37
EL ULTIMO VIAJE DE MARISOL Invierno 2019, ciudad de México, Aeropuerto Internacional. Era Nochebuena y afuera nevaba. El aeropuerto estaba lleno ya que al día siguiente llegaba la Navidad, y todo el

Invierno 2019, ciudad de México, Aeropuerto Internacional ...win.liceochinimichelangelo.gov.it/files/el-ultimo-viaje-de-Marisol.pdf · Viendo el rastro de sangre, Juanito y Wenceslao

  • Upload
    others

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

EL ULTIMO VIAJE DE MARISOL

Invierno 2019, ciudad de México, Aeropuerto Internacional.Era Nochebuena y afuera nevaba.

El aeropuerto estaba lleno ya que al día siguiente llegaba la Navidad, y todo el

mundo regresaba a casa para quedarse con parientes y amigos.

En medio de la confusión había una chica que estaba mirando como la nieve cubría la pista: era Marisol, una chica de piel color canela y con ojos azules como el mar.

Ella sabía que había pasado mucho tiempo en México antes de regresar a casa, estaba yendo al otro lado del mundo; mientras tanto, Juanito estaba mirando a Marisol y pensaba que le recordaba mucho a su hermana, que era toda su familia. Él era un chico muy guapo al contrario de Wenceslao, que estaba sentado solo esperando su avión para Australia donde vivía su familia.Cuando Marisol se sentó en el avión estaba muy nerviosa y miraba siempre la pequeña ventana a su izquierda. Cuando el

avión estaba a punto de despegar pensó: << ¡Quiero terminar este viaje, no me gusta viajar en avión, porque tengo miedo! Tengo que relajarme un poquito con la música…>>. La música era tan relajante que la chica casi olvidó que estaba nerviosa y cerró sus ojos.

Wenceslao, otro protagonista, se sentó detrás de ella; no estaba nervioso, sino aburrido, así decidió leer su libro de terror, que era su género preferido. Cuando leía

libros de este género sentía mucha adrenalina y siempre quería saber lo que ocurriría en las páginas siguientes.

Al final Juanito se sentó muy lejos de los chicos. No le gustaba leer, le gustaba más jugar con la consola. Juanito era un chico hermoso, pero no era educado, de hecho gritaba y su consola hacía mucho ruido. La gente se lamentó y Juanito dijo en voz

alta: < ¿No se puede jugar en paz? ¿Por qué no estáis en silencio, ah?!>> De esta manera se enfadó y no jugo más.Marisol y Wenceslao no podían creer lo que veían sus ojos.

Después de dos horas, mientras que todos los pasajeros estaban durmiendo tranquilos, las luces del avión empezaron a relampaguear y un trueno despertó a los tres protagonistas.

Ellos, pensando que no había sido nada, intentaron volverse a dormir.

Marisol, espantada, mirando fuera de la ventanilla gritó: “¡estamos pasando por entre una tormenta!”.De repente el comandante transmitió a través del altoparlante: -“quedénse tranquilos, que no pasa nada”En aquel momento la trasmisión fue interrumpida por un rayo que golpeó el ala del avión y el comandante perdió el control del aparato.

La luz era intermitente y las personas preocupadas gritaban y se desesperaban, los chicos no entendían que estaba sucediendo, los asistentes de vuelo no sabían que hacer, decían que había que mantener la calma pero también ellos estaban muy preocupados.Algunos gritaban y mientras se abrochaban los cinturones de seguridad rezaban.

La situación era insostenible, una parte del avión quedo arrasada y la tormenta empezaba a destruir los asientos.

El comandante perdía el control y después de algunos minutos el avión, a gran velocidad, se precipitaba y se estrellaba contra el suelo.

Y después de un gran estruendo, ya no se oyó ningún ruido. El avión estaba hecho mil pedazos: la hélice sobre un árbol, los motores del avión se habían incendiado y los equipajes de los pasajeros estaban esparcidos por todas partes. El avión se había estrellado en un bosque aparentemente sin vida humana y tampoco los pasajeros del avión sobrevivieron al impacto.

Algunos de los cadáveres de los pasajeros estaban atrapados en los escombros del avión, otros habían sido arrojados fuera del avión en el impacto. La tragedia no había salvado a nadie o al menos eso parecía,pero uno de los pasajeros parecía haber recuperado el conocimiento.

Después de una hora, una brisa llevo un olor a quemado a la nariz de Wenceslao, que despacio abrió los ojos. Un fuerte dolor de cabeza golpeó al sobreviviente, que inmediatamente se dio cuenta que estaba vivo y, elevando la cara, notó que no tenía heridas, excepto algunos rasguños.

