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PUBLICACIÓN PERIÓDICA CEDE BH EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYN CENTRO DE ESTUDIOS PARA Los gobiernos populares son débiles ante el escándalo. No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad encubridora de las oligarquías y son sus propios partidarios quienes señalan sus defectos que después magnifica la prensa. El pequeño delito doméstico se agiganta para ocultar el delito nacional que las oligarquías preparan en la sombra, y el vende patria se horroriza ante las “sisas de la cocinera” CEDE BH EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYN CENTRO DE ESTUDIOS PARA Arturo Jauretche DICIEMBRE 2016 pensador, escritor y político argentino 11 ESCRIBEN EN ESTE NÚMERO: POR SERGIO ANCHORENA 11 ISSN: 2469-2557 ESTADO PRESENTE VS. ESTADO AUSENTE CICLO ECONÓMICO Y CICLO DE EMPLEO: LA SOSTENIBILIDAD DE LA SEGURIDAD SOCIAL ANTE EL PROGRAMA DE “REPARACIÓN HISTÓRICA PARA JUBILADOS Y PENSIONADOS” POR JUAN IGNACIO BALASINI POR JOSÉ IGNACIO VIGIL Y WALDEMAR HERNÁN OCKSTAT CONTRIBUCIONES DE LA GOBERNANZA EN LAS POLÍTICAS DE DESARROLLO REGIONAL ...A PARTIR DEL CASO DE LA PROVINCIA DE SANTA FE LAS EPISTEMOLOGÍAS DEL SUR Y LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA POR MARIA EVA, BELLINI; GASTÓN MAXIMILIANO, ONETTO; ROMINA, CAPELLO. LA TUPAC JUJUY - Sebastián Miquel

ISSN: 2469-2557 CEDE BH CENTRO DE ESTUDIOS PARA CEDE BH … · 2017-02-13 · Ya desde fines de los 70s y principios de los 80s, en el marco de un intenso proceso de transformaciones

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PUBLICACIÓN PERIÓDICA

CEDE BH EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYN

CENTRO DE ESTUDIOS PARA

Los gobiernos populares son débiles ante el escándalo.

No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad encubridora

de las oligarquías y son sus propios partidarios quienes señalan

sus defectos que después magnifica la prensa.

El pequeño delito doméstico se agiganta para ocultar el delito

nacional que las oligarquías preparan en la sombra, y el vende

patria se horroriza ante las “sisas de la cocinera”

CEDE BH EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYN

CENTRO DE ESTUDIOS PARA

Arturo Jauretche

DICIEMBRE 2016

pensador, escritor y político argentino

11

ESCRIBEN EN ESTE NÚMERO:

POR SERGIO ANCHORENA

11 ISSN: 2469-2557

ESTADO PRESENTE

VS. ESTADO AUSENTE

CICLO ECONÓMICO Y CICLO DE EMPLEO: LA SOSTENIBILIDAD DE LA SEGURIDAD SOCIAL

ANTE EL PROGRAMA DE “REPARACIÓN HISTÓRICA PARA JUBILADOS Y PENSIONADOS”POR JUAN IGNACIO BALASINI

POR JOSÉ IGNACIO VIGIL Y WALDEMAR HERNÁN OCKSTAT

CONTRIBUCIONES DE LA GOBERNANZA EN LASPOLÍTICAS DE DESARROLLO REGIONAL ...A PARTIR DEL CASO DE LA PROVINCIA DE SANTA FE

LAS EPISTEMOLOGÍAS DEL SUR Y LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIAPOR MARIA EVA, BELLINI; GASTÓN MAXIMILIANO, ONETTO; ROMINA, CAPELLO.

LA TUPAC JUJUY - Sebastián Miquel

a revista nº 11 contiene tres artículos que fueron presentados en el II Congreso de Economía Política Lorganizado por el CedeBH, el pasado 1 de Octubre de este año. En el mismo, participaron más de 200

personas, en distintas modalidades, y se contó con la presencia de 9 oradores provenientes de todo el país

que se organizaron en paneles de debate con centrados en tres temas: desarrollo regional, coyuntura económica, e

historia política e industria. Las reflexiones logradas en estos espacios son una de las contribuciones más

importantes que este tipo de eventos pueden aportar al conocimiento científico de la región, y esperamos que el

mismo pueda contribuir a la construcción de políticas públicas.

Por otro lado, también en el congreso se organizaron mesas debate, en donde se discutieron los trabajos

presentados. Los dos ejes temáticos sobre los que versaban los mismos, y que marcaron la discusión en este año,

fueron las políticas públicas y el desarrollo regional. Sobre estos tópicos existen distintas posturas, algunas

contrapuestas, otras con ciertas similitudes y otras con un desarrollo muy incipiente. El denominador común de todas

ellas, es que aún es necesario ponerlas en discusión para tratar de construir consensos que nos permitan contribuir al

desarrollo económico del país.

Nos parece oportuno publicar una selección de los artículos discutidos en este espacio, para favorecer la difusión

científica, tarea que consideramos subestimada en comparación con los esfuerzos volcados a la producción

del conocimiento, pero necesaria para sentar las bases de debate y búsqueda de consenso.

Esperamos que disfruten de este número tanto como nosotros lo hicimos en su elaboración.

CEDE BH | 03EDITORIAL

CEDE BH

|

EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYN

CENTRO DE ESTUDIOS PARA

STAFF

Muchas gracias!El equipo del CEDEBH

INDICE

03 EDITORIAL

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14

22

36

11

PENSAMIENTO DE

11DIRECTOR CEDEBH:

DIRECTORA DE LA REVISTA:María Victoria Yori

EDICIÓN:María José Haberkorn

CORRECCIÓN: Romina Mansilla

DISEÑO:Eduardo Toum

AGRADECIMIENTOS: ATE; Jorge Hoffmann; Marcelo Delfor; Patricia Rudel; integrantes del CEDEBH.

Diego Rubinzal

San Luis 2054, (3000) Santa Fe. Teléfono (0342) 4555557 int 135. www.cedebh.com.ar / [email protected]

CONTACTO:ARTURO JAURETCHE

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ISSN: 2469-2557

CONTRIBUCIONES DE LA GOBERNANZA EN LASPOLÍTICAS DE DESARROLLO REGIONAL A PARTIR DEL CASO DE LA PROVINCIA DE SANTA FE

ESTADO PRESENTE VS. ESTADO AUSENTE

LAS EPISTEMOLOGÍAS DEL SUR Y LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

LA SOSTENIBILIDAD DE LA SEGURIDAD SOCIAL ANTE EL PROGRAMA DE “REPARACIÓN HISTÓRICA PARA JUBILADOS Y PENSIONADOS”

UN APORTE A LA DIFUSIÓN DEL CONOCIMIENTO

el caso estudiado, ha generado no pocas dificultades. Entre otras, y en un nivel empírico-practico, aquí se adelantan tres hipótesis articuladas sobre las problemáticas de esas políticas de regeneración económica basadas en la articulación público-privada para el caso de la provincia de Santa Fe: i) que ha existido una inadecuada relación entre niveles o geografías de regulación (nacional, regional, local) para articular esas políticas (ingeniería institucional); ii) que ha existido una escasa o inadecuada comprensión de la conformación de los espacios regionales para definir la política regional; y iii) que ha existido una exagerada ausencia del rol activo del Estado provincial en la ejecución de dichas políticas de regeneración económica. La propuesta apunta a indagar sobre estas situaciones problemáticas para repensar hacia futuro las políticas de regeneración económica regional. El trabajo se estructura de la siguiente manera: en la siguiente sección se describe y analiza la transformación hacia la idea de gobernanza en el desarrollo regional. La tercera sección analiza ese giro para el caso de Santa Fe y describe y analiza las dificultades y problemas que ese giro ha tenido en la provincia de Santa Fe. La cuarta sección ensaya algunas conclusiones.

EL GIRO CONCEPTUAL HACIA LA GOBERNANZA EN ARGENTINA

Ya desde fines de los 70s y principios de los 80s, en el marco de un intenso proceso de transformaciones tanto en las formas de producción keynesiano-fordistas como en la morfología de intervención del Estado (sobre todo nacional) en las economías capitalistas fue ganando lugar incipientemente el concepto de gobernanza para reanimar los espacios de intervención del Estado tendiente a hacer la actividad de gobierno más reflexiva, participativa y democrática en su interacción con la sociedad civil. Pero sobre todo, que parecían aparentemente más efectivos en la realización de la política y la prestación de servicios comparada con la esclerótica, jerárquica y en ocasiones autoritaria forma estatal  . Entrados los 90s, los nombres y esquemas vinculados a la gobernanza emergieron con mayor nitidez, se consolidaron en los enfoques del desarrollo (y del desarrollo regional) y justificaron (y demandaron) el surgimiento de mayores estructuras descentralizadas. La materialización de las ideas sobre la gobernanza fue variada y dependiente de su contexto político, económico e institucional   y de las fortalezas y/o debilidades de los Estados y sistemas políticos  . En el caso argentino por ejemplo, estas formas de gobernanza emergieron principalmente en el marco de los procesos de reforma sobre el Estado durante fines de los 80s y principios de los 90s. Brevemente, la primera generación de reformas importantes sobre el Estado focalizó –como es sabido- en un fuerte achicamiento de la estructura estatal y una descentralización de funciones hacia las instancias inferiores

CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYNANÁLISIS | 0504 |

por José Ignacio Vigil y Waldemar Hernán Ockstat

INTRODUCCIÓN

El trabajo es una intervención en el debate actual analítico y práctico sobre las características de las políticas de desarrollo económico regional en Argentina en los últimos (10-15) años. Sugiere que han existido no pocas dificultades para el diseño y aplicación de este tipo de políticas, e incluso forzando la nota podrían decirse que han pasado desapercibidas y parecen haberse disuelto, y que esto es problemá-tico para la provincia de Santa Fe.En un nivel analítico conceptual se parte de describir y analizar la manera en que las transformaciones ocurridas sobre el Estado en los últimos años en Argentina generaron un doble proceso direccional:

por un lado, desde arriba hacia abajo o desde el Estado nacional hacia las instancias inferiores intentando descentralizar políticas y recursos, y por otro, desde el propio Estado como actor central y casi único ejecutor de políticas hacia una dinámica de mayor articulación del Estado con la sociedad civil (agencias de desarrollo, fundaciones, centros económicos locales, cámaras empresariales, y una gran cantidad de actores locales) en el diseño y ejecución de políticas de regeneración económica regional sobre el propio territorio donde se aplican las políticas de desarrollo. Sostendremos que estas transformaciones han empujado las políticas regionalistas hacia una dinámica de articulaciones regionales (gobernanza) que no ha sido favorable a su efectividad, le hizo perder fuerza y, como veremos para

CONTRIBUCIONES DE LA GOBERNANZA EN LASPOLÍTICAS DE DESARROLLO REGIONAL UNA REFLEXIÓN EN CONTRAPUNTO CON EL ESTADO A PARTIR DEL CASO DE LA PROVINCIA DE SANTA FE

CEDE BH

fundado en la necesidad de reducir el aparato estatal, lo que dio paso a que la gobernanza apareciera como una especie de delegación de funciones del Estado, sobre todo a nivel regional, que recolectaba lo que el Estado delegaba  . Las siguientes generaciones de reformas en argentina se ocuparon de intentar mejorar los aspectos técnicos de la provisión de servicios, con mayor énfasis en la subsidiariedad de la intervención, la preocupación por la eficiencia y la eficacia de las acciones estatales. En ese marco, sobre todo las corrientes de inspiración institucionalista, vieron quizá con buenos ojos a la gobernanza como aquel concepto que representaba la articulación reflexiva entre Estado y sociedad civil que se estaba intentando forjar  En los debates del desarrollo regional y local, ámbito que nos incumbe aquí, el concepto de gobernanza fue ganando lugar privilegiado a través de una inmensa variedad de expresiones y conceptos regionalistas que intentaban reflejar esta nueva orientación en la forma de gobernar y de emprender proyectos políticos. El planteo regionalista habilitó un camino hacia la gobernanza desde varios cuerpos conceptuales: por ejemplo, desde los trabajos de las nuevas formas de organización regional de la producción (flexibles) para la generación de riqueza   , desde los aportes de las ventajas de la proximidad para la reducción de costos de transacción y economías externas  , desde los análisis de las ventajas de la interacción de los actores económicos como elemento de generación de innovación y aprendizaje colectivo (conocimiento tácito) que podía generar mejoras a nivel de productos y procesos en las empresas facilitado por una infraestructura institucional local que permitiera la circulación de información y mejorara la oferta de servicios empresariales  , entre otros  . En ese marco, el regionalismo auspició desde sus comienzos la necesidad de la delegación de funciones desde el Estado central hacia las instancias inferiores para poder avanzar en la apertura del potencial de los territorios como sujetos activos del desarrollo. En el caso argentino y latinoamericano, implicaba revertir la matriz estado-céntrica de estas sociedades. Y demandaba en principio una descentralización de acciones hacia los niveles donde se indicaba que era más oportuna la inclusión de mayores voces posibles y se habilitaba la concertación democrática de los actores intervinientes, al tiempo que se generaban los mecanismos para que esa toma de decisión concertada y esa amplitud de voces, ocurra. Lo local, lo regional, lo territorial, etc. –en ocasiones tratados indistintamente- era visto como la arena quizá más apta para lograr la expresión de voces y la eventual concertación de propuestas. Comenzaron entonces a aparecer expresiones y conceptos como el de gestión estratégica, concertación público-privada, articulación de intereses, desarrollo conjunto o cooperativo, negociación conjunta entre actores sociales, redes locales o mecanismos de coordinación

LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN EL CONTEXTO ARGENTINO

CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYNANÁLISIS | 0706 | CEDE BH

horizontal, gestión territorial, acción colectiva, sinergia social, etc., por mencionar solo algunos de los usos que el lenguaje del desarrollo regional y local comenzó a adoptar parafraseando a la gobernanza. En la práctica, la planificación del desarrollo regional bajo las dinámicas de gobernanza fue requiriendo una adaptación, al menos desde el Estado, de las herramientas tradicionales de gestión, dando paso a la aparición de una innumerable cantidad de diagnósticos y de documentos preparatorios de planificación, y una diversidad de desarrollo de manuales de “buenas prácticas”, en ocasiones orquestadas desde los organismos de financiamiento internacional.  . Lo cierto es que la combinación de las transformaciones espaciales y morfológicas del Estado, la necesidad de avanzar en la descentralización y empoderamiento a los actores sociales, sumado al fuerte y consolidado emergente regionalista, fueron dando paso a un paradigma muy utilizado en las teorías del desarrollo regional que sustituía la idea de la posibilidad de la activación del crecimiento y el desarrollo económico solo desde “arriba” y solo desde el “Estado”, por la idea de la posibilidad de generar los mismos resultados a partir de la dinamización de acuerdos, arreglos, articulaciones, estrategias y multiplicidad de formatos organizacionales o configuraciones institucionales que, a la par del Estado (y en ocasiones suplantándolo), tenían capacidad de generar regulaciones, dinamizar actores económicos, dirigir comportamientos, y encauzar intereses en escalas sub-nacionales de actuación: el barrio, la ciudad, la región, la metrópolis, etc. – . EL GIRO HACIA LA GOBERNANZA EN LA PROVINCIA DE SANTA FE

Existen una serie de hechos en los tres niveles estatales, nacional provincial y local, que convergen en señalar la existencia ese doble proceso direccional que mencionamos al inicio: desde el Estado nacional hacia las instancias inferiores intentando descentralizar políticas y recursos, y por otro, desde el propio Estado como único ejecutor de políticas hacia una mayor articulación con la sociedad civil. Es decir existen elementos fácilmente verificables que describen ese giro hacia la gobernanza y su comportamiento en relación con las políticas de regeneración económica regional.Primero, desde el Estado Provincial hubo a fines de los 90s un fuerte impulso hacia las denominadas Asociaciones para el Desarrollo, organismos que emergieron como entes “autárquicos” que manejaban fondos del Estado provincial para desarrollar proyectos de desarrollo regional basados en la articulación institucional y complementación territorial del Estado con los agentes económicos locales (empresas). La provincia logró crear un entramado de 19 entidades, cubriendo casi el 60% de las localidades, sobre las cuales se ejecutaron sucesivos programas de apoyo empresarial  . Segundo, desde el 2008, el Estado provincial puso en marcha un Plan

Estratégico Provincial (PEP) “Santa Fe Visión 2030” que impulsó procesos de regionalización y descentralización de políticas públicas para orientar mejor la acción del Estado hacia el sector productivo, fortaleciendo nuevamente esas Asociaciones para el Desarrollo a las que definía como organizaciones que generan sinergias locales y regionales al entramado productivo  . Tercero, también en 2008 se produjo una reestructuración del Ministerio de la Producción de Santa Fe creando las denominadas “cadenas de valor” y adaptando su estructura a esas cadenas para mejorar la inserción del Estado en las dinámicas productivas, y se conformaron Consejos Económicos en cada cadena de valor integrado por instituciones y agentes representativos de cada sector y territorio para diseñar políticas  . Es decir, existieron hechos tendientes a fortalecer la descentralización, la articulación público-privada, y las políticas de desarrollo regional.Por su parte, desde el Estado Nacional también han existido en los últimos años aspectos claves que definieron su orientación hacia las políticas de regeneración económica regional en base a las dinámicas de gobernanza, y que influyeron en la emergencia de las situaciones problemáticas de Santa Fe: Primero, luego del 2003 se propuso una política económica caracterizada por un paquete quizá heterodoxo que incluyó un nuevo esquema macroeconómico que ensayaba (aún con dificultades) un proyecto de reindustrialización de la economía por sustitución de importaciones, con intentos de valorizar al sector productivo por sobre el financiero, con un tipo de cambio diferente (por devaluación) que redefinió la relación interna/externa del sector industrial, y con un fuerte estímulo a la promoción de las pequeñas y medianas empresas  . Segundo, hubo un fuerte impulso a las regiones industriales como fundamento de la mejora de competitividad a partir de fomentar las articulaciones público-privadas: por ejemplo, se aplicaron más de 111 programas de promoción de esquemas asociativos empresario-institucionales a nivel local (sistemas productivos locales, clusters, distritos industriales, etc.)  . Aspectos de la nueva política industrial y regional que fueron expresados en planes industriales   , planes de desarrollo   , y un Plan Estratégico Territorial (PET) que revalorizaba las políticas de cadena de valor antes vistas para Santa Fe  . Tercero, se impulsaron una gran cantidad de “nuevas” iniciativas institucionales que complementaban al Estado en el diseño y ejecución de políticas de desarrollo regional. Entre las más significativas figura el impulso dado a las Agencias de Desarrollo Regional (ADR) una red de más de 70 entidades sin fines de lucro que actuaban como una plataforma institucional de gestión, información y soporte para mejorar la vinculación del Estado Nacional con las PYMES contribuyendo a la “competitividad” local. También emergieron los Foros de Competitividad por sector económico, que articulaban intereses entre los representantes de cada actividad económica y el territorio específico. Se crearon también las oficinas GenIA (Generadores de Industria Argentina) del Ministerio de

Industria de la Nación, que actuaban como nodos productivos (mini sedes ministeriales) que trabajan para detectar estrategias productivas y planes de inversión junto con los empresarios locales. Y se reordenaron “viejas” instituciones estatales para orientarse a la promoción de las necesidades regionales como el INTA y el INTI. Todos los cuales intentaban articular a municipios y/o comunas, sociedades rurales, centros económicos locales, legisladores, empresarios, y una gran cantidad de actores locales en el diseño y ejecución de políticas de regeneración económica regional.A su vez, desde mediados de la década del 90 en adelante los Estados municipales habían comenzado a implementar transformaciones que incluían una asunción de funciones mayores a las ya tradicionales de “ABL”, creándose en estas instancias las denominadas Secretarías de la Producción contribuyendo así al proceso descentralizador y asumiendo los municipios un rol importante en el diseño y ejecución de políticas económicas locales, a partir de generar redes de actuación horizontal con los actores económicos (fundaciones, cámaras empresariales, centros industriales, etc.)  .

Ahora bien, por qué decimos que estas dinámicas de gobernanza son problemáticas? ¿Por qué lo son específicamente para Santa Fe? Mencionamos al inicio que trabajaríamos con tres hipótesis articuladas, veamos cada una de ellas.

a. La articulación de políticas públicas entre diferentes niveles de regulación y los actores económicos interesados

El primer problema en este corrimiento de las políticas de regeneración económica hacia las dinámicas de gobernanza está vinculado a la escasa articulación de la “ingeniería institucional” encargada de llevar adelante las política, una desinteligencia que –sostendremos- ha generado para el caso de Santa Fe no pocas superposiciones y contradicciones entre los niveles de aplicación de las políticas. Como vimos, tanto los planes estratégicos nacionales como los planes estratégicos provinciales han insistido en dar prioridad a las estrategias de búsqueda de asociatividad público-privada, empresarial e institucional en los niveles inferiores o en los niveles “territoriales”. Nótese que esa idea de la búsqueda de asociatividad empresarial e institucional a nivel local y regional como estrategia principal de política de regeneración económica ha tendido a confiar en el potencial de la gobernanza local, parroquial y endógena de los espacios locales y de las articulaciones y mediaciones que los actores económicos, sociales y políticos sean capaces de construir, y fue utilizada como herramienta para intentar liberar el potencial “innato” de cada región para insertarlas adecuadamente en los procesos de globalización, de acuerdo a un logrado consenso del mainstream del desarrollo regional.

CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYNANÁLISIS | 0908 | CEDE BH

Sostendremos sin embargo –como una buena parte de la bibliografía ha indicado y como hemos sugerido desde el inicio- que los espacios regionales contienen mediaciones institucionales en las diferentes instancias que interactúan en su producción (actores locales, regionales, nacionales e incluso internacionales) y que todo ello ha hecho paradójicamente más compleja la posibilidad de cooperación, consenso y articulación de intereses. Lo que parece haberse generado más bien es que muchos actores diferentes desarrollan, implementan o fuerzan herramientas de políticas acordes a los intereses que representan: así, cada cámara empresarial, cada sector económico, cada etapa de la cadena de agregación de valor… propone y pregona políticas macroeconómicas y regionales (nacionales y provinciales) favorables a la producción y competitividad y eventualmente exportación de sus propias producciones, que a veces requieren soluciones de políticas que son en principio incompatibles entre sí   . Es decir, suele verse una explosión de agentes y articulaciones paralelas al Estado pero que no necesariamente logran una adecuada coherencia en su ingeniería institucional y en ocasiones se generan complejas articulaciones cada una de las cuales pujando y compitiendo por re-direccionar los procesos de desarrollo regional y local en un mismo territorio. Existen no pocos indicios de esta desarticulación en la provincia de Santa Fe. Por ejemplo, se ha avanzado en describir para el caso de Santa Fe (en la zona central de la provincia) las dificultades de esta superposición de agentes de la gobernanza, y se ha mostrado que las agencias y

asociaciones fueron utilizadas como correas de transmisión para “bajar” las políticas y programas (nacionales y provinciales, respectivamente) hacia una localidad, produciéndose no solo un solapamiento y obstrucción de programas entre agencias y asociaciones sino también la obstrucción de la oportunidad para las secretarías de la producción locales de conformarse como instancias autónomas y descentralizadas que se hagan cargo de la articulación de actores para buscarle solución a los temas de políticas económico-productivas   . Los vínculos y articulaciones que se generaron no fueron coordinados como parte de una política gubernamental planificada, lo que hizo que muchos recursos asociados a las Agencias “salteen” la instancias regional o local y se articulen directamente entre nación y la Agencia de Desarrollo Regional, y desde ésta a los empresarios locales, quedando el rol de los gobiernos locales reducido a acoplarse a dichas propuestas, y en el mejor de los casos, a incentivar el proceso.A su vez, en el caso de Santa Fe, esa desinteligencia de la ingeniería institucional fue visualizada en la relación entre política sectorial y política regional. Mientras que desde el Estado nacional se impulsaban en la provincia los esquemas de aglomeraciones productivas con diferentes políticas: pro-clusters, desde el Ministerio de Industrias   y pro-distritos industriales desde el Ministerio de agricultura  ; a su vez, desde el INTA no se veía con buenos ojos la política de aglomeración en Santa Fe “[la] alta concentración de las fábricas y proveedores en la provincia de Santa Fe, no contribuye al desarrollo territorial que se busca […]  .

b. El espacio regional de la gobernanza y las lecturas de la política

Una discusión pendiente y poco estudiada de las dinámicas de gobernanza en las políticas de desarrollo económico regional se vincula con la problemática de la conformación de los espacios regionales. Nótese que los primeros enfoques institucionalistas del “nuevo” desarrollo regional emergieron en los 70s principalmente con una estrategia (o paradigma) que proponía articulaciones locales entre instituciones y actores económicos para insertarse más competitivamente en los mercados mundiales, y que determinaba una conformación del espacio más o menos delimitado localmente dentro del cual ocurrían las mejores interacciones (de abajo hacia arriba). Una oleada crítica posterior cuestionó la falta de mirada “estructural” de esa postura bottom up y cuasi romántica del small is beautiful señalando –entre otras falencias- la necesidad de reincorporar otros “niveles” de “regulación”, sobre todo de reintroducir el nivel nacional, que había sido dejado de lado por los regionalistas de los primeros enfoques con el fin de liberar el potencial de los territorios y convertirlos en “sujetos activos del desarrollo” (y no meros objetos receptores de políticas nacionales). Lo que pasó a ocurrir, al menos en buena parte de América Latina y Argentina, fue que la escala superior (ej., nacional) generalmente promotora del financiamiento, se convertía en la dinamizadora de los espacios económicos regionales que quería fomentar (ej. porque eran competitivos, porque eran industriales, porque eran exportadores, porque eran el motor de la economía nacional, o incluso, porque eran rezagados, porque eran obsoletos, porque eran periféricos, etc.). Sin embargo no hubo ninguna innovación sobre el análisis del espacio regional. Mientras tanto, las dinámicas de gobernanza a medida que se desplegaban, podían delimitar espacios territoriales o regionales de actuación y superponer diferentes espacios político-administrativos (o jurídico-administrativos). Cuando formalizaban, esas articulaciones de la gobernanza generaban nuevos espacios o bloques socio-territoriales (por ejemplo, desde consorcios intermunicipales, a clusters o aglomeraciones de empresas de variadas geografías, y hasta corredores de comercio, etc.) que generaban nuevos desafíos a las formas de gobierno tradicional pues las regiones, ciudades y localidades estaban siendo atravesadas por redes, vínculos, dinámicas, flujos, de dinero, de personas, de intereses, etc., que no respondían a los parámetros tradicionales de la geografía de las divisiones jurídico-políticas   Como reacción, algunos geógrafos regionalistas venían proponiendo una mirada relacional del espacio conformada por redes de actores a diferentes geografías unidos por alguna asociación de intereses; y donde reconocían que en ocasiones los actores participantes de la construcción regional (o una buena parte de ellos), puedan ser distantes (más allá de lo definible como dentro de ciertos límites regionales), y que por tanto, las

regiones pueden construirse simultáneamente por vínculos (económicos e institucionales) supranacionales y nacionales, que penetran permanentemente esas realidades locales y regionales. De acuerdo a cómo se tejieran las redes de relaciones distantes y próximas aparecerían diferentes configuraciones espaciales  .En ese contexto de evoluciones, la política regionalista para Santa Fe en su lectura del espacio regional presentaba algunos bemoles. En primer lugar, con la aparición del PEP se estableció un proceso de regionalización que dividió la provincia en “espacios” económicos y planteaba una mirada que para algunos observadores aparecía como relacional en la conformación del espacio, indicándose que “la propuesta de regionalización provincial concibe la región como una estructura flexible donde las fronteras son dinámicas, abiertas y permeables y se trata más bien de bordes o cercanías dentro de un espacio simbólico donde el territorio y la cultura aporten el anclaje necesario para su localización. Ello se debe, fundamentalmente a la concepción de la provincia como red” (PEP, 2012:14)Sin embargo, la política regional vinculada a las dinámicas de gobernanza siguió mayormente trabajando sobre marcos conceptuales vinculados a los límites jurídico-administrativos para estudiar las regiones y sus dinámicas de gobernanza y que realizaban una lectura monolítica del espacio regional a fortalecer: “las aglomeraciones productivas territoriales”   , sobre todo desde el ámbito nacional, y acompañados desde el ámbito regional.

