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EL VIAJE DE LA REPRESENTACIÓN DE LA AEPECT A BUENOS AIRES, AUSTRALIA Y NUEVA ZELANDA En enero de 2000, con motivo de la celebración de la III Conferencia Internacional sobre la En- señanza de las Ciencias de la Tierra, viajé a Aus- tralia, haciendo escala en Buenos Aires, en repre- sentación de la AEPECT. En la Argentina entré en cálido contacto con el grupo de investigación de la Universidad de Buenos Aires que desarrolla el Programa Aulagea de Asis- tencia para la Enseñanza de las Geociencias, inte- grado por el geólogo que lo dirige, José Sellés-Mar- tínez, las físicas Alicia Kriner, especialista en nuevas tecnologías educativas, y Leonor Bonán, que prepara su doctorado en lo que es la primera te- sis sobre enseñanza de la geología en Argentina, la química y profesora de didáctica de las ciencias, Lydia Galagovsky, y Liliana Castro, geóloga, in- vestigadora en geología económica. En Australia participé en una excursión de cam- po de cinco días por los alrededores de Alice Springs, el corazón desértico y tórrido del continen- te, y pasé una semana en Sydney, en la III Conferen- cia Internacional sobre la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, del 16 al 21 de enero del 2000. Ésta contó con unos 170 asistentes procedentes de 28 países, en su mayoría docentes de niveles se- cundario y universitario, además de algunos repre- sentantes de primaria, museos y servicios geológicos estatales o privados. Tres ponencias matinales de una hora fueron seguidas de la presentación de co- municaciones en tres salas simultáneamente. Se in- tercaló una salida de campo de un día a las Blue Mountains, a unos 200 km al oeste de Sydney, y ter- minó con un taller, el único programado, sobre “Uso de mapas geológicos y ordenadores en el aula”. En el desarrollo de la Conferencia, el Comité Provisional que la había convocado preparó una Asamblea Constituyente para el alumbramiento, de larga gestación, de la International Geoscience Edu- cation Organization (IGEO), entidad formalmente nueva, que se propone velar por el impulso de la enseñanza de las Geociencias en todo el planeta. Sus órganos rectores son el Council, presidido por Chris King, como Chair, y Nir Orion, como Vice- Chair, y el Comité de representación territorial, ac- tualmente integrado por un miembro representante de cada uno de los países que designaron represen- tación (miembro que para España debe ser redesig- nado en nuestro Simposio de Santander, pues yo me comprometí sólo hasta septiembre). La última semana de enero participé en una ex- celente excursión por Nueva Zelanda, un verdadero festín de geología de campo (vulcanismo, tectónica, geomorfología), parques naturales y museos, que constituyó una fuente de intenso y prometedor in- tercambio futuro entre muchos de los asistentes a la Conferencia. Las líneas de reflexión y tendencias que se plan- tean y los proyectos que se están gestando a escala planetaria entre quienes se preocupan por la ense- ñanza de la geoloía tal vez puedan intuirse del si- guiente contenido temático que he entresacado co- mo, a mi entender, más destacable: 158 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1999 (7.2) NOTICIAS INFORMACIONES Extasiada ante el inselberg Kata Tjuta (The Olgas), en la pedillanura del desierto australiano. (Foto de Masakazu Goto). Paseando el morral de la AEPECT por uno de los maravillosos museos naturalistas de Nueva Zelanda (a la izquierda, una geógrafa docente de secunda- ria de Idaho). (Foto de Masakazu Goto).

INFORMACIONES - core.ac.uk · tercaló una salida de campo de un día a las Blue Mountains, a unos 200 km al oeste de Sydney, y ter-minó con un taller, el œnico programado, sobre

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EL VIAJE DE LA REPRESENTACIÓN DE LAAEPECT A BUENOS AIRES, AUSTRALIA YNUEVA ZELANDA

En enero de 2000, con motivo de la celebraciónde la III Conferencia Internacional sobre la En-señanza de las Ciencias de la Tierra, viajé a Aus-tralia, haciendo escala en Buenos Aires, en repre-sentación de la AEPECT.

En la Argentina entré en cálido contacto con elgrupo de investigación de la Universidad de BuenosAires que desarrolla el Programa Aulagea de Asis-tencia para la Enseñanza de las Geociencias, inte-grado por el geólogo que lo dirige, José Sellés-Mar-tínez, las físicas Alicia Kriner, especialista ennuevas tecnologías educativas, y Leonor Bonán,que prepara su doctorado en lo que es la primera te-sis sobre enseñanza de la geología en Argentina, laquímica y profesora de didáctica de las ciencias,Lydia Galagovsky, y Liliana Castro, geóloga, in-vestigadora en geología económica.

