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Intervención sobre El porvenir es largo de Louis Althusser Ricardo Terriles Todos tenemos mil caras, sin duda, pero aquellos que han conocido a Louis Althusser saben que esta ley encuentra en él un ejemplo patente, sorprendente, hiperbólico. Su obra es importante, en primer lugar, por aquello que testimonia y por aquello que arriesga, por aquello que ha recorrido con ese fogonazo múltiple, roto, varias veces interrumpido, por el alto riesgo que ha asumido y por cómo ha resistido: su aventura es especial. No pertenece a nadie más. (Jacques Derrida) Reseña biográfica Louis Althusser (1918–1990) nació en Argelia, y vivió allí hasta 1930, cuando su familia retorna a Francia. Continúa sus estudios en Marsella y en Lyon, y en 1939 consigue ingresar en la Escuela Normal Superior de París, pero debido a la guerra es movilizado y, al poco tiempo, capturado por los alemanes. Permanecerá cautivo hasta 1945. Tras la liberación retoma sus estudios. En 1947 conoce a quien sería su esposa, Hélène Rytmann. También en 1947 padece la primera crisis maníaco-depresiva que lo obligará a una internación. En 1948 obtiene el título de agregado en filosofía (escribe su tesis bajo la dirección de Gaston Bachelard). De allí en más trabajará en la ENS, preparando a los aspirantes a la agregación. En ese mismo año se afilia al Partido Comunista Francés (anteriormente había militado en una agrupación católica). La obra filosófica de Althusser alcanza su máximo despliegue durante los años sesenta: en esos años publica La revolución teórica de Marx (1965) y Para leer el Capital (1967), esta última una obra colectiva que escribe con algunos de sus discípulos. Althusser propone una lectura renovada de Marx, en abierta oposición con las interpretaciones “humanistas” que predominaban tanto dentro del PCF (Garaudy) como en el campo intelectual (Sartre). En consonancia con el “aire de época”, su lectura de Marx adopta cierta retórica estructuralista: Althusser se interesa por los trabajos de Lévi-Strauss, pero mucho más por la obra de Lacan. De

Intervención Sobre El Porvenir Es Largo de Louis Althusser

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Comentarios y análisisi de la autobiografía de Louis Althusser

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Intervencin sobre El porvenir es largo de Louis Althusser

Intervencin sobre El porvenir es largo de Louis AlthusserRicardo Terriles

Todos tenemos mil caras, sin duda, pero aquellos que han conocido a Louis Althusser saben que esta ley encuentra en l un ejemplo patente, sorprendente, hiperblico. Su obra es importante, en primer lugar, por aquello que testimonia y por aquello que arriesga, por aquello que ha recorrido con ese fogonazo mltiple, roto, varias veces interrumpido, por el alto riesgo que ha asumido y por cmo ha resistido: su aventura es especial. No pertenece a nadie ms. (Jacques Derrida)Resea biogrfica

Louis Althusser (19181990) naci en Argelia, y vivi all hasta 1930, cuando su familia retorna a Francia. Contina sus estudios en Marsella y en Lyon, y en 1939 consigue ingresar en la Escuela Normal Superior de Pars, pero debido a la guerra es movilizado y, al poco tiempo, capturado por los alemanes. Permanecer cautivo hasta 1945.

Tras la liberacin retoma sus estudios. En 1947 conoce a quien sera su esposa, Hlne Rytmann. Tambin en 1947 padece la primera crisis manaco-depresiva que lo obligar a una internacin.

En 1948 obtiene el ttulo de agregado en filosofa (escribe su tesis bajo la direccin de Gaston Bachelard). De all en ms trabajar en la ENS, preparando a los aspirantes a la agregacin. En ese mismo ao se afilia al Partido Comunista Francs (anteriormente haba militado en una agrupacin catlica).La obra filosfica de Althusser alcanza su mximo despliegue durante los aos sesenta: en esos aos publica La revolucin terica de Marx (1965) y Para leer el Capital (1967), esta ltima una obra colectiva que escribe con algunos de sus discpulos. Althusser propone una lectura renovada de Marx, en abierta oposicin con las interpretaciones humanistas que predominaban tanto dentro del PCF (Garaudy) como en el campo intelectual (Sartre). En consonancia con el aire de poca, su lectura de Marx adopta cierta retrica estructuralista: Althusser se interesa por los trabajos de Lvi-Strauss, pero mucho ms por la obra de Lacan. De hecho, podemos considerar que el principal legado de Althusser se centra en sus intentos por promover una nueva articulacin entre marxismo y psicoanlisis.Durante los aos setenta decrecen tanto su produccin como la repercusin de su obra, si bien en Amrica Latina sigue siendo una referencia de grandsima importancia. Althusser sigui padeciendo durante toda su vida crisis manaco-depresivas. En 1980, en una de esas crisis, asesina a su esposa. Considerado inimputable, pasa gran parte de sus ltimos aos en instituciones de salud mental.

