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1 Instrumentos productivos para el desarrollo industrial 2003-2014 1 Una aproximación al estudio sobre la política industrial apuntada a MiPyMEs Mgter. Jorge S. Zappino * Lic. Nicolás Ferri ** Introducción Las políticas públicas son una herramienta fundamental para el desarrollo económico e inclusivo de un país. En los últimos 25 años del siglo XX, de claro predominio neoliberal, Argentina asistió al triste espectáculo mediante el cual dicha herramienta fue desprestigiada y abandonada. Desde el FMI y el Banco Mundial se planteaba que la misma sólo fomentaba prácticas corruptas y que solamente el mercado era el camino para una asignación eficiente de recursos. Ese modelo económico desembocó en la crisis desatada a finales de 2001. Este final anunciado puso en discusión las lógicas macroeconómicas sobre las cuales se habían construido las ideas sobre el desarrollo en las tres décadas anteriores. El discurso único, basado en valores como eficacia, competitividad, valoración de lo privado y abandono de las tareas público-estatales, terminó generando una economía altamente concentrada, un profundo proceso de desindustrialización y una fractura social sin precedentes en la historia argentina. Es decir, a mediados de la década del setenta se puso en marcha un proceso de profundas transformaciones estructurales que hicieron implosionar el modelo de sustitución de importaciones de las décadas anteriores. Ese nuevo régimen de valorización financiera, puesto en marcha por la dictadura cívico-militar de 1976, instrumentó políticas inspiradas en los postulados básicos del pensamiento económico ortodoxo tales como apertura, desregulación y apreciación cambiaria. Sus consecuencias fueron la destrucción del entramado productivo, consolidando la primarización, la extranjerización, la centralización y la concentración de la economía argentina. Todo esto fue acompañado, además, por una fuerte disminución del empleo en general e industrial en particular, y una creciente regresividad en la distribución de los ingresos. Luego, en los años noventa, el pobre desempeño industrial en materia de generación de valor agregado es explicado por la significativa desintegración de la producción fabril local. La estructura industrial consolidada durante esos años estuvo asociada a la explotación de ventajas comparativas naturales (como la producción de alimentos y bebidas y, en menor medida, las industrias química y siderúrgica) y de privilegio (promoción y protección) como la industria automotriz. Por otro lado, estas políticas condujeron a una colonización del Estado por parte de fracciones empresarias proclives a las políticas cortoplacistas y cuasi rentísticas. En un trabajo sobre el tema, Castellani muestra que el camino seguido por la intervención estatal entre fines de los años sesenta y fines de los ochenta fue tornándose cada vez más proclive al traspaso de recursos públicos hacia las grandes empresas privadas mediante la implementación de diversos mecanismos de transferencia, entre los cuales se destacan la fijación de precios diferenciales en las operaciones de compra/venta de las empresas y reparticiones estatales, y el financiamiento preferencial para ciertas ramas de la industria consideradas estratégicas para el funcionamiento del complejo económico estatal-privado. Estas transferencias se fueron dando en un contexto de agudo desfasaje entre la cantidad y la calidad de la intervención estatal, en tanto el aumento de las intervenciones se produjo en forma paralela a un marcado deterioro de las capacidades financieras y administrativas del Estado. Además, las diversas practicas desplegadas por los empresarios impidieron el desmantelamiento de los privilegios obtenidos en las etapas previas. 3 1 Trabajo realizado en el marco de la Dirección de Investigaciones del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), Secretaría de Gabinete, Jefatura de Gabinete de Ministros. * Lic. en Ciencia Política (FSOC-UBA), Magister en Historia Económica y de las Políticas Económicas (FCE-UBA). * Lic. en Economía (FCE-UNR). 3 Castellani, Ana (2009): Estado, empresas y empresarios. La construcción de ámbitos privilegiados de acumulación entre 1966 y 1989, Buenos Aires, Prometeo, pp. 263-264.

Instrumentos Productivos Para El Desarrollo Industrial 2003-2014

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Las políticas públicas son una herramienta fundamental para el desarrollo económico e inclusivo de un país. En los últimos 25 años del siglo XX, de claro predominio neoliberal, Argentina asistió al triste espectáculo mediante el cual dicha herramienta fue desprestigiada y abandonada. Desde el FMI y el Banco Mundial se planteaba que la misma sólo fomentaba prácticas corruptas y que solamente el mercado era el camino para una asignación eficiente de recursos.Ese modelo económico desembocó en la crisis desatada a finales de 2001. Este final anunciado puso en discusión las lógicas macroeconómicas sobre las cuales se habían construido las ideas sobre el desarrollo en las tres décadas anteriores. El discurso único, basado en valores como eficacia, competitividad, valoración de lo privado y abandono de las tareas público-estatales, terminó generando una economía altamente concentrada, un profundo proceso de desindustrialización y una fractura social sin precedentes en la historia argentina.Es decir, a mediados de la década del setenta se puso en marcha un proceso de profundas transformaciones estructurales que hicieron implosionar el modelo de sustitución de importaciones de las décadas anteriores. Ese nuevo régimen de valorización financiera, puesto en marcha por la dictadura cívico-militar de 1976, instrumentó políticas inspiradas en los postulados básicos del pensamiento económico ortodoxo tales como apertura, desregulación y apreciación cambiaria. Sus consecuencias fueron la destrucción del entramado productivo, consolidando la primarización, la extranjerización, la centralización y la concentración de la economía argentina. Todo esto fue acompañado, además, por una fuerte disminución del empleo en general e industrial en particular, y una creciente regresividad en la distribución de los ingresos.Luego, en los años noventa, el pobre desempeño industrial en materia de generación de valor agregado es explicado por la significativa desintegración de la producción fabril local. La estructura industrial consolidada durante esos años estuvo asociada a la explotación de ventajas comparativas naturales (como la producción de alimentos y bebidas y, en menor medida, las industrias química y siderúrgica) y de privilegio (promoción y protección) como la industria automotriz. Por otro lado, estas políticas condujeron a una colonización del Estado por parte de fracciones empresarias proclives a las políticas cortoplacistas y cuasi rentísticas. En un trabajo sobre el tema, Castellani muestra que el camino seguido por la intervención estatal entre fines de los años sesenta y fines de los ochenta fue tornándose cada vez más proclive al traspaso de recursos públicos hacia las grandes empresas privadas mediante la implementación de diversos mecanismos de transferencia, entre los cuales se destacan la fijación de precios diferenciales en las operaciones de compra/venta de las empresas y reparticiones estatales, y el financiamiento preferencial para ciertas ramas de la industria consideradas estratégicas para el funcionamiento del complejo económico estatal-privado. Estas transferencias se fueron dando en un contexto de agudo desfasaje entre la cantidad y la calidad de la intervención estatal, en tanto el aumento de las intervenciones se produjo en forma paralela a un marcado deterioro de las capacidades financieras y administrativas del Estado. Además, las diversas practicas desplegadas por los empresarios impidieron el desmantelamiento de los privilegios obtenidos en las etapas previas. En este sentido, luego de la crisis entraron en juego dos visiones opuestas en el debate sobre el crecimiento y el desarrollo y el nuevo rol del Estado. Por un lado, una visión neoinstitucionalista, que plantea el redescubrimiento de las instituciones como condición del desarrollo, con la preocupación por la calidad institucional y el aumento de las capacidades estatales.Por otro lado, la otra visión conocida como neo-desarrollista o neo-keynesiana

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1

Instrumentos productivos para el desarrollo industrial 2003-20141

Una aproximación al estudio sobre la política industrial apuntada a MiPyMEs

Mgter. Jorge S. Zappino*

Lic. Nicolás Ferri**

Introducción

Las políticas públicas son una herramienta fundamental para el desarrollo económico e

inclusivo de un país. En los últimos 25 años del siglo XX, de claro predominio neoliberal,

Argentina asistió al triste espectáculo mediante el cual dicha herramienta fue desprestigiada y

abandonada. Desde el FMI y el Banco Mundial se planteaba que la misma sólo fomentaba prácticas

corruptas y que solamente el mercado era el camino para una asignación eficiente de recursos.

Ese modelo económico desembocó en la crisis desatada a finales de 2001. Este final

anunciado puso en discusión las lógicas macroeconómicas sobre las cuales se habían construido las

ideas sobre el desarrollo en las tres décadas anteriores. El discurso único, basado en valores como

eficacia, competitividad, valoración de lo privado y abandono de las tareas público-estatales,

terminó generando una economía altamente concentrada, un profundo proceso de

desindustrialización y una fractura social sin precedentes en la historia argentina.

Es decir, a mediados de la década del setenta se puso en marcha un proceso de profundas

transformaciones estructurales que hicieron implosionar el modelo de sustitución de importaciones

de las décadas anteriores. Ese nuevo régimen de valorización financiera, puesto en marcha por la

dictadura cívico-militar de 1976, instrumentó políticas inspiradas en los postulados básicos del

pensamiento económico ortodoxo tales como apertura, desregulación y apreciación cambiaria. Sus

consecuencias fueron la destrucción del entramado productivo, consolidando la primarización, la

extranjerización, la centralización y la concentración de la economía argentina. Todo esto fue

acompañado, además, por una fuerte disminución del empleo en general e industrial en particular, y

una creciente regresividad en la distribución de los ingresos.

Luego, en los años noventa, el pobre desempeño industrial en materia de generación de valor

agregado es explicado por la significativa desintegración de la producción fabril local. La estructura

industrial consolidada durante esos años estuvo asociada a la explotación de ventajas comparativas

naturales (como la producción de alimentos y bebidas y, en menor medida, las industrias química y

siderúrgica) y de privilegio (promoción y protección) como la industria automotriz.

Por otro lado, estas políticas condujeron a una colonización del Estado por parte de

fracciones empresarias proclives a las políticas cortoplacistas y cuasi rentísticas. En un trabajo sobre

el tema, Castellani muestra que el camino seguido por la intervención estatal entre fines de los años

sesenta y fines de los ochenta fue tornándose cada vez más proclive al traspaso de recursos públicos

hacia las grandes empresas privadas mediante la implementación de diversos mecanismos de

transferencia, entre los cuales se destacan la fijación de precios diferenciales en las operaciones de

compra/venta de las empresas y reparticiones estatales, y el financiamiento preferencial para ciertas

ramas de la industria consideradas estratégicas para el funcionamiento del complejo económico

estatal-privado. Estas transferencias se fueron dando en un contexto de agudo desfasaje entre la

cantidad y la calidad de la intervención estatal, en tanto el aumento de las intervenciones se produjo

en forma paralela a un marcado deterioro de las capacidades financieras y administrativas del

Estado. Además, las diversas practicas desplegadas por los empresarios impidieron el

desmantelamiento de los privilegios obtenidos en las etapas previas.3

1 Trabajo realizado en el marco de la Dirección de Investigaciones del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP),

Secretaría de Gabinete, Jefatura de Gabinete de Ministros. * Lic. en Ciencia Política (FSOC-UBA), Magister en Historia Económica y de las Políticas Económicas (FCE-UBA). * Lic. en Economía (FCE-UNR). 3 Castellani, Ana (2009): Estado, empresas y empresarios. La construcción de ámbitos privilegiados de acumulación entre 1966 y

1989, Buenos Aires, Prometeo, pp. 263-264.

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En este sentido, luego de la crisis entraron en juego dos visiones opuestas en el debate sobre

el crecimiento y el desarrollo y el nuevo rol del Estado. Por un lado, una visión neoinstitucionalista,

que plantea el redescubrimiento de las instituciones como condición del desarrollo, con la

preocupación por la calidad institucional y el aumento de las capacidades estatales.

Por otro lado, la otra visión conocida como neo-desarrollista o neo-keynesiana, que

profundiza la línea en torno al crecimiento con desarrollo a través de un modelo de crecimiento

hacia adentro, otorgándole el rol activo del proceso a un Estado capaz de generar redistribución del

ingreso con mayor inclusión social. Esta estrategia plantea un rol activo del Estado como agente

dinámico del desarrollo con equidad, en la creación de empleo y el fomento de la inversión.

Además, este nuevo rol implica promover una política de reindustrialización, de ampliación de la

infraestructura pública y la inversión en ciencia y tecnología. Para esta visión, finalmente, se trata

de fortalecer el Estado tanto como proyecto político-social, como en su organización y gestión,

recuperando la centralidad estatal en el encauzamiento de la economía y en la reorientación

productiva, fomentando el desarrollo industrial, mediante políticas públicas de comercio exterior y

estímulos a las PyMes.

Y, en ese contexto, que creemos adecuado a lo ocurrido en la Argentina en la última década,

la política pública industrial puede ser vista desde dos enfoques: a) como una respuesta a las fallas

de mercado y b) como una visión donde no se busca compensar distorsiones sino generar y

estimular a determinados sectores para alterar y moldear una nueva estructura productiva. En el

primer caso, la intervención busca resolver, por ejemplo, las dificultades de acceso al crédito para

las pymes, la falta de mano de obra calificada, etc. En el segundo caso, pasa por la inexistencia de

determinados mercados y la acción directa del Estado para generarlos o promoverlos.

Desde la segunda perspectiva, que es la que aquí adoptamos, la política pública industrial se

asume como una pieza imprescindible al momento de pensar un modelo de país inclusivo. Y para

esto, la mirada tiene que ir mucho más allá de la supuesta racionalidad del mercado.

En términos generales, la intervención del Estado en la economía a partir de políticas

públicas de promoción productiva pretende readecuar la asignación de recursos de diversa índole,

hacia una estrategia definida de desarrollo sostenible.

Por otro lado, es sabido que las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) se

encuentran en la base del sistema productivo argentino y que su accionar genera beneficios que se

expanden por toda la sociedad. Además son las más importantes generadoras de mano de obra, al

tiempo que distribuyen geográficamente la producción y el uso de recursos. Una de sus principales

características es su gran flexibilidad para adaptarse rápidamente a los progresos tecnológicos y a

los cambios económicos, lo cual las convierte en empresas dotadas de gran capacidad dinámica y

potencialidad de crecimiento.

En nuestro país, los inicios del sector industrial estuvieron protagonizados por las MiPyMEs

creadas por los inmigrantes en los comienzos del siglo XIX. Hoy, Argentina cuenta con más de

650.000 empresas de este tipo, que representan el 99.6% del total de unidades económicas y aportan

casi el 70% del empleo, el 50% de las ventas y más del 30% del valor agregado.

En los últimos años, a partir de 2003, desde el Estado se pusieron en marcha herramientas

específicas para acompañar a estas empresas. Los instrumentos y programas abarcan el

financiamiento, la capacitación y el apoyo profesional en la elaboración de planes de negocios, el

planeamiento productivo, la incorporación de diseño, etc. Además, se promueve la asociación entre

MiPyMEs de una misma cadena de valor, buscando la consolidación y la generación de empleo y

arraigo local en zonas alejadas de los centros urbanos, base fundamental para lograr una industria

regional fuerte. Del mismo modo, se alienta la radicación en parques industriales, lo que permite

jerarquizar la producción, reducir costos en logística y agregan valor en origen.

El propósito del presente trabajo es realizar un estudio en dos etapas, a saber: la primera,

donde se realizará un estudio descriptivo sobre la oferta actual de programas y políticas para el

desarrollo que impulsa la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional

(SEPYMEyDR). La segunda parte intenta abrir un debate, dejando de lado las opiniones extremas,

tanto aquellas que afirman que no cambió la estructura industrial en la última década, como aquellas

3

que sostienen que hubo un cambio profundo y estructural en la matriz productiva. Para esto, nos

proponemos analizar continuidades y rupturas en los últimos años a partir de las políticas públicas

que intentan consolidar una estructura productiva diversificada.

El recorrido de este estudio está estructurado en cinco capítulos, además de esta introducción

y las conclusiones: En el capítulo 1 se realizará una síntesis histórica de la promoción industrial en

la Argentina entre los años 1930 y 2002 con el fin de contextualizar históricamente el resto del

trabajo. En el capítulo 2 se desarrolla brevemente el entorno macroeconómico 2003-2014 que

permitió llevar adelante un profundo cambio en las políticas públicas industriales. El capítulo 3

contiene un análisis dimensional de la totalidad de los instrumentos de promoción, de aquellos

cuyas beneficiarias son las MiPyMEs y, por último, de aquellos cuyas beneficiarias son el resto de

las empresas. En el capítulo 4 se lleva a cabo un estudio de una selección de programas de política

industrial, mediante un análisis de sus objetivos y metas, mostrando, además, algunos datos de

seguimiento y cumplimiento de los mismos. Por último, en el capítulo 5 se realiza un estudio sobre

la política industrial argentina y las MiPyMEs en el último decenio, analizando diversos aspectos de

la misma, buscando hallar rupturas y continuidades con el pasado.

4

Capítulo 1

Síntesis histórica de la promoción industrial en la Argentina (1930-2002)

Antes de 1930, las políticas industriales consistieron en la creación de la infraestructura que

acompañó la formación del modelo agroexportador. Los recursos eran casi exclusivamente del

Reino Unido, vía empréstitos y construcción de ferrocarriles que siguieron un patrón "interior-

puerto", que no favorecía la articulación de las distintas regiones productivas.

Producida la crisis económica de 1929-30, el cierre de los mercados de exportación y de las

fuentes de divisas y la fuerte baja de la demanda externa llevó a que el Estado comenzara a ejercer

un rol más activo, interviniendo en los mercados monetarios y de préstamos, fijando mayores

aranceles (y cupos) a las importaciones y actuando como impulsor de la demanda4.

A partir de mediados de la década del cuarenta comenzó la instauración de regímenes de

promoción industrial y la creación de instrumentos específicos. En este sentido se creó el Sistema

de Crédito Industrial y Fomento Minero y el Banco de Crédito Industrial. Además, el decreto

14.630/44 declaraba industrias de interés nacional a todas aquellas que emplearan materias primas

nacionales y destinaran su producción al mercado interno, así como a aquellas que produjeran

artículos de primera necesidad o que interesaran a la defensa nacional.

Asimismo, a partir de 1946 se produjo un fuerte incremento de la industrialización

sustitutiva de importaciones, evidenciado en un marco de elevada protección frente a la

competencia externa. La nacionalización del Banco Central y la creación del Instituto Argentino

para la Promoción del Intercambio (IAPI)5, además de generar una fuerte reforma del sistema

financiero, implicó la creación de una política monetaria y crediticia que se convirtió en una

poderosa herramienta para el fomento de la industria. La marcada política de promoción se reflejó

en el direccionamiento del crédito por parte del sector público: los préstamos a la industria se

sextuplicaron, mientras que los destinados al sector agropecuario se duplicaron6.

A partir del quiebre institucional en 1955 y hasta la caída del gobierno constitucional de

1973, la promoción mantuvo una trayectoria pendular. La estrategia consistió en la apertura

económica, evidenciada en la incorporación de capital extranjero y en la expansión de las firmas

transnacionales ya instaladas en el país. En este contexto, se experimentó un gran crecimiento de

la industria aunque con una menor participación de los salarios y la ocupación y un debilitamiento

del mercado interno.

Si bien la industria creció, los incentivos comenzaron a sectorializarse con la sanción de la

Ley de Inversiones Extranjeras de 1958, donde se estipulaban beneficios impositivos vinculados a

la formación de capital en el sector siderúrgico, petroquímico y celulósico. Por otra parte, en 1972

se creó el régimen de promoción de Tierra del Fuego (aún vigente).7 A pesar de la aplicación de

estos instrumentos, el desarrollo industrial no logró superar la restricción estructural ligada a la

dimensión del mercado interno.

En contraste con esta tendencia, en 1976 se inició la destrucción del entramado industrial. El

cambio en el modelo de acumulación del capital basado en la hegemonía financiera representó el

comienzo de un proceso hegemónico de "valorización financiera". El proyecto económico

impulsado por la dictadura cívico-militar persiguió la apertura de la economía, la promoción del

libre mercado de capitales y la desregulación financiera. Asimismo, tuvo como objetivo la

4 Un ejemplo fue la creación de la Junta Reguladora de Granos (Decreto N° 31.864, de noviembre de 1933). Este organismo

fijaba periódicamente precios básicos al trigo, al lino y al maíz, comprando todo el grano a esos precios básicos y vendiendo a los

exportadores de acuerdo a los precios del mercado internacional. 5 El IAPI otorgó importantes subsidios entre 1947 y 1954, tanto al sector agrícola como al ganadero. 6 Merece destacarse la creación del Instituto Mixto de Inversiones Mobiliarias (IMIM), cuyo finalidad era la de colocar valores

emitidos por los poderes públicos; tomar o colocar valores emitidos por sociedades mixtas o privadas de la Nación o del extranjero;

conceder préstamos a sociedades con caución de valores mobiliarios, intervenir en la regulación del mercado de valores de acuerdo

con el Banco Central y recibir ahorros u otra forma de depósitos también en concordancia con aquella institución, con el propósito

de variar el destino de las inversiones y aumentar el incentivo del capital privado para actuar en la industria y otras actividades no

tradicionales. 7 Esta ley eximió a las empresas radicadas en la isla del pago de aranceles para las materias primas utilizadas en la actividad de

producción, además de la exención al pago de IVA por compras y ventas, del impuesto a las ganancias y otros beneficios

impositivos.

