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REVISTA DE http://jae.adventist.org 37: 2014 en las instituciones educativas adventistas Inculcando el carácter de Cristo en nuestros estudiantes ¿Qué significa crecer espiritualmente? Los rituales: expresiones y celebraciones La espiritualidad en el colegio: historia de una experiencia Crecer espiritualmente

jae.adventist.org R E V I S T A D E 37: 2014circle.adventist.org/files/jae/jae2014sp37.pdf · en las instituciones educativas adventistas Inculcando el ... ción General de la Iglesia

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R E V I S T A D Eht tp : / / jae .advent is t .o rg 37 : 2014

e n l a s i n s t i t u c i o n e s e d u c a t i v a s a d v e n t i s t a s

Inculcando elcarácter de Cristo en nuestrosestud iantes

¿Qué significacrecerespiritualmente?

Los rituales:expresiones ycelebraciones

La espiritualidaden el colegio:historia de unaexperiencia

Crecer espiritualmente

C O N T E N I D O

3 7 : 2 0 1 4

2 Revista Educación Adventista 37:2014 http:// jae.adventist.org

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3. Editorial - Espiritualidad: los rituales y las rela-cionesRobert Egbert

4. inculcando el carácter de cristo en nuestros estud iantesKeith J. Leavitt

8. ¿Qué significa crecer espiritualmente?Alden Thompson

16. los rituales: expresiones y celebracionesRobert Egbert y Sara Kuburic

21. la espiritualidad en el colegio: historia de una experienciaChris Sequeira

28. crecer espiritualmenteRobert Egbert y Sara Kuburic

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EDITORAFaith-Ann McGarrell

EDITOR ASOCIADOLuis Schulz

ASESORESLisa Beardsley-Hardy

Ben SchounElla Simmons

DIVISIÓN de ÁFRICA CENTRO-OCCIDENTALChimela Ikonne

DIVISIÓN de ÁFRICA CENTRO-ORIENTALAndrew Mutero

DIVISIÓN de ÁFRICA MERIDIONAL-OCÉANO ÍNDICOEllah Kamwendo

DIVISIÓN de ASIA DEL SUDESTENageshwara Rao

DIVISIÓN de ASIA-PACÍFICO NORTEChek Yat Phoon

DIVISIÓN de ASIA-PACÍFICO SURLawrence Domingo

DIVISIÓN del PACÍFICO SURKen Weslake

DIVISIÓN EUROASIÁTICAVladimir Tkachuk

DIVISIÓN INTERAMERICANAGamaliel Florez

DIVISIÓN INTEREUROPEABarna Magyarosi

DIVISIÓN NORTEAMERICANALarry Blackmer

DIVISIÓN SUDAMERICANAEdgard Luz

DIVISIÓN TRANSEUROPEADaniel Duda

DIAGRAMACIÓNHarry Knox

La Revista de Educación Adventista publicaartículos de interés para los educadores adven-tistas. Las opiniones de los contribuyentes nonecesariamente representan las ideas de los re-dactores o la posición oficial del Departamentode Educación de la Asociación General.

La Revista Educación Adventista es publicadapor el Departamento de Educación de la Asocia-ción General de la Iglesia Adventista del SéptimoDía, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD20904-6600, Estados Unidos; teléfono (301)680- 5062; fax (301) 622-9627.

Copyright © 2014General Conference of Seventh-day Adventists.

Edición EspEcial:

ESPIRITUALIDAD EN LASINSTITUCIONES EDUCATIVAS

ADVENTISTAS

Revista

EDUCACIÓN A D V E N T I S T A

Se otorga el mérito de las fotografías y dibujos a las siguientes personas y entidades: Tapa y diseño de títulos de los artículosa Harry Knox; pp. 5, 7, 10, 29, 30, obtenidas de Photo.com; p. 18, Skjold Photographs; pp. 22-26, cortesía de LivingstoneAdventist Academy

3http:// jae.adventist.org Revista Educación Adventista 37:2014

Continúa en la página 32

Robert Egbert

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uede llamar la atención que en este número es-temos acoplando las palabras educación y espi-ritualidad. Existe actualmente un movimientocreciente que busca emplazar el término espi-

ritualidad, que tiene connotaciones más personales y psi-cológicas, en lugar del término religión, que posee unaconnotación institucional.

¿Cómo se relaciona esto con los objetivos de la edu-cación adventista y su marca distintiva, la integración defe con la enseñanza-aprendizaje? Si nuestras institucioneseducativas han de ser diferentes y tener un “valor agre-gado”, entonces es fundamental que tengan algo que lashaga diferenciarse de todas las demás. ¿Cuál es esta sin-gular razón de ser de nuestro sistema educativo? Presu-miblemente, es compartir con la siguiente generación lafe por la que vivimos y la relación que tenemos con Dios,lo cual incluye nuestras creencias religiosas según son de-finidas por la iglesia.

A pesar de ello, la espiritualidad genuina requiere másque tan solo enseñar doctrinas, insertándolas en las di-versas disciplinas, para entonces pedirles a los niños que“se comporten de una manera cristiana”.

Para enseñar y ser modelos de espiritualidad es nece-sario que demostremos un estilo de vida espiritual y brin-demos a nuestros estudiantes experiencias que mejorensu crecimiento en este ámbito, y que los impulsen haciauna vida de gozo y realización personal, así como a uncompromiso para servir a Dios y a la humanidad.

Un buen ejemplo está dado por los hijos de muchaspersonas que quizá están leyendo este editorial, que asis-tieron a escuelas primarias, secundarias o aun universi-tarias adventistas, pero que después de crecer, ya de adul-tos, llegaron a ver de manera muy diferente a la iglesia ysus creencias. Muchos de ellos rechazan todo lo que seacatalogado como religioso o espiritual, aun cuando asis-tieron a escuelas adventistas durante un período en que

los docentes procuraron integrar en sus clases la fe con laenseñanza-aprendizaje.

Estos jóvenes ya adultos dicen que la iglesia les resultairrelevante, y que no les ofrece nada significativo. Sinuestras instituciones educativas los hubieran ayudadoa desarrollar una conexión personal, una relación conlo espiritual, una profundidad de significado que lespermitiera sentir la necesidad, el amor y un sentido deesperanza para sus vidas, entonces quizás el cuerpo deCristo no tendría que continuar experimentando la pér-dida de jóvenes que toman la decisión de no seguir co-nectados con la iglesia. No estoy acusando a las institu-ciones educativas adventistas por este problema, dadoque parece ser una parte crónica también de la maneraen que los jóvenes ven que se vive la fe en el hogar y enla iglesia misma.

Este no es un tema fácil, porque los extremos tantoteóricos como prácticos resultan borrosos. ¿Qué es la es-piritualidad? ¿De qué manera las personas adquieren uninterés en las cosas espirituales y viven una vida espiri-tual? La descripción de espiritualidad que vemos en lamayor parte de las publicaciones revela valores y prác-ticas que muchos adventistas ven como peligrosos y aunmísticos. Es difícil separar la religiosidad de la espiritua-lidad, si bien las investigaciones están buscando deno-minadores comunes entre ambas. Tanto la espirituali-dad como la religión buscan lo sagrado, y ambasparticipan de la creación de doctrinas, creencias y ritua-les que vinculan a los creyentes con las organizacionesreligiosas y también entre sí. Parecería ser que una nopuede existir sin la otra. A pesar de ello, en muchoscasos, el énfasis ha estado en garantizar el adoctrina-miento de los jóvenes respecto de las enseñanzas y re-glamentos que tiene la iglesia, lo que a menudo ha sidollevado a cabo a costa de un énfasis que los ayude a cul-tivar una relación ferviente con Dios.

E D I T O R I A L

Los rituales y las relaciones

espués de un día muy ocu-pado dando clases y estu-diando en la biblioteca,dejé mis cosas a la entradade casa; me dirigí directa-

mente a la cocina para saludar a mi es-posa que estaba ocupada preparando lacena. Unos momentos más tarde escu-chamos a nuestro hijo de tres años, ex-clamando con entusiasmo desde la sala:“¡Miren! ¡Mírenme!” Con ansiedad nosdirigimos rápidamente hacia la sala.Allí vimos a nuestro hijo arrastrandomi maletín con un libro de estudio ensus brazos, y usando mis inmensos za-patos. Al vernos exclamó muy orgu-lloso: “Miren, soy papi, soy papi!”

Ese momento, me impactó de ma-nera profunda, por la responsabilidadque mi esposa y yo habíamos adquiridocuando decidimos tener hijos. Hemosdado vida a tres pequeñas esponjas que

están programadas con una capacidadsensitiva para ir imitando a lo largo desu crecimiento a los seres humanos queles sirven de ejemplo.1 Durante susaños de formación, nosotros y luegosus profesores, somos los modelos másinfluyentes.

por la contemplación somostransformados

La teoría del aprendizaje social –lla-mada también aprendizaje observacio-nal, aprendizaje vicario o modelado–está históricamente asociada a AlbertBandura, y sigue siendo una teoría muyinfluyente del aprendizaje y el desarro-llo.2 La contribución de Bandura tienesolo medio siglo de antigüedad, perosus principios son muy antiguos. Casidos mil años atrás, el apóstol Pabloconfirmó, bajo la inspiración del Espí-ritu Santo, que al contemplar la gloriade Dios –es decir, su carácter– somos

transformados a su imagen (2 Cor.3:18). Sin duda, el Espíritu Santo tienemucho que ver con esta transforma-ción. Aun así, me parece que el princi-pio de que nuestra contemplación deotras personas tiene como resultado latransformación parcial de nuestra per-sona a la imagen de ellos, es un meca-nismo del desarrollo humano, divina-mente ordenado.

Los niños aprenden “mediante la in-ternalización de las actividades, hábitos,vocabulario e ideas de los miembros dela comunidad en la que crecen”.3 Sus ac-titudes y creencias también se forman através de este proceso de modelaje. Poreso es muy importante que los adultosinteresados en el crecimiento y desarro-llo de los niños o jóvenes pongamos es-pecial atención en la “comunidad” quelos envuelve. Uno de los principales

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K E I T H J . L E A V I T T

Inculcar el carácter de

en nuestros alumnos

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componentes de la “comunidad” es la es-cuela a la que asisten y, más aún, los pro-fesores que los lideran.

la solemne responsabilidad delmaestro cristiano

El apóstol Santiago escribió en sucarta a la iglesia primitiva: “Hermanosmíos, no os hagáis maestros muchos devosotros, sabiendo que recibiremosmayor condenación” (Sant. 3:1RVR1995)4. Si bien el contexto de estepasaje tenía que ver con los maestros re-ligiosos de la iglesia cristianaprimitiva, creo que el principiose aplica también a los educa-dores de las instituciones ad-ventistas de hoy en día. Tene-mos que reflexionar seriamentesobre nuestra responsabilidaddado que nuestros alumnosestán buscando modelos a se-guir –consciente o inconscien-temente– para ayudarles a defi-nir quiénes son y quiénesllegarán a ser.

La declaración de Santiagoacerca de que seremos juzga-dos estrictamente, tiene quever con esa tremenda influen-cia que los profesores ejerce-mos sobre nuestros alumnos.El educador adventista GeorgeAkers nos recuerda que “nuncadebemos subestimar la influ en -cia de un maestro en susalumnos. Los niños son pornaturaleza adoradores de héroes, y lainflu encia de maestros piadosos en esospersonajes emergentes en la vida, es in-calculable”.5

Mientras que el término “niños”usado por Akers nos orienta hacia losprimeros niveles de educación, creoque aun en la edad universitaria los jó-venes continúan buscando modelosadultos que los orienten para alcanzarla madurez cristiana. Mientras escribíaeste artículo pude corroborarlo. Luegode un servicio de culto un estudianteuniversitario se sentó a mi lado y mepreguntó si podía hacerme una pre-gunta personal. Yo no tenía idea quéquería saber de mí, pero le respondí:“Claro que sí, adelante!” Entonceslanzó la pregunta: “¿Cuántos años tie-nes?” Cuando se lo dije, me explicó que

le daba mucho animó ver que era posi-ble que alguien permaneciera enamo-rado de Jesús todos estos años. Rápida-mente le expliqué que mi “matrimonio”con Jesús no es perfecto, y que nuncahe estado libre de la guerra espiritualque trata de destruirnos. Sin embargo,me he comprometido a construir mirelación con Cristo todos los días. Noconozco muy bien a este joven, nuncalo he tenido como alumno, así que nosé lo que había visto u oído de mí parainducirlo a hacerme la pregunta. Pero

diantes y, además, me niego a asumiresta responsabilidad” sería como decir,después que mis hijos nacieron: “Yo noquiero asumir esta responsabilidad”. ¡Yasería demasiado tarde! Asimismo paralos profesores adventistas, una decisiónsemejante es demasiado tarde a partirdel momento en que entraron al aula.

Afortunadamente, la mayoría de loseducadores adventistas reconocencomo elemento central de su llamado ala docencia el impacto que puedentener en la vida de sus alumnos. De

hecho, cuando le pregunto alos estudiantes que ingresan ala carrera de educación sus ra-zones para elegir la docencia,la mayoría cita el deseo de in-fluir positivamente en lasvidas de los jóvenes al guiarloshacia Cristo.

Este noble objetivo –cum-plir con las expectativas que lamayoría de los padres, la igle-sia y Dios colocan sobre ellos–está resumido en la siguientedeclaración contenida en lasdirectrices de la AsociaciónGeneral: “El maestro ocupa unlugar central y de mucha im-portancia. Lo ideal sería que elmaestro fuera a la vez un cris-tiano adventista comprome-tido y un modelo ejemplar delas virtudes cristianas y com-petencias profesionales”.6

El Maestro, un modelo a seguirServir como modelo para los estu-

diantes de todas las edades es una partesumamente importante de nuestra vo-cación. No se trata de un requisito másque podríamos agregar a nuestra tarea,sino un componente fundamental ycentral de la enseñanza.

Muchos años después de haber es-tado bajo la influencia de un docenteque haya ejercido un impacto significa-tivo en nuestras vidas, la mayoría denosotros olvidamos mucho de lo quenos enseñó, pero lo recordamos a él oella. Recuerdo a la profesora H. veinti-cinco años después de asistir a sus clasesde posgrado, aunque recuerdo muypoco del contenido de dichas clases. Re-

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al parecer, y sin que yo lo supiera, habíaestado escuchando y observando lo queyo he estado exponiendo en mi queha-cer diario y eso produjo un impacto enél.

Probablemente hay algunos docen-tes adventistas que no tienen muchointerés de ser un modelo de conducta,ni de ser vistos como un ejemplo de loque es una vida comprometida conCristo. Simplemente quieren enseñarsus clases y mantener su vida personalen estricta privacidad. Pero para cual-quier profesor, y sobre todo un maestrocristiano, decir: “No tengo ningún inte-rés en ser un modelo para mis estu-

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cuerdo sí su sonrisa, su forma amable yamistosa. Recuerdo que enseñaba sindarse aires de grandeza; que valoraba atodos los estudiantes como individuos ymanifestaba aprecio por sus aportes a laclase. Recuerdo mi deseo de poder ense-ñar como ella; ser como ella. Y, sobretodo, recuerdo su humildad al expresarque un día le gustaría sentarse como es-tudiante en una de mis clases.