En 1985 escribe su autobiografa (haba hecho otro intento en 1976), que se publica pstumamente en 1992.

Algunas consideraciones generales

Parto de planteos de Amcola y Masiello. En Autobiografa como autofiguracin Amcola define este trmino como sigue: aquella forma de autorrepresentacin que aparezca en los escritos autobiogrficos de un autor complementando, afianzando o recomponiendo la imagen propia que ese individuo ha llegado a labrarse dentro del mbito en que su texto viene a insertarse (2008: 14).

Por otro lado, rescato del texto de Masiello lo que sigue: la produccin de un yo en el discurso supone ese momento nico en que se ponen en contacto el dominio pblico y el privado (Masiello, 1997: 206). Tambin ser importante tener en cuenta que: Tanto los Testimonios como la Autobiografa estn fundados en un deseo de exponer el espacio ntimo privado, mediante el uso de un lenguaje que tiene un puente activo entre el yo y los otros. El gnero testimonial es apropiado para este fin, si se tiene en cuenta que coloca la vida de un individuo como centro de su desarrollo (Masiello, 1997: 208).

La autobiografa de Althusser, habida cuenta las particulares circunstancias de su vida personal, se caracteriza por su estatuto de autoanlisis. No se trata, como en el caso de Bourdieu, de exponer la autocomprensin del sujeto a partir de las categoras tericas elaboradas a lo largo de su carrera intelectual (aunque algo de ello aparece), sino de orientarse por planteos psicoanalticos que permitan al propio sujeto entenderse pero tambin explicarse frente al mundo.

Es indudable que Althusser intent dar cuenta de su peculiar situacin mortificado por los comentarios que surgieron a raz del homicidio de su esposa. Pero de este ncleo central del trabajo, Althusser despliega su autobiografa abarcando el conjunto de su vida, lo privado y lo pblico. Si el acercamiento psicoanaltico a su historia familiar, a su relacin con las mujeres es algo esperable (en un intelectual que dedic varios trabajos al psicoanlisis), el traslado de dicha hermenutica al horizonte de su trayectoria como filsofo y militante poltico lo es mucho menos.

Sucede que la vida entrecruza inevitablemente esos dominios de lo privado y lo pblico que solo establecemos como criterios de anlisis formal. En ese sentido, dar cuenta de una vida signada por la tragedia personal no impide a Althusser mantener su lucidez y poner en escena sus convicciones filosficas y polticas. Dar cuenta de sus posiciones, desde la oscuridad de su drama personal, es una suerte de desahogo, un bsqueda de bienestar:

Entonces, la vida puede an, a pesar de sus dramas, ser bella. Tengo sesenta y siete aos, pero al fin me siento, yo que no tuve juventud porque no fui querido por m mismo, me siento joven como nunca, incluso si la historia debe acabarse pronto.

S, el porvenir es largo. (Althusser, 1993: 370)

Comentarios de E. Roudinesco sobre la autobiografa de Althusser

Como he sealado, la biografa de Althusser podra haberse titulado La escena del crimen. Es un texto inclasificable, indefinible, sin ley ni reglas; una obra que no se parece a ninguna otra: ni a las Confesiones de Rousseau, ni a una patografa ordinaria, ni siquiera a un documento clnico que ser interpretable por una conciencia racional, como, por ejemplo, las Memorias de un neurpata, de Daniel Paul Schreber, que Freud analiza tan bien, o el documento clnico redactado en el siglo xix por Pierre Rivire, homicida de su madre, de su hermana y de su mujer, comentado por Michel Foucault y su equipo.

Si El porvenir es largo haba sido construido como un homenaje sutil a Las palabras de Sartre o como un desafo dionisaco a su Por Marx, no poda calificarse de narracin literaria, de autoficcin o de autobiografa en sentido estricto. La conciencia del autor vacila pero conserva una lucidez impecable. Pone en escena la historia de una vida delirante cuyo hroe es al mismo tiempo objeto y sujeto, escindido entre un cogito que lo vuelve exterior a su locura y una locura que lo remite a la interioridad de su cogito, dividido entre una figura de la feminidad compasiva que lo lleva al homicidio y un imaginario de la pasin femenina que nunca logr sacarlo de la melancola.