Sin prisa empezó a levantarse y mirando a la izquierda y a la derecha, se asustó, a medida que constataba que todos los pasajeros estaban muertos. En aquel momento le invadió el pánico, alrededor de él había cadáveres mezclados con los trozos del avión. La nube de humo que despedía el aparato aéreo cubría el bosque que rodeaba el lugar del accidente. Camino por entre restos y hierba alta, el

panorama era horrible y Wenceslao estaba a punto de llorar, invocó a Dios, desesperado por su situación. Los arboles eran muy grandes y la vegetación espesa. Se podían oír los pájaros y otros sonidos de animales.

Dirigió la cabeza al cielo y vio el humo cubrir la luz del sol. Después de haber mirado el terrible lugar, se sentó sobre una roca y empezó a pensar que hacer.

Lo miraba todo pero no conseguía entender donde se encontraba.

Se levantó tratando de recordar lo que había pasado.Mientras estaba mirando el lugar, buscando sobrevivientes oyó un gemido.Corrió en esa dirección y encontró a Juanito tendido en el suelo quien le dijo: “¡Ay! ¡Me duele mucho la pierna!”. Mirándolo mejor se dio cuenta de que su pierna izquierda estaba atrapada debajo de una parte del ala del avión.Wenceslao casi no podía caminar, le dolía todo el cuerpo, pero no obstante intentó ayudar al pobrecito Juanito en todas las maneras posibles. Juanito gritaba desesperado: << ¡Ayúdame, ayúdame por favor!>>. Wenceslao muy nervioso le respondió:<< ¡No grites, no grites! Ahora te ayudo, pero ¡no grites!>>.

El chico feo no podía creer lo que estaba ocurriendo, esto era más horrible que todos los libros de miedo que había leído; decidió utilizar su chaqueta para cubrir la pierna del pobrecito Juanito. El chico guapo ya no gritaba, de esta manera Wenceslao lo ayudó a recostarse a un frondoso árbol. Ambos notaron algo extraño en el suelo: era ¡Marisol! Los chicos gritaron:<< ¿Quién es? ¿Está

muerta?>> << ¡No lo sé, pero espero que no! ¡Vamos a ver cómo está! >>

Juanito y Wenceslao estaban a punto de llorar, pero la chica, por fortuna estaba viva. Ella estaba perdiendo mucha sangre, le dolía la cabeza y no se acordaba lo que había ocurrido en aquellas horas. Mientras que los chicos la estaban ayudando, poniendo atención a no causarle dolor, ella preguntó: << ¿Cómo llegué aquí? Y ¿vosotros quienes sois?>>. Juanito no

podía hablar, así que Wenceslao le conto lo que había ocurrido.

Marisol lloró mucho y los tres se abrazaron. No obstante lo que había ocurrido decidieron juntos buscar otros sobrevivientes por el lugar.Wenceslao y Juanito estaban recogiendo sus pasos lentamente porqué Juanito estaba herido.

Wenceslao ayudaba a Juanito a caminar en la hierba alta y de repente encontraron los restos del avión precipitado.Wenceslao dijo: “regresemos al avión y veamos si podemos encontrar un botiquín para curar tu pierna”.Entraron en la parte buena del avión pero no había ninguna medicina.Mientras Wenceslao estaba en el avión Juanito lo esperaba afuera y empezó a sentir un olor nauseabundo: cojeando miró la hierba y descubrió el cuerpo devorado del comandante.Juanito gritó:” ¡NO! No puede ser...” y Wenceslao corrió hacia él y miró los restos.El comandante tenía en su chaqueta el botiquín que estaban buscando.Cerca de los restos del hombre había un rastro de sangre y los dos decidieron seguirlo.

Viendo el rastro de sangre, Juanito y Wenceslao estaban preocupados por lo que les esperaba, se sentían impotentes con respecto a la naturaleza y ellos así, tan insignificantes, pero el deseo de descubrir algo era más fuerte que el miedo, de hecho decidieron seguir la sangre.Durante el camino las dudas eran muchas, y los sentimientos tan fuertes y contradictorios entre sí que sería difícil solo hablar de ellos.Después de kilómetros y kilómetros, los dos chicos vieron un grupo de hombres; eran más o menos diez, altos con el pelo largo, los ojos pequeños y con bocas gigantes y los dientes rotos y amarillos.Juanito se había quedado sin palabras, eran ellos los hombres de los que había leído en los cuentos: Los caníbales.

Wenceslao y Juanito veían que ellos estaban transportando a Marisol, que aterrorizada, se desmayo

El rastro los llevo hasta la cima de un monte desde donde podían ver una tribu reunida y al centro se encontraba Marisol.

