Incendios Forestales-Manual para formadores y medios de comunicación

INCENDIOS FORESTALESManual para formadores y medios de comunicación

Ecologistas en Acción

INCENDIOS FORESTALESManual para formadores y medios de comunicación

Colabora:

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INCENDIOS FORESTALES: MANUAL PARA FORMADORES Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Índice3 Informar es formar5 Los bosques, esenciales para la vida8 Causas e impactos de los incendios forestales 10 Causas 13 Impactos ecológicos 15 Impactos socioeconómicos 16 Vulnerabilidad ante los incendios forestales22 Investigación de las causas de los incendios forestales25 ¿Cómo evaluar el daño de un incendio forestal? 25 Incendios y ecosistemas forestales 27 ¿De qué depende el impacto ambiental de un incendio forestal?32 Terminología básica sobre incendios forestales37 Teléfonos y enlaces de interés40 Bibliografía

Edita: Ecologistas en Acción

Marqués de Leganés 12, 28004 Madrid

Tel. 915312739 Fax: 915312611

www.ecologistasenaccion.org

Colabora: Fundación Biodiversidad

Elaborado por: Joaquín Reina, Raúl Navarrete, Theo Oberhuber

[email protected]

[email protected]

Edición: marzo 2007

ISBN: 978-84-935622-0-5

Depósito legal: M-13635-2007

Ecologistas en Acción agradece la reproducción y divulgación de los contenidos

de este cuaderno siempre que se cite la fuente.


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Informar es formar

La información que nos llega a diariosobre la crisis ambiental provieneesencialmente de seis ámbitos: el

sistema científico, las administracionespúblicas, el mundo educativo, los mo-vimientos sociales, el entorno urbano ylos medios de comunicación. Hasta hace relativamente poco, hablarde formación y educación era sinónimode escuela, de un sistema educativoaltamente institucionalizado. Hoy, sinembargo, se reconocen otros ámbitoseducativos además de la educación y for-mación formal, como son la educaciónno formal y la informal. Los distintoseducadores, tanto los que utilizan losámbitos educativos más institucionaliza-dos y clásicos como los que se apoyanen sistemas de enseñanza menos es-tructurados, requieren de referencias ymaterial informativo de suficiente rigor

y calidad, puesto que son ellos, en parte,responsables y tutores de la actividadeducativa en sus distintos ámbitos delconjunto de individuos que integramosla sociedad. A través de los medios de comuni-cación de masas, como la televisión, laradio, los periódicos y, en los últimosaños, Internet, nos llega gran parte de lainformación sobre los asuntos ambien-tales. En un principio, la informaciónambiental se incluía en la página desucesos o bien para completar algúnespacio o tiempo en los medios de co-municación al uso, especialmente en losradiofónicos y de prensa escrita. Con elpaso de los años la información sobrela problemática ambiental ha rebasadoel umbral de lo anecdótico para ocuparmás espacio en los principales mediosde comunicación.

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Por tanto, el problema ya no radica enel escaso interés de la temática ambientalentre los medios de comunicación, si nomás bien en el tratamiento y enfoquede la noticia. Con frecuencia, los asun-tos ambientales saltan a los medios decomunicación como consecuencia desucesos, en algunos casos de caráctercatastrofista, que acaban transmitiéndosea la opinión pública adobados de ciertogrado de sensacionalismo, lanzando unmensaje de irreversibilidad, de un retofuera del alcance de los ciudadanos Afortunadamente, el aumento delpeso y la importancia de la informaciónambiental en los medios de comunica-ción, ha supuesto la aparición de unageneración de profesionales de la infor-mación y de medios de comunicaciónespecializados en medio ambiente. Estoha supuesto un salto cualitativo muy

notable. Empieza a darse más impor-tancia a los procesos que provocan lossucesos, que a los propios sucesos en sí.Ello permite una información más obje-tiva, rigurosa y formativa, que huyendodel mensaje tremendista y paralizante,sirve de ayuda y de estímulo para laparticipación social, el compromiso y labúsqueda de soluciones viables. Este manual sobre incendios fores-tales se plantea desde esa perspectiva.La de servir de herramienta para la, aveces, ardua tarea de distinguir entreuna información gubernamental –queen ciertas ocasiones nos llega con unavisión parcial– que nos impide visualizarla verdadera trascendencia e importanciadel suceso, o bien para disgregar y co-nocer todo el proceso socioeconómicoe histórico que ha desencadenado undeterminado siniestro ambiental.


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Los bosques, esenciales para la vida

Las civilizaciones humanas han buscado a lo largo de la Historia la protección y los numerosos recursos que los bosques ofrecían. La dependencia de las grandes civilizaciones de la existencia de grandes superficies de bosques ha sido de tal magnitud que el saqueo y la esquilmación de los mismos supusieron el ocaso de estas civilizaciones. Los bosques nos proporcionan numerosos recursos, así como beneficios al conjunto de la sociedad, de carácter económico, lúdico, recreativo, educativo, cultural, etc.

Las distintas comunidades humanashan contado desde tiempos inme-moriales con la protección de los

bosques. Se estableció, y sigue siendo así,una relación cultural y una dependenciapermanente de los bosques en su sentidomás amplio. Las grandes civilizacionesde Sumeria, Asiria, Egipto, China, Gre-cia y Roma se forjaron en gran medidagracias al uso de la madera talada delos bosques. En realidad, la madera sepuede considerar el héroe silenciado dela revolución tecnológica que nos ha

conducido desde la cultura de la piedray el hueso hasta la época actual. Las civilizaciones antiguas han recono-cido su deuda con la madera extraída delos bosques. Plinio, uno de los escritoreslatinos de historia natural más ilustres,afirmaba que la madera era “indispen-sable para el mantenimiento de la vida”.La palabra bosque procede del griegoboskas, que quiere decir lugar de donde se extraen los alimentos y los principales recursos, La palabra madera para griegos yromanos era sinónimo de materia prima.

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El significado de estos conceptos nosaproxima al grado de conciencia quedebieron de tener civilizaciones que nosprecedieron. En la Península Ibérica, un territoriohabitado desde muy antiguo, el medionatural ha sido muy alterado por lassucesivas poblaciones. Tan sólo un breveperiodo entre el siglo XIII y el XIV, sepuede considerar como un pequeñoalivio para los bosques que aún domina-ban extensas superficies de lo que hoyconocemos como España. En cambio, elsiglo XIX supone el peor siglo para losmontes españoles ya que las sucesivasdesamortizaciones de terrenos forestalessupusieron la roturación de extensassuperficies naturales (más de 7 millonesde hectáreas), en gran parte de escasaproductividad, para la agricultura y laganadería. A partir de la década de los40 del siglo XX, e incluso en el periododemocrático en España, se siguieron jus-tificando actuaciones agresivas contra elmedio natural como los cultivos foresta-les, ocultos bajo la expresión eufemísticade repoblaciones, que arrasaron más de 3millones de hectáreas en varias décadasy sustituyeron la vegetación natural porespecies de crecimiento rápido y mayorvulnerabilidad al fuego, sobre todo pinos

y eucaliptos. Esta circunstancia favoreció el aumen-to y la virulencia de los incendios fores-tales que ya suponía, según las crónicasde la época, una notable preocupaciónpara las autoridades y sociedad civil deaquel entonces. Actualmente, los bosques siguen su-friendo a escala mundial un saqueo yuna destrucción sin precedentes. Másde 29 millones de kilómetros cuadra-dos de bosques han desaparecido enlos últimos 60 años. Y lo que es másgrave en términos de conservación dela biodiversidad, el 93% de los bosquesprimarios del mundo, es decir, extensassuperficies de bosque original intacto,han desaparecido o están amenazadospor usos productivos. Cada día son másescasas las grandes superficies de bosquecon capacidad de garantizar la viabilidadde las especies asociadas a esos ecosiste-mas forestales. En España no se puede hablar de bos-ques primarios. La totalidad de las masasboscosas se consideran secundarias,debido a su grado de desnaturalizacióna causa de una intervención histórica porparte del hombre. Sin embargo, aún esposible encontrar bosques maduros yviejos, en lugares inaccesibles de la Cor-dillera Cantábrica y de algunos macizosmontañosos más meridionales. Los bosques nos proporcionan nosólo madera y papel, materiales in-sustituibles, sino muchos otros bienes,materiales e inmateriales. Se calcula quede los árboles se puede extraer más de3.000 materias básicas no maderables.Además, los bosques nos proporcionanotros beneficios de carácter social o