En Australia participé en una excursión de cam-po de cinco días por los alrededores de AliceSprings, el corazón desértico y tórrido del continen-te, y pasé una semana en Sydney, en la III Conferen-cia Internacional sobre la Enseñanza de las Cienciasde la Tierra, del 16 al 21 de enero del 2000.

Ésta contó con unos 170 asistentes procedentesde 28 países, en su mayoría docentes de niveles se-cundario y universitario, además de algunos repre-sentantes de primaria, museos y servicios geológicosestatales o privados. Tres ponencias matinales deuna hora fueron seguidas de la presentación de co-municaciones en tres salas simultáneamente. Se in-

tercaló una salida de campo de un día a las BlueMountains, a unos 200 km al oeste de Sydney, y ter-minó con un taller, el único programado, sobre “Usode mapas geológicos y ordenadores en el aula”.

En el desarrollo de la Conferencia, el ComitéProvisional que la había convocado preparó unaAsamblea Constituyente para el alumbramiento, delarga gestación, de la International Geoscience Edu-cation Organization (IGEO), entidad formalmentenueva, que se propone velar por el impulso de laenseñanza de las Geociencias en todo el planeta.Sus órganos rectores son el Council, presidido porChris King, como Chair, y Nir Orion, como Vice-Chair, y el Comité de representación territorial, ac-tualmente integrado por un miembro representantede cada uno de los países que designaron represen-tación (miembro que para España debe ser redesig-nado en nuestro Simposio de Santander, pues yo mecomprometí sólo hasta septiembre).

La última semana de enero participé en una ex-celente excursión por Nueva Zelanda, un verdaderofestín de geología de campo (vulcanismo, tectónica,geomorfología), parques naturales y museos, queconstituyó una fuente de intenso y prometedor in-tercambio futuro entre muchos de los asistentes a laConferencia.

Las líneas de reflexión y tendencias que se plan-tean y los proyectos que se están gestando a escalaplanetaria entre quienes se preocupan por la ense-ñanza de la geoloía tal vez puedan intuirse del si-guiente contenido temático que he entresacado co-mo, a mi entender, más destacable:

158 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1999 (7.2)

NOTICIAS

INFORMACIONES

Extasiada ante el inselberg Kata Tjuta (The Olgas),en la pedillanura del desierto australiano. (Foto deMasakazu Goto).

Paseando el morral de la AEPECT por uno de losmaravillosos museos naturalistas de Nueva Zelanda(a la izquierda, una geógrafa docente de secunda-ria de Idaho). (Foto de Masakazu Goto).

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A. Comunicaciones orales

-enfoque “Earth System Science teaching”-uso de mapas conceptuales y enfoque construc-tivista en la enseñanza universitaria de geo-ciencias

-el geoturismo, un nuevo enfoque para elevar laconciencia pública en geociencias

-las web, los ordenadores y el GIS en la ense-ñanza

-formación de educadores en geociencias -curricula estatales y renovación de los planesde estudio

-enseñar a través de hacer investigar al alumna-do

-uso de la teledetección-renovación y utilidad de museos y exposicio-nes y su vinculación a las escuelas en la educa-ción formal e informal

-divulgación científica: día de las geociencias,semana de la tierra, fundación para extender lageoformación

-conexiones entre investigación, docencia y di-vulgación

-recaracterizar el trabajo práctico y de campo-educación para la sostenibilidad-la planetología en el aprendizaje de las geo-ciencias

-desastres naturales, vertederos y otros grandestemas sociales como hilo conductor en la geo-enseñanza

-formación permanente informal en geocienciasen una sociedad de larga esperanza de vida

-importancia de las geociencias para los paísesen vías de desarrollo

-ciencias del mar para todos los públicos-maletas de materiales para enseñantes de geo-ciencias en Australia

-predicciones meteorológicas en el aprendizajea distancia

B. De entre los posters, entresaco los siguientes:

Talleres sobre enseñanza de Sistemas Terrestresy cambio globalGIS en la enseñanza de las GeocienciasMateriales para parques nacionalesEl programa de geociencias de secundaria (endiversos países)Uso del ordenador y utilidad de las páginas weben geocienciasLa formación geocientífica de la población noescolar en generalEvaluar mediante un poster, en lugar de me-diante pruebas de examen

La AEPECT y la enseñanza de las ciencias de laTierra en España nos hemos beneficiado de la sen-sibilidad mostrada primero por el auditorio y luegocanalizada por el Presidente de IGEO, Chris King,de solidarizarse con las movilizaciones que promo-vemos para que en nuestro país las reformas que seavecinan no supongan la extinción de la geología.En Sydney (ante la comunicación defendida en re-presentación de la AEPECT) se gestó la idea de quela IGEO hiciera sentir su voz ante el gobierno espa-ñol, de modo que, tras la designación de la nueva

