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Comunicar para transformar Colectivo de Trabajo Abril 2013 La Plata

Inundaciones 2013 - Periodismo UNLP

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Page 1: Inundaciones 2013 - Periodismo UNLP

Comunicar para transformarColectivo de Trabajo

Abril 2013La Plata

Page 2: Inundaciones 2013 - Periodismo UNLP

El martes 2 de abr i l nos v imos

sorprendidxs por la inaudita intensidad

de la lluvia en La Plata, y a medida que

pasaban las horas la situación se

tornaba catastrófica, con ser ias

consecuencias y numerosas víctimas

fatales.

A l d ía s igu iente los medios de

comunicación hegemónicos apuntaron

sus cañones hacia la ciudad gobernada

por Pablo Bruera. Se podía observar

claramente la desastrosa situación pos

temporal y cómo miles de familias se

habían quedado sin nada y, por

supuesto, el número de muertes calaba

profundo en las entrañas de todxs.

Tan to med ios ofic ia l i s tas como

o p o s i t o r e s s e c e n t r a r o n e n

interminables jornadas de transmisiones

donde apelaban a la caridad de lxs

argentinxs para poder paliar la situación.

Unxs culpaban a la l luvia, otrxs

tibiamente responsabilizaban a lxs

f u n c i o n a r i x s p l a t e n s e s .

Mayoritariamente se instalaron en los

barrios de clase media como si fueran

los únicos afectados, y una vez más lxs

pobres, lxs eternamente marginadxs,

Inundadxs por una visión mediática

hegemónica

fueron olvidadxs.

Los días pasaron y el panorama

m e d i á t i c o p e r m a n e c í a i g u a l ,

donaciones por doquier, gente agolpada

en centros de acopio, y todo parecía

viento en popa. Un pueblo solidarizado

con el gravísimo momento atravesado

por tantas personas. Cierto sector

pretendía señalar que el Estado se

hacía presente a través de La Cámpora,

mientras que el opositor se regocijaba

con la donación realizada por Francisco

I de 50 mil dólares (seguramente ni una

silla del Vaticano cuesta ese número).

Jamás se escuchó la palabra o se

mostró la situación de las barriadas

periféricas, pero sí se vio algún que otro

comentario estigmatizador por realizar

piquetes en busca de respuestas que

nunca l legaron por parte de lxs

responsables. Nunca se dijo que estos

sectores lo único que vieron del Estado

fue a las fuerzas de seguridad para

reprimir la protesta social.

De esta parte se encargaron los medios

de comunicación alternativa, que con

muchísimo esfuerzo y convicción se

dedicaron a darle voz a lxs olvidadxs.

Dieron cuenta del durísimo trabajo

llevado a cabo por las organizaciones

sociales, codo a codo con lxs vecinxs

para tratar de generar sus propias

soluciones.

Esto es un claro ejemplo de la

comunicación al servicio los sectores

marg inados , donde l os pu lpos

mediát icos só lo se meten para

crimininalizarlos y desplazarlos aún

más. Esta es una tarea que no permite

mirar hacia otro lado porque lxs pobres

son pobres todos los días, porque no se

soluciona con donaciones, porque la

responsabilidad fue, es y será del

gob ierno nac iona l , p rov inc ia l y

municipal.

Mientras por estos días la atención está

dirigida hacia otras cuestiones, como la

reforma de la Justicia, al parecer lxs

inundadxs ya no sufren más. Nosotrxs

como Colectivo de Trabajo Periodismo

CAUCE – COB La Brecha apostamos a

la comunicación alternativa, popular y

participativa que responde a las

demandas y necesidades del pueblo,

que nada tienen que ver con los

intereses de los gobiernos de turno ni de

las grandes empresas.

Por eso lxs invitamos a discutir sobre el

rol de los medios masivos y a ponerlos

en crisis, con una crítica que contraste

con hechos que no todo es como

aparenta ser, y que construya otros

conocimientos para generar procesos

de cambio social.