“Repoblación” forestal


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inmaterial, como son el ocio, el disfrute,el equilibrio, la belleza y la estética, asícomo una gran relevancia para la culturay el arte. Las aportaciones no traducibles en tér-minos económicos llegan a representarel 90% del total de los beneficios quenos proporcionan las comunidades ve-getales en su conjunto. De éstos, el 75%son de tipo ecológico, como por ejemplola depuración del aire por la función desumidero de carbono atmosférico, asícomo la captación de agua. La fijación del carbono por los ecosis-temas vegetales es, sin duda, uno de losbeneficios no tangibles más importantes,máximo teniendo en cuenta el aumentode los gases de efecto invernadero, entreéstos, el dióxido de carbono, como con-secuencia de nuestro energéticamentedespilfarrador modelo de producción yconsumo. La capacidad de secuestro deCO2 atmosférico depende de diversosfactores, siendo la composición y estruc-tura vegetales, junto a las condiciones cli-matológicas, dos de los más importantes.La acumulación de CO2 se sitúa entre las4,5 toneladas por hectárea de Galicia y

las 1,1 t/ha de Murcia. En un horizontecambiante en cuanto a las condicionesclimatológicas, con un aumento de laaridez y escasez de precipitaciones espe-cialmente en la mitad sur de España, losniveles de secuestro de CO2 disminuirán,debido a una reducción en las tasas decrecimiento de los vegetales ante unamenor disponibilidad hídrica. Igualmente, las comunidades vege-tales bien estructuradas y conservadasfrenan la erosión, tanto la de origenantrópico como natural, y aumentan lafertilidad de los suelos por la constanteaportación de materia orgánica. Del mismo modo, regulan las tempe-raturas, aumentan la humedad y son unreservorio de la biodiversidad. De hecho,se calcula que casi el 70% de los anima-les y plantas que existen actualmente ennuestro planeta viven en los bosques. Como se puede apreciar, cuando unmonte es pasto de las llamas, no sólo sepierde un número de árboles y arbustosdifícil de determinar, sino una serie deservicios y beneficios de los cuales de-pende en gran medida nuestra calidadde vida y bienestar.

El disfrute de la naturaleza

es uno de los beneficios

que permiten los bosques

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Causas e impactos de los incendios forestales

Los incendios forestales son uno de los mayores problemas ambientales de España. Sus impactos negativos, tanto socioeconómicos como ecológicos, son muy importantes. La profesionalización de los operativos contra-incendios y el aumento en los medios de detección y extinción, no ha sido suficiente para reducir el número de incendios forestales. Las previsiones de futuro son inciertas, debido al aumento de las superficies artificiales en ámbitos forestales, la inadecuada regulación de determinadas prácticas de riesgo y, sobre todo, por el cambio climático.


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GRÁFICO 1: NÚMERO DE INCENDIOS (1961-2006)

Los incendios forestales constituyenuna de las principales amenazaspara la conservación de los espacios

naturales, provocando graves pérdidasambientales e incluso de vidas humanas.A pesar del esfuerzo e inversiones enmedios para la detección y extinciónde incendios forestales, así como deprofesionalización de los operarios deextinción y dirección, sigue aumentadoel número total de incendios forestales,el de grandes incendios forestales e,incluso, el de pérdidas humanas, conun total de 59 personas fallecidas entre2003 y septiembre de 2006. En el gráfico 1 se puede apreciar unconstante y peligroso aumento en el

número de incendios forestales, parti-cularmente en la década de los noventa,y en los años transcurridos del presentesiglo. En el caso de las superficies incendia-das (gráfico 2), las oscilaciones entre añosy décadas son notables, estableciéndoseimportantes contrastes. Parece que lascondiciones climatológicas en la segundaparte de la década de los noventa –tem-peraturas suaves y lluvias intermitentesdurante el periodo de máximo riesgode incendio forestal– permitieron unpequeño respiro. Desde 2001 se observauna tendencia al alza, situándose en unas150.000 hectáreas la superficie afectadacada año.

Fuente: Dirección General para la Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente

GRÁFICO 2: SUPERFICIE QUEMADA (MILES DE HECTÁREAS) (1961-2006)

Fuente: Dirección General para la Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente

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Quema agrícola43%

Quema obt. pastos 31%

Pirómanos14%

Caza 4%Daños animales 2%

Otras causas 6%

GRÁFICO 3: INCENDIOS POR CAUSAS.PERÍODO 1996-2005

GRÁFICO 4: INCENDIOS INTENCIONADOS POR CAUSAS.PERÍODO 1996-2005

CausasEl conocimiento y determinación delorigen de los incendios forestales cons-tituye una herramienta fundamentalpara adoptar las medidas preventivasoportunas que nos ayuden a evitar losincendios forestales. Las causas de los incendios forestalesse dividen en dos grandes grupos: cau-sas estructurales e inmediatas. Se suelen denominar causas estruc-turales de los incendios forestales aaquellos factores que pueden influirde manera importante en el compor-tamiento y propagación de éstos. Estascausas estructurales dependen de facto-res intrínsecos del propio medio naturaly o del entorno socioeconómico. Lasprincipales causas estructurales son:- Las condiciones climatológicas:largos periodos de sequía y de altastemperaturas son dos de los más rele-vantes.- Características de la vegetación:alto grado de combustibilidad e inflama-bilidad.- Condiciones orográficas del te-rreno: terrenos en pendientes con

dificultades de accesibilidad en determi-nados casos.- Uso indebido del fuego: prácticahabitual para eliminación de residuos enlas actividades agrarias y forestales, entreotros usos de riesgo.- Dispersión territorial: presenciade núcleos de población insertados en elmedio natural o en sus proximidades.- Estacionalidad de los incendios forestales: el hecho de que los incen-dios se produzcan principalmente enlos meses estivales dificulta el mante-nimiento del operativo de lucha contraincendios. Las causas inmediatas son aquellasque provocan el inicio del fuego y sedeben a agentes naturales o al compor-tamiento humano. Las causas inmediatasse pueden clasificar en intencionadas,negligencias y naturales. Los incen-dios intencionados son los provocadosdeliberadamente por el hombre, mien-tras que los negligentes se refieren aincendios forestales provocados a partirdel uso autorizado del fuego para algunaactividad pecuaria o relacionada con lagestión de los residuos (vertederos con-trolados, etc.). Ver gráfico 3.

Intencionados60%

Desconocidas16%

Otras causas6%

Negligencias 12%

Reproducción 2%Rayo 4%


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En el periodo 1996-2005, el porcen-taje de incendios forestales intenciona-dos alcanzó el 60%, siendo el origen delos mismos mayoritariamente debido ala utilización del fuego para prácticasrelacionadas con el sector agroganadero,en concreto para la quema de rastrojosy la quema de zonas de matorral parala generación de pastizal y alimentar elganado (gráfico 4). Las quemas agrícolas sin autorizaciónsuponen cerca del 45% de los incendiosintencionados cada año. Estas prácti-cas se realizan para eliminar los restos(rastrojos) de las cosechas ya segadas yrecogidas, y así facilitar la preparacióndel suelo para la siembra de la siguientetemporada. Las quemas agrícolas seconcentran en primavera y a finales deverano y principios de otoño, en losmeses de septiembre y octubre. Esta práctica, además de ser la causade numerosos episodios de incendiosforestales, es, desde un punto de vistaagronómico, uno de los sistemas de eli-minación de residuos vegetales más per-judiciales. La quema de residuos de lascosechas implica la destrucción de mate-ria orgánica, la desnudez total del suelodurante varios meses –coincidiendo conla época en que se concentran frecuen-tes precipitaciones, algunas de caráctertorrencial– lo que ocasiona importantespérdidas de suelo por erosión. Además,la combustión provoca efectos negativos,tanto físicos como químicos en la capasuperficial del suelo. Sin embargo, exis-ten prácticas culturales alternativas a laquema de rastrojos como la utilizaciónde la paja como alimento para el ganadoen régimen extensivo o semiextensivo, o

La quema de rastrojos y de matorral (fotos superiores) es una de las causas más frecuentes de inciendio forestal.