Desde entonces, cada vez que misclases son todo un éxito –o cuando nolos son– me pregunto: “¿Que pensaríala profesora H. si hubiera asistido a miclase hoy?” Un cuarto de siglo después,ella todavía sigue inspirándome a serun maestro cristiano.

comprometidos con un estándarde mayor nivel

Como maestros, compartimos laresponsabilidad de guiar hacia el bienpor medio de nuestros actos, nuestraspalabras y nuestra apariencia.7 Por eso,“los que estamos en la enseñanza sere-mos juzgados de una manera más es-tricta”. Las personas en tareas de lide-razgo deberían estar comprometidascon un estándar de alto nivel. Me re-sulte cómodo o no, cuando me paro alfrente de mis alumnos, estoy en el lugarde Jesús. Es así que mis enseñanzas seextienden mucho más allá de si Juanaprende a leer, o Marta entiende cómoresolver ecuaciones diferenciales, porimportante que esos logros sean. En lalista de objetivos de la clase debe estaren primer lugar la salvación eterna decada estudiante. ¡Qué gran responsabi-lidad! Como educadores tenemos quereflexionar seriamente sobre nuestrapreparación para dicha labor. ¿Cómonos capacitamos para llevar a cabo unatarea de tal magnitud? Las funciones deun maestro cristiano en el salón de cla-ses como ministro de Dios formanparte del plan de la redención.8

Parker Palmer señala esta verdadfundamental: “Enseñamos lo quesomos. La enseñanza, como cualquierotra actividad humana real, surge denuestro ser interor sea para bien o paramal. Cuando enseño, proyecto tanto enmis alumnos, como en el contenido loque está en el interior de mi alma"9

cación que él dio a los doce primerosdiscípulos. […] A ellos más que a nin-gún otro, les concedió la ventaja de sucompañerismo. Por medio de la aso-ciación personal dejó su impresión enestos colaboradores escogidos”.12

Así como un anillo de sellar im-prime su sello sobre la cera caliente, dela misma manera el Salvador imprimiósu carácter sobre los discípulos. Usandolas palabras de Palmer, proyectó sualma en ellos. Jesús les dio el ejemplo asus discípulos –sus estudiantes– de loque había en lo más profundo de sualma, y de lo que él quería que ellos lle-garan a ser. Lo hizo mientras comíanjuntos o caminaban por la orilla delmar; mientras estaban sentados en laladera de la montaña reflexionandoacerca de la verdad eterna o se dedica-ban a proporcionar ayuda a una familianecesitada; adorando en una sinagogao en una fiesta de bodas.

El mandato del MaestroComo docentes cristianos hemos

recibido el mandato de grabar en nues-tros estudiantes el carácter de Cristo.Podemos hacerlo en las clases al inte-grar nuestra fe en el contenido acadé-mico de nuestras lecciones; pero lasoportunidades pueden extenderse alpatio de recreo, a las excursiones, a lamesa donde nos servimos los alimentoso incluso al supermercado fuera de lashoras de clase.

Con esto en mente, cada educadordebería reflexionar seriamente acercade quién es. ¿En qué condición está “elinterior de su propia alma”? ¿Hay ar-monía entre lo que dice y lo que en-seña? Agrandando el círculo: ¿Hay ar-monía entre lo que queremos quenuestros estudiantes lleguen a ser, y loque nosotros somos?

El apóstol Pablo, escribiendo a loscreyentes de Tesalónica, se refiere a lamanera en que él y sus compañeros sehabían comportado en una visita a laiglesia: “Y lo hicimos así […] para dar-les buen ejemplo” (2 Tes. 3:9 NVI).10

Tomada fuera del contexto esta afirma-ción podría fácilmente parecer arro-gante y pomposa. Sin embargo, lo quePablo quería dejar muy claro es que nohabía ninguna contradicción entre susenseñanzas y sus acciones.

Los docentes cristianos estamos lla-mados a cumplir con esta misma nor -ma, para asegurar así que haya con-gruencia entre lo que enseñamos –lo quequeremos que lleguen a ser– y el ejem-plo que les damos. Solo cuando mostre-mos en nuestras propias vidas los prin-cipios que intentamos enseñar, seremoscapaces de tener una influencia perma-nente para el bien de nuestros alum-nos.11

El éxito que Jesús tenía como maes-tro en su clase de doce alumnos reflejaeste principio. “La ilustración máscompleta de los métodos de Cristocomo maestro, se encuentra en la edu-

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a enseñanza, como cualquier otra ac-tividad humana real, surge de nuestro

ser interor sea para bien o para mal. Cuandoenseño, proyecto tanto en mis alumnos,como en el contenido lo que está en el inte-rior de mi alma"

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La manera en que logremos inspirara nuestros alumnos dependerá de nues-tra íntima condición espiritual y de laforma en que reflejemos la imagen delSalvador. El apóstol Pablo nos anima:“Por tanto, imiten a Dios, como hijosmuy amados y lleven una vida de amor,así como Cristo nos amó y se entregópor nosotros como ofrenda y sacrificiofragante para Dios” (Efe. 5:1, 2 NVI). Setrata de una orden muy elevada: ser imi-tadores de Dios y vivir una vida deamor. ¿Cómo empezar a hacer eso? Elpunto de partida se encuentra en esemismo versículo, al reconocer lo muchoque Dios nos ama. Él se refiere a noso -tros como “hijos muy amados”. Cristonos amó tanto que estaba dispuesto a sa-crificar su propia vida por nosotros y esadebe ser nuestra motivación para imi-tarlo: “Nosotros amamos a Dios, porqueél nos amó primero.” (1 Juan 4:19 NVI).

Elena White, considerada filósofa dela educación adventista, explica:“Mientras meditemos en la perfeccióndel Salvador, desearemos ser entera-mente transformados y renovados con-forme a la imagen de su pureza. Nues-tra alma tendrá hambre y sed de llegara ser como aquel a quien adoramos”.13

“El amor que se manifestó hacia él enla muerte de Cristo despierta una res-puesta de amor agradecido, y comouna contestación a la oración sincera elcreyente es conducido de gracia en gra-cia, de gloria en gloria, hasta que alcontemplar a Cristo, sea cambiado a lamisma imagen”.14 Como ejemplo deeste poder transformador ella describeal discípulo amado, Juan, de esta ma-nera: “Contempló al Salvador con ado-ración y amor hasta que […] en sucarácter se reflejó el carácter del Maes - tro”.15 ¡Qué poderosa ilustración de unavida ejemplar!

somos cambiados por la contem-plación

¿Desea reflejar a Cristo en su carác-ter, así como lo hicieron Juan y losotros discípulos? ¿Quiere poder trans-mitir en forma práctica a Jesús e im-pactar la vida de los niños o jóvenes alos que enseña? ¿Cómo lograrlo? Con-templando al Salvador; es así comosomos transformados. Pero tengamos en

cuenta que hay dos factores importan-tes: la cantidad de tiempo que pasamosobservando al Maestro y la calidad deese tiempo. De Juan se dice que ob-servó al Salvador hasta que el cambiose llevó a cabo. No sabemos cuántotiempo le tomó, pero Juan continuócontemplando a Jesús hasta que se pro-dujo el cambio. Si sentimos que nues-tro carácter no ha sido completamentecambiado, tal vez se deba a que no pa-samos suficiente tiempo contemplandoel carácter amoroso de Jesús.

Elena White sugiere que “sería buenoque dedicásemos una hora de medita-ción cada día para repasar la vida deCristo desde el pesebre hasta el Calvario.Debemos considerarla punto por puntoy dejar que la imaginación capte vívida-mente cada escena, especialmente las fi-nales de su vida terrenal”.16

¿Qué cree que pasaría si cada díacontempláramos al Salvador por unahora y le permitiéramos mostrarnos sucarácter perfecto? Al basarme en la in-vestigación de Bandura y de otros espe-cialistas del aprendizaje social, y leer eltestimonio de las Escrituras, creo queempezaríamos a reflejar el carácter delMaestro. Entonces, al reflejar la bellezade Cristo ante nuestros estudiantes, ellostambién serían transformados. “Este esel secreto de la influencia sobre vuestrosalumnos. Reflejad a Cristo”.17 �

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Keith J. Leavitt,MA, es profesor enla Facultad de Edu-cación de CanadianUniversity Collegeen Alberta, Ca-nadá. A lo largo decasi cuatro décadas,

incluyendo nueve años en Pakistán, se hadesempeñado en diversas áreas de la en-señanza y la administración dentro delsistema educativo adventista mundial.

REFERENCIAS 1. Lea Winerman, “The Mind’s Mirror,” Moni-

tor on Psychology 36:9 (June 2005) pp.48, 49.2. Kendra Cherry, Social Learning Theory: An

Overview of Bandura’s Social Learning Theory:http://psychology.about.com/od/developmentalpsychology/a/sociallearning.htm. Consultadoel 11/5/10.

3. Stella Vosniadou, How Children Learn:http://www.ibe.unesco.org/publications/Educa-tionalPracticesSeriesPdf/prac07e.pdf, p. 9. Con-sultado el 11/5/10.

4. RVR1995 identifica a la versión ReinaVa-lera Revisada 1995.

5. G. Akers, “ALL Thy Children Shall BeTaught of the Lord. . . ,” The Journal of AdventistEducation 57:5 (Summer 1995), p. 9.

6. General Conference Policy Manual (2003),Seventh-day Adventist Philosophy of Education,Policy FE05, FE10: http://circle.adventist.org/ download/PhilStat2003.pdf, p. 20. Consultado el17/2/10. Traducción libre.

7. Elena White, La educación (Buenos Aires,Argentina: Asociación Casa Editora Sudameri-cana, 1974), pp. 272, 273.

8. General Conference Policy Manual (2003),Seventh-day Adventist Philosophy of Education,Policy FE05, FE10: op. cit. Consultado el 17/2/10.Traducción libre.

9. Parker Palmer, The Courage to Teach: Ex-ploring the Inner Landscape of a Teacher’s Life(San Francisco: Jossey-Bass Inc., 1998), p. 2.

10. NVI identifica a la Nueva Versión Inter-nacional.

11. Elena White, La Educación, pp. 171, 172.12. Ibíd., p. 80. 13. ________, Claves hacia la felicidad (El ca-

mino a Cristo) Capítulo “El conocimiento deDios” 2000, p.89.

14. ________, Dios nos cuida (Boise: Idaho:Pacific Press Publishing Association, 1991), p. 27.

15. _________, La Educación, p. 83.16. _________, Maranatha (Buenos Aires,

Argentina: Asociación Casa Editora Sudameri-cana, 1976), p. 75.

17. _________, La educación, p. 274.

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uando me pongo alfrente de un salón de cla-ses repleto de estudian-tes, o hablo personal-mente con alguno de

ellos, ¿qué puedo anticipar en términosde su crecimiento y desarrollo espiri-tual?

Me ocuparé de esa pregunta al refe-rirme a tres objetivos específicos que seenfocan en Dios, las personas y la co-munidad, y sugeriré tres medios especí-ficos para ayudar a que los docentes al-cancen esos objetivos: la Biblia, losescritos de Elena White, y la cruz deCristo.

los objetivos1. Compromiso con un Dios personal

Aunque los cristianos conservadorestienden a hablar de la espiritualidad entérminos de una “relación personal”, hehallado que no todos mis estudiantes seidentifican bien con ese lenguaje. Y sinla expectativa de una “relación” que nose siente, los estudiantes pueden llegarfácilmente a imaginar que Dios simple-mente no existe.

Elena White ofrece algunos consejosútiles en ese sentido: “No aguardeshasta sentir que estás sano, mas di: ‘Locreo; así es, no porque lo sienta,sino porque Dios lo ha prometido’”.1

C. S. Lewis apunta en la misma di-rección en el libro Carta del diablo a susobrino, en que el demonio principal,

Escrutopo, le está enseñando a su discí-pulo llamado Ajenjo cómo atraer a un“paciente” (un ser humano) para ale-jarlo del “enemigo” (Dios), Escrutopodeclara: “Él quiere que ellos aprendan acaminar y, por lo tanto, tienen queandar de su mano; y si tan solo la vo-luntad de caminar está presente, él seagrada con sus tropiezos. Pero no te en-gañes, Ajenjo. Nuestra causa nunca estáen mayor peligro que cuando un serhumano –ya sin deseo, pero aun inten-tándolo, de hacer la voluntad de nues-tro Enemigo– contempla un universodel cual parece haberse disipado todovestigio de él, y pregunta por qué hasido abandonado, y aun así, sigue obe-deciendo”.2

A L D E N T H O M P S O N

¿Qué significa crecer

8 Revista Educación Adventista 37:2014 http:// jae.adventist.org

Sin embargo, si esa imagen de unDios personal pero en apariencia au-sente, busca ser convincente, necesita-mos que los estudiantes reciban algu-nos ejemplos basados en la Biblia. Enparticular, para aquellos que no “sien-ten” la presencia personal de Dios, ellibro de Eclesiastés revela un espíritusimilar. El libro no registra ningunaoración ni alabanza. Eclesiastés 5:2 pa-rece ser el lema del autor: “No te desprisa a abrir tu boca, ni tu corazón seapresure a proferir palabra delante deDios, porque Dios está en el cielo, y túsobre la tierra. Sean, por tanto, pocastus palabras”. A pesar de ello, en el capí-tulo 12:3 ya al final del libro concluyediciendo: “El fin de todo el discursoque has oído es: Teme a Dios y guardasus mandamientos, porque esto es eltodo del hombre”.3

El Nuevo Testamento complementaeste cuadro con algunas perspectivasadicionales. La oración de peticiónasume un oído dispuesto a escuchar,un Dios que tiene en cuenta nuestrosgozos, tristezas y necesidades. Sin em-bargo, la declaración de Jesús de quenuestro Padre sabe lo que necesitamosaun antes de que se lo pidamos podríasugerir que esa oración está de más.Aun así, Jesús les enseñó a orar a susdiscípulos.4 De la misma manera, Pablodeclaró: “Sean conocidas vuestras peti-ciones delante de Dios en toda oracióny ruego, con acción de gracias”.5 Y estadeclaración es precedida por esta exu-berante exhortación: “Regocijaos en elSeñor siempre. Otra vez digo: ¡Regoci-jaos!”6

Sin embargo, en la cruz, Jesús no ex-perimentó regocijo. “Dios mío, Diosmío –exclamó–. ¿Por qué me has de -samparado?”7 Mis estudiantes a me-nudo se sorprenden de saber que Jesúsno fue el primero en pronunciar esaoración. Proviene originalmente de unser humano angustiado pero inspirado,cuya oración fue incluida en la Biblia.8

Y esa no es la única queja en los Sal-mos. Casi la mitad de ellos encajandentro de esa descripción. Con una ricacombinación de peticiones, alabanzas yreclamos, ese libro representa un mara-villoso recurso para ilustrar nuestrasdiversas experiencias. Cuando yo co-mencé a caminar con el Señor, el co-

hallar un consenso y determinar quésalmo les resulta más útil y cuál es elque menos los ayuda. Por lo general,suele ganar la alabanza. Sin embargotanto ellos como yo nos hemos sor-prendido al ver cuán a menudo la mar-cada melancolía del Salmo 88 ocupa elprimer lugar. El Salmo 22, el que Jesúscitó en la cruz, es el más típico de lossalmos de lamentos, en el que se caeprofundamente en la desesperanza,para alcanzar un rayo de esperanzahacia el final. Pero con el Salmo 88 nosucede lo mismo. Sigue cayendo en lasprofundidades hasta el mismo fin: “Yo

optaron por el salmo de alabanza,cuando les pregunté por sus eleccionespersonales, diecisiete votaron por elSalmo 34, pero el Salmo 88 le siguió decerca, con catorce preferencias. Les co-menté entonces que en muchas iglesias,las voces de alabanza suelen ser tanfuertes que los que están sufriendo de-sesperanza pueden sentirse fácilmenteabrumados. No obstante, esas son pre-cisamente las personas que Jesús vino aayudar, la caña cascada que él nohabría de quebrar, el pábilo humeanteque no habría de apagar”.11

La diversidad de experiencias no esun concepto fácil de aceptar para loscristianos conservadores devotos. No

a diversidad de experiencias no esun concepto fácil de aceptar paralos cristianos conservadores devo-

tos. Pero las ilustraciones de las Escriturasy las tareas de la clase pueden combinarsecon una cita clave de Elena White paradestacar y enfatizar este punto.

mentario de Elena White en la intro-ducción de El conflicto de los siglosmedio la oportunidad de ver esta diversi-dad. Los que escribieron las palabras delas Escrituras, expresó ella, no solo “di-ferían notablemente en posición socialy económica”, sino también “en faculta-des intelectuales y espirituales”.9

Una de mis satisfacciones como do-cente es cuando mis alumnos puedenreconocer esa diversidad también en elpresente. Después de leer un conjuntode salmos muy diferentes, el número 34(alabanza), el 88 (desesperanza) y el137 (venganza), les pido que se dividanen grupos pequeños para ver si pueden

estoy afligido y menesteroso; desde lajuventud he llevado tus terrores, he es-tado lleno de miedo. Sobre mí hanpasado tus iras y me oprimen tus te -rrores. Me han rodeado como aguascontinuamente; a una me han cercado.Has alejado de mí al amado y al com-pañero, y a mis conocidos has puestoen tinieblas”.10

Sin embargo, la otra parte del expe -rimento también es importante. Des -pués de computar las respuestas gru-pales, pido a cada estudiante que escojasus preferencias personales. Una clase,en particular, me resultó sumamenteinteresante. Aunque cinco o seis grupos

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obstante, las ilustraciones de las Escri -turas y las tareas de la clase puedencombinarse con una cita clave de ElenaWhite para enfatizar este punto. En lasprimeras palabras del capítulo titulado“En el trato con los demás”, de El mi-nisterio de curación, ella expresa: “Dife-rimos tanto en disposición, hábitos yeducación, que nuestra manera de verlas cosas varía mucho […]. Nuestracomprensión de la verdad, nuestrasideas acerca del comportamiento en lavida, no son idénticas en todo res-pecto”.12

2. Mayor sensibilidad a las necesidadesde las personas

En Mateo 22:35-40, Jesús resumió laBiblia en términos de dos grandesmandamientos: amar a Dios y amar alas personas. Todo lo demás dependede estos dos mandamientos, según dijoJesús. Resulta asombroso, sin embargo,que cuando el Nuevo Testamento re-duce estos dos mandamientos a solouno, los resume en términos del se-gundo mandamiento, no del primero.Así lo expresa Jesús, y también Pablo:“Así que todas las cosas que queráis quelos hombres hagan con vosotros, asítambién haced vosotros con ellos, puesesto es la Ley y los Profetas”.13 De ma-nera similar, Pablo declaró: “Amarás atu prójimo como a ti mismo”.14

Jesús combinó hábilmente los dosmandamientos en su parábola de loscabritos y las ovejas. Las ovejas sirven alDios encarnado por medio de la ayudaque brindan a otras personas. La deci-sión final en el día del juicio se basa –según Elena White– en “un punto.Cuando las naciones estén reunidas de-lante de él, habrá tan sólo dos clases; ysu destino eterno quedará determinadopor lo que hayan hecho o dejado dehacer por él en la persona de los pobresy dolientes”.15

La comprensión adventista de la “es-piritualidad” requiere no solo ocuparsede atender el alma, sino también elcuerpo. Y en ese sentido, me alegro alver la cantidad de estudiantes que sesienten intrigados e inspirados por laobra de la Agencia Adventista de Desa -rrollo y Recursos Asistenciales (ADRA).