Page 3: Inundaciones 2013 - Periodismo UNLP

Desde hace algunos años la ciudad de

La Plata se ha visto envuelta en un gran

auge de la construcción, propulsado por

la reforma del Código de Ordenamiento

Urbano (COU). Esta reforma tuvo lugar

en el 2010 y fue impulsada en el Concejo

Deliberante por el bruerismo. Esto

gene ró en l a c i udad una g ran

especulación inmobiliaria. Mientras

crecía este gran negoc io ent re

constructoras asociadas al estado

municipal, en el gran La Plata se

avizoraba una gran falta de planificación

en los barrios.

Si hacemos un recorrido por los distintos

barrios y asentamientos que componen

la periferia de nuestra ciudad podemos

ver que están atravesados por grandes

problemáticas en común, como la falta

de iluminaria, agua potable, sistema

cloacal, señalamiento de calles y

recolección de residuos, generando

basurales improvisados y empeorando

concretamente la situación. Se nos hace

necesario señalar que estas carencias

existen desde hace décadas y que se

visibilizaron con mayor intensidad a

partir de esta catástrofe. A su vez

o b s e r v a m o s p r o b l e m a s d e

al imentación, deserción escolar,

violencia policial y de género, entre

otras.

El Estado es responsable de la falta de

regulación de tierras de muchos de los

barrios afectados por la inundación. Este

déficit tanto del municipio como del

Estado provincial y nacional, dificulta

aún más hacer desde nuest ras

organizaciones un relevamiento verídico

y serio sobre las consecuencias del

episodio, entendiendo el ocultamiento

planificado por parte del gobierno de las

cifras reales.

Si bien entendemos que cayeron más de

300 milímetros de agua en unas horas,

fenómeno claramente inusual, las

consecuencias trágicas podrían haber

sido evitadas. El Estado en todos sus

estamentos no se ocupó de hacer las

tareas necesarias que hace tiempo son

reclamadas por distintos sectores

sociales, como políticas de vivienda

digna para la urbanización de los barrios

peri fér icos, o el entubamiento y

ensanchamiento del arroyo El Gato, que

es donde escurre el sesenta por ciento

de las aguas de la ciudad. En cambio, se

dedicó a los negocios de la construcción,

relegando una vez más las necesidades

de los sectores populares.

Se largó la lluvia y se pudrió todo.

Durante horas se puso de manifiesto

que la clase política de nuestro país

nunca quiso evitar la catástrofe: el agua

subía al tiempo que crecía el número de

víctimas fatales, cual cruel paisaje del

abandono del Estado. Mientras

nuestros barrios se inundaban, la luz y

las comunicaciones se cortaban, el

agua comenzaba a invadir miles de

casas de familia y la destilería de

Ensenada brillaba en llamas de 20

metros. Pero siempre que llovió, paró, y

ahí está la cuestión.

Más allá de lo destruida que está

Defensa Civil, hubiera sido interesante

ver, al menos, una delegación que se

presentara en algún barrio platense ni

bien terminada la tormenta. Sin

embargo, esto no pasó, y no sólo esto,

sino que el Estado no movió un dedo

hasta el día siguiente, en ninguno de sus

estamentos. La primera reacción fueron

las insulsas declaraciones de distintxs

representantes de los gobiernos

nacional, provincial y municipal, algunxs

de lxs cuales decidieron presentarse en

el lugar para “mostrar su solidaridad”.

Esto, bajo ningún concepto, es una

respuesta del Estado, sino que es una

pantomima que en nada aportó a la

reconstrucción de nuestros barrios

después de la tragedia. Cristina, por

más que le pese a muchxs compañerxs

que adscriben a la política del gobierno

nacional, no es el Estado, sino que el

Estado es todo un andamiaje jurídico-

político-administrativo que nunca se

puso al servicio de las necesidades del

pueblo inundado.

