IV. Los Libros de Samuel

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Libros Históricos del Antiguo Testamento

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Los libros de Samuel

30Libros histricos del Antiguo TestamentoLos libros de Samuel

1.- Los libros de Samuel y la historia deuteronomistaEn 1-2 Samuel el redactor deuteronomista tuvo a su disposicin fuentes escritas muy elaboradas y no necesit retocarlas mucho. Por esta razn los elementos redaccionales se notan menos que en otros libros. Sin embargo, los rasgos dtr. se hacen evidentes en la fraseologa, la cronologa, la periodizacin de la historia de Israel, en la doctrina de la retribucin, en la polmica contra la idolatra y en algunos otros aspectos como p.e. la tesis del deterioro progresivo de la historia presente de inicio a fin en estos libros: durante la vida de Josu, el pueblo se mantiene fiel a la alianza, en la poca de los jueces se alternan fidelidad e infidelidad (Jue 2,10) y en esta tercera etapa la situacin sigue empeorando (1 Sam 12). El texto de 1Sam 12,7-17 es clave con relacin a la tesis del deterioro de la historia: primero porque seala el momento de transicin entre el perodo de los jueces y la monarqua y, segundo, porque hace una evaluacin global del rgimen monrquico de carcter predominantemente negativo.

Comparando el perodo de los jueces y la monarqua el autor de 1 Sam 12, parece preferir el primero a la segunda porque salvaguardaba mejor la fe yahvista y el espritu de la alianza (Jue 8,22-23) ya que la nica referencia permanente para las tribus eran Dios y el santuario del arca, los jueces desempeaban una funcin transitoria. En el rgimen monrquico, por el contrario tiene mucha cabida la iniciativa del pueblo que ya no espera la salvacin por la intervencin de Dios que enva un juez, sino que se eligen un rey, introduciendo as una ruptura en la continuidad de la historia (1 Sam11,15).

2.- Arquitectura y materiales de 1-2 Samuel

En la antigua Biblia hebrea, los libros de Samuel no estaban divididos, sino que eran un solo rollo todo seguido, pero por influencia de las Biblias griega[footnoteRef:2] y, despus, latina la divisin de Samuel en dos libros fue introducida posteriormente, a partir de los siglos XV y XVI, tambin en la Biblia hebrea. Los primeros que la adoptaron fueron los judos espaoles, luego fue divulgada y generalizada a travs de la Biblias hebreas, impresas por Flix Pratensis y Daniel Bomberg en Venecia (1517 y sig.). [2: En la traduccin griega con todas las vocales el libro tena el doble de extensin y se volva difcil de manejar a la hora de leerlo. Algo similar sucedi con el rollo de los libros de los reyes.]

Desde el punto de vista lgico, la divisin actual entre 1 y 2 Samuel no parece la ms adecuada. Rompe en dos el relato de la muerte de Sal y, sobre todo, rompe la historia de la ascensin de David al trono, que empieza en 1 Sam 16 y termina en 2 Sam 7. Sin olvidar la relacin y dependencia de 1 y 2 Samuel con los libros que les preceden y los siguen[footnoteRef:3], hay que reconocer que estos libros forman una unidad literaria, histrica y teolgica motivada por las tres grandes figuras que protagonizan este momento de la historia de Israel: Samuel, Sal y David, loa cuales estrechamente relacionados entre s, dan unidad y cohesin a todo el conjunto. [3: En lo referente a la divisin de la HD en siete libros cabra esperar que la divisin entre Jue y Sam se hubiera hecho en 1 Sam 12, que marca la transicin entre los jueces y la monarqua. La divisin entre Samuel y reyes estara mejor en 2 Reyes, ya que son el desenlace de la historia de la sucesin al trono de David, iniciada en 2 Sam 9.]