Los terrenos con fuertes pendientes (foto inferior) plantean dificultades para la extinción de incendios.

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el picado y esparcido en las superficiesde las parcelas de cultivo. También las quemas para obtenciónde pastos son responsables de un buennúmero de incendios. Cada año provo-can entre el 30 y el 35% de los incendiosintencionados. Se realizan para favorecerel desarrollo de herbáceas tras la elimina-ción de vegetación leñosa. Este tipo deprácticas pecuarias son más frecuentes,principalmente, en primavera y finalesde verano. Algunas Administraciones públicasson cada vez más remisas a la horade autorizar las quemas controladas,apostándose por la roturación con ma-quinaria del matorral de áreas de pastizalusadas desde tiempos inmemoriales obien por el fomento de la ganadería en

régimen extensivo. Es importante ofrecerincentivos y alternativas a los escasospastores de montaña para mantener lospastizales de montaña con unos nivelesadecuados de productividad. Otros incendios forestales son atribui-bles, en porcentajes menos significativos,a los pirómanos (14%), entendidos comopersonas con algún tipo de trastornopsicológico; o a conflictos que surgendentro del mundo de la caza (4%) –en-frentamiento por la caza entre propieta-rios y gestores de caza, o bien furtivosque prenden fuego a determinado cotode caza por venganza–. También cadaaño se atribuye un porcentaje del totalde los incendios forestales intencionadosa acciones de particulares, en algunoscasos con la colaboración vecinal, cuyo


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objetivo es la de dejar espacios inhós-pitos y rasos entre las zonas donde seestabula el ganado en las proximidadesde las aldeas y pueblos o en los alrededo-res de las zonas de cultivo. Se pretendeasí combatir a determinadas especiesde fauna silvestre sobre las que recaela acusación de provocar daños entre laganadería y las hortalizas y frutales de loshuertos. Los incendios forestales asociados anegligencias nos obligan a insistir en dosde las prácticas o usos del fuego más fre-cuentes en España, la quema de rastrojosy la quema de matorral y arboleda parala creación o mantenimiento de áreas depastizal. En este caso, se trata de quemascontroladas y autorizadas que, a pesar delas medidas de precaución adoptadas,prenden fuera de la parcela objeto dequema y acaban afectando a los terrenoslimítrofes. A este grupo hay que sumarlos incendios forestales provocados porincendios espontáneos en vertederos,por hogueras mal apagadas o ubicadasen las áreas recreativas o de descanso dela red de carreteras, etc. Los porcentajes atribuibles a cadacausa son diferentes según de qué áreadel Estado español estemos hablando.En el norte y noroeste peninsular lamayoría de los incendios forestales sonintencionados (75%) y las negligenciasson la segunda causa (7%). Ésta es, condiferencia, el área geográfica donde seconcentra un porcentaje más significati-vo de incendios forestales intencionados.Sin embargo, en las Comunidades Au-tónomas del interior la principal causade los incendios forestales son las negli-gencias, hasta en un 38%, frente a un

27% de intencionados. Similares son losdatos en el mismo periodo para el áreadel Mediterráneo. Aquí, los incendiosforestales por negligencias se sitúan entorno al 49% y los intencionados en el28%. Por último, en las islas Canarias el42% de los incendios son intencionados,mientras que los imputables a negligen-cias suponen un 34%.

Impactos ecológicos

Los efectos ecológicos de los incendiosson diversos. Alteran la estructura edáfi-ca del suelo, provocando o favoreciendolos procesos erosivos, especialmente enlas áreas donde las precipitaciones sonmás torrenciales y localizadas, comoocurre en el levante español. Asimis-mo, la pérdida de la cobertura vegetalreduce drásticamente la capacidad delterreno de absorber y retener las pre-cipitaciones de agua aumentando elriesgo de inundaciones. En cualquiercaso, y según la intensidad del fuego, losefectos sobre el suelo pueden ser bajos,moderados y altos, dependiendo deldaño provocado en la materia orgánicasituada en el primer nivel del suelo. Lapérdida de suelo determina en granmedida el grado de irreversibilidad deun incendio forestal. Los incendios afectan negativamen-te a la fauna silvestre, modificando sucomposición y distribución, cuando nola muerte de miles de animales. Los máspequeños y lentos por sus dificultades dedesplazamiento o simplemente por queconfían en la seguridad de sus refugios,

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mientras que los más grandes, como losciervos, jabalíes, gamos, etc., quedanatrapados en los vallados cinegéticosque proliferan por casi cualquier puntola geografía nacional, particularmente enla mitad meridional. Desde el punto de vista de la con-servación de la fauna silvestre, resultanespecialmente graves aquellos incendiosforestales que devastan áreas considera-das críticas para especies en situacionesde amenaza. Pero es la vegetación, sin duda, el ele-mento biótico que más sufre los efectosdel fuego. La magnitud de su impactodependerá de diversas variables, comoel tipo de estructura y composición de lapropia comunidad vegetal presente en lazona afectada por el fuego, la intensidady el tipo de fuego, así como la meteoro-

logía post-incendio. Su posterior recuperación dependeránuevamente de diversos factores, comola aludida meteorología post-incendio,la orografía del terreno afectado, laorientación y su régimen de aprovecha-miento posterior al suceso. En resumen,se puede afirmar que las característicasdel fuego, las condiciones físicas yclimatológicas y el régimen de protec-ción o aprovechamiento de la zonaincendiada determinarán el grado deimpacto de un incendio forestal sobrecada área. El paisaje, considerado como un valorintrínsico y un recurso susceptible deuso, sencillamente desaparece fulminadopor el efecto devastador del fuego. Estacircunstancia añade una nueva pérdidaasociada a los incendios forestales.


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Impactos

socioeconómicosJunto a los daños ambientales, los incen-dios forestales provocan pérdidas econó-micas y, en ocasiones, pérdida de vidashumanas. Todos los años, la extinción dealgunos incendios forestales se cobra lavida de operarios que integran los ope-rativos contra-incendios. Las condicionesextremas de trabajo, la elevada cantidadde incendios –lo que fuerza a una pre-sencia y actividad continua de los retenesen las comunidades autónomas dondela situación aparentemente está fuera decontrol– son las causas de la mayor partede los accidentes mortales relacionadoscon los incendios forestales. Pero las víctimas no sólo se encuen-tran entre el personal de extinción.También incluyen a personas ajenas aestas tareas, pero que quedan atrapadaspor el fuego por diversas causas y cir-cunstancias (cuadro 1). La pérdida de viviendas y explotacio-nes agrícolas, ganaderas o de cualquierotra índole, y el trastorno psíquico yemocional de los habitantes de las po-blaciones incendiadas son otros de losefectos de los incendios forestales. A las consecuencias ambientales ysociales, hay que añadir toda una seriede implicaciones de orden económicomás o menos cuantificables. Después deun incendio, se produce la pérdida deimportantes recursos naturales directos eindirectos: productos maderables, leñas,corcho, resina, pastos, montanera para elganado, hongos, caza y pesca. Además,desaparecen importantes beneficios am-

bientales como las funciones protectorasdel monte y la pérdida de sus valoresrecreativos. No podemos olvidar que los costes ne-cesarios para restaurar determinadas zonasafectadas, las inversiones en prevención yextinción, la limitaciones o restriccionesde uso y aprovechamiento de los terrenosarrasados por el fuego y las ayudas eco-nómicas para las localidades o particularesafectados, también suponen importantespartidas económicas detraídas en gran me-dida de los recursos financieros públicos.

