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EL ORIGEN No está claro dónde fue el nacimiento del primer tambor; muchos apuntan a África como conti- nente originario, pero existen evidencias de su existencia desde tiempos muy lejanos en otras partes del mundo, como China o Egipto. En África se cree que el tambor está dotado de un poder sobrenatural y místico, por eso es habi- tual que cada jefe de las diversas tribus posea uno fabricado especialmente para él, con los consecuentes ritos de elaboración, que suelen incluir actos donde la sangre es protagonista. Además, se dice que son los protectores del pue- blo, ya que la leyenda cuenta que resuenan cuando el clan está en peligro. Aquí, en nuestro país, es confuso el comienzo del uso del tambor; existen versiones que lo sitúan en acontecimientos folklóricos y rurales de la época pre musulmana, si bien es cierto que no se conocieron tambores de gran tamaño y no se les dio un uso diferente hasta la invasión árabe del siglo VIII, que, de hecho, se produjo con numero- sas tropas de africanos golpeando grandes tam- bores en son de guerra. Tras la Reconquista, y después de un periodo de gran influencia musul- mana en nuestro país, estos instrumentos se quedarían con nosotros para siempre y empe- zarían a formar parte de los cultos y ritos españoles. En el siglo XV, tras el cambio de apostolado, la Semana Santa se transforma y comienza a tomar un nuevo color, las cofradías cambian su estruc- tura y las imágenes comienzan a ser parte de las procesiones. Al frente de estas marchas de mul- titudes, se situaban abriendo paso y anunciando su llegada dos tamborileros redoblando de forma solemne. He aquí el comienzo de algunas de nuestras más arraigadas costumbres con el tambor como gran protagonista. El ritmo está ligado a la historia del universo y de nuestra especie desde sus orí- genes. La naturaleza es la madre de todos los ritmos, en ella podemos encon- trar equilibrio, orden, regularidad y simetría. Estas características son las que defi- nen la cadencia rítmica de un cuerpo, y es innegable que estas manifestaciones métricas forman parte de nuestras vidas y de nuestros rituales desde tiempos inmemoriales: las fiestas, los enterramientos, los sucesos, las ceremonias, los ritos y casi todo tipo de cultos son conducidos por una guarnición rítmica o pulso determinado y concreto. El tambor, esta palabra que ya retumba en sí misma, es el elemento más primitivo usado para indicar el camino, anunciar un aconteci- miento, seguir el paso de un ritual o marcar el comienzo de una guerra. La naturaleza nos ofrece el ritmo, nosotros lo ponemos al servicio de nuestros tambores. TXT: Pepe Acebal Instrumentos || Baterías || Didáctica || 58

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EL ORIGENNo está claro dónde fue el nacimiento del primertambor; muchos apuntan a África como conti-nente originario, pero existen evidencias de suexistencia desde tiempos muy lejanos en otraspartes del mundo, como China o Egipto.

En África se cree que el tambor está dotado deun poder sobrenatural y místico, por eso es habi-tual que cada jefe de las diversas tribus poseauno fabricado especialmente para él, con losconsecuentes ritos de elaboración, que suelenincluir actos donde la sangre es protagonista.Además, se dice que son los protectores del pue-blo, ya que la leyenda cuenta que resuenancuando el clan está en peligro.

Aquí, en nuestro país, es confuso el comienzo deluso del tambor; existen versiones que lo sitúanen acontecimientos folklóricos y rurales de laépoca pre musulmana, si bien es cierto que no seconocieron tambores de gran tamaño y no se les

dio un uso diferente hasta la invasión árabe delsiglo VIII, que, de hecho, se produjo con numero-sas tropas de africanos golpeando grandes tam-bores en son de guerra. Tras la Reconquista, ydespués de un periodo de gran influencia musul-mana en nuestro país, estos instrumentos sequedarían con nosotros para siempre y empe-zarían a formar parte de los cultos y ritosespañoles.

En el siglo XV, tras el cambio de apostolado, laSemana Santa se transforma y comienza a tomarun nuevo color, las cofradías cambian su estruc-tura y las imágenes comienzan a ser parte de lasprocesiones. Al frente de estas marchas de mul-titudes, se situaban abriendo paso y anunciandosu llegada dos tamborileros redoblando deforma solemne. He aquí el comienzo de algunasde nuestras más arraigadas costumbres con eltambor como gran protagonista.

El ritmo está ligado a la historia del universo y de nuestra especie desde sus orí-genes. La naturaleza es la madre de todos los ritmos, en ella podemos encon-trar equilibrio, orden, regularidad y simetría. Estas características son las que def i-nen la cadencia rítmica de un cuerpo, y es innegable que estas manifestacionesmétricas forman parte de nuestras vidas y de nuestros rituales desde tiemposinmemoriales: las f iestas, los enterramientos, los sucesos, las ceremonias, los ritosy casi todo tipo de cultos son conducidos por una guarnición rítmica o pulsodeterminado y concreto. El tambor, esta palabra que ya retumba en sí misma, esel elemento más primitivo usado para indicar el camino, anunciar un aconteci-miento, seguir el paso de un ritual o marcar el comienzo de una guerra.