Ministra, Chris le ha hecho llegar la carta que aquíse reproduce. Esta carta y los debates de la interac-tivísima reunión virtual mantenida durante todo elpasado abril por los representantes de IGEO (queentre otros temas trata de caracterizar qué debe seruna buena Conferencia y cuáles deben ser la líneasde orientación para que sus comunicaciones y sali-das de campo merezcan calificarse como útiles parala mejora de la enseñanza de las ciencias de la Tie-rra) están siendo procesados y en su día podrán serleídos en la Newsletter de IGEO (el boletín provi-sional, traducción en castellano incluída, que desde1998 sus editoras han puesto a disposición públicaen internet). La próxima Conferencia de IGEO seráen el 2003 en Calgary, Canadá. Ojalá la representa-ción española sea entonces numerosa y entusiasta.A ver quién se anima.

Montse Domingo

CARTA DEL PRESIDENTE DE IGEO A LAMINISTRA ESPAÑOLA DE EDUCACIÓN

La siguiente carta fue enviada por el Presidentede IGEO a la Ministra Española de Educación a pe-tición de nuestra delegación española.

159Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1999. (7.2)

Sra. Del CastilloMinistra de Educación

Estimada Sra.,

Felicitaciones por haber sido elegida nuevaMinistra de Educación. Nuestros mejores dese-os para este cargo vital. Tratamos de mandarleesta carta desde la Conferencia GeoScieEd IIIen enero. Pero, previendo las anunciadas elec-ciones en España, pareció más adecuado espe-rar hasta que la nueva situación política se defi-niera y se eligiera el nuevo gabinete. Por esohemos esperado hasta ahora para escribirle res-pecto de nuestras inquietudes.

La tercera Conferencia sobre la Enseñanzade las Geociencias se llevó a cabo en Sydney,Australia, con mucho éxito. Estuvieron repre-sentados 28 países de todo el mundo y el cua-dro general resultante de los delegados de esospaíses fue muy positivo. Muchos países estánincluyendo las Ciencias de la Tierra en sus Cu-rricula Nacionales por vez primera y, en aque-llos donde no hay todavía Curriculum Nacio-nal, fuertes movilizaciones locales constituyenun esfuerzo para que se incluyan elementos deenseñanza de Ciencias de la Tierra.

A partir de la información que llega de todoel mundo está claro que las Ciencias de la Tie-rra están siendo consideradas como fundamen-tales para la educación de todos los niños,puesto que ellos son quienes van a tomar deci-siones en el futuro que van a afectar no sólo asus ambientes locales, sino a la Tierra entera.

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Cualquier representante de su país que conside-re que este tipo de apoyo puede ayudar a haceravanzar la causa de la enseñanza de las geocienciasdebería contactar con Chris King directamente.

Texto original

Ms. Pilar del Castillo, Minister for Education,Department of Education,Alcalá, 3628071- Madrid, Spain

Dear Ms. del Castillo,Congratulations on being chosen as the new Mi-

nister of Education. We wish you well in this vital

role. We had intended sending you this letter fromthe GeoSciEd III Conference in January. However,in view of the forthcoming elections in Spain, it se-emed better to wait until the new political situationhad settled down and the new cabinet had beenelected. Thus we have delayed writing to you aboutour concerns until now.

The third Geoscience Education Conferenceheld in Sydney, Australia and was highly success-ful. Some 28 countries from across the world wererepresented at the Conference and the general pictu-re portrayed by the delegates from those countrieswas a very positive one. Many countries are inclu-ding Earth Science in their National Curricula forthe first time and, in those countries where there isno National Curriculum as yet, there are strong lo-cal moves afoot to include elements of Earth Scien-ce education.

It is clear from the information becoming avai-lable across the world that Earth science is comingto be seen as fundamental to the education of allchildren, since they are the ones who will be ma-king decisions in the future that will affect not onlytheir local environments but also the whole Earth.Without a proper understanding of the scientificprocesses that drive our planet, the decision-makersof the future will be unable to understand the rami-fications of the decisions that they make and thelong term effects on local and global environments.Indeed, Earth science education is being seen as amore and more crucial element of the curriculum ofthe 21st century.

It was therefore with great dismay that we heardof the current situation in Spain where the Earthscience component of the National Curriculum isunder attack. Citizens of the future need the scienti-fic understanding of our planet that only an Earthscience element to the curriculum can bring. Wetherefore encourage you to consider very carefullybefore you curtail any of the current Earth sciencecontent of your curriculum and indeed, if changesare contemplated, to increase rather than diminishthe Earth science component.

