasificadas en armas ofensivas y defensivas, en armas blancas y de fuego, en contundentes, cortantes, punzantes, etc., clasificación y empleo (ar- 70 - 71

Incas

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Todo sobre las casas Incas

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Page 1: Incas

Estas costumbres persisten enla actualidad en algunos lugaresde las zonas altas, especialmentedonde hay criaderos como en lasregiones de Sajama, Río Blancoen el Altiplano Andino, que corres-ponde a la zona central y tambiénes notable ver en algunas otraszonas altas del Departamento deLa Paz o en Potosí.

En la actualidad se han perdi-

do en determinados sitios la prác-tica de la selección, porque la fau-na andina se ha reducido conside-rablemente debido a la falta decuidado y de pastos, por efecto dela tala indiscriminada de plantasy la introducción de la oveja enla época de la Colonia, que ha de-terminado la erosión de las tie-rras y por no hacer una adecuadaconservación de los pastos.

ORGANIZACION MILITARDE LOSAYMARAS Y QUECHUAS

CnI. Julio Díaz Arguedas

BIBLIOTECA ETNNCLOGI ACOCHABAMBA BOLIVIA

Consideraciones prehistóricas:

No se trata en este trabajo de una his-toria militar propiamente dicha, porque

ella estudia principalmente el desarrollode las operaciones de guerra para deducir

experiencias y aplicarlas en casos simila-res, pues no hay libro más fecundo enmeditaciones y enseñanzas que el de laHistoria Militar. Se trata únicamente deuna relación meramente narrativa sobrealgunos aspectos de la organización mi-litar que habían adoptado tanto los ayma-

ras como los queschuas durante los yalejanos siglos de su existencia como Im-perios.

Pero antes, incursionemos en el campode la Prehistoria con respecto al origen

de las armas, de los ejércitos y de la or-ganización de tales naciones o pueblos.

Las armas habían aparecido juntamen-te con el hombre cuando éste surgía so-bre la Tierra, indefenso y desnudo, sien-do acechado y acosado por las fieras. Yfue para evitar ese peligro o para defen-

derse y atacar a tales enemigos, que tuvoque valerse primero de su astucia, luegode sus puños y hasta de sus dientes; des-pués empleó un palo puntiagudo cuandovagaba por los bosques o en las márge-

nes de los ríos buscando alimentos; tam-bién empleó huesos, cuernos y afiladas es-camas de peces, acabando por emplear lapiedra cuando aún vivía en cuevas y se

dedicaba a la caza y a la pesca y se cubría

con las pieles de los animales que logra-ba cazar.

Milenios más tarde, habiéndose estabi:lizado su vida nómada al haberse hechopastor y agricultor, comenzó a cubrirse

con vestidos de fibra vegetal, a construirtoscas viviendas y a domesticar algunosanimales. Pero sobre todo, aprendió pri=mero a pulir, luego a tallar la piedra conla que fabricó los primeros punzones, cu-chillos, hachas, puntas de lanza, etc. Mástarde talló flechas, inventó el arco que fuesu arma favorita por su fácil manejo yalcance.

Y así durante siglos, hasta que esas ar-mas rudimentarias llegaron a ser perfec=cionadas cuando el hombre descubrió elfuego y aprendió a fundir y alear metales,es decir cuando ingresó a la edad de bron-ce, época en que comienza la Protohis-toria, con lo que pudo facilitar la multi-plicación y perfeccionamiento de sus ar-mas y de sus utensilios.

Tal el génesis o aparición de las armasen el transcurso de millares de años o si-

glos, las que después siguieron evolucio-nando incesantemente con el descubrimien-to de la pólvora (1248 de J.C.). Aparecie-ron las armas de fuego, y desde esa épo-

ca comenzaron a ser clasificadas en armas

ofensivas y defensivas, en armas blancas

y de fuego, en contundentes, cortantes,punzantes, etc., clasificación y empleo (ar-

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mas cortas y largas ) que hoy también es

considerada anticuada puesto que ya vi-

vimos la era atómica desde que fuera em-

pleada por primera vez en la segunda gue-

rra mundial (1945), en Hiroshima y Na-

gasaki.

ORIGEN DE LOS EJERC ITOS Y LAS

GUERRAS

Luego de vagar durante siglos, al fin lavida del hombre habíase hecho sedenta-

ria. Este comenzó por agruparse forman-

do familias que más tarde pasaron a for-

mar clanes , luego surgieron las tribus

hasta que la reunión de éstas se convir-

tieron en naciones regidas por jefes sacer-

dotales o guerreros.Fue entonces que se inicia entre los

hombres las primeras contiendas o gue-

rras, unas veces por defender y otras por

apoderarse de los campos de pastoreo o

de las aguadas y de las márgenes de los

ríos, originándose así las primeras guerras

defensivas y de conquista, y para llevarlas

a cabo se formaron agrupaciones armadas

reuniendo en cada tribu o clan a los hom-

bres más fuertes , valientes, astutos y dies-

tros en el manejo de las armas, para lue-go ser dirigidos por jefes valerosos y au-

daces durante la pelea, y los que en elcorrer de los siglos idearon o inventa-

ron formaciones adecuadas y la manera de

emplear sus armas durante sus luchas se-

culares, dando así nacimiento al arte de la

guerra o Táctica.Tal fue también la génesis o aparición

de los ejércitos que en el transcurso del

tiempo se convirtieron en instituciones ne-

cesarias para cada nación. Y hoy consti-tuyen la fuerza con la que se defiende laintegridad territorial en las fronteras deun país, y son también garantía y segu-ridad de la colectividad en el interior siem-

pre que no estén afiliados a partidos po-

líticos.