Wenceslao y Juanito estaban muy preocupados por Marisol porqué cayó en manos de los caníbales. Ellos pensaron toda la noche qué hacer para salvar a Marisol y se escondieron en una cueva para evitar ser raptados también por los caníbales. Wenceslao estaba muy triste y Juanito le preguntó a Wenceslao: “¿Por qué estás tan triste? ¿Qué te pasa?”. Wenceslao respondió en tono melancólico “estoy muy preocupado por Marisol. donde estará en este momento, en tu opinión, ¿estará viva?”. Juanito respondió de repente: “¡Seguramente se las arreglará sola!”. Wenceslao con tono preocupado respondió: “¿Por qué no buscamos un plan para rescatarla?”. Juanito bruscamente dijo: “¡Piensa tú como ayudarla, yo solo quiero dormir!”. Wenceslao le gritó: “¡Tú eres un perfecto egoísta!”. Juanito, indiferente empezó a dormir. Mientras Wenceslao comenzó a caminar como un

león enjaulado pensó en ir a la aldea y matar todos a los caníbales, pero en este caso seguramente moriría él también porqué él estaba solo y Juanito no tenía ninguna intención de ayudarlo. Wenceslao echaba mucho de menos a Marisol y pensó que estaba colado por ella y por eso no quería perder tiempo, porque entre más tiempo pasara para rescatarla, más eran las posibilidades de que ella pudiera ser devorada por esos salvajes.Después de una noche insomne, Juanito y Wenceslao decidieron que la mejor solución era agregar laxante a la olla donde los caníbales pensaban cocinar a Marisol.

Juanito se acordó que entre los trozos del avión había visto una caja de laxante, así los dos chicos anduvieron al lugar de la tragedia y buscaron la caja. El sol estaba saliendo y la luz iluminaba despacio el bosque. Encontraron lo que estaban buscando y rápidos se dirigieron al pueblito de los caníbales, el tiempo era precioso y tenían que llegar allí antes del mediodía. El camino no era tan largo, pero la vegetación lo hacía todo más difícil.

Juanito y Wenceslao sabían perfectamente que los caníbales tenían un ritual antes de comerse a un ser humano: primero preparaban una sopa en una olla muy grande y se la comían, después cocinaban a la víctima en la misma olla, pero con diferentes ingredientes. Llegaron al pueblito, y mientras Juanito estaba de guardia, Wenceslao agregó mucho laxante. Entonces se escondieron y esperaron hasta que los caníbales llegaron a comerse la sopa. El laxante hizo inmediatamente efecto y la gente escapó hacia el bosque, así tuvieron todo el tiempo necesario para salvar a la pobrecita Marisol que temblaba por el miedo.

Los tres estaban escapando de los salvajes y tenían mucho miedo porque no querían que se los comieran los caníbales, de repente ante sus ojos apareció un rio e intentaron atravesarlo. Marisol fue la primera a entrar en el agua, no había dado tres pasos cuando sintió algo moverse en el agua, entonces comenzó a gritar: “¡está

lleno de cocodrilos!, ¡Juanito corre, ven aquí! ¡Me comen!”.

Los dos chicos no sabían que hacer y Juanito le alcanzo una larga rama para sacarla del rio y todos juntos regresaron al avión. Juanito propuso: “¡podemos tomar los cadáveres y tirárselos a los cocodrilos, así mientras los reptiles están distraídos comiéndose los cadáveres, nosotros podremos aprovechar para atravesar el rio!”.Wenceslao respondió: “¡tienes razón! ¡Es una buena idea!”

Así Juanito con la ayuda de Wenceslao comenzó a tirar cadáveres al río y atravesaron a salvo.Juanito tenía mucha hambre, pero no tenía nada en su bolso. Pensó:<< ¡Tengo muchísima hambre, estoy a punto de morir de hambre! ¡Que alguien me dé algo de comer, por favor!>> Camino por horas, mientras Wenceslao y Marisol lo estaban buscando, cuando encontró un árbol que tenía frutas extrañas: parecían naranjas, solo que eran verdes.Juanito miró bien las frutas: <<Muy, muy extraño. No conozco estas frutas y no sé si comerlas…. ¿Qué hago? ¿Comer o no comer? ¡Este es el dilema! Ay, ¡tengo tanta hambre que ya no pienso más y voy a comer una o dos!>>. De esta manera tomó algunas y parecían deliciosas, pero si hubiera sabido que frutas eran, seguro que