No es asombroso entonces que este hroe, narrador de s mismo, pueda presentarse, desde su muerte, no slo como el magistrado que juzga su crimen, sino tambin como el mdico que conceptualiza su caso, como el filsofo que deconstruye el comunismo y como el loco que rinde cuentas de la genealoga de su locura con las palabras ms eruditas del psicoanlisis y de la psicopatologa.

Este texto sin nombre, verdadero desafo a la razn, escrito rpidamente y despojado de las cualidades literarias que se encuentran en muchos trabajos de Althusser, es nico en los anales de la filosofa. Era lgico, pues, que slo pudiera hacer delirar a quienes se arriesgaban a comentarlo. (Roudinesco, 2007: 180-1)

Pero si esta autobiografa ocup semejante lugar en la historia del discurso filosfico francs de fines del siglo xx, despertando odios, rencores, o delirios, fue tambin porque alteraba las reglas propias de este tipo de relato. En lugar de apostar al juego de la transparencia, de la introspeccin, de la bsqueda de s y de la rememoracin, Althusser se presentaba ante el lector con mltiples facetas, saltando de un tema a otro y de una poca a otra. A veces se contradeca o se equivocaba en los hechos, hasta llegar a decir que era un impostor y que no haba ledo una sola palabra de la obra de Freud, o que apenas conoca la de Marx. Adoptaba una postura carnavalesca y trataba de disfrazar su pensamiento para convertirlo, de manera retrospectiva, en una mistificacin.

Al mezclar la confesin ntima, la fantasa y la mirada sobre s mismo, no cesaba de sembrar dudas en las mentes de sus futuros comentadores, como si, sabiendo que nunca tendra que responder por aquello que expona pues estara muerto en el momento de su publicacin , se vengara en un tono trgico y macabro por haber tenido que exponer su caso. Al tomarse de manera estructural por el padre del padre, tambin tena que transmitir una enseanza es uno de los temas mayores de su autobiografa , y hacer un balance de su aporte a la filosofa del siglo xx, especialmente ante sus alumnos y discpulos. De alguna manera, deba rendir cuentas a la posteridad. (Roudinesco, 2007: 186-7)

A modo de cierreLouis Althusser pas por tantas vidas, por las nuestras para empezar, por tantas aventuras personales, histricas, filosficas, polticas, dej su huella y su influencia en tantos discursos, actividades, existencias, con la fuerza brillante y provocadora de su pensamiento, de su manera de ser, de hablar, de ensear, que los testimonios ms diversos y ms contradictorios no agotarn jams la fuente. A pesar de que cada uno de nosotros haya tenido con Louis Althusser una relacin diferente (y no estoy hablando solamente de filosofa o de poltica), todos sabemos que en ese particular prisma, apenas hemos adivinado un secreto, un secreto inagotable para nosotros, sin duda, pero tambin, de una manera completamente diferente, un secreto sin fondo para l, porque Louis fue tambin otro para otros, para muchos otros, entonces y en otros momentos, en el campo de la enseanza y fuera del campo de la enseanza, en la Rue dUlm o en cualquier otro lugar en Francia, en el partido, en los partidos y ms all de los partidos, en Europa y fuera de Europa, porque cada uno de nosotros ha querido a un Louis Althusser diferente, en un momento determinado, durante tal o cual decenio, o incluso, como por suerte fue mi caso, hasta el final, pues bien, esta generosa multiplicidad, esta superabundancia misma que tuvo, nos obliga a no generalizar, a no simplificar, a no detener el camino que inici, a no dar por concluida una trayectoria, a no sacar ventaja, a no hacer borrn y cuenta nueva, a no saldar cuentas, pero sobre todo a no calcular, a no apropiarse o reapropiarse, aunque fuera en esa forma paradjica de reapropiacin manipuladora o calculadora que se llama rechazo, a no apropiarse de aquello que fue inapropiable y que debe seguir sindolo. (Jacques Derrida)Como lo verifica el anlisis literario de la autobiografa, la historia de una vida no cesa de ser refigurada por todas las historias verdicas o ficticias que un sujeto cuenta de s mismo. Esta refiguracin hace de la vida misma un tejido de historias contadas. (Ricoeur, 1991: 443).