In the light of the discussions about Spain at theConference, the participants are awaiting your replywith great interest. We will publish your commentsin our quarterly newsletter and hope that you willbe able to provide us with good news of a promi-sing future for Earth science education in Spain thatwe can use as a further encouragement to others.

Yours sincerely,

Chris KingIGEO Chair

on behalf of IGEO CouncilDepartment of Education

Keele University, Keele, Staffs, ST5 5BG, UnitedKingdom

Tel. (044)(0) 1782 583114Fax. (044)(0) 1782 583555

Email: [email protected]

160 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1999 (7.2)

Sin una comprensión adecuada de los procesoscientíficos que rigen nuestro planeta, quienesvayan a tomar decisiones en el futuro no van atener la capacidad para comprender las ramifi-caciones de las decisiones que toman y de losefectos a largo plazo sobre los ambientes loca-les y planetarios. Ciertamente, la enseñanza delas Ciencias de la Tierra se ve como un elemen-to cada vez más crucial del siglo XXI.

Por eso nos descorazonó tener conocimien-to de la actual situación en España, donde elcomponente de Ciencias de la Tierra del Curri-culum Nacional está amenazado. Los ciudada-nos del futuro necesitan la comprensión cientí-fica de nuestro planeta que sólo el componentede Ciencias de la Tierra en el curriculum puedeaportar. Por ello le animamos a que lo conside-re muy cuidadosamente antes de restringir nadadel contenido actual en Ciencias de la Tierradel curriculum de su país y, ciertamente, si aca-so se contempla la posibilidad de cambiarlo,que el componente en Ciencias de la Tierra seincremente, en lugar de reducirse.

A la luz de las discusiones sobre Españasurgidas en la Conferencia, los participantes es-peramos su respuesta con gran interés. Publica-remos sus comentarios en nuestra revista tri-mestral y esperamos que Ud nos pueda dar labuena noticia de un futuro prometedor para laenseñanza de las Ciencias de la Tierra en Espa-ña que nos sirva para animar a otros en el futu-ro.

Atentamente

Chris KingIGEO Chair

Department of EducationKeele University, Keele, Staffs, ST5 5BG,

United KingdomTel. (044)(0) 1782 583114Fax. (044)(0) 1782 583555

Email: [email protected]

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GEOPIRINEOS

Las vacaciones de Semana Santa han sido “san-tificadas” y enriquecidas, por una nueva expediciónde la AEPECT. El día 17 de abril comenzó la aven-tura de 50 aguerridos e infatigables participantes enla excursión geológica naturalista a los Pirineos.

Desde el día 17 al 22 de abril se realizó un com-pletísimo itinerario cuya primera parada fue en Ba-laguer y la última en Castellar de N´Hug, entre lasdos hubo todo tipo de actividades; desde las pura-mente geológicas: contemplación y estudio “in situ”de circos, lagos, morrenas, valles glaciares, forma-ciones glaciolacustres, mantos de corrimientos, lasurgencia del Llobregat...., hasta las artísticas: visitadel románico catalán en Taül (San Clemente y San-ta María) y la Seu d´Urgell ( La Catedral y San Mi-guel).

Tampoco podemos olvidar los increibles paisa-jes contemplados a lo largo del recorrido, merece lapena destacar, por señalar alguno, la panorámicaque se vislumbra desde el Puerto de la Bonaigua.

También es remarcable la edición de un libroguía de la excursión, que es la segunda monografíade la serie itinerarios y que contiene una descrip-ción pormenorizada del itinerario geológico.

Ya de regreso en “la paz y el descanso” del tra-bajo, nos acordamos especialmente de todo el equi-po que ha colaborado tanto en la edición del libroguía, como en la elaboración del recorrido, nuestrafelicitación por su eficacia y simpatia.

GEOPIRINEOS: un trabajo entusiasta en equipo(y algunas propuestas de mejora)

El conjunto de actividades relacionadas con laexcursión Geopirineos ha constituido para quieneslo preparamos una de esas alegrías que a veces da lavida. Es de justicia y un gran placer manifestarla ycompartirla , así como dejar constancia de que fue-ron muchísimas las personas que contribuyeron agenerarla. El azar ayudó (el tiempo fue esplendoro-so, el chófer resultó un encanto y el autocar respon-dió). Pero lo fundamental fue el esfuerzo y buen ha-cer de cuantas y cuantos estuvieron implicadosdesde el principio al fin.

