16
I,OS "CLEONU^" Gon el carácter de plaga de la remolacha exi.sten en España varios r.urculiónidos, que causan a veces daños considerables. Los re,gadíos de Aranjuez, en la pz•ovincia de Madrid, y los de Zaragoza, Málaga, Gra- nada y Almería, han sufrido sus devastado- res efectos, habiéndose señalado también su presencia en las provincias de Guadalajara, Huesca, Teruel, Valladolid, Toledo, Sevilla, Murcia, Castellón, Barcelona y Baieares. El ^más impoz•tante y fz•ecuente en España, de los curculiónidos de la remolacha, es el Cono^•rhz ,^».chus (Clean^us) mem.rlicrus Gy11, aunque no es e.l único que ]a ataca; en varias provincias lo ŝ daños han sido causados por insectos pertenecientes aI génQro Lixx^, de los cuaies nos ocuparemos más adelante; y también se ha citado en la Península, aunque sin importancia en los daños, el B^atlayrnade- res (Clean^cs) praractiveni5r^i,s G^erm. La última de las especies citadaq es la que sustituye a la primera en la Europa orien- d

I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

I,OS "CLEONU^"

Gon el carácter de plaga de la remolachaexi.sten en España varios r.urculiónidos, quecausan a veces daños considerables.

Los re,gadíos de Aranjuez, en la pz•ovinciade Madrid, y los de Zaragoza, Málaga, Gra-nada y Almería, han sufrido sus devastado-res efectos, habiéndose señalado también supresencia en las provincias de Guadalajara,Huesca, Teruel, Valladolid, Toledo, Sevilla,Murcia, Castellón, Barcelona y Baieares.

El ^más impoz•tante y fz•ecuente en España,de los curculiónidos de la remolacha, es elCono^•rhz,^».chus (Clean^us) mem.rlicrus Gy11,aunque no es e.l único que ]a ataca; en variasprovincias loŝ daños han sido causados porinsectos pertenecientes aI génQro Lixx^, delos cuaies nos ocuparemos más adelante; ytambién se ha citado en la Península, aunquesin importancia en los daños, el B^atlayrnade-res (Clean^cs) praractiveni5r^i,s G^erm.

La última de las especies citadaq es la quesustituye a la primera en la Europa orien-

d

Page 2: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

Fig. B.--Loa Cleonu.v vuelen atacar preferentrmente a lal^unta de la rafz. (Uriginal.)

Page 3: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

--38•-

tal; mientras el Co^xorrh^tchus nzcmdic^usestŝ localizado en la parte oeste del Medite-rráneo (España y Portugal, sur de Francia,Italía, Malta, Argelia y Túnez) y en el Ca)^ode Bueua Fsperanza, el Bothynoderes p^c^urti-ventris se extiende desde Austria al Cáucasoy sur de Siberia. Se ha coznprobada que labiología de estc insecto es análoga a la cielC, mendicus, e^?pecie a la que es afín, Difi^e-re de ella, sin embargo, y acaso sea ésta unade las causa$ de au escasa importancia enEspxJia, en que miPntras el C. me^ulric^cs pro-duce los principales daSos en terrenos fuer-tes, según observó Picard y precisb despuésMenozzi, e1 B, qramr.ctiv^ret^ris necesita terre-nos arenosos para que la hembra pueda efec-tuar la puesta.

Los mayores estragos los causa esta plagaen la zona rusa de Kiev y Jarkof y en todala Rusia del S0. En el Medíodía de Francia,en eambio, lo encontró Mayet, mezclado conel C. me►+rrl^ic-us, en la insignificante propor-ción de un 1 por 1.000. En España no se co-noce su ataque a la remolacha con el carácterde plaga, teniendo, sin embargo, referenciasde haberse encontrado en Palma de Mallorca,en Menorca, en la provincia de Sevilla, enVillacañas (Toledo) y en Cabra (Murcia).

DESCRIPCTdN.-El insecto adulto del C. menti-dicus es de gran tamaño, de 11 a 17,5 milí-metros de largo por cuatro a seis de ancho.