c. El desplazamiento del Estado provincial por la gobernanza

Finalmente, el giro hacia la gobernanza y la discusión sobre las políticas regionalistas abre un último punto de análisis vinculado al rol y posicionamiento del Estado. Una hipótesis que sostendremos es que las nuevas formas asociativas horizontales de gobernanza minimizaron la participación distintiva de las diferentes instancias estatales en la dirección de los procesos de desarrollo. No pocos autores sostienen que la pérdida de esa centralidad distintiva del Estado (nacional y/o provincial) puede traer aparejado no pocos problemas. En el caso particular de Argentina, el resultado fue –entre otros- la aparición de un patrón de acumulación que, junto con el afán del nuevo regionalismo por desasfixiar a las regiones del sobre abarcador Estado nacional, contribuyó a desafectar la intervención estatal y, muchas de las veces, a reemplazarlas por un incentivo a la gobernanza que no logró fortalecer los entramados productivos, generándose una re-precarización de las economías regionales y un deterioro de la estructura industrial general (que aún cuesta revertir).El Estado santafesino, como hemos visto, contribuyó a fortalecer las dinámicas de gobernanza y a empoderar a los actores de la sociedad civil (agentes económicos, instituciones intermedias, etc.), pero lejos de mantener un rol de articulador, planificador, y coordinador

CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO BENJAMÍN HOPENHAYNANÁLISIS | 1110 | CEDE BH

estratégico de las políticas y de las dinámicas económicas regionales en su ámbito de influencia, como suelen recomendar todos los enfoques de la gobernanza (incluso los menos heterodoxos), parece haberse retraído y ausentado, con notoria intermitencia y discontinuidad en su accionar.Buena parte de la política productiva regional vinculada a las dinámicas de gobernanza, en la provincia de Santa Fe, tuvo como uno de sus canales a las Agencias y Asociaciones para el Desarrollo Regional, mostrando un buen intento de “enraizamiento” (Evans, 1996) de las instituciones con los actores económicos. Sin embargo si se toma el caso puntual de las Agencias para el Desarrollo Económico Regional -ADERs- los estudios preliminares sobre esta temática indican tres rasgos relevantes: una baja representatividad de los recursos que el Estado aportó para consolidar estas dinámicas de gobernanza, una discontinuidad en su presencia efectiva en la definición de políticas, y una cambiante (esclerótica) vinculación con las nuevas instancias y/o actores de la gobernanza. Todo lo cual contribuyó a la superposición y solapamiento de políticas/programas y estrategias de desarrollo regional de las distintas instancias de regulación  .Si bien las ADERs aparecen con fuerza en el discurso oficial del Estado santafesino (son visualizadas como actores claves del trabajo en redes para el desarrollo territorial en el PEP), en la práctica las acciones orientadas a ellas son escasamente representativas desde el punto de vista de los recursos que se han movilizado  . El Estado interviene

ejecutando políticas públicas, pero utilizando otros canales institucionales, que no siempre suponen estos espacios multiactorales, o bien a través de acciones directas con actores puntuales, sin la intermediación de un proceso participativo y colaborativo. Las ADERs en este sentido más que responder al perfil de instancias de intermediación (PEP, 2012), que se les asigna el PEP, cumplen un rol instrumental en unas pocas acciones que realiza el Estado provincial regionalmente.Por otro lado, si se relevan las expectativas de los actores que intervienen en estos espacios de gobernanza, se puede corroborar que no es poco lo que se espera del Estado provincial. En la práctica, claramente se identifican roles que el Estado debería estar cumpliendo en relación a las ADERs que funcionan en la provincia  . Entre estos se destaca el hacer efectivo el involucramiento de las Agencias en el diseño de la política productiva provincial, el ofrecer un marco legal específico para el funcionamiento de estas instituciones y el asumir un rol activo y permanente en la animación y el sostenimiento del proceso de colaboración público-privado. Como contrapartida de esta situación, también en la percepción de estos mismos actores involucrados en las ADERs, se revelan vacíos o “gaps” en el posicionamiento del Estado provincial que no resultan inocuos para la experiencia de estas entidades que buscan promover un proceso de desarrollo regional (Evans, 1996 – Jessop, 2006 – Vigil y Fernández, 2011 - Cardoso Cançado, Tavares y Dallabrida, 2013). Por el contrario contribuyen a explicar algunas características de las ADERs

santafesinas como procesos de gobernanza. Entre estas, además de transformarse en espacios con dificultades para consolidarse, se puede resaltar que aparecen como dinámicas dependientes de los actores locales. Son las competencias de los actores locales que las componen, las que en definitiva determinan la capacidad real de la institución para potenciar un proceso de desarrollo regional. Al mismo tiempo, las asimetrías sociales que son propias entre estos diferentes actores locales, lograron expresión en la conformación y el funcionamiento de las ADERs. Aquellos actores con mayor capacidad de organización o mayores dotaciones de recursos, consiguen posicionarse dentro de estos esquemas frente a una implicación estatal débil al momento de regularlas  . En vistas de este panorama, el Estado regional, en lugar de fortalecerse a través de mecanismos de intervención articulada con los actores económicos, difícilmente logra fortalecer a los agentes intermedios (como por ejemplo, las ADERs) o empoderar a los actores últimos, esto es, los agentes económicos para ejecutar políticas de desarrollo económico regional o de regeneración económica regional.

CONCLUSIONES: REPENSAR LAS POLÍTICAS REGIONALES

Las dinámicas de gobernanza han sido muy importantes en el discurso post Estado-céntrico, en el debate académico, como en el accionar político, tanto en los enfoques del Estado como en los enfoques del desarrollo regional o del nuevo regionalismo. Argentina

y Santa Fe en particular han resultado especialmente representativas de ese giro al paradigma de la gobernanza local y regional. Planteamos que existían (entre otras) tres grandes dificultades de este giro: la débil ingeniería institucional de articulación de instancias, la monolítica lectura del espacio económico regional y la ausencia/debilidad/intermitencia/ del Estado regional en la coordinación y direccionamiento de la dinámica de gobernanza. A modo de breve ensayo conclusivo, podemos describir dos grandes aspectos que consideramos deben ocupar al Estado regional en las políticas de regeneración económica regional.En primer lugar, al Estado provincial le correspondería contribuir –junto a las instancias nacionales- a definir la composición general de la actividad económica nacional (el patrón general de acumulación) para estabilizar una estrategia nacional regionalista. Para eso es fundamental que el estado regional aporte a comprender las diferentes formaciones socio-espaciales regionales, las características de sus actividades económicas específicas, los niveles de evolución de sus sistemas productivos y la manera en que se integran (o pueden hacerlo) con un patrón general (o que dicho patrón se integre a las diferentes formas regionales). Aquí son claves las herramientas que el Estado establezca para lograr la articulación de los actores más significativos de la política regional en la definición de esa estrategia nacional regionalista. En ese marco, por ejemplo, la descripción sobre la existencia de cadenas de valor o de los denominados circuitos de producción, puede ayudar a comprender

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las formas socio-espaciales (y su composición territorial) de los esquemas de producción (y sus despliegues inter-sectoriales), y se diferenciaría así de un simple “mapeo” o “diagnóstico de localización geográfica” de los “factores” de desarrollo o de las ventajas comparativas. Ello permitiría ayudar a conformar esa estrategia nacional en base a la información sobre las necesidades de las economías regionales y sus obstáculos (cuellos de botella o fallas del mercado), al tiempo que avanza sobre uno de los componentes claves de los esquemas de transformación del Estado y la gobernanza que hemos mencionado: la participación democrática de los actores (regionales) interesados.En segundo lugar, el Estado debería poder avanzar en mejorar su intervención concreta sobre los espacios regionales con la intención de consolidar el balance territorial y la reversión del subdesarrollo intrarregional. Las herramientas de intervención podrían ir más allá de las estrategias espaciales de aglomeración basadas en la cooperación local. En ese marco, la intervención institucional debería poder impli-car, tener en cuenta que la innovación y aprendizaje pueden provenir de dinámicas no locales o distantes  , y por tanto deberían fomentarse (también) prácticas que abran la dinámica de interacciones y conexiones hacia eventuales redes des-localizadas o instrumentos de promoción más allá de la aglomeración territorial. Este requeri-miento de visualizar las diversas construcciones socio-espaciales regionales para su adecuada intervención requiere entonces de un Estado dinámico, en movimiento, que pueda proporcionar alternativas válidas complementarias a las ventajas supuestas de lo local y la proximidad como determinante de la competitividad.

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INTRODUCCIÓN: LOS CICLOS Y LA ECONOMÍA

Etimológicamente el término “ciclo” viene del latín cyclus, que a su vez procede del vocablo griego kuklos, que significa círculo. El término ciclo se utiliza para describir, en un sistema dinámico, la serie de fases que atraviesa para volver al estado inicial. Una de las características esenciales del concepto que es que, en algún sentido, el estado inicial y el estado final del sistema, al cabo de las fases, deberían ser similares.Esta “similaridad” implica que se están controlando una o más variables del sistema que, al cabo del período del ciclo (la sucesión de todas sus fases), retoman su valor original. En economía, la palabra ciclo se asocia generalmente al crecimiento económico, donde la variable que se toma en consideración es el Producto Interno Bruto, medido en valores constantes. Aun cuando exista una tendencia al incremento del producto, el concepto de ciclo se refiere a las variaciones en la tasa de crecimiento, la tasa presenta fases de auge o expansivas, donde el producto aumenta por sobre la tendencia, seguidos de fases de crisis y recesiones económicas, donde la tasa de crecimiento se da por debajo de la tendencia, e incluso puede llegar a

ser negativa (decrecimiento).La existencia de un ciclo no requiere que el mismo se vuelva a repetir en períodos regulares, pero, cuando esto ocurre, se denomina ciclo regular o periódico. “los fenómenos económicos no son ni rigurosamente cíclicos ni rigurosamente periódicos: son recurrentes. La noción de recurrencia que expresa la de retorno moderadamente irregular en el tiempo y en el espacio sería un nombre más elegante para lo que hemos llamado la cuasi ciclicidad y la cuasi periodicidad”. (Guitton, 1965: 21)A lo largo de la historia del pensamiento económico, numerosos economistas han hecho esfuerzos por encontrar regularidades empíricas que se puedan caracterizar como ciclos económicos, y, otros muchos teóricos para dar explicaciones generales de las causas de su ocurrencia.Wesley Mitchell (1923, 1927), reseñó las diversas investigaciones previas sobre el ciclo económico y expuso el llamado “desarrollo cíclico de la economía”, y Schumpeter (1935) definió el "modelo tricíclico", según el cual en el desarrollo económico se superponen diferentes ciclos de diferente origen y duración.

Joseph A. Schumpeter (1935:18) define al ciclo en los siguientes términos: “Estadísticamente, el término ̀ ciclo´ significa dos cosas: en primer lugar, que las secuencias de valores de magnitudes económicas en el tiempo histórico (en distinción del tiempo teórico) no presentan aumentos o disminuciones monótonas, sino repeticiones (irregulares) de algunos de estos valores, o de sus primeras o segundas derivadas de tiempo; en segundo lugar, que estas `fluctuaciones´ no ocurren independientemente en cada serie cronológica, sino que aparecen siempre íntimamente asociadas, ya sea de una manera instantánea o retardada”.

En estas secuencias se diferencian 4 fases (Gaviola, 2011)

1) Recuperación: Es el comienzo del ciclo, en el sentido que marca el fin de una caída previa en los indicadores de producto. Marca el comienzo de una nueva fase expansiva. Resurgen las inversiones que van a posibilitar el ascenso ulterior. Suelen ser períodos donde las contradicciones que llevaron a la crisis y recesión previas han sido resueltas o se ha encontrado una salida que permite recuperar la rentabilidad de las inversiones, y en consecuencia generar expectativas de beneficios futuros para los empresarios que emprendan negocios. Las perspectivas son optimistas. En esta fase se da el comienzo de la recuperación del nivel de actividad. Generalmente existe un alto desempleo y bajos salarios. También suele existir importante capacidad ociosa de infraestructura y capital. Todos estos factores combinados permiten que, ante la recuperación de los precios, la producción vuelva a ser rentable.

2) Prosperidad, expansión o auge: Es la fase del ciclo en la cual crecen los indicadores de producto, crece el empleo de la fuerza laboral y la utilización de los medios de producción, es decir, aumenta el nivel de actividad económica (disminuye la capacidad ociosa). Crecen las ganancias, lo que a su vez retroalimenta el círculo virtuoso

de crecimiento del consumo, de las nuevas inversiones y del producto. Los precios pueden mostrar una tendencia creciente, aunque ésta no es una característica generalizable a todos los ciclos.

3) Crisis: Llega un momento en que la expansión se lentifica hasta que se detiene, y comienza la contracción. La expectativa de ganancias crecientes que alimentaba a la inversión durante la expansión llega a su fin. Los proyectos de inversión que se realizaron hacia el final de la expansión no obtienen la rentabilidad esperada. Los capitales más pequeños comienzan a tener dificultades y comienzan a generalizarse las pérdidas y las quiebras que pueden afectar incluso a grandes capitales. La inversión se detiene y los beneficios suelen ubicarse en niveles en los cuales sólo alcanzan para cubrir la depreciación del capital, aunque también pueden darse casos de inversión neta negativa o desinversión. Se incrementa el desempleo y aumenta la capacidad ociosa, disminuye el nivel de actividad. La crisis revierte la tendencia expansiva y da inicio a la recesión.