Ha habido insuficiencias, desde luego, por lasque pedimos disculpas. Básicamente fueron debidasa la incorrecta relación tiempo disponible-tiemponecesario, a la atropellada marcha con que huboque hacer algunas cosas (en especial, la edición afecha fija de una guía de campo de la que no fueposible ni siquiera revisar las galeradas) y a las li-mitaciones y fallos personales (los que, por otraparte, aceptados con naturalidad nos humanizan).

De todos modos, el sentimiento generalizado ha si-do el de una enorme satisfacción, impresión ratificadapor tantas expresiones de reconocimiento de doble sen-tido: de los promotores a los beneficiarios, de éstos alos promotores. Los “monitores” quedaron tan encanta-dos de los “alumnos” como éstos de aquellos.Tampocoes para magnificarlo: otras personas han promovido eintervenido en excursiones anteriores de la AEPECTmucho más distantes, largas y complejas que han resul-tado igualmente exitosas. Y hay que reconocer que

161Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1999. (7.2)

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esos antecedentes sin duda contribuyeron también a fa-cilitar el éxito del trabajo reciente.

Pero, como habrá más excursiones, pues haymuchas otras en cartera, tal vez un repaso al proce-so, entendiendo la acumulación de experiencia co-mo incremento de nuestro patrimonio colectivo, es-timule en otros equipos el deseo de arriesgarse. Escon este fin (además de para hacer constar los agra-decimientos) que se ofrece aquí este resumen, por siacaso puede servir de inspiración, no como modelo,sólo como una fuente más de información para elestablecimiento en cada caso de un modo propio,siempre cambiante, de enfocar nuevos proyectos.

Entre el 11 de septiembre de 1999, cuando laJunta de la AEPECT aprobaba el proyecto, y el 24de abril del 2000, cuando nuestro Presidente, EmilioPedrinaci, valoraba la realización en un mail desme-suradamente titulado “Perfecto”, ¿cuál ha sido el ca-lendario de trabajo?¿cuántas personas han interveni-do y en qué ha consistido su aportación específica?¿qué tiempo habría sido necesario para trabajar enmejores condicones? ¿cómo se habrían podido me-jorar diferentes aspectos?. Veamos el calendario:

13 al 20 de septiembre: Traslado de la propuesta de la Junta al equipo de

Geografía Física del Departamento de Geografía de laUAB; aceptación del reto por parte de Sònia Ambrós,Albert Pèlachs, Joanmanel Soriano y David Molina,compromiso de implicación, primera caracterizaciónde los itinerarios posibles y aprobación de un calenda-rio mensual de reuniones para el seguimiento del cum-plimiento de los compromisos adquiridos; contactos yconsultas sobre reservas y precios de hoteles y alber-gues, sobre la oferta y disponibilidades de colabora-ción de Josep Mª Rispa, geógrafo del Centro de Inter-pretación del “Parque Natural d’Aigüestortes i Estanyde Sant Maurici”, sobre los especialistas en románico;primer borrador de convocatoria pasado a consultacon Emilio y rectificaciones suyas sucesivas, hasta elformato definitivo; aceptación por parte de las respon-sables de Cordinación Territorial, Carmen de Lemus,y de Finanzas, Mª José Martínez, de hacerse cargo delcontrol de inscripciones, ingresos y gastos.

20 al 27 de septiembre:Petición de autorización al Editor, David Brusi,

para preparar una guía de campo y, una vez obteni-da, difusión masiva de una carta de petición de im-plicación a cuantas/os expertas/os sobre el Pirineose pudieran conocer que quisieran involucrarse enla excursión, como monitores o/y en la confeccióndel proyecto de guía, a fin de que nadie se sintieraexcluido. Entre quienes ayudaron a esta tarea de di-fusión cabe mencionar a los geomorfólogos MaríaÀngels Marquès, Joan Manel Vilaplana y JaumeBordonau y al tectonista Josep Antoni Muñoz, de laUniversitat de Barcelona

Octubre/noviembre:Desinteresadamente, diferentes personas nos hi-

cieron llegar documentación bibliográfica, en espe-cial Alicia Masriera, del Museo de Geología deBarcelona, Albert Martínez y Leandro Sequeiros,quien, además, nos incitó a tratar de involucrar a

geólogos de la Universidad de Zaragoza (AndreuPocoví, Héctor Millán y Eustoquio Molina); a tra-vés de ellos se logró la colaboración de Antoni La-casa, del Institut d’Estudis Ilerdencs.

El secretario de la AEPECT, Rafael Mª Alva-rez, tramitó la convocatoria, junto a una estimulantecarta de presentación de Emilio, a todas las perso-nas e instituciones asociadas (bastante trabajo, so-mos más de 1000) y Carmen de Lemus registró congran meticulosidad todas las preinscripciones. En-seguida se vio que la respuesta era masiva, más quesuficiente para avanzar en el proyecto. Se confirma-ron las reservas de hotel y albergue.