Page 4: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

-- 37 -

Su cuerpo es cilíndrico, con el tegumento 2te,-gro, recubierto de escamas de color ceiiicien-to sucío ; estas escamas se van cayendo co^^el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-

Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.)

pecto raído, tanto más marcado, en general,cuanto más viejo es el animal, de cuya apa-riencia ^te pol•diosero toma el insecto su nom-bre específico. En la parte dorsal presenta dosbandas oblicuas, negruzcas, sobre cada éli-tro, que convergen en la sutura las de cadalado. La densidad de las esca^mas es menor

Page 5: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

-- 38

en ]a cabeza y tciras que sobrc los élitros,por io que la parte antel•ior del animal tieneun tinte más oscuro, al destacarse con mayorintensidad el fondo negro del tegumento. Losélitros son muy alargados, y las alas, mern-

FIK, 1L-Bokhinrorlere,v (Clcr»atr•^) pintc•fii+r^^hi.v l:erm.f orlginal. )

branosas, cstán bien clesarrollaclas, a pesard^e lo cual muy rara vez vuela el ínsecto.

Su cabeza, como en toiios los curculiánidos,se prolonga en forma de pico, es de formacóníca, regular, más bien corta; lleva unaquilla en su medio, y a uno y a otro tado ^dossurcos longítudinales.

La larva alcanza tma lon^^itucl de tm^os 15

Page 6: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

milímetros; es ápoda, arqueada, blanda, in-fiada, de ►in color blanco cremoso, con una lí-nea algo más ^oscura a lo largo del dorso. Lacabeza, quitinizada, es de color amarillo ocre,con las rnandíbulas negras, bidentadas, bienpotentes. Lleva en el cuerpo diversos pelosesparcidos, y posee una línea de tubérculos acada Iado.

Los huevos son de forma oval, un pocomás largos que anchos, de color amarillentoy superficie lisa, miden cerca de dos milíme-tros en sii mayor dimensión. Los deposita lahembra, aislados, en el cuello de la rafz, o enel terreno alrededor de la remolacha reciénnacida.

BiocxAr•fA.-En dos épocas del año apare-cen los adultos principalmente : primavera yotoño. A zstos últimos se les encuentra sobreeI terreno y ocultas en las celdas, en el inte-rior de la remolacha, donde acaban de trans-formarse; tienen ]a pubescenci^3 grisácea,bien conservada, j ustificando su poca •edad ;se hunden después en el terreno d ^nde pasanel invierno. Las ninfas que retrasan su evo-lución no se transforman hasta ya entradoslos fríos, y los adultos que de ellas procedenno saien al exterior hasta la primavera si-guiente.

A fines de marzo, o más tarde, según losaños, vuelven a aparecer los adultos, emer-giendo del terreno simultáneamente. Q:ue és-

Page 7: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

-40-

tos son los mismos que se vieron en el otoñoanterior lo prueba su aspecto : aparecen losinsectos como frotados, dejando al descubier-to su tegumento negro, al caerse las escamasque lo recubren. Si se repite el cultivo en elmismo terreno, acuden los insectos a1 salirde la tierra a las remolachas recién nacidas,de Ias cuaIes se alimentan ; en los casos de rq-tación de cuItívos se dirigen todAS juntos alos nuevos campos, sin duda atrafdos por elolfato; la mareha la hacen andando, sin utili-zar nunca el vuelo, y a veces recorren dis-tancias hasta de medio kilómetro, que pue-den estimarse como conaíderables para susmedios locomotores.

Est.^ peregrinación la hacen en masa, loque ofrece coy^untura favorable para la de-fensa. La aparición en masa de los insectossuele ser característica de todos aquellos queinvernan en el estado adulto.

En ]as plantaciones de remolacha perma-necen inmóviles durante largas horas, sobreel terreno, u ocultos bajo algún terrón, lo quehace, dado su color terroso, que pasen fácil-mente desapercibidos. En los días nubosos ode viento el insecto se oculta en el terreno, o seguarece debajo de Ias hojas, pareciendo comosi un campo intensamente ataeado el día an-terior hubiese quedado de repente libre deparásitos.