TIAHUANACO

En cuanto al empleo de ejércitos y uso

de armas en nuestro territorio, vale decir

72 -

en el Collasuyo, es difícil marcar o seña-lar un tiempo o fecha determinada, pero

es fácil conjeturar o colegir que fueron los

habitantes del milenario Tiahuanaco los

primeros que contaron con tropas organi-zadas para resguardar su metrópoli, cuya

nominación es relativamente moderna, ya

que tan sólo data de la época de los In-cas, pues su verdadero nombre ha que-

dado en el misterio.Sin embargo, se afirma que su prime-

ra nominación era "Chucawa", palabra in-

traducible. Los primitivos Aymaras le lla-maron "Huiñay-Marca", nombre netamen-te aymara que traducido significa puebloo ciudad eterna, pues viene de "huiñay",

eterno, y "marca", pueblo o ciudad.

Se dice también que los actuales Ay-

maras le denominaron "Thia-Huañaco" o

sea orilla o borde desecado, por haberse

retirado las aguas del Lago Titicaca a mu-

chos kilómetros de la población; pues

"taifa" significa borde u orilla, y "iü.ianaco",

desecado.

Finalmente, los cronistas españoles re-fieren que su actual nombre se deriva deuna frase dicha por el Inca Mayta Kha-

paj a uno de sus emisarios o chasquis, alverlo cansado: "Tiay-huanaco", siéntatehuanaco, comparándolo con este auquéni-do.

Las ruinas de esta ciudad megalítica

que ha debido ser la capital de un impe-rio, son un enigma; sobre ellas se ha te-jido fábulas más o menos fantásticas. Gar-cilaso refiere que cuando el cuarto Inca,Mayta Khapaj, visitó esas ruinas hacia elaño 1180 de J.C., quedó absorto al ver la

grandiosidad de tales obras que entonceseran más numerosas y estaban mejor con-servadas. Pues Tiahuanaco ha debido seruna de las construcciones humanas másantiguas del mundo. Por cálculos realiza-

dos mediante excavaciones se pudo dedu-cir que sus monolitos y bloques de pie-dra cuentan cerca de diez mil años, y queson contemporáneas de Nínive y Babilonia.

En lo militar es posible que sus habi-tantes hubieran tenido que defenderla deinvasiones enemigas, como lo prueban los

vestigios de la fortaleza de Akapana, pro-

vistas de canales y terrazas con muros de

contención, así como los innumerables res-

tos de armas que fueran hallados y que

consisten en puntas de flechas, hachas,

masas, llihuis, piedras arrojadizas, etc.,talladas en piedras de diferentes dimen-

siones, principalmente de cuarcita , sílex yotros materiales que denotan el carácterguerrero de los pobladores de Tiahuanaco.

"La defensa del Imperio, al decir delgeneral Blanco Galindo, no debió reducir-se a la ciudad , pues idénticos restos fue-ron hallados en Viacha y otros puntos, co-mo lo demuestran las innumerables Puca-ras (fortalezas) que existen en las serra-nías de la altiplanicie de La Paz.

Empero, cabe esta pregunta: ¿tales pu-

caras y restos de armas, pertenecen al pe-ríodo de Tiahuanaco , al aymara o al in-caico? Es difícil precisar.

IMPERIO AYMARA

La raza que constituyó esta nación esuna de las más antiguas y guerreras deAmérica, sea como descendiente de losAtlántidas, de los Urus o Antis o de la ci-vilización megalítica constructora de Tia-huanaco, la enigmática ciudad, pues nadase sabe a ciencia cierta sobre la verdade-ra historia de los Aymaras. Todas son con-jeturas, tradiciones, leyendas e hipótesis.

Su nombre está formado, según el fi-lósofo Villamil de Rada, por dos partícu-las de origen: "Ayam" y "Aru", que sig-nifica palabra o idioma lejano.

Otros cronistas dicen que tal nombreproviene de "Haya", lejos, y "Mara", año,

que traducido sería tiempos remotos o le-janos; "Haya -Mara", que castellanizado sepronuncia Aymara.

De todo cuanto se ha escrito por loshistoriógrafos y cronistas como Camacho,

Paredes, Díaz Romero, Kramer y otros,puede resumirse lo siguiente: Una vez es-tablecidos los Aymaras en la meseta an-

dina, especialmente en la hoya del Titica-ca, que en aquellas lejanísimas épocas go-zaba de un clima atemperado, comenza-ron a distribuirse en un sinnúmero de tri-

bus, pueblos, clanes y comunidades que

llamaron Ayllus . Luego, en el transcursode los siglos, llegaron a formar una ver-dadera nacionalidad , un imperio de avan-zada cultura . Pues a la aparición de losIncas ya tenían sus límites fijados abar-cando los territorios que hoy comprendenlas repúblicas del Ecuador, Perú, Bolivia,norte de Chile y la Argentina formandoprovincias o Suyus que ascendían a másde veinte y a las que el historiador Cama-cho clasifica en aymaras septentrionales,aymaras centrales y aymaras meridiona-les. Dentro del hoy territorio boliviano sehallaban las provincias o Suyus de Chu-quiago, Collana , Omasuyo, Sisasica, Lari_caji, Yuncas , Charcas , Porco, Chichas, yotras formando todas ellas el Gran Impe-rio Aymara.

Los Suyus eran gobernados por unMallcu , anciano respetable y sabio; nuncatrataron de imponer a las provincias so-metidas como eran los quechuas de losvalles de Kochapampa, Charcas, Porco,

Chichas, etc., ni su religión ni su idioma.Cada provincia, excepto las que integrabanel Imperio Aymara , se gobernaba con suautoridad propia; tan sólo tenían la obli-gación de pagar tributos o facilitar tro-pas para sus guerras.

