Inyección química del clarificante

El mineral conocido como montmorillonita es la materia prima principal de todas las arcillas clarificantes activadas. La montmotillonita es un hidrosilicato de aluminio, en el cual la relación ácido silícico / alúmina es de 4:1.

Un solo cristal de montmorillonita consiste de 15 láminas. Como puede verse en el esquema, cada lámina está formada de tres laminillas: dos laminillas exteriores de sílice, compuestas de SiO4 tetraédrica y una laminilla central de iones de aluminio. Cada catión de aluminio está rodeado en forma octaédrica por los átomos de oxígeno de las moléculas de sílice. Por la introducción de iones trivalentes de aluminio y fierro dentro de las laminillas de sílice o de iones bivalentes de magnesio y fierro dentro de la laminilla central, la lámina queda cargada negativamente, hecho que se compensa por la presencia de cationes en el espacio interlaminar. Estos cationes pueden ser reemplazados fácilmente por otros de mayor afinidad.

Nuestras arcillas crudas, por su naturaleza, contienen iones de calcio y numerosas moléculas de agua entre sus láminas, proporcionando al material características especiales, tales como una consistencia jabonosa y una apariencia amorfa.

Representación esquemática de los cristales de montmorillonita:

ReferenciaRojo = OxígenoNegro = SíliceAzul = Puentes OH (Grupos oxhídricos)Plateado = AluminioAmarillo = Calcio

No sería posible utilizar la arcilla cruda en su forma natural, ya que contiene más del 40% de agua y no demuestra ninguna actividad clarificante. Para la producción de arcillas clarificantes altamente activadas se requiere una activación química, la cual se lleva a cabo en nuestras plantas mediante un proceso elaborado con ácidos minerales.

En el primer paso de preparación, los iones de calcio externos se intercambian por iones de H+, y se obtiene una bentonita H-. Durante el subsecuente proceso de activación, el ácido mineral se abre camino entre las laminillas y disuelve iones de aluminio, fierro, calcio y magnesio de la estructura, penetrando cada vez más en el cristal. Con ello aumenta la superficie interior de las laminillas de cristal y se forman centros ácidos activos. Durante el proceso se optimiza el grado de activación. Un tratamiento químico adicional reduce nuevamente la actividad de la bentonita, destrozando el cristal íntegramente, dejando un ácido silícico al final.

De esta descripción se desprende que durante el proceso de activación se sobrepasa un punto óptimo. En esta etapa, la arcilla activada con ácido posee las mejores características de decoloración para la producción de arcillas clarificantes de alta calidad.