4
La vara con que se mide la miseria A más de 8 años de la intervención del INDEC, no hay fuentes confiables para establecer las cifras reales de la pobreza en la Argentina. Cómo se determina el número de pobres de acuerdo al organismo oficial. Qué dicen las consultoras privadas. Porqué es necesario contar con estadísticas confiables. Sobre el final de ciclo de la tercera gestión kirchnerista, la discusión acerca de las cifras reales de la pobreza en nuestro país vuelve a cobrar fuerza. A más de ocho años de la intervención del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) no hay fuentes confiables para establecer la cantidad exacta de pobres en la Argentina. Ante la poca credibilidad de los números oficiales han proliferado fuentes alternativas como las elaboradas por consultoras privadas. Estas mediciones paralelas tampoco están exentas de cuestionamientos, ya que desde institutos de estadísticas provinciales y agrupaciones sindicales del sector estadístico, se denuncia que el sector privado al no estar regulado por el estado puede reflejar cifras según sus propios intereses y de acuerdo a sus propios mecanismos de medición. Cómo se mide la pobreza de acuerdo al INDEC La manipulación que esconde los números más duros de la realidad, comienza a principios de 2007. Luego de cuatro años de crecimiento económico sostenido durante la presidencia de Néstor Kirchner, el gobierno se enfrentaba con un problema que empañaba las mejoras sociales logradas hasta ese momento: la inflación. En ese entonces, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que compara la variación de precios mensuales, arrojaba un 2,1 por ciento de inflación. Esa cifra fue el detonante de la intervención del organismo decretada el 6 de febrero de 2007, por Guillermo Moreno, entonces Secretario de Comercio Interior. A partir de ese momento, comenzó la persecución y el desplazamiento hacia los trabajadores que se negaron a subordinarse a las órdenes de las nuevas autoridades.

Informe Medicion de Pobreza

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Informe Medicion de Pobreza

Citation preview

Page 1: Informe Medicion de Pobreza

La vara con que se mide la miseria

A más de 8 años de la intervención del INDEC, no hay fuentes confiables para establecer las cifras reales de la pobreza en la Argentina. Cómo se determina el número de pobres de acuerdo al organismo oficial. Qué dicen las consultoras privadas. Porqué es necesario contar con estadísticas confiables.

Sobre el final de ciclo de la tercera gestión kirchnerista, la discusión acerca de las cifras reales de la pobreza en nuestro país vuelve a cobrar fuerza. A más de ocho años de la intervención del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) no hay fuentes confiables para establecer la cantidad exacta de pobres en la Argentina.

Ante la poca credibilidad de los números oficiales han proliferado fuentes alternativas como las elaboradas por consultoras privadas. Estas mediciones paralelas tampoco están exentas de cuestionamientos, ya que desde institutos de estadísticas provinciales y agrupaciones sindicales del sector estadístico, se denuncia que el sector privado al no estar regulado por el estado puede reflejar cifras según sus propios intereses y de acuerdo a sus propios mecanismos de medición.

Cómo se mide la pobreza de acuerdo al INDEC

La manipulación que esconde los números más duros de la realidad, comienza a principios de 2007. Luego de cuatro años de crecimiento económico sostenido durante la presidencia de Néstor Kirchner, el gobierno se enfrentaba con un problema que empañaba las mejoras sociales logradas hasta ese momento: la inflación. En ese entonces, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que compara la variación de precios mensuales, arrojaba un 2,1 por ciento de inflación. Esa cifra fue el detonante de la intervención del organismo decretada el 6 de febrero de 2007, por Guillermo Moreno, entonces Secretario de Comercio Interior. A partir de ese momento, comenzó la persecución y el desplazamiento hacia los trabajadores que se negaron a subordinarse a las órdenes de las nuevas autoridades.

Pero ¿por qué la inflación es determinante en la medición de la pobreza? El informe No somos cómplices de la mentira, elaborado en 2014 por Marcela Almeida y Cynthia Pok, miembros la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado en el INDEC, la metodología utilizada por el organismo, determina que son pobres aquellas personas que tienen un ingreso familiar inferior a la Canasta Básica Total (CBT). La CBT está compuesta por la Canasta Básica de Alimentos (CBA) y por bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud). El costo de esta canasta se elabora a partir del Índice de Precios al Consumidor (IPC), mientras que los ingresos de los hogares se calculan en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Por lo tanto, con el índice de inflación oficial manipulado comenzaron a congelarse los datos de pobreza e indigencia. A su vez, el cálculo del crecimiento comenzó a ser sobrestimado.

A partir de las denuncias y cuestionamientos desde diversos sectores, en enero de 2014 el actual Ministro de Economía Axel Kicillof anunció la implementación de una nueva metodología para la elaboración del Índice de Precios al Consumidor que se utiliza como base para medir la inflación: antes se determinaba a partir del relevamiento de precios en el Gran Buenos Aires y a partir de ese momento pasaría a elaborarse a partir del conteo de precios en todo el país. Pero desde aquella resolución, se

Page 2: Informe Medicion de Pobreza

discontinuó la publicación de los índices de pobreza e indigencia por no contar con herramientas metodológicas para medir la inflación de acuerdo al nuevo criterio. De esta manera, el último valor oficial publicado fue el del segundo semestre de 2013 que determinaba que un 4,7 por ciento de la población eran pobres y un 1,4 indigentes.

Lo que dicen otras fuentes sobre la pobreza

Desacreditado el INDEC como fuente confiable, en los últimos años surgieron informes alternativos sobre la pobreza. Uno de ellos es el elaborado por los trabajadores desplazados del órgano oficial, nucleados en la Junta Interna ATE-INDEC. De acuerdo a ellos, según las cifras de la EPC que todavía se sigue realizando desde el Estado, hacia fines del año pasado un 25,1 por ciento de los argentinos era pobre. Por su parte, los agentes privados del sector estadístico también comenzaron a elaborar sus propios índices. Desde la consultora Ecolatina estiman que en 2014 la pobreza afectó al 27 por ciento de la población, mientras que la indigencia golpeó en ese mismo período a un 10 por ciento.

No obstante, los trabajadores desplazados que fueron testigos del vaciamiento y la destrucción del instituto cuestionan la difusión de estas cifras paralelas de parte del sector empresarial. “Las irregularidades generan lo que se conoce como la ‘expectativa inflacionaria’. Al no existir números reales, desde determinados sectores, se puede jugar con los porcentajes que envuelven a la inflación real. Esta pérdida de la credibilidad y veracidad del INDEC alienta al surgimiento de las consultoras privadas que, según sus propios intereses y sus propios mecanismos de medición, pasan a ser la voz oficial de una realidad que no aparece reflejada en los datos oficiales”, señala Raúl Llaneza uno de los integrantes desplazados integrante de ATE-INDEC.

Sanear las estadísticas para atacar de raíz los problemas

Desde la intervención del INDEC se desconoce la inflación real y la verdadera cantidad de personas en situación de pobreza en la Argentina. Desde distintos sectores ideológicos, hay un consenso acerca de la necesidad de reconstruir la credibilidad de esta dependencia estatal para poder resolver los problemas estructurales de en materia social que aun quedan si resolver luego de doce años de gestión kirchnerista.

En este sentido, el citado informe elaborado por los ex trabajadores del organismo es contundente: Es primordial “recuperar el instituto (para) recuperar los números. Para poder pensar una Argentina diferente, donde el diagnostico no sea el que prefiere el médico sino, el que el enfermo necesita para curarse”.