4) Recesión, Contracción (Depresión): Durante esta fase se profundizan los efectos de la crisis. Desempleo creciente, salarios en baja, pérdidas crecientes y quiebras generalizadas, inversiones prácticamente nulas, problemas de realización que generan acumulación de inventarios. El círculo vicioso generado por todos estos factores retroalimenta la contracción, hasta llegar a un punto mínimo de actividad donde los factores que generan la contracción se agotan, debido a que el consumo presenta una variabilidad menor que el producto. La caída del producto es detenida en el momento donde comienzan a aparecer oportunidades de inversión rentables, debido a que existe un consumo que es cada vez más inflexible a la disminución ante sucesivas caídas del producto. Esquemáticamente, las fases del ciclo económico se representan en el gráfico 2.1.

P

t

1 2 3

4

Gráfico 1: Fases del Ciclo Económico

Fuente: elaboración propia

CICLO ECONÓMICO Y CICLO DE EMPLEO.

ESTADO PRESENTE VS. ESTADO AUSENTE por Sergio

Anchorena

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que, en materia laboral, disponía la caducidad de los convenios colectivos al disponerse la apertura del concurso preventivo y excluía de la competencia de los jueces laborales los juicios contra empresas concursadas y quebradas trasladándola al juez comercial.También en 1995 se sancionó Ley de Riesgos de Trabajo (Ley 24.557) que creó las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo, y eximió de responsabilidad a los empleadores por los accidentes o enfermedades padecidas por los trabajadores, prohibiendo a estos (o sus causahabientes) acceder a la Justicia para reclamar una reparación integral de los daños sufridos por causa del trabajo, reduciendo también el monto de las indemnizaciones, que además podían pagarse en forma de rentas mensuales que eran administradas por compañías de seguro. Esta ley tiene el triste record de ser la que mayor cantidad de declaraciones de inconstitucionalidad tuvo en la historia judicial argentina (Recalde, 2011).El decreto 285/95 dispuso una reducción nominal de salarios, para el sector público.Hacia fines de 1996 el Poder Ejecutivo emitió tres “decretazos”, con los números 1553/96, 1554/96 y 1555/96, que facultaban al Ministerio de Trabajo a “deshomologar” convenios colectivos de trabajo, esto es, privar de eficacia y validez a convenios vigentes, derogando la ultra-actividad de los convenios colectivos de actividad en el ámbito de las pequeñas empresas, y permitiendo que los convenios sean pactados por los delegados de personal sin participación del sindicato. Estos

decretos fueron suspendidos por la Justicia, llevando a que el Poder Ejecutivo dispusiera su derogación.En 1998 fue sancionada otra ley flexibilizadora, la 25.013, que, si bien derogaba muchos de los llamados contratos “basura”, seguían vigentes los contratos de pasantía y aprendizaje, precarizó todas las contrataciones futuras reduciendo las indemnizaciones por despido y su mínimo del tradicional de dos sueldos a una doceava parte de un sueldo (5 jornales); pretendió limitar la responsabilidad de las empresas respecto de los dependientes de sus contratistas, convalidó los despidos discriminatorios penalizándolos con un recargo del 30 por ciento de la reducida indemnización, y volvió a atentar contra la ultra-actividad de los convenios colectivos.En correspondencia con esta flexibilización, el estado se abstiene de hacer políticas contracíclicas, que fomente el consumo, la producción y el empleo, y, consecuentemente la tasa de desempleo acompaña al pro-ducto de manera contracíclica, el desempleo disminuye durante el cre-cimiento del producto, y vuelve a aumentar cuando el producto cae.En el Gráfico 2 se presentan las dinámicas del PBI y la tasa de desempleo con base 100=1995, dónde la asociación entre ambas variables se observa con claridad.Esta (falta de) política resulta procíclica, y la caída del producto, y el aumento del desempleo, continúa en el año siguiente a la caída inicial, y aún después conduciendo inexorablemente a la crisis de 2002. Y lo mismo ocurre con el consumo medido a valores constantes.

En el estudio de los ciclos económicos, se reconocen los ciclos anuales de corta duración, llamados ciclos estacionales, caracterizados por el aumento o la disminución del producto en ciertos periodos del año. Acaso éstos son los que resultan más fáciles de interpretar en términos económicos, pero, justamente por eso, son los que menos interés despiertan a los teóricos.

Descartados los ciclos estacionales, Schumpeter (1939) clasifica los tres tipos de ciclo, que propone en su modelo, según su duración y el nombre del autor que los describió, así los ciclos serían:

1.C ortos, pequeños o de Kitchin, con una duración promedio de 40 meses.2.M edios o de Juglar, 8 años y medio en promedio; se distinguirían por la presencia de auges y crisis cíclicas.3.L argos, ondas largas o ciclos de Kondratieff, de 50 o 60 años de duración: durante la expansión los ascensos son prolongados y más fuertes, las crisis son suaves y las recesiones, cortas; durante la depresión, los ascensos son débiles y cortos, las crisis muy fuertes y las recesiones, prolongadas, hasta alcanzar el grado de depresiones económicas generales.

En el caso de Argentina, a partir del llamado “Efecto Tequila” originado en la crisis mexicana de 1994, Argentina experimenta un ciclo económico con una fase expansiva, crecimiento del producto interno bruto (PIB), entre los años 1995 y 1998 y una fase regresiva, entre los años 1998 y 2002.En trabajos anteriores (Anchorena, 2012, 2014, 2015) se analiza la relación entre el ciclo de producto y el ciclo de empleo (y desempleo) en el mercado de trabajo. Para ello se recurre a la Ley de Okun (Okun, 1962), que pretende establecer una relación entre el desempleo y el producto, a fin de determinar cuál es la influencia del desempleo del factor trabajo, cuál sería la distancia entre el producto actual y el producto de pleno empleo, en tanto que la reducción del desempleo y el logro del producto de pleno empleo, constituyen objetivos de la política económica.El interés del período analizado anteriormente, radica en que ese período se caracteriza por una baja intervención del Estado en políticas para proteger empleo, flexibilizando el mercado de trabajo, para de acuerdo a la concepción neoclásica que caracterizaba la visión económica de los gobiernos, se acercara al modelo de competencia perfecta, y con eso, las fuerzas del mercado establecieran el salario de equilibrio en una situación de pleno empleo, a la que, de acuerdo a esa teoría, existiría una tendencia “natural” en un sistema económico libre de interferencias del Estado en los mercados.Sin embargo, el resultado fue que, a partir de 1998, en la fase recesiva del ciclo, el desempleo aumentó, y condujo, además de a una caída del PBI a un crecimiento de la tasa de desempleo que desembocó en la crisis política de 2001, que llevó a la caída del entonces presidente

de la Nación, Fernando de la Rúa.Diez años después, en 2009, luego de un crecimiento sostenido del producto durante seis años, se observó un nuevo proceso de desaceleración económica, esta vez vinculado al contagio de la crisis de las hipotecas sub prime, pero, en este caso con políticas activas del estado para preservar los puestos de trabajo. El objetivo de este trabajo es comparar el impacto de la desaceleración económica entre ambos períodos en sus relaciones entre el ciclo de producto y el mercado de trabajo, en un contexto de estado ausente, en el primero, y en uno de estado presente, en el segundo, y valorar así el éxito o no de las políticas implementadas.

MERCADO SIN ESTADO: EL NEOLIBERALISMO DE LOS '90S

El período 1995-2000, estuvo caracterizado por una fase de ascenso del Producto hasta el año 1998 y una caída los dos últimos años, este período estuvo enmarcado por una creciente desvinculación del estado de intervenir en el mercado de trabajo para proteger el empleo. Básicamente el estado fue retirándose cada vez más, dejando que la creación o destrucción de puestos de trabajo quede librada a las fuerzas del mercado laboral.A fines de 1991 había entrado en vigencia la ley 24.013 –“Ley Nacional de Empleo”– que creó los contratos que los trabajadores llamaron “contratos basura”, permitiendo modalidades de contratación que pri-vaban a los trabajadores de estabilidad laboral, eliminando o disminu-yendo la indemnización por despido hasta entonces vigente; los con-venios colectivos debían negociarse sobre la base de flexibilidad laboral (polivalencia y movilidad funcional) que permitió superar el límite máxi-mo de jornada laboral histórico de 8 horas diarias o 48 semanales.Ya en el período bajo análisis, la ley 24.465 de 1995 incorporó en el régimen laboral general un “período de prueba” que podía llegar hasta 6 meses, el “contrato a tiempo parcial· a fin de reducir contribuciones patronales, y una modalidad que se denominó “de fomento del empleo” por la cual se privaba de toda estabilidad en el empleo a los varones de más de 40 años, a las personas con discapacidad, a las mujeres (de cualquier edad) y a los ex combatientes de la Guerra de Malvinas de 1982. A todos estos contratos precarios se agregaban los contratos de “aprendizaje y pasantías”, que tampoco generaban estabilidad ni indemnización; en un claro intento por reducir los costes por despido.En 1995 se sancionó también la ley 24.467, llamada “Ley Pymes”, que daba un régimen laboral especial para las pequeñas empresas (definidas como aquellas con un plantel de hasta 40 trabajadores y un nivel de facturación anual a fijarse), permitiendo el fraccionamiento de vacaciones y del aguinaldo, la movilidad funcional, la reducción de las indemnizaciones por despido –incluyendo su eliminación y reemplazo por cuentas de capitalización–, y el cese de la ultra-actividad de los convenios colectivos de pequeñas empresas. Ese mismo año entró en vigencia la ley 24.522 de Concursos y Quiebras

(Fuente: elaboración propia sobre la base de datos del INDEC)

Gráfico 2: PBI y tasa de desempleo 1995-2000 con base 100=1995

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MERCADO CON ESTADO: EL MODELO INCLUSIVO

En 2003, el país comenzaba a salir de la crisis económica, una de las peores de la historia, con más del 17% de los argentinos sin trabajo. Una de las primeras medidas adoptadas consistió en proteger los puestos de trabajo, así, la Ley Nº 25.561 impone una doble indemnización a los despedidos sin causa cuando la tasa de desempleo fuera mayor del 10%.La reactivación económica, en parte basada en el bajo costo laboral heredado de la crisis, y aprovechando la (transitoria) mejora del precio internacional de los comodities que produce Argentina, estuvo acompañada del fomento del consumo, a partir de políticas redistributivas del ingreso, como el mantenimiento de los planes sociales, la (casi) universalización de las asignaciones familiares por hijo, la ampliación de la cobertura previsional, y la protección de la producción local a partir de barreras de tipo para arancelario, como las declaraciones juradas anticipadas y la promoción de la producción nacional que creara puestos de trabajo y, a la vez, sustituyera importaciones. En el año 2003 se estableció el Programa de Recuperación Productiva (REPRO), destinado a subsidiar a trabajadores que se desempeñan en el sector privado de la economía en empresas en situación de crisis, en 2008 participaron de este programa 448 empresas, en 2009 ese número creció a 2.769 (Asiain y Crivelli, 2011).Todo esto es acompañado por políticas de inclusión laboral, que transforman los planes sociales de ingresos, en planes de inclusión laboral, creación de cooperativas, etc. Para 2007 se estimaba que 700.000 beneficiarios del Plan Jefes habían conseguido un empleo registrado (Asiain y Crivelli, 2011).

La moratoria previsional implementada en 2005, que permitió que unos 2,5 millones de jubilados reciban una pensión a pesar de no haber hecho aportes, esto llevó a Argentina a tener una de las mayores coberturas previsionales de América Latina.Un hito en la reversión de las políticas flexibilizadoras del mercado laboral que caracterizaron el período anterior fue la derogación de la reforma laboral aprobada en el año 2000, la llamada Ley Banelco. En 2004 se sancionó una nueva ley, que modificó los aspectos de mayor desregulación de las relaciones laborales y del papel de los sindicatos.Durante este período, en la etapa inicial en que se establecieron aumentos de suma fija incorporados al salario básico, se actualizó el salario mínimo, un mecanismo de referencia para los niveles salariales de todos los sectores y que había sido abandonado como instrumento de política desde 1993, para luego reinstaurar las negociaciones colectivas paritarias y el consejo del salario, que actualizan anualmente los salarios e incrementan la participación de los trabajadores y la clase pasiva en la distribución del ingreso, y, consecuentemente en el consumo. La promoción del empleo, y las políticas de control de la informalidad laboral, hicieron que esta pasara de casi 50% a principio de 2004 al 34,6% en 2010.Para el año 2007 de cada 100 nuevos puestos de trabajo 83 eran formales, a diferencia de los años noventa cuando tan solo 6 de cada 100 eran registrados (Novick y Villafañe, 2008).A su vez, acompañando las subas del salario mínimo vital y móvil, se actualizan los haberes previsionales por ley o decreto los primeros años, y, finalmente se establece la movilidad previsional (Ley 26.417/08), que actualiza automáticamente los haberes previsionales dos veces por año, y, durante su implementación durante este período, la actualización supera la inflación en todas las subas.

Respecto del gasto público del gobierno nacional los programas de inversión pública, jugaron un rol central en el sostenimiento del nivel de actividad y de empleo. En 2009 la inversión real directa del sector público se incrementó un 46%, en el marco del “Plan de Obras para Todos los Argentinos”, con la ejecución de proyectos de infraestructura por 59.000 millones de pesos (70% por encima de lo originalmente presupuestado para 2009) y un monto similar para el año 2010.Sin embargo, la asociación entre producto y tasa de desempleo se mantiene, incluso de manera más significativa que en el período anterior. En el gráfico 4 se presentan las dinámicas del PBI y la tasa de desempleo con base 100=2005, dónde la asociación entre ambas variables se observa con claridad. En términos estadísticos la asociación entre producto y desempleo queda reflejada en un coeficiente de correlación R=0,95, más significativo que el valor R=0,84 del período analizado en el apartado anterior.El consumo privado pasa de una participación del 66% del PBI en 2005, al 71% en el 2009, en términos relativos, con una tendencia creciente durante todo el período, que, en valores constantes aumenta el 38% con independencia de la caída del producto experimentada en el año 2009. Esto se presenta en el gráfico 5.En este caso, luego de la recesión del año 2009 (hasta cierto punto comparable con la de 1999), el año siguiente a la caída, 2010, se recupera la senda del crecimiento, aumentando el consumo a valores constantes 2005, pero en un contexto de mayor tasa de crecimiento del producto, lo que hace que la participación del consumo en el PBI caiga al 69%, esto es una mejora en términos absolutos, al mismo tiempo que un leve empeoramiento en términos relativos.