Nº de víctimas mortales

Personal extinción

Ejército y voluntarios

Ciudadanos atrapados por fuego

TOTAL

1986 4 1 0 51987 1 0 0 11988 4 0 0 41989 2 0 9 111990 4 0 0 41991 5 2 0 71992 14 0 1 151993 3 1 5 91994 23 1 9 331995 6 1 2 91996 2 1 1 51997 4 0 1 51998 5 0 0 51999 6 0 2 82000 7 0 0 72001 5 0 0 52002 4 0 1 52003 8 0 5 132004 3 0 2 52005 17 0 3 202006* 6 2 3 11Total 133 9 44 187

Dirección General de Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente. (*) Datos hasta septiembre de 2006

CUADRO 1: VÍCTIMAS MORTALES (1986-2006)

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Vulnerabilidad

ante los incendios

forestalesEn los próximos años, cuando se hablesobre la problemática de los incendiosforestales en España, nos veremos obli-gados con toda seguridad a utilizar deforma reiterada el término vulnerabili-dad. Y es que, aunque resulte paradójico,el espectacular aumento de los mediosde detección y extinción de incendiosforestales y su profesionalización sólo haconseguido reducir la superficie afectada,gracias a la reducción del tiempo de reac-

ción, una mejor de coordinación, y unamayor eficacia en los primeros frentesde ataque. Sin embargo, el número deincendios forestales sigue una tendenciapeligrosamente alcista: el riesgo potencialde incendio forestal se eleva y, por tanto,también el grado de vulnerabilidad. Factores como el uso del fuego enel medio natural, el cambio climáticoy la cada día más extensa red de infra-estructuras de transporte, acompañadade nuevas áreas residenciales, son losprincipales factores que han extendidoy seguirán ampliando el riesgo de incen-dios forestales en España.

Uso del fuego en el medio naturalSegún datos de la Dirección Generalpara la Biodiversidad del Ministerio deMedio Ambiente, en el periodo 1996-2005, los incendios originados de formaintencionada han supuesto el 60% delos incidentes registrados. Al menos, el72% de los incendios forestales duranteel periodo citado se debe a la actividadhumana. En ese periodo, el porcentaje de losincendios provocados relacionados conla quema de matorral para la generaciónde pastizal o la quema de rastrojos,alcanzaron el 76%. No se tienen datosprecisos de los incendios forestales aso-ciados al uso del fuego en las áreas dedescanso, de acampada o recreativas. La regulación de estas prácticas deriesgo está siendo muy dispar. ExistenComunidades Autónomas donde seestablecen serias limitaciones y restriccio-nes al uso del fuego o a la circulación envehículos de motor por terrenos fores-


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tales. Sin embargo, otros Gobiernos au-tonómicos están siendo más permisivoscon ciertas prácticas de riesgo. Resultaparadójico comprobar como algunas delas Comunidades Autónomas que mássufren el envite de las llamas, son precisa-mente las que permiten encender fuegoen las áreas recreativas y de descanso enel periodo de máximo peligro, así como

la circulación por terrenos forestalescon vehículos motorizados, e incluso lautilización de artificios pirotécnicos conmotivo de las fiestas patronales o locales(cuadro 2).

Cambio climáticoExisten evidencias sobre los efectosbiológicos del cambio climático. La

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Andalucía P.p.r. s.r. Proh s.r. P.p.r. C.L. s.r. C.A. Proh PermAragón P.p.r. s.r. Proh s.r. C.A. C.L. C.L. Proh Proh PermAsturias P.p.r. s.r. s.r. Perm Perm C.L. s.r. Proh s.r. PermCanarias C.L. s.r. C.A. Perm Perm C.L. Perm P.p.r. P.p.r. PermCantabria C.A. C.A. s.r. s.r. Perm C.L. C.L. C.A. Proh C.L.Castilla-La Mancha Proh s.r. s.r. P.p.r. P.p.r. C.L. P.p.r. Proh Proh PermCastilla y León Proh Proh Proh Proh P.l.a. C.L. P.p.r. Proh Proh C.L.Cataluña C.A. s.r. P.p.r. s.r. P.l.a. C.L. s.r. Proh Proh PermExtremadura P.p.r.* s.r. s.r. s.r. P.l.a. C.L. C.L. C.A. Proh PermGalicia P.p.r. Proh s.r. s.r. Perm Perm Perm Proh Perm PermIslas Baleares C.A. C.A. Proh s.r. Proh P.p.r. P.p.r. s.r. Proh C.L.La Rioja C.A. C.A. Proh P.p.r. P.p.r. C.L. C.L. P.p.r. Proh PermC. Madrid P.p.r. s.r. s.r. s.r. s.r. C.L. C.L. Proh P.p.r. PermMurcia P.p.r. s.r. Proh s.r. P.l.a. C.L. C.L. C.L. Proh PermNavarra Proh s.r. s.r. Proh Proh s.r. s.r. s.r. s.r. s.r.C. Valenciana P.p.r. s.r. s.r. Perm Perm C.L. s.r. Proh Proh PermPaís Vasco s.r. s.r. s.r. s.r. s.r. s.r. s.r. s.r. s.r. Perm

Leyenda:

Perm Permitido.C.L. Permitido con limitaciones.C.A. Permitido con autorización administrativa de la autoridad competente.P.l.a. Prohibido, salvo en las áreas acondicionadas.P.p.r. Prohibido en los periodos de mayor riesgo de incendios.Proh Prohibido todo el año.s.r. Sin regular.

(*) Se permiten, sin autorización, las quemas de restos vegetales en zonas de regadío.

CUADRO 2: REGULACIÓN DE LAS PRÁCTICAS DE RIESGO EN LAS CCAA.

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primavera biológica se ha adelantadoy la llegada del frío se ha retrasado,de manera que el periodo vegetativose prolonga. El calentamiento globaly la disminución de precipitacionespara las próximas décadas aumen-tarán el riesgo de incendio forestal,favorecido por el incremento de labiomasa y de la inflamabilidad aso-ciada al CO2. Por tanto, parece urgente y necesarioque las Administraciones públicas empie-cen a planificar en materia de prevenciónde incendios forestales en un contextocambiante e incierto en lo respecta a lascondiciones climáticas, donde el riesgode estrés hídrico y meteorológico marca-rá desafíos permanentes a los operativosde prevención y extinción de incendiosforestales.

Infraestructuras de comunicación y capacidad de movilidad

Desde hace más de 2.000 años en Espa-ña se construyen vías de comunicaciónpara facilitar el transporte de personasy mercancías. En las últimas décadas,a través de sucesivos planes de infraes-tructuras aprobados por los gobiernosdemocráticos, se ha incrementado no-tablemente la red viaria, sobre todo encuanto a vías rápidas. El conjunto dela red viaria en sus distintas categoríasy características en España se sitúa entorno a los 700.000 kilómetros y sigueen aumento. La construcción de viales, caminos ypistas forestales, muchos de ellos exentosde cualquier tipo de regulación en cuanto


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a su uso, los han convertido en vías deentrada de personas, con frecuencia envehículos a motor, a los espacios forestalesmás recónditos e inaccesibles, con el con-siguiente aumento del peligro de incendioforestal. Como ya se indicó, las estadísticasconfirman que las vías de comunicaciónque discurren sobre espacios serranos seconvierten en ejes sobre los que se con-centran la mayor parte de los siniestrosforestales que acontecen cada año.

Áreas residenciales no tradicionales en ámbitos forestalesLa explosión urbanística que se ha apo-derado de España es, sin duda, unosde los principales problemas que ame-nazan el bienestar del conjunto de losciudadanos y la preservación del medioambiente. Según el estudio realizado porel Observatorio de la Sostenibilidad enEspaña, dependiente del Ministerio deMedio Ambiente, durante el periodo1987-2000 las superficies artificiales sehan incrementado en un 29,5% conrespecto a la cantidad preexistente, acosta de las superficies ocupadas porvegetación o las destinadas a la produc-ción agrícola. Es decir, la tasa de cambio de usoy ocupación de suelo casi alcanza el30% en apenas 14 años, una de lastasas más altas de Europa. Este dato,por si solo, no refleja la heterogeneidaden cuanto a la distribución espacial delcrecimiento urbanístico en el territorio.Este crecimiento ha supuesto una gransegregación espacial, como resultadode diversos factores, entre los que des-tacan el enorme dinamismo del sector

Desviación de la precipitación total en primavera de 2005 con respecto

al promedio 1970-2000 (En porcentaje.Francia y Portugal no se incluyen en el análisis).