En cambio , al decir del escritor Fede-rico Avila, "fueron los que - más resisten-cia opusieron a los Incas y los últimos endoblar su cerviz al poder español. Fuerontambién los más rebeldes al dominio es-pañol, de los primeros en América en sa-cudir el yugo de los conquistadores eu-ropeos y de los últimos en acercarse a loscriollos después de consumada la indepen-dencia.

Su Organización Militar:

Es difícil determinar su organización

militar. Pero es fácil adivinar que era unaraza indómita, fuerte, guerrera, que teníanociones del arte de la guerra. Conocían

la flecha, la makana, la lanza, la honda yel llihui.

Su táctica consistía en atacar al enemi-go en grandes masas dando gritos o ala-ridos. Empleaban como arma arrojadiza

la honda para lanzar piedras a distancia,

- 73

Page 3: Incas

o

así como la flecha para lanzar dardos.

También empleaban las galgas haciendo

rodar enormes piedras desde las alturas

de los cerros y desfiladeros sobre los ca-

minos por donde avanzaban sus enemigos.

Usaba como arma contundente la makana,

construida de maderas pesadas. Como ar-

ma punzante se servía de la lanza o picade maderas como la chonta, o espinos y

huesos afilados.

Para comunicarse empleaban el sistema

de chasquis (mensajeros o estafetas), asícomo fogatas encendidas en las cumbres

de los cerros durante las noches, y en eldía grandes humaredas en los mismos si-

tios. También usaban señales acústicaspor medio de pututos (especie de bocinas

o trompetas). Por estos medios podíananunciar la sublevación de una provincia,la presencia del enemigo u otro aconteci-miento grave.

Tales armas y sistemas de guerra fue-ron adoptados más tarde por sus conquis-tadores quechuas o Incas.

Los Aymaras sabían construir fortale-zas, denominadas Pucaras, que eran pe-

queñas colinas rodeadas en su base porlíneas concéntricas de piedras que las di-vidían en zonas, y servían de asilo y tam-

bién de defensa, tal como las larisas delos pelasgos. Conocían el uso de las forti-ficaciones, que las construían en sitios in-accesibles, en cerros y desfiladeros. El

más importante grupo de tales fortifica-ciones se hallaba en la región de los Pa-cajis. Aun hoy se puede ver al sudeste delpueblo de Achiri, a los 11 kilómetros, en

la cadena de montañas del Papiri, a unaelevación de 4,245 metros del mar y a 565

del nivel de la base, grandes ruinas quedenotan fortificaciones; pues en la plani-

cie situada en la cima se ven parapetosde piedra, de 1.20 metros de espesor ycon igual altura; además muros de mayor

elevación que protegía toda la planicie dela meseta, y parapetos aislados que posi-blemente fueron utilizados individualmen-

te. En toda esa región aún se puede en-contrar flechas de silex, llihuis, restos deutensilios de cerámica y sobre todo res-tos de chullpas.

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Las guerras eran ocasionadas unas ve-

ces por el dominio de los campos de pas-toreo o augadas, otras por rivalidades de

familia o por la conquista de mayores tie-rras o de provincias íntegras.

Vivían, como hemos dicho, bajo la au-

toridad del Mallcu, bajo cuyo mando sos-

tuvieron guerras seculares. "Entre estos

caudillos -dice el historiógrafo Crespo-,

ha quedado memoria de dos de los máscélebres: Karl y Zapalla".

Pero fue el célebre Huyustus , el verda-dero fundador del Imperio, creador del

Consejo de Amautas y organizador del

ejército, habiendo sido su úlitmo sucesor

el guerrero y caudillo Macuri, el jefe más

valiente y emprendedor de aquellos tiem-pos; pues supo guerrear en forma crudae incesante, y sus luchas no terminaronsino con su muerte y con la decadencia

en que cayó el Imperio y que facilitó ladominación quechua.

Sin embargo, así debilitados y dividi-dos en mezquinas disputas, resistieron te-

nazmente a la invasión de los Incas. Puescuando los vieron trasmontar la cordille-ra con grandes masas de ejércitos, se unie-

ron para hacer frente a sus enemigos, con

los que sostuvieron enconadas batallas.De ahí que para los Incas no fue tarea

fácil la conquista de la nación Aymaraporque en sus habitantes obró el senti-

miento de independencia que los impulsóa resistir con heroísmo y obstinación, co-

mo veremos en el capítulo que sigue. Só-lo podemos decir que acabaron por some-

terse a la dominación incaica al cabo delos años, pero sin perder sus costumbres,

sin cambiar su idioma, sin abdicar de sureligión, venerando siempre a su Achachila

en las vastas soledades de las cordillerasy el altiplano andino.

IMPERIO INCASICO

El Mito de Mallcu Khapaj

Cuando no es posible explicar ciertosacontecimientos de la antigüedad que nohan sido aceptados por la Historia, se re-curre generalmente al mito y a la fábula,o sea a relatos imaginarios.

Tal ocurre respecto al origen del pri-

mer Inca que gobernara el Imperio delos Quechuas, llamado después Tahuantin-

suyo. Pues el escritor Garcilaso de la Ve-

ga, descendiente de los Incas por la rama

materna, nos cuenta la leyenda de Manco

Khapaj y de su esposa Mama Oello, pre-

sentándolos como misteriosos personajes

aparecidos repentinamente a orillas del La-

go Titicaca como enviados del sol y con

la misión de fundar un imperio.