LAS COMPARACIONES NO SIEMPRE SON ODIOSAS

En lo que sigue se presenta la comparación de la estimación del coeficiente de Okun para ambos períodos, es de destacar, en relación a lo presentado en los apartados anteriores que, en términos relativos, la tasa de crecimiento del producto entre 2005 y 2008 (fase expansiva), resulta significativamente mayor que para la misma fase entre 1995 y 2008, con un valor promedio anual del 7,14% contra el 5,67% respectivamente. La Ley de Okun tiene su origen en 1962, cuando Arthur Okun propone una solución al problema de estimar el producto potencial o de pleno empleo de una economía. En lugar de simplemente medir la tendencia del producto a través del tiempo y calcular la brecha como la desviación del producto real de tendencia.Conceptualmente, la ley establece que una economía en expansión, con una población activa relativamente estable, debe aumentar el volumen de recursos humanos empleados para aumentar su nivel de producción y reduce por tanto su nivel de desempleo. Análogamente, una economía en recesión disminuirá el número de empleados, aumentando en consecuencia su nivel de desempleo (Ballesteros Gallardo, Núñez Hernández y Usabiaga Ibáñez 2011).El objetivo de Okun fue estimar el Producto Potencial para la economía de los estados unidos. La idea del modelo era responder a cuánto se desvía el producto de los valores de producto pleno empleo, por cada punto porcentual que cambia la tasa de desempleo. Okun, para su trabajo, supone como modelo la dependencia funcional entre el producto y la tasa de desempleo, sin explicar, en principio, una relación causal entre ambas variables.

Gráfico 3: Consumo como porcentaje del PBI y consumo a valores constantes con base 100=1995

Gráfico 4: PBI y tasa de desempleo 2005-201o con base 100=1995

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Destaca también la importancia que tiene esta relación para la política económica ya que el objetivo político “bajo desempleo” debe ser vinculado correctamente con el objetivo “producto potencial”, a los fines de llevar adelante políticas monetarias y fiscales de crecimiento y estabilización. En sus estimaciones se plantea cuánto decrece la tasa de desempleo por cada punto de crecimiento porcentual del producto. En este trabajo se utilizará el llamado método de las diferencias primeras

t1t11t Y%U eDbaD ++= 01 <b

Este método de estimación se basa en datos observados, la tasa de desempleo y los valores del producto, sobre las que se calcula las variaciones. Los otros métodos presuponen u producto potencial, una tasa natural de desempleo y una tasa de crecimiento, o bien series trimestrales que no se encuentran disponibles para el período bajo análisis.El llamado coeficiente de Okun, es la inversa de la elasticidad desempleo producto (1/1) e indica cuántos puntos porcentuales de aumento del producto son necesarios para disminuir en un punto la tasa porcentual de desempleo.En el cuadro 1, se presentan los datos para la estimación del valor de la Ley de Okun para el Período 1995-2000.

Dónde: es el cambio en la tasa de desempleo (expresada en puntos porcentuales) en t es la variación porcentual del Producto entre t y t-1 tiene en cuenta los efectos sobre la tasa de desempleo cambios en la productividad y en la fuerza de trabajo. es la elasticidad desempleo-producto. es el error de estimación en el período t que se minimiza en la estimación.

DUt

a1

b1 e1t

D%Yt

A ño

Tasa de Desempleo

Ut

(%)

Producto

Yt

($ miles de

millones

de 1993)

Variación Tasa de Desempleo

DUt

Variación ProductoD%Yt

1995

17,5

243186

1996

17,2

256626

-0,30 5,53

1997 14,9 277441 -2,30 8,11

1998 12,8 288123 -2,10 3,85

1999 14,2 278369 1,40 -3,39

2000 15,1 276173 0,90 -0,79

Cuadro 1: Tasa de desempleo y Producto 1995-2000

(Fuente: Anchorena 2014)

tt YU %313.0353.0^

D-=D

R2=0,75 p=0,07

El resultado de la estimación es

En el cuadro 2, se presentan los datos para la estimación del valor de la Ley de Okun para el Período 2005-2010.

AñoTasa de

DesempleoUt (%)

Producto Yt

($ miles de millones de 2004)

Variación Tasa de Desempleo

DUt

Variación ProductoD%Yt

2005 11,58 528239

2006 10,18 571251

-1,40

8,14

2007 8,48 622753

-1,70

9,02

2008 7,88 648248

-0,60

4,09

2009 8,68 609266

0,80

-6,01

2010 7,75 672347 -0,93 10,35

(Fuente: Anchorena 2014)

El resultado de la estimación es

tt YU %136.007.0^

D--=D

R2=0,86

p=0,002

De acuerdo con los resultados, ambas estimaciones resultan significativas, en el primer caso período 1995-2000, el 75% de la varianza de la tasa de desempleo es explicada por la varianza del producto, en el segundo, el porcentaje asciende al 86%.Resulta interesante que, en un contexto de flexibilización, como es el primer caso, la asociación entra las variaciones de producto y empleo sea menos significativa que en el segundo, dónde, en principio, el rol del estado como actor en el mercado de trabajo es más activo.Respecto de los coeficientes de Okun, en el primer caso, para reducir (o aumentar) tasa de desempleo en un punto porcentual, se necesita un aumento (o disminución) del producto del 3,20%, mientras que en el segundo del 7,37%. Es decir, el desempleo es más inelástico a reaccionar ante los cambios en el producto en el período 2005-2010, que en el período 1995-2000.

A MODO DE CONCLUSIÓN

De acuerdo a lo desarrollado, puede concluirse, tentativamente, que, pese a las políticas directas del estado dirigidas al mercado de trabajo durante los años 2005 a 2010, la asociación entre variaciones porcentuales en el producto y variaciones en la tasa de desempleo es mayor que en el período de flexibilización laboral entre 1995 y 2010.Sin embargo, las políticas más importantes del gobierno entre 2005-2010 que permitieron fomentar y recuperar el nivel de empleo después de 2009, acaso hayan sido aquellas dirigidas a mantener el ingreso real de las familias, y con él el consumo en el mercado interno, a través de la promoción de la producción local y políticas de ingresos, que favorecieron el consumo privado, aún en un contexto de retracción económica.Contrariamente, las políticas de ingresos y producción en el período 1995-2000 resultaron procíclicas, congelando en términos nominales, y reduciendo en términos constantes el poder adquisitivo de la población, y, consecuentemente colaborando con el período recesivo. Los gráficos 2 y 4 permiten visualizar el “rebote” del producto en 2009, para recuperar la senda del crecimiento en 2010, con aumento sostenido del consumo a valores constantes, mientras que la caída del producto se agudiza en el 2000, con una caída del consumo a valores constantes, como se ve en el gráfico 5.Entre otras preguntas que quedan planteadas es de fundamental importancia para el futuro de Argentina si la actual recesión económica, experimentada entre diciembre del 2015 y agosto del 2016, acompañada del aumento de la tasa de desempleo y la caída en los ingresos reales y el consumo, no nos lleva inexorablemente a repetir el camino hacia una crisis, como la del 2002.

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Gráfico 5: Consumo como porcentaje del PBI y consumo a valores constantes con base 100=2005

(Fuente: elaboración propia sobre la base de datos del INDEC)

Cuadro 2: Tasa de desempleo y Producto 2005-2010

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LAS EPISTEMOLOGÍAS DEL SUR Y LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIApor Maria Eva, Bellini; Gastón Maximiliano, Onetto; Romina, Capello.

1.- INTRODUCCION

El presente artículo, tiene como finalidad brindar un acercamiento a otros debates respecto al ¿cómo? ¿dónde? ¿para qué? y ¿con quiénes? se produce conocimiento y su vinculación con las construcciones teóricas referentes a la Economía Social. Estos debates se encuentran muchas veces invisibilizados en la hegemonía del saber académico y por ello surge el interés de aportar a la difusión de otros paradigmas científicos.

La epistemología es el área del conocimiento que se encarga de reflexionar respecto de cuáles son los procesos de conocimiento, de acceso al mismo, de producción y reproducción. Durante la edad media, la forma de producir conocimiento estaba vinculada al predominio teocentrista. Esta concepción del saber dominaba el sentido común y las explicaciones de casi todos los fenómenos que acontecían en la vida, las relaciones y los sujetos. Fue con la revolución copernicana y las ideas del movimiento renacentista que el paradigma teocéntrico entra en crisis y surgen otras explicaciones para las diferentes facetas de la vida sobre la tierra. Pero será menester antes de continuar definir una palabra que se ha mencionado: paradigma y también crisis paradigmática. Thomas

Kuhn (1975) planteó la dinámica que se da en el pensamiento científico cuando un cuerpo de conocimientos, convencionalmente aceptado como la teoría dominante, deja de tener la capacidad de explicar todos los eventos dentro de esta área. La teoría convencional sigue dominando el pensamiento, aunque se observan cosas que no encajan. Cuando el número de anomalías es de cierta dimensión considerable, entonces se pone en cuestión esa teoría dominante y se genera otro conjunto de conceptos que forman una nueva teoría y que tiene una mayor capacidad de explicar los hechos. A estas diferentes formas de entender la realidad las llamamos paradigmas.

Desterrado el teocentrismo, el paradigma del desarrollo de la modernidad se ha constituido como el dominante, y paulatinamente se ha expandido e impregnado en todas las facetas de la vida de las personas. Para constituirse como tal ha tomado insumos de las religiones (como se explica en la ética protestante), de los poseedores históricos (apropiadores) del capital para continuar su reproducción, de los estados más poderosos para perpetuar ese poder y de los intelectuales que han sido funcionales al sistema y así el paradigma compuso un cúmulo de ideas que se retroalimentan e intenta permanecer en el tiempo a pesar de las crisis paradigmáticas.

Para Bacon la ciencia permitiría a los humanos dominar la naturaleza. Esta era la presunción del paradigma moderno, donde la racionalidad tenía un lugar preponderante. Lo racional son las certezas ordenadas. Conocer es cuantificar, ir de lo complejo a lo simple, desglosarlo, dividirlo. Esto se traslada prontamente a todos las ciencias, incluso las sociales y la económica incluida.

Introducidos los conceptos de epistemología y paradigma, proponemos comenzar a poner en tensión esas premisas a partir de la re-lectura del documento: “Introducción: las epistemologías del Sur” de Boaventura de Sousa Santos, siendo este uno de los principales referentes de estas epistemologías. En dicho artículo se analizan la contextualización social, política y económica de este pensamiento, su punto de partida, sus premisas, su objetivo, y sus diferencias con el pensamiento hegemónico.

En relación al contexto en el cual se desarrollan estas epistemologías Santos menciona las prioridades establecidas por los asistentes al Foro Social Mundial y los asistentes al Foro Económico Mundial de Davos, donde si bien las problemáticas identificadas por ambos foros pueden ser las mismas, no se plantean las mismas causas ni soluciones, y como también, en el primero, asisten los excluidos, y el segundo los causantes del estado de situación realizado en enero de 2011. El autor identifica así la dificultad de pensar y proponer soluciones alternativas de los participantes del Foro Económico Mundial, donde existen grandes dificultades de imaginarse alternativas poscapitalistas. Este escenario, plantea Santos, puede devenir de la misma situación de crisis e inestabilidad actual, que a su vez representa una oportunidad para las alternativas y el surgimiento de nuevos actores sociales. Esto último lo visualiza en la ausencia de un país hegemónico, como existía hasta el siglo XX.

Frente a ese estado situacional, Santos, describe que las alternativas propuestas por los informes de Davos, o por otros referentes de los pensamientos hegemónicos (aun críticos) no han dado respuesta a las problemáticas, y que no serían aplicables a estos tiempos. En referencia a las alternativas que mantuvieron el sistema capitalista señala: Estado de Bienestar, el Keynesianismo, la social democracia, que todas ellas siguen siendo soluciones dentro del sistema capitalista y no rompen con la lógica imperante. Identifica que, la alternativa en el siglo XX era el socialismo, no obstante hoy no se puede pensar como una alternativa poscapitalista y posoccidental.

“El contexto intelectual presenta cuatro grandes áreas de interés: 1) preguntas fuertes y respuestas débiles, 2) contradicción entre medidas urgentes y cambio civilizatorio, 3) pérdida de los sustantivos, y 4) relación fantasmal entre la teoría y la práctica” (Santos, 2011-12).Con todo esto, Santos establece el punto de partida de las Epistemologías del Sur. Desde un “sur” entendido, no como un lugar geográfico, sino un sur metafórico “anti-imperial”. Estas epistemologías reclaman y visibilizan la injusticia entre conocimientos, propone determinar que no existe un único conocimiento válido, actualmente producido por el Norte, por la ciencia moderna. Por lo contrario, existen múltiples formas de conocimiento, científicas y no científicas, producidas por las prácticas de grupos y estratos sociales invisibilizados hasta hoy por el capitalismo y colonialismo.

Por lo tanto, las principales premisas de las epistemologías del Sur son: 1) la comprensión del mundo es más amplia que el occidentalismo, 2) que la diversidad del mundo es infinita, no existe en la actualidad una única practica del sistema económico, hay alternativas invisibilizadas, 3) las epistemologías del sur, son muchas,

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y no pretenden generar una única teoría universal, sino retroalimentarse en su multiplicidad de formas.

En la actualidad el desafió de las Epistemologías del Sur, estaría, según Santos, vinculado a dos puntos: retomar el pasado incompleto y el presente incumplido, para generar o posibilitar pensar alternativas hacia un futuro. Para ello, deben dialogar, argumentar, contra-argumentar, convivir con otras epistemologías. Y a la vez realizarlo con el pensamiento hegemónico del Norte, y con el pensamiento hegemónico crítico eurocéntrico. ¿Cómo llevar adelante esta tarea? “La respuesta es la siguiente: a través de dos procedimientos, que son la ecología de los saberes y la traducción intercultural. Esto sería, pues, un resumen general de lo que son las Epistemologías del Sur, que surgen en un periodo de transición” (Santos, 2011-12).