La naturaleza nos ofrece el ritmo, nosotros lo ponemos al servicio de nuestrostambores.

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LA TRADICIÓNExisten muchos tipos y configura-ciones del instrumento en nuestropaís. Dependiendo en mayor medi-da de su localización, los tamborestradicionales varían su forma y seadaptan a las exigencias o requisi-tos impuestos por el peso de cien-tos de años.

El tambor asturiano, el bajónvalenciano, el rociero, el castella-no, los tambores de Tobarra, los deMoratalla, el de Calanda, el tambo-ril gallego, el vasco, o el de gaita deNavarra son sólo algunos ejem-plos de la variedad de instrumen-tos y de la diversidad de tradicionesde nuestro territorio.

En muchas zonas, la condición delinstrumento es de tipo folklórico orural, y se utiliza en ceremonias yfiestas con una naturaleza religiosapoco acentuada hoy en día. En otraspartes, el simbolismo y la cargaespiritual cobran en el instrumentoun fuerte carácter y protagonismodentro de ritos y cultos, como en la

Semana Santa. Y no debemos olvi-darnos de otra utilización muyextendida: en bandas de música,con una visión más sinfónica, o enactos militares, desfiles, marchas,etc.

En Tobarra, localidad albaceteña,podemos encontrar un museoúnico y muy singular: el museo deltambor. En él veremos, a través deimágenes, archivos e instrumentosla historia y evolución de este buenamigo del pueblo de Tobarra.

CONSTRUCCIÓNEl tambor más utilizado en nues-tras tierras es fundamentalmenteel de dos membranas sujetas a uncaldero o a un bastidor en forma detubo llamado caja. Las membranas(pieles de animales -principalmen-te cabrito- o plástico) se sujetan alcaldero con aros, cola, clavijas,torretas o con una cuerda atada alborde del parche, en torno a la caja.Los bordones solían ser de tripa ocáñamo y, más tarde, fueron susti-

tuidos por los actuales metálicos.Dependiendo de la zona, varían lostamaños, la forma de sujeción delparche y por supuesto la manerade tocarlos.

Por lo general, se hace sonar gol-peando la membrana con baquetas,también llamados “palillos”. Lostambores de doble membrana delas bandas de música, los folklóri-cos, así como los tambores milita-res y los de Semana Santa tienenhabitualmente dos aros para cadaparche, uno que da forma circular ysujeta la piel y otro que presionacontra el primero manteniendo lapiel extendida.

La forma de tensar la piel hastaconseguir el sonido deseado esdenominada “encordado”, y suelehacerse en forma de W o de Y. Lasclavijas, los tornillos o las torretasvan hoy día sustituyendo al rudi-mentario sistema de cuerda, dandoasí una mejor y más consistenteafinación de ambos parches.

Estos instrumentos suelen sertotalmente artesanales,y algunos requieren deun trabajo vasto y minu-cioso. El acabado demuchos de ellos es real-mente increíble, y suprecio a veces también.

LOS DIFERENTESPUEBLOSEl tambor asturiano esmuy común y represen-tativo en el norte y casisiempre es fiel com-pañero de las gaitas. Eltamboril gallego es muysimilar y cumple elmismo cometido deacompañamiento que elanterior. La función quehoy en día tiene esteinstrumento es muchomás pequeña que la quetuvo antiguamente, yaque entonces los tam-bores se tocaban solos,en actos públicos, comoreclamo o como mensa-jeros. El tambor astu-riano se toca de unamanera especial y tienegolpes de mucha dificul-tad, utilizando incluso elaro y los golpes entrebaquetas. Los orígenesprovienen del ámbito

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militar y de la época napoleónica.Fueron utilizados por la infantería yse cree que fueron adoptados porlos españoles durante la Guerra dela Independencia o las guerras car-listas. Los colores son el rojo y elazul originarios de Prusia, que eranlos colores del ejército de enton-ces. Más tarde, fueron incorpora-dos al ejército español y pudieronverse hasta casi los años cincuenta.

Parecido, pero hecho comúnmentede metal, es el tambor de gaita deNavarra. El tamborrero, tamborite-ro o tamborilero fue durante siglosoficio de niños. Los gaiteros no con-sideraban importante la labor deltamborrero y añadían al conjuntoinstrumental a un aprendiz de gai-tero. Actualmente, el tamborileroes parte integrante del conjunto y,como es natural, participa delmismo protagonismo que el restode gaiteros.

El tabalet o tabal es el instrumentode percusión que siempre acom-paña a la dolçaina. Es la réplica deltamboril dulzainero en la zona deValencia. Este instrumento coge sunombre del árabe clásico “ṭabl”,por lo que es claro su origen árabe.Se encuentra presente en muchosactos ceremoniales de Valencia,incluyendo las Fallas, alegrandolos pasacalles con su peculiar soni-do y llenando de color el aire festi-vo de la ciudad.