5

reducción de la participación del Estado en la vida económica del país y la redistribución del

excedente por medio de una transferencia del sector asalariado a las ganancias del capital. La

"promoción" de la época articuló con estos objetivos. Un ejemplo concreto fue la Resolución N°

1.634/78 del Ministerio de Economía, mediante la cual se anunciaba un cronograma de

reducciones arancelarias hasta 1984 (el arancel promedio pasaba del 29% al 15%). Al principio, el

impacto de las reducciones arancelarias se vio atemperado por la reducción de los costos laborales,

pero luego la profundización de la apertura importadora con el retraso cambiario afectó

directamente al sector manufacturero8.

El retorno de la democracia en 1983 implicó un nuevo cambio del modelo económico y un

relanzamiento de las políticas de promoción. En este sentido, comenzó a definirse, un esquema de

incentivos como política de desarrollo. Entre los años 1983-1989, el esquema de promoción se

articuló a través de políticas que intentaban generar la instalación de nuevas actividades

productivas, especialmente las incluidas en el sector industrial. Los instrumentos buscaron

impactar en el esfuerzo inicial de las inversiones, así como en el sostenimiento de costos

operativos, al tiempo que se reforzaba la rentabilidad diferencial de los proyectos seleccionados

a través del reaseguro que representaba la compra sostenida por parte del Estado. La combinación

de estas características daba a la promoción un enfoque sectorial, a lo que se sumaba la tímida

aparición de programas que comenzaban a fomentar regiones o provincias específicas.

La voluntad de las políticas estuvo focalizada en la recomposición de las actividades según

las necesidades del mercado interno, sin plantearse el estímulo de las exportaciones. Sin embargo,

comenzó a interpretarse la necesidad de mejorar los efectos de los instrumentos en lo

referido a los productos transables, a través de la orientación de los objetivos específicos. Un

ejemplo fue la creación del “Régimen de Draw back” que permitía a los exportadores obtener la

restitución total o parcial de los derechos de importación, tasa de estadística y el IVA de los

insumos importados para la producción. La paulatina crisis fiscal característica de esos años llevó al

rápido desmantelamiento de estos programas.

Luego de la crisis de 1989, durante los años noventa se crearon algunos instrumentos

pensados para compensar parcialmente el atraso cambiario que acompañó a la vigencia del plan de

convertibilidad (las llamadas "devaluaciones fiscales"). Entre los objetivos de las políticas

promocionales aparecieron consideraciones en torno a la exigencia de modernizar productos y

procesos, y de fortalecer las capacidades competitivas de las firmas. Esto dio lugar a una

generación de instrumentos con un enfoque predominantemente horizontal, tendientes a promover

las competencias tecnológicas y de gestión de las empresas, principalmente orientados a las

pequeñas y medianas, y con el propósito declarado de desarrollar un mayor componente

exportador.

En esta etapa, el diseño de la política de promoción acompañó la apertura económica que

se imponía para los países en vías de desarrollo, lo cual terminó por configurar un escenario de

brutal desindustrialización producto de la apertura indiscriminada de las importaciones y el

consiguiente cierre de miles de empresas que operaban en el mercado interno. Sin embargo,

también aparecieron instrumentos de carácter sectorial vinculados a segmentos de ventajas naturales

a gran escala, como la promoción de la minería o del sector forestal. Por otro lado, se protegieron

también segmentos industriales considerados "estratégicos" como la industria automotriz y otros

como producción de tabaco, bienes de capital y maquinaria agrícola.

8 Con respecto al PBI, la industria redujo su participación en más de 5 puntos entre 1975 y 1982 (pasando de 27,8 a 22,2%).

6

Capítulo 2

El entorno macroeconómico 2003-20139

Con el colapso del régimen de Convertibilidad se puso fin al patrón de acumulación

sustentado en la valorización financiera. A partir de 2003 comienza un fuerte proceso de

recuperación de la economía, que logra el crecimiento económico más importante de los últimos

cuarenta años. El nuevo esquema incentivó una fuerte recuperación del aparato productivo, de la

actividad económica y de la creación del empleo.

El crecimiento que muestra el PBI durante estos años evidencia la ruptura en relación con la

etapa previa, dado que exhibe un crecimiento sostenido durante toda la etapa, con una tasa anual

promedio del 8,8% durante 2002-2007 y del 5,1% durante 2008-2013.

Si se mira el proceso de inversión, pueden diferenciarse dos etapas: hasta 2005, la mejora

del mercado interno incrementó una demanda que fue cubierta básicamente con la puesta en marcha

de la capacidad ociosa existente y en la extensión de los períodos de uso de los bienes de capital. A

partir de ese año comenzó a agotarse el exceso de capacidad y surgió, entonces, la necesidad de

nuevas inversiones. En este sentido, la satisfacción de la creciente demanda se logró mediante la

creación de nueva capacidad productiva. Este contexto propició, además, un fuerte proceso de

inversión en las empresas existentes e incentivó la creación de nuevas.

Considerando todo el período, se verifica una inversión récord que alcanzó un pico del

22.3% del PBI para 2011, con un promedio del 20.06% anual. En este aspecto, la participación del

equipo durable arrojó una de los niveles más altos de los últimos años. El equipo durable de origen

nacional se incrementó un 19.6%, mientras que el importado se redujo 1.4% entre 2013 y 2014. Por

otro lado, en 2011 se logró la máxima participación de equipo durable en el PBI desde los años

cuarenta, alcanzando un 11.3%.10

En este contexto, la industria no sólo recuperó la caída que había experimentado durante el

último período neoliberal, sino que se produjo una consolidación de ese sector como el más

dinámico de la economía. La actividad industrial mostró un crecimiento del 87% entre 2002 y 2010.

Por otro lado, los sectores productores de bienes crecieron a una tasa anual acumulada del

6,5%, mientras que en la década anterior lo habían hecho al 0,7%. Este crecimiento fue impulsado

por la industria, con una participación del 7,5%, y por la construcción, cuya participación alcanzó el

11,7%.

Sin embargo, aunque la industria manufacturera alcanzó un punto de inflexión en estos años,

no llegó a alcanzar los niveles de participación en el PBI de la etapa anterior a 1976. Como ejemplo

de esto, en 2012 el PBI industrial representó el 18% del PBI, cuando en 1974 había representado el

28% por ciento.

La creación de empleo industrial también muestra una clara ruptura con el período anterior.

Entre los años 1976 y 2001, la industria fue una neta expulsora de empleos, situación que se revirtió

en los últimos diez años. Hacia 2003 el desempleo ascendía al 25%. Luego de diez años de políticas

se crearon más de 5 millones de empleos, llevando el índice de desempleo al 7,2%, en un contexto

mundial de fuertes tasas de desempleo como las que muestran los países europeos.

Es evidente que se produjo un cambio estructural en la política de empleo que, aunque no

alcanzó los niveles de la etapa sustitutiva, revirtió de manera profunda la situación del mercado de

trabajo. El 18,5% del empleo asalariado privado formal creado entre 2002 y 2013 fue generado por

el sector industrial. Sin embargo, aún se mantiene en niveles altos la precarización laboral.

Por otro lado, y a diferencia de los años noventa, el crecimiento industrial no estuvo basado

exclusivamente en la explotación de recursos naturales. El impulso estuvo dado, también, en

algunas ramas metalmecánicas, la fabricación de maquinaria y equipos, instrumental médico y

9 Datos tomados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y del Centro de Estudios de la Producción (CEP) del

Ministerio de Economía. 10 Datos del Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Industria (CEP). http://www.industria.gob.ar/cep/informes-y-

estadisticas/industriales. 6/3/2015-

7

algunos sectores intensivos en trabajo como la rama textil. A su vez, la recuperación muestra una

dinámica creciente de las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI).

A pesar de estas cifras, que pueden atribuirse en gran parte a la vigencia de un tipo de

cambio elevado, esto no era condición suficiente para garantizar la expansión industrial y las

exportaciones industriales. En este sentido, el Estado argentino aprendió de las experiencias

nacionales más exitosas en materia de desarrollo industrial, que enseñan que ese proceso virtuoso

nunca es fruto de la libre acción del mercado sino de un activo y permanente ejercicio de políticas

activas por parte del Estado. Dichas políticas industriales fueron puestas en marcha y son estudiadas

en el siguiente apartado.

8

Capítulo 3

Los instrumentos de promoción

Dimensiones y variables

Los datos del presente estudio surgen principalmente de lo informado por el Ministerio de

Economía y Finanzas, específicamente la Base de Instrumentos para el Desarrollo Productivo

(BIDP), y por el Ministerio de Industria a través de la SEPYMEyDR. Los instrumentos relevados se

caracterizan por tener un impacto directo, claro y cuantificable en las capacidades productivas.

La cantidad total de instrumentos informada al momento de la realización de este trabajo es

de 152.11

En este sentido, el marco teórico del trabajo contempla tres dimensiones principales en las

que se encuadran los instrumentos estudiados:

La temática u objeto de la promoción. Dentro de esta dimensión se toman las siguientes

categorías:

o La inversión en bienes de capital

o La investigación y desarrollo

o La promoción de exportaciones

o La gestión empresarial

El beneficio que materializa la promoción. En esta dimensión se analizan las siguientes

categorías:

o Aportes no reembolsables: Son aquellos aportes de dinero que se realizan a una

empresa o institución, generalmente para apoyar la ejecución de un determinado

proyecto, sin exigirse su devolución al organismo otorgante. Usualmente son

utilizados para financiar un porcentaje del proyecto y el solicitante debe contar con

fondos disponibles para afrontar el resto de la inversión.

o Beneficios impositivos y/o fiscales: Se basa generalmente en descuento en

impuestos nacionales o recupero de un porcentaje de lo abonado. En algunos casos

se obtiene la desgravación antes de pagar el tributo correspondiente; en otros se

recuperan los gravámenes pagados con bonos fiscales que permiten cancelar otras

obligaciones impositivas. Son ejemplos: desgravaciones totales o parciales,

amortización acelerada, crédito fiscal, etc..

o Asistencia técnica y capacitación: Incluye la prestación de servicios de

asesoramiento o consultoría, la mejora de competitividad y el desarrollo de las

empresas, entre ellas formación de personal, estudios de mercados, incorporación de

normas de calidad, consultoría sobre la estrategia de negocios, servicios tecnológicos

para el desarrollo de nuevos productos, entre otras. Estos beneficios se realizan a un

costo más accesible de los que ofrece el mercado o en forma totalmente gratuita.

Asimismo, se lleva a cabo la promoción de oportunidades de negocios mediante

misiones comerciales y otro tipo de encuentros empresariales. Finalmente, se

promueve la articulación entre distintos actores de un sector o cadena de valor para

procurar mecanismos de colaboración o coordinación.

o Créditos a tasas subsidiadas y otras facilidades financieras: Líneas de préstamos

que se otorgan en condiciones más favorables que las habituales en el mercado

11 Cabe aclarar que la Base de Instrumentos Para el Desarrollo Productivo (BIDP), del Ministerio de Economía y Finanzas, se

encuentra en continuo proceso de actualización. Aquí se propuso realizar un relevamiento en un momento determinado. Por

consiguiente, pueden encontrarse diferencias entre las cantidades mostradas aquí y las existentes en la Base en cualquier otro

momento.

9

financiero tradicional. Otras facilidades financieras pueden ser aquellos instrumentos

que apuntan a mejorar las posibilidades de acceso al crédito donde el organismo es

más flexible en las exigencias de garantías, plazos, o criterios de evaluación,

independientemente de las líneas de préstamos. Actualmente están en vigor sistemas

de garantías solidarias y estatales que se ponen a disposición de las pequeñas y

medianas empresas.

La modalidad mediante la cual se implementa la promoción: Dentro de esta dimensión

se toman las siguientes categorías:

o Convocatoria con fecha de cierre: Se trata de convocatorias con una fecha de cierre

o vencimiento, que se realizan en uno o más momentos particulares del año.

o Convocatoria hasta agotar el cupo presupuestario: Son aquellas convocatorias

que permanecen vigentes hasta agotar el cupo presupuestario asignado para dicho

llamado.

o Ventanilla permanente: En este caso, el programa permanece abierto durante todo

el año.

Estas dimensiones serán estudiadas en tres contextos diferentes:

Un análisis general (152 instrumentos).

Los que tienen como beneficiarias a las Pequeñas y Medianas Empresas o a grupos

de ellas (67 instrumentos. 44% del total).

El resto de las empresas. (85 instrumentos. 56% del total).

Análisis dimensional sobre la totalidad de los instrumentos

La base de datos estudiada incluye un total de 152 instrumentos productivos. La distribución

de los mismos con respecto al Beneficio que otorgan se muestra en el siguiente gráfico:

Instrumentos por Beneficio

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Se verifica una distribución homogénea de los instrumentos, ya que cada beneficio participa

casi con un cuarto del total de los programas. Sobresalen los Créditos a Tasa Subsidiada, con casi

un 28%.

En lo que respecta a las Temáticas destinatarias de dichos instrumentos, la distribución

muestra una clara tendencia a la combinación de dos o más de ellas para el 58% del total, mientras

que la Gestión Empresarial aparece en segundo lugar de importancia con un 32% de los

10

instrumentos. El resto de las Temáticas fluctúan entre un 2% y un 4% del total, como se muestra en

el gráfico que sigue:

Instrumentos por Temática

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

En lo que hace a la forma de canalizar los programas, queda en evidencia el predominio del

sistema de Ventanilla Permanente, mediante el cual se viabilizan casi el 84% de los instrumentos.

La Modalidad que le sigue en importancia es la de Convocatoria con Fecha de Cierre, que incluye al

14% de los mismos.

Instrumentos por Modalidad

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Si analizamos la composición de cada Beneficio según las Temáticas a las cuales están

dirigidos, vemos nuevamente la preponderancia de la combinación de dos o más Temáticas en los

cuatro tipo de Beneficios, con porcentajes que van del 43.6% al 75.7%. Además, se verifica el

segundo puesto de la Gestión Empresarial, con porcentajes que varían entre el 14.3% y el 53.8%.

11

Temáticas por Beneficios (en %)

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Por último, la distribución de Modalidades por Beneficio otorgado vuelve a situar a

Ventanilla Permanente como la forma preponderante de canalización, seguida nuevamente por las

Convocatorias con Fecha de Cierre.

Modalidades por Beneficio (en %)

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Análisis dimensional sobre los instrumentos cuyas beneficiarias son las Pymes Los instrumentos dirigidos exclusivamente a las MiPyMEs conforman un total de 67 (44%

del total, lo cual configura un aspecto muy importante de la política industrial vigente, y es que la

misma se encuentra dirigido esencialmente a las empresas de este sector que se corresponden con

aquellas que generan mayor producción industrial y mayor empleo.

12

Con respecto a los Beneficios otorgados, estos 67 instrumentos muestran la siguiente

configuración:

Instrumentos por Beneficio

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

El gráfico muestra claramente una distribución pareja entre los Aportes No Reembolsables,

los Créditos a Tasa Subsidiada y la Asistencia Técnica, destacándose el segundo de los citados con

un 35.8%. Los Beneficios Impositivos y Fiscales, con una participación del 6% parecería ser

insuficientes para el sector al que están destinados.

Si analizamos la distribución de los instrumentos con respecto a las Temáticas a las cuales

apuntan, se aprecia la distribución siguiente:

Instrumentos por Temática

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Se ve claramente que la mayor parte de los instrumentos apunta a la combinación de dos o

más Temáticas (59.7%%). De los programas destinados exclusivamente a una temática específica,

se destaca la Gestión Empresarial que representa un 26.9%% del total, mientras que la Promoción

de Exportaciones, la Inversión en Bienes de Capital y la I+D se queda con el 13,4% restante.

13

Instrumentos por Modalidad

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Claramente, la mayor parte de los instrumentos destinados a las MiPyMEs se canalizan

mediante el sistema de Ventanilla Permanente, que representa casi un 90% del total, seguida por las

Convocatorias con Fecha de Cierre, con un 7.5% y las Convocatorias con Cupo Presupuestario, con

un 3.0%.

Cuando vemos la distribución de los Beneficios entre las diferentes Temáticas a los que

apuntan, se aprecia que los Aportes No Reembolsables y los Créditos a Tasa Subsidiada están

conformados, en su mayor parte, por combinaciones de dos o más Temáticas, mientras que la

Asistencia Técnica apunta casi por partes iguales a la combinación de Temáticas y a la Gestión

Empresarial.

Por otro lado, la mitad de los Beneficios Impositivos apuntan a la Gestión Empresarial,

mientras que el otro 50% está destinado por partes iguales a la Investigación y Desarrollo y a la

Inversión en Bienes de Capital. Además, se observa una escasa participación de la Promoción de

Exportaciones, tanto en los Aportes No Reembolsables como en los Créditos a Tasa Subsidiada.

Temáticas por Beneficio (en %)

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

14

Finalmente, cuando vemos la distribución de Modalidades de presentación por Beneficio, se

confirma lo visto en los gráficos anteriores, ya que Ventanilla Permanente en la modalidad más

frecuente, seguida de las Convocatorias con Fecha de Cierre y las Convocatorias con Cupos.

Modalidades por Beneficio (en %)

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Análisis dimensional sobre los instrumentos cuyas beneficiarias son el resto de las empresas

Los instrumentos dirigidos a otros tipos de empresa, entre las cuales están las consideradas

grandes, emprendedores y nuevas empresas, totalizan 85 (56% del total).

Desagregando dichos instrumentos por los Beneficios que otorgan, llegamos a la siguiente

distribución:

Instrumentos por Beneficio

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Como puede apreciarse, la mayor parte de los instrumentos dirigidos a estas empresas son

los que otorgan Beneficios Impositivos y/o Fiscales, que totalizan un 35.3% del total. A estos le

siguen la Asistencia Técnica y los Créditos a Tasa Subsidiada con 24.7% y 21.2% respectivamente.

Por último, se encuentran los Aportes No Reembolsables, que implican un 18.8% de los

instrumentos.

Si vemos la distribución por Temáticas, apreciamos que las combinaciones de dos o más de

ellas son el objetivo del 56.5% de los instrumentos, mientras que los destinados a la Gestión

Empresarial representan el 35.3% de los mismos. El 8.3% restante se dividen entre la Promoción de

Exportaciones, la Inversión en Bienes de Capital y la I+D.

15

Instrumentos por Temática

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Si analizamos las formas de canalización de los programas e instrumentos, la distribución resulta

como sigue:

Instrumentos por Modalidad

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Ventanilla Permanente sigue siendo el mecanismo más utilizado, con el 78.8% de los

instrumentos, seguido de las Convocatorias con Fecha de Cierre, que implican el 18.8% de los

mismos.

En lo que respecta a la conformación de los Beneficios en cuanto a la Temática a la que

apuntan, vemos que los Aportes No Reembolsables, los Beneficios Impositivos y los Créditos a

Tasa Subsidiada están destinados, en su mayor parte a la combinación de dos o más temáticas,

mientras que la Gestión Empresarial es la Temática dominante en la Asistencia Técnica, con casi el

62% de los instrumentos, y un 40% de los Beneficios Impositivos. Además, se notan porcentajes

pequeños de participación de las demás Temáticas en cada uno de los beneficios.

16

Temáticas por Beneficio (en %)

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Por último, la conformación de los Beneficios según la Modalidad por medio de la cual son

aplicados, muestra la siguiente distribución:

Modalidades por Beneficio (en %)

Fuente: elaboración propia en base a BIPD.

Vuelve a ser Ventanilla Permanente el método mayoritario en los cuatro tipos de Beneficios,

seguida de las Convocatorias con Fecha de Cierre.

17

Capítulo 4

Análisis de una muestra de programas de política industrial

La política industrial: promoción y programas sectoriales

La política industrial en Argentina es el resultado de numerosas leyes y programas

enhebrados en sucesivas capas geológicas que van subsistiendo en el tiempo, del desmantelamiento

de las instituciones del desarrollo iniciado por la dictadura cívico-militar del 76, consolidado en los

años '90 y un enfoque de fallas de mercado.

