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Informe de lectura de Funes el Memorioso 1 de Jorge Luis Borges Mario Tapia Ramírez Seminario IX El problema filosófico que salta más a la vista, y del que me preocuparé en particular, en el texto de Borges es el proyecto que tenía Ireneo Funes de un vocabulario infinito para los números naturales, del cual se puede inferir desde ya una contradicción: los números naturales pueden ser considerados infinitos puesta su serialidad, o sea puesta la certeza de que existen siempre hay un número mayor que cualquier número que pueda ser pensado y que por ello no pueden ser identificados por nada que no sea una serie de cosas. Y esto habría que decir que se enlaza, o es enlazado con dos problemas, 1) el nombre propio como una forma de descripción definida, y 2) con el de la memoria prodigiosa del personaje que, aunque sea secundario para el trabajo, está relacionado con el anterior punto. Estos dos últimos pretendo tratarlos someramente, pero en relación con el anterior punto. Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos somos inmortales y que tarde o temprano hará todas las cosas y sabrá todo. (BORGES, 1997: Pos. 1143) La diferencia fundamental entre los números y las cosas es tanto cualitiativa como cuantitativa, por una parte los números son infinitos mientras que las cosas no lo son, al menos no actualmente. Si pensamos en el conjunto de todos los números naturales, resulta evidente que estamos hablando de un conjunto incompleto, cuya infinitud está propuesta sobre la base de esa incompletitud: siempre hay un elemento que pertenece al conjunto con igual legitimidad que cualquier otro elemento y que no ha sido considerado, puesto que siempre hay un elemento que no ha sido considerado y que es igualmente legítimo considerar dentro del conjunto. Podría establecerse como prueba pensar en el más grande de los números naturales y luego pensar nuevamente la misma proposición, lo que dará dos resultados distintos. Las cosas por otro lado podrían entenderse cuantitativamente de modo diferente, el conjunto de todas las cosas es uno que es abierto, puesto que podemos llegar, dado un sujeto omnisciente, que pensemos el conjunto de todas las cosas que hay y que, sin embargo, no implicará que ese conjunto no puede ser modificado. La invención propone este problema, puesto que el conjunto de todas las cosas sería un conjunto definido al que siempre se le puede agregar algún elemento en virtud de que sea atingente al conjunto de todas las cosas y en virtud de que no sea un elemento ya pertenciente al conjunto, sin este de atingencia y novedad hace posible la infinitud posible del conjunto de todas las cosas. Digamos que los dos conjuntos podrían ser entendidos como infinitos en un sentido lato, pero esa infinitud debería estar suscrita a una serie de adversativos que distingan el uno del otro. Luego también habría que reconocer que cuando uno emite el juicio el conjunto de todas las cosas es infinito y el conjunto de todas los números es infinito está emitiendo dos juicios intensionalmente diferentes: el primero es por posibilidad y el segundo es por necesidad. Claramente con esto estoy pensando en una forma bastante precaria de posibilidad: pienso que el conjunto de todas las cosas es posiblemente infinito puesto que no hay prueba de su finitud. Cuando Funes emprende su proyecto de proponer una sistema de numeración en el que reemplaza un número por una cosa, se puede inferir una postura respecto a lo dubitado en el anterior párrafo: Funes asume la postura en la que el conjunto de todas las cosas es positivamente 1 BORGES, Jorge Luis (1997), Ficciones , ISBN. 9789802760015: Kindle Edition. Pos. 1062 – 1174.

Informe de Lectura de 'Funes El Memorioso' de Jorge Luis Borges

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Informe de lectura de Funes el Memorioso 1 de Jorge Luis Borges

Mario Tapia RamírezSeminario IX

El problema filosófico que salta más a la vista, y del que me preocuparé en particular, enel texto de Borges es el proyecto que tenía Ireneo Funes de un vocabulario infinito para losnúmeros naturales, del cual se puede inferir desde ya una contradicción: los números naturalespueden ser considerados infinitos puesta su serialidad, o sea puesta la certeza de que existensiempre hay un número mayor que cualquier número que pueda ser pensado y que por ello nopueden ser identificados por nada que no sea una serie de cosas. Y esto habría que decir que seenlaza, o es enlazado con dos problemas, 1) el nombre propio como una forma de descripcióndefinida, y 2) con el de la memoria prodigiosa del personaje que, aunque sea secundario para eltrabajo, está relacionado con el anterior punto. Estos dos últimos pretendo tratarlos someramente,pero en relación con el anterior punto.

Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos somos inmortales y quetarde o temprano hará todas las cosas y sabrá todo. (BORGES, 1997: Pos. 1143)

La diferencia fundamental entre los números y las cosas es tanto cualitiativa comocuantitativa, por una parte los números son infinitos mientras que las cosas no lo son, al menos noactualmente.

