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La etnobotánica de los grupos mocovíes de la reducción de San Javier en el Gran Ch durante el siglo XVII I Índice 1 Índice 3 Agradecimientos 5 Introducción Objetivos Marco teórico Hipótesis. Antecedentes Contexto fitogeográfico Los mocovíes Reducciones jesuitas en e C!aco meridiona Organi"ación de a tesis 24 Capítulo I. Materiales y métodos #$ Las fuentes La escritura jesuítica %auc&e' un jesuita de acá para aá Metodoogía de anáisis de as fuentes Los aportes de os estudios actuaes Otras cuestiones metodoógicas 4 Capítulo II. Identi!icaciones "ot#nicas 1$3 Capítulo III. %&acia all#'( los moco)íes de *an +a)ier o *an +a La reducción de (an )avier' *undación +ientos de cambio. Las transformaciones , resignificaciones de es )avier. 12, Capítulo I-. /as lom"rices siempre royentes0 Aspectos económicos de los moco)íes %rácticas económicas de (an )avier

Investigación de etnobotanica

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Trabajo sobre esta especialidad etnográfica.

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La etnobotnica de los grupos mocoves de la reduccin de San Javier en el Gran Chaco, durante el siglo XVIII

La etnobotnica de los grupos mocoves de la reduccin de San Javier en el Gran Chaco, durante el siglo XVIII

ndice

1ndice

3Agradecimientos

5Introduccin

Objetivos

Marco terico

Hiptesis.

Antecedentes

Contexto fitogeogrfico

Los mocoves

Reducciones jesuitas en el Chaco meridional

Organizacin de la tesis

24 Captulo I. Materiales y mtodos

25

Las fuentes

La escritura jesutica

Paucke: un jesuita de ac para all

Metodologa de anlisis de las fuentes

Los aportes de los estudios actuales

Otras cuestiones metodolgicas

47Captulo II. Identificaciones botnicas

103Captulo III. Hacia all: los mocoves de San Javier o San Javier de mocoves. La reduccin de San Javier: Fundacin

Vientos de cambio. Las transformaciones y resignificaciones del espacio en San Javier.

129Captulo IV. Las lombrices siempre royentes? Aspectos econmicos de los mocoves

Prcticas econmicas de San Javier

. La recoleccin

. La horticultura y la agricultura

. La caza

. La pesca

Las armas

. La ganadera y los animales domsticos

. Otras actividades econmicas

. Los intercambios

Las transformacionesen las actividades econmicas

163Captulo V. El indio voraz. La alimentacin sanjavierina

Panorama de la alimentacin en la reduccin

Obtencin y distribucin

Preparacin y Consumo Recipientes y utensilios

Tecnologa asociada a la preparacin

Preparacin

Formas de consumo

Almacenamiento

Perspectiva de encuentros y desencuentros: transformaciones y resignificaciones alimentarias

197Captulo VI. El Confluir Medicinal

Salud y enfermedad

El confluir medicinal

220Captulo VII. Las celebraciones reducidas

Las celebraciones indgenas en San Javier

Las transformaciones de las celebraciones dentro de la reduccin

244Para ac volvimos: Integracin de los resultados, discusin y consideraciones finales

264Bibliografa

Introduccin

Los indgenas americanos junto con los europeos e hispano-criollos entablaron relaciones de intecambio pacficas y hostiles entre s, lo que constituy un largo proceso de tensiones y negociaciones que se dieron en distintos mbitos de la vida social de estos actores. Este trabajo se desarrolla dentro del contexto de la evangelizacin a mano de una de las rdenes religiosas que vinieron a convertir a los indios infieles, los jesuitas. Nuestra mirada esta puesta en las resignificaciones que se dieron en el plano de las concepciones y las prcticas ligadas al entorno vegetal a partir de un caso concreto como es el de la primera reduccin de mocoves en la regin meridional del Gran Chaco.

El eje articulador de esta tesis es el anlisis de las transformaciones en las prcticas, los usos, los conocimientos y las significaciones de los mocoves en relacin con las plantas, producidos como consecuencia de los procesos de evangelizacin y misionalizacin operados en la rea de San Javier -provincia de Santa Fe- por los miembros de la Compaa de Jess, a partir de material documental proveniente de diferentes fuentes histricas, especialmente del misionero Paucke. Para ello se trabajar desde una doble perspectiva que incluye, en primer lugar, describir las particularidades que exhiben los usos, conocimientos y significaciones de los mocoves respecto a cada una de las entidades vegetales mencionadas en los distintos mbitos culturales tratados en las fuentes. En segunda instancia, se procura identificar los cambios en las prcticas y usos antes descriptos segn su comparacin con aquellos que caracterizaban su pasado seminmade cazador-recolector.

Con respecto a la interpretacin de las descripciones de las fuentes y a la identificacin de las transformaciones operadas, se procurar comprender, en cada uno de los mbitos culturales tratados (economa, medicina, alimentacin, celebraciones), el sesgo cultural implcito en la mirada de Paucke acerca de estas cuestiones, sus propias conceptualizacionesacerca de entorno vegetal, la modificaciones que estas sufrieron en el contextointeraccional con los mocoves,as como en funcin de sus contrastes y diferencias con la de los indgenas.

Las divisiones que se hacen con fines expositivos al describir las interacciones con el entorno vegetal en cada uno de los mbitos de la sociedad, se integrarn en las consideraciones finales al analizar como un todo la gravitacin de las concepciones globales acerca de la naturaleza y la sociedad de los mocoves y de los misioneros en el seno de las prcticas sociales, as como sus contraposiciones y diferencias entre ellas. Por un lado, los misioneros como portadores del imaginario occidental que los concibe como entidades separadas donde la naturaleza es un objeto a ser dominado por la cultura. Por el otro, la nocin acerca de que la naturaleza y la cultura no constituyen entidades separadas sino que formaban parte de un continuum donde los humanos y los no humanos estaban sometidos a las mismas reglas (Descola, 2004) la cual habra sido encarnada por los indgenas mocoves desde tiempos precolombinos.

Frente a este estado de situacin se plantean los siguientes problemticas: cules fueron las prcticas que los indgenas incorporaron? de qu modo se llevaron a cabo las incorporaciones? cules fueron las razones por las que los indgenas incorporaron algunas de ellas y no otras?cmo operaron las concepciones -indgena y misionera- sobre la relacin naturaleza-sociedad en cada uno de esos mbitos? cules fueron las resignificaciones que se produjeron en cada uno de los mbitos y qu modalidades operaron en cada uno de ellos? Se vislumbra algn tipo de sntesis en el interjuego planteado entre ambas concepciones de la naturaleza y la sociedad? En caso afirmativo, en qu aspectos de la vida social y bajo qu modalidades?

Objetivos

El objetivo principal de esta tesis es analizar las transformaciones en las prcticas, los usos, los conocimientos y las significaciones de los mocoves en relacin con su medio ambiente vegetal, a partir de la instalacin de estos grupos en la reduccin de San Javier, dentro de la jurisdiccin de la ciudad de Santa Fe.

Como objetivos especficos para cumplimentar este ltimo se procur:

- Identificar las especies botnicas utilizadas por los grupos mocoves de San Javier en el siglo XVIII a partir de la obra del misionero jesuita Florin Paucke;

- Documentar los usos y prcticas relacionadas con las plantas consigandas;

- Comparar estas informaciones con datos de otras fuentes histricas contemporneas y con trabajos sobre grupos mocoves actuales que permitan indagar sobre los usos, prcticas y significaciones de las plantas en el pasado.

- Interpretar los usos y significados de las especies vegetales dentro del contexto cultural donde ellos estn inmersos y entender los cambios en los usos y las percepciones en relacin con las nuevas lgicas misioneras y coloniales a la vez que con las estrategias utilizadas por los grupos mocoves dentro de este nuevo panorama.

Marco tericoPara cumplimentar estos objetivos consideramos pertinente enmarcarnos dentro de la etnobotnica ya que esta perspectiva nos permite, por un lado, identificar cientficamente las relaciones que los grupos mocoves establecieron con su entorno vegetal en un espacio y momento determinados y, por el otro, analizar los procesos de transformacin sufridos en dichas interacciones en funcin del entorno natural y social actuante. Al mismo tiempo, nos posibilita comprender la percepcin que los seres humanos tienen sobre su ambiente natural as como los conocimientos, las prcticas, los usos y las significaciones que estos poseen de las plantas en los diversos mbitos de la vida social. Ya que al estudiar la relacin entre los seres humanos y su entorno vegetal se enriquece el conocimiento de otros aspectos de la sociedad tales como la organizacin social, la economa, la ideologa, las relaciones de gnero, entre otros, este estudio se enmarca tanto dentro de la disciplina etnobotnica como de la etnohistoria. Esta denominacin implica una historia con sus mtodos y sus fuentes similares a los que utilizan otros especialistas, pero acompaada de una reflexin antropolgica. Esta es indispensable para comprender otras maneras de pensar y de actuar, principalmente en el estudio de sociedades indgenas, as como para entender los procesos vividos por dichos pueblos desde sus propias categoras. Este enfoque nos permite una renovacin en los estudios sobre las relaciones establecidas entre los hispano-criollos y los indgenas, al puntualizar sobre las estrategias que desplegaron los grupos mocoves dentro del contexto misional.

Hiptesis

La misionalizacin entre los mocoves de San Javier produjo profundas transformaciones en su forma de relacionarse con su entorno vegetal. Estos cambios en los usos, prcticas y significaciones se debieron a que las plantas representaban elementos cruciales en la vida de indgenas y sacerdotes, al mismo tiempo que cruzaban, en algunos casos, mbitos ligados a concepciones contrapuestas dentro de este contexto (econmico, ritual). Estas se dieron en distintos planos, consideramos que:

- A nivel de las prcticas, conocimientos y significados incorporados en los distintos mbitos de la sociedad asociados con las plantas que fueron introducidas por los misioneros incluidos sus fitnimos y usos. Concretamente, este nivel abarcara el uso del espacio en relacin con el cambio en los patrones de movilidad y territorialidad hacia un mayor sedentarismo, las prcticas econmicas impulsadas por los sacerdotes como la agricultura y la ganadera as como los espacios rituales -cuyo ejemplo estara dado por las fiestas patronales-.