La política llevada adelante desde 2003 por el Estado para el sector industria priorizó, por un

lado, la generación de nuevas ramas de la producción sustitutiva de importaciones y, por otro, el

estímulo para el desarrollo de cadenas productivas que muestran cuellos de botella sobre ciertos

insumos, partes o piezas.

Uno de los aspectos centrales del sendero virtuoso comenzado doce años consistió en

enfatizar el estímulo a las actividades intensivas en el uso de conocimiento. En tal sentido, el

desafío fue doble en términos de estimular la creación de nuevas ramas productivas y promover la

reconversión de otras que hoy operan pero que podrían incorporar de manera decisivo los insumos

tecnológicos y de diseño de una manera más intensiva en sus funciones de producción.

El principal desafío consistió en recuperar una mirada estratégica para desarrollar un patrón

de especialización que apuntara a una sociedad incluyente en la que el empleo de calidad y la

distribución de la riqueza fueran los ejes centrales. En los últimos años, la Argentina experimentó

un proceso sostenido de creación de empleo que redujo drásticamente las elevadas tasas de

desocupación que comenzaron a crecer a mediados de los '90 y alcanzaron su punto cumbre durante

la crisis de 2001 y 2002.

La diferencia es clara y notable. El régimen macroeconómico de los años noventa,

caracterizado por el atraso cambiario y la rigidez de las herramientas de política económica, indujo

un creciente proceso dual en lo social. En este marco, el divorcio entre "ganadores y perdedores"

fue notable: aún en años de crecimiento, su impacto sobre la mayor parte de la población es muy

pobre y el efecto derrame es inexistente.

Por el contrario, el modelo impuesto desde 2003, basado en un tipo de cambio real alto,

estable y competitivo, tiene fuertes efectos sobre el empleo y genera una economía que funciona de

manera más homogénea y acompasada.

Como citamos en el capítulo 2, hasta la realización de este trabajo se hallaban en

funcionamiento 152 instrumentos productivos.12

Vale aclarar que el propósito del presente apartado

no es una exhaustiva evaluación de resultados de cada una de los instrumentos industriales tomados

como muestra, sino una breve descripción de los mismos que sirva como marco de referencia para

futuros análisis más profundos del accionar de la política industrial.

Algunos instrumentos de la muestra son implementados por la SEPYMEyDR, y están

clasificados en Programas Financieros y Programas No Financieros. Además, se agregan dos

programas, ambos del Ministerio de Industria, como son el de Parques Industriales y el de Jóvenes

Industria. Comenzaremos por estos dos últimos.

4.1. Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales Públicos en el

Bicentenario

El proceso de recuperación industrial iniciado en 2003 necesitaba de lugares aptos para la

radicación de empresas industriales. Y estos lugares debían estar en aquellas regiones donde se

producen o extraen las materias primas para el desarrollo agrícola y/o la minería. De esta manera se

lograría llevar adelante los procesos de agregación de valor en origen, que además, eran portadores

de una creciente demanda de empleos locales. Es decir, los parques potencian el desarrollo de la

industria nacional, agregando valor localmente, respetando las particularidades regionales y

generando empleo genuino. A su vez, permiten que la industria produzca en armonía con los planes

de desarrollo urbanos locales y el medio ambiente.

12 Datos tomados de la Secretaría de Industria, Ministerio de Economía, y SEPYMEyDR.

18

En estos predios, denominados Parques Industriales, las empresas consiguen el medio

ambiente propicio para generar productividad y eficiencia. En ese sentido, estos parques se

convierten en una herramienta clave para el desarrollo industrial local, ya que facilitan la

complementariedad productiva entre industrias, lo cual aporta, además, competitividad sistémica a

la economía en su conjunto.

En el año 2003 funcionaban 80 parques industriales en Argentina, mientras que hacia fines

de 2014 existían 371, al mismo tiempo que las empresas radicadas en ellos y los empleos generados

se cuadruplicaron en el mismo periodo.

Los Parques Industriales constituyen una ventana al corazón del territorio y a través de ella,

han podido implementarse las políticas públicas para el desarrollo de la infraestructura y la

radicación de pymes.

Existen cuatro vías de apoyo a la creación de estos parques y la radicación de empresas

pymes:

El Registro Nacional de Parques Industriales, que permite acceder en tiempo real a la

oferta detallada de predios aptos para ese fin.

Los Aportes no Reintegrables para Obras Intramuros, por medio del cual se ejecutan

trabajos como tendido de redes de gas, electricidad y agua así como la construcción de

rutas de acceso a los Parques, configurando de esta manera la infraestructura necesaria

para la logística de los procesos productivos. Estas obras están destinadas a Los

gobiernos provinciales, municipales y/o comunales que posean parques industriales

inscriptos en el Registro.

El programa de Crédito Fiscal. Por medio de este programa, el Ministerio de Industria, a

través de la SEPYMEyDR, financia la creación de centros de formación y aulas virtuales

en parques industriales registrados. De esta manera, las empresas beneficiadas pueden

invertir fondos destinados a la construcción y equipamiento de estos centros de

capacitación y/o aulas virtuales dentro del parque industrial, para lo cual el Programa les

reintegra el monto vía bono de crédito fiscal apto para el pago de impuestos nacionales

La bonificación de Tasas. Por medio de este mecanismo, se promueve la radicación de

pymes en parques industriales y/o la ampliación de capacidad de las ya instaladas

bonificando la tasa de interés de los préstamos del Banco Nación.

En resumen, los resultados de este programa hacia fines de 2014 son los siguientes:

371 Parques Industriales en 19 provincias.

27.302 puestos de trabajo generados por 1089 empresas radicadas

4.2. Jóvenes Industria

El programa surge a partir de reconocer a los jóvenes como sujetos de derecho y para

asegurar el presente y el futuro de un modelo de crecimiento con inclusión, en busca de igualdad de

oportunidades. En ese sentido, y por primera vez, el Estado comenzó a vincularse con los jóvenes a

partir de la Dirección de Apoyo al Joven Empresario del Ministerio de Industria.

A partir de ese momento, los jóvenes comenzaron a ser protagonistas de las políticas

públicas de promoción de emprendimientos productivos como base de un proyecto transformador.

Existen, al momento de la realización de este trabajo, tres proyectos principales para lograr

estos objetivos, a saber: Aprendiendo a Emprender, Capital Semilla y Empresas Madrinas. Los tres

aportan en forma distintiva al entramado productivo y social. Y lo hacen bajo tres ejes:

capacitación, asistencia técnica, y financiamiento blando.

19

Aprendiendo a Emprender

Este programa brinda capacitación y asesoría a jóvenes de todo el país que no tienen la

posibilidad de acceder a las herramientas necesarias para desarrollar sus proyectos productivos. Los

destinatarios son emprendedores individuales y nuevas empresas.

Las capacitaciones trabajan sobre temas tales como la elaboración de un “Plan de

Negocios”, oportunidades, comercialización, análisis de la competencia, etc. y asesoramiento para

completar el formulario de Capital Semilla. La mayoría de los asistentes a los cursos terminan con

el diseño completo de un proyecto productivo, a partir del cual el Ministerio de Industria ejerce una

tutoría para encontrarle financiamiento, o socios o asistencia técnica, según lo demande el perfil y la

idea del emprendedor. Los resultados del programa se muestran en la siguiente tabla:

Cobertura nacional de jóvenes capacitados 2009-2012

Región13 Jóvenes capacitados

NOA 3.563

NEA 2.329

CENTRO 3.238

CABA 270

CUYO 3.129

SUR 1.213

BS.AS. 4.027

TOTAL 17.769

Fuente: Ministerio de Industria, SEPYMEyDR

Capital Semilla

Los objetivos de este programa son:

Otorgar Préstamos de Honor para fortalecer las economías regionales, impulsando

proyectos productivos que incorporen innovación, impacto local o que presenten alto

valor agregado en origen. Estos préstamos se canalizan a través de un concurso de

proyectos productivos a nivel nacional, y los préstamos son a cinco años con tasa cero.

Los proyectos pueden ser de Prototipos, Puesta en Marcha y Consolidación. Una vez

puesto en marcha el emprendimiento, el préstamo debe devolverse según la evolución

del mismo.

Impulsar la inserción de los jóvenes en los mercados de bienes, servicios industriales, y

nuevas tecnologías, apoyando proyectos que privilegien el mercado interno a partir de la

sustitución de importaciones o que impacten positivamente en el medio ambiente.

A continuación se muestran algunos resultados de la puesta en marcha de este programa:

Proyectos financiados 2009-2012

Región14 Proyectos financiados

NOA 799

NEA 551

CENTRO 720

CABA 281

CUYO 490

SUR 183

BS.AS. 964

TOTAL 3.988

Fuente: Ministerio de Industria, SEPYMEyDR

13 NOA: Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y Salta. NEA: Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones. CENTRO:

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. CUYO: La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis. SUR: La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut,

Santa Cruz y Tierra del Fuego. 14 NOA: Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y Salta. NEA: Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones. CENTRO:

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. CUYO: La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis. SUR: La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut,

Santa Cruz y Tierra del Fuego.

20

Distribución nacional de los emprendimientos ganadores

Fuente: Ministerio de Industria, SEPYMEyDR

Estructura sectorial de los emprendimientos

Fuente: Ministerio de Industria, SEPYMEyDR

Empresas Madrinas

El objetivo del Programa de Empresas Madrinas consiste en crear un vínculo entre un joven

emprendedor y una empresa ya consolidada. Es decir, apoyar nuevos emprendimientos y consolidar

aquellos que se encuentren en marcha, siendo incorporados al tejido industrial.

Los destinatarios del mismo son las MiPyMEs, las Grandes Empresas, aquellos jóvenes

emprendedores que necesiten poner en marcha o consolidar su emprendimiento y que desarrollen

actividades productivas, industriales, científicas o de prestación de servicios industriales y aquellas

empresas jóvenes con la condición de que el 51% de la propiedad pertenezca a uno o más jóvenes

de entre 18 y 35 años.

La operatoria se realiza de la siguiente manera: la empresa madrina financia hasta la

totalidad de un proyecto, y el Ministerio de Industria, a través de la Dirección Nacional de Apoyo al

Joven Empresario, le devuelve a la empresa madrina, el 50% de lo aportado, en bonos de crédito

fiscal y el 50% restante como Fondo Perdido, Crédito Blando o Participación Accionaria.

A continuación se muestran algunos resultados del programa:

21

Cobertura nacional 2009-2012

Región15 Proyectos presentados

NOA 85

NEA 44

CENTRO 109

CABA 63

CUYO 74

SUR 29

BS.AS. 192

TOTAL 596

Fuente: Ministerio de Industria, SEPYMEyDR

4.3. Programas de la SEPYMEyDR Como se ha dicho desde el comienzo de este trabajo, las pymes cumplen un rol indispensable dentro

del modelo de crecimiento económico con inclusión social puesto en marcha en 2003. Su evolución y

crecimiento ha acompañado el proceso de expansión industrial más importante de la historia argentina, tanto

en duración como en incremento de la producción. En este sentido, por intermedio de la SEPYMEyDR se

canalizan herramientas que permiten a las estas empresas acceder a créditos para inversión productiva,

capacitación para recursos humanos, aportes no reembolsables para mejorar la gestión empresarial, asistencia

técnica y económica para la asociatividad y apoyo a la actividad emprendedora y al desarrollo regional con el

fin de fortalecer las cadenas de valor.

Estas herramientas pueden ser clasificadas en Programas Financieros y Programas No Financieros.

Los primeros son aquellos mediante los cuales la política pública industrial destina fondos de apoyo a la

producción, a la capacitación y a la gestión empresaria, tanto con financiamiento propio como a través del

sistema bancario. Ejemplos de estas herramientas son: el Régimen de Bonificación de Tasas (RBT), las

Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), Desarrollo de Parques Industriales y el Fondo Nacional para el

Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (FONAPYME). Por otro lado, los No Financieros son

aquellos que apuntan a las capacitación, al desarrollo productivo regional y apoyo al emprendedorismo.

Ejemplo de ellos son: El Programa Nacional de Capacitación, Sistemas Productivos Locales, Red de

Agencias y Oficinas GenIA, el PACC Empresas y el PACC Emprendedores, que apuntan a la asistencia

técnica y al financiamiento de gastos de capacitación e inversiones asociadas.

En los siguientes párrafos analizaremos los programas mencionados.16

Programas financieros

En los últimos 12 años, la puesta en funcionamiento de estos programas e instrumentos se

tradujo en apoyo para 281.791 empresas beneficiadas, por un monto mayor a 36.080.198.976

pesos17

. A esto hay que agregar 479.022 garantías otorgadas por el programa SGR, que suman un

monto de 28.352.932.903 pesos.

Fondo Nacional para el Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa –

FONAPYME

Este programa se orienta a proyectos de inversión de las MiPyMEs que se centren en el

desarrollo de nuevos productos, la sustitución de importaciones, aumentar la capacidad productiva y

enriquecer los procesos productivos actuales, otorgando créditos de mediano y largo plazo. Esta

asistencia financiera dirigida a las MiPyMEs, que tenga al menos dos años de antigüedad,

contempla los proyectos de inversión que cumplan con los objetivos mencionados anteriormente

15 NOA: Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y Salta. NEA: Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones. CENTRO:

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. CUYO: La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis. SUR: La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut,

Santa Cruz y Tierra del Fuego. 16 En lo que respecta a los resultados de los programas, se verá que algunos programas cuentan con una amplitud y desagregación

mayor de los datos, mientras que en otros se muestran resultados globales. 17 Datos de SEPYMEyDR.

22

mediante la adquisición de nuevos bienes de capital y/o, la construcción, ampliación o

reacondicionamiento de su planta productiva.

Estos créditos financian hasta un 70% del costo global del proyecto, desde $ 100.000 a $

3.000.000 (también es un límite el Patrimonio Neto de la empresa), la tasa del mismo es anual del

14% y en pesos. Estos créditos tiene un período de gracia de hasta 12 meses para la amortización

del capital, y los plazos pueden variar de hasta 60 meses para montos menores a $ 750.000 y de 84

meses para los que son mayores a ese importe. Los fondos disponibles son asignados por la Ley de

Presupuesto Nacional, más recupero de los créditos de las empresas que se encuentran en pago

regular, y se conceden a través de convocatoria pública con fecha de cierre. El Fondo Nacional para

el Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, incluye a los sectores de la Industria,

Agroindustria y Minería, Servicios Industriales y Construcción, y contempla para la convocatoria a

las empresas con un total de ventas anuales de $ 183.000.000, $ 63.000.000 y $ 84.000.000

respectivamente.

De acuerdo a los datos brindados por la SEPYMEyDR desde el 2003 al 2014 se otorgaron

créditos con un monto de $ 886.632.680 beneficiando a 1.597 empresas. En el siguiente gráfico se

muestra la trayectoria de las empresas beneficiadas y los créditos entregados por año, en el cual se

evidencia que a partir del 2009 comienzan a crecer de manera importante tanto la cantidad de

empresas beneficiadas como el monto global de créditos otorgados, lo que arroja un total para el

período 2009-2014 de 823 empresas por $ 766.868.200.

Empresas beneficiadas y créditos otorgados. 2003-2014

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR.

Al mismo tiempo, en el gráfico siguiente se muestra el crédito promedio entregado por

empresa a lo largo del 2003-2014 en el marco del FONAPYME. En este sentido, se destaca que

hasta el 2006 se produce un decrecimiento tanto en las empresas beneficiadas como los montos

otorgados, y el crédito promedio se mantiene debido a que la caída en la cantidad de empresas es

mayor que en los montos otorgados. En los años 2007 y 2008 se produce un aumento los montos

otorgados, al tiempo que la tendencia decreciente en las empresas beneficiadas se mantiene hasta el

año 2009, a excepción del 2008. A partir del 2009 comienzan a incrementarse los montos

otorgados, y para el 2010 lo hacen las empresas beneficiadas. De esta manera se produce un salto en

el monto de financiamiento promedio entregado por empresa de aproximadamente un 100% para

los años 2011 al 2013. Por último, para el 2014 se produce nuevamente un salto en el crédito

promedio otorgado de aproximadamente un 100%, y esto se debe principalmente a un incremento

en la demanda de fondos por parte de las empresas debido a proyectos de mayor envergadura.

23

Monto de crédito promedio por empresa beneficiada. 2003-2014

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

Por otra parte, en el siguiente gráfico se muestra la evolución de la cantidad de MiPyMEs

asistidas por sector de actividad desde el 2009 al 2013. En el mismo se observa que la cantidad de

empresas beneficiadas que se encuentran en el sector manufacturero son las que a lo largo de estos

años han sido mayores a las del resto de los sectores. Incrementándose notablemente desde el 2009

llegando a un máximo de 168 empresas beneficias para el año 2011, y manteniéndose entre 140 y

150 empresas beneficiadas. Mientras que las empresas beneficiadas en los sectores de agroindustria

y la construcción, osciló en alrededor de 15.

Empresas asistidas por sector de actividad. 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

Al mismo tiempo, en el gráfico que se muestra a continuación se evidencia la evolución de

los montos de los créditos otorgados por sector de actividad entre 2009 al 2013. En concordancia

con lo mencionado anteriormente los montos otorgados a las empresas de la actividad industrial

representan la mayor cantidad de créditos otorgados, llegando a un monto máximo de $200

millones. Esto representa un incremento del 1440% en el financiamiento brindado a las MiPyMEs

manufactureras. Por otro lado, se observa tanto para la agroindustria como para la construcción un

incremento de los montos destinados oscilando a partir del 2011 en torno a los $13 millones y $8

millones respectivamente.

24

Créditos otorgados por sector productivo. 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

Por otra parte, como se expresa en el siguiente gráfico, las empresas beneficiadas se

centraron en primer lugar en la provincia de Buenos Aires, siguiéndole la Región Centro y Capital

Federal. En este sentido, a lo largo de estos años la cantidad de empresas que a las que les fueron

otorgados créditos aumento considerablemente en la provincia de Buenos Aires, colocándose en

torno a 90 el número de beneficiarias. En este sentido, un caso inverso ocurre con la región centro,

en la cual el pico máximo de MiPyMEs beneficiadas se alcanza en el 2011 llegando a 95

beneficiarias, para pasar a 42 para en el 2013. Mientras que CABA se mantuvo alrededor de 13

beneficiarias por año. De esta manera, a lo largo de estos años, en promedio, del total de las

empresas beneficiadas se concentraron en un 37% en la provincia de Buenos Aires, un 38% en la

Región Centro, un 9% en CABA y un 6% en Mendoza, el resto de las regiones oscilaron en torno al

3%.

Empresas beneficiadas por región. 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

Al mismo tiempo, podemos observar en el siguiente gráfico la distribución por región de los

créditos otorgados bajo el programa. De esta manera, se observa que la mayor cantidad de fondos se

destinaron a la provincia de Buenos Aires, oscilando en torno a los $ 47 millones entre 2011 y 2012,

y llegando a aproximadamente $ 120 millones para el año 2013. En tanto, por otra parte, la Región

Centro se coloca en el segundo lugar como destinataria de financiamiento, recibiendo en promedio

$ 43 millones anuales, con un pico en el año 2011 de aproximadamente $ 70 millones. Por último,

CABA recibió en promedio durante el 2009 y el 2013, $11 millones respectivamente. En suma, la

provincia de Buenos Aires representó el 40% del promedio de los créditos anuales entregados,

25

mientras que la Región Centro un 36%, CABA un 10% y la Región Cuyo un 6%, en el resto de las

regiones osciló en torno a un 3%.

Créditos otorgados por empresa y por región (en miles de pesos). 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

No obstante, al considerar la cantidad de MiPyMEs industriales existentes en cada una de las

regiones mencionadas, la distribución de los fondos otorgados por el programa varía siendo la

Región Centro quien concentra el mayor monto por empresa asistida, seguida por Buenos Aires y

con un monto levemente menor la Regiones NEA, NOA y Cuyo, quedando la Región Sur en el

sexto lugar y desplazando a CABA a la última posición.