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Veamos entonces, cuando por fin se

tomaron medidas concretas, cuál fue

efectivamente la respuesta del Estado

ante la inundación. En primera instancia,

se movilizaron delegaciones de la

Pol icía Metropol i tana, la Pol icía

Bonaerense de Zona Sur y Zona Oeste,

la Gendarmería Nacional y el Grupo

Halcón y se militarizó la ciudad. Todxs

lxs que por esos días recorrimos la

ciudad nos cansamos de ver camionetas

blindadas llenas de monigotes armados

hasta los dientes. En los barrios esta

presencia se sintió fuerte: miércoles y

jueves por la noche lxs vecinxs

afectadxs decidieron cortar distintas

calles de la ciudad en reclamo por la

presencia del Estado. Y ahí estuvo el

Estado, reprimiendo y desalojando a

gente a la que, en muchos casos, le

quedó poco y nada, y defendiendo los

grandes supermercados por si algunx

quería tomar por mano propia lo que le

arrancaron por la fuerza. Y mientras el

Estado reprimía, en cada barrio

durmieron familias completas a la

intemperie, con hambre y con frío.

Ya el viernes, la municipalidad decidió

poner toda su voluntad: el Dardo Rocha

se convirtió en un centro de acopio de

donaciones. O sea, el Estado, que

debería garantizar todo lo que estaba

faltando, apeló a la solidaridad popular

antes que a sus propios recursos, y no

puso más que algunos camiones y unxs

cuantxs trabajadorxs para la tarea.

Provincia y Nación, brillaban por su

ausencia. En este punto, es necesaria

una aclaración: el Estado no somos

todxs, y decir eso resulta una excusa

bastante careta, porque diciendo eso se

justifica no bajar plata y recursos desde

los ministerios, y se pretende justificar el

accionar de organizaciones políticas

kirchneristas.

Entonces, La Cámpora no es el Estado,

el Movimiento Evita tampoco, lxs

punterxs políticxs menos. Por eso

creemos que lo que se hizo con nuestra

facultad es nefasto: se entregó un

edificio público a una organización

política para que se llene de cosas con

toda la parafernalia necesaria para

hacer grandes actos mediáticos que les

permit ieran mostrarse como “lxs

solidarixs”. A lxs que no querían

participar de esa política pero sí dar una

mano les pusieron una pechera o

d i rec tamen te l xs echa ron . Las

donaciones que se juntaron en distintas

instancias del Estado fueron enviadas,

por orden directa de Nación, a la FPyCS

y de ahí repartidas, en su mayoría, a

punterxs políticxs de distintos barrios de

la ciudad. Mientras tanto, la clase

política minimizaba el hecho a la vez que

afirmaba que la situación desbordaba al

Estado, como si la indefensión de las

miles de familias afectadas fuera

trasladable a la inst i tución que,

supuestamente, vela por el bienestar

social.

No es de sorprender que incluso

mientras la gente dormía en la calle las

internas del peronismo se pusieron

fieras: La Cámpora quiso acaparar

todas las donaciones y el Movimiento

Evita se amotinó. Durante el sábado, el

Evi ta no recibía donaciones de

Periodismo, porque todo se llevaba a los

barrios donde tenía desarrollo La

Cámpora. Y algo incluso peor: La

Cámpora cayó a muchos barrios sin

pechera, a tantear cómo lxs veían ahí, y

si lxs vecinxs se oponían al gobierno

nacional, se daban media vuelta y se

iban. Nadie nos la contó, la vimos en los

mismos barrios donde estuvimos y

estamos laburando. Ojo, con esto no

queremos desmerecer la acción

solidaria de miles de militantes que se

dieron la tarea de recolectar y distribuir

donaciones, pero sí queremos poner en

debate la orientación política del asunto.

Toda acción tiene sus consecuencias:

mientras Cristina, Scioli y Bruera se

pateaban la pelota entre sí y nadie ponía

ni bille ni recursos, el agua bajaba y

sa l ían a flo te l as m ise r ias de l

capitalismo: por lo que venimos viendo,

la cantidad de muertxs supera las 300

personas, y puede ser peor. Sería

interesante que Scioli, en lugar de

chamuyar que lxs muertxs son 52,

impulsara un relevamiento que permita

llegar a los números reales, como están

haciendo (sin ningún apoyo del Estado,

ni siquiera de la UNLP) lxs compañerxs

del Colegio de Trabajadorxs Sociales

con la colaboración de cientos de

estudiantes universitarixs de distintas

facultades.