En demasiadas ocasiones, los evangéli-cos se han enfocado de manera másbien estrecha en el alma, mientras quelos protestantes en general se han sen-tido tentados a ministrar tan solo alcuerpo. Quiero que mis estudianteshagan ambas cosas. Y es claro que res-pecto de ese tema, Jesús no nos permiteelegir lo uno o lo otro.

3. Conciencia de la importancia de lacomunidad

En los Estados Unidos el individua-lismo es tan fuerte que muchos de misalumnos no están listos para admitir deinmediato la importancia de la “comu-nidad”. Por el contrario, tienden a enfo-carse en sus propias necesidades perso-nales sin ponerse a pensar cuántodependen de otros para disfrutar de

una buena salud espiritual. Es probableque el dicho popular “no soy religioso,pero soy muy espiritual” sea parte de lamisma problemática. Si la interpreta-mos libremente, tengo la impresiónque esa declaración marca un aleja-miento del frío racionalismo de la Ilus-tración y la rígida ortodoxia, hacia unaexperiencia personal más significativa.

No obstante, el Nuevo Testamentoes claro respecto del valor de la comu-nidad. Jesús no solo llamó a un grupode doce discípulos, sino que enseñóque la ecclesia (iglesia) ocuparía unlugar central en la obra que dejó quellevaran a cabo sus seguidores. El pro-cedimiento para recuperar a un peca-

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dor, por ejemplo, según se bosqueja enMateo 18:15-20, requiere de la partici-pación de la comunidad, que es la“iglesia”.

En las Epístolas, comunidad, lla-mada también "cuerpo", representa talvez el modelo más predominante. “Asínosotros, siendo muchos, somos uncuerpo en Cristo, y todos miembros losunos de los otros”.16

Uno de los más asombrosos pasajescorporativos en las epístolas es 1 Co-rintios 3:16 y 17, que utiliza el simbo-lismo del “templo”. Desafortunada-mente, la contundencia de la imagencorporativa no es tan obvia en algunastraducciones de la Biblia, dado que enalgunos idiomas, como por ejemplo eninglés, no existe una forma distintivaentre la segunda persona singular de laplural (es decir, el “tú” del “vosotros”).En otras lenguas como el español, esadistinción se hace más clara: “¿Acasono sabéis que sois templo de Dios y queel Espíritu de Dios está en vosotros? Sialguno destruye el templo de Dios,Dios lo destruirá a él, porque el templode Dios, el cual sois vosotros, santoes”.17

Al referirse al poderoso impulsomoderno de preferir lo estrictamentepersonal en lugar de lo comunal, EltonTrueblood cita a Robert Fitch, quien enese entonces era decano de la Escuelade Religión del Pacífico: “Por supuesto,la religión debería ser personal, pero enrealidad, si no es nada más que perso-nal, es algo totalmente nuevo en la his-toria. Jamás existió una religión pura-mente personal en toda la historia deeste mundo, con excepción de unospocos místicos aislados”.18

El poder de una comunidad paratransformar a la sociedad queda bienilustrado en la obra de William Wilber-force y un grupo de cristianos compro-metidos, conocidos como el Círculo deClapham, una comunidad ubicada enlas afueras de Londres, que se mantuvoactiva más o menos entre 1790 y 1830.Wilberforce no solo lideró la heroicacampaña que puso fin a la esclavituden el Imperio Británico, sino que él ylos demás integrantes del Círculo sepusieron a la vanguardia de un movi-miento de múltiples iniciativas quebuscó la “abolición de cada uno de los

males sociales menores”, por citar unafrase extraída de la biografía de Wilber-force que escribió Eric Metaxas.19 Encierta instancia, Wilberforce mismoquedó “oficialmente vinculado con 69grupos diferentes dedicados a las refor-mas sociales de una u otra clase”.20

Trueblood captura la esencia de lasenseñanzas del Nuevo Testamento,cuando habla de "comunidad de perso-nas conscientes de sus limitaciones quese reunen porque reconocen su debili-dad y luego se separan para servir, por-que la unidad entre ellos y con Cristolos vuelve decididos”.21

En resumen, el enfoque comunal

cero es la cruz de Cristo que, se puededecir, es el más poderoso símbolo delNuevo Testamento.

1. La BibliaA comienzos de 2010, un número

especial de The Collegian, el periódicoestudiantil de la Universidad de WallaWalla, que estuvo dedicado al sábado,informó sobre las perspectivas de losestudiantes sobre las “autoridades” ensu vida.22 En particular, me interesó larespuesta a la siguiente pregunta de laencuesta: “De las siguientes opciones,¿quién tiene algún tipo de autoridadrespecto de lo que significa el sábado

rueblood captura la esencia de las en-señanzas del Nuevo Testamento,cuando habla de "comunidad de per-

sonas conscientes de sus limitaciones que sereunen porque reconocen su debilidad yluego se separan para servir, porque la unidadentre ellos y con Cristo los vuelve decididos”.

debe ser parte de la espiritualidad en laperspectiva adventista, por más impo-pular que pueda ser en el presente den-tro de la cultura contemporánea. La co-munidad ocupa un lugar centraldentro de la visión que tiene Jesússobre lo que significa pertenecer a él.

cuestiones específicasAl discutir el crecimiento espiritual,

me enfocaré en tres cuestiones específi-cas que se relacionan con los tres obje-tivos destacados más arriba. Dos deellos son autoridades dentro del adven-tismo: la Biblia y Elena White. El ter-

para ti? Al ver la lista que se proponía,alrededor de 330 encuestados indica-ron la experiencia (91 por ciento), laBiblia (80 por ciento), y Elena White(22 por ciento). Voy a comentar la res-puesta que dieron sobre Elena Whiteen la siguiente sección. Ahora quierodedicarme al porcentaje que escogió: laBiblia.

Aunque resulta alentador que los es-tudiantes dieron una calificación relati-vamente alta a la Palabra de Dios, miexperiencia de años indica que no lesresulta fácil aplicar las enseñanzas de laBiblia a situaciones contemporáneas.Las encuestas que les he hecho en claseconfirman vez tras vez que alrededorde la mitad de mis estudiantes, ya sea

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consciente o inconscientemente, adhie-ren a la idea de que si Dios lo dijo, enrealidad debería aplicarse a todas laspersonas en todas las instancias y todoslos lugares. Para decirlo en breves pala-bras, cuando nos embarcamos en untrabajo de exégesis –buscamos inter-pretar los pasajes dentro de su contextooriginal– en la mente de nuestros estu-diantes ya estamos minando sutilmentela autoridad bíblica.

¿Qué quiso decir Elena Whitecuando escribió: “La Biblia fue dadacon propósitos prácticos”?23 ¿Cómopodemos hacer que la Biblia sea útilpara nuestra búsqueda de Dios y parael crecimiento espiritual? Ultimamentehe estado enfatizando dos pasajes de lasEscrituras que ayudan a que mis estu-diantes capten una verdad fundamen-tal: que la Biblia no se aplica de maneraautomática a nuestra vida.

El primer pasaje es Isaías 55:8, 9:“‘Porque mis pensamientos no sonvuestros pensamientos ni vuestroscaminos mis caminos’, dice Jehová.‘Como son más altos los cielos que latierra, así son mis caminos más altosque vuestros caminos y mis pensa -mientos, más que vuestros pensamien-tos’”. En otras palabras si bien la Biblianos señala a Dios, jamás nos da a Diosmismo. Elena White indica lo mismocuando declara: “Solo Dios y el cieloson infalibles”.24

Y en este punto, sobre la autoridadde Elena White, permítame ser muyosado y decir claramente que en la Bi-blia, todo señala a Dios aun cuando noparezca de esa manera. Este últimopunto es realmente fundamental, por-que debido a mi naturaleza conserva-dora, jamás me animaría a afirmar esosobre la base de mi propia opinión. Sinembargo, la visión de Elena White de laBiblia le permitió decir, sin por ellomenoscabar ni una jota la autoridad dela misma: “La Biblia está escrita porhombres inspirados, pero no es laforma del pensamiento y de la expre-sión de Dios. Es la forma de la humani-dad. Dios no está representado comoescritor. Con frecuencia los hombresdicen que cierta expresión no parece deDios […]. Los escritores de la Biblia

eran los escribientes de Dios, no supluma. Considerad a los diferentes es-critores. No son las palabras de la Biblialas inspiradas, sino los hombres son losque fueron inspirados. La inspiraciónno obra en las palabras del hombre nien sus expresiones, sino en el hombremismo, que está imbuido con pensa-mientos bajo la influencia del EspírituSanto. Pero las palabras reciben la im-presión de la mente individual”.25

Y esto apunta a un segundo pasaje:“Todas estas cosas les acontecieroncomo ejemplo, y están escritas paraamonestarnos a nosotros, que vivimosen estos tiempos finales”.26

para una testificación efectiva. Nosayudan a trabajar con toda clase degente en todo tipo de situaciones. Eneste sentido, el “ejemplo” de Pablo bri-lla con esplendor. El apóstol afirmó:“Me he hecho débil a los débiles, paraganar a los débiles; a todos me hehecho de todo, para que de todosmodos salve a algunos”.27

Esto nos ayuda a ver la Biblia comouna compilación dada por Dios de“ejemplos”. Uno de los mejores lugarespara observar esta compilación es ellibro de Proverbios, donde encontra-mos una cantidad de ejemplos o ilus-

uy pocos de mis estudiantes de

hogares adventistas han leído al-

guno de los libros de Elena White,

y menos estudiar con detenimiento lo que

ella ha escrito. No obstante, una y otra vez se

les ha dicho lo que ella condena.

Ejemplos. Esa es la palabra crucial. Elcontexto nos muestra que el apóstolPablo está repasando la historia de laapostasía de Israel como un “ejemplo”que puede servir de enseñanza para loscreyentes. No obstante, también pode-mos aprender de los buenos ejemplos,no solo de los malos. Es así que toda laBiblia puede ser vista como un libro deejemplos, un cofre de tesoros que nospermite resolver el problema de las su-puestas “contradicciones” en sus pági-nas. Una vez que reconocemos queDios le está hablando a diversas perso-nas en diversas épocas y lugares y bajodiferentes circunstancias, comenzamosa ver la verdad de que las contradiccio-nes no son tan solo cuestiones irritan-tes que buscan probar nuestra fe, sinoque resultan absolutamente esenciales

traciones “contradictorios” que requie-ren una elección guiada por el Espíritu.Proverbios 26:4, 5 ofrece uno de losmejores “ejemplos” para ilustrarnoseste punto. El versículo 4 expresa:“Nunca respondas al necio de acuerdocon su necedad, para que no seas tútambién como él”.

Es un buen consejo. No obstante,note lo que dice el versículo siguiente:“Responde al necio como merece sunecedad, para que no se tenga porsabio en su propia opinión”. Tambiénes un buen consejo, pero es justo loopuesto de lo que se expresó en el ver-sículo anterior. Ver estos proverbioslado a lado debería llevarnos a caer de

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rodillas para considerar con oracióncuándo es momento de hablar ycuándo de cerrar la boca.

En el libro Obreros evangélicos, bajoel subítulo “La discreción de Pablo”,Elena White expresa con poder algunasnotables palabras relacionadas con esteprincipio en su aplicación a los minis -tros. Ella los insta a estudiar con dili-gencia “cuando no haya reglas que rijanel caso”.28

Cuando descubrí la naturaleza ba-sada en “ejemplos” que tienen las Escri-turas, mi vida devocional se vio trans-formada. En lugar de ver el estudiobíblico y la oración como requerimien-tos externos mandados por la divini-dad para hacer que Dios esté feliz, mesiento impulsado a buscar el consejo deDios en las Escrituras y por medio de laoración, de manera que pueda llegar asaber cómo vivir en contacto con losdemás. Y esto no se limita a una ora-ción plagada de peticiones que aguar-dan una respuesta. Es algo mucho máscercano que “orar sin cesar”.29 La “ora-ción purificadora” describe el procesode manera más plena, al identificar suspropósitos.

Necesito con urgencia esa “oraciónpurificadora”, porque cuando reco-nozco que las Escrituras brindan“ejemplos” o “ilustraciones”, me sientoconfrontado con la realidad de quetengo que tomar decisiones y escoger. Ymi mente –mi razón– es la única partede mi ser que puede tomar esas deci-siones. Solo mi razón puede decirmequé “ejemplos” usar a la hora de escri-bir este artículo. Aun si recibiera unavisión, tendría de todas maneras queusar mi razón para determinar si la “vi-sión” provino de Dios, del diablo o delconsumo excesivo de alimentos a lahora de la cena.

No obstante, mi razón, por másesencial que sea para el proceso, es muypoco fiable, porque ha sido pervertiday distorsionada por el pecado. Es porello que, mientras oro sin cesar, tengoque recordar que estoy haciendo laobra de Dios y no solo la mía. Así setorna más probable que pueda reflejarsu voluntad y sus caminos. ¿Por qué essolo “probable”? Porque soy un ser hu-mano imperfecto y necesito toda laayuda posible no solo de Dios, sino

también de otros seres humanos queteman a Dios. Aun entonces, porquesoy humano, acaso no llegue a la con-clusión correcta.

En relación con este punto, mesiento intrigado por algunas sorpren-dentes palabras de Elena White a unhermano que se sentía inclinado amostrarse muy riguroso al relacionarsecon otras personas. “Usted necesitaeducarse para poder tener sabiduría afin de tratar con las mentes –escribióella–. Con algunos debiera mostrarsecompasivo, haciendo una diferencia,mientras que a otros puede salvarloscon temor, sacándolos del fuego. Nues-tro Padre celestial frecuentemente nosdeja en la incertidumbre en cuanto anuestros esfuerzos”.30

En nuestra obra por el Señor, tene-mos que hallar de alguna forma la ma-nera de mostrarnos confiados, a la parde experimentar suficiente incertidum-bre como para permitir que otros nosden sus sabios consejos.