Quad por una pista forestal

Urbanización en zona forestal

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de la construcción, el incremento de lassegundas viviendas, la fuerte inversiónen infraestructuras –y el consiguienteaumento de la movilidad– así como elaumento del turismo. Así, nos encontramos con el aflora-miento de numerosas áreas residencialesaisladas de los núcleos urbanos tradi-cionales, con frecuencia localizadas enespacios cubiertos por vegetación naturaly de orografía accidentada, lo que hasupuesto un aumento vertiginoso delgrado de vulnerabilidad –en especial delas personas que residen temporalmen-te en las citadas urbanizaciones– y delriesgo de incendio forestal. Otro problema añadido lo represen-tan las actuaciones residenciales ilegalesque han proliferado a las afueras de lasáreas metropolitanas, ciudades medias ypueblos de prácticamente toda España.

Procesos urbanizadores al margen delorden urbanístico, con viviendas cons-truidas en los lugares más insospechadosy de difícil acceso, carentes de una plani-ficación urbanística adecuada, y sin pla-nes de autoprotección ante situacionesde emergencia por incendios forestales. La presencia de urbanizaciones legalese ilegales en el monte se convierte en unfactor de distracción para los operativoscontra-incendios, limitando extraordina-riamente la reacción y la eficacia de losmismos. El resultado suele ser un mayoravance del fuego, y por tanto, más su-perficie afectada por las llamas. En definitiva, la urbanización de losespacios forestales está multiplicando lavulnerabilidad de un número crecientede personas y generado un riesgo adi-cional de incendio forestal que pone enpeligro los bosques ibéricos.

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Investigación de las causas de los incendios forestales

Evitar los incendios forestales pasa inexcusablemente por la identificación de sus autores y de sus motivaciones. La investigación en España es una práctica científica relativamente reciente, y se centra en el estudio de aspectos físicos del siniestro forestal. Sin embargo, de forma inexplicable, se excluyen otros elementos útiles para el éxito de la investigación sobre los incendios forestales.

La abundante cantidad de datos einformación que ofrecen los partestécnicos de los siniestros, además de

los estudios más en profundidad realiza-dos en torno a aspectos específicos de laproblemática de los incendios forestales,no han servido para poder establecerlíneas de trabajo que nos conduzcan a laerradicación de los incendios forestales. En el gráfico 3 (página 10) se observa-ba el espectacular porcentaje de incen-dios forestales intencionados de hasta un60% en el periodo 1996-2005, lo queda una idea de la extraordinaria dificul-tad que entraña una solución definitiva

de esta problemática ambiental y social.También merece una mención expresa elporcentaje de incendios forestales asocia-dos a negligencias, es decir, a descuidosen la utilización del fuego en el monteo zonas colindantes a zonas forestales,con un 12%. Por su parte, el porcentajede los incendios desconocidos en la es-tadística general del conjunto de Estadose sitúa en el 17%, pero en algunas Co-munidades Autónomas el porcentaje deincendios que acaban clasificados comode origen desconocido –bien por queno se ha podido determinar la causa delincendio o simplemente por que no se


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ha llegado a investigar su procedencia omotivación– alcanza cifras alarmantes einjustificables. Así ocurre en la Comu-nidad de Madrid, donde el 87% de losincendios en el año 2004 acabaron sinesclarecerse. En algunos casos se ha abusado, yparece que se sigue haciendo por partede algunas Comunidades Autónomas,de las categorías-colchón, consideradasaquellas en las que los técnicos, pordiversas razones, adscriben las autoríaso las causas de un número importantede incendios forestales a la categoríade negligencias varias e inespecíficas, odirectamente a causa desconocida. Así no es posible trazar una estrategiaeficaz y adaptada a las característicasfísicas y sociológicas de las diversas situa-

ciones que se representan en España. Ypor tanto, es probable que el número deincendios forestales, a pesar de las eleva-das inversiones en detección y extinción,se mantengan en la tendencia actual eincluso que este número aumente: lascausas y motivaciones que provocanuna parte significativa de los incendiosforestales siguen sin anularse, mientrasque los factores de tipo climatológico yfísico avanzan por un sendero incierto ycambiante que complicara aún más lasituación. La experiencia en España en cuantoa sistemas de investigación aplicados a laresolución de la causa o autoría de incen-dios forestales es relativamente reciente.Además de la corta experiencia, el puntode interés sobre el que ha girado la inves-

Barbacoa donde empezó

el incendio de Guadalajara de 2005

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tigación ha sido el comportamiento delfuego desde parámetros exclusivamentefísicos. Esto ha resultado determinantepara la identificación de elementos su-mamente interesantes, como el punto deinicio, el medio e ignición, la evolución ycomportamiento del fuego, etc. pero noha sido suficiente para reducir el númerode incendios forestales. Una certera investigación debe deconducirnos a una identificación de

los presuntos autores y una determina-ción diáfana de las posibles situacionesfuturas de riesgo, de tal manera queseamos capaces de cortar la recurrenciade incendios forestales en un municipioo comarca determinada. Y para ello esfundamental estudiar en cada caso lasevidencias humanas. Para conseguirlo, es necesario realizaruna recogida de datos históricos que nosayude a reconstruir el contexto socioeco-nómico en que se inicia y desenvuelveel incendio forestal, que nos permita elestablecimiento de un cuadro de indi-cadores de actividad, que a su vez nosresultará esencial para empezar el trabajode investigación a partir de una hipótesisde trabajo coherente. Debemos de insistir en la idea de queno es sólo importante la identificacióny posterior detención del presunto cau-sante del fuego. Además, es primordialestablecer su causalidad en un contextoamplio, multifactorial, que nos permitafundamentar decisiones técnicas o polí-ticas a escalas reducidas, que respondana los condicionantes específicos de cadaespacio geográfico. Uno de los sistemas más utilizadospor las brigadas de investigación, for-mados por al menos tres personas, ge-neralmente agentes de medio ambienteo agentes adscritos a la Guardia Civil oPolicía autonómica, es el Método de las Evidencias Físicas (MEF). Este métodode investigación responde, al menosen un plano teórico, al proceso de in-vestigación que puede arrojar luz sobrela intencionalidad y motivación de lamayor parte de los incendios forestalesen España.

Cortafuegos en una zona forestal


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¿Cómo evaluar el dañode un incendio forestal?

El fuego, como factor de perturbación natural, tiene una importante influencia en la evolución del comportamiento regenerativo de numerosas especies de vegetales. El problema surge cuando a la suma de los incendios forestales originados por factores naturales añadimos los siniestros originados por el hombre. El impacto ambiental negativo de un incendio forestal dependerá de la superficie afectada, de sus características ecológicas, de la pérdida o no de vidas humanas, así como de la capacidad de regeneración de la zona incendiada.

Incendios y

ecosistemas forestalesDesde un punto de vista ecológico, elfuego es un factor de perturbación dediversas especies naturales, tanto vegeta-les como animales, que dependen de laexistencia de perturbaciones periódicaspara su persistencia. Ciertas característi-cas morfológicas y de comportamientoen un amplio espectro de plantas sedeben a una adaptación a la presencia

esporádica del fuego. Así, existen plantas que han desa-rrollado cortezas gruesas aislantes, queprotegen el cambium vascular, evitandoque alcance una temperatura letal queprovocaría la muerte de la planta. Otras,por la forma de su copa, parte de lasuperficie queda más protegida a la ex-posición de las llamas o de las corrientesde aire caliente que pudieran flamear laparte aérea. Hay plantas que disponende un enraizamiento profundo, quereduce el daño notablemente.