Lo más probable es que estos dos per-

sonajes hubieran sido asiáticos arrojados

por las olas al suelo americano, o tal vez

fueron lejanos descendientes de los atlan-

tes o aymaras que aún, en su decadencia,

hubieran conservado y cultivado ciencias

heredadas de sus antepasados. Es posible

también que Mallcu Khapaj y Mama Oc-

llata hubieran sido de inteligencia más

desarrollada y despierta de entre los ha-

bitantes aymaras, y que hubieran resuelto

presentarse como enviados e hijos del sol

para sí impresionar a las gentes que ado-

raban a este astro, dándose origen divino.

Se dice también que los pueblos de lasriberas del Titicaca no los aceptaron, y

fue entonces que estos personajes mitoló-gicos resolvieron trasladarse al otro ladodel Desaguadero en busca de mejor suer-

te y que, habiendo podido impresionar con

sus prédicas y presencia física a los habi-tantes de una pequeña provincia o pue-

blo, el Kosco (Cuzco), resolvieron radicar-se allí y fundar la capital del imperio quedeseaban organizar.

En efecto, pasando el Desaugadero ca-minaron errantes por algún tiempo atra-

vesando llanuras y montañas tratando dereunir a su alrededor algunas tribus beli-tegrantes de la ya desintegrada civilización

aymara. Mas, siendo inútiles su persua-ción y afanes por conquistarlos mediantepalabras de paz, desistieron de su propó-

sito y continuaron avanzando más haciael Norte hasta que llegaron al Cuzco, don-

de sus moradores probaron ser más sus-ceptibles e impresionables a la persuación,

y recibieron a la pareja sin poner en dudaque venían como enviados del sol para or-

ganizarlos y civilizarlos.

Según la tradición que oyeron los pri-

meros conquistadores españoles, Mallcu

Khapaj echó las bases de la población cuz-

queña reuniendo algunos núcleos quechuas

e hicieron que éstos reconocieran al sol

como dios, y lo aceptaran a él por gober-nante y señor, con el título de Inca.

Y así vemos que a partir del año 950

de J.C-, surgía el Imperio Quechua gober-nado por Manco o Mallcu Khapaj y su es-

posa Mama Ojllu, quienes durante su go-

bierno, que se había prolongdao por casi

52 años, pudieron con algunas reformas,aprovechar lo que restaba de la civiliza-

ción aymara adoptando el sistema teocrá-

tico, el mismo que fue encontrado por losespañoles en 1532, ya que aquellos caudi-

llos eran aymaras bastante inteligentes ycivilizados.

Cultura Incaica

En el transcurso de los años y de lossiglos fueron extendiendo los límites desus dominios, que llegaron hasta el ríoAngasmayo en el Ecuador hacia el norte,

al sur hasta el Tucumán y el río Maule,al este al río Paraguay y al oeste el Oceá-

no Pacífico. A esta gran extensión le die-ron la denominación de Tahuantinsuyo,que significa cuatro regiones : al norte elChinchasuyo. al sur el Collasuyo (hoy Bo-livia), al este el Antisuyo y al oeste el Cun-tisuyo.

El amauta Illa había inventado los Qui-pus, escritura formada de cordeles de dis-

tintos colores, grosores y tamaños, com-binados y anudados en diversas formas yen diferentes hilos "que iban puestos por

su orden más no siempre de una mismamanera, sino unas veces antepuesto uncolor al otro, y otras veces trocados al re-

vés; y esta manera de recaudos eran ci-fras, por las cuales se entendía el Inca ysus gobernadores, para lo que hacía de

hacer, y los ñudos y los colores de loshilos significaban el número de gente, ar-mas o vestidos, o bastimentos, o cualquier

otra cosa que se hubiera de hacer, enviaro aprestar".

Estos cordeles o escritura eran maneja-dos por hombres especiales denominados

- 75

Page 4: Incas

quipucamayos, quienes los interpretaban

para la confección de sus estadísticas, con-tabilidad y anotaciones de importancia.

Los Incas tenían nociones de astrono-

mía, de ingeniería y de las matemáticas;

eran grandes agricultores y constructores

de caminos, calzadas, acequias y otras

obras. Adoraban al Inti o Sol, cuyo cultoera oficial; rendían también culto a la

Quillca o Luna, hermana y esposa del Sol;

a la estrella Venus (Chasca-Coyllur), a las

demás estrellas que formaban el cortejodel sol, al rayo (Illapi) y al Arco-Iris (Cuy_chi) su mensajero y, en general a todo loque impresionaba sus sentidos.

Creían en la inmortalidad del alma, es

decir en una vida futura, uniendo a esta

creencia la resurrección del cuerpo, para

lo cual conservaban los cadáveres embal-

samándolos y enterrándolos con sus ves-tidos, instrumentos, bebidas, alimentos y

otros objetos. Eran muy supersticiosos y

creían en presagios y augurios, los adivi-nos y hechiceros eran temidos y respeta-

dos, y los oráculos más notables eran los

de Pachacamac y Rímac. La moral se re-ducía a las máximas de: Ama súa, ama Hu.

lla y ama kella: no seas ladrón, mentiro-so ni holgazán.

El idioma nacional era el quechua, peroen la intimidad hablaba la Familia real el

aymara, idioma que estaba permitido úni-camente a los "Kollas".

A la muerte del fundador, ocurrida ha-

cia el año 1008, le sucedieron en el trono14 incas, cuyos reinados sería largo enu-

merar. Sólo nos referiremos a su historiamilitar y a los gobernantes que tuvieron

alguna relación en las actividades milita-res o guerras.