2. Elena WhiteUn prolífico y muy conocido escri-

tor adventista me dijo que sus librossobre Elena White se venden en una

proporción de 10 a 1 respecto de sus li-bros sobre la Biblia. No obstante, juntoa ese alto nivel de interés en ella, sepropaga un gran desasosiego sobre lafunción que tuvo que cumplir dentrodel adventismo. La encuesta de The Co-llegian citada anteriormente indicó quesolo el 22 por ciento de los estudiantesencuestados le otorgaba al menos algúntipo de autoridad. No estamos ha-blando de una autoridad absoluta yfinal, sino de algún tipo de autoridad.¿Cómo es que se ha llegado a estepunto? Según mi perspectiva, un factorclave es la amplia tendencia a imponera Elena White como autoridad finalsobre cualquier tema que se presente. Ydado que no hemos cumplido connuestra tarea de estudiar la Biblia, lamisma irregularidad que afecta nuestroestudio de las Escrituras se torna suma-mente magnificado cuando leemos aElena White. Muy pocos de mis estu-diantes de hogares adventistas hanleído alguno de los libros de ElenaWhite, y menos estudiar con deteni-miento lo que ella ha escrito. No obs-tante, una y otra vez se les ha dicho loque ella condena.

¿Hay alguna esperanza? Por su-puesto que sí. Aquí presento tres suge-rencias: En primer lugar, deberíamosver a Elena White como una autoridadilustrativa, siguiendo el mismo argu-mento que presenté más arriba en elcaso de las Escrituras. No todo lo queescribió se aplica a todas las personasen todas las ocasiones. Esto se hace evi-dente de manera especial en los prime-ros tomos de Testimonios para la iglesia.Bajo el título “La temperancia cris-tiana”, por ejemplo, en un contundentesermón de 1869 sobre la reforma pro-salud en la iglesia de Battle Creek, hizoun llamado a los santos que la escucha-ban. He aquí algunas de sus expresio-nes más vívidas: “Puedo ver que una fa-milia tras otra –exclamó– han caídocasi completamente bajo el control deSatanás”.31

A pesar de ello, el testimonio inme-diatamente posterior del tomo 2 se ti-tula “Extremos en la reforma prosalud”.En ese testimonio, ella se dirige a unhombre de carácter muy deplorable,que estaba virtualmente matando de

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hambre a su esposa embarazada. Elconsejo liberalizador de Elena Whiteresulta sorprendente y aun impactante.La mujer, dijo Elena White, debería in-gerir “una cantidad moderada de lechey azúcar” y “pan blanco leudado con le-vadura, para variar”. [...] “En algunoscasos, aun una pequeña cantidad de lacarne menos perjudicial causaríamenos daño que sentir un profundodeseo por ella”.32 Cualquiera de estosdos consejos “extremos” puede ser muypoco saludable si se le otorga calidad deabsoluto.

De esta manera, podemos ver los es-critos de Elena White como plena-mente inspirados, pero no por elloaplicables en forma universal, sino queestán llenos de ejemplos que ilustran lamanera en que Dios ha interactuadocon diferentes personas en diversasocasiones y lugares, pero tienen que seraplicados con oración, usando el sen-tido común.

En cierta ocasión, Elena White escri-bió: “Las palabras y las acciones arbi-trarias incitan las peores pasiones delcorazón humano”.33 Estoy convencidode que nuestro uso a menudo arbitra-rio de sus escritos ha contribuido a laprofunda antipatía hacia ella que veoen mis estudiantes. Es necesario rever-tir esto.

Mi segunda sugerencia es leer la au-tobiografía de Elena White que se en-cuentra en el primer tomo de los Testi-monios34 donde cubre su vida solohasta la muerte de su esposo Jaime en1881. No obstante, es una presentaciónpoderosa de la Elena White “real”, unaque a menudo sufría las profundidadesde la desesperanza. “Muchas veces –es-cribió–, abrigué el pensamiento de quehubiera sido preferible no haber na-cido”.35 Y agrega: “Anhelaba la muertecomo liberación de las responsabilida-des que se acumulaban sobre mí”.36

Sin embargo, a pesar de todo esepeso y dolor permaneció fiel a Dios.Por lo general, las historias que se hanpublicado sobre su vida han quitado laparte del dolor. La imagen de ElenaWhite ha sido “retocada”. Sin embargo,mis estudiantes se sienten impresiona-

dos cuando descubren a la Elena Whitereal. Y las gemas que se encuentran ensus escritos se tornan aún más brillan-tes sobre el trasfondo de esa melanco-lía. Hace unos meses, una de mis alum-nas escribió estos comentarios enrespuesta a un conjunto de tareas rela-cionadas con Elena White: “Puedodecir que casi me siento molesta por lamanera en que usted ha recolectadoesas citas tan poderosas, reveladoras yequilibradas de Elena White. Siempreme pregunto por qué nadie más parecenotar esas cosas. Resalto la cita en queella explica que tenemos que estar deacuerdo con los dos grandes manda-mientos. Hasta este momento, jamáshabía leído o escuchado que ElenaWhite sirviera para algo”.

Mi tercera sugerencia es simple: Lealo que escribió Elena White, en especialsus cinco libros que están enfocados enCristo: El camino a Cristo (1892), Eldiscurso maestro de Jesucristo (1896), ElDeseado de todas las gentes (1898), Pa-labras de vida del Gran Maestro (1900),y El ministerio de curación (1905). Va-rios de mis alumnos sintieron beneficioal leer el libro El Mesías, una adapta-ción contemporánea que hizo JerryThomas de El Deseado de todas las gen-tes,37 como también Bendiciones que essu adaptación más reciente de El dis-curso maestro de Jesucristo.38 El libro Laeducación (1903) es otra joya.

Y aquí tengo que informar la impre-sionante experiencia de un colega queestaba enseñando una clase de “Creen-cias cristianas” en el segundo año de launiversidad. Un requisito era que susestudiantes leyeran uno de dos libros.Los conservadores devotos que se mos-traban recelosos de C. Lewis tenían queleer Mero cristianismo; los que experi-mentaban sentimientos hostiles haciaElena White tenían que leer El camino aCristo. Más allá del libro que escogie-ran, en una respuesta por escrito, te-nían que especificar cuál les parecía lamejor parte del libro y qué dejarían delado en caso de que tuvieran que acor-tarlo.

La mayoría de los cincuenta estu-diantes escogió El camino a Cristo. Entérminos generales, informó mi colega,todos se sintieron profundamenteemocionados y sin excepción, señala-

14

ron que el capítulo titulado “Qué hacercon la duda” había resultado el másútil. Dijeron que debía ser una lectura“obligatoria” para todo adventista. Asi-mismo, no encontraron ninguna parteque podrían dejar de lado.

No deberíamos esperar testimoniostan maravillosos en todos los casos.Pero sí creo que podemos recuperarnuestra herencia, y que nuestros estu-diantes pueden descubrir las grandesbendiciones que resultan de leer aElena White.

3. La cruz de CristoComo el símbolo más visible de la

obra de Cristo en nuestro favor, la cruzsigue ejerciendo una influencia pode-rosa. La doctrina de la expiación, sinembargo, que busca interpretar el sig-nificado de la cruz, ha probado sercausa de división a lo largo de la histo-ria del cristianismo. No obstante, si po-demos captar la idea de la diversidad enlas Escrituras, las diferentes interpreta-ciones pueden ser combinadas paraayudar a nutrir el crecimiento espiri-tual.

Quiero ser sumamente breve en estepunto, aunque es un tema muy ex-tenso. Sin embargo, es mi intencióncapturar la esencia del asunto, dadoque juega un papel fundamental en laexperiencia religiosa personal y en lavida general corporativa.

¿Qué sucedió en la cruz? ¿Y cómopodemos entender y aplicar ese eventoen la vida del creyente? Todos están deacuerdo en que Cristo murió por nues-tros pecados. Ese no es un problema.La gran división se produce cuandonos preguntamos si la cruz señala haciael cielo como un sacrificio que satisfacea la corte celestial (la expiación obje-tiva), o hacia la tierra, como un eventopedagógico que muestra el amor abne-gado de Dios por sus hijos (expiaciónsubjetiva). La respuesta correcta a esaelección debería ser un resonante “¡Sí!”Ambas posturas son plenamente bíbli-cas, si bien ninguna de ellas aparece enforma dominante en el Nuevo Testa-mento. La expiación objetiva, en la que

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Jesús nos presenta ante el Padre, es elénfasis dominante de las epístolas deRomanos y Gálatas. La expiación sub-jetiva, en la que Jesús nos presenta alPadre es el énfasis primordial de Juan14-17. Por cierto, esta es una simplifi-cación, pero nos ayuda a tener una vi-sión general del asunto. Note que heusado un lenguaje neutral y descrip-tivo, en lugar de las etiquetas vívidasque prefieren los partidarios más com-bativos: “la expiación objetiva”, antesque la sustitutiva penal, y la “expiaciónsubjetiva”, en lugar de la influenciamoral.

El problema es que algunos se sien-ten atraídos con tanta fuerza a la pers-pectiva “objetiva” que aun un pequeñoindicio de la “subjetiva” casi les pro-duce terror. Y esto también se aplica alcaso contrario. Algunos se sienten tanatraídos a la perspectiva “subjetiva” queles resulta problemática la idea de unaexpiación objetiva.

En mis clases, la presentación deambas perspectivas ha probado ser be-neficiosa para muchos estudiantes, enespecial cuando captan el punto de queno todos hallarán que ambas perspecti-vas les resultan de la misma utilidad.Que algunos creyentes encuentren queuna parte de las Escrituras les resultaespecialmente preciosa, no significanegar a otros el derecho de hallar queotras partes de las Escrituras les resul-ten más preciosas. Todos nosotros po-demos hallar lo que necesitamos paraacercarnos a Dios. Sin embargo, no te-nemos por qué leer los mismos pasajesal mismo tiempo o con la misma inten-sidad. Necesitamos un enfoque másabarcador de las Escrituras, no uno quese centre en un aspecto para descartarotro. Y no tenemos que homogeneizarnuestra Biblia en una tibieza diluida.Las Escrituras son mucho más ricas ymás variadas.

La muerte de Jesús en nuestro favores un poderoso estímulo para el creci-miento espiritual. Por la gracia de Dios,nosotros y nuestros estudiantes podre-mos hallar una visión equilibrada de lacruz de Cristo, que nos permita ser másfervientes en nuestro amor por Dios ymostrarnos más bondadosos con losdemás creyentes.

ResumenTres objetivos: hallar una relación

más profunda con Dios, con las demáspersonas, y con la comunidad. Y tresmedios que pueden ayudarnos a alcan-zar esos objetivos: las Escrituras, los es-critos de Elena White, y la cruz deCristo. Los objetivos son los mismospara todos, si bien la intensidad decada uno puede variar de individuo aindividuo. Sin embargo, la más grandediversidad se hará presente en nuestraforma de usar y comprender los me-dios de alcanzar esos objetivos. Algunosestudiantes no son capaces o no estándispuestos a leer demasiado. Esto porcierto afectará el uso que hagan de laBiblia y los escritos de Elena White. Apesar de ello, aun los que no lean, ten-drán la tendencia de sentirse atraídos apasajes diferentes, y a puntos de énfasisdiferentes.

Tal vez la lección más importante esnuestra manera de relacionarnos con lamuerte de Cristo en nuestro favor. Enese sentido, la diversidad de perspecti-vas en el Nuevo Testamento debería ha-llar una correlación con la diversidadde los hijos de Dios en este mundo.Nuestros objetivos son los mismos,pero la manera de alcanzarlos a me-nudo diferirá ampliamente. Si la iglesialogra entender esa diversidad, puedeconvertirse en un hogar para todos.

Alden Thompsones profesor de Estu-dios Bíblicos de laUniversidad deWalla Walla, enCollege Place(Washington, EE.UU.), donde ha es-

tado enseñando en la Facultad de Teolo-gía desde 1970. Posee un doctorado de laUniversidad de Edimburgo (1974) en es-tudios bíblicos y judaicos. Es autor de va-rios libros y numerosos artículos.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. Elena White, El camino a Cristo, p. 23.

2. C. S. Lewis, The Screwtape Letters (Nueva

York: McMillan, 1961), p. 39 [VIII.4].

3. Los textos bíblicos han sido tomados de la

versión Reina-Valera 1995®

4. Mateo 6:8-13.

5. Filipenses 4:6.

6. Filipenses 4:4.

7. Marcos 15:34.

8. Salmos 22:1.

9. Elena White, El conflicto de los siglos, p. 10.

10. Salmos 88:15-18.

11. Mateo 12:20.

12. Elena White, El ministerio de curación, p.

384.

13. Mateo 7:12.

14. Gálatas 5:14.

15. Elena White, El Deseado de todas las gen-

tes, p. 592.

16. Romanos 12:5. Las imágenes basadas en la

ilustración del cuerpo están bien desarrolladas en

1 Corintios 12 y en Efesios 4:1-16.

17. 1 Corintios 3:16, 17.

18. “Is America Ready for a ‘Great Society’?”

U.S. News and World Report (8 de marzo de 1965,

p. 54), citado por Elton Trueblood en The Incen-

diary Fellowship (Nueva York: Harper & Row,

1967), pp. 22, 23.

19. Eric Metaxas, Amazing Grace: William

Wilberforce and the Heroic Campaign to End Slav-

ery (Nueva York: HarperCollins, 2007), p. xvi.

20. Ibíd., p. xvii.

21. Trueblood, The Incendiary Fellowship, op.

cit., p. 31.

22. The Collegian 94:25 (13 de mayo de

2010).

23. Elena White, Mensajes selectos, tomo 1, p.

23 [Ms. 24, 1886].

24. Ibíd., p. 42 [The Review and Herald, July

26, 1892].

25. Ibíd., pp. 23, 24 [Ms. 24, 1886].

26. 1 Corintios 10:11.

27. 1 Corintios 9:22.

28. Elena White, Obreros evangélicos, pp. 123-

125.

29. 1 Tesalonicenses 5:17.

30. Elena White, Testimonios para la iglesia,

tomo 3, p. 461 [1875].

31. Ibíd., tomo 2, p. 323 [1870].

32. Ibíd., p. 342.

33. Ibíd., tomo 6, p. 138 [1901].

34. Ibíd., tomo 1, pp. 103-108. Escrito en

1885, cuatro años después de la muerte de Jaime

White.

35. Ibíd., p. 30.

36. Ibíd., p. 65.

37. Jerry Thomas, Messiah (Nampa, Idaho:

Pacific Press Publ. Assn., 2003).

38. __________, Blessings (Nampa, Idaho:

Pacific Press Publ. Assn., 2008).

15http:// jae.adventist.org Revista Educación Adventista 37:2014

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l mandato de la educación adventista es integrar lafe, la religión y la enseñanza-aprendizaje. Eso es loque hace que nuestro sistema educativo sea distintoal de la educación pública. El propósito principal delas instituciones educativas adventistas es brindar

capacitación espiritual para los niños y los jóvenes. El aula es,por supuesto, el lugar en el que los estudiantes adquieren ha-bilidades prácticas e información, pero el currículum no tienepor qué estar limitado a la lectura, escritura y aritmética; tam-bién tiene que incluir la reverencia y las creencias.

Las instituciones educativas adventistas son privilegiadasporque tienen la capacidad de instruir y adoctrinar a sus estu-diantes. Sin embargo, este honor nos es otorgado solo por elbreve período de tiempo en que los estudiantes pasan por nues-

tras instituciones. Por lo tanto, los docentes deberían dar unmayor énfasis al crecimiento de la vida espiritual de sus alum-nos. El personal de la institución no solo tiene que estar inte-resado en la producción de egresados y jóvenes que puedan su-perar con creces las pruebas de conocimiento, sino también deadultos con una buena formación espiritual y una relación fer-viente con Cristo. Una manera práctica de alcanzar este obje-tivo es por medio de la incorporación, como parte del pro-grama educativo, de rituales que resulten significativos.

definición de ritualesSegún el diccionario ritual es “el conjunto de ritos de una

religión o de una iglesia”, siendo rito “la costumbre o ceremoniaque siempre se repite de la misma manera”.1 En términos más

R O B E R T E G B E R T y S A R A K U B U R I C

expresiones y celebraciones

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amplios, se puede decir que ritual es la incorporación de valoresy prácticas estandarizadas a las actividades de un grupo de per-sonas. Los rituales suelen enfocarse en las acciones convencio-nales que tienen poco significado práctico pero son básica-mente simbólicos. A menudo, cuando las personas enfrentansituaciones cuyos resultados tienen potencialmente gran im-portancia, se apoyan en los rituales para sentir que están encontrol.