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Pero no acaban aquí los sistemas pasi-vos de adaptación de numerosas plantasa la presencia esporádica y de formanatural del fuego. La disposición de lasramas de ciertas especies influye en unmayor o menor daño ante las llamas. Así,los árboles y arbustos que incrementanel ritmo de poda natural, sea por tratarsede una característica intrínseca o porcompetencia con otras especies, reducenla posibilidad de daño. También hay plantas, las especies re-brotadoras, que como su propio nombreindica son capaces de resistir la accióndel fuego gracias a la existencia de unnúmero importante de yemas latenteso durmientes protegidas y a la acumu-lación de sustancias de reserva, que ali-menta a las yemas tras cualquier tipo deperturbación. Aún queda un grupo, las

especies germinadoras, que sucumbenpor completo al efecto del fuego abrasa-dor, pero que son capaces de almacenaro generar una reserva de semillas viablesque germinan estimuladas por la accióndel fuego. De hecho, hay especies deflora silvestre, como las denominadaspirófitas, que dependen estrechamentepara su germinación de la acción delfuego. En la cuenca mediterránea, lasespecies del género Cistus (jara pringosa,jara blanca, etc.) son ejemplos represen-tativos de especies germinadoras.

Jara blanca

Jara pringosa


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Resulta fácil y lógico considerar laimportancia evolutiva del fuego en loscomportamientos de regeneración deun importante número de especiesvegetales. Por tanto, se puede concluirprovisionalmente que el fuego, comofactor de perturbación natural, ha esta-do siempre presente en los ecosistemaspeninsulares y que ha sido determinanteen la estructuración, configuración ylocalización de las masas boscosas denuestro país. El problema surge cuando a la sumade los incendios forestales originados porfactores naturales añadimos los siniestrosoriginados por el hombre. El resultadoes de casi 22.600 incendios forestalesanuales de media en los últimos tresaños, generando cuantiosas pérdidaseconómicas, fallecimientos de profesio-nales del fuego o de personas ajenas alas labores de extinción, y finalmente, uncoste ecológico extraordinario.

¿De qué depende el

impacto ambiental de

un incendio forestal?

El fuego, dependiendo de su virulencia,puede afectar de manera más o menosimportante al suelo, al régimen hídrico,a la vegetación y a la fauna silvestre, asícomo al paisaje. Del grado de impacto,se puede determinar los efectos quetendrá un determinado incendio forestalsobre la conservación y persistencia delos ecosistemas, la capacidad de regene-ración natural y los costes ambientales,

tanto en el aspecto de los beneficioscomo de los servicios ambientales. Debe de quedar claro que no todoslos incendios forestales tienen los mismosefectos negativos, y que por tanto, en elmomento de valorar la trascendencia deun incendio forestal o de realizar el ba-lance general de los siniestros sucedidosa lo largo de un año, hay que consideraruna serie de factores, como son:

Superficie afectadaCaracterísticas ecológicasCoste económico, pérdidas humanas

y alarma socialPosibilidades de regeneración poten-

cialNivel de protección adicional

Superficie afectadaSupone uno de los factores más determi-nantes. Salvo en los siniestros en los quela masa vegetal incendiada correspondaa cultivos madereros, como ocurre concierta frecuencia en determinadas áreasgeográficas castigadas históricamente poreste de tipo explotaciones, el impactonegativo de un incendio forestal es direc-tamente proporcional a su superficie.

Características ecológicasLas características ecológicas de un lugarlas compone básicamente el sistema na-tural edáfico, las comunidades botánicas(composición y estructuración) y lasfaunísticas, así como el paisaje. El impacto sobre el suelo dependerádel tipo de fuego. El fuego afecta a laspropiedades físicas, químicas y biológicasdel suelo, en función de la intensidad deincendio forestal, del grado de humedaddel suelo, de la cobertura de vegetación,

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de la pendiente del terreno y de las con-diciones climatológicas del momento. Existen tres niveles en la intensidadde los efectos:

Baja: La capa de materia orgánica sequema superficialmente.

Moderada: La capa de materiaorgánica se quema. La estructura no sealtera visiblemente.

Alta: La materia orgánica se reduce acenizas. El color y la estructura del suelose alteran de manera visible. El valor ecológico de la vegetación

afectada por un incendio forestal de-penderá de factores como el grado decomplejidad de las comunidades botá-nicas, de su representatividad, riquezaflorística (número de especies) y sugrado de endemicidad (presencia deendemismos). Un ejemplo. Un hipotético incendioforestal que afectara a 250 hectáreas depinsapar –una especie arbórea endémi-ca, singular y considerada en peligro deextinción por la UICN y con un área dedistribución mundial de tan sólo 2.350hectáreas– se consideraría probablemen-te como uno de los peores incendios fo-restales de la temporada o de la década.Estaríamos valorando la pérdida de másdel 10% de la superficie total de unaespecie endémica, única en el mundoy con un área de distribución muy re-ducida. Tal vez, y remitiéndonos ahoraa episodios reales, sólo comparables alimpacto sobre la vegetación provocadopor incendios forestales como el de RíoTinto, en Huelva (2003). Resumiendo, se puede decir que lamagnitud de un incendio forestal estásujeta, en gran medida, a la intensidaddel fuego, al valor ambiental de la vege-tación y a su capacidad de regeneraciónnatural. También hay que valorar el impactonegativo que supone el fuego en lascomunidades animales, en todos los ni-veles de la cadena trófica, desde micro-organismos hasta mamíferos. La vegeta-ción es parte fundamental del hábitat delas numerosas especies que satisfacen suciclo vital en los ecosistemas forestales.El fuego altera sus refugios, sus áreasde anidamiento o cría, sus terrenos


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para el descanso y alimentación, etc.,amen de la mortandad y graves heridaspropiciadas directa o indirectamentepor el incendio. A esas pérdidas habráque sumarle los animales desplazados,que en zonas bien conservadas se pue-den contar por miles de individuos dedistintas especies. El grado de mayor o menor impactosobre la fauna silvestre vendrá determi-nado por el número total aproximado deanimales muertos y desplazados, y delinterés de algunas de las especies afec-tadas, sobre todo si están consideradasde interés especial debido a su estatuspoblacional y su grado de amenaza–águila imperial, lince ibérico, oso, buitrenegro, etc.–. Otro ejemplo. Si ardiesen las áreascríticas de la principal población de osopardo (Ursus arctos pyrenaicus) en España,un reducido núcleo a caballo entre las

Comunidades Autónomas de Galicia,Asturias y Castilla-León, compuesto deunos 60 ejemplares, estaríamos anteun verdadero desastre ambiental desdeun punto de vista de la conservaciónde la biodiversidad, más allá de otrasconsideraciones ecológicas, sociales oeconómicas. En resumidas cuentas, se puedeafirmar que la trascendencia de unsiniestro forestal desde un punto devista del impacto sobre las especiesanimales, dependerá, entre otros fac-tores, de la presencia de áreas deanidamiento, de cría o de refugio, deespecies amenazadas.

Coste económico, pérdidas humanas y alarma socialEl coste humano y económico tambiéndetermina la magnitud de un incendioforestal. Los incendios forestales produ-

Oso pardo

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cen pérdida de vidas humanas, tantoen las labores de extinción como porel propio avance del fuego sobre áreashabitadas. Desde 1990 hasta 2006, 166personas han perdido la vida a causa delos devastadores incendios forestales quehan asolado España. Además, se deben estimar los costeseconómicos, tanto la propia valoraciónmonetaria de los ya citados efectos eco-lógicos como la valoración de las pérdi-das económicas directas por el valor delos productos primarios (madera, corcho,pastos, resinas, frutos, caza, etc.).