0 5.000 10.000 15.000 20.000 25.000

Centro

Buenos Aires

Región NEA

Región NOA

Región Cuyo

Región Sur

CABA

Datos normalizados en miles de $ por cada 1.000 Pymes industriales

De acuerdo a información brindada por la SEPYMEyDR, el Fondo Nacional para el

Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa ha estimulado la creación de 5.088 puestos

nuevos de trabajo y el sostenimiento de 24.549 empleos entre 2009 y 2013. Para el año 2013 se

habían creado 1.648 nuevos empleos y la sustentación de 6.105 puestos de trabajo a través de

proyectos enmarcados en el FONAPYME. Al mismo tiempo, a través del siguiente gráfico se

observa el impacto en el empleo por provincia por medio de la tasa de variación promedio del

empleo anual del 2009 al 2013. De este modo se tiene que mediante créditos otorgados por el

programa la Región Sur presentó la mayor tasa de variación promedio anual de empleo, de un 29%,

seguida por C.A.B.A. que mostró un 27% de incremento promedio anual de puestos de trabajo en el

26

marco del financiamiento otorgado por el programa. Le sigue la Región NOA en un 26% y la NEA

con un 25%. El resto de las regiones oscilaron alrededor de un 20% de incremento promedio anual

en los puestos de trabajo de los proyectos presentados entre el 2009 y el 2013.

Impacto en el empleo - Tasa de variación promedio anual del empleo por empresas beneficiadas. 2009-2013

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

BUENOS

AIRESC.A.B.A Región Sur Región

CentroRegión

CuyoRegión

NOARegión

NEA

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

Siguiendo con el análisis precedente se muestra en el siguiente gráfico la evolución de la

tasa de variación promedio de empleo anual de acuerdo a sectores productivos, es decir, se

evidencia el porcentaje de aumento de los puestos de trabajo por año en las empresas participantes

del programa. En este sentido se tiene que los proyectos destinados a la agroindustria tuvieron la

característica de incorporar alrededor de un 65% nuevos puestos de trabajo en las empresas

beneficiarias, disminuyendo este porcentaje hacia 2012, año en el cual disminuye y se mantiene en

torno al 20%. Para el caso de la construcción la tendencia es contraria, mostrando una alta tasa de

variación de empleo hacia finales del período colocándose en aproximadamente un 50% de creación

de empleo para las empresas beneficiadas. Por último, la industria presenta un 20% de aumento de

puestos de trabajo en las MiPyMEs a las cuales se les ha otorgado financiamiento, hasta el 2013 año

en el cual oscila en un 30%. En promedio, la tasa de variación anual del empleo fue para los

proyectos de la agroindustria de un 53%, para la construcción de un 21% y para la industria de un

19%.

Impacto en el empleo - Tasa de variación del empleo de acuerdo a sectores productivos. 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

27

Al mismo tiempo, se tiene que en niveles absolutos, los proyectos vinculados a la industria

crearon 4089 nuevos puestos de trabajo, mientras que para la agroindustria fueron 542 y para la

construcción 457, de acuerdo a datos de la SEPYMEyDR.

Incoporación de personal por sector de actividad. 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

Por otro lado, a través del siguiente gráfico se observa que la tasa de variación del empleo

por proyecto presenta una tenencia creciente desde el 2009 al 2013, pasando de un 15%

aproximadamente a un 25% de aumento de los puestos de trabajo.

Impacto en el empleo - Tasa de variación del empleo por año. 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

Por otra parte, en niveles absolutos, se observa que el año 2012 fue el período en el cual los

proyectos abarcados por el programa incorporaron la mayor cantidad de personal, colocándose en

aproximadamente 1800 nuevos puestos de trabajo. Si bien, para el 2012, la cantidad de los mismos

disminuye, a lo largo de estos años se muestra una tendencia creciente.

Incorporación de personal. 2009-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos brindados por la SEPYMEyDR

28

Por último, por medio de los datos suministrados por la cuenta inversión se tiene que este

programa experimentó a lo largo de su período de implementación, una alta tasa de ejecución que se

colocó en promedio en torno al 95% de las empresas beneficiadas presupuestadas.

Cuenta de inversión. Evolución de la ejecución de metas presupuestadas. 2009-2013

Meta Final Meta Ejecutada % Ejecutado

2006 80 94 117,5

2007 80 98 122,5

2008 110 136 123,6

2009 120 109 90,8

2010 200 155 77,5

2011 200 209 104,5

2012 250 132 52,8

2013 90 68 75,6

Promedio 141,3 125,1 95,6

Fuente: Ministerio de Economía y Producción. Secretaría de Hacienda. Oficina Nacional de Presupuesto

Régimen de Bonificación de Tasas – RBT

El RBT es un programa que tienen como objetivo que las MiPyMEs puedan financiar sus

exigencias de inversión, de adquisición de capital y capital de trabajo a tasas de interés competitivas

por medio de una mejora en el acceso y en las condiciones de los créditos brindados a este tipo de

empresas, de este modo el RBT opera disminuyendo de manera estratégica la tasa de interés. La

finalidad del programa es permitir a las MiPyMEs el acceso al crédito a través de una tasa

bonificada. Las beneficiarias del programa son aquellas empresas, del todo país, que pertenezcan a

las actividades de industria, comercio, construcción o servicios, excluyendo aquellas cuya actividad

principal sea la agropecuaria. Al mismo tiempo, existen convenios suscriptos entre la SEPYMEyDR

y el Banco Nación Argentina que establecen como posibles beneficiaras a las MiPyMEs, que estén

radicadas o por radicarse en parques industriales o bien tengan que construir o adquirir galpones

para uso industrial y obtengan una constancia de elegibilidad por parte de la SEPYMEyDR.

Por otro, la línea de financiamiento de inversiones productivas, en base a convenios

SEPYMEyDR y BNA y SEPYMEyDR con el Banco de Inversión y Comercio Exterior. Estos

créditos pueden ser orientados tanto para la adquisición de bienes de capital nuevos de origen

nacional, o importado en caso de no existir un sustituto local, y para la construcción, instalaciones,

otros equipos, tecnología y proyectos de inversión. El crédito otorgable para este fin tiene un monto

máximo de un 80% del precio de compra del bien de capital o proyecto de inversión, exceptuando

el IVA, con tope de $5 millones, con un plazo de hasta 5 años en el BNA y 7 en el BICE. Para

capital de trabajo, este destino tiene un monto máximo del 25% de las ventas anuales con tope de $

1 millón, con un plazo de hasta 1 año y en caso de avalar la operación con garantías emitidas por

una SGR el plazo se puede extender a 3 años. Para el convenio SEPYMEyDR-BNA que financia

aquellas MiPyMEs que pretenden radicarse en parques industriales o ya se encuentran allí, se tienen

créditos disponibles para cada empresa con un monto máximo de $ 5 millones. Para el Convenio

SEPYMEyDR-BNA que financia aquellas MiPyMEs que proyectan la compra o construcción de

galpones industriales el monto máximo es de $ 5 millones

De esta manera la SEPYMEyDR otorga cupos de créditos a Entidades Financieras por

medio de licitaciones o convenios específicos, en las cuales las mismas licitan de acuerdo a las

condiciones de monto, plazo y destino, entre otras, preestablecidas. La empresa puede solicitar el

financiamiento en cualquiera de los bancos participantes, los cuales realizan el análisis crediticio de

la empresa y en caso de calificarla como sujeto de crédito le otorgan el crédito a tasa bonificada.

Esta bonificación puede llegar a ser de hasta el 6% sobre la tasa nominal anual para las operaciones

de financiamiento. Esta convocatoria se realiza hasta agotar el cupo presupuestario.

Las Entidades Financieras participan del Régimen y han proporcionado en conjunto un total

de 25.506 créditos con tasa de interés bonificada por la SEPYMEyDR por una suma que a

29

Diciembre de 2013 ascendía a $ 3.784 millones, cuya distribución provincial se presenta a

continuación:

Montos (en miles) y cantidad de Créditos otorgados por región

18 - Mayo 2009 – diciembre 2013

MiPyMEs Montos (miles de $) Monto / MiPyME

NOA 1.276 200.468 157

NEA 1.520 262.595 173

CENTRO 6.652 972.211 146

CABA 4.571 713.341 156

CUYO 1.366 237.385 174

SUR 1.818 267.891 147

BUENOS AIRES 8.303 1.130.391 136

Total 25.506 3.784.282 1.089

Fuente: SEPYMEyDR

Si se analiza la distribución geográfica de los créditos bonificados en todo el ámbito

nacional, en función de la cantidad total de MiPyMEs por cada Provincia, se observa que en la

región del nordeste argentino, el monto de crédito desembolsado por MiPyME es el más elevado.

De acuerdo a la evolución de colocación de créditos por sector de actividad que presenta el

Régimen, se observa que los tres sectores que lideran la estructura productiva de las Pymes en

Argentina concentran en conjunto el 91,92 % del monto de crédito otorgado, desatancándose el

sector comercio con el 43,19 %.

Durante el periodo Mayo 2009 – Diciembre 2013 todos los sectores productivos fueron

beneficiarios del Régimen, repitiéndose la tendencia de los últimos meses, en la cual el sector

comercio presenta una mayor captación de créditos, siguiendo en orden de importancia, el sector

industria.

Dicho dato no es menor si se tiene en cuenta que, según datos del Banco Central de la

República Argentina, históricamente el sector comercio tiene una participación menor en relación al

resto de los sectores económicos en el financiamiento total.

Montos y Créditos otorgados por Sector de Actividad (mayo 2009-diciembre 2013)

Monto Otorgado

Sector Pymes atendidas % en miles de $ %

Comercio 11.017 43,2 1.530.553.423 40,4

Industria y Minería 7.455 29,2 1.305.199.026 34,5

Servicios 4.973 19,5 656.942.344 17,4

Construcción 1.259 4,9 197.395.879 5,2

Agropecuario 802 3,1 94.192.006 2,5

Total 25.506 100,0 3.784.282.678 100,0

Fuente: SEPYMEyDR

Considerando el importante rol que cumplen las MiPyMEs en el desarrollo económico y

social del país, se estima oportuno continuar fomentando su desarrollo mediante el impulso del

financiamiento en Pesos con tasa de interés fija y menores a las del mercado financiero.

Siendo que las MiPyMEs representan el 69% del empleo, demostrando el importante rol que

cumplen como generadoras de trabajo, es relevante destacar que a la fecha, aproximadamente, el

81,44 % de las empresas que accedieron a créditos con tasa bonificada cuentan con un máximo de

hasta 50 empleados, estimándose que en el período Mayo 2009–Diciembre 2013 lograron mantener

aproximadamente 813.331 puestos de trabajo entre las 25 mil empresas beneficiarias del Régimen.

18 NOA: Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y Salta. NEA: Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones. CENTRO:

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. CUYO: La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis. SUR: La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut,

Santa Cruz y Tierra del Fuego.

30

Montos (en miles) y Créditos otorgados por cantidad de empleados - Mayo 2009 – Diciembre 2013

Empleados Pymes atendidas % Monto %

0 -1 empleado 2.826 11,1 205.771 5,4

2 y hasta 5 4.112 16,1 390.264 10,3

6 y hasta 10 3.710 14,5 444.508 11,7

11 y hasta 20 4.493 17,6 618.917 16,4

21 y hasta 50 5.628 22,1 1.022.353 27,0

51 y hasta 100 2.926 11,5 664.248 17,6

Más de 100 1.811 7,1 438.222 11,6

Total 25.506 100,0 3.784.283 100,0

Fuente: SEPYMEyDR

El universo de actores sobre el cual actúa el Régimen se encuentra integrado por las Micro,

Pequeñas y Medianas empresas, siendo las pequeñas empresas, con un 41,9%, las que captaron

mayor número de préstamos.

Distribución de la cartera por tamaño de empresa - Mayo 2009 – Diciembre 2013

Fuente: SEPYMEyDR

Con el objetivo de promover la participación de las micro y pequeñas empresas, la

SEPYMEyDR aplica un esquema de bonificación especial para éstas; priorizando las inversiones de

las empresas más pequeñas y a plazos más largos, incentivando la utilización de instrumentos de

garantías y otorgando, de esta manera, bonificaciones crecientes a medida que el tamaño de las

empresas es menor y los plazos mayores.

Distribución de la cartera según destino de créditos - Mayo 2009 – Diciembre 2013

Fuente: SEPYMEyDR

31

Según se observa, mediante la operatoria del Régimen de Bonificación de Tasas, las

empresas destinan el 83,2% del monto de los créditos a financiar la constitución y recomposición de

su capital de trabajo, mientras que el 10,17 % se distribuye entre la adquisición de bienes de capital,

pequeñas inversiones y otras aplicaciones.

Sociedades de Garantía Recíproca – SGR

Las Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR) son sociedades comerciales que tienen por

objeto facilitar el acceso al crédito de las pymes a través del otorgamiento de garantías por aval para

préstamos, fianzas y servicios integrales de asesoramiento financiero, para el cumplimiento de sus

obligaciones, a sus socios pymes. Fue creado por Ley 24.467 con el objetivo de crear fondos de

capital privado para garantizar operaciones crediticias de MiPyMEs y superar las barreras de acceso

al crédito mediante la conformación de estructuras empresariales especializadas en la actividad

MiPyME.

Las SGR emiten avales financieros (préstamos), técnicos (cumplimiento de contratos) o

comerciales mediante la celebración de contratos de garantía recíproca. Las pymes deben pagar una

comisión de garantía y una comisión de estudio, además de hacer su aporte al capital de las SGR.

De este modo, el programa permite a las MiPyMEs incrementar sus garantías ante las

entidades crediticias, aumentar la capacidad de endeudamiento, mejorar los plazos de financiación y

disminuye sus costos financieros. Al mismo tiempo, canaliza las líneas de financiamiento blandas,

por medio de subsidios de tasas del Estado y del sector privado.

Entre el 2009 y 2013 se otorgaron un total de 344.557 garantías, con un monto de

$19.468.944.21919

Programas no financieros

En los últimos 12 años, la puesta en funcionamiento de estos programas e instrumentos se

tradujo en apoyo para 40.707 empresas beneficiadas, por un monto de 645.270.720 pesos.20

Crédito Fiscal para capacitación

El programa de Crédito Fiscal para Capacitación hace posible que las PyMEs accedan a

reintegros por sobre la inversión que realizan para capacitar a sus trabajadores. El objetivo es

incrementar la productividad de este tipo de empresas, ya sea a nivel operativo como a nivel

gerencial o directivo. Este beneficio se concreta mediante la emisión de un bono de Crédito Fiscal

(bono electrónico) deducible en impuestos nacionales, a favor de la empresa que realiza la

inversión.

Crédito Fiscal para instituciones

Mediante este programa se asiste técnica y financieramente a proyectos de construcciones de

incubadoras y la creación de centros de formación y aulas virtuales para capacitar a empresas

pymes en los Parques Industriales y las Agencias de Desarrollo productivo por medio de bonos de

crédito fiscal.

En la tabla siguiente se muestra el resultado de ambos programas. Allí puede verse que

durante el periodo 2005-2014 se beneficiaron 11.535 empresas por un monto total de 236.391.137

pesos. La tendencia es creciente hasta el año 2012, en el cual se llega a los niveles máximos del

periodo.

19 Datos SEPYMEyDR 20 Ibídem.

32

Programas de Crédito Fiscal (para Capacitación y para Instituciones) 2005-2014

Crédito Fiscal

Empresas Beneficiadas Monto

2005 281 8.496.011

2006 336 8.899.689

2007 299 7.675.776

2008 359 11.562.285

2009 1.599 13.433.531

2010 2.396 28.923.311

2011 1.420 28.187.705

2012 2.657 52.455.875

2013 1.455 43.192.999

2014 733 33.563.955

Total 11.535 236.391.137

Fuente: SEPYMEyDR

Programa Nacional de Capacitación

Este instrumento propone una herramienta de formación orientada a estimular

modificaciones en la conducción de empresas, con el fin de mejorar la competitividad mediante la

capacitación de sus cuadros directivos y gerenciales. Estos objetivos son implementados a través del

dictado de seminarios de capacitación gratuitos desarrollados en todas las provincias, que abordan

temáticas relevantes a los sectores.

Al momento de evaluar los resultados de este instrumento, los datos obtenidos muestran que

entre 2009 y 2014 las empresas beneficiadas totalizan 8.330 por un monto de 2.164.690 pesos.21

Programa de acceso al Crédito y la Competitividad - PACC Empresas

Este instrumento brinda asistencia técnica profesional y financiamiento de gastos de

capacitación e inversiones asociadas para pymes. Con el mismo, se persigue incrementar la

competitividad, la innovación de productos y procesos, una mejora en la escala tecnológica y

certificaciones de calidad por medio de Aportes No Reembolsables. Los proyectos incluidos son

aquellos que están vinculados a las 11 Cadenas de Valor mencionadas en el Plan Estratégico

Industrial 2020, así como a las economías regionales.

Entre el 2003 y el 2014 se beneficiaron 7.617 empresas, mediante Aportes No

Reembolsables por un monto total de 314.916.862 pesos.22

Programa de acceso al Crédito y la Competitividad - PACC Emprendedores

Mediante este instrumento se busca fomentar la creación y la sustentabilidad de empresas

con menos de dos años de antigüedad desde su primera venta que cuenten con potencial de

desarrollo, innovación, aumento de escala de producción, generación de empleo, industrialización

en origen, sustitución de importaciones.

El programa puede verse en dos dimensiones: por un lado, el incentivo directo a empresas y

emprendedores, y por otro, el apoyo a Incubadoras de Empresas o Instituciones Especializadas en

Apoyo Emprendedor que impulsen los nuevos emprendimientos, potenciando su evolución y

garantizando su éxito, a través de una asistencia técnica continua y control por medio de recursos y

conocimientos específicos que posee. Estas acciones se canalizan mediante Aportes No

Reembolsables de hasta 150.000 pesos o el 85% del plan de negocios.

Los resultados del mismo, entre 2003 y 2014, muestran beneficios para 610 empresas por un

monto total de 44.941.328 pesos.23

Expertos PyME

El objetivo de este instrumento consiste en transferir a las pymes el conocimiento

especializado de profesionales que poseen una vasta experiencia en las diferentes áreas que tienen

21 Datos SEPYMEyDR. 22 Ibídem. 23 Ibídem.

33

que ver con el funcionamiento de las empresas. El programa financia la totalidad del diagnóstico de

la situación y facilita el acceso a la implementación de un plan de mejoras, con una subvención del

50%.

Los resultados obtenidos muestran 1.375 empresas beneficiadas, por un monto total de

5.185.292 pesos. 24

Red de Agencias de Desarrollo Productivo

La Red de Agencias es una plataforma institucional de gestión, información y soporte, que

incentiva y agiliza la articulación entre las pymes y las instituciones locales y regionales. Este

accionar brinda la posibilidad de la integración de las instituciones de cada territorio con el fin de

lograr una complementariedad estratégica entre los niveles de acción nacional, provincial y local.

Esta red está conformada por entidades sin fines de lucro, Agencias de Desarrollo

Productivo, que son actores públicos y privados con inserción local.

Los resultados muestran 88 agencias, que cuentan con un monto total de 2.958.294,

correspondientes a Proyectos de Fortalecimiento Operativo y a Proyectos de Desarrollo

Territorial.25

Oficinas Generadoras de Industria Argentina (GenIA)

El programa GenIA consiste en una red de oficinas de atención descentralizadas del

Ministerio de Industria, situadas en distintas provincias, cuya objetivo es enlazar organismos e

instituciones provinciales y locales de promoción de las pymes y las exportaciones. Para este fin,

estas oficinas identifican y fidelizan a las empresas y emprendedores, asistiéndolas en la

implementación de los programas, herramientas y beneficios para la industria. Estas oficinas se

encuentran apoyadas de manera determinante por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial

(INTI y por la SEPYMEyDR.

Por otro lado, este programa actúa articuladamente con el Programa de Cooperación

Industrial Internacional, otorgando información y asesoramiento sobre oportunidades de inversión y

proyectos en el exterior que contribuyan al desarrollo industrial local y regional, apoyando tanto

institucional como políticamente la internacionalización de las pymes. Funcionando de esta manera

como nexos con sus potenciales clientes en el exterior.

Hasta el año 2014 existían 31 oficinas, mediante las cuales se benefició a 5.947 empresas.