2.1.- Historia de Samuel (1 Sam 1-7)

Estos captulos estn integrados por tres unidades literarias principales: la infancia de Samuel (1-3), la historia del arca (4-6), Samuel, juez de Israel (7). Entre estas tres unidades existen diferencias de contenido y forma. En la historia del arca, p.e., no figura para nada el nombre de Samuel. Dentro de la propia historia de Samuel, hay diferencia entre las tradiciones de la infancia y el relato de su actuacin como juez. O sea, todo hace pensar que las unidades que integran actualmente 1 Sam 1-7 existieron en algn momento como piezas autnomas e independientes. Pero tambin existen entre ellas algunos elementos o motivos comunes, que hacen de estos captulos un todo homogneo y unitario. Entre la infancia de Samuel y la historia del arca, el motivo comn es el santuario de Silo, junto con el arca y la familia de El, que ejerca el sacerdocio en dicho santuario. Las dos historias se mueven dentro del mismo escenario: el santuario de Silo. En las dos est presente el arca. En las dos toman parte El y sus hijos Jofn y Pinjs. Otro de los motivos comunes es la persona de Samuel, protagonista de la primera unidad y la tercera. O sea, 1 Sam 1-7 empieza con Samuel y termina con Samuel, formando una inclusin.

2.2.- Samuel y Sal (1 Sam 8-15)

El protagonista de la transicin del perodo de los jueces a la monarqua, que asimila a Israel a los dems pueblos, es Samuel. El es quien unge a Sal, el primer rey, (cap. 8-12). Desde el punto de vista poltico, cultural y militar; la monarqua supuso para el pueblo un paso cualitativo hacia adelante. Los cap. 13-14, con su introduccin en 13,1 y su conclusin en 14,47-52, se presentan como si fueran la historia del reinado de Sal, pero de hecho no contienen ms que algunas acciones de guerra, que cubren solo una jornada. El reinado de Sal continuar todava en los cap. 15-31. Dentro del cap. 13, los vv. 7b-15a interrumpen la crnica de la guerra para dar cabida a una primera versin de la reprobacin de Sal por parte de Samuel. En el cap. 15 tenemos la segunda versin de la reprobacin de Sal.

2.3.- Samuel y David (1 Sam 16-2 Sam 8)

Esta seccin recibe generalmente el ttulo de historia de la ascensin de David al trono. Dista mucho de ser una historia unitaria y homognea. As, por ejemplo, en los relatos referentes a las relaciones, generalmente conflictivas, entre Sal y David (1 Sam 16,14-2 Sam 1), abundan los duplicados, hasta el punto de que podra hablarse incluso de dos historias paralelas. En todo caso, a lo largo de 1 Sam 16-2 Sam 7 se descubre una trayectoria continua y permanente de signo contrario, que lleva a David al trono y conduce a Sal a la reprobacin y a la muerte. Esta lnea de doble signo, positivo para David y negativo para Sal, est jalonada por una cadena de quince orculos, que anuncian el reino para David, por una parte, y la reprobacin de Sal, por otra (1 Sam 13,14; 15,28; 16,1; 18,8; 20,13-16; 20,30-31; 23,17; 24,21; 25,28-31; 26,25; 28,16-17; 2 Sam 1,10; 3,9-10.17-18.21; 4,1-12; 5,1-5).

Contraposicin entre Sal y David:

Frente al creciente odio de Sal hacia David, el autor contrapone el amor y la simpata que le manifiestan el pueblo, los servidores, los hijos de Sal y hasta los extranjeros (1 Sam 18,1-5.16.22.28.30; 19,4; 23,3). Estas expresiones, adems del realce que reciben su nobles cualidades y su eleccin como caudillo por parte de Dios (1 Sam 13,14), son recursos editoriales mediante los cuales el autor dtr. anuncia la ascensin de David al trono (1 Sam 16,18; 18,7; 18,17-30; 20,13-16; 21,11-12; 23,17; 25). Entre todos estos, son significativos los dos orculos que Sal pronuncia en favor de David, cuando ste le perdona la vida (1 Sam 24-20-21; 26,25).

Adems, entre los cap.16-22 de 1 Sam encontramos varios relatos duplicados o triplicados, que apuntan siempre en la misma direccin: exaltacin de David y humillacin de Sal. Por tres veces toca David la lira para alegrar el nimo de Sal, el cual reacciona agresivamente (16,23; 18,10-11; 19,9-10). En dos ocasiones Sal le ofrece a David alguna de sus hijas en matrimonio (18,17; 21b). En varias ocasiones David huye de Sal. Por dos veces David le perdona la vida (cap. 24 y 26 ), etc. Son frecuentes asmismo los relatos desdoblados en dos tiempos o dos escenas, por ejemplo, el matrimonio con Mikol, las relaciones de David con los sacerdotes de Nob (cap. 21 y 22), la ofensiva de los filisteos contra Sal, el relato sobre la derrota de Sal y su muerte. Todos estos desdoblamientos y repeticiones dan lugar a un entramado de relatos que giran siempre en torno al mismo eje central: la exaltacin de David y el rebajamiento de Sal.