ORGANIZACION MILITAR DE LOSINCAS

Todos los súbditos eran tributarios delImperio y tenían la obligación de prestarsus servicios personales en el ejército por

determinado tiempo o mientras durase unaguerra.

Se calcula que el ejército permanentellegó a contar hasta los doscientos mil

hombres, cuya organización era similar a

la de los romanos; pues si éstos lo orga-

nizaron en legiones, divididas cada una en

cohortes, éstas en manípulos, los que a su

vez se dividían en centurias y éstas en de-

curias, etc., los Incas dividieron también

sus fuerzas en grupos de diez, comanda-dos por un jefe llamado Chuncacamayos,de cien, por el Pachacamayus , de cincuen-ta, por el Phescacamayus , y mil por elHuarancacamayus . Una División de 2.500

hombres estaba mandada por una especie

de general con el título de Apu; dos Divi-

siones, o sea 5.000, era comandada por

otros de mayor grado denominados Hatun-Apuprantin. Cada División superior teníaun jefe de trompetas, el Unanchacamayus,y otros de tambores, los Huancarcamayus.

A las inmediatas órdenes del Jefe del

Ejército se hallaban los ancianos guerre-ros (especie de generales) cuyo númerodependía de los efectivos empleados o de

las operaciones que debían llevarse a ca-

bo. En suma, los grados de la jerarquíamilitar estaban reservados para los miem-

bros de la familia real. Generalmente eljefe supremo del ejército era el Inca, quien

en ocasiones delegaba el mando en sus hi-

jos o en algún miembro de su familia quese hubiera distinguido por sus aptitudesguerreras.

La preparación militar era bastante se-

vera y rígida en casos especiales a dondeingresaban los alumnos desde los 16 años

de edad para arriba; eran especie de co-legios militares situados en el barrio de

Collcampata (Cuzco). En dichos institutosse educaba también con el mismo rigor

el primogénito del Inca, legítimo herederodel Imperio.

Esta preparación duraba un mes lunar,

luego eran graduados como verdaderos hi-jos del sol. En esta ceremonia entraba el

candidato en un cercado, donde otros in-cas ancianos le ponían los pañetes o in-

signias; luego les adornaban la cabeza conramilletes de dos flores: una que llama-

ban Cantuta y otra Chi.huayhua. Con estoacababa la ceremonia llamada Huaracu oarmar caballero.

Como uniformé, los soldados llevabantrajes adaptados al clima de la región o

provincia, adornados con una especie de

turbante. Los Jefes nobles usaban casco de

plata o de cobre adornados con vistosas

plumas. El calzado consistía en la ojota ohuisco de cáñamo o cuero. En las regio-nes frías se empleaba el vestido de lanay en las cálidas el de algodón.

La alimentación era sencilla y frugal:

carne seca (charqui) de llama, maíz, pa-

pas, chuño, quinoa, yuca, plátano y la in-comparable coca, que eran suministrados

por los habitantes de la reigón. Las tro-pas eran alojadas durante las marchas en

posadas llamadas Tampus, donde podíanpernoctar hasta cinco mil hombres, según

el historiógrafo Cieza de León.

El armamento era el mismo que usabanlos Aymaras: consistía en contundentes,

punzantes, cortantes y arrojadizas. Comocontundente estaba la makana o huactaca-

ma construida de madera keñua; como pun-

zante, una especie de lanza o pica de ma-deras fuertes denominadas chonta, chur_qui y turpina; como cortantes el hacha ocuchillo de piedra. Como arrojadizas em-

pleaban la honda, en cuyo manejo erandiestrísimos, así como la flecha para lan-

zar dardos. Las armas de los nobles teníanguarniciones de oro, plata o cobre en la

punta, según la categoría de los que lasusaban. Como armas defensivas usaban los

cascos de madera llamados Umachimas yÑahuichimas, para proteger la cabeza y

los ojos.

También utilizaban envolturas de tela

de diferentes colores en la cabeza y una

coraza de cobre, de algodón o de madera.Al contrario de los romanos no conocían

el caballo; todo el ejército se reducía ainfantería, y como los egipcios, estabandivididos en arqueros, honderos y pique-

ros.

Los Incas no conocían la Estrategia,

pero sí la Táctica, y combatían a semejan-

za de los egipcios en masa y empleandolas armas tácticamente, aunque en las con-

quistas del Antisuyo vemos marchar cua-tro columnas que van hacia el mismo ob-

jetivo, por distintos caminos, cada una aórdenes de un jefe,

Una vez declarada la guerra, el monar-

ca se apresuraba a reunir sus tropas (con-

centración) para poder anticiparse a los

movimientos del enemigo e impedir com-

binaciones con sus aliados, lo cual revela

que tenían idea de la estrategia.

El historiador Cappa hace notar que los

Incas "no conocían táctica alguna, sino quese lanzaban en pelotones sobre el enemi-

go". Sin embargo, otro historiador, Fran-

cisco de Jerez, hace la siguiente relaciónsubrayando el empleo táctico usado por el

ejército incaico durante las batallas: "...

En la delantera -dice- vienen los honde-ros que tiran con las hondas piedras lisas

y hechas a mano, en forma de huevos; loshonderos traen rodelas que ellos mismos

hacen de tablitas angostas; tras de éstosvienen otros con porras y hachas, las po-

rras son de braza y media de largo, la po-

rra que está engastada al cabo que es demetal, tan grande como el puño, con cinco

o seis puntas agudas tan gruesas como eldedo pulgar; las hachas son del mismotamaño y mayores; la cuchilla de metal de

ancho de un palmo, como albarda. Trasde éstos vienen otros con lanzas peque-ñas, arrojadizas como dardos. En la reta-

guardia vienen piqueros con largas de 30palmos, en el brazo izquierdo traen una

manga con mucho algodón sobre la quejueagn con la porra. Todos vienen repar-tidos en sus escuadras con sus banderas

y capitanes que los mandan con acierto".

