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Preliminar Desde la más remota antigüedad el hombre se ha preguntado por los fenómenos que acaecen en su entorno y por el hecho mismo de la existencia, consecuentemente también por sus múltiples atributos, es decir, aquellos matices inseparables de lo ontológico, como lo es el tiempo, la materia, el espacio y la abstracta concepción del vacío, ésta es abstracta en la medida en que se aleja de lo puramente ontológico, esto es: en contraposición a la «nada mística» o realidad inobjetiva, informe «» en la que, no obstante, se encuentra todo germen; etc.. Es decir, no en cuanto a la negación del ser sino en cuanto a la negación de la materia. Así pues desde esta perspectiva la noción de vacío involucra las de espacio y materia. Ahora bien, sobre la naturaleza de la materia desde las diferentes culturas antiguas de la humanidad como por ejemplo la babilonia, la egipcia, la india y la china, por citar algunas, se nos presentan alusiones a través de los diversos mitos de la existencia de una sustancia eterna a partir de la cual se formaron todas las cosas. Desde la antigüedad se pensó en que eran tres los “elementos” materiales básicos de la naturaleza: tierra agua y aire, a los que los griegos Anaximenes, Anaximandro y Heráclito añadirían uno más: el fuego. Aristóteles imaginó un quinto elemento «quinta essentia»: el éter, el cual caracterizó de “esencia divina” y constitutivo de cuerpos celestes (perfectos) organizados en esferas concéntricas, con una, la mayor, “el móvil primario” «primum mobile» haciéndolas girar por fricción. Pero serán los primeros presocráticos los que vean la posibilidad de un vacío, ligado al espacio, lo cual lo concibieron en las primeras discusiones relacionadas con el movimiento y el cambio. Desde esta perspectiva, la posición de Parménides y los eleatas es contraria a dicha posibilidad, ya que para ellos el vacío debería asimilarse al no ser, cuya existencia es contradictoria. Pero la plena teorización del vacío y de la necesidad de su existencia procede de los defensores del atomismo antiguo representado

Introducción Preliminar La Concepción de Vacío en Lucrecio [E.J.ríos]

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Preliminar Desde la ms remota antigedad el hombre se ha preguntado por los fenmenos que acaecen en su entorno y por el hecho mismo de la existencia, consecuentemente tambin por sus mltiples atributos, es decir, aquellos matices inseparables de lo ontolgico, como lo es el tiempo, la materia, el espacio y la abstracta concepcin del vaco, sta es abstracta en la medida en que se aleja de lo puramente ontolgico, esto es: en contraposicin a la nada mstica o realidad inobjetiva, informe ( en la que, no obstante, se encuentra todo germen; etc.. Es decir, no en cuanto a la negacin del ser sino en cuanto a la negacin de la materia. As pues desde esta perspectiva la nocin de vaco involucra las de espacio y materia. Ahora bien, sobre la naturaleza de la materia desde las diferentes culturas antiguas de la humanidad como por ejemplo la babilonia, la egipcia, la india y la china, por citar algunas, se nos presentan alusiones a travs de los diversos mitos de la existencia de una sustancia eterna a partir de la cual se formaron todas las cosas. Desde la antigedad se pens en que eran tres los elementos materiales bsicos de la naturaleza: tierra agua y aire, a los que los griegos Anaximenes, Anaximandro y Herclito aadiran uno ms: el fuego. Aristteles imagin un quinto elemento quinta essentia: el ter, el cual caracteriz de esencia divina y constitutivo de cuerpos celestes (perfectos) organizados en esferas concntricas, con una, la mayor, el mvil primario primum mobile hacindolas girar por friccin.