Coronacin de David como rey:

Despus de los repetidos orculos y anuncios que se han venido pronunciando en favor de David como rey por toda clase de personas, se presenta su proclamacin como rey y su uncin como tal en Hebrn por parte de los hombres de Jud (2 Sam 2,1-4). Luego, cuando resultan inviables una serie de tentativas para garantizar la sucesin estable de Sal, David fue reconocido y proclamado rey tambin por los hombres de Israel (2 Sam 5,1-5). A continuacin, David conquista Jerusaln y, una vez vencidos los filisteos, traslada all el arca , con lo cual la ciudad recin conquistada se convierte en capital del reino y en la ciudad santa, morada de Dios, presente en el arca (2 Sam 5-6).

2 Sam 7: carta magna de la dinasta davdica:

La culminacin de la historia de la ascensin de David al trono no est tanto en su proclamacin y coronacin como rey, cuanto en el aval y refrendo que recibe su dinasta en la profeca de Natn (2 Sam 7). D. J. McCarthy[footnoteRef:4] esta profeca marca el paso de la poca de los jueces a la monarqua, ms que el pasaje de 1 Sam 12. El pacto de Dios con David y su dinasta ser la garanta y el argumento que mantengan alta la moral y viva la esperanza del pueblo en los momentos difciles (1 Re 11,36; 15,4; 2 Re 8,19). [4: "II Samuel 7 and the Structure of the Deuteronimistic History, JBL 84 (1965) 131-138 "]

La profeca de Natn constituye el punto de arranque del llamado mesianismo real, es decir, la promesa hecha a David por Natn de parte de Dios desborda el horizonte inmediato de Salomn como primer sucesor de David, para proyectarse hacia el futuro en espera del rey ideal, que colme plenamente los anhelos y aspiraciones del pueblo (Is 7,9; 11; Miq 4-5, etc.).

2.4.- La sucesin de David (2 Sam 9-20).

2 Sam 9-20 junto con 1 Re 1-2, se conocen con el nombre de . Segn Rost, estos captulos, excepto el relato de la guerra amonita (2 Sam 10,6-11,1; 12,26-31), forman una obra unitaria cuyo tema es la sucesin de David, tal como est formulado en 1 Re 1,20.27: Quin se va a sentar en el trono de mi Seor, el rey, despus de l? La curiosidad por saber quien va a ser el sucesor de David es el interrogante que mantiene viva la atencin del lector a travs de esta historia, considerada como la obra cumbre de la historiografa israelita.

Poco a poco van siendo descartados los posibles candidatos: primero Meribaal, nieto de Sal (2 Sam 9); luego los hijos mayores de David, Ammn (2 Sam 13-14), Absaln (2 Sam 15-20) y Adonas (cf. 1 Re 2,13-25); hasta que finalmente se alza con el reino Salomn, hijo de David y Betsab, la mujer de Uras (cf. 2 Sam 10-12; 1 Re 1-2).

2.5.- Apndices

Estos apndices son como un parntesis, que interrumpe la historia de la sucesin de David, la cual se continuar en 1 Re 1-2. Estn integrados por cuatro piezas sueltas, referentes al reinado de David. Los captulos 21,1-14 y 24 son dos relatos de sabor arcaico, que presentan algunas afinidades entre s: en el primero se habla de un hambre de tres aos y en el segundo de una peste de tres das. Los cap.15,15-22 y 23,8-39 son crnicas, integradas por ancdotas, notas y listas, relativas a las guerras y a los hroes de David. Las cap 22 y 23,1-7 son dos poemas, que reproducen el salmo 18 del salterio y las ltimas palabras de David respectivamente. Entre estos apndices merece atencin especial 2 Sam 24. Ya hemos sealado su relacin con el cap. 21,1-14. En ambos textos se habla de calamidades pblicas, interpretadas como castigos por pecados cometidos, en un caso por Sal y en el otro por David. En ambos casos se invoca el favor divino, que al fin llega: Dios tuvo piedad de su pueblo (21,14 y 24,25).