Por último, Santos hace referencia al pensamiento crítico proveniente de la escuela de Frankfurt, que al igual que las Epistemologías del Sur, surgen en periodo de transición, sin embargo, la situación de emergencia es distinta en cada una de ellas, y sus actores también. La realidad actual es altamente compleja, no es posible determinar cuando y donde va ocurrir la “revolución”, lo cual dificulta el pensamiento de propuestas alternativas, además que ya no se considera a la clase obrera como actor fundamental del cambio. Por otro lado, y como lo hemos mencionado antes, las Epistemologías del Sur, no tienen una “escuela” ni autores definidos, porque justamente no pretende la hegemonización del conocimiento.

Otros aspectos en los que se diferencian ambas corrientes, es la concepción del individuo. En la Escuela de Frankfurt el individuo se humaniza, se civiliza distanciándose de la naturaleza, mientras que en las Epistemologías del Sur el individuo actúa en comunidad, y nunca

podría entenderse negando a la naturaleza, ya que se concibe como parte de la misma. En este sentido, las Epistemologías del Sur entienden que el colonialismo y el capitalismo tienen la misma importancia en torno al proyecto civilizatorio hegemónico que pre-tenden instalar. “Considerar a la sociedad civil liberal como la supera-ción del estado naturaleza, es una trampa” (Santos, 2011-12). Para comprender lo mencionado es necesario identificar la tensión exis-tente entre regulación social y emancipación social que caracteriza a la modernidad occidental principalmente metropolitanas.

Las epistemologías del Sur, no pretenden construir una teoría universal que pueda abarcar todas las particularidades y explicar todas las realidades; en ellas coexisten múltiples teorías, que se retro-alimentan. Esta corriente tiene una fuerte influencia de las Epistemologías feministas, por lo cual el rol de la mujer es concebido de otro modo, legitimando su participación en la producción de conocimiento.

En esta propuesta epistemológica la teoría no puede ser ajena a la práctica, como postula el pensamiento crítico hegemónico de la Escuela de Frankfurt. Determina así Santos que: “la teoría no está instigando a la práctica, sino que aprende con la práctica; busca profundizar algunos elementos de la práctica, trae elementos de comparación con otras experiencias, de emancipación; pero camina realmente, como decía el subcomandante Marcos, con los que van más despacio; no con los que van adelante, sino con los que van atrás.” (Santos, 2011-12).

2.- REFERENTES DE LAS EPISTEMOLOGIAS DEL SUR

A partir de los elementos propuestos por De Sousa Santos, se abonará

esta introducción a las epistemologías del sur con dos de los principales referentes de esta perspectiva: Arturo Escobar y Aníbal Quijano.

2.1- Arturo Escobar

Este antropólogo colombiano, nos propone la “Idea del postdesarrollo”, donde su principal revisión y propuesta se basa en la deconstrucción del término desarrollo y como consecuencia de los conceptos de modernidad y colonialidad.

El interrogante principal hacia los conceptos de desarrollo es re-preguntarse bajo qué criterios, argumentos, y formas los territorios como América Latina, África y Asia han sido catalogadas como “sub desarrolladas”. Para ello, el autor ha tomado los análisis postestructuralistas, que aluden a 4 elementos: 1- el “desarrollo” surgió a principios del período posterior a la Segunda Guerra Mundial, 2- la noción de desarrollo hizo posible la creación de un vasto aparato institucional a través del cual se desplegó el discurso (FMI, ONU, BANCO MUNDIAL); 3 -que el discurso del desarrollo ha operado a través de dos mecanismos principales: i) la profesionalización de problemas de desarrollo, y ii) la institucionalización del desarrollo, la vasta red de organizaciones arriba mencionadas. 4- las formas de exclusión que conllevaba el proyecto de desarrollo, en particular la exclusión de los conocimientos, las voces y preocupaciones de aquéllos quienes, paradójicamente, deberían beneficiarse del desarrollo (Escobar, 2005).

Por lo tanto, para Escobar, la idea de pos desarrollo es una idea que se encuentra en constante construcción, al igual que Santos, identifica que no tiene un proceso histórico determinado, que se encuentra en formación en una etapa histórica de transición e inestabilidad. Esta alternativa postcapitalista, tal como la describe Santos pero denominandola postdesarrollo, según el autor se refiere a: a) la posibilidad de crear diferentes discursos y representaciones que no se encuentren tan mediados por la construcción del desarrollo (ideologías, metáforas, lenguaje, premisas, etc.); b) por lo tanto, la necesidad de cambiar las prácticas de saber y hacer y la “economía política de la verdad” que define al régimen del desarrollo; c) por consiguiente, la necesidad de multiplicar centros y agentes de producción de conocimientos –particularmente, hacer visibles las formas de conocimiento producidas por aquéllos quienes supuestamente son los “objetos” del desarrollo para que puedan transformarse en sujetos y agentes; d) dos maneras especialmente útiles de lograrlo son: primero, enfocarse en las adaptaciones, subversiones y resistencias que localmente la gente efectúa en relación con las intervenciones del desarrollo; y, segundo, destacar las estrategias alternas producidas por movimientos sociales al

encontrarse con proyectos de desarrollo (Escobar,2005).

Este autor en consonancia con Santos, plantea una propuesta que ponga en revisión la validación de los conocimientos, la utilización de nuevos discursos y simbologías que no sean identificables con la noción de desarrollo (ni con aquella ortodoxa ni con la heterodoxa, ambas hegemónicas), y por último identificar los aportes teóricos con las practicas que existen y existirán como símbolos de resistencias.

Otra similitud que se puede encontrar en los planteos de Escobar y Santos, es que consideran a la globalización no como la última etapa de la modernidad, sino como el comienzo de algo nuevo, y en esto la relación del ser humano con la naturaleza. El autor concibe a la modernidad como un fenómeno esencialmente europeo, donde puede ser caracterizada por: el orden y la racionalidad. Esta sociedad es vista de varias maneras, desde la dominación y desencantamiento como efecto de la secularización, hasta la primacía de la razón instrumental para la normalización de la vida y el disciplinamiento de poblaciones. La modernidad, por supuesto, no ha logrado la construcción de una realidad total, sino que ha llevado a cabo un proyecto totalizante orientado hacia la purificación de los órdenes –separación entre nosotros y ellos, naturaleza y cultura. Se concibe como universal, donde no existe una esquina del mundo que no sea vivida bajo estos paradigmas (Escobar, 2003).

De esta forma, Escobar describe las consecuencias actuales que se visibilizan producto de la globalización, coincidiendo con Santos. Existe un nuevo tipo de fascismo social que se desarrolla con sociedades democráticas, como novedad. Los modos de este fascismo son: exclusión espacial, inseguridad, y financiero. Este imperio regula el desorden a través de medios financieros y militares, empujando el caos en lo posible a los márgenes del imperio, creando así una paz “depredadora” para el beneficio de una casta noble global y dejando en su paso pobreza y sufrimiento indescriptibles. El nuevo imperio opera no tanto a través de la conquista, sino más bien a través de la imposición de normas (Escobar, 2005).

Frente a este panorama, Escobar plantea que es necesario poder “imaginar algo más allá de la modernidad y los regímenes de economía, guerra, colonialidad, explotación de la naturaleza y las personas y el fascismo social que la modernidad ha ocasionado en su encarnación imperial global” (Escobar, 2005).

El autor, en el año 2003, plantea junto a otros referentes un programa de investigación de “modernidad/colonialidad”, en el cual la colonialidad es el elemento inicial para comprender a la modernidad y los entramados de poder. Allí también se debe visibilizar la

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exterioridad (tomada de Dussel), es decir el “Otro”, que a su vez debe ser localizado, el Otro como oprimido, como mujer, como racialmente marcado, como excluido, como pobre, como naturaleza (Escobar, 2003). Esto será posible si el conocimiento parte desde las fronteras, moviéndose más allá de las categorías, símbolos y definiciones impuestas por la epistemología occidental.

Para desarrollar este programa Escobar plantea tres áreas de importancia con las cuales se debe construir, repensar y compartir la iniciativa, estas son: la de género; la segunda es la de la naturaleza y el ambiente; y por último aquella que alude a la necesidad de construir nuevos imaginarios económicos capaces de apuntalar luchas concretas contra el neoliberalismo y los designios para las economías alternativas (Escobar, 2003). Sobre la primera existe el punto de coincidencia con el feminismo respecto al discurso universalista de la modernidad y masculinizado, su incorporación tanto en localización como análisis del poder entre géneros complementarían las visiones y la propuesta para imaginar la nueva etapa, sin embargo, habrá que identificar aquellas posturas feministas eurocéntricas y hegemónicas. Luego, para con la naturaleza el desafió será repensar la producción hacia una nueva racionalidad ambiental y un diálogo entre otras formas de conocimiento hacia la construcción de novedosas racionalidades ambientales (Escobar, 2003). Por último, en el área económica, existe una necesidad apremiante de generar nuevos imaginarios económicos; imaginarios que permitan una efectiva y práctica resistencia contra el aparentemente todopoderoso imaginario del santificado mercado por la globalización neoliberal (Escobar, 2003).

Los tres elementos anteriores nos permiten pensar, y dejar de lado las concepciones del desarrollismo, modernidad y globalización, como la inexistencia de “el lugar” o “el territorio”, asimilando todo el mundo a un carácter homogéneo. En este sentido manifiesta la necesidad de pensar en prácticas basadas en el lugar, de políticas en el lugar. Como dice Escobar “uno puede entender que los lugares no son nunca totalmente capitalistas, sino que son habitados por la diferencia económica, con el potencial de devenir en algo otro, una economía otra.”

Hasta aquí Arturo Escobar, al igual que Santos, nos proponen abrir nuestra imaginación y generar nuevas condiciones en el plano del conocimiento y la acción para crear otras alternativas a la realidad actual, donde desde la ortodoxia y el pensamiento crítico se siguen formulando soluciones occidentales, sin tener en cuenta a los actores invisibilizados y sus realidades locales.

2.2-A níbal Quijano

Aníbal Quijano, sociólogo y teórico político, nació en 1928 en Perú y es autor entre muchas otros artículos de “Colonialidad del Poder, eurocentrismo y América Latina”, el cual hemos utilizado para este análisis.

Sobre el contexto en el cual se encuentra la producción de conocimiento, Aníbal Quijano plantea que la globalización en curso es, en primer término, la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y la del capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial. Señala como uno de los ejes fundamentales de ese patrón de poder la clasificación social de la población mundial sobre la idea de raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y carácter colonial, pero ha probado ser más duradero y estable que el colonialismo en cuya matriz fue establecido. Implica, en consecuencia, un elemento de colonialidad en el patrón de poder hoy mundialmente hegemónico.

Los conceptos fundamentales del trabajo de Aníbal Quijano que podemos mencionar inicialmente son: 1- La colonialidad del Poder, 2- El patrón de dominación de raza, 3- El eurocentrismo, y 4- La modernidad y el nuevo dualismo.

Quijano presenta dos patrones que permiten comprender el concepto de colonialidad: La inferioridad de una raza sobre la otra y la posibilidad de expropiarles absolutamente todo lo que estas razas producían o eran. La raza es una categoría mental de la modernidad y a partir de ella las nuevas identidades se constituyeron en torno al patrón de dominación. Raza e identidad racial fueron establecidas como instrumentos de clasificación social básica de la población. En América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista. El otro patrón de la colonialidad es la división racial del trabajo (explotación).

Las nuevas identidades históricas producidas sobre la base de la idea de raza, fueron asociadas a la naturaleza de los roles y lugares en la nueva estructura global de control del trabajo. Así, ambos elementos, raza y división del trabajo, quedaron estructuralmente asociados y reforzándose mutuamente, a pesar de que ninguno de los dos era necesariamente dependiente el uno del otro para existir o para cambiar. De ese modo se impuso una sistemática división racial del

trabajo (Quijano, 2000).

La distribución racista del trabajo al interior del capitalismo colonial/moderno se mantuvo a lo largo de todo el período colonial. En el curso de la expansión mundial de la dominación colonial por parte de la misma raza dominante -los blancos (o a partir del siglo XVIII en adelante, los europeos)- fue impuesto el mismo criterio de clasificación social a toda la población mundial a escala global (Quijano, 2000).

De esta manera una nueva tecnología de dominación/explotación, raza/trabajo, se articuló de manera que apareciera como naturalmente asociada.

Como menciona Quijano (2000), cuando Raúl Prebisch acuñó la célebre imagen de "Centro-Periferia", para describir la configuración mundial del capitalismo después de la Segunda Guerra Mundial, apuntó, sabiéndolo o sin saber, al núcleo principal del carácter histórico del patrón de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, que formaba parte central del nuevo patrón mundial de poder constituido a partir de América. El capitalismo mundial fue, desde la partida, colonial/moderno y eurocentrado.

La incorporación de tan diversas y heterogéneas historias culturales a un único mundo dominado por Europa, significó para ese mundo una configuración cultural, intelectual, en suma intersubjetiva, equivalente a la articulación de todas las formas de control del trabajo en torno del capital, para establecer el capitalismo mundial. En efecto, todas las experiencias, historias, recursos y productos culturales, terminaron también articulados en un sólo orden cultural global en torno de la hegemonía europea u occidental. En otros términos, como parte del nuevo patrón de poder mundial, Europa también concentró bajo su hegemonía el control de todas las formas de control de la

subjetividad, de la cultura, y en especial del conocimiento, de la producción del conocimiento (Quijano, 2000).

El etnocentrismo europeo se configuró como un rasgo común del moderno sistema mundo. De este modo la modernidad y la racionalidad fueron imaginadas como experiencias y productos exclusivamente europeos.

Con Descartes, padre de la modernidad y de la racionalidad, lo que sucede es la mutación del antiguo abordaje dualista sobre el "cuerpo" y el "no-cuerpo". Lo que era una co-presencia permanente de ambos elementos en cada etapa del ser humano, en Descartes se convierte en una radical separación entre "razón/sujeto" y "cuerpo". La razón no es solamente una secularización de la idea de "alma" en el sentido teológico, sino que es una mutación en una nueva id-entidad, la "razón/sujeto", la única entidad capaz de conocimiento "racional", respecto del cual el "cuerpo" es y no puede ser otra cosa que "objeto" de conocimiento (Quijano, 2000).