Además de las dos épocas indicadas de apa-rición de adultos, se vbservan a veces algunos

Page 8: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

-- 41 -

en pleno verano. Acerca del origen de estosúltimos ha habido criterios discordantes, con-siderándolos bien como individuos rezagados,procedentes de las últimas ninfosis verifica-das el invierno anterior, o como adultos pre-coces, los cuales darían origen a una segun-da generación parcial en el mismo año de sunacimiento. De todos modos, las larvas deellos procedentes tienen escasas probabilida-des de llegar al final de su desarrollo, y aun-que terminen su evolución en los almacenes,será difícil que los adultos puedan causar da-ños al año siguiente.

Según las observaciones de Menozzi, enItalia, parece deducirse que la salida de losrefugios de invierno no depende sino en par-te del medio ambieute (temperatura y hume-dad), opinián que también sustentó Picard,en Francia, quien admitía que la causa de laaparición temprana o tardía es la época desu transformación en ninfa.

Este hecho es de gran importancia, porquepermitiría predecir la fecha de aparición delas ^masas de insectos primaverales : tempra-na, cuando en el otoño, al efectuar el arran,-que de la remolacha, se vean rnuchos adultos,o tardía, cuando en esta época aún no hayanevolucionado, siendo en este caso mucho me-nos temibles los daños, por encontrar los in-sectos ya crecida la remolacha, cuando, enprimavera, emerjan de la tierra.

En mayo, y aun antes, comienza la puesta,

Page 9: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

42 -

que se hace de ^un modo escalonado, y se pro-longa durante el verano. Cada hembra depo-sita sus huevos, si^zmpre aislados, bien en elcuello de la remolacha, en el suelo o enterra-dos a uno y medio centímetros, pero siemprealrededor de la planta; tarda en la puestavarios días, y nunca deposita más de 60 ó 70huevos.

Después de una semana nacen las larvasque inmediatamente se dirigen a las tiernasraíces, en las que labran galerías, al princi-pio muy superficiales. A medida que la larvas^e desarrolla y crece la raíz, las galerías au-mentan de ta^maño, permaneciendo casi siem-pre longitudinales, con salidas al exterior.Algunas larvas llegan a la parte central dela remolacha y la perforan en todos sentidos;la parte más atacada es siempre la punta dela raíz, como puecle apreciars^ en la adjuntafotografía.

En el momento del arranque de la remola-oha se ven, principalmente en la parte inta-rior de la raíz, larvas, ninfas y adultos, queacaban de evolucionar.

La aparición de las ninfas comienza enagosto o septiembre, y permanecen en esteestado dos o tres semanas. Algunas larvas setransforman en ninfas en el interior de Iasgalerías; otras, en cambio, se construyen unacelda con tierra, que empastan con un líquidoadhesivo segregad^o por la boca. Hay años enque la ninfosis se retrasa, aunque siempre

Page 10: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

-- 43 ---

quedan individuos rezagados, correspondien-tes a las larvas y ninfas que se ven en el mo-mento de efectuar el arranque de la raíz.

EI Conrn'rhy^n^chus mendicus no es específi-co de la re^molacha azucarera ; también ata-ca a otras quenopodiáceas : Sets,c m,ariíim•a,Atriple.x ^non•tulra.coides, Salsota kalí, etc. ; eau-sa sus mayores daños en los terrenos fuertesy compactos; en loŝsueltos y arenosos apenasponen las hembras adu.itas, y las larvas, muysensíbles a la humedad, no se desarrollan.

DaÑOS.-La primera aparición de los adul-tos, recién nacidos en el otoño, apenas causadaños en esta época; está desarrollada la re-molacba y, <<unque de^^oran los insectas al-gunas hojas, no tiene ia menor importancia.No suc^ade lo mismo con la segunda apariciónen primavera : las masas de adultos que sa-len de sIIS refugios, cuando la invasión estemprana, encuentran a la remolacha reciénnacida, devoran las tiernas hojitas y llegan adestruir la sie^mbra, obligando a resembrar,con el peligro de que la segunda siembra co-rra la misma suerte que la primera. Si la in-vasión es tardía, la rem^olacha está ya des-arrollada y puede resistir los ataques, quemás que por su intensidad son temibles porla época en q^ue se prociucen.