Los rituales cumplen múltiples propósitos:1. Otorgan significación especial a ciertos momentos y lu-

gares.2. Crean un sentido de continuidad al vincular el pasado

con el presente, y el presente con el futuro.3. Materializan y establecen las relaciones espirituales.4. Brindan un sentido de legitimidad y valor a los conceptos

espirituales.5. Crean un sentido de que las cosas importantes de la vida

diaria permanecen inmutables.6. Crean vínculos entre las personas de muchas naciones y

culturas.7. Son expresiones y celebraciones de las creencias.8. Brindan solidaridad y refuerzo de las creencias compar-

tidas.9. Socializan a los niños en preparación para los papeles cul-

turales y espirituales que en último término cumplirán.Sucede a veces que la gente tiene una perspectiva negativa

de los rituales, considerándolos como una formalidad sin sen-tido, o actividades peligrosas que son usadas por grupos faná-ticos para lavar el cerebro de sus miembros, de manera que cai-gan en una sumisión insensata. A pesar de ello, los ritualesconstituyen una parte importante del sistema de cada sociedad,dado que están presentes en el ámbito político, como así tam-bién en las amistades y los eventos de familia. Asimismo sonfundamentales para la cohesión y el sentimiento de pertenen-cia; sin ellos, no podría existir la unidad o las relaciones colec-tivas particulares.2

Las maneras de funcionar que tienen las sociedades –susnormas sociales– son en realidad resultado de una serie de ri-tuales. En general, dentro de cada sociedad la gente actúa einteractúa de una forma bastante estructurada y predecible.Por ejemplo, en muchos países los niños aprenden que en lamañana es apropiado saludar a otras personas diciendo “bue-nos días”, o “gracias” toda vez que alguien realiza algún actoamable que los beneficia. Es así que a lo largo de la vida esosrituales siguen siendo parte de la conducta, y los ayudan a in-tegrarse de manera suave y fluida a la estructura social de sucultura.

De la misma manera, los rituales son básicos para la tramade una organización religiosa, porque juegan un papel funda-mental en el proceso de ayudar a los jóvenes para que cultivenuna relación y una conexión con Cristo para toda la vida. Sinembargo, si queremos que los rituales alcancen los objetivosdeseados, estos tienen que ser planificados e implementados demanera cuidadosa. Asimismo, es necesario que su significadoquede claro en la mente de cada participante.

Los adventistas podríamos pensar que en comparación con

otras religiones, tenemos pocos rituales. Sin embargo, incor-poramos muchos rituales a nuestra vida tanto personal comocorporativa. Cuando cada día invertimos tiempo para el cultoy la meditación con el Señor por medio de la lectura de la Bi-blia, la oración, los cánticos, etc., estamos incorporando ele-mentos de la ceremonia del ritual en nuestra vida espiritual.

El papel de la clase en el desarrollo de los ritualesLa incorporación de los rituales al salón de clases puede pa-

recer una tarea difícil, pero en realidad, es algo que los docenteshacen todo el tiempo. Cada día, en las aulas se producen variosrituales administrativos. La enseñanza de buenas conductas alos niños cuando estos son parte de un grupo (sociedad o clase)es una parte integral del currículum, y es algo que con frecuen-cia forma parte de un ritual. La rutina de los “buenos días” esun ritual usado por el docente para dirigirse a cada estudianteal comienzo del día con un cálido y personalizado saludo.Según Greenberg, en un artículo que escribió paraScholastic.com titulado “El valor de los rituales y las rutinas enel salón de clases”,3 ese ritual ayuda a comunicar buenos mo-dales al saludar a cada estudiante por nombre y ayudarlo a quese sienta cómodo. Aunque la mayoría de los cristianos no con-sidera que ese es un ritual religioso, constituye una manera decombinar la etiqueta con la solicitud cristiana. Otra sugerenciadel artículo de Greenberg es el “Círculo social”, entre cuyas ac-tividades se destaca que cada niño abrace a un compañero delcírculo para saludarlo, entonar cánticos, buscar ayudantes parael aula, discutir lo que ha hecho cada niño y compartir noticiasde sus casas, entre otras actividades similares.4 Estos excelentesrituales de desarrollo pueden tener un énfasis más espiritual,incorporando por lo tanto los cultos de adoración y mejorandolas conexiones entre los niños.

Los rituales son importantes no solo a nivel espiritual, sinopara diversos aspectos de la vida. Promueven el sentimiento yla identidad del grupo, brindan un sentido de comodidad y se-guridad, y ayudan a moldear las percepciones y creencias de losniños. A menudo, los rituales están conectados con la celebra-ción de ocasiones especiales que marcan el pasaje de un estadoa otro de la vida (cumpleaños, bautismos, bodas).

En las instituciones educativas adventistas, se asume que notodos practican el culto familiar diario, de manera que el cultoes un buen ritual para comenzar las actividades. Cuando losniños disfrutan de ese evento, y cuando se los anima a partici-par, esto hace que el momento del culto sea un ritual que ellosaguardan con ansias y que pueden incorporar a su propia vidapara pasarlo más tarde a la siguiente generación.

propósitos de los ritualesLos rituales son poderosos porque se enfocan en un signifi-

cado simbólico, que en último término contribuye a la urdim-bre de un sistema de creencias. Veamos con más detalle algunosde los propósitos que tienen los rituales.Otorgan un significado especial a ciertos momentos y lugares.

Jamás olvidaré mi bautismo o la primera vez que participé dela Santa Cena. Recuerdo los comentarios personales que mehizo el pastor justo antes de mi bautismo, así como su capítulo

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bíblico favorito (Salmos 46), que me recitó yal que yo me he referido a menudo en los ri-tuales de mis clases.Crean un sentido de continuidad al vincular

el pasado con el presente, y el presente con el fu-turo. Tampoco olvidaré el primer bautismo alque asistió mi hija y su primera Santa Cena.Ahora que ella ya tiene sus hijos, ha compar-tido esos rituales con sus propios hijos para darmás riqueza a la fe de ellos.Ofrecen una manera de moldear la autoima-

gen espiritual. Tienen el potencial de alterar lascreencias y las acciones de las personas, dandopor lo tanto a cada participante una nueva au-toimagen espiritual.Crean vínculos entre las personas de muchos

países y culturas. Cuando las personas llegan aser ciudadanos de una nueva nación, partici-pan de su nueva vida al cantar el himno nacio-nal y festejar el día conmemorativo de sunuevo país. De manera similar, cuando las per-sonas se unen a una iglesia, participan de losrituales de su nueva comunidad religiosa.Materializan, establecen y legitiman las rela-

ciones del individuo con grupos particulares,tales como las iglesias y las instituciones educa-tivas, que llegan a ser el principal grupo socialdel individuo. Es importante que las personasparticipen de una comunidad social que apoyasu moral y sus creencias. Tener un sólido sis-tema de apoyo social contribuye para que laspersonas puedan enfrentar los momentos di-fíciles. Por medio de rituales significativos, elgrupo puede dirigir los problemas hacia Cristoy ofrecer apoyo emocional por medio de laoración intercesora; por ejemplo, cuando tie-nen que ungir a una persona gravemente en-ferma.Crean solidaridad y continuidad en la espi-

ritualidad colectiva de un grupo, así como ex-pectativas y objetivos compartidos. Ofrecen unaunión de intereses y propósito entre los miem-bros de un grupo. Pueden unir a los niños dela clase y promover la cohesión dentro delgrupo.Ofrecen puntos de referencia para la transi-

ción del desarrollo y ayudan a socializar a losniños para los papeles religiosos que más tardejugarán en la iglesia, la sociedad y las relacionespersonales. Para que sean significativos y me-morables, tienen que contener formas ricas,elementos sensoriales (sonido, olfato, gusto,apariencia, etc.), y acción física. Pensemos enla Santa Cena, con sus cánticos y lecturas bí-blicas tradicionales, el pan y el jugo de la vid,el rito de humildad, y la planificación que ga-rantiza que se lleve a cabo en forma periódica.

Los rituales religiosos, tales como las representaciones de motivoscristianos y las semanas de oración, juegan un papel fundamental en el pro-

ceso de ayudar a que los niños desarrollen una relación y una conexióncon Cristo para toda la vida.

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Los rituales tienen que producir estímulos y ser motivo deplacer. Para que resulten significativos, necesitan ser más queuna moda pasajera o un breve experimento. En el ambienteeducativo, es necesario que estén planificados, de manera quetodos los estudiantes tengan la posibilidad de participar y reci-bir alguna clase de satisfacción, y es necesario hacer planes paraincorporar a los recién llegados de una forma placentera, demanera que no se sientan dejados de lado o incómodos.

los rituales del salón de clases¿Qué otros rituales puede incorporar el docente en el aula

aparte del saludo y otros detalles así, sin por eso desviarse delproceso académico?

Según Eric Jensen,5 los rituales tienen que (1) resolver unproblema, (2) involucrar a todos los estudiantes de una manerapositiva, (3) ser simples y fáciles dellevar a cabo, (4) ser altamente pre-decibles, de manera que los estudian-tes sepan qué es lo que va a suceder,y cuándo, y (5) tienen que producirun estado emocional positivo unavez que el evento llega a su fin. Losrituales que cumplen con esos requi-sitos deben involucrar a toda la clasede una manera predecible. Porejemplo, los rituales que son usadospara comenzar la clase a tiempo, in-vitar a una visita, distribuir diversosartículos o preparar la transiciónhacia la clase siguiente, y tener encuenta los cumpleaños u otros even-tos especiales. Una parte clave de unritual es la participación de cada pre-sente, lo que ayuda a que el grupo seconecte entre sí y también con el do-cente. Si se usan de manera perió-dica, llegan a convertirse en una ru-tina predecible que puede ayudar a la gestión de la clase.Cuando los estudiantes saben qué esperar, se les hace más fácilcomprender qué es lo que se espera de ellos. Los rituales tam-bién pueden crear un clima positivo, en el cual los participantesexperimentan un sentido de comunidad, lo que hace posibleque el docente vaya edificando sobre el estado emocional po-sitivo resultante.

Así como los niños tienen que aprender los fundamentosde la lectura, la escritura y la matemática, con el objetivo deser capaces de desarrollar y usar esas habilidades de maneramás compleja en el futuro, lo mismo se aplica a los rituales.Los seres humanos se apoyan cada día en sus recuerdos, y loque saben y lo que llegan a ser está determinado hasta ciertopunto por esos recuerdos. Existen varias teorías sobre la ma-nera en que los rituales afectan la memoria. Algunos estudiosexpresan que afectan la memoria semántica o genérica, la me-moria episódica, y la memoria flashbulb. Czachesz ha señaladoque los rituales “en el modo imagístico” ejercen una influenciasobre la memoria episódica, mientras que los rituales “en elmodo doctrinal” ejercen una influencia sobre la memoria se-

mántica.6 Según Czachesz, también se ven afectados la memo-ria de significado y el conocimiento basado en conceptos.

Los eventos particulares de nuestra vida que están conec-tados con una fecha o con el tiempo (ayer leí el libro deMateo) son episódicos; mientras que los términos léxicos, quepor lo general incluyen la adquisición de información que noestá directamente relacionada con eventos en particular denuestra vida, son semánticos (Mateo es el primer libro delNuevo Testamento). Czachesz cree que los rituales altamenteestimulantes generan recuerdos flashbulb;7 por ejemplo, nues-tro primer encuentro con Cristo, o un evento altamente esti-mulante como podría ser el bautismo o la primera vez queparticipamos de la Santa Cena. La mejor manera de que losniños comiencen a formar una relación saludable con Cristoes cuando sus mentes puedan involucrarse en actividades que

estimulen los tres aspectos de la memoria ya que de esa ma-nera existe mayor probabilidad de que ese niño recupere elrecuerdo y se sienta motivado e influido por él, de manera dellegar a ser una persona guiada por la espiritualidad a lo largode toda su vida.

sugerencia de algunos rituales para la clase1. Cultos de adoración periódicos y que resulten significati-

vos, en los que todos puedan participar de manera activa. Pla-nifique un breve programa diario siempre en un horario fijo,con cánticos, lecturas, discusiones, tiempo para compartir yorar. Una porción significativa de esos cultos puede ser dirigidapor los mismos estudiantes.

2. Cree una unidad sobre los rituales, las ceremonias y lasprácticas que son importantes para los sistemas de creencias delos diversos grupos. Esto ayudará para que sus estudiantes captenla significación de tales eventos para la vida de los demás y en suspropias vidas. Para introducirlos al tema hágales preguntas sobrelos rituales y la relación que estos tienen con la religión. Por ejem-plo, “¿De qué manera la gente aprende a participar de rituales re-

na parte clave de un ritual es la par-

ticipación de cada presente, lo que

ayuda a que el grupo se conecte entre sí y

también con el docente. si se usan de ma-

nera periódica, llegan a convertirse en una

rutina predecible que puede ayudar a la ges-

tión de la clase.

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espirituales para cada estudiante. Lo que ellos experimentan enel salón de clases acaso sea la única oportunidad que tenganmuchos de esos estudiantes para conocer a Dios y entender lanecesidad de escoger una vida de compromiso con él.

Desafíe a sus estudiantes para que piensen en los rituales desu vida y la manera en que estos reflejan sus creencias espiri-tuales. ¿Cómo pueden ellos adaptar antiguos rituales para hacerque resulten significativos para la vida que tienen en el sigloXXI? ¿Qué nuevos rituales podrían incorporar para mejorar surelación con Jesús? Inspírelos para pensar en los rituales comomás que una mera tradición: los rituales ayudan a crear unaconexión con Dios, que puede brindar esperanza y la promesade una vida plena de gracia.

Robert Egbert, es profesor de Educación yPsicología en la Universidad de Walla Walla,en College Place (Washington, EE.UU).Ha sido docente de nivel secundario y uni-versitario durante casi cuarenta años, yposee un doctorado en Educación de la Uni-versidad Temple, y un doctorado en Psico-logía y Antropología.

Sara Kuburic, es estudiante de posgrado enPsicología en Australia. Entre sus múltiplesintereses se encuentra la relación entre la re-ligión y la psicología. Tiene raíces familiaresen Europa y Australia y es una viajera in-ternacional. Kuburic realizó una pasantíajunto al Dr. Egbert.

NOTAS Y REFERENCIAS1. Diccionario de la Real Academia Española.2. En este artículo no contamos con el espacio suficiente para analizar el de -

sarrollo de los rituales en los grupos sociales y religiosos, su evolución a lo largodel tiempo, o los intentos de usarlos para iniciar cambios en la identidad y losprincipios fundacionales de un determinado grupo. Dado que los rituales soncaracterísticas distintivas de los grupos, puede suceder que individuos o subgru-pos que no se sienten totalmente identificados puedan rechazarlos o buscar cam-biarlos. Al hacerlo, en esencia están declarando su independencia del grupo encuestión. Si muchos miembros rechazan los rituales de un determinado grupo,esto puede llevar a una división del grupo y a la formación de uno o más gruposnuevos, que entonces establecen nuevos rituales que estén de acuerdo con suscostumbres y objetivos compartidos. Dentro de una organización cristiana, estasituación se presenta por lo general cuando hay una falta de equilibrio entre losrituales y una relación con Cristo. Alguien ha observado que en la religión, losrituales sin una relación pueden resultar mortales.

3. Polly Greenberg, “The Value of Classroom Rituals and Routines”:http://www.scholastic.com/teachers/article/value-classroom-rituals-rou-

tines/.4. Ibíd.5. Eric Jensen, “Brain-Based Learning: Practical Applications for Teachers”:

Brainbased Jensen Learning: http://www.jensenlearning.com/news/brain-bas-edlearning-practical-applications-for-teachers/brain-based-learning.