En 2 Sam 24 se distinguen tres temas, que han podido tener inicialmente vida independiente, los cuales se han integrado en el relato actual con una coherencia aceptable: el censo (vv.1-10), la peste (vv.11-15), la adquisicin de la era de Arauna para levantar sobre ella el altar (vv.16-25). Despus de haber hecho el censo, David sinti remordimiento de conciencia y le dijo al Seor: he cometido un gran pecado (v.10). Este pasaje debe ser interpretado a la luz de la teologa de la gracia, segn la cual, las victorias y la salvacin en general se deben, no a los efectivos humanos, sino a la fuerza de Dios. Es la misma teologa en la que se enmarcan el cntico de Ana (1 Sam 2,1-10) y el enfrentamiento entre David y Goliat (1 Sam 17). A la vista de esta doctrina, se puede concluir que el pecado de David estuvo en poner la confianza, no en el poder y la gracia de Dios, sino en su ejrcito, por eso mand hacer el censo, para ver con cuntos efectivos contaba. Es una crtica implcita a la monarqua, que confa ms en el ejrcito profesional y en las instituciones estatales que en Dios.

3.- Formacin de los libros de Samuel

La multiplicidad y diversidad de los materiales que integran los libros de 1-2 Samuel dificulta la tarea de poder reconstruir la gnesis y el proceso de formacin de estos libros. Son numerosos y variados los tentativos ensayados por las diversas escuelas con diversos mtodos para tratar de explicar la composicin de 1-2 Samuel y, hasta la fecha, no se ha alcanzado una solucin ms o menos satisfactoria, compartida de manera generalizada en el mundo de los estudios bblicos.

Hiptesis documentaria:

A la vista de los duplicados y hasta triplicados que se descubren en 1-2 Samuel, la escuela crtica crey poder explicar su composicin a partir de distintos documentos, en lamisma lnea del Pentateuco. En 1 Sam 8-12, por ejemplo, se entreven dos versiones de la monarqua y tres relatos diferentes de la llegada de Sal al poder. En 1 Sam 13-15 se repite dos veces la reprobacin de Sal por parte de Samuel. En 1 Sam 16ss se dan tres versiones de la entrada de David en la vida pblica; y existen otros varios duplicados ms. Pero la teora documentaria ha sido descartada aqu porque los duplicados y triplicados de 1-2 Sam no van acompaados de otra serie de elementos histricos, literarios y teolgicos, que permitan establecer tradiciones o documentos lineales e independientes, mas o menos coherentes y continuados a lo largo de toda la obra, como ocurre en el Pentateuco.

Las hiptesis complementaria y fragmentaria:

Descartada la hiptesis documentaria, las otras dos que se suelen proponer son la teora fragmentaria[footnoteRef:5] y teora la complementaria. La teora complementaria ha tenido su defensores, por ejemplo Th. C. Vriezen[footnoteRef:6], pero actualmente no despierta mayor inters. La solucin actual se busca por la va de los fragmentos, o sea a partir de unidades literarias parciales e independientes, que han ido apareciendo y se han ido integrando progresivamente en escritos ms amplios hasta formar los libros de Samuel actuales. Existe coincidencia casi unnime a la hora de identificar las unidades literarias integrantes. En cambio, las diferencias son grandes cuando se trata de analizar cada una de las unidades en s misma: su particular proceso de formacin, su antigedad, sus caractersticas literarias, histricas y teolgicas. Tambin resulta difcil reconstruir la cronologa y el proceso, a travs de los cuales dichas unidades se ha ido integrando en bloques cada vez ms amplios hasta llegar al estado actual. [5: Aplicando a los libros de Samuel el ejemplo de Sicre para el Pentateuco se podra decir que el lago se habra formado a partir de un ro central, que habra visto aumentar su caudal a lo largo del recorrido con la aportacin de numerosos afluentes. Cf. J. L. Sicre, Introduccin al Antiguo Testamento, Estella, [Navarra] 1992, 81-90] [6: Cf. H. Cazelles (ed.), Introduccin crtica al Antiguo Testamento. Introduccin a la Biblia II, Barcelona 1981, 323-324.]