Posibilidades de regeneración potencialLa mayoría de los ecosistemas terrestrespresentan mecanismos adaptativos quefacilitan la recuperación de la vegetaciónsilvestre afectada por el fuego. Por tanto,como ya se mencionó anteriormente, larecuperación de una zona incendiada vaa depender del grado de afección, de las

condiciones climatológicas en los añosposteriores al incendio, así como de lasespecies de las que se trate. En general, los bosques esclerófiloscomo los encinares, alcornocales y que-jigares, así como los bosques planocadu-cifolios como los hayedos, abedulares,castañares y rebollares, suelen presentarunos niveles notables de regeneración.En cambio, los bosques o formacionesde coníferas requieren haber alcanzadola madurez sexual, disponer de una re-serva de semillas y buenas condicionesde germinación para poder regenerarsedespués del incendio forestal. Las superficies cubiertas por herbá-ceas afectadas por el fuego se suelenrecuperar con rapidez. Por ello, tras un incendio, será necesa-rio esperar algún tiempo para conocer laevolución de la regeneración natural antede decidir si se acometen actuaciones deforestación de carácter antrópico. En la mayoría de las circunstancias,

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para no comprometer la regeneraciónnatural, se hace necesaria la adopciónde limitaciones o restricciones de usosy aprovechamientos, especialmente losganaderos. Cuando tras un incendio forestal seconstata que la regeneración natural porsi sola no tiene capacidad de restableceruna nueva cobertura vegetal, se pue-den realizar actuaciones restauradoras,como repoblaciones, eliminación de lamadera quemada, obras de correcciónhidrológica, etc. En estos casos, comoes lógico, el coste económico y social esmayor que en aquellas áreas incendia-das que mantienen su capacidad para

un reclutamiento vegetativo natural sinintervención humana.

Grado de protección adicionalLos espacios naturales protegidos aescala europea, nacional o autonómica,suelen ser los espacios naturales mejorconservados. Por ello, se debe considerarcomo una circunstancia agravante si unincendio forestal afecta a un espacio nat-ural protegido, puesto que se entiendeque se trata de un área que debido asus excepcionales valores ecológicos, ycon frecuencia culturales e históricos, hasido reconocido y protegido a través dealguna figura de protección.

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Terminología básica sobre incendios forestales

Actuaciones silvícolasSe trata de acciones y trabajos cuyo obje-tivo es el de mejorar las masas forestales.Entre los tratamientos se incluyen tra-bajos de rozas y desbroces de matorral,claras y podas de arbolado de la masaprincipal, con la misión de reducir lamateria vegetal susceptible de arder.

Agente ForestalAgente de la autoridad pertenecientea las Administraciones públicas que,de acuerdo con su propia normativa ycon independencia de la denominacióncorporativa específica, puede tener enco-mendadas, entre otras funciones, las depolicía y custodia de los bienes jurídicosde naturaleza forestal. Recibe otras deno-minaciones en las distintas ComunidadesAutónomas: Agente Medioambiental,Agente de Protección de la Naturaleza,

Guarda Forestal, Agente Rural, etc.

Área cortafuegosSe trata de áreas o terrenos forestales enlos que se realiza, mediante trabajos silví-colas, una reducción del combustible ve-getal, fundamentalmente de vegetaciónarbustiva, de matorral o herbácea y endeterminadas ocasiones de la arbórea.

Área de inicioPunto donde se inició el incendio fo-restal. Se determina después de unainterpretación exhaustiva del compor-tamiento del fuego.

Causas accidentalesSon las relacionadas con la quemas derastrojos o residuos agrícolas o forestales,con vertederos de residuos sólidos ur-banos o con el lanzamiento de artificios


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pirotécnicos en las fiestas patronaleso locales, entre otros, cuando a pesarde haberse adoptado las medidas deprevención adecuadas y establecidas enla normativa de prevención vigente, pro-vocan de manera accidental un conatoo incendio forestal.

Causas estructuralesSon aquellos factores que, sin provocarel inicio del fuego, pueden influir demanera importante en su comporta-miento y propagación, y por tanto, enla magnitud y trascendencia final quealcance el siniestro.

Causas inmediatasSon aquellas que provocan el inicio delfuego y son debidas a agentes naturales–la caída de un rayo normalmente– o acausa del comportamiento negligente ointencionado de las personas.

Causas intencionadasSon los incendios que se provocan poruna utilización deliberada del fuego porparte del ser humano.

Causas naturalesSon aquellas causas que producen incen-dios forestales sin la intervención huma-na. Se reducen a la caída de un rayo enel monte o en terrenos próximos durantela época de máximo peligro.

Causas por negligenciaSon los incendios forestales que tienensu origen, por regla general, en descuidosen determinadas prácticas de fuego enel monte o zonas colindantes con losterrenos forestales, sin haber adoptado

las debidas medidas de prevención. Seentiende que no existe interés ni preme-ditación de producirlo.

ConatoFuego igual o menor de una hectárea desuperficie afectada.

Cuadro de indicadoresEs el conjunto de evidencias físicas yhumanas presentes en el incendio queayudarán a establecer la hipótesis detrabajo para la averiguación de la causaque lo ha producido.

Cultivo forestalPlantación de especies vegetales de in-terés comercial desde un punto de vistadel valor monetario de la madera. Lasespecies más utilizadas históricamente,han sido las distintas especies de pinos,eucaliptos y variedades de chopos. Suimpacto negativo sobre el medio na-tural ha sido muy notable. En muchasactuaciones, la plantación de cultivosforestales ha ido precedida por la eli-minación de la vegetación natural dellugar. Además, los cultivos suelen llevarasociadas actuaciones impactantes comola roturación del sustrato y la apertura denumerosos accesos y fajas cortafuegos.

Época de peligroGeneralmente, son los meses de verano,los que representan un mayor peligro deincendio forestal.

EscamadoEs el resultado de la carbonización pro-funda de la madera que produce quesu superficie quede convertida en una

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especie de piel escamosa de vetas negrasy brillantes.

Especie forestalEspecie arbórea, arbustiva, de matorralo herbácea que no es característica deforma exclusiva del cultivo agrícola.

Faja auxiliarSe trata de áreas cortafuegos en formade fajas de unos 5 metros de ancho a loslados de las pistas, caminos o carreterasforestales.

Faja cortafuegosÁrea cortafuegos que consiste en laapertura de fajas de bordes paraleloscon eliminación de la vegetación hastael suelo mineral, con unas anchuras queoscilan entre los 5 metros en zonas devegetación herbácea a 50 metros en losterrenos donde predomina el estratoarbóreo.

Gran incendioIncendio superior a 500 hectáreas desuperficie afectada.

IgniciónEs el fenómeno que inicia la combustión.Se produce al introducir una pequeñallama externa, chispa o brasa incandes-cente (ignición provocada). Si la igniciónno la provoca ningún foco externo sedenomina auto-ignición.

IncendiarioIndividuo que provoca incendios foresta-les de manera consciente e intencionada,con el ánimo de provocar la máximadestrucción de la cubierta vegetal.

Incendio de copaSe propaga a través de las copas de losárboles una vez asciende el fuego desdeel estrato inferior.

Incendio de subsueloAvanza y se propaga quemando la mate-ria orgánica seca del suelo y las raíces.

Incendio de superficieEste tipo incendio forestal se extiende ypropaga quemando la vegetación her-bácea y de matorral así como los restosde vegetales en fase de putrefacción, sinapenas afectar al arbolado que puedaexistir.

Incendio forestalCuando el fuego se extiende sin controlsobre cualquier terreno forestal, afectan-do a vegetación que no estaba destinadaa arder. Siniestro superior a una hectáreade superficie afectada.

Índice de RiesgosSe define como la probabilidad deque se produzca un incendio fores-tal en una zona y en un intervalode tiempo determinado. Dependeráen gran medida de los factores quedeterminan el comportamiento delfuego.

LascamientoDesprendimiento de la corteza deplantas con tallo de corteza quebradi-zo, como consecuencia de la pérdidade humedad. Su localización en laplanta suele ayudar a marcar la di-rección de entrada y propagación delfuego


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Método de Evidencias Físicas (MEF)Sistema de investigación técnica quepermite la reconstrucción de la evolu-ción de un incendio forestal a travésdel análisis de los vestigios que éste hadejado a su paso.