Se inició la redacción de las generalidades de laguía Geopirineos y se encargó a los futuros monito-res la redacción de los itinerarios que se comprome-tían a dirigir. Captación de dos tutores más, RogerMata y Jordi Espuny, geólogos de la UniversitatPolitècnica de Catalunya.

Diciembre/marzoUn cierto caos, un sinfín de telefonazos, mails

interactivos, borradores que iban y venían, mapaselaborados y reelaborados por Albert, dibujos deAndreu Pocoví, búsqueda e intercambio agitado defotos se cruzaron durante este período.

Sonia se impuso además la tarea de lograr unacarpeta del/la participante que resultara útil y atrac-tiva, y encargó folletos turísticos al Consell Comar-cal del Alt Urgell; se pidieron mapas con descuentoy otros materiales gratuitos al Servei Cartogràfic dela Generalitat de Catalunya.

20 al 27 de marzoSe pasó el primer texto de la Guía al Editor, in-

completo. Sólo la infinita paciencia y receptividad ycreatividad de David y de la secretaria de redacción,Montse Vehí, lograron ir canalizando el goteo derectificaciones, contradicciones, figuras y maquetasque les iban llegando. La imprenta amenazó severa-mente con no tener la Guía para la fecha prevista.

1 al 17 de AbrilConcentración máxima de las/los autoras/es de

itinerarios en los Cuadernos de Actividades, tantode campo como complementarias para el aula, yconcentración de Sonia en el contenido de la carpe-ta del/la participante.

David nos derrumbó el día 7: “es imposible, laguía no estará a tiempo”. Sin embargo, con un es-fuerzo impagable de la imprenta, los encuadernado-res y transportistas, la Guía fue entregada en Gironaal atardecer del Viernes de Pasión, día 14. El LunesSanto, día 17, al empezar la excursión, se distribuía.

Lo que pasó entre el 17 y el 22 de Abril nos locuenta la compañera de Madrid, pero ella no dicehasta qué punto quienes llevaron el peso organizati-vo, Sònia y Albert, así como los diferentes monito-res, quedaron asombrados del ansia de observar,preguntar y discutir, del entusiasmo, el compañeris-mo, la alegría y la actitud colaboradora que encon-traron entre las personas a quienes se dirigía la acti-vidad; sin eso nada habría sido igual.

El cuaderno de actividades de campo que se en-

162 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1999 (7.2)

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cargó a cada monitor tenía por objeto que los parti-cipantes pudieran reestructurar sus conocimientosprevios mediante una implicación más activa que lade la simple observación, anotación o escucha pasi-va, debían responder cuestionarios, rellenar perfileso columnas, dibujar. Mediante el de actividadescomplementarias se pretendía dar ejemplos sobreposibilidades de aplicación didáctica posterior en elaula de los conocimientos adquiridos en el campo.

En resumen, lo fundamental tal vez se pueda re-sumir en una frase: trabajo en equipo realizado siem-pre con entusiasmo por todas las personas implica-das. Las tareas fueron repartidas y cada quiencumplió su papel, sin ansia ninguna de protagonismopor parte de nadie. La intervención de tantos monito-res especialistas es consecuencia del altruismo y ladisponibilidad que suele caracterizar quienes, ademásde sabios en su tema, son docentes: siempre se pres-tan a comunicar lo que saben si se los localiza y se lespide colaboración, sólo hay que encontrarlos. Y aun-que está claro ahora que no bastaban siete meses parapoder llevar a cabo adecuadamente todo el proyectocon sosiego (se necesitaban por lo menos nueve, me-jor un año, la imprenta sola requiere tres), y aunque elequipo que se comprometió inicialmente nunca ha-bría podido suplir el trabajo de convocar, inscribir,cobrar, pagar, redactar, estimular el aprendizaje sobreel terreno con autoridad científica y didáctica, la ver-dad es que el volcarse de tantas personas durante to-das las etapas hizo posible lo imposible.

Interrogantes y fallos de fondo también los hu-bo, lo cual es más difícil de arreglar sin un debatesostenido. El primero es aclarar mejor cuáles sonlos objetivos de estas excursiones: ¿se conciben co-mo actividades sólo lúdico formativas? ¿no debería-mos cuestionarnos si no están limitadas únicamenteal repaso de conceptos científicos aislados, sin in-corporar todavía la nueva concepción de sistemacon la que aprender a trabajar en docencia? ¿en quémedida sirven para ayudar a incorporar en lo posi-ble a nuestros métodos de campo alguno de los pos-tulados constructivistas? ¿cómo rentabilizar los es-fuerzos para que lo aprendido revierta en el aula alnivel de los alumnos correspondientes? ¿cómo me-jorar el avance desde el estado de una panda deamigos a verdaderos equipo de trabajo?.El tiempodirá qué más aportamos entre todos.