- A nivel de las prcticas, conocimientos y significados de las prcticas histricas de los indgenas que fueron excluidas o desvalorizadas por los misioneros; con la consiguiente diversidad de especies vegetales silvestres que dejaron de utilizarse o se utilizaron en menor medida. Especficamente dichas prcticas estaran relacionadas con la medicina chamnica, las celebraciones tradicionales -donde se consuman bebidas fermentadas- as como con las prcticas de caza y recoleccin.

- A nivel de las prcticas, conocimientos y significados de aquellas prcticas y conocimientos histricas de los indgenas que fueron mantenidas por los misioneros europeos pero re-significadas y los cambios en los usos y significaciones de plantas silvestres histricamente empleadas por los indgenas. Suponemos que un ejemplo de esto lo constituyen, fundamentalmente, la alimentacin y la medicina practicada en la reduccin aunque tambin las prcticas de ebanistera y construccin de viviendas.

Antecedentes

Como mencionamos anteriormente, la problemtica en cuestin se aborda principalmente desde el marco conceptual de la disciplina etnobotnica, la cual se ocupa del estudio de las interrelaciones entre un grupo humano y su entorno vegetal. Trabajos desde esta perspectiva pero centralizados en las fuentes histricas, no han sido abordados exhaustivamente en Argentina, por lo que existe un enorme vaco al respecto. Un trabajo que se acerca a dicha temtica es el de Pastor Arenas (1997) donde menciona la importancia de diversas fuentes para el estudio etnobotnico en la regin chaquea. Entre ellas refiere a las obras de varios jesuitas entre las que incluye a Florian Paucke, fuente para para la cual menciona aproximadamente 130 plantas. Asimismo, otro trabajo del mencionado autor (Arenas, 2004b) indaga tambin sobre los vegetales utilizados empleados para realizar tatuajes entre diferentes etnias del Gran Chaco, tanto en las informaciones de fuentes bibliogrficas entre ellas histricas- as como en las obtenidas en su propio trabajo de campo. Tambin encontramos referencias a fuentes histricas en trabajos arqueobotnicos como los de Ayln Capparelli et al. (2005, 2006), que analizan ambos tipos de registros para el noroeste argentino. Asimismo, en la compilacin En los tres reinos: prcticas de la recoleccin en el Cono Sur de Amrica, se destacan los trabajos de Patricia Vuoto (1999) y Vuoto et al. (1999) quienes tambin indagan sobre las fuentes jesuitas referidas a los grupos guaycures (tobas, abipones y mocoves). Vuoto (1999) compara los fitnimos tobas que ella compil en Misin Tacaagl y Colonia La Primavera (Formosa) con los designados en la bibliografa sobre otras comunidades tobas y guaycures (dentro de esta familia junto a los tobas se encuentran los mocoves, abipones, mbays-caduveos, payagus y pilags). Dentro de esta comparacin bibliogrfica refiere a algunos fitnimos que figuran en la obra de Paucke y Dobrizhoffer. En el artculo de Vuoto et al. (1999), los autores analizan la recoleccin de productos de origen vegetal, animal y mineral que practicaban los abipones antes y despus de su asentamiento en las reducciones jesuitas a partir de la obra de Dobrizhoffer.

Un acercamiento a esta temtica para los mocoves concretamente, han sido los aportes de Agustn Zapata Golln (1944, 1945) que, sin embargo, no constituyen estudios etnobotnicos histricos propiamente dichos. En uno de ellos (1944) trata precisamente el tema de la flora y tambin la fauna- de Santa Fe a partir de las primeras crnicas; entre ellas, la obra de Florin Paucke. Su contribucin fundamental es la informacin que brinda sobre la identificacin de algunas especies que aparecen en las fuentes y sobre algunos tipos de usos de las plantas de la regin (alimentacin, medicina, intercambio, etc); al mismo tiempo que permite una aproximacin a la flora de reas prximas a la reduccin de San Javier en base a escritos histricos temporalmente cercanos al escrito del jesuita. La otra publicacin (Zapata Golln, 1945) es una comparacin de los nombres en mocov de flora y fauna contemporneos al autor con los de la obra de Paucke, junto con una identificacin tentativa de las especies mencionadas. Interesante tambin ha sido el aporte de Chiri (1975) en su trabajo sobre el empleo de maderas a partir de fuentes histricas, en el que hace mencin a los escritos del misionero. Asimismo, se encuentra un atisbo de investigacin etnobotnica sobre sociedades del pasado en un trabajo de Ral Martnez-Crovetto (1968a) sobre los juegos de los mocoves, donde contrasta los que l observa en ese momento y los que se mencionan en diversas fuentes histricas de la regin.

Dada la falta de estudios de este tipo para los mocoves, se han desarrollado investigaciones propias, elaboradas en el marco de la formacin doctoral, que han quedado plasmadas en anlisis etnobotnicos realizados a partir de escritos histricos. En estos artculos (Rosso 2007, 2008), se han abordado cuestiones como los cambios que los mocoves asentados en la reduccin de San Javier experimentaron en su relacin con el entorno vegetal, en particular, las transformaciones en los usos y prcticas vinculadas a algunas plantas. En el primer trabajo, se plantean las modificaciones en las celebraciones asociadas al consumo de bebidas alcohlicas, a partir del intento de los jesuitas de reemplazar las mismas por la ingesta de yerba mate. El segundo artculo, se centra bsicamente en cuestiones relacionadas con las plantas alimenticias obtenidas mediante actividades recolectoras, hortcolas y/o agrcolas. Se analizan cules fueron estas variaciones, en qu grado se produjeron, cules especies continuaron utilizndose de la misma manera y cules cambiaron, si algunas de ellas dejaron de usarse, cules fueron los vegetales introducidos por el contacto con los jesuitas, qu estrategias utilizaron los sacerdotes para implementar nuevas actividades y cmo se resignificaron los usos y las prcticas. Luego, en un trabajo posterior (Rosso, 2009) intentamos una aproximacin a las transformaciones en los diferentes mbitos culturales de la etnobotnica mocov en la reduccin de San Javier continuando con la mirada desde de la etnobotnica histrica. Planteamos distintas categoras de uso (alimentacin, medicina, construccin, cuidado personal, etc.) e indagamos sobre los cambios que se produjeron en las mismas. Si bien esto comporta un avance en la problemtica realizado en el marco de la investigacin que dio como resultado esta investigacin- todava quedan varios aspectos por tratar de las relaciones entre los mocoves y las plantas algunos de ellos abordaremos en esta tesis.Al mismo tiempo, tambin existe una ausencia significativa de estudios que indaguen en la etnobotnica de las actuales comunidades mocoves, ya que solamente se cuenta con las investigaciones de Martnez-Crovetto (1968a, 1968b, 1968c), cuya importancia radica en constituir el principal antecedente en trabajos de este tipo. Sin embargo, dichos artculos hacen referencia a las poblaciones contemporneas al autor en la dcada de 1960-70 y las informaciones que aporta sobre la etnobotnica de los grupos son bastante escasas. El primero de ellos (1968a) es, el mencionado anteriormente, donde compara los juegos actuales e histricos de los mocoves. El segundo (1968b), hace una descripcin general de la situacin de las tribus mocoves del Chaco en ese momento. En el siguiente (1968c) efecta solo un anlisis cuantitativo elemental respecto a los usos y especies vegetales tanto de los mocoves como de los guaran-mbi, los toba-takshk y los vilela comparando los conocimientos florsticos y fito-tecnolgicos (medicinales, alimenticios, ceremoniales, instrumentales, ictiotxicos, etc.) de los distintos grupos. Tambin proporciona las contribuciones porcentuales de las especies empleadas en cada una de las categoras antedichas en relacin con el total de especies utilizadas por cada grupo. Al respecto, seala que los mocoves utilizan un total de 227 especies vegetales principalmente como medicinas (55 %) y como alimentos (32 %). Sin embargo, el autor no especifica ni las identidades de las plantas usadas ni sus aplicaciones especficas (ni para las otras consideradas), as como tampoco los conocimientos florsticos de cada grupo (es decir, su fitonimia). Seala en lneas generales solo la estructura lingstica de los fitnimos tanto de las plantas silvestres como de las cultivadas, y nicamente explicita los nombres de estas ltimas. A este respecto hemos compilado y analizado un total de 58 fitnimos de la flora leosa en un primer acercamiento a la etnobotnica mocov actual de las comunidades del sudoeste chaqueo (Rosso, 2010).

De suma importancia para comprender los procesos de cambios que se fueron produciendo en la etapa de las reducciones jesuticas en la regin del Chaco son los trabajos de Branislava Susnik (1971, 1972, 1981), Beatriz Vitar (1997, 2001, 2004), Daniel Santamara (1998, 2007), Carlos Paz (2000, 2003, 2007b, 2009), Carlos Paz & Luis Soria (2003), Florencia Nesis (2005), Carina Lucaioli (2005, 2011) y de Lucaioli & Nesis (2007). Los escritos de Susnik, Vitar, Paz y Santamara analizan diferentes aspectos de los indgenas del rea; mientras que las investigaciones de Nesis y Lucaioli se centran en grupos especficos, la primera autora en los mocoves, la segunda en los abipones; mientras que el trabajo conjunto de ambas autoras se centra en analizar la ganadera en las reducciones jesuitas de ambos grupos indgenas. Susnik (1971, 1972, 1981) elabora un panorama histrico general de la zona chaquea donde, no obstante, son tenidas en cuenta las diferencias existentes entre los diversos grupos tnicos. Segn esta autora estos seran poseedores de un ethos propio que se fue desintegrando a medida que avanzaba la relacin con la sociedad hispano-criolla. Vitar (1997) analiza la situacin de las reducciones en cuanto a su relacin como lugares de frontera de la gobernacin del Tucumn. En un trabajo posterior (Vitar, 2001) explora la relacin del concepto del demonio dentro del mbito reduccional, mientras que en otra publicacin (Vitar, 2004) indaga los cambios que se produjeron en los roles de las mujeres chaqueas a partir de la instalacin en reducciones, quienes entre otras tareas, eran tradicionalmente las encargadas de la recoleccin de los vegetales y luego pasaron a dominar la produccin textil. Tanto Paz (2000, 2003), Paz & Soria (2003) como Santamara (1998, 2007), incorporan el escenario ecolgico como una variable ms en el marco de sus anlisis sobre determinados aspectos de la vida de estos grupos (econmicas, demogrficas, sociales, etc.); al mismo tiempo, que indagan en las transformaciones econmicas y polticas que se fueron produciendo en el siglo XVIII. Paz (2003, 2007b) analiza el tema de la movilidad y la espacialidad; adems, conviene sealar que en el primero de estos trabajos estudia los procesos productivos junto con la relacin que existe entre stos y el ambiente. El autor en un trabajo posterior (Paz, 2009) analiza las transformaciones sociales y econmicas que se produjeron a partir de la misionalizacin jesuitca. Nesis (2005) brinda una perspectiva general sobre la etnohistoria de los mocoves del siglo XVIII, intentando dilucidar cules fueron los cambios que se produjeron en ellos luego del contacto con los espaoles, con la sociedad hispano-criolla y con las reducciones; adems de plantear un acercamiento a la problemtica de las identidades tnicas. Asimismo, menciona algunas transformaciones en los usos de vegetales, por ejemplo, hace referencia a un proceso de intensificacin en la utilizacin de los recursos alimenticios que habra ocurrido a principios de dicho siglo como una forma de responder a las posibles situaciones de escasez; tambin realiza un aporte al estudio sobre la agricultura dentro de la reduccin. A pesar de todas estas referencias, las relaciones entre humanos y plantas no han sido abordadas de manera exhaustiva a lo largo de los trabajos mencionados.