MonteTodo terreno con una mínima superficieen el que vegetan especies forestalesarbóreas, arbustivas, de matorral o herbá-ceas, sea espontáneamente o procedande siembra o plantación, que cumplano puedan cumplir funciones ambienta-les, protectoras, productoras, culturales,paisajísticas o recreativas. También, losterrenos yermos, roquedos y arenales;y los terrenos agrícolas abandonadosque hayan recuperado característicasforestales.

Monte atlánticoSe caracteriza por comunidades vege-tales donde predominan la especiesplanocaducifolias, es decir, especiesvegetales que pierden sus hojas comomecanismo de adaptación a la estaciónfría. No obstante, en las zonas más térmi-cas, prosperan vegetales perennifolios. Lagran riqueza de árboles en este tipo decomunidades vegetales constituye unade sus principales características.

Monte mediterráneoSe caracteriza por comunidades vegetalessiempreverdes, con una predominanciade especies arbóreas y arbustivas de hojaesclerófila y persistente (encinas, alcorno-ques y pinos), adaptadas a un clima don-de el calor y la sequía marcan una seriede adaptaciones morfo-sociológicas.

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Petrificación de ramasCuando por el efecto del calor produci-do por la combustión, las ramas menosdesarrolladas de los árboles y matorralesadoptan una posición y postura parecidaal porte de una bandera. Es más evidentecuanto más rápido haya sido el avancedel fuego.

PirómanoIndividuo con una alteración psíquica,que le induce a provocar siniestrosforestales.

Plan de AutoprotecciónPlan que establece las medidas y actua-ciones necesarias para la lucha contralos incendios forestales, y la atenciónde las emergencias derivadas de ellos.Deben ponerlos en marcha los núcleosde población aislada, urbanizaciones,camping u otras actividades ubicadas enterrenos considerados zona de peligropor incendio forestal.

Plan Local de EmergenciasTiene como objeto establecer la organi-zación, el procedimiento de actuación yla movilización de los recursos, propios oasignados, a utilizar para luchar contra losincendios forestales que acontezcan funda-mentalmente en su término municipal.

Riesgo de incendioEl riesgo de incendios forestales se definecomo la probabilidad de que se pro-duzca un incendio en una zona y en unintervalo de tiempo determinado.

SilviculturaConjunto de técnicas que tratan de la

conservación, mejora, aprovechamientoy regeneración o, en su caso, restaura-ción, de las masas forestales.

Silvicultura preventivaConjunto de reglas dentro de la silvicul-tura general, que tienen la finalidad deconseguir estructuras de masa vegetalcon menor grado de combustibilidad, esdecir, con mayor resistencia a la propa-gación del fuego mediante actuacioneslineales (áreas cortafuegos) y actuacionesen la masa que creen discontinuidades.

SiniestroTodo aquel fuego que se produce enterreno forestal, incluidos los conatos.

Superficie arboladaCuando el fuego afecta a una superficiecon vegetación arbórea superior al 20%del área incendiada.

Superficie de herbáceasCuando la superficie recorrida por el fue-go está cubierta por vegetación herbáceao sobre la misma existe vegetación arbó-rea inferior al 20% de la zona afectadapor el incendio forestal.

Superficie de matorralCuando el fuego afecta a una superficiecubierta de matorral o de vegetaciónarbórea menor del 20% de los terrenosafectados.

Zona de RiesgoCorresponde a las zonas con predominiode terrenos forestales y delimitadas enfunción de los índices de riesgo y de losvalores a proteger.


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Teléfonos y enlaces de interésTeléfono de Emergencias, 112

Colegio de Ingenieros de Montes (websobre incendios forestales):http://www.incendiosforestales.org

Administración ambiental

Ministerio de Medio Ambiente915964600http://www.mma.es/portal/secciones/biodiversidad/

defensa_incendios/

Andalucía, Consejería de Medio Am-biente, 955003400http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/

Aragón, Departamento de Medio Am-biente, 976714664 http://portal.aragob.es

Asturias, Consejería de Medio

Ambiente, Ordenación del Territorio eInfraestructuras, 985105500http://www.asturias.es/

Canarias, Consejería de Medio Ambien-te y Ordenación Territorial,922475000http://www.gobiernodecanarias.org/cmayot/medio-

ambiente/

Cantabria, Consejería de Medio Am-biente, 942207593http://www.medioambientecantabria.com/

Castilla-La Mancha, Consejería de Me-dio Ambiente y Desarrollo Rural925286702http://www.jccm.es/medioambiente/

Castilla y León, Consejería de MedioAmbiente, 983419934http://www.jcyl.es/

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Ceuta, Consejería de Medio Ambiente956528200, http://www.ceuta.es/

Comunidad de Madrid, Consejería deMedio Ambiente y Ordenación del Terri-torio, 915803900, http://www.madrid.org/

Comunidad Valenciana, Conselleriade Territorio y Vivienda, 961973500http://www.cma.gva.es/

Euskadi, Departamento de Ordenacióndel Territorio y Medio Ambiente944031000 http://www.euskadi.net/

Extremadura, Consejería de Agriculturay Medio Ambiente, 924002090http://www.juntaex.es/consejerias/aym

Generalitat de Catalunya, Departa-mento del Medio Ambiente y Vivienda935674200 http://mediambient.gencat.net/cat/

Galicia, Consejería de Medio Ambientey Desarrollo Sostenible, 981541703http://medioambiente.xunta.es/

Illes Balears, Consejería de MedioAmbiente, 971176800, http://www.caib.

es/govern/organigrama/area.es.jsp?coduo=184

La Rioja, Consejería de Turismo, MedioAmbiente y Política Territorial941291792, http://www.larioja.org/ma/

Melilla, Consejería de Medio Ambiente,952699161, http://www.melilla.es/

Murcia, Consejería de Industria y MedioAmbiente, 968394100http://www.carm.es/cma/dgmn/

Navarra, Departamento de Medio Am-biente, Ordenación del Territorio y Vi-vienda, 848426688, http://www.navarra.es/


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Ecologistas en Acción915312739, www.ecologistasenaccion.org

AndalucíaParque San Jerónimo, s/n, 41015Sevilla Tel./Fax: [email protected]

AragónC/ Cantín y Gamboa 26, 50002Zaragoza Tel./Fax: [email protected]

Asturies:C/ San Ignacio 8 bajo, 33205 XixónTel: [email protected]

Canarias:C/ Senador Castillo Olivares 31, 35003L. P. de Gran Canaria Tel: 928362233922315475 [email protected]

Cantabria:Apartado nº 2, 39080 SantanderTel: [email protected]

Castilla y León:Apartado nº 533, 47080 ValladolidTel: [email protected]

Castilla-La Mancha:Apdo. nº 40 - 45516, Puebla deMontalbán (Toledo) Tel: [email protected]

Catalunya:Can Basté - Passeig. Fabra i Puig, 274.08031 Barcelona Tel: 934296518

[email protected]

Euskal Herria:C/ Pelota 5, 48005 Bilbao Tel:[email protected]

Extremadura:C/ Sevilla 63, esc 2 - 5º F, 06200Almendralejo (Badajoz) [email protected]

La Rioja:C/ Carnicerías 2, 1º, 26001 LogroñoTel./Fax [email protected]

Madrid:C/ Marqués de Leganés 12, 28004Madrid Tel: [email protected]

Melilla:C/ Colombia 17, 52002 MelillaTel: [email protected]

Navarra / Nafarroa:C/ San Marcial 25, 31500 TudelaTel: [email protected]

País Valencià:C/ Tabarca 12 entresuelo,03012 Alicante Tel: [email protected]

Región Murciana:C/ José García Martínez 2, 30005Murcia Tel: 968281532 - [email protected]

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Bibliografía de interés- F. VALLADARES (Editor). Ecología del bos-que mediterráneo en un mundo cambiante.Ministerio de Medio Ambiente, Organis-mo Autónomo de Parques Nacionales

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- J. Mª REY; T. ESPIGARES & J. M. NICOLAU

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