4.- Teologa de los libros de Samuel En la Biblia todos los libros son teolgicos porque, incluso la historia bblica, est escrita desde la fe, con intencin de compartir con los lectores esa misma fe. Los libros de 1-2 Samuel, juntamente con su valor teolgico, son ricos desde el punto de vista institucional, dado que tienen como tema principal la fundacin de la monarqua, con las dems instituciones que la acompaan.

4.1.- David, rey idealComo persona, como rey y como padre de la dinasta davdica, David ha seguido siempre una trayectoria ascendente a lo largo de la historia bblica, hasta convertirse en prototipo del Mesas, el futuro rey de Israel. Adornado de las mejores cualidades fsicas, sociales y polticas David aparece en 1-2 Samuel con todo el atractivo de un hroe de leyenda: hermoso de presencia, fiel en la amistad, justo y noble con los amigos, hombre de estado, poeta y msico. La grandeza de David es, sobre todo, de orden religioso. Se muestra respetuoso con Sal y le perdona la vida en distintas ocasiones, porque es el ungido del Seor, dotado de la dignidad que esto significa, pero al mismo tiempo es consciente de la responsabilidad y obligaciones que ello conlleva. Conoce lo que es el pecado, porque es hombre como los dems, pero tambin ha experimentado lo que es el arrepentimiento y el perdn. Su piedad y virtudes religiosas se ponen de manifiesto en la traslacin del arca, en su deseo de construir el templo y en el respeto hacia los profetas, los sacerdotes y las dems instituciones.

La tendencia a idealizar a David alcanzar su culminacin en la historia del Cronista. El David de 1 Cro es el hombre y el rey ideal, todo luz y claridad, sin manchas ni sombras. Una lectura comparada de las historias deuteronomista y cronista permite descubrir la libertad de los historiadores bblicos a la hora de tratar los acontecimientos y sus protagonistas. Cierto, no es una libertad caprichosa, sino que viene condicionada por dos acontecimientos principales. Primero, por los presupuestos teolgicos de que parte cada uno de los historiadores. Segundo, por la finalidad que se proponen y los destinatarios a los que dirigen la obra.

4.2.- Sal, rey reprobado

Como Sal, tambin otros reyes cometieron infracciones, incluso mayores, empezando por el proprio David. Para ellos hubo perdn Por qu no lo hubo para Sal? Para responder a esto hay que recordar que el relato de la reprobacin de Sal es una interpretacin teolgica de los hechos y no una simple crnica de los mismos. De hecho tenemos dos versiones de la reprobacin de Sal, una en 1 Sam 13,7b-15 y otra en 1 Sam 15. Cuando se escribieron estos relatos, el reinado de Sal ya perteneca al pasado. Sal y su familia ya haban desaparecido y la que ocupaba el trono era la dinasta de David.

Las concepciones y las explicaciones teolgicas de la Biblia son variadas y plurales, segn las circunstancias de autor, lugar y tiempo. Del propio reinado de Sal tenemos una valoracin teolgica en la historia del cronista que es ms negativa todava que la de 1 Sam (cf. 1 Cro 10,13-14) y la interpretacin teolgica de los hechos y de las personas tiene un cierto margen de subjetividad. Los telogos que hicieron la lectura de los reyes y de los reinados de Sal y David fueron ms generosos con el segundo que con el primero. Los datos y razones para ello es capan, en buena parte, al lector actual.

Seguramente, en la vida de Sal tuvieron lugar dos acontecimientos trgicos. Primero, la muerte desgraciada y prematura de Sal en el monte Gelbo a manos de los filisteos. Segundo, una serie de intrigas y conspiraciones familiares, las cuales impidieron que alguno de sus hijos pudiera sucederle en el trono. De acuerdo con la teologa del momento, haba que buscar alguna explicacin a estos hechos funestos, que eran interpretados como castigos, ya que segn la doctrina de la retribucin mecnica y automtica que profesaba el AT, no hay castigo que no est causado por algn pecado. Dicho con otras palabras, la historia de Sal ha sido reelaborada e interpretada teolgicamente, con el fin de explicar el por qu de los acontecimientos trgicos que tuvieron lugar al final de su vida. Tambin el cronista retoc y reinterpret el relato de la muerte de Josas, con el fin de explicar por qu este rey piadoso haba muerto prematura y trgicamente en Meguidd a manos del faran (comparar 2 Cro 35,19-25 con 2 Re 23, 28-30).