Del mismo modo, los estudios sobre mocoves actuales aportan datos importantes para comprender la relacin entre los grupos con su entorno vegetal y los cambios que se dan a lo largo del tiempo en diferentes contextos histrico-sociales. Entre ellos se encuentran los trabajos etnogrficos de Alfred Mtraux (1944, 1946, [1946] 1996), Branislava Susnik (1983) y Buenaventura Tern (1998a); los estudios folclricos de Flry; y las investigaciones etnoastronmicas de Gimnez Bentez et al. (2006) y de Alejandro Lpez (2007, 2009a); as como los trabajos etnobotnicos propios (Rosso, 2010). Mtraux realiza descripciones sobre algunos usos y las prcticas de los grupos chaqueos con respecto a los vegetales, aunque sin especificar la identidad botnica de los mismos. Susnik (1983) efecta un estudio diacrnico sobre el ciclo vital y la estructura social de los indgenas del Paraguay, entre los que se encuentran los grupos chaqueos. All analiza prcticas abortivas, tabes alimenticios pre y post-natales, ritos de pubertad, actitudes ante la enfermedad y la muerte, costumbres matrimoniales de los grupos mocoves contemporneos e histricos, as como ciertas cuestiones de la organizacin social. Buenaventura Tern (1998a) indaga sobre los significados asociados a algunas especies vegetales y su relacin con el tiempo cclico y el cambio de ao. El trabajo folclrico de Flry (1945) contiene algunos datos sobre las leyendas mocoves de algunas especies vegetales (el rbol de la sal, la planta dulce y el rbol del fuego) sobre las que se desconoce su identidad botnica. Por ltimo, las investigaciones provenientes de la etnoastronoma de Gimnez Bentez, Lpez y Granada (2006) abordan la articulacin del sol y la luna con los conceptos sobre el espacio, el tiempo, los ciclos temporales, la abundancia y el poder, cuestiones que estn muy relacionadas con las especies vegetales, sus ciclos y los significados que poseen para los grupos mocoves actuales. Lpez (2007, 2009) analiza la construccin de categoras tales como lo natural, la naturaleza, alimentos naturaleza en los mocoves del Chaco; tambin observa la relacin que existe entre los alimentos mencionados y la esfera celeste. Asimismo, Lpez (2009) indaga sobre la idea del rbol del mundo -asociado al mistol o al omb- que une distintos niveles del cosmos mocov y sobre el ciclo anual mocov. Los trabajos provenientes del folclore as como de la etnoastronoma pueden proporcionar indicios para comprender algunos significados asociados a las especies vegetales, que pudieron haber presentado caractersticas similares en el pasado.

Estudios etnobotnicos sobre comunidades mocoves actuales que hemos llevado a cabo aunque permanecen inditos, podran ayudar a dilucidar las cuestiones de usos, prcticas y significaciones de las especies vegetales por parte de los mocoves de la reduccin de San Javier en el perodo reduccional.

En suma, si bien existe cuantiosa bibliografa en la cual se han estudiado las transformaciones que se dieron a partir del establecimiento de las reducciones de la Compaa de Jess en la regin chaquea y algunos trabajos especficamente sobre los cambios que se dieron en las poblaciones indgenas - entre ellas los mocoves-, la mayora de los autores no ha abordado el tema desde una perspectiva que analice puntualmente las modificaciones que se produjeron en la relacin de los distintos grupos tnicos con su ambiente vegetal en el perodo reduccional. Hasta la actualidad, los estudios etnobotnicos histricos han sido casi inexistentes, encontrando slo atisbos de este tipo de investigacin en escasas publicaciones etnobotnicas o histricas de las dcadas del 40 y 60 ya mencionadas. En los ltimos aos, se ha intentado revertir esta situacin con algunos trabajos enfocados desde la perspectiva etnobotnica, los cuales estuvieron centrados en los mocoves de San Javier durante el perodo reduccional jesuita (Rosso, 2009). Estos artculos se han focalizado en algunos cambios que se dieron a partir del asentamiento en las reducciones, como el uso de la yerba mate utilizada como estrategia por parte de los sacerdotes jesuitas para reemplazar el consumo de bebidas alcohlicas, as como en las modificaciones y continuidades que se produjeron en la utilizacin de las plantas alimenticias dentro del mbito misional. Sin embargo, dada la multiplicidad de aspectos que abarcan las relaciones humanos-plantas todava quedan varias cuestiones a indagar. Al mismo tiempo, los estudios etnobotnicos de mocoves actuales, que podran resultar tiles para la identificacin de las plantas, sus usos y sus significaciones, se reducen a los trabajos pioneros de Martnez-Crovetto de los aos 60 y al trabajo propio publicado recientemente (Rosso, 2010). Algunos aspectos que seran tiles para dilucidar cuestiones etnobotnicas podran encontrarse en los trabajos folclricos, etnogrficos y etnoastronmicos mencionados, aunque obviamente enfocados desde dichas perspectivas de anlisis. Por esta razn, es necesario ahondar en las fuentes histricas desde un abordaje etnobotnico.

Contexto fitogeogrfico

Los mocoves, segn fuentes histricas, habitaban el extremo sudeste del Gran Chaco. La regin donde resida este grupo tnico corresponde al Chaco Hmedo, una regin subtropical con una temperatura media anual de entre 20 a 23C (Cabrera &Willink 1980; Gorleri 2005) y cuyas precipitaciones oscilan entre los 800 y los 1200 mm. Desde el punto de vista fitogeogrfico pertenece al distrito Oriental de la provincia del Chaco; su vegetacin corresponde al bosque xerfilo caducifolio, con un estrato herbceo de gramneas, cactceas y bromeliceas terrestres; palmares, sabanas y estepas arbustivas halfilas tambin estn presentes. Las especies arbreas ms frecuentes son el quebracho colorado chaqueo (Schinopsis balansae Engl.), por lo general asociado con quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco Schltdl.), guayacn (Caesalpinia paraguariensis (D. Parodi) Burkart), mistol (Ziziphus mistol Griseb.), brea (Cercidium praecox (Ruiz & Pav. Ex Hook.) Harms), yuchn (Ceiba chodatii (Hassl.) Ravenna), guayaib (Patagonula americana L.), lapacho (Handroanthus impetiginosus (Mart. ex D.C.) Mattos), y diversas especies de algarrobos (Propopis spp.), entre otras. Frecuentemente se encuentran las cactceas Opuntia quimilo K. Schum.y Stetsonia coryne (Salm-Dyck) Britton & Rose, entre otras (Cabrera & Willink 1980).

Durante el siglo XVIII, los grupos mocoves, se volcaron en mayor medida hacia las mrgenes del ro Paran. La vegetacin de dicha zona es sustancialmente diferente a la del Chaco y forma parte de un mosaico de formaciones ecolgicas cuya distribucin regional se expresa en forma de franjas paralelas al ro. Desde el ro Paran hacia el oeste se pueden enumerar: a) La vegetacin riberea de la planicie de inundacin del ro Paran ubicada sobre albardones, madrejones y baados. Involucra formaciones arbreas que colonizan las playas (sauzales de Salix humboldtiana Willd. y bobadales de Tessaria integrifolia Ruiz & Parv.) o que vegetan sobre albardones (bosques en galera); as como por vegetacin herbcea de los baados representada en su mayora por gramneas (Hymenachne grumosa (Nees) Zuloaga, Echinochloa polystachya (Kunth) Hitchc., Panicum elephantipes Nees ex Trin.) y pleustfitos (Pistia stratiotes L., Eichhornia azurea (Sw.) Kunth, etc.); b) La zona del Dorsal Oriental presenta relictos de palmares de yatay (Butia yatay (Mart.) Becc.) y humedales que incluyen pajonales con palmares de Copernicia alba Morong. c) La Cua boscosa santafesina, que presenta alternancia entre esteros, palmares de C. alba y bosques de quebrachales, as como abundancia de cactceas (S. coryne, O. quimilo, entre otras); y en el extremo oeste d) Los Bajos Submeridionales, zonas de inundacin y humedales. Predominan los pastizales de Spartina spartinae (Trin.) Merr. ex Hitchc., y en menor medida palmares y vegetacin acutica. Este escenario ecolgico dominado por una diversidad de microsistemas gener percepciones y relaciones particulares por parte de los grupos que interactuaban con el mismo. De este territorio los indgenas de la regin obtenan mltiples recursos con fines de subsistencia (alimenticios, medicinales, mgico-religiosos, etc.).