De momento, a todas/os gracias mil por tan esti-mulante experiencia.

Montse Domingo

LA MÁQUINA DEL TIEMPO ES UN AU-TOBÚS (CRÓNICA DE LA EXPEDICIÓN NA-TURALISTA A LOS PIRINEOS DE LA AE-PECT “PRIMAVERA 2000”)

17 de abril del 2000, H: 8:00 a.m.; estación deSant, Barcelona:

Tras los saludos preliminares, subimos al auto-bús. Inmediatamente conocimos a nuestros guías-profesores-amigos, Sònia y Albert, que de repenteempezaron a repartirnos regalos: ¡Una gran carpetacon cuaderno y fichas de trabajo, mapas, folletos,lápiz, sacapuntas, pinturas, bolígrafo y hasta gomade borrar!.Aprovecho la ocasión para recomendar ellibro guía de la excursión “Geopirineos”.

Los profesores que cada día se iban incorporan-do a nuestro periplo, nos explicaron los significadosde las huellas del pasado que encontrábamos en ca-da parada de los seis itinerarios realizados:

a) Balaguer – Boí , a cargo de Antonio Lacasa,Héctor Millan, Eustoquio Molina y Andreu Pocovi.

b) Valle de Sant Nicolau (Parque Nacional deAigües Tortes i Estany de Sant Maurici), a cargo deAlbert Pélachs y Josep Mª Rispa.

c) Vilaller – Hospital de Vielha – Valle deLlauset y Noguera Ribagorzana, a cargo de JaumeBordonau.

d) Boí – Valles Garona de Ruda y de la Nogue-ra Pallaresa – La Seu d´Urgell, a cargo de JaumeBordonau y Joanmanel Soriano.

e) La Seu d´Urgell – Parque Natural del Ca-dí–Moixeró – La Seu d´Urgell, a cargo de DavidMolina.

f) La Seu d´Urgell – Berga, a cargo de SòniaAmbros, Roger Mata y Jordi Espuny.

A semejanza de cuando unimos los puntos nu-merados en un pasatiempo que nos resulta un dibu-jo reconocible, la unión de todos los puntos de estositinerarios nos revelan parte de los acontecimientosocurridos en Los Pirineos central y oriental desdehace muchos, muchísimos años...

Nuestro autobús – máquina del tiempo nostransportó hasta el Paleozoico. Granitos, granodio-ritas, esquistos, pizarras, mármoles, nos cuentancon susurros el paso de la orogenia Hercínica, paraluego enseñarnos con sus cicatrices (estrías, lapia-ces, redondeamientos...) que tampoco los tiemposcuaternarios se han olvidado de ellos, pero no ade-lantemos acontecimientos.

Llegamos al Mesozoico, diversas rocas sedi-mentarias nos “cotillean” las idas y venidas delmar, con sus regresiones y sus transgresiones, queacompañaban a los movimientos de las placas litos-féricas y que, seguramente, provocaban cambiosclimáticos afectando a la selección natural y, portanto, a la evolución de los seres vivos. Así vemos alos más grandes de esos seres, los dinosaurios, pas-tando plácidamente en un pantano costero... Esonos enseñan las calizas de finales del Cretácico quenos muestran las huellas de grandes saurópodos,amén de los pequeños orificios dejados por las raí-ces de las plantas de las que se alimentaban. Curio-

163Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1999. (7.2)

Page 7: INFORMACIONES - core.ac.uk · tercaló una salida de campo de un día a las Blue Mountains, a unos 200 km al oeste de Sydney, y ter-minó con un taller, el œnico programado, sobre

sas estas calizas, que aún contándonos tantas cosasno nos reflejan cuando acaba el Mesozoico y em-pieza el Cenozoico, pero sí nos muestran un tránsitode ambiente marino a continental, incluso hay algúnbosque que más adelante será explotado por los hu-manos en forma de carbón. A esta facies se le hapropuesto un nombre, por lo menos aquí donde seencuentran, son las “facies Garumnienses”.