Grupos de MiPyMEs y Cooperativas – Sistemas Productivos Locales (SPL)

El objetivo de este programa es fomentar el desarrollo regional sustentable, por medio de la

elaboración y puesta en marcha de actividades orientadas a las MiPyMEs que conformen o sean

potenciales articuladores de sistemas productivos locales. De esta manera, se busca fortalecer e

integrar los tejidos productivos en el ámbito regional trabajando de forma de promover el

asociativismo entre empresas, sector público (nacional, provincial, municipal), instituciones

académicas y de investigación y desarrollo (públicas y privadas)26

. Así, se brinda asistencia técnica

y económica con el propósito de implementar, desarrollar y fortalecer proyectos productivos que

comprendan a grupos asociativos, nuevos o previas, (conformados por 5 o más MiPyMEs

legalmente establecidas en el país) y cooperativas de manera de beneficiar a todas estas empresas y

a la comunidad en las que se encuentran situadas. En cuanto a la selección de los beneficiarios, el

programa utiliza los criterios de asociatividad (de manera de desarrollar y fortalecer sistemas

productivos locales y el desarrollo de sistemas productivos), el impacto regional del grupo

asociativo, la formulación del proyecto en perspectiva de las necesidades detectadas y las

imposibilidades de estos actores y la articulación con ámbitos públicos, académicos, institucionales,

etc.

24 Ibídem. 25 Ibídem. 26 La Política Cluster. El caso de los Sistemas Productivos Locales promovidos por la SEPYMEyDR. Documento de Trabajo Nº 1,

Dr. Alejandro Naclerio, Agosto 2011. SEPYMEyDR

34

El programa SPL abarca a todo el territorio nacional, y su esquema de trabajo es integral y

flexible, adaptándose de manera de brindar el apoyo de acuerdo a las circunstancias de cada grupo o

cooperativa participante de los diferentes territorios. Los lineamientos de trabajo tienen como

origen las aproximaciones derivadas de las prácticas cotidianas de trabajos, lo que genera una

reformulación constante de los mismos, derivada de la propia interacción con las formas de

intervención. De este modo, los instrumentos de apoyo se adaptan a las necesidades y demandas

particulares de los participantes del programa. Por otra parte, se resalta de este programa la

pretensión de articular con otros organismos y programas del sector público nacional que tengan

como finalidad estimular al sector productivo. También, se destaca que este trabajo complementario

entre diferentes áreas del estado nacional se intenta desarrollar con una lógica de aumento de la

competitividad e incremento en la calidad de la intervención del sector público. Otro criterio de

trabajo que resaltan los autores de la publicación27

es la participación activa de las secretarías de

producción y agencias de desarrollo de los estados provinciales y municipales. Así, el papel de estos

actores se revela como uno de los aspectos más importantes del programa, como consecuencia del

contacto directo y del intercambio fluido que existe entre estos grupos productivos beneficiados y

los niveles de gobierno.

De este modo, el programa dispone de cuatro líneas de acción28

:

Planes de asociatividad para el desarrollo productivo: Esta línea está orientada a otorgar

asistencia técnica al Grupo Asociativo en el diseño y puesta en marcha de un Plan de

Trabajo Asociativo (PTA) de corto y mediano plazo, con el objetivo de fomentar la

competitividad de estas empresas a través de su integración. Los planes de trabajo tienen

una duración de un año, también incluyen un cronograma de actividades con el fin de

conducir el trabajo conjunto del grupo. El beneficio de esta línea de trabajo es poder acceder

a un subsidio para contratar a un coordinar a lo largo de la implementación del PTA, de

manera de contar con un profesional de la localidad, o de regiones vecinas, concentrado en

el armado o consolidación del Grupo Asociativo, al establecimiento de acuerdos y a

gestionar la ejecución del proyecto. Por medio del programa, se reintegra al Grupo

asociativo el 100% de los honorarios del coordinador en los primeros 6 meses, y el 50% de

los mismos en los restantes 6, dejando la otra mitad a cargo de los beneficiarios.

o A grandes rasgos, las actividades que puede desempeñar el coordinador del Grupo

Asociativo abarcan: “I) efectuar un diagnóstico del sector y del grupo de empresas;

II) promover y consolidar relaciones de cooperación entre las empresas e

instituciones participantes y generar una visión común y una estrategia compartida;

III) asistir en la formulación de proyectos para la búsqueda de financiamiento y

oportunidades de negocio para el Grupo Asociativo; IV) definir y poner en marcha

acciones estratégicas que caractericen el desarrollo de mediano y largo plazo del

grupo de empresas asociadas; V) promocionar al grupo y sus productos”29

. Al mismo

tiempo, a partir de la dinámica de trabajo del Grupo Asociativo en la implementación

del programa y más allá de su motivación inicial, cada coordinador, al detectar las

necesidades de este, puede involucrarse en la formulación de proyectos que mejoren

la competitividad de las empresas involucradas y que colaboren a afianzar el grupo.

Estos proyectos pueden ser canalizados por instrumentos brindados por la

SEPYMEyDR o cualquier organismo del sector público.

o Por otra parte, el perfil del coordinador debe contemplar el conocimiento de la

actividad productiva en la que se enmarca el proyecto, poseer una vinculación fluida

con las empresas e instituciones relevantes que inciden localmente, contar con

27 Ibídem. 28 Programas y Beneficios para la Industria Argentina, Coordinador General Ing. Fabrizio Alfini, Quinta Edición, Proyecto PNUD

ARG/08/001, Ministerio de Industria, 29 La Política Cluster. El caso de los Sistemas Productivos Locales promovidos por la SEPYMEyDR. Documento de Trabajo Nº 1,

Dr. Alejandro Naclerio, Agosto 2011. SEPYMEyDR

35

capacidad de gestión, tener disponibilidad para viajar y contar con competencias en

la elaboración de proyectos. Al mismo tiempo, dentro del Programa se realizaron

Jornadas de Capacitación para los coordinadores con el fin de homogeneizar sus

perfiles y asegurar una base común de conocimiento, como también de propiciar un

intercambio directo con los diferentes programas de la SEPYMEyDR a través del

cambio de experiencias y la constitución de redes entre los participantes.

o Al mismo tiempo, se prevé Aportes No Reembolsables para proyectos de inversión

que fomenten y capitalicen colectivamente al grupo asociativo, que abarcan el

agregado de valor a la producción primaria, con un monto máximo por grupo de

$420.000 y el aporte de este deberá ser como mínimo del 30% de la totalidad del

proyecto, y el desarrollo y fortalecimiento de la producción industrial, con una suma

máxima por grupo de $600.000 y con un aporte del mismo de al menos el 40% de la

globalidad del proyecto.

Proyectos de inversión para grupos asociativos fortalecidos: Con esta línea de trabajo se

reintegra parte de los gastos de las actividades de un proyecto de inversión, que cuentan

como beneficiarios a grupos preexistentes y consolidados, destinado al desarrollo y

fortalecimiento de la producción industrial. El monto máximo de ANR por grupo asociativo

asciende a $900.000, y el aporte del mismo será como mínimo del 40% del proyecto.

Planes y proyectos de fortalecimiento cooperativo: Por un lado, el programa otorga aportes

para la contratación de un coordinador, que asistirá a la cooperativa tanto en el

cumplimiento del plan de trabajo y seguirá el proyecto de inversión presentado. Se reintegra

a la cooperativa a través de este instrumento, el 100% de los honorarios del profesional, en

los primeros 6 meses y el 50% en los últimos 6. Esta herramienta, prevé ANR por proyectos

de inversión que abarquen, tanto el agregado de valor en la producción primaria ($420.000

de monto máximo, con un aporte local mínimo de un 30%) como el desarrollo y

fortalecimiento de la producción industrial (ANR máximo de $600.000 y un aporte del

grupo no menor al 40% del total del proyecto).

o Por otro, se brindan aportes para proyectos de inversión de cooperativas fortalecidas,

con un monto máximo por organización de $720.000 para proyectos de desarrollo y

consolidación de la producción industrial, y el grupo deberá aportar al menos el 40%

del valor del proyecto.

Sistemas Productivos Locales: Esta línea de trabajo dentro de la herramienta propuesta por

la SEPYMEyDR se orienta al fomento de proyectos de inversión que tengan como objetivo

la puesta en marcha de Centros de Servicios Industriales y Laboratorios de I+D+i en

Parques Industriales. Se brinda por grupo asociativo un máximo de $1.500.000 en ANR, y

un mínimo del 40% de la inversión total del proyecto estará a cargo del grupo beneficiario.

Este programa, tanto para el fortalecimiento asociativo realizado por medio de los planes de

trabajo como para los aportes no reembolsables destinados a proyectos de inversión, funciona con la

modalidad de ventanilla permanente.

Por último, de acuerdo a Alejandro Naclerio30

el Programa Sistemas Productivos Locales es

una herramienta específica que resulta compatible con una política industrial activa, y fomenta a la

constitución de un Sistema Nacional de Innovación, ya que la consolidación de grupos asociados de

unidades productivas e instituciones es nodal en la constitución del mismo. De esta manera, sostiene

que la interacción que se fomenta entre las unidades productivas enmarcadas en determinadas

instituciones produce una mejora en las ventajas competitivas dinámicas, y garantiza, en

determinadas ocasiones, la capacidad de subsistir de estos grupos. Así, resulta de vital importancia

la vinculación establecida entre las empresas y el trabajo en conjunto con técnicos de la

SEPYMEyDR, ya que “debido al alto grado de complejidad que implica la elaboración de los

Planes de Trabajo Asociativo y los Proyectos de Inversión por parte de las empresas, que en líneas

30 La Política Cluster. El caso de los Sistemas Productivos Locales promovidos por la SEPYMEyDR. Documento de Trabajo Nº 1,

Dr. Alejandro Naclerio, Agosto 2011. SEPYMEyDR

36

generales no están habituadas a trabajar asociativamente, resulta indispensable una política de

formación de recursos humanos capaces de transferir experiencias en la gestión y funcionamiento

colectivo”31

. Por último, el autor resalta la redistribución que se realiza por medio de este programa,

ya sea a través del impacto en las economías regionales de zonas marginales (fortalecimiento de

pequeñas localidades por medio de la práctica asociativa) como por su alcance a muy pequeños

emprendimientos llevados adelante por personas con bajo nivel de ingreso. Por último, se destaca

que a lo largo del 2003- 2014 en el marco de este programa se han beneficiado 5.293 empresas por

un monto de $ 38.712.512.32

Resumen dimensional

Atendiendo a las dimensiones de análisis utilizadas, a continuación se muestra la

aplicación a los programas/instrumentos descriptos en este apartado:

Programa /

Instrumento Temática Beneficio Modalidad

Programa Nacional para el desarrollo de Parques

Industriales Públicos

del Bicentenario

Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial Aportes No Reembolsables Ventanilla Permanente

Jóvenes Industria

Aprendiendo a Emprender Gestión Empresarial Asistencia Técnica y Capacitación

Convocatoria con fecha de cierre

Capital Semilla Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial

Créditos a Tasa Subsidiada y Otras Facilidades Financieras

Convocatoria hasta agotar el cupo presupuestario

Empresas Madrinas Inversión en Bienes de Capital - Investigación y Desarrollo

Beneficios Impositivos y/o Fiscales - Aportes No Reembolsables

Convocatoria con fecha de cierre

FONAPYME

Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial

Créditos a Tasa Subsidiada y Otras Facilidades Financieras

Convocatoria con fecha de cierre

Régimen de Bonificación de Tasas

(RBT)

Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial

Créditos a Tasa Subsidiada y Otras Facilidades Financieras

Convocatoria hasta agotar el cupo presupuestario

Sociedades de Garantía

Recíproca (SGR)

Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial

Créditos a Tasa Subsidiada y Otras Facilidades Financieras - Aportes No Reembolsables Ventanilla Permanente

Crédito Fiscal

Crédito Fiscal para Capacitación Gestión Empresarial

Asistencia Técnica y Capacitación - Beneficios Impositivos y/o Fiscales Ventanilla Permanente

Crédito Fiscal para Instituciones Gestión Empresarial

Asistencia Técnica y Capacitación - Beneficios Impositivos y/o Fiscales Ventanilla Permanente

Programa Nacional de

Capacitación Gestión Empresarial Asistencia Técnica y Capacitación Ventanilla Permanente

Programa de Acceso al Crédito y la Competitividad -Empresas

Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial - Investigación y Desarrollo

Asistencia Técnica y Capacitación - Aportes No Reembolsables Ventanilla Permanente

Programa de Acceso al Crédito y la Competitividad -Emprendedores

Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial - Investigación y Desarrollo

Asistencia Técnica y Capacitación - Aportes No Reembolsables Ventanilla Permanente

Expertos PYME Gestión Empresarial Asistencia Técnica y Capacitación - Aportes No Reembolsables Ventanilla Permanente

Grupos de MiPyMEs y

Cooperativas – Sistemas Productivos

Locales (SPL)

Inversión en Bienes de Capital - Gestión Empresarial - Investigación y Desarrollo Aportes No Reembolsables Ventanilla Permanente

Fuente: Elaboración propia en base a datos de SEPYMEyDR.

31 Ibídem. 32 Datos SEPYMEyDR.

37

Capítulo 5

La política industrial argentina y las MiPyMEs en el último decenio

Las datos globales

Lograr una sociedad mas igualitaria, con movilidad social ascendente, igualdad de

oportunidades y con mayores recursos para todos sus habitantes requiere como condición

excluyente una industria fuerte. Sin agregación de valor no existe posibilidad de crecimiento

sustentable.

Desde 2003 la industria ha crecido fuertemente a tasas elevadas, marcando un punto de

inflexión luego de un profundo proceso de desindustrialización neoliberal. Solamente en el

periodo 1964-1974 se puede encontrar un proceso similar, sumando ahora efectos redistributivos

como producto de las políticas de mejora de la distribución del ingreso implementadas por el

Estado.

Entre 2003 Y 2008 la industria mostró un crecimiento del 9,3% promedio anual, proceso

levemente interrumpido por la crisis internacional en 2009, y que retomó el impulso inicial en 2010,

con una tasa de crecimiento del 9,8%. Hacia 2011, la industria manufacturera mostraba un aumento

en los niveles de actividad del orden del 13% con respecto a 2010.

A diferencia de las etapas anteriores, especialmente la década de los noventa, en la última

década el crecimiento industrial no se produjo solamente en las ramas tradicionales, sino que una

visión de los sectores más dinámicos muestra ramas metalmecánicas y aquellas intensivas en

desarrollo tecnológico. Una estructura industrial mas diversificada permitió crecer a todos los

sectores. Además, el proceso actual logró detener el proceso de primarización iniciado con la puesta

en práctica del modelo neoliberal.

El entramado industrial y las pymes

Una industria fuerte y competitiva es el camino para el desarrollo inclusivo de un país. En

ese contexto, son las MiPyMEs las que generan riqueza, puestos de trabajo, agregan valor a su

producción, y consolidan el arraigo local permitiendo la articulación entre actores económicos y

sociales.

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son actores centrales del modelo iniciado en

2003. En concreto, son un factor imprescindible en la federalización del desarrollo económico y la

distribución de la riqueza. En este sentido, la consistencia entre las políticas macroeconómicas,

sectoriales y microeconómicas, orientadas a la defensa del mercado interno y de la producción

nacional, hacen que el proceso actual sea claramente pro-pymes.

Por ello, en el periodo estudiado, las MiPyMEs han consolidado su importancia en la

economía en general y en el entramado productivo en particular.

Desde el 2003 se aumentó en 202.690 la cantidad de Mipyme de acuerdo a los datos

entregados por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. De este aumento en la

cantidad de empresas, Agricultura, Ganadería y Pesca lo hizo en aproximadamente 10.000 y la

Industria manufacturera en alrededor de 14.000. Todos estos datos reafirman el rol central que

mantienen las Mipymes en el esquema productivo nacional.

En este sentido, en el gráfico de arriba se observa que a lo largo de estos años, estas

empresas aumentaron en número en todas las ramas de actividad económica, con excepción de los

Servicios Comunitarios, Sociales y Personales. En este sentido, del universo de estas empresas al

año 2013 aproximadamente un 28% pertenecen al Comercio al por Mayor y al Por Menor, un 18%

Servicios Inmobiliarios, Empresariales y de Alquiler, un 12% corresponden al sector de

Agricultura, Ganadería y Pesca y un 10% a la Industria Manufacturera.

38

Evolución del empleo por sector económico

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, Dirección General de

Estudios y Estadísticas Laborales, Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales,

Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Las MiPyMEs poseen una importante gravitación en el entramado productivo nacional,

predominan en la producción de todas las ramas de la actividad productiva. Estas representan el

99% del total de las empresas, el 70% de los puestos de trabajo y el 45% del valor agregado.33

Participación de las Mipymes en el entramado productivo argentino

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, Dirección General de

Estudios y Estadísticas Laborales, Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales, Ministerio de Trabajo,

Empleo y Seguridad Social.

33 Datos tomados de la SEPYMEyDR.

39

Una comparación a nivel regional destaca al entramado productivo nacional por su acervo

de MiPyMes. En suma, la proporción de empresas pequeñas y medianas es superior a la del resto de

los países de la región, incluso con respecto a la Unión Europea, donde predominan las

microempresas.

Participación en el numero de establecimientos, según tamaño de empresa 2010 (en porcentaje)

Union Europea y América Latina (países seleccionados)

Micro Pequeña y Mediana Grande

Union Europea 92,1 7,7 0,2

Argentina 81,6 18,0 0,4

Brasil 85,5 13,5 1,0

Chile 90,4 9,0 0,6

Colombia 93,2 6,5 0,3

El Salvador 95,4 4,4 0,2

Ecuador 96,8 3,0 0,2

México 95,4 4,4 0,2

Perú 98,1 1,9 0,0

Uruguay 83,4 16,0 0,6

Fuente: la Union Europea y América Latina y el Caribe: Inversiones para el crecimiento,

la inclusión social y la sostenibilidad ambiental, CEPAL, 2012

Dentro de este proceso se produjo una una creación neta de empresas que alcanzó las

150.000 nuevas firmas, la mayoría de las cuales son PyMEs. Se destacan las 14.000 nuevas

empresas industriales, particularmente aquellas en sectores que poseen un alto contenido

tecnológico o de diseño.

Relaciones entre grandes empresas y PyMEs

Existe un tema que es causa de debate y que este trabajo no pretende saldar, que es el caso

de la relación entre las grandes empresas y las pymes. Dicha vinculación es una temática que

contiene diversas polémicas sobre sus ventajas y desventajas, en esta relación que se da en todas las

ramas de la actividad económica y que se diferencia de acuerdo a cuestiones de tamaño, ubicación,

origen y capacidad de gestión.

Siguiendo a Jimena Segura34

, es importante para analizar la dinámica de este sector

empresarial observar el tipo de relación con clientes y proveedores, es decir, si están diversificadas

o se encuentran ligadas muy estrechamente a las grandes empresas. Al mismo tiempo, un tipo de la

relación muy difundido entre estos sectores empresariales es que se da a través del estímulo de las

grandes empresas para practicar elusión impositiva por medio de subsidiarias PyMes.

Por un lado, de acuerdo a Juan Federico, investigador del Prodem de la UNGS, "existen

emprendedores que comienzan a descubrir y aprovechar el dinamismo de las cadenas globales de

valor e identifican oportunidades para emprender y desarrollar nuevos negocios innovadores como

proveedores de bienes o servicios dirigidos a otras empresas. Tal es el caso de la minería en Chile y

Perú o del agro en Argentina y Uruguay. En el caso argentino, un fenómeno también interesante en

esta línea son las oportunidades que se están abriendo en todo lo relacionado con prestación de

servicios para el sector hidrocarburos (gas y petróleo) a partir de demandas de YPF, así como lo

relacionado con algunas empresas vinculadas a INVAP en Bariloche"35

. Sin embargo, sostiene que

la articulación entre la gran empresa y los emprendimientos dinámicos es muy limitada, reduciendo

de esta manera las oportunidades brindadas por la tercerización de procesos o la vinculación con

cadenas globales de valor. Destaca en este aspecto un amplio campo de acción para avanzar en este

horizonte. Ejemplo de este tipo de vinculación lo brinda el packaging donde las grandes marcas

como FEMSA Coca-Cola y Tetra Pak, dependen de la producción de las PyMes. Otro ejemplo es

34 http://tiempo.infonews.com/nota/136645/las-pymes-se-orientan-a-los-grandes-clientes-y-a-la-especializacion-productiva. 35 Ibídem.

40

La Cooperativa Agropecuaria de Productores y Consumidores Limitada, proveedora de potes para

SanCor.