Los mocoves

Los mocoves conformaban bandas exgamas relacionadas entre s por relaciones de parentesco y alianza, stas se fisionaban durante el perodo invernal- y fusionaban durante la estacin clida- conformando los distintos momentos del ciclo anual. En otras palabras estas bandas consistan en un nmero variable de familias extensas emparentadas que convivan en un grupo local y se desplazaban regularmente sobre un territorio, al mismo tiempo que establecan relaciones de alianza, constituyendo unidades mayores conocidas como tribus, pueblos o naciones (Braunstein, 1983, 2006, 2008). Al mismo tiempo, la residencia de estas bandas era uxorilocal siguiendo una de las nicas reglas positivas dentro del parentesco chaqueo (Bossert et al., 2009). Con respecto a la organizacin poltica la misma estaba en consonancia con su organizacin social ya que el aspecto flexible de la organizacin social era el que otorgaba efectividad a las unidades polticas debido a que permita su segmentacin en unidades menores o su fusin en grupos mayores (Luacioli, 2011). Los lderes tenan funciones en cuanto a las alianzas polticas y las acciones blicas que estaban basadas en su capacidad (carisma, oratoria, generosidad) para obtener el consenso del resto de los individuos. Algunas de estas caractersticas eran compartidas por otras sociedades indgenas que habitaban la regin chaquea (abipones, tobas, mbays, payagus) y, con los cuales, los mocoves establecan relaciones de enemistad y alianza que variaban segn las coyunturas histricas.

Con respecto a la cosmovisin mocov, el mundo estaba formado por distintos planos o capa, el central ('laua, la tierra) se corresponda al lugar donde residan los mocoves mientras que el plano superior (ypiquem, el cielo) estaba habitado por Qotaa o Cota (dueo de la regin celeste) y las Plyades, entre otros moradores (Lpez, 2009). Estas capas se interconectaban por medio de un rbol eje del mundo- que posteriormente fue destruido (Lpez, 2009). Esto se asocia a la concepcin de que los diversos mbitos estaban habitados por seres no humanos como los dueos de las especies animales y vegetales, quienes regulaban las distintas actividades llevadas a cabo en estos espacios (Tern, 1998; Tomasini, 1999).

Reducciones jesuitas en el Chaco meridional

La Compaa de Jess fue una de las tantas rdenes religiosas que misionaron en el Nuevo continente, siendo una de las ms tardas en llegar a estas tierras (Santos, 1992). Una de las formas de misionar fue la creacin de espacios misionales donde se asentaban grupos indgenas bajo la administracin de dos o tres misioneros y que en teora deba autoabastecerse. Estas reducciones americanas forman parte del proceso de occidentalizacin, definido como la importacin de un modo de vida occidental a Amrica (Gruzinski, 2007). La misma estuvo caracterizada por la transferencia ultramarina de los imaginarios e instituciones del Viejo Mundo. Esta introduccin se realizaba bsicamente a partir de la duplicacin de estas ltimas cuestiones en las tierras americanas. Al mismo tiempo, este proceso fue acompaado por una poltica de uniformacin de las lenguas y de la ley. La integracin poltica de los pueblos indios exiga su cristianizacin, pues la fe proporcionaba el nico denominador comn de los sujetos (Gruzinski 2007: 112). Por ello, la cristianizacin fue uno de los eslabones esenciales de la occidentalizacin, constituyendo el accionar de la Iglesia Catlica uno de estos medios de dominacin introducido en el Nuevo Continente por Europa. Para llevar a cabo la evangelizacin, que es parte del mencionado proceso de occidentalizacin, se necesitaba que los indgenas renunciaran a muchas prcticas y creencias que posean, lo que no result como los europeos esperaban sino que estos espacios de contacto produjeron resignificaciones que dieron lugar a nuevas representaciones y prcticas.

Otro concepto de importancia al analizar la vida en las misiones es la idea de conversin. En algunos casos evangelizacin y conversin parecen haberse utilizado como sinnimos haciendo referencia a un mismo proceso (Vitar, 2001; Nicoletti, 2004; entre otros). Segn Guillermo Wilde (2009: 38) el concepto de conversin supera la limitacin tradicional del trmino evangelizacin, relacionado exclusivamente con la prdica unilateral de las escrituras por parte de un puado de religiosos. Wilde relaciona la conversin con los nuevos regmenes de temporalidad, espacialidad y corporalidad ligados a una idea de civismo que se intentaba imponer. Consideramos que la definicin de Gruziski que mencionamos en el prrafo anterior muestra que ese proceso de evangelizacin es parte de un fenmeno mayor que no tiene que ver solo con la religin sino que abarca los aspectos mencionados por Wilde. Estamos de acuerdo con este autor como con otros investigadores como Bohn Martins (1997, 2006), Dvilo (1998), entre otros- en que los jesuitas intentaron cambiar aspectos ligados a concepciones de tiempo, espacio y cuerpo. Sin embargo, los jesuitas intentaron abordar estos aspectos desde lo religioso; no debemos olvidar que evangelizar lleva implcito el convertir al otro en base a las normas escritas en el Evangelio, que es en parte un cdigo de reglas sobre la conducta humana. Si bien el vocablo conversin es el que figura en la traduccin de la obra de Paucke, creemos que ambos trminos dan cuenta de un proceso que abarca aspectos ms amplios que la religin, por lo que utilizaremos ambas palabras, en especial, si hacemos referencia al trabajo de otros autores mantendremos la palabra utilizada por cada uno de ellos.

La creacin de la provincia jesutica del Paraguay se debi al General de la Orden, Claudio Aquaviva, quien la haba concebido ya en 1604 pero su concrecin efectiva se realiz tres aos ms tarde. Esta regin fue conocida como Paracuaria abarcaba las entonces regiones de Paraguay, Tucumn, Buenos Aires y Chile, nombre que figura recurrentemente utilizado en las fuentes con las cuales trabajamos. Una de las instituciones de suma importancia para la Compaa eran los Colegios que en esta regin se fundaron entre 1611 y 1620, gracias a las donaciones recibidas, en las ciudades de Crdoba, San Miguel de Tucumn, Santiago del Estero, Santa Fe, Buenos Aires, Asuncin y Mendoza (Mrner, 2000).

Si bien para los europeos el imponer una nueva fe constituy un proceso paralelo de extirpar las creencias antiguas; este paralelismo, en la prctica, se solucion en un constante juego de adaptaciones y sustituciones (Santamara 1994). Desde el punto de vista indgena, como menciona Wilde (2009: 38), este proceso no implicaba un dualismo excluyente, ya que se alternaban principios de inclusin y exclusin de elementos externos.

Varias fueron las estrategias que utilizaron los misioneros para intentar llevar a cabo su objetivo. A pesar de las diferencias debidas a las necesidades de cada lugar y a las cuestiones que se iban suscitando, los jesuitas utilizaron algunas tcnicas de conversin generales como el uso de las lenguas nativas en la catequesis que posibilitaban una llegada ms rpida del mensaje evanglico a los indgenas; el arte y la msica que permitan reconstruir la atmsfera ritual; las solemnidades y las liturgias utilizadas para impresionar al nefito y predisponerlo al cambio religioso; as como la confesin, que evidencia el control social y personal que los jesuitas intentaban ejercer (Santamara 1994: 123).

Si bien existieron acercamientos previos con los guaycures -entre ellos los mocoves- anteriores al siglo XVIII (Baravalle & Font, 2006), fue durante esta centuria que se fundaron misiones jesuitas entre dichos grupos. Esto fue parte de las diversas estrategias (como las entradas punitivas) que se implementaron para dominar a los indgenas chaqueos por lo que comenzaron a asentarse reducciones jesuitas a lo largo de dos ejes, uno constituido por los ros Paraguay y Paran y, el otro, por los ros Dulce y Salado. Sin embargo, el proceso de fundacin tuvo que ver con una coyuntura histrica que hizo posible la existencia de estas misiones al confluir los intereses de los indgenas, los hispano-criollos y los jesuitas.

Nos adentramos, entonces, en la misin, rea por dems estudiada en el continente americano y en el rea chaquea en particular. La reduccin constituy un espacio abierto que les proporcion tanto a los indgenas, a los sacerdotes como a los hispano-criollos la conformacin de nuevas actividades productivas, la posibilidad de nuevos intercambios o fortalecimiento de los ya existente as como represent un lugar de resignificaciones en diversos mbitos, por mencionar solo algunos aspectos de la misma. Con esto no queremos ponderar los beneficios de la reduccin sino que con esta reflexin comenzamos un recorrido sinuoso sobre un espacio que en realidad fue una zona de conflicto, tensiones y negociaciones.

Organizacin de la tesis

Para abordar la problemtica planteada al incio de este acpite, los captulos se organizaron de la siguiente manera: una primera parte donde partimos del panorama de San Javier ante las problemticas planteadas en cada uno de ellos (espacio, territorialidad, movilidad, prcticas econmicas, alimentacin, medicina, celebraciones) para en la segunda parte analizar las transformaciones observadas, en algunos casos a partir de inferencias. En esta segunda instancia se confrontan las concepciones y prcticas de los jesuitas con las de los indgenas para observar las resignificaciones que se dieron en el espacio de la reduccin. Debemos tener presente que las ideas y prcticas de los indgenas surgen a partir de nuestra interpretacin realizada a partir de la dilucidacin que intenta ir ms all de la mirada que estos religiosos tenan sobre las concepciones y prcticas nativas.

El Captulo I profundiza en los aspectos metodolgicos de la investigacin mencionados brevemente en la introduccin. Se describen las fuentes utilizadas y se justifica la utilizacin de una fuente principal, la obra del misionero Florin Paucke, para indagar sobre la etnobotnica mocov. Se realiza un anlisis sobre la vida y la obra de Paucke as como de los trabajos que se han escrito sobre estas cuestiones. Asimismo, se justifica el uso de informacin etnogrfica y etnobotnica actual para dar luz a cuestiones sobre usos, prcticas, significados de los elementos del entorno vegetal que no resultan claras en las fuentes, al tiempo que se sealan antecedentes sobre este tipo de metodologa.

En el Captulo II se explicitan los criterios seguidos en el proceso de dilucidacin de las identidades botnicas de cada una de las plantas mencionadas en las fuentes, distinguiendo diferentes grados de precisin alcanzados a lo largo de dicho proceso.

El Captulo III parte de una descripcin del espacio de la reduccin de San Javier. Para dar cuenta de las transformaciones que se dieron en este mbito tomamos en cuenta las concepciones y las prcticas tanto de los sacerdotes y de los indgenas para comprender las variaciones en la territorialidad y la movilidad de stos ltimos a partir del asentamiento en la misin.