Si pensamos en el conjunto de todos los números naturales, resulta evidente que estamoshablando de un conjunto incompleto, cuya infinitud está propuesta sobre la base de esaincompletitud: siempre hay un elemento que pertenece al conjunto con igual legitimidad quecualquier otro elemento y que no ha sido considerado, puesto que siempre hay un elemento queno ha sido considerado y que es igualmente legítimo considerar dentro del conjunto. Podríaestablecerse como prueba pensar en el más grande de los números naturales y luego pensarnuevamente la misma proposición, lo que dará dos resultados distintos. Las cosas por otro ladopodrían entenderse cuantitativamente de modo diferente, el conjunto de todas las cosas es unoque es abierto, puesto que podemos llegar, dado un sujeto omnisciente, que pensemos el conjuntode todas las cosas que hay y que, sin embargo, no implicará que ese conjunto no puede sermodificado. La invención propone este problema, puesto que el conjunto de todas las cosas seríaun conjunto definido al que siempre se le puede agregar algún elemento en virtud de que seaatingente al conjunto de todas las cosas y en virtud de que no sea un elemento ya pertenciente alconjunto, sin este de atingencia y novedad hace posible la infinitud posible del conjunto de todaslas cosas. Digamos que los dos conjuntos podrían ser entendidos como infinitos en un sentidolato, pero esa infinitud debería estar suscrita a una serie de adversativos que distingan el uno delotro. Luego también habría que reconocer que cuando uno emite el juicio el conjunto de todas lascosas es infinito y el conjunto de todas los números es infinito está emitiendo dos juiciosintensionalmente diferentes: el primero es por posibilidad y el segundo es por necesidad.Claramente con esto estoy pensando en una forma bastante precaria de posibilidad: pienso que elconjunto de todas las cosas es posiblemente infinito puesto que no hay prueba de su finitud.

Cuando Funes emprende su proyecto de proponer una sistema de numeración en el quereemplaza un número por una cosa, se puede inferir una postura respecto a lo dubitado en elanterior párrafo: Funes asume la postura en la que el conjunto de todas las cosas es positivamente

1 BORGES, Jorge Luis (1997), Ficciones, ISBN. 9789802760015: Kindle Edition. Pos. 1062 – 1174.

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infinito, tal como lo son los números naturales. Con esto decimos que hay una infinita cantidadde cosas que son nuevas para el conjunto de todas las cosas. Luego también, y esto me parecemás importante aun, existe una cantidad infinita de cosas, es decir que el criterio de atingencia searticula sobre una cantidad infinita asuntos.

Sin embargo el criterio por el cual Funes considera las cosas es un criterio individual en elcual las cosas son tales y son finitas puesta su particular aparecimiento en el campo cognitivo delagente. Es decir que dada una cosa, esta lo es, propuesto por sus indexadores. Esto es enparticular una interpretación mía, puesto que los casos de decir objetos particulares no los ocupa,aunque los reclama, o quizá sean dos posturas a las que adscribe el personaje, cito:

“En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) «Máximo Pérez»; en lugar siete milcatorce «El Ferrocarril»; otros números eran «Luis Melian Lafinur», «Olimar», «azufre», «losbastos», «la ballena», «el gas»,«la caldera»,«Napoleón», «Agustín de Vedia». En lugar dequinientos, decía «nueve».” (BORGES, 1997: Pos. 1143)

“Éste, no lo olvidemos, era incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costabacomprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversostamaños y diversas formas; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuvierael mismo nombre que el de las tres y cuarto (visto de frente).” (BORGES, 1997: Pos. 1156)

En la segunda cita apela claramente a la onticidad de las cosas en tanto entran en elcampo cognitivo de un agente, de ahí la necesidad de indexadores; la primera a la capacidad,contingente de la referencia mediante una palabra que puede articularse como el poseedor designificado, es decir perro x tal que perro de nombre y visto de perfil el día 1 en tal lugar y luegoperro x1 tal que perro de nombre y visto de frente el día x+1 en tal otro lugar.

Esto me parece que propone una problema acerca de aquello con lo que partimos: cuandoFunes hace este intento de reemplazar números por cosas, de forma tal que no se podríaestablecer un ordenamiento serial, lo que enuncia como que son infinitos son las cosas (a saberlos referentes a los que aludimos con palabras), los sentidos de estas cosas (como se expresa lacita de la posición 1156) al proponer cosas sin indexadores y con términos generales, o laspalabras que admiten las cosas (como lo expresa en la posición 1143), lo que en alguna forma,quizá, siguiendo a Searle, haríamos bien de entender como una suerte de sentido.

Entonces el problema se rearticula, deviene el problema de la relación entre sentido yreferencia y como eso, ineluctablemente, termina siendo objeto de alguna forma de lenguaje. Sinembargo llegar a esto supone dos cosas, primero, entender que los sentidos de las cosas son, porlo que o las cosas son infinitas o las cosas tiene infinita cantidad de sentidos. El punto de esto esque en cualquier caso o la descripción definida sería lo imposible o cualquier descripción sería enefecto una descripción definida, luego estas deberían ser infinitas puesta que si bien con estaenumeración no se compromete si estas palabras que van con la intención de ser infinita (que nose sabe si se cumple o no) al menos se puede pensar como que existe un tipo de relación entrereferencias y sentidos que Funes asume infinitas.

Me gusta pensar que este personaje, Funes, es un metafísico inverosímil, pero también unmoderno, que no sólo padece el síntoma moderno por excelencia, la retención, sino que ademásmuestra tanta similitud anecdótica con Kant (la vida de pueblo, ser un reloj viviente, en encierro),que me parece que esta confusión de qué es lo que se propone como número, puesto que sietemás cinco, para nuestro conocimiento según Kant, se da por la cópula de siete unidades a cincoiniciales lo que resulta necesariamente en doce unidades. Claramente, y esto ya habría sidoidentificado por Frege, es insustentable. Quizá uno podría pensar a Funes, al modo de Kant, comoun protoanalítico, uno aún fuertemente invadido por la metafísica.