6. Istvan Czachesz, “Long-Term, Explicit Memory in Rituals”, Journal ofCognition and Culture 10:3-4 (2010):327-339.

7. Ibíd.

ligiosos? ¿Alguien se los enseña, o los aprenden como resultadode la observación? ¿Creen ustedes que es posible que la gente en-tienda las creencias espirituales de otra cultura? ¿Cómo puedenustedes entender mejor sus creencias espirituales como resultadode aprender los rituales de su religión?

3. Planifique breves momentos de oración a lo largo de lajornada escolar.

4. Invite al pastor local para que hable con sus alumnossobre la fe y temas espirituales, y la manera en que estos son re-saltados por los rituales.

5. Cree una lección sobre los rituales del Antiguo Testa-mento o el Nuevo Testamento, o escoja un ritual específico,como por ejemplo el del servicio del Santuario, y desarrolle unaunidad relacionada con él. ¿Qué rituales requería Jesús, y a quérituales respondía él? ¿En qué rituales participaba Jesús?

6. Haga que los estudiantes observen y documenten los ri-tuales que son importantes para el adventismo. Algunos ejem-plos son la Santa Cena, el bautismo, las bodas, la dedicación delos bebés, los cultos de recepción del sábado, las ceremonias decomisionado u ordenación, y el ungimiento de los enfermos.También existen rituales y prácticas de salud, o las relacionadascon el diezmo y la celebración de momentos sagrados. Los sá-bados nos reunimos para adorar a Dios y para compartir, y ob-servamos con esmero las horas del sábado, con frecuencia demanera ritual. Pregunte a los estudiantes cuántos rituales pue-den mencionar que están relacionados con los cultos de ado-ración y otros eventos durante los momentos sagrados, encomparación con los que forman parte de la vida espiritual alo largo de la semana. Los estudiantes pueden llevar a cabo in-formes orales sobre lo que han descubierto.

7. Gran parte de la vida consta de rituales. Piense en los ritua-les que usted incorpora a su práctica docente. Junto con susalumnos comiencen a registrar en diarios personales algunas re-flexiones sobre la significación que tienen los rituales para la vidadiaria, y algunos cambios útiles que podrían ayudar a mejorar supráctica docente y experiencia religiosa. Un tema que sugerimos:“Lo que hago todos los días (o semanalmente), y por qué estasexperiencias y rituales espirituales me resultan significativos”.(Cuando lleve a cabo la tarea en el diario personal, dediquetiempo a analizar las diferencias entre los rituales y los hábitos).

8. Sea creativo a la hora de planificar rituales que estén re-lacionados con la vida espiritual. Es importante hacer la cone-xión entre la espiritualidad y los rituales, pero también es im-portante que usted sea ejemplo de un estilo de vida espiritual.Su actitud tendrá un impacto significativo sobre la efectividadde los rituales que usted incorpora al salón de clases.

No solo es importante el ritual mismo; sino la atmósfera yel ejemplo. Para que resulten significativos, los rituales necesi-tan practicarse en forma periódica, y tener estructura y pro-fundidad. Los rituales brindan opciones de significado e inten-cionalidad a la hora de desarrollar la vida y el compromisoespirituales. Cada alumno que pasa a formar parte del sistemaeducativo adventista necesita estar expuesto a muchas expe-riencias que estén llenas de significado espiritual, y tiene queser alimentado en el desarrollo de un estilo de vida que estécentrado en el Salvador. Los docentes tienen la solemne res-ponsabilidad de crear una urdimbre de significado y relaciones

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at Featherstone es un cris-tiano dedicado que vivepara servir a otras perso-nas, y es también líder ensu iglesia. Pero no siempre

ha sido así. De adolescente, tuvo quecomparecer ante un juez en un juzgadode menores. El juez le dio a elegir sipasar tiempo en una prisión de meno-res o ir al colegio adventista de la loca-lidad. Aunque estoy seguro de que al-gunos estudiantes podrían pensar quela escuela es tan mala como la cárcel,Pat escogió la educación adventistaantes que ir a la prisión de menores.

Mientras estuvo en el colegio, logró

no involucrarse en más problemas,pero no por eso entregó su corazón aCristo. Recién años después, cuando es-taba en las fuerzas armadas y tuvo quepasar por un momento difícil, Dios loimpresionó para que pidiera una licen-cia de dos días y viajara cientos de kiló-metros hasta la institución donde habíaaprendido de Dios por primera vez enla vida. Al llegar, y antes de bajar de suauto, comenzó a orar y le entregó sucorazón a Cristo. Ahora, décadas des-pués de ese incidente, trabaja como vo-luntario en el Colegio Adventista Li-vingstone, de Oregón (EE. UU.), queaunque no es la institución de su niñez,es sin embargo un lugar donde “sientela presencia de Dios”1. Y así cumple su

compromiso de devolver algo a la co-munidad.

¿Qué valor tiene la educación ad-ventista? Los resultados del Cognitive-Genesis Study,2 de la División Nortea-mericana, indican que en términosacadémicos, es tan buena, o hastamejor, que su homóloga en el sistemapúblico. Pero más allá de eso, como loexpresó Jesús a sus discípulos,3 amenos que sea de beneficio para nues-tra vida espiritual, en realidad no tienesentido alguno. Si analizamos la filoso-fía de la educación adventista4 (véaserecuadro), tendremos la confirmación

C H R I S S E Q U E I R A

La espiritualidad en el colegio: historia de una

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de que su característica distintiva es“restaurar a los seres humanos a laimagen de su Hacedor”.

En la vida, hay muchas cosas quepueden ser hechas en forma correcta deuna sola manera. La espiritualidad enla escuela no es una de ellas. Este artí-culo pretende describir el proceso queha seguido y continúa implementandoel Colegio Adventista Livingstone enSalem (Oregón, E.E. U.U.) para alcan-zar la integración de la fe y la espiritua-lidad auténticas.

la intencionalidadEl camino que lleva a convertirse en

un refugio espiritual para los estudian-tes no es algo que se produzca por acci-dente. Por más que el Colegio Adven-tista Livingstone ha sido una inst ituciónde educación adventista desde 1898,muchos exalumnos han expresado quela institución no siempre dio el sufi-

ciente énfasis a la espiritualidad. Aligual que sucedió con muchas escuelasadventistas hasta la década de 1980, losestudiantes solían entender el mensajede que eran salvos por medio de suconducta. Junto con este concepto, es-taba presente la idea de que los regla-mentos de la institución, como porejemplo los relacionados con la vesti-menta, estaban vinculados con la salva-ción. En mis años de secundaria el ca-bello largo de un muchacho era razónpara que fuera expulsado, dado que,según me dijeron, no iría así al cielo. Acomienzos de la década de 1990, sinembargo, la junta y el personal de lainstitución reorientaron el colegio enforma deliberada para que estuviera enconcordancia con la Filosofía de laEducación Adventista:5 “desarrollar unavida de fe en Dios y de respeto por ladignidad de todos los seres humanos;construir un carácter semejante al delCreador; formar pensadores antes quemeros reflectores de los pensamientos de

otros; promover el servicio amante antesque la ambición egoísta; garantizar elmáximo desarrollo del potencial de cadaindividuo; y adoptar todo lo que es ver-dadero, bueno y hermoso”. Una manerade lograr ese objetivo es actuar enforma deliberada para diferenciar lascuestiones de conducta de la institu-ción, de los temas que hacen a la salva-ción. Esto se logra al comunicar a losestudiantes y sus padres que la viola-ción de las reglas de la institución nohace que Dios nos ame menos, peroque de todas maneras es algo inacepta-ble.

La institución se ha concentrado demanera particular en dos elementosque se encuentran en el último párrafode la Filosofía de la Educación Adven -t ista .

En primer lugar y por sobre todo, elénfasis en el desarrollo equilibrado detoda la persona: los aspectos físico, in-

Los grupos de oración son tan solo una de las maneras en que los estudiantes del Colegio Adventista Livingstonese apoyan mutuamente en su desarrollo espiritual.

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telectual, social y espiritual, que se en-cuentran en el centro mismo de todanuestra existencia. Por esta razón setuvo especial cuidado para que una delas dimensiones no eclipsara a lasotras. No es una tarea fácil, y requiereconstante atención y algunos reajustesal programa para mantener el equili-brio entre los diversos aspectos.

En segundo lugar, se encuentra lacuerda de tres partes, conformada porel hogar, la escuela y la iglesia, conjun-tamente involucradas. Como lo ex-presa un antiguo proverbio africano:“Se necesita una aldea para criar a unniño”. Nos damos cuenta de que somostan solo una de las agencias que Diosutiliza para moldear las vidas de nues-tros estudiantes y, por lo tanto, hace-mos todo lo que está a nuestro alcancepara ayudar a que los hogares y lasiglesias también valoren y alcancen losmismos objetivos.

El papel del docenteEn la primera hilera del camino es-

piritual de una institución educativa seencuentran los docentes. Ellos son losque ministran a cada joven con quiense ponen en contacto. El ministerio deldocente jamás debería ser subesti-mado, y no es una responsabilidad quepodamos tomar a la ligera. Por encimade su función de transmitir informa-ción, el docente de una institucióneducativa adventista es un mentor es-piritual. Es una misión, no un empleo.Si quiere ser eficaz, tiene que abrazarplenamente el papel que le ha tocado.

Hasta hace algunos años, Livings-tone ofrecía cursos desde el jardín deinfantes hasta el décimo grado. Sin em-bargo, la junta de la institución perci-bió la importancia de expandir el pro-grama hasta completar los doceniveles. Se logró además que todo elpersonal apoyara una visión unificadapara la institución, en lugar de que es-tuvieran separados en dos programas:uno para la escuela primaria y otropara la secundaria. Cuando todo elpersonal está unido, es maravilloso loque Dios puede hacer. Como resultadode la pasión y visión compartidas, elcolegio pronto contó con un programade calidad que abarcó la totalidad desus niveles. Desde ese momento, al

final de cada año escolar, el personalrepasa la Declaración de Misión dadoque este documento es el centro o énfa-sis viviente de cada clase.Desarrollar relaciones para el pre-

sente y la eternidad con Cristo y entrenosotros. Ayudar a que los estudiantesdesarrollen capacidades para la vida queestén basadas en valores morales. Tratarde brindar la mejor educación.

Como personal de la institución, en-tendemos que así como es importantedesarrollar una relación con Cristo,cuando establecemos relaciones saluda-bles con los estudiantes estamos dán-doles una influencia altamente positiva.Sabemos que la mejor manera de lo-grarlo es por medio de las diversas acti-vidades e interacciones con los estu-diantes, en un ámbito fuera de la clase.Cada actividad que promovemos esvista a través de los lentes de las rela-ciones en desarrollo para el presente ypara la eternidad, tanto con Cristocomo entre nosotros. Los docentestambién son conscientes de que algu-nas de las lecciones más importantes

que enseñamos no son necesariamenteacadémicas. Por lo tanto, se impartenen forma deliberada las lecciones devida que incluyen una moralidad cris-tocéntrica. También hemos descubiertoque produce enormes dividendos culti-var la comunicación y las relacionescon los estudiantes y sus padres. Unade las maneras más efectivas de comu-nicación según hemos comprobado, espor medio de un programa de libretasde calificaciones en línea.6 Cuando losestudiantes saben en qué situación aca-démica se encuentran (sus calificacio-nes son actualizadas todas las sema-nas), todas las partes se benefician.

El papel del estudianteAunque no se puede restar impor-

tancia al hecho de tener el personalapropiado, resulta de igual valor contarcon los estudiantes apropiados. Ellosson la fuerza que impulsa la espirituali-dad de la institución. Para que el pro-grama espiritual funcione, ellos tienenque “comprar” lo que la institución lesestá ofreciendo. A los alumnos queafectan en forma negativa la salud espi-ritual y académica de la institución, se

En el Colegio Adventista Livingstone, los jóvenes dirigen los momentos de alabanza en los cultos semanales destinados a ellos.

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les recuerda que es elección suya estarallí y ser parte de ese programa. Si através de sus actitudes demuestran noestar interesados en ser parte de nues-tra misión, pueden elegir otra institu-ción.

Al comienzo fue difícil tomar estadecisión. Si decidíamos no admitir aciertos estudiantes y les pedíamos quebuscaran su lugar en otra parte, corría-mos peligro de tener un grupo menor.Sin embargo, como consecuencia deello, tener los estudiantes apropiados enel lugar que les corresponde nos permi-tió atraer a otros jóvenes que priorizanel programa espiritual. Dios nos ha

bendecido con un número suficientede estudiantes.

Uno de los desafíos más grandes a lahora de crear un ambiente de espiritua-lidad es lograr que este sea relevantepara sus vidas. Los docentes necesitanasegurarse de que sus alumnos entien-dan el valor de la información acadé-mica, pero también necesitan saber queJesús es una parte valiosa de las vidasdel personal de la institución y de otrosadultos que se relacionan con ellos.Uno de los resultados más positivos esque, tanto para los docentes como paralos estudiantes, nuestro campus es unlugar donde se habla de Dios constan-temente. Los docentes y alumnos oranjuntos y todos se sienten cómodos alhablar sobre cuestiones espirituales y

otros temas no académicos.Otro elemento fundamental de la

espiritualidad es la voz de los estudian-tes. La institución necesita ser un lugardonde no solo puedan expresar suspensamientos y opiniones, sino tam-bién ver que sus voces son escuchadas yrespetadas. El consejo estudiantil denivel secundario ha jugado un papelvalioso en la tarea de evaluar y actuali-zar el Manual del estudiante. Si bien al-gunos de los cambios parecen trivialesuna de las consecuencias de dar prota-gonismo a los estudiantes en ciertosmanejos de la institución es que ellossienten que son los dueños de los regla-mentos. Hay cuestiones que no ocupanun lugar central, como por ejemplo sise puede usar goma de mascar o pin-tarse las uñas; sin embargo, más allá deeso, permitir el aporte de los estudian-tes en cuestiones como esas, les garan-tiza que estamos atentos a sus preocu-paciones y dispuestos a mostrarnosflexibles. Pero a su vez ellos saben quesi abusan de sus privilegios, puedenperderlos.

En un momento en que diseñamosun nuevo edificio para el campus, esta-blecimos como prioridad incluir un es-pacio que pudiera ser usado como ca-pilla. Queríamos una sala dondepudiéramos unirnos para diversos en-cuentros y que también fuera un lugaratractivo y espiritual donde los estu-diantes pudieran pasar un tiempocuando no tenían clases.

Una de las maneras en que puedenexpresarse los estudiantes es por mediode la música. Para las reuniones sema-nales tenemos un grupo que está acargo de dirigir los momentos de ala-banza. Cuando no hay reuniones for-males en la capilla, los jóvenes puedenir allí a tocar el piano y cantar. Es unlugar que les gusta y que respetan. Pocodespués de completar el proyecto de lacapilla, el consejo estudiantil decidióconvertirlo en un lugar de reverenciaespecial, solicitando que los alumnos sedescubrieran la cabeza toda vez que es-tuvieran en ese ámbito.

cambios pequeños pero impor-tantes

Las instituciones educativas que

La enseñanza que tiene en cuenta las inteligencias múltiples y la diversidad de actividadesprácticas no solo ayudan a que los estudiantes aprendan mejor, sino que también permiten que

el docente sea un “guía que acompaña”, en lugar de ser “el sabio sobre el escenario”.

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gozan de buena salud espiritual no lle-gan a ese nivel de la noche a la mañana.No sirve, sin embargo, hacer cambiossolo por cambiar algo. En nuestro caso,nos ha resultado muy útil desarrollar yseguir un plan maestro. Al comenzarteniendo en mente el final, nos dimoscuenta de que para ejercer un cambioduradero y significativo en la perspec-tiva actual de los estudiantes, necesitá-bamos cambiar de a un paso a la vez.En otras palabras, los cambios teníanque producirse de a poco. ¡Es difícilmodificar el ambiente general de unainstitución! Esta necesitaba convertirseen un lugar donde todos (estudiantes,padres y miembros de la comunidad)pudieran buscar el crecimiento espiri-tual, y no solo un lugar donde los jóve-nes pudieran adquirir conocimientosacadémicos.