En los terrenos accidentados, emplea-

ban una especie de orden abierto o dis-perso, y cuando el adversario se hallabaen un desfiladero o quebrada, lo atacaban

con hondas y dardos y hacían rodar gran-

des pedrones (galgas).

Cieza de León dice que cuando acampa-ban los ejércitos, usaban grandes tejidos

de algodón a manera de toldos o carpasde campaña, y empleaban a veces nuestro

sistema de acantonamiento -vivac en los

tampus y en el campo, es decir que unaparte de la tropa se alojaba en casas, y

otra en carpas.

Para comunicarse de un confín a otro

del Imperio, usaban como los Aymaras elsistema de chasquis (mensajeros o esta-

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Page 5: Incas

fetas), o también el humo durante el día

y fogatas en la noche en las cimas de los

cerros."Chasqui -dice el cronista Garcilaso-

llamaban a los correos que había puestos

en los caminos para llevar y traer con

brevedad los mandatos del rey. Para lo

cual tenían a cada cuarto de legua cuatroo seis indios mozos ligeros, los cuales es-

taban en dos chozas. Llevaban los recau-

dos por su vez, ya los de una choza, ya

los de otra; los unos miraban a la una

parte del camino, y los otros a la otra,

para descubrir los mensajes antes que lle-

gasen a ellos, alistarse para tomar el re-caudo para no perder tiempo alguno. Y

para esto ponían siempre las chozas en al-to. Estaban a un cuarto de legua, porque

decían que aquello era lo que un indiopodía correr con ligereza y aliento sin can-

sarse."Llamáronles chasquis, que quiere de-

cir trocar, o dar y tomar. El recaudo omensaje que los chasquis llevaban era de

palabra. Las palabras eran pocas, y muy

acertadas y corrientes, porque no se tro-

casen y por muchas no se olvidasen. Elque venia con el mensaje daba voces lle-

gando a la vista de la choza, para que

se apercibiera el que debía de ir; daba su

recaudo, repitiéndole dos y tres y cuatroveces, hasta que lo entendía, aguardaba a

que llegase y diera muy en forma su re-caudo; y de esta manera pasaba de uno

a otro hasta donde había de llegar.

"Otros recaudos llevaban, no de pala-

bra, sino por escrito, en ñudos dados endiferentes hilos de diversos colores que

iban puestos por su orden, etc. Cuando

había prisa de mensajes, añadían correos,y ponían en cada posta ocho, y diez ydoce indios chasquis. El aviso por medio

del fuego era solamente cuando había al-

gún levantamiento y rebelión de reino o

provincia, y hacíase para que el Inca losupiese dentro de dos o tres horas cuando

mucho aunque fuera de 500 a 600 leguas

de la corte, y mandase apercibir lo nece-

sario."Los caminos que conducían a las fron-

teras, eran bien construidos, anchos y lim-

pios; en los ríos habían puentes de ma-

dera o de piedra; en los ríos muy anchos

se empleaban balsas".

Parece que el arte de la fortificación

no fue desconocido por los Incas, según

los vestigios que aun quedan en todo lo

que era el vasto Imperio. Muy especial-

mente la capital Cuzco se hallaba defen-

dida por murallas y fortalezas sucesivas

de piedra, y en forma concéntrica."Las fortificaciones, al decir dle cronis-

ta Urteaga, estaban distribuidas en todos

los puntos de paso obligado de los ejér-

citos enemigos, ya sea en los cerros, en losdesfiladeros o en sitios inaccesibles como

en Vilcanota, Pucara, Ayaviri, Sicuani,Sacsahuaman, Ollantay-tambo, Machupicho

y otros puntos donde eran necesarios".El guerrero incaico se distinguía por

su sobriedad, por la resignación con que

soportaba las fatigas de largas y penosas

marchas; por su disciplina y subordinación

y por la tranquilidad con que sabía mo-

rir en su puesto de combate o de servi-

cio. Sólo así se explica cómo los Incas

pudieron conquistar y vencer a las nacio-

nes vecinas aymaras para agrandar su te-

rritorio.

Insignias y divisas

Si bien el Imperio de los Incas no tu-vo en un comienzo propiamente una ban-dera que lo representase, fue debido a

que no contaba con vecinos de considera-ción de los cuales diferenciarse, pues ape-nas si en sus límites existían pequeñas

tribus bárbaras cuya reducción no inspi-

raba mucho interés; la única región peli-grosa era la de ols Kollas o Aymaras.

Sin embargo, cuando el Inca Mayta Kha-

paj sometió después de obstinadas y san-grientas luchas a los valientes aymaras,

allá por los años 1185 a 1190, los quechuasadoptaron como bandera o estandarte im-perial la Whipala de los Kollas.

Adoptaron también los siete colores delArco-Iris o huychu, que los pintaban al

adornar sus templos. El estandarte del ar-

co-iris, que era el pabellón imperial, fla-meó desde las costas del Pacífico hasta

las regiones de las tribus bárbaras del

Amazonas y del Plata, y desde el Angas-

mayu hasta el país de los araucanos y elTucumán.

En la guerra cada unidad llevaba su

bandera o estandarte imperial. El Inca por-

taba entre sus atavíos, encima del llautoo diadema que ostentaba la imagen del

sol, dos hermosas plumas blanquinegras.