Por otro lado, en el mismo artículo periodístico, Daniel Moreira, presidente de la Asociación

PyMe, aclara que estas empresas se encuentran condicionadas por el poder de mercado que ostentan

las grandes empresas, las que generalmente son las principales proveedoras y detentan la

posibilidad de fijar el precio abusando de su posición dominante, como también plazos y

cantidades. Al mismo tiempo, sostiene que en la mayoría de los casos son las principales clientas de

las MiPyMEs y abusan de este poder para fijar un precio perjudicial para las empresas de un menor

poder relativo. En este sentido, destaca que se encuentran atrapados entre dos puntas perversas, que

conlleva a un menor margen de ganancia. Así, Moreira, da como ejemplo de este tipo de

vinculación lo que sucede en los rubros emblemáticos como el del acero y la alimentación,

resaltando en este último caso que de acceder de forma directa el consumidor final podría pagar

hasta un 100% menos el precio de los productos, que se encuentran sometidos al poder de mercado

de los supermercados o grandes intermediarios. Por el lado de la industria de la acero, es un ejemplo

paradigmático el hecho que sólo Techint provea chapa con baño galvanizado, relatando la situación

de uno de los socios de APYME que al comprar su insumo en esa empresa le exigían un cantidad de

compras y pago al contado, pero al vender su producto final a la misma esta le pagaba en un plazo

de entre 60 y 90 días, sosteniendo de que existen muchos casos en los cuales las MiPyMEs

sostienen el margen de ganancia de las grandes empresas. Por otra parte, Moreira enfatiza que

trabajar para una gran empresa expone a las MiPyMEs a la posibilidad de ser expulsadas ante una

crisis en la cual ante una baja en la demanda por parte de las grandes empresas son descartas como

parte del recorte de su producción.

Al mismo tiempo, Juan Biassi, vicepresidente de esta organización resalta que este problema

de la concentración es global, y sostiene que ante la situación de vulnerabilidad estructural la salida

es la unión solidaria de este sector empresarial, y destaca la importancia que le han dado desde el

Estado en estos últimos 10 años, a través de políticas de sostenimiento del mercado interno como la

última Ley de Abastecimiento sancionada, que provee un marco de apoyo para estas.

En relación a lo mencionado anteriormente, cabe destacar el elevado grado de concentración

que existe en nuestro país en la producción de insumos difundidos. Lo que abre el debate en torno al

tipo de relación entre las grandes y el resto de las empresas con un poder de mercado relativo

mucho menor y cómo articular las cadenas globales de valor36

.

Según un informe del Observatorio Pyme denominado “Pymes industriales y grandes

empresas: ¿Dependencia funcional o autonomía?”37

, estas empresas, en la búsqueda de su

consolidación en el mercado a través de la conquista de grandes compañías para las que producen

insumos específicos, corren el riesgo de sufrir abusos en la fijación de precios. En este sentido, la

conclusión del mismo es una situación en la que, independientemente del tamaño del proveedor o

cliente, la excesiva concentración de las compras de las PyME en el principal proveedor, o de sus

ventas en el principal cliente, se presenta solo en los casos de insuficiente desarrollo empresarial.

Este insuficiente desarrollo estaría caracterizado se presentaría entre las más jóvenes, las más

pequeñas, las no exportadoras, las que menos invierten y, por último, las situadas en regiones

menos desarrolladas como el NOA y NEA.

El mismo informe plantea que las MiPyMEs ocupan un espacio de necesidad de las grandes

empresas que muchas veces tiene un costado perverso porque estas últimas son las que le fijan a la

pyme un precio fijo de su producción por ser su principal comprador, en una suerte de monopsonio.

De esta manera, la gran empresa abusa de su posición dominante, con el agravante de que muchas

veces la pyme también le compra insumos a grandes empresas monopólicas u oligopólicas que

también fijan valores, cantidades o plazos de pago. Así, la mayoría de las MiPyMEs quedaría

atrapada en este esquema que, entre otras cosas, las lleva a achicar su margen de ganancia. Esto se

observa nítidamente en la industria de insumos difundidos, como la del acero y el aluminio, y en el

de la alimentación.

36 http://tiempo.infonews.com/nota/136645/las-pymes-se-orientan-a-los-grandes-clientes-y-a-la-especializacion-productiva. 37 http://www.observatoriopyme.org.ar/project/pyme-industriales-y-grandes-empresas-dependencia-funcional-o-autonomia.

41

Sin embargo, en el informe citado no queda muy claro si la situación de “pinza” existe o no.

Nuestra posición, entonces es que existen MiPyMEs que -por sus características, ya sea, su reciente

actuación en el mercado, o por situaciones tales como su ubicación en regiones mas postergadas o

su poca o nula vinculación al mercado externo- se ven sometidas a este tipo de presiones. Ahora

bien, no se puede negar que la estructura del mercado en diversos sectores muestra indicios de una

concentración generalizada en el universo de proveedores y clientes de las pymes.

Por último, creemos necesario aclarar algunos puntos al respecto. Si hay algo que es real es

que para los postulados en los que se basa la economía de mercado, estas situaciones no debería

existir. Hasta acá el deber ser neoliberal. Sin embargo, existe una tendencia del empresariado a

favorecer la concentración como consecuencia de la propia dinámica de funcionamiento capitalista.

Y para esto resulta ilustrativo reproducir el testimonio de un empresario pyme recogido por los

autores, que bien podría generalizarse: “…vamos a poner un ejemplo práctico. Los hospitales

públicos de la provincia de Buenos Aires tuvieron, durante mucho tiempo, los lavaderos dentro de

sus instalaciones. En un momento comenzaron a contratar lavaderos afuera. Y fueron pocos los que

vieron que era un buen negocio, consecuentemente, se juntaron y consiguieron una ley

reglamentando la actividad. Desde los hospitales la visión era de un mejoramiento porque tenían

ropa limpia todos los días. Después, los hospitales dejaron de comprar y los estos lavaderos

comenzaron a proveer también la ropa. Entonces, los costos se multiplicaron por quince, por veinte

y por treinta. Esto impedía que un nuevo empresario pudiera ingresar al negocio. Y de esta manera,

los grandes iban concentrando cada vez más. Y, como es obvio, el director del hospital, a la hora de

elegir, elegía al que le brindaba seguridad en el cumplimiento del servicio. Esa simple y natural

decisión lleva a la concentración. Este ‘efecto pinza’ ocurre en muchos sectores. Para romper con

esas cadenas hay que permanecer. Lamentablemente, las más grandes tratan de sacar ventaja día a

día. En las más grandes hay una estructura mayor que, en épocas de inflación, genera un costo

adicional que de algún modo lo trasladan a las pymes.”

La profundización del desarrollo regional y federal

Este crecimiento industrial no queda focalizado en una zona determinada del país, sino que

se reproduce en todo el territorio, especialmente en aquellas áreas que fueron relegadas por las

políticas neoliberales.

A nivel regional tuvo lugar un fuerte impulso a la inversión en infraestructura

productiva, un mayor desarrollo de las MiPyMEs y el fortalecimiento de la demanda interna de

esas zonas, potenciada a su vez por la dinámica de crecimiento por fuera de las grandes ciudades.

En este punto conviene detenerse en el concepto de “industrialización de la ruralidad”. En

2011 se lanzó el Plan Estratégico Agroalimentario, herramienta clave para agregar valor e

industrializar la ruralidad. El mismo fue elaborado por 45 universidades, cámaras empresarias,

provincias, municipios y organizaciones rurales y sociales.

En su fundamentos sobresalen como objetivos cardinales promover la participación de toda

la cadena de valor en los sectores agroalimentario y agroindustrial, junto con actores políticos,

económicos y sociales, y garantizar reglas de juego consistentes para el largo plazo.

En síntesis, se trata de hacer participar al producto primario de la cadena, en los eslabones de

producción que le siguen a lo primario para poder lograr no solamente rentabilidad para ese

productor, sino generar trabajo en el pueblo, en origen, al lado de las materias primas, para evitar

los traslados de poblaciones y el despoblamiento del campo. Persigue, además, el armado de un

entramado de pequeñas y medianas empresas no solamente para el mercado interno sino también

para la exportación.

El cooperativismo debe ser uno de los instrumentos más valiosos para que los productores

participen en la cadena y obtengan mejores precios. En este sentido, en Argentina existen más de

mil cooperativas agropecuarias de capital nacional que reinvierten sus ganancias en proyectos de

energías alternativas y en producción de alimentos con agregado de valor en origen.

El Plan se propone aumentar la producción de granos en más de un 50% en 10 años, y pasar

de 100 millones de toneladas a casi 160 millones hacia 2020.

42

El valor agregado también se expresa en la generación de empleo.

Ya existen algunos logros en el sector agroindustrial. Para el año 2011 se exportaban 260

millones de dólares en materia de maquinaria agrícola y la industria aceitera producía 172 mil

toneladas diarias de aceite de soja. Por otro lado, la exportación de semillas creció un 400%.

Según reportes oficiales, la producción de granos pasó de 70,8 millones de toneladas en la

campaña 2002/3 a 100 millones en 2010, lo que representa una suba del 41 por ciento. La superficie

sembrada creció de 27,4 a 33 millones de hectáreas, mientras que la productividad en granos se

incrementó un 25%, de 2,9 a 3,6 toneladas por hectárea. Por último, el avance en la agregación de

valor a los productos primarios y el desarrollo de la industria vinculada –alimentos, textil,

muebles, maquinaria agrícola, por ejemplo- impulsaron la industrialización del territorio

rural y muestran resultados contundentes especialmente en el Noroeste y Noreste argentino

(variación del 68% y 65% medido en producto bruto geográfico constante entre 2003 y 2010).

Uno de los objetivos principales de las políticas públicas industriales puestas en marcha en

la última década es la consolidación del desarrollo local y regional, fortaleciendo el entramado

productivo y las cadenas de valor en todo el territorio nacional. En este sentido, los instrumentos

utilizados resultan claves para la generación de empleos, el incentivo de la inversión y el agregado

de valor a la producción local. De esta manera, estas políticas permiten incorporar nuevos actores

en los procesos productivos.

Esta combinación de política macroeconómica orientada al desarrollo y políticas sectoriales

para el mercado interno y el empleo permitieron potenciar el impacto de los instrumentos

microeconómicos de apoyo a las PYMES.

Esta construcción de un entramado productivo fuerte es sustentada en pequeñas y medianas

empresas articuladas en un proceso de generación de valor con las grandes empresas. De esa forma

se profundiza la consolidación de una estructura industrial diversificada.

Las políticas de corte neoliberal, con foco en la valorización financiera, adoptadas desde la

última dictadura cívico-militar hasta el año 2003 llevaron al país a reproducir sistemáticamente

estructuras productivas desequilibradas. En aquellos años coexistían zonas de mayor riqueza

económica, en las cuales se producía (y reproducía) la mayor parte del valor agregado, con otras -

como el Norte Grande- en las cuales predominaban la pobreza, la falta de trabajo y la precarización

de las industrias locales.

De esta manera, se produjeron importantes desequilibrios regionales, potenciando las

asimetrías que fomentaron la existencia de zonas subdesarrolladas conformadas por economías

rurales de muy baja industrialización, con entramados empresarios e institucionales muy débiles. En

este contexto, los únicos beneficiados eran, en su mayoría, empresarios de grandes conglomerados,

en detrimento de aquellos emprendimientos productivos ubicados en las zonas más alejadas.

Resulta evidente que apoyar a las MiPyMEs es el camino para potenciar a las industrias

locales. En este sentido, se favorece la densificación de las cadenas de valor y el mayor grado de

nacionalización de las mismas, incentivando la generación de empleo y el aumento del arraigo de

los pobladores locales.

El siguiente gráfico muestra la distribución de empleo industrial por regiones del país entre

empresas grandes y el conjunto de micro, pequeñas y medianas empresas. Como puede verse, tanto

en GBA, CABA y NEA, los porcentajes indican una preponderancia de las Mipymes en la

generación de empleo industrial, mientras que en el resto de las regiones se invierten los porcentajes

con respecto a las grandes empresa. En este punto vale una aclaración. Todos los estudios y análisis

realizados acerca de la generación de empleo en la última década muestran una preponderancia

mayor de las Mipymes, que registran casi un 80%. Esta diferencia es producto de la metodología de

medición, ya que el Ministerio de Trabajo basa sus estadísticas únicamente en el empleo registrado,

mientras que las diversas mediciones privadas toman en cuenta además el empleo no registrado, que

ronda el 35%.

43

Empleo industrial registrado por tamaño de empresa y región (al 31-12-2013)

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, MTESyS en base a SIPA

El cambio del paradigma producido en 2003 logró rebatir el argumento de que nuestro país

tenía regiones inviables. Las provincias del noroeste, históricamente postergadas, han sido objeto de

particular atención de los programas nacionales, atención que han sabido aprovechar con el esfuerzo

de sus trabajadores y empresarios.

La política industrial buscó impactar en la mayor cantidad de empresas más allá del lugar

físico en el cual se encuentren instaladas, identificando cadenas de valor significativas

regionalmente e instrumentando medidas de apoyo a las mismas. Para potenciar los efectos

individuales de las herramientas y alcanzar sinergias, se produjo un efecto de articulación y

complementariedad, a través de foros y mesas de integración productiva.

La creación de empleo

El crecimiento de la industria tuvo su impacto en la creación de puestos de trabajo. De esta

manera, a partir de 2003 se revirtió el proceso de expulsión de mano de obra industrial. En los

últimos diez años, la industria representó el sector que más empleo generó, al tiempo que la

productividad aumentó un 50%. En este último punto, a diferencia de la década de los noventa,

donde la productividad crecía a expensas del desempleo, en la última etapa se evidenció un aumento

3,8% promedio anual.

Además, creció la formalidad laboral, que pasó de un 48% promedio en los noventa a 70%

en los últimos años. Esto fue acompañado, además, con un aumento de más de 800% del salario

mínimo . Por otro lado, la participación de los trabajadores en el PBI alcanzó el 49%, cifra que ase

cerca a los topes históricos de 1952 y 1974. De esta manera, no solo se crearon puestos de trabajo

sino que estos fueron de una mejor calidad. Esto es consecuencia de la composición sectorial que

acompañó a la expansión industrial, que alcanzó a todos los sectores, pero fundamentalmente a los

más intensivos en trabajo y valor agregado.

De acuerdo a datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, dependiente del

Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social el empleo registrado aumentó desde el 2003 en

2.672.772, de este incremento en los puestos de trabajo el 44% fue explicado por la dinámica de las

MiPyMe. Por otro lado, la cantidad de puestos de trabajo generada por estas empresas se

incrementó en un 57%. Cabe aclarar en ese sentido, que en el sector empresarial bajo estudio se

estima que existen una gran cantidad de relaciones laborales irregulares por lo que su importancia

en la generación de puestos de trabajo y el agregado de valor sería preponderante, teniendo un rol

estratégico en la distribución del ingreso.

44

Crecimiento del empleo registrado por tipo de empresa – 2003-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, Dirección General de

Estudios y Estadísticas Laborales, Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales,

Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Al mismo tiempo, de acuerdo a los datos informados por este organismo, en el siguiente

gráfico se observa la participación en la generación de puestos de trabajo. En este sentido, se tiene

que las MiPyMes explican 50,8% del empleo registrado, y a lo largo de estos años su participación

ha disminuido en un 4,9%.

Participación de MiPyMEs y Grandes en la generación de empleo 2003-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, Dirección General de

Estudios y Estadísticas Laborales, Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales,

Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social

Por otra parte, en la Industria Manufacturera las MiPyMes produjeron 179.591 nuevos

puestos de trabajo formal, lo que representan un aumento del 43% entre el 2003 y el 2013, y abarca

un 37% del total del empleo registrado generado en este período por esta rama de actividad. Por otra

45

parte, este sector empresarial explica el 37% de la ocupación formal de esta actividad para el año

2013. Industria manufacturera 2003-2013

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, Dirección General de

Estudios y Estadísticas Laborales, Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales,

Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social

Por otra parte, la SEPYMEyDR sostiene que a nivel regional nuestras MiPyMEs aportan al

empleo total una proporción mucho mayor que el resto de los países de la región y también supera,

aunque en menor proporción al aporte que producen en la Unión Europea. Lo que de acuerdo a este

organismo estaría mostrando el mayor desarrollo e integración de la estructura productiva de las

MiPyMEs nacionales.

Union Europea y América Latina (países seleccionados).

Participación en el empleo, según tamaño de empresa 2010 (en %)

Micro Pequeña y Mediana Grande

Union Europea 29,8 37,2 33,0

Argentina 12,6 39,0 48,4

Brasil 18,8 33,8 47,4

Chile 25,0 38,0 37,0

Colombia 50,6 30,3 19,1

Ecuador 44,0 31,0 25,0

El Salvador 66,6 14,8 18,6

México 45,6 32,9 21,5

Perú 77,7 16,9 5,4

Fuente: la Union Europea y América Latina y el Caribe: Inversiones para el crecimiento,

la inclusión social y la sostenibilidad ambiental, CEPAL, 2012

Por otro lado, en el siguiente gráfico se puede apreciar la evolución del empleo regional

entre los años 2003 y 2012:

46

Crecimiento del Empleo Regional - 2003-2012 (en porcentaje)

Fuente: datos del Centro de Estudios para la Producción (CEP) del Ministerio de Industria

El proceso sustitutivo de importaciones

Uno de los problemas históricos fundamentales del crecimiento industrial argentino fue y es

la restricción externa generada por la estructura desequilibrada con la que cuenta la producción en

la Argentina. Es sabido que cuando se producen fuertes crecimientos en la producción industrial,

este mismo proceso lleva a un crecimiento simultáneo de las importaciones provocado por la

persistente dependencia de insumos extranjeros, tanto en bienes de capital como en combustibles y

energía.

En este sentido, uno de los objetivos más importantes de las políticas industriales

impulsadas en la ultima década es consolidar un proceso de sustitución de importaciones

industriales mediante el fortalecimiento de las cadenas de valor, aliviando los efectos negativos de

la restricción externa. La sustitución de importaciones, que implica el reemplazo de insumos o

productos de origen importado por otros de origen nacional, cumple un papel clave en la generación

de trabajo y en la agregación de valor local. Ademas, propicia mejoras en cuanto a calidad y

competitividad de la industria nacional.

En los últimos años,el sector industrial no sólo acompañó el crecimiento de la demanda, sino

que logró una sustitución de importaciones de casi 10.000 millones de dólares, tomando sólo el

período 2008 y 2010. Este proceso fue consecuencia de políticas públicas orientadas a proteger la

industria nacional de la competencia desleal. En medio de la crisis internacional, con fuertes

retrocesos en el PBI mundial, se generó en muchos países una sobreoferta de productos, que

buscaron mercados a precios que no se correspondían con los costos de producción. Para evitar que

esa oferta mundial excedente inundara indiscriminadamente el mercado interno, el gobierno

argentino estableció mecanismos de protección de modo de evitar efectos sobre el empleo y el

entramado industrial.

Este proceso de sustitución se produjo en el contexto de dos decisiones estratégicas: por un

lado, se realiza en el marco de una economía abierta. En este sentido, la relación Exportaciones +

Importaciones/PBI, que alcanzaba un promedio del 17% en los noventa, representa ahora casi un

40%. Por otro lado, los productos nacionales que sustituyen importaciones mantienen la calidad

internacional, ya que no solamente se consumen en el mercado interno sino que, además, muchos de

ellos son bienes exportables (electrodomésticos, automóviles, electrónica, etc.)

Las exportaciones industriales crecieron un 17% promedio anual entre 2003 y 2010,

ampliando su participación en el PBI y alcanzando un 6,6%, mientras que en la década de los

noventa, la misma representaba un 2,2%. En este sentido, es importante, además, su mayor

contenido tecnológico y de valor agregado. Por otro lado, es de destacar la participación de

productos de mediana - alta tecnología en el total exportado, que alcanzó el 24,7% en el 2010.

Por otra parte, puede verse un cambio en las empresas exportadoras: además de las grandes

47

transnacionales, puede observarse la creciente presencia de productores de bienes de capital y otros

productos metalmecánicos, empresas químicas, autopartes y siderúrgicas, que muestran fuertes

tasas de crecimiento. De esta manera, las exportaciones de estas empresas explican el cambio de

estructura productiva analizado más anteriormente.

Desde el año 2003 a la actualidad, la reindustrialización nacional logró sustituir

importaciones por más de USD 15.000 millones.

Participación Importaciones/PBI

Fuente: Ministerio de Industria, Centro de Estudios para la Producción.

La sustitución de importaciones superó los USD 12.720 millones en el periodo 2003-2012.

En 2012 se redujo el déficit comercial de productos industriales: -11%, equivalente a USD

3.375 millones.

Sustitución de importaciones de algunos productos industriales 2003 (1)

Fuente: Ministerio de Industria, Centro de Estudios para la Producción.

48

Sustitución de importaciones de algunos productos industriales 2003 (2)

Fuente: Ministerio de Industria, Centro de Estudios para la Producción.