Pero sern los primeros presocrticos los que vean la posibilidad de un vaco, ligado al espacio, lo cual lo concibieron en las primeras discusiones relacionadas con el movimiento y el cambio. Desde esta perspectiva, la posicin de Parmnides y los eleatas es contraria a dicha posibilidad, ya que para ellos el vaco debera asimilarse al no ser, cuya existencia es contradictoria. Pero la plena teorizacin del vaco y de la necesidad de su existencia procede de los defensores del atomismo antiguo representado fundamentalmente por Demcrito, Epicuro y Lucrecio, quienes fundaron la corriente de pensamiento que fue prcticamente la primera en afirmar la realidad del vaco. Todas las cosas percibidas e incluso los procesos de percepcin estaran formados simplemente por tomos y vaco. El vaco sera el intervalo entre tomos, el garante de la incesante movilidad de stos y, por otra parte, vendra a confundirse con el espacio. Los cuerpos seran agregados atmicos pululando en el espacio (vaco).

No obstante, Aristteles refutaba el vaco que concibiera Demcrito y sus sucesores, quienes lo conceban como un medio real y necesario para el libre desenvolvimiento de los tomos, negndose a reconocerlo porque impeda el contacto entre las cosas y adems por considerarlo una nocin autocontradictoria, esto es, un lugar que no es lugar de ningn cuerpo; aparte de la imposibilidad de considerar la existencia de un cuerpo all donde no hay extensin alguna. En esa refutacin -y en su posterior transmisin- se acua la frmula de los tres tipos de vacos a considerar: el vaco intersticial, el continuo y el csmico. Los tres son rechazados, pero esta clasificacin permitir sucesivos exmenes y alguna que otra reivindicacin parcial del vaco: por ejemplo, los estoicos entendern que el vaco infinito rodea al cosmos, y los ingenieros alejandrinos (en sus tratados de Pneumtica) aceptarn el vaco intersticial y continuo como posibilidad excepcional.

Fruto de la mayoritaria opinin antivacuista clsica, y como colofn de ese rechazo, la Edad Media entroniza el llamado principio del horror vacui horror al vaco -pese a los estudios de Estratn (ca. 288 a.C.) de la escuela de Alejandra, que sostena que el vaco poda ser creado por medios artificiales- y se postula la existencia de partculas materiales sutilsimas, que llenaran todos los espacios. Se afirma que la naturaleza aborrece el vaco, que no puede consentirlo en su constitucin. Y tal principio se apoya en todo un conjunto de supuestas pruebas empricas, y, por otra parte, en un fundamento de tipo teolgico y metafsico. En el racionalismo Descartes respet las ideas de Aristteles sobre el vaco, y acept el caracterstico horror vacui. Base de este horror al vaco es la creencia segn la cual el Creador no ha podido incluir el vaco -que es imperfeccin- en su creacin, tesis que seguir siendo mantenida por Leibniz.

El principio del horror vacui es una herencia inevitable para el pensamiento renacentista y para la revolucin cientfica. Sin embargo, en este perodo (siglos XVI y XVII) se lleva a cabo una revisin crtica de las supuestas pruebas empricas contrarias al vaco, proceso que es paralelo al de la permeabilidad a las corrientes de pensamiento contrarias a la hegemona de la herencia escolstica y aristotlica. El horror vacui dejar de ser principio indiscutible.

La culminacin de la corriente vacuista se produce con la nueva fsica de Newton. Entre 1644 (experimento de Torricelli) y 1687 (publicacin por Newton de sus Principios matemticos de la filosofa natural) cabe situar el perodo crucial de la aceptacin moderna del vaco. Sin embargo, debe recordarse que los principales filsofos de este siglo se pronuncian radicalmente contra el vaco. La posicin cartesiana, por ejemplo, al identificar extensin con cuerpo, haca imposible la defensa del vaco. Junto a Descartes, tambin se pronunciaron radicalmente contra el vaco Hobbes, Spinoza y Leibniz. En cambio, Gassendi, ferviente defensor del atomismo s acept su existencia.

As pues, desde aquellas antiguas pocas hasta la actualidad el debate entre vacuismo y antivacuismo ha sido bastante polmico y arduo, por consiguiente difcil de esclarecer.