Durante el siglo XVIII, para este autor, ese nuevo dualismo radical fue amalgamado con las ideas mitificadas de progreso/desarrollo y de un estado de naturaleza en la trayectoria humana, que son los mitos fundacionales de la versión eurocentrista de la modernidad. Esto dio origen a la peculiar perspectiva histórica dualista/evolucionista. Así todos los no-europeos pudieron ser considerados, de un lado, como pre-europeos y al mismo tiempo dispuestos en cierta cadena histórica y continua desde lo primitivo a lo civilizado, de lo irracional a lo racional, de lo tradicional a lo moderno, de lo mágico-mítico a lo científico. En otras palabras, desde lo no-europeo/pre-europeo a algo que en el tiempo se europeizará o "modernizará".

Esa perspectiva binaria, dualista, de conocimiento, peculiar del eurocentrismo, se impuso como mundialmente hegemónica en el

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BIBLIOGRAFIA

·Coraggio, José Luis (2008), “La Economía social y solidaria como estrategia de desarrollo en el contexto de la integración regional latinoamericana”. Reconstrucción de una parte de la ponencia presentada en el 3er Encuentro Latinoamericano de Economía Solidaria y Comercio Justo organizado por RIPESS en Montevideo, 22-24 octubre 2008.

Escobar, Arturo (2003), “Mundos y conocimientos de otro modo. El programa de investigación de modernidad/colonialidad latino-americano”. Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Bogotá.

Escobar, Arturo (2005) El “postdesarrollo” como concepto y práctica social. En Daniel Mato (coord.), Políticas de economía, ambiente y sociedad en tiempos de globalización. Caracas: Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, pp. 17-31.

Quijano, Anibal (2000) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas. Edgardo Lander (comp.) CLACSO. Buenos Aires, Argentina.

Santos, Boaventura de Sousa (2011-12), "Introducción: las epistemologías del Sur" in CIDOB (org.), Formas-Otras. Saber, nombrar, narrar, hacer. Barcelona: CIDOB Ediciones, 9-22.

POLÍTICA Y ANALISIS

mismo cauce de la expansión del dominio colonial de Europa sobre el mundo (Quijano, 2000).

De acuerdo a lo expresado por Quijano (2000), no sería posible explicar de otro modo, satisfactoriamente en todo caso, la elaboración del eurocentrismo como perspectiva hegemónica de conocimiento, de la versión eurocéntrica de la modernidad sin sus dos principales mitos fundantes: uno, la idea-imagen de la historia de la civilización humana como una trayectoria que parte de un estado de naturaleza y culmina en Europa. Y dos, otorgar sentido a las diferencias entre Europa y no-Europa como diferencias de naturaleza (racial) y no de historia del poder. Por tanto evolucionismo y dualismo son para este autor los elementos nucleares del eurocentrismo.

En ese especifico sentido, la humanidad actual en su conjunto constituye el primer sistema mundo global históricamente conocido, no solamente un mundo como el que quizás fueron el chino, el hindú, el egipcio, el helénico-románico, el maya-azteca o el tawantinsuyano. Ninguno de esos posibles mundos tuvo en común sino un dominador colonial/imperial y, aunque así se propone desde la visión colonial eurocéntrica, no es seguro que todos los pueblos incorporados a uno de aquellos mundos tuvieran también en común una perspectiva básica respecto de las relaciones entre lo humano y el resto del universo (Quijano, 2000).

La diferencia fundamental señalada por Quijano es que los dominadores coloniales de cada uno de esos mundos, no tenían las condiciones, ni quizás tampoco el interés, de homogenizar las formas básicas de existencia social de todas las poblaciones de sus dominios; en cambio, el actual, el que comenzó a formarse con América, tiene en común tres elementos centrales que afectan la vida cotidiana de toda la población mundial: la colonialidad del poder, el capitalismo y el eurocentrismo.

En el momento en que los ibéricos conquistaron, nombraron y colonizaron América (cuya región norte o Norte América, colonizarán los británicos un siglo más tarde), hallaron un gran número de diferentes pueblos, cada uno con su propia historia, lenguaje, descubrimientos y productos culturales, memoria e identidad. Son conocidos los nombres de los más desarrollados y sofisticados de ellos: aztecas, mayas, chimús, aymaras, incas, chibchas, etc. Trescientos años más tarde todos ellos quedaban reunidos en una sola identidad: indios. Esta nueva identidad era racial, colonial y negativa. Así también sucedió con las gentes traídas forzadamente desde la futura Africa como esclavas: ashantis, yorubas, zulús, congos, bacongos, etc. En el lapso de trescientos años, todos ellos no

eran ya sino negros (Quijano, 2000).

Para Quijano ese resultado de la historia del poder colonial tuvo dos implicaciones decisivas. La primera es obvia: todos aquellos pueblos fueron despojados de sus propias y singulares identidades históricas. La segunda es, quizás, menos obvia, pero no es menos decisiva: su nueva identidad racial, colonial y negativa, implicaba el despojo de su lugar en la historia de la producción cultural de la humanidad. En adelante no eran sino razas inferiores, capaces sólo de producir culturas inferiores. Implicaba también su reubicación en el nuevo tiempo histórico constituido con América primero y con Europa después: en adelante eran el pasado. En otros términos, el patrón de poder fundado en la colonialidad implicaba también un patrón cognitivo, una nueva perspectiva de conocimiento dentro de la cual lo no-europeo era el pasado y de ese modo inferior, siempre primitivo.

De este modo el autor hace referencia a que el término modernidad hoy involucra al conjunto de la población mundial y a toda su historia de los últimos 500 años, a todos los mundos o exmundos articulados en el patrón global de poder, a cada uno de sus segmentos diferenciados o diferenciables, pues se constituyó junto con, como parte de, la redefinición o reconstitución histórica de cada uno de ellos por su incorporación al nuevo y común patrón de poder mundial. La elaboración intelectual del proceso de modernidad produjo una perspectiva de conocimiento y un modo concreto de producir conocimiento que dan muy ceñida cuenta del carácter del patrón mundial de poder: colonial/moderno, capitalista y eurocentrado.

La experiencia histórica demuestra sin embargo que el capitalismo mundial está lejos de ser una totalidad homogénea y continua. Al contrario, como lo demuestra América, el patrón de poder mundial que se conoce como capitalismo es, en lo fundamental, una estructura de elementos heterogéneos, tanto en términos de las formas de control del trabajo-recursos-productos (o relaciones de producción) o en términos de los pueblos e historias articulados en él (Quijano, 2000).

En este sentido los referentes de las epistemologías del sur pretenden visibilizar esa heterogeneidad estructural y diversidad cultural que son la base para la construcción de otros paradigmas de producción y reproducción de conocimiento, un conocimiento otro que reconoce la multiplicidad de saberes frente a la hegemonía del pensamiento único. 3.- REFLEXIONES FINALES

En base a las ideas compartidas por los referentes de esta perspectiva

se considera insostenible que el paradigma de desarrollo vigente, con todas sus fracturas pueda ser un espacio habitable para todos/as y para la naturaleza en la cual vivimos.

Estas dos cuestiones: la cuestión social y la cuestión ambiental son las que más fracturan a este paradigma y a la vez las que más rescatan las epistemologías del sur.

Más recientemente, diferentes corrientes renuevan sus críticas: el pensamiento decolonial devela los mecanismos de dominación de razas, culturas y ecosistemas territoriales. La ecología política denuncia la transformación histórica de la naturaleza en “tierra” para su mayor explotación. El Buen Vivir de los pueblos andinos reemplaza el antropocentrismo europeo por un bio-centrismo que promueve otra relación entre comunidad y ambiente.

Todos ellos rechazan la posibilidad de convergencia armónica entre las tres esferas (economía, sociedad y ambiente) en el seno del capitalismo global, desnudando sus tensiones y sus ocultamientos. Develan que el capitalismo sustentable se ha convertido en un oxímoron, una figura retórica conformada por dos conceptos de significado opuesto. Y son una invitación a pensar la sustentabilidad desde otra cosmovisión, para proponer desde allí una praxis alternativa.

Por lo tanto se necesita una nueva racionalidad, otra forma de pensar la sociedad y las relaciones sujeto-mundo.

En este sentido las epistemologías del sur presentan aportes que se suman, sin negarse, que construyen un campo diversificado y complejo, como la realidad misma.

Desde esa complejidad y diversidad se presenta la economía social como un concepto polisémico y una construcción política que alude a la vez a un campo teórico y también a experiencias concretas.

Como señala José Luis Coraggio (2008), la Otra Economía, sea que la propongamos discursivamente o a través de nuestras prácticas, debe ser social, porque no sólo debe producir y distribuir bienes y servicios materiales sino también generar y posibilitar otras relaciones sociales, otras relaciones con la naturaleza, otros modos de reproducción, otras opciones de vida en sociedad diversas del paradigma del capitalismo posesivo individualista.Consideramos que las epistemologías del sur se encuentran fuertemente vinculadas a las experiencias de la economía social provenientes de movimientos sociales o relacionados a estos en Latinoamérica. Estas experiencias materializan aquello que las

epistemologías del sur conceptualizan: viviendo en su cotidianeidad de otros modos, vinculándose de otra manera con la naturaleza y con las personas, produciendo conocimiento y reflexionando su praxis con él. Por tanto alimentan y son alimentadas por las epistemologías del sur y el vínculo es tan profundo que muchos autores se tornan referentes en ambos campos.

En definitiva, la economía social latinoamericana no puede hoy pensarse de otro modo que no sea con los fundamentos epistemológicos de producción de conocimiento de las epistemologías del sur.

Las epistemologías del sur constituyen un paradigma alternativo de producción de conocimiento y comparte con la economía social esta otra visión del mundo y las relaciones sociales: la cosmovisión vinculada a los pueblos originarios y los muchos pueblos que conforman este vasto territorio, sin negar ninguna historia, visibilizando y legitimando todas las formas de ser y estar en el mundo y el conocimiento que de ello se produce.

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LA SOSTENIBILIDAD DE LA SEGURIDAD SOCIAL ANTE EL PROGRAMA DE “REPARACIÓN HISTÓRICA PARA JUBILADOS Y PENSIONADOS”por Juan Ignacio Balasini

1. Introducción

Los sistemas previsionales suelen analizarse en base a tres dimensiones: cobertura, nivel de jubilaciones y sostenibilidad en el tiempo. Existe una clara tensión al buscar un sistema con amplia cobertura, elevado nivel de jubilaciones y que al mismo tiempo sea financieramente sostenible.En los últimos años se ha logrado un notorio incremento en la cobertura previsional, a la vez que mediante la movilidad jubilatoria se alcanzó un haber mínimo elevado tanto en términos históricos como en su comparación regional. Ahora bien, estas políticas pudieron sostenerse en buena medida producto de un menor incremento para aquellas jubilaciones que se encontraban por encima del haber mínimo. Esto motivó una serie de demandas judiciales que fueron encontrando sentencias a favor de los demandantes y llevó a que el Estado pague, si bien con considerable demora, la recomposición de haberes que ordenaba la justicia.La Ley que recientemente aprobó el Congreso reconoce una deuda previsional para jubilados con haberes por encima de la mínima. La propuesta implica el pago de forma masiva a un gran número de jubilados, que incluye a los que tienen sentencia judicial, los que

habiendo realizado la demanda aún no cuentan con sentencia y también a los jubilados que potencialmente podrían realizar una demanda similar.El debate público sobre este proyecto se ha orientado a discutir cuánto y cuándo se paga, mientras que poco se ha discutido sobre el efecto que tendrá sobre la sostenibilidad del sistema una vez que se hayan recompuesto los haberes.Este aspecto tan poco estudiado es central. En caso de que este proyecto comprometa seriamente la sostenibilidad financiera, la reforma previsional que se espera para 2019 se discutirá en un contexto en el que será muy difícil mantener conjuntamente una amplia cobertura y un elevado nivel de jubilaciones. Este documento explora los efectos dinámicos de mediano plazo (2016-2030) de la recomposición de haberes para tener una medición más razonable de lo que esta iniciativa realmente implica, y en qué medida puede condicionar futuras reformas sobre el sistema.

2.L os principales lineamientos de la “Reparación Histórica”

El programa de “Reparación Histórica” involucra diferentes aspectos de la política fiscal (sistema previsional, reforma impositiva y blanqueo de capitales). En particular, respecto de las reformas del

sistema previsional se proponen cuatro medidas:

1) Declaración de Emergencia Previsional, que habilita a asignar un conjunto de prerrogativas que corresponden al Poder Legislativo a la competencia del Poder Ejecutivo, por el plazo de 3 años.2) Pensión Universal para mayores de 65 años equivalente al 80% de la jubilación mínima, permitiendo altas solo hasta el 2019.3) Pago de sentencias y reajuste en determinados haberes: en esta propuesta se reconocen tres conjuntos de jubilados como beneficiarios potenciales. En primer lugar quienes tienen sentencia firme, que cobrarán un retroactivo 2 años hacia atrás desde la notificación de la demanda de juicio a ANSES. Luego aquellos jubilados sin sentencia pero que iniciaron juicio, para quienes la iniciativa ofrece un cobro de retroactivo de hasta 4 años. Por último, los jubilados que no iniciaron juicio pero que potencialmente podrían hacerlo, que solo recibirán el ajuste del haber mensual.4) Creación de una Comisión para realizar una Reforma Previsional en 2019.