Las políticas industriales implementadas desde 2003 estuvieron orientadas, entre otros

objetivos, a mejorar tanto la productividad (producción por obrero ocupado) como la creación de

empleo. Ambos, factores clave para la (re)construcción de una industria competitiva. La

productividad aumentó 5,7% anual promedio de 2002 a 2011, con fuerte creación de empleo: más

de 520.000 nuevos empleos formales en la industria. Asimismo, el valor agregado por trabajador en

la industria más que se triplicó en dólares: de USD 14.500 en 2002 a casi USD 45.100 en 2012.

Las medidas tomadas para la protección a la industria nacional han repercutido

favorablemente en el crecimiento de sectores clave de la industria como línea blanca, electrónica de

consumo, maquinaria agrícola, bienes de capital para la industria del petróleo y gas, minería y

ferrocarriles, y en sectores denominados sensibles como juguetes, calzado y marroquinería e

indumentaria.

Como ejemplo de estas políticas, los instrumentos que apuntan al desarrollo de proveedores

resultan una iniciativa para aumentar la agregación de valor en diversos sectores industriales a partir

de la generación de nuevos proveedores nacionales de insumos, partes y piezas. Esta acción busca

aumentar la densidad del tejido industrial y maximizar los efectos de multiplicación en la

producción y en el empleo de la industria manufacturera.

En este sentido, estos instrumentos potencian la sustitución a través de tres líneas: la

sustitución directa de productos cuyo abastecimiento puede ser realizado en lo inmediato por

productores nacionales, el desarrollo de nuevos productos y procesos incrementando las

capacidades productivas y la competitividad local y la integración nacional de proveedores

extranjeros promoviendo la transferencia tecnológica y productiva al territorio nacional de grandes

proveedores internacionales.

Como resultado de estas políticas, se produjo un salto tecnológico y de calidad para acceder

a nuevos mercados, como así también desarrollar nuevos sectores exportadores, con fuerte

presencia pyme. Así, la industria ha comenzado a exportar, desde 2003, unos 500 productos que

antes no exportaba o lo hacía en muy pequeña escala. Desde bienes de capital a software (donde la

Argentina es el primer exportador de América latina), pasando por maquinaria agrícola, energías

renovables, equipamiento médico, biotecnología, autopartes, entre otros, la producción industrial

argentina gana mercados a fuerza de innovación, marca, diseño y calidad internacional.

Además, numerosos sectores industriales ejemplifican los resultados positivos de las

políticas de sustitución de importaciones y de impulso a la exportación industrial:

En los últimos dos años, como consecuencia de la crisis económica internacional y la

profundización de la restricción interna de divisas, se impuso un régimen más estricto de control de

importaciones, que se sumó a las licencias no automáticas, los procedimientos antidumping y el

Valor Criterio aplicado por la Administración General de Aduanas.

49

A estas medidas de administración del comercio exterior se agregó un listado de cien

productos a los cuales se les aumentó la alícuota de importación por encima del Arancel Externo

Común del MERCOSUR, para proteger a sectores que estaban siendo perjudicados por el

incremento de las importaciones provenientes de las naciones en crisis.

Esta batería de iniciativas se reflejó en el comportamiento de las importaciones en los dos

primeros meses del año: crecieron apenas el 4,5% en comparación a enero-febrero de 2011. En el

momento de aplicación plena de las medidas, las compras externas bajaron un punto porcentual.

Esto no implica que la evolución del comercio exterior, con fuertes restricciones a las

importaciones, no conviva con previsibles dificultades y complicaciones sectoriales, afectando

niveles de producción en forma temporaria hasta su adaptación. En este sentido, a partir de la

implementación de la Ventanilla Única y la declaración jurada anticipada, se han generado

inconvenientes en rubros puntuales de producción.

Para la mayoría de los actores productivos esta problemática, que debe sin dudas atenderse,

constituye un efecto no deseado de la aplicación de una serie de medidas que están destinadas a

evitar males que pueden ser de gravedad.

Esta dinámica se explica por el considerable grado de apertura de la economía y por décadas

de desestructuración productiva con destrucción de eslabones clave de la cadena industrial, que

demandaba la importación de bienes intermedios y de capital, a ritmo acelerado en un ciclo de

expansión industrial.

Exportaciones

Uno de los aspectos básicos del desarrollo industrial es el tema de las exportaciones

industriales, específicamente de las pequeñas y medianas empresas.

La inserción internacional de un país se basa en la defensa del mercado interno y en la

sustitución de importaciones, como base para generar un “salto exportador”. En la última década

Argentina ha puesto énfasis en los acuerdos regionales como el MERCOSUR, el MERCOSUR

ampliado, la UNASUR y la ALADI, desarrollando el comercio Sur- Sur y potenciando las ventas en

segmentos de mercado con requerimientos específicos.

Según el informe “Pymes protagonistas por dinámica, innovación y creatividad” de la

CEPAL, en el año 2012 el país mostraba estas cifras en relación a la participación de las MiPyMEs

en el valor de las exportaciones y su comparación con otros países de la región y de Europa:

Participación de las MiPyMEs en el valor de las exportaciones (en %)

Países/Empresas Micro Pequeñas Medianas Grandes

Argentina 0,3 1,6 6,5 91,6

Brasil 0,1 0,9 9,5 82,9

Chile 0,0 0,4 1,5 97,9

Alemania 8,0 12,0 18,0 62,0

España 11,1 13,3 22,6 47,1

Francia 17,0 10,0 15,0 58,0

Italia 9,0 19,0 28,0 44,0

Fuente: la Union Europea y América Latina y el Caribe: Inversiones para el crecimiento,

la inclusión social y la sostenibilidad ambiental, CEPAL, 2012

El rol de las MiPyMEs en el crecimiento y diversificación de las exportaciones

Como señaláramos, es creciente la participación de las MiPyMEs exportadoras, que

aumentaron en cerca de 2.500 firmas empresas. Esta evolución de las exportaciones se produce en

un periodo de crecimiento del mercado interno, lo cual rompe la falsa dicotomía entre el desarrollo

nacional y la exportación. En este sentido, paralelamente al crecimiento de las exportaciones, el

consumo interno se incrementó un 8,3%.

Las Pymes, que fueron las principales víctimas de las políticas neoliberales de

desindustrialización que llevaron a la desaparición de 50.000 de estas empresas, resurgieron

50

fuertemente 2003 y 2010, periodo en el cual se crearon más de 140.000 Pymes, que representan el

99,6% del total de empresas argentinas y casi el 70% de la generación de empleo.

Además, se observa un aumento de la participación de estas empresas en las ventas

industriales, que pasaron de un 20% en los noventa a un 40% en el último período. Por otro lado,

alcanzaron un 15% de participación en las exportaciones industriales, porcentaje que distingue a la

Argentina del resto de la región, en donde dicha participación no supera el 5%.

En este contexto, es destacable la dinámica de sectores como Maquinaria y Equipo,

Instrumentos Médicos y Productos Metálicos. Gran parte de las firmas exportadoras de pequeña

escala se encuentran más orientadas a los segmentos de mayor valor agregado e intensidad

tecnológica. Las MiPyMEs exportan, en promedio, más valor agregado por tonelada que las grandes

empresas.

Respecto a los mercados, las MiPyMEs se encuentran principalmente asociadas al mercado

regional, teniendo una mayor penetración en los países del MERCOSUR. Sin embargo, se observa

una creciente penetración en otros mercados no tradicionales, como los de Asia Pacífico, el norte de

África y el cercano Oriente.

El Plan Estratégico Industrial 2020

Sin dudas, la principal política industrial del periodo es el lanzamiento del Plan Estratégico

Industrial 2020, lanzado en octubre de 2011. El mismo fue el resultado de numerosos foros para

sentar las bases del mencionado Plan. En estos foros, los sectores integrantes de las cadenas de

valor elegidas estratégicamente para formar la trama central del tejido productivo argentino,

validaron los lineamientos y objetivos propuestos por el Estado y llegaron también a diversos

consensos acerca de las principales líneas estratégicas de política industrial propuestas.

Para analizar los distintos sectores productivos desde una visión estratégica se planteó la

necesidad de trabajar con las distintas cadenas de valor. La cadena de valor se entiende como el

conjunto de todas las actividades que son necesarias para producir un bien o servicio desde su

concepción –I+D y la extracción de la materia prima-, pasando por las diferentes etapas de

producción (que involucran una combinación de transformación física y los insumos de diferentes

servicios) hasta el suministro al consumidor final para su uso.

El análisis por cadena de valor pone el énfasis en la dinámica de las relaciones inter e intra

sectoriales en una economía global, identificando nichos vacíos en distintos segmentos así

como el grado de concentración en cada etapa.

Las cadenas de valor38

fueron elegidas por distintos motivos que pueden separarse en seis

grandes grupos: su importancia en el PBI y trayectoria en la industria argentina; recursos naturales

altamente competitivos; entramado productivo; difusión de tecnología; mercado interno y balanza

comercial e inserción internacional, mientras que los capítulos dedicados a cada sector en particular

contemplan, además del análisis de su evolución en los últimos años, metas cuantitativas para la

producción, comercio exterior y empleo; lineamientos estratégicos planteados teniendo en cuenta

las características de la cadena de valor y los enunciados de las propuestas y recomendaciones para

el cumplimiento de los objetivos proyectados. Los informes correspondientes a cada cadena de

valor seleccionada se estructuraron a partir del análisis de su desempeño en el período 2003-2010.

Uno de los principales puntos del Plan es la importancia que se asigna a temas como la

provisión de insumos difundidos; la mayor industrialización de materias primas agropecuarias; el

financiamiento; el sostenimiento del mercado interno y la consolidación de las exportaciones

industriales.

En el primer caso, el Plan afirma que el Estado implementará las políticas que sean

necesarias para garantizar una industria nacional de insumos difundidos a escala y competitividad

internacional. El objetivo es reducir la posición dominante en productores de chapa, papel, aceros

especiales, plástico, polipropileno y aluminio entre otros y lograr que los productos lleguen a los

38 Las cadenas especificadas en el PEI son, a saber: Alimentos, Cuero, calzado y marroquinería, Textil e indumentaria, Industria

Forestal, Automotriz-autopartes, Maquinaria agrícola, Bienes de capital, Materiales para la construcción, Química y petroquímica,

Medicamentos, y Software y Servicios Informáticos.

51

industriales que los utilizan a precios similares a los internacionales, situación que hoy, en muchos

de esos insumos, no ocurre.

Respecto de la agregación de valor en materias primas agropecuarias, como cuero, lana,

algodón, se destaca la necesidad de garantizar la provisión de esos insumos básicos de calidad para

las industrias usuarias, ampliar la oferta y adecuar las condiciones de comercialización.

En materia crediticia, el Plan asegura que el Estado impulsará medidas para que la

financiación bancaria llegue con más volumen al sector productivo, a través de bonificación de

tasas, regímenes específicos para cada cadena de valor y fomento de la banca especializada y

regional.

Finalmente, el objetivo principal es la consolidación de una industria de nivel internacional,

y para esto se requiere de un salto exportador, principalmente de las cadenas de valor con mayor

capacidad de integrar eslabones y mayor valor agregado e innovación. Para eso, el desafío será

profundizar la integración de las cadenas productivas entre los países del Mercosur y la Unasur,

orientada a una industrialización más equilibrada entre los países miembros, utilizando tanto la

administración de comercio como a los incentivos a la inversión regional, sin dejar de aprovechar

las oportunidades que brindan los grandes mercados en alimentos, manufacturas y otros productos.

El último capítulo del PEI 2020 está dedicado a puntualizar los consensos centrales

alcanzados acerca de las principales líneas estratégicas de política industrial. Sus enunciados son los

siguientes: Necesidad de un Estado presente que articule con el sector privado la implementación de

las políticas públicas; un mercado interno pujante es el pilar de la inversión, la agregación del valor

y el aumento de la competitividad; el crecimiento con inclusión implica federalizar la

industrialización; para consolidar de manera definitiva una industria a nivel internacional es

necesario dar un salto exportador, con el objetivo de alcanzar una escala de producción competitiva

en la agregación de valor y en la incorporación de conocimiento e innovación; una política de

abastecimiento de insumos difundidos de clase mundial; la competitividad de las cadenas de valor

basadas en materias primas agropecuarias requiere disponer de esos insumos en calidad, cantidad y

precios adecuados; acceso a mayor financiamiento para la inversión y el comercio exterior; ampliar

y profundizar la oferta de formación profesional y capacitación laboral de acuerdo con las

demandas de la industria e impulsar una política de apoyo a la generación y la incorporación de

innovaciones, diseño y marketing en cada eslabón de las cadenas de valor y en cada etapa de los

procesos productivos.

Competitividad, innovación y tecnología

A diferencia del neoliberalismo, el modelo de crecimiento con inclusión implementado a

partir de 2003 se halla sustentado en una visión opuesta acerca del rol de la innovación y la

incorporación de tecnología a la producción industrial. La visión neoliberal plantea que la

innovación y la modernización tecnológicas se sustentan en el accionar libre del mercado y, en el

caso de los países en desarrollo, en la inversión extranjera directa. Es decir, plantea un “salto

tecnológico” supuestamente necesario para aumentar los conocimientos y capacidades de

producción.

Este argumento resulta falaz desde el momento que no plantea la diferencia entre el proceso

de aprender el uso de un bien de capital (adopción endógena de tecnología) y el mejoramiento de la

tecnología a partir de conocimientos desarrollados socialmente (creación endógena de tecnología).

En este sentido, las políticas implementadas bajo la primera visión produjeron un vaciamiento de

las capacidades locales de producción de conocimientos y el éxodo de científicos.

A partir de 2003, la nueva política industrial entiende a la industria como el único camino

capaz de generar igualdad de oportunidades, redistribución del ingreso e inclusión a los sectores

más desfavorecidos, y a la generación propia de innovación, tecnología y diseño como una de las

herramientas centrales para lograr un sistema industrial competitivo y sustentable.

De acuerdo a la SEPYMEyDR39

desde el 2003 se están dando pasos fundamentales para

reconstruir el Sistema Nacional de Innovación, enmarcado en el proyecto actual. El informe

39 SEPYMEyDR (2014): “Pymes: protagonistas por dinámica, innovación y creatividad”

52

sostiene que a partir del 2003 se incrementó en un 200% la inversión en educación de nivel superior

y se creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, que en el transcurso de sus

años cuadriplicó sus fondos presupuestados. En estos últimos 10 años, se aumentaron 30 veces los

subsidios destinados a la investigación y desarrollo con fines tecnológicos, se crearon para esos

objetivos 24 líneas de financiamiento y se incrementaron las fuentes de financiamiento externo para

proyectos nacionales. En suma, de acuerdo a este organismo, en este período creció un 937% el

presupuesto destinado a Ciencia y Tecnología.

Al mismo tiempo, destaca mediante la creación del Ministerio de Industria y el

fortalecimiento de los entes autárquicos, como el INTI e INPI, se construyeron las bases para que el

sistema científico tecnológico se vinculara de manera concreta con la producción industrial. En este

aspecto resalta los avances significativos en nuevas tecnologías y en la innovación puesta al servicio

de la incorporación de tecnologías adecuadas en las MiPyMes que se reflejan en la implementación

del Banco de Soluciones Tecnológicas, perteneciente al INTI, en el que se encuentran a disposición

de estas empresas más de 50 avances tecnológicos, y en el incremento del 206% desde el 2003 de la

cantidad de patentamientos originales, entre otras cuestiones. De manera complementaria, el

Ministerio de Industria conduce a sus programas “universales” para fomentar la incorporación de

innovación y tecnología en las empresas. Por ejemplo, el programa PACC aporta fondos no

reembolsables para proyectos de mejora tecnológica, desarrollo de productos, gestión de calidad y

procesos e innovación en pymes. También el programa de Crédito Fiscal financia la construcción de

centros de investigación y aulas virtuales en parques industriales de todo el país, y la capacitación

de hombres y mujeres que componen las empresas y desarrollan y aplican tecnología. Y por último,

a través de las oficinas GenIA acompaña a las empresas en el desarrollo de procesos innovadores,

acercándoles el estado de la técnica de manera de que se produzca de una manera más eficiente y

competitiva, y permitir una federalización de la innovación tecnológica a través de la coordinación

de esfuerzos con el entramado territorial del INTI e INPI.

En suma, de acuerdo a este organismo, como resultado de esta política de Estado del

Gobierno Nacional, se incrementó el componente de innovación y el valor agregado de numerosos

sectores de actividad, transformándolos en referentes regionales como también internacionales.

Enumera, por ejemplo, a la producción de satélites que coloca a la Argentina como primer

productor latinoamericano, y dentro de los 6 países productores a nivel mundial. También a la

industria del software, siendo al mayor productor de la región, a la industria de la biotecnología, en

la cual nuestro país es el principal proveedor de biotecnología del Cono Sur, encabezando la

producción y desarrollo de la vacuna anti aftosa, y a la industria de equipamiento médico y

ascensores en la que nuestro país es el segundo en el Cono Sur en cuanto a su fabricación.

Por otro lado, estas políticas se evidencian de manera particular en las exportaciones, en las

cuales las de media y alta tecnología fueron ganando participación, pasando del 17,4% en 2003 al

21,1% en el cuarto trimestre de 2012. Por lo tanto, dentro de la demanda externo se acaparó en

mayor medida manufacturas de origen industrial incluso en un período de altos precios de las

materias primas alimentarias.

De esta manera, el informe destaca que el potencial del sistema productivo nacional es

enorme si se acelera la tasa de innovación. La producción local de tecnología que permita agregar

valor y la producción local de los productos en los cuales las materias primas que posee nuestro

país, en algunos casos relevantes como las reservas de litio, es el desafío del Gobierno Nacional. En

este sentido, se destaca la creación del Centro de Investigación y Desarrollo en Micro y

Nanoelectrónica del Bicentenario (INTI), que en conjunto con ARSAT, lanzará el diseño del Set of

Chip multipropósito (prestaciones para diferentes equipos electrónicos) y con funciones para la

especialización, generando localmente competencias estratégicas, innovación y propiedad

intelectual, que se incorporará a la producción de satélites y bienes de consumo masivo, siendo el

primero en producirse en Sudamérica.

Por lo tanto, argumenta, que dado nuestra masa crítica de vocación científica y capacidad

innovadora, la creación de nueve universidades nacionales, la dotación de recursos económicos y un

53

modelo de país centrado en la industria y la innovación, garantizan la consolidación de una industria

competitiva, que genere trabajo de calidad por medio de grandes empresas y MiPyMEs de calidad.

Por otra parte, de acuerdo a Vicente Donato40

, director de la Fundación Observatorio Pyme,

más del 80% del segmento PyMe industrial tiene problemas de competitividad que están siendo

resueltos a través de la protección del mercado interno. Destaca como obstáculos para su

crecimiento y desarrollo la insuficiencia de acceso al crédito, la falta de bancarización para las

empresas más pequeñas y límites de infraestructura, como los altos costos de logística y suministro

de energía eléctrico debido en algunos casos a su ubicación y estructura sectorial.

Al mismo tiempo, Juan Federico41

analiza las condiciones necesarias para que el proceso

emprendedor virtuoso pueda desarrollarse. En ese sentido, destaca que en cuanto a las condiciones

de mercado, debe existir demanda en expansión para que estos nuevos proyectos puedan nacer y

desarrollarse, y también atraer las inversiones en caso de ser necesarias. De este modo, considera

que teniendo en cuenta el nivel de crecimiento de nuestro país esta condición se ha cumplido. En

segundo lugar, resalta a la cultura emprendedora, argumentando que debe incorporarse la cultura

emprendedora, fundamental para la creación y el sostenimiento de una empresa,

independientemente de los motivos de tomar esta iniciativa, es de decir ya sea por necesidad o por

propio espíritu. En tercer, realza el rol de la universidad en el desarrollo de esta cultura y en el

apoyo y seguimiento a los emprendedores. En este sentido menciona que en el sistema universitario,

en estos últimos años, se han creado Centros de Emprendedores y surgieron muchas ONG que se

dedican a esta temática, por lo que pondera como positivo el camino transitado en este aspecto. Por

último, menciona al financiamiento, generalmente asociado a líneas especiales otorgadas o

subsidiadas por el Estado. En el ámbito privado, son relativamente escasas las propuestas de las

instituciones financieras para ese segmento empresarial. Un ejemplo, el programa Emprendedor

XXI del Banco Credicoop Coop. que brinda financiamiento y acompañamiento al emprendedor.