El Captulo IV analiza las prcticas econmicas que se desarrollaron dentro del mbito misional (recoleccin, caza, pesca, horticultura, agricultura, ganaderas, intercambios y las nuevas actividades), para luego indagar en las resignificaciones de las actividades tradicionales (superposicin de ciclos, cambios en las tareas asignadas en cuanto a edad y gnero) impulsadas por el intento de utilizar el trabajo para crear un tiempo nuevo.

El Captulo V realiza un recorrido por las fases de la alimentacin vegetal (obtencin, distribucin, preparacin, consumo, descarte de alimento, almacenamiento) y animal- en San Javier para luego discutir las transformaciones que se dieron dentro de este contexto. Se indagan cules eran las concepciones y las prcticas de los indgenas y de los jesuitas para comprender cul fue el resultado de la interaccin de ambos actores dentro del espacio misional en cuanto al mbito de la alimentacin.

El Captulo VI analiza las distintas medicinas que confluyeron en la misin prestando especial atencin a la utilizacin teraputica de especies vegetales para comprender cules fueron las transformaciones que se dieron dentro de este mbito. La medicina fue un punto crucial en el intento evangelizador de los misioneros ya que la accin chamnica en este mbito desafiaba el orden propuesto por los jesuitas y generaba una tensin entre los encargados de restablecer la salud en la misin.

El Captulo VII indaga las celebraciones tradicionales llevadas a cabo en San Javier considerando las especies vegetales involucradas en las mismas (bebidas fermentadas, pinturas corporales y faciales, tatuajes, instrumentos musicales) y se analizan las resignificaciones que provocaron los esfuerzos de los jesuitas por lograr asentar una fiesta reducida.

Finalmente, en la discusin y consideraciones finales, primero retomamos una breve discusin sobre las identificaciones botnicas para luego dedicarnos a recapitular y unir lo que debimos separar en un afn analtico, es decir, analizar en conjunto las concepciones, los usos y las prcticas sobre el entorno vegetal que entraron en disputas y conflictos en este espacio y provocaron resignificaciones en los diversos mbitos de la sociedad mocov.Para ac volvimos: Integracin de los resultados, discusin y consideraciones finales

Este captulo incluye un anlisis integral del rol de las plantas en la reduccin, una discusin integral de las transformaciones acaecidas en su seno, as como una breve conclusin.Anlisis y discusin integral de los resultados

El rol de las plantas en la reduccin: Diversidad vegetal, usos y conocimientos

La aplicacin de una metodologa que cruza la etnobotnica histrica as como la etnohistoria permiti develar algunas de las transformaciones que se produjeron en torno al uso, las prcticas y las significaciones de los mocoves de San Javier en cuanto a las especies vegetales, por lo cual consideramos importante detenernos a indicar algunas cuestiones sobre las identificaciones botnicas que figuran en esta investigacin.

En cumplimiento de los objetivos pautados al comienzo de esta tesis se pudieron distinguir un total de 133 etnoespecies utilizadas dentro del contexto de la reduccin de San Javier, tal como hemos explicitado en el Captulo II. Segn los criterios establecidos en dicho captulo, el 60% de stas (79 etnoespecies) pudieron identificarse con una alta precisin, 14% (19) con un nivel medio de precisin el 26% restante de las plantas mencionadas (35 etnoespecies) no pudieron ser identificadas ya sea porque tanto Paucke como Canelas consignaron slo el nombre vulgar sin ninguna descripcin que pudiera guiarnos en su identificacin o debido a que el nombre vulgar hace referencia a especies de distintos gneros y familias. A pesar de las confusiones presentadas en algunos casos tales como el del guayacn y el del palo santo- o en la falta de concordancia respecto a la planta aludida entre su nombre vulgar y su iconografa (nettaguie), nos parece importante destacar que casi las tres cuartas partes (73 %) de las especies que aparecen descriptas por Paucke y Canelas han sido identificadas. Gran parte de estas pudieron ser determinadas gracias a la descripcin y a la iconografa presentes en Hacia all y para ac, as como por la presencia del nombre vulgar criollo y/o mocov que permiti el cruce con otras informaciones provenientes de fuentes histricas y/o etnobotnicas. Al mismo tiempo, en algunos casos nos fueron de utilidad los antecedentes de determinaciones botnicas consignados por Wernicke y Zapata Golln. Esto se debi a que algunas especies (Geoffroea decorticans, Erytrhina crista-galli, Prosopis alba, Phytolacca dioica, etc.) poseen caractersticas morfolgicas sumamente particulares que permitieron su fcil determinacin. Se coincidi en la identificacin de 20 especies con (de un total de 82) Wernicke (Paucke, 1942-1944) y de 19 (de un total de 45) con Zapata Golln (1946).

En la Tabla 9 se sintetizan los datos respecto al rol de las plantas en cada una de las categoras de uso identificadas en los mbitos socio-culturales antalizados en esta tesis, en trminos de frecuencia absoluta y relativa de etnoespecies y de aplicaciones especficas.

Tabla 9. Categoras de uso y aplicaciones especficas por mbito socio-cultural

Tipo de usoEtnoespecies% EtnoespeciesAplicaciones especficas% Aplicaciones

Alimentacin5944,77532,1

Agricultura3728,03715,8

Medicina2821,24117,5

Ganadera96,8114,7

Utensilios varios86,1187,7

Armas y trampas75,3104,3

Construcciones varias75,383,4

Instrumentos musicales53,873,0

Bebidas de uso ritual53,852,1

Tinturas43,041,7

Melferas43,041,7

Fuego32,331,3

Carpintera y ebanistera32,331,3

Fumatorios y estimulantes32,331,3

Tejedura21,520,9

Intercambio21,520,9

Tatuajes10,810,4

Se identificaron 17 categoras de uso de las plantas en total. Las plantas se emplearon principalmente en la alimentacin, agricultura y medicina, tanto en trminos de diversidad de especies como en cantidad de aplicaciones especficas. Entre ellos destaca el rubro de plantas alimenticias con casi el 45 % del total de etnoespecies documentadas en las fuentes, de las cuales el 60 % son silvestres y el resto cultivadas. El porcentaje de aplicaciones especficas en este rubro tambin fue mximo aunque con menor contribucin porcentual respecto a la cantidad de etnoespecies involucradas. Respecto a estas ltimas, el uso en agricultura se ubica en segundo lugar en importancia con un 28 % de las etnoespecies registradas, la gran mayora de las cuales -90 %- corresponden a plantas exticas de uso en la alimentacin -90 %-. En tercer lugar, en trminos de diversidad vegetal involucrada, se destacan las plantas utilizadas como medicinas con un 21 % del total. Sin embargo, este rubro ocupa el segundo lugar en importancia en funcin del nmero de sus usos especficos que superan al registrado para la agricultura. El nmero de especies exticas en este rubro -9- tambin fue significativo. Con valores menores al 7 % del total de las etnoespecies registradas se ubican las dems categoras de uso, cada una de las cuales involucran menos del 5 % de las aplicaciones especficas totales.

En la Figura 7 se grafica la cantidad de etnoespecies vegetales asociadas a las categoras de uso identificadas.

Figura 7. Etnoespecies vegetales por categora de uso

Con respecto a la alimentacin, observamos que la cantidad de etnoespecies registrada se condice con los promedios de nmeros de plantas alimenticias utilizadas por indgenas del Gran Chaco segn valores que estn entre los 45 y 70 especies (a excepcin de los ayoreos) (Scarpa, 2009). La escasa participacin de remedios vegetales a pesar de la incorporacin de especies exticas por los jesuitas- resulta coherente con el tipo de teraputica preponderante entre indgenas chaquenses: el chamanismo (Scarpa, 2009). En efecto, esta tcnica no tiene como fin el empleo de vegetales a manera de medicinas, sino el rescate de las almas raptadas y/o la extraccin de un espritu maligno del cuerpo del paciente a travs de trances extticos protagonizados por el chamn. Por ltimo, la alta diversidad de plantas cultivadas constituye un ndice inequvoco de la contribucin jesuita en el mbito de la agricultura, como ya fue sealado anteriormente.

En la Figura 8 se grafica la cantidad de aplicaciones especficas o usos asignados a las plantas para cada categora de uso (resultados que siguen el mismo patrn que los registrados para la cantidad de etnoespecies, como ya fuera mencionado). El nmero total de datos etnobotnicos registrados en las fuentes es de 234 (calculado como la sumatoria de las aplicaciones especficas de todas las categoras de uso).

Figura 8: Aplicaciones especficas por categora de uso

En la Figura 9 se grafica la contribucin relativa de especies silvestres y exticas (y no determinadas) por categora de uso. Consideramos que el porcentaje de especies exticas constituye un ndice cuantitativo del tipo de contribucin jesuita en las relaciones con el entorno vegetal. Como se desprende del grfico, dicho ndice es mximo en el mbito de la agricultura (a pesar del registro histrico que documenta el uso de 4 especies exticas en la horticultura mocov); un poco menor en la alimentacin (derivado de las exticas introducidas como cultivos) y tambin significativo en el mbito de la medicna aunque en menor proporcin. En el resto de las categoras de uso, sin embargo, la mayor parte de las plantas son silvestres. Estos resultados indican diferentes niveles de adquisicn de especies vegetales y por ende de prcticas asociadas a las mismas segn los mbitos socio-culturales en consideracin.

Figura 9. Cantidad de especies nativas y exticas

En el grfico de la Figura 10 se enumeran las 8 (ocho) especies vegetales ms importantes en San Javier en trminos del nmero de aplicaciones especficas. Al igual que para otros grupos tnicos se destaca la importancia de P. alba, de B. sarmientoi y de las palmeras (A. aculeata). Se destaca tambin la importancia resultante de especies exticas

Transformaciones en la relacin con las plantas: Concepcin indgena, jesutica y resultante de la interaccin.

Con fines expositivos decidimos dividir los captulos en distintos mbitos socio-culturales que nos permitieran abordar de manera ms detallada las relaciones que se establecieron con el entorno vegetal y los cambios que se produjeron en las mismas a partir de la instalacin de las reducciones. Por esta razn, a continuacin se discutirn aspectos relativos a cada uno de dichos mbitos para luego efectuar un anlisis final que integre conceptualmente a todos ellos desde la perspectiva del eje articulador enunciado en la introduccin de esta tesis.