El Jefe Supremo era el Inca. El llauto

era una trenza ancha, que daba cuatro o

cinco vueltas la cabeza hasta que una bor-la colorada pendiera de una sien a otra.Pero la principal insignia imperial era, ade-más de la borla colorada, otra más ínti-ma y particular del soberano: dos plumas

de las alas de un ave que llamaban Core.quenque, blanca y negra. El príncipe sedistinguía de los demás por una borla de

lana amarilla que caía en media frente.

ALGUNAS CAMPAÑAS DE LOS INCAS

En las páginas que siguen narraremosúnicamente las guerras que sostuvieron

los Incas al otro lado del Desaguadero pa-ra agrandar su Imperio mediante sus con-quistas en territorios poblados por los Ay-maras o sea el Collasuyo; pues aunque los

soberanos quechuas procuraban dominary someter a sus vecinos por la dulzura y

la persuación, tuvieron que apelar muchasveces a la guerra para realizar sus con-

quistas o para defenderse de las agresio-nes de tribus vecinas.

Es desde el año 1161 en que comenzó

a reinar el cuarto Inca, Maita Khapaj, quepodemos decir concluye la Prehistoria, se

aclara la Historia y se hace más seguray verídica, durante la cual este gobernan-

te manejó el Imperio con más sabiduríay venció a los Aymaras para dar paso a

su plan de agrandar sus dominios por elSur al saber que aquellos ricos territoriosestaban poblados por tribus guerreras eindómitas.

Organizó, pues, en el Cuzco un fuerte

ejército de doce mil guerreros y se pusoen marcha a la conquista del Kollasuyo,

entre los años 1186 al 1190. Trasmontó lacordillera de Huillcahuta (Vilcanota), pa-

só el río Desaguadero y se introdujo en

la región de los antiguos Antis, los cua-

les, a la sazón, se hallaban divididos en

mezquinas disputas , anarquía que facilitó

las conquistas de los quechuas por más

que los aymaras resistieron obsti adani.ea

te antes de ceder terreno, ya que cuandose presentó Maita Khapaj en las cercaníasde Huaycho (hoy Puerto Acosta) para rom-per las barreras que le opusieron los deeste pueblo, unidos con los de Chuquiago(La Paz) en número de trece a catorce milcombatientes , tuvo que librar una obstina-da batalla a orillas del Río Huicho , duran-te la que se impusieron la disciplnia y las

armas del ejército incaico hasta determi-

nar el triunfo a su favor.

Más o menos hacia el año 1230, el su-

cesor de Maita Khapaj, Yupanqui, reunía

otro ejército en el Cuzco para marchar ysometer a las provincias Yanahuara, Ay-mara y Umasuyus, las que trataron de re-

sistir, pero dándose cuenta de su impoten-cia concluyeron por someterse.

Algunos años más tarde, Yupanki llevó

sus conquistas hacia las regiones de Ta-pa-kari, Cocha-pampa, Sipesipe, Sacaca,Charcas, Mizqui, Choque-Chaca y otras,

después de lo cual encomendó a su hijoYahuar Huaca. (el que llora sangre), laconquista de los Antis, cuya campaña fue

bastante penosa debido a las dificultadesque oponía la región montañosa de losYuncas.

Hablase iniciado el reinado de YahuarHuaca, por el año 1265 , y fue entonces quetuvo lugar el alzamiento de los Charcasy de los Aymaras, encabezados por el Ca-cique Tintuyo, vecino de Chuquiago, LaPaz, quien desconociendo la autoridad delsoberano quechua , se alzó en armas.

Para debelar esta insurrección, el incaenvió desde el Cuzco un ejército de docemil hombres al mando de su hermano Apu-

Mayta, en tanto que Tintuyo se fortificabaen el cerro Ichu -Kollo , alturas de Chacaltaya a tres leguas del Chuquiago, donde

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Page 6: Incas

K

se libró después una reñida batalla, ha-

biéndose pronunciado el truinfo en favor

de Apu-Mayta, y éste, usando de la clemen-cia que acostumbraban los Incas, perdo-

nó a Tintuyo y sometió a los insurrectos

a la obediencia del Inca.

Empero, casi dos siglos más tarde, ha-

cia el año 1438, los Aymaras reaccionaron.

"Acostumbrados como estaban -refiere el

historiador Camacho- a vivir libres bajo

el gobierno propio y autónomo de sus res-pectivos distritos o Marcas, no podían ni

debían, de ninguna manera, renunciar a

su independencia, ni sujetarse a una sola

y extraña autoridad". Celebraron juntas, y

encabezados por Usku_Wilca , se confedera-

ron con el caudillo de la provincia Kolla,

Sapalla (Unico Señor), así como con el

del distrito de Lupaca, Kari (Varón Fuer-

te), y otros caudillos temibles , y declara-ron la guerra al Inca Wiracocha , mientraséste se encontraba en la conquista de los

Moxos."Fue una de las rebeliones más san-

grientas que promovieron los habitantesdel Chuquiago, pues los aymaras comen.zaron por dar muerte tanto a los .gober-

nadores incaicos, desde Vilcanota al Sur,

cuanto a sus delegados y a los "orejones"que con ellos estaban. El Inca, al tenerconocimiento de esta rebelión, retrocedió

apresuradamente y volvió al Cuzco; v co-mo se diese cuenta que la sublevaciónaymara era de bastante gravedad por las

proporciones que había tomado y que suedad avanzada no le permitía usar de un

brazo fuerte, abdicó el trono en favor de

su hijo primogénito Tupaj Inca Yupanki,medida que no había arredrado a ¡os ay-

maras. Por el contrario, alentados por sus

caudillos se prepararon a luchar.