Al mismo tiempo, Juan Federico destaca que la gran cantidad de MiPyMes creadas en estos

10 años se realizó en un contexto de una política muy activa, en la cual resalta a la gran cantidad de

científicos repatriados en combinación con los programas del Estado para agilizar la transferencia

de la investigación de manera de aplicar la ciencia a la producción, ponderando las políticas de

Estado en lo referido a Ciencia y Tecnología. Como ejemplo de esto, menciona la gran cantidad de

empresas de software, de innovación, de biotecnología, que surgieron bajo las condiciones

enumeradas anteriormente.

En síntesis, de acuerdo a este artículo la explicación del gran crecimiento del empleo entre el

2003-2013 tiene como razón fundamental el apoyo al emprendedor y a la PyMe, los que de acuerdo

a Juan Federico aportan el 60% del empleo. Resaltando la gran dependencia de estos a las políticas

activas que fomenten la demanda y el ambiente para su desarrollo.

Financiamiento

La SEPYMEyDR42

destaca que ante el desafío que plantea el acelerado crecimiento desde

2003 se hace necesario el acompañamiento de programas de financiamiento adecuados, en

particular, enfocados a las PyMes. Al mismo tiempo, se resalta las restricciones que enfrentan

estas empresas a nivel global en cuanto a la posibilidad de acceder a ese financiamiento. Por

ejemplo, en la Unión Europea, se estima que la “brecha de crédito” (diferencia entre la oferta de

crédito por parte del sistema financiero y la demanda PyMe) asciende a unos 2,5 trillones de

dólares. Esta “brecha”, de acuerdo a esta publicación, se origina en la falta de información de los

bancos al momento de realizar las evaluaciones de riesgo de este segmento empresarial, provocando

esta falla en el funcionamiento del mercado de créditos. Al mismo tiempo, para los bancos es más

costoso este proceso de otorgamiento de créditos a la producción PyMe, que a las grandes

empresas, por lo que las pequeñas y medianas empresas terminan teniendo problemas tanto para

acceder al financiamiento como en los altos costos del mismo.

40 http://www.eleconomista.com.ar/2013-05-la-competitividad-y-las-pymes-industriales/. 41 http://tiempo.infonews.com/nota/136645/las-pymes-se-orientan-a-los-grandes-clientes-y-a-la-especializacion-productiva. 42 SEPYMEyDR (2014): “Pymes: protagonistas por dinámica, innovación y creatividad”.

54

Ante este obstáculo para el crecimiento y el desarrollo de los países dado la enorme

gravitación en el valor agregado de una economía que mantienen las MiPyMEs y en su crecimiento

potencial, de acuerdo a este organismo el Gobierno Nacional, ha encarado desde el 2003 diferentes

acciones para otorgar a las MiPyMEs el financiamiento necesario.

De esta manera, sostiene que para tal fin el Estado ha actuado de manera decidida sobre el

mercado de crédito, con el convencimiento de que el rol del este es fundamental para que el

financiamiento se oriente al sector productivo. Así, por un lado, se reforzó el rol de la banca pública

mediante el Banco de la Nación, que devino en el mayor prestamista de las MiPyMEs a través de su

producto “Línea 400”. Por otro, ha exigido a los bancos privados destinar el 5% de sus depósitos al

crédito productivo, con un cupo para PyMes. Como se muestra en la siguiente gráfica, siguiendo a

la SEPYMEyDR, estas políticas aplicadas desde el 2003 han tenido un impacto significativo sobre

el sistema financiero, evidenciando que a partir de ese año se han incrementado de manera relevante

los créditos otorgados a las MiPyMEs en detrimento de las grandes empresas.

En este contexto, En diciembre de 2014, el BCRA emitió el comunicado 50.486 mediante el

cual dispuso la continuidad de la Línea de Crédito para la Inversión Productiva, además de algunas

modificaciones para la orientación de estímulos a la economía para el año 2015. Dicho comunicado

ratifica una resolución de 2012, mediante la cual el sistema bancario lleva otorgados más 100 mil

millones de pesos en créditos a la industria, que surge del cupo del 5% de los depósitos del sistema

que debe destinarse a ese fin. Con la nueva norma, el cupo se eleva a 6,5% y se reduce la tasa de

interés al 19% para créditos de 3 años o más.

Desde 2012, las empresas grandes fueron las principales beneficiarias con un 35% del total.

Con la nueva legislación, las mipymes podrán acceder, a partir de 2015, a créditos por más de

37.000 millones de pesos, lo que representa alrededor de 12% más en la participación de las

MiPyMEs en el crédito a empresas. Esta operatoria incluye, además, la posibilidad de financiar

Capital de Trabajo hasta un 20% del monto total del crédito. La resolución establece incentivos a

los bancos para que el destino de los préstamos sea en beneficio de las economías regionales y

menos desarrolladas. Se trata, en resumen, de una sintonía fina en la política pública de estímulos a

la producción en favor de las pymes.

Por otro lado, en esta publicación también se destacan las políticas que desde el propio

Ministerio de Industria han atacado la problemática del financiamiento. En este sentido, se

describen la potenciación de los programas de crédito a tasas bonificadas y en condiciones flexibles,

líneas especiales para emprendedores (aportes no reembolsables o créditos de honor para jóvenes

que se devuelven sólo si el emprendimiento se consolida). De este modo, sostiene que entre 2003 y

2012 los programas de este Ministerio destinados al financiamiento en condiciones flexibles, a tasas

blandas, fijas y en pesos, y con destino establecido hacia la producción, sumaron cerca de $23.000

millones de pesos, financiando a más de 335.000 MiPyMEs en este lapso de tiempo.

Al mismo tiempo, este Ministerio ha agilizado el acceso al crédito reforzando el sistema de

garantías. Además, para el año 2012 se otorgaron alrededor de 70.000 garantías, duplicando la

cantidad del 2011, siendo producto de esfuerzos para las sociedades de garantía recíproca (SGRs)

incrementen su participación en el mercado crediticio, diversifiquen la base de PyMe a las que

brindan servicios y posibiliten nuevos productos de garantías acordes a las necesidades del este

segmento empresarial que se encuentra en un fuerte crecimiento.

Por otro lado, de acuerdo a lo informado por el equipo de economía de Tiempo Argentino43

,

el gobierno creó el Fondo para el Desarrollo Económico (Fondear) que se encuentra a cargo del

Ministerio de Economía. Este fondo fue capitalizado con $10.000 mil millones y comenzó a

funcionar el 10 de agosto, el 11 de septiembre se entregaron los primeros cuatro créditos por un

total de $804 millones, que permitirán una inversión de $7.227 millones. El esquema de esta línea

de financiamiento mantiene una tasa de interés del 14% para la inversión y del 19% para el pago de

salarios e insumos de las PyMes, en tanto que para las grandes esas tasas son de 19% y entre 26% y

28% respectivamente (valor de las Lebacs a 90 días). Al mismo tiempo, el gobierno se compromete

43 http://tiempo.infonews.com/nota/139047/el-empuje-del-financiamiento-productivo-en-todas-las-provincias.

55

a financiar un tope del 80% del proyecto de inversión, dando un año y medio de gracia y a pagar 84

meses después.

Al mismo tiempo, a partir del 2012 por medio del programa Crédito para la Inversión

Productiva (LCIP), se otorgaron préstamos por más de $103 mil millones, con un 66% destinado a

las MiPyMes. De igual manera, en octubre del 2012 por medio de una nueva subasta del Programa

del Financiamiento Productivo del Bicentenario (PFPB) se otorgaron nuevos créditos por un monto

total de $221 millones, por lo que se llevan adjudicados desde el 2010 un total de $8.091 millones.

En suma, destacan que el estímulo a la inversión que se realiza por medio de estos

programas, sobre todo a través del Fondear, concilia objetivos de corto y mediano plazo, es decir

sostener la demanda y el empleo, con los de largo, que abarcan incrementar la capacidad

productiva, mejorar la tecnología, sustituir importaciones y diversificar exportaciones.

En suma, la política determinante del Gobierno en aumentar el crédito al sector productivo y

a la PyMe fundamentalmente, dio como resultado un gran aumento de la disponibilidad de créditos

al sector productivo y a las empresas de menor tamaño relativo.

Sin embargo, Osvaldo Rial titular del FOGABA en una columna de opinión44

, señala que a

pesar de que el esfuerzo del Estado ha sido enorme y ha contribuido al crecimiento de empresas

nacionales que produjeron puestos de trabajo y sustituyeron importaciones, ejes fundamentales del

actual modelo económico, por medio de facilidades en el financiamiento, es una cuestión pendiente

la posibilidad de acceder al crédito en el sistema financiero para las PyMes. Sostiene que la

Argentina es uno de los países de la región con menor nivel de crédito en relación con el PBI, y a

pesar de lo cual los bancos mantienen una rentabilidad extraordinaria. Cita como ejemplo, la

abundancia de financiamiento para acceder a un automóvil por parte de los particulares, mientras

que existe una gran imposibilidad de obtener créditos dirigidos a la producción de las PyMes. De

esta manera, concluye que el rol del Estado sigue siendo vital en cuanto a la financiación de las

pequeñas y medianas empresas y para el sostenimiento de la demanda interna que permita mantener

niveles de producción que mantengan las fuentes de trabajo.

Los siguientes gráficos muestran algunos datos que ilustran este financiamiento estatal:

Asistencia a MiPyMEs 2008-2012 (en millones de pesos)

Fuente: Sistema Integrado de Información Financiera (SIDIF). Secretaría

de Hacienda, Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

44 http://www.cronista.com/columnistas/Financiamiento-para-el-crecimiento-de-las-pymes-20140505-0005.html.

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Préstamos del Sistema Bancario (millones de pesos)

Fuente: Banco Central de la República Argentina (BCRA)

Por otro lado, el Ministerio de Industria ha potenciado los programas de crédito a tasas

bonificadas, así como líneas especiales para emprendedores. Ha sumado así entre 2003 y 2012 –y

considerando sólo en los programas vinculados al Ministerio– cerca de $ 23.000 millones de pesos

para financiamiento en condiciones flexibles, a tasas blandas, fijas y en pesos, y con destino

inamovible hacia la inversión en el sector productivo. Esto ha permitido financiar más de 335.000

MiPyMEs en esos años.45

También se facilitó el acceso al crédito mediante el sistema de garantías. De esta manera, las

Sociedades de Garantía Recíproca aumentaron su participación en el mercado de crédito,

diversificando la base de las MiPyMEs beneficiadas.

En 2014 el gobierno creó el Fondo para el Desarrollo Económico (Fondear), que está a

cargo del Ministerio de Economía. El mismo contó con un capital inicial de $ 10 mil millones y

para septiembre de ese año se habían entregado créditos por un total de $ 804 millones, que

permitirán una inversión de $ 7227 millones.

El programa Fondear tiene como destinatarios aquellos sectores con potencial exportador,

generadores de empleo y grandes encadenamientos productivos. Las ramas productivas elegidas

fueron la automotriz, la autopartista, la de bienes de capital, las de insumos metálicos de uso

difundido, la farmacéutica, la petroquímica, la del plástico, el transporte de carga, la producción de

componentes electrónicos, y de petróleo y gas. También se apoyarán las actividades innovadoras

con contenido tecnológico y los productos regionales, como la yerba mate en el Noreste, el vino en

el Noroeste y Cuyo, y la ganadería caprina y ovina en la Patagonia. A través del Fondear se puede

financiar compra de máquinas, homologaciones y certificaciones, productos semielaborados,

construcción y reformas edilicias de las plantas, y estudios de las empresas para analizar las

inversiones relacionadas con la innovación. Por otro lado, desde 2012, la línea de Crédito para la

Inversión Productiva (LCIP) otorgó préstamos por más de $ 103 mil millones, de los cuales el 66%

tuvo como destinatarios a mipymes.

De esta manera, el estímulo a la inversión a través del Fondear permitió conciliar objetivos

de corto y mediano plazo como el sostenimiento de la demanda y el empleo, con los de largo, que

incluyen aumentar la capacidad de producción, mejorar la tecnología, sustituir importaciones y

diversificar exportaciones. Además, estas inversiones generaron casi 1.700 empleos.46

45 Datos del Ministerio de Industria. 46 Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

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A modo de conclusión

La estructura productiva de una nación es el principal determinante de su grado de desarrollo

económico. Los países de mayores recursos y distribución del ingreso más equilibrada se respaldan

en industrias altamente sofisticadas. En cambio, en los países menos avanzados, en general, la

actividad primaria tiene una mayor participación en la economía y constituye la principal fuente de

divisas.

Esta diferenciación nos dice que los procesos históricos de desarrollo industrial revelan que

las estructuras productivas basadas en los recursos naturales no bastan para alcanzar el desarrollo.

Deben complementarse con industrias que promuevan la generación de empleos y la distribución

del ingreso y la inclusión de las clases más postergadas. Modificar ese patrón sólo es posible a

través de la preservación y del fomento de las cadenas de valor.

Luego de la crisis de 2001, Argentina se encontraba en un estado de catástrofe social como

resultado de un Estado ausente y de la aplicación de políticas asociadas al Consenso de Washington

que dejaron al “alumno modelo de la comunidad financiera internacional” en una situación de

precariedad social sin precedentes históricos.

Tal como se mencionó anteriormente, el Estado tiene una función central en los procesos de

cambio, tal como ha sido estudiados para los estados desarrollistas (Evans 1996: pp. 529-562), o a

partir de la experiencia Argentina en donde desde el Estado se dieron los procesos de inclusión

masiva de población. Así como también desde el Estado en sentido inverso se reconvirtieron las

instituciones y las políticas dando lugar a una sociedad excluyente con eje en la valorización de

financiera y la extranjerización de la economía.

A mediados de 2003, el gobierno implementa un nuevo modelo macroeconómico de

acumulación productiva con inclusión social. La evolución de la industria a partir de ese año la ha

llevado a revertir en parte su tendencia de casi treinta años a perder participación relativa en el

producto total. Este desempeño ha estado acompañado por otros dos rasgos distintivos del perfil

post devaluación: la expansión simultánea de la mayoría de las ramas manufactureras y la creación

generalizada de empleo. En este sentido, en el marco de un cuadro macroeconómico y de incentivos

más favorable, muchos sectores han remontado total o parcialmente el terreno perdido durante el

período de la Convertibilidad.

Por otro lado, ¿Cuáles son los aspectos concordantes o discordantes entre la etapa actual y

las anteriores? En primer lugar, el crecimiento de los últimos años estuvo basado en el ahorro

interno de la economía, es decir, Argentina creció sin necesidad de financiamiento externo. Este es

un punto fundamental que marca una ruptura con el modelo rentístico-financiero puesto en marcha

en 1976 y profundizado en la década de los noventa, así como también una diferencia sustancial con

el esquema agroexportador. En segundo lugar, el sector industrial, basado en el mercado interno,

volvió a ser un elemento principal de las altas tasas de crecimiento del PBI.

Con respecto a la todavía alta dependencia de las divisas obtenidas por los productos

primarios y a los niveles de compromisos creados por el endeudamiento externo previo, constituyen

sin duda factores de riesgo que el país debe tomar en cuenta para terminar definitivamente con el

histórico problema de la restricción externa.

Algunas de las tareas pendientes para profundizar el proceso reindustrializador a partir de la

activa participación del Estado en las políticas acordes a ese objetivo podrían ser:

El estímulo de la producción de bienes transables a partir del procesamiento regional de

materias primas originadas en la producción primaria. Para esto, resulta necesario fortalecer

la producción de bienes de capital necesarios para esa función y sus actividades derivadas,

tales como maquinaria agrícola, maquinaria para el procesamiento de alimentos, maquinaria

para los procesos de clasificación, pesaje y envase de alimentos; maquinaria para el

movimiento de sólidos y fluidos; maquinaria para la industria de la construcción y obras

públicas, etc.

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Promover una revisión total de las cadenas de valor de la industria automotriz a fin de

profundizar la producción local de autopartes, teniendo como objetivo la búsqueda de

equilibrio en la balanza comercial internacional del sector. Una alternativa sería estimular la

construcción local de una variedad mayor de vehículos pesados para el transporte de cargas,

incursionando en forma progresiva en el armado y construcción de vehículos automotrices

para prestaciones especiales como explotaciones mineras y forestales.

Priorizar a través de una definitiva aplicación del compre nacional, la construcción de bienes

de capital complejos.

Para finalizar, en base a lo analizado en los capítulos precedentes, puede afirmarse que el

rumbo actual de la política económica procura establecer un puente entre el modelo de desarrollo

del período de industrialización, la necesidad de resolver el déficit social producto de décadas de

predominio neoliberal y el aprovechamiento de las nuevas condiciones de la economía mundial.

Algo así como si la Argentina estuviera retomando el hilo de Ariadna para recuperar el terreno

perdido desde hace más de treinta años.

Son, sin duda, muchos los desafíos productivos del país. Entre ellos, el de avanzar hacia una

industrialización más diversificada y entramada, que tenga a las empresas pyme como uno de sus

ejes. Elementos imprescindibles si se pretende que esa industrialización sea capaz de sustituir

importaciones y consolidar la recuperación e inclusión económica y social que se verificó en la

última década en la Argentina.

Este análisis, simple para algunos pero muy resistido por otros, tiene estrecha relación con el

rol que juegan las MiPyMEs en relación con toda la sociedad. Las mil empresas más grandes del

país generan el 75 por ciento del PBI. Los cientos de miles restantes participan apenas en el 25

restante, pero paradójicamente emplean al 72 por ciento de los trabajadores. De allí la importancia

de otorgar a las MiPyMEs un rol protagónico en los planes que tengan por objetivo la creación de

trabajo y la inclusión.

La Argentina tiene hoy el desafío pendiente de incluir a las MiPyMEs y sus trabajadores

como actores esenciales para ampliar las cadenas de valor, diversificar la oferta de productos y

servicios, y mostrar resultados eficientes y efectivos. Por ahora, una pyme que pretenda acceder a

créditos de largo plazo debe pasar por un largo y penoso proceso de armar un legajo de

antecedentes en el banco, con final incierto. Cabe llamar la atención sobre el enorme efecto

económico que tendría que las exigencias a las MiPyMEs fueran las mismas que se reclaman para la

compra financiada de un rodado. Con este simple paso, se daría un salto inmediato para afrontar los

desafíos de competitividad y eficiencia, contribuyendo a generar más trabajo y ampliando nuestra

capacidad productiva para sustituir efectivamente importaciones.

El crecimiento sostenido generó un fuerte proceso de inversión, tanto pública como privada,

así como de creación de nuevas empresas y de empleos. A diferencia de lo ocurrido durante los

años noventa, momento en que la inversión estuvo centrada en motivos especulativos para

maximizar ganancias financieras en el corto plazo, en el periodo estudiado, la inversión fue

impulsada por las oportunidades generadas por las políticas públicas. La industria argentina ha

respondido a los estímulos estatales y muestra un desempeño que se presenta como récord en

términos de crecimiento, inversiones, empleo, exportaciones y desarrollo de las pequeñas y

medianas empresas.

El marco de política económica e industrial implementado a partir de 2003 cambió las reglas

de juego, incentivando una sociedad más igualitaria y un desarrollo sustentable, poniendo el acento

en la política para la reconstrucción de la industria. El camino emprendido se encuentra sustentado

en una concepción amplia del desarrollo industrial, desde la cual se busca promover la agregación

de valor en la cadena de producción para, de esta manera, alcanzar una industria competitiva, capaz

de producir bienes con patrones de calidad específicos. Es decir, una industria óptima, con una

trama federal, con acceso fácil a los insumos difundidos, sin eslabones vacíos, sin posiciones

dominantes y distribuida localmente en todo el país.

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En definitiva, la propuesta más transformadora que vino a promover el modelo político,

social y económico iniciado en 2003 fue la recuperación del rol del Estado como rector de la vida

económica del país. Como resultado de esto, luego de doce años, la industria se recuperó de manera

sostenida. Sin embargo, las históricas limitaciones estructurales que sufre la industria argentina no

han sido superados totalmente, sin olvidar que décadas de destrucción sistemática no pueden

revertirse de un día ni un año para otro. Los avances son indudables, pero al país aún le resulta

difícil reducir sistemáticamente la dependencia de las importaciones de insumos y bienes de capital

industriales, comportamiento típico de una economía en proceso de desarrollo. La clave reside,

entonces, en cómo financiar estas importaciones y, mientras tanto, su reemplazo por producción

local.

Es mucho lo logrado, pero también son muchos los desafíos. Pero se está en el camino

correcto: el desarrollo industrial se apoya en un proyecto político, con un Estado que promueve

políticas públicas que apuntan a profundizar el crecimiento con empleo e inclusión social.