Las larvas, evidentemente, llegan a causardaños considerables, no sólo por la gulpa quedevoran, sino por la putrefacción que se ori-

Page 11: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

-44-

gina en la raíz, que las da un olor repugnan-te. Además, según se ha. hecho notar a pro-pósito del B. 7^unctivent^^s, se provoca con elataque una disminución de la riqueza enazúcar.

Las remolachas forrajeras no suelen pu-drirse, y no hay inconveniente, por ello, endárselas corno alimento al ganado.

Errrr.Mtcos NATURALES. - Como la mayorparte de su vida la pasa el Conorrhy^chu3m,endicus bajo tierra, apenas cuenta con pa-rásitos naturales; Menozzi encontró un díp-tero parásito endófago del adulto, y un co-leóptero y una hormiga depredadores de sularva.

EI parásito endófago es el taquínido Rcm-d^r^nicc ^linxi•diatcc Meig., cuya biología no esbien conocida, ni aun el modo de efectuar elataque. EI número de individuos parasitadosha ]legado en ciertos casos hasta el 25-30 por100 y, según las deducciones de Menozzi, me-rece la pena investigar su posible utilizaciónpara la lucha biológica.

En los insectos depredadores de la larva,comprobados por Menozzi, figuran el coleóp-teno Pterastichus melcus Dreuz., observado an-tes por Pospielov como paráŝíto del B, pu^nc-tivent^ris, y la hormiga T,apinoma e^rr-ati^cu.mNyll ; gran número de estas hormigas, emi-nentemente carnívoras, atacan a mordiscos alas larvas del Cano^rhyyx^chus, causándoles p^e-

Page 12: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

^- 45 --

queñas y numerosas heridas, que llegan acausar la muerte de un discreto número.

Tanto Picard como Menozzi han observadoen la larva una enfermedad, que atribuye elprimero a un bacilo, que denominó S. cleani,el cual causa en ella una ftacidez, aparecien-do después manchas pardas en los segmen-tos, que se van extendiendo hasta convertirseel insecto en una znasa negruzca de m^ai olor.

Algunas avea, y principalmente ciertoscuervos, devoran gran número de adultos.

MEDIOS DE LUCHA.-Como prácticas Cultu,-rales deberá, en primer término, evitarse larepetición del cultivo, para impedir que yaesté el terreno invadido por los adultos in-vernantes en el momento de nacer la planta ;también deberá cuidarse de hacer la siembratemprana, y activar, mediante aportacionesde nitrato, su rápido crecimiento, con objetode que ya tenga la planta suficiente resisten-cia eii el momento de sobrevenir la invasíón.

En los casos en que persista la plaga va-rios años, convendrá elegir para e1 cultivo dela re^molacha los terrenos más húmedos yarenosos, en los que el Conarrhy^tchu.s mem-dic^u,s se propaga con dificultad.

Como medios de combatirlo se recomien-da : la destrucción directa, el empleo de in-s^ecticidas y las inundaciones o riegos copio-sos en verano, que pueden ser de gr•an efica-cia en la destrucción de las larvas.

Page 13: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

-- 46 -

Dest^^u^csi,cín ^li°rerta.-Tiende este métodoa impedir la llegada de adultos a .las nuevasplantaciones, por medio de zanjas protecto-ras, y a la destrucción mecánica de los adul-tos que aparezcan, mediante su reroR•ida amano.

'Lanjas pi•ot^ctoras.-Dirigiéndoseen masa los adultos, en primavera, a las nue,-vas plantaciones de remolacha, conviene di-ficultar su acceso por medio de zanjas de 3Ucentímetros de profundidad, con una paredvertical. Estas zanjas pueden disponerse, bíencircundando los terrenos que tuvieron plagael año anteríor, para evitar que salgan deellos los insectos invernantes, o como mediode protección de los nuevos campos, rodean-do las parce,las recién plantadas.

En el pri^mer caso se dispondrá la paredvertical de la zanja en la parte opuesta delcampo que rodea, y en el segundo, ^en el ladocontiguo a la parcela, con objeto de que, alcaminar la masa de ínsectos, tropiece en ladirección de su marcha con una barrera ver-tical que la obstaculice.