no se las habría comido, de hecho empezó a dolerle la cabeza y no podía ver bien.<< ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué me está pasando a mí? Tengo que acostarme un poquito…..Espera, ¿por-por qué los árboles son azules y por qué el suelo es rojo? Ahhhhhh Ahhhhhhh>> De esta manera empezó a correr aterrorizado por el bosque. No sabía si era una pesadilla o si todo esto era real.Marisol y Wenceslao llamaron a Juanito, todavía lo estaban buscando y lo encontraron aterrorizado cerca de un árbol. Gritaba y le preguntaron: <<Juanito, Juanito, ¿qué te está sucediendo? ¿Por qué gritas? ¡Juanito, Juanito! ¿Puedes hablar? >>La chica, que era una bióloga, notó algunas frutas verdes en el bolso de Juanito y dijo a Wenceslao: << ¡Wenceslao, ven aquí y mira estas frutas!

¡Estas frutas son toxicas, seguramente Juanito ha comido algunas de estas malas frutas! ¡Ayúdame a llevarlo allí, rápidamente!>>De esta manera ambos transportaron al loco a una cueva cerca de ellos.Juanito, que estaba alucinado, empezó a ver su selva encantada transformarse en una pesadilla horrible y un dolor punzante al estómago lo devolvió a la realidad:” ¿Qué está pasando,? ¿dónde estoy?”.Empezó a gritar y se cayó al suelo.Wenceslao y Marisol, preocupados por el amigo, lo arrastraron a una cueva pequeña para poderlo curar.

Luego Juanito, llorando explico:” perdonen, fui un egoísta, he visto las frutas y me las he comido todas solo. Porque tenía hambre”.Marisol, que por fortuna conocía las propiedades de las plantas le preparó una infusión de hierbas y flores curativas y Juanito se la bebió.Pero Wenceslao estaba enfadado con él por lo que había hecho: “¡maldito!” pensó entre sí mismo “¡para que aprenda!”

Después de diez meses, los tres chicos aceptaron la situación, empezaron a construir cabañas con leños y, en poco tiempo, aprendieron como obtener la comida y como cazar.Aprendieron a conocer las plantas y sus propiedades beneficiosas y también los animales que vivían allí. Los meses pasaban, y ellos se adaptaban a ese tipo de vida, olvidándose la que habían tenido antes.Ellos vivían felizmente a pesar de los peligros y las dificultades que podían encontrar en la selva. Marisol pensaba como habría sido su vida si el avión no se hubiese caído y en cambio hubiera vuelto a su ciudad natal, y hubiera visto de nuevo todos sus amigos y a su familia también.Mientras tanto, los dos hombres habían hecho amistad y se caían bastante bien;

Juanito y Wenceslao trabajaban mucho para proteger la cabaña en vista del invierno procurándose la comida y la madera para encender el fuego.

Era un día como otros. El sol salía en el cielo y no soplaba un hálito de viento. Como todas las mañanas el primero de los tres jóvenes que se despertó, fue Juanito. Él era un madrugador y todas las mañanas tomaba el sol porque el cuidaba mucho su aspecto físico. De repente una sombra oscureció a Juanito y él se levantó y miró al cielo. Parecía un espejismo pero era verdad. Un avión volaba cerca de la cueva donde estaban los tres jóvenes pero solo Juanito estaba despierto mientras Marisol y Wenceslao aun dormían

Juanito estaba esperando que la avioneta aterrizara en el lugar que había indicado. Finalmente después de 10 meses alguien lo había visto y lo podía salvar. Estaba tan feliz que no creía que fuera realidad. Cuando aterrizó, Juanito corrió hacia los pilotos. Llevaban vestidos militares y botas altas, tenían el pelo castaño y llevaban gafas de sol. Inmediatamente lo hicieron subir a la avioneta, pero después

de haber oído todo lo que había sucedido en todos aquellos meses, se fueron a buscar los otros dos sobrevivientes, porque Juanito los había perdido de vista. Entraron en el bosque y mientras caminaban, les contó también de los caníbales. De repente uno de los pilotos vio algo salir de la tierra. Todos se dieron cuenta que se trataba de un cadáver, mirando más atentamente, Juanito notó que era Marisol, y no muy lejos estaba también el cadáver de Wenceslao. Atemorizados empezaron a correr a la avioneta, pero el caníbal que había matado a Marisol y Wenceslao estaba allí, golpeó a uno de los pilotos. Pero, ni Juanito ni el otro piloto se pararon por el miedo y continuaron corriendo hasta que llegaron a la avioneta. Inmediatamente entraron y el piloto temblando, hizo despegar la máquina. Estaban aterrorizados por todo lo que había sucedido, pero también

felices de haber dejado aquel lugar horrible, lleno de peligros.

Classe 4BL anno scolastico 2015-2016Professoressa Herlinda Mena