En el paso desde el proyecto original a la aprobación por parte del Congreso de la Nación se produjeron un conjunto de modificaciones entre las que se puede destacar los siguientes puntos. En primer lugar a la declaración de emergencia se le estableció que sólo compete a los acuerdos por reajuste de haberes y que ANSES seguirá pagando las sentencias para aquellos que no quieran acordar. En segundo lugar, respecto a las moratorias que se habían establecido para aquellos adultos mayores que no contaban con la cantidad de años de aportes para acceder a la jubilación, se amplió el plazo de la vigente (Ley N° 26.970) para mujeres de entre 60 y 65 años y se volvió a instalar la moratoria anterior (Ley N° 25.994) por un año. También se eliminó la incompatibilidad con otros programas sociales (excepto con la pensión para la vejez) y se eliminó el límite en el periodo de inscripción. En lo referido a cómo se financiará la propuesta de pago a jubilados, la Cámara de Diputados impuso algunos límites al uso del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Se estableció un piso de 7% para la tenencia de acciones (lo que implica la posibilidad de vender casi la mitad de las acciones que tiene hoy en cartera), pero con la posibilidad de incumplir el límite cuando se vendan acciones a través de una oferta pública. Por último, respecto al cuarto punto se aclaró que el sistema que se proponga en la reforma debe ser público y de reparto, aunque abriendo implícitamente la posibilidad a la incorporación de un pilar privado de capitalización siempre que sea voluntario.En resumen, el proyecto aprobado implica un conjunto de medidas que tendrán importantes efectos, no solo en el corto plazo por los pagos de montos adeudados, sino a futuro por los cambios en la

administración del FGS, los mayores haberes para un amplio conjunto de jubilados y, en este nuevo contexto, la discusión de sobre la reforma del sistema previsional.En particular, como se ha señalado no solo interesa discutir acerca del pago de las deudas, sino hacer una evaluación de cómo este cambio en el universo de beneficiarios implica, a través de un mayor nivel de jubilación, un incremento en el esfuerzo financiero de la ANSES para los próximos años.El documento tiene por finalidad analizar este segundo proceso, para evaluar su sostenibilidad en el mediano plazo y comprender hasta qué punto puede condicionar la reforma previsional que se espera emprender en 2018-2019. Para avanzar sobre este aspecto, es necesario plantear un contexto macroeconómico de mediano plazo, ya que sobre él se determinan los recursos de la ANSES y, por medio de la movilidad jubilatoria, el nivel de los haberes.

3.U n escenario de mediano plazo para evaluar la propuesta

Dado que las proyecciones de largo plazo no solo dependen del crecimiento vegetativo de la población pasiva, sino también de los recursos asociados al sistema previsional, es necesario contar con un escenario macroeconómico de mediano plazo. De esta manera, con un determinado sendero de actividad económica, inflación y mercado de trabajo es posible proyectar los recursos tributarios vinculados a la ANSES, así como los diferentes parámetros que definen las actualizaciones semestrales de la movilidad jubilatoria.Para el análisis se tienen en cuenta los siguientes factores:·M odificaciones en impuestos sobre Bienes Personales y Ganancia Mínima Presunta, si bien sin su eliminación a partir de 2019, con una reducción en las alícuotas que implican una notable pérdida en su participación dentro de los recursos tributarios.·I ncorporación de nuevas transferencias del Tesoro para compensar la pérdida por el 15% de la Coparticipación Bruta.·I ncorporación de un régimen no contributivo de Pensión Universal para el período 2016-2019 (se supone que no se continúa otorgando altas luego de ese período).·I ncorporación de mayores haberes para jubilados afectados por la no actualización de las jubilaciones previo a 2008 (solo en lo que respecta a los pagos por flujos futuros, pues se supone que los montos adeudados se financian con lo obtenido en el blanqueo y, eventualmente, con liquidación de activos del FGS).·E scenario macroeconómico de mediano plazo optimista, con crecimiento, baja inflación, bajo desempleo, caída de informalidad, crecimiento en salario real y sendero de tipo de cambio nominal parsimonioso (sin shocks cambiarios).·P royección de recursos tributarios vinculada a la dinámica del crecimiento económico, con tendencia a un incremento de la

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participación de Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social producto de las mejoras en el mercado de trabajo.A partir de estos elementos se realizan dos proyecciones de ingresos y gastos de la ANSES para el período 2016-2030, con y sin los cambios del programa de “Reparación Histórica”. El escenario de pago de sentencias se traduce en un incremento de 45% en el haber de 2,4 millones de jubilados, incremento que a lo largo del tiempo se ve potenciado por las actualizaciones de haberes mediante la ley de movilidad.

En particular, es importante avanzar un poco más acerca del escenario macroeconómico y de mercado de trabajo. Para tener la estimación más favorable posible acerca del costo fiscal del proyecto, se define un escenario macroeconómico optimista para el período 2017-2030:·C recimiento económico: luego de un escenario recesivo para 2016 (-2%), se supone una recuperación a partir de 2017 (3,5%) que se man-tiene con un crecimiento estable para el período 2018-2030 (3,3%).·I nflación: partiendo de un 41% en 2016 se supone una importante desaceleración en 2017 (22%), con reducciones entorno a 5 p.p. por año hasta llegar a 10% en 2019 y una dinámica de suave desaceleración entre 2020 (8%) y 2027 (4%), hasta converger a este último valor que representa la inflación histórica de Estados Unidos

más un pequeño spread.

·T ipo de Cambio: a partir de un valor promedio para 2016 de 15,5 $/USD se plantea un sendero similar al de la inflación para el período 2017-2030, con una ligera depreciación real en 2019-2022 y una estabilización real entre 2022-2030.·S alario real: luego de una caída de -7% en 2016 se plantea un escenario de recuperación continua de 3%-4% entre 2017-2020, para luego ir reduciéndose de 2% a 1% entre 2021-2026 y permanecer constante en los últimos 4 años de la ventana de proyección.·M ercado de Trabajo: una tasa de actividad que crece paulatinamente de 45,2% en 2016 a 47% en 2030 (en buena medida producto de la mayor participación femenina), en un contexto de un desempleo de 6%-5% luego de un aumento a 7% en 2016 y una informalidad que se contrae desde un 31% en 2016 hasta alcanzar el 20% en 2030.·R ecaudación Tributaria: con un leve crecimiento en % del PIB, pasando de 24,4% en 2016 al 25,4% en 2030. Esta dinámica se explica exclusivamente por la mejora en el mercado de trabajo, con bajo desempleo y reducción paulatina de la informalidad, de modo tal que los impuestos de la Seguridad Social crecen en poco menos de 2 p.p. del PIB a lo largo del período.

Año PIB real

IPC

Tipo de Cambio Nominal

Salario real

2015 2,4%

26%

14%

2%

2016 -2,0% 41% 67% -7% 2017 3,5%

22%

20%

1% 2018 3,3%

15%

15%

3%

2019 3,3%

10%

15%

4%

2020 3,3%

8%

12%

4%

2021 3,3%

7%

8%

2%

2022 3,3%

6%

7%

2%

2023 3,3%

6%

6%

1%

2024 3,3%

5%

6%

1%

2025 3,3%

5%

6%

1%

2026 3,3% 5% 6% 1%2027 3,3% 4% 4% 0%2028 3,3% 4% 4% 0%2029 3,3% 4% 4% 0%2030 3,3% 4% 4% 0%

Cuadro 1. Principales variables macroeconómicasEn % de variación anual

Gráfico 1. Mercado de Trabajo

4.P royecciones de mediano plazo del resultado operativo de ANSES

En base a este escenario macroeconómico optimista, con un mercado de trabajo que mantiene bajos niveles de desempleo y reduce sensiblemente la informalidad, los recursos de la ANSES se incrementan en porcentaje del PIB, principalmente debido a que los correspondientes a la Seguridad Social pasan de representar el 6,7% del PIB en 2016 al 8,1% del PIB en 2030.

Considerando la movilidad jubilatoria, se proyecta un escenario con altas para la Pensión Universal solo para 2016-2019 y un elevado impacto en el gasto motivado por el incremento de los haberes para 2,4 millones de jubilados, componente que tiende a desaparecer en el tiempo. De esta manera, luego de 2019, la proporción de la población con jubilación (cobertura pasiva) comienza a caer ya que no se otorgan nuevas pensiones a quienes no cuentan con los años de aportes. Es así que en el largo plazo la cobertura pasiva tiene a converger a la compatible con la tasa de informalidad de largo plazo. Por lo tanto, si se plantea que la informalidad se reduzca hasta el 20% en 2030, la cobertura pasiva en caso de no otorgarse nuevas pensiones universales o moratorias debiera acercarse al 80% en el mediano o largo plazo.

Gráfico 2. Cobertura pasiva del sistema previsionalEn % de la población objetivo

Gráfico 3. Asignaciones Familiares contributivas y no contributivas

El sistema de protección social de ANSES conforma un elemento central del Estado de Bienestar argentino, por lo que para evaluar su sostenibilidad también deben considerarse el resto de sus políticas, que no refieren al propio sistema de jubilaciones y pensiones.Por lo tanto, aparte de jubilaciones se consideran dentro del universo de gastos que debe atender ANSES a las Pensiones no Contributivas (que pasa de representar el 14% del gasto en 2016 al 12% en 2030); así como también el conjunto de políticas de ingresos contributivas y no contributivas: Asignación Universal por Hijo (AUH), Asignación Universal por Embarazo, Asignaciones Familiares contributivas, PROGRESAR y Conectar Igualdad. Estos programas en conjunto pasarían de representar el 11% en 2016 al 8% en 2030, en un contexto en el que se actualizan acompañando la movilidad jubilatoria o -en el caso del Conectar Igualdad- la inflación. Este retroceso en su participación se explica fundamentalmente por el avance del gasto necesario para sostener las jubilaciones y pensiones.En particular, en el caso de las Asignaciones Familiares se observa que el escenario de mediano plazo implica un traspaso de beneficiarios de la AUH hacia el sistema contributivo. Esta dinámica se produce en gracias a la reducción en la informalidad y, en menor medida, por la leve caída en la tasa de desempleo.

Participación porcentual por tipo de asignación

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Ante este escenario, sin considerar la asistencia del FGS mediante la liquidación de stocks, la ANSES pasaría de un déficit de -0,6% del PIB en 2016 a uno de -2,2% en 2017 y de -2,4% en 2018. El déficit operativo debiera entonces financiarse con la afectación del FGS, o bien con recursos extraordinarios del Tesoro Nacional. Sin embargo, aun en un escenario económico favorable, el diferencial acumulado entre 2017-2030 es de casi 11% el PIB, equivalente al total del stock del FGS. La dinámica de nuevos gastos implicaría liquidar, solo entre 2017 y 2019, el 60% del FGS. Por lo tanto, aún en el caso que los montos adeudados por retroactivos se logren cubrir con los ingresos del blanqueo, es decir sin liquidar activos del FGS, la propia dinámica de mayores haberes eliminaría a más de la mitad del stock del fondo en los próximos tres años.participación se explica fundamentalmente por el avance del gasto necesario para sostener las jubilaciones y pensiones.En particular, en el caso de las Asignaciones Familiares se observa que el escenario de mediano plazo implica un traspaso de beneficiarios de la AUH hacia el sistema contributivo. Esta dinámica se produce en gracias a la reducción en la informalidad y, en menor medida, por la leve caída en la tasa de desempleo.

Gráfico 4. Evolución de resultado operativo ANSES*(sin considerar rentabilidad del FGS)En % del PIB

Nota: (*) El escenario tiende a mejorar hacia 2030 producto de la caída en la cobertura, pero también debido a que Argentina aún se verá beneficiada del “bono demográfico” ya que su población no tendrá todavía una pirámide poblacional envejecida como la europea.

5. REFLEXIONES FINALES

En el periodo iniciado en 2003, Argentina ha logrado sentar las bases para un Estado de Bienestar que no tiene comparación con el de países con similar grado de desarrollo, en términos de su cobertura y el nivel de sus prestaciones.

Ante este escenario, sin considerar la asistencia del FGS mediante la liquidación de stocks, la ANSES pasaría de un déficit de -0,6% del PIB en 2016 a uno de -2,2% en 2017 y de -2,4% en 2018. El déficit operativo debiera entonces financiarse con la afectación del FGS, o bien con recursos extraordinarios del Tesoro Nacional. Sin embargo, aun en un escenario económico favorable, el diferencial acumulado entre 2017-2030 es de casi 11% el PIB, equivalente al total del stock del FGS. La dinámica de nuevos gastos implicaría liquidar, solo entre 2017 y 2019, el 60% del FGS. Por lo tanto, aún en el caso que los montos adeudados por retroactivos se logren cubrir con los ingresos del blanqueo, es decir sin liquidar activos del FGS, la propia dinámica de mayores haberes eliminaría a más de la mitad del stock del fondo en los próximos tres años.

Un pilar central lo conforma el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que cuenta con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). Es de esta manera que Argentina a partir de 2008 pasa a tener un sistema de pensiones, si bien de reparto, bajo un esquema de “capitalización colectiva” gracias a la creación del FGS. Este fondo en la actualidad alcanza una magnitud equivalente al 11% del PIB y se destina tanto a la compra de títulos públicos y acciones como al financiamiento de inversiones productivas con alto valor en términos sociales (PROCREAR, por poner un ejemplo).

Pero antes que nada, el FGS es un fondo que se mantiene por dos motivos fundamentales: 1) sobrepasar eventuales situaciones en los que, producto de un escenario económico adverso, los recursos corrientes de la ANSES no alcancen para el pago de jubilaciones, y más importante aún, 2) ser utilizado para financiar una transición desde el sistema previsional actual hacia otro con diferente estructura de financiamiento.

El programa de “Reparación Histórica”, si bien puede

comprometer una porción del FGS en beneficio de un conjunto de jubilados que cobran por encima del haber mínimo, implica consumirlo en su totalidad si se analiza también el mayor nivel de jubilaciones hacia adelante.

Llegar al 2019 con un FGS que tenga menos del 40% de su magnitud actual limita seriamente cualquier reforma que se pretenda realizar en favor de los futuros jubilados, y abre la puerta para modificaciones en parámetros sensibles como la edad jubilatoria, la cantidad mínima de años de aportes o la propia ley de movilidad, con el objetivo de generar ahorros que vuelvan sostenible el sistema.

La discusión de la insostenibilidad financiera puede volver al presente parte de las iniciativas que se llevaron adelante con la reforma de 1994: aumentos en las edades jubilatorias y en la cantidad mínima de años de aportes para acceder a una jubilación. Avanzar con este tipo de estudios puede contribuir al debate para orientar una futura reforma a favor de los futuros jubilados sin poner en peligro la sostenibilidad del sistema previsional.