En el fondo del surco, y a dístancía de 100 15 metros, conviene disponer cazuelas o re-cipíentes de barro, enterrados hasta sus bor-des, de modo que ocupen todo el ancho delsurco. En estos recipientes caeráu los insec-tos al ca.minar por el fondo del surco buscan-do una salida, y tod^os los días deberán va-ciarse para destruir los insectos cazados.

Page 14: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

I. e c o g i d a a m a n o.-Si se repite elcultivo de remoiacha, no quedan protegidoslos campos atacados por el método anterior,y convendrá en todos los casos, pero princi-palmente en éste, dar una labor de inviernode 20 centímetros de profundidad, que pongalos insectos al descubierto; sin ^embargo, laprincipal destrucción haurá de hacerse enprimavera. Desde que aparecen los primerosadultos deberá recorrerse el campo diaria,-mente, recogiendo a mano cuantos insectosaparezcan, echándolos en alguna vasija quecontenga petróleo. Esta recogida exige grancuidado, porque los insectos se guarecen bajolos terrones y grietas del terreno, quedan in-móviles a la ^m^2nor alarma y son difícilmen-te visibles a causa de su color.

F.n el otorio, al efectuar la recolección, con-viene destruir el mayor número posible deinsectos, ]arvas y adultos, para disminuir laimportancia de la plaga en el año siguiente.

En Italia y otros países se han utilizado lospavos como medio de destruir gran númerode insectos adultos, llevando a las parce:as in-festadas manadas de 10 ó 15 pavos, para quelas recorran escalonadamente.

También pueden emplearse los pavos en elotoño, al arrancar la x•emolacha, en cuya épo-ca destruirán buen número de larvas y nin-fas y de ad,ultos recién nacidos.

Page 15: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

- 4$

^'m.pleo de insecticida,s.-La recogida a ma-no, aun llevada con método, no basta parad^e^truir la plaga. Es eficaz el empleo de pul-verizaciones, o espolvoreos, en primavera, so-bre las reznolachas recién nacidas, desde el^cnomento en que aparezcan los primeros adul-tos. El tratamiento habrá que repetirlo a lospocos dfas, porque las nuevas hojas que bra-ten no estarán recubiertas por el insecticida.Es recomendable el espolvoreo con arseniatode calcio con el 15 por 100 de riqueza enAszOs, empleado con fuelle de los utilizado^para azufrar viñas.

En Hungría, Eslovaquia y Rusia se emplea,para combatir la especie punct'ivem^ris, allídominante, el cloruro dé bario en pulveriza-ciones; también se utiliza en Italia, en dondese recomienda con preferencia a los arsenia-tos, por resultar más barato y ser menos tó-xico para el hombre y el ganado. A las dosisnorrnales, lo toleran bien las hojas de la re-molacha; será prudente, sin embargo, e^n-plear el cloruro de bario diluído en agua al3 por 100 cuando las pulverizaciones hayande hacerse sobre las remolachas recién naci-das, aplicando la dosis del 4 por 100 una vezque la planta tenga varias hojas.

La lucha contra la larva resulta dífícil, porvivir bajo tierra, siendo inútiles las inyeccio-nes al suelo con sulfuro de carbono, métodoque preconizó Mayet, pero que la experienciaha demostrado ser ineficaz.

Page 16: I,OS CLEONU^ · el roce, lo que hace tomar a su ropaje un as-Figs. 9 y 10.-Adulto y larva de Cottorrhynchus (Creo-nus) ^ncndicus Gy1L ( Original.) pecto raído, tanto más marcado,

--- d9 -

Ricyos ^le verccru^.-Como ya hemos indiĉ^^{,^do, tiene la larva e5casísima resistenei^e K^lahumedad, principalmente en los terrenos ^él-tos. Por este motivo se i•ecomjenda da^ $n "par de riegos, bien abundantes, en el tn^r^dejulio y con pocos días de intervalo, dejan:la"el terreno encharcado durante seis u ochohoras, lo que puede ser causa de la muerte degran nú^mero de larvas y acaso de la desapa-rición casi completa de la plaga.