A la luz de esta concepcin teolgica de la historia se puede entender, en cierta medida, la descalificacin y recusacin que sufre Sal y lo habitualmente se conoce como la historia de la ascensin de David al trono podra llamarse tambin con el nombre de historia de la reprobacin de Sal[footnoteRef:7]. [7: Jos Luis Sicre plantea la anttesis y su solucin en trminos polticos. Partiendo del carcter hereditario de la monarqua "el que David sustituyese a Sal representaba un problema difcil de justificar. Era David un usurpador? Haba conspirado contra Sal y sus descendientes para hacerse con el trono? La nica forma de salvar a David es condenar a Sal. Presentarlo como un rey que no cumple bien la misin que Dios le ha encomendado y que har que el mismo Dios elija un nuevo monarca". J.L. Sicre, El primer libro de Samuel, Barcelona 1997, 27.]

4.3 .- La monarqua

La monarqua en el Prximo Oriente AntiguoLa monarqua era una de las instituciones ms importantes en todos los pueblos del Prximo Oriente Antiguo. Los reyes eran quienes garantizaban, segn la ideologa monrquica, la estabilidad moral, material, social y poltica del pueblo. Los ms beneficiados de la misin salvadora y titular de los reyes eran los pobres y los dbiles. As se presenta el rey Hammurabi en el prlogo y el eplogo de su famoso cdigo[footnoteRef:8]: [8: M.J.Seux, Leyes del Antiguo Oriente, DEB 15, Estella[Navarra] 1987, 30.70.]

Prlogo--------------------------------------------------------------Eplogo

Entonces Anum y Enlil me designaron para promover la prosperidad del pueblo, a mi Hammurabi, prncipe piadoso y temeroso de los dioses, para implantar la justicia en el pas, para destruir al impo y al malvado, para defender al dbil del poderoso, para levantarme a la manera del sol sobre los hombres, para iluminar la tierra.He llevado en mi seno a los pueblos de Sumeria y Acadia; han prosperado bajo mi proteccin, los he gobernado en paz; han estado al abrigo de mi poder y proteccin; el poderoso no ha podido oprimir al dbil; se ha hecho justicia al hurfano y a la viuda.Yo he establecido mi cdigo para dictar una ley al pueblo y dotar de ordenanzas al pas; para asegurar la justicia a los oprimidos

Existe una abundante literatura, tanto en Egipto como en Mesopotamia, sobre los bienes y bendiciones de orden espiritual, moral y material que los reyes y las monarquas proporcionaban a sus respectivos pueblos. En la monarqua egipcia los faraones eran considerados como dioses. En Mesopotamia y Anatolia se concedan a los reyes atributos divinos, si bien nunca fueron divinizados en vida en el sentido estricto de la palabra. Los hitititas divinizaban a los reyes despus de muertos. En alguna medida, esta ideologa monrquica era comn a toda la cuenca mediterrnea (cf. Grecia y Roma). La monarqua en Israel y JudEn el pueblo de Israel los reinos del norte y del sur no era posible la divinizacin de los reyes pues chocaba frontalmente con la fe monotesta. Sin embargo, a partir de Salomn,, los reyes son proclamados hijos adoptivos de Dios (2 Sam 7,14). Mediante la uncin los reyes se convertan en personas sagradas y naca a una nueva vida, la de los hijos de Dios. El da de la uncin y coronacin se pronunciaban sobre el nuevo rey estas palabras en nombre de Dios: T eres mi hijo, yo te he engendrado hoy (Sal 2,7; 89; 110; 132).

Junto a la imagen de la filiacin adoptiva se encuentra el paradigma de la alianza, una metfora que tambin emplea la Biblia para expresar las relaciones entre Dios y la dinasta davdica (2 Sam23,5; Sal 89,4.40; Jer 33,20-21; 2 Cro 7,18;13,5; 21,7). En 2 Sam 7 no se lee expresamente la palabra pero s algunos trminos que son sinnimos: (hesed,v.15), (tbah, v.28), (dabar, vv.25.28). La alianza entre Yahv y la dinasta davdica, al igual que la alianza con Abrahm, es gratuita e incondicional (Gen 17,8.13; 2 Sam 7,12-16; Sal 89,29-38) a diferencia de la alianza sinatica que es condicionada y bilateral.