El mbito de la reduccin surge desde los inicios de su fundacin con una tensin innata. Por un lado, los mocoves, tras la larga experiencia con los hispano-criollos, desconfiaban de las buenas intenciones de los sacerdotes, mientras que por el otro, los miembros de la Compaa de Jess consideraban que deban luchar contra la barbarie y el salvajismo de los indios para lograr hacer de ellos buenos cristianos y de paso, convertirlos en fieles vasallos del Rey-. Las prcticas de los indgenas y los jesuitas de San Javier relacionadas con las plantas estaban asociadas a las concepciones que los mismos tenan sobre ellas, pero al mismo tiempo, stas se entremezclaban con las ideas y prejuicios que cada uno de estos actores tena sobre el otro.

Los jesuitas tenan diferentes versiones de los indgenas desde la imagen del buen salvaje prstino y puro a diferencia de los corruptos europeos que eran poco cristianos- hasta la del salvajismo y la barbarie propia de personas a los cuales le faltaba alcanzar la categora de civilizados. A esto se sumaba la idea de que los nativos eran seres imitativos: aunque el indio es el hombre ms haragn del mundo ni ha aprendido la menor cosa de un trabajo, es sin embargo apto de imitar lo que ve (Paucke, 1943: 19). Esta idea de imitacin se plasma en todos los mbitos de la vida, se relaciona con el concepto de los indgenas como nios e, incluso, animales que pueden copiar determinadas tareas si se les ensea adecuadamente esto se pudo advertir respecto a varios de los mbitos socio-culturales analizados a lo largo de esta tesis en cuanto a las prcticas agrcolas y textiles, el aprendizaje de la msica, las celebraciones-. Estas capacidades mimticas de los indgenas (Gruzinski 2007: 117) eran fundamentales para la occidentalizacin que necesitaba inevitablemente de dinmicas de mmesis que convirtieran al indgena en protagonista de la reproduccin, pues este deba apropiarse de las tcnicas, de las doctrinas y de los dems elementos que la vida europea le proporcionaba para convertirse en un ser civilizado.Las concepciones del espacio que encontramos en las fuentes de los jesuitas revelan la necesidad de los jesuitas de controlar y domesticar el terreno donde se asentaba el mojn civilizatorio. Creemos que los sacerdotes homologaban los espacios con las categoras de de una naturaleza contrapuesta a la sociedad, localizando dentro de la categora "naturaleza" a los indgenas no reducidos, la tierra selvtica y el monte, mientras que la sociedad era vista como el lugar donde residen los hombres occidentales o en su defecto, nativos civilizados-, que seguan las leyes de Dios esto lo retomaremos ms adelante-. Este mbito no era siempre el de la ciudad americana, ya que los jesuitas encontraban en los pobladores espaoles un elemento corruptor del orden que intentaban generar. El monte era visto como un espacio demonizado propicio para llevar a cabo las prcticas prohibidas por los sacerdotes, donde reinaba el caos y la reduccin era el sitio donde lo divino intentaba convertir a lo profano.

La reduccin era concebida por los jesuitas como el ideal de lo que deba ser. Este mbito se pensaba, desde esta perspectiva como un lugar seguro a la geografa amenazante que lo rodeaba (Penhos, 2010). All, dentro de este marco los misioneros construyeron huertos y jardines. El jardn representaba una reconstruccin del paraso cristiano, en este contexto de evangelizacin, no es raro que fuesen los hombres de Dios los encargados de reproducir el paraso terrenal. Gran parte de las especies vegetales que se plantaban eran exticas, sin embargo, las que actan como cerramiento de los jardines (Opuntia spp.) eran plantas nativas, delimitando un espacio de frontera (espacios liminares en el sentido de Turner). Adems, San Javier estaba situada al lado de un ro, en medio de islas, igual que el Edn.

El espacio de la misin -laboratorio alqumico de la conversin- implicaba romper con los patrones tradicionales de movilidad y territorialidad as como de parentesco para lograr la disciplina necesaria que se necesitaba dentro de la reduccin. Por ello, el contexto socio-histrico en el cual se centra nuestra investigacin es un momento signado por significativos cambios en la movilidad y la territorialidad, que ya haban comenzado a producirse antes de los emplazamientos reduccionales. Hemos indagado algunos lineamientos sobre la movilidad y la territorialidad de los cazadores-recolectores, hemos visto que si bien las fuentes son escuetas en la informacin que nos brindan sobre estos tpicos podemos realizar algunas hiptesis al respecto. Una de ellas es que el territorio indgena era concebido como un espacio plagado de seres humanos y no humanos con los cuales se establecan relaciones y negociaciones que se resignificaron a partir de los cambios producidos en las actividades econmicas como, por ejemplo, el incremento en la caza de algunas especies animales.

Otra cuestin relacionada a la territorialidad y la movilidad es que, durante el perodo misional, los indgenas pasaron a tener una movilidad ms reducida, un semi-sedentarismo a partir de los cambios en las actividades econmicas que propulsaron la incorporacin de un mayor nmero de cabezas de ganado y el desarrollo de prcticas agrcolas. Consideramos, que antes de la instalacin de la reduccin, exista una alta movilidad de los indgenas chaqueos que ya haba empezado a sufrir algunas limitaciones debido a los emplazamientos de las ciudades hispano-criollas y a las expediciones punitivas. Al mismo tiempo, las actividades econmicas variaron a partir de los intercambios y los lazos que se iban generando con los hispano-criollos de la regin. En cuanto a la relacin entre la disminucin de los territorios y las prcticas econmicas de los nativos chaqueos, Paz (2005: 36, 37) indica que como resultado de que el cerco colonial se cerna sobre los espacios que los grupos indgenas aprovechaban, se produca un desbalance en las relaciones con su medio ambiente, generando quiebres, en aquella relacin para los tobas, como sistema adaptativo (Miller, 1979). Ya en otro trabajo Paz (2003) afirma que las indgenas explotaban de forma armnica el medio ambiente. Creemos que ms que un desbalance que hizo que los indgenas perdieran la armona con el medio tal es el planteo de Miller-, se produjeron transformaciones que los indgenas como agentes supieron manejar de distintas maneras, una de ellas puede haber sido incrementar la explotacin de algunos recursos para intercambiar otros que quizs se tornaron ms relevantes- con los hispano-criollos.

Uno de los prejuicios ms anquilosados que aparecen en las fuentes de los jesuitas respecto a las sociedades indgenas por ellos contactadas atae a su imprevisibilidad en el mbito de su economa. En efecto, una de las supuestas caractersticas que aparecen de los grupos cazadores recolectores chaqueos (Lozano, [1733] 1941; Paucke, 1944; Dobrizhoffer, [1784] 1968; Jols, [1789] 1972; entre otros) es que su voracidad era tal que consuman gran parte del alimento disponible sin pensar en el futuro y sin tener estrategias que previeran ms all del da a da. Sin embargo, como hemos podido observar, en estas mismas fuentes se encuentran descripciones sobre distintas formas de almacenamiento (charqui, trojes) que posean los indgenas, lo que contradecira las ideas referidas en los mismos escritos, dejando en evidencia las concepciones previas con las que fueron escritos. Al mismo tiempo, este prejuicio no apareca slo en las obras de jesuitas, cronistas y viajeros ya que algunos estudios acadmicos replicaron esta imagen y encapsularon a los nativos chaqueos contemporneos dentro de la edad de piedra, tanto por su instrumental como por su economa (como Palavecino, Canals Frau y Serrano). Algunas de estas cuestiones ya han sido discutidas por otros autores as como se ha criticado desde distintos ngulos otras posturas esencialistas como la visin fenomenolgica de la escuela de Brmida -que esencializaba a los indgenas al no tener en cuenta la situacin socioeconmica de los mismos- o el ecologismo de Miller (Gordillo, 2006). Al mismo tiempo, esto se relaciona con los prejuicios sobre las sociedades cazadoras, recolectoras y pescadoras que se vienen discutiendo hace dcadas, en el mbito internacional, con los trabajos presentados en la conferencia Man the Hunter (Lee & Devore, 1968) as como los de Sahlins (1968), entre otros. Estos fueron fundamentales para cuestionar los preconceptos existentes en los mbitos acadmicos sobre los cazadores-recolectores, a pesar de que puedan haber generado una imagen idlica del complejo mundo cazador recolector (Loponte et al. 2004: 41), en Argentina esta discusin comenz ms tarde.

Con respecto a las prcticas alimentarias en San Javier se incorporaron a la dieta algunas plantas como Prunus persica, Ilex paraguariensis y Zea mays, a partir del intercambio con los jesuitas. Las mismas pueden haber sido incorporadas anteriormente, no slo debido al contacto con los europeos sino por intercambios con otros indgenas como los guaranes en el caso de la yerba mate -y el tabaco-, pero esto slo podemos enunciarlo a modo de hiptesis. A pesar de esto observamos una gran cantidad de especies exticas as como varios cultivos agrcolas de especies alimenticias creemos que no todas ellas parecen haber sido consumidas por los mocoves. A pesar de esta incorporacin de artculos alimentarios, la forma de preparacin de los alimentos de origen vegetal de los mocoves se mantuvo, generalmente, dentro de los modos usados tradicionalmente.

Nos parece interesante repensar el manejo de los recursos, tanto vegetales como de otro tipo, a partir del concepto de intensificacin, que hemos mencionado en el Captulo V. Este fue utilizado por Nesis (2005: 59) para cuestionar las afirmaciones sobre la escasez del entorno chaquea y la determinacin de esto sobre la movilidad del grupo. Creemos que este concepto proveniente de la arqueologa-, puede llevarnos a pensar sobre el manejo intensivo del medio que se produjo durante el perodo misional. Como ya mencionamos este fenmeno puede verse desde distintos niveles, consideramos que en el caso de San Javier puede verse el incremento de la amplitud de la dieta, en la domesticacin de un mayor nmero de plantas y animales y en los cambios en la utilizacin del espacio (aparicin de estructuras tales como la Iglesia, amplios campos de cultivo, una huerta-jardn diseada de manera geomtrica). Consideramos que estas cuestiones estuvieron presentes en el espacio y tiempo que hemos analizado en este trabajo, hecho que demuestra la agencia que tuvieron los indgenas al enfrentar situaciones de cambio como el avance sobre los territorios -tradicionalmente usados por ellos- a manos de los hispano-criollo, los intercambios que se venan dando con estos actores sociales as como la interaccin ms prolongada, dentro del espacio misional, con los sacerdotes de la Compaa de Jess.