"Cuando los ejércitos de Yupanki in-

vadieron el Chuquiago, las batallas se hi-cieron sangrientas hasta que la población

fue tomada por asalto. Los defensores, lle-vando la peor parte, se retiraron al Desa-

guadero y libraron una última batalla enPucara, que tuvo tintes más sangrientos

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todavía, pero al fin el resultado de la ba-

talla fue favorable para las armas del In-ca, quien apoderóse del pueblo de Chu-

quiago cuando tan sólo fueron extinguidos

casi todos sus habitantes y convertido a

la población en escombros...".

DIVISION YRUINA DEL IMPERIO

El Imperio quechua había llegado a su

mayor esplendor entre los años 1450 y

1493, pero entonces ya es divulgaba la es-pecie de que habían aparecido en el nor-te hombres blancos, de largas barbas, queusaban armas terribles y eran de gran va-

lor. Consultados los Amautas o videntes,

recordaron el vaticinio que hiciera un día

el Inca Wiracocha, según el cual llegaríaun tiempo en que se produciría la ruinadel Imperio, y que sería conquistado por

extrañas gentes.

Esta noticia produjo honda impresión

en el espíritu del anciano Huaina Kapaj(Mozo Poderoso), que gobernaba en aque-llos años. Pues sintiéndose cansado y en-fermo y antes de morir, dividió el Impe-rio en dos partes: Dejó el reino de Quitoa su hijo Atahuallpa, habido en la prince-

sa quiteña Pacha, y el Cuzco a su legítimo

heredero Huáscar, división que dio lugar a

que cinco años más tarde, en 1525, estalla-ra una obstinada y larga guerra civil en-tre ambos hermanos; guerra cruenta, bár-

bara y sangrienta que debilitó al puebloy mermó los ejércitos de ambos Incas, fa-cilitando la conquista de esos hombres

blancos y barbados, que se aproximabanya a las costas del Birú (Perú).

El último Inca

Corría el mes de septiembre de 1532

cuando el conquistador Francisco Pizarroiba en busca del Inca Atahuallpa, a la

cabeza de 178 hombres armados de 20 ba-llestas, 3 fusiles de chispa, 35 lanzas, 32

espadas, 10 dagas, 68 jinetes armados delanzas y sables, 10 artilleros con 3 caño-nes o falconetas, en tanto que el sobera-

no quechua se hallaba en Tumbes, proxi-midades del pueblo de Cajamarca, res-

guardado por 50 mil súbditos casi desar-mados.

Los españoles tuvieron que soportar du-

rante su marcha grandes dificultades y su-frimientos al doblar la cordillera para ba-

jar a la vertiente oriental, trepando porpasos difíciles, ateridos de frío, cruzando

por angostos senderos, rodeados de preci-

picios que les obligaron a conducir de ti-ro sus cabalgaduras. Al séptimo día deviaje avistaron Cajamarca, situado en un

hermoso valle y vieron cómo a una legua

de distancia de la población el campa-mento del Inca. Finalmente, el 15 de no-

viembre entraban en dicha población. Los

indios, que nunca habían visto un caba-

llo, quedaron atónitos al contemplar aque-llos extranjeros montados.

Empero, cuando al siguiente día los es-pañoles se dieron cuenta que se habíanmetido en una trampa y que estaban aco-

rralados por los indios, la cordillera y elmar, vieron que el único medio de salva-ción para ellos era apoderarse del Inca

por medio de un ardid táctico o golpe demano. Y fue entonces que Pizarro proyec-

tó la forma cómo debían proceder sushombres...

Para tal objeto fraccionó sus tropas dela siguiente manera: la caballería, divididaen dos grupos, se ocultó en los espacio-

sos zaguanes de dos casas que daban so-bre la plaza. En un tercer zaguán se co-locó la infantería; Pizarro, con 20 hombres,

ocupó una posición ventajosa junto al es-tandarte que llevaba. La artillería se situóen lo alto de otro edificio.

Mientras tanto Atahuallpa había em-

prendido marcha sobre el pueblo donde se

presentó acompañado de un séquito de va-

rios miles de guerreros y en el deseo de

examinar más de cerca aquellos hombres

extraños, se fue a ellos sumamente confia-do; se le acercó el fraile dominico Val-

verde con objeto de parlamentar y exhor-

tarlo a que reconociera la religión cristia-

na, y cuando volvió a informar a Pizarro,éste agitó una bandera blanca, que era la

señal convenida para el ataque. Los espa-ñoles cayeron sobre el infeliz monarca ylo apresaron después de una matanza des-

piadada... Y al atardecer de aquel mismo

día, 16 de noviembre de 1532, el infortu-nado Inca caía en poder de los conquis-tadores, pues el desconocimiento del po-

der de las armas de fuego y su ingenuidady confianza habían perdido a los peruanos!

Casi un año más tarde, el 29 de agos-to de 1533, era asesinado el infortunadoInca Atahuallpa, previo un simulacho de

juicio, y desde ese momento quedó el Im-perio de los Incas en manos de los con-quistadores que arriaron para siempre laWhipala del arco-iris para reemplazarla conlos pendones de Castilla que flamearon du-

rante más de tres siglos en tierras ameri-canas.

Con la muerte del Inca había cundidoel desconcierto general en todas las comar-cas, y al producirse el derrumbe de sus

instituciones había quedado desorganizadoel Imperio Quechua iniciándose la era Co-

lonial que habría de perdurar durante tressiglos.

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