Sin embargo, finalmente, y no sin resistencias, vencer la fsica newtoniana: es la que, ciertamente, promueve la imagen cosmolgica vigente hasta hoy mismo, o sea, la de unos inmensos espacios vacos entre los diversos cuerpos celestes. Pero junto a esa aceptacin pragmtica del vaco como realidad fsica, ha persistido la crtica del vaco desde el punto de vista de los principios filosficos: ejemplo es la refutacin efectuada por Kant. Por ello se mantuvo durante mucho tiempo la distincin entre vaco fsico, entendido como ausencia de masa o de materia detectable, y vaco metafsico identificado con ausencia absoluta, y considerado imposible.

Por consiguiente, desde las teoras de Newton y posteriores, el vaco ha sido asumido como realidad o componente de lo real-fsico. Pero la tradicional resistencia del pensamiento occidental al vaco sigue manifestndose en otras dimensiones. En ltima instancia, se trata de la resistencia a una categora de pensamiento que parece impensable. Al respecto, es conveniente recordar que las filosofas orientales (principalmente taosmo y budismo) justamente parten del posicionamiento opuesto, o sea, de una alta valoracin del vaco. Tal divergencia podra formularse como contraposicin entre los emblemas de la plenitud y de la vacuidad.

Nos encontramos pues ante un problema, hasta cierto punto, ambivalente dependiendo de la perspectiva en que se enfoque, lo que se ha tendido a denominarse la postura filosfica y la postura puramente fsica o cientfica, no obstante, tal bifurcacin es en s misma espuria, puesto que hay que recordar que esto ltimo estuvo inmerso en los problemas planteados por la filosofa, como ya hemos esbozado, desde sus inicios; as pues, no podemos desvincular lo uno de lo otro, por lo menos no en su origen, a pesar de la secesin irremediable que sufri a medida que se clasificaron y especializaron los estudios con el devenir de los tiempos modernos.

Por lo tanto, en el presente trabajo abordaremos el tema del vaco tomando en consideracin esta premisa y para ello haremos un recorrido por las diversas fuentes en un eje sincrnico, o sea desde los antiguos mitos y tratados de la antigedad hasta los ms recientes postulados, sin pretender ser exhaustivos, slo se tratar de hacer un sondeo que nos permita dilucidar por medio de la confrontacin de las diversas concepciones la idea de vaco que ha supuesto el hombre y no hace falta decir que el eje de dichas confrontaciones ser siempre los fundamentos de Epicuro en la obra de Lucrecio; asimismo se tratar de determinar cul ha sido el legado o el aporte que ha suscitado la teora atomista de Demcrito y Epicuro refundidas en el Rerum Natura, claro est, siempre en torno al asunto del vaco.

Ahora bien, como ya lo hemos delineado, hay una fuerte dicotoma entre el pensamiento de Demcrito y Aristteles, siendo stos los cultivadores, por decirlo de algn modo, de dos diversas concepciones fundamentales del vaco, o ms bien posturas ante el tema del vaco (vacuistas-antivacuistas), que al parecer, ha prevalecido una sobre la otra en su momento o bien no dejan de tener una relativa vigencia en la actualidad; de manera que, como colofn a nuestra investigacin trataremos de captar qu nos dice la fsica contempornea al respecto y en qu medida una u otra postura le ha servido de base para los teoremas y concepciones actuales.

Puntos a tomar en consideracin (segn el Prof.)

Exponer las ideas de Lucrecio en el Rerum Natura y las ideas de Epicuro en la Carta a Herdoto sobre el vaco.

Bosquejo de las fuentes mitolgicas sobre el vaco

Bosquejo de las fuentes filosficas sobre la teora de Vaco

Presocrticos, Platn, Aristteles, Estoicos

Conclusiones: Ver en que medida se acerca o se aleja de otras fuentes

Hiptesis sobre las ideas que intentaba debatir Epicuro

Mis puntos

La idea de infinito y la concepcin de vaco a travs de los mitos cosmognicos de la antigedad

Elucubraciones de los presocrticos sobre el vaco

El atomismo de Demcrito

Epicuro y Lucrecio (tomo, movimiento y vaco)

Refutaciones aristotlicas