Lo registrado para el mbito de las prcticas teraputicas, sin embargo, es marcadamente diferente de lo sucedido en la alimentacin. A pesar de la menor participacin de plantas exticas medicinales, la influencia jesutica en la medicina habra sido significativa. Prueba de ello lo constituye la incorporacin de categoras gnoseolgicas, etiolgicas y teraputicas asociadas a la teora humoral, como se desprende de las menciones a las cualidades teraputicas de un gran nmero de plantas (depurativo sanguneo, purgante) que servan para equilibrar los humores que se hallaban desbalanceados. Ms all de que en algunos casos fueron forzados a tomar aguas de cebada y menjunjes de diversas procedencias, consideramos que estas incorporaciones se deben tambin a una decisin y a una bsqueda de los mismos actores nativos por restablecer la salud. En el caso de las epidemias, en especial, las terapias tradicionales no alcanzaban para paliar la situacin, por lo que los nativos habran aceptado probar otro tipo de soluciones. Sobre todo porque los indgenas saban que esta enfermedad estaba ligada a los europeos, por lo que su sanacin tambin podra estar en manos de ellos. Es muy comn en cualquier grupo humano aceptar prcticas de diversa ndole con el fin de sanar, lo mismo suceda con los sacerdotes que tambin incorporaron terapias y elementos teraputicos plantas medicinales- propias de los indgenas que no provocaban conflictos con sus ideales cristianos. Por esto ltimo, la reduccin conform un espacio de para una medicina de tipo experimental o nueva donde se hacan frente a las situaciones que se iban produciendo con los distintos saberes que se tenan a mano cada uno de los actores.

Asimismo, es interesante observar los puntos de diferenciacin pero tambin de contacto entre las concepciones indgenas y jesuitas sobre las plantas utilizadas como alimento y medicina. Los mocoves consideraban que las especies vegetales tenan dueos a los que se deba pedir permiso para recolectar el recurso, mientras que los jesuitas entendan que la Divina Providencia les otorgaba las plantas para sustentarse y sanarse. Sin embargo, dentro de los sacerdotes de la Compaa de Jess las concepciones sobre los alimentos fueron variando a lo largo del tiempo, tornndose ms utilitariasy las apariciones de la Providencia fueron perdiendo fuerza para quedar relegada al otorgamiento de plantas medicinales. Tanto los nativos como los europeos consideraban que el alimento era fundamental para sostener y restablecer la salud, si bien las causas que explicaban la prdida de esta ltima variaban para unos y otros.

Con respecto a las luchas rituales entre indgenas y sacerdotes, encontramos que en el mbito de la reduccin las celebraciones tradicionales continuaron realizndose. Asimismo, la centralidad de las fiestas como un factor de sociabilidad fue utilizada por los sacerdotes para reemplazar su contenido con festividades provenientes de la cristiandad. En el caso particular de San Javier, la fiesta patronal constituy un momento de resignificacin dentro de este espacio misional donde se conjugaron elementos europeos con componentes indgenas para dar paso a una nueva forma de celebracin la fiesta reducida

Por esta razn, a lo largo de este trabajo, tomamos en cuenta tanto las concepciones y las prcticas de ambos actores dentro del espacio de la reduccin intentando dar cuenta del bagaje cultural previo de cada uno para poder entender cules fueron las transformaciones que se produjeron dentro de este lugar resignificado.

A fin de cumplimentar los objetivos propuestos debemos reflexionar sobre cul era concepcin de Naturaleza para estos individuos, para lo cual nos detendremos en la mirada de nuestro gua principal sobre el espacio sanjavierino. Con respecto a la visin de Paucke sobre qu es la naturaleza, este jesuita percibe a los indgenas como parte de la misma, hay una asociacin entre la naturaleza-brbaro y lo salvaje. Segn esto, el indgena estaba cercano a una esencia a partir de la cual los seres humanos evolucionan hacia un estado de mayor plenitud de sus capacidades, lo cual estara ligado al significado de la naturaleza como si fuera una condicin primitiva anterior a la sociedad humana (Williams, 2001). Este sacerdote ve a los europeos como seres que se encuentran alejados de esta naturaleza, mientras que los nativos representan la naturaleza misma: se han desarrollado en selvas conforme a sus impulsos sin la menor instruccin, mientras que nosotros hemos sido inducidos a una conducta moral por la educacin y la enseanza (Paucke, 1943: 134). Por eso, era necesario ayudarlos a lograr una humanidad ms acabada, ya que la naturaleza estaba cercana a la animalidad: Yo he visto a una india salvaje en el camino, que viajaba desde la tierra silvestre a nuestra aldea, la cual amamantaba en el pecho de un lado a un nio y del otro a un perrito chico (Paucke, 1943: 232). Sin embargo, este dominio natural al cual pertenecan los indios era concebido como un sistema de leyes y fuerzas que regulan el mundo: Aunque ellos no observan ninguna ley de Dios ni saben de ella, la ley de la naturaleza les est impregnada en virtud de la cual ellos precaven y eluden lo que es contrario a ella (Paucke, 1943: 228). Esta es la idea que caracteriz a la sociedad europea de los siglos XVIII y XIX (Williams, 2001). La naturaleza -con sus leyes- estara representada por lo salvaje, lo indmito, lo silvestre en contraposicin con lo humano que estara ligado a la civilizacin y a las leyes divinas. Estaran imbricadas dos definiciones de naturaleza: una como un sistema de leyes, y otra como conjunto de las cosas que existen sin intervencin humana, con espontaneidad no deliberada (Foladori, 2001: 84), al mismo tiempo. Es decir, la cultura, la civilizacin, estaran ubicadas en otro espacio conceptual y tendran que ver con otras leyes. Detrs de esta idea, se encuentra tanto el pensamiento del progreso y la evolucin, como la consecucin del punto culminante de la humanidad se corresponde con la civilizacin. Se tratara al mismo tiempo de una progresin desde las leyes naturales hacia las leyes de Dios.

Por otro lado, desde la conceptualizacin mocov, no exista tal divisin, sino ms bien una unidad entre la naturaleza y la sociedad, por lo que se contrapona a la divisin occidental anteriormente mencionada. Para algunas sociedades indgenas americanas, los animales y las plantas tienen comportamientos humanos y sus relaciones se encuentran reguladas por reglas sociales anlogas a las de los hombres (Descola, 2004; rhem, 1990; Viveiros de Castro, 1996). Las relaciones entre estos seres no humanos y los humanos estn en constante proceso de transformacin y reciprocidad. De all, que el territorio sea concebido como una red de conexiones entre estos diferentes actores que lo habitan. Esto se relaciona con la teora del animismo concebida como: la creencia de que los seres naturales estn dotados de un principio espiritual propio y que, por tanto, es posible que los hombres establezcan con estas entidades unas relaciones especiales: relaciones de proteccin, de seduccin, de hostilidad, de alianza o de intercambio de servicios (Descola, 2004:31) quedando de esta manera definida una sociabilidad. Un ejemplo de estos rasgos animsticos es la presencia de dueos de los animales y de los vegetales, varias veces citados para los grupos indgenas actuales que habitan el espacio chaqueo. Algunos autores, como Tomasini (1999:27) indican que la presencia de estos dueos hace necesario el atenerse a la observacin de ciertas normas generales; las que, por lo general, implican una autolimitacin en las actividades de caza, pesca y recoleccin, as como un comportamiento que parecera estar dotado de cierta connotacin tica. Estas normas deban ser respetadas ya que en caso contrario podan sufrirse consecuencias que iban desde la prdida de la suerte en la caza y la pesca hasta penas ms graves como la enfermedad o la muerte del cazador o de alguno de los miembros de su familia. Estas caractersticas vinculan de manera particular a los seres humanos con su entorno natural definiendo las interacciones entre ellos, las cuales deberan considerarse a la hora de analizar distintos aspectos de estas sociedades ya que las mismas se construyen sobre la base de estas prcticas cotidianas. Consideramos que es muy probable que estos rasgos animsticos hayan estado vigentes en el siglo XVIII entre los grupos chaqueos.Para el caso de los mocoves, Nesis (2005: 59) menciona referencias a los dueos de los animales en la obra de Paucke en el tomo III (1944: 255). Aunque la autora no refiere con exactitud la cita que le permite deducir esto, consideramos que realiza esta inferencia a partir del siguiente prrafo: El rbol ms til para trabajo en ebanistera y para tablas es el que los Mocobes llaman Otelaledic; es una especie de cedro. Ellos dicen que sera la mujercita del cedro. Esta mencin es muy interesante para pensar la existencia de dueos, sin embargo, por lo general, en los grupos chaqueos, particularmente entre los de la familia lingstica guaycur, los dueos de las animales y de las plantas son referidos con las palabras lat o ltaa, lit. la madre o el padre de la especie. Por lo que esta mujercita podra estar haciendo referencia al dueo o a otro tipo de cuestin asociado a las especies vegetales o ser un error de traduccin de Paucke que en lugar de traducir como madre tradujo como mujercita. La existencia de esta concepcin es difcil de observar en las obras de los jesuitas ya que estas cuestiones fueron obviadas como una forma de dominacin, por desconocimiento sobre las cosmovisiones indgenas o como una estrategia de resistencia indgena como hemos mencionado en el Captulo I. Sin embargo, los indicios aparecen, Canelas (s/f citado en Furlong, 1938: 88) menciona a Cota nuestro padre, al que obviamente el jesuita asocia con el demonio; los estudios etnogrficos actuales mencionan que Qotaa es el dueo de la regin celeste que, paradjicamente, se usa en la actualidad para designar al Dios cristiano.

Asimismo, consideramos que la nocin de contagio, que puede verse en los tabes alimenticios, se relaciona con la idea de predacin (Fausto, 2002) donde el predador puede convertirse en presa si absorbe las cualidades del otro. Por ello, se deben hacer un gran nmero de rituales cuando se intenta incorporar estas caractersticas de la alteridad como sucede con los scalp de los enemigos que deben ser desprovisto de su poder por las ancianas-. A su vez, esto se asocia con la nocin del perspectivismo de las sociedades amerindias que concibe que para stas todos los seres comparten la misma esencia a pesar de los ropajes diferentes (cuerpos) (Viveiros de Castro, 2010) como mencionamos ms arriba-.