¿Qué pasa con esto? Si los gobiernos

provincial y nacional reconocen que,

efectivamente, La Plata es, hoy por hoy,

una zona de desastre, se ponen en la

obligación de bajar los recursos

necesar ios para pal iar la cr is is

habitacional que generó la inundación.

Entonces ya no importa la voluntad

política ni la interna de Cristina y Scioli,

sino que por ley tienen que disponer del

Fondo para Emergencias para comprar

colchones, comida, frazadas, ropa y

todo lo necesario para salir de la

situación en la que el mismo Estado nos

metió. Además, queda de manifiesto

que todo lo que pasó es mucho más

grave de lo que pintan lxs vocerxs del

Estado, y eso deslegitimaría a lxs tres

candidatxs del FPV que encabezaron la

lista oficialista en 2011: Pablo Bruera,

Daniel Scioli y Cristina Fernández de

Kirchner. *

Page 5: Inundaciones 2013 - Periodismo UNLP

Tiempo después de las intensas lluvias del 2 de abril, a casi tres

semanas de lo que nos dejó y sigue dejando la indiferencia del

gobierno municipal y provincial, la precariedad en nuestros

barrios se acentuó muchísimo más. Quedó a la vista el

desastre que la corrupción y las intensas lluvias dejaron en los

hogares de cientos de vecinxs, en escuelas y en hospitales.

Pero también es de conocimiento público que los resultados

del temporal se vieron acrecentados por el sistemático

abandono de políticas estatales destinadas a lxs que menos

tienen.

A la ausencia de los sistemas correspondientes de cloacas, de

la contaminación ambiental fruto de basurales y canteras, de la

nula llegada del sistema de salud y vacunación a niñxs y los

palos en la rueda en la regularización de las tierras que cientos

de familias ocupan hace años, se le suma la nula respuesta

inmediata del Gobierno en materia de políticas de emergencia.

Todavía no se han iniciado trabajos de obras públicas y zanjeo,

no han llegado a muchos barrios los operativos sanitarios, a las

familias damnificadas nos sigue faltando alimento, y tampoco

se han garantizado los materiales necesarios para que

podamos reconstruir nuestras viviendas.

Resulta desesperante la nula autocrítica y toma de

responsabilidades del Gobierno Municipal, y que por lo tanto

algunas de las pocas respuestas sea la difusión de una cínica

infografía sobre cómo armar una “mochila de emergencias”

con elementos como una radio y chocolates.

La crisis sanitaria exige una urgente e intensa acción estatal a

fin de impedir el avance de enfermedades que se transmiten a

través del agua, la mala higiene, las plagas, la precariedad

habitacional, el frío y el impacto emocional posterior a la

tragedia. Más aún, en épocas en las que la Provincia

gobernada por el sciolismo ajusta a más no poder el

presupuesto destinado a salud, lxs propixs trabajadorxs de los

hospitales deben hacerse cargo de los límites del restrictivo

sistema de salud, cargando con la responsabilidad de llevar

por cuenta propia y en situaciones precarias por falta de

personal e insumos imprescindibles, una eficaz atención a las

cientos de familias afectadas que no paran de llegar a los

hospitales públicos.

Conclusión: el Estado no estuvo

ausente, sino que se presentó a través

de las fuerzas de seguridad para

normalizar todo y “defender el orden”. Lo

que sí, fue mucho más el aporte solidario

de miles de personas y organizaciones

que juntaron comida, agua, artículos de

limpieza, ropa, frazadas y colchones,

que e l apor te del Estado como

insti tución. Los números son un

chamuyo, y eso es bastante conveniente

para no pagar ni los costos materiales ni

los costos políticos de la tragedia que

azotó a la ciudad de La Plata. Y todo

esto, creemos, abona a la idea de que

ante semejante respuesta del Estado,

desde el campo popular debemos

oponerle organización desde abajo, con

independencia política y con verdadera

vocación de una transformación

profunda de la sociedad.