Hemos hecho varias cosas para fa-vorecer este cambio. Entre las más efec-tivas, logramos modificar nuestraforma de hacer docencia. Así los profe-sores dejamos de ser “el sabio en el es-cenario” y pasamos a ser “un guía queacompaña”. Para ello movimos el eje deatención; ya no estaría por completo enel docente, sino que los estudiantesocuparían un lugar central en el pro-ceso de aprendizaje. Para lograrlo, losdocentes pusieron en práctica diversasestrategias “cerebro-compatibles” deenseñanza-aprendizaje, como porejemplo la enseñanza cooperativa, lasEscuelas de Calidad Glasser, la Instruc-ción Temática Integrada (que ahora sedenomina también Enseñanza Alta-mente Efectiva), las Tribus, y las Inteli-gencias Múltiples. Las modificacionesen los métodos de enseñanza hicieronmás fácil que tanto los docentes comolos estudiantes formaran relaciones sa-ludables y, en consecuencia, produje-ron una mejor atmósfera espiritual.

Otra estrategia que hemos incorpo-rado para facilitar los cambios desea-dos es la afirmación de las eleccionespositivas en los estudiantes. Tomamosla idea de la organización Power of Po-sitive Students International [El poderde los estudiantes positivos].7 Así cadames nos dedicamos a un rasgo especialdel carácter y reconocemos a estudian-tes elegidos por los docentes que se han

destacado en esa área. A lo largo delaño, nos aseguramos de reconocer acada estudiante a través de una breveceremonia. El maestro escribe un pá-rrafo o dos en relación a cada estu-diante seleccionado, que es leído a lahora del culto general. El director en-trega un certificado a los ganadores,que incluye un cupón con algún tipode recompensa (este año, fue un postrea la hora del almuerzo).

1. Deportes competitivosUn tema más bien controvertido en

el que aún estamos tratando de alcan-zar el equilibrio apropiado, es cómoencarar la cuestión de los deportescompetitivos. Aunque ofrecen excelen-tes lecciones de vida, es fácil que unainstitución educativa que permita losprogramas deportivos haga de ellos elcentro de todo su programa. Aunqueen esa época Livingstone aún tenía solo

El viaje misionero para los alumnos del último año a la escuela e iglesia de Golfito (Costa Rica) es una experiencia transformadora para los participantes. Muchos de ellos jamás

han estado fuera de la región conocida como el Noroeste del Pacífico.

hasta el décimo grado, se optó por unreglamento que rechazaba las compe-tencias deportivas. Como el básquetbolera el único deporte en el que partici-paba la institución, y dado que el únicoevento competitivo era un TorneoAmistad a nivel estatal, no fue una de-cisión muy difícil de tomar. Sin em-bargo, en lugar de descartar por com-pleto los deportes, se inició unprograma interno de torneos para lasinstituciones de toda la Asociación. Enlugar de enfrentar a una escuela conotra, todos los jugadores fueron coloca-dos en una lista general, y sobre la basede sus destrezas, los organizadores crea - ron equipos tan parejos como fueraposible. Descubrimos que cuando losestudiantes jugaban como compañerosde equipo de jóvenes de otras institu-ciones, se comenzaban a formar amis-tades en lugar de rivalidades. Un bene-

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ficio inesperado fue que las institucio-nes con muy pocos estudiantes comopara formar un equipo ahora tambiénpodían participar. Cuando pasamos atener la secundaria completa, sin em-bargo, el reglamento cambió. Con elpropósito de que nuestros estudiantesaprovecharan todas las oportunidadesque la Universidad de Walla Walla ofre-cía a los colegios secundarios, necesitá-bamos participar en los torneos de fút-bol, vóleibol y básquetbol que ellosorganizaban. Aún estamos en procesode hallar un equilibrio saludable paraesta faceta de nuestro programa insti-tucional.

2. Actividades que unen al grupoPoco después de que Livingstone

comenzara a enfocarse de manera in-tencional en la espiritualidad y las rela-ciones sanas, notamos una mejora enlas relaciones de los estudiantes entre síy con el personal. Como resultado, alaño siguiente se comenzó un proyectocon un énfasis especial en los vínculosgrupales y la espiritualidad. Cuando sele pregunta a los exalumnos qué es loque más recuerdan de su paso por lainstitución y qué es lo que creen tuvo elmayor impacto espiritual sobre susvidas en esos años, lo más probable esque ellos se refieran a las actividades dedesarrollo grupal y comunitario decada año.

Los alumnos de noveno y décimogrados pasan un tiempo en un curso dedestreza sobre cuerdas, donde llegan aconocerse, aprenden a confiar en Diosy a cultivar amistades. Bastante a co-mienzo del año se van durante un finde semana de campamento, con el ob-jetivo específico de desarrollar el sen-tido de comunidad y construir unabase espiritual para el año escolar. Du-rante la salida más extensa de supervi-vencia –especial para los estudiantesdel último año– los alumnos pasan casitoda una semana dedicados al estudiointensivo de la Biblia y a actividadesgrupales. El programa comienza unmartes y dura hasta el domingo si-guiente. El jueves, se les unen los com-pañeros del undécimo año para recibircapacitación en liderazgo. Uno de los

puntos destacados de esta actividad esque el sábado organizan el culto en unaiglesia adventista cercana. Estas salidastambién brindan una excelente manerade integrar y conocer a padres que asis-ten al evento en calidad de acompañan-tes.

Otra tradición que se inició en Li-vingstone fue un campamento anualpara toda la institución, al borde delmar. Con los años, este evento, que selleva a cabo a comienzos del otoño, hallegado a ser un encuentro no solo delas familias de los estudiantes, sinotambién de la familia extendida y deotras personas que apoyan la institu-ción y la iglesia. Para ese evento, nosacompañan oradores invitados, y dis-frutamos de un fin de semana en el quecantamos y alabamos juntos a Dios.

A pesar de todo lo dicho, nuestra sa-lida espiritual más significativa es un

retiro de tres días que llevamos a cabo amitad del año escolar para los estu-diantes del nivel secundario. A mitadde la semana, viajamos por media horahasta un predio donde alquilamos ungran albergue con capacidad para los75 estudiantes y miembros del perso-nal. Allí, pasamos tiempo jugando y es-tudiando la Biblia y nos renovamos es-piritualmente para enfrentar lo quequeda del año. Lejos de las distraccio-nes y sin señal de teléfono celular, estaubicación nos ayuda a enfocarnos enCristo y nuestra relación con él.

3. semanas de Oración yreuniones generales

Otra actividad poderosa desde elpunto de vista espiritual son nuestrasSemanas de Oración. Al igual que otrasinstituciones educativas adventistas,usamos esos momentos para centrarnuestra atención en cuestiones espiri-tuales. Tratamos de programar tres se-manas de oración en cada año escolar.Para la que se realiza al comienzo delaño, invitamos a un orador especial. Enla de mitad del año el personal presentasus testimonios. Hemos descubiertoque esas semanas representan un pode-roso testimonio y constituyen otra ma-nera de cultivar relaciones sanas entreel personal y los estudiantes. Hacia elfinal del año escolar, los estudiantes denivel secundario no solo organizan se-manas de oración en las escuelas pri-marias adventistas de la región, sinoque también dan testimonio a sus com-pañeros de los niveles inferiores. Esta esuna de mis semanas favoritas del añoescolar, y estoy seguro que también loes para muchos de los estudiantes y losdemás docentes.

Cuando los jóvenes lideran las acti-vidades espirituales de la institución yde la iglesia, es un buen indicio de quela escuela goza de una espiritualidadsaludable. Aunque hemos tenido visi-tantes que compartieron experienciasmemorables y de buena calidad espiri-tual, las ideas y la participación de losestudiantes en esas reuniones es lo quelas convierte en momentos significati-vos para ellos. La Comisión de Ministe-rios del Campus, que está compuesta

Cada comienzo del año lectivo, los estu-diantes de noveno y décimo grados asistena un curso de cuerdas que incluye activi -dades para el desarrollo de la comunidad y

de crecimiento espiritual.

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por cinco estudiantes, el vicepresidenteespiritual de la Asociación Estudiantil ycada uno de los pastores de las clases denivel secundario, planifican y coordi-nan un culto trimestral de jóvenes, queestá dedicado específicamente a ellos.

4. Actividades de servicioCreo que el servicio es una prueba

fundamental para determinar la saludespiritual de una institución educativa.La mayoría de los cursos del ColegioAdventista Livingstone tienen un pro-yecto anual de servicio. Estos van desdetejer sombreros de lana para el CentroComunitario Adventista local hasta larecolección de fondos para perforarpozos de agua en África, o recolectarjuguetes para distribuir entre los niñosnecesitados en Navidad, o limpiar ma-lezas de los granjeros de la zona.

Además de estos proyectos de cadacurso, los alumnos del nivel secundario

junto con una iglesia de la región, par-ticipan cada año de un viaje misionero.Hemos visto vidas transformadascuando los jovencitos abandonan surutina habitual donde se sienten cómo-dos y protegidos, para ser colocados enuna situación que les permite ayudar aotros en lugar de vivir concentrados ensí mismos.

Cuando nuestra primera clase delduodécimo año planificó el viaje de finde estudios, escogieron un viaje misio-nero en lugar de un evento de placer ydiversión estilo Disneylandia. Aunquehemos tenido el privilegio de trabajarcolaborando con otras institucioneseducativas e iglesias de Puerto Rico,México y Costa Rica, los más beneficia-dos han sido nuestros propios estu-diantes.

Recordemos el propósito de laeducación“Aunque Dios presenta su infinita-

mente amante y sabio carácter como lanorma última de la conducta humana,los motivos humanos, el pensamiento yla conducta están por debajo del ideal di-vino. En su sentido más amplio, la edu-cación es un medio para que los seres hu-manos sean devueltos a la relaciónoriginal que tenían con Dios. Es unaobra que se extiende hasta la eternidad”.8

Para estudiantes como Pat Feathers-tone, el valor de la educación adventistano se basa tan solo en los conocimientosacadémicos, por más impor tantes quesean, sino en el lugar donde se encon-traron con Cristo. Eso marca la grandiferencia en sus vidas. Es mi esperanzay oración que por medio de la educa-ción adventista podamos “restaurar alos seres humanos a la imagen de suHacedor”. Este es el camino y el pro-ceso que ha emprendido el Colegio Ad-ventista Livingstone, y seguiremos ha-ciéndolo. Estamos abiertos a nuevasideas y por ello nos gustaría saber quées lo que está funcionando en otras ins-tituciones para hacer que tanto estu-diantes como docentes sientan la pre-sencia de Dios.

Chris Sequeira en-seña Biblia, Histo-ria y Educación Fí-sica y Salud en elnivel secundario delColegio AdventistaLivingstone, en Sa -lem (Oregón, EE. UU).

Actualmente está cursando una maestríaen la Universidad Walla Walla (Was-hington, EE. UU).

NOTAS Y REFERENCIAS1. Entrevista con Pat Featherstone, Septiem-

bre 2009.2. http://www.cognitivegenesis.org/.3. Mateo 16:26, Marcos 8:36 y Lucas 9:25.4. http://www.journeytoexcellence.org/pur-

pose/.5. http://www.journeytoexcellence. org/pur-

pose/.6. http://www.gradebookwizard. com/.7. http://pops.com/.8. http://www.journeytoexcellence.org/pur-

pose/.

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Filosofía de la Educación adventista*La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce a Dios como la fuente última de la

existencia y la verdad. En el principio, Dios creó a su imagen a una humanidad perfecta,

una perfección que más tarde fue arruinada por el pecado. Por medio de la orientación del

Espíritu Santo, el carácter y los propósitos de Dios pueden ser comprendidos según se re-

velan en la naturaleza, la Biblia, y Jesucristo. Las características distintivas de la educa-

ción adventista, que derivan de la Biblia y los escritos inspirados de Elena White, señalan

el objetivo redentor de la verdadera educación, que es el de restaurar a los seres huma-

nos a la imagen de su Hacedor.

Aunque Dios presenta su infinitamente amante y sabio carácter como la norma última

de la conducta humana, los motivos humanos, el pensamiento y la conducta están por de-

bajo del ideal divino. En su sentido más amplio, la educación es un medio para que los

seres humanos sean devueltos a la relación original que tenían con Dios. Es una obra que

se extiende hasta la eternidad.

La educación adventista busca desarrollar una vida de fe en Dios y respeto por la dig-

nidad de todos los seres humanos, desarrollar un carácter similar al del Creador, cultivar

pensadores antes que meros reflectores de los pensamientos de otras personas, promo-

ver el servicio amante antes que la ambición egoísta, garantizar el desarrollo máximo del

potencial de cada individuo, y abrazar todo lo que es verdadero, bueno y hermoso.

Una educación de este tipo imparte mucho más que el conocimiento académico. Fo-

menta un desarrollo equilibrado de toda la persona, en sus aspectos físicos, intelectuales,

sociales y espirituales. Al trabajar juntos, los hogares, las instituciones educativas y las

iglesias cooperan con los agentes divinos para preparar a los estudiantes para que sean

ciudadanos responsables en este mundo y en el mundo venidero.

* http://journeytoexcellence.org/purpose/

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l crecimiento es el ingre-diente esencial de la vida. Yasea en el mundo de las plan-tas y los animales o de losseres humanos, en el ámbito

físico, mental, social o espiritual, dondeno hay crecimiento irrumpe el dete-rioro y la decadencia. Cuán cierto esesto en el ámbito más significativo dela vida –el área espiritual– según sepuede ver reflejado en la pregunta queformuló Jesús en cierta ocasión: “Por-que ¿de qué le aprovechará al hombreganar todo el mundo, si pierde sualma?” (Mar. 8:36).

Como educadores adventistas, de-

beríamos reflexionar con oración en lasiguiente pregunta: ¿Cuál es el aspectofundamental de la educación cristiana?¿No es acaso el crecimiento espiritual delos estudiantes que asisten a nuestrasinstituciones educativas? “La verdaderaeducación –escribió Elena White– sig-nifica más que la prosecución de undeterminado curso de estudio. Signi-fica más que una preparación para lavida actual. Abarca todo el ser, y todoel período de la existencia accesible alhombre. Es el desarrollo armonioso delas facultades físicas, mentales y espiri-tuales.”1

Este artículo se ocupa de la tercera ymás significativa dimensión de la defi-nición de educación que acabamos de

presentar: el crecimiento espiritual.Para indagar sobre este tema, nos per-mitiremos analizar cuatro preguntas:¿Qué es espiritualidad y crecimientoespiritual? ¿De qué manera se relacio-nan los estudiantes con los conceptosde religión y espiritualidad? ¿Cómo sealcanza el crecimiento espiritual en elambiente educativo? ¿Cómo podemosincorporar actividades en el día a díade cada una de las instituciones educa-tivas adventistas, de manera que ayu-den a que nuestros estudiantes com-prendan mejor a Dios y la manera derelacionarse con él?

R O B E R T E G B E R T y S A R A K U B U R I C

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espiritualmente

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Qué es la espiritualidadEl diccionario define espiritualidad

como “el conjunto de ideas referentes ala vida espiritual”.2 Los teólogos e inves-tigadores difieren sobre la definición deespiritualidad, aun cuando por lo gene-ral reconocen que de alguna maneraestá relacionada y se entrecruza con lareligión y la fe como sus componentesfundamentales. James Fowler, desta-cado por sus investigaciones sobre eldesarrollo de la fe en el ámbito cris-tiano, dice que cada persona experi-menta etapas en el crecimiento de la fe:desde la fe primigenia de los infantes, ala fe intuitivo-proyectiva de los niños, ala fe mítico-literal de la niñez media ytardía, y finalmente, la fe sintético-con-vencional de la adolescencia.3 Los sereshumanos poseen en estos estados la ca-pacidad de relacionarse con Dios deuna manera apropiada para su nivel,que va desde la fe muy simple de losniños hasta una relación con Dios máscompleja y madura que se va desarro-llando a lo largo del tiempo.4 Es porello que el desarrollo de la espirituali-dad es como un viaje que demandatoda la vida.