La alianza con David, inicialmente graciosa y sin condiciones, fue reinterpretada y retocada posteriormente. La destruccin de Jerusaln y del templo, junto con el destierro y el destronamiento de la dinasta davdica, obligaron a adaptar los textos a la nueva situacin del exilio hacindola aparecer condicionada (1 Re 2,4; 8,25; 9,4-5; Sal 132,12). No obstante, la alianza de David, junto con sus promesas, continuaron vivas y vigentes, como lo demuestran los textos mesinicos de los salmos y los profetas (Is 7; 9; Jer 23; 1 Re 11,36; 15,4; 2 Re 8,19, etc.).

Dos actitudes frente a la monarquaEn el AT en general y, de manera particular en los libros de Samuel y Reyes, coexisten dos actitudes contrapuestas frente a la monarqua: una ms idealizada y optimista y otra ms crtica y pesimista. Generalmente se suele hablar de dos concepciones o corrientes, una promonrquica y otra antimonrquica. De hecho, el propio Samuel, que, por un lado se muestra crtico con la monarqua, por otra parte es quien preconiza y derrama el leo de la uncin sobre la cabeza de los dos primeros reyes (Sal y David). Por su puesto nunca se dice que la monarqua sea mala en s misma. El texto clave para conocer el pensamiento del dtr. sobre la monarqua es 1 Sam 12,14-15. La bondad o maldad de las relaciones de Israel con Dios no dependen de la forma de gobierno, sino de su fidelidad o infidelidad al Seor (cf. 1 Sam 12,20-21). No hay que olvidar adems que la monarqua, especialmente por lo que se refiere a la dinasta davdica, sobrevuela por encima de todas las crticas hasta convertirse en una de las esperanzas ms firmes abiertas al futuro (la esperanza mesinica).

Son testigos de la actitud optimista sobre esta institucin los relatos de 1 Sam 9,1-10,16 y 11 referentes a Sal. Son relatos escritos con gracia y simpata. Los personajes que entran en escena se muestran amables y complacientes: desde los protagonistas principales (Samuel y Sal) hasta el criado de este ltimo, pasando por las jvenes que encamina a Sal hacia Samuel, los dos hombres que le comunican que han aparecido las asnas, los tres adoradores que le obsequian con sus ofrendas y el grupo de profetas que acogi entre ellos a Sal. Propio todo ello de la magia de una hermosa pieza literaria que tiene mucho de ficcin.Dentro de una actitud idealista, ocupan lugar preeminente los textos relativos a David ya su dinasta, empezando por la profeca de Natn (2 Sam 7), siguiendo por los salmos reales o mesinicos (2; 18, 20; 21, 45, 72; 89; 110; 132) y terminando por los orculos profticos (Is 7; 9; 11; Jer 23; Miq 5, etc.). Por otra parte, testigos de una actitud pesimista son 1 Sam 8 y 12, suele ponerse tambin con ellos 1 Sam 10, 17-27, pero este relato parece representar ms bien una tradicin independiente, a medio camino entre la actitud idealista y la crtica. Dentro de la lnea crtica hay que colocar tambin la descalificacin del rey Sal y de la mayor parte de los reyes, tanto del norte como del sur (1 Sam 13; 15; 1-2 Re), la fbula de Yotm (Jue 9); as como las innumerables denuncias y crticas que los reyes, y toda la monarqua con sus instituciones, reciben de los profetas.

Detrs de la postura crtica se adivina la preocupacin de los telogos del AT por salvaguardar la dependencia de Dios frente a la autonoma de las instituciones y realidades temporales. La tentacin de autonoma y autosuficiencia acechaba especialmente al rgimen monrquico, el cual corra el riesgo de confiar ms en el ejrcito profesional y en la poltica de alianzas que en Dios (cf. 2 Sam 24).

Posiblemente, los textos idealistas sobre la monarqua pertenecen a la edicin del tiempo de Josas; los crticos, en cambio, pueden ser del tiempo del exilio o incluso del postexilio.

Los libros de Samuel