En nuestra máquina del tiempo ya llegamos alCenozoico, los fósiles vienen en nuestro auxilio, al-veolinas, nummulites, ostras, nos “comentan” quedespués del Garumniense, el Ilerdiense nos trajo re-gresiones, transgresiones y regresiones marinas. Afinales del Eoceno, el mar se retira definitivamentede los Pirineos (aunque nos cuentan que la fosa de laCerdanya, nacida ya en el Neógeno, intenta crear unnuevo océano...). Pensamos que todo será más fácilde entender, pues nos acercamos más al futuro delque partimos, miramos a través de la ventanilla denuestro autobús – máquina del tiempo pero... ¿Quéocurre?, ¿No están limpios los cristales?, ¿Hay nie-bla? ¿Por qué está todo cambiado?, ¿Qué hace elMesozoico sobre el Cenozoico?, ¡ Si hasta el Ceno-zoico está en algún sitio “patas arriba”!, ¡ El Eoce-no sobre el Oligoceno!. Ya entendemos, la orogeniaAlpina y sus cabalgamientos: St. Llorenç, Monteró,Mont –Roig, Montsec y tantos otros, incluso al en-contrarse los Pirineos con el valle del Ebro.

Toda esta maravillosa historia geológica no hu-biera sido evidente ante nuestros ojos sin las magní-ficas explicaciones de los Profesores Andreu Pocovi,Héctor Millán, Antonio Lacasa y Eustoquio Molina.

Estamos ya en el Cuaternario y aquellas cumbresque alcanzaron sus más altas cotas en el Oligocenoestán siendo desgastadas por los agentes geológicosexternos y uno de ellos, el hielo, dejará su huella, queprecisamente no se verá con claridad hasta que nodesaparezca. El Profesor Jaume Bordonau ,con laclaridad y el entusiasmo que le caracteriza, nos ense-ñó un mundo de tills, morrenas, rocas aborregadas,estrías glaciares, cubetas de sobreexcavación, vallesen U, horns, etc., que nos muestran hasta donde llególa influencia del hielo y como podía, incluso cuandoretrocedía, unir sus fuerzas a la del agua líquida cre-ando complejos sistemas de sedimentación de natu-raleza mixta, fluvial, lacustre, glaciar y de fenóme-nos de vertiente. En otras zonas más bajas, los ríosvan formando terrazas.

Nuestra máquina del tiempo sigue avanzando yvemos como el suelo, la vegetación y la fauna seadaptan a tiempos más templados, quedándose “losamantes del frío” relegados a mayores alturas o alas laderas de umbría. Aquí descansamos, comiendonuestros bocadillos, con exceso de pan, mientrasobservamos los abetos, hayas, abedules, encinas, di-versas especies de pinos y múltiples arbustos y her-báceas según las distintas zonas, o vemos volar laschovas, buitres, ¿es aquello un quebrantahuesos?,oímos el pico picapinos, vemos / no vemos camu-flados en las rocas los rebecos, e imaginamos elacecho de los carnívoros.

Volvemos a la ruta, vemos al hombre levantandoiglesias románicas y pintando su interior. Vemos ca-sas, fortalezas, pueblecitos arrinconados para aprove-char al máximo ese suelo fértil (sí, aquellos sedimen-tos mixtos ...), colocan los pueblos donde no estorbenal cultivo, no importa que sea sobre una morrenainestable, o al final de un barranco. Pasa el tiempo,los hombres comercian, aumenta el tiempo libre, cre-cen los pueblos, aparecen los deportes de invierno.Pero el hombre no está solo, los procesos geológicosle acompañan... Algunas morrenas se derrumban conlos edificios que sustentaban, ciertos torrentes caensobre otros, incluso un deslizamiento de ladera dejapartida una fortaleza. Los aludes de nieve rompen ár-boles, ¿dejaremos que crezcan otros?, la gente aban-dona el campo, se va a la ciudad...

Necesitamos reponer energías, menos mal queSònia y Albert piensan en todo, ahí están con mag-dalenas, chocolatinas, frutos secos, zumos, agua,¿quieres una manzana?

El tiempo ha pasado, el futuro es el presente, lagente vuelve a los pueblos en sus vacaciones y visi-ta a sus parientes que siguen allí, como siempre,aunque en algunos casos ya han tomado precaucio-nes para desviar avalanchas o derrumbes, en otroscasos no sabemos en qué están pensando al edificarjusto ahí. Mientras, el autobús llega a nuestro refu-gio nocturno, cenamos, recorremos las calles, nosencontramos por los bares, nos mezclamos con lagente. Rendidos llegamos a la cama, algunas vecescuesta dormirse, pero al final se consigue; mañanahay que madrugar, queremos ver más.

Nuestro agradecimiento a todos los profesores, enespecial a Sònia y Albert y, por supuesto, a Miquel elconductor de nuestro autobús / máquina del tiempo.

María Ángeles García RiveraIES “León Felipe”

Torrejón de Ardoz, Madrid.Fotos: Maria José Martínez �

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