En el camino del Rocío, los altos enel trayecto son acompañados porfandangos y sevillanas; el pito y eltamboril rociero son los encarga-dos de animar estos festejos. Sonvarios los toques representativosde esta peregrinación: el toque delalba, el toque del camino o el toquedel romerito son algunos de ellos.Este instrumento es uno de los demayor tamaño de nuestro país, yestá decorado con los colores de labandera de Huelva o con la bande-ra de Andalucía.

Existen muchos más tambores quevienen a representar casi todas laszonas geográficas de nuestro terri-torio, pero me resultaría imposible,por razones de espacio, comenta-ros cada uno de ellos.

LA SEMANA SANTAEl solemne estruendo del redoblerompe el silencio procesional de laSemana Santa, el tambor toma pro-tagonismo y hace que el espíritu de

la gente tiemble al ritmo de sustoques.

La Ruta del Tambor del suresteespañol (Tobarra, Hellín, Agramón,Mula y Moratalla) y los pueblosintegrantes de la Ruta del Tambor yel Bombo del bajo Aragón (Albalatedel Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa,Andorra, Calanda, Híjar, La Pueblade Híjar, Samper de Calanda yUrrea de Gaén) son los lugares másimportantes, que no los únicos,donde las percusiones toman unsignificado y cariz especial. Sonfiestas declaradas de InterésTurístico Nacional.

En estas localidades se disputa elorigen de estas legendarias tradi-ciones. En Tobarra el tambor es sinduda un objeto de culto, siendoestos instrumentos muy apreciadosy reconocidos a nivel nacional einternacional por su meticulosaelaboración y acabado, así comopor sus formas e innovación cons-tante, tanto en materiales, como enforma y diseño, alcanzando en elmercado precios realmente eleva-dos.

Se suelen tocar en grupos o cuadri-llas, dando comienzo a las cuatrode la tarde del Miércoles Santohasta las doce de la noche delDomingo de Resurrección. 104horas ininterrumpidamente.

Cuando el cambio horario de veranocoincide con la Semana Santa, elayuntamiento de esta localidadpublica un bando para retrasar elcambio de hora hasta el lunes, conel fin de no quitar una hora de lastradicionales 104, de forma que elpueblo queda con una hora menosque el resto del país.

Entre los toques más populares enTobarra están el "Zapatata", "laMagdalena" o el "Me lo has tentao".

En la localidad aragonesa deCalanda, al mediodía del viernessanto “la hora queda rota”. Lasparedes tiemblan, el pueblo seencoje, el sonido te aplasta…Cientos de tambores de todos lostamaños redoblan a la vez como siun trueno cayera sobre la plaza delpueblo y no tuviera la intención deirse nunca.

El cineasta calandino Luis Buñuelescribía:

“Los tambores, fenómeno asom-broso, arrollador, cósmico, queroza el inconsciente colectivo, hace

temblar el suelo bajo nuestros pies.Basta poner la mano en la pared deuna casa para sentirla vibrar. Lanaturaleza sigue el ritmo de lostambores, que se prolonga durantetoda la noche. Si alguien se duermearrullado por el fragor de los redo-bles, se despierta sobresaltadocuando éstos se alejan abandonán-dolo. Al amanecer, la membrana delos tambores se mancha de sangre:las manos sangran de tanto redo-blar. A la primera campanada delas dos de la tarde, todos los tam-bores enmudecen hasta el añosiguiente. Pero, incluso después devolver a la vida cotidiana, algunosvecinos de Calanda aún hablan atirones, siguiendo el ritmo de lostambores dormidos. “

Existen muchas leyendas y muchospueblos que acogen nuestro instru-mento en su historia; la tamborradaen San Sebastián es otro ejemplomás. De origen castrense, congre-ga a tamborileros vestidos de trajemilitar de época y a aguadores ococineros que tocan a su vez elbarril.

LO NUESTROPor toda esta historia que se ha idotrazando a nuestras espaldas, porla importancia que este instrumen-to ha tenido tanto en la culturacomo en el desarrollo de momentosclave en nuestro país, me gustaríafinalizar este artículo resaltando lalabor de todos los profesionalesque han hecho que el sonido deltambor se haya colado antes o des-pués por algún rincón de nuestrasvidas.

Sin olvidarme, por supuesto, dedestacar la profesionalidad queexiste tanto en la construccióncomo en la elaboración de este ins-trumento, características que hoyen día parecemos haber ignorado.De hecho, me atrevería a decir, araíz de toda nuestra tradición, quehay pocos fabricantes en otroslugares del mundo como los quepodríamos encontrar en nuestropaís. Por ello, me entristece obser-var el hecho de tener que mirar alotro lado de la frontera para poderintroducirnos en un amplio merca-do, olvidándonos de los tesoros quetenemos escondidos entre nuestrasparedes.

Muchas gracias a toda la gente deISP y a todos los lectores.

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