No solo los adultos que han pasadopor experiencias especiales o cierto en-trenamiento son conscientes de lo espi-ritual. Después de estudiar la espirituali-dad de los niños ingleses de entre seis ydiez años, Rebecca Nye descubrió queninguno carecía de conciencia espiritual,aun cuando se viera restringido por elvocabulario y la corta experiencia.5

David Hay define la espiritualidadcomo una conciencia innata que ha sidoimplantada biológicamente en la especiehumana y que experimenta un desarro-llo a medida que la persona madura. Espor ello que no hace falta enseñar a losniños a tener conciencia espiritual, por-que ya es parte de su fisiología.6 No obs-tante, los docentes pueden ayudar a me-jorar esa conciencia si ofrecen a susestudiantes lenguaje y experiencias quelos ayuden a articularla.7

En la sociedad occidental, existe unatendencia a separar la espiritualidad dela religiosidad. A menudo se escucha ladeclaración: “Soy espiritual, pero nosoy religioso”. Dowling ofrece una va-liosa comparación entre religiosidad yespiritualidad conectando los dos con-

ceptos con el propósito de facilitar eldesarrollo humano. Describe a la reli-giosidad como el impacto de las creen-cias sobre el yo, las perspectivas y res-tricciones religiosas, y el papel quejuega la vida de la iglesia. Por con-traste, define espiritualidad como elhecho de hacer buenas obras y ayudara otras personas, pero teniendo pensa-

sia ofician de mediadores de esas re-glas, estas últimas brindan a los jóvenesuna brújula moral que les permite desa - rrollar buenos valores personales y unaidentidad positiva, que debería ayudar-los a enfrentar con éxito los problemasy desafíos de la vida.8

Después de haber repasado diversasdefiniciones y enfoques de la espiritua-lidad, podemos ofrecer también unadefinición: La espiritualidad es usar lasherramientas del ritual y la religión paraestablecer una relación poderosa entrelos seres humanos y Dios, y toda la emo-ción que la acompaña.

la espiritualidad: encuestas alos estudiantes

Las instituciones educativas se enfo-can principalmente en la transmisiónde la información y en los procesos pe-dagógicos (matemática, ciencias, len-gua, etc.) antes que en el desarrollo es-piritual. Aun las instituciones edu- ca tivas cristianas tienden a colocar elénfasis primario en la adquisición dedatos y la preparación para el mundolaboral. Pero es un hecho que tambiénpueden ser ambientes poderosos parala educación en la vida espiritual.

En una reciente encuesta sobre Va-lores Globales en Norteamérica,9 se leshicieron tres preguntas a jóvenes deentre 18 y 24 años provenientes de 41países y ocho regiones: (1) ¿Crees tú enDios? (2) ¿Cuán importante es Dios entu vida? (3) ¿Cuán importante es la re-ligión en tu vida? Más del noventa porciento dijo que creía en Dios, pero soloalrededor del 50 por ciento dijo creerque era muy importante, y alrededordel 43 por ciento dijo que la religiónera muy importante.

El Estudio Nacional de la Juventud yla Religión, que fue aplicado a casi 3300adolescentes de entre 13 y 17 años,10

mostró resultados similares. El 84 porciento dijo creer en la existencia deDios; el 65 por ciento afirmó creer enun Dios personal que se involucraba ensus vidas; el 51 por ciento afirmó que lafe era extremadamente importantepara ellos; y el 36 por ciento afirmótener una relación cercana con Dios.

Estas encuestas revelan que hay unadiferencia significativa entre creer que

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mientos y actitudes que trascienden elritual, la forma y las reglas de la religio-sidad.

Las dos –religiosidad y espirituali-dad– son en realidad complementarias,dado que brindan reglas a los niños yjóvenes, y entonces les muestran de quémanera llevarlas a la vida diaria.Cuando los padres, la escuela y la igle-

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hay un Dios y tener algún tipo de rela-ción con él. He encontrado un buennúmero de estudiantes que afirman serateos o agnósticos. Casi sin excepciónson alumnos que cursaron su educa-ción primaria, secundaria e inclusivesuperior en instituciones adventistas.En mi experiencia como docente ad-ventista puedo decir que tengo en misclases de nivel universitario estudiantesque no se muestran receptivos a algunamención de Dios y la religión. Hay al-gunos que hasta resienten profunda-mente la inclusión de la espiritualidaden las discusiones de la clase. Algunosestudios han indicado que alrededor deuno de cada dos jóvenes abandona laiglesia después de la escuela secundaria.Estas actitudes negativas hacia la reli-gión parecen haberse desarrollado enuna etapa temprana de la educación –siendo niños– y brindan un marco a laselecciones que ellos hacen cuandoestán en el nivel secundario o la univer-sidad.

Otra encuesta titulada Monitoriza-ción del Estudio Futuro, ha preguntadoen 1995-1996 a cincuenta mil jovencitos,de octavo, décimo y duodécimo gradosde los Estados Unidos: “¿Cuán impor-tante es la religión para tu vida?” El 68por ciento de las niñas y el 57 por cientode los muchachos dijeron que era suma-mente importante. Aunque la encuestales hizo preguntas sobre religión y nosobre espiritualidad, y si bien no se in-cluyó una definición de religión, sepuede asumir que creían que el términoincluía sus sentimientos respecto deDios, y no solo lo que Dios podía o nopodía hacer para ellos o en su favor.11

¿cómo se transmite la espiri -tualidad?

¿Qué modos de transmisión puedenusarse para mejorar la espiritualidad delos jóvenes? Crawford y Rossiter12 seña-lan tres:

1. La familia. Existe una correlaciónpositiva entre la espiritualidad y la reli-gión con la estabilidad y la satisfacciónmarital. Esto contribuye a sólidas rela-ciones de familia.13 Cuando los padrestienen un fuerte compromiso con laasistencia a la iglesia, la vida de oración

y la participación en las actividades re-ligiosas, los jóvenes suelen tener unavida espiritual sólida. Desarrollan asímétodos más efectivos de enfrentar laadversidad y tratar con el conflicto.

2. Los compañeros que comparten va-lores similares. Cuando los amigosabrazan una orientación de fe y dejanver que es importante en sus vidas, eljoven tiene mayores probabilidades deadoptar las mismas actitudes. Estobrinda un camino alternativo para eldesarrollo de la identidad de los jóve-nes que son susceptibles a descubrir susingularidad por medios que entrañanmayores riesgos, tales como las bebidasalcohólicas, las drogas, el sexo y laspandillas.14 Estas influencias positivaspor parte de sus compañeros puedencontrarrestar influencias negativas ypermitir que los adolescentes resistan alas presiones grupales que podrían lle-varlos a rechazar las normas religiosasy espirituales.15

3. Los mentores. La tercera sugeren-cia es que mentores positivos se involu-cren con los jóvenes. Esto puede incluira casi todos los adultos y, por supuesto,

a los docentes o cualquier grupo queapoye en forma activa el desarrollo es-piritual.

Según Doe y Walsh,16 aunque comoadultos podemos enseñarles a los jóve-nes toda suerte de cosas –ya sea paraayudarlos a organizar su vida o brin-darles todas las ventajas posibles–puede ser que fracasemos a la hora deinvolucrarnos en el centro mismo de suser: el ámbito espiritual. Una niñita lepreguntó a sus padres mientras ibanhacia la iglesia: “¿Qué es lo que conse-guimos en la iglesia? En la bibliotecanos dan libros; en el banco dinero; enel supermercado leche. ¿Qué es lo quenos dan en la iglesia?” La niña bien po-dría haber hecho la misma preguntapara referirse a su experiencia en la es-cuela cristiana: “En la escuela recibimosinformaciones de matemática, ciencias,lengua, historia y Biblia pero, ¿qué otracosa puedo conseguir que me signifi-que una ayuda espiritual?”

Ducan y Kennedy17 expresan que losdocentes tienen que luchar con el desa -fío de colocar la espiritualidad al

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mismo nivel de otras dimensiones de laeducación. Sin embargo esto es mássimple de lo que se piensa. La influen-cia de la espiritualidad del docentepuede brillar al brindar respuesta a lasexpresiones espirituales del niño, otambién en caso que el docente reco-nozca el potencial espiritual de todaslas áreas del currículum y se dedique demanera intencional a la tarea de mejo-rar el clima espiritual de la clase.

Cuando estaba enseñando en la es-cuela primaria me costaba bastante in-tegrar la fe con la enseñanza. En reali-dad, me resultaba difícil tratar deinsertar algún concepto religioso perti-nente a la resolución de un problemade matemática o extraer alguna idea deuna lista de palabras que ayudara a quemis estudiantes pensaran en algo de ca-rácter religioso. No obstante, por másque las intervenciones curricularespuedan jugar un papel en el desarrollode la espiritualidad de los estudiantes,el objetivo de la plenitud espiritual esmás amplio y más inclusivo; requiere lacreación de un ambiente general de re-novación y conexión espiritual, sobre labase de una relación creciente conDios.

la espiritualidad: cómo ayudar alos niños a entender a dios

¿En dónde se originan las ideas quetienen las personas respecto de Dios?Matthew Alper18 observa que dado quetodas las culturas humanas, no importacuán aisladas estén, han creído queexiste un ámbito espiritual, esto indica-ría que esta percepción es una caracte-rística inherente de los seres humanos yun rasgo que ha sido heredado genéti-camente. Se han presentado teorías,postulados y hasta investigaciones cien-tíficas que especulan sobre el tipo depreprogramación humana que haceque los seres humanos reconozcan quehay un Dios, y el deseo de responderlede una manera espiritual.

Cuando se les pregunta sobre cuálesson sus perspectivas sobre Dios, los jó-venes suelen dar respuestas sumamenteinteresantes. Por ejemplo, un docentede quinto grado les pidió a sus alum-nos que analizaran algunos avisos pu-blicitarios de televisión y se fijaran sipodían usarlos para describir a Dios.19

Sus alumnos no tuvieron problema enusar la comprensión que tenían deDios para producir algunas declaracio-nes, por más que el tipo de tarea limitóel alcance de sus respuestas. Comparti-mos algunas:Dios es como la aspirina de Bayer,

porque hace milagros.Dios es como las tarjetas de Hall-

mark, porque se interesa tanto que siem-pre envía lo mejor de todo.Dios es como el jabón de lavar Tide,

porque quita las manchas que otrosdejan.Dios es como la cinta transparente

Scotch, porque aunque no podemosverlo, sabemos que está allí.Dios es como el jabón Dial, ¿no te

alegra saber que lo tienes?Dios es como el cartero, porque ni la

lluvia, ni la nieve, ni las ventiscas ni elgranizo pueden impedirle llegar a des-tino.

Las respuestas hasta pueden resultaralgo cómicas, pero sin lugar a dudasmuestran que los niños tienen afinidadcon el ámbito espiritual, y que desdepequeños desean tener una relacióncon Dios. Los adultos necesitan estaralertas a la manera en que los niños ex-perimentan y entienden a Dios. Estopermitirá que los padres y docentesefectúen una contribución que pro-duzca el desarrollo en la vida de la fede los niños.

Stonehouse y May20 investigaronestas cuestiones al hablar con los niñosrespecto de su relación con Dios, al ob-servarlos en ámbitos de culto, y al en-trevistar a adultos sobre sus experien-cias de fe en la niñez. Los investiga-dores afirman que el establecimientode un marco para que los niños pue-dan hacerse preguntas acerca de Dios –guiados por docentes con madurez es-piritual en un ambiente que estépreparado específicamente para el cre-cimiento espiritual– los ayuda a apren-der más de Dios y a conocerlo. En esecaso, los niños serán capaces de expre-sar lo que saben y sentirán deseos deaprender más. A medida que estén másen sintonía con el ámbito espiritualpropio, esto dará lugar a que el EspírituSanto asuma el papel tan importante

de guiar sus vidas. Los autores enume-ran importantes elementos que contri-buyen con este proceso, tales como loscultos, las Escrituras, la oración y losactos compasivos.

En consecuencia, ¿qué pueden hacerlos padres, docentes y líderes de la igle-sia para ayudar a que los jóvenesaprendan a hablar con Dios y a escu-charlo? En primer lugar, necesitamosreconocer que a medida que los niñospasan por las diversas etapas del desa -rrollo, también cambia y madura la ca-pacidad que tienen de comprenderconceptos abstractos. Los más peque-ños pueden entender que Jesús es suamigo, por lo que las oraciones simplesy los relatos pueden ayudarlos a mante-nerse conectados. Los relatos son he-rramientas que sirven para aprendersobre el mundo que los rodea, enfren-tar la adversidad, y extraer algún signi-ficado de la vida. Aun así, persistimosen presentárselos como lecciones dedoctrina o de moral, en lugar de quesean algo que los niños puedan recor-dar, celebrar y procesar por medio deljuego y el arte.

Los niños en edad escolar son suma-mente conscientes del mal que existe enel mundo que los rodea, y es por eso quenecesitan saber que Dios se interesa entodo lo que les sucede tanto a ellos comoa su entorno. Es importante que se sien-tan cómodos a la hora de pedir la ayudade Dios, y que puedan expresar esospensamientos. Es fundamental que lasinstituciones educativas brinden expe-riencias y un tiempo para que los estu-diantes aprendan que Dios quiere estaren sus vidas, y que ellos pueden llevarlea él sus preocupaciones y gozos.

No necesitamos nuevos marcos cu-rriculares para enseñar a los niños dequé manera experimentar la conexiónespiritual. Sí necesitamos docentescomprometidos y orientados hacia elámbito espiritual, que vivan en la prác-tica lo que creen, y que inviten a los es-tudiantes a desarrollar una relación es-piritual con Dios por medio de laoración y la fe. Necesitamos docentesque enseñen por medio de su testimo-nio y su ejemplo.

La pregunta emergente es: ¿le hare-mos un lugar a la espiritualidad dentro

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de nuestras clases? Si es así, ¿lo haremospor las razones correctas? Así deberíaser, porque es lo mejor, tanto para losdocentes como para los estudiantes.

Es necesario que creemos un am-biente receptivo, que seamos genuinosa la hora de compartir nuestro andarpersonal con Cristo, y que ofrezcamosnuestro apoyo cuando los estudiantesestén luchando para hallar una espiri-tualidad auténtica para sus vidas.

Robert Egbert, esprofesor de Educa-ción y Psicología enla Universidad deWalla Walla, en Co-llege Place (Washing- ton, EE.UU).Ha sido docente de

nivel secundario y universitario durantecasi cuarenta años, y posee un doctoradoen Educación –Teoría y Desarrollo Curri-cular– de la Universidad Temple, y undoctorado en Psicología y Antropología.

Sara Kuburic, es estudiante a nivel deposgrado en Psicolo-gía en Australia.Entre sus múltiplesintereses se encuen-tra la relación entrela religión y la psi-cología. Kuburic re-alizó una pasantía

junto al Dr. Egbert.NOTAS Y REFERENCIAS

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Argentina: Asociación Casa Editora Sudameri-

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Francisco: Jossey-Bass, 1991), pp. 27-45.

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20. Catherine Stonehouse y Scottie May, Lis-

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Rapids, Mich.: Baker Academic, 2010).

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Es la esperanza y oración del equipo editorial como de losautores, que este número renueve el vigor de la enseñanza quegarantiza el carácter distintivo de nuestras instituciones edu-cativas, creando en nuestros estudiantes el deseo de tener unarelación personal con Dios, y ayudando a los docentes para quela espiritualidad resulte atractiva y significativa para sus alum-nos.

Una de las mejores maneras de que esto se haga realidad espor medio del aprendizaje a través de la observación. Las in-vestigaciones de Albert Bandura muestran que aprendemos ahacer lo que podemos ver y experimentar. El docente tiene queser un modelo y enseñar de qué manera cultivar una relaciónespiritual con Dios. El desarrollo espiritual es un proceso quenos lleva a trascender hacia algo más grande que nosotros mis-

mos. Nos impulsa a buscar una conexión con Dios, un propó-sito en la vida y un significado por medio del servicio.

La última parte de Romanos 8:6 expresa que “el ocuparsedel espíritu es vida y paz”. ¡Qué don es compartir esto con nues-tros estudiantes, ayudándolos a abrazar a Jesús como Amigo ySalvador! ¡Qué privilegio tenemos al asistirlos en la tarea debuscar la conducción divina, para que escojan el mejor caminopara la vida!

Robert Egbert, Ed.D., es profesor de Educación y Psicologíade la Universidad de Walla Walla, en College Place (Washington,EE. UU.).

Revista Educación Adventista 37:2014 http:// jae.adventist.org

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