En suma, la concepcin indgena no slo no separa la naturaleza de la sociedad sino que se basa en lazos de reciprocidad entre humanos y no humanos; mientras que la concepcin occidental se centra en una diferenciacin entre estos mbitos y en la dominacin que la sociedad ejerce sobre la naturaleza. Esto se relaciona, como indica Descola (1988), con la existencia de una correspondencia entre los modos de tratar a la naturaleza y los modos de tratar al prjimo.

Consideraciones finales

Al principio de esta investigacin nos planteamos una serie de indagaciones que hemos ido contestando a lo largo de los captulos de esta tesis. Nos preguntamos el por qu o no de ciertas incorporaciones y el modo en qu ellas se llevaron a cabo. Consideramos que los indgenas incorporaron dentro de sus prcticas y concepciones, en relacin a las plantas, aquellas que consideraron convenientes para determinados mbitos o para ciertos fines. La alimentacin, la agricultura y la medicina constituyeron los tres espacios donde se observa con mayor claridad el interjuego de resignificaciones sobre las especies vegetales. Algunas plantas ingresaron a partir de actividades econmicas como la agricultura como una negociacin con los jesuitas para obtener otros recursos o para realizar las tareas econmicas tradicionales. Este incremento en las actividades agrcolas ayud a que nuevas especies se sumaran a la alimentacin indgena, a pesar de que los mismos jesuitas propiciaban que se siguieran consumiendo las mismas plantas que en momentos pervios a la reduccin. En realidad, esto constitua una estrategia de negociacin para lograr el asentamiento indgena.

Otras prcticas y concepciones, aquellas que podan representar un peligro para la tarea evangelizadora, fueron desvalorizadas, tales como el uso de bebidas fermentadas y las prcticas teraputicas chamnicas. Esto conllev un ocultamiento de las mismas y su reemplazo de manera transformada?- a travs de la habilitacin de otros espacios rituales -cuyo ejemplo est dado por las fiestas patronales- y medicinales como el uso de teraputicas europeas-.

Podemos concluir en lneas generales que las transformaciones socio-culturales sufridas en la relacin con el entorno vegetal a partir de la instalacin de los jesuitas en San Javier tuvieron un sentido bi-direcccional. Los indgenas introdujeron dentro de sus prcticas y usos los propios de los misioneros, al mismo tiempo que los sacerdotes incorporaron en mayor o menor medida segn sus particularidades individuales- productos (alimentos, medicinas) de la poblacin nativa. La misin constituy un espacio reducido en el sentido de re-significado ya que se plantearan concepciones y prcticas nuevas a partir de los aportes de los diferentes actores involucrados en este proceso de luchas, negociaciones y resignificaciones.

A raz de esta investigacin nos han surgido nuevos interrogantes en torno a diversas problemticas. Una de ellas es el inters de analizar las distintas formas que los indgenas del Gran Chaco tenan de relacionarse con su entorno vegetal. En especial, la posibilidad de comparar estas distintas sociedades en torno a las estrategias desplegadas dentro del contexto misional en relacin al uso, las concepciones y las prcticas asociadas a las plantas. Asimismo, consideramos que el anlisis de los mecanismos misionales es un punto interesante para analizar en una perspectiva comparativa ya que muchas prcticas y concepciones que hemos observado en los jesuitas chaqueos se vieron replicadas por otros misioneros (franciscanos, anglicanos, etc.) en otras latitudes y otros tiempos. Sera interesante indagar cmo estos espacios se construyeron como lugares de disciplinamiento para poder dilucidar las distintas estrategias que desplegaron los nativos ante estas situaciones.

Por otra parte, nos llama la atencin las relaciones que podran? observarse al comparar los resultados obtenidos en esta tesis con los de otros grupos tnicos de las tierras bajas tanto en lo sucedido en el mbito misional como ms all de l. Concretamente pensamos en las comparaciones que pueden realizarse en cuanto a las prcticas chamnicas, blicas, aunque ya hemos dado algunos pasos en esa direccin (Perusset & Rosso, 2009). Consideramos tambin que este tipo de anlisis constituye un espacio interesante para discutir prcticas, concepciones y conceptos, algunos de los cuales hemos utilizado en este trabajo para comprender los procesos que se dieron en las sociedades chaqueas.

Al mismo tiempo, queremos sealar que muchas de las prcticas y concepciones surgidas en estos mismos espacios misionales, que se podran denominar mestizas, todava se observan en la actualidad en ciertos mbitos. Entre ellos se puede mencionar el de la medicina donde la amalgama de creencias y prcticas con fines teraputicos es una resignificacin de la teora humoral, la medicina chamnica y la medicina casera (a las cuales se ha sumado la biomedicina y las medicinas complementarias para complejizar ms an el panorama),

Finalmente, creemos que son necesarios ms estudios que indaguen las relaciones de la gente con su ambiente desde un abordaje etnobotnico de las poblaciones histricas, ya que este tipo de investigacin puede recuperar informaciones valiosas. Al mismo tiempo, estos abordajes nos ofrecen un medio para reflexionar sobre los procesos de transformaciones dentro de la sociedad y de la construccin de identidades. A partir de la perspectiva etnobotnica se puede dar cuenta de la forma en que una poblacin se relaciona con su ambiente vegetal y de las cuestiones econmicas, sociales, ideolgicas y ecolgicas que entran en juego en esta relacin entendida como un proceso dinmico que expresa el devenir histrico del grupo.

En la actualidad las comunidades mocoves se encuentran ubicadas, en su mayora, en el sudoeste de la provincia de Chaco y el norte de Santa Fe.

El Gran Chaco comprende parte de los actuales territorios de HYPERLINK "http://es.wikipedia.org/wiki/Argentina" \o "Argentina" Argentina, HYPERLINK "http://es.wikipedia.org/wiki/Bolivia" \o "Bolivia" Bolivia, Brasil y HYPERLINK "http://es.wikipedia.org/wiki/Paraguay" \o "Paraguay" Paraguay. En nuestro pas abarca las provincias de Chaco, norte de Santa Fe, Formosa, Santiago del Estero, este de Salta, de Jujuy, de Tucumn, de La Rioja y de Catamarca, norte de Crdoba y de San Luis. Es decir, que el sudeste de la regin comprendera centro y norte de la provincia de Santa Fe y este de la provincia del Chaco.

Estos grupos pertenecan, al igual que los mocoves, a la familia lingstica guaycur.

Los dueos pueden definirse comoseres mticos que tienen autoridad sobre alguna especie animal o vegetal, sobre ciertos recursos o mbitos. Son sus dueos, protectores, padres-madres, quienes regulan el uso apropiado del recurso por parte de los seres humanos, permitiendo su renovacin. Por ello castigan el uso abusivo. Los dueos ordenan el territorio generando una serie de dominios de autoridad, muchas veces superpuestos parcialmente, que constituyen una importante conceptualizacin del espacio y el tiempo (Lpez, 2009: 93).

Otros autores han utilizado el trmino conversacin al analizar las relaciones entre indgenas y misioneros (Sweet, 1995; Mrner, 1999; Arias & Paz, 2005; entre otros).

Este se separ en 1626, adquiriendo categora de vice-provincia sujeta al Per (Baravalle, 2005).

Cypriano (2004) sostiene que la misionalizacin corresponde a una tercera fase en el proceso de dominacin que en sus primeras fases estaba constituido por las campaas militares junto con el reconocimiento y la ocupacin de territorios.

Para distintos puntos del planeta, dentro de la vastedad que implica esta problemtica, podemos mencionar recopilaciones como las de OMalley et al. (2000); para el continente americano encontramos las interesantes compilaciones de Langer & Jackson (1995) y de Marzal & Bacigalupo (2007); mientras que para el caso de las misiones de la regin meridional del Chaco, adems de los trabajos que hemos mencionado como antecedentes para nuestra investigacin, contamos con diversos trabajos como los de Flury (1947), Bruno (1990), Dvilo (1998), Areces (2004), entre otros.

Gordillo (2006) realiza una crtica a la postura de Miller que implica que los indgenas tenan una relacin armnica con el medio ambiente, esta postura ecologicista que se basa en contraponer la recoleccin a la lgica productivista occidental disonante. Paz (2003, 2005) traslada estas lgicas contrapuestas a las actividades de los indgenas y las de los agentes hispano-criollos.

Trabajos posteriores se dedicaron a mostrar la complejidad del mundo cazador recolector como el trabajo de Kelly (1995), entre otros y el sesgo de la mirada masculina que privilegiaba la caza por sobre las otras actividades (Slocum, 1975; Dalbherg, 1983).

En numerosas etnografas sociedades indgenas de las tierras bajas sudamericanas se encuentra la idea generalizada de la existencia de los dueos de las especies (Tola, 2006)

Para los mocoves actuales existen referencias a los dueos, principalmente, en los trabajos de Tern (1997, 1998) y Lpez (2009b).

Usar otras fuentes, ej. Cartas annuas. Fuentes no jesuiticas

ojo

que alcance tuvo en eso la influ jesuita?

Fuentes para eso?

Son ambitos culturales?

ojo

ojo

habla de forma paucke plantea el jardin y estanque. La gente lo mira. Tema de paisaje y jardin euriopeo y jardin monastico. Ver paralelo en libros jardines europeos.

ojo

dde? Cdo?

ojo

ojo

rela astros vegetales: hongos y meteoritos, algarrobos y palo borrachos en el cielo, madre del algarrobo y mujer estrella, clavel del aire y pleyades

ojo

ojo

ojo

ojo ver el tema del difrnet rol de reduc en agricultores y chaqueos

ojo

discusiones de agus sobre conversin. Para agus ver de agregar lo que tiene que ver con el habitus y su cambio

antecedentes en Europa. Trabajos mios para esta zona

ojo

problema metodologico

ver

vio lo mio?

escasa?

simplista

y las rela con europeos previas?

ojo

ojo

no es cierto

esa es una traduccin jesuitica de los usos que les indicaban

ver lo mio

no. Ojo con el tema . ley natural es un estadio necesario aunque insuficiente de divina

ojo

ojo

o una jerarquizacin sexuada de subespecies en fncion de su aparaiencia

ojo

ojo

ojo

ojo, no es una mezcolanza

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