1
Heidegger puede pasar de la cuestión del ser mortal del Dasein a la cuestión del ser en general, porque toda comprensión del ser del Dasein está gobernada por el ansia de disimular la muerte. Heidegger descubre su señal más elocuente en la tendencia del Dasein a comprender el ser de manera in-temporal, es decir, como presencia permanente (como lo ha- bría hecho toda metafísica). El ser verdadero es, así, para el Dasein (por quien pasa toda la comprensión del ser), el ser que perdura, que se man- tiene tranquilamente en la presencia. Heidegger no cesa nunca de recor- dar hasta qué punto esta lectura del ser como presencia permanente se ha mantenido a través de toda la historia de la metafísica occidental, de Par- ménides a Hegel. Pero ¿sobre qué descansa, se pregunta Hegel, este in- signe privilegio de la permanencia, si no sobre un rechazo de la tempora- lidad del Dasein? La comprensión del ser a partir del tiempo encuentra de este modo su fuente en el Dasein mismo. La relación del Dasein con su ser (y, por ello, con su temporalidad) dictará la comprensión del ser en general. La intención rectora de Heidegger en todo esto es mostrar que la comprensión del ser a partir de la presencia permanente reposa sobre una relación inauténtica del Dasein con su temporalidad y su ser, es decir, sobre una inhabilitación y un rechazo de su temporalidad más ín- tima. ¿No es posible una relación distinta del Dasein con su ser? ¿Es preciso, a toda costa, cerrar los ojos a la temporalidad, innegable sin em- bargo, de la presencia del Dasein en el ser? Se ha establecido, por tanto, un vínculo estrecho entre la primacía óntica de la cuestión del ser para el Dasein y la cuestión del ser en meta- física. La tesis de Ser y tiempo es que la historia de la ontología ha com- prendido calladamente el ser desde la presencia permanente, compren- sión del ser que supone en sí misma una relación inauténtica del Dasein con su propia temporalidad. Se puede, pues, hablar de un olvido del ser que vale para el Dasein tanto como para la filosofía en su conjunto. 1) Si hay olvido del ser en el plano del Dasein, es porque fue su cuestión más íntima, la más desestabilizadora, y que no deja de ser la más apremiante. Sein und Zeit intenta recordar al Dasein su cuestión esencial, la del sentido de su ser. 2) Pero este recuerdo hace al mismo tiempo que la filosofía vuelva a sí misma, porque esta cuestión del ser la ha «olvidado» la filosofía a sabiendas. Esa constatación parece aplicarse sobre todo a la filosofía moderna, que, desde Descartes y Kant, se ha apartado del ser para orien- tarse hacia el sujeto cognoscente: ¿no enmascara, tal vez, la obsesión Introducción a la metafísica 324

Introducción a La Metafísica - Grondin, Jean 325

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Introducción a La Metafísica - Grondin, Jean 325

Citation preview

Page 1: Introducción a La Metafísica - Grondin, Jean 325

Heidegger puede pasar de la cuestión del ser mortal del Dasein a lacuestión del ser en general, porque toda comprensión del ser del Daseinestá gobernada por el ansia de disimular la muerte. Heidegger descubresu señal más elocuente en la tendencia del Dasein a comprender el ser demanera in-temporal, es decir, como presencia permanente (como lo ha-bría hecho toda metafísica). El ser verdadero es, así, para el Dasein (porquien pasa toda la comprensión del ser), el ser que perdura, que se man-tiene tranquilamente en la presencia. Heidegger no cesa nunca de recor-dar hasta qué punto esta lectura del ser como presencia permanente se hamantenido a través de toda la historia de la metafísica occidental, de Par-ménides a Hegel. Pero ¿sobre qué descansa, se pregunta Hegel, este in-signe privilegio de la permanencia, si no sobre un rechazo de la tempora-lidad del Dasein? La comprensión del ser a partir del tiempo encuentrade este modo su fuente en el Dasein mismo. La relación del Dasein consu ser (y, por ello, con su temporalidad) dictará la comprensión del seren general.

La intención rectora de Heidegger en todo esto es mostrar que lacomprensión del ser a partir de la presencia permanente reposa sobreuna relación inauténtica del Dasein con su temporalidad y su ser, es decir, sobre una inhabilitación y un rechazo de su temporalidad más ín-tima. ¿No es posible una relación distinta del Dasein con su ser? ¿Espreciso, a toda costa, cerrar los ojos a la temporalidad, innegable sin em-bargo, de la presencia del Dasein en el ser?

Se ha establecido, por tanto, un vínculo estrecho entre la primacíaóntica de la cuestión del ser para el Dasein y la cuestión del ser en meta-física. La tesis de Ser y tiempo es que la historia de la ontología ha com-prendido calladamente el ser desde la presencia permanente, compren-sión del ser que supone en sí misma una relación inauténtica del Daseincon su propia temporalidad. Se puede, pues, hablar de un olvido del serque vale para el Dasein tanto como para la filosofía en su conjunto.

1) Si hay olvido del ser en el plano del Dasein, es porque fue sucuestión más íntima, la más desestabilizadora, y que no deja de ser lamás apremiante. Sein und Zeit intenta recordar al Dasein su cuestiónesencial, la del sentido de su ser.

2) Pero este recuerdo hace al mismo tiempo que la filosofía vuelva a sí misma, porque esta cuestión del ser la ha «olvidado» la filosofía a sabiendas. Esa constatación parece aplicarse sobre todo a la filosofíamoderna, que, desde Descartes y Kant, se ha apartado del ser para orien-tarse hacia el sujeto cognoscente: ¿no enmascara, tal vez, la obsesión

Introducción a la metafísica

324

p. Introducción a la metafísica ok 18/7/06 10:13 Página 324