PARA QUE DEJEN DE OCULTARLOS DATOS REALES DE LA CATÁSTROFE

PARA PLANIFICAR Y ORGANIZAR LA ASISTENCIAADECUADA Y TRANSPARENTE

YO BANCOEL RELEVAMIENTOEN LOS BARRIOSDE LXS TRABAJADORXSSOCIALES DE LA PROV. DE BS. AS.

Page 6: Inundaciones 2013 - Periodismo UNLP

solidaridad, como si ésta pudiera

solucionar la situación, lo que hace es

invisibilizar las causas estructurales que

hicieron posible la inundación.

Desde La Brecha (organización

nacional de la que formamos parte), en

p a r a l e l o a l a a r d u a t a r e a d e

organización de la solidaridad que

llevamos a cabo, no tardamos en

marchar, junto a cientxs de compañerxs

de distintos barrios. A través de una

serie de movilizaciones, le exigimos al

Estado, claro responsable de esta

tragedia, que diera las respuestas

necesarias, no sólo en cuanto a las

demandas urgentes sino en lo que

r e s p e c t a a l a o b r a p ú b l i c a

correspondiente para la prevención de

futuras inundaciones. Así conseguimos

que se destinen recursos, centralmente

mercadería y colchones, a los barrios

más pobres y afectados. La lucha por la

obra pública debe continuar. Asimismo,

seguimos sosteniendo el trabajo barrial

que impulsamos desde nuest ro

nacimiento y que ahora se expresa en el

Movimiento 7 de Abril, parte de La

B r e c h a , a p u n t a n d o a l a

autoorganización de de los barrios.

Hacemos lo que hacemos porque

en tendemos que es necesa r i o

trascender la solidaridad y poder pensar

a largo plazo, para que ni este ni tantos

otros sufrimientos que nos afectan como

pueblo puedan seguir sucediendo. Sólo

la organización y la lucha pacientes y

desde abajo nos podrán llevar por este

camino.

La situación de los primeros días de abril

fue, como hemos visto, de grave crisis, y

la respuesta del Estado, lejos de

aliviarla, generó mayores problemas y

tensiones para los sectores populares.

Pronto comenzamos a notar que en La

Plata se estaba dando una tendencia

general: eran lxs mismxs vecinxs lxs que

respondían con más rapidez, casi desde

la espontaneidad, a las necesidades

concretas y urgentes del pueblo. En este

proceso las organizaciones políticas y

sociales tuvieron un rol central,

nucleando voluntarixs a lo largo y ancho

de la ciudad, recibiendo donaciones y

distribuyéndolas a los barrios más

afectados.

Esta tarea fue tomada por todas las

organizaciones, desde las de izquierda,

pasando por las oficialistas, hasta los

clubes de barrio, la iglesia y la derecha.

Ahora bien, cabe hacer una aclaración,

que quizás pueda sonar fuerte, pero que

intentaremos desarrollar: hay quienes lo

hacen para que las cosas cambien, y

quienes lo hacen para que todo siga

igual. Intentamos explicarnos.

La solidaridad es una respuesta

inmediata a necesidades inmediatas.

Pero lo que los medios masivos y el

poder político no reflejan es que –como

ya desarrollamos anteriormente en esta

publicación- esta catástrofe tiene

causas estructurales, que van más allá

de esta s i tuación par t icu lar. La

solidaridad de cientos de personas que

se movilizaron para dar respuesta a las

urgencias surgidas a raíz del temporal

demuestran una enorme capacidad de

autoorganización del pueblo, de manera

independiente del Estado. Asimismo,

refleja la existencia de un vínculo entre

los sectores populares que entendemos

que responde a una cuestión de clase,

a u n q u e m u c h a s v e c e s n o s e a

identificado de esta forma. Porque no

son lxs dominantes lxs que sufren las

peores consecuencias de esta tragedia,

ni de los males cotidianos que genera

este sistema, sino que somos nosotrxs,

lxs de abajo, lxs que las padecemos, y

también lxs que nos organizamos para

dar respuestas.

El problema es que, como decíamos, la

solidaridad es una cuestión de la

inmediatez, y como tal, tiene límites, ya

que no ataca a los problemas de fondo.

De esta manera, el hecho de que

